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LUCES Y TINIEBLAS; CIELOS Y TIERRAS

- La Iberia de Angel y Chiho (capítulo cuarto) -


Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en DEL CIPANGO AL SPANGO (29/10/22)

Los artículos se desarrollan en un texto escrito en negro y se acompañan de imágenes (con un comentario explicativo en rojo).
Podrán leerse completos; pero si desea hacerlo entre líneas, bastará con seguir la negrilla o las letras rojas destacadas.

JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes con las que


ilustramos este nuevo artículo, en el que trataremos de mostrar el modo en que el arte intentó, durante siglos, crear “un cielo en
la Tierra” (imitando luces y sombras de la Naturaleza; al modo en que vemos en nuestras fotos). Arriba, primavera en las
praderas de Belver de Campos (Zamora); al fondo su ermita envuelta entre flores y colores. Abajo, el puerto de Gijón, con la
figura de Don Pelayo como protagonista.
A) Luz en la arquitectura:

Se preguntaba Joaquín Díaz en uno de sus libros -intitulado La Cárcel Blanca-, por qué las casas de los pueblos apenas tenían
ventanas, estando tan faltas de luminosidad. Evidentemente, la respuesta a tal cuestión se halla en el enorme precio del vidrio,
antaño; siendo muy pocos los que podían pagarlo. Un segundo problema que impedía abrir puntos de luz en edificios
antiguos; procedía de razones térmicas. Pues por las juntas y jambas hacia el exterior, se filtra el frío y hasta las
humedades. Tanto es así, que en países donde se alcanzan muy bajas temperaturas (como Rusia o Alemania); durante el otoño
sellaban las ventanas de las casas populares -usando corchos o papeles- sin volver a abrirlas hasta la primavera. Finalmente, el
último motivo que antes impedía los vanos en las fachadas de edificios; era su sencilla construcción levantada con enormes
muros -de mortero, piedras, tapiales y adobes-. Por todo ello, las casas de pueblo fueron tan oscuras y estaban tan aisladas del
exterior.

Las razones antes señaladas, hacían considerar hogar de rico, al que lucía numerosas ventanas. Debido a ello, desde tiempos de
Guillermo III, se cobraron impuestos por cada uno de esos vanos en fachada. Llegando el fisco a obligar tal pago generalizado
(principalmente en Inglaterra y Francia), debido a que esas entradas de luz se tenían como un lujo. Finalmente, y tan solo con la
intención de recaudar más; se llegó a aplicar el modo de cobro conforme a las divisiones del ventanal. Regulando como una apertura
individual y pagadera de tasas; a cada cuadrante (postigo, portillo o escotilla) en que se dividían los lucernarios de la casa. Ello
suponía que todo dueño de un inmueble, con ventanales de una sola lámina; cotizaba solo por una apertura luminosa. Mientras, el
propietario pobre, que necesitaba dividir aquellas en janelas, con cuadrantes de pequeños cristales; debería abonar este impuesto en
base a los cuarterones vítreos que se veían en su fachada.

Cuanto hemos comentado, explica por qué las casas de pueblo y antiguas, apenas disponían de entradas de luz. Pero,
asimismo, muestra la importancia constructiva de este elemento; componiendo la luminosidad natural, un misterio en la
escena arquitectónica interior. Ello supone entender cuánto significaron las claraboyas nacidas desde cúpulas, los lucernarios
de las bóvedas y las vidrieras en las paredes, de edificios antiguos. Ventanales, rosetones y techos que llenaban de luz los
templos y las construcciones civiles de importancia. Donde se jugaba con la situación del astro rey; llegando a usar esos vanos
que dejaban pasar sus rayos, como relojes naturales o calendarios solares. Así pues, entendemos por qué las casas de los pueblos
eran tan oscuras; debido a que la luminosidad natural fue un hito arquitectónico. Siendo en la España de antaño, uno de los
más caros lujos; tener grandes ventanas de enormes cristales.
SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Arriba, techo
de una cúpula en la Catedral de Burgos, a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen. En ella, podemos observar
este intento de crear un “cielo en la Tierra”, a través de un lucernario en las paredes con claraboya. Al lado, iglesia de Castro
Nuño (Valladolid) a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen. En este caso se trata de un templo “popular”;
iniciado en etapa románica, continuado durante la gótica y terminado en el Renacimiento (al que se añade un retablo barroco).
Sin apenas puntos de luz exterior. Abajo, techo y cúpula del cimbórreo central de la catedral de Burgos (a la que agradecemos nos
permita divulgar nuestra imagen). Vemos el modo de generar un sistema de luces y sombras prodigioso.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, solado en damero de la
catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Este suelo de mármol en blanco y negro,
potencia el juego de color y luces, que procede de las cúpulas superiores de su capilla. Abajo, de nuevo, cúpula del cimbórreo
central de la catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Es claramente una idealización de
la cúpula celeste y sus estrellas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, puerta de una capilla
en la catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Su decoración, de nuevo, es un juego de
luces y sombras. Abajo, maravillosa escalera proyectada por Gil de Siloé, para la catedral de Burgos (a la que agradecemos nos
permita divulgar nuestra imagen). Esta bajada, es un prodigio de juego geométrico, entre luces y sombras.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, esquina en uno de los claustros
de la catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). De nuevo, sigue el combinado de luces,
colores y sombras; unidas a geometrías. Abajo, techo en una capilla, en la catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita
divulgar nuestra imagen). En este caso se representa el cielo, como paraíso; con esculturas de Dios Padre, Cristo y la Virgen;
junto a escudos y escenas terrenales.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, otro techo de una capilla, en la
catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En este caso, es todo pura geometría y
luz. Abajo, detalle de un techo en forma de cúpula y una pared con retablo; en una capilla de la catedral de Burgos (a la que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Es claramente una alegoría del Paraíso, presidido por San Miguel (que
expulsa al demonio).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, capilla en la catedral de Segovia (a
la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); donde observamos la fuerte luminosidad que le proporciona una
ventana hacia el exterior. Abajo, de nuevo, el cimbórreo y cúpula central en la catedral de Burgos (a la que agradecemos nos
permita divulgar nuestra imagen). No hay duda de su significado relacionado con la bóveda celeste y el Cielo místico.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, interior de la catedral de
Segovia (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). De nuevo se observa este tipo de ventanales hacia el
exterior, que alimentan de luz al templo y sus capillas. Abajo, precioso damero del suelo, en la catedral de Segovia (a la que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Su combinación en rojos, negros y blancos; visten de sombras y luces el
templo.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, techo de una capilla, en la
catedral de Segovia (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). El cuadro que representa un Calvario, añade a
la bóveda el misterio del ascenso a los cielos, tras la muerte. Abajo, cimborreo de la catedral de Orense (a la que agradecemos nos
permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, iglesia y sepulcro del Cardenal
Silíceo, en el Colegio de doncellas nobles, de Toledo (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Es de destacar
que el famoso cardenal fue un reverenciado humanista y religioso; que murió en 1557. Pese a ello, su tumba fue labrada unos
trescientos cincuenta años después; en estilo neogótico, por el escultor Ricardo Belver. Todo lo que muestra un maravilloso gusto y
el gran respeto al entorno, por parte de este artista; capaz de emular perfectamente el estilo del Renacimiento. Abajo, interior de la
Iglesia de los jerónimos, en Guimaraes; Portugal (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En el país vecino,
los templos son más abiertos y contienen mayor entrada de luz; un hecho que se ayuda a través de azulejos en tono azul y blanco,
que suelen cubrir sus paredes.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, pequeña capilla gótica, muy antigua
y restaurada recientemente, en la catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Su arco
representa “lenguas de fuego”, con el fin de otorgar mayor sensación de luminosidad. Abajo, preciosa capilla del Cristo de
Medinaceli, en Casa Pilatos, de Sevilla (a cuyo patronato agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Orientada al medio
día y decorada a modo hispanoárabe, con azulejos de los siglos XV al XVII; presenta un juego de luces en el que su columna
central se alza como protagonista. Siendo este fuste, al que estaba atado el referido Cristo, que fue rescatado por el duque de
Medinaceli.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, detalle de una columna, con su pila
benditera en la catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Actualmente, las luces eléctricas
ayudan a ver mejor los templos; aunque desvirtúan en parte su verdadero sentido arquitectónico. Abajo, iglesia de Brihuega (a la
que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Su enorme luminosidad se debe a un lucernario abierto en su centro y a
media altura, tras una restauración moderna.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, dos curiosas
fotografías de la capilla del Corpus Christi, en la iglesia San Justo y Pastor de Toledo (a la que agradecemos nos permita divulgar
nuestra imagen). De estilo hispano árabe, sus ventanas le conceden el misterio que refleja haber sido antes una mezquita.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes del interior de la catedral de Sevilla (a la que agradecemos nos permita
divulgar nuestra imagen). Al lado, salón del trono. Abajo, sacristía y sala con fuente para lavar las manos.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, interior de la catedral de
Plasencia, Cáceres (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Su retablo barroco recuerda sobremanera al de
Pampliega, en Palencia y al igual que este, presenta numerosas figuras desnudas (entre las que destacan la esculturas de Eva y
Adán). Por su parte, el tono oro de estos retablos barrocos, cambia radicalmente la luminosidad interior del templo. Concediendo
una luz dorada y gris. Abajo, detalle de una hornacina, una pechina, arcos y un paso, cargados de luz; en la iglesia de La Santa
Espina, Valladolid (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen) .
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, iglesia mozárabe de San Cebrián de
Mazote, Valladolid (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Sus bellísimos arcos, se sostienen a través de
columnas y capiteles “recuperados” en edificios muy anteriores (visigodos o tardo romanos). El modo de obtener luz, es elevar un
piso, en la zona central “de basílica”, donde se abren las ventanas. Tras ello, el encalado de sus paredes cargadas de arcadas, le
confieren una gran luminosidad. Abajo, iglesia mudéjar, sinagoga y antigua mezquita, del actual Museo San Román en
Toledo (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Sus ventanales de tipo árabe, se rematan con un conjunto de
arcos que le confieren una luz mágica.
B) Luz artificial y artificio en brillo:

La iluminación interior, en templos y edificios civiles principales; tuvo un significado simbólico y estético desde la más remota
antigüedad. Sabemos que ya en la prehistoria, cuando se celebraban ritos en cuevas o al aire libre; las antorchas y luminarias
cumplían una función esencial en la escena. Pues la noche, la sombra y el juego de brillos entre tinieblas; conceden gran
magia a todo acto religioso y de iniciación. Contribuyendo al éxtasis de los asistentes, creando un entorno misterioso; generando un
ambiente donde la mística, e incluso el miedo, se adueñan de los participantes. Siendo así como la iluminación de lugares sacros;
supuso desde el comienzo de las civilizaciones, un tema de enorme importancia. Llegando a estar la luz de artificio unida a
numerosos ritos; donde la luminosidad o la oscuridad, cumplía una función principal. Un hecho que en nuestra antigua
Semana Santa podía observarse por doquier; principalmente en el llamado Oficio de Tinieblas. Donde se rezaba un último
Rosario, en la noche de Viernes Santo; con la única luz de quince cirios dispuestos en un gran hachero, mientras a cada Misterio se
iba apagando una vela. Terminando por producirse la oscuridad; momento en que las carracas y matracas se batían, formando un
tremendo algaravío; mientras los fieles lloraban y proferían lamentaciones.

Esta “lámpara” de Viernes Santo, llamada tenebrario; era un candelero de enorme tamaño, con forma de triángulo y que
sostenía siete enormes cirios por cada lado -teniendo un último y decimoquinto, en su centro-. Lampadario sagrado entre los
católicos, que mucho nos recuerda a la Menorah judía (de siete brazos). Aunque ese objeto de liturgia hebreo, tan solo
contiene siete puntos de luz; quizá uno por cada planeta antiguo, simbolizando la sabiduría suprema y la iluminación
universal. Tratándose de un Timaterio, formado por siete candiles de aceite. Este uso del óleo lampar en la iluminación religiosa
desde tiempos mosaicos; supone la sacralización del extracto de oliva. Aceite santo que desde la más remota antigüedad se
consideraba medicamento, alimento y origen de luz. Por todo cuanto “los santos óleos” se suministraban como último remedio
(extremaunción); una veneración que ya se observa en las religiones canaaneas, durante la Edad del Bronce. Lo que -sin duda- fue
heredado por el mundo hebreo y posteriormente por el judeo-cristiano; que conservaron el valor místico del aceite de oliva, como
medio de sanación y símbolo de iluminación.

Llegamos aquí al punto de unidad religiosa, pudiendo comprobar que prácticamente en todas las creencias, la luz significa el
bien; mientras la oscuridad, simboliza el mal. Cuanto nos recuerda una de las frases principales del cristianismo; que nos
dice: “Ego sum Lux Mundi” (Soy la Luz del Mundo). Siendo un axioma histórico y místico, esta identificación entre Dios y luz;
del mismo modo que el diablo fue el rey de las tinieblas. Un hecho mantenido entre las más antiguas civilizaciones; principalmente
en las que generaron del mundo indoeuropeo, que llamaban a lo divino “diayus” (dios). Radical indoariano, que dio origen a voces
tan significantes como el propio nombre de Zeus (deus). Siendo al mismo tiempo, la etimología de palabras relacionadas con lo
venerable y con la luz; como: “día”, “day”, “divo” , “deo”, “theo” y largo etcétera.
SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Tres imágenes de Palencia,
durante la pasada Semana Santa. Arriba, tenebrario que se conserva en la Catedral palentina (a la que agradecemos nos permita
divulgar nuestra imagen). Bastará observar el tamaño de los hacheros que portaba, para imaginar el rito del Oficio de Tinieblas. Al
lado y Abajo, dos Pasos de Semana Santa, durante la noche; donde se observa la importancia de la luz en el rito.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, iluminación
interior en un palacio de Iglesuela del Cid en Teruel. Abajo, iluminación exterior en Iglesuela del Cid (Teruel).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, luces y
sombras, en la Colegiata de Sasamón (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, techos en la Cartuja de
Granada (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y Abajo, interior de la iglesia, en la
Cartuja de Granada (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y Abajo, interior del Palacio de
la Aljafería; Zaragoza (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, techo de la Colegiata de Cigales,
Valladolid (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, claustro de la Catedral de Uxama; El Burgo de
Osma, Soria (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, sala del Museo del Azulejo de
Lisboa (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, sala de la Iglesia de Los Jerónimos, de Lisboa (a la que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, interior de Iglesia de Los
Jerónimos, de Lisboa (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, interior de Iglesia de Tamara de
Campos, Palencia (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, interior de Iglesia de San Juan
de Baños, Palencia (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En este tipo de templos, durante la antigüedad,
los visigodos usaban lámparas de tipo bizantino y de aceite, para iluminar. Abajo, exposición celebrada en Talavera de la Reina
(Toledo) y llamada Atémpora. En ella vemos la iglesia que sirvió como recinto de museo, perfectamente iluminada.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, detalle de una capilla, en la
Catedral de Santiago (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, de nuevo, colegiata de Cigales,
Valladolid (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, detalle de una capilla, en la
iglesia de Santiago, de Cáceres (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, arcos de Santa Ma. Del
Trampal, en Montánchez, Cáceres (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen)
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, detalle del coro, en la iglesia de
Santiago, de Cáceres (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).Abajo, interior iluminado, en la iglesia de
Lagartera, Toledo (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, de
nuevo, iglesia de Lagartera, Toledo (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, arcos y
columnas del Monasterio de Bataglia, en Portugal (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, iglesia de
Medellín, iluminada; Cáceres (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).Abajo, luces y sombras en la famosa
iglesia de San Martín de Frómista, Palencia (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, luces y sombras en la
iglesia de Gumiel de Campos, Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
BAJO ESTAS LINEAS: luces y sombras en la iglesia de Gumiel de Campos, Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar
nuestra imagen).

JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, columnas y capiteles en


Santa Cristina de Lena, Asturias (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Observemos la línea de luces
naturales, obtenidas a través de un juego de ventanas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, techos
iluminados en la Catedral de Sigüenza (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, rejería iluminada en
la Catedral de Orense (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, bajada en la
escalera principal del Colegio de San Gregorio; Museo de Escultura (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
Observemos la imagen que le otorga su iluminación artificial. Abajo, techos de la Catedral de Sigüenza, con lámparas y
ventanales (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado, interior de la Catedral de
Orense (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); donde vemos su juego de luces y sombras. Abajo, ruinas de
monasterio de Melón (Orense). Su estado, donde las paredes y techos han desaparecido, le conceden otro espíritu a las bóvedas.
Dejando el edificio con un carácter más civil.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, capilla en la
sacristía de la iglesia de Cigales, Valladolid (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); cuyo ambiente se
envuelve en misterio a través de su iluminación. Abajo, techos de la iglesia de Cigales (a la que agradecemos nos permita divulgar
nuestra imagen). En este caso, será la forma de aguas, lo que concede una visión misteriosa de sus cúpulas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, iglesia de Cigales, Valladolid (a la
que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); de nuevo vemos el juego de luces y aguas en sus techos. Abajo, iglesia de
San Martín, en Mota del Marqués, Valladolid (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En este caso, se trata
de una imagen anterior a la restauración del templo; donde tan solo las luces y sombras salvan el sentido místico del entorno.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: iglesia de Mombetrán, Ávila (a la que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Su juego de brillos y tinieblas es una verdadera obra de arte.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, precioso reflectorio en el
monasterio de Valbuena de Duero, Valladolid (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Se trata de una joya
arquitectónica, donde la luz y las formas arqueadas se unen de un modo magistral. Abajo, iglesia del convento de Santa Clara (al
que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, San Pablo de Redondo;
monasterio portugués actualmente convertido en un maravilloso hotel. En imagen, su iglesia derruida y restaurada, con cuanto
queda en el recuerdo de sus paredes. Abajo, San Miguel de Escalada, en León (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra
imagen). Joya del arte mozárabe; donde vemos que la iluminación interior se basa en tonos mármol y cielo (blanco y azul);
mientras en las iglesias barrocas se tiende al plata y oro (gris y dorado).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, de nuevo, iglesia de San Pablo
de Redondo; actualmente convertido en un maravilloso hotel. Observemos la luminosidad que dan las paredes de azulejos en
tonos claros, a estos templos portugueses. Abajo, colgador del botafumeiro en la Catedral de Santiago de Compostela (a la que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
BAJO ESTAS LINEAS: techo de una capilla en la Catedral de Santiago de Compostela (a la que agradecemos nos permita
divulgar nuestra imagen)

JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado, claustro de la Catedral de


León (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen), Abajo, interior de la Catedral de León, observemos sus
vidrieras y rayos de luz.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y Abajo, dos imágenes más de
la Catedral de León (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen), donde se observan sus juegos de luces y
sombras.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado, cúpula central de la
iglesia de Santoyo, Valladolid (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, iglesia del Monasterio de
Tibaes, en Portugal (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Este recinto ha sido convertido en un
maravilloso hotel; donde podemos visitar las zonas religiosas restauradas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, curiosa imagen del Círculo de
Arte, de Toledo, sito en la antigua iglesia y museo de San Vicente; actualmente es un centro cultural donde se celebran conciertos,
representaciones teatrales. Asimismo, contiene una cafetería discoteca, que abre a diario. Abajo, iglesia de San Juan de los Reyes,
Toledo (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Observemos el efecto que hace un foco luminoso, durante el
atardecer en el templo.
C) Lux verdadera y Luxíferos incierto:

Como hemos visto, luz y Dios se interpretaban de un modo prácticamente homónimos; mientras oscuridad e infiernos eran
términos cuasi sinónimos. Por lo que aquellas antorchas, candelas o teas, que iluminaban los edificios sagrados y que
ayudaban a ver en la noche; representarían al divo, penetrando en el Averno. En una imagen sagrada, donde figuraba el bien
logrando abrir e iluminar el Hades; venciendo de ese modo a Satán en su reino. De esta forma, entenderemos la figura de la
Luna; presentada como una mujer con ciclos lunisolares de unos veintiocho días. Comprendida como una “gran madre”
protectora, esposa del Sol; dando luz entre tinieblas. Todo lo que se representaba en los templos, desde la más remota
antigüedad, a través de lámparas y antorchas; que lograban un juego de brillos y sombras, sometiendo la escena a una
representación relacionada con un héroe -o un divo- que baja a los infiernos, para redimir al hombre. Entrada en el reino de los
muertos, denominada entre los griegos kata basis -katábasis-. Prueba a la que debía someterse el dios supremo; fuera este Osiris
muerto, Nergal en su banquete, Apolo contra Pitón, Heracles robando a Cerbero, Orfeo buscando a Eurídice, o bien Teseo luchando
contra el Toro de Minos.

Aunque entre todas ellas, hemos de citar la “gran Katábasis” cristiana, que se produce durante los tres días principales de
Semana Santa; donde Cristo baja al reino de los muertos (el Viernes Santo) para resucitar al amanecer de Lunes de Pascua.
Un hecho que se celebra con ceremonias, donde la luz y la tiniebla se entremezclan de tal modo; que generan el asombro de
quienes las contemplan. Ritos donde se conmemora la muerte y resurección de Jesús, sirviéndose de numerosos símbolos y
escenas; en las que luz y la oscuridad son protagonistas. Lo que tiene su máxima representación en la Ceremonia del Fuego
Santo, que se lleva a cabo en la Basílica del Sepulcro de Jerusalén. Durante el atardecer del Sábado; cuando el último haz de luz
ilumina la cripta en la Tumba de Cristo. Momento en que los patriarcas de Armenia y Alejandría verán cómo el fuego sagrado se
produce en la lámpara sacra, dentro de aquel habitáculo santo; encendiendo con él sus velas. Saliendo poco después del Sepulcro,
para repartir entre todos los fieles esa llama procedente de Dios. -A los interesados recomendamos ver en
Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=LzgKDAABEro -

Aquel rito de brillos y sombras, es una representación de una antigua cosmogonía que narraba la lucha entre el Astro rey
contra otro, que quería emularle. Es decir, entre el Sol y Venus; el planeta Luxiferos, que simbolizó a Satán o al demonio, por
cuanto su historia celeste narraba que deseaba ser como el gran Padre y dormir junto a él. De este modo, se consideraba a
Venus, la pretendida amante del Sol; meretriz que le perseguía hasta el ocaso, e incluso lucía después de que la gran estrella
cayera en el horizonte. Por cuanto, tras la “desaparición” del dios de la luz; aquel astro luminoso (Luxiferos), continuaba
brillando; para caer con Él en el Oeste. De ello, se consideraba que pretendía yacer junto al Sol, excluyendo del lecho
matrimonial, a la madre y esposa del Astro rey: la Luna. Señora del firmamento, que permanecía durante la noche,
iluminando y cuidando de sus hijos en la Tierra. Finalmente, Venus volvía a aparecer cada día por el Oeste y al alba; antes
del amanecer. Lo que le confería ese espíritu de rebeldía y soberbia, por intentar lucir antes que el Sol. Todo lo que lleva a
considerar este Lucero del atardecer y de la mañana -el planeta Véspero-; como un demonio, que deseaba suplantar la
importancia del Sol y de la Luna en el firmamento. Un Luxifer, que quiso ser igual a Dios y que por ello cayó al abismo;
rendido ante su malvada intención de superar al poder divino. Esta cosmogonía del cielo y los infiernos; se representaba
religiosamente en un juego de luces y sombras, que significaban en la tiniebla, el mal de Lucifer; frente al bien de Dios
(simbolizado en el Sol y la Luna).
SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Arriba, preciosa Virgen
tardogótica, tal como la expone el Museo de la Cartuja de Miraflores, Burgos (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra
imagen). Observemos el efecto de las luces y sombras, sobre esta pieza. Al lado, entrada a San Vicente, de Ávila; durante el
atardecer. Momento en que las dos esculturas de su jamba derecha quedan extrañamente iluminadas. Abajo, luces y sombras
naturales, en una capilla de la iglesia mayor de Alburquerque (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, ruinas del convento de
Santa Mariña, en Cambados; Pontevedra. En las fotografías observamos el misterio que se produce cuando un edificio religioso
queda reducido a paredes y arcos, donde sus luces y sombras se modifican.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, torre e iglesia principal de Garrovillas,
Cáceres. Estos campanarios tuvieron la función de reloj de Sol y comunicador de nuevas (valiéndose de las campanas). Es así,
como con el toque y repique -tanto como con las sombras-, los pueblos conocían las horas y lo que allí sucedía. Abajo, de nuevo
Garrovillas; su maravillosa plaza. Observamos que el edificio que pierde la última luz de invierno, es precisamente su palacete
más importante (hoy fonda, hospedería).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al
lado, Catedral del Burgo de Osma, Soria; iluminada por la noche. Antaño estas luces se conseguían a través de antorchas y
hacheros, que se encendían en las grandes fiestas (como las patronales, las de San Juan etc). Abajo, interior del Hotel Spa, del
Burgo de Osma, en Soria. Vemos el claustro de la antigua Universidad de Osma; reconvertido en el Hotel Spa, Castilla Termal (al
que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, preciosa torre de la
iglesia de Androal, Portugal. De nuevo se observa esta situación privilegiada que convierte el edificio en un gigantesco reloj de
sol; a mas de ser el campanario (que transmitía toda “noticia”). Abajo, maravillosa Plaza de Trujillo; presidida por Pizarro.
Igualmente se observa que su iglesia actúa como un referente de la luz solar.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, modo en que queda iluminada una virgen adosada
a una columna, en San Vicente de Ávila (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, luces en el interior
de la iglesia principal de Béjar; Salamanca (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Su excesiva luminosidad
se debe a una reforma moderna; que aprovecha dos ventanas góticas para crear una nueva capilla (muy desproporcionada).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, iglesia de San Gil, en Burgos (a la
que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En fotografía vemos una hornacina que permite el paso de luz entre el eje
central y sus capillas; siendo esta ventana la parte alta de una tumba. Abajo, dos magníficas lápidas en un sepulcro matrimonial
central, de iglesia de San Gil, Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Su labrado blanco y negro, en
mármol y pizarra, genera una maravillosa escena de luz y sombra.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, otra tumba en la iglesia
de San Gil, en Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); con una hornacina que permite el paso de
luz. Abajo, claustro de la catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); su arquitectura le
convierte en un homenaje a luz.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, dos esculturas con Evangelistas, en la
catedral de Burgos (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); su color y disposición las hacen destacar como
figuras centrales de la escena. Abajo, cuatro esculturas con reyes de Castilla, representados en la catedral de Burgos (a la que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); su luz les hacen protagonista de la zona del claustro donde se sitúan.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, torre de la iglesia principal de
Medinaceli, Soria. De nuevo se observa esta situación privilegiada que convierte el edificio en un gigantesco reloj de sol; a mas
de ser el campanario (que transmitía toda “noticia” con el repicar). Abajo, torre del actual parador de Calatayud (Teruel);
iluminada por la noche.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, crucero de un Via Crucis, en
los campos de Medinaceli, Soria. Su imagen atestigua el valor de un elemento arquitectónico, desligado de toda
construcción. Abajo, ventanal en el Parador de Calatayud; donde se observa el juego de luces que generaban las construcciones
góticas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, claustro románico
en San Pedro de Cardeña, Burgos. Observemos la imagen en un edificio románico, que precisa de iluminación artificial
(eléctrica) aunque estemos en pleno día. Abajo, torre gótico mudéjar del castillo de Coca, Segovia. En ella vemos de nuevo los
juegos de luz en este tipo de construcciones.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, vidrieras de la Catedral
de León (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Este elogio del color, luces y sombras -tan oriental- es lo
que desean crear con las ventanas cubiertas de cristales decorados.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, la iglesia de Duratón, en
Segovia. Observemos el “elogio de sombras” que crean sus arcos y columnas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, de nuevo, la Plaza de Trujillo,
Cáceres. Este tipo de contraste luminoso en el atardecer o amanecer, no es una casualidad; se trata de un “juego de luces”
perfectamente estudiado y proyectado. Abajo, Plasencia (Cáceres) y uno de sus campanarios, cargados de brillo.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, tejados
y plazas en Trujillo.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, claustro en Santa María de Nieva,
Segovia; prodigio de luz y piedra. Abajo, curiosa imagen tomada desde el interior de la catedral de Sevilla, donde vemos una de
sus puertas y al “giraldillo” en medio de la escena.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, iglesia en Zafra (Badajoz). De nuevo
se observa esta situación privilegiada que convierte el edificio en un gigantesco reloj de sol. Abajo, iglesia-torre y plaza de toros
de Fregenal, Badajoz.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, maravillosa escena que puede
verse en la terraza del Palacio de Mirabel; Plasencia (a cuyos propietarios agradecemos nos permitan divulgarla). De nuevo
destacamos que estas torres o chimeneas, se usaban como reloj de sol y calendario natural (estudiando sus luces).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, dos imágenes de la
iglesia de Carabias (Guadalara); otro prodigio de sombras, luces y piedra.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado, torre románica en la Catedral de
Sigüenza (Guadalajara) Abajo, Plaza de Santyuste (Guadalajara); luces y sombras en su atardecer.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, iglesia baja de Atienza
(Guadalajara). Abajo, de nuevo Carabias (Guadalajara).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, interesante torre románica de
Mombuey (Zamora). Su origen parece ser templario y a media altura se observa un toro o cabeza de buey; quizás con un
significado solar. Abajo, restos del monasterio de Melón en Orense; de nuevo vemos la incertidumbre luminosa que genera un
edificio de este tipo en ruinas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, Urueña
(Valladolid); Santa Ma de la Anunciada; ermita elevada por Da. Sancha (hermana de Alfonso VII) al regresar de Francia.
Extrañamente es un ejemplo de románico lombardo (prácticamente inexistente en Castilla) y su orientación depende de los ciclos
solares. Abajo, Santa María de Tiermes, en Termantia; Soria. Otro ejemplo de orientación solar de un templo, en este caso
levantado sobre una ciudad ibérica.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, Cristo en un crucero
cercano a Tuy. La imagen habla por sí sola... . Abajo, el mismo crucero en las proximidades de Tuy, Pontevedra; junto a la
frontera de Portugal.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, iglesia de Iglesuela del Cid
y su torre guía (Teruel). Abajo, Mirambel, Cáceres y su torre iglesia.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, interior de la catedral de Tuy,
Pontevedra (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); zona de la vivienda de los clérigos. Abajo, crucero en las
proximidades de Tuy, Pontevedra; junto a la frontera de Portugal.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado, pasaje en El Escorial,
Madrid. Abajo, parador de Monforte, con un estilo muy semejante al de El Escorial.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, torre de Santa Leocadia, en
Toledo. Observemos la Luna a su lado. Abajo, Moldes en Orense; un prodigio de luces y sombras, entre vegetación.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, interior y jardines de El
Escorial (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). De nuevo se observa el uso de la luz en su concepto de
edificio con jardín.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, interior y jardines de El
Escorial (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, claustro de Celanova en
Orense (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); se trata de un juego de sombras. Abajo, de nuevo Santa
Leocadia de Toledo; en esta imagen durante el día, donde vemos su orientación solar.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, una casa
popular en Lagartera, Toledo -casa Rural a la que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Abajo, orientación solar de El
Escorial al atardecer en junio.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, Monasterio de las
Clarisas en Tordesillas (Valladolid). Su fachada principal, queda expuesta al sol durante casi todo el día. Abajo, entrada a
Plasencia por el muro Sur. Esta puerta es un prodigio de luces y formas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos fotos de Abarracín,
Teruel. Al lado, el Mesón del Gallo (con el pollo asomando por la ventana). Abajo, paso del túnel que cruza la ciudad medieval.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, baptisterio de
Sasamón, Burgos (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Destaca en la colegiata su pila bautismal y su
iluminación. Abajo, de nuevo, torre de la iglesia en Igesuela del Cid (Teruel).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado, calles en la judería
de Toledo y su orientación solar. Abajo, iglesia y fuente en Valaverde de la Vera, Cáceres.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, detalle de un
capitel en la iglesia de Duratón, Segovia; donde vemos el uso de la luz y piedra como medio de inspiración. Abajo, iglesia y torre
de San Salvador de Toledo. De origen visigodo, contiene una orientación que marca el calendario y horas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado y abajo, dos imágenes de la torre
del castillo de Estremoz (actualmente Pousada). Su orientación es un prodigio de luz; en la foto inferior, mi cuñada Emi
-hermana de mi mujer-.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado y abajo, dos imágenes más de la
torre del castillo de Estremoz (Portugal).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado y
abajo, dos imágenes más de la plaza y torre del castillo en Estremoz (Portugal).
BAJO ESTAS LINEAS: interior del Parador de Guadalupe, Cáceres; donde el sol y los arcos conjugan un increíble juego de
color y sombras.

JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, dos


imágenes del interior del Monasterio de Guadalupe, Cáceres (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).De
nuevo, el sol y los arcos, conjugan un increíble juego de color y sombras.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado, interior de la iglesia de Amuscos,
Valladolid. Su baptisterio y pila. La imagen conserva todo el sabor medieval de este templo muy influido por El
Temple. Abajo, exterior de Támara de Campos; su torre perfectamente orientada al sol y las Estaciones calendáricas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, Trujillo, Cáceres; a la Puesta de
Sol Abajo, San Juan de Baños, Palencia; durante el Atardecer. En ambos casos se ve claramente la orientación solar de ambos
templos. Es de destacar que el palentino se considera la iglesia en culto más antigua de la península ibérica.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado, claustro de Bataglia, Portugal (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra
imagen) ; con su magnífica torre principal. Abajo, brocal de columna en Los Jerónimos de Lisboa (al que agradecemos nos
permita divulgar nuestra imagen). Estas formas semejantes a los lises, se originan desde la “figura del rayo” en la Grecia
Antigua.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, parador de Zafra
(Badajoz). Esta localidad pacense es un prodigio de luz y color.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, calles y
parador de Zafra (Badajoz). Observamos en la primera imagen el reflejo de sus torres en el agua de lluvia.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, calles de Zafra
(Badajoz).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado, parador de
Zafra. Abajo, Medellín (Badajoz). En ambas poblaciones, el sol y el color se conjugan de un modo inigualable, durante la
primaveras, el otoño y el invierno.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes de Toledo. En la imagen,
al lado, torre de Santo Tomé. Abajo, increíble juego de luces y sombras en la escalera del Museo de Santa Cruz (al que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
BAJO ESTAS LINEAS: claustro de la Universidad de Alcalá, Madrid. Un verdadero juego de arcos, luces y sombras.

JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, precioso


recipiente en ónice, que se considera el “baño” donde fue martirizado San Juan Evangelista. Propiedad de la catedral de
Oviedo (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); se trata de una importante pieza, quizás de origen bizantino o
egipcio. Su enorme tamaño y su talla en un solo bloque, le convierte en un objeto sin igual. Asimismo, su iluminación y situación
junto al altar mayor de la catedral; le concede un mayor misterio. Abajo, luces y sombras, de Valdezcaray, La Rioja.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado, tumba en la
catedral de Sigüenza, Guadalajara (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Su silueta y luces, enmarcan su
valor artístico. Abajo, Parador de Monforte, Orense; al atardecer.
D) Elogio de la sombra (陰翳礼讃)

Junichiro Tanizaki, publicó en 1933 EL ELOGIO DE LA SOMBRA. un maravilloso libro sobre estética, cuya tesis mantiene
que en Occidente la belleza se busca en la luz; mientras en Japón, la oscuridad no tiene un sentido peyorativo ni malvado, por
lo que esas sombras también esconden un valor estético inigualable. Esta idea occidental, puede comprenderse con lo
anteriormente expuesto, sobre la cosmogonía de Lucifer y el bien; representada en una la lucha entre Venus (planeta
luxíferos) y el Sol (astro rey). Lo que explicaría por qué la luz significa la belleza y lo positivo en la civilización judeo-cristiana,
como descendiente de la grecorromana. Mientras la tiniebla, se identifica con Satán o con el mal. Unos hechos que proceden de los
ritos más antiguos; cuyas celebraciones de luz eran dedicadas a las deidades positivas; mientras las de la noche, se realizaban
en nombre de divinidades de la muerte o la tortura. De este modo, la adoración en favor de Hécate, Diana-Artemisa, Diktina o
Kubaba (antecesoras de Cibeles); se llevaba a cabo en los bosques, a cielo abierto y preferentemente durante tras la puesta del Sol. Al
igual que sucedía con las de Cronos, Saturno y del mismo Baco (Dionisos); “fiestas religiosas” en favor de divos del dolor, que en
ocasiones precisaban de sacrificios humanos. Muy por el contrario, en las culturas más antiguas del Mediterráneo y de Europa, la
inteligencia o el bien se identificaban con la luz y la construcción; realizando sus cultos en grandes templos, durante el día. Mientras
la oscuridad y los ritos llevados a cabo en plena Naturaleza, se relacionaban con el mal y lo luciferino. Al ser en sí mismos,
celebraciones llevadas a cabo en las horas de Luxiferos; es decir, mientras el planeta Venus yacía con el Sol (durante la noche).

Por cuanto decimos, en las civilizaciones de origen europeo, la belleza se busca principalmente en la luz; admitiéndose tan
solo las sombras, como medio que representa la duda o la sabiduría demoniaca. Aunque de un modo muy distinto, interpreta
la oscuridad la cultura japonesa; tal como expresa Junichiro Tanizaki, al comienzo del libro -antes citado-; escribiendo: “En
Occidente, el más poderoso aliado de la belleza fue siempre la luz; en la estética tradicional japonesa lo esencial está en captar el
enigma de la sombra. Lo bello no es una sustancia en sí sino un juego de claroscuros producido por la yuxtaposición de las
diferentes sustancias que va formando el juego sutil de las modulaciones de la sombra. Lo mismo que una piedra fosforescente en la
oscuridad pierde toda su fascinante sensación de joya preciosa si fuera expuesta a plena luz, la belleza pierde toda su existencia si
se suprimen los efectos de la sombra”.

A mi juicio, esta diferencia estética procede de la esencia misma en el concepto del arte; ya que en Occidente la creación,
significa principalmente “artificio” (tal como su propia palabra indica). Mientras en Japón, el arte se identifica con la
Naturaleza o con la obra divina. Debido a ello, los ejemplos más importantes en la creación nippona, se encuentran en los famosos
jardines. Paisajes en miniatura, que logran imitar y minimizar la obra de Dios. Representando a escala reducida, bosques, ríos, lagos
y montañas. De tal modo, que su parecido y realismo es absolutamente paralelo. Mientras, en Europa, oiremos frases como la de
Oscar Wilde; proclamando que “la Naturaleza imita al arte”. Siendo esa la diferencia estética mayor entre el sentido artístico
europeo o mediterráneo; frente al de del Japón. Donde el hombre debe ser como un dios, que genere algo semejante a La
Creación. Un hecho que a mi juicio se debe, a que en el sintoismo los elementos de la Naturaleza son sagrados.
Considerándose en el Sol Naciente, la mayor expresión de estética a la obra de Dios. Mientras en Occidente, es el Hombre el
que ha de generar algo artificial, para adorar al Padre Universal.
SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Arriba y al
lado, dos imágenes de la catedral de Sigüenza (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En la primera
podemos observar un juego de luces en su altar mayor y entre sus rejerías. En la siguiente, luces entre sus tumbas; donde destaca
la de El Doncel, una de las estatuas más bellas de España. Abajo, arco en la iglesia de San Román, Museo de las Tres Culturas
de Toledo (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Aquí vemos la unión de estilos: visigodo, hispanoárabe,
judío y mudéjar; buscando la luz a través de sus arcos.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, dos fotos de Écija;
otra de las ciudades de la luz.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, dos fotos
del Monasterio de Yuste y sus claustros, en Cáceres (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, calles de Palazuelo,
en Palencia. Abajo, rotonda frente al Palacio de La Granja (Segovia).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, de nuevo, torre de Santo Tomé,
en Toledo. Abajo, capilla en la Catedral de Salamanca (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Observemos
en ambos casos el “Elogio de las sombras”.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado
y abajo de nuevo, dos fotos de Catedral de Salamanca (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo de nuevo,
la Catedral de Salamanca (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En las fotos se observa ese juego de luces
y tinieblas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, calles de Ponferrada,
León. Abajo, calles de Sevilla. Dos ciudades y dos culturas tan distintas como “poco distantes”.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: los Colegios Menores de
la Universidad de Salamanca; un prodigio de arcos y sombras.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, dos imágenes tomadas
durante un atardecer de verano, en Monforte de Lemos.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, iglesia de CastroVerde,
Valladolid. Abajo, monasterio de Sarría, Orense.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, dos imágenes de la catedral
de Plasencia, Cáceres (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Un verdadero Elogio de Sombras.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, catedral de Toledo. Abajo, de
nuevo Catedral de Plasencia; otros dos edificios donde las sombras son todo un misterio.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, El Escorial, Madrid; sus
luces y sombras.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, capitel nazarí en la iglesia de
Gudalcanal (reconvertido en pila). Abajo, capiteles románicos en la iglesia de Duratón. Dos ejemplos de luces y piedra.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, dos imágenes de Évora
(Portugal). Al lado, La Cartuja; abajo su catedral. En esta zona del Alentejo, la luz es prodigiosa, especialmente en Invierno.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, dos imágenes más de Évora
(Portugal). Al lado, estatuas en la fachada de su catedral. Abajo, ruinas en el Parque Central.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, dos fotos de La Cartuja
de Granada (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). EL juego de luz y sombras se logra a través de arcos,
columnas y esquinas esviadas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, exterior en La
Cartuja de Granada. Abajo, claustro y sala capitular en el Monasterio de Gradefes, en León (al que agradecemos nos permita
divulgar nuestra imagen). En este caso, se ha restaurado varias veces el entorno (una en el siglo XVIII y otra recientemente),
partiendo toda la expresión de luz románica.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, detalle de una tumba en la
catedral de León (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Observemos la belleza que le concede su magnífica
iluminación eléctrica. Abajo, arcos del templo romano de Augustóbriga, trasladado desde el embalse de Valdecañas, en Cáceres
(cerca de Guadalupe).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, piedra clave de
paso, en el claustro de en Monasterio de Las Huelgas, Burgos (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Se trata
de una pieza qu corta la luz en las arcadas de salida al patio. Abajo, otra tumba en la catedral de León (a la que agradecemos nos
permita divulgar nuestra imagen). De nuevo, vemos la belleza que resalta una magnífica iluminación eléctrica.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, dos
imágenes de Marvao, en Portugal; donde la luz es prodigiosa.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, dos fotos de la torre de
Belén, en Lisboa; donde la luz es igualmente prodigiosa.
BAJO ESTAS LINEAS: luz en las calles de Llerena, Badajoz.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado y abajo, palacio de
Grajal de Campos; en León. Su estado de ruina deja que dominen en él las sombras; todo lo que muestra nuestro sentido de la
oscuridad relacionado con el mal o la desolación.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: A lado y abajo, dos fotos más del
palacio de Grajal de Campos; en León. Se observa envuelto en sombras; al estar en ruinas. Como hemos dicho, nuestro sentido
de la oscuridad se relaciona con la tristeza, debido a que los grandes edificios occidentales al quedar abandonados, se envuelven
en la penumbra.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y
abajo, imágenes del monasterio de Las Descalzas, fundado por Santa Teresa de Jesús, en Medina del Campo; Valladolid (al que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Resulta asombroso las luces y sombras que reinan en este tipo de conventos,
donde el blanco y la sencillez, domina; sobre maderas y rejas, que cubren el entorno.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: otra
foto del monasterio de Las Carmelitas Descalzas, fundado por Santa Teresa de Jesús, en Medina del Campo; Valladolid (al que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Observemos, que sus rincones más modestos, parecen bodegones pictóricos
del siglo XVII. Abajo, pila bautismal, en la iglesia de Cigales, Valladolid (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra
imagen). Su calidad y luz, destaca gracias al modo en que se ha colocado; aunque queda muy deteriorado el entorno, por un
suelo recientemente restaurado con baldosa moderna.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, luces en Mota del
Marqués, Valladolid.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: calles en Monsaraz, Portugal.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: edificios de Redondo, Portugal. Su
luminosidad se ve potenciada por los colores en que se pintan las fachadas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y abajo, claustro de Santa
María de Nieva, Segovia. Un verdadero “Elogio de luces y sombras”.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, mi mujer,
recientemente, en Oporto; Portugal. Ciudad de la luz. Abajo, Monasterio de Guadalupe, en Cáceres. Lugar con una luminosidad
prodigiosa.

JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado y


abajo, Monasterio de Valbuena de Duero, Valladolid (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); otro elogio de
luces y sombras.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al
lado, Monasterio de Valbuena de Duero, Valladolid. Abajo, fachada de Las Claras en Salamanca; su bellísimo esgrafiado
renacentista, se ha “decorado” recientemente por algún vándalo del botellón,; analfabeto y malvado que ha pintado con un spray
verde “algo”, simulando que sabe escribir.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, entrada a la muralla
de Redondo, en Portugal. En pleno atardecer de invierno, su luminosidad es indescriptible. Abajo, Monasterio de San Pablo, en
Redondo (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); reconvertido en un precioso hotel, donde las luces y sombras
decoran todo el ambiente.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos fotos más del Monasterio de San
Pablo, en Redondo; reconvertido en un precioso hotel, pleno de luces y sombras.
BAJO ESTAS LINEAS: fachada del Monasterio de San Pablo, en Redondo.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, esculturas en las jambas
de la catedral de León (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, Pazo de San Lorenzo, Santiago de
Compostela (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes del claustro de la catedral de
León (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: de nuevo, luces y sombras en el
claustro de la catedral de León (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: al
lado, tumba en la Catedral de León. Abajo, claustro de la catedral de León (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra
imagen). En ambas fotos vemos el juego de luces y sombras. Increíblemente, las figuras demoniacas -como las gárgolas- suelen
permanecer siempre entre sombras.

JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: interior de la catedral de León (a la


que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Al lado, vista de una capilla en penumbra; abajo, vidrieras entre brillos y
tinieblas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, Redondo, en
Portugal. Abajo, monasterio de Tibaes, junto a Braga; hoy convertido en un precioso hotel.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos imágenes de la iglesia de
Tudela de Duero, Valladolid (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Es de destacar, que esta colegiata tiene
una última reforma del siglo XVII, que abrió ventanales en la parte posterior; por donde entran bellísimas luces, que decoran el
ambiente.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos
imágenes del claustro del Museo de Santa Cruz, en Toledo (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Como
podemos observar, su arquitectura es todo un entramado de brillos y luces, entre penumbras y oscuridad.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, claustro de San Juan de
los Reyes, Toledo (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, claustro del Museo de Santa Cruz, en
Toledo (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Comparando ambas imágenes comprendemos la distinta forma
que de tratar la luz, en la arquitectura renacentista y en la gótica. Siendo el arco apuntado (que vemos en San Juan de los
Reyes); muy diferente al de medio punto y renacentista (que se observa en Santa Cruz). Ya que este último, permite apoyos mucho
más abiertos, creando espacios más luminosos y “blancos” (carentes de sombras).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: dos fotos del Hospital de
Tavera, Toledo (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En ellas se observa claramente la apertura que
permiten los arcos de medio punto; logrando que sin apenas apoyos, se cree un gran panel de arcadas.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: torres de iglesias en Toledo. En estas
imágenes vemos las limitaciones que tiene la arquitectura mudéjar (en ladrillo); muy influida por la románica. Donde resulta
casi imposible abrir grandes arcos; todo lo que convierte en su interior en lugares plenos de penumbras.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, catedral de Huesca (a la que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen); estancias para los clérigos en un claustro interior
reformado. Abajo, monasterio de Tomar, en Portugal (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Su arquitectura
inicial era de tipo románico templario; aunque ha sido modificado sucesivamente, hasta lograr este aspecto renacentista italiano.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, catedral de Viseo,
Portugal; con sus magníficas luces que replandecen más por el color de su fachada. Abajo, iglesia del maravilloso monasterio de
Viana de Alentejo, Portugal (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Como decimos, estos templos lusos,
contienen una mayor luminosidad gracias a sus paredes, con espacios más abiertos y debido a los azulejos que las decoran.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, interior del palacio
arzobispal y Museo de Viseo, Portugal (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, iglesia románica de San
Miguel, en Sepúlveda, Segovia. La comparativa de ambas imágenes muestra la luminosidad que gana el Renacimiento, con su
técnica; logrando sostener altas columnas sobre los arcos en medio punto. Abajo vemos que estos mismos arcos, cuando los usa
el Románico; tan solo logran apoyar atrios y pequeños techos; sujetos sobre fustes muy cortos y gruesos.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, iglesia de Santiago, en
Zamora capital (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, maravillosa fachada de San Miguel de
Escalada, en León. Arriba vemos el problema del románico, precisando grandes apoyos, que dejan sin luminosidad el edificio.
Aunque abajo, en el caso de San Miguel de Escalada, se observa que el arte mozárabe tenía una gran base de conocimientos
técnicos, procedentes de la arquitectura árabe. Debido a ello, lograba a través de arcos de herradura, fijar sus apoyos en finas
columnas y dar una enorme sensación de fragilidad, cargada de luz.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, ventanales y
vidrieras de la catedral de León (a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Como venimos explicando; la
arquitectura buscó durante el románico un medio de poder abrir sus paredes y ascender hacia el cielo. Lográndolo en la etapa del
Císter; y completándolo en el gótico. Cuando a través de nervios, arbotantes, botareles y contrafuertes (muchas veces exteriores);
consiguen crear grandes ventanales. Rosetones y ventanas de tal tamaño, que se recubren de vidrios con color, al modo de los
mosáicos bizantinos. Abajo, La Mezquita de córdoba, durante la noche. Una parte de estos conocimientos técnicos y
arquitectónicos que lograron progresar el arte románico; procedieron de Oriente Medio y se introdujeron en Europa a través de
España y de Italia. Unos de origen bizantino; pero muchos otros de tradición parta y sasánida; cuyos edificios -como herederos
de Roma- fueron inigualables. Creemos que en la Historia de la Arquitectura falta este capítulo que narre la influencia siria,
parta, sasánida y andalusí; en todo el arte gótico. Pues sabemos que en España se fundieron esos estilos orientales, con el
románico y el gótico peninsular (de ladrillo) generando el mudéjar. Pero no conocemos cómo nacieron infinidad de técnicas y
diseños, que luego aparecerán en todo el gótico de Europa.

FINAL: LA IBERIA DE ANGEL Y CHIHO:

La Iberia de Angel y Chiho es un homenaje a la cultura y civilización hispana. Su título refiere el primer gran libro escrito sobre
nuestra Península (sita al extremo occidente mediterráneo): LA IBERIA de Estrabón. En esta serie de artículos tratamos sobre
nuestras tierras, rememorando sus ancestros y recordándolos desde un tiempo anterior a los helenos. Quienes conservaron su
recuerdo histórico llamando Iberia a toda la Península, y concibiéndola ya como un territorio unido culturalmente (a menos,
desde el siglo VI a.C.; tal como hizo Heródoto). Al final del presente capítulo, explicamos la idea de esa “Iberia de Angel y
Chiho”; que surgió tras los centenares de miles de kilómetros que hubimos de recorrer, ejerciendo nuestra profesión o
estudiando España. Viajes culturales o de trabajo, en los que tomamos más de un millón de fotografías. Visitando toda la
Península y quedando enamorados de estas tierras cuyo valor histórico ha sido inigualable (al menos hasta hace decenios). Con
el fin de que no se pierdan muchos de los rasgos estéticos e intelectuales propios de la Península -caracteres que va borrando
la nueva civilización y las modas recientes-. Recopilamos estas fotos, ideas o datos, en memoria de todos aquellos que
construyeron y mantuvieron algunos de los lugares más bellos e interesantes del Mundo. Homenajeando así a esta Iberia, que
mi mujer y yo tanto hemos querido; y de la que tanto hemos disfrutado.

Hace más de tres décadas, me casé Chiho; y desde los primeros años, tuvimos que recorrer España y Portugal. Viajábamos
por motivos de trabajo e interesados en el estudio de nuestra cultura; recorriendo cientos de miles de kilómetros y visitando
todo lugar que alcanzábamos. Nuestro fin fue promocionar productos, dar a conocer España en Japón, o bien estudiar cada esquina
de la Península (para comprender nuestra civilización). Pero cuando teníamos compendiado un gran archivo, con el que
podríamos publicar obras, se produjo un desastre: Una inundación sucedida en Madrid el 23 de junio de 1995 afectó a
nuestro despacho, destruyendo las fotos y la documentación que habíamos acumulado hasta entonces. Aquella terrible riada se
llevó también mis estudios y todo lo que había escrito hasta esos días (incluso grabaciones y composiciones). Debido a ello, de
aquellos primeros viajes nuestros, apenas quedaron algunas fotos. Finalmente, pocos años después de la inundación que asoló
nuestro archivo, apareció el sistema digital. Y con esta nueva tecnología volvimos a fotografiar nuestras rutas por Iberia,
rehaciendo así esta labor de estudio y compilación, que hoy vamos divulgando.

JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos fotografías de nuestra boda, tomadas


treinta y dos años atrás por el empresario y fotógrafo: Roy Uéhara.

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