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ELABORACIÓN Y DISEÑO:
CLARA HERSILIA PELÁEZ GUTÍERREZ
PRESENTACIÓN
Es un hecho que las dificultades de comportamiento de los alumnos es uno de los
problemas que más afectan a los maestros. Este hecho puede ser explicado por
varias razones:
Este trabajo se realizo con la idea de poder proporcionar a los docentes, en este
caso específico, del nivel de preescolar, algunas estrategias de trabajo para los
niños que presentan dificultades en el comportamiento. El trabajo está dividido en
tres secciones: en la primera se mencionan algunos aspectos teóricos de estas
dificultades. Como son los tipos de alteraciones, sus causas, y qué son. En la
segunda se mencionan estrategias de atención que pueden ser llevadas a cabo
dentro del aula del Jardín de Niños y por último se manejan algunas actividades y
juegos que ayudan a mejorar algunas de las dificultades de los niños con
hiperactividad.
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DIFICULTADES EN LA CONDUCTA
Es un hecho que las dificultades de comportamiento de los alumnos es uno de los
problemas que más afectan a los maestros. Este hecho puede ser explicado por
varias razones:
• Fobias
• Inhibición Social
• Tics
• Trastornos de ciertas funciones fisiológicas:
➢ Alimentación: anorexia y bulimia.
➢ Sueño: Terrores, rituales y pesadillas.
➢ Eliminación: Enuresis y encopresis.
➢
2. Trastornos por una socialización incorrecta:
➢ Conducta agresiva
➢ Conducta desobediente
➢ Mentiras.
➢ Conducta delictiva
CAUSAS:
Sus causas son muy variadas y desde 1930 se reconoce este síndrome a
través de diferentes etiologías ya sean orgánicas e inorgánicas.
1. Hiperactividad.
2. Impedimentos perceptivo – motores.
3. Labilidad emocional.
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4. Incoordinación muscular.
5. Inatención.
6. Impulsividad.
7. Desordenes de la memoria y el pensamiento.
8. Trastornos específicos del aprendizaje.
9. Desordenes del lenguaje y signos neurológicos blandos.
10. Irregularidades Electroencefalográficas.
Otros autores (Gross y Wilson) incluso llaman “clásico” a un cuadro clínico que
comprende los siguientes datos, de los cuales basta con que sean identificables la
mitad para establecer el diagnostico de probabilidad.
Respecto a los criterios recomendables para calificar algunos de los síntomas, los
de la DSM III nos parecen suficientes, a saber:
A. Inatención.
B. Impulsividad
C. Hiperactividad.
1. Frecuente ir y venir.
2. Molestar excesivamente a los demás.
3. Dificultad para permanecer sentado.
4. Movimientos excesivos durante el sueño.
5. Estar siempre en movimiento.
Con todas estas características no es difícil que estos niños tiendan al aislamiento,
a pesar de su falta de límites, sus relaciones amistosas son superficiales ya que al
intimar un poco más, la relación se interrumpe a causa de las demandas de
atención excesivas. Podría decirse que el niño hiperactivo no cuenta con el equipo
psíquico necesario para relacionarse con los demás sin conflictos. Cualquier
relación implica conflictos difíciles de entender y resolver por el mismo.
Concluyendo, se tendría que pensar que el niño con déficit de atención no solo es
el resultado de su herencia, de su temperamento o de su lesión intracraneal, sino
también del ambiente familiar y la capacidad educativa de ellos mismos y los
maestros, la calidad de la escuela y la ética del docente aunado al ambiente
sociocultural.
FAMILIA Y ESCUELA:
Por otro lado, la escuela como institución normativa exige al alumno atributos y
habilidades que el niño con déficit de atención no puede cumplir. La atención y
concentración, la disciplina y la obediencia, la tolerancia a la frustración, la
paciencia, anticipación y planeación son los requisitos fundamentales para el
aprendizaje, funciones que en el niño hiperactivo se encuentran alteradas. Ante
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Entre los problemas que presenta un niño con hiperactividad se encuentran los
problemas de aprendizaje, los cuales producen inquietud, tanto en los padres
como en los profesores porque están asociados directamente al rendimiento
escolar.
DETECCIÓN:
OBSERVACIÓN
Si se piensa que la maduración hará que el niño esté listo para la experiencia
escolar con un buen número de conquistas académicas, la detección de
indicadores de riesgo será a través de logros madurativos del Sistema Nervioso
Central, sin embargo, la detección temprana deberá hacerse con reservas ya que
durante los primeros años de vida del niño suele ser muy peculiar y discrepante en
algunos casos, por ejemplo al desarrollar gran habilidad en un área específica
(lenguaje), y habilidades limitadas en otra área (motricidad fina).
Por lo tanto es necesario hacerlo siempre con las reservas del caso.
EN EL HOGAR:
EN EL AULA:
La detección de indicadores dentro del aula por parte de los maestros es de suma
importancia para el diagnostico considerando:
• Memoria deficiente.
• Dificultades en la adquisición de la lecto-escritura y en el manejo de
conceptos numéricos.
• Necesidad de supervisión constante.
• Incomprensión de instrucciones.
• Incapacidad para esperar turnos.
• Impulsividad.
EN ACTIVIDADES COTIDIANAS
• Hiperverbalización.
• Falta de modulación en el tono de voz.
• Incomprensión de cualquier correctivo.
• Falta de límites en donde se requiere de ellos (restaurante, sala de espera,
etc.)
• No respeta el espacio de los demás.
• Deambulación sin objeto.
• Ansiedad extrema.
contra los muebles o tener poca seguridad para retener cosas con las manos,
dificultándosele los movimientos finos y precisos que requiere la escritura.
IMPLICACIONES EMOCIONALES:
Los problemas de aprendizaje no implican una sola condición de incapacidad sino
toda una serie de características definidas y definibles.
Los niños con problemas de aprendizaje son los que manifiestan una discrepancia
significativa en términos educativos y pueden afectarles a lo largo de toda su vida.
En la primera etapa de la vida escolar se manifiestan de manera clara los
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Hay que recordar que los niños con déficit de atención que presentan problemas
de aprendizaje generalmente tienen una dotación natural dentro de los límites
normales, sin embargo poseen déficit en los procesos básicos de aprendizaje y que
pueden ir o no acompañados de una disfunción demostrable del Sistema Nervioso
Central, que pueden o no mostrar una discapacidad intelectual o un déficit
educativo o cultural y también trastornos emocionales graves o perdida sensorial.
Los problemas del área socioemocional muy frecuentemente se mezclan con los
problemas de aprendizaje. Aunque no siempre es claro si los problemas
emocionales contribuyen a las dificultades académicas, si se observa que algunos
rasgos de comportamiento del alumno son contraproducentes para el aprendizaje
y por consecuencia limitan el éxito académico. Por otra parte, los problemas de
aprendizaje ciertamente contribuyen a crear problemas socioemocionales cuando
el niño se enfrenta al continuo fracaso académico y a su resultante frustración.
Autores como Masser, Verr y Bryan subrayaron que los niños con problemas de
aprendizaje muestran impulsividad en el momento de tomar decisiones, lo que da
como resultado múltiples errores académicos y sociales. Las funciones del yo
como la tolerancia a la frustración y la consideración a los demás no se desarrollan
de manera normal; utilizan estrategias de razonamiento egocéntrico y son menos
capaces que sus compañeros a la hora de tomar decisiones morales basadas en
expectativas y normas de grupo.
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El niño con estos problemas constantemente viola las reglas del comportamiento
social e incluso muestran franca rebeldía ante normas ya conocidas. Carecen de
habilidad para entender las emociones, sentimientos, los motivos y las intenciones
de otras personas. Algunos de ellos son malos conversadores, poco asertivos y su
actitud es pasiva y de poca o nula competitividad. Cuando se les pide que
enjuicien su propio comportamiento tienden a atribuirlo a aspectos externos a ellos
mismos, ajenos a su control, en detrimento a su propio esfuerzo y responsabilidad.
Se ha observado que los niños con este déficit poseen índices más bajos de
atención sostenida y son más disruptivos que sus compañeros sin estos problemas.
También se ha visto que la mayor parte de las veces sufren de inmadurez
emocional, por lo tanto lanzan demandas excesivas de atención y son más
dependientes. Padres y maestros finalmente cumplen estas demandas aunque sea
con carácter eminentemente correctivo. Paradójicamente, en lugar de que estas
interacciones sean positivas sencillamente son el motivo de mayores dificultades
para llevar a cabo aprendizajes escolares.
En las relaciones con sus compañeros estos niños muestran ser poco populares,
rechazados e inclusive ignorados; cuando se trata de elegir con quién se desea
formar un grupo de trabajo nunca piensan en ellos ya que los consideran más
agresivos, menos hábiles y muy dependientes.
Otro punto importante es que los maestros tienen escasas expectativas respecto al
futuro social y escolar de estos niños, lo que ocasiona poco interés y desánimo,
concentrándose en interacciones correctivas y claramente punitivas. Esto nos lleva
a pensar que la autoestima ya deteriorada se vea aún más dañada, hundiéndose
más en la problemática.
Conviene mencionar que los niños en cuestión tienen alterados los tres aspectos
básicos de la autoestima, los cuales son: sentimiento de pertenencia al grupo,
reconocimiento de la valía personal por parte de los demás y conocimiento de las
propias habilidades. La baja autoestima con elevados niveles de ansiedad y la
pobreza en la ejecución académica son otras de las consecuencias en estos niños.
FRACASO: El fracaso socioemocional suele ser la consecuencia del poco éxito del
niño ante situaciones de interacción, o debido a un sentimiento de incompetencia.
Algunos niños suelen tornarse apáticos y aislados socialmente, pues son incapaces
de relacionarse positivamente. Los padres y maestros no encuentran la relación
entre sus dificultades escolares y su aislamiento tratando de manejar el problema
superficialmente.
Tomar conciencia de esta realidad y familiarizarse con los principios básicos de los
problemas de aprendizaje, así como de las técnicas objetivas para manejar los
problemas socioemocionales siempre pueden ser herramientas útiles tanto para la
tarea pedagógica como la de crianza dentro del hogar, asumir la problemática e
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intentar su mejoramiento deben ser fines que vayan más allá de la transmisión de
información; debería suponer realizar un esfuerzo de análisis y planeación de las
estrategias cotidianas.
Este niño no aprende al Mismo Ritmo que la mayoría de los niños y no importa el
“nombre” con el que se llame a estas dificultades sino el ¿Qué Hacer? es lo
importante; ¿Qué Hago? Dicen los maestros de grupos de alumnos de preescolar,
primaria y secundaria.
¿Qué Hago por que en el grupo yo tengo otros 39 niños aparte de él?
De todas las técnicas a utilizar debemos comenzar por la más fácil de llevar a la
práctica y por aquella que quizá nos proporcione una mejora más inmediata. Nos
referimos a las modificaciones en el espacio, distribución de los muebles,
localización de las mesas, etc. Que pueden favorecer el cambió de conducta del
niño hiperactivo.
permitirá tener a los rápidos controlados y motivar a los lentos para que
terminen.
Recomendaciones:
Premios: Para que las conductas positivas de los niños aumenten (trabajen
sentados, cometan menos errores, etc.), los profesores deben buscar formas de
recompensar a sus alumnos. Las recompensas materiales no son aconsejables en
el contexto del aula. En primer lugar, porque las recompensas sociales, como la
felicitación del profesor o los compañeros, y la satisfacción del trabajo bien hecho
suelen ser suficientes para incrementar estas conductas y son mucho más
naturales. En segundo lugar porque la cantidad de niños no permite costear al
profesor tal cantidad de refuerzos.
Vamos a iniciar considerando que los factores que intervienen en el logro del
aprendizaje escolar son:
• ORGÁNICOS
• FISIOLÓGICOS
• PSICOLÓGICOS
• SOCIALES
Un niño que no integra bien el esquema corporal lo más seguro será que perciba
inadecuadamente el espacio y alterará todo el proceso perceptivo. Esto traerá
como consecuencia “vicios” que se observarán en obstáculos del desarrollo
normal primero y del aprendizaje escolar después. Consideramos pues la
organización a través del mal manejo del esquema corporal. Si encontramos
problemas desde el punto de vista orgánico (alguna alteración del Sistema
Nervioso Central u órganos receptores podemos referir desorganización
perceptual, esto nos llevara seguramente a problemas en la psicomotricidad y a
manejar un buen nivel de atención (vista – oído), lo anterior repercutirá en el
manejo psicológico del sujeto, presentando quizá algún “bloqueo emocional” y
el creerá que “no puede aprender” y quizá con esta idea cierre sus conductas
perceptuales (oído, vista, tacto, etc.) y su concentración será difícil por el
razonamiento, la memoria y los conocimientos abstractos se le dificultaran de una
manera considerable y lo más probable es que presente problemas en la familia,
escuela y comunidad.
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INTEGRACIÓN
FRUSTRACIÓN DEL
INESTABILIDAD
PERCEPCION MEDIO FAMILIAR
EMOCIONAL
INADECUADA
(NIÑO)
FRACASO
INESTABILIDAD ATENCIÓN
ESCOLAR
DEL PENSAMIENTO DISPERSA
7. Brazos. Empieza con los brazos estirados sobre la cabeza, con las manos y
los dedos extendidos. Deja caer los dedos por los nudillos y después las
manos por las muñecas mientras que los brazos siguen rectos. Después
deja caer los antebrazos, y por último los brazos completos. Vuelve a
empezar. Primero sube los codos, luego los antebrazos, y luego la muñeca.
Estire la muñeca hasta que los brazos estén en su posición original otra vez.
11. Sonidos ambientales. Pide a los niños que estén quietos y te digan los
sonidos que escuchan, como: El tic-tac del reloj, el transito distante de la
calle, el canto de los pájaros, el carro de bomberos, el viento.
12. Imaginar sonidos. Pide a los niños que estén muy quietos, tomen turnos
para nombrar los sonidos que imaginan como: rechinido de una vieja casa,
golpear de olas sobre enormes piedras, chapoteo de agua en la playa, una
lejana sirena de bomberos, tocino que se fríe, cubos de hielo que se
quiebran.
14. ¿De qué es ese sonido? Pídele a un niño que se ponga de espaldas al
resto del grupo. Entonces recorre el salón tocando o golpeando diferentes
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objetos, mientras el niño tiene que adivinar qué es. Tomen turnos para ser
el que hace los sonidos y el que los escucha.
15. Susurros. Susurra el nombre de un niño del grupo muy pero muy
despacio. Cuando el niño escuche su nombre, debe levantarse (o levantar
la mano o saludar). Si alguno no escucha su nombre, aumenta el volumen
hasta que lo oiga.
16. Aplaude también. Una persona aplaude una o varias veces y los demás
imitan el aplauso.
18. Recuerda. Lee a los niños una lista de palabras relacionadas. Tal vez una
lista de animales o un grupo de palabras que empiezan con la letra B, un
niño, después de escuchar la lista, trata de repetirla. Luego él dice una lista
de palabras y otro niño deberá repetirla y así sucesivamente.
19. Buscadores de sonido. Los niños hacen diferentes sonidos con sus
cuerpos. Posibilidades: truena los dedos, aplaude, golpea una rodilla con
otra, patea, suena los labios. Uno de los niños, vendado de los ojos, tiene
que encontrar cierto sonido, por ejemplo: palmadas. El buscador de sonido
camina entre los sonidistas hasta que encuentre al que está haciendo el
sonido que se le solicito identificar.
21. Haz lo que digo, no lo que hago. Pide al grupo que hagan una fila todos
juntos, cuando estén en su lugar, diles que hagan lo que dices y no lo que
haces; después dale instrucciones a cada niño, uno a la vez. El niño que
sigue instrucciones correctamente da un paso adelante. El que no las siga o
lo haga en forma incorrecta da un paso atrás. El que llegue primero al otro
lado del patio o salón, o de una línea determinada con anterioridad es el
que gana o puede ser el que dé órdenes. Ejemplo: Toca tu boca y di: “Sara
toca tu nariz”.
22. Orquesta de sonidos. Los niños son la orquesta de sonidos. Cada uno
elige que sonidos hacer. Las posibilidades incluyen: Sonidos de animales,
ruidos de carro o tren, llanto o risa, chasqueo de lenguas, sonidos con los
labios, silbidos o un sonido inventado, no conocido. Se toman turnos para
ser el director de la orquesta. Señalando con una “batuta” o con el dedo al
grupo o persona que debe hacer su sonido. El director puede indicar con
algunas señas, cual sonido quiere fuerte o suave, lento o rápido. El director
puede también intercambiar varios solos, dúos o tríos, o dejar que toda la
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23. ¿Qué hay adentro, qué hay afuera? Dale a los niños cierto tiempo para
mirar por la ventana y ver todas las cosas que hay fuera. Después pídeles
que dibujen en una hoja lo que ven. A continuación pídeles observar todo
lo que hay dentro del salón y también que las dibujen.
Variación: En vez de que dibujen algunos niños pueden decirte en voz alta
lo que ven afuera y adentro.
24. El tercer ojo. Lee en voz alta la siguiente lista, pero hazlo muy muy
lentamente. Pide a los jugadores que traten de ver cada imagen en su
mente.
▪ Una cara vieja y arrugada
▪ Un campo cubierto de nieve
▪ Montañas lejanas
▪ Una cueva subterránea
▪ Un castillo en el cielo
▪ Un dulce de algodón
▪ Un niño en un columpio
Variación: Que los niños propongan diferentes “imágenes” para que los
otros las “vean”.
25. Mírame. Por parejas un niño frente al otro deberán mirarse por un minuto.
Después que cierren sus ojos o se den la espalda y mencionen tantos
detalles como puedan del otro niño.
27. ¿Qué hay aquí? Los niños deberán tocar objetos diferentes que se
encuentren en el salón, con la punta de sus dedos y deberán decir cómo se
sienten cada uno de estos objetos y como se distinguen uno de otro.
Ejemplo: comparen la tersura de la mesa con la de la pared; el abrigo de
piel con el de algodón, la pluma con el lápiz. Digan por ejemplo: Vamos a
sentir la mesa” Entonces vayan y siéntanla, frótenla, denle palmadas y
hagan música sobre su superficie. Después, “vamos a sentir el suéter”,
pásenlo por su cara, sus brazos, sus muslos. Hagan el sonido que les venga
a la mente cuando sienten algo suave. Froten, palmeen, aprieten, sacudan.
“Así es como se sienten las cosas suaves”. No olvides preguntar: ¿Qué
vamos a sentir ahora ¿ de modo que tu niño practique su poder de
elección.
28. Cabezas de bolsa. Que uno de los niños ponga su cabeza dentro de una
bolsa de papel de estraza. Todos corren a su alrededor hasta que la
cabeza de bolsa dice: “Congelados” Todos se quedan donde están, mientras
cabeza de bolsa trata de encontrar a alguno de los jugadores. Cuando lo
logra tiene que adivinar a quien ha tocado. Si adivina, ese niño pasa a ser
cabeza de bolsa también y ambos deberán encontrar a otros niños a los
cuales identificar. Si no adivina, todos vuelven a correr a su alrededor hasta
que una cabeza de bolsa dice “congelados” otra vez y lo vuelve a intentar.
El juego continua hasta que todos los niños, menos uno tienen cabeza de
bolsa.
29. Dibuja una figura. Cada niño dibuja una figura geométrica en la espalda
de uno de sus compañeros, éste trata de adivinar cuál es la figura
geométrica que le dibujaron.
30. Troncos en venta. Los niños fingen ser troncos y se acuestan uno junto
al otro. Con un poco de ayuda de tu parte, el primer tronco rueda sobre el
segundo tronco y así sucesivamente hasta el final de la hilera. El segundo
tronco hace los mismo y el juego continua hasta que todos los troncos han
rodado.
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1. Las cosas que hago bien. Formando un círculo con los niños. Canten
juntos entre el turno de cada participante. Cada niño tiene que nombrar
alguna cosa que haga bien.
Empieza tú para que les enseñes cómo funciona el juego. Canción: (música
de “María tenía un corderito”).
Aquí están las cosas que hago bien, que hago bien, qué hago bien.
Respuesta
Yo puedo ________________________________________
¿Déjame ver?
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1. La zapatería. Los participantes del juego se quitan los zapatos que son
colocados al frente del salón en dos grupos. Todos los jugadores se colocan
al final del salón y por parejas van pasando al frente para buscar en uno de
los dos grupos de zapatos, los suyos. Cuando el niño se coloca los zapatos
correctamente, corre al final del salón, para que el siguiente compañero
encuentre los suyos. Gana el equipo que terminé primero de encontrar los
pares.
BIBLIOGRAFÍA:
➢ Hiperactividad
Dr. Víctor Uriarte
Editorial Manuel Moderno.
➢ El niño y su mundo
González Garza Ana María
Editorial Trillas.
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