Está en la página 1de 15

1

4- ¿Cómo entiende Muniz Sodré el ejercicio del poder por la prensa en el Estado liberal y en el Estado
posliberal?

La prensa y los medios de comunicación social desarrollan un importante modo de ejercer el poder por medio de la
manipulación y manejo de la información, de esta manera subordinan a la sociedad y construyen una hegemonía. La
prensa desarrollo un papel importante en la lucha por el poder político, ya que funciono como un mecanismo de
denuncia frente a los ocultamientos e irregularidades cometidas. El poder de la prensa fue siempre más intrínseco-
en el sentido de la facultad de asegurar el respeto al discurso por el compromiso moral con la verdad publica-que
extrínseco (estructura de poder). La prensa era una tribuna ampliada para el ejercicio de la autoridad, de la sabiduría
e inclusive del amor a la causa publica por parte de una personalidad intrínsecamente fuerte. Prensa como una
especie de correa de transmisión entre la heterogeneidad de la vida social y el unitarismo del Estado. Por esa
“correa” transitaban los efectos discursivos de los debates y puntos de vista de los actores sociales acompañados en
intereses y negociaciones frecuentemente tenían lugar fuera de los aparatos fuera de los aparatos del Estado o bien
empeñados en presionar al Estado, sino en participar en actos del gobierno.

6- Para Loreti y Lozano, ¿cuáles son las principales corrientes y perspectivas para pensar el problema de la
libertad de expresión?, ¿qué rol le asigna a la ciudadanía cada una de ellas?

Teorías derivativas o consecuencialistas: su justificación apunta a las buenas consecuencias que la protección del
ejercicio de este derecho trae aparejadas, considera la libertad de expresión como un derecho humano
fundamental. La promoción de la verdad. Desde esta perspectiva, la libertad de expresión es considerada un
instrumento fundamental para el descubrimiento de la verdad. La libertad de diseminar información y opinión, así
como la de criticar las posiciones de otros, es un factor clave para evitar concepciones equivocadas sobre los hechos
y los valores. Abreva en la tradicional teoría del mercado de ideas, la cual sostiene que es necesario permitir la
difusión de cualquier tipo de información-aun cuando se trate de opiniones declaradamente falsas, irracionales o
que inciten al odio, la discriminación o la violencia-porque solo de esta manera lo racional-verdadero puede
prevalecer y demostrar su validez frente a otros argumentos. Por lo tanto, no debe existir intervención alguna de
parte del Estado ni de ningún actor social destinada a condenar o proteger ningún tipo de expresión, porque no hay
una instancia capaz de arrogarse tal capacidad. La autonomía de la decisión. Desde esta segunda postura teórica,
que se encuadra dentro de los desarrollos consecuencialistas, varios académicos sostienen que la libertad de
expresión es condición necesaria para el autogobierno personal, el desenvolvimiento autónomo y la autonomía
política. Es necesario eliminar cualquier barrera que impida conocer las decisiones de los gobiernos que de un modo
u otro afectan la vida de la ciudadanía y sus condiciones de comunicación y, en definitiva, de ejercer sus derechos.
Con respecto al carácter público de informaciones que requieren un balance entre el derecho colectivo a la libertad
de expresión y otros derechos como la privacidad, la seguridad nacional y la integridad física de las personas. La
promoción de la virtud. La más fuerte justificación para justificar el derecho a la libre expresión como derecho
humano tiene que ver con su contribución al fomento de ciertas virtudes que se consideran fundamentales para la
democracia como el desarrollo de actitudes tolerantes hacia las creencias de otros. Teorías Deontológicas: estas no
conciben la libertad de expresión como resultado de la búsqueda de un objetivo ni dependen de la variabilidad de las
circunstancias, sino que la entienden como un imperativo ético inherente a todos los seres humanos. Entienden a la
libertad de expresión como un fin en sí mismo, que garantiza la autonomía y autorrealización de las personas. Otro
grupo la considera concomitante a la toma de decisión democrática. Podemos encontrar dos tendencias: La teoría
general, que se apoya en que el ciudadano cuenta con la posibilidad de evaluar las actuaciones de los ciudadanos
electos. La teoría del discurso público, que se apoya en la necesidad de considerar si en estas concepciones el
alcance de libertad no está reducido a las cuestiones de orden político y social. Sostienen que el Estado no debería
intervenir ni impedir el ejercicio del derecho a la libertad de expresión, la cual es una condición democrática que
concierne a todos los actores sociales, los cuales deben tener autonomía propia para ejercer sus derechos. Remarca
la importancia de que no existan restricciones o impedimentos para el ejercicio efectivo de este derecho. Teorías de
los Intereses Generales: Función de los intereses generales. Acceso a los bienes culturales, Permitiendo a las
personas participar libremente en las difusiones de ideas y en la creación de significados. La libertad de expresión es
el reconocimiento de la capacidad de participar en un sistema en marcha de creación de creación de cultura a través
de distintos métodos y técnicas, y que su valor reside en que justamente, forma parte de este sistema.
2

El Estado debe garantizar la apertura democrática de tipo republicano o progresista que tome en cuenta el derecho
de todos los actores sociales a hacer valer sus opiniones sobre diversos temas. La libertad de expresión es un
instrumento legal, que el Estado debe respaldar para que su cumplimiento sea efectivo. Perspectiva de “Los
participantes con real interés en la comunicación irrestricta”: En esta perspectiva importa fundamentalmente los
intereses de las personas. Se introduce el pluralismo como valor intrínseco de la libertad de expresión y se pone en
duda el papel del estado con respecto a si debe intervenir para establecer las condiciones que posibiliten el
pluralismo. La libertad de expresión refleja los valores plurales de la diversidad y la variedad, y la única intervención
del gobierno es para promover este derecho, que es consagrado como un derecho individual, un derecho bien
público o valor del pluralismo, esto quiere decir que el estado se debe presentar como un garante de la información
De acuerdo a la matriz esta perspectiva pertenece al pensamiento crítico democrático puesto que el principio
legitimador en el socialismo es la del derecho a la información, aquí la función de los medios de comunicación es de
desarrollar el conocimiento y fomentar la formación y participación política. Las relaciones que se presentan son
dialógicas y participativas.

7- ¿Qué implica la libertad de expresión en la actualidad y cuál es el papel del Estado para asegurarla? (Loreti y
Lozano)

La libertad de expresión en la actualidad es uno de los derechos humanos más fundamentales, ya que abarca la
posibilidad de los individuos y los diversos grupos sociales a expresar y a hacer valer su derecho a la palabra. El
Estado debe ser garante de este derecho permitiendo su libre ejercicio, sin intervenir de ninguna manera sobre el
mismo ni aplicar ningún tipo de censura existente.

14- ¿Qué vinculaciones se pueden establecer entre el concepto del Estado de Bienestar y la comunicación
entendida como servicio público? Explique cada una de las relaciones que señala. (Sotelo, Van Cuilemberg y Mc
Quail, Matriz de Bianchetti)

Estado de Bienestar: Se caracteriza por sus facultades orientadas a impedir perturbaciones del mercado, a promover
el desarrollo económico, proteger derechos civiles y garantizar derechos sociales. Este Estado va a transformar la
justicia conmutativa del derecho liberal introduciendo un criterio de justicia distributiva. La formación de políticas en
el campo de la comunicación, está guiada por la noción de “interés público”, el cual se espera que sea perseguido
por los estados democráticos en nombre de sus ciudadanos. La cuestión de “interés público” es aquella que afecta a
la sociedad en su conjunto, más que a los individuos inmediatamente involucrados o directamente afectados.

Con respecto a la definición que usamos de Estado de Bienestar, podemos encontrar las siguientes vinculaciones con
la comunicación entendida como servicio público: Políticas de medios de servicio público (1945 – 1980/90): Se
desarrolla al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando los nuevos medios se estaban desarrollando sobre las bases
de la mejora en lo que respecta a distribución e informatización. Pese al clima de la Guerra Fría, el espíritu de la
democracia y el deseo de solidaridad internacional tuvieron capacidad para influenciar la política de medios. Las
lecciones sobre malos usos de los medios masivos en sentido propagandístico y los peligros del control monopólico
de los medios de prensa, no fueron olvidados. Después de la segunda guerra mundial la política de medios estuvo
más ligada a motivos de estrategia sociopolítica (políticas de medios más auto-consciente). Con respecto a la
radiodifusión, la reforma social, alentado por la reconstrucción europea posguerra (keynesianismo), enfatizaba los
beneficios sociales positivos de la radiodifusión guiada por objetivos de servicio público. En resumen, las
características principales de la política de medios de servicio públicos eran: estar limitada por las fronteras del
territorio nacional y enfocada en los “intereses nacionales”; legitimar la intervención gubernamental en el mercado
comunicacionales para fines sociales; requerir una activa y continua elaboración y revisión de políticas. En
conclusión, se buscaba lograr como meta final: La Democracia, a través de la Independencia de los monopolios
privados, Responsabilidad con la sociedad y la audiencia y la Diversidad política y social. Esto representa un claro
posicionamiento social democrático, donde prevalece el respeto a los derechos como condición esencial para un
Estado igualitario.
3

15- ¿Qué es el “interés público”? ¿Cómo se relaciona con las políticas de medios y comunicación? ¿Cuáles son
los valores asociados al bienestar político, al bienestar social y al bienestar económico? (van Cuilemberg y Mc Quail)

Este está abierto a innumerables interpretaciones, según su relación con el bienestar político, social y económico.
Los principales elementos o factores de política de telecomunicaciones, consisten en objetivos que se persiguen,
valores y criterios a través de los que las metas son definidas o reconocidas, los variados contenidos y servicios de
comunicación a los que las políticas se aplican, la diferente distribución de los servicios (principalmente
publicaciones impresas, cable, diseminación del cable y radiodifusión y telecomunicaciones) y por último las
medidas políticas apropiadas y los medios de implementación (centralmente, inclusión en la ley, regulación, auto-
regulación o practicas del mercado). Los valores más importantes asociados con el bienestar político, son aquellos
que apoyan o están promovidos por las instituciones políticas democráticas. El valor principal en esta relación es el
de libertad de expresión y publicación. Tienen peso la igualdad y la participación. En relación al bienestar social,
beneficio fundado en la orden y la cohesión social, calculando no solo de acuerdo a criterios nacionales, sino
también en categorías sub nacionales, regionales, étnicas o lingüísticas. El objetivo del bienestar económico son los
valores generales de eficiencia, empleo y beneficio, que incluyen los de innovación e interconexión.

18- ¿Cuáles fueron las ideas en debate para la definición de la prensa como “capitalista de producción
industrial”? ¿Qué implica esa definición y por qué transforma la relación entre Estado y Medios en el período 1930-
1950? (Cane)

A partir del golpe de septiembre 1930 las polémicas referidas a las bases ideológicas de las prácticas del periodismo
aludían al valor mismo de los fundamentos liberales del Estado, el cual ocupaba el centro de las disputas político-
ideológicas del país. Pero la crisis de la prensa como conjunto de instituciones estaba impulsada por los conflictos de
su espectacular desarrollo como entidades económicas a comienzo de la década de 1910 (más de 2 millones de
ejemplares diarios en BA.) Este impresionante desarrollo también significó un cambio en la calidad mientras que la
estructura institucional de la prensa se adecuaba cada vez más a los rasgos generales de la economía nacional. Hacia
1920 la producción de la prensa no solo requería un nivel de capitalización cada vez más alto para las compras de
factores de producción importados, sino que la transformación comercial también exigía un cambio sustancial en las
relaciones de producción ya que se produjo una expansión del número de empleados asalariados especializados en
distintos aspectos de su composición, producción y distribución. En el momento del quiebre institucional de 1930 las
bases jurídicas nacionales concebían a los diarios exclusivamente como vehículo político-culturales de participación
ciudadana en una esfera pública idealizada. Para esta legislación enraizada en el liberalismo decimonónico los
aspectos económicos de los diarios y periódicos carecían de importancia. El hecho de que algunos propietarios se
enriquecieran en forma extraordinaria a través de una actividad que se ubicaba fuera del alcance del código de
comercio, amenazaba con crear un incipiente triple desencuentro: entre las concepciones normativas del
periodismo, entre la jurisprudencia sentada al respecto y el funcionamiento concreto de la industria de los diarios.
Esta tensión se manifestaba con particular nitidez en el creciente empeño de los periodistas en conseguir su
reconocimiento legal como trabajadores asalariados. En este sentido las principales ideas en debate respecto a la
definición de prensa como capitalista de producción industrial fueron, por parte de los propietarios, el rechazo de
que la prensa pudiera asemejarse a un conjunto de empresas comerciales o que las relaciones sociales en las
redacciones estuvieran basadas en criterios de clase. Insistían en que el carácter económico de un periódico seguía
siendo accesorio frente a su misión como vehículo de la opinión pública. Es decir, solo difundían noticias, no eran
comerciantes: “el diario no es por definición una empresa comercial […] En rigor se trata de un servicio público, tan
necesario, tan imprescindible”. Y en este sentido, los diarios, al no ser empresas comerciales, no tenían empleados
asalariados y tampoco les debían ningún tipo de garantías o derechos. Siguiendo esta línea los periodistas
reclamaban, reconociéndose como trabajadores de empresas comerciales (Congreso Nacional de Periodistas 1938,
Córdoba): un Estatuto del periodista, la sanción de una ley que estableciera el seguro de vida, la creación de un
registro nacional de periodistas y la fijación de una escala salarial. Así mismo exigían declarar la libertad de prensa
como requisito esencial para la práctica del oficio. Además de reconocer que los trabajadores de prensa eran
4

empleados de empresas comerciales, el borrador labrado en ocasión de ese congreso entendía que el Estado
debería posicionarse como mediador entre periodistas individuales y propietarios de grandes diarios, ya que debería
defender a los primeros.

19- Analice las características del Estatuto del Periodista y relacione los principios que lo sustentan con el
modelo de estado social. (Cane, Sotelo)

El Estatuto del Periodista en 1944 significó un giro fundamental dando fuerza de ley a la concepción de los
periodistas como trabajadores, a la de los propietarios de diarios como jefes de empresas comerciales y a la visión
del rol benévolo del Estado en las salas de redacción. El estatuto del periodista constituyó una de las primeras
medidas elaborada por la Secretaría de Trabajo y Previsión encabezada por Perón. Ahora los trabajadores de prensa
se encontraron, no ya con un estado represivo, con el ascenso del General Perón, sino con un estado que parecía
compartir su entusiasmo por su propia agenda. La razón de la inclusión de los periodistas en esta reforma laboral es
claramente política y se vincula a la posición clave que ocupan en la producción y circulación de dos “mercancías”
fundamentales: información e ideología. Perón buscaba usar las divisiones de clase dentro de las redacciones no solo
para fracturar internamente a cada diario opositor, sino que también para ganar la simpatía activa de los
productores directos de buena parte de la información y la ideología que vastos sectores del púbico argentino
consumían en forma cotidiana. En lugar de silenciar a la prensa, el Estatuto formaba una parte importante del
intento más ambicioso de tener mayor influencia sobre la articulación de la llamada “opinión pública”. Este Estatuto
planteó: sueldos mínimos en escala progresivas según la dimensión económico del diario empleador; aumento
salarial inmediato para todos los periodistas, con futuros aumentos no menores al 5% cada tres años; regulación
estricta de los motivos legítimos de despido y compensación significativa. El conflicto en torno de la naturaleza
misma del trabajo periodístico y del status legal de los diarios como empresa comercial, que culminaron con el
decreto del Estatuto de periodista en 1944, tuvieron importantísimas consecuencias para la rearticulación de las
bases jurídicas e ideológicas de las relaciones entre el Estado, los periodistas y los propietarios de los diarios de
circulación masiva. El peronismo logró articular un discurso que proponía al Estado no como la perpetua de una
amenaza a su buen funcionamiento, tal como sostenía el liberalismo tradicional sino como su defensor: de los
trabajadores frente a los propietarios de diarios; de los órganos periodísticos más débiles frente a los más
poderosos; de la opinión pública frente a los efectos distorsionantes de los intereses comerciales, de la industria de
la prensa frente a los impactos económicos interno y externo que la aquejaban. Como en otros sectores de la
sociedad argentina que recibieron los beneficios del proyecto reformista, el favor de que gozaba el régimen militar
se encontraba precisamente en su característica más perturbadora: el autoritarismo. El estatuto del Periodista, más
allá de la censura, generó gran simpatía por el proyecto social del gobierno militar entre los trabajadores de la
prensa. Esto modificó de forma repentina elementos fundamentales de las bases ideológicas y jurídicas de la prensa.
La nueva forma de intervencionismo establecida en el Estatuto se basaba, tanto en la naturaleza pública de las
prácticas periodísticas como en el concepto del rol esencial del Estado como mediador de conflictos sociales. Las
divisiones de clase formaban parte ineludible del conjunto de relaciones que constituían a la prensa moderna. Uno
de los logros fundamentales de Perón y sus aliados fue la articulación de un discurso que conservaba los aspectos
normativos más legítimos de la tradición liberal- como, por ejemplo, el funcionamiento de la prensa en tanto
vehículo para el ejercicio de la ciudadanía- y a la vez lo reconstituía de acuerdo con la transformación de las prácticas
periodísticas de la prensa y la expansión del público lector. El Estado, ahora, se convertía en protector y dejaba de
ser amenaza.

20- Señale las características de la política cinematográfica del Estado durante la primera y segunda presidencias
de Juan Domingo Perón. ¿Qué consecuencias tuvo la aplicación de las medidas que la sustentaron? (Krieger)

Primera presidencia de Perón: antes y después, la primera etapa de gestión peronista. El 4 de junio de 1946, Juan
Domingo Perón asume la presidencia de la nación y da comienzo a un nuevo periodo democrático que imprime
marcas indelebles en la historia política argentina. Estas políticas beneficiaron de distintas maneras a la industria
cinematográficas, dado que se vio favorecida, por un lado, por la inyección de dinero proveniente del aumento del
5

gasto público y, por otro, por la restricción de la exhibición de películas extranjeras. También se orientó a la industria
cinematográfica a profundizar el proceso de comercialización de películas con vistas al abastecimiento de los
mercados locales y en detrimento de los externos, proceso favorecido, además, por las medidas distribucioncitas
que garantizaron un aumento del caudal de espectadores y posicionaron al cine como uno de los entretenimientos
populares de mayor repercusión. Durante 1948 los productores argentinos lograron consolidar su poder frente a los
demás sectores de la industria. Por otro lado, el gobierno decidió otorgar más apoyo a la industria del cine, esta vez
de tipo financiero. Esta era una de las principales herramientas de la economía peronista a favor de las Industrias,
que se encontraron con fondos abundantes a su disposición que podían ser reintegrados a largo plazo.

Es importante mencionar que las ventajas sectoriales no favorecían a todos por igual y, en ese sentido, es posible
observar la puja de distintos grupos en el ámbito de la producción. Un grupo representado por la APPA, que incluía a
la mayor parte de las empresas del sector beneficiaria de todas las disposiciones puestas en vigor; el otro grupo
estaba formado por los sectores independientes, que todavía no habían logrado un espacio significativo dentro del
campo de operaciones. También se debe señalar que en oposición a las medidas proteccionistas que impulsaron un
crecimiento de la actividad en todos sus rubros, el estado imponía limitaciones, tanto económicas, como ideológicas,
a través de la censura cinematográfica. El panorama que ofrecía la censura de esa época estaba compuesto por la
doble vía que regía en el país, una de carácter nacional y otra municipal. Las películas no debían lesionar los
sentimientos patrióticos de la comunidad argentina, sus símbolos y el acervo histórico de la nacionalidad; tampoco
debían permitirse apologías de regímenes sociales opuestos al derecho público de la República, incompatibles con el
espíritu nacional y las buenas costumbres. Segunda etapa: rediseño de la legislación: El contundente triunfo
obtenido por el peronismo en la elección de constituyentes, y la posterior sanción de la nueva constitución nacional,
el 11 de marzo de 1949, consolidaron el poder del gobierno peronista. Ese año también se mostró diferente porque,
la edad dorada de la economía argentina había terminado e ingresaba entonces en una zona de penumbras. En el
caso del sector cinematográfico, el poder ejecutivo contó con un agente eficaz para llevar a cabo la centralización:
Raúl Alejandro Apel quien conocía las características de la actividad. Asumió sus gestiones ese mismo año e imprimió
ribetes autoritarios por os que se ganó el apodo de “el zar del cine”. Uno de sus primeros logros fue que la cámara
de diputados y senadores votaran la Ley de Cine 13.651, que modificaban la Ley 12.999 en su artículo 1º y 4º. El
primer artículo definía a cantidad de semanas que debía exhibirse cine nacional en los diferentes tipos de salas,
mientras que el cuarto fijaba la escala de porcentajes que los exhibidores deberían abonar a los productores o
distribuidores por el alquiler de dichas películas. Los diputados de la oposición denunciaban la censura que se
imponía a algunos actores y destacaban que las propuestas peronistas excedían los limites recomendables y
pretendían orienta la creación y los negocios del sector. Por otra parte, la mayoría peronistas defendió el proyecto
por la “elasticidad” que le daría a la ley 12.999, con “un sentido argentinito”, e hizo hincapié en las necesidades de
fomentar “las películas nacionales desde el punto de vista nacional, artístico y moral”. En septiembre de 1950,
mediante un decreto de la subsecretaria de informaciones de la presidencia de la nación se dispuso que, para gozar
de las medidas proteccionistas las películas argentinas tendrían que “reflejar cabalmente el elevado estado cultural,
las costumbres y real ideología del pueblo argentina”. En los considerados de las medidas se expresaban las
restricciones ideológicas y políticas que serían aplicadas a las películas beneficiadas por la protección estatal. Por lo
tanto, cualquier película que de alguna manera exhiba costumbres, problemas sociales o alguna manifestación que
pueda afectar el elevado nivel moral y cultural alcanzado por el pueblo argentino no debe ser incluida dentro de los
prescriptos en las disposiciones de las leyes mencionadas. Para sintetizar lo ocurrido entre los años 1949 y 1952 es
posible decir que se observa un aumento en la protección brindada por el estado a la industria cinematográfica, ya
que esta presentaba los signos propios de la crisis económica que se abatía sobre el país. Paradójicamente en 1950,
la producción de películas alcanzo el punto máximo de la década peronista con 58 largometrajes. El aumento de los
estrenos nacionales fue de la mano de la disminución de los estrenos de películas extranjeras. Un análisis global de la
política cinematográfica del peronismo: Dicha política no fue explicitada en discursos o folletos institucionales, sino
que fue haciéndose sobre la marcha de los acontecimientos. Por otro lado, es necesario recordar que la puesta en
marcha de esta política no implicaba ninguna ruptura, sino más bien un proceso de continuidad, que el peronismo
profundiza notoriamente. La orientación elegida estaba en sintonía con las políticas implementadas en distintos
países del mundo occidental preocupados por desarrollar sus cinematografías nacionales. El gobierno peronista
intensifico notoriamente políticas que buscaban completar el proceso de sustitución de las importaciones por la
6

producción nacional. Los dos instrumentos claves para orientación fueron la política crediticia y la de protección a
través de mecanismos cambiarios y comerciales. Todas las medidas señaladas favorecían notablemente a los
estudios cinematográficos, así como a los trabajadores, artistas y profesionales de la industria, pero no atacaban a
los problemas de fondo, que una y otra vez volvían a aflorar y causaban las crisis de las empresas productoras. El
aumento del costo y la ausencia de una masa crítica de espectadores, que solo se podía lograr conquistando públicos
extranjeros, afectando a la industria cinematográfica. Podemos a modo de cierre, que el proceso de intervención del
estado en el ámbito cinematográfico no fue parte de una planificación orquestada por la burocracia estatal e
impuesta a los sectores ligados a la producción, distribución y exhibición de películas en el marco local. Esta
intervención se fue construyendo entre las partes interesadas mientras dirimían los beneficios y los costos de sus
negociaciones, las que sin duda comprendían un abanico de acuerdos, resistencias y sometimientos de todas las
partes.

21- Siguiendo a Clara Krieger, ¿cómo se manifestó la tensión entre el proteccionismo de las industrias culturales
y la regulación de sus contenidos dentro de las políticas de comunicación del estado durante el peronismo?

El proteccionismo de las industrias culturales tiene una iniciativa en el gobierno de Edelmiro Farell, donde se dictó
una solución que articuló al Poder Ejecutivo a través del decreto Nº 21.344. El mismo obligaba a exhibir películas
argentinas (como mínimos una película cada dos meses durante siete días). El efecto causado por el decreto
regulador no fue el deseado. Los sectores perjudicados se resistían a cumplir las disposiciones, la Junta Arbitral
recibía quejas de los productores y exhibidores porque la exigua cantidad de películas que se realizaban no
alcanzaba para dar cumplimiento al decreto. La producción bajaba de 56 películas en 1942 a 23 en 1945. La industria
parecía haber llegado a su límite de resistencia ante la falta de materia prima. Pero, en febrero del año siguiente
Perón gana las elecciones y se compromete a ocuparse de que la Aduana considerara maquinaria industrial a los
equipos cinematográficos, para que las empresas locales pudieran renovar más fácilmente sus provisiones de
cámaras, reflectores, lámparas, equipos de sonidos y demás artefactos técnicos. El 4 de junio de 1946, con la
asunción del gobierno democrático, se abren nuevas posibilidades de acción. El nuevo gobierno pone en marcha un
programa económico influido por el consenso que había alcanzado el KEYNESIANISMO. Pone en marcha una política
de redistribución de los ingresos, y el crecimiento del estado como producto de objetos y servicios. La conducción
económica peronista de los primeros años de gobierno orientó la expansión del mercado interno. Estas políticas,
beneficiaron de distintas maneras a la industria cinematográfica, por la inyección de dinero proveniente del aumento
del gasto público y por la restricción de la exhibición de películas extranjeras. Los productores y trabajadores
cinematográficos ingresaban en el nuevo período con la esperanza de profundizar la política proteccionista iniciada
en 1944. Sus primeras preocupaciones fueron 2: Garantizar el cumplimiento del decreto Nº 21.344, que imponía la
exhibición de cine nacional, y conseguir el otorgamiento de créditos blandos para solventar los costos de la
producción. El proceso de aplicación del decreto fue lento: Recién en mayo de 1947 la Dirección General de
Espectáculos Públicos comprobaba un creciente aumento en su cumplimiento. Ya, en el año 1948 los productores
argentinos lograron consolidar su poder frente a los demás sectores de la industria. Por un lado, la ley 12.999 (plan
quinquenal) regía en todo el país y las clausuras ejemplares de distintas salas de cine en infracción colaboraron con
la campaña de controles. Por otro lado, el gobierno decidió otorgar más apoyo financiero a la industria del cine (una
de las principales herramientas de la economía peronista). Para hacer efectivas las operaciones, el Banco dispuso la
creación de un Comité Asesor, cuya función era facilitar el examen de los créditos y opinar sobre el costo
aproximado de las películas y sus posibilidades de comercialización.

1- Defina, caracterice y considere los siguientes procesos, vinculándolos a las relaciones que plantean entre
modelos estatales, mercado y sociedad civil:

a) Concentración: definición del proceso de concentración de sistemas de medios; posiciones; formas o tipos;
características; efectos; medidas para contrarrestarla. Reflexione: ¿qué vinculaciones se pueden establecer entre el
modelo de estado Neoliberal y los procesos de concentración en la comunicación? Explique cada una de las
relaciones que señala. Para hablar de concentración de medios primero debemos definir “concentración”. Puede
definirse la concentración de la producción de acuerdo con la incidencia que tienen las mayores empresas de una
actividad económica en la cadena de valor de la misma: a mayor presencia de una empresa, menor incidencia del
resto. El principal peligro es la tendencia de los mercados a configurar regímenes de oligopolio o de monopolio,
7

situación que se produce cuando no operan las reglas propias de la fase competitiva y, en su lugar, unas pocas
empresas de gran dimensión ocupan la totalidad del mercado reduciendo las opciones disponibles. La subordinación
de un conjunto de actores en aras de la predominancia de unos pocos produce un círculo que se retroalimenta
incrementando la fortaleza de esos pocos y reduciendo la significación del resto. La concentración puede promover
incluso la desaparición de actores pequeños o marginales. Ahora el proceso de concentración de sistemas de medios
es cuando grandes grupos de comunicación y de industrias convergentes operan en simultáneo en diferentes países
y en distintos rubros. La concentración es fruto de un proceso complejo que importa factores económicos, políticos y
tecnológicos. Conceptualmente, se diferencia la concentración de la propiedad, que implica la centralización de
capitales de una actividad económica en pocas manos, por un lado, de la concentración de las audiencias o
mercados, que implica que la mayor parte de los usuarios finales de un medio de comunicación confluyen en una
misma opción de consumo, por el otro. Efectos: en los medios de comunicación, la concentración conduce a una
reducción de las fuentes informativas (que genera menor pluralidad de emisores), a una relativa homogeneización
de los géneros y formatos de entretenimiento (que implica que se estandarizan géneros y formatos, resignando
diversidad de contenidos), a una predominancia de estilos y temáticas y a la concomitante oclusión de temas y
formatos en los medios de comunicación y en el resto de las actividades culturales. La concentración de medios
tiende a la unificación de la línea editorial. Es difícil que en un mismo grupo de comunicación se hallen divergencias
profundas sobre temas que son sensibles en la línea editorial. Cuando se trata de tomar partido por medidas
importantes es difícil que un mismo grupo albergue posiciones realmente diversas. Otro efecto es el sesgo
informativo: los medios no suelen informar con ecuanimidad cuando empresas del mismo grupo lanzan un producto
al mercado, del mismo modo que tampoco son desinteresadas las coberturas noticiosas cuando son los
competidores (en algún mercado) los que generan el lanzamiento. Otro impacto de la concentración es el de la
centralización geográfica de la producción de contenidos e informaciones en los lugares sede de los principales
grupos. Buenos Aires en Argentina, San Pablo y Río en Brasil, Santiago en Chile, son ejemplos contundentes. Este
impacto también debilita el espacio público y empobrece la disposición de distintas versiones sobre lo real por parte
de las audiencias/lectores, condenando a una su representación a vastos sectores que habitan en el “interior”. La
concentración, además, supone un ambiente de precarización del empleo: porque desaparecen medios y porque los
existentes tienden a fusionarse generándose economías de escala y ahorro de costos laborales. Y además porque en
un sistema de medios muy concentrado, los periodistas tienen pocas alternativas de conseguir un buen empleo si se
enfrentan con alguno de los grandes grupos, dada la tendencia a la cartelización del sector. El delicado tema de la
autocensura en la profesión no debería eludir la consideración de este aspecto. Las medidas para contrarrestarla son
reglas de protección y promoción del pluralismo que incentivan la existencia de diversas voces. Sectores empresarios
(de diferentes escalas y tamaños), comunitarios, civiles, cooperativos, sindicales, públicos no-gubernamentales…
este conjunto diverso y heterogéneo respalda la generación de alteridad frente a la existencia de grandes y
poderosos grupos. También hay reglas que obligan a los grandes grupos a incorporar cuotas de contenidos
independientes, federales, de protección a las minorías. La Convención de la UNESCO sobre diversidad cultural
refuerza estas direcciones, que no han sido exploradas, salvo excepciones, en la región latinoamericana. Los tipos de
Concentración: Integración horizontal (mona media). Se da cuando una empresa o grupo de empresas controla
varias unidades de producción en la misma fase del proceso productivo y en el mismo mercado, de manera que los
productos o servicios que ofrecen dichas unidades de producción son, desde el punto de vista del comprador,
idénticos, o cuando menos sustitutivos. Este sería el caso, por ejemplo, de un grupo de comunicación que controlase
simultáneamente varias televisiones que difundiesen sus programas en el mismo territorio. Integración vertical.
Cuando una empresa o un grupo de empresas está presente en varias fases del proceso de producción. Como
ejemplos de integración vertical (que son cada vez más frecuentes) cabe citar el de los operadores de televisión que
controlan también los equipos necesarios para la recepción de los programas (como los decodificadores); o el de los
operadores de infraestructuras de telecomunicaciones que prestan directamente servicios de televisión, y que han
adquirido derechos de retransmisión exclusiva Integración multimedia. Cuando una empresa o un grupo de
empresas controla simultáneamente distintos tipos de medios de comunicación. Un ejemplo de este supuesto de
integración sería el de una empresa que controlase al mismo tiempo emisoras de radio, cadenas de televisión,
periódicos, etc. Conglomerados (integración multisectorial). Cuando una empresa o grupo de empresas está
presente en el sector de los medios de comunicación y al mismo tiempo también lo está en otros sectores
económicos. Existe el peligro de que los medios de comunicación se conviertan en el brazo mediático de un gran
8

grupo empresarial o financiero. Ejemplos de conglomerados pueden ser los bancos o constructoras que invierten en
televisión y telecomunicaciones. Integración internacional. Cuando una empresa de comunicación está presente en
distintos mercados nacionales de medios de comunicación. Muchas empresas de televisión buscan conseguir así
economías de escala y aprovechar su know-how operando en países distintos de aquél en que originariamente
comenzaron a prestar sus servicios. Las vinculaciones que se pueden establecer entre el modelo de estado
Neoliberal y los procesos de concentración en la comunicación son: La liberación, desregularización y privatización
de las principales áreas informacionales. Con la incorporación de los capitales extranjeros de una industria a la otra y
la poca profundización de la intervención estatal en el control de esas actividades. Telecomunicaciones en Estados
Unidos: Existe una clara evidencia de políticas en relación al telégrafo eléctrico y el teléfono. En los EE. U, el telégrafo
se convirtió rápidamente en un monopolio privado, cuyo propietario fue Western Unión. El teléfono, cuando llegó,
también fue virtualmente monopolizado, aparte de las operadoras locales, por la corporación AT&T. Cuando
Western Unión y AT&T se fusionaron en 1913 llegaron a un acuerdo con el gobierno, aceptando cierta separación de
los servicios y la regulación a cambio de un efectivo monopolio sobre las comunicaciones telefónicas y telegráficas
de larga distancia. Este modelo de regulación gubernamental y monopolio privado fue el núcleo de la primera
política de comunicación de los EE.UU.

En Gran Bretaña: La ley reservaba todos los servicios de telégrafo para la Oficina de Correos ya desde 1868, y el
mismo patrón fue seguido en Alemania, Francia, Holanda y Suecia. La política europea fue constituir monopolios
públicos, y en tanto eran servicios de utilidad pública, fueron efectivamente una rama del gobierno, el teléfono y el
telégrafo, junto con los servicios postales. El monopolio de estado fue observado como la mejor manera de servir al
interés nacional (y por lo tanto público). El fin de la Segunda Guerra Mundial otorgó la posibilidad y en ciertos casos
la necesidad de reconstruir íntegramente el sistema de medios sobre líneas más democráticas luego de la guerra, la
ocupación o la dictadura. El espíritu general de época estaba favorablemente predispuesto al cambio progresivo y al
planeamiento social en todas las esferas de la vida. Es así que: A) La experiencia de Estados Unidos: El mayor soporte
para una política pública de medios fue provisto bajo la influencia de la Comisión Americana sobre Libertad de
Prensa de 1947. Ésta realizó un claro vínculo por primera vez entre la libertad de prensa y la “responsabilidad social”,
en el sentido de la obligación de proporcionar información y noticias fidedignas y relevantes, así como también
oportunidades para hacer posible que diversas voces puedan ser oídas en la arena pública. El acercamiento europeo:
En varios países se ejerció presión para que se promoviera la diversidad de propietarios y de contenidos, se limitase
el monopolio, y se diera tratamiento más efectivo a las quejas contra la prensa. Las medidas tomadas para mantener
la diversidad de prensa incluían el espíritu de una prensa “libre y responsable” como directriz de la política. Pero
también involucraba numerosos tipos de apoyos económicos, incluyendo subsidios directos para periódicos, bajo
ciertas condiciones y límites en la propiedad.

b) Políticas públicas de comunicación; describa políticas y planes de fomento a la producción durante el


Kirchnerismo, señale criterios distributivos y relaciones con la LSCA. Reflexione: ¿qué vinculaciones se pueden
establecer entre las políticas de fomento a la producción y el rol del Estado durante el “ciclo de gobiernos
progresistas latinoamericanos” (De Moraes)

El concepto de “acceso a la comunicación” se aplica a la estructura, el contenido y las audiencias y puede ser
definido en general como la posibilidad para los individuos, los grupos de individuos, organizaciones e instituciones
de compartir los recursos de comunicación de la sociedad; esto es, participar en el mercado y en la distribución de
servicios y en el mercado del contenido y los servicios de comunicación, tanto como emisores y receptores. La
libertad de comunicación y el libre e igualitario acceso están relacionados a la pregunta acerca de quien detenta el
control del proceso de comunicación real. Están también legitimados por objetivos y normas que emanan del
espíritu de la democracia y de ideas de ciudadanía. El acceso tiene que ser entendido tanto en términos de
capacidad de recepción como de emisión. Durante el Kirchnerismo se sanciono la ley de medios y se extendieron
licencias a diferentes medios alternativos, se creó el canal encuentro y se le dio un gran sustento al desarrollo del
cine nacional. Esto tiene que ver con la intención de la ley de medios de democratizar la comunicación haciendo
9

posible que todas las voces sean escuchadas, teniendo así todos los derechos a la palabra. Se puede vincular estas
políticas con las del resto de los países latinoamericanos durante la época desde el lado participativo del Estado
como un actor regulador y promotor de la libertad de expresión.

c) Convergencia: definición, características, relaciones con el proceso concentra torio. Reflexione: ¿en qué
sentido Becerra sostiene que los argumentos en torno a la convergencia se fuerzan como parte de un proceso de
cobertura de la restauración neoliberal para el sistema de medios?

La idea de la convergencia descansa en la homogeneización de los soportes, productos, lógicas de emisión y


consumo de las industrias info-comunicacionales, incluidas, además de las tres mencionadas en el párrafo
precedente, la prensa escrita y la edición. En los hechos, los grupos y plataformas multimedia suponen la posibilidad
de imbricación de tecnologías, culturas y tradiciones de producción y procesamiento informativo, y distribución de
las diferentes actividades info-comunicacionales que suscita el concepto de convergencia, a la vez que ilustran
mediante transacciones vertiginosas y multimillonarias las esperanzas depositadas en nuevos horizontes que
corresponde a la convergencia materializar. Inicialmente tecnológica, la idea de la convergencia supone impactos en
escenarios relacionados con las culturas de producción, las formas de organización, las rutinas de trabajo, los
circuitos de distribución, las políticas de reglamentación y control, y las lógicas de consumo de los bienes y servicios
info-comunicacionales. Entre las debilidades que se destacan en el contraste entre el discurso acerca de la
construcción del modelo de la Sociedad de la Información y la configuración en proceso de los mercados de las
actividades info-comunicacionales, es digno de mención el carácter oligopólico que las diferentes industrias van
adoptando. Este carácter oligopólico expresa una paradoja del modelo: por un lado, fortalece las expectativas de
convergencia porque supone que las corporaciones dominantes en los diferentes sectores van tejiendo alianzas,
estableciendo fusiones, desarrollando concentraciones e integraciones; pero, por otro lado, contradice el objetivo de
incremento de la competencia y la apertura de mercados enunciado por los organismos y gobiernos interesados en
la construcción de la sociedad informacional. Por último, este tipo de mercados tiende a ser inasible para los
objetivos reglamentarios de carácter local, regional o nacional, toda vez que incluyen la participación protagónica de
actores transnacionales gigantescos.

5- ¿Qué es el neoliberalismo? ¿Qué variaciones estatales, sociales, políticas y económicas implica? Explique
cada una de esas dimensiones. (Ligarribay; Crouch, Svampa)

El neoliberalismo es una corriente político-económica que propugna la reducción de la intervención del Estado al
mínimo, tanto en materia económica como social, defendiendo el libre mercado capitalista como mejor garante del
equilibrio institucional y el crecimiento económico de un país. Los neoliberales, promueven el fortalecimiento de la
economía nacional (macroeconomía) y su entrada en el proceso globalizador a través de incentivos empresariales. A
finales de los años 70, estas teorías ganaron amplia popularidad en el mundo académico y político por dar respuesta
al fracaso del keynesianismo en la gestión de la crisis de 1973. Como lo plantean Bergesio y Fondas:” con el gobierno
militar de 1976, en el país se instaló el neoliberalismo”, la apertura de la economía, la destrucción del aparato
productivo existente, acompañados por una violencia estatal que rompe los lazos y las conquistas sociales logradas
en el modelo anterior. Con este modelo el eje pasa del trabajador al consumidor; el nuevo Estado se achica y
minimiza su intervención en asuntos sociales y pasa a ser un organismo al servicio del mercado. Entre las cuestiones
ampliamente promovidas por el neoliberalismo están la extensión de la iniciativa privada a todas las áreas de la
actividad económica o la limitación del papel del Estado. Propone que se deje en manos de los particulares o
empresas privadas el mayor número de actividades posible (privatización de empresas públicas). Se considera que
los agentes privados tienden a ser más productivos y eficientes que los públicos y que el Estado debe reducirse para
ser más eficiente y permitir que el sector privado sea el encargado de la generación de riqueza.

6- Describa la política de comunicación de la dictadura del ’76 (organismos específicos, objetivos, normas,
prácticas, relación empresas-gobierno, clasificación de material) y relaciónela con los objetivos del llamado Proceso
de Reorganización Nacional. (Postolsky y Marino; Loreti)

En primer lugar, creemos que es necesario definir o tener en claro, fuera de nuestro imaginario colectivo inmediato,
lo que es o fue la dictadura como tal para enmarcar la política comunicacional del momento. Esta forma de gobierno
es una forma de ejercicio del poder estatal no sujeta a la decisión o control de una autoridad superior. Posee una
10

marcada concentración del poder, donde la transmisión de la autoridad opera de arriba hacia abajo; tiene como
principales características la violencia, el poder arbitrario y concentrado, la transgresión constitucional y la sucesión
del poder controlada. Este proceso se realiza a través de Golpes militares bajo el fin de reestructurar la economía y la
política de una sociedad. De esta manera las FFAA toman por asalto el Estado (del cual son parte), desplazando al
poder civil y gobernando apelando a mecanismos de selección, decididos y ejercidos por jerarquías militares. Ahora
bien, particularmente en Argentina el objetivo de estos sectores fue edificar un sistema de dominación estable, con
otro contexto institucional y con nuevas reglas de juego, sobre el cual asentaron su poder la corporación militar. El
control por parte de los militares se organizó a través de sistemas de medios. Es así como los distintos sectores
golpistas se apoderan de los medios gráficos, señales radiales y televisivas. Lo mismo ocurrió con organismos que
legislaba el espectro mediático. Entre los medios se observa una aplastante presencia del Estado dictatorial. Él era el
único generador de noticias, la única fuente de información, era quien gestionaba las emisoras radioeléctricas y era
el principal anunciante. Hubo además todo un sistema de represalias y privilegios en el papel prensa, topología de
medios gráficos, locación de espacios radiofónicos y se empeoraron las condiciones de trabajo. Todo ello era
acompañado por la persecución constante de lo considerados traidores a la patria. Con respecto a la Infraestructura
técnica se incorporó el PAL, sigla que significa Phase Alternating Line (en español línea de fase alternada). Es el
nombre con el que se designa al sistema de codificación utilizado en la transmisión de señales de televisión analógica
en color en la mayor parte del mundo. Por otro lado, se realizó una transferencia de acciones y se conformó una
fábrica de papel prensa entre los grandes medios gráficos y el Estado. Con respecto al Plan Nacional de
Radiodifusión, hubo un control total y se propuso la privatización de las radios. La dictadura entonces, nunca delegó
el control de los medios. Los contenidos correspondían a los intereses del Estado (control ideológico) y a los
intereses de los empresarios (lucro). Hubo un rol subsidiario por parte del Estado, las Licencias eran solo
comerciales, hubo control sobre propietarios, prohibición de emisión en red, financiamiento por publicidad y
renovación automática de licencias (15 años + 10). En este sentido, podemos decir que en la Dictadura del ’76
existieron organismos específicos de control. La política comunicacional tenía como meta generar consenso. Es así
como aparecieron normas y prácticas que se debían respetar, represión al mercado periodístico y relaciones entre el
sector empresarial mediático y el gobierno. Además, hubo un proceso de censura y de autocensura que comenzó en
el año 1976 y terminó en 1980. Desde esa fecha hasta el ’83 se produjo el quiebre en dicha censura. Podemos decir
que la política comunicacional fue explícita y activa. El objetivo fue generar un consenso social a través de la lucha
represiva y un nuevo patrón de acumulación. Hubo censura, control y gran dependencia económica. La Legislación
estuvo basada en la Doctrina de Seguridad Nacional a través del afán de lucro y sin acceso para sectores populares.
No se tuvieron en cuenta los derechos a la información, a la comunicación ni a la libre expresión. Con respecto al
proceso de Reorganización Nacional, este tuvo como objetivo consolidar un proyecto hegemónico, aplicar medidas
liberales, garantizar la autonomía represiva del Estado. El Terrorismo de Estado también se hizo presente a través de
la política cultural destinada a explotación clasista, reconversión económica y reconfiguración simbólica. Además del
proyecto nacional sistemático y la infraestructura semi-clandestina de control cultural. Represión de toda
discrepancia, Exilio, desapariciones, asesinatos, Universidades desmanteladas y quiebre de organizaciones y
lealtades sociales por el miedo y la persecución fueron situaciones protagonistas del nuevo proceso de “Reformar y
Silenciar a la Sociedad”.

7- ¿Qué características tiene la sociedad neoliberal excluyente desarrollada por Maristella Svampa? Explique el
proceso de fragmentación de la ciudadanía durante los gobiernos neoliberales. (Svampa)

Como lo señala Maristella Svampa: ´en los 90 asistimos al final de la "excepcionalidad argentina" en el contexto
latinoamericano, ésta consistía en la existencia de una lógica igualitaria de la matriz social, un modelo de integración
favorecido por la existencia de un Estado Social (modelo nacional-popular). Las transformaciones de los 90´
desembocarían en un inédito proceso de "des colectivización" de vastos sectores sociales, por la entrada en un
período de "individualización" de lo social´. Respecto al derecho laboral, mercantil y las regulaciones económicas
generales el neoliberalismo propugna la "flexibilización" laboral. La política de la flexibilidad laboral apuntó a
reformular las fronteras del trabajo asalariado, al tiempo que afectó fuertemente la capacidad de representación y
de reclutamiento del movimiento sindical. Este proceso de desregulación produjo una fuerte dinámica
descolectivizadora, que significó para un gran número de individuos y grupos sociales, la entrada en la precariedad.
Este nuevo escenario social, que otorga primacía al mercado como mecanismo de inclusión, trajo como
11

consecuencia la fuerte erosión del modelo de ciudadanía social asociado al estado de Bienestar. El proceso de
individualización que acompañó el retroceso de la ciudadanía, afectó particularmente a las clases populares e
impulsó el desarrollo de redes de sobrevivencia.

8- ¿Cómo se expresa territorialmente el proceso de modernización excluyente descripto por Svampa y cómo se
configura productivamente cada región? Explique las asimetrías entre ellas. (Svampa)

La crisis social argentina durante el periodo que se marca, respondió principalmente al doble proceso de
modernización y exclusión que afectó al sistema económico nacional, el cual se reprodujo en cada una de las
regiones que lo integran. Asimismo, la crisis social que Argentina sufrió en el último tramo del siglo XX y principios
del XXI, fue el resultado de las erradas políticas económicas neoliberales implementadas a lo largo de la década de
los 90. Una idea económica que pensaba a la distribución de la riqueza como algo que ocurría según el nivel de
astucia de los ciudadanos. La política de apertura económica significó el desmantelamiento de la red de
regulaciones que garantizaban un lugar a las economías regionales en la economía nacional. Esta política mantuvo
las asimetrías regionales preexistentes al tiempo que conllevó la crisis y desaparición de actores sociales vinculados
al anterior modelo (economías regionales ligadas a empresas estatales, pymes, minifundios). El impacto que tuvo el
ajuste y la puesta en marcha del modelo neoliberal dejó tres grandes zonas económicamente diferenciadas (informe
del PNUD) Área Central: de gran desarrollo económico, que se caracteriza por la existencia de economías urbanas de
servicio, así como por la existencia de estructuras económicas de gran tamaño y diversificación (Buenos Aires,
Córdoba y Santa Fe). Área mixta: conformada por las provincias patagónicas, caracterizadas como estructuras
productivas basadas en el uso intensivo de recursos no renovables. Lo notorio aquí es la presencia de grandes
empresas multinacionales, beneficiadas por el proceso de privatización. Estas provincias sufrieron sin embrago los
efectos del pasaje de un modelo de “civilización territorial” a un esquema de explotación más asociado a una
economía de enclave, ligada a las exportaciones, cuyos beneficiarios difícilmente llegan a derramarse sobre el
conjunto de los actores sociales de la zona. Área periférica: se mantienen rezagadas en términos de crecimiento
económico. Estas provincias se caracterizan por un deterioro económico mayor que el de otras áreas del país. Entre
las provincias periféricas intermedias, están las provincias de Río Negro, Tucumán, Salta y la Pampa, donde se
detecta la convivencia de núcleos de explotación económica tradicional con desarrollos más modernos
(agroindustria). En el grupo de las provincias periféricas rezagadas, caracterizadas por fuertes rigideces en su aparato
productivo, están misiones, San Juan y Jujuy, mientras que la rioja, Santiago del Estero, Corrientes y Formosa
presentan un marcado retraso productivo y empresarial. La modernización excluyente fue adoptando formas
territoriales cada vez más radicales, ilustradas de manera emblemática por el proceso de auto segregación de las
clases medias superiores, a través de la expansión de las urbanizaciones privadas (barrios privados), así como por la
segregación obligada de un amplio contingente de excluidos del modelo, reflejada en la multiplicación de las villas de
emergencia y los asentamientos. Paralelamente a esto, se produjeron a su vez desigualdades con respecto a la
comunicación masiva, las cuales se observan claramente en el texto de Aníbal Ford. En este contexto, se produjo una
concentración geográfica de la producción de contenidos, impulsada por el afán de la acumulación financiera,
llevadas a cabo con las reformas estructurales neoliberales de la década de los ’90. A partir de esta época
observamos la privatización de los canales de aire, centralización productiva e informativa que invisibilizan a
enormes sectores de la población, precisamente al interior del país; esto permitió la constitución de los grupos
multimedia en Argentina, lo que estuvo encabezado por el capital nacional proveniente principalmente del sector
gráfico. Este cruce entre el sector periodístico gráfico y el audiovisual fue el puntapié inicial para la formación de
grandes conglomerados de medios. La Capital Federal concentra de manera poderosa la producción del país: el 93 %
de la producción nacional que circula por la TV (se produce en Capital Federal), un 90 % de la comercialización de la
programación extranjera; con respecto a la gráfica, la producción del 65 % de los diarios; y casi el 98 % de las
revistas. Del 93 % de la programación nacional, producida en Capital Federal, un 6 % trata del interior. Frente al
avance de la cultura transnacional este tipo de desequilibrio debilita la defensa de la autonomía cultural del país, la
cual es fundamental para el desarrollo social pleno e independiente de toda la sociedad.

9- ¿Cuáles fueron las principales variaciones de los medios en Argentina durante la década de 1990 y cómo se
relacionan con el Neoliberalismo? (mencione cambios en la normativa a través de decretos y dé ejemplos de
procesos de concentración durante esa década)
12

Las principales variaciones de los medios en Argentina a partir de 1990 fueron diversas. Una de ellas, como marcan
Martini y Becerra, es que hoy es necesario partir de la lógica del mercado globalizado y luego intentar comprender
sus diferentes escalas. Es decir que se pasó de ser un sector “estático y protegido” a un sector “dinámico,
concentrado, transnacionalizado, de alta rentabilidad y donde cada vez se encuentran comprometidos mayores
volúmenes de capital”. Una de las razones es la publicidad y su expansión como mecanismo privilegiado de
financiamiento. El grupo Clarín y la difusión de sus periódicos le permitían lograr una fortaleza económica y, así,
convertirse en uno de los principales grupos de la región. Presencia del capital financiero transnacional,
concentración y centralización de capital, incorporación intensiva de nuevas tecnologías y expansión de los servicios
ofertados fueron las características de la radiodifusión y de las telecomunicaciones durante los años 90. Fue
entonces cuando el sector de las comunicaciones experimentó con una velocidad desconocida la transferencia de
prácticamente la totalidad de los principales medios de radiodifusión a nuevos agentes vinculados principalmente al
mercado financiero y a los protagonistas de la convergencia tecnológica. Fruto de los cambios ocurridos y de un
agudo proceso de concentración empresarial se conformaron dos grandes conglomerados mediáticos, el Grupo
Clarín y la sociedad CiticorpEquitInvestment(CEI)-Telefónica, que protagonizaron el duopolio más significativo en las
comunicaciones sociales de la argentina de finales del siglo XX. En relación al neoliberalismo, Perry Anderson afirmó
que la Democracia Representativa no es un valor supremo en sí mismo. Es decir que el grado de concentración de la
propiedad de los medios ha clausurado un desarrollo más democrático y la aglutinación del capital en manos de muy
pocos no es solo un problema audiovisual. El primer país en contar con televisión fue México, en el año 1950
(TELEVISA, de la mano de su fundador Emilio Azcárraga). Su proceso de concentración tuvo lugar en la relación que
este grupo mantenía con el Partido Revolucionario Institucional (El partido gobernante de esa época). Gracias a esta
alianza Televisa logró instalar emisoras en todo el país. Una de sus características principales fue contar con la última
tecnología disponible, que le permitió vender sus productos al mercado latinoamericano e hispano norteamericano.

Por otra parte, en 1964, Brasil y el grupo GLOBO utilizaron otro proceso de concentración que consistió en desplazar
a sus principales competidores y comenzar su expansión nacional. Su relación con el Estado, trató de las cuantiosas
inversiones que realizó el Gobierno para realizar las telecomunicaciones. Sus productos de origen más fuerte fueron:
las telenovelas. En la década de los 60, el Estado venezolano y el Grupo Cisneros fueron los que impusieron las reglas
del juego comercial, sin comprender el proyecto político del Gobierno. Su proceso de concentración provenía de un
holding empresarial, y no de la radiodifusión. Posteriormente, se distinguen dos momentos en el devenir de la
radiodifusión en los 90: Periodo 1989-1995, caracterizó por la presencia de agentes nacionales en un mercado
oligopólico cuyas expresiones sobresalientes fueron los grupos multimedia en este sentido los agentes nacionales
fueron unos los sectores favorecidos por las privatizaciones. Las cabeceras de estos agentes fueron los canales de Tv
de la Ciudad de Buenos Aires. Así en esta etapa se destacaron Clarín (Canal13) y TELEFE (Erial Atlántida -Familia Vigil-
Canal 11) y otros grupos menores: Canal 2 de La Plata, Canal 9 y el incipiente grupo Uno. En el sector de las
telecomunicaciones se produjo el ingreso de capitales procedentes de entidades financieras y de operadores
internacionales de telecomunicaciones. Un ejemplo caro lo constituyó la alianza de Telefónica Internacional con el
Citibank –Cei, a través de la empresa Telefónica Argentina. 1995 -2000 el aumento de la presencia de capitales
extranjeros (empresas de telecomunicaciones y transnacionales de la comunicación) al adquirir las principales
empresas de radiodifusión del país. En los 90 en el ámbito de la radiodifusión se asintió al debilitamiento de los
mercados oligopólicos nacionales radiofónico y televisivo construido sobre el sistema de alianzas de las burguesías
propietarias de los medios de comunicación y el aparato del Estado. Las pérdidas de poder y de control de mercados
de los agentes tradicionales se produjeron por el traspaso de propiedades a empresas extranjeras en un escenario
de convergencia e incremento de servicios, violando o modificando la legislación vigente. El sistema de televisión
abierto se estructuró a partir de la actuación de empresas comerciales organizadas en red: canales de cabecera,
emisoras asociadas y repetidoras, donde repetían la programación originada en Buenos Aires y en la distribución de
programas extranjeros, principalmente enlatados de origen estadounidense. De este modo el panorama televisivo
tuvo como protagonistas a grandes capitales de orígenes diversos, integrados en conglomerados multimedia que
gestionaron los canales de cabecera e incluso los provinciales en términos de propiedad los grupos detentaron las
posiciones dominantes en un sistema hiperconcentrado. A estos se correspondieron, en estrecha relación otros tres
tipos de agentes cuya importancia creció significativamente es esos años: Las productoras audiovisuales
13

independientes de capital nacional ligadas a los canales de cabecera; Pol-Ka producciones con canal 13, Ideas del Sur
con Canal 11 y Cuatro Cabezas con canal 2. Los poseedores de derechos de retransmisiones deportivas,
especialmente las vinculadas al fútbol: TyC. Las agencias internacionales de publicidad. La configuración del sistema
de televisión por cable estuvo orientada por la lógica de conformación de los poderosos grupos multimedia para
luego enrolarse en las estrategias de las grandes plataformas. En este sentido, podemos señalar la concentración en
manos de grandes operadores internacionales del servicio de televisión por cable, por medios de la propiedad
directa y/o control de las señales. Multicanal y Cablevisión pasaron a controlar más del 70% de los cinco millones de
abonados del país. El capital internacional se posicionó como poseedor de las redes de mayor cantidad de abonados
y de los principales paquetes de señales. A mediados de la década de los 90, el transporte de señales de
radiodifusión vía satélite vino a presentar una alternativa a la oferta multiseñal de la tv por cable. Asimismo, la
digitalización de las emisiones de la tv satelital posibilitaba ofertar una gama de servicios más amplia que la de las
señales audiovisuales como al acceso a Internet o los servicios interactivos. En 1998 asociado con la multinacional
GLa,el grupo Clarín lanzó DirecTv y en el 2000 Sky Televisión comenzó a operar en Argentina. La transformación de la
radiodifusión sonora no resultó menos considerable durante estos años, la mayoría de las emisoras fue fraccionada
por la lógica de incorporación que proponían los multimedios. En el caso de las radios AM legales, el proceso de
concentración y desnacionalización de la propiedad fue desarrollándose en sincronía con el sector televisivo. En un
primer momento las radios porteñas y los principales provinciales pasaron a formar parte de los grupos multimedia
de capital nacional: Canal 9: radio Libertas, Grupo Clarín-Canal 13: Radio Mitre y Fm 100. en un segundo momento,
se produjo la adquisición de las principales radios por parte de capitales extranjeros. Los conglomerados mediáticos
y las cadenas de radiodifusión que se fueron organizando hasta el 99 lo hicieron en su gran mayoría, violando la ley
22.285. las restricciones antimonopólicas, los límites a la publicidad, las responsabilidades del servicio derivada de la
licencia, etc, fueron modificados poco a poco durante los gobiernos de Carlos Menem, siempre en una dirección
unívoca que salvaguardó los intereses de los grandes grupos económicos: Ingreso de capitales extranjeros: se
elimina el requisito de diez años de residencia para socios extranjeros.

Se amplía el número de licencias por operador de 4 a 24 en el país, facilitando la concentración en pocos operadores
(Telefónica, Clarín, Grupo Uno, etc). Se autorizan las cadenas permanentes de transmisión. Se autorizan las
trasferencias de licencias facilitando la compra-venta de medios y haciendo muy difícil el seguimiento de los
compromisos de los licenciatarios con el servicio. La matriz del estado Neoliberal resultó fértil para realizar cambios
en el sistema de medios argentino en los 90. Esto se debe a dos razones generales: Ligazón estructural: la premisa
neoliberal de recomposición de las relaciones entre Estado, el mercado y las empresas, necesariamente aquellas
vinculadas al campo de la comunicación masiva. El conjunto de factores externos que se sumó al escenario nacional
en el 89, particularmente vinculados a organismos de asistencia técnica y crediticia, tenían intereses concretos en
este sector. Globalización: el proceso de globalización económica y cultural fue otro escenario determinante y
concomitante a la vez para el proceso de transformación de medios. La internalización de los procesos productivos y
el dinamismo de los flujos financieros y comerciales extranjeros encontraron en Argentina un campo ventajoso para
nuevas oportunidades de negocios.

10- ¿Cómo describen Mastrini y Becerra los procesos de concentración de la TV en América Latina y su relación
con el Estado? Considere: grupos regionales en el mercado de la información y el entretenimiento; integración con
grupos del mercado mundial; lugar de la sociedad civil (acceso). (Mastrini y Becerra)

En América Latina tempranamente se advirtieron los problemas generados por una excesiva concentración de la
propiedad de los medios. En los años setenta los estudios de sociopolítica de la comunicación definieron dos
dimensiones de la concentración: geográfica y económica. La primera hace referencia a la centralización de la
producción, distribución y consumo cultural en los grandes centros urbanos. Amplias regiones de los distintos países
latinoamericanos quedaron, y en muchas ocasiones quedan, fuera del alcance de estaciones de radio y televisión, así
como de los circuitos cinematográficos. De esta forma, la diversidad cultural de los países de la región se vio
reducida en muchos casos a la visión de las elites capitalinas. La concentración económica se vincula con el complejo
entramado de relaciones que tempranamente se estableció entre el poder político, el poder económico y los
propietarios de los medios. En algunos países latinoamericanos la incipiente burguesía industrial estimuló la difusión
de la radio y la televisión. Igualmente, la propiedad de los medios de comunicación en manos de los grupos
14

hegemónicos dificultaba la aparición en los medios de voces que cuestionaran las estructuras sociales vigentes. Un
fenómeno paralelo al de la concentración de la propiedad estuvo constituido por la fuerte influencia de la
producción cultural extranjera, especialmente la que provenía de Estados Unidos. Los estudios críticos de la época
caracterizaron la situación con los conceptos de concentración y dependencia. Ya en la década del noventa se
aprecia un contexto de mayor competencia internacional de capitales, con una gran cantidad de acuerdo, compras y
fusiones de empresas de medios. En fin, el alto nivel de concentración oligopólica de las telecomunicaciones y el
audiovisual constituye uno de los elementos que permiten explicar la convergencia, que remite a la reunión de dos
mundos de la comunicación, que gracias a la informática pueden converger en tres niveles: Tecnológico, de actores y
de servicios. Pues la internacionalización de los mercados lleva a la constitución de grupos de comunicación: Los más
destacados de América Latina, Televisa de México, Cisneros de Venezuela, Globo de Brasil y Clarín de Argentina,
intentan constituirse en los interlocutores regionales de los grandes grupos multinacionales. A partir de la década del
ochenta, en América Latina, se relajaron las legislaciones nacionales, se dio comienzo a un feroz proceso de
concentración internacional de las industrias culturales y la operación de medios más importante fue la compra de la
cadena de la televisión americana ABC por Capital Cities, por un monto de 340 millones de dólares. Ya en la década
de los noventa, se comprueba un proceso de diversificación multimedia, con la consolidación de los grupos más
importantes. La operación más significativa fue la fusión de otra cadena, la CBS, con VIACOM por 37.000 millones de
dólares. Ya en el siglo XXI aparecen operaciones que buscan combinar los grupos multimedia con otros que
favorezcan la interactividad de las audiencias. Es una etapa interactiva. La operación más importante es AOL- Time
Warner que implicó 350.000 millones de dólares. De esta forma, en poco menos de 20 años las sumas invertidas se
multiplican exponencialmente, dando cuenta de la centralidad de los procesos de concentración en las industrias
culturales.

12- ¿Por qué es importante legislar sobre industrias culturales? ¿Cuál es la situación de Latinoamérica en la
materia? (García Canclini)

Néstor García Canclini explica que, de acuerdo con el panorama actual de las industrias culturales, sustentado en las
investigaciones sobre medios masivos y usos económicos de las artes y del patrimonio histórico, se pueden postular
siete razones por las cuales es importante legislar sobre las industrias culturales. En primera instancia destaca la
incidencia de las industrias culturales en la formación y participación ciudadana. De acuerdo con este postulado, las
industrias culturales se desenvuelven como lugares de información y sensibilización respecto de cuestiones de
interés común y deliberación entre sectores sociales, dentro de la esfera pública. Han adquirido protagonismo en la
conformación de los imaginarios sociales. Por estas razones es necesario regular el intercambio mediático donde la
participación se torna decisiva para ejercer la ciudadanía. Una segunda razón es que el funcionamiento de las
industrias culturales se encuentra vinculado al desarrollo socioeconómico, así como a movimientos de amplia escala
en la economía mundial. Dan cuenta de esto industrias como la musical y la audiovisual que tienen una notoria
participación en el PBI de países como Estados Unidos. Por ello se torna necesario intervenir en la distribución
desigual que caracteriza a dicho movimiento económico, teniendo en cuenta que las industrias culturales son
recursos estratégicos para el enriquecimiento de las naciones, la comunicación y participación de sus ciudadanos y
consumidores. En tercer lugar, resulta necesario que los Estados adecuen su accionar a las necesidades de interés
público en la presente etapa de desarrollo cultural, contemplando los modos de financiamiento, promoción, difusión
y recepción de la cultura. Deben revisar además cuestiones como las referidas a la propiedad intelectual y los
derechos de autor, la organización industrial de la producción cultural y los acuerdos internacionales al respecto.
Como cuarta razón para legislar sobre industrias culturales, se resalta la necesaria intervención estatal dentro de un
espacio de competitividad y conflictividad entre intereses públicos y privados, generado a partir de la confrontación
de poderosos actores nacionales y transnacionales y de las demandas sociales referidas al campo de la producción
cultural. Uno de los argumentos que justifica la intervención estatal es que, al contrario de lo que intentó instalar la
lógica neoliberal, la reincidencia de los malos hábitos de las empresas, como el exhibicionismo de violencia en
15

televisión, demuestra que la capacidad del mercado para regularse a sí mismo es escasa. En quinto lugar, se alude a
que existe una tendencia a desregular por completo las inversiones en cultura, lo cual constituye una amenaza al
patrimonio tangible e intangible de cada nación. Esto es así porque a la vez que este proceso lleva a la desaparición
progresiva del patrimonio cultural como expresión de pueblos y o individuos, facilita la incidencia desmedida de los
capitales extranjeros en el espacio local, así como la creciente comercialización del patrimonio que entre otras
consecuencias tiende a borrar las marcas de la autoría. Otro motivo para legislar se debe a que la mercantilización de
las industrias culturales deja desprotegidos a los artistas y consumidores de cultura. Esto a su vez lleva contemplar
que la esfera pública comprende derechos e interacciones sociales irreductibles al funcionamiento del mercado. Se
requiere situar la expansión mercantil y las diversas interconexiones en políticas culturales que reconozcan los
intereses plurales del conjunto de artistas, consumidores y de cada sociedad. Se trata de generar una participación
más democrática en la selección de lo que ha o no de circular, de quiénes y con qué recursos se relacionarán con la
cultura, y quiénes decidirán lo que entra o no en agenda. Como última razón se expone las ventajas del desarrollo
cultural en Iberoamérica, que dan lugar a instancia propicia para la aplicación de políticas culturales. Se pude notar la
intervención de factores como la reducción sistemática de las tasas de analfabetismo, el incremento sostenido del
nivel educativo medio y el incremento exponencial en densidad mediática. Políticas sobre la Industria Cultural en
Latinoamérica. Latinoamérica se presenta como un continente posicionado en desventaja en cuanto a la distribución
desigual de los ingresos y del movimiento económico que genera a escala mundial la Industria Cultural. Esta
desventaja en materia económica resulta de la baja inversión de los gobiernos latinoamericanos en el área, lo cual
condiciona la competitividad global y lleva a una difusión restringida al interior de cada nación de la mayoría de
productos tales como libros, películas, videos y discos. Mientras que, en los últimos años, el cine, la televisión y las
comunicaciones informáticas empezaron a ocupar un lugar central en el ámbito cultural y económico, los países de
América Latina perdían capacidad de producción propia. Factores que definieron esta situación fueron, por una
parte, la estructura oligopólica y el alto nivel de concentración de la producción industrial de cultura que coloca a
España como productor destacado en el campo editorial en nuestra lengua; y a Estados Unidos como principal
productor en materia audiovisual. Por otra parte, se suman a la falta de inversión estatal respecto de la industria
cultural, aspectos tales como la transnacionalización y privatización, de la propiedad de los medios de producción,
distribución y exhibición. En relación a la industria mediática, la historia muestra cómo en América Latina un grupo
reducido de propietarios de medios ha ocupado un lugar central en la definición de sus políticas. De este modo han
sido las empresas, y no el Estado, las que han asumido el desarrollo de sectores como el de la producción para
televisión. Es particularmente en la década del ochenta, con la consolidación del neoliberalismo que el proceso de
concentración de la propiedad de los Mass media y las industrias culturales toma marcado impulso. Es así como el
mercado adquiere el papel de único mecanismo de asignación de recursos y ente regulador de la industria cultural.
En el caso particular de Argentina, a partir del último decenio del siglo XX, además de producirse un marcado
proceso de concentración, se pudo observar un ingreso de capitales extranjeros sin precedentes en el sector de las
industrias culturales. Este proceso tuvo incidencia tanto sobre la dimensión económica como sobre la producción
simbólica, recayendo sobre cuestiones como la integración vertical para garantizar el control de las diferentes etapas
de la valorización de los procesos productivos. En materia de producción simbólica no se garantizaba el respeto por
la diversidad cultural, el pluralismo informativo y se desatendía a la producción de contenidos. No obstante, en la
actualidad con la sanción de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que reemplaza a la antigua ley de
Radiodifusión sancionada durante la dictadura, y la aplicación de políticas en torno a la comunicación y el fomento
de las industrias culturales, se ha abierto un camino de cambio del panorama de fines de siglo XX. En este aspecto, se
apunta a la recuperación de cuestiones planteadas a partir de los debates desarrollados durante la década de los 70
respecto de la necesidad de democratizar los recursos comunicacionales de la sociedad, y favorecer a la defensa de
la diversidad cultural, Respondiendo además a planteos como los de contemplar las necesidades de la sociedad civil
en su rol de destinataria y su composición por sujetos de derecho.

También podría gustarte