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Teoría del apego:

Conductas, Etapas y Experimentación

La teoría del apego de John Bowlby


La necesidad de bebé de estar próximo a su madre, de ser acunado en brazos, protegido y
cuidado ha sido estudiada científicamente.

La experiencia de su trabajo en instituciones con niños privados de la figura materna condujo al


psicólogo John Bowlby a formular la teoría del apego.

El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus cuidadores o figuras de apego
(Caregivers) y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo
de la personalidad. La tesis fundamental de la Teoría del Apego es que el estado de seguridad,
ansiedad o temor de un niño es determinado en gran medida por la accesibilidad y capacidad
de respuesta de su principal figura de afecto (persona con que se establece el vínculo).

El apego proporciona la seguridad emocional del niño: ser aceptado y protegido


incondicionalmente. Este planteamiento también puede observarse en distintas especies
animales y que tiene las mismas consecuencias: la proximidad deseada de la madre como base
para la protección y la continuidad de la especie.

El trabajo de Bowlby estuvo influenciado por Konrad Lorenz (1903-1989) quien en sus estudios
con gansos y patos en los años 50, reveló que las aves podían desarrollar un fuerte vínculo con
la madre (teoría instintiva) sin que el alimento estuviera por medio. Pero fue Harry Harlow
(1905-1981) con sus experimentos con monos, y su descubrimiento de la necesidad universal de
contacto quien le encaminó de manera decisiva en la construcción de la Teoría del Apego.

El bebé –según esta teoría- nace con un repertorio de conductas las cuales tienen como finalidad
producir respuestas en los padres: la succión, las sonrisas reflejas, el balbuceo, la necesidad de
ser acunado y el llanto, no son más que estrategias por decirlo de alguna manera del bebé para
vincularse con sus papás. Con este repertorio los bebés buscan mantener la proximidad con la
figura de apego, resistirse a la separación, protestar si se lleva a cabo (ansiedad de separación),
y utilizar la figura de apego como base de seguridad desde la que explora el mundo.

Más tarde Mary Ainsworth (1913-1999) en su trabajo con niños en Uganda, encontró una
información muy valiosa para el estudio de las diferencias en la calidad de la interacción madre-
hijo y su influencia sobre la formación del apego. Ainsworth encontró tres patrones principales
de apego: niños de apego seguro que lloraban poco y se mostraban contentos cuando
exploraban en presencia de la madre; niños de apego inseguro, que lloraban frecuentemente,
incluso cuando estaban en brazos de sus madres; y niños que parecían no mostrar apego ni
conductas diferenciales hacia sus madres. Estos comportamientos dependían de la sensibilidad
de la madre a las peticiones del niño.

La teoría del apego tiene una relevancia universal, la importancia del contacto continuo con el
bebé, sus cuidados y la sensibilidad a sus demandas están presentes en todos los modelos de
crianza, con variaciones según el medio cultural, pero manteniéndose la universalidad de la
importancia del apego.

«Un niño que sabe que su figura de apego es accesible y sensible a sus demandas les da un fuerte
y penetrante sentimiento de seguridad, y la alimenta a valorar y continuar la relación» (John
Bowlby).

El vínculo personal y la ansiedad de separación

El psicólogo británico John Bowlby fue el primero en describe el apego como una “conexión
psicológica duradera entre los seres humanos”. Él define el apego como un vínculo emocional
profundo y perdurable que conecta una persona a otra a través del tiempo y el espacio.

Bowlby estaba interesado en la comprensión de la ansiedad por separación y la tristeza que los
niños experimentan cuando están separados de sus cuidadores primarios, generalmente sus
padres.

Algunas de las primeras teorías del comportamiento sugerían que la unión entre personas se
debía simplemente un comportamiento aprendido. Estas teorías proponían que la unión no era
más que el resultado de la necesidad de cubrir las necesidades básicas del niño y por parte del
cuidador. En otras palabras, debido a que el cuidador alimenta al niño y le proporciona cuidados,
el niño se apega a su cuidador. Pero lo que Bowlby observó fue que incluso aunque los siguieran
alimentando y cuidando, la ansiedad experimentada por los niños cuando son separados de sus
cuidadores primarios no disminuye. En su lugar, encontró que el apego se caracteriza por
patrones de comportamiento y motivación muy específicos. Cuando los niños tienen miedo, van
a buscar la proximidad de su cuidador principal con el fin de recibir tanto la comodidad como su
atención.

La teoría del apego explica cómo se establecen los lazos y las relaciones entre las personas a lo
largo de la vida y comprende una visión interdisciplinaria que abarca desde la psicología hasta
la etiología.
El apego es un lazo afectivo o un vínculo emocional que establece el niño con sus padres o figuras
representativas de cuidado y protección. El cual proporciona una seguridad emocional necesaria
y clave para el posterior desarrollo de la personalidad del menor.

John Bowlby fue el autor de la teoría del apego y quien afirmó que los niños desde muy
temprana edad, y por medio de una relación cálida, próxima y continuada con su figura
representativa, fijan una determinada salud mental. Como se sabe, las personas vienen
predispuestas biológicamente para las relaciones sociales desde su nacimiento y para el
desarrollo de conductas de apego.

En esta línea, lo más importante de la teoría de John Bowbly es que el estado de seguridad,
ansiedad o temor que presente el niño, estará determinado por la accesibilidad con su figura de
apego, la cual suele ser su madre.

Actualmente, la teoría del apego sigue teniendo peso en la sociedad científica y en la explicación
de cómo se desarrollan los niños. Su influencia ha servido para la realización de nuevas terapias
y también ha contribuido a aportar nuevas ideas a éstas.

¿Qué es el apego?
Como ya hemos visto, el apego es un vínculo emocional con otra persona. Bowlby afirmó que
los enlaces formados por niños con sus cuidadores en sus etapas más tempranas, tienen un
tremendo impacto que no desaparece y continúa durante toda la vida.

Sugirió que este apego también sirve para mantener al bebé cerca de la madre, lo que mejora
las posibilidades de supervivencia del niño. Él vio el apego como un producto de los procesos
evolutivos. Mientras que las primeras teorías del comportamiento de apego sugirieron que la
unión era un proceso aprendido, Bowlby y otros propusieron que los niños nacen con una
tendencia innata a establecer vínculos con los cuidadores.

A lo largo de la historia, los niños que mantienen la proximidad a una figura de apego tenían más
probabilidades de recibir comodidad y protección, y por lo tanto más probabilidades de
sobrevivir hasta la edad adulta. Es un sistema de motivación diseñado a través del proceso de la
selección natural, para regular el apego entre padres e hijos.

La idea central de la Teoría del Apego es que los cuidadores primarios que están disponibles y
que responden a las necesidades de un bebé, permiten al niño desarrollar un sentido de
seguridad. El niño sabe que el cuidador es fiable, lo que crea una base segura para el niño para
luego explorar el mundo.
Estudios sobre la privación materna

Estudios realizados entre 1950 y 1960 por Harry Harlow sobre la privación materna y
el aislamiento social, también exploraron estos vínculos tempranos.

En una serie de experimentos, Harlow demostró cómo surgen tales vínculos y el fuerte impacto
que tienen sobre el comportamiento y funcionamiento futuros. En una versión de su
experimento, unos monos recién nacidos fueron separados de sus madres biológicas y criados
por “madres de alquiler”. Los monos se colocaron en jaulas junto con dos madres artificiales.
Una de las madres mona estaba hecha de alambre y tenía una botella de la que el pequeño
podía beber y obtener el alimento, mientras que la otra estaba cubierta con una tela suave.

Harlow pudo observar que mientras los pequeños monos acudían a la madre de alambre para
obtener alimentos, pasaban la mayor parte de su tiempo con la madre del paño suave. Además,
cuando se asustaban, los monos bebé se iban hacia a su madre cubierta de tela para buscar la
comodidad y la seguridad. El trabajo de Harlow también demostró que los primeros vínculos
afectivos fueron el resultado de la comodidad y de recibir atención de un cuidador, en lugar de
simplemente alimento.

Las conductas del apego


El apego no surge de manera espontánea, sino que va desarrollándose conforme pasan una serie
de etapas o fases. Así pues, primero existe una preferencia del niño por las personas en general
para pasar después a una asociación con aquellas que están cercanas a él.

Así, el apego se intensifica durante la mitad del primer año desarrollando un tipo de apego que
puede ser más positivo o más negativo.

Los estudios que el autor de esta teoría realizó fue sobre la crianza con los primates, pudiendo
describir la evolución de la conducta del apego, sus etapas y la formulación entre la conducta
exploratoria y el vínculo seguro. Por otro lado, se estudió también el establecimiento de la
relación entre la conducta del apego y la conducta de angustia ante personas extrañas de los
niños.

A rasgos generales, las conductas de apego son necesarias para la supervivencia de los menores
ya que al nacer éstos están totalmente desprovistos de habilidades que los permitan sobrevivir
por ellos mismos.
En esta línea, las conductas establecidas por John Bowlby fueron: el llanto, la sonrisa, la succión,
la llamada, el aferramiento y el seguimiento y las cuales se observan en el niño de las siguientes
formas:

 El llanto provoca que inmediatamente la figura representativa se acerque al niño, lo que


le permite ver que al acercarse a él, éste deja de llorar.
 La sonrisa en torno al mes del niño se va haciendo social, al igual que refuerza al cuidador
para que se produzca ese acercamiento.
 La succión garantiza el contacto y acercamiento físico con la figura representativa,
padre, madre, etc.
 Las vocalizaciones por parte del bebé facilitan el diálogo y favorece el acercamiento con
las figuras de apego.
 El aferramiento se puede reflejar en conductas como presionar la mano.
 El seguimiento se percata en el niño con estímulos preferentes que desarrolla en torno
a su cuidador como buscarlo con la mirada.

Por otra parte, en cuanto al cuidador, que puede ser la madre, también cuenta con ciertas
condiciones que le facilitan el apego desde un punto de vista biológico.

Dichos cambios en ella pueden observarse a través de los cambios hormonales que la
predisponen al cuidado de sus hijos, así como la relación de interacción prácticamente innata
que se establece entre ella y el bebé.

El modelo de Bowlby
Su modelo se basa en cuatro sistemas de conductas relacionadas que son: el sistema de
conductas de apego, el sistema de exploración, el sistema de miedo a los extraños y el sistema
afiliativo.

El sistema de conductas de apego se refiere a aquellas que se realizan para el mantenimiento y


la continuidad del contacto con las figuras de apego como son las sonrisas, el llanto y los
contactos físicos. Estas conductas se activan cuando el niño percibe una señal de peligro o
amenaza como cuando aumenta la distancia entre él y su cuidador o cuidadores.

Relacionado con el anterior, se encuentra el sistema de exploración el cual se diferencia de él


en que al disminuir la conducta del apego el niño realiza más conductas exploratorias.

Por otro lado, el sistema del miedo a los extraños también está vinculado con los dos sistemas
anteriores, ya que si aparece tendrá como consecuencia un aumento de las conductas del apego
y una disminución en el sistema de conductas exploratorias.
En contraposición al sistema de miedo se encuentra el sistema afiliativo, el cual pone de
manifiesto la predisposición que tienen las personas a la interacción con otras, incluso con
aquellas desconocidas para las que no hay vínculo.

A través de esto, se puede observar cómo el apego constituye una serie de conductas diversas
que cuya activación, intensidad y morfología va a depender de variables individuales y
ambientales. A continuación, se extiende un conjunto de procesos que conducen a la selección
de la figura del apego:

• Tendencia innata al acercamiento a determinados estímulos como voces o caras


humanas.
• Aprendizaje discriminativo por contacto, distinguiendo entre voces y olores
conocidos como el de su madre y el de otras personas.
• Predisposición a orientarse hacia lo conocido y familiar.

Etapas de la formación del apego

1. Fase Pre-apego
Desde el nacimiento hasta los 3 meses, los niños no muestran ningún apego particular a un
cuidador específico. Señales del bebé como el llanto y el malestar natural atraen la atención del
cuidador, y las respuestas positivas del bebé estimulan al cuidador a permanecer cerca para así
poder atenderle.

2. Fase de formación del apego

A partir de alrededor las 6 semanas y hasta los 7 meses, los bebés comienzan a mostrar
preferencias por los cuidadores primarios y secundarios. Durante esta fase, los bebés
desarrollan un fuerte sentimiento de confianza. Mientras que todavía aceptan el cuidado de
otras personas, distinguen mucho mejor entre las que les son conocidas y las desconocidas.
También responden más positivamente al cuidador principal.

3. Fase de apego
En este punto, entre los 7 a los 11 meses de edad, los bebés muestran un fuerte apego y la
preferencia por un individuo específico. Protestan cuando se les separa de la figura de apego
primario (ansiedad de separación), y comienzan a mostrar ansiedad con los extraños
(ansiedad ante los extraños).
4. Formación de relaciones recíprocas
Después de aproximadamente los 9 meses de edad, los niños empiezan a formar fuertes
lazos emocionales con otros cuidadores más allá de la figura de apego primaria. Esto incluye
a menudo el padre, los hermanos mayores y los abuelos.

Aunque este proceso puede parecer sencillo, hay una serie de factores que pueden influir
en cómo y cuándo vínculos se desarrollan. En primer lugar, si los niños que no tienen una
figura de atención primaria, como sucede en los orfanatos, pueden no desarrollar el sentido
de la confianza necesaria para formar un apego seguro. En segundo lugar, la prestación de
cuidados de calidad es un factor vital. Cuando los cuidadores responden de forma rápida y
consistentemente, los niños aprenden que pueden depender de las personas que son
responsables de su cuidado, que es la base fundamental para la unión.

Los tipos de apego

Apego seguro
El apego seguro sucede cuando el niño se angustia al separarse de sus cuidadores principales y
se tranquiliza cuando éstos regresan. Estos niños se sienten seguros y capaces de depender de
sus cuidadores adultos. Cuando se ausenta el adulto, el niño puede sentirse molesto, pero él o
ella se siente seguro de que la madre o el cuidador van a regresar. Cuando se asustan, buscarán
la comodidad de sus cuidadores. Estos niños saben que su padre o cuidador les proporcionarán
comodidad y seguridad, por lo que se sienten cómodos al buscarlos en momentos de necesidad.

Apego ambivalente
Los niños con un apego ambivalente responden a la separación con angustia intensa y mezclan
comportamientos de apego con expresiones de protesta, enojo y resistencia. Las investigaciones
sugieren que el apego ambivalente es el resultado de la escasa disponibilidad materna. Estos
niños saben que no pueden depender de que su madre (o cuidador) va a estar allí cuando el niño
lo necesite.

Apego evitativo
Los niños con un apego evasivo tienden a evitar padres o cuidadores. Este tipo de apego se da
cuando el cuidador deja de atender constantemente las señales de necesidad de protección del
niño, lo que no le permite desarrollar el sentimiento de confianza que necesita. Se sienten
inseguros hacia los demás y esperan ser ignorados debido a las experiencias pasadas de
abandono. Cuando se les ofrece varias opciones, estos niños no muestran ninguna preferencia
entre un cuidador y un completo desconocido. La investigación ha sugerido que este estilo de
apego podría ser el resultado de los cuidadores abusivos o negligentes. Los niños que son
castigados por depender de un cuidador, aprenderán a evitar la búsqueda de ayuda en el futuro.

Apego desorganizado
Los niños con un apego desorganizado a menudo muestran una mezcla confusa de
comportamientos y pueden parecer desorientados, aturdidos o confundidos. Estos patrones son
debidos a que el cuidador ante las demandas del niño, presenta respuestas desproporcionadas
y/o inadecuadas. Algunos investigadores creen que la falta de un patrón de apego claro está
relacionado con un comportamiento incoherente de sus cuidadores. Esta conducta del adulto
desorienta al niño, no le da seguridad y le genera ansiedad adicional. En tales casos, los padres
pueden servir como una fuente de confort y una fuente de temor, lo que lleva al pequeño hacia
un tipo de comportamiento desorganizado.

Por qué es tan importante el apego


¿Qué ocurre con los niños que no forman vínculos seguros? Al parecer el hecho de no formar
relaciones seguras tempranas puede tener un impacto negativo en el comportamiento en la
infancia tardía y durante toda la vida. Los niños diagnosticados con trastorno negativista
desafiante, trastornos de conducta o trastorno de estrés postraumático (TEPT), con frecuencia
muestran problemas de apego, posiblemente debido al abuso, la negligencia o el trauma. Los
médicos sugieren que los niños adoptados después de la edad de seis meses tienen un mayor
riesgo de problemas de apego.

Mientras que los estilos de apego que se muestran en la edad adulta no son necesariamente los
mismos que los observados en la infancia, éstos pueden tener un grave impacto en las relaciones
posteriores. Por ejemplo, los que están unidos de forma segura en la infancia, tienden a tener
una buena autoestima, una mejor autosuficiencia a medida que envejecen, fuertes relaciones
románticas y la capacidad de auto-revelar a los demás. Estos niños también tienden a ser más
independientes, se desempeñan mejor en la escuela, tienen relaciones sociales más exitosas, y
experimentan menos depresión y la ansiedad. Como adultos, tienden a tener relaciones sanas,
felices y duraderas.
Referencias:

Bowlby, J. (1985). La separación afectiva. Ediciones Paidos: Barcelona.

Brazelton, T. y Cramer, B. (1993). La relación más temprana. Padres, bebés y el drama del apego
inicial. Ediciones Paidos: Buenos Aires.

Brazelton, T. (1992). 35 Separation. En Touchpoints: your child’s emotional and behavioral


development. Perseus Books. Reading: Massachussetts. Oliva, A. Estado actual de la teoría del
apego. Universidad de Sevilla.
Main, Mary, "Las categorías organizadas del apego en el infante, en el niño, y en el adulto:
Atención flexible versus inflexible bajo estrés relacionado con el apego", Revista de
Psicoanálisis. Aperturas Psicoanalíticas, nº 8, 2001.

Slade, Arrieta, "Representación, simbolización y regulación afectiva en el tratamiento


concomitante de una madre y su niño: teoría del apego y psicoterapia infantil", Revista de
Psicoanálisis. Aperturas Psicoanalíticas, nº 5, 2000.

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