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El documento resume las teorías de Piaget, Aberastury y Klein sobre el desarrollo del juego en la infancia. Según Piaget, hay tres categorías principales de juego en la primera infancia: juego de ejercicio, juego simbólico y juego reglado. Aberastury observó que el juego permite a los niños proyectar sus miedos y conflictos internos. Klein consideraba el juego como una forma de lenguaje para expresar fantasías, ansiedades y deseos.
El documento resume las teorías de Piaget, Aberastury y Klein sobre el desarrollo del juego en la infancia. Según Piaget, hay tres categorías principales de juego en la primera infancia: juego de ejercicio, juego simbólico y juego reglado. Aberastury observó que el juego permite a los niños proyectar sus miedos y conflictos internos. Klein consideraba el juego como una forma de lenguaje para expresar fantasías, ansiedades y deseos.
El documento resume las teorías de Piaget, Aberastury y Klein sobre el desarrollo del juego en la infancia. Según Piaget, hay tres categorías principales de juego en la primera infancia: juego de ejercicio, juego simbólico y juego reglado. Aberastury observó que el juego permite a los niños proyectar sus miedos y conflictos internos. Klein consideraba el juego como una forma de lenguaje para expresar fantasías, ansiedades y deseos.
Epistemólogo, biólogo suizo, psicólogo, considerado el padre de la
epistemología genética.
E juego se diferencia del acto intelectual mas por su finalidad
que por su estructura, ¨El acto intelectual persigue siempre una meta que se halla fuera de él, el juego en cambio, tiene un fin en sí mismo¨
Existen (3) tres categorías de principales de juego, en la primera
infancia:
- Juego de Ejercicio - Juego Simbólico - Juego Reglado
Estos juegos pueden presentarse simultáneamente, sin embargo
en fase senso-motora solo se presenta exclusivamente el Juego de Ejercicio. Más tarde, solo rara vez se conservan éstos en forma pura.
Juego de Ejercicio
Durante el primer mes de vida del bebé, no podemos considerar
que exista juego, ya que es un período de adaptaciones reflejas, a partir del 2 mes el niño puede reproducir conductas simplemente por el placer de mirarse las manos, esta actividad se convierte en lúdica cuando se repite una y otra vez, por mero placer funcional. Los primeros juegos se refieren al propio cuerpo., no hay intencionalidad, las nuevas conductas se aprenden por azar y luego se repiten lúdicamente (como chuparse las manos, mirarlas, jugar con la voz).
Entre los 4 y 8 meses la actividad se dirige a los objetos del
mundo exterior, surge el placer de actuar sobre dichos objetos, por ejemplo, mover objetos que cuelgan de su cuna.
La mímica del niño indica cuando su conducta es lúdica o
adaptativa, en este momento se pasa gran parte de su tiempo agitando, golpeando y frotando objetos. Hay semi- intencionalidad.
La intencionalidad aparece entre los 8 y 12 meses junto con la
posibilidad de coordinar dos esquemas independientes dentro de una nueva totalidad, (por ejemplo el clásico juego de apartar un obstáculo para alcanzar el objeto deseado), poniéndose de manifiesto el instrumento y la meta. Es muy frecuente que el niño en ese momento se entretenga jugando con el instrumento y se olvide de la meta.
De los 12 a 18 meses aparece la transición hacia los futuros
juegos simbólicos, por ejemplo ver una almohada, se acuesta, se pone el dedo en la boca y cierra los ojos. Existe aquí un esquema anteriormente adquirido y se repite por placer. JUEGO SIMBÓLICO
Es el hacer ¨Como sí¨ y por medio de la utilización de símbolos
propios.
Esto depende de la posibilidad de sustituir y representar una
situación vivida por una supuesta.
El símbolo implica la representación de un objeto ausente, el
objeto presente juega el papel de significante y el objeto ausente el de significado.
Alrededor de los 2 años, el niño se limita a hacer ¨como sí¨, hace
que duerme, hace que come, más adelante aplica esquemas simbólicos sobre objetos nuevos, hace dormir, hace comer a otros objetos, acá el símbolo se separa del ejercicio sensorio motriz y se proyecta en una representación independiente.
Posteriormente aparecen los juegos de imitación de conductas
llevadas a cabo por otros, por ejemplo hace como si leyera el diario, como si hablara por teléfono. Los esquemas que imitan no pertenecen al conjunto de las acciones propias. Más tarde estos esquemas son proyectados, hacer leer el diario al muñeco.
Más adelante no sólo imita conductas de otros sino que se
identifica con personajes y objetos y camina en cuatro patas y dice miau.
A partir de los 3 años el juego simbólico se enriquece
construyendo escenas más complejas, que van de la simple transposición de la vida real a la invención de seres imaginarios, en estas combinaciones lúdicas aparecen a veces deseos reprimidos en la realidad y que se satisfacen plenamente en el juego. Piaget las va a llamar combinaciones compensadoras, por ejemplo jugar al doctor.
Para Piaget el juego simbólico durante la primera infancia actúa
como catarsis y ayuda a restablecer el equilibrio afectivo alterado.
Entre los 4 y 7 años el juego simbólico comienza a desaparecer,
ya que se aproxima más a lo real, el símbolo llega a perder su carácter deformante para convertirse en una simple representación imitativa y fiel de la realidad. Las construcciones en el juego se hacen más ordenadas y coherentes, dando lugar a secuencias lúdicas más extensas.
Comienza también el simbolismo colectivo, por ejemplo el juego
de la mamá y el papá, pasando del egocentrismo inicial a la reciprocidad, con diferenciación y adecuación de los papeles.
JUEGO REGLADO
Predomina en el periodo que va desde los 7 a los 11 años, son
juegos de combinaciones sensorio- motrices por ejemplo carreras, lanzamiento de figuritas, otros son intelectuales, regulados por un código transmitidos de generación en generación o por acuerdos improvisados. Estos juegos a diferencia de los anteriores, ya que subsisten y se desarrollan durante toda la vida, dado que el juego de reglas es la actividad lúdica del ser socializado. La regla implica una regularidad impuesta por el grupo y su no cumplimiento representa la falta.
El niño va pasando poco a poco del ejercicio simple a
combinaciones sin objetivo y luego a combinaciones con una finalidad por ejemplo hacer una torre con cubos, donde el niño asigna una tarea precisa, el juego de ejercicio se convierte en un juego de construcción. De la construcción lúdica va evolucionando a través de transiciones insensibles hacia el trabajo.
Cuando el ejercicio se vuelve colectivo puede regularse y
convertirse en juego de reglas, por ejemplo jugar a las figuritas.
A medida que va creciendo, la asimilación simbólica y ficticia se
vuelve cada vez más inútil, ya que la vida le va ofreciendo al niño otros recursos reales para satisfacer sus necesidades.
Por otro lado el simbolismo de varios puede engendrar la regla y
es así que los juegos de ficción se convierten en juegos reglados por ejemplo el juego del policía y el ladrón.
El juego simbólico se integra al juego senso- motor y se
transforma en juego de construcción, pero de la construcción adaptada al trabajo hay un camino corto, lo cual explica que la extinción de los juegos se haga en provecho de la construcción adaptada o de la creación y de la evolución de los juegos reglados, que se van a mantener a lo largo de la vida dado que el juego reglado es la actividad lúdica del ser socializado. ARMINDA ABERASTURY
Comprobaba en su labor diaria como psicoterapeuta que las
situaciones traumáticas aparecen en el juego del niño, pero también le interesaba analizar las relaciones que existían entre la maduración y el desarrollo motivando la aparición o desaparición de un juego a una edad determinada.
Sus primeras experiencias fueron empíricas, ya que observaba
una actividad lúdica y analizaba sus resultados.
Su descubrimiento fundamental en este aspecto fue comprobar
que todo bebé pasaba entre los 7 y 12 meses por un período en que la genitalidad era muy importante y tenía sus formas de descargas adecuadas. Entre ellas una de las más significativas era el juego específico de sacar y meter cosas, introducir en agujeros objetos penetrantes, llenar contenidos con pequeños objetos, explorar agujeros.
La experiencia le mostró que el juego le ofrecía al bebé una serie
de experiencias que respondían a estas necesidades específicas a cada etapa del desarrollo.
Al jugar el niño proyecta en el exterior sus miedos, angustias y
problemas internos dominándolos mediante una acción. Repiten en el juego todas las situaciones excesivas par su yo débil, ésto le permite hacer activo lo que ha sufrido pasivamente, cambiar un final que fue penoso, tolerar papeles en situaciones que en la vida real le serían prohibidos desde adentro y desde afuera, también repetir aquellas situaciones que le resultaron placenteras. Va a aplicar la actividad lúdica como recurso de su técnica psicoterapéutica y dice que a través del juego el niño manifiesta sus conflictos y de éste modo podemos reconstruir su pasado, en el adulto esto lo hacemos a través de la palabra.
Comenzó a utiliza la observación de horas de juego para el
diagnóstico de enfermedades, llegando a la conclusión de que la primera hora de juego de un niño nos muestra no sólo la fantasía inconsciente de cuál es su enfermedad sino también en muchos casos, cual es la fantasía inconsciente de su curación. Esta es otra evidencia de las relaciones entre el desarrollo emocional, la normalidad del desarrollo y la actividad lúdica
A.Aberastury sostiene que los juegos básicos del primer año de
vida son el fundamento de todos los desarrollos posteriores de la actividad lúdica y de toda la actividad sublimatoria. MELANIE KLEIN
El juego como lenguaje
En su libro ¨Desarrollo en psicoanálisis¨, Klein postula que los
elementos emocionales están a menudo fusionados y ligados con sensaciones corporales, no habiendo clivaje entre ambos.
El lenguaje es un medio adecuado de expresión cuando trae
aparejado un contenido emocional asociado, de lo contrario su función pasa a ser defensiva y oculta una ansiedad específica. En los niños los pensamientos y fantasías se expresan en el juego.
Un niño pequeño entiende mucho más de lo que él mismo puede
expresar en palabras.
En ¨Psicoanálisis de niños¨ M. Klein se detiene más en las
características del juego como lenguaje: ¨El niño expresa sus fantasías, deseos y sus experiencias de modo simbólico por medio de juegos y juguetes¨.
¨El juego es el mejor medio de expresión del niño¨
Función del Juego
Juego como expresión de fantasías, ansiedades y deseos.
El juego es un medio de expresión de fantasías. Detrás de toda
forma de juego hay un proceso de descarga de fantasías de masturbación operando en la forma de un continuo impulso a jugar, éste proceso como una compulsión a la repetición, constituye el mecanismo fundamental del juego infantil. Las experiencias sexuales del niño están enlazadas con sus fantasías masturbatorias y por medio del juego logra su representación y abreacción ( como descarga de emociones y afectos ligados a los recuerdos generalmente de experiencias infantiles penosas o dolorosas que por ésta razón ha sido reprimidas)
Juego y ansiedad
Los niños tratan de vencer en sus juegos las experiencias
desagradables. Po medio del juego el niño transforma las experiencias sufridas pasivamente en activas y cambia el dolor en placer, dando a estas experiencias primitivamente dolorosas un final feliz. Es así que se calma a sí mismo y se sobrepone a sentimientos de terror y pérdida mediante un acto simbólico con objetos materiales.
En años posteriores la deambulación es utilizada por el niño para
recuperar sus objetos perdidos tanto como encontrar en su lugar a nuevos objetos, es decir ayuda al bebé a superar la posición depresiva.
El juego en los niños efectúa la transformación de ansiedad en
placer.
En el juego el niño no sólo vence una realidad dolorosa ( madre
que se va con el juego del carretel) sino que también domina sus miedos instintivos y los peligros internos proyectándolos en el mundo exterior.
M.Klein ilustra claramente a través del un juego típico ( jugar a la
mamá y al papá), como se construye un puente entre fantasía y realidad. Juego y Aprendizaje
Si tenemos en cuenta que las funciones intelectuales derivan del
inter juego de los impulsos instintivos primarios necesitamos comprender tanto la fantasía como la prueba de la realidad y la inteligencia.
En el 2 mes de vida existe un grado de integración considerable
en la percepción y la conducta con signos de memoria y anticipación que le permiten al niño dedicarse cada vez más a juegos experimentales como un método de adaptarse a a realidad, medio activo de expresar sus fantasías (una realización de deseos y una defensa contra el sufrimiento y ansiedad).
La función simbólica primaria de los objetos externos permite la
elaboración de la fantasía para el yo y permite que las sublimaciones se desarrollen en el juego y manipulación, construyendo un puente entre el mundo interno (estimulando el interés por el mundo exterior) y el conocimiento de objetos físicos y acontecimientos.
El juego de un niño de 3 /4 meses (de interés placentero por el
cuerpo) manifiesta entre otros mecanismos, este proceso de formación de símbolos, ligados a aquellas fantasías que operan en esa época.
En relación al juego imaginativo y espontáneo de representación,
demostró que los mismos crean situaciones prácticas que exigen conocimiento del mundo exterior. Del juego al Pensamiento
El juego espontáneo de representación crea y fomenta también
las primeras formas del pensamiento del ¨como sí¨. Esta posibilidad de evocar el pasado en el juego imaginativo parece estar estrechamente relacionada con el desarrollo del poder evocar el futuro en hipótesis constructivas y desarrollar las consecuencias de los ¨SI¨.
El juego como elemento diagnóstico y pronóstico
Al ser el juego un medio de expresión en el niño y susceptible ser
analizado, se deduce su valor como medio de expresión diagnóstica, M. Klein refiere también el valor pronóstico del juego.
Los intereses del niño en los juegos, las variaciones de la
cantidad y calidad que representan, nos permite medir su vida sexual en la fase adulta.
La razón para predecir ésto es a través del carácter y desarrollo
de las fantasías del juego en los niños, que se basa en que en todos los juegos y sublimaciones están en las fantasías de masturbación. DONALD WINNICOTT
Pediatra, Psiquiatra y psicoanalista inglés (1896-1971)
Para dicho autor u tratamiento quedaba definido por la
superposición de dos áreas, la del paciente y la del analista, si esto no se lograba, no se ponía en marcha un proceso terapéutico.
Debía crearse entre ambos un espacio virtual, psíquico como
resultado de la capacidad de jugar tanto de uno como del otro.
La creatividad como rasgo de la vida, propia de vivir.
Sólo a partir del jugar la persona puede ser creativa. Ya que
forma parte de la experiencia vital de la persona, es decir uno en el origen, es creativo en el sentido del despliegue de la más personal, lo más propio y oculto de cada persona.
¨El juego es una experiencia siempre creadora y es una
experiencia en el continuo de espacio- tiempo, una forma básica de vida¨.
Es decir que vivir creativamente implicaría conservar ese núcleo
intacto y no someterse a lo establecido por los demás. Es necesario resignar una cuota de esa individualidad, en ese comunicarnos y compartir con el otro.
Entonces lo creativo y lo lúdico están estrechamente ligados
entre sí y enmarcados en esa tensión entre lo propio y lo ajeno, entre lo que he creado y lo que me fue dado, entre el sentimiento más real y verdadero de lo espontáneo y el sentimiento más fútil que surge de la adaptación a laos deseos ajenos. Por eso jugar es siempre, precario, frágil y efímero… Entonces en el origen del ser en desarrollo, (si los cuidados maternos han sido satisfactorios), se establece a partir del jugar en los niños un vivir creador y una vida enriquecida. Lo que hace que el individuo sienta que la vida vale la pena vivirse.
Gracias al juego se construye toda la existencia experiencial del
hombre.
Jugar como Proceso
Jugar es movimiento, es un proceso que se está realizando, que
no importa el contenido, sino que importa en tanto capacidad de jugar, como testimonio de la creatividad de esa persona.
En Realidad y juego, Winnicott señala que los psicoanalistas han
estado muy ocupados en utilizar el contenido del juego pero no han observado al niño jugar. Para ello necesitó distinguir entre sustantivo Juego y el verbo Jugar.
Un niño sano puede jugar hasta que el juego queda interrumpido
justamente por la excitación, es decir que jugar es siempre excitante.
La integración del niño se suscita a partir de un estado de
confianza y pertenece a un espacio potencial existente entre el bebé y la figura materna. Esto significa que el Infans no posee un aparato psíquico al nacer, es la madre con sus cuidados, su sostén la que posibilita el movimiento entre estados de no integración (desorientación, relajación, falta de certezas) y estado de integración (en los que recobra la atención, la vigilia y la certeza de sí mismo). Este movimiento luego se interioriza posibilitando el funcionamiento de lo psíquico. Es decir este aparato psíquico se construye a partir de ese soporte de confianza, que permite la exploración, expansión y en ese estado no integrado, puede aparecer lo creativo.
El jugar tiene un tiempo y un espacio. No se encuentra ni adentro
ni afuera. Es un espacio potencial entre el bebé y la mamá. Varía en gran medida según las experiencias vitales de aquel en relación con ésta o con la figura materna.
El juego es por sí mismo una terapia. Lograr que un niño juego, es
ya una psicoterapia de aplicación inmediata y universal. El juego es siempre una experiencia creadora.
Su precariedad se debe a que siempre que se desarrolla en el
límite entre los subjetivo y lo que se percibe de manera objetiva.
La zona de juego no es una realidad psíquica interna. Se
encuentra fuera del individuo, pero no en el mundo exterior. En ella el niño reúne objetos o fenómenos de la realidad exterior y los usa al servicio de una muestra derivada de la realidad interna o personal.
Al jugar manipula fenómenos exteriores al servicio de los sueños
e inviste a algunos de ellos de significación y sentimientos oníricos.
Hay un desarrollo que va desde los fenómenos transicionales al
juego, de éste al juego compartido y de él a las experiencias culturales. Las cuatro (4) fases en el desarrollo del juego
1-Hay una fusión entre el niño y su objeto. El bebé tiene una
visión subjetiva del objeto y la madre se esfuerza en otorgarle realidad.
2-Hay una percepción más objetiva del objeto que depende de la
existencia de una figura materna en condiciones de participar y devolver lo que se le propone. Esto le permite al niño vivir una experiencia de control mágico al que denominamos omnipotencia. De esa omnipotencia se establece un espacio potencial entre la madre y el hijo denominado: ¨campo de juego¨.
3-En la etapa siguiente el niño se encuentra solo en presencia de
alguien.
4-En el siguiente periodo, el niño encuentra la superposición de
dos zonas de juego y obtiene placer en ésto. La madre es la primera interlocutora lúdica que inicialmente adapta su actividad al bebé, para más adelante incorporar su propio ¨estilo de jugar¨.