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LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el


Tesoro de El Carambolo
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (11/06/2011)

En las entradas anteriores, habíamos expuesto y concluido que la leyeda de Hércules en sus tres últimos Trabajos,
simbolizaba la "última" colonización griega de nuestras tierras, tanto como el hito conseguido por los helenos de abrir
las rutas de los metales y comerciar con Tartessos. Logro de tremenda dificultad, pues sabido es que los fenicios
cuidaban y guardaban sus fuentes (o bases) "allende" procedían sus metales y materias primas; con tal celo, que eran
capaces de hundir sus naves, antes de descubrir las rutas de acceso a las minas y tierras cargadas de riquezas. Pese a
ello, también es sabido que entre los siglos IX y VIII a.C. los griegos procedentes de Jonia y Fócida se establecen en las
costas catalanas, llegando posteriormente hasta las valencianas, logrando en el siglo VII a.C. finalmente abrir lineas
comerciales con el Sur Peninsular (la llamada Ruta Herakeia). De lo que existe hasta un "testimonio histórico" (1), que
en nuestra opinión es aquello que narran los tres últimos trabajos de Heracles, en los que este héroe roba las manzanas
de oro, el Cerbero y bueyes de Gerión en la Península.

Tal como dijimos, "manzana" y "carnero" o "cría de cabeza de ganado" se escribe en griego de forma
igual  probablemente, porque el fruto del árbol y el recién nacido de la oveja (o de la vaca), fueran tenidos por
algo similar: La riqueza, el dinero y la pecunia (lo fructífero). Ya expusimos que la "Pecunia" (dinero) procedía de
"pecus", por ser en ganado aquello que medía la riqueza; de lo que el "vellón" (carnero áureo) era igualmente el oro y
los metales. Todo ello, daba como resultado a nuestro juicio, que las "manzanas de oro" fueran simplemente la alegoría
de las minas de ricos metales que en el extremo occidente (Iberia) había en abundancia. Tanto como los bueyes de
Gerión simbolizaban esa pecunia de la que el rey de Tartessos era el gran magnate. Pues no olvidemos que aquel
monarca al que el mito llama Geriones, es al que los griegos denominaron "Arganthonios" (rey de la plata). Por lo que
creemos sobre la leyenda que narra la historia de Hércules robando las manzanas áureas y los toros del rey de Iberia
(junto al cuidador de los infiernos: Cerbero). Que aquella solo nos cuenta de manera imaginada, el hecho de que los
griegos abrieran rutas comerciales con Tartessos. Pues Cerbero (como el dragón) era el guardían de aquellos tesoros (o
minas) y las manzanas y los bueyes, solo el símbolo de las riquezas. Y como el dinero se medía en ganado, el metal se
fundía en forma de pieles de toros: Lingotes a manera de "cabezas" (de "sus pellejos"), que era el primer "dinero" que la
historia conoce.

a) EL LINGOTE CRETOCHIPRIOTA:
En las entradas anteriores, ya hemos recogido algún lingote de ese tipo, que se "acuñaron" en Creta y Chipre desde el
1600 a.C. (se mantuvieron, hasta al menos el siglo X a. C. extendiéndose hasta Cedeña). Al lado en la imagen de abajo.
podemos ver una de estas piezas a la que llaman algunos arqueólogos "Keftiu" y que fué la primera forma "monetaria"
que conocemos. Pesaban unos veintitrés kilos y eran de cobre, con forma de piel de ganado; preferentemente proceden
de Chipre, isla que toma su nombre del metal cúpreo que allí abundaba hasta la mitad del II milenio a.C. (del
indoeuropeo "urre"=Cupre). El "keftiu" que traemos en nuestras imágenes, fué hallado en el pueblo de Nora en
Cerdeña, donde curiosamente se dice que huye el hijo (o el nieto) de Geriones al ser vencido por Heracles. De tal
manera al mito narra como al dar muerte el tebano al rey de Iberia, su descendiente Nora se refugia en la isla de
Cerdeña, donde se dice que funda la ciudad homónima (2) que era la más antigua... . Curiosamente existe igualmente
una "estela de Nora", encontrada también en esta población sarda, en la que se narra en su inscripción una famosa
batalla perdida por los fenicios que hubieron de refugiarse hacia el siglo IX a.C. en aquella isla... .

"Demasiadas casualidades" (como diría un inspector de policía)... . Todo ello deja en evidencia una unión cultural e
histórica, a fines del II milenio a.C.; entre el Sur Peninsular hispánico y la isla de Cerdeña; y entre esta y Creta-Chipre.
Hechos que se traducen en hallazgos como ese lingote con forma de "keftiu" (piel de buey) usado en Chipre y Creta
desde el siglo XVII a.C.; o la famosa estela de Nora. Piedra inscrita en caracteres prefenicios, datada hacia el siglo IX
a.C.; en la que dijimos, se narra la pérdida de una batalla en costas ibéricas y como hubieron de refugiarse allí los que la
inscriben (en el pueblo sardo de Nora) . Algo que creemos se puede referir al enfrentamiento entre fenicios -que
guardaban las actuales costas catalanas- y los jonios, focenses y rodios; que en el siglo X-IX a.C. se establecen en el
cabo de Rodas, creando su Emporio (hoy: Rosas, Ampurias). Por su parte, la lucha entre Gerión y Heracles ya dijimos
que narraba la llegada de aquellos griegos hasta las costas mediterraneas de Iberia (fundando Emporiom,
Hemeroskopion, Akra Leuke, Alonis etc), tanto como la pérdida de estos territorios por parte de fenicios (e iberos) que
los custodiaban. Por lo que si duda para nosotros, el robo de los bueyes y de las manzanas, simboliza esta "captura o
apertura" de las rutas de los metales, por los helenos. En todo ello, Norax, el nieto de Geriones hubo de huir a Cerdeña,
lugar donde fundó una ciudad con su nombre y donde se ha encontrado la inscripción narrando la llegada de gentes
fenicias tras perder una batalla, tanto como este lingote (o buey de Gerión...).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Lingote fechado en el siglo XI-X a.C., procedente de Sierra Llixi en Nouro; Nugarus
(Cerdeña) -Actualmente en el museo arqueológico de Nouro, al que agradecemos nos permita la
publicación de la imagen-. Observemos que es igual a una piel de ganado. Posiblemente bovina, pero
pudiera ser igualmente de carnero: ¿El carnero de oro?... . En nuestra opinión sí se trata del vellocino
áureo, que de manera similar se puede imaginar como las manzanas de oro (que también colgaban de un
árbol) o los bueyes "rojizos" de Gerión. Un buey de Gerión llevado allí en tiempos anteriores, cuando
Cerdeña aún era ruta comercial entre Creta e Iberia; "poco antes" de que Nora, el nieto de Gerión,
hubiera de huir hasta aquella isla y refugiarse en esta ciudad. La foto la hemos tomado de un curioso y
divertido blog de Plácido González Hermoso del que damos su referencia (tanto como la enhorabuena al
que lo suscribe con tanto ingenio): http://mitotaurico.blogspot.com/2009/07/la-piel-y-las-astas-del-toro.html

Sobre el importante valor simbólico e histórico de estos lingotes, diremos para comenzar, que el mismo
Estrabón se refiere a Iberia diciendo que tiene forma de piel de toro. De tal manera, el inicio de su libro,
en la parte que trata de nuestras tierras, reza textualmente: "Se parece (Iberia) a una piel tendida en el
sentido de su longitud de Occidente a Oriente, de modo que su parte delantera mira al Este" (3) . Nunca
sabremos si la referencia con la que comienza Estrabón su relato sobre la Península Ibérica nace de las
creencias cercanas a la "magia simpática", que tanto abundaban en la Antigüedad. Nos referimos a
suposiciones tales por las que una tierra daba aquello a lo que se asemejaba; y así, Iberia -tan rica en
toros y en metales- pudo ser creada por Dios con forma de bóvido. Pese a ello, veamos el mapa de la
Iberia de Estrabón (de nuevo, ya que lo hemos publicado en alguna otra entrada), para comprender que a
los antiguos les debía llamar la atención sobremanera que un lugar tuviera forma de piel de buey y fuera
riquísima en pecunias animales y minerales... .

JUNTO A ESTAS LINEAS: Mapa de "La Iberia" del geógrafo grecorromano Estrabón, tal como Antonio García y
Bellido lo interpretó y publicó desde hace más de sesenta años (en "La Peninsula Ibérica, Madrid 1953,
C.S.I.C. o en su edición de la Geografía de Estrabón, de Austral, pag 75). Observemos que quizás aquí,
García y Bellido no haya exagerado la forma de piel (posiblemente por darle mayor semejanza a un mapa
verdadrero hispano); pero creían que el parecido entre la Península y el pellejo de bóvido (o el lingote)
era tanto, que ambos (el toro y el lingote) se hubieron de tener por el símbolo de nuestras tierras.

Sobre estos lingotes (keftius) y su relación con la protohistoria ibérica, han tratado numerosos
arqueólogos; habiendo incluso profesores que han dedicado estudios monográficos a él. Este es el caso de
Jorge Maier Allende quien escribió un trabajo relacionado aquellas pieza metálicas y el mundo del
toro (4) . Una interesante investigación, en la que Maier Allende comienza narrando que Antonio Blanco
Freijeiro y E.Kukahan fueron los primeros en observar que esos "keftius" y los pectorales del Tesoro del
Carambolo eran "una misma cosa" (5). Siendo ambos el símbolo patrio de Iberia, la tierra de metales;
representados en la piel del toro y el lingote. Tras ello, nos narra como en 1963 se halló en Enkomi
(Chipre) el famoso "dios del lingote", en un santuario cargado de bucráneos, que supone se usaron para
decorar el templo (e incluso como máscaras de los sacerdotes). En un lugar dedicado a lo que Maier
considera un "Baal Hadad", que denomina la "deidad del lingote" por representarse al dios masculino sobre
una de estas pieles de toro. Tales "Baal Hadad", explicamos que se tratan de "señores de la tormenta y del
metal" muy cercanos al romano Vulcanos o al Hefaistos griego; auque más relacionados con la tormenta
que con el volcán.

Un dios de la metalurgia nacido fuego y el trueno, del que diremos, que nace por cuanto el metal ha de
trabajarse siempre con el fuego; algo que acerca al hombre a dios, pera "pedir" la protección del
relámpago (la luz o el fuego), que tanto se asemeja al dardo, la flecha, la lanza o el hacha. Armas tan
necesarias para la defensa como lo son para el toro sus astas, de lo que aquel Baal Hadad, que se adoraba
en la forma del bucráneo y del hombre sobre el lingote de piel de toro, en nuestra opinión, tiene un
significado muy cercano al del hacha doble (la "diosa" Labrys). Bipenna sagrada entre los cretenses,
adorada en el recinto al que daba nombre "El Laberintos". Aquel lugar que era cuidado por el hombre-toro,
lo que nos acerca sobremanera al santuario que describen en Chipre (muy próximo en simbología a
Cnossos); el mencionado recinto de Enkomi, donde se adoraba una deidad sobre el lingote de metal.
Hechos que ya nos llevaron a concluir en otros estudios que la bipenna cretense (Labrys) y el lingote, eran
objetos cercanos en su veneración y simbolismo: El arma que trae las riquezas y evita las guerras. Una
adoración que pudo traducirse en esta forma descrita por la escultura del dios-hombre sobre aquella piel
de metal; pero también por el sacerdote luciendo una máscara de toro (el Minotauro) o el mismo hombre
dominando al toro sin necesidad de armas (la tauromaquia cretense). Hechos estos tan arraigados a la
cultura ibérica como a la cretense y que parece se traslucen de manera inevitable en los pectorales del
tesoro de El Carambolo.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Cerámica cretense con el hacha doble (Labrys) y bucráneos, fechada hacia l 700-
1600 a. C. y procedente de Pseira (santuario de Piscokéfalos). Propiedad del museo de Heracleion, vitrina
123 (al que agradecemos nos pemita publicar esta imagen). En este gran vaso cerámico observamos los dos
objetos de culto de los que hablábamos: Las astas del toro y las armas, en la manera del bucraneo y la
bipenna. Algo plenamente comprensible, pues en la antigüedad asemejaban a los animales cornúpetas con
el espíritu del guerrero. En especial al del más peligroso (el toro bravo); ya que este -tanto como los
cuadrúpedos con cuernos- son hervíboros, pero matan y luchan por defender su territorio, o por su
derecho de ser líder de la manada (como el hombre). Otra hipótesis que siempre hemos tenido es la
posibilidad de que algunos recintos sagrados (como en el palacio real de Creta -El Laberinto de Cnossos-),
se defendieran valiéndose de toros bravos sueltos en determinadas zonas, para asegurarse de que no
entrasen allí enemigos. Algo que solo podía evitarse tal como las "toreras de Cnossos" muestran: Saltando y
quebrando al bóvido. Todo ello pudo dar lugar a la leyenda del Minotauro, que sin lugar a dudas nace de
una deificación del hacha (arma) idealizada en las astas taurinas y del lingote-arma. Dios que se adoraría
en ritos quizás oficiados por sacerdotes con bucraneos y en los que se inmolarían humanos al toro para
luchar contra él sin armas; pudiéndose salvar el hombre, tal como hacían las sacerdotisas cretenses (a
modo tauromaquia "landesa" en quiebros; lo que seguramente nos indica el mito de Ariadna junto a
Teseo).

Pero continuemos con lo que nos decía Jorge Maier en el trabajo que mencionábamos unos párrafos
antes (4). Donde sobre las deidades de "El Lingote Sagrado", menciona una Astarté (o Venus de la guerra)
que igualmente se representa encima de esta piel de toro metálica (aparecida tambien en Chipre, datada
a principios del II milenio a.C.). Siendo muy importante otra escultura votiva que descubre, consistente en
una estatua de un hombre que figura ofreciendo un gran lingote sobre sus hombros. El "keftiu" de tamaño
natural que aquel porta sobre sí, lo carga para entregarlo al árbol de la vida (recordemos que los "keftius"
pesaban unos 23 kilos y tenían más de cincuenta centímetros de longitud). De nuestra mano, intentamos
reproducir esa imagen por la importancia que tiene aunque no sabremos si lo conseguiremos hacer
fidedignamente. Lo importante de todo ello es saber que aquellos lingotes se ofrecían en rama al "árbol
sagrado". Culto al pilar o al gran tronco que era igualmente cetense y que relacionaría plenamente los
metales allí depositados, con las manzanas o los frutos de oro; y a estas, con las pieles de toro y el
carnero áureo (los bueyes de Gerión, las Manzanas de las Hespérides y el Toisón de Oro).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Dibujo que intentamos hacer copiado del libro de Jorge Maier Allende (6) "El
lingote en rama chipriota o piel de toro: Símbolo divino en la Antigua Iberia". Representa un hombre
entregando uno de esos lingotes al dios "árbol" (al tronco de la vida). La unión del árbol con la metalurgia
es inmediata, pues esta ha de trabajarse siempre con fuego, para lo que es imprescindible la madera. Por
su parte, el metal se obtiene de "ramas" y se creía en la antigüedad que crecía bajo la tierra, como los
frutos que se sembraban. Siendo estos tres (los frutos, los animales y los árboles), el símbolo de las
riquezas humanas. La deidad chipriota, o el sacerdote oferente (fechado en el II milenio a.C.), aquí
representada es de una gran importancia y se relaciona plenamente con el significado del pectoral del
Tesoro de El Carambolo.
b) EL LINGOTE COMO SÍMBOLO EN IBERIA:

En su magnífico estudio también habla Maier de diferentes representaciones del "Keftiu" (o lingote
sagrado) en la Península Ibérica durante la Antigüedad. Citando que este aparece entre la joyería más
antigua. Por ejemplo en: La Diadema del tesoro de Ébora; Diadema de Crevillente, pequeño colgante de
Ibiza y en pequeñas placas de oro del tesoro de Pajares -A ellas, hemos de añadir por nuestra parte, que
un pequeño colgante de oro existente en el museo de Ampudia (Fundación Eugenio Fontaneda), que se
tiene como una pieza de orfebrería romana; creemos que es ibérica y que se trata de uno de estos keftius
con linea de lingote pequeño-. Del mismo modo, el mencionado autor, explica que exiten numerosas
tumbas con esa forma de piel de bovino (en Los Villares, Albacete; o en Murcia, la de Fortuna, junto a
Castillejo de los Baños); santuarios con altares que también llevan el mismo diseño (en Coria del Rio), o
habitaciones y templos sagrados, con esta misma planta (como Castro Coaño en Badajoz, o de El Oral). De
cuyo estudio y relación, se encargaron importantes profesores como: Teresa Moneo, o Martín Almagro
Gorbea.

Pero iremos por un momento a las fuentes y veremos qué dicen sobre aquellos edificios, tumbas y
santuarios con la forma del lingote, los autores que los estudiaron. Entre aquellos yacimientos con esa
forma, se encuentra como principal la magnífica tumba de Pozo Moro (cerca de Chinchilla, Albacete); que
fué excavada por Martín Almagro Grobea y cuyo mosaico se parece en su planta a uno de esos lingotes
chipriotas (algo que no llamó mucho la atención de los expertos, hasta que aparecieron múltiples
similitudes en otros recintos sagrados ibéricos). De tal manera, Teresa Moneo, estudió la relación de estas
formas en otros edificios de épocas cercanas, viendo como los "templos" de Cancho Coaño (en Badajoz) y
Coria del Rio (Sevilla) guardaban grandes similitudes en sus formas y en sus altares (7) . Igualmente, la
misma profesora nos decubre la habitación del "Keftiu" en el yacimiento de El Oral (San Fulgencio,
Alicante); donde un cuarto de carácter votivo o sagrado, está decorado con esta linea del lingote (8) y que
ella considera un símbolo de poder. Para concluir que el altar de Cancho Coaño (Badajoz) y el de Coria del
Rio (Sevilla), le recuerdan enormemente al mosaico de planta de la ya mencionada tumba de Pozo
Moro (9) . Arqueóloga, de la que recogemos una frase, para terminar lo que refiere en esta obra que
citamos, sobre estos lingotes adorados: ..."se puede apreciar una evolución en los símbolos sacros, desde
el altar con forma de toro de la fase más antigua, hasta el del tipo Keftiu o lingote chipriota, estando
ambos elementos bien documentados en el mundo funerario ibérico"... (10) .
JUNTO A ESTAS LINEAS: Dibujo de la planta de edificio y de tumbas ibéricas, con forma de Keftius.

Vemos así, que sin duda alguna estos que hemos llamado nostros "bueyes de Geriones" (pecunia de Iberia),
son los que seguramente se representaban por aquellos "keftius" sagados. De los que destaca Teresa Moneo
como el ejemplo más claro, los famosos pectorales del Tesoro de El Carambolo (11) . De igual manera en
la publicación que esta profesora realizó seis años antes, junto al "gran maestro" Martín Almagro Gorbea
(hijo del "maestro entre maestros"); se citaban ya algunos de los casos antes mencionados (hablando de El
Oral, Pozo Moro y largo etcétera) (12) . Por su parte, Mariano Ortíz en su libro sobre mundo funerario en
Tartessos, menciona una estela con forma de "keftiu" (13); tanto como el genial Sebastián Celestino Pérez,
tiene un estudio intitulado: "Los altares en forma de lingote chipriota..." (14) .

Pero en lo que se refiere al tema que nos interesa, que es concretamente los pectorales de El Carambolo,
sería primero Blanco Freijeiro quien advertiría de su similitud con el Keftiu ya en 1959 (al poco de hallarse
el tesoro y cuando aún afirmaban algunos que era visigodo) (vide cita 5). Algo que más tarde, nos
confirmaría Juan de Mata Carriazo, quien ya en 1973 escribe que tal lingote aparecía en otras piezas de
orfebrería ibéricas y poco más tarde explica su relación con la orfebrería chipriota y oriental
mediterránea (15) . Por cuanto narramos, creemos acertado identificar esos bueyes de Gerión, con estos
pectorales que los reyes de Tartessos lucían en sus atributos. Uno de los cuales recogemos en la foto de
abajo:

BAJO ESTAS LINEAS: Pectoral del tesoro de El Carambolo hallado junto a Castilleja de la Cuesta (en el
Municipio de Camas). Parece que el lugar donde fué casualmente encontrado -al habilitar unas obras del
tiro pichón sevillano, en 1958- corresponde a un santuario que aún no ha podido excavarse. Por cuanto
van concluyendo varios arqueólogos que se trata de un tesoro fenicio... . De todo ello ya hablaremos en
otras entradas. Hoy, simplemente concluimos que en nuestra opinión, podemos identificar este pectoral
con forma de piel de toro (símbolo de las riquezas tartessias en metales preciosos); con los bueyes de
Gerión y las manzanas de las Hespérides, que Heracles consiguió llevarse a Grecia. Cuyo mito en nuestra
opinión, significa el relato imaginado y bellisimo de cómo los griegos consiguieron llevar los metales de
Tartessos hasta sus tierras, para comerciar con aquellos (hechos sucedidos entre los siglos XI y VI; poco
después de que el cobre se fundira en algunas partes del Mediterraneo, en lingotes con la forma de piel
de toro).
Citas a pie de página:

(1) Ver la historia que narra Heródoto de Halicarnassos a mediados del siglo V a. C. narrando que más de cien años antes habían
llegado hasta las costas de Tartessos mercaderes samios (entre ellos, uno al que llama Kolaios de Samos). Historia que recogió y
analizó García y Bellido en su libro "Veinticinco estampas de una España Antigua" (famoso en su edición de Austral); capítulo III, pags.
87 y ss.

(2) Nora o Norax: Hijo (o nieto) de Geriones, su madre era Eriteya, hija de Gerión y ninfa homónima de la isla en que habitaban,
cuyo nombre significa en griego "la rojiza" (posiblemente por encontrarse al atardecer, del griego < Hesperides). El mito de la
muerte de Gerión a manos de Heracles y como Norax huye hasta Cerdeña lo recogen: Apolodoro II, 5, 10 // Higinio, Fábula 30 //
Eurípides, Heracles 423 // Pausanías X, 17, 4 // Servio en sobre la Eneida de Virgilio, VII, 662. Igualmente de su significado habla
Robert Graves en Los Mitos Griegos, (Madrid 2005, G.O.C.; "132 d" y "132, 5") en que nos dice: Norax era hijo de Eriteya y Hermes,
nieto de Geriones, Quien tras huir a Cerdeña al ser derrocado su abuelo fundó Nora, la ciudad más antigua de la Isla.

(3) Geografía de Estrabón. Iberia (III, 1; 3)

(4) EL LINGOTE EN RAMA CHIPRIOTA O PIEL DE TORO. SÍMBOLO DIVINO DE LA ANTIGUA IBERIA.Jorge Maier Allende. Paginas 85 y ss.; en
Actas del Congreso Internacional "FIESTAS DE TOROS Y SOCIEDAD". Fundación de la Real Maestranza, Sevilla 2003.

(5) Ver el estudio de E.Kukahan y A.Blanco Freijeiro: EL TESORO DE EL CARAMBOLO. Publicado por Arqchivo Español de Arqueología
XXXII, en 1959. Comparan los pectorales de El Carambolo con las formas de vasos micéicos, los tableros de juego de Meggido y los
lingotes de piel de buey, de Creta.

(6) Op. Cit. (4); pag 98.


(7) Teresa Moneo. RELIGIÓN IBËRICA: SANTUARIOS, RITOS Y DIVINIDADES (Real Academia de la Historia, Madrid; 2003); página 354

(8) Op. Cit. (7), pag. 102

(9) Op. Cit. (7). Pag. 281

(10) Op. Cit.(7). Pag. 68

(11) Op.Cit. (7). Pag. 69

(12) SANTUARIOS URBANOS EN EL MUNDO IBÉRICO. Martín Almagro y Teresa Moneo. Real Academia de la Historia. 1999. Pozo Moro y
su relación con el Keftiu: PAG. 39; El Oral en PAG. 37 etc.

(13) SOCIEDAD Y MUNDO FUNERARIO EN TARTESSOS, Mariano Torres Ortiz. Real Academia de la Historia. Madrid 1999; Ver páginas 29
(Estela funeraria con forma de lingote); Ver 111 (otros sobre lingote)

(14) Sebastián Celestino Pérez: Revista de Estudios Ibéricos I. 1999; Pags. 291-304

(15) EL CARAMBOLO, Juan de Mata Carriazo Universidad de Sevilla, 1978 (pag 85) menciona los lingotes de Creta similares al
pectoral. TARTESSOS Y EL CARAMBOLO; Juan de Mata Carriazo, Sevilla 1973 (Publicación de Museos). Capítulo sobre los paralelismos
del tesoro del Carambolo. PAG. 174
LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el
Tesoro de El Carambolo (Parte II: Modo de lucir sus joyas).
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (12/06/2011)

La entrada de hoy, hemos de decir que es "algo más" entretenida que otras que nos precedieron, ya que trata sobre la
posibilidades en la que las piezas del Tesoro de El Carambolo fueron usadas. A este respecto hay también diversas
teorías, que se iniciaron por el primer estudioso de esta obra de orfebrería, cuando se encontró en las cercanías de
Sevilla (Juan de Mata Carriazo). Quien propuso un modo de llevarlas enteramente por un hombre y que resulta un tanto
"exagerada". Por ello, surgieron otras muchas voces reclamando diferentes formas de lucir o montar el tesoro; algo que
en los años sesenta y setenta entretenía las tertulias y los medios de comunicación en Sevilla. Hoy, tristemente parece
que en las reuniones de ocio tan solo se habla de fútbol y de dinero; pero antaño, en esas épocas, había verdaderos
forofos de Tartessos y cada uno tenía sus teorías. Tanto que hubo quien afirmaba que aquel tesoro -entonces, recién
hallado- era "una tercera parte", y que el resto se lo había llevado el que logró huir con los dos tercios restantes (siendo
originariamente más de sesenta piezas, para toda una familia real).

Recuerdo que en esos años en los que se "puso de moda" Tartessos y discutir sobre aquella cultura en las reuniones "de
Sociedad", tendría yo unos nueve años (hacia 1970). En Sevilla había verdaderos forofos de aquella civilización y se
hablaba de ello hasta en los bares. Tenía mi padre un gran amigo que se llamaba Juan Carlos Alonso y se dedicaba al
estudio de "la ciudad perdida" por lo que a veces le llamaban a este de la radio -o de la televisión-, para que diera sus
opiniones. En una ocasión, realizaron un programa precisamente sobre el tema que hoy tratamos (uso y colocación de
las joyas del Tesoro de El Carambolo) donde le invitaron. Programa al que también fué llamado aquel que tenía la teoría
de que las joyas eran una tercera parte de un botín y de igual manera asistió un ilustre catedrático -del que no diremos su
nombre, por lo que a continuación narramos-.

El afamado profesor fue el primero en explicar como se lucía el tesoro en época tartessia. Tras él, intervino quien
afirmaba que las joyas eran solo una tercera parte de un total de mas de sesenta piezas; pero según iba relatando su
teoría, el programa no podía continuar... . Pues parece ser que cada vez que aquel comentaba su teoría de los dos tercios
que faltaban, el catedrático ilustre (que antes había hablado), entraba en cólera, dando bastonazos al suelo, gritando: "-
¡Mentira, mentira!...-. En un momento, parece que el acaloramiento entre ambos llegó a un punto desagradable; con el
ilustre profesor, bastón en ristre y amenazando a todos de que como siguieran con semejante teoría absurda, era hasta
capaz de liarse a garrotazos con las cámaras. Así, hubieron de suspender la grabación del programa, por lo que Juan
Carlos Alonso, no pudo exponer como creía él que era llevado el tesoro. De lo que tomamos el dibujo de su libro
"Tartessos, ocaso de un día y una noche" (1) para comenzar esta entrada -tras lo que recogeremos la imagen del propio
tesoro completo y luego, su explicación por Juan de Mata Carriazo-
JUNTO A ESTAS LINEAS: Dibujo de Juan Carlos Alonso mostrando cómo se colocarían las 21 piezas del
Tesoro de El Carambolo. Las 16 rectangulares, serían las coronas del rey y de la reina. El collar y un
brazalete para la reina; otro brazalete para el rey y los pectorales para los hijos.

Ya explicábamos -en artículos anteriores- que El Carambolo, constaba de veintiún piezas de oro de 24
kilates, fechadas entre los siglos VIII y VI a.C.. De las que dieciseis son rectangulares (de mayor a menor) y
parecen a todas luces eslabones de coronas (pesando estas, en total más de un kilo y cien gramos). Hay
dos grandes brazaletes de 12 x 10 centímetros, que superan el medio kilo cada uno, tanto como dos
pectorales en forma de lingotes, de unos 20 centímetros y 200 gramos respectivamente. Finalmente,
contiene un collar con un peso de unos 250 gramos, que consiste en una cadenita de unos 30 centimetros,
de la que cuelgan siete sellos distribuidos con cadenas de 4 centímetros (faltando uno, al haberse roto una
de aquellas) (2). Pero para conocerlo bien veámoslo de nuevo, tal como lo expuso el Museo Arqueológico
de Sevilla en su exposición inagurada el 2 de octubre de 2009, con motivo del cincuenta aniversario de su
hallazgo:

BAJO ESTAS LINEAS: El tesoro, expuesto en el Museo Arqueológico de Sevilla al cumplirse cincuenta años
desde que fuera encontrado casualmente en el cerro llamado Carambolo (en la subida de Castilleja de la
Cuesta, municipio de Camas; a unos pocos kilómetros del museo). Observemos las veintiún piezas de las
que ahora veremos el uso que cada autor cree que tuvieron.
De tal manera y como decíamos, fué Juan de Mata Carriazo el primero que lo estudia cuando el tesoro se
encontró en el cerro del Carambolo, al igual que este profesor sería el primero en lanzar una hipótesis
sobre cómo hubieron de lucir el tesoro, los reyes de Tartessos. Algo que publicaría en 1973 (3) y que fué
pintado por Miguel Sanchez; por lo que no atreviéndonos a tomar la imagen del cuadro que reproduce a
Arganthonio con las joyas (ya que se trata de una obra privada), nos hemos decidido a pintar nosotros
mismos el modo en que ese profesor asegura eran llevadas. En este dibujo de abajo (y en la foto del
museo), veremos que los eslabones pequeños los pone sobre la cabeza del monarca y los grandes, en el
cinturón. Los dos brazaletes a cada lado y el collar colgando del cuello, para completar todo con los dos
pectorales en cada pecho.

Evidentemente, será muy difícil saber nunca exactamente como fueron llevadas estas joyas, aunque nos
cuesta mucho creer que pudieran lucirse en la forma que el profesor Carriazo afirma (aunque solo fuera
por un problema de cervicales...). El peso total del tesoro es de más de tres kilos, a lo que habría qu
sumarsele los cueros de ajuste; puesto que para montar las coronas, cinturones, e incluso los brazaletes.
Todo ello ha de rodearse de cuero bien engarzado, para que no baile ni se caiga (ya que al primer golpe el
oro de 24 kiliates se destrozaría). Por ello, y al ver el aspecto que podría lucir una sola persona portando
tantas joyas, se nos hace más que difícil admitir que aquello pueda ser el modo exacto en que se llevaban
las veintiún piezas. Por lo demás, sobre las que sitúa en el cinturón, es casi imposible que aquellas
pudieran soportar siquiera el momento en que el monarca se sentara; puesto que con la presión ejercida
sobre ellas -simplemente al levantarse o al doblar el torso- se partirían las piezas.

JUNTO A ESTAS LINEAS: La teoría de Juan de Mata Carriazo, tal como se presentó en la exposición del
Museo Arqueológico de octubre de 2009 a enero de 2010. En la que vemos como cuelgan los dos pectorales
de los hombros, mientras en el centro luce el collar y en los brazos los brazaletes; llevando corona y
cinturón hecha con los dieciseis eslabones o dados de oro...

JUNTO A ESTAS LINEAS: Dibujo nuestro de esta hipótesis en el que se vé la dificultad para "cargar con tanta
joya".

Otra teoría mucho más moderna y que también se presentó en la exposición del cincuenta aniversario de
El Carambolo; es la que afirmsa que las joyas eran para colocarse sobre toros sagrados. Varios arqueólogos
la defienden (4), afirmando que los pectorales se situarían sobre las frentes de los bóvidos, mientras las
piezas de oro rectangulares se coserían en bandas, y serían colgadas de los lomos del buey sagrado. Por
último, un sacerdote llevaría el collar y los brazaletes.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Recogemos la imagen de como se presentó esta teoría en la mencionada exposición
del Museo Arqueológico de Sevilla.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Hemos pintado de nuestra mano y para que se pueda ver mejor, cómo se llevaban
los pectorales y eslabones en los toros; al igual que el sacerdote luciendo brazaletes y collar.

La teoría anterior, se nos hace aún mas difícil de admitir, por dos motivos fundamentales: El primero,
porque el precio en que podemos calcular el valor de tres kilos de oro (así trabajados) en la época de
Tartessos, es multiplicable por cien o doscientas veces a lo que hoy costaría. De lo que si su precio en oro
y trabajo hoy rondaría en más de los 60.000 euros, antaño habría que suponerlo entre unos seis y doce
millones de euros. Por lo que nos parece casi imposible que se encargara un tesoro de este tipo al orfebre
más importante del Mediterraneo, para que luego lo lucieran unos toros. Por lo demás, en la testuz de un
bovino, aquellas piezas podrían permanecer enteras e intactas menos de lo que le duró al albañil que las
encontró en 1958 (quien dobló una de ellas con una mano, como si fuera una chocolatina; para comprobar
si eran en verdad de oro). De ello, si como supone esta tesis, ponemos sobre la frente de dos bueyes los
dos pectorales; al primer movimiento o golpe del bovino (algo que realizan normalmente para rascarse),
quedarían destrozados. No digamos ya, como resultarían las piezas colgadas del lomo, con los golpes de
rabo que de continuo se dan los cuadrúpedos sobre esta zona -para apartarse moscas o librarse de
picores-. Por todo ello, no creemos que pueda ser esta la forma más normal de presentar un tesoro de esa
categoría (algo que quizás no lo discutiríamos si las piezas fueran de bronce).

Por último, vamos a presentar la forma en la que nosotros creemos que se llevaba este tesoro. En primer
lugar, tal como piensa Juan de Mata Carriazo, creemos que los brazaletes eran llevados por el rey y las
ocho de las piezas rectangulares, formaban su corona. Por otro lado, tal y como Juan Carlos Alonso
incluye; parece lógico pensar que las otras ocho piezas rectangulares fueran de la corona de la reina;
aunque nosotros añadiríamos que pudieran ser también de un príncipe heredero. Así lo incluimos en el
dibujo de abajo, donde aparece un rey y su reina -o su heredero- llevando ambos esas dieciseis piezas,
montadas en coronas.

Por su parte, vemos que el rey -marcado con (A)-, luce los brazaletes, mientras la reina -o el príncipe,
marcado con (B)-, llevaría el collar. Finalmente, sobre el pectoral, hace ya más de veinte años traté y
hablé mucho de ello con mi hermano (Mario); concluyendo que, seguramente, era una pieza de engarze o
broche en el pecho. Una especie de fíbula central que trabajase con hilos -o cuerdas- sobre las que se
sujetaría el peplo, o la túnica. Así, tal y como hemos dibujado abajo, por los "canutillos" del pectoral
entrarían hilos o cuerdas, que tirarían y sujerarían la túnica, o el manto real. Algo que se comprende en
los cinco personajes representados en la parte más inferior de nuestro dibujo (marcados como c,d, e). En
los que observamos ya a los monarcas vestidos con traje talar; con brazaletes, corona y pectoral el rey y
con corona, collar y pectoral la reina (o el príncipe). Pudiendo apreciarse como la fíbula con forma de
lingote en el pecho actúa de broche que cierra y sujeta el peplo o el manto.

BAJO ESTAS LINEAS: Dibujo del uso y función de las joyas de El Carambolo según nuestra teoría: Las 16
piezas rectangulares para componer la corona del rey y la reina (o el príncipe). Los pectorales a manera
de fíbulas en el pecho y sujetando el manto. El collar en la reina (o el príncipe) y los brazaletes en el rey.
Observemos en los dibujos pequeños como quedarían unos monarcas con manto y peplo, vestidos con las
joyas y llevando el pectoral en forma de Keftiu como fíbula en el pecho.

Dos últimos problemas aún sin resolver existirían en la teoría que hemos expuesto. Estos son: El de un
pequeño tirador, o colgador que hay en uno de los pectorales; tanto como el hecho de que el collar tenga
una cadenita de tan solo de treinta centímetros. Ello es un problema, pues si observamos con
detenimiento el collar, veremos que se ajusta con un cierre de broche, lo que indica que carece de
alargador alguno. Por lo que se nos hace difícil pensar que pueda ser para prender en el cuello, ya que
apenas existen tallas de treinta centímetros (ni siquiera entre las mujeres). Es decir, que si pensamos que
aquel collar iría puesto alrededor de una garganta, al menos tendría que tener unos treinta y cinco
centímetros para poder abrocharse en la de una mujer y unos cuarenta, para rodear la de un hombre...
Todo ello, nos ha hecho pensar que quizás no fuera sostenido en esta parte del cuerpo y que posiblemente
colgara de la pieza en forma de asidero que tiene uno de los pectorales. Así, pintamos el pectoral con su
brochecito tanto como la posibilidad de que de allí fuera sostenido el collar con los siete sellos. Una
hipótesis normal, pues realmente si se lucieran de ese modo, se podrían usar en ceremonias
perfectamente, para sellar (sobre cera o barro).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Dibujo en el que se supone que uno de los pectorales sirve para colgar de su asa el
collar. Ello posibilitaría llevarlo y sellar con los escudos de oro en ceremonias. Por lo demás la corta
longitud de la cadena de este (treinta centímetros) hace imposible pensar que pueda pender del cuello de
una mujer, ni menos en el de un hombre.

Citas a pié de página:

(1) Tartessos, ocaso de un día y una noche; Juan Carlos Alonso. Madrid 1980. Edita A.I.; pag. 130.

(2) Pesos y medidas dadas por Juan de Mata Carriazo en su libro "El Carambolo" pags. 54 y ss. (editado por la Universidad de Sevilla;
1978)

(3) TARTESSOS Y EL CARAMBOLO; Juan de Mata Carriazo. Patronato de Museos. Madrid, 1973. Página 81.

(4) Entre ellos, principalmente Fernando Amores y Jose Luis Escacena, quienes en su estudio intitulado: "De toros y tesoros.
Simbología y función de las joyas de El Carambolo" (editado en el Congreso internacional Fiestas de Toros y Sociedad, Sevilla 2003),
defienden esta tesis, por la que los pectorales y las piezas rectangulares serían llevadas en una banda por los toros, tanto como los
pectorales sobre sus frentes. los brazaletes y el collar sería portado por un sacerdote del templo donde se oficiaría la ceremonia con
los bueyes.
LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el
Tesoro de El Carambolo (Parte III: Ornamentación de las joyas;
ajuar de dos personas)
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (14/06/2011)

En las entradas anteriores vimos que la gran pieza de orfebrería tartéssica hallada en el cerro El Carambolo (cerca de
Sevilla) estaba inspiradas en Ligotes antiguos con forma de piel de toro y decoradas de un modo que nos hacía intuir
que se trataba de un ajuar para dos personas (un rey y una reina -o su príncipe heredero-). Sobre su valor, también
dijimos que pesa mas de tres kilos, en oro de 24 kilates; lo que actualmente superaría los 60.000 euros (solo en su valor
metálico). Pero incluyendo lo que debió costar su trabajo de orfebrería y sumando el hecho de que en la Antigüedad
podemos considerar que el oro valía entre cien y doscientas veces más; ello hace considerar que su estimación para la
época en que fué hecho y lucido era entorno a los diez millones de euros. Algo que puede hacernos entender que se trata
de un tesoro plenamente regio, de un gran monarca y que para nada puede considerarse una pieza de un reyezuelo, de
un jefe de tribu, o de un simple sumo sacerdote. Por lo demás, su aparición en el cerro de El Carambolo nos hace
deducir dos cosas:

1ª - Que la ciudad y palacio de Tartessos debía estar muy próxima a este monte y así en la huida de su familia real se
esconde en lugar apartado el tesoro; con la segura intención de recuperarlo, o por lo menos, de que no caiga en manos
de los invasores -algo muy similar a lo que sucede con el tesoro de Guarrazar, que lo entierran en Guadamur en una
ermita (disimulado junto a unas tumbas), al entrar los árabes en Toledo y huir los visigodos de esta, su capital-.

2ª - Que la ciudad y palacio real de Tartessos fué asediada y atacada, hasta el punto de verse obligados sus reyes a huir y
enterrar el tesoro de los monarcas. Ello, ayudaría a explicar que el fin de esa civilización probablemente se produce tras
la batalla de Alalia (531 a.C.), al acabar los cartagineses con la "Thalasocracia Focense" (tal como Schulten ya
afirmaba). Tras vencer en Alalia a los griegos, posiblemente deciden atacar a Tartessos para apoderarse plenamente de
sus minas y de toda la riqueza procedente del Atlántico (llegando a las Kassitérides, las islas del Estaño que se situaban
quizás en las Británicas). Los tartessios, además, por haber comerciado "secretamente" con los helenos, se verían
asediados por los fenicios desde Gadir, cuando estos destruyen la armada focense. Impidiedo Cartago desde el año 509
a.C., que nadie tuviera contacto con la Iberia Atlántica. Para ello pactan con Roma el tratado de "Non Plus Ultra", que
impide navegar a cualquier nave de los del Lacio (o de sus aliados, los griegos), más allá del Estrecho de Gibraltar -Las
Columnas de Hércules- (1). Momento este en el que seguramente destruyen la capital Tartessia, y posiblemente sobre
ella refundan una ciudad cartaginesa con el nombre de Spali (que luego sería Hispalis).

Estas dos primeras conclusiones, creemos que pueden ser hipótesis a tener en cuenta, debido a que tesoros con este
valor no se han encontrado y ello demostraría que son los del monarca de Tartessos (enterrados en el momento en que
hubieron de huir, escondiéndolos en algún santuario cercano a su palacio). Por lo que la ciudad de Hispalis-Spali sería
muy posiblemente la capital del reino de Arganthonio. Además, en la entrada de hoy, plantearemos una serie de
argumentos que consideramos mostrarían igualmente que son las joyas de dos personas: Un rey y una reina (o de un
príncipe heredero)

En referencia a este punto, basta observar con detalle los adornos que llevan las piezas y veremos primeramente en las
que pertenecen a las coronas (eslabones), como tienen dos diferentes tipos de ornamentación. Unas van decoradas con
bolitas y flor de estrellas; mientras las otras llevan solo bolas taladradas a modo de nido de abeja. Para comprenderlo
mejor, vamos a ver en foto la diferencia entre ambas:
(-PARA VERA AUMENTADAS LAS FOTOS, PULSAR SOBRE SUS IMAGENES-)

JUNTO A ESTAS LINEAS: Piezas de la corona que va decorada a modo de bolas horadadas. Su dibujo nos
recuerda a los símbolos de la luna y hace pensar que se trata de una joya femenil (de la reina). Es la
misma ornamentación que la del pectoral menor (con asa) y diferente a otras que llevan medias bolas y
rosetas (de tipo mas masculino).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Piezas de la corona que van decoradas con una fila de gruesas semiesfera y bajo
ellas otra que tiene la "rosetas encapsuladas ". Esa "roseta" es un símbolo solar, lo cual hace pensar que se
trata de la corona del rey. Sus dibujos son diferentes al de los eslabones como el anterior y se
corresponden con el de los brazaletes..

Los argumentos anteriores se ven reforzados cuando observamos los dos brazaletes, que claramente están
ornamentados con el tipo de decoración de la media-bola más la "roseta encapsulada". Siendo
evidentemente estos brazaletes masculinos, parece que toma fuerza la tesis de que la corona del rey sea
la que vaya con iguales adornos. Pero veámoslo en foto, para comprender facilmente que los "torques de
brazos" están a juego con las piezas de la corona de igual decoración:
JUNTO A ESTAS LINEAS: Los brazaletes del Tesoro de El Carambolo. Se observa facilmente que tienen la
misma ornamentación que las piezas de la corona real que van con unos mismos adornos (media bola y
roseta).

Por cuanto vamos hallando, los pectorales igualmente habrán de ir a"juego" con cada una de las
ornamentaciones y al verlos con detenimiento observamos que así ocurre. Por lo que presentamos en foto
ambos pectorales con sus dos decoraciones, de lo que llegamos a la teoría que uno (el mayor) es el del
rey, mientras el otro (el que lleva un asa), sería el de la reina (o del príncipe).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Pectoral decorado con semiesferas y "rosetas", que ya deducimos que es el del
monarca.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Pectoral mas pequeño que tiene la ornamentación a juego con la corona femenil.
De este cuelga un asa, por lo que deducíamos que quizás, desde esta hembrilla pudiera pender el collar
con los siete sellos (dado que treinta centímetros es un tamaño demasiado corto para rodear un cuello
-siquiera el de una mujer-).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Dibujo del brazalete y su decoración que hemos hecho en donde marcado con la
letra (A) podemos observar reproducida su linea de gruesas bolas y junto a la (B) vemos la "roseta".

JUNTO A ESTAS LINEAS: Dibujo del pectoral femenino, una pieza de la corona y sus adornos. Junto a ella,
en la parte de arriba hemos reproducido como es esta linea de filigranas que imitan una "nido de avispa"
rodeado de lineas de granulado. A su lado, ya habíamos recogido ayer la forma en la que quizás colgaba el
collar desde este pectoral que llevarían en el centro del pecho y sosteniendo el manto real. Por cuanto
hemos expuesto, creemos que puede afirmarse que se trata de un ajuar para dos personas: Un hombre y
probablemente una mujer; en el que el rey portaría los brazaletes, pectoral grande y la corona con
rosetas y semiesferas. Mientras la reina llevaría la corona, el pectoral más pequeño y seguramente el
collar (quizás colgado del pectoral y no del cuello).

Cita:
(1) Para cuanto exponemos sobre el final de esta civilización, ver el libro: "Tartessos" de Schulten (Austral) Madrid 1972; páginas 131
y 132. En ellas, el arqueólogo alemán explica los motivos de la caida de Tartessos relacionados con la batalla de Alalia; tras la que los
cartagineses quedan como únicos dueños de la Península Ibérica (al menos en su vertiente atlántica y en su zona Sur).

LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el


tesoro de El Carambolo (Parte IV: Primer analisis de sus joyas)
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (16/06/2011)

A) "DES-TARTESSIFICACIÓN" DEL TESORO DE EL CARAMBOLO: ¿Pueden ser las joyas de El Carambolo


"simplemente fenicias"?.

La entrada de hoy, ha de comenzar primero por afrontar el tema de la "des-tartessificación" del tesoro; algo que se lleva
proponiendo por los arqueólogos desde que se ha re-excavado el cerro Carambolo; que definitivamente se terminó de
hacer hace pocos años, hallándose en las cercanías del lugar donde fueron encontradas las joyas, un templete fenicio.
Ello, lleva a reconsiderar la "filiación" de las alhajas, tanto como para afirmarse actualmente que el tesoro es fenicio.
Siempre bajo la idea de que pertenece al lugar sacro en que fué encontrado; por lo que al solo haberse descubierto allí
unas "pobres piezas de tipo tirio o sidonio" y un santuario de esa religión (sin apenas importancia); la conclusión
obtenida es que el Tesoro de El Carambolo es igualmente: Fenicio y sin mucha relevancia.

Pese a ello y con todos los respetos para quienes piensen de este modo, diremos que no es lo mismo un tesoro escondido
en un lugar (como es el caso del que tratamos), a unos restos arqueológicos. Algo fácil de comprender en el caso de
estas joyas, pues resulta imposible que alguien abandone un tesoro, para que este sea ocultado por el paso de los años.
Por lo que si un grupo de alhajas, aparece bajo tierra, fuera de tumbas y ajeno a restos de enterramiento; ello implica
que este ha sido ocultado. De ese modo siempre hablaron los que lo encontraron y estudiaron por primera vez y si
leemos lo que expresa entorno a ello Juan de Mata Carriazo no nos cabrá la mínima duda de que se trata de un tesoro
enterrado en el emplazamiento donde se halló. Así se refiere a él escribiendo: "No podemos saber a qué profundidad de
la superficie se hizo su ocultación, pero sí que esta alteró la estratigrafía perfectamente regular que pudimos
reconocer. Luego se ocultó después de arruinadas las construcciones antiguas, probablemente poco después" (1).
Tras ello, explica el profesor Carriazo que las joyas se enterraron en el fondo de una cabaña junto a un valioso ajuar de
veinte piezas de cerámica cuya datación está entre los siglos VIII y VI a.C.. -de lo que el tesoro puede fecharse en esta
misma época- (2). Explicando este arqueólogo, que se trataba de una ocultación. Enterramiento que se hizo justamente
en lo alto de un cerro (muy señalado y orográficamente destacado) a poca distancia del rio; quizás con la intención de
poder regresar a buscarlo. Dándose la circunstancia de que la cabaña en la que fue escondido, se destruyó y hasta
quemó poco antes (o después) de ser introducido el ajuar en el subsuelo de ella. Lo que nos lleva a pensar que
-probablemente-, tras poner alli el tesoro, se disimuló el movimiento de tierras, quemando y destruyendo el pequeño
edificio en el que se introdujo.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Joyas puramente fenicias. Observemos como son mucho más egipciantes que El
Carambolo y que su carácter, tanto como su simbología es muy semita o egipcia (Ank, Horus, Luna y Sol,
Sol alado etc). No teniendo mucho que ver con el diseño de las halladas en Sevilla en 1958. De derecha a
izquierda y de abajo arriba: 1-Colgante cartagines con media luna y sol (siglo VII a.C.) // 2-Colgante
cartagines con el ojo de Horus (siglo V a.C.) // 3-Colgante cartaginés con altar y "botella" (siglo VI a
´C.) // 4-Colgante cartaginés con cruz egipcia (siglo VII a.C.) // 5-Colgante cartaginés con medallón y
simbología sumeria // 6-Colgante con medallón inscrito // (todas las joyas en el Museo Nacional de
Cartago, al que agradecemos nos permita el uso de estas imágenes tomadas del libro de Sabatino Moscati,
"Los fenicios"; Madrid 1988, página 376).

Múltiples ejemplos existen sobre apariciones de tesoros ocultados durante una huida o una batalla. El
Carambolo, que estaba perfectamente guardado bajo tierra, en un lugar inesperado (sin ajuar mortuorio,
edificación importante, ni cadáveres cercanos) es -sin duda- un caso más de aquellas joyas que habían de
ponerse bajo tierra para que no cayeran en manos del enemigo. Algo que sucedía comunmente cuando se
producía una batalla o la ciudad era sitiada. Situaciones de peligro que hacían imprescindible poner a
salvo las joyas, sobre todo para que no fueran tomadas por el enemigo (quien podía usarlas para comprar
armas). Buscándose siempre un emplazamiento destacado y facilmente localizable -por si se podía
regresar por el botín enterrado-; tanto como un lugar en el que pasase desaprecibido para que fuera
imposible encontrarlas a "los ajenos". Por cuanto exponemos, creemos que la hipótesis de que las joyas de
El Carambolo pertenecen al templo cercano al cerro donde fueron halladas, no es admisible. Sinó que más
habría de pensarse que allí, en un emplazamiento tan poco importante fueron ocultadas, quizás por ser
este lugar insignificante y no levantar sospechas.

Un caso muy similar sería el del Tesoro de Guarrazar que se sabe fué enterrado en las cercanías de la
capital goda hacia el año 711 (d.C.) cuando los visigodos retroceden frente a la llegada de los árabes. El
lugar que eligieron para ocultar gran parte de las joyas de la corona (o de la catedral de Toledo), fué una
pequeña necrópolis a unos quince kilómetros de la ciudad, en el pueblo de Guadamur. Escondiéndolas allí
se libraron -al menos- de que estas cayeran en manos del enemigo y fueran fundidas o repartidas como
botín. Así alguien las guardó junto a una tumba, e hizo que permanecieran más de mil años bajo tierra (lo
que obliga apensar que no pudo regresar por ellas). Sobre quienes ocultaban esos tesoros, es fácil
entender que se trataba de sus propietarios más cercanos; o bien, aquellos que tenían por misión su
guarda y custodia (debiendo evitarse siempre que fueran para los que atacaban la ciudad). de tal amnera,
El Carambolo, es un caso similar al de Guarrazar donde aquellos que escondieron las alhajas, consiguieron
situarlas en emplazamiento tan seguro que no fué encontrado hasta hace poco tiempo.

Por ello, muchos arqueólogos han opinado que ese ajuar se enterró con motivo de una gran batalla -o
asedio- en el que posiblemente se viera obligado a huir el rey mas importante de la zona (el monarca de la
capital de Tartessos). De aquello, podríamos deducir que el emplazamiento de este "palacio real" y de la
ciudad más importante tartessia, había de estar muy cercano al Carambolo; por lo que no sería de
extrañar que fuera la misma Sevilla (llamada por entonces Spali). En cuanto a lo que se refiere al
momento en que pudo producirse la batalla o guerra que obligó a esconder las joyas reales, creemos
(como muchos otros arqueólogos consideran) que fué en lo que se denomina como "caida de Tartessos".
Unos hechos que se refieren a los decenios que van desde que Cartago vence a la flota griega en Alalia
(año 531 a.C) y estos se asientan definitivamente como "dueños" del Sur de Iberia. Ello ocurre poco
después de "expulsar" a los focenses de la órbita del comercio ibérico -a los helenos establecidos en la
linea de Marsella a Ampurias(Massilia Emphoriom)-. Tras la victoria en Alalia, firman posteriormente un
tratado Roma y Cartago (509 a.C.), para que nadie ajeno a los segundos pueda navegar siquiera por aguas
cercanas a las Columnas de Hércules (Estrecho de Gibraltar). Con ello, Cartago, toma posesión y derecho
monopolizado de explotación y comercio de toda las minas del Sur y del atlántico peninsular ibérico.

Poco después (a comienzos del siglo V a.C.) hay en las zonas de Tartessos, testimonio material de haberse
mantenido luchas y guerras. Ello ha llevado a pensar a varios arqueólogos que tras su supremaciá y
dominio de la Península, posiblemente Cartago atacó todo el Sur prehispanico y pudo destruir Cadiz
(Gadir), para expulsar de alli a la población de fenicios (procedentes de Tiro y Sidón; con el fin sustituirla
por gentes cartaginesas). Algo que se explica debido a que pocos decenios antes también las ciudades de
Tiro y Sidón, habían caido en manos asirias y Fenicia prácticamente desapareció. Este hecho de la
desaparicion de las capitales de Oriente Medio, hizo crecer a Cartago, cuando muchos de aquellos huidos
desde la "madre patria", se hubieron de refugiar en sus nuevas tierras (en lo que hoy es Túnez y en las
colonias fenicias del sur ibérico).

De tal manera, al caer Tiro y Sidón, Cartago comienza a adueñarse de las rutas comerciales de Occidente
intentando que nadie más que ellos comercie con los metales del Atlántico (tanto como de los territorios y
ciudades antiguamente fundadas por Tirios y Sidonios: Gadir, Malaka, Sexi etc). De lo que lo más probable
es que cuando vencen a los griegos en Alalia para echarles definitivamente de las zonas de metales de
Iberia (en el 531 a.C.) y luego pactan con los romanos, para quedarse con el monopolio de la navegación
tras el Estrecho de Gibraltar (509 a.C.). Después pasaran a destruir Gadir (Cádiz) y otras ciudades
habitadas por tirios y sidonios en nuestras tierras. Tras lo que también harían lo mismo con las urbes
aliadas de esos tirios, sidonios; de lo que suponemos que en los comienzos del siglo V a.C., pudieron
atacar los cartagineses Tartessos y a sus principales urbes -lo que seguramente hizo desaparecer su
civilización y huir a sus élites-. De esta época creemos que procede la ocultacion del tesoro que
estudiamos y que por los hechos relatados fuera enterrado en un santuario fenicio (dentro de una cabaña);
debido a que aquel sería un lugar que los cartagineses no profanarían (por ser de su religión) y tampoco
levantaría sospechas (al tratarse de una simple casucha quemada en el alto de un cerro).

Esta que hemos presentado es nuestra teoría del por qué se halló en tan minúsculo templete fenicio, un
tesoro de tal importancia (en las cercanías de la ciudad de Spali, que pudo ser la capital de Tartessos). Por
lo demás, creemos que resulta un sinsentido pensar que aquellas joyas pertenecieran a un santuario tan
insignificate como el que había en el Carambolo. Considerando que afirmar que El Tesoro Carambolo
pertenece a aquel templecillo es como aseverar que las halladas en Guadamur, era el tesoro de la ermita y
necrópolis del campo de Guarrazar. Lo que implicaría considerar nada más y nada menos que este pequeño
pueblo, era el lugar donde los visigodos tenían su capital y donde celebraban sus concilios, para ofrecer
sus coronas áureas... (olvidándose de Toledo, sus concilios y su catedral).
JUNTO A ESTAS LINEAS: Nuevamente joyas puramente fenicias en las que vemos igualmente que se trata
de un trabajo y diseño diferente al de EL Carambolo. recordándonos mucho más al mundo egipcio y
semítico (del Nilo, de Biblos o de Asiria); mientras que la orfebrería de Iberia tiene un carácter mas
redondeado y fuerte, asemejándose en mucho a las joyas de la Grecia Arcaica y no tanto a las de Cartago
o Fenicia (que son más finas y no tan pesadas ni "ostentosas") (imágenes del libro Los Fenicios de Sabatino
Moscati, ya citado; página 387).

B) JOYERÍA DEL TIPO CRETO-MICÉNICO:

Tras lo anteriormente expuesto, aportaremos además otros datos que demostrarán que las joyas de El
Carambolo no son propiamente fenicias. Sin tener que recurrir a plantear una discusión comparativa,
desde el punto de vista técnico (que no llevaría nada más que a manifestar opiniones).; y sin dejar de
tener como cierto que la orfebrería oriental era de la mejor calidad en los siglos VIII al VI a.C. (pudiendo
haber sido importadas desde Tiro o Sidón directamente, las de Tartessos). En todo el tesoro aparecido
junto al Guadalquivir existe un problema de "carácter" para poder considerarlo como orfebraría fenicia.
Puesto que no solo su abundancia en metal es extraña, sinó que su forma y diseño es muy distinto alde
otras alhajas cartaginesas (de Tiro o de Sidón). Por lo que quizás, para comprender primero de dónde pudo
venir la inspiración de su diseño y tipología, tendríamos que ver antes que nada su significado y otros
tesoros cercanos a Grecia (chipriotas o cretomicenios):

Sobre el que estudiamos de Sevilla, ya sabemos sobradamente que sus pectorales son simbólicamente dos
lingotes cretenses, de tipo "piel de toro" (llamados por muchos Keftius). Asimismo, vimos que estas piezas
son iguales -o muy semejantes-, al primer "Talento" con el que se comerció el cobre por todo el
Medriterraneo. Grandes lingotes cúpreos que tambien dijimos en numerosas ocasiones, eran originarios de
Creta y de Chipre. Creados en época de Minos, el Imperio Minioco y sus seguidores, comercializon con 
ellos el cobre desde el siglo XVII, hasta el IX a.C (y desde Oriente Mediterraneo hasta Cerdeña ). La
procedencia de las joyas del CArambolo entonces apunta a Creta y Chipre, al aparecer como principal
figura al Lingote-Talento que luego marca toda la ponderacion monetal griega -peso que rondaba los
veniticinco kilos y sería el antecesor de la medida para metales griega llamada Talento-.

BAJO ESTAS LINEAS:  (talento) cretomicénico, procedente de Chipre y datado en el siglo XVI
a.C., cuyo diseño copia el Tesoro del Carambolo (imagen tomada del libro "Chipre" del profesor Vassos
Karageorghis, Barcelona 1971, foto 61, que ya hemos icluido en otra entrada). Estos Talentos que
suponían un valor en "cabezas de ganado", imitaban como hemos repetido varias veces, a una piel de toro
-en su forma-. Ellos son los que posteriormente darían origen a todo el sistema monetario y económico
griego.
De tal manera, un milenio después (hacia el siglo VI a.C.) se difunde la moneda, estableciéndose su valor
desde el peso del Talento Ateniense, procedente del anterior y de unos 26 kilos de plata. Este se
subdivide en 60 Minas; de las que cada Mina tenía 100 Dracmas (por lo que 6000 Dracmas = 1 Talento).
Por su parte el Dracma se subdividía en 6 Óbolos y cada Óblo en 8 Khalkos . Parece ser que en un
principio, un Óbolo era lo que necesitaba diariamente una persona para vivir. Posteriormente, en época
Clásica, se sabe que el sueldo medio era de 3 Óbolos diario (medio Dracma), por lo que una familia de
tres personas necesitaba unos 15 Dracmas al mes, para subsitir (incluyendo todo -comida, casa y otros
gastos-). Como hemos dicho, el Talento Ático era 26 kilos plata (aprox); por lo que la Mina correspondia a
433 gramos (aprox) y el Dracma 4,33 gramos; siendo unos 0,72 gramos lo que necesitaba una persona para
subsistir diariamente. En época posterior, nace la moneda de oro (Estátera) que conforme las
fluctuaciones venía a equivaler 20 veces el valor de la plata. 1 Estátera oro = 20 Drácmas (aunque su
acuñación fuera en moneda de Didracma, dos Dracmas de 8,66 gramos oro; que correspondían a 40
Dracmas de plata).

En lo que se refiere al cálculo del nivel de vida (pese a que los bienes que entonces existían y los que hoy
existen nada tiene que ver), podemos establecer una relación con arreglo al patrón plata. De tal manera
si el sueldo era de 1/2 Dracma diario o 15 Dracmas al mes; de ello resulta que aproximadamente se
refiere a 2,15 gramos dia o 65 gramos de plata mensuales, para una familia de tres personas. Sabiendo
que hoy el gramo de plata está a un euro aproximadamente, el cálculo de sueldo medio es que 65 gramos
= 65 euros; pero que equivalen a unos 650 gramos plata hoy (aproximadamente 650 euros). Así el nivel de
vida traducido a sistema monetal quedaría en 1/10.

Pese a ello, estamos hablando de la Grecia Clásica y de una zona riquísima entonces; por lo que si
traducimos estos valores a otros tiempos y areas -como la Península Ibérica (en años cercanosal
Carambolo)-, quizás hay que volver a multiplicar de nuevo por unas 10 veces. De lo que el nivel de vida
entre nuestra Sociedad y la del Tesoro de El Carambolo, habíamos dicho que sería calculable entre 100 y
200 veces más cara. Por ello y teniendo en cuenta que el peso del tesoro que estudiamos supera los tres
kilos de oro puro, estando actualmente el oro trabajado a unos 40.000 euros kilo, su valor para crearlo
hoy, no bajaría nunca de 120.000 Euros. Tras ello, si multiplicamos este valor por 10 (aproximadamente),
nos saldría su precio en la Grecia Clásica = 1.200.000 euros; y si lo volvemos a multiplicar por otras diez
veces, nos puede dar el valor el aproximado del Tesoro de El Carambolo en la Península Iberíca y el
Mediterraneo, para la época en que se encargó (siglos VIII-VII a.C.) = 12.000.000 euros. De ello
consideramos que se trata de las joyas de la Corona de Tartessos y no puede ser nunca un tesorillo de un
templo (ni menos para ser colocado sobre toros o animales que pueden destrozarlo en el primer golpe).
LINGOTE LLAMADO KEFTIU, INSPIRACIÓN Y SÍMBOLO DEL TESORO DE EL CARAMBOLO, POSIBLEMENTE UNO
DE LOS MÁS SIGNIFICATIVOS DISEÑOS RELIGIOSOS Y DE PODER EN TARTESSOS. Ese Talento es de origen
cretense y no fenicio, lo que "hace sospechar" que las joyas encontradas en Sevilla en 1958 seguramente
no son tan fenicias como ahora se afirma...

Prosigamos con el simbolismo, carácter y significado del Tesoro. Del cual, en primer lugar hemos de
analizar su estilo y diseño; llamándonos mucho la atención, su decoración en semiesferas, junto a lo que
llaman "rosetas encapsuladas" (adornos con forma de "margaritas). Algo, que en verdad creemos que mejor
sería denominar "flor solar", ya que se corresponde precisamente a un símbolo del sol y tipicamente
masculino en las religiones orientales. De ello, este diseño que raras veces aparece en la orfebrería
fenicia, sí podemos encontrarlo repetidísimo en toda la joyería creto-micénica, chipriota y griega; ya
desde periodo Minoico (antes del siglo XVII a.C.), hasta la Edad Clásica. Asi, durante casi un milenio, en
toda la orfebrería cercana a Grecia, Chipre y Creta aparecen estas "rosetas encapsuladas", junto a
semiesferas o bolas gruesas de ornamentacion (principalmente en las joyas reales). De tal manera vamos a
ver algunos ejemplos de lo que decimos:.

BAJO ESTAS LINEAS: Dos diademas de oro procedentes de Kitión (Chipre), fechadas en los siglos XIV-XIII
a.C. Observemos que sus motivos decorativos son extremadamente parecidos ya a los que tiene el Tesoro
de El Carambolo (datado más de medio milenio después). Del mismo modo, los dos lingotes (talentos) con
forma de piel de buey de las alhajas sevillanas, son también e tipologia creto-chipriotas y similar a joyas
de tipo anatolio, anteriores al siglo XVIII a.C..
JUNTO A ESTAS LINEAS: Collares de Oro, procedentes de Enkomi (Chipre) fechados hacia el siglo XIII a.C..
Pese a que nos pueda resultar extraño; las cuentas del collar grueso tienen forma almendrada, de "lingotes
de oro". Siendo esa la apariencia que le daban los fundidores, a las piezas con las que comercializaban el
oro y plata (pareciendo una bulla, pero con un diseño también semejante a la piel del toro). De tal
manera, en ambos casos vemos de nuevo un gran paralelismo entre las joyas de Tartessos y las de Chipre;
aunque, curiosamente se distancian en casi más de medio milenio.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Famoso Rhytón en plata y oro con forma de cabeza de Toro. Procede de la Tumba
IV de Micenas y se encuentra en la Vitrina 27 del museo Nacional de Atenas, al que agradecemos nos
permita mostrar su imagen. Considerado cretense, se fecha entre los siglos XVI y XV a.C.. Observemos que
en su frente lleva la "roseta" que nosotros hemos llamado "flor solar", por ser un simbolo del Astro Rey en
todo el Mediterraneo Oriental entre los siglos XV y V a.C.. Es esta "roseta" idéntica a la que adorna todo el
ajuar del Carambolo (que corresponde al masculino, con los brazaletes), por tratarse de un "dibujo solar" y
masculino (que más tarde estudiaremos). Muy importante es destacar que en la frente del toro, se sitúa
esta "flor del sol" y no precisamente un lingote piel de buey (pese a que algunos afirman que los
pectorales de EL Carambolo eran para ser lucidos sobre la testuz del bóvido). Ello creemos que sucede por
la identificacion entre la vaca (y el toro) con la Luna y el Sol (por los cuernos); tanto como porque es
normal que algunos bovinos nazcan con estas marcas sobre la frente (llamadas luceros); de las que
siempre se ha dicho que daban buena suerte y se relacionaban con las estrellas, la Luna, el Sol y la bondad
del animal.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Diadema micénica de la Tumba III, vitrina 23 del Museo Nacional de Atenas (al que
agradecemos nos permita publicar estas imágenes) -fechada hacia el siglo XIV a.C.-. Observemos en ella,
igualmente una decoración con semiesferas muy similar a la que tiene El Carambolo, que unido a la roseta
anterior (la que lleva el toro anterior, en su testud) completa el ornamento de lo que hemos considerado
como joyas pertenecientes al rey (los brazaletes, el pectoral grande y los eslabones de la corona del
tesoro tartessio tiene iguales adornos -media esfera y Flor del Sol-).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Diadema similar a la anterior y también fechada hacia el 1600 a.C. Procede de la
tumba IV de Micenas y se encuentra igualmente en el Museo Nacional de Atenas al que agradecemos nos
deje disponer de las imágenes para el presente blog y mostrar las similitudes del diseño de las joyas de El
Carambolo y las creto-micénicas.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Cabeza de toro en oro; Cretense del periodo minoico, con unas figuras en la frente
que son muy semejantes a la decoración del Carambolo. Teniendo en cuenta que los pectorales de
Tartessos simulan la piel del buey y aquí vemos igualmente al bóvido con la testud galardonada por un
símbolo solar (o planetario; una bola central y ocho que la rodean); no es extravagante pensar que el
paralelismo de las joyas del Bajo Guadalquivir es mucho mas cercano al mundo minoico, chirpiota,
micénico y griego (que al fenicio). Sin duda, toda la orfebrería mediterránea desde los siglos XV al V a.C.
es muy semejante; aunque en ella hay unos caracteres que diferencian unas áreas de otras. Entre estas se
encuentra el hecho de que las joyas greco-minoicas son mucho más pesadas, robustas, ostentosas y estén
decoradas con motivos que para nada recuerdan a joyería de Egipto. Muy por el contrario, la orfebrería
fenicia se acerca mucho al mundo egipciante y asirio (lo que quiere decir, que es más refinada, de un
diseño más sofisticado y apenas se representan animales). Por lo demás es muy rara la pieza que tenga un
gran peso entre los fenicios, mientras su trabajo suele ser minucioso en el taller de orfebre. Por el
contraio, el caso de las encontradas en Camas (Sevilla) son típicamente de tipo cultural anatolio o creto-
micenio; lo que lleva a pensar que son de Tartessos (una mezcla del mundo fenicio y del anatolio,
decantado en Iberia).Algo que se justifica finalmente porque algunas piezas superan el medio kilo de oro
puro (un hecho inusual en joyería fenicia, pero que se da entre la orfebrería de la Grecia Arcaica).

CITAS:

(1) Juan de Mata Carriazo. El Carambolo, página 43. Universidad de Sevilla, 1978

(2) Op.cit. pags. 45 y 47. De una misma forma se refiere J.M. Carriazo al hallazgo; siempre hablando de tesoro ocultado, enterrado o
escondido. Tal como se expresa en "Tartessos y el Carambolo" (Patronato de Museos, Madris 1973). Cap. I, 1º; Hallago y yacimiento,
pag. 125 y ss. En nigún caso vemos entre quienes excavaron el tesoro al ser encontrado una referencia a pensar que aquellas joyas
procedieran del lugar en que fueron halladas. Considerándose siempre un tesoro escondido en lugar recóndito tras una batalla o en
una huida.

(3) Datos tomados del libro HISTORIA SOCIAL Y ECONÓMICA DEL MUNDO HELENÍSTICO: de M.Rostovzeff. Espasa Calpe, Madrid 1967.
Tomo I, Páginas 271 y ss. ; Tomo II, páginas 1325 y ss. ; 1485 y ss; 1488 y ss.
17 de junio de 2011

LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los Bueyes de Gerión en el


Tesoro del Carambolo (Parte V: Análisis de las formas y del
trabajo en la orfebrería -comienzo en la interpretación de sus
símbolos ornamentales-)
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (17/06/2011)

La entrada de hoy es especialmente gráfica, por cuanto para ir estudiando donde nos llevan las formas y el trabajo de
joyería de El Carambolo, exige en primer lugar exponer una relación amplia de imágenes que lo expliquen. Pese a ello,
previamente hemos de aclarar que el ajuar que venimos estudiando (compuesto por veintiún piezas de oro tartéssico),
tiene un carácter muy peculiar y diferente a otros objetos de orfebrería existentes. Tanto es así, que cuando utilizamos la
palabra "orfebrería" (que se aplica comunmente a toda la joyería arqueológica y en especial a la fenicia), se entiende por
ello Alhajas con una labor muy distinta a la de El Carambolo: Joyas, en oro fino, con filigranas y granulados laboriosos
y "ligeras". Muy por el contrario, lo hallado en Sevilla son piezas pesadas y compactas, de las que alguna llega a pesar
más de medio kilo (en pureza de 24 kilates) y que hemos podido valorar en mas de doce millones de euros de su época
-tomando para ello como referencia el coste de la vida entonces, su manufacturación y el precio del metal en el siglo
VII a.C.-.

Lo que vamos narrando, nos aparta bastante de la orfebrería puramente fenicia que pareció más bien realizarse para una
clase media-alta y que basó su negocio y expansión fundamentalmente en los buenos artesanos y en la tremenda
laboriosidad de su trabajo del oro (siendo esta más parecida al damasquinado, que a estas pesadas y compactas piezas
de Sevilla). Como hemos dicho, el "toque" del taller joyero en Fenicia -desde los siglos XIV al VI a.C.-, es mucho más
orientalizante y egipciante que el estilo de El Carambolo. No solo en las figuras que los fenicios hacían en filigranas
-que a veces recuerdan dioses babilonios o del Nilo-; sinó también en sus formas y finísimos granulados. Definición y
carácter que incluye igualmente a la joyería de Cartago, que desde el siglo VI a.C. impregna y se expande por el sur
peninsular ibérico. Por lo que si observamos estas piezas fenicio-cartaginesas (de cuidadas manos), junto a los
"mazacotes" de El Carambolo; observaremos que el carácter y su manera de haberlos troquelado en ambos casos, es
diametralmente diferente.

En el análisis de sus formas y de su carácter, podemos obtener los rasgos culturales del artesano y de quien diseña o
encarga el tesoro. Para lo que cuenta muchísimo el tipo de taller y el estilo que guardan, tanto como los símbolos y
dibujos que le adornan. Pudiendo observarse en las joyas sevillanas la intención absoluta de querer impresionar o
asustar al que las vea, por la abundancia de oro puro y el peso y "aparatosidad" de sus piezas. Siquiera el collar pudiera
tenerse por un trabajo más o menos laborioso y de gran mérito, del tipo fenicio; mientras los brazaletes y los eslabones
de las coronas, son casi un puro fundido (atendiendo más a crear un objeto impactante por su ostentosidad, que a
realizar una labor de filigrana con el oro). De ello, que su tipología cuadre mucho con algunas joyas indoeuropeas,
siendo sus grande pulseras de brazo, un "tipo de torques" casi de similitud celta. Un par de piezas de un peso superior
a medio kilo de oro cada una, que se han de poner en los brazos y que nos indican casi un estado tribal del rey que la
lucía (quien quizás hubiera de ponérselas siempre a torso descubierto -o al menos con los brazos sin vestir-). Sea como
fuere, el estilo es muy celtíbérico y se relaciona con todos los tipos de brazaletes y torques áureos, que desde el III
milenio a.C. proliferaban en el litoral atlántico.

Pese a cuanto decimos, está claro que el trabajo de taller del Tesoro de El Carambolo es Mediterraneo y de gran
influencia fenicia; aunque su carácter es el que apuntamos: Unas joyas de gran tamaño, de estilo ibero-atlántico y en
forma muy indoeuropea. En el que sus pectorales de lingotes, son sin duda para demostrar seguramente que aquellos
que los lucían, eran los grandes reyes de los metales preciosos. No pudiendo decirse que en las piezas de la corona ni en
los mencionados brazaletes, haya más mérito de taller, que en muchas otras joyas ibéricas del III milenio a.C.
(realizadas con "batido en frio" y casi sin utilización de medios técnicos para lograrlas; trabajando con una simple
hoguera y azufres). Por cuanto decimos, consideramos que El Carambolo tiene un carácter muy indoeuropeo y
occidental, aunque el análisis de sus formas y de su simbología nos lleva rápidamente hasta Creta, Chipre o Micenas
(como hemos visto). Pero para la mejor comprensión de cuanto vamos explicando, iremos mostrándolo en imágenes:

JUNTO A ESTAS LINEAS: Los pectorales de El Carambolo. Uno grande que consideramos de hombre y adornado con
rosetas y bolas (florres y círculos que definimos como símbolos solares). Junto al pectoral pequeño que tiene un asa y
creemos que es de mujer (de la reina). Ello por contener semiesferas ahuecadas y vacias, que pueden recordarnos a la
Luna -siempre representación sacra de la mujer; por ser "espejo" del Sol y tener ciclos de 28 dias-. Observemos que el
centro de estos dos pectorales, se contiene la forma perfecta del hacha doble, típicamente cretenses (el Labrys que daba
nombre al Palacio del rey Minos).

JUNTO A ESTA S LINEAS: Pectoral pequeño del tesoro de El Carambolo.


Obsérvese su forma similar al hacha doble cretense. Por su decoración y tamaño creemos que se trataría de la pieza que
luciría una mujer (la reina).
JUNTO A ESTAS LINEAS: Detalle de uno de los brazaletes del tesoro. Observemos su decoración en forma de bolas
semiesféricas y de "rosetas encapsuladas" (para nosotros: Flores y esferas solares). El carácter de este gran torques de
brazo con más de medio kilo en oro, es muy alejado del refinamiento fenicio, que con cien gramos de metal precioso es
capaz de hacer joyas plenas de filigranas, con dibujos, figuras y granulados muy complejos. Por el contrario, su peso, su
estilo y su "moda" nos recuerda a la de los pueblos indoeuropeos; quienes gustaban aún en el siglo VII a.C., lucir joyas
a modo tribal (especialmente los Celtas y Caucásicos). Consecuentemente, parecen estas piezas de El Carambolo más
cercanas a las joyas de Anatolia, Creta o Chipre (e incluso Etruria), que a las de la refinada Fenicia. Civilización que al
ser comerciante y viajera, no gustaba lucir grandes riquezas y era mucho más compleja en sus modas (que nunca se
asemejarían en su ostentación a la de los celtas, o a la de los anatolios).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Grupo de Collares minóicos, anteriores al siglo XVI a.C. y propiedad del Museo
Herácleion (al que agradecemos nos permita utilizar estas imágenes). Veamos como en esta orfebrería existe la roseta
(tipo crisantemo, o rosa de ocho pétalos), que en este caso al haber sido de bronce se ha oxidado, quedando con un
aspecto muy diferente que el resto de los avalorios del mismo collar. Igualmente entre otras cuentas, podemos observar
piezas que claramente nos recuerdan hachas. Ello, porque en época minoica (hasta la Creta del siglo XVI a.C.), y el la
micénica (en Chipre, Creta, Anatolia y Grecia, hasta el siglo XI a.C.), se comerciaba con piezas de metal precioso en
forma de pequeñas bipennas. Estas hachitas, procedentes de la bipenna sagrada (llamada Labrys que daba nombre al
palacio de Cnossos), eran pequeños lingotes que antecedieron directamente al dinero. Obsérvese en todo cuanto
venimos explicando, la unión de símbolos solares (las esferas, la roseta encapsulada etc), junto al lingote; algo común
en Creta, Chipre, Micenas y en las joyas del Carambolo (aunque en estas últimas, haya una diferencia de al menos
quinientos años, con las anteriores).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Piezas de Orfebrería del Museo Herácleion, al que agradecemos nos permita la divulgación
de estas imágenes. Se trata primero de un Pato en oro decorado igualmente en granulado, fechado en el siglo XVI a.C. y
procedente del Palacio de Cnossos. Bajo este, un león también áureo y de igual siglo, que fué hallado en Haghia Triada.
Abajo del todo unas hachas votivas en oro, procedentes del santuario de Arcachori y fechadas en el siglo XVII a.C..
Observemos que los lingotes de oro, tienen claramente la forma de estas bipennas sagradas, que simbolizaban sin duda
alguna la riqueza, el dinero y la pecunia (por lo que se identificaban en su forma igualmente, con pieles de toro -de
"pecus", animal de ganadería-). El tipo de trabajo que tienen algunas piezas del Carambolo, nos recuerda más a la
joyería cretense, como este pato mazizo en oro y con decoración en granulado; al igual que los pectorales son exactos al
hacha doble de Creta (tanto como al lingote Keftiu).

JUNTO A ESTAS LINEAS: De nuevo publicamos la imagen de ayer en la que vemos sobre la frente de un toro y entre
las astas, un símbolo solar. Este grupo de esferas, se ha identificado por muchos como una "anagrama" del sol y sus
giros, pero por otros se considera la representación de Las Pléyades. Ambos casos son posibles, aunque hay que
recordar que el grupo de las Pléyades está en la Constelación del Taurus (el toro) y marca el Occidente. Siendo su astro
guia la estrella Atlante: El padre de las Pléyades y de las Hiades. Grupo estelar que se consideraba el símbolo del
Atlántico y por lo tanto de Iberia. De lo que las Pléyades se identificaban con las Hespérides, cuyo nombre significa "las
de El Atardecer, Las occidentales" (del griego < = atardecer, occidente). Siendo a nuestro parecer esta voz de
Hespéride (Occidente) la que dió lugar a Hispania e Iberia (que derivarían de palabras indoeuopeas cercanas a
Hespenides o Iberide , muy próximas a esa: ) . Por cuanto este grupo que aparece en la "frente del Taurus"
bien puede identificarse con aquellas estrellas llamadas Pléyades o "Hesperides" (las que se decía habitaban en
Tartessos), tanto como con el Planeta Hespero (Venus, Ishtar; que también se representaba por la estrella de ocho puntas
en forma de flor).

JUNTO A ESTAS LINEAS Y SOBRE ELLAS: Dos de los símbolos pictográficos del Lineal A, cretense; uno con La
Rosa y otro con Las Pléyades. Imagen original, procedente del Disco de Faistos, fechado hacia el 1800 a.C.. Se trata en
primer lugar del símbolo que claramente es el del Sol y que se sitúa precisamente en el centro de la inscripción circular.
La otra es una circunferencia con varias esferas que le rodean, que ya dijimos evoca estas estrellas del Occidente.
Ambos símbolos, tan importantes en Creta como para incorporarlos a los pictograms de la primera escritura minoica,
son muy similares a las decoraciones que tiene el Tesoro del Carambolo.
JUNTO A ESTAS LINEAS: El disco de Faistos, en su cara A (propiedad del Museo Herakleion al que agradecemos nos
permita el uso de las imágenes). Observemos al aumentar su imagen, entre sus símbolos: Esa "roseta solar" y las
Pléyades, antes indicadas. Pero además, otro de los pictogramas comunes en el Lineal A, es el lingote-piel de toro. Âlgo
que puede verse claramente repetido si aumentamos totalmente la imagen y vemos que está pleno de ese dibujo que es
una piel de buey y que simula el lingote cupreo (Keftiu). Símbolo que sigloa más tarde (en el Lineal B, tras el XIV
a.C.), se convierte claramente ya en una forma cercana al diseño del Talento, igual al que tienen los pectorales de El
Carambolo. Por su parte, el centro del disco está culminado por una casilla que solo contiene este símbolo de la rosa
solar. Debido a ello, consideramos que este pictograma final significaría claramente "sol". Además, el hecho de que el
Disco de Faistos por un lado tenga 30 casillas (palabras) y por el otro 31; nos hizo afirmar que podía tratarse de un
calendario. Algo que se demuestra quizás porque está "coronado" en su final, con un símbolo central en forma de rosa
de ocho pétalos (el Sol, quizás). Su uso calendárico sería sencillo (como ya explicábamos): Contando los dias cada vez
por un lado (un mes de 31 y uno de 30, normal en los calendarios lunisolares, en meses alternativos). Por todo ello, el
significado de las palabras que contiene cada casilla o palabra, se relacionaría con el nombre de las jornadas. Así,
contabilizando los dias una vez por cada cara del Disco, se conformarían mensualidades de 31+30 dias; que al
completarse seis veces por cada lado, daría un año de 366 jornadas. Pero si se desea no incluir el símbolo central (esta
roseta del Sol) se obtendrían anualidades comunes de 365 dias; a la vez que si se incluye esta "flor del Sol" del centro,
saldría el año bisiesto, de 366 = (31 x 6 + 30 x 6). Por cuanto decimos, creemos que este Disco es un calendario con los
nombres de cada jornada y en su centro con un Sol, que sirve para el control de años bisiestos. Ello se reforzaría porque
en las fechas cercanas al Disco de Faistos (siglo XVIII a.C.)los mesopotamios ya tenían calendarios lunisolares de una
precisión absoluta, haciendo coincidir el astro rey con nuestro satélite en ciclos y anualidades del periodo Saros
(diecinueve años). Por su parte, esa "rosa Solar" que tanto mencionamos, es el símbolo del Sol, entre los babilinios y los
indoeuropeos de Anatolia.
JUNTO A ESTAS LINEAS (de nuestra mano): Algunas formas que se contienen en la ornamentación del tesoro del
Carambolo y su comparación con el Pictográfico Cretense en el tipo Lineal B (micenio). Esta es una escritura que
pervive hasta los años de la fundación y expansión de Tartessos, tanto que alguno de sus símbolos se encuentran en la
escritura ibérica. Por lo demás, entre los adornos que tiene el tesoro sevillano y este picto-silabario cretense hay algunas
coincidencias; llamando mucho la atención de nuevo la "roseta solar" y el lingote (que existe como ideograma propio en
el lineal B y con ese valor -palabra "Talento, Lingote"-). Para ver mejor, aumentar imagen pulsando sobre ella.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Pictosilabario cretense Lineal B. Para ver sus símbolos pulsar y aumentar imagen.
Observemos la curiosidad ya dicha de que la palabra Lingote existe con un ideograma de igual valor y antes era una piel
de buey. Por su parte, la roseta que en el Lineal A era una flor solar, en este se ha convertido en una circunferecia
partida por una cruz.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Alfabetos, silabarios y pictogramas: Minoico, egipcio-egeo, Tartessio e Ibérico
(interpretación de Gómez-Moreno). Obsevemos la evolución cercana desde los alfasilabarios cretenses y egeos hasta el
Tartessio e ibérico. Ello nos enseña de donde proceden muchos de los rasgos culturales de la Península Ibérica (ya que
sus colonizadores más antiguos en nuestra opinión, fueron los creto-micénicos).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Relación entre los símbolos de ornamentación del tesoro de El Carambolo y los
alfasilabarios (o pictogramas): Minoico, egipcio-egeo, Tartessio e Ibérico. Observemos que la palabra o símbolo
"lingote" se cambia por un pictograma que es un hacha doble; tanto como la roseta por una circunferencia con cruz
dentro (símbolo claramente solar) y el "delta" significa "D". Por su parte la circunferencia con círculos dentro (que se
identificaba con Pléyades) es el valor "Gu" o "ku".

Por cuanto hemos ido explicando y mostrando, consideramos que puede afirmarse que el tesoro de El Carambolo es de
clara y gran influencia creto-chipriota (o micénica). Ello supondría reafirmar, que efectivamente se trata de unas joyas
tartéssicas (aunque fueran fundidas en un taller oriental; porque siempre habrían sido encargadas conforme a diseños,
gustos y modelos de Tartessos). Pero en todo ello, nunca hay que olvidar que entre los siglos VIII y el VI a.C.; Creta y
Chipre estaban bajo la influencia cultural y comercial de Fenicia. Por lo que un objeto de similitud a los atlánticos y de
gran carácter indoeuropeo, con tipología y simbología cretochipriota y muy influido por lo fenicio, es siempre: Un
objeto Tartessio.
Para entender mejor por qué no puede decirse que el Tesoro del Caramobolo es "simplemente fenicio" (como hoy se
afirma y admite) pondremos el siguiente ejemplo similar: Un capitel andalusí es una pieza altomedieval, de rasgos
árabes, con influencias judeo-cristianas y visigodas, muy cercana a modelos sirios, pero más sencilla y parecida a las
prerrománicas hispanas. Por cuanto podemos decir que claramente es de Alándalus: de lo contrario, si la clasificamos
simplemente como "arte islámico", dejaríamos muy imprecisa su verdadera definición y filiación; sin concretar el
carácter de objeto "colonial" nacido por la influencia de la culturas llegadas, unidas y mezcladas con las originarias de
Alándalus. -Del mismo modo que Fenicia estaba en Oriente Medio, Cartago en la zona de Túnez y Tartessos (para el
que se hizo el tesoro de El Carambolo) en el Bajo Guadalquivir-

INDICE DE CAPÍTULOS EN ESTE PDF


Recogidos de
TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE
(artículos número: 29º, 30º, 31º, 32º, 33º)
Pag. 1 ......... LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo
Pag. 10 ......... LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo (Parte
II: Modo de lucir sus joyas).
Pag. 17 ....... LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo (Parte III:
Ornamentación de las joyas; ajuar de dos personas)
Pag. 21 ....... LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte IV:
Primer analisis de sus joyas)
Pag. 32 ....... LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los Bueyes de Gerión en el Tesoro del Carambolo (Parte V:
Análisis de las formas y del trabajo en la orfebrería -comienzo en la interpretación de sus símbolos
ornamentales-)

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