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1. La proposición de inefectividad
El hallazgo empírico de Phillips (1958) sugirió la existencia de una relación de
intercambio entre in‡ación y desempleo. Este resultado econométrico, carente
del menor sustento teórico, sirvió de justi…cación de políticas de demanda du-
rante aquel período. La expansión o contracción del gasto público, del dé…cit
presupuestario o de la oferta monetaria determinaban la tasa de in‡ación de la
economía. Desde la curva de Phillips, la tasa de in‡ación elegida, a su vez, deter-
minaba la tasa de desempleo del periodo. En consecuencia, la idea del trade-o¤
entre in‡ación y empleo junto con los multiplicadores de la política …scal sustentó
la utilización de políticas de demanda agregada.
A …nal de los sesenta varios autores pusieron de mani…esto las debilidades
de estos argumentos basados en la curva de Phillips. A parte de la nula funda-
mentación teórica, resultó que la relación econométrica encontrada por Phillips
sólo era posible usando un conjunto de datos muy particular. Cuando la serie tem-
poral de datos se expandió a otros periodos o a otras economías, la relación no se
sostuvo. De hecho, el espíritu subyacente no contemplaba la posibilidad de coex-
istencia de desempleo e in‡ación. La stag‡ation surgida desde los primeros años
setenta en las economías industrializadas no podía ser explicada (ni combatida)
con los instrumentos de análisis al uso.
Desde la hipótesis de las expectativas racionales (HER), Lucas [10] dió una
argumentación positiva de la curva de Phillips. La nueva curva de Phillips incor-
poraba la idea de que los individuos anticipan cambios de la política económica
en función de la información disponible. Los errores de predicción nunca son an-
ticipados, por lo que los agentes no cometen equivocaciones sistemáticas. En este
capítulo revisaremos este argumento y cómo el mismo ha sido usado para dar una
explicación del fenómeno de la stag‡ation a lo largo del último tercio del siglo
XX.
2. El modelo de Barro-Gordon
La curva de Phillips revisada por Lucas [10] viene dada de la siguiente manera1
e
yt = y + ( t t) + "t (2.1)
wt = Et 1 ( t)
2
En cada periodo, las preferencias de la autoridad monetaria están de…nidas
por la siguiente función cuadrática
1
u ( t ; yt ) = Et 1
2
t + (yt k)2 (2.2)
2
en donde, el objetivo de in‡ación es 0 en cada periodo y el objetivo de producción
es k > y. Este último supuesto es crucial en el desenlace de este modelo: el
gobierno intenta impulsar el output por encima de su tasa natural. ¿Tiene alguna
posibilidad? Si el gobierno controla t y consigue generar in‡ación sorpresa la
producción aumentará por encima de su tasa natural. En suma, la función (2.1)
está representando el incentivo del gobierno para resistirse a todo, salvo a la
tentación. El dilema está en la elección de ( t ; yt ) para maximizar su utilidad.
Nótese que la mejor solución posible es elegir ( t ; yt ) = (0; k), que haría máxima
la utilidad en cada periodo, lo cual no es posible como veremos a continuación. El
parámetro 0 de…ne el peso relativo que tiene en las preferencias del gobierno
la producción frente al empleo.
De igual modo, ha de señalarse que estos objetivos (0; k) representan los deseos
y preferencias de toda la sociedad: todo el mundo conviene que sería bueno tener
una in‡ación 0 y un bajo desempleo gracias a k.
A partir de aquí, es necesario de…nir dos posibles entornos para el resultado de
la política monetaria: uno en el que el gobierno no cae en esa tentación y otro en
el que sí. En el primer caso, el gobierno se compromete a seguir una regla mon-
etaria que no acelera la in‡ación de…niendo una política monetaria que sostenga
la producción en su tasa natural. La otra política es llamada discrecional y, por
tanto, no se sigue ninguna regla simple. Dado el shock "t , el gobierno …jará el
nivel de in‡ación a su discreción, esto es, aquel que haga máxima su utilidad.
Con el objeto de facilitar el álgebra, y siguiendo a Persson & Tabellini [11],
dado que la función objetivo es cuadrática y las restricciones del problema son
lineales, se propone la siguiente forma para la política monetaria
t = a + b"t : (2.3)
3
como consecuencia de las realizaciones del shock "t , algo fuera del control del
gobierno. El parámetro b es una pendiente que indica el grado en el que el gobierno
acomoda cada una de las realizaciones de "t .
t = a + b"t ;
4
en donde el subíndice c indica que se trata de la solución bajo el compromiso
sobre una regla monetaria. De este modo la in‡ación y la producción de equilibrio
vienen dadas por
c
t = 2
"t ; (3.2)
1+
1
ytc = 2
"t :
1+
Un shock positivo aumenta la producción por encima de su tasa natural y = 0
y reduce la in‡ación por debajo de 0. Por otra parte, cualquier tasa de in‡ación
que surja en la economía es siempre inesperada por los agentes
Et 1 ( ct ) = 0:
t = a + b"t ;
e
t = Et 1 ( t ) dado.
5
Las condiciones de primer orden son
@L
= Et 1 [a + b"t + [ (a + b"t Et 1 t) + "t k]] = 0;
@a
@L
= Et 1 ["t (a + b"t ) + "t [ (a + b"t Et 1 t) + "t k]] = 0;
@b
y las soluciones para a y b vendrán dadas por
ad = 2
[ Et 1 ( t ) + k] ; (3.3)
1+
bd = 2
:
1+
En este caso el subíndice d indicaría que se trata de la solución discrecional.
Insertando estas soluciones en (2.3) la in‡ación de equilibrio vendría dada por
d d
t = ad + b d " t = 2
Et 1 t +k 2
"t
1+ 1+
Si se toman expectativas con información en t 1 a ambos lados de esta expresión,
sabiendo que Et 1 ("t ) = 0, y tras cierto álgebra queda que
d d
Et 1 t = 2
Et 1 t +k
1+
y por lo tanto
d
Et 1 t = ad = k>0
Finalmente, utilizando este resultado, la in‡ación y el empleo de equilibrio
vendrían dados por
d
t = k 2
"t ; (3.4)
1+
1
ytd = 2
"t ;
1+
O lo que es lo mismo
d
t = ct + k (3.5)
ytd = ytc
6
es decir, el gobierno intenta en vano aprovechar la posibilidad de crear una in‡ación
sorpresa para generar producción por encima de la tasa natural. Se ha generado
un sesgo in‡acionista en la economía sin efectos reales: la política monetaria
es neutral, dado que no ha afectado la variable real yt . Hay más in‡ación con
el mismo desempleo. Este resultado es lo que se conoce como la proposición de
inefectividad de la política de demanda monetaria. Por lo tanto, la solución de
compromisos a una regla monetaria es Pareto superior a la solución discrecional.
Sin embargo, si tan claro es el resultado ¿por qué en la práctica las autoridades
monetarias no logran comprometerse a seguir reglas monetarias? ¿por qué se han
seguido y se siguen políticas discrecionales?. La explicación a este hecho reside
en la credibilidad del compromiso hacia una regla monetaria. La posibilidad de
crear producción y empleo por encima de la tasa natural a partir de la in‡ación
sorpresa es una ventaja demasiado buena como para dejar de ser aprovechada
por la autoridad monetaria. Basta para que agentes racionales perciban este
incentivo como para que descon…en del compromiso del gobierno a seguir la regla
monetaria. El sector privado negociará el salario sin creer ese compromiso, por lo
que determinará sus expectativas con independencia de lo que diga el gobierno,
wt = Et 1 ( t ). Estas expectativas vendrán dadas para el gobierno quien, a su
vez, ya no considerá óptimo seguir la regla monetaria anunciada. Este resultado
importante se conoce como el problema de la inconsistencia temporal de los planes
óptimos.
El resultado desarrollado en esta sección, conocido como la economía de Barro
& Gordon, logra explicar de una manera muy razonable la in‡ación habida durante
los años setenta, ochenta y noventa.
7
Una solución inmediata para acabar con el sesgo in‡acionista en (3.4) es …jar
un objetivo de producción igual a la tasa natural, k = y = 0. De nuevo, hemos de
preguntarnos en torno a las posibilidades efectivas conseguir esto. Las economías
que pueden ser descritas por este modelo utilizan reglas democráticas para la
elección de sus gobiernos, los cuales obtienen esa legitimación durante cuatro
años. En ocasiones, proponer en una campaña electoral k = y = 0 es proponer
un suicidio político. Los paises industrializados tienen unas tasas de desempleo
demasiado altas, por lo que en la práctica esta solución tampoco es creíble.
Una segunda solución fue anticipada por Rogo¤ [12]. Cuando un gobierno
no goza de la su…ciente credibilidad en su política monetaria como para poder
eliminar el sesgo in‡acionista, la política monetaria podría ser encargada a una
autoridad monetaria con unas preferencias distintas. En otras palabras, un banco
central, más preocupado por la in‡ación de lo que el gobierno y la sociedad lo
está reduciría el sesgo in‡acionista. En el contexto del modelo de Barro-Gordon
supondría encontrar un banco central que tuviese una función de utilidad similar
a (2.2) en donde el parámetro fuese menor con relación al que posee el gob-
ierno (cuyas preferencias, recordemos, son representativas de las preferencias de
la sociedad).
La idea de Rogo¤ implica que la independencia del banco central es un sustitu-
tivo (casi) perfecto del compromiso sobre una regla y, además, es temporalmente
consistente. Nótese, sin embargo, que la independencia del banco central no está
exenta de problemas sociales. Considera las deviaciones típicas para la in‡ación
y la producción, respectivamente
= 2
(4.1)
1+
y = 2
1+
A medida que se reduce el parámetro en (4.1)
lim = 0
!0
lim y =
!0
8
propuesta implica comprometer al gobernador del banco central en el cumplim-
iento de ciertos objetivos monetarios mediante un contrato. De esta manera, y
en virtud del contrato, si los objetivos no son satisfechos el gobernador recibe
una penalización (en términos ecnómicos) o incluso es cesado. Quizá el ejemplo
más paradigmático para poder acomodar la idea de Walsh sea el caso de Nueva
Zelanda. A lo largo de la década de los ochenta, sus tasas de in‡ación rondaban
y superaban el 10% anual. En 1990 se procedió a una reforma estatutaria del
Banco Central, en donde se …jaba, entre otras medidas, que el objetivo principal
del Banco era el de la estabilidad de precios, estableciéndose que la in‡ación debía
estar contenida dentro del intervalo [0%; 2%]. Si la tasa de in‡ación excedía esos
límites, el gobernador era cesado de su cargo. En 1992, año y medio después, la
tasa de in‡ación neo-zelandesa era del 1:5%, y la tasa de desempleo no presentó
‡uctuaciones asociables a esa de‡ación.
En términos de nuestro modelo, ello implicaría asignar al banco central la
siguiente función de utilidad
1
v ( t ; yt ) = Et 1
2
t + (yt k)2 + 2! t (4.2)
2
en donde aparece el término lineal 2! t , que sólo penaliza las desviaciones por
exceso de la in‡ación. Este término lineal es precisamente el contrato que se asigna
al gobernador del banco. Es fácil demostrar (lo cual no se requiere), que si
!= k
9
centrales. Estas señales son rápidamente captadas por mercados …nacieros y por
los agentes que han de negociar las subidas salariales.
Cuando la peseta entró en 1989 en el SME la tasa de in‡ación era del 8:5%. A
partir de ese momento, la política monetaria española pasó a estar condicionada
por las decisiones de Alemania. Durante el periodo 1989-1998, el Banco de España
no subía ni bajaba los tipos de interés sin antes observar lo que el Wundesbank
hacía. Ello supuso un coste en términos de independencia monetaria3 , dado que
el SME obligaba a un mecanismo cambiario en donde el tipo de cambio debía
‡uctuar dentro de ciertos límites. La política monetaria perdió ciertos grados de
libertad, pero la incorporación de la peseta al SME hizo ganar credibilidad, lo que
permitió reducir la in‡ación a unas tasas más bajas (2% en 1999).
Por otra parte, han sido varios los países, entre ellos España, que, a lo largo
de la década de los noventa, han otorgado un mayor grado de independencia a sus
bancos centrales. Dadas las implicaciones de la teorías de Rogo¤ [12] versus Walsh
[13], la cuestión reside en saber si en la práctica el grado de independencia afecta
a la estabilidad de precios y de la producción. A tal efecto, varios autores han
desarrollado números índices en un intento de medir el grado de independencia de
distintos bancos centrales. Una vez obtenido el índice, el mismo ha sido puesto en
relación con un amplio conjunto de variables. La siguiente tabla recoge un índice
sintético realizado por Alesina & Summers [1], a partir de los índices de Bade &
Parkin [2] y de Grilli, Masciandaro & Tabellini [7]. El índice de Bade & Parkin
trata de medir el grado de independencia de los bancos centrales para 12 bancos
centrales, a partir del principio de independencia política, es decir, poniendo én-
fasis en aspectos institucionales. Para su cuanti…cación se contemplan aspectos
tales como las relaciones políticas y burocráticas entre el poder ejecutivo y/o leg-
islativo y el consejo de gobierno del banco, cómo y quién nombra o hace dimitir
a los miembros de los consejos de gobierno, el poder relativo de los consejeros del
gobierno en el Consejo, y el tipo de contactos que se establecen entre el gobierno
y el banco. Está construido sobre una escala de 1 a 4, expresando de menor a
mayor grado de independencia. Por su parte, el índice de Grilli, Masciandaro &
Tabellini está construido sobre los conceptos de independencia política, expresada
en términos muy similares a los de Bade & Parkin (como la impermeabilidad con
que el banco confecciona los objetivos de política monetaria con respecto al go-
bierno), y el de independencia económica, que representa la capacidad del banco
de elegir los instrumentos monetarios sin interferencias políticas. En relación a la
independencia económica el índice intenta medir aspectos tales como la posibili-
3
Ojo, no confundir con independencia del banco central.
10
dad del gobierno de monetizar la deuda pública, o la posibilidad de existencia de
descubierto en las cuentas corrientes del banco, entre otros. El índice oscila entre
3 para el Banco Nacional Nueva Zelanda, el menos independiente de todos, hasta
un valor de 13 para el Wundesbank alemán.
Las restantes variables de la tabla se re…eren a la tasa media de in‡ación para
el período 1973-1988, la varianza de la in‡ación, la tasa media de crecimiento del
PNB real para el período 1973-1988 y la varianza de la anterior variable.
Una simple mirada grá…ca de los datos, permite ver que a mayor independencia
del banco central, menor nivel de in‡ación y menor variabilidad de la misma. No
parece a‡orar una correlación estadística relevante cuando el índice de indepen-
dencia se relaciona con las variables reales, y y 2y . En suma, la muestra de datos
no parece indicar que la independencia del banco central tenga costes sociales de
estabilización. Críticas interesantes y sugerentes en torno al empleo de este tipo
de índices pueden verse en el trabajo de Fuhrer [5].
2 2
P a{s IBC y y
(1973 88) (1973 88) (1973 88) (1973 88)
España 1.5 12.4 22.1 2.0 2.1
N. Zelanda 1 12.2 10.5 1.5 4.5
Australia 2.0 9.5 7.3 2.8 3.2
Italia 1.75 12.5 29.6 2.4 4.9
Reino Unido 2 6.7 23.5 1.6 4.1
Francia 2 8.2 12.6 2.1 1.3
Dinamarca 2.5 8.6 11.0 1.9 5.2
Bélgica 2 6.0 11.9 1.7 3.8
Noruega 2 8.2 5.6 3.9 3.3
Suecia 2 8.3 7.6 1.8 2.1
Canada 2.5 7.2 7.9 3.3 4.7
Países Bajos 2.5 4.3 10.5 1.7 3.2
Japón 2.5 4.5 17.1 3.7 2.8
E.E.U.U. 3.5 6.4 11.1 2.4 6.5
Alemania 4 3.4 4.0 1.8 3.3
Suiza 4 3.1 4.3 1.0 8.1
11
References
[1] Alesina, Alberto & Lawrence H. Summers: ”Central Bank Independence
and Macroeconomic Performance: Some Comparative Evidence”, Journal
of Money, Credit and Banking, vol. 25(2) May (1993), pp. 151-162.
[2] Bade, Robert & Michael Parkin, ”Central Bank Laws and Monetary Policy”,
Department of Economics, University of Western Ontario, (1982).
[4] Cukierman, Alex: Central Bank Strategy, Credibility and Independence. The-
ory and Evidence, MIT Press, Cambridge, Massachusetts, (1992).
[5] Fuhrer, Je¤rey C.: ”Central Bank Independence and In‡ation Targeting:
Monetary Policy Paradigms for the Next Millenium?”, New England Eco-
nomic Review, Federal Reserve Bank of Boston, January/February (1997),
pp. 19-36.
[6] Giavazzi, Francesco and Marco Pagano: ”The Advantage of Tying One’s
Hands. EMS Discipline and Central Bank Credibility”, European Economic
Review, vol. 32, (1988), pp. 1055-1082.
[7] Grilli, Vitorio, Donato Masciandaro, & Guido Tabellini, ”Political and Mon-
etary Institutions and Public Finance Policies in Industrial Countries”, Eco-
nomic Policy, 13 October (1991), pp. 341-392.
[8] Kydland, Finn E. and Edward C. Prescott: ”Rules Rather than Discretion:
The Inconsistency of Optimal Plans”, Journal of Political Economy 85, June
(1977), pp. 473-492.
[11] Persson, Torsten & Guido Tabellini: Macroeconomic Policy, Credibility and
Politics, Harwood Academic, (1990).
12
[12] Rogo¤, Kenneth: ”The Optimal Degree of Commitment to an Intermediate
Monetary Target”. Quarterly Journal of Economics, vol. 100, (1985), pp.
1169-1190.
[13] Walsh, Carl E.: ”Optimal Contracts for Central Bankers”. American Eco-
nomic Review, vol. 85, March (1995), pp. 150-167.
1 Wt
Lt exp [(1 ) "t ] = ; (A.2)
Pt
en donde Wt es el salario y Pt es el precio de Yt . Así pues, despejando para Lt en
la expresión (A.2), sustituyéndolo en (A.1) y tomando logaritmos se tiene que
;
1
La expresión (A.3) representa un resultado convencional de la función de oferta
de una empresa competitiva: la producción está positivamente correlacionada con
el precio y negativamente con el salario real.
La elasticidad de la demanda de trabajo viene dada por
Wt =Pt @Ldt 1
eLt = = < 0; (A.4)
Ldt @ (Wt =Pt ) 1
13
constante. A medida que se aproxima a 1, el producto marginal del trabajo
tiende a ser constante y la elasticidad de su demanda es in…nita: pequeñas varia-
ciones en el salario real motivarán fuertes oscilaciones en la demanda de trabajo.
En el otro extremo, cuando está cerca de 0, el producto marginal es decreciente
y la elasticidad tiende a 1: cambios proporcionales en el salario real motivarán
cambios en la misma proporción en la demanda de trabajo.
Al mismo tiempo, es también conveniente linealizar la función de producción
(A.1) mediante el uso del logaritmo natural
con
log ( ) + log W ;
14
que es la función de oferta que relaciona la cantidad producida con el error de
predicción en el precio: cuando el precio corriente excede la expectativa dada,
la empresa emplea factor trabajo a un coste menor al esperado, la rentabilidad
aumenta, y ésta reacciona expandiendo la producción. Si llamamos t a la tasa
de in‡ación, tal que t = pt pt 1 , entonces podemos hacer la siguiente transfor-
mación en (A.7)
Nt ( t ) = Ldt + Ut : (A.8)
Ldt Ut
ut 1 = 2 [0; 1] : (A.9)
Nt ( t ) Nt ( t )
15