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Universidad Central del Ecuador

Facultad de Ciencias Sociales y Humanas


Teoría de la Cultura I
Integrantes: Cadena Izurieta Daniela Estefanía
Estrella Pantoja Mishell Carolina
Palaquibay Arias Thalía Lusineyde
Sarango Reyes Carlos Andrés
Curso: Sexto-Política
Grupo: #8
TEMA
Introducción. –
El esfuerzo del presente ensayo está dirigido a presentar las principales ideas del texto Teoría y
Análisis de la Cultura, del autor Gilberto Giménez; con la intención de resaltar la influencia e
importancia de las diversas corrientes teóricas de las ciencias sociales, que han ido dando forma al
complejo concepto de cultura. En esta ocasión, nos ataque presentar de manera más precisa dos de
esas corrientes: la antropológica y la marxista. Cabe aquí destacar al menos dos puntualizaciones para
el abordaje de lo planteado. La primera es que ha de considerarse que estos no son, en absoluto, los
dos únicos o predominantes enfoques acerca de la cultura más bien serían parte de ese amplio debate,
en el que persiste la noción de un lógico cambio cultural. Y consecuentemente la segunda tiene que
ver con el criterio totalizador de la cultura, con la noción generalizada que se ha instaurado, por
diversos motivos, que apela a un modelo universal y acabado de la cultura, al todo que cobija mucho,
pero termina siendo nada. La tarea primordial de este ensayo será, desde los nombrados enfoques,
relatar a la cultura desde el principio de la heterogeneidad e innovación. En definitiva, como describe
Giménez (2005), de la cultura como acción y proceso de cultivar, y los estados “objetivos” de cultivar.
Como veremos a continuación, uno de los grandes aportes del enfoque antropológico cultural
clásico, ha sido romper la concepción eurocéntrica de la cultura (jerárquica y elitista), posibilitando la
reflexión más amplia, más “democrática” si se quiere. Los intentos de establecer un concepto
científico de cultura pasarán por diversas fases, marcados por el contexto histórico-teórico de su
momento. Uno de los aciertos más grandes, y como propone Giménez (2005), a nivel de la revolución
copernicana, será el carácter “total” de la cultura. Si bien esta contribución asume la existencia de la
cultura en todo (material, espiritual, intelectual, etc.) y todas partes (todos los pueblos son portadores
de cultura), éste mismo acierto será su mayor limitación. Consecuentemente los conceptos de
“sobrevivencia cultural” o “evolución lineal”, serán criticados desde el planteamiento de una
“pluralidad irreductible” de las culturas, de donde surge el relativismo cultural. Ha ello le proseguirá la
idea de la cultura en términos de pautas, esquemas o modelos de comportamiento, que tendrán una
mayor preocupación en la noción de un sistema históricamente originado, donde predomina el criterio
de la “función”. Esta postura será fortificada posteriormente con el predominio de la antropología
estructural francesa, que definirá a la cultura desde un sistema de reglas. Estas ideas recurrentes, y sus
consecuentes discusiones internas, pasarían a trasladar el debate hacia la cercanía entre la antropología
social y la sociología, tratando cultura y sociedad simultáneamente con el objetivo de comprender el
comportamiento cultural del hombre. Como se evidenciará en el desarrollo de este ensayo, todas esas
transformaciones y surgimientos estarán atravesados por un complejo entramado de corrientes, que
interdependientemente buscan establecer una comprensión adecuada de la cultura.
Respecto a la tradición marxista y sus consideraciones acerca de la cultura, habría que adelantar,
que este campo no ha sido tratado de forma protagónica, inclusive podría considerarse que la cultura
es un tema lejano a la preocupación marxista. Considerando esta postura, a lo sumo, se puede rescatar
a la cultura como un producto secundario, de la superestructura. En ese sentido, el abordaje de la
cultura desde los teóricos marxistas ha de considerarse como reciente. Lenin y Gramsci mostrarían
preocupación acerca de la cultura en relación con la ideología y la dinámica de la lucha de clases. La
propuesta de Lenin, inscrita en el contexto de la Revolución de Octubre, será reconocer una existencia
antagónica dentro de la cultura, diferenciada por el criterio de clase (cultura burguesa, cultura
democrática y socialista). En contraste con la concepción antropológica positivista y relativa de la
cultura, la postura de Lenin se inscribe en el recurso valorativo de la cultura en un proyecto político-
social. Para Gramsci, sin embargo, la cultura estaría más bien asociada a la ideología, y en ese sentido,
se inscribiría en la lógica de organización de las masas. La ideología como mecanismo mantenedor y
reproductor del estado hegemónico de las relaciones sociales de producción. En ese sentido Gramsci
aborda a los problemas de la ideología y cultura desde la preocupación estratégica y política. En
definitiva, la postura marxista, al analizar cercanamente el concepto de cultura e ideología, contribuye
a la ampliación a las dimensiones acerca de la cultura, en este caso poniendo sobre la mesa los
criterios de estructura de clases, desigualdad y dominación.
Desarrollo. –
Inicialmente el autor Gilberto Giménez Montiel nos presenta la idea de que existió una ruptura con
la concepción eurocéntrica sobre lo que era la cultura; “los antropólogos fueron los primeros en
romper con la concepción eurocéntrica, elitista y restrictiva de la cultura, sustituyéndola por una
«concepción total» basada en el doble postulado de la relatividad y universalidad de la cultura”
(Giménez, 2005: 41). A lo anteriormente mencionado se lo conoció como una revolución
copernicana dentro del ámbito de la cultura, ya que esto permitió un cambio total tanto en la
concepción de cultura como en la forma de estudiar a los diferentes pueblos. Gracias a esta revolución
ahora se tiene en mente que ya no existen exclusiones y que todos los pueblos que han existido a lo
largo de la historia han sido portadores de cultura, y que son igual de importantes todas sus
manifestaciones culturales.
Edward Burnett Taylor 1 se destaca dentro de esta revolución copernicana en el año de 1871 al
publicar su texto Primitive Culture, en el cual presenta por primera vez una definición de cultura que
se adapta perfectamente a esta nueva concepción; la cultura ahora se encuentra definida “como el
conjunto complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, la
costumbre y cualquier otra capacidad o hábito adquirido por el hombre en cuanto miembro de una
sociedad” (Taylor, E. 1871 en Giménez, 2005: 41). Lo interesante de esta definición es que permite
tanto romper con los estereotipos elitistas que se mantenían antes en esta área, como también ampliar
la visión de lo que es cultura y de lo que ella abarca, estudiando ahora nuevos elementos que
anteriormente se encontraban ignorados o descartados.
Dentro de esta revolución también existieron pequeñas rupturas o pequeños cambios de perspectiva
de lo que es la cultura debido a las modificaciones en los contextos históricos; por ejemplo, el autor
destaca el paso de la concepción de lo que expresaba Tylor (contexto histórico-evolucionista) a lo que
expresó Lévi-Strauss2; sin dejar a un lado que dentro de este gran salto se destacan también ciertas
críticas realizadas. Por ejemplo, las formulaciones promulgadas por Tylor estuvieron presentes durante
mucho tiempo en el campo de la cultura y se caracterizaron por verse inmersas en un contexto
histórico evolucionista, en este marco “la cultura se considera sujeta a un proceso de evolución lineal
según etapas bien definidas y sustancialmente idénticas porque tienen que pasar obligatoriamente
todos los pueblos, aunque con ritmos y velocidades diferentes” (Giménez, 2005: 42). Sin embargo,
dentro de los autores que critican a esta idea evolucionista de las culturas se destacan Franz Boas,
Robert Lowie y Alfred Kroeber los cuales promulgan que no es que exista una evolución lineal de las
culturas, sino que existe una diversidad de culturas y que la idea de que dos culturas tengan cosas
similares no es porque han evolucionado y se encuentran en un mismo nivel, sino que más bien esto se
debe a un posible contacto entre las culturas.
La afirmación de la pluralidad de las culturas implica, en Boas y sus discípulos, el relativismo cultural,
por el cual «la pretensión de objetividad absoluta del racionalismo clásico debe ser abandonada para dar
entrada a una objetividad relativa basa en las características de cada cultura (Giménez, 2005: 43).

1
Nacido en Londres en 1832, fue uno de los antropólogos más destacados dentro del campo de la cultura,
incluso fue un pionero en esta área ya que en el año de 1871 logró definir lo que es “cultura”.
2
Nacido en Bruselas en el año de 1908, fundador de la antropología estructural y unos de los antropólogos mas
destacados
Avanzando en este proceso de definición de lo que es cultura nos encontramos con Bronislaw
Malinowski3, el cual trata de reformular lo expresado por Tylor y nos dice que “la cultura se concibe
como el conjunto de respuestas institucionalizadas (y por lo tanto socialmente heredadas) a las
necesidades primarias y derivadas del grupo” (Giménez, 2005:43); entendiéndose como necesidades
primarias a las que le permiten mantener la supervivencia de los hombres, mientras que las derivadas
son las que se producen debido a la satisfacción de las necesidades primarias. Dentro de esta
concepción “la cultura se reduce […] a un sistema cerrado […] de instituciones primarias y
secundarias funcionalmente relacionadas entre sí” (Giménez, 2005: 43).
A partir de los años treinta del siglo pasado surge una nueva definición de lo que es cultura, en
manos de lo que en ese entonces se conocía como escuela culturista; esta escuela promulgó una nueva
perspectiva y definición de lo que es cultura, ahora se la entiende en breves palabras como “todos los
esquemas de vida producidos históricamente” (Rossi, P, en Giménez, 2005: 44); a partir de esta
definición un poco abreviada de lo que es cultura se puede afirmar que para los que difundían dicha
concepción, la cultura y todo lo que en ella cabe se puede obtener haciendo uso del aprendizaje, tanto
el que se entiende a través de la enseñanza y la instrucción, como el que se obtiene mediante los
hábitos realizados en el diario vivir y que se convierten en costumbres, practicadas y castigadas a nivel
social. Sin embargo, esto no significa que los hombres mediante la educación sean sujetos pasivos de
las manifestaciones culturales y por ende de la cultura, sino que también son “creadores y
manipuladores de la misma” (Giménez, 2005: 46).
Ahora sí, después de un breve análisis de las diversas interpretaciones de cultura finalmente
llegamos a Lévi Strauss y a su estructuralismo, el cual tiene que ver con las reglas; para el autor
mencionado anteriormente la diferencia entre lo que es la naturaleza y lo que es la cultura está en
manos de las reglas,
Todo lo que en el hombre es universal pertenece al orden de la naturaleza y se caracteriza por la
espontaneidad; mientras que todo lo que se halla sujeto a una regla pertenece al orden de la cultura y
presenta los atributos de lo relativo y particular (Giménez, 2005: 46).

Y de igual manera si hablamos de Lévi Strauss y cultura es indispensable hablar de los símbolos ya
que para este autor los símbolos no son algo superficial, sino “un elemento constitutivo de la vida
social y una dimensión necesaria de todas las practicas humanas” (Giménez, 2005: 47) lo cual lo
podemos entender como algo estrechamente ligado con las prácticas culturales.
La temática de los orígenes de la Teoría de la Cultura se encuentra estrechamente relacionada con
lo expresado anteriormente sobre la cultura y su tradición antropológica, debido a que si entendemos a
lo que se define como cultura como una concepción que ha ido evolucionando y transformándose de
acuerdo al contexto en el que se encuentra, podemos decir que la tradición antropológica es un fase
por la que tuvo que pasar el intento de definición de cultura; algo que no se sabe en nuestros días si se
encuentra definida de la manera adecuada ya que estamos conscientes que los seres humanos y nuestra
manera de comportarnos está evolucionando y cambiando constantemente y es posible que surjan
nuevas teorías con ideas frescas que revolucionen totalmente todo lo que se ha dicho de cultura hasta
nuestros días.
A continuación, nos encontramos con un apartado que nos habla acerca de la tradición marxista y
del cómo no le ha sido posible plantearse de manera explícita, sistematizada y desarrollada una teoría
sobre la cultura. Se puede incluso afirmar que el concepto de cultura es ajeno a esta teoría, es reciente
el interés de añadir el concepto al materialismo histórico. A pesar de que los clásicos del marxismo
hacen ciertas referencias al problema de la civilización y cultura, estos conceptos deben ser entendidos
en el sentido del iluminismo europeo. La tradición marxista tiende a relacionar la cultura con la
ideología, por lo que los terminan vinculando con los conceptos de infraestructura-superestructura. Por
lo tanto, “los marxistas abordan el análisis de las producciones culturales sólo o principalmente en
función de su contribución a la dinámica de la lucha de clases y, por lo tanto, desde una perspectiva

3
Nacido en Polonia en el año de 1884, fue el fundador de la antropología social británica y de la corriente
antropológica denominada como Funcionalismo
políticamente valorativa.” (Giménez, 2005: 56), esto manifiesta la distancia que existe entre el punto
de vista marxista y etnoantropológico sobre el tema de cultura.
Mientras que, la teoría leninista de la cultura no puede presentarse separada de su contexto
histórico, se la debe interpretar a partir de los acontecimientos que se dieron en la Revolución de
Octubre. Lenin plantea a la cultura como una complicada totalidad que se manifiesta en forma de
“cultura nacional”. Dentro de esta cultura nacional existe una cultura dominante, que se encuentra
identificada en la cultura burguesa; por otro lado, las culturas dominadas, que son el campesinado
tradicional y finalmente en los elementos de cultura democrática y socialista se encuentran las masas
de trabajadores y explotados. “En cada cultura nacional existen, aunque sea en forma rudimentaria,
elementos de cultura democrática y socialista, pues en cada nación hay masas trabajadoras y
explotadas cuyas condiciones de vida engendran inevitablemente una ideología democrática y
socialista.” (Giménez, 2005: 56).
Lenin, en el aspecto político, reconoce dentro de los “elementos de cultura democrática y
socialista” un carácter internacionalista que se opone al nacionalismo burgués, donde no puede ser
solo una cultura de los terratenientes, clero y burguesía. Realiza una corrección en su tesis de
protagonismo cultural obrero, debido al surgimiento del debate sobre el tema de la cultura dentro del
Partido Bolchevique, y plantea una “mutación cultural como un proceso dialectico de continuidad y
ruptura: […] La cultura tiene que ser el desarrollo lógico y acerco de conocimientos conquistados por
la humanidad bajo el yugo de la sociedad capitalista, de la sociedad terrateniente, de la sociedad
burocrática” (Giménez, 2005: 57).
Según Lenin, la cultura proletaria en su estado inicial no solo se opone a la cultura burgués, sino
también a la cultura campesina tradicional y a la cultura artesanal, pero estas formas tradicionales de
cultural son de la época feudal por lo que se las tiene que considerar como retrogradas y retardatarias.
La comparación que se da entre las condiciones del campesino tradicional es muy diferente a la
condición del obrero urbano explotado y miserable, esta última se considera culturalmente superior.
Por otro lado, dentro de la temática “cultura popular campesina”, se plantea una polémica leninista
contra el populismo. Los populistas creían que el socialismo debía ser construido desde una
comunidad campesina para así evitar pasar por una etapa capitalista; ellos consideraban al campesino
como el único elemento sano de toda la nación y el trabajo agrícola comunal debía ser visto como la
única fuente de regeneración. Todos los problemas culturales que se habían presentado, Lenin los
encontró relacionados con la problemática en torno a la lucha de clases y a la revolución en Rusia. En
la fase prerrevolucionaria, la tarea de la cultura se encontró subordinada a la esfera política y en la fase
posrevolucionaria, la revolución cultural fue y sigue siendo la tarea principal. “La concepción leninista
de la cultura contrasta con el positivismo y el relativismo cultural de los antropólogos, en la medida en
que se inscribe en el contexto abiertamente valorativo de un proyecto político y social.” (Giménez,
2005: 58).
Finalmente el autor concluye con un apartado de tiene que ver con la cultura y como junto con la
ideología han formado parte del pensamiento social e intelectual del marxismo en el que se demuestra
un concepto determinado en el que se está formando el mundo posterior a la Revolución Rusa y las
formas de relación que tiene el ser humano, no de una manera individual, sino colectiva; donde se
estudian los actores histórico - sociales que persiguen una idea revolucionaria de manera subjetiva.
Para Gramsci las ideologías mueven y organizan la lucha, donde los hombres toman posición y
conciencia política; sin embargo, existen confrontaciones con la llamada cultura popular por las
desigualdades sociales y la estructura en la que se encuentra conformada la sociedad, pues existe una
supremacía de clase: la clase dominante que posee un nivel jerárquico dentro del ámbito de la cultura.
“El nivel privilegiado sería el de la producción material, la infraestructura; mientras que los niveles de
la superestructura serían secundarios” (Giménez, 2000:64), la cultura se concentra en la
superestructura donde los elementos son tomados en segundo plano, lo cual se encuentra marcado por
la lucha de clases sociales que generan conflictos por la organización social del trabajo, los hábitos
sociales o por las relaciones de producción.
Conclusiones. –
Es sustancial concluir resaltando la importancia que tuvo la antropología en el estudio de lo
cultural, ya que tal como lo expresa el autor Giménez, esta ha hecho posible que lo cultural tenga un
análisis científico y ya no se base meramente en afirmaciones que segregaban a los pueblos entre unos
más atrasados (los que no tenían historia” y unos más evolucionados “lo que si poseían historia”. Pero
no solamente se le atribuye a la antropología el análisis científico de la cultura sino también la
creación de instrumentos metodológicos que permitan futuras investigaciones en este campo; de esta
manera se le ha permitido a la cultura enriquecerse con diversos análisis y estudios. A pesar de que
todo lo anteriormente mencionado sea fundamental en el estudio y en lo que ahora tratamos de
comprender como Teoría de la Cultura, no podemos dejar a un lado su principal contribución en el
ámbito teórico, a la antropología cultural se le atribuye el “haber señalado desde el principio el
carácter ubicuo y «total» de la cultura, en oposición a las concepciones elitistas, restrictivas y
parcializantes. La cultura se encuentra en todas partes y lo abarca todo” (Giménez, 2005: 51).
A pesar de la contribución positiva de la antropología en el aspecto cultural es importante resaltar
también que ha tenido sus falencias, no porque se haya equivocado con sus definiciones sino más bien
porque a pesar de haber introducido diversas herramientas metodológicas tales como protocolos de
observación, establecimiento de modelos de comportamiento humano, entre otros, estos les han sido
insuficientes al momento de establecer un punto de vista capaz de unificar lo que se conoce como
hechos culturales. Sus diversos autores han tratado de crear conceptos homogeneizadores y han estado
muy cerca de lograrlo, sin embargo, han encontrado un inconveniente al darse cuenta de que todavía
no se puede separar conceptualmente lo que es un hecho cultura y un hecho social, es decir, se abre
una gran interrogante ¿Cómo puede establecerse una distinción entre cultura y formación social?
(Giménez, 2005: 52).
Finalmente, la tradición marxista a pesar de no haber desarrollado una teoría de la cultura como tal,
los clásicos del marxismo hacen referencia a los problemas de cultura y civilización, tales conceptos se
tienen que comprender en el sentido del iluminismo europeo del siglo XVIII, Lenin y Gramsci han
sido autores que han legado reflexiones contemporáneas sobre la cultura. Por lo que, los marxistas
relacionan la cultura con la ideología y tratan de analizar todo lo que abarcan los aspectos culturales
desde la lucha de clases. Asimismo, la teoría leninista de la cultura, plantea que la cultura debe ser
entendida desde su contexto histórico para que así se interprete bajo los acontecimientos que se están
suscitando en el momento, por ejemplo, Lenin relacionó mucho a la cultura con lo que estaba
sucediendo en su contexto: la Revolución de octubre.
Para cerrar con este apartado relacionado con la construcción del concepto de cultura resaltamos a
la teoría leninista como principal formuladora del concepto que refiere a la cultura como algo
complejo que está presente en forma de cultura nacional, en donde se distingue una clase dominante,
culturas dominadas y elementos de cultura democrática socialista. Lenin se destaca no solamente con
plantear cosas para el presente sino también presentando planes a futuro como el que tiene que ver con
una mutación cultural como proceso de ruptura y continuidad, en la que se puedan rescatar ciertos
elementos de la cultura burguesa porque presentan características universalizables y progresistas;
Lenin tiene todo el tiempo en mente y nos transmite la idea de que una cultura es superior a otra
porque hay una mayor liberación y se permite el acceso a una sociedad de calidad, eliminando la
explotación del hombre por el hombre, concepciones que las tenemos presentes hasta el día de hoy.
Bibliografía:
Giménez, G. 2005. Teoría y análisis de la cultura Vol. 1. México: CONACULTA, pp. 41-51 y 55 a 67.
Recuperado de: https://seminariodemetodologiadelainvestigacion.files.wordpress.com/2011/06/
teorc3ada-y-anc3a1lisis-de-la-cultura-1.pdf.
Wikipedia, S/F. Claude Lévi-Strauss. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Claude_L
%C3%A9vi-Strauss
Wikipedia, S/F. Edward Burnett Taylor. Recuperado de:
https://es.wikipedia.org/wiki/Edward_Burnett_Tylor

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