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LA INFANCIA EN

EL DESARROLLO
DE LA
PERSONALIDAD
▪ La personalidad es la forma particular y relativamente estable, como una persona expresa sus
sentimientos, pensamiento y comportamiento.

▪ La infancia juega un papel decisivo en el desarrollo de la personalidad del adulto y cualquier


trastorno de la afectividad va a repercutir de manera negativa en el autoconcepto y la
autoestima, así como en el desarrollo cognitivo en general y en las relaciones interpersonales.

▪ De forma general, la infancia es el primer período de la vida de la persona, comprendido entre el


nacimiento y el principio de la adolescencia.

▪ En estos primeros años la familia y la escuela juegan un papel relevante, de ahí la importancia de
rodear al infante de un clima de afecto sin caer en proteccionismos que limiten su autonomía y
su seguridad.

▪ Desde su concepción, el niño cuenta con una carga genética que hereda de sus progenitores.
Estos factores genéticos hacen que cada niño reaccione de forma distinta en su contacto con el
ambiente que le rodea, dispone de su propio temperamento. La personalidad futura será el
resultado del temperamento y las acciones educativas que reciba de su ambiente (padres,
abuelos, maestros, hermanos, etc.) y de las relaciones que establezca.
Desarrollo emocional en la infancia

❖ Influencia de la etapa prenatal.

La relación con la madre.


El bebé antes de nacer no sólo es capaz de experimentar a través de sus sentidos y de aprender, es
capaz de sentir y percibir emociones, sentimientos, mensajes que le son transmitidos en el útero,
mediante los vínculos neurohormonales (sustancias como adrenalina, noradrenalina, serotonina,
oxitocina), estos al ser producidos por las glándulas de la madre cruzan la placenta y pueden generar
una predisposición emocional en el bebé.

El Dr. Thomas Verny es uno de los estudiosos de el desarrollo del psiquismo fetal en la etapa prenatal,
según sus investigaciones el bebé tiene en el vientre “experiencias” y que estas son almacenadas en su
memoria y posteriormente se presentan en la vida adulta a manera de “huellas”. Los bebés, incluso
antes de nacer, tienen una necesidad de amor que es alimentado por los sentimientos y pensamientos
de la madre.
Los investigadores, también afirman que no todos lo conflictos, angustias o preocupaciones afectan
al bebé, sólo se consideran aquellas perturbaciones profundas y duraderas que comprometan la
seguridad de la madre y del bebé; en todo caso, hay situaciones estresantes, eventos inesperados o
inevitables como la muerte de un familiar o del cónyuge, problemas económicos que afectan a la
madre y al bebé, para poder afrontar adecuadamente estas situaciones la mejor será pensar en el
bienestar del bebé y transmitirle mucho amor, para el Dr. Thomas Verny el amor es el escudo
protector que puede hacer frente a condiciones muy adversas.
Estudios del comportamiento prenatal

1. El profesor P. FEDOR-FREYBERGH, de la Universidad de Estocolmo narra el caso de una recién


nacida que desde su nacimiento, rechazaba obstinadamente el pecho de su madre, mientras que se
abalanzaba sobre el biberón cuando se le presentaba, y se aferraba al pecho de otra mujer
mamando vigorosamente. Una intuición del Profesor le hizo preguntar a la madre: "Señora,
¿verdaderamente deseaba Ud. tener este hijo?" “No, admitió ella. Yo quería abortar. Pero mi marido
deseaba tenerlo y entonces decidí tenerlo". Según FREYBERG la niña había percibido el rechazo de su
madre y se lo devolvía como un espejo. La madre lo entendió, su niña le había tocado el corazón,
cambió de actitud y las cosas se arreglaron.
Este es un ejemplo de cómo los sentimientos negativos de la madre afectan a la niña, pero lo
contrario sucede cuando la madre vivencia estados de felicidad y de bienestar, en este caso lo que
comunicará al bebé será tranquilidad, alegría.
2. Gracias a seguimientos médicos recientes a gemelos, los que intentan saber un poco más sobre el
comportamiento prenatal, han podido comprobar que el hermano que acostumbraba a ser más
violento dentro del vientre materno y daba patadas e incluso golpes a su hermano con brusquedad,
una vez fuera de su madre, en la niñez, continuaba agrediendo a su hermano. Una similitud
impresionante con la vida prenatal.
El gemelo agredido dentro del vientre materno cuando le golpeaban acostumbraba a alejarse de los
golpes y ha reposar la cabeza dentro de la pared intrauterina buscando tal vez protección, cuando su
hermano volvía a pegarle siendo niños, el hermano más tranquilo se alejaba de él yéndose a su
habitación y buscaba la protección apoyando la cabeza en la almohada.
3. Un experimento que hizo WALBURGA VON RAFFLER-ENGEL para la Universidad Vanderbilt,
Instituto de Estudios de Políticas Públicas (U.S.A). Este estudio consistía en entrevistar a cien mujeres
que habían alumbrado más de un hijo.
Las respuestas vinieron de mujeres que tenían dos, tres o, en pocos casos cuatro hijos y dos tercios
de las reportadas eran americanas y uno japonesas. Como ya se ha dicho anteriormente el feto dentro
del vientre materno ya desarrolla algunos caracteres de la personalidad. La mayoría de las mujeres
entrevistadas notaba una relación entre las horas en que el feto estaba tranquilo y dormía y otra en que
se despertaba a media noche dando patadas, ahora con el niño crecido sigue despertándose a las
mismas horas a las que empezaba a dar patadas.
Otra experiencia que vale la pena resaltar es el hecho en que la madre que ponía música clásica a su
hijo dentro del vientre materno, ahora el niño siente en gran interés y hasta llega a tocar instrumentos
musicales con gran dedicación, en cambio al niño que no le ponían música clásica no ha desarrollado
tanto interés como sus hermanos.
El papel del padre
El papel del padre también fundamental en esta etapa, los sentimientos y actitudes que tiene hacia
la madre y hacia el bebé es lo que contribuye a que el embarazo sea saludable y rodeado de un
entorno agradable, en esta etapa la mujer embarazada es aún más sensible a los conflictos de pareja,
si el hombre brinda afecto esto servirá como un soporte o apoyo emocional a la futura madre y
fortalecerá el vínculo afectivo padres-bebé.
❖ Formación del apego.

El niño nace con una gran capacidad de aprender, busca estímulos sociales y vínculos afectivos. El
apego es fundamental en los primeros años de vida, Ortíz Barón y Yarnoz Yaben establecen que el
apego es el vínculo afectivo que se establece entre el niño y una figura especifica que une a
ambos en el espacio, perdura en el tiempo y se expresa en una tendencia estable a
mantener la proximidad y generar una sensación de seguridad.

✓ El Apego a la madre se da desde el nacimiento, por medio del alimento


y cuidado, presentando angustia por la separación.
✓ El Apego al padre a partir de los 9 meses, por medio del juego
y la convivencia.
✓ El Apego a los objetos hasta los 5 ó 6 años, por medio del juego
y el contacto.
En la psicología moderna el apego es considerado como una relación emocional especial, la cual
se relaciona con un intercambio de placer, cuidado, seguridad y confort. Este concepto de apego no
habría podido establecerse de no ser por la teoría del Apego de John Bowlby (1979), la cual
constituye la investigación más profunda que se ha realizado hasta ahora sobre dicho tema.

La teoría del Apego de Bowlby se basó en los postulados psicoanalíticos al estar de acuerdo en
que las primeras experiencias que se dan en la infancia tienen un papel importante en el
comportamiento y desarrollo humano posterior.

Según las investigaciones de John Bowlby, los estilos de apego de cada persona se establecen de
acuerdo a la forma en que un niño se relacione con su cuidador.

De hecho, también creía que el apego podría formar parte de la naturaleza humana,
partiendo de la creencia de que nuestros antepasados no podrían haber sobrevivido si no hubieran
creado fuertes vínculos emocionales para trabajar en equipo.
Postulados clave de la teoría de Bowlby:

1. Cuando un niño posee plena confianza en que su criador siempre estará disponible para él, será
menos probable que experimente miedo en comparación con un niño que no confía en que su
cuidador siempre estará para él.
2. La confianza mencionada en la primera propuesta se construye durante la infancia y la
adolescencia, etapas consideradas críticas en el desarrollo humano. Las expectativas que el
niño desarrollara sobre las relaciones humanas en estas etapas, en la mayoría de los casos lo
acompañarían durante el resto de su vida.
3. Las expectativas mencionadas en la segunda propuesta están directamente relacionadas con la
experiencia de la persona. Esto quiere decir que un niño tendrá expectativas de que su cuidador
estará disponibles para él si en el pasado ya lo ha estado.
Características de la teoría del apego de Bowlby

Bowlby creía que las características distintivas del apego son cuatro:

1. Mantenimiento de proximidad – El deseo de estar cerca de las personas a las que estamos
vinculados.

2. Refugio seguro – Volviendo a la figura de apego para comodidad y seguridad frente a un miedo o
amenaza.

3. Base segura – La figura de apego actúa como base de la seguridad de la cual el niño puede
explorar el ambiente circundante sin peligros.

4. Angustia de separación – Ansiedad que ocurre en ausencia de la figura de apego.


Etapas del apego según Bowlby

Según Bowlby, el apego no se formaba de manera inmediata, sino que era necesario que pasara
por cuatro fases para construirse:

1. Fase inicial de pre-apego (1-2 meses).

En esta etapa el niño acepta sin inconvenientes a cualquier persona capaz de ofrecerle comodidad.
Por ello, es natural que no se pueda percibir ninguna clase de preferencia del bebé por alguna persona
en específico.

Un detalle destacado de esta etapa es que es posible visualizar cómo el niño cuenta con conductas
innatas que le facilitan obtener la atención de personas adultas. El ejemplo más notable es la forma en
que los recién nacidos responden a los estímulos externos intentando provocar el contacto físico,
como el llanto o la sonrisa.

Al tratarse de una fase de preapego, el reconocimiento materno por parte del niño es muy básico,
de manera que el vínculo de apego es bastante débil. Por ello, apenas pueden visualizarse las primeras
muestras del desarrollo del vínculo de apego cuando la fase está cerca de culminar.
2. Fase de instauración del apego (2-6 meses).

En esta etapa ya puede visualizarse la angustia de separación cuando el niño pierde el contacto
con los adultos.

No obstante, todavía no es posible presenciar que el niño le dé una especial atención a la


ausencia materna.Asimismo, tampoco rechaza por completo la interacción con desconocidos.

La fase de formación se caracteriza porque el niño comienza a ajustar su conducta. También es


posible notar una respuesta más clara en la forma en que interactúa con su cuidador o su madre.
Sin embargo, la ansiedad de separación se presenta cuando deja de experimentar contacto con
adultos, no necesariamente con su progenitora.
3. Fase de apego (6-7 meses hasta 24-30 meses).

Es a partir de esta etapa que se forma un verdadero vínculo de apego. La muestra más clara de
esto es que, cuando el niño es separado de su madre, experimenta enfado.

En esta etapa que puede notarse un rechazo físico por parte del niño ante los
desconocidos, quienes puede identificar como amenazas. Es por esto que durante el desarrollo de
esta etapa las acciones del infante están orientadas a obtener la atención de su progenitora, pues
siente la necesidad de su presencia.

El niño explora el entorno de forma más activa y es capaz de buscar la proximidad con cuidadores
específicos. En este periodo es capaz de expresar completamente la búsqueda de proximidad y el
comportamiento relacionado con la base segura. Por esta razón se empieza a combinar la
preferencia por un cuidador con la protesta ante la separación de este.
4. Fase de relaciones recíprocas (30-36 meses).

En esta etapa el niño ya ha aprendido que la ausencia de su madre es temporal, de manera que
adquiere la capacidad de calmar la ansiedad al estar lejos de ella.

El niño también es capaz de crear representaciones mentales de su madre gracias a la aparición


del lenguaje. Esto le ofrece al niño un recurso que le permite predecir que retorno de su
madre, haciendo que su ausencia resulte más llevadera para él. También es común que el niño
planifique estrategias orientadas a planificar los retornos a su hogar.

Cuando termina esta etapa de apego, la relación afectiva ya es sólida tanto de parte de la madre
como del niño. Es por esto que el contacto físico pierde un poco la importancia. No obstante,
la necesidad del niño de encontrar a su madre para sentirse seguro puede manifestarse
ocasionalmente.
Tipos de apego

Durante la década de 1970, la psicóloga Mary Ainsworth amplió aún más el trabajo pionero de
Bowlby en su ahora famoso estudio “La situación del extraño». El estudio incluyó la observación de
niños entre los 12 y 18 meses que respondieron a una situación: en una habitación de juego, el niño
interactuaba con una desconocida en presencia de su madre, después la madre salía, dejándolo con la
desconocida, para posteriormente regresar y volver a salir con la extraña, dejándolo solo unos
minutos, finalizando el experimento cuando esta regresaba.

Ainsworth encontró claras diferencias individuales en el comportamiento de los niños en esta


situación. Estas diferencias le permitieron describir tres patrones conductuales que eran
representativos de los distintos tipos de apego establecidos:
✓ Apego seguro,
✓ Apego inseguro-evitativo y
✓ Apego inseguro-ambivalente.
Características del Apego Seguro.

Los niños que están vinculados con seguridad generalmente se sienten molestos cuando sus padres
se van, y están felices cuando regresan, aceptan con facilidad el contacto de sus padres Cuando están
asustados, buscarán consuelo del padre o cuidador. Si bien estos niños pueden ser consolados hasta
cierto punto por otras personas en ausencia de un padre o cuidador, claramente prefieren a los padres
antes que a los extraños.

Los padres de los niños que muestran un apego seguro tienden a jugar más con sus hijos, son mas
sensibles y reaccionan más rápidamente a las necesidades de sus hijos. Los estudios han demostrado
que los niños con apego seguro son más empáticos durante etapas más avanzadas de la niñez, también
son descritos como menos perturbadores, menos agresivos y más maduros.

Como adultos, tienden a tener relaciones de confianza, a


largo plazo. Otras características clave de las personas con
apego seguro son la autoestima, el disfrute de las relaciones
íntimas, la búsqueda de apoyo social y la capacidad de compartir
sentimientos con otras personas.
Características del Apego Inseguro Evitativo.

Los niños con estilos de apego evitativo tienden a evitar a los padres y cuidadores. Esta evitación a
menudo se vuelve especialmente pronunciada después de un período de ausencia. Estos niños no
pueden rechazar la atención de un padre, pero tampoco buscan su comodidad o contacto. Los niños
con un apego evitativo no muestran ninguna preferencia entre un padre y un completo extraño.

Como adultos, aquellos con un apego evitativo tienden a experimentar dificultades con la intimidad
y las relaciones cercanas. Estas personas no invierten mucha emoción en las relaciones y experimentan
poca angustia cuando termina una relación. A menudo evitan la intimidad mediante el uso de excusas
(como largas jornadas de trabajo), o pueden fantasear con otras personas durante las relaciones
sexuales.

Otras características comunes incluyen el fracaso a la hora de apoyar a los compañeros durante los
momentos estresantes y una incapacidad para compartir sentimientos, pensamientos y emociones con
los mismos.

La inhibición de la expresión emocional, la aversión al contacto físico y a la búsqueda cuando se


produce son signos del tipo de maternidad que produce niños evitativos (Main & Weston, 1982).
Características del Apego Inseguro Ambivalente.

Los niños con apego ambivalente tienden a ser extremadamente sospechosos de los extraños. Estos
niños muestran una angustia considerable cuando están separados de su padre o cuidador, pero no
parecen tranquilizarse o consolarse a su vuelta. En algunos casos, el niño puede rechazar pasivamente al
padre rechazando su consuelo, o puede mostrar abiertamente una agresión directa hacia este.

Como adultos, aquellos con un estilo de apego ambivalente a menudo se sienten reacios a acercarse
a los demás y se preocupan de que su pareja pueda no corresponder sus sentimientos. Esto conduce a
rupturas frecuentes, a menudo porque siente la relación como fría y distante. Estos individuos se
sienten especialmente afectados después de terminar una relación.

Según las observaciones de Ainsworth, los bebés ambivalentes son hijos de madres más
impredecibles o disponibles solo ocasionalmente y, aunque las madres no rechazan verbal ni físicamente
a los niños, como en el tipo evitativo, su responsividad a las señales del niño se considera menos
sensible
Sucesivamente a Mary Ainsworth, Main & Solomon (1990) encontraron que algunos niños
presentaban respuestas inexplicables, contradictorias o extrañas en presencia de los padres, e
introdujeron una nueva categoría en la clasificación inicial el apego inseguro: el estilo
desorganizado.

Main hipotetiza que el apego desorganizado aparece cuando la figura de apego se experimenta
simultáneamente como base segura y como fuente de peligro, cuando el niño (preprogramado para
dirigirse al cuidador en momentos de peligro) vivencia impulsos contradictorios de aproximación y
evitación. El resultado de esta confusión se debe a que el niño se siente al mismo tiempo consolado y
asustado por sus padres.

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