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La relación del ser humano con el medio ambiente

En ese sentido, el presente estudio se posiciona dentro del área de la Psicología

Ambiental, la cual provee de marcos teóricos y herramientas metodológicas que permiten

abordar, describir y explicar las relaciones que las personas y los grupos establecen con su

entorno (Pol, Valera & Vidal, 1999). Según lo leído, las actitudes están compuestas por tres

componentes básicos: cognitivo, afectivo y comportamental. Allport enfatiza el componente

conductual o comportamental entendiéndola como una predisposición a actuar de una forma

determinada con respecto a los estímulos recibidos. Fishbein y Ajzen (1975 en Coya García &

Meira Cartea, 2000) nos destaca que el componente más importante es el afectivo-evaluativo que

trata de relacionar la dimensión del sentimiento de agrado o desagrado con respecto a las

actitudes. Milfont (2009) resalta que en las funciones de las actitudes son resumidas en tres

facetas. La primera, nos dice que ayuda a entender y estructurar el mundo de modo que nos

facilite nuestra adaptación al ambiente. La segunda, nos favorece la expresión e interacción para

así poder expresar nuestros valores básicos que desde niños hemos ido adquiriendo. Y por

último, está el lograr mantener nuestro autoestima.

Definiendo a la ecología como la ciencia que estudia las relaciones existentes entre los

organismos vivientes y el ambiente, la ecología humana, al menos en el proyecto embrionario de

Gerald Marten, uno de los iniciadores de la disciplina relaciona a los seres humanos y sus

ambientes (Marten, 2003, p. 1). El fin de la ecología humana es analizar las consecuencias de las

actividades humanas como una corriente de consecuencias que han existido en el ecosistema y la

comunidad en general. Por lo tanto, la ecología humana se centra en varias ecologías que se

relacionan con un mismo fin que es el que se adapten al entorno donde habitan, con excepción

alguna de la especie humana que se adapta al medio ambiente, a sus exigencias y deseos. la
ecología humana, a partir de los puntos de vista de distintas disciplinas, ha desarrollado su propia

metodología de estudio, considerando la dinámica de las interacciones bioculturales en el medio

ambiente. Esta inclusión científica ha permitido explorar los enfoques del conocimiento a través

del estudio del equilibrio dinámico de los ecosistemas en los que está implicado el hombre.

La ecología humana nació como un conocimiento que tenía como objetivo el devolver

la especie humana al centro del universo, con el fin de reconstruir la relación de los seres

humanos consigo mismos y con las otras especies que los rodean. El ser humano en general ha

sido considerado como un cáncer que carcome todo lo bueno del medio ambiente, pero también

como la posible cura. Es decir, la ecología humana cree en los seres humanos y en sus

capacidades de construir y de desarrollar nuevas ideas para el sostenimiento y la conservación de

nuestro entorno ecológico y natural.

La relación que prevalece entre la psicología ambiental y la ecología humana en cuanto

al entorno de la naturaleza en todo su esplendor junto con todas las especies y la especie humana

han logrado extenderse modificando el hábitat, menos inhóspito, pero también infiere en sostener

la naturaleza, además, que estas nos dan a conocer que el hombre desde un inicio de su creación,

siendo cazador, pescador, agricultor o ganadero lo cual no influyo de forma negativa al medio

ambiente, pero desde que comenzó a enfocarse en la industria surgió diversos problemas y

consecuencias, donde también se le ha asignado estos problemas ecológicos a las grandes

industrias y compañías que han contaminado nuestro aire y suelo. Desde la revolución industrial,

se han percibido grandes catástrofes y víctimas, la creación e implementación de los primeros

motores a vapor y después con combustibles fósiles, donde la atmosfera recibió todos los

desechos tóxicos y contaminantes; en el que se dieron las consecuencias más grandes a lo largo
de la historia. Siendo así que el hombre y el medio ambiente, siempre van a permanecer unidos,

pero si el ser humano a nivel individual no ayuda a crear conciencia e implementar métodos de

conservación y cuidado prontamente nos vamos a extinguir junto con todas las especies de

animales tanto acuáticos como terrestres.

Siguiendo así, vamos a definir la psicología ambiental, la cual se encarga de estudiar la

relación entre medio que los rodea y el ser humano como tal. Así como nosotros influimos en

nuestro entorno y ambiente también el entorno influye en nosotros. Bajo esta perspectiva se

construyen teorías que se relacionan con el comportamiento psicológico de cada ser humano,

dependiendo el entorno donde se encuentre el individuo siempre estará todo sobre él, es decir, el

entorno actúa sobre nosotros de tal manera en que se pueda convertir en fatiga, estrés o angustia,

pero, de igual manera el sujeto también genera ciertos impactos al medio ambiente tanto

positivos como negativos, pero con la diferencia que en la mayoría de los casos esta influencia es

negativa.

El análisis que se ha realizado a lo largo de las épocas sobre las conductas que tienen

mucha relación con el medio ambiente donde se constituye uno de los mayores objetivos que es

prioridad de la psicología ambiental. El objetivo antes mencionado es relacionado y compartido

por las distintas ramas que engloban la psicología como una ciencia que permite afrontar y

estudiar el comportamiento humano. Con el paso del tiempo se han multiplicado los estudios que

se han realizado que tienen el mismo fin, el explicar distintas fachadas que se relacionan con

crear conciencia y conducta ambiental y ecológica. De acuerdo a todo lo dicho anteriormente, la

psicología ambiental se entiende como la disciplina que estudia la comprensión de todos los

procesos psicosociales que se derivan de las relaciones e interacciones que haya entre el ser

humano y el medio ambiente.


El humano es uno de los seres vivos más importantes para el desarrollo y conservación

del medio ambiente, ya que ayudaría a la protección del entorno ambiental, comenzando por

conservar y proteger los recursos naturales, preservando la fauna y la flora. El hombre debe

constar a lo largo de su vida el sentido de pertenencia y hacer uso de la responsabilidad tanto

individual como colectiva para mejorar cada acción que otros humanos no tienen atentando

contra el sostenimiento y cuidado del planeta.

Con todo lo leído anteriormente, queda destacar que la ecología humana y la psicología

ambiental han influido de forma positiva y en pro de la naturaleza ya que, nos invita a defender

nuestro medio ambiente. Claro que, sin dejar a un lado la protección de la naturaleza o el entorno

de la persona humana, puesto que, hay causa y efecto entre actitudes de descuido y falta de

sentido de pertenencia que va de la mano con la malicia de la convivencia humana. Por medio de

la solidaridad que es la que impone en la ecología humana y la psicología ambiental en cuanto a

buscar una pronta actuación para mejorar el medio ambiente y sobretodo nuestra vida social.
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