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LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el


tesoro de El Carambolo (Parte XIII: El "collar pectoral" y su
significado entre los pueblos: Egipcio-arameos, neohititas y
escitas)
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (03/07/2011)

La entrada de hoy es fundamentalmente una explicación gráfica, para intentar mostrar y demostrar algunos de los
hechos y teorías que hemos expuesto en las anteriores. De tal manera, decíamos en ellas que en nuestra opinión el
Tesoro de El Carambolo no era fenicio -tal como hoy se asevera-, sinó más bien neohitita (y sobre todo: Tartessio).
Aunque nuestra afirmación no significa que sus joyas no tengan una gran influencia del mundo fenicio (en diseños y
orfebrería), aunque creemos que ello se debe a un influjo principalmente llegado desde Ugarit y Chipre (no tanto de
Tiro y Sidón). De ello que sus ornamentos -tanto como su trabajo en oro-, nos recuerdan más a las culturas del Norte de
Oriente Medio que a las de la franja de Canaan. Viendo en sus adornos y en el significado de sus veintiún piezas, gran
parte de simbología y estética hitito-asiria, lo que se cumplimentaba con el hecho de que en los sellos de su collar
hubiera caracteres pictográficos luwios (logogramas que se podían leer desde el idioma hitita como: "dios" , "rey" etc.).

Evidentemente, por su datación y aspecto, nos parece un tesoro muy relacionado con el mundo frigio (anatólico del
siglo VII a.C.), lo que nos hizo afirmar que se trataba de unas joyas regaladas -diseñadas o traidas- por el rey Midas (o
por sus "herederos"), y para el monarca de Tartessos (Arganthonios) (1). En referencia a ello, hoy vamos a estudiar la
importancia de dos de sus joyas: Los dos pectorales en forma de piel de buey. Sabido es ya , que tal como venimos
repitiendo, estos dos "amuletos reales" para colgar en el pecho, proceden en sus formas del Talento Creto-Chipriota (el
Keftiu cuyo significado dijimos que es: La pecunia, el dinero -plata y metal precioso, que se medía en cabezas o pieles
de ganado-). Pese a todo, al tratarse de dos pectorales contienen asimismo un sentido más profundo y muy relacionado
con el mundo de lo mágico. Ello, porque tal como veremos, estos collares que lucían los reyes y los sumos sacerdotes,
tenían un simbolismo muy unido al corazón (cerca de donde colgaban), al alma y a los sentimientos -que en el hombre
"manaban" del pecho-. De aquí, que el espíritu humano se situara el la antigüedad en esta zona del cuerpo y que en
diversas culturas el gran collar fuera tenido como "un refugio", "protector", "talisman" o "envoltorio", del ánima, de los
dioses y de lo sobrenatural.

Consecuentemente, en civilizaciones como la egipcia, el gran collar cargado de amuletos, era uno de los atributos del
rey -como cabeza del clero-, al igual que del Sumo Sacerdote (como gran augur y profeta). Un enorme talisman
representado comunmente en la forma de grandes alas extendidas sobre el pecho (de Horus, de Isis, del dios buitre o de
Maat). Cuyo significado unía la virtud de profetizar y comunicarse con los dioses, tanto como el hecho de estar
protegido de los malos espíritus gracias al influjo de este pectoral alado. Podría escribirse solo un libro sobre el
simbolismo del gran collar pectoral entre los egipcios; cuya importancia en el Nilo fué tal que en ocasiones podemos
ver a los habitantes del reino faraónico (e incluso a sus reyes) prácticamente desnudos y tan solo cubiertos por esta
prenda en el cuello. Pese a ello, hoy deseamos exponer cual es el significado y posible origen de los pectorales del
Tesoro del Carambolo, por lo que pasaremos a analizar el testimonio gráfico que sobre este tema hemos recogido:
JUNTO A ESTAS LINEAS: Amuleto-pectoral del rey Tutankhamón, actualmente en el Museo de El Cairo (al que
agradecemos nos permita divulgar su imagen). Observemos que está coronado por la "Barca de Ra" con forma de
Media Luna. Bajo esté, el Utjad (ojo de Horus) como símbolo de la luz y la vista. En su centro el escarabeo, figurando
como cuerpo de Horus y a sus pies hay una clara simbología planetaria. En ella llama la atención las trece pequeñas
gemas redondas, que de seguro significan las 13 lunas que corresponden a un año solar. Bajo aquellas, están las flores
de loto abiertas (símbolo del sol en el amanecer y del pene masculino circuncidado). Y al final de cada una de ellas, dos
circunferencias con una semiesfera dentro; que sin duda se identifican con la creación, la luz y el Sol (representando
posiblemente a la fecundación y los testículos). Esta joya es a nuestro parecer coetánea en pocos siglos al Éxodo (los
años de Moisés), por lo que seguramente de ellas tomarían inspiración los sacerdotes judíos para el pectoral tan
parecido que siempre utilizaban y que fue ordenado por Yahvé.

EN LA IMAGEN, AL LADO: Pectoral de la tumba de Psusennes I, dinastía XXI (en el museo de El Cairo, al que
agradecemos nos permita divulgar las imágenes). Se trata de una joya contemporánea al rey Salomón de Israel (siglo IX
a.C.) y muy similar a la que lucían los sumos sacerdotes del Templo de Jerusalén. Veamos que no se trata de un collar
propiamente, sinó de un amuleto o talismán que con grandes gemas que marcan "el lado izquierdo", "derecho" y el
"central" (donde se encuentra el escarabeo). Sobre ellos, el nombre; que en Egipto contenía un poder mágico. Bajo
estos, la gema con el Anj (ank), o Cruz de la Vida, que simbolizaba el poder del bien (Isis). Sin duda alguna el pectoral
del Juicio, del Sumo Sacerdote del Templo de Salomón está inspirado en estos collares egipcios.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Broche pectoral de sumo sacerdote judío llamado "placa de las doce gemas" o también
"Urim - Tummim" y pectoral del Juicio. En el libro de Éxodo (2) ordena Yahvé los ornamentos y vestimentas del
sacerdote, diciendo a Moisés: "Harás el pectoral del juicio, trabajado artísticamente; como la obra del efod lo harás:
De oro, púrpura y violeta (...). Será cuadrado, doble de un palmo de longitud y otro de anchura. Lo rellenarás con una
guarnición de pedrería y con cuatro filas de piedras. En la primera fila: Una cornalina un topacio y una esmeralda. En
la segunda: Un rubí un zafiro y un jaspe. En la tercera: Un ópalo, un ágata y un amatista. En la última: Un crisólito
un "soham" (berilo) y un ónice. Al colocarlas irán engastadas en oro; las piedras corresponderán a los nombres de los
hijos de Israel, estarán grabadas como sellos y con su nombre y arreglo a las doce tribus. Fabricarás también sobre el
pectoral, cadenetas de oro puro, trenzadas a manera de cordón. También harás sobre el pectoral dos anillos-sellos de
oro, poniédolos en los extremos de este. Meterás los dos cordones de oro por los dos anillos, ponìendolos a los
extremos del pectoral; ligarás los cabos de los dos cordones a los dos broches y fíjalos así a las hombreras de efod, por
su parte delantera. Harás después dos anillos de oro que pondrás en los extremos inferiores del pectoral, sobre el
borde interior que mira hacia efod (...). El pectoral se unirá por sus anillos del efod mediante un cordón de púrpura
violeta, de suerte que este quede por encima del cíngulo y no pueda desprenderse de él. Así Aarón llevará el nombre
del los hijos de Israel grabados en el Pectoral del juicio, sobre su corazón, cuando entre en el santuario y para que
sirva en perpetuo recuerdo de Yahve. En el pectoral del Juicio, pondrás el URIM y el TUMMIM, para que estén sobre
el corazón de Aarón, al presentarse esta ante Yahvé (3).

En el texto anterior podemos ver el significado e importancia del pectoral entre los pueblos egipcios y de Oriente Medio
a principios del I milenio a.C.. Una relevancia que nace del mismo arte adivinatorio y de la potestad del Sumo
Sacerdote de vaticinio, siendo este augurio realizado gracias a la inspiración que esta joya daba. De tal manera narra El
Éxodo que dice Yahvé que debe ponerse en este broche del pecho el URIM y el TUMMIM, que en realidad siginifican
la dualidad del "si y el no". Ello, porque al parecer en la más remota antigüedad los sacerdotes semitas (y egipcios)
llevaban en su pecho unas bolsitas con dos bolitas de piedra, en diferentes colores (comunmente blanca y negra). Al ser
preguntados por los fieles sobre algunos temas de los que dudaban, introducían su mano en aquel bolso que colgaba del
cuello y sacaban una gema; contestando positiva o negativamente, conforme el color de la bolita que hubiera salido. De
ello, el "Tummim-Urim", el "sí y el no", del que ordena Yahvé que solo figure en ese pectoral con el nombre de los hijos
de Judá, para ver los designios de Israel a través de las piedras preciosas que representaban las doce tribus de su pueblo.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Pectorales y collar de El Tesoro de El Carambolo. Observemos tras haber leido el texto
anterior, como la minuciosa descripción de El Éxodo se ajusta en gran parte a lo que ven nuestros ojos en estos broches
de oro turdetanos. Algo que no deja de maravillarnos, pues tras más de dosmil quinientos años, gracias a la arqueología
y a La Biblia podemos ver las joyas reales o sagradas de Tartessos, a la vez que comprendemos cual era su significado,
modo de confección y su simbolismo. Dado que la laboriosa descripción que de ellas realiza el Antiguo Testamento, no
deja duda sobre cuanto hubo de sacro en aquellos pectorales que los sacerdotes supremos lucían en los templos y en los
juicios. Muy interesante sería un estudio comparativo sobre el valor y sentido de los pectorales de El Carambolo, en
referencia con los del Templo de Salomón mencionados en El Éxodo. Los que a nuestro juicio están plenamente
emparentados en simbolismo y sacralización, tanto como en su estética; habiendo sustituido quizás las doce gemas por
bolas o semiesferas de granulado en oro. De cuanto decimos, consideramos que hubo una gran influencia entre estas
tradiciones israelitas y las Anatolias, que marcaron estilos y ritos religiosos, que luego se importarían hasta Iberia (bien
por los frigios, o bien por los mismos judíos, huidos de Israel en los años del cautiverio). Pues tal como ya hemos
afirmado, existió una estrecha relación entre el rey Midas, los neohititas y algunas de las dinastías arameas
(emparentadas en su linaje con Anatolios). Por lo que no es de extrañar que el significado de estos pectorales y de su
collar tartessio fuera similar al que guardaba el del Templo de Salomón: Símbolo de los jueces supremos del reino.

EN LA IMAGEN DE AL LADO: Tres pectorales neohititas o escitas, hallados en la zona de Luristán y datados en el
siglo VIII a.C. (propiedad del museo de Teherán al que agradecemos nos permita divulgar sus imágenes). Se consideran
joyas de tipo escita, aunque su influencia y diseño es claramente egipciante y de la franja de Canaán. Ellas son un
ejemplo de que la "moda" del pectoral como atributo sagrado para el monarca o el sacerdote, se mantuvo de manera
muy extendida entre los pueblos escitas y del cáucaso. Curiosamente, algunos tienen la misma forma cuadrangular que
marca el Antiguo Testamento, lo que lleva a pensar que el estilo hubo de ser importado desde Israel hasta el Norte de
Turquía; algo que perfectamente pudo suceder en los años en los que las dinastías neohititas estuvieron emparentadas
con reinos arameos y establecieron grandes lazos con ciudades Estado de Oriente Medio.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Rey de Urartu del siglo VIII a.C. -Estatua del museo de Boston al que agradecemos nos
permita divulgar su imagen-. Se trata de un rey-sacerdote de origen escita, pueblo que ya en este siglo dominaba Urartu
(reino al norte de Asiria, entre la actual Turquía e Irak, que llegaba hasta las orillas del Mar Negro). Aquel VIII a.C. es
la misma centuria en la que el padre de Midas consigue gobernar sobre los frigios, estableciendo una nueva dinastía que
en nuestra opinión es de origen escita. Muy posiblemente se tratase de un linaje venido a Frigia desde este próximo
reino de Urartu, que desde esa época tuvo un gran poder fronterizo sobre Asiria y Mesopotamia (influyendo en pactos y
equilbrio entre los asirios y los reinos que les circundaban). Observemos que su atributo real (y sagrado) es este gran
pectoral áureo que está pleno de señas y señales enigmáticas, que son claramente planetarias: Por un lado, la roseta o
flor solar (que ya hemos visto repetidamente y significaba "Rueda, Sol"). Bajo esta, las "<< <<" cuyo significado desde
logogramas Luwios es el de "Camino" (4).
AL LADO, EN LA IMAGEN: Estatua de dignatario o rey escita, de los siglos VIII al VII a.C. (coetaneo a Midas).
Hallada en Tropak Kate, se encuentra en el Museo de Berlín al que agradecemos nos permita divulgar su imágen.
Observemos como guarda moda y luce objetos completamente orientalizantes o egipciantes, entre los que llama la
atención el Loto abierto o árbol (palma) de la vida), que sujeta en su mano derecha. De igual manera, lleva un pectoral
ya de tipo indoeuropeo, en típica forma de lúnula corta, como deformación del gran collar egipcio con alas, que llegó
hacia el diseño entre los indoarianos como la media luna sacra. Curiosamente, en este pectoral vemos que había cinco
gemas preciosas (o semipreciosas), que le han sido expoliadas; pero que nos recuerdan al significado de las joyas en los
collares sagrados que ya hemos visto (el "del juicio", de Israel). En su mano izquierda porta el rey escita la "banda o
cincha", símbolo de su pueblo que ya vimos como se relacionaba con el cinturón sagrado, tanto como con la cuerda que
ata el haz de flechas, el arco o el arado, contra el yugo. Siendo esta, sin dudas el origen de las bandas y encomiendas
que desde entonces se lucen en las galas (principalmente en las culturas indoeuropeas). Relacionándose claramente con
el ceñidor sagrado de los sacerdotes (llamado cíngulo), tanto como con la cincha del caballo y el cinturón del caballero
(imprescindible para cabalgar durante días sin tener prácticamente que alimentarse, ni menos sufrir daños en la
espalda).
JUNTO A ESTAS LINEAS: Pectoral sagrado, posiblemente escita, hallado en Iran y fechado en el siglo VIII a.C. (en
Ziwiye; propiedad particular a quien agradecemos nos permita difundir su imagen). Se trata de una joya casi igual a la
que luce el rey escita de Urartu en la estatua cuya imágen recogíamos dos fotos más arriba. Llama la atención su diseño
idéntico al pectoral de ese monarca de Urartu (cuadrangular y deformado), tanto como los símbolos que contiene
(fenicio-mesopotámicos). Figurando en el pectoral esfinges y toros alados, "querubines" o imágenes que nos recuerdan
igualmente al mundo israelita de El Antiguo Testamento (algo nada extraño, pues son estos los años desde el reinado de
Joas al de Joseas, cuyas familias estaban emparentadas con dinastías reinantes en Anatolia).

EN LA IMAGEN DE AL LADO: Broche de plata frigio, del siglo VIII a.C.; que se encuentra en el Museo de Antalaya
(al cual agradecemos nos permita la difusión de las imágenes, para dar a conocer esta pieza). Se trata posiblemente de
una placa de un pectoral de sacerdote -o de noble-, hecha en plata con trazas típicamente frigias y contemporanea al
reinado de Midas. En ella, vemos la flor o roseta solar, cuyo significado ya sabemos que en logograma luwio es el del
"Astro Rey" y el de rueda (pronuciándose posiblemente "Ru").
JUNTO A ESTAS LINEAS: Bajorrelieve fechado hacia el 760 a.C. (hallado en Karkemis, Turquía) y que representa a
los hijos del rey neohitita Araras jugando. Esta preciosa escultura se encuentra en el museo arqueológico de Ankara, al
cual agradecemos nos permita la difusión de las imágenes. En él podemos observar con claridad el uso del pectoral
como moda para vestirse y como pasador-ceñidor de la túnica, o traje talar. Llevan ambos hijos del rey las ropas
ajustadas con cintas, viéndose claramente en el de la derecha el "pectoral" que porta, pareciendo una joya cuya función
era la de tensar los ceñidores del "peplo" y que parece en forma de tinaja (un tipo de broche de pecho que luego -hacia
el siglo IV a.C. veremos con frecuencia entre los pueblos indoeuropeos). Increíblemente observamos en la escultura que
el "funcionamiento" de aquellos "tensadores" es el que expone el texto de la Biblia que antes recogíamos, en el cual se
explica que a través de hilos áureos y pasando por los hombros, estos ajustaban la ropa y quedaban fijados en el centro
del pecho, adornando la zona del torso. Algo muy similar hubieron de ser y significar los dos pectorales del Tesoro de
El Carambolo -que venimos estudiando- y que son, casi coetáneos a estos que en la imagen lucen los hijos del rey
neohitita Araras (aliado de Midas).

CITAS:
(1) Rogamos a los que lean nuestras palabras no las interpreten en su sentido estricto, puesto que la arqueología no son precisamente "actas
notariales", en las que la exactitud concreta sea lo importante. Sinó que en el mundo Antiguo lo más importante a veces es lo que nos describe y
cuanto se expresan las civilizaciones, para comprender las posteriores. Así, al hablar de Midas, se ha de entender: Los nobles, poderosos o reyes
neohititas (frigios) de los siglos VIII al VII a.C. Tanto como al decir "los descendientes de Midas llegados a Tratessos"; habremos de comprender
aquellos que llegaron a nuestras tierras, tras huir de Anatolia y Frigia desde el año 678 al 600 a.C., en los que la Península (que hoy es Turquía) fue
asolada por diversas invasiones. Pese a ello a los que desean considerar una "imprecisión" o una "falta de rigor" hablar en estos términos, les desearía
expresar que así lo hacemos, por considerar que esta es la mejor forma de exponer los hechos sucedidos. Puesto que si impersonalizamos la Historia y
la convertimos en una simple ciencia, cargada de datos y sin hilazón humana, es muy posible que no sea realmente entendida (ya que la Historia, la
Protohistoria y la Prehistoria, fueron hechas por hombres). Hombres que se movieron por los mismos sentidos siempre y a los que es mejor tratar
desde el punto de vista de las Humanidades y como personas (no como objetos del pasado).

(2) Éxodo, XVIII, 15 y ss.


(3) Traducción de La Vulgata sobre textos hebreo y griego de Jose Ma. Bover y Francisco Cantera (Biblioteca de autores cristianos, Madrid, 1947).

(4) Ver las entradas sobre alfabetos y logogramas hititas (luvios), en los que su pictograma que hemos clasificado como B-8, es este = << ; cuyo
significado es en idioma hitita "Camino". Por su lado, la rueda o flor solar que aparece en el pectoral del rey de Urartu, tiene sonido probable "ru" y se
traduce por "Sol, Rueda" (se encuentra también en el Tesoro de El Carambolo, como ornamento, no entre los símbolos de sus sellos).

LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el


tesoro de El Carambolo (Parte XIV: El lingote en la Antigüedad;
los "piel de buey", el Talento y los orígenes del dinero)
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (04/07/2011)

En la entrada de hoy, volveremos a exponer y ampliar conceptos sobre el significado del pectoral y los lingotes "piel de
buey", pero esta vez en relación con el rey Midas y los orígenes del dinero. Algo que puede parecernos extraño, pero
sabido es que dice la Historia como los primeros en acuñar moneda fueron los lidios. Quienes no son otros más que los
herederos del reino de Midas, puesto que Frigia se convierte en Lidia a fines del siglo VII a.C., cuando estos griegos la
conquistan y se la arrebatan de las manos a los bárbaros cimmerios, cambiando su capital de Gordion (cerca de Ankara)
a Sardes (la ciudad del dinero). Y aunque no lo creamos, todo ello tiene mucho que ver con nuestras culturas ibéricas
(1); puesto que en aquellos siglos -y desde el III milenio a.C.-, la Península fue el lugar con mayor riqueza de metales,
entre los más próximo al Mediterraneo. Para el análisis de nuestra entrada de hoy vamos a ayudarnos ( de manera más o
menos continuada) con un gran trabajo monográfico de apenas 35 páginas, pero en el que se recoge todo cuanto de
importarte puede haber en el mundo metalúrgico Occidental, en relación con los lingotes y su posible valor monetario
desde la Edad del Bronce (2). Nos referimos al estudio del profesor Gómez Ramos -de la Autónoma de Madrid-, quien
en el texto que mencionamos realiza un resumen y una magnífica exposición sobre el valor y uso de los lingotes en la
Antigüedad (de Iberia y de la minas de la Europa Occidental y del Norte).

Habíamos visto ya como los pectorales del Tesoro de El Carambolo se relacionaban con el Talento Creto Chipriota;
lingote de cobre cuyo peso fue cercano a los veintitrés kilos y que se "acuñaron" entre los siglos XVI al X a.C. Estos
talentos con forma de "piel de toro" , a los que llamábamos "los bueyes de Gerión", por considerar que Heracles vino a
nuestra Península a "robar" sus metales -entiéndase a llevar hasta Grecia esos lingotes, "evitando controles" fenicios-.
Nunca se acuñaron en Iberia y los más modernos y próximos que se han encontrado a nuestras costas han sido los
hallados en Cerdeña, procedentes de yacimientos datados en el siglo X a.C.. Pese a ello, hay un dato muy curioso que
hemos descubierto y que sí puede unir la Península Ibérica con los lingotes "piel de buey" (en tiempos posteriores al
siglo IX a.C.). Este es, el de que -curiosamente- en el único lugar del Mediterraneo en el que hasta ahora se ha hallado
un molde para la fabricación de los "Talentos Keftius" con forma bovina es precisamente en la ciudad de Ugarit.

Esta urbe del Norte de Siria -que hoy es Ras Shamra-, antaño fue un emporio cultural y comercial inigualable, durante
siglos. Puerto de Ugarit, del que ya hemos hablado repetidamente, debido a que era la frontera -o unión- entre las
muchas culturas que se dieron en Asia Menor: La anatólica y la cretense, proto-indoeuropeas, junto a las "mas
indoeuropeas" de Micenas y Chipre (isla que solo dista unos dos días de navegación hasta aquella ciudad hoy siria).
Igualmente, Ugarit, era paso y hasta parte del origen de las civilizaciónes arameas, fenicias y canaaneas, que se
extendidan desde Biblos y Fenicia, por todo Oriente Medio, llegando a Mesopotamia por el Este y a Egipto en su zona
Sur.

JUNTO A ESTAS LINEAS: De nuevo otro lingote (Talento de cobre) del tipo Keftiu (piel de buey), que hemos
encontrado en Wikipedia, a la que agradecemos su divulgación de la imagen, dejando libres los derechos de
reproducción en su página: http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Copper_Ingot_Crete.jpg . Este Keftiu, curiosamente
guarda ya unas proporciones y formas mucho más parecidas a las del hacha doble -el Labrys sagrado minoico-; tanto
como a las plantas y altares de edificios sagrados ibéricos. En el estudio del que hoy escogemos algunos fragmentos, el
profesor Gómez Ramos expone la teoría de que seguramente estas grandes piezas cretenses de unos 23 kilos, fueron el
primer "dinero" existente en el Mediterráneo, como ponderal de metal para poder comerciarlo por Oriente, durante el II
milenio a.C.. Igualmente, mantiene que varios investigadores (ya desde principios del siglo XX), afirmaban que el
diseño más básico y primordial del dinero se creó el la forma de hachas, o de instrumental bélico de pequeñas
dimensiones, que durante la Edad del Bronce fue solo fabricado para el trueque y no para su uso común (armas o
herramientas muy pequeñas, utilizadas como valor de intercambio).

La ciudad de Ugarit, es donde se ha encontrado el único molde de crisol para fabricar lingotes keftiu (piel de toro)
datado en el siglo X a.C.; que como dijimos era la frontera entre los reinos neohititas, los arameos, las ciudades fenicias
y las islas de Chipre, o del Egeo. Unos hechos y situación geográfica que nos pueden explicar los "por qués de la
venida" hasta nuestra Iberia del culto hacia el Talento con forma de buey, como símbolo sacro-monetario (o de los
metales). Modelo simplificado del pellejo de un bóvido que aparece entre los íbero-tartessios asociado con diseños
reverenciales durante los siglo VII al IV a.C. (aproximadamente). Pero estas formas de piel de toro, ya dijimos que
descendían de piezas de cobre fundidas en la Creta Minoica desde el siglo XVI a.C., y que en Chipre habían dejado de
utilizarse en los últimos siglos del II milenio a.C.. Permaneciendo en uso como "medida de metal", principalmente en
Cerdeña y en Ugarit hasta los siglos X a.C., asociándose al significado de la pecunia, del bien y del metal "protector"
que proporcionaba las herramientas (los utensilios y las armas). Por todo ello, no vino directamente desde Creta, ni de la
isla de Chipre en tiempos tan lejanos; sino que mucho después la desaparición de lingote y cuando se extendido el culto
a su icono, como imagen de la "prosperidad y del dios de los metales", sería traído por los neohititas y sus "vecinos"
llegados hasta nuestras costas.

Así fué como llegó hasta nosotros hacia el siglo VIII a.C.; seguramente transmitido por ciudadanos de Ugarít, de Chipre
o de tierras cercanas a ellas. Por lo que en nuestros edificios ibéricos, en muchos de sus altares o en múltiples de sus
formas artísticas y artesanales, durante los siglos posteriores a la venida de anatolios y egeos, se recordó y veneraba a
ese Talento de piel del toro (que en nuestro trabajo llamamos: "Bueyes de Gerión"...). Tanto como para que el propio
pectoral del Tesoro de El Carambolo, tuviera esta imagen. Pero, iniciaremos las nuevas ideas que trae al dia de hoy esta
entrada comentando en parte el trabajo del profesor Gómez Ramos (2); resumiendo algunas de las conclusiones que nos
plantea (que en verdad, algunas son muy interesantes):

Al inicio nos explica -como ya dijimos-, que a juicio de muchos investigadores, los primeros lingotes o medidas de
metal nacidas para el intercambio (no para su uso), fueron hachitas bipennas de pequeño tamaño. Explicando que estas
se distinguen perfectamente de las que fueron fundidas para utilizarse como armamento o herramientas. Al ser mucho
más ligeras y apenas poderse "enmangar"; teniendo un orificio en su centro para ser colgadas o asidas por este, a través
de una cuerda. "Bipennas comerciales" cuya antigüedad se remonta al III y principios del II milenio a.C. (3). Ello, a
nuestro juicio (no al del profesor Gómez Ramos), nos habla claramente de comunicaciones y transacciones en el
Mediterraneo y en la Europa de El Bronce. Haciendo patente que cinco mil años atrás, cuando pensábamos que existió
una absoluta oscuridad y una falta de contacto entre todos los puntos de nuestro Continente; quizás hubo mucho más
intercambio y movimiento entre sus habitantes, de lo que pudiéramos pensar (incluso bastante mayor al habido
posteriormente, en la Primera Edad del Hierro).

Este hecho se relaciona con un estudio muy reciente que conocimos en Japón, que viene al caso comentar. Aquel trataba
sobre la fabricación y distribución de armas de piedra en la isla: Lascas, puntas de flecha y hachas pétreas, anteriores al
periodo Jomo japonés. Habiendo llegado actualmente a la conclusión los arqueólogos nippones, de que aquellos
utensilios líticos de hace miles de años, se fabricaban en serie y en cantera; trabajándose casi a modo industrial (al
menos en grupos de artesanos). Posteriormente, las hachas y puntas pétreas se distribuían por medio de comerciantes o
trocadores desde el Norte hasta el Sur de Japón y de un modo bastante organizado. Algún lector podrá argumentar que
ello sucedía en el "pais del Sol naciente" porque aquellos "ya eran pre-japoneses"... Evidentemente; pues ya se sabe
como trabajan los nippones (aunque fueran anteriores al periodo Jomo...). Pese a lo que podemos decir que en Europa
también había pre-alemanes y pre-ingleses, que compartían hachas y puntas de flechas cortadas y talladas en canteras
con minerales que solo se dan en algunas islas del Egeo -de igual modo que muchas de las piezas liteas que se hallan en
yacimientos del Japón, pertenecen a canteras que se sitúan a centenares de kilómetros, apareciendo a veces miles de
ellas en una misma zona o poblado, situado en el lado opuesto del país-.

Por lo que a nuestro juicio y volviendo a la Edad del Bronce europea, habríamos de suponer que quizás aún antes de que
se fundieran estas pequeñas bipennas en el III milenio a.C. para usarse como "moneda" (lingotes de trueque).
Previamente a ellas, quizás el primer dinero -propiamente dicho- que se usó, fueron flechas, lascas, hachas o puntas de
lanzas, talladas en piedras con un valor muy superior a las comunes. Armas en piedra y votivas, especiales por la
resistencia de su mineral, por su belleza o en su trabajo. Siendo quizás este el origen del valor comercial de las gemas,
de las que sí hemos visto muchas pequeñas armas talladas en el neolítico europeo, americano y asiático (cuchillos,
flechas y bifaces hechas en obsidiana, jades, cristales y hasta piedras preciosas). De ello, con toda seguridad, la
importancia del hacha de piedra "fundacional" entre algunos pueblos; entre las que se puede destacar el ejemplo del
Júpiter Lápidus (bifaz lítica, que se guardaba en el Capitolio romano -seguramente símbolo del rayo, como el martillo
de Thor o Tesub-; y piedra bajo la que se juraba en última instancia).
JUNTO A ESTAS LINEAS: Bipennas centro europeas, del III milenio a.C. cuyo tamaño nos hace pensar que fueron
usadas como monedas. Mas abajo, hachas comunes de Talón de la Edad del Bronce, que pudieron ser usadas como
armas y como piezas de cambio; bastando establecerse un ponderal y una prueba de resistencia del bronce, para poder
comerciar con estas "monedas".

AL LADO: Hachas de la Edad de Bronce, que quiza fueron usadas como ponderal en uno de los
sistemas "numismáticos" más antiguo de la Historia.

Continuando con el estudio del Profesor Gómez Ramos, este nos dice que además de estas hachitas-moneda que
aparecen desde comienzos del Bronce en Centro Europa; también se dan otras formas de lingotes. Entre ellos se usaron
unas barras comunes para fabricar "torques giratorios" (brazaletes o collares enrollados). Varas que parecen haber sido
igualmente utilizados como objeto de intercambio en estas épocas tan lejanas (hace más de cuatro mil años). Barritas de
metales preciosos preparadas para hacer joyas que nos recuerdan mucho al "obolo" griego, que se uso casi dos mil años
después a estos. Ambos eran igualmente de piezas de bronce (inicialmente en forma de "palitos"), y en el caso del óbolo
su estimación suponía un sexto de Dracma y se dividida en ocho Cobres, llamados Chalkoi -recordemos que el Dracma
era unos 4,3 gramos de plata, para comprender el gran valor del cobre en la Antigüedad-. Otros múltiples diseños
tuvieron los objetos en bronce que sirvieron para el trueque, entre los que Pablo Gómez Ramos menciona como
principales unas placas romboidales. Pero por lo común, tal como explica el profesor de la autónoma, los lingotes
europeos y fundamentalmente los ibéricos, terminaron tomando la forma de "torta" (o masa de harina). Un diseño que
claramente, nada significa en sí mismo, algo extraño en las monedas que siempre suelen guardar un gran valor
simbólico (como la piel de toro, las figuras de totems o los rostros de dioses y reyes). Siendo aquellas "tortas" lingotes
nacidos simplemente de la propia comodidad al hacer una "plasta" de metal para guardarlo. Pese a lo que no debemos
de olvidar que este es el origen de la posterior moneda, que ya tiene esta forma de "torta", seguramente por ser la más
cómoda y controlable -sobre todo para acuñarse de un golpe perfectamente visible y que esta "impronta" dada en su
ceca impidiera que fuera limada o mutilada por sus extremos (para lo que en siglos modernos se le añadieron las rallas
de "filete")-.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Labrys cretense del siglo XVI a.C.; posiblemente se trata de un objeto votivo para ser
adorado en un templo. La religión minóica reverenciaba a estas hachas dobles, que daban nombre al palacio real de
Cnossos (Laberintos). Su culto lo entendemos en nuestra teoría como el de los metales y de las bipennas, en la
adoración a un dios herrero (Smiting god -de schmied: metalurgio-). Un tipo de Vulcanos-Hefaistos, más cercano a las
deidades semíticas, "emparentado" con Baal (el "señor" de los anatolios y mesopotamios). En la leyenda de Creta se
narra como en el centro del Laberintos se hallaba el Labrys (esta bipenna); custodiada por el Minotauro (bóvido con
cuerpo de hombre). Cada ocho años -ciclos solares de bisiestos, o de periodos lunisolares en Saros-, entregaban un
número de doncellas y mozos que se introducían en el laberinto, para que el hombre con cabeza de toro los matase con
el fin de que nadie alcanzara esa sagrada Labrys. Pese a ello, Ariadna, hija del rey de Creta, se enamora de Teseo y le
descubre el secreto para conocer el camino de El Laberinto, con lo que el héroe tesalio mata al Minotauro, salvando así
la vida y la de los suyos (derrotando a Minos, padre de Ariadna, al alcanzar la bipenna sagrada).

En nuestra teoría, este camino y ese rito tauro-mágico (y tauromáquico) dentro del palacio de Cnossos, simbolizaba las
singladuras de los cretenses durante la Edad del Bronce en la ruta de los metales; para llegar a alcanzar las bipennas de
cobre y estaño. Viajes en búsqueda de metales en los que quizás cada ciclo de ocho años, se enviaban a nuevos
expedicionarios a abrir y descubrir rutas desconocidas. Creemos que este ritual de inmolación de jóvenes se hacía en
memoria de aquellos expedicionarios enviados por metal; o bien para pedir a los dioses protección en el inicio de
aquellas singladuras en barco buscando minas y riquezas. Viajes cargados de penalidades que comenzaban en el
"Laberinrto marino" para conseguir ir y volver hasta los lugares ricos en cobre y estaño (el Cáucaso, los Balcanes o el
Atlántico). Donde los peligros mayores eran las feroces gentes que custodiaban las minas; pueblos muy guerreros y
duros como los del Norte de España, que no se dejaban dominar ni influir por extranjeros. Ello es lo que interpretamos
que simbolizaba el Minotauro, tanto como el recorrido en el Laberintos para llegar sorteando a la betia hasta aquellas
hachas (el sagrado Labrys que presidía el centro del panteón minoico). Un rito que se confundió hacia el siglo XVI a.C.
tras la caida del imperio de Minos, seguramente con el lingote cretense en forma de piel de toro (creado en estos siglos)
y que se unió ya con La Pecunia, como sentido del ganado (manso). Mientras la fuente verdadera de las riquezas en
Creta era el peligro allende los mares; peligros y horrores simbolizados en el Minotauro -el toro bravo-, animal símbolo
del mar (nacido y dedicado a Poseidón) que había de "quebrarse" y torearse -tal como vemos a las sacerdotisas minoicas
haciendo-. Así, todo aquello, creemos que es lo que recuerda en gran parte el Décimo Trabajo de Hércules: El robo de
los bueyes de Gerión... el robo de los lingotes de Iberia en forma de bóvido....

Pero volviendo y continuando con la relación entre Creta y Tartessos (o el mundo ibérico); con gran sensatez el profesor
Gómez Ramos, duda de que pueda haber un nexo de unión entre estos ritos del laberinto de los que hablamos, las
hachas dobles de la Edad del Bronce, los lingotes cretenses y las formas iguales que aparecen como sagradas en la
Iberia de los siglos VII al IV a.C.. A primera vista, tiene más que razones para dudar de ello, puesto que entre el lingote
de Creta, el Laberintos, el fin del minoico y la reaparición de este diseño en forma de piel de buey en nuestras tierras,
hay más de mil años -ya que el imperio de Minos se destruye en el 1580 a.C.- . Pero su compañero de Facultad, también
erudito (y gran arqueólogo; el profesor Bendala) nos da la clave de todo ello. Algo que se entiende perfectamente
cuando leemos las teorías de Manuel Bendala que afirman -siguiendo a Blázquez y a Almagro Basch (entre otros)-,
como el arte ibérico es hijo directo del neohitita. ¿Y....?. ¿Ello qué supone? (podríamos plantearnos). Pues supone la
explicación de todo cuanto venimos diciendo; puesto que si el arte y la cultura ibéricas descienden directamente de
muchas de que quedaron o sobrevivieron en Anatolia entre los siglos XVI al VII a.C.. Ello hace evidente que pudo
llegar todo el Mundo Minoico hasta nosotros, ya que tras la destrucción de Creta, ocurrida en el 1580 a.C., con la
erupción del volcán Tera, los huidos de la isla se refugiaron principalmente en Chipre (Chipro-micenos), en las costas
de Siria e Israel (Filisteos), en el Egeo (Micenios) y en la actual Turquía (Luwios y quizás algunos Pueblos del Mar).
Conservándose en el mundo hitita y neohitita hasta la lengua y escritura cretense, tanto como muchas de sus costumbres
y ritos. Lo que de seguro trajo el Keftiu y el toro sagrado y tantos ritos y costumbres cretominoicas hasta nuestras tierras
prehispanas. Ocurrido principalmente con la llegada a nuestras costas de los frigios, de los neohititas y de gentes de
Urartu (y Chipre), expulsadas de Anatolia desde el 718 al 612 a.C., debido a la presión de los Asirios, a la posterior
devastación de los Cimmerios; y la siguiente conquista por los Persas de todo Oriente Medio (ocurrida desde comienzos
del siglo IV a.C.).
JUNTO A ESTAS LINEAS: Dibujado de nuestra mano y bajo la idea que tenemos sobre las joyas. Arganthonios y la
reina de Tartessos luciendo el tesoro de El Carambolo en el estilo y moda neohitita (o asiria) del siglo VII a.C. Las
coronas son típicamente asirio-neohititas, dándose este tipo de coronas o cabezas tocadas con eslabones de oro, en
aquella zona entre los siglos X al VI a.C.. Los pectorales eran comunes y obligados en su uso entre los pueblos arameos,
de Oriente Medio y entre los monarcas neohititas. Al igual que los lucían los nobles y reyes escitas de este séptimo siglo
a.C. (significando el poder espiritual). Los brazaletes, son comunes en la moda real neohitita y asiria (tanto como el
collar con sellos o gemas para mujer, muy normal entre los arameos, los egipcios y los fenicios).

Más tarde, en el mismo trabajo que venimos comentando, el profesor Gómez Ramos expone y plantea sobre mapa los
yacimientos donde se han encontrado lingotes en la Península Ibérica. Comentando que nunca se ha hallado uno del tipo
"piel de buey" en nuestras tierras (6) (Ver también mapa adjunto al final de la entrada). Algo lógico puesto que como
más abajo decimos, estos Talentos con forma de bóvido fueron creados por los cretochipriotas para comerciar sus
metales en el Mediterraneo Oriente, entre los siglos XVI al X a.C.; nunca para venderlos en el lugar de donde adquirían
el cobre (como era España). Por ello, tampoco se han encontrado estos keftius ni en los Balcanes, ni en el Cáucaso;
anque es evidente que los cretenses y los chipriotas fueron a esas minas desde comienzos del III milenio a.C., hasta
fines del II a.C.. Muy por el contrario, los talentos "piel de toro" se hallan en los pecios y lugares cercanos a las rutas
comerciales cretochipriotas; puesto que solo se pudieron conservar sin ser fundidos al perderse; cuando los barcos
naufragaban o si el metal no se usaba ni vendía para el fin por el que había sido así fundido (fabricar objetos de bronce).

Pese a todo, el mismo profesor sí tiene unas muy interesantes palabras al hablar del origen del dinero desde estos
lingotes o desde las hachas dobles; párrafos que recogemos en nuestra cita (7). Tras leerla no nos queda la menor duda
de que el dinero tuvo su origen primero en estas bifaces (Labrys) con las que comerciaron durante la Edad del Bronce,
tomándolas como patrón monetal. Posteriormente -durante el primer Hierro- parece que la tasación llegó a una gran
crisis de ponderación o de valores, debido a la entrada del nuevo metal cuyo precio correlativo con el del cobre y
estaño, debió costar mucho ser ajustado; por motivo de desconocerse la dificultad de su trabajo y la abundancia de
minas de hierro. Finalmente, hacia el siglo XI-VIII a.C., se van confirmando y comprendiendo los diferentes valores de
cada metal cin rlación al nuevo hierro; confirmando pesos y purezas de los lingotes en cada yacimiento (haciendo las
famosas tortas de metal). Diciéndonos la Historia que poco después serán los lidios quienes inventan hacia el siglo VII
a.C. la moneda -según afirma Heródoto (8)- . Aunque el historiador griego les atribuye no solo la invención de la
moneda, sino también la de la taberna donde se tomaba vino y otras tantas cosas más; tan antiguas como la propia
civilización. Ello quizás debido a que Heródoto nació cerca de Lidia (el Oeste de la actual Turquía) y seguramente
debido a ello les supone una gran cantidad de ideas e inventos a sus "paisanos"....

A estas últimas palabras de Heródoto solo queremos añadir que los lidios, fueron los herederos -o los conquistadores-
del reino de Midas: Frigia; quienes la llamaron lidia y situaron su capital en Sardes. Se les tiene por los continuadores
culturales de la obra del rey Midas (tanto en su riqueza como en muchas de sus costumbres); por lo que la invención del
dinero creemos que puede relacionarse más bien con una tradición basada en el peso de los lingotes, que ya los frigios y
los neohititas usaban como patrón (al igual que los cretochipriotas, o los de Ugarit). Nos interesaría sobremanera
encontrar un estudio sobre las ponderaciones de metal en la Frigia de los siglos VIII a.VI a.C. (antes de la llegada de los
lidios). Ello para conocer si las medidas que estos griegos lidios usaron como moneda, parten desde pesos de talentos o
de lingotes neohititas (frigios). Aunque dicho sea de paso, el Talento griego, tan solo se diferencia del cretense en un
10%, siendo el primero de unos 26 kilos de peso y el segundo (el de forma de piel de toro), unos 23 kilogramos. De lo
que si sabemos que el Dracma nace de la división de este lingote en 6000 partes y es igual a 43 gramos de plata. Por lo
que en una medida semejante, la pieza monetaria de plata que hubieran podido usar en el mundo neohitita, en Ugarit o
en Chipre; y en relación a un Talento patrón de piel de toro de 23 kilos sería de un peso muy cercano al Dracma: Unos
39 gramos (23:6000 = 38,333). Para terminar, solo añadiremos que en antiguo Egipto, al menos desde comienzos del II
milenio a.C., existía un dinero acuñado en anillos o argollas de oro y plata. Este era medido por los pesadores oficiales;
oficio en ocasiones adscrito a templos, o de lo contrario, siempre bajo la tutela de funcionarios estatales que con rigor
pesaban las piezas de oro y plata. De ellos, tanto como del rey Midas, más abajo recogemos imágenes interesantes.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Reconstrucción de la lamada "tumba del rey Midas" en un túmulo hallado hace unos
cincuenta años en las cercanías de Gordíon (a unos setenta kilómetros de Ankara). En verdad, ya hemos dicho que los
restos óseos encontrados son los de un hombre de unos sesenta años muerto hacia el 750 a.C. (diez años antes de que
Midas reinara). Por su parte, el ajuar carece de objetos de gran riqueza ni de armas, lo que nos hace pensar que más bien
pudiera tratarse de un sacerdote -o noble no muy rico-, contemporáneo a Gordios (el padre de Midas).
ABAJO: Los pesadores de dinero en Egipto, tomados de un bajorrelieve de una tumba, tal como los muestra el libro:
"Los egipcios...." de J.Gardnes Wilkinson. (9). En la escena vemos a los pesadores o ponderadores oficiales llamados
Kabbaneh; poniendo en sus balanzas aros de oro y plata (II milenio a.C.). Estos tenían la categoría de Notarios y de
contables-escribas; estando comunmente ligados a algún templo.

BAJO ESTAS LINEAS: Mapa que el profesor Pablo Gómez Ramos recoge en la obra que hemos ido comentando en el
que vemos los diferentes yacimientos en los que han sido hallados lingotes. Como él bien dice y afirma en todo el
territorio peninsular nunca se ha encontrado un lingote de tipo Keftiu. Algo absolutamente lógico a nuestro parecer,
puesto que aquellos se fundían o acuñaban durante los siglos XVI al X a.C. para comerciar en el Oriente Mediterraneo
(no con los íberos a los que se les compraba precisamente la materia prima). Pese a ello, el hacha doble, el símbolo del
keftiu y el Labrys como digura sagrada (incluso como logograma y pictograma) se mantuvo entre los hititas y
neohititas. Quienes siglos después lo traerían a la Península Ibérica; al llegar hasta nuestras tierras hacia el siglo XI al
VIII a.C. (primeramente para comerciar metal y poco después huyendo de las catástrofes e invasiones ocurridas Asia
Menor)
CITAS:
(1) Hablamos en plural refiriéndonos a "culturas ibéricas" debido a que la Península (desde sus más remotos inicios), fué una amalgama de
civilizaciones y pueblos; algo que le dió una homogeneidad y un carácter propio ya en su lejana antigüedad. Tanto, que la Península siempre fué vista
por cuantos la visitaron (griegos, fenicios, o romanos) como "una isla" o una tierra (unida plenamente en su concepto). Algo que se demuestra en
como "unos" la denominaron Iberia, los siguentes, Sapan; y los de Roma, Hispania. Tan solo diferenciando a veces Lusitania del resto de la Península
(claramente por una influencia mucho mayor de cuturas atlánticas y - posteriormente- celtas en esta franja Oeste). Por ello, muy importante es saber
que la mezcla de pueblos y gentes que desde sus inicios que hubo en nuestras tierras, fué tal; que para los arqueólogos es a veces imposible distinguir
a qué cultura, religión, civilización, o colonos, pertenece un yacimiento. Incluso en las necrópolis, en ocasiones múltiples, en un mismo espacio se
mezcan decenas de cultos y de formas sepurcrales. Ello, porque desde el inicio, nuestra Península (Iberia, que es lo mismo que Hispania), siempre fué
un "puerto de todos" y lugar de encuentro, comercio y lucha, también para todos. Creyendo que solo es comparable el caso de Turquía con en nuestro,
Península en la que también se unen o hacen puente tres continentes; siendo esta una amalgama de cientos de pueblos, pero cuya esencia de unión
precisamente es esta continua y multicultural mezcla (que se ha producido durante milenios y precisamente cesó justo en el mismo siglo: El XV).

(2) TIPOLOGÍA DE LINGOTES DE METAL Y SU HALLAZGO EN LOS DEPÓSITOS DEL BRONCE FINAL DE LA PENÍNSULA IBÉRICA
PABLO GÓMEZ RAMOS (U.A.M.)
Editado por: CuPAUAM. 20. 1993. pp. 73-105

(3) Pablo Gómez Ramos. Op. Cit. pag. 74: "Según los datos que sobre ellos aportan investigadores extranjeros los primeros lingotes de la Edad del
Bronce (Bronce Antiguo) documentados en Francia, Alemania y Suiza son los lingotes bipenneo con forma de hachas dobles (Briard, 1976, 238). Son
piezas de cobre, con impurezas frecuentes de arsénico, antimonio, plata o níquel, las cuales confirman su antigüedad. Todos ellos aparecen
perforados en el centro con un pequeño orificio, suficiente para el paso de una cuerda, pero demasiado reducido para ser utilizado en el enmangue,
lo que los descarta como útiles o instrumentos de trabajo (Dechelette, 1928, tomo II, 404-405)".

(4) Op.Cit (2), Pag 75: "También pertenecientes al Bronce Antiguo, se han señalado como posibles lingotes algunas hachas de cobre y asimismo
algunos lingotes-torques, con enrollamientos finales. Hallados sobre todo en Alemania, se denominan lingotes-barra o "rippenbarreri' (Briard, 1976,
238; Mohen, 1992, 117-118). En el Bronce Final y derivados de los lingotes bipenne, aparecen los lingotes "saumon", localizados en depósitos tanto
del Bronce Final I como del Bronce Final 111. Presentan forma romboidal con perforación central y tienen un peso aproximado entre 2 y 4 Kg.
(Mohen, 1992, 118). Del Bronce Final 11 y correspondientes al grupo de Saint-Denis-de-Pile; son los lingotes en forma de barras de sección plano-
convexa con un alto contenido en estaño (Briard, 1976, 240). No obstante, el tipo de lingote más frecuente durante el Bronce Final, en concreto
Bronce Final III, son las tortas de fundición, mencionadas comúnmente en la bibliografía como lingotes plano-convexos, en relación a su forma
obtenida en el fondo del horno de fundición. Suelen ser de cobre casi puro y con un peso por término medio para las mayores piezas, en torno a los 4
Kg. (Tylecote, 1987,18). Aunque existen algunos hallazgos del Bronce Medio, su gran desarrollo se producirá durante el período último de la Edad
del Bronce. No obstante, estos lingotes no son exclusivos ni de Europa Occidental, ni tampoco del Bronce Final. Así, lingotes circulares plano-
convexos eran fabricados en los hornos de Timna, Palestina (siglo XI1 a.C.)y en todo el Mediterráneo oriental (Tylecote, 1962; Mohen, 1992). Los
pecios anatolios de Gelidonya y Ulu Burun, así como algunos hallazgos en la costa norte de Israel son también representativos a este respecto. A su
vez, los lingotes plano-convexos son el tipo de productos de fundición de mayor desarrollo temporal. Hay tortas de metal en contextos de la Edad del
Hierro, pero también en época romana, medieval e incluso moderna (Craddock y Hook, 1987)".

(5) Op.Cit. de Gómez Ramos, Pablo (Pags 75 y76).


Página 75: "Sin embargo, el modelo de lingote más difundido, debido a un mayor número de estudios, es el lingote de piel de buey, "ox-hide" en la
terminología inglesa. Generalmente de cobre y ampliamente presente en el Egeo, Egipto y zona sirio-palestina, no ha sido hallado hasta el momento
en Europa Occidental, con la única excepción de Cerdeña y algunos otros restos encontrados en Sicilia, Lipari y sur de Italia".

Página 76 : "Además de su constatación física, en el Mediterráneo Oriental aparecen numerosos ejemplos de lingotes de piel de buey, tortas y
barras de metal, figurados en frescos y citados en textos de época egipcia. También figuran en algunas esculturas procedentes, principalmente, de la
isla de Chipre. En la Península Ibérica, según M. Bendala (1977), es probable que un lingote de piel de buey esté representado en la estela de
Setefilla (Lora del Río, Sevilla). Aunque no es este lugar para precisar el significado de la representación de esta estela debemos señalar sin
embargo, que la inexistencia de lingotes de piel de buey en Occidente (con la salvedad anteriormente citada) así como la diferencia de varios siglos
entre las producciones finales de estas piezas y la cronología de la estela, son dos importantes hándicaps para aceptar esta interpretación. No
obstante, la morfología de los pectorales de El Carambolo e incluso las referencias a los suelos de guijarros que adoptan esta forma y que se
documentan en la base de los monumentos turriformes del área ibérica, parecen apuntar hacia una pervivencia de ideas que puede ir más allá de la
propia fabricación de estos lingotes".

(6) Recogemos a continuación las palabras que el profesor Gómez Ramos escribe sobre las zonas de minería en la Península:

Página 90: "Con la única excepción del depósito de La Sabina, hallado en Formentera, isla que carece tanto de cobre como de estaño, el resto de
los depósitos con lingotes plano-convexos pertenecientes al Bronce Final, aparecen en zonas especialmente ricas en la antigüedad en recursos
mineros, por ejemplo, el Noroeste peninsular. Los territorios del norte de Portugal y Galicia, y de las actuales provincias de Asturias o León, son
zonas que formaron durante toda la Edad del Bronce uno de los tres focos metalúrgicos principales de la Península Ibérica junto con los del Suroeste
y el Sureste peninsular (Rauret, 1976, 15). La relación entre productos de fundición y minerales necesarios para crearlos, encuentra su constatación,
90 como sería de esperar, en las zonas con mayor abundancia en minerales".

Página 91: "Los minerales concretos para la aleación del bronce, tienen su mayor abundancia en el cuadrante noroccidental peninsular. El cobre está
presente en las minas de Galicia y de la Cordillera Cantábrica, algunas de ellas como El Aramo o las minas de Milagro, ambas en Asturias, ofrecen
testimonios de haber sido explotadas ya desde el III Milenio a.C. . En relación al estaño, los yacimientos más beneficiados en la antigüedad por su
potencialidad minera se encontraban en Galicia (con excepción de Lugo), norte de Portugal, Cantabria y las actuales provincias de Salamanca y
Zamora. La posterior presencia de tortas de fundición en poblados del Hierro I y en zonas de poca importancia minera, especialmente en estaño, como
por ejemplo, el Noreste peninsular, evidencia cambios económicos y sociales, con la proliferación de fundidores cerca de las zonas de consumo, pero
lejos de los centros de producción y obtención de materias primas."

Página 96: "No olvidamos sin embargo, que el hierro no desplazó desde el principio al bronce, siendo precisamente en este momento cuando la
metalurgia del cobre-estaño alcance su máximo desarrollo (Rovira, 1993). La distensión en el monopolio del bronce, en un momento en el que ya
existían metales alternativos, junto con el progreso de mejores técnicas de fundición y hornos más desarrollados, influirían poderosamente en el
nuevo auge del trabajo del bronce, utilizado a partir de ahora para la fabricación de adornos, menaje, estatuaria, etc.Otra diferencia importante
entre ambos períodos es la dicotomía que presentan en el análisis de las piezas los lingotes plano-convexos del Bronce Final con respecto a los de
principios del Hierro. En efecto, mientras que los primeros son generalmente de cobre casi puro, los hallados en poblados del Hierro I son de
bronce. Ello es lógico —de ser correctos los análisis— si se tiene en cuenta que los lingotes de la Edad del Hierro eran productos ya terminados. No
era posible alear el cobre de los lingotes con estaño, entre otras cosas porque en las zonas a las que se destinaban —valle del Ebro carecían de este
último"

(7) Desde la página 98 (y siguientes), comenta el profesor Gómez Ramos el origen del dinero "nacido" desde estos lingotes de minería en unas
palabras muy interesantes que desamos destacar:

(PAG.98) 3.2. Lingotes ¿elementos monetales?

Al final del trabajo retomamos de nuevo la pregunta inicial. Es factible, y así está comprobado en las civilizaciones de la cuenca oriental del
Mediterráneo, pensar en la existencia de objetos que sirvieran para equiponderar mercancías distintas en una tradición premonetaria compleja y
dilatada y cuyos antecedentes históricos conocemos mal. La presencia de lingotes de fundición en múltiples depósitos, pecios y hábitats, en un
momento en el que aún no se ha creado la moneda y donde los intercambios se basaban en gran medida en el trueque, induce a creer en la
posibilidad de sí estas piezas, tuvieron o no una posible función de dinero, en concreto, valor de referencia y/o cambio en las transacciones del
Bronce Final desarrolladas con anterioridad a la llegada de los colonizadores fenicios y griegos.
Antecedentes A principios de este siglo, autores como Taramelli (1921) y E. Birocchi (1934), conjeturaron con esta hipótesis para los lingotes
aparecidos en los depósitos sardos. Taramelli apuntó la idea, en base a la variabilidad de pesos y tamaños, que los lingotes del depósito de Monte-
Sa-Idda (Cagliari) pudieran haber representado una escala de pesos y valores , empleados en estos primitivos intercambios comerciales (Taramelli,
1921, col. 66). Por su parte, E. Birocchi se expresaba en relación al valor monetario de las hachas y lingotes, (...) sin embargo, también reconocía no
haber encontrado (...) (Lo Schiavo, 1985, 306, 315). Esta consideración se asentaba en una falta de estudios, tanto de pesos, medidas, análisis de
metales, contextos arqueológicos, cronologías, etc. necesarios para poder establecer cualquier tipo de resolución en este sentido. Después de casi un
siglo, las investigaciones siguen teniendo lagunas, lo que imposibilita, por tanto, aportar conclusiones definitivas, teniendo que partir de momento,
sólo de datos indirectos..

(PAG. 100):"En el caso de las hachas, la supuesta función monetaria, ha sido indicada desde hace tiempo por numerosos prehistoriadores, al
observarse el elevado número de hallazgos en proporción con las demás piezas del Bronce Final, e incluso por la presencia de tamaños estándar,
grandes, medianos y pequeños que parecen confirmar un punto de vista monetario con la utilización de múltiplos y submúltiplos. Actualmente
González Prats (1985, 1990-91) aboga por la existencia de un patrón monetal en el Sudeste peninsular basado en lingotes (hachas-monedas) que se
produjo por la influencia y el comercio generado con la llegada de los fenicios. Referente a las tortas de metal, también Balmuth (1971) se decantaba
por considerar estas piezas como pertenecientes a un sistema de pago introducido por los semitas con anterioridad a la invención de la moneda en
Lidia"

(PAG 101):"El problema por dilucidar, en el supuesto de que los lingotes-torta del Bronce Final fueran elementos de cambio, sería averiguar el
patrón o patrones en torno a los cuales pudieron haberse articulado pesos y valores. En cuanto a su posible valor de referencia, si bien es algo
plausible, es de difícil comprobación, ya que no existe tradición histórica, ni literaria alguna que lo pruebe. La aparición de marcas o señales podría
ser indicativa del uso de estas piezas como elementos referenciales. Así, y en un trabajo publicado también en este mismo volumen, hemos llamado la
atención sobre unos dibujos marcados en los lingotes del pecio de Rochelongue (Lucas y Gómez Ramos, 1993)".

(8) Heródoto I, 94: "Los lidios se gobiernan por unas leyes muy parecidas a las de los griegos, a excepción de la costumbre que
hemos referido hablando de sus hijas. Ellos fueron, al menos que sepamos, los primeros que acuñaron para el uso público la moneda
de oro y plata, los primeros que tuvieron tabernas de vino"

(9) LOS EGIPCIOS, SU VIDA Y SUS COSTUMBRES, Garder Wilkinsom; pags 171 170 Tomo II (Madrid. Edimat 2002)
LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el
tesoro de El Carambolo (Parte XV: El patrón oro y el valor
mágico-místico de las joyas en La Antigüedad)
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (08/07/2011)

Comenzamos hoy mencionando algo sobre Ugarit, ciudad de la que tanto hemos hablado en días anteriores. Aunque no
tiene mucha relación con lo comentado, creemos que lo que a continuación exponemos, sí es de gran interés
arqueológico. Pues decíamos en artículos previos, que uno de los lugares de los que consideramos procede una gran
parte de nuestra cultura ibérica -entre los siglos XI al V a.C.-, fué dicha urbe de Ugarit (ciudad costera de la actual Siria,
fronteriza y bajo el area cultural de Anatolia, tanto como a pocas horas de navegacíon del Egeo micénico -situada frente
a la antigua capital de Chipre: Enkomi-). De la que través de internet, nos hemos podido enterar, se había transcrito una
partitura del siglo XIV a.C. (época de esplendor de aquella urbe). Un cántico a la diosa de la fertilidad de su panteón y
hallado en una tablilla cuneiforme, que han llegado a descifrar. No es la más antigua partitura encontrada, ni la más
vierja de las transcritas -tal como comenta la noticia- (1); pero sí una de las de mayor antigüedad, y sobre todo, muy
interesante para poder hacernos una idea de la música que pudo cantarse en los templos fenicios posteriores (y por lo
tanto, ibéricos).

Importante es observar, al oír este himno Ugaritico del siglo XIV a.C., cuanto se parece su melodía a los cantos
bizantinos, a los modos griegos, y por lo tanto: Al mozárabe y al Gregoriano. Y es que la historia de las formas artísticas
no ha variado tanto (al menos en lo que respecta a las estéticas y al diseño, en el arte religioso). Consecuentemente, el
Canon 28 del IV Concilio visigodo de Toledo -celebrado hace más de mil cuatrocientos años-, escribe que "las insignias
episcopales son: Las vestiduras talares, los cálices, la patena, la Mitra, las sandalias, el pectoral y los guantes" ;
enumerando igualmente como las insignias del obispo: "El anillo y el báculo") (2). Anillo, báculo, sandalias, pectoral,
cáliz, vestiduras talares, mitra y patenas; que vemos ya en manos de los Sumos Sacerdotes egipcios, hace casi más de
cinco mil años. Atributos que también fueron de los faraones y que igualmente conservaron los sacerdotes judíos, tanto
como muchos monarcas y clérigos de los fenicios, pasando posteriormente a Anatolia (por influjo del mundo fenicio-
arameo, o directamente del egipcio).

Esta última Península, fué donde seguramente, por llegar más tardíamente los atributos sagradados faraónicos o judío-
arameos, se mantuvieron con mayor cuidado y cautela -como siempre ocurre con las costumbres importadas, que
terminan conservadas con mayor pureza entre los que más recientemente las practican-. Así, el sacedocio y los
monarcas hititas (tanto como los neohititas), lucíeron enormes mitras, pectorales, sellos y báculos de gran importancia y
significado, hasta tiempos muy recientes (al menos hasta el siglo VII a.C.). Insignias y vestimentas muy similares a las
que marca el Concilio de Toledo como episcopales y que siguen siendo las de los superiores de la Iglesia (citadas en el
Canon 28 en Toledo). Atributos sagrados, que en su mayor parte fueron heredados desde Mundo Judio por Europa y del
Egipcio -o del Judeo-Fenicio-, por Anatolia; Península que en tiempos anteriores a Amenofis III y IV ya vestía así a sus
sacerdotes y reyes (recordemos que Akenathon -el reformador de la religión en la herejía de Amarna-, tanto como su
padre, estaban casados con princesas de Mitanni; reino fronterizo con los Hititas).
JUNTO A ESTAS LÍNEAS: Rey asirio del Siglo VIII con moda aramea. Se trata del monarca Tiglatpileser III,
pintado mientras imparte audiencia en un fresco del palacio de Tell Ahmar. Observemos como lleva todos
los atributos que portaban los faraones y sus sacerdotes que son muchos de los símbolos de los sacerdotes
y de los monarcas judios: El Báculo, la mitra, el sello real, el collar o pectoral, el traje talar, las sandalias
sagradas y los guantes (que a veces se sustituyen por brazaletes). Finalmente fueron herederos de algunas
de estas refinadísmas tradiciones en vestimenta, los obispos y cardenales de la Iglesia.

Cuanto vemos y exponemos, nos hace deducir que quizás en la música pudo suceder algo muy similar a lo
que la tradición ha mantenido en las vestimentas sagradas. Así, quizás este himno de Ugarit tenga sus
raices en el Nilo (venido desde Biblos) o en Meopotamia (llegando desde Canaan). Por todo cuanto
decimos, no habría que desecharse un idea que nos brota, al observar como la música "ugaritica", se
parece tanto al Canto Gregoriano (de la que le separan mas de dos mil años). Por lo que no es tan
descabellado pensar que las formas y los modos en el arte religioso, poco cambiaron también en lo
concerniente a las melodías. Así, quizás esta canción sagrada que abajo recogemos, pudo de ser muy
similar a las que se entonaron en los templos de los faraones... . Cuanto argumentamos se demuestra, en
que la liturgia judia y el canto de sinagoga están muy cerca de este himno de Ugarit, y a medio camino
entre ese y la música Gregoriana. Puesto que de aquellos tonos del Templo de Salomón de Israel, proceden
realmente nuestros cantos litúrgicos, del que nace el Bizantino (al mezclarse con los "modos" e
instrumentos griegos). Todo lo que deja bien claro que el origen de nuestra civilización tiene un gran
"onfalos", cuyo cordón umbilical nunca debiéramos cortar -al menos, si queremos comprenderla-. Un punto
de inicio y nacimiento de Occidente, que se encuentra en la franja costera que va desde Costantinopla
hasta Alejandría.

Para escuchar el Himno de Ugarit, consultar en portales: http://www.goear.com/listen/041fe16/himno-a-nikkal-


anonimo
http://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-de-ciencias/himno-la-nikkal-la-canci-n-m-antigua-075055187.html

Tras la disertación anterior, pasaremos hoy a una explicación sobre el significado mágico de muchas joyas
(tanto como del "valor oro-patrón" económico). Numerosas veces nos han preguntado por qué y cuando
nació este "ponderal" o medida del dinero basado en el oro -principalmente, en Japón... Y es que los
japoneses son muy curiosos e inteligentes-. Recordamos perfectamente, la primera vez que en me lo
cuestionaron. Fuér en aquel país y nos supe durante unos segundos qué contestar. Nos quedamos parado y
solo supe decirle al que lo preguntaba como el dinero se suponía que había nacido en Lidia en el siglo VII
a.C. ( Lidia es hoy la zona central de Turquía -próxima a Ankara-, que antes de conquistarla los griegos,
era Frigia, el reino de Midas). Pese a ello, tuve que comentar que los egipcios, mucho antes que los
helenos y al menos desde comienzos del II milenio a.C., usaron unos aros de oro o plata para el trueque;
que solían estar sellados y que manejaban y pesaban unos funcionarios encargados de esta labor (para que
no hubiera fraudes).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Pectoral encontrado en la momia de Psusennes I (reinado en años 1039 - 991 a.C.);
que se encuentra en el Museo Nacional de El Cairo -al que agradecemos nos deje difundir la imagen, para
dar a conocer la importancia del significado de joyas como esta-. En nuestro artículo de hoy vamos a
intentar internarnos de algún modo, en el concepto del significado místico del oro y la joyería en la
antigüedad. Un sentido que se comprende plenamente al observar este colgante y darnos cuenta de que
gracias a él y a lo incorruptible del oro, la figura de Psusennes I ha pervivido en la memoria, durante más
de tres mil años (tal como el poseedor de aquel pectoral que vemos, habría deseado -pues con este fin,
fue entre otros motivos por el que fue enterrado guardando aquella joya "protectora" en su pecho-).
Tras comentarle al curioso japonés que el dinero había nacido en Lidia, pero que los egipcios usaban antes
algo muy similar, añadió el interesado textualmente: -"¿Y por qué de oro, o de plata; si son materiales
inútiles?"-. Entonces saber qué contestarle, le respondí con toda seguridad lo primero que me vino a la
mente, intentando mostrar que era algo aprendido y diciendo: -"¿Cómo que inútiles?. El oro es
incorruptible e inalterable (sobre todo bajo tierra) y ello es lo que más deseaban los egipcios, para poder
pasar a la Eternidad... ¿Tú crees que sin las máscaras de oro, hubiéramos podido conocer el rostro de
Tutankhamón?-. Aquel japonés lo comprendió rápidamente. Pese a ello, yo todavía no lo he entendido de
todo; y es que entre él y yo mediaba una civilización muy diferente: Aquella que sabe y conoce que "La
Eternidad" puede estar en el Universo que vivimos... . Por ello, quizás en la matemática existe un símbolo
que es el de "infinito", con el que podemos operar perfectamente (sabiendo un niño que: 1 elevado a
infinito, o infinito elevado a cero; son indeterminados).

Pese a ello y pese a saber explicarlo, aún hago esfuerzos por entender la existencia de un "patrón oro"; y
aunque en ocasiones alcanzo a comprenderlo, de continuo "se me escapa". Porque para poder entenderlo
completamente creo que hemos de pensar cual japoneses, como si tuviéramos un concepto de cultura y
de civismo similar al de aquellos egipcios. Pues solo así sería muy probable que inmediatamente
entendiéramos por qué es el oro y no otro, el metal "patrón"; ya que transciende de algún modo "al
infinito bajo tierra". Ideas muy sencillas para gentes de un mundo en el que lo espiritual y la materia viva
están unidas, pero que al menos para mí resultan de una enorme complejidad cultural. Pese a ello,
igualmente es un hecho que comprende de inmediato el pueblo judío; que de continuo se enfrenta a la
Eternidad y a la permanencia en la Historia de su civilización. Razones por las que casi atávicamente
conocen los motivos por los que este patrón oro, es el que mide la economía: Pues de algún modo es tasar
el valor de algo basándose en lo inalterable, desde lo incomensurable y hasta comparándolo con lo
incurrompible y eterno.

BAJO ESTAS LINEAS: Pequeñas hachas y herramientas que durante algún tiempo los arqueólogos pensaron
que se trataba de juguetes para niños (o de objetos votivos de templos). Porque por su tamaño tan
reducido, se hacía imposible que fueran de uso común. Hoy en día hay autores que (como en nuestra
entrada anterior vimos) afirman se trata de pequeñas "monedas de la Edad del Bronce y principio del
Hierro". Así a estas "moneditas" se les daba forma de herramientas, para otorgarles un valor de cambio. De
algún modo eran un paso mucho más avanzado que el uso simple del lingote, para comerciar; dado que los
Talentos (lingotes) solo permitían transacciones de gran valor y normalmente entre metalurgios o personas
especializadas. No sirviendo los bloques de metal para trueques diarios o comunes (debido a su gran peso,
sin poder ser facilmete medidos en su valor, o transportados). Muy por el contrario, estas hazuelas o
hachitas tan pequeñas, tienen un orificio como asidero; lo que suponía que podían usarse de adorno y a la
vez como "patrón" para el trueque. Algo muy similar a lo que continuaron haciendo cuando nacieron las
monedas, en múltiples culturas populares, que incluyeron las moneditas en los aderezos y en los pañuelos
de las damas (o en los botones y trajes populares). La imagen pertenece a objetos del bronce, del Museo
Numantino de Soria; al que agradecemos no permita divulgar esta foto, para dar a comprender la
importancia de estos pequeños artículos cúpreos.
Como decíamos anteriormente, para nosotros resulta realmente difícil la comprensión de estos patrones
en metales nobles, quizás debido a que nuestras Sociedades europeas emergen de sistemas de utilidad (no
de espiritualidad). Tanto, que en Occidente "valor" y "uso" son casi sinónimos. Siendo el tema sobre el
"valor uso y cambio", un concepto que plantea El Capital, pero el que pocos acertamos a explicarnos. Así
cuando llegábamos en clase de economía a los términos "uso y cambio", siempre nos los explicaban con un
ejemplo poco inteligente pero que parecía cierto como es el del precio del agua en el desierto, frente al
del líquido elemento junto a un rio... Algo que poco o nada explica; pues estos valores y conceptos
normalmente son plenamente culturales y por ello, el precio a veces es ajeno al propio uso (atendiendo
tan solo a lo que la Sociedad desee pagar por aquello). Puesto que en la tasación de un objeto o un
trabajo, irán inmersos factores tan subjetivos y personales, como principios de civismo, de prestigio,
religiosos, culturales y hasta de cariño. Un ejemplo de ello es el precio del oro, cuyo valor en una
sociedad como la egipcia debió ser inimaginable; ya que vivían mirando a la muerte, para enterrarse
embalsamados preservando en la tumba la existencia propia (hacia la Eternidad). Una religion y
costumbres, en las que el uso de oro y la plata eran imprescindibles.

Muy distinta era entonces la vida en Europa, que vivía una Edad del Bronce; no tan oscura como muchos se
empeñan en demostrar y donde parece que se vivió un absoluto materialismo, basado en la búsqueda y
trabajo de los de metales. De tal manera y como consecuencia del pragmatismo de nuestras Sociedades
Occidentales (desde su más tierna infancia: El eneolítico); en Europa parece que el ponderal o la medida
para marcar los precios, fué el bronce. De este "patrón cobre y estaño" , ya hemos hablado sobradamente
en anteriores artículos, pero su idea se resume en el hecho de una "sociedad mercantil" basada en cambios
con un "patrón marcado" por la utilidad de los objetos a intercambiar (entre ellos y como fundamental: El
hacha). Esta "medida" del "hacha sagrada", parece no fué solo de la Europa en la Edad de Bronce, sinó que
también fue seguida por las culturas anatólicas (entre ellas la Cretense y la Hitita). Pero tuvo su parangón
en Mesopotamia y el Sur del Mediterráneo -principalmente en El Nilo-. Puesto que mientras en el mundo
Minoico o en el Hitita -tanto como en el del resto de Europa-, se adoraba a un Smiting God (dios herrero;
tipo Vulcanos) simbolizado comúnmente en el hacha doble o en el buey -como símbolo de la pecunia, del
bienestar que proporcionaba el ganado y de la protección que otorgaban las armas de metal-. En Egipto,
los dioses eran: Los astros y su "padre" el Sol (la Luz); tanto como las aguas y la madre fecundadora (La
Tierra y el Nilo).
JUNTO A ESTAS LINEAS: Cobra alada hallada sobre el cuerpo momificado de Tutankhamón. Es uno de los
múltiples pectorales que lucía el faraón en su pecho al ser depositado en su tumba; joyas cuyo significado
religioso y de poder se relacionan con el culto a la muerte, a la protección del que lo lleva y a la
transmisión del hombre momificado hacia la Eternidad. Guiando y vigilando al alma en su camino hacia el
"más allá". Agradecemos al museo del El Cairo que nos permita divulgar la imagen.

Ello, porque estas otras civilizaciones no anatólicas (como la Mesopotámica y la Egipcia) estaban basadas
fundamentalmente en la agricultura. Debido a lo que su economía partía de una necesaria sedentariedad
en la población, tanto como del estudio de los astros y de los fenómenos meteorológicos; para poder
sembrar en sus fechas, recolectar, o mejorar las cosechas. Todo aquello, hacía necesario la creación de un
Estado estable y equilibrado, que guardara las tierras, fomentara el campesinado y los sistemas de cultivo
con riegos compartidos, tanto como el mayor aprovechamiento del terreno. Por lo que los que dominaban
el Estado agricultor hubieron de instruirse en astronomía, calendarios, obras públicas, botánica y posibles
cambios del clima. Muy por el contrario, las otras culturas (de las que desciende Europa y cuya madre
hubo de ser la Hitita, tanto como la Creta Minoica); basaron sus primeras economías en el ganado. Fueron
pastores llegados desde el Valle Iranio o del Indo y ello les hizo tomar costumbres de pueblos nómadas.
Terminando por construir un sistema de gran riqueza nacido de su capacidad emigración y nomadismo, lo
que les hizo ricos en la búsqueda de los metales (por toda Europa). Unos hechos que darían lugar a una
enorme aculturación de todo nuestro continente durante la Edad Bronce, y que culminaron con grandes y
maravillosas civilizaciones, como: la Minóica, la micénica y la Hitita.

Por cuanto exponemos, es fácil entender por qué y como el patrón para ponderar dinero fué tan diferente
en el Norte del Mediterráneo y en el Nilo o en Mesopotamia. Generándose ya en el II milenio a.C., un tipo
de "moneda" en Egipto basada en aros de oro y plata, por el que medían el valor de todas las cosas. Mucho
tendría que avanzar Europa para que aquel modo de conocer el precio de un objeto basado en un "peso-
oro", estuviera implantado. Algo que no sería posible hasta época de los griegos, cuando se extendió la
idea de acuñar la plata. Una "costumbre" que posiblemente heredaron los helenos de alguna forma desde
rey Midas, ya que se atribuye a los lidios la invención de estas piezas de plata que llamaron Dracmas
-nombre nacido del verbo griego "dragmeuo" (), cuyo significado inicial es "tomar por la mano",
"liar", "hacer un manojo"-. Puesto que como dijimos, los lidios fueron los herederos y conquistadores del
reino de Midas (Frigia) en el que seguro ya se comerciaba con los llamados "lingotes de torta" - las típicas
"tortas" de metal, que se fundían dándoles la forma más simple y que vimos como se usaron a modo de
monedas en algunas zonas mineras desde la más remota antigüedad- .

JUNTO A ESTAS LINEAS: Maravilloso pectoral de la momia de un faraón de estirpe neohitita: Shensoq I. Rey
de la XXII Dinastía, originada de familias libio-invasoras, tras siglos de asedios y ataques por Los Pueblos
del Mar a Egipto. Procede de generales-mercenarios, establecidos en El Nilo tras acuerdo entre los
faraones y los invasores llegados por mar; que desde tiempos de Ramses III estaban acosando aquella
nación. Este faraón pertenece a dinastías y gentes que pudieron llevar expediciones posteriores hasta
nuestras tierras, cercanas a Tartessos (tanto es así que su nombre se encuentra en vasos y alabastrones
reutilizados por los fenicios, en enterramientos de necrópolis púnicas en la zona de Málaga).

Conociendo ya la "utilidad sagrada" que tenía el oro para los egipcios, podremos saber también cual era el
significado para ellos de la joyería. Un valor que no se correspondía con un precio y que no tenía gran
relación con lo ostentoso o lo terrenal; sinó que muy por el contrario se acercaba mucho más a un sentido
religioso y místico. Tanto fué así, que algunas piezas eran los verdaderos talismanes transportadores de
poder y del medios de guiarse hacia los dioses en el camino de La Duat. Amuletos "medicinales", mágicos o
religiosos, de los que nunca podía separarse el hombre. Puesto que en el Nilo se unieron el misterio de la
palabra con el del propio símbolo para escribirla, y de ello una innumerable cantidad de piezas y objetos
minúsculos pasaron a tener vida propia. Objetos usados por todos y que para los ricos se fabricaban en
gemas, en oro y en forma de joyas, que actuaban como amuletos imprescindibles, comprendiendo el
mundo de lo más sagrado. Así, desde el escarabajo, hasta el ojo de horus, pasando por el pilar o infinidad
de talismanes, habían de estar en contacto con la piel y con el hombre (tanto en su vida como después de
muerto y para curarle, guiarle o salvarle). Ello, porque aquellos objetos en forma de "ojo (Udjat), cruz
ansada (Ank) o de alas de Horus, en sí mismos generaban el Mundo. Una civilización que nació quizás de la
imaginación del Hombre, pero que en sí mima era "la verdad" de la inspiración divina en el Nilo. Cuyo
resultado verdadero fué Egipto y con ello, el paso hacia la Eternidad (tal como deseban los egipcios).

En próximas entradas estudiaremos bajo estos prismas, el posible significado de El Tesoro de El Carambolo
y de sus piezas.
CITAS:

(1) Ver como ejemplo los trabajos de Rafael Pérez Arroyo "LA MUSICA EN LA ERA DE LAS PIRÁMIDES" (Ed. Centro de estudios egipcios,
Madrid 2001). Libro que contiene asimismo un CD explicativo - que se puede adquirir adjunto o por separado- sobre la música en el
Antiguo Egipto. Consultar en esta obra: Capítulos: VII, pags 335 y ss. donde explica las danzas, música y el estado de la investigación
sobre este aspecto de la cultura faraónica.

(2) "ANÁLISIS DE LAS ANTIGÜEDADES ECLESIÁSTICAS DE ESPAÑA" Fray Manuel de Villodas, Tomo III, pag 366. Segunda edición en Madrid
1802.

LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el


tesoro de El Carambolo (Parte XVI: Misticismo y curación a
través las joyas en La Antigüedad. Escapularios, medallas
sagradas y pectorales)
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (10/07/2011)

JUNTO A ESTAS LINEAS: Sarcófaco de la dinastía XVIII o XIX hallado en Tebas (fechado entre los años 1330
al 1250 a.C.). En su decoración podemos observar la proliferación de joyas con las que se adorna a la
momificada, entre las que se distingue el pectoral. El marcado carácter mágico y protector de esta pieza
central, se observa en lo destacado que aparece en el sarcófago aquella joya o talismán del pecho. En la
entrada de hoy estudiaremos el sentido que pudieron tener para los antiguos los pectorales, o las medallas
sagradas, pendidas al cuello.

Hace unos cuatro años, publicamos un estudio monográfico sobre el origen y significado del "mito del Mal
de Ojo", analizándolo desde sus más remotos comienzos(1). En aquel, pudimos llegar a descubrir símbolos
de unos cinco mil años de antigüedad, en los que ya se encontraban talismanes y amuletos para "combatir
este daño", que común y popularmente se denomina: "Aojo". De tal manera, mostrábamos en ese libro,
collares del Egipto contemporaneros a la Era de las Pirámides, cargados de pequeñas figuras para combatir
el aojamiento. Mal de Ojo que se correspondía con el uso de aquellos amuletos y cuyas figuras no han
cambiado demasiado hasta nuestros dias; siendo los dos talismanes más importantes para evitar el
Aojamiento los que aún conocemos: El Udjad (o Utchad), que se corresponde con el Ojo de Horus y es muy
similar a los collares y pulseras con cuentas de ojitos que todavía se venden con ese fin. Tanto como la
"figa" o "higa", que es exactamente igual a la que aún utilizan como amuletillo de la suerte (o para evitar
desgracias y Mal de Ojo); consistente en un puño cerrado, del que sale -entre los dedos índice y corazón-
el dedo gordo.

Aquellos dos símbolos (el ojo y la higa) nacidos en Egipto, a comienzos del III milenio a.C.; fueron
adoptados como talismanes unos mil años más tarde, por muchos de los pueblos arameos y canaaneos que
habitaron Oriente Medio. Debido a ello y usándolos igualmente como protectores del Aojo, los fenicios
comerciaron y fabricaron numerosos de estos avalorios que comenzaron a hacer con el nuevo materíal que
"inventaron": El vidrio (pasta vitrea). Así importaron a España estos dijes en forma de Figa (o de ojitos),
que desde al menos el siglo VIII a.C.; años en los que aparecen en los yacimientos púnicos peninsulares
(2). Habiendo estudiado el significado de aquellos amuletos en nuestro trabajo ya mencionado (HIGO,
HIGA. HÍGADO Y AOJO), llegamos a la conclusión de que se trataban de dijes con mas de tres mil años de
antigüedad, crados para prevenir "un mal" casi exacto al que hoy en día se "conoce y teme": El
Aojamiento. Un curioso maleficio que se transmitía (según creían) por el ser dañino cuando miraba al
indefenso y puro, al que "contagiaba" su terrible estado simplemente por impregnación a través de la
vista. De tal manera, para evitar este terrible Ajoamiento que producían las miradas del envidioso, del
malvado o del endemoniado, sobre aquellos otros seres y personas buenas, se llevaban esos talismanes
(con la figura del puño-figa, o el de un ojo); que a modo de escapulario, actuaban como protectores
contra aquellas pupilas horribles.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Pectoral sagrado de Amenemope, en el que vemos al difunto frente al dios Osiris
ceremoniando con incienso -Procede de la tumba de Tanis III, y está fechado entre los años 998 a 985 a.C.
(21 dinastía)-. El pectoral, usado desde hace más de cinco mil años, es sin lugar a dudas el origen de los
escapularios modernos. En la entrada de hoy veremos como su uso tiene también una razón y explicación
médica (además de religiosa).

Siglos más tarde -ya en época greco romana-, descubrimos en nuestro análisis mencionado, como nacieron
hacia el siglo IV a.C., un tercer tipo de talismanes contra el aojo, que tenían curiosamente forma de pene
y cuyo nombre era el de "falos". Aquellos "falitos" que se colgaban a los niños ya desde los primeros días de
su naciminto (en Grecia y en Roma), comprobamos que correspondían a una tradición nacida en Egipto
-igualmente desde la Era de las Pirámides-. De tal manera, cuado seguimos investigando la relación que
pudieron tener con el Aojo (y sus males) aquellos talismanes en forma de falos, puñitos y ojos, llegamos a
conclusiones muy curiosas. Puesto que al ver como siempre el Mal de Ojo se combatía con "La higa" (puño
cerrado con el dedo gordo saliente), el "falo" (como colgante) y el "ojo" (Uchat en el Nilo, o la pupila entre
los fenicios). Y habiendo sabido que realmente era costumbre la de imponer nada más venir al Mundo al
neonato, aquel escapulario (talismán para el bebé, que normalmente los ricos podían permitirse en plata y
oro, pero que los menos adinerados hacían en bronce). Nos planteábamos qué uso, significado o utilidad
pudo tener aquello, para haber seguido esta costumbre desde la Era de las Piramides, hasta la Caida de
Roma (durante más de tres mil años)...

Estudiamos así la unión del Ojo, con el puño cerrado en forma de Higa, tanto como el nombre de "higo, o
figa" de aquel amuleto, y tras ello, la sustitución de aquellos talismanes por otros en forma de pene en
época romana -dejando de utilizarse por los romanos las pupilas en blanco y azul, de los fenicios-. Todo
aquello, nos hizo reflexionar sobre cual pudo ser el origen y significado de estas tradiciones y
sentimientos, que derivaran hasta el Aojo (mal tan extendido y temido en "el tiempo y el espacio", que
aún es creido y "limpiado" en muchos lugares del Planeta). Llegando finalmente a la conclusión propia de
que su origen primigenio era el de evitar el glaucoma el tracoma y las enfermedades oculares (tal como
algunos Textos de las Pirámides y el Libro de los Muertos egipcios nos enseñan) (3).

Finalmente, pudimos llegar a la conclusión de que el uso de esos talismanes era verdaderamente benéfico
para evitar ciertas enfermedades de transmisión (sobre todo las visuales), debido a que genereaban óxidos
de plata, cobre, estaño y derivados del los áureos. Por ello, tras estudiar que el método para luchar contra
las enfermedades oculares contagiosas fué en la medicna moderna, suministrar unas gotitas de nitratos y
óxidos de plata en los ojos (sobre todo en los del recién nacido). Con lo que se lograba acabar con las
posibles enfermedades contagiosas que el útero materno tuviera y hubieran podido infectar las cuencas
oculares y a las mucosas del niño. Habida cuenta de que el óxido de ciertos metales (sobre todo de plata,
y bronce) eliminaba los microbios de enfermedades tan importantes como los de la gonorrea, que producía
la tracoma (transmitida a los ojos del bebé durante el parto). El hecho de imponer una medallita de metal
en el cuello, pudo hacerse para evitar, esas enfermedades contagiosas que terminaban produciendo la
ceguera al niño.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Pectoral del rey de Biblos IP CHEMU ABI, fechado en el siglo XVIII a.C. y que se
halla en el Museo Nacional de Beirut (al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). Observamos
que esta pieza es puramente una réplica de lo egipcio; hasta el punto que lleva los símbolos de monarca
del Alto y Bajo Egipto (ello como atributo de un rey ajeno al Nilo). Se trata de una obra de arte pre-
fenicio, cuya calidad no es tanta como la que la orfebrería Egipcia tiene. Lo hemos "catalogado" de arte
pre-púnico, debido a que Fenicia estaba en estos años naciendo (a la sombra de aquella magnífica y
ancestral urbe de Biblos). En este pectoral se demuestra que gran parte del arte y de las costumbres que
van a ser luego las de Fenicia, serán en gran parte una recreación del Mundo Egipcio,

Evidentemente, esos escapularios pudieron ser un medio conocido a través de la costumbre, para de
luchar contra aquellos terribles males que producían el glaucoma y el tracoma (epidimias y males
endémicos en Egipto). Puesto que el Imperio del Nilo llegaba a tener un alto porcentaje de ciegos en su
población; debido a la insalubridad del rio y por las condiciones de arena y sol en el desierto. Por ello no
es extraño que observaran como al colgarse del cuello una medallita -cuyo óxido mezclado con la
sudoración iba "generando" nitratos de plata o cobre-, aquella pudiera actuar como protección. Una
"medicación", que tan solo interpretarían como fruto de los dioses, sin saber realmente que al tocarse los
ojos tras poner los dedos en la medalla la medalla, aquella actuara como limpiador de bactarias. Pese a
ello, ya en el Imperio Nuevo, hay tratados que hablan de como el óxido de determinados metales y
minerales, ayudaban a combatir el tracoma (lo cual confirmaba que aquellos escapularios se pudieron
poner para proteger los ojos de las bacterias).
Esta fue la hipótesis nuestra, que unía el origen y significado del Mal de Ojo, con los talismanes que lo
combatían. Puesto que siendo aquella una de las más terribles maldiciones habidas y temidas desde que
La Civilización existe, se combatía con pequeños amuletos en forma de: Ojos, Higas y Falos. Talismanes
cuyo significado intrínseco creemos que residía en procurar la curación de enfermedades oculares (con el
fin de evitar la ceguera), pero que se transmiten por las mucosas. De ello, la aparición del Falo y la Higa
en sus amuletos, ya que estos son el símbolo de los sexos femenino y masculino. Ya que estas
enfermedades procedían en el Nilo en su mayor parte por el contagio de la bacteria Chlamydia, que
produce la blenorragia. Contagio que comúnmente se transmite a través de la vía sexual (o de mucosas) y
que lleva a la ceguera inmediata del neonato (si la madre la ha contraído) o al tracoma de aquel que se ve
afectado durante largo tiempo por aquella bacteria.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Otro pectoral del famoso faraón de dinastía libia, Shensoq I (fechado hacia el 890
a.C., en el museo de El Cairo, al que agradecemos nos permita divular su imágen). Observemos que el
colgante de carácter mágico tiene forma de ojo. En su centro y como iris, se encuentra un sello en
lapislázuli con la figura del rey Shensoq I en su trono (esta piedra azul es la que determina el Libro de los
Muertos como uno de los ojos de Horus). A modo de párpado bajo, aparece una Barca de Ra en oro, con
forma de Media Luna y transportando al rey hacia el Más allá. A los lados de ella y custodiándola, dos
diosas Maat (como Isis alada). Además, en el centro de aquellas y entre sus alas hay dos ojos de Horus
(Utchats). Observemos la perfección con la que están trabajados estos dos Udjats (ojos del dios Horus, que
simbolizan los astros), que apenas tienen unos milímetros de tamaño. El pectoral es sin lugar a dudas un
protector contra el Aojo, en el viaje de Senshoq I, hacia el Más Allá.

Por lo demás, es sabido que el contacto de la piel con ciertos metales (sobre todo con los preciosos), tiene
un efecto de regulación de bioritmos, o de mejora en el estado anímico; tanto como genera campos
magnéticos que para muchos son interpretados como muy beneficiosos -unos hechos que no sabemos si
pertenecen al mundo del placebo, pese a lo que su función y funcionamiento está admitida por la
medicina moderna-.Todo aquello explica los talismanes para combatir el aojamiento, tanto como sus
formas de "ojos", "figas" (con que se figuraba el "sexo femenino") y de "falos" (el pene transmisor de la
Chlamydia). Debido a que la ceguera se tuvo durante un tiempo como un mal contraido por suciedad y por
falta de higiene sexual. Con lo que el Falo protector, simbolizaba quizás la endogamia y monogamia
necesaria para no contraer blenoragias -enfermedad de la que en la Antigüedad solo conocían sus
consecuencias, no su origen; pese a saber que era muy contagiosa -. Con ello, aquellas piezas de metal
colgadas sobre el cuello, que comenzaron a usarse, al menos hace cinco mil años (desde entonces
poniéndolas sobre los recién nacidos), tenían una explicación y una utilidad efectiva. Y seguramente
comenzaron a ser sagradas al haber observado que aquellos que las portaban, estando protegidos por un
amuleto o escapulario de este tipo, sufrían menos las cegueras (algo que pudo comprobarse por la
costumbre al observar que quienes no las llevaban al cuello, eran más propensos al contagio). Unas
medallas o amuletos que sin duda, creemos se relacionan mucho con el origen de los escapularios que
hasta hoy en dia se utilizan.

AL LADO: Guerreros y damas ibéricos danzando en un vaso cerámico de Liria, propiedad del museo de
Valencia al que agradecemos nos permita divulgar su imagen. Observemos como en su pecho, los
danzantes llevan un pectoral, que en el caso de los hombres parece que son las "trinchas" de armas.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Guerrero representado en un vaso cerámico ibérico de Liria (Valencia, siglos IV al II
a.C.). En este podemos observar claramente como lleva "trinchas" o pectoral en forma de tirantes
cruzados al pecho. Cualquier persona que haya hecho "la mili" -o estado en el ejército-, conoce que "las
trinchas" (cinturón, con bandas que cuelgan del pecho), son indispensables para asir y poder llevar las
armas; pues sin ellas se nos caería o movería el armamento del cuerpo. Suponemos que estas que
portaban los iberos les servían como tirantes para el carcaj, la honda, el cuchillo o las falcatas. Como ás
adelante veremos, muy posiblemente algunos de los pectorales y su simbolismo en la antigua Iberia, se
relacionaron con estos atributos del guerrero.

Pese a cuanto hemos expuesto, quedaba aún un segundo aspecto del pectoral; el protector mágico del
pecho, tan usado en todas las civilizaciones. Este era el carácter puramente religioso del pectoral,
relacionado con la protección del alma. Algo que se comprende plenamente al observar que los órganos
vitales del hombre se hallan fundamentalmente en esta zona central (al margen de la cabeza). Siendo así,
es de entender que el pectoral tuviera también relación con las pequeñas corazas y protecciones de las
armaduras, en cuyo centro estaba una placa más importante, que actuaba como un escudo mayor, para el
cuerpo del guerrero. Curiosamente estas escudillas o refuerzos de la armaura que llevaban los guerreros
(principalmente en su zona central) se llamaban "Falera" -o faleria-; cuyo nombre creemos que
indudablemente nace de "Falo". Ello a nuestro modo de ver, en recuerdo de aquel amuleto protector del
"mal de ojo" que los niños y muchos ciudadanos romanos lucían en su pecho. Siendo muy común que las
"falerias" que llevaban en las corazas, representaran la cabeza de Medusa, como la diosa cuya mirada
dejaba petrificado al que la observara (una expresión e interpretación del Aojo, relacionada con la guerra
-en nuestro modo de interpretar el mito-).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Falera (o faleria) del siglo III hallada en Castro de San Millán (Orense; pertenece al
museo provincial de Orense al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). Esta pieza protectora y
que supuestamente luce la cabeza de Medusa -u otra deidad que prevenga en la guerra- tiene unos aros
para ser asida en el pecho con cintas (o cadenas). Se usaban para reforzar las corazas y como talismán
contra los venablos y las armas del enemigo; no estando muy lejos del sentido del pectoral como objeto
protector del que lo porta.

De tal manera, desde la primera Edad del Hierro, creemos que se impuso en el Mediterraneo el uso del
pectoral y de la corona quizás ya con un sentido diferente al que tuvo en Egipto: No como atributos sacros
del rey, sino como sacralización de objetos de guerra (la coraza, las falerias y el casco de lucha). Así,
posiblemente entre los iberos el pectoral del rey era ya un recuerdo a la "escudilla" central de la
armadura; o incluso se relacionaba con las trinchas que lucía todo guerrero (tirantes cruzados donde se
colgaba el carcaj y el armamento). Pese a cuanto exponemos, el pectoral del Tesoro de El Carambolo es
claramente sacro y nos sigue recordando sorpresivamente mucho más a determinadas joyas del mundo
arameo, fenicio y judío -relacionadas con el mundo de lo sagrado (y no tanto con el militar)-. Es decir, que
el significado y simbolismo de aquella joya tartessia, de nuevo nos resulta mucho más cercano a Oriente
Medio en los siglos X al VI a.C., que a la cultura ibérica posterior a Tartessos. Ello, seguramente debido a
que este pectoral con forma de lingote-buey (Labrys o Keftiu), fue el símbolo de un monarca como
sacerdote supremo o autoridad de una religión, y no tanto como guerrero (o general de los ejércitos).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Figura de guerrero de Porcuna, del siglo IV a.C. propiedad del M.A.N. (al que
agradecemos nos permita divulgar su imagen). En el centro de la escultura, vemos como su pecho lleva
una gran escudilla colgando de las trinchas; escudo pectoral que sin duda fué el origen de las falerias.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Torso de guerrero ibérico, fechado hacia el siglo IV a.C. y procedente de La
Alcudia, Elche (propiedad de la colección Ramos Folques a la que agradecemos nos permita divulgar la
imagen). Observemos en ella que en su centro, la armadura-cazuleta convertida en faleria, que contiene
una cabeza de lobo-toro. La tipología de la escultura de esa falera que lleva un lobo con felino, es
tipicamente orientalizante y nos recuerda sobremanera a los leones neohititas y a los modelos de Asia
Menor (entre los siglos XI al V a.C.).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Pectoral del Tesoro de El Caramblo, que consideramos tiene un carácter mágico,
relacionado con piezas de este tipo que utilizaban los sacerdotes supremos en Oriente Medio (clérigos y
monarcas arameos, judíos, neohititas, asirios o escitas). No creemos que se relacione tanto con el
"pectoral" del guerrero mediterráneo (las falerias). En nuestra opinión vemos en aquella pieza de El
Carambolo quizás el símbolo que demuestra como el rey, en la zona de Tartessos, era también la autoridad
suprema del clero. -En anteriores entradas vimos como el atributo del gran sacerdote, en Oriente Medio y
desde principios de La Edad del Hierro; fueron estos pectorales (que se mencionan especificamente en El
Antiguo Testamento, como atributo del Sumo Sacerdote entre los judíos)-.

CITAS:

(1) HIGA, HIGO, HÍGADO Y AOJO (MAGIA, RELIGIÓN Y MEDICINA). En "El cuarpo en la tradición" Publicado por la Fundación Joaquín
Diaz, Valladolid 2007.

(2) Citamos como ejemplo de estas: Las numerosas Higas del Tesoro de Villaricos, o las innumerables cuentas con ojitos que se
extienden por toda la geografía ibérica desde la llegada de los Fenicios a nuestras tierras.

(3) EL LIBRO DE LOS MUERTOS cap. 112 y 80. EL capítulo 17 narra la ceguera de Horus producida por la "suciedad del demonio" -Seth-
(recomendamos traducción desde la inglesa de Juan B. Bergúa, Avila 1964). Sobre el mismo: DECLARACIÓN 359 DE LA PIRÁMIDE DE
PEPI II; tanto como: PAPIRO MEDICAL DE LONDRES, N. 22
LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el
tesoro de El Carambolo (Parte XVII: El collar-pectoral como
protector del alma)
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (12/07/2011)

JUNTO A ESTAS LINEAS: Famoso collar de Neferuptah. Estos pectorales con forma de alas o media luna eran
llamados Menat y Usej (cuyas diferencias estudiaremos hoy); estaban formados por hileras con dijes de cornalinas y
piedras semipreciosas, engarzados con hilos y oro. En los extremos del que recogemos en imagen, se contienen las
cabezas del Halcón Horus, que expresa la forma y carácter de alas protectoras que tenían esos collares. Mide 36,5
centímetros de longitud y se halló en la tumba-pirámide, sobre la momia de Neferuptah; estando fechado entorno al
1814 a.C. (propiedad del British Museum al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). En el artículo presente
veremos la relación de estas joyas que se lucían sobre el cuello, con el sentido de una guia o salvaguarda del alma.
Simbolizando de algún modo, una "muralla o basa" que sujetaba la cabeza y protegía el pecho de quienes las portaban.

Continuamos con el sentido mágico de la joyería, algo que consideramos se ha de estudiar para comprender plenamente
el significado de El Tesoro de El Carambolo (así como el de otras muchas obras de orfebrería en la Antigüedad).
Procediendo hoy al análisis del significado de los pectorales y collares, que desde los tiempos remotos protegieron el
pecho y el cuello de los más distinguidos. Joyas, que ya desde principios del III milenio a.C., eran un atributo de los
monarcas, nobles y sacerdotes (en el Nilo). Así aparecen en los bajorrelieves desde tiempos de Saqhara (hacia el siglo
XXVIII a.C.) distinguiéndose ya en esta época al menos dos tipos de pectorales circulares, fabricados en hileras y que
cubrían desde los hombros y los brazos. al cuello del que los llevaba. Entre ellos en el más Antiguo Egipto, existía ya
una primera tipología de collares, cuyo significado parece referirse al poder y a lo sagrado; estando muy vinculados al
mundo masculino, al del sacerdocio y al de la monarquía (o la nobleza). Mientras, más tarde nacerán de aquellos otros
en algo más ligeros y que sugieren ser objetos decorativos y con un valor vinculado al mundo de la belleza -siendo estos
portados principalmente por mujeres o apareciendo en escenas de fiestas y música-.

Todos los collares, en principio fueron llamados entre los egipcios "el ancho", cuya traducción al idioma del Nilo es la
de: Usej (o Usekh -bien transcrito a pronunciación hispana, o a la inglesa-). Pectorales que se convirtieron en una
prenda de uso tan común en el reino faraónico, que podría compararse a nuestra corbata -salvando las distancias y
rogando disculpas por tan banal ejemplo, que solo ponemos para dar a entender lo común que fue aquel collar "ancho",
que en toda ceremonia había de lucirse-. Por lo demás, sobre su significado e historia, iremos comentando a lo largo de
esta entrada cuales fueron los pasos que llegaron a convertir estas joyas (o abalorios) en objetos de culto, de
enterramiento y hasta en un instrumento musical. Pues tal como acabamos de leer, uno de los hechos más extraños que
surgen entorno a esta prenda; fue su posterior uso como un instrumento similar a las "maracas" (un tipo de "sistro", al
que llamaban "Menat"); algo que sucedia cuando determinadas mujeres lo descolgaban de sus cuellos y comenzaban a
agitarlo percusionando ritmicamente sus cuentas y contrapesos (1).

Pero comenzaremos por el principio, para ir conociendo qué funciones e importancia pudo tener este collar "ancho"
(Usej) en el Nilo. Para ello, nos resultará de gran importancia analizar el significado de estos colgantes y pectorales
durante las ceremonias del enterramiento entre los egipcios. Algo que hallamos al consultar el Libro de Los Muertos
(2), entre las fórmulas de amuletos que se mencionan previas a la apertura del Más Allá para el difunto. De tal manera,
en sus capítulos ciento cincuenta y cuatro y siguientes, se especifica claramente la función de aquellos collares o
pectorales, cuando nos narra El Libro de los Muertos: CLIV "Cómo ha de prevenirse que el cuerpo del difunto se
corrompa en la tumba"; CLV "Primeramente ha de colgarse un pilar (Djeth) de oro sobre el cuello, para este fin"; CLVI
"Igualmente ha de prenderse una hebilla de amatista, que habrá de asirese del cuello del Khu (momia)"; CLVII "Tras
ello, habrá de situarse sobre la momia, también prendido de su cuello, un buitre de oro"; CLVIII "Después, se pondrá un
collar de oro sobre el pecho del difunto"; CLIX "Finalmente, se colocará una esmeralda del cuello"; CLX "explica
como ha de colocarse la placa con esmeraldas sobre el pecho del difunto"; CLXI "Llevadas a cabo las ceremonias
anteriores, ya pueden abrirse las puertas del Paraiso al difunto" (3).

JUNTO A ESTAS LINEAS: De nuevo el pectoral de Psusennes I, procedente de la Tumba III de Tanis y datado entre
los años 1039 al 991 a.C.. Tras haber leído en el párrafo anterior los conjuros del Libro de Los Muertos, comprendemos
perfectamente ya el significado protector de estos pectorales. Tanto como la aparición de ciertos dijes o escarabeos en
lapislázuli, amatistas; al igual que la figura del buitre alado con cabeza en un ágata, que preside toda la joya
(aparentemente en forma de hebilla y plena de amuletos).

Las fórmulas mágicas que hemos recogido, culminan con una de las ceremonias más importantes, nacida para preservar
de la corrupción al Khu; en la que el oficiante habrá de colgar un collar de oro sobre el pecho del difunto del modo
siguiente y pronunciando las frases (tal como describe el Libro de los Muertos): "Palabras que debe decir Osiris: -Padre
mio, hermano de mi madre Isis, tú que me has desvelado mírame. Soy uno de los que no tiene vendas y ve a Geb-.
Dichas frases se pronunciaran sobre un collar de oro en el que está inscrita la fórmula y al colocarlo sobre el cuello del
difunto; el día de su entierro" (4). Vemos ya en los textos que hemos recogido como la importancia de los pectorales y
collares entre los egipcios, trascendía hasta el propio mundo de la resurección; pues sin aquellos atributos no se podía
celebrar para el difunto "la apertura de las puertas" del Mas Allá (es decir, el muerto no podría llegar a lo que hoy
denominaríamos "Cielo"). Destacando para la preservación de estos "Khu", la necesaria imposición sobre el cuello y
pecho de: "Un talismán en forma de pilar (Djet)"; "una hebilla de amatista", "un buitre de oro", "un collar de oro" y,
finalmente, "una esmeralda, junto a una placa que lleve esta piedra preciosa asida al pecho del difunto".

Sobre los "por qués" de estos complejos ritos podríamos investigar durante años y escribir meses, aunque en nuestro
caso tan solo deseamos constatar que el significado de los pectorales y los collares relacionaban las ceremonias de la
momia y de su enterramiento, con el hecho de intentar preservar al muerto de la putrefacción. En lo que la relación
posible entre aquel difunto y la salvaguarda para que sus restos no fueran "cadaver" ( voz que en latín significaba: C-
orpus AD VER-mis = Cuerpo para los gusanos) por medio de imponerle talismanes, creemos que reside en un ritual que
relacionaría la pureza de la Sociedad Egipcia con el hecho de que la tumba no fuera expoliada. Debido a que -como es
sabido-, la religión del Nilo seguía tradiciones metepsicóticas (de transmigración de las almas).

Consecuentemente, al morir un miembro relevante de la Sociedad, venía su "reencarnación" (o continuación) a ocupar


el mismo puesto en la pirámide social. De tal manera, aquel que heredase la posición y hubiera de reescribir la misma
historia, repitiendo la vida del anterior al que sustituía; también guardaría la tumba del antecesor. De ello, quizás al
cubrir de joyas el pecho del difunto, se obligara al que habria de cuidar por su pasado, que estas nunca iban a ser
expoliadas, ni robadas; al igual que la momia del difunto sería custodiada por quienes le precederían en su puesto y en
su categoría (durante años, siglos y hasta milenios después). De aquí seguramente la dificultad de un ritual, en el que la
putrefacción se evitaba cubriendo de joyas al difunto; con pedrerías y orfebrería que se fué sofisticando hasta
convertirse en múltiples collares, pectorales y colgantes, de un refinadísimo trabajo y que se hacían pender del cuerpo
de la momia. De hecho, en la de Tutankhamon se encontraron al menos siete colgantes sobre su pecho y espalda (que
completaban el rito anteriormente descrito); en los cuales ya la amatista, la esmeralda o los amuletos, estaban
engarzados en complejísimos pectorales con diseños sofisticadísimos.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Diosa egipcia de la armonía y la belleza (Maat), luciendo el Usej sobre su pecho.
Observemos que apenas tiene otra prenda ajena al collar, que cubra esa parte de su cuerpo. Por ello, el significado de
estos pectorales tenía asimismo un carácter erótico, relacionado con la creación y el sexo. Por su parte, podemos
observar como estos collares habían de ser comúnmente de nueve hileras de colores; que correspondían a las tres triadas
(tres trinidades) de los dioses de la Noche; simbolizando las divinidades nacidas de la Luz y el Sol.

Tras conocer su uso en los enterramientos pasaremos a la descripción de lo que eran estos collares, cuyo primer nombre
hemos dicho que era el de "el ancho" (Usej), tanto como en sus comienzos tuvo solo nueve hileras de abalorios (colores
o dijes). Prenda que por su forma -de media Luna o de disco solar al amanecer-, hizo que identificara con la Barca de
Ra, nave que conducía al difunto y a los astros, durante la noche. Vehículo sagrado que como los barcos del Nilo,
guardaba este diseño de Cuarto Creciente y que lógicamente identificaba a la "Madre Luna" (con la nave que guiaba la
noche), tanto como con los cuernos de la vaca-nodriza. Bóvido sagrado y amamantador de los dioses, que fue
representado en la diosa Hathor, coronada con los cuernos de la Luna -o los del toro-padre-Sol-. Cuyo diseño de corona,
en forma de Cuarto Creciente -o de cáscara de melón (para comprenederlo mejor)-, nos recuerda sobremanera a estos
collares "Usej", tanto como a las falúas del rio sagrado. Naves que solían viajar por la noche en el Nilo y que en su
trayecto final, para guiar al difunto hasta la "Duat", iban recibiendo en ella hasta un total de nueve pasajeros (un número
de dioses que acompañaban a la momia en su último trayecto, igual al de las hileras que aquellos anchos collares
tenían).

Pese a ello, hasta el "Imperio Medio" (2050-1750 a.C.), no nacería la costumbre de imponer aquellos "Usej" a las
momias, que hasta entonces eran enterradas con los abalorios y talismanes comunes, aunque no con los collares de
nueve vueltas y dijes. Siendo esta época cuando también se diversifican los tipos de pectorales alrededor del cuello y se
distingue plenemente el "Usej" con su gran contrapeso. Una pieza de metal (o de fayenza) que aparece colgando en la
parte delantera (del pecho) o en la espalda. Siendo aquellas placas metálicas unos verdaderos pectorales con carácter de
talismán, que llevaban sujetas a la espalda las personas que lucían los enormes collares y que se equilibraban con estas
placas. El nombre de estos contrapesos que tenían el tamaño de una pequeña escudilla era el de "Menat", que se
relacionaba con la voz egipcia "MNAT", cuyo significado es el de "madre nodriza", "vaca" (y por ende, la diosa
Hathor).

En nuestra opinión estas planchas metálicas que actuaban de pesos sobre los collares, tomaron aquel nombre debido a
estar en el centro del pecho femenino, siendo numerosas las ocasiones en las que las mujeres no llevaban nada más que
aquellos dijes en hileras del pectoral, como única vestimenta, tapándose algo con el contrapeso (la Menat). De lo que al
identificarse estas "anchas" joyas, con la madre nodriza, la vaca y la diosa del amor (Hathor), pudo tener todo un origen
relacionado con la situación pectoral de aquellas prendas. Así, estos collares femeninos pasaron a denominarse Menats
(no Usej) y a ser vistos como un símbolo del erotismo y del amor. De ello -como hemos dicho-, se adscribieron al culto
de la diosa Hathor, deidad de la música y el erotismo; llegandose a hacer música con el collar "Menat" en las
ceremonias relacionadas con aquella patrona de las artes y la danza. Su sonido, procedía en verdad de la placa pectoral,
que era lo que realmente se denominaba "MNAT" y se trataba de un instrumento de percusión muy relacionado con el
sistro.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Coro de damas, interpretando y tocando dos de los instrumentos de percusión con mayor
significado religioso femenino del Antiguo Egipto: El Menat y el Sistro. Observemos como en una mano llevan el sistro
y en la otra el collar, con cuya placa de contrapeso producían a modo de maracas, la música. La percusión del sistro se
relacionaba con la diosa Isis y su instrumento consitía en un conjunto de crótalos que colgaban por un pasador,
produciendo un sonido semejante al de las campanillas litúrgicas de la iglesia. Por su parte, el del collar batiendo, se
relacionaba con la creación, el sexo la belleza y el erotismo (tal como vemos en la imagen tomada de un apunte de un
bajorrelieve de la XXVIII Dinastía que publicó el Doctor H. Hickman en 1957 y que recoge Eduardo Perez Arroyo en
su libro sobre la Música en la Era de las Pirámides).

Como decíamos, el sistro era el instrumento de Isis y en nuestros estudios creemos poder haber llegado a la conclusión
de que se trataba de un sonido que imitaba al de la serpiente sagrada al moverse, o al situarse en posición de ataque (la
cobra Uadjet, guardián de Egipto). Considerando que la aparición de aquellas campanillas tocadas en toda ceremonia
femenina, seguramente sirvió para sustituir la figura de una verdadera cobra; sierpe que seguramente en muchas de los
más antiguos ritos religiosos pudo presidir el culto a Isis. De igual manera, el sonido de la Menat, con los centenares de
dijes frotándo la placa pectoral, es seguro que imitaba el de aquellas sierpes sagradas, de cuya devoción en la más
remota antigüedad se ocuparon las mujeres. Pese a ello, hacia el 2000 a.C., se difunde el uso del gato doméstico
(amaestrado por los egipcios), cuya utilidad era igual a la de la serpiente: Atrapar y hacer huir a los roedores, para
proteger los graneros. Por lo que el culto al dios serpiente ("MHEN") se comienza a sustituir por el de la diosa Gata
("Bast" o "Mafdet"), deidades que incluso aparecen matando al ofidio. De ello, que desde el "Imperio Medio" (tras el
2050 a.C.), seguramente hayamos perdido el verdadero significado litúrgico egipcio del sonido del sistro y del Menat:
Instrumentos de percusión que no podían faltar en el culto a Isis o a Hathor (5).

Pero continuemos con el Menat, pectoral del collar, que muchas veces se confunde con "el ancho" (Usej); aunque en
verdad el segundo es el propio collar en semicírculo, mientras el primero realmente consistió tan solo en sus
contrapesos -por lo que finalmente, aquella prenda para el cuello y sobre todo cuando las portaban mujeres, pasó a
llamarse Menat = "Nodriza, amamantadora"-. Como dijimos estas eran solo unas placas de peso y unos quince
centíemtros de tamaño (al menos) que se colgaba en el pecho y se ataban a la espalda, sirviendo principalmente de
amuletos. Talismán que incluso llevaban los bueyes Apis, como hijos de la diosa Hathor; tanto como era puesto sobre
los difuntos, o lucido por las personas; sirviendo como auyentador de malos espíritus. Aunque sobre todo, su simbología
se relacionaba con la fecundidad y la virilidad. Ello, porque la forma que estas placas tenían, era normalmente alusiva y
esquemática de los órganos femeninos, o de los masculinos (en la mayoría de las ocasiones, pese a ser a veces un simple
platillo). Por lo que como representación relacionada con Hathor y con el erotismo, simbolizaba la Menat el acto sexual
y la danza (algo que seguramente la unía también a la sierpe, como representación del falo en su erección y de la vagina
al engullir). Afirmando algunos egiptólogos que al ser la Menat la única prenda con la que a veces se vestían las
bailarinas y sacerdotisas, el hecho de quitársela para producir música, era uno de los actos que más se relacionaba con el
mundo de lo erótico.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Dos bueyes "decorados" a modo del Apis, hijo de Hathor, luciendo en sus cabezas
amuletos (Menat). En este caso, se trata de la réplica del pectoral del Tesoro de El Carambolo, tal como lo exhibieron en
la exposición realizada por el Museo de Sevilla en 2008. Ello debido a que como ya dijimos, algunos arqueólogos
afirmaron que quizás aquellas joyas de oro y en forma de piel de buey fueron utilizadas para decorar las cabezas de los
toros. Nosotros, sin negar que pudieran colocar esas Menat sobre la frente de los bueyes y bovidos en la Península
Ibérica, no creemos que usaran amuletos de oro para animales, y menos de las características de los pecorales de El
Carambolo (de un refinadísimo diseño y trabajo de orfebre, pesando cada uno más de un cuarto de kilo en pureza de 24
kilates).
JUNTO A ESTAS LINEAS: Toro minoico esculpido en un riton (vaso) de plata y con cuernos y adornos de oro,
propiedad del Museo Nacional de Atenas, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen (fechado en el siglo XVI
a.C. y procedente de la Tumba IV de Micenas). Vemos en esta pieza cretense un bóvido que porta sobre su testuz
claramente una Menat en forma de cuenco con símbolos solares (la roseta de varias hojas). Estas placas eran sin duda
alguna talismanes de la suerte inspiradas y muy cercanas a los adornos egipcios de Apis, y que en este caso vemos como
los luce en la frente el buey sagrado de los minoicos. Evidentemente, estas placas decorativas se relacionan con los
pectorales y de ello creemos que ha surgido la idea de algunos arqueólogos para llegar a pensar que quizás los dos
pectorales en forma de piel de buey de El Carambolo, pudieron ser usados sobre las frentes de toros. Aunque el costoso
trabajo y peso en oro que tienen, obliga a pensar que son solo para uso en personas -y para ser lucidas sobre el pecho de
los reyes de Tartessos seguramente; ya que los pudimos tasar en muchos millones de euros en su valor actual-.

De cuanto exponemos, creemos que los pectorales del Tesoro de El Carambolo en su simbología y uso podían estar muy
cercanos a lo que fueron las Menat egipcias, que como hemos visto se utilizaban también para el buey Apis. Aunque
entre los del Nilo, aquella pieza fué principalmente un símbolo de la buena suerte y de la fecundidad; mientras los
pectorales de Tartessos en nuestra opinión se relacionan mucho más con un símbolo del dinero, lo metales y el poder.
Pese a ello, en su sentido sagrado, habría de tener algunas de las carácterísticas que le dieron los egipcios a las joyas del
pecho, entre lo que destacaba el poder de protección contra la podredumbre y la virtud de "abrir las puertas del Cielo".

De tal manera, cuando comenzábamos esta entrada veíamos como el Libro de los Muertos, otorgaba a las gemas, piezas
de oro y amuletos que se iban poniendo sobre el pecho del difunto, el don de salvar de la corrupción a la momia. Ello,
seguramente debido a que entre aquellas siempre estaba el símbolo del dios buitre (Nejbet), quien con sus alas protegía
al muerto -un síbolo del que al final tratamos-. Consecuentemente, vimos como los conjuros 157 y 158 (capítulos CLVII
y CLVIII) hablaban de como el oficiante habría de colocar un buitre áureo, tanto como un collar de oro sobre el difunto
-el dia de su entierro y en donde se inscribían las frases del ritual-. Costumbres y mandatos del Libro de los Muertos,
que seguramente siglos más tarde pasaron a "refinarse" y perfeccionarse en la Corte; convirtiéndose aquellas piezas que
colgaban sobre las momias de los nobles y reyes, en collares y Usej (o Menats, que llevaban grabados y representados
en pedrería estos dioses buitre y esos talismanes que disponía el ritual funerario).

De tal manera, las costumbres faraónicas y los talleres de refinadísima joyería, fueron creando modelos e
interpretaciones de piezas para cumplimentar los ritos, generando todo tipo de pectorales, placas y adornos para el
cuello y pecho. De ello, finalmente surge otro tipo de collar, similar en su forma al Usej y Menat, pero que fué hecho de
una pieza de oro. Se trata del llamado Aegys y cuya forma guardaba claramente el símbolo de una media luna,
construida en una placa áurea. Su uso era principalmente funerario y el Creciente semicircular se hacía aprovechando la
forma de las alas. En este Aegys, que también se fabricaba en bronce dorado -debido a que por ser una fina chapa áurea,
solía doblarse y partirse con demasiada facilidad-, casi siempre se representaba las alas del buitre (la protección de la
"madre alada"). Por lo que hemos de suponer que se relacionaban con este conjuro de los mencionados capítulos157 y
158, en que se exige poner sobre el cuello de la momia un buitre y un collar dorado.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Collar Aegys de la tumba y momia de Tutankhamon (fechado hacia el 1330 a.C.; propiedad
del Museo Británico al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). Eran estas las piezas y amuletos
fundamentales para evitar que la momia se corrompiera -según el Libro de los Muertos-. En el aegys de Tutankhamon
se encuentra la gran cobra cuidadora de Egipto (Uadjet), en el centro de las alas del buitre (Nejbet). A continuación
explicaremos el significado de estos dos dioses del Nilo y su relación con la prevención de la putrefacción de cadáveres.

Creemos que con la llegada e invasión de los Hicsos, pudo ser cuando se extendió el uso de estos Aegys (collares de una
placa de oro) en en Nilo; ello debido a que se trata de una pieza que nos recuerda sobremanera al "arte bárbaro". Nos
referimos al de Micenas y a otras placas de oro que aparecen en tumbas minoicas y del Egeo, en época contemporanea o
cercana a la llegada de los Hicsos a Egipto (hacia el 1750 a.C.). Por cuanto exponemos y solo a título personal,
consideramos que quizás estos collares hechos con una plancha áurea (o de bronce dorado), pudieran ser traidos como
costumbre desde tierras ajenas al Nilo. De hecho, existen un tipo de collar muy similar ya entre los ajuares de la ciudad
de Biblos y en esos siglos contemporáneos a la invasión Hicsa y se hicieron de un modo muy similar a los de Egipto.
Ello nada tiene de extraño, pues pese a la distancia entre el Imperio faraónico y el mencionado puerto del actual Líbano;
la unión entre aquella urbe que dió lugar a Fenicia y las tierras nilotas era tanta, que la leyenda y mito de Osiris finaliza
precisamente en Biblos (donde se cria Horus y huye Isis).
JUNTO A ESTAS LINEAS: Collar pectoral en oro del rey de Biblos Abi Chemu; fechado en el siglo XVIII a.C. es
propiedad del Museo del Louvre, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen. Observemos el tremendo
parecido que tiene con el primer "Usej" que recogíamos en la imagen primera, que era perteneciente a la pirámide y
momia de Neferuptah, (fechado en épocas muy cercanas a este; hacia el 1814 a.C.). Sin embargo, el primero estña
hecho de abalorios y fusayolas. Por ello, y pese al parecido entre ambos, creemos que este Aegys (collar en plancha de
oro) guarda un "toque barbaro" por su hechura, en una placa áurea; muy diferente a los Usej y Menat (fabricados con
hilos y dijes). Es muy posible que el nombre de Aegys se corresponda con la palabra griega que designaba el reino de
los faraones (Aegipto) y sea un helenismo importado en el momento de comenzar a fabricar este tipo de collares en el
reino de las pirámides.

Por último, explicaremos por qué aquel amuleto en forma de buirre (o de sus alas) actuaba como defensa sobre los
cuerpos de los difuntos, para que estos no fueran corrompidos. Lo que creemos nace, de los guerreros muertos en
batalla; cuyos cuerpos eran abandonados en el desierto sin poder ser recuperados y se dejaban a los buitres, para que los
comieran. Así este ave era tenida por protectora de los fallecidos en la guerra y su dios (el buitre de alas
abiertas:"Nejbet"). Totem que se consideraba como "el medio" con el que los caidos en batalla iban al cielo, gracias a
que aquellas carroñeras los devoraban, para luego transportarlos a los aires. De todo ello, el buitre se identificaba
curiosamente con la madre y con la "diosa blanca", relacionándose con la diosa "Mut" (la gran madre en Egipto).
Debido a que aquella Mut, se consideraba paridora o generadora del Sol, siendo identificada por muchos como La Luna
Llena (que marca los ciclos calendáricos de 29 dias, que se corresponden con los ciclos femeninos). Así, aquella gran
madre, que como el buitre llevaba al guerrero hasta el cielo sin necesitar morada en la tierra; igualmente se consideraba
representada en la diosa tierra y luz (nodriza; la vaca, tan relacionada con Hathor). Por cuanto Mut, no solo amamantaba
al soberano -como la Diosa Blanca, representando los ciclos lunares, con los que el calendario del Sol puede
comprenderse perfectamente-. Sinó que a su vez preservaba al reino y a los hombres de la podredumbre, gracias a su
amor y a sus alas de buitre, con la que se coronaba como diosa y reina del Nilo. Por todo cuanto decimos, los amuletos
con forma de alas de buitre, o en los que aparece Mut, se relacionan con este símbolo y fórmulas 157 y 158 del Libro de
los Muertos, con los que se preservaba a la momia (al cadaver) de la podredumbre -ya que los caroñeros comían los
cadáveres, sin dejar que llegaran a descomponerse y provocar enfermedades-.
CITAS:

(1) Facilitamos algunos textos en internet que tratan de estos collares egipcios, llamados Usej, Menat y Aegis. Para más información sobre el tema,
consultar un buen artículo de Teresa Soria en el que divide claramente los tres tipos:
http://www.egiptomania.com/mitologia/collares.htm // Asimismo, Elisa Castel habla sobre ellos en su diccionario de Mitología egipcia; articulo
USAJ: http://www.egiptologia.com/religion-y-mitologia/61-simbolos-conceptos-basicos-y-ceremonias/2340-egipto-signos-y-simbolos-de-lo-sagrado-
entradas-letra-u.html // artículo MENAT: http://www.egiptologia.com/religion-y-mitologia/61-simbolos-conceptos-basicos-y-ceremonias/2347-
egipto-signos-y-simbolos-de-lo-sagrado-entradas-letra-m.html // Sobre el Menat y joyas faraónicas de Susana Alegre
García: http://www.egiptologia.com/arte/104-obras-en-detalle/2582-el-faraon-seti-i-y-la-diosa-hathor-en-el-louvre.html ( artículo en el que esta autora
presenta las siguientes bibliografías para conocer el significado de estos collares sagrados: Ver en H. HICKMANN, La menat, Kemi 13, 1954, pp. 99-
102. // P. BARGUET, L'origine et la signification du contrepoids de collier-menat, BIFAO 52, 1957, pp. 103-111) . Finalmente, diremos que la misma
enciclopedia virtual Wikipedia (tan denostada por muchos y tan usada, utilizada y aprovechada por todos -incluso por aquellos que tanto la critican-),
tiene un buen artículo sobre estos collares: http://es.wikipedia.org/wiki/Collar_usej // http://es.wikipedia.org/wiki/Menat

(2) Utilizamos la traducción de Juan B.Bergúa en su libro del mismo nombre (Ed. Juan. B. Bergua, Madrid 1957). Para una mejor información sobre
El Libro de los muertos, se aconseja consultar la obra: EL LIBRO EGIPCIO DE LOS MUERTOS, de Wallis Budge, con una magnifica introducción,
del que hay varias ediciones (la más reciente en Buenos Aires, ed. Kies, 2004). -Otra gran traducción y análisis sobre los Textos de las Pirámides y
otros manuscritos egipcios, la tenemos en la obra de Federico Lara Peinado EL LIBRO DE LOS MUERTOS, Tecnos, Madrid 2009-.

(3) Capítulos del Libro de los Muertos que comprenden de la "fórmula" 154 a la 161; en las que vimos que se narra como ha de
prevenirse la putrefacción del muerto y solo tras ello, pueden abrirse ya las puertas del "Cielo"

(4) Capítulo 158 -fórmula CLVIII- del Libro de Los Muertos; sobre traducción y fórmulas, ver cita (2).

(5) Para conocer más sobre el significado de estos instrumentos en el Nilo: EGIPTO. LA MÚSICA EN LA ERA DE LAS PIRÁMIDES. Autor:
Eduardo Pérez Arroyo (Ed.Centro de Estudios Egipcios, Madrid 2001). Capítulo, Instrumentos de percusión; artículos, SISTRO Y MENAT.

LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el


tesoro de El Carambolo (Parte XVIII: Joyas y guardianes del
espíritu. Del collar y el pectoral, a las Lúnulas)
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (14/07/2011)

De nuevo, la entrada de hoy va a consistir fundamentalmente en un testimonio gráfico para reflejar el proceso evolutivo
que lleva a difundir la Lúnula como amuleto y símbolo de la protección, desde la Baja Edad del Bronce
(fundamentalmente en Europa y en las zonas caucásicas). Vimos en artículos anteriores, como desde el "ancho collar"
(Usej) egipcio, se generan otros dos tipos de colgantes del pecho de carácter ritual. El primero era el Menat, que
fundamentalmente consistía en el mismo gran pectoral semicircular, pero hecho con dijes y fusayolas -para la mujer-.
De este collar femenino, colgaba un gran contrapeso al que se le dió forma de "cerradura"; aunque dicho diseño se
consideraba que era el símbolo del sexo (femenino o masculino). Por su parte, ese contrapeso o placa era lo que
realmente se denominaba Menat, voz que en egipcio significaba "la nodriza" y se relacionaba con las mamas y las
ubres, tanto como con la diosa del erotismo: Hathor. Por ello esta Menat se lucía sobre el pecho y servía de amuleto
para auyentar los malos espíritus, siendo puesta sobre los bueyes Apis, hijos de Hathor, como talismán para dar fortuna.

Por su parte, vimos en la entrada anterior que el otro collar ritual usado en el Antiguo Egipto fué el Aegys
(fundamentalmente para cultos funerarios). Siendo este casi igual a los anteriores -al Menat y al antecesor, Usej-, pero
hecho totalmente de una placa de oro. En nuestra cnclusión pensábamos que tales Aegys pudieron ser una costumbre
importada al Nilo, quizás desde Biblos o mejor sdería pensar que desde el Mundo Hitita, ya que en Anatolia sí se
adoraban y veneraban estas formas de "Lúnula" (media luna) colgadas al cuello. Consecuentemente, al ver que los reyes
de Biblos se enterraban con esos pectorales semicirculares hechos en una chapa de oro, sobre la que ponían símbolos
egipcios, pero también incuían otros diseños de carácter pre-fenicio -o cretochipriotas-, como son el árbol de la vida,
que en el mencionado pectoral agarran las patas del Halcón Horus (VER: en la entrada anterior el Aegys del rey de
Biblos del siglo XVIII a.C., hallado en la tumba del rey Chemu -o Abi Shemu-).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Meryt, esposa del alcaide de la ciudad de Tebas, Sennefer; durante el reinado de
Amenofis II. Fresco del sepulcro de ambos (Tumba 96). XVIII Dinastía, fechado hacia el 1415 a.C.
Observemos a la esposa del dignatario que en su mano derecha lleva el Menat (collar con colgante) y el la
izquierda un sistro (sonajero). El pectoral y el sistro son símbolos de la diosa Hathor y de la fecundidad;
por ello se dice que el colgante del collar tenía forma de pene -o de vagina- esquematizada y que al
frotarla (a modo de maraca) se producía un sonido percutido de carácter erótico -ritual que se realizaba
en ciertas ceremonias de adoración a esta diosa de la sexualidad-. Obsérvese asimismo, en el fresco del
siglo XV a.C., que se comprende perfectamente el sentido del Menat (cuyo significado es "Nodriza, ubre");
al ver como normalmente se representa este instrumento-collar junto al pecho descubierto de la mujer
que lo porta. Por otro lado, el sistro o sonajero que lleva en su mano derecha tiene claramente la forma
de Cruz Ansada (Ankh, cruz de la vida; de Isis). La forma de estos Ankh se dice que pudo originarse
también desde un plantador para la agricultura, por lo que se relacionaría plenamente con la fecundidad.
JUNTO A ESTAS LINEAS: El famoso busto de Nefertiti, hallado en Tel el-Amarna (la antigua ciudad de
Akhenatón) y fechado hacia el año 1354 a.C.. Pertenece al Staatliche Museen de Berlín, al que
agradecemos nos permita divulgar su imagen. Observemos en esta escultura el collar Usej que porta la
reina, que no se trata precisamente de un Menat, cargado de fusayolas y cornalinas y con un gran
contrapeso. Sinó de un refinado pectoral en forma circular, cuyo significado vimos ayer que se relacionaba
más bien con el ciclo de Atón y las trinidades solares. Siendo el símbolo del Sol y de los astros en sus giros,
por lo que cada hilera se refiere seguramente a revoluciones y posiciones siderales.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Siguiendo con la XVIII dinastía, vemos otro pectoral del siguiente rey: Tutankhamon
(fechado hacia 1336-1327 a.C. y propiedad del British Museum, al que agradecemos nos permita divulgar
su imagen). En este collar se observa claramente dos dobles medias lunas en su centro, sobre las que hay
una luna llena (aludiendo claramente a las cuatro fases de nuestro satélite). Ambas Lúnulas, forman en el
pectoral y unidas la barca de Ra, "navegando sobre un Nilo de flores de loto", recreados con pedrería y
oro. Este colgante de Tutankhamon, junto con el Aegys en forma de alas y de media luna (que ayer vimos),
son un ejemplo claro del uso del collar-Lúnula en Egipto. Pectorales diseñados como media luna que
creemos pudieron llegar por influencias desde Anatolia, debido a que Amenofis III y Amenofis IV
(antecesores de Tutankhamon) estuvieron casados con princesas de Mittani, reino fronterizo al Hitita.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Horemheb, el sucesor de Tutankhamon (tras eliminar al faraón Ay). Aquí,
representado como general en su tumba de Saqqarah. El bajorrelieve expresa las victorias de este militar
antes de pretender subir al trono y cuando servía como jefe de las tropas a sus antecesores; hacia el 1340
a.C. (a Akhenaton y Tutankhamon). Observemos como las ofrendas que recibe tras la victoria son collares
que claramente parecen Usej (o Menat); pectorales, seguramente pertenecientes a sus rivales y que le van
colgando sus siervos (mientras hay uno a la izquierda todavía sin ser asido del cuello del general
Horemheb). Ello significaría que estos pectorales tendrían el sentido de condecoraciones o diginidades
militares y que tras la derrota lo primero que se haría sería quitarlos al enemigo para colgárselos al
ganador (quizás de esta costumbre nazca el significado de la medalla asida del cuello, como símbolo de la
victoria).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Por cuanto vamos viendo, parece que a mediados del II milenio a.C., estos collares
tuvieron en Egipto un valor militar, lo que posiblemente les llega desde Anatolia. Ya que para los pueblos
indoeuropeos (y protoindoeuropeos, como era el hitita), el torques con forma de Media Luna era símbolo
del reino. Ello es algo que vemos desde finales del III y principios del II milenio a.C., y que curiosamente
se comienza a manifestar en el Occidente atlántico. Naciendo en la costa Oeste de la Península Ibérica
(Portugal y Galicia, preferentemente) y en las Islas Atlánticas, un tipo de collares hechos con oro (y plata
a veces) en este diseño del Creciente. Así, aquellas Lúnulas que comienzan a proliferar en la Península
Ibérica, Irlanda y Gran Bretaña desde el 1800 a.C., se extienden en uso y significado por todos los pueblos
indoeuropeos que las mantienen hasta nuestros dias. En nuestra opinión, ese significado sagrado se
relacionaba en gran parte con la adoración al espejo y al uso milirar de aquel. Sobre el culto a los espejos
en las antiguas religiones, solo hay que recordar el atributo de Isis (como Luna) o los múltiples dioses que
se representan como discos "especulados" entre las culturas de la antigüedad. Llegando a ser en la
Península Ibérica el espejo un atributo del guerrero, en este II milenio a.C. (1). Como decimos, es nuestra
opinión que este culto de los militares en la Antigüedad había el espejo nació quizás de la protección que
se daban en las batallas sirviéndose de placas y planchas que en forma de media luna colocaban sobre sus
vestiduras o sobre los carros. Los "inventores" o precursores de este método fueron los hititas. En la
imagen vemos la llamada "media luna" de Hatti, que consistía en una plancha metálica y brillante que
ponían en la parte delantera del carro. Esta servía para protegerse y sobre todo para deslumbrar al
enemigo, pudiéndole hacer frente a contraluz y viéndole claramente gracias a este reflejo que cegaba a
los contrincantes. (Dibujo tomado del libro de C.W.Ceram EL MISTERIO DE LOS HITITAS) (2).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Collares caucásicos y en forma de Lúnula, del siglo VIII a.C.. Son posiblemente
escitas y pertenecen al Museo Piatgorsk y colección Particular de Iran (a los que agradecemos nos
permitan difundir su imagen). Observemos que claramente ya guardan la forma de Media Luna que habían
tenido los collares de la zona atlántica desde el III milenio a.C.. Dichas lúnulas como atributo del
monarca, se extenderían igualmente entre los pueblos celtas, quienes las conservaron hasta nuestra Era.
Finalmente, en zonas como Irlanda o Gran Bretaña, se siguieron usando las Lúnulas asidas al cuello, como
insignias militares hasta la Edad Moderna. Posiblemente su uso inicial tuvo alguna relación con la intención
de deslumbrar al enemigo, ya que los militares de las islas británicas las portaban de gran tamaño y en
plata.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Lúnula irlandesa fechada entre el 2000 y el 1800 a.C. Desde finales del III milenio
a.C., comenzaron a proliferar por todo el litoral Oeste atlánico este tipo de collar en media luna hechos
en oro. Al menos se han encontrado en las Islas Británicas: 45 que están en el Museo Nacional de Irlanda y
4 en el del Ulster; unas 30 más que están en manos privadas y otras 7 (que como la de la imagen) se
conservan en el British Muesum (al que agradecemos nos permita difundir esta imágen). Otros tantos
torques y collares similares se han encontrado en Galicia y Portugal, pudiendo afirmarse que entre el III y
el II milenio a.C. hubo una cultura común entre las Islas Británicas y el Oeste de la Península Ibérica.
Civilización que "adoraba" o comerciaba con metales preciosos, y que posiblemente estuvo influida por
gentes llegadas desde zonas muy cercanas a Egipto (Creta, Chipre o Biblos) o desde el mismo Nilo.
Marineros, que se embarcarían en viajes para la búsqueda del oro y la plata que entonces abundaban
sobremanera en nuestras tierras (tanto como en las minas y rios de las Islas Británicas). De estas
influencias llegadas desde Egipto, y de sus collares con sentido mágico, es muy posible que naciera la
costumbre del uso de la Lúnula entre los británico-irlandeses, los gallegos y los lusitanos (del II milenio
a.C.). Una costumbre extendidísima, por cuanto los hallazgos de torques y colgantes con esta forma son
muy numerosos (pese a ser objetos con una antigüedad superior a los cuatro mil años).
JUNTO A ESTAS LINEAS: Curiosa Lúnula "hircana", del Museo Nacional de Irlanda (al que agradecemos nos
permita la divulgación de su imagen), fechada hacia el 1500 a.C.. Tiene un parecido asombroso a los Usej,
Menat y -sobre todo- al Aegys egipcio. Mirándola, verdaderamente nos plantaemos quien (o quienes)
pudieron colonizar el Atlántico en el III y II milenio a.C. . Tanto como para poder llegar a pensar si los
creadores de monolitos y observatorios astronómicos como Stonehenge, habrán sido gentes muy cercanas
a los egipcios (o cretenses) con grandes conocimientos de astronomía y llegados hasta las Islas Británicas,
en búsqueda de su oro. Algo que también pensamos al ver otros comlechs y yacimientos del IV y III milenio
a.C., como el observatorio astronómico de Almendra (junto a Ébora, en Portugal).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Famosas lúnulas célticas de Chao de Lamas (halladas en este lugar de Portugal
-junto a Miranda do Corvo, población cercana a Coimbra-, propiedad del M.A.N., al que agradecemos nos
permita su divulgación). Son del siglo II a.C. y casi hay dos mil años de diferencia entre esta y la Lúnula
irlandesa que recogíamos dos fotos más arriba. Curiosamente esos collares en forma de Media Luna que
aparecieron en la Europa del III milenio a.C., siguieron usándose por todos los pueblos indoeuropeos;
siendo entre los celtas (celtíberos y lusitanos) un símbolo de poder y sacralización. Igualmente, para los
romanos, la lúnula fué insignia militar y amuleto contra la mala suerte. Un igual valor le dieron los
Vikingos y hasta los Bizantinos; pasando a ser entre los anglosajones la media luna de plata, una medalla
que se colgaba del cuello en las batallas (costumbre que pervivió hasta no hace mucho).
JUNTO A ESTAS LINEAS: Figurita de barro del santuario ibérico de la Serreta de Alcoy, fechada en el siglo VI
a.C y propiedad del museo de Alcoy (al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). Observemos
que igualmente las mujeres ibéricas del Levante prehispano, usaron estas Lúnulas, incluso en las zonas
donde más helenización hubo. Puesto que este santuario de Alcoy es de fundación Jónica (greco-
anatólica), pese a lo que vemos sus damas con este típico torques Atlántico (o celta) en forma de Media
Luna.

CONCLUSIONES: Por cuanto hemos ido viendo y exponiendo, quizás hubiéramos de plantearnos si los
torques y las Lúnulas, que aparecen en Galicia, en Portugal y en las Islas Británicas, pertenecientes al III y
II milenio a.C.; pudieran ser descendietes directos de los Aegys egipcios (o de Biblos). Hoy en dia aún la
tecnología no nos puede dar una clave perfecta para demostrarlo, como sería poder conocer si el oro de
algunas pirámides y tumbas egipcias, procede del litoral atlántico (de Iberia, de Irlanda e Inglaterra).
Quizás en un futuro la tecnología nos permita saber de dónde se extrageron los metales utilizados en una
tumba antigua (al igual que hoy se conoce el lugar exacto de procedencia de muchos de sus minerales).
Pese a ello, el parecido de las joyas de cuello atlánticas con los collares egipcios, tanto como el ser del III
y II milenio a.C.; todo ello nos hace pensar que quizás estas Lúnulas vinieron de la mano de quienes
llegaron buscando oro para los faraones (egipcios, cretense, chipriotas o bibliotas)... .

Citas:

(1) Ver el libro de Sebastián Celestino Pérez: ESTELAS DE GUERRERO Y ESTELAS DIADEMADAS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA (Bellaterra;
Barcelona 2001). Páginas 163 y ss. "Espejos".

(2) EL MISTERIO DE LOS HITITAS, Pag. 175 en edición de Madrid 1981. Figura un carro hitita con la media luna que usaron para luchar
y defenderse de los enemigos cegándolos con el reflejo de estas chapas brillantes. Puede decirse que estos Hititas fueron los
"inventores" del carro de Guerra, ya que incorporaron a las ruedas el eje firme, en el que pusieron ocho radios. Por ello, quizás entre
los pueblos proto-idoeuropeos esta rueda de ocho radios, es el símbolo solar. Significando el movimiento del Astro Rey, a la vez que
su división en ocho puntos cardinales (Norte-Sur-Este-Oeste y NorEste-SureEste-NorOeste-SurOeste).

INDICE DE CAPÍTULOS EN ESTE PDF


Recogidos de
TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE
(artículos número: 42º, 43º, 44º, 45º, 46º, 47º)
Pag. 1 ......... LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte
XIII: El "collar pectoral" y su significado entre los pueblos: Egipcio-arameos, neohititas y escitas)
Pag. 9 ......... LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte
XIV: El lingote en la Antigüedad; los "piel de buey", el Talento y los orígenes del dinero)
Pag. 21 ....... LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte
XV: El patrón oro y el valor mágico-místico de las joyas en La Antigüedad)
Pag. 28 ....... LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte
XVI: Misticismo y curación a través las joyas en La Antigüedad. Escapularios, medallas sagradas y
pectorales)
Pag. 37 ....... LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte
XVII: El collar-pectoral como protector del alma)
Pag. 46 ....... LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte
XVIII: Joyas y guardianes del espíritu. Del collar y el pectoral, a las Lúnulas)

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