Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Existe una relación directa entre juego y movimiento corporal, ya que las actividades relacionadas al juego,
tienen que ver con desplazamiento y movimiento del cuerpo esto incluye, extremidades, músculos del rostro
(expresión gestual) etc. A ello debemos agregar que el juego genera una serie de sensaciones positivas en los
niños producto del movimiento. En la escuela se puede saltar soga, jugar con pelotas, correr, empinarse, entre
otros son juegos motores” (Minedu, 2010, p. 14).
Juego social
El Minedu (2010) sostiene que en el juego social se busca que predomine la interacción con personas como
parte de la dinámica del juego. Los juegos sociales permiten a los menores aprender a interactuar con otros
basándose en principios de respeto y sana convivencia, va de la mano con la exteriorización de afectos y
sentimientos con sus pares. Los acuerdos, las reglas y normas son una característica de este tipo de actividad (p.
15).
Juego cognitivo
El Minedu (2010) define al juego cognitivo como aquellas actividades que despiertan la curiosidad intelectual
innata de los niños. El principio de este juego se centra en la exploración y manipulación, se inicia desde los
primeros años cuando se entra en contacto con los diferentes elementos del entorno al explorar y manipular.
Posteriormente la manipulación desarrolla desafíos y retos que el niño debe ir resolviendo con ayuda de su
intelecto en formación (p. 15). 41
Juego simbólico
Esta actividad lúdica se basa en establecer la capacidad para trasformar objetos para crear situaciones no reales,
propios de su mundo interior. El sustento es la experiencia previa que ha sido potencializada gracias a la
imaginación donde los hechos vividos juegan un rol importante para ello. Los educadores deben entender que
pensar simbólicamente y recrear escenarios inexistentes son habilidades del pensamiento superior, y que,
reemplazar una realidad ausente por un símbolo que la representa mentalmente es un gran logro (Minedu, 2010,
pp. 16-17).
Es decir que en este tipo de juego el niño cambia la realidad en función de su representación mental, el niño le
da vida a objetos y su pensamiento con toda la libertad que tiene y sin los parámetros de la realidad, los cuales
le ayudan a explorar dimensiones desconocidas.
Juego de construcción
Labinowicz (2002, p. 69) afirma que a partir de los 4 años, el juego se vuelve más complejo para los niños, la
estructura de los mismos implica un nivel de desarrollo mayor, donde se pone en evidencia su nivel de
planificación, organización y aproximación a la realidad. Un ejemplo concreto son los Lego, en esta etapa los
niños tienen mayor atención hacia los detalles, sin embargo en el fondo se mantiene el simbolismo. Las
capacidades que se desarrollan en esta etapa y con este tipo de juego están referidos a diseñar de manera
inteligente, construir y resolver problemas.
Tipos de juego:
Juego motor
El juego motor está asociado al movimiento y
experimentación con el propio cuerpo y las sensaciones que
éste pueda generar en el niño. Saltar en un pie, jalar la soga,
lanzar una pelota, columpiarse, correr, empujarse, entre otros,
son juegos motores.
Los niños pequeños disfrutan mucho con el juego de tipo
motor ya que se encuentran en una etapa en la cual buscan
46
ejercitar y conseguir dominio de su cuerpo. Además, cuentan
con mucha energía que buscan usarla haciendo diversos y
variados movimientos.
Es recomendable que el niño realice juegos de tipo motor
en áreas al aire libre, donde encuentre espacio suficiente para
realizar todos los movimientos que requiera. Si acondicionamos
en estos espacios pequeños túneles naturales, rampas,
escaleras sencillas u otros obstáculos que supongan un reto
para el pequeño, estaremos apoyando el desarrollo de la libre
psicomotricidad, fundamental en esta etapa.
Juego social
El juego social se caracteriza porque predomina la
interacción con otra persona como objeto de juego del niño.
Los siguientes son ejemplos de juegos sociales que se
presentan en diferentes edades en la vida de los niños: Cuando
un bebé juega con los dedos de su madre o sus trenzas; habla
cambiando tonos de voz; juega a las escondidas; juega a
reflejar la propia imagen en el espejo, entre otros. En niños más
grandecitos observamos juegos donde hay reglas y la
necesidad de esperar el turno, pero también el juego de
“abrazarse”.
Los juegos sociales ayudan al niño a aprender a
interactuar con otros. Lo ayudan a saber relacionarse con
afecto y calidez, con pertinencia, con soltura. Además, acerca a
quienes juegan pues los vincula de manera especial.
Juego cognitivo:
El juego de tipo cognitivo pone en marcha la curiosidad
intelectual del niño. El juego cognitivo se inicia cuando el niño
entra en contacto con los objetos de su entorno que busca
explorar y manipular. Más adelante, el interés del niño se torna
47
en un intento por resolver un reto que demanda la participación
de su inteligencia y no sólo la manipulación de objetos como fin.
Juego simbólico:
El juego simbólico establece la capacidad de transformar
objetos para crear situaciones y mundos imaginarios, basados
en la experiencia, la imaginación y la historia de nuestra vida. El
Juego “como sí” o del “decía que”.
El juego simbólico o de simulación requiere del
conocimiento del mundo real versus el mundo irreal y también
de la comparación de que los demás distinguen ambos mundos.
Al tener claridad de los que es real e irreal el niño puede decir
“esto es juego”.
El Juego simbólicamente supone el logro de una
capacidad muy especializada del pensamiento: sustituir una
realidad ausente por un objeto (símbolo o signo) que evoca y la
representa mentalmente. En otras palabras, se trata de
transformar un objeto para representar una realidad ausente con
este.
Juego motor
El juego motor está asociado al movimiento y experimentación con el propio cuerpo y las sensaciones que éste
pueda generar en el niño. Saltar en un pie, jalar la soga, lanzar una pelota, columpiarse, correr, empujarse, entre
otros, son juegos motores. Los niños pequeños disfrutan mucho con el juego de tipo motor ya que se encuentran
en una etapa en la cual buscan ejercitar y conseguir dominio de su cuerpo. Además, cuentan con mucha energía
que buscan usarla haciendo diversos y variados movimientos. Es recomendable que el niño realice juegos de tipo
motor en áreas al aire libre, donde encuentre espacio suficiente para realizar todos los movimientos que requiera.
Si acondicionamos en estos espacios pequeños túneles naturales, rampas, escaleras sencillas u otros obstáculos
que supongan un reto para el pequeño, estaremos apoyando el desarrollo de la libre psicomotricidad, fundamental
en esta etapa.
Juego cognitivo
El juego de tipo cognitivo pone en marcha la curiosidad intelectual del niño. El juego cognitivo se inicia cuando el
bebé entra en contacto con objetos de su entorno que busca explorar y manipular. Más adelante, el interés del
niño se torna en un intento por resolver un reto que demanda la participación de su inteligencia y no sólo la
manipulación de objetos como fin. Por ejemplo, si tiene tres cubos intenta construir una torre con ellos, alcanzar un
objeto con un palo, los juegos de mesa como dominó o memoria, los rompecabezas, las adivinanzas, entre otros,
son ejemplos de juegos cognitivos
Juego social
El juego social se caracteriza porque predomina la interacción con otra persona como objeto de juego del niño. Los
siguientes son ejemplos de juegos sociales que se presentan en diferentes edades en la vida de los niños: Cuando
un bebé juega con los dedos de su madre o sus trenzas; habla cambiando tonos de voz; juega a las escondidas;
juega a reflejar la propia imagen en el espejo, entre otros.
31
En niños más grandecitos observamos juegos donde hay reglas y la necesidad de esperar el turno, pero también el
juego de “abrazarse”. Los juegos sociales ayudan al niño a aprender a interactuar con otros. Lo ayudan a saber
relacionarse con afecto y calidez, con pertinencia, con soltura. Además, acerca a quienes juegan pues los vincula de
manera especial.
El juego simbólico
Pensamiento, vínculo humano y creación al mismo tiempo El juego simbólico es un tipo de juego que tiene la virtud
de encerrar en su naturaleza la puesta en ejercicio de diversas dimensiones de la experiencia del niño al mismo
tiempo. El juego simbólico o de simulación requiere del reconocimiento del mundo real versus el mundo irreal y
también la comprobación de que los demás distinguen ambos mundos. Al tener claridad de lo que es real e irreal el
niño puede decir: “esto es juego”. Alejandra juega con Ariana y le propone: “Decía que tú y yo éramos hermanas y
que nos íbamos de viaje solas, sin permiso de nuestros padres”. Luis toma un pedazo de madera y lo hace rodar,
simulado que esta madera es un carrito. La madera es “como si” fuera un carrito.
¿En qué consiste el juego simbólico? El juego simbólico establece la capacidad de transformar objetos para crear
situaciones y mundos imaginarios, basados en la experiencia, la imaginación y la historia de nuestra vida. Es el
juego del “como si” o del “decía que”El juego simbólico o de simulación requiere del reconocimiento del mundo
real versus el mundo irreal y también la comprobación de que los demás distinguen ambos mundos. Al tener
claridad de lo que es real e irreal el niño puede decir: “esto es juego”
Entre los 12 y 15 meses emergen de manera definida las habilidades para representar situaciones imaginarias. El
niño es capaz, desde entonces, de evocar imágenes o símbolos derivados de actividades que imita. Esta nueva
capacidad le
32
permite al niño iniciar la práctica de este tipo de juego, el cual es fundamental para su vida, su desarrollo y
aprendizaje
Las formas tempranas de juego simbólico se observan cuando el niño juega a “hacerse el dormido” sin estarlo o
“tomar la leche” de una tacita vacía. A partir de los 18 meses observamos el juego simbólico más definido, cuando
el niño empieza a incluir objetos que usa para simular una acción: darle de comer a una muñeca con una cuchara
de palo, por ejemplo. Posteriormente, el niño es capaz de “convertir” a las muñecas en agentes de las acciones
imaginarias que simula. De esta forma, una muñeca puede ser la “mamá” que le da el biberón a su hijito, que es
otro muñeco más pequeño. Sin embargo, la capacidad simbólica avanzada permite que un plátano se transforme
en un teléfono si así el juego lo requiere. El juego simbólico es uno de los tipos de juego que generan mayor
impacto positivo en el desarrollo y el aprendizaje del niño. Jugar simbólicamente supone el logro de una capacidad
muy especializada del pensamiento: sustituir una realidad ausente por un objeto (símbolo o signo) que la evoca y la
representa mentalmente. En otras palabras, se trata de transformar un objeto para representar una realidad
ausente con éste.
Según Bernabeu y Goldstein (2008), a pesar de que, como hemos visto, el juego no tiene un producto final, es una
actividad que sirve para muchas y muy importantes cosas, ya que promueve una serie de actitudes vitales que
transforman al individuo que juega.
El juego, con la sensación de exploración y descubrimiento que lleva aparejada, viene a ser un “banco de pruebas
permanente” para la resolución de posibles situaciones problemáticas, lo que produce en el jugador importantes y
significativos cambios personales. El juego activa y estructura las relaciones humanas. Jugando, las personas se
relacionan sin prejuicios ni ataduras y se preparan para encarar aquellas situaciones vitales que le van a permitir
definir su propia identidad.
33
El juego promueve y facilita cualquier aprendizaje, tanto físico (desarrollo sensorial, motriz, muscular, coordinación
y psicomotriz) como mental: en este sentido, como han señalado Piaget y Bruner entre otros, el juego constituye
un medio fundamental para la estructuración el lenguaje y el pensamiento.
Como señala Hilda Cañeque citado por Bernabeu y Goldstein (2008), el juego estimula en la vida del individuo una
altísima acción “relíngate” (del religare), es decir que ayuda al jugador a relacionar las nuevas situacional vitales
que se le presentan con otras escenas vividas, tanto de su propia experiencia como de la historia de su comunidad.
Con el juego, El jugador recupera escenas lúdicas pasadas que traen adosadas también el clima de libertad en que
estas experiencias transcurrieron. Estos climas vivenciales de libertad, recuperados en el campo de juego, acaban
contagiando las más diversas acciones de la vida cotidiana del jugador. El juego posee también una función
comportamientos para los que no está preparado en la vida real y que anticipan situaciones futras. Igualmente, el
adulto, por medio del juego, imagina, anticipa y resuelve posibles situaciones futuras conflictivas.
El juego es catártico y posibilita aprendizajes de fuerte significación. Es un recurso creador que permite al que juega
una evasión saludable de la realidad cotidiana permitiéndole dar salida a su mundo imaginario. De esta manera, y a
lo largo del proceso, el individuo reelabora de forma placentera sus conflictos internos, y los expulsa fuera de la
psique. El ambiente de distracción que propicia el juego hace que se aflojen las defensas psicológicas y que el
jugador se permita en el campo lúdico acciones que en su vida tiene vedadas, ya sea por otros o por sí mismo. Se
adquieren así por medio del juego nuevos esquemas de aprendizaje. El juego ayuda al jugador a restar importancia
a sus propios errores o fracasos, y fortalece su resistencia a la frustración.
34
Pensemos en cómo las situaciones del juego van creando en el niño mecanismos adaptativos que hacen que lo
ejecute cada vez más fácilmente y con menos estrés, con dominio creciente del entorno.
Es fundamental para que el niño aprenda a vivir. Ese es uno de los aprestamientos principales que tiene esta
connotación lúdica.
Para Gómez (2014), el juego como medio educativo es un elemento muy significativo, porque:
Enriquece la imaginación; se sabe, y los pedagogos lo tienen muy claro, que el juego aporta mucho en el proceso
creativo.
Esta es una de las cosas bonitas de los niños, que muchas veces los juegos más elementales y simples tienen una
connotación importantísima, por ejemplo, cuánto disfruta el niño montado a caballo en un palo de escoba, o
arrastrando a su hermana en una caja de cartón, frente a otras cosas de la modernidad, que no le despiertan una
atención tan grande. En ese sentido, el desarrollo, la imaginación, la observación, el progreso en la atención y la
memoria son factores que posteriormente serán transferidos a situaciones no lúdicas, las cuales enriquecen la
mente del niño y lo preparan para la vida académica y laboral.
35
El mismo estudio puede tener una aproximación lúdica; hay escuelas del pensamiento pedagógico que hablan de
aprender jugando y de cómo se facilita el proceso de aprendizaje cuando se introduce la lúdica. El niño, de una
forma graciosa y libre, va absorbiendo perfectamente una cantidad de conocimientos. Lo que así se aprende,
persiste.
Según Gómez (2014) el juego permite tres funciones básicas de la maduración psíquica:
La asimilación.
La comprensión.
El juego favorece:
La sociabilidad temprana.
es “como si” estuviera cocinando, si un niño coge una madera y juega “como si” fuera un carro. c. El afecto
positivo siempre acompaña al juego, es decir, el niño y la niña goza con los juegos. d. El juego es flexible pues
es impredecible. Es decir es espontaneo, de acuerdo a la creatividad e imaginación de los niños y niñas. e. El
proceso, y no la meta, es su esencia. Los niños y niñas disfrutan en el momento del juego, no piensan en el
final es decir “es aquí y ahora” (p. 49).
Teorías sobre el Juego
El juego es objeto de una investigación psicológica especial, siendo el primero en constatar el papel del juego como
fenómeno de desarrollo del pensamiento y de la actividad. Está basada en los estudios de Darwin que indica que
sobreviven las especies mejor adaptadas a las condiciones cambiantes del medio. Por ello el juego es una
preparación para la vida adulta y la supervivencia (p.23).
El juego es pre ejercicio de funciones necesarias para la vida adulta, porque contribuye en el desarrollo de
funciones y capacidades que preparan al niño para poder realizar las actividades que desempeñará cuando sea
grande. Esta tesis de la anticipación funcional ve en el juego un ejercicio preparatorio necesario para la maduración
que no se alcanza sino al final de la niñez, y que en su opinión, “esta sirve precisamente para jugar y de preparación
para la vida”.
Groos (1992) definió que “La naturaleza del juego es biológico e intuitivo y que prepara al niño para desarrollar sus
actividades en la etapa de adulto, es decir, lo que hace con una muñeca cuando niño, lo hará con un bebe cuando
sea grande”.
Teoría Piagetiana:
Piaget (1956) “El juego forma parte de la inteligencia del niño, porque representa la asimilación funcional o
reproductiva de la realidad según cada etapa evolutiva del individuo”.
También mencionó que las capacidades sensorias motrices, simbólicas o de razonamiento, como aspectos
esenciales del desarrollo del individuo, son las que condicionan el origen y la evolución del juego. Asocia tres 38
estructuras básicas del juego con las fases evolutivas del pensamiento humano: el juego es simple ejercicio
(parecido al anima); el juego simbólico (abstracto, ficticio); y el juego reglado (colectivo, resultado de un acuerdo de
grupo). Se centró principalmente en la cognición sin dedicar demasiada atención a las emociones y las
motivaciones de los niños. El tema central de su trabajo es “una inteligencia” o una “lógica” que adopta diferentes
formas a medida que la persona se desarrolla. Presenta una teoría del desarrollo por etapas. Cada etapa supone la
consistencia y la armonía de todas las funciones cognitivas en relación a un determinado nivel de desarrollo.
También implica discontinuidad, hecho que supone que cada etapa sucesiva es cualitativamente diferente al
anterior, incluso teniendo en cuenta que durante la transición de una etapa a otra, se pueden construir e
incorporar elementos de la etapa anterior (Piaget, 1956, p. 77)
Asimismo dividió el desarrollo cognitivo en cuatro etapas: la etapa sensomotriz (desde el nacimiento hasta los dos
años), la etapa pre operativa (de los dos a los seis años), la etapa operativa o concreta (de los seis o siete años
hasta los once) y la etapa del pensamiento operativo formal (desde los doce años aproximadamente en lo
sucesivo). Además propuso la característica principal de la etapa sensomotriz es que la capacidad del niño por
representar y entender el mundo y, por lo tanto, de pensar, es limitada. Sin embargo, el niño aprende cosas del
entorno a través de las actividades, la exploración y la manipulación constante. Los niños aprenden gradualmente
sobre la permanencia de los objetos, es decir, de la continuidad de la existencia de los objetos que no ven. Durante
la segunda etapa, la etapa pre operativa el niño representa el mundo a su manera (juegos, imágenes, lenguaje y
dibujos fantásticos) y actúa sobre estas representaciones como sí creyera en ellas.
En la etapa operativa o concreta, el niño es capaz de asumir un número limitado de procesos lógicos,
especialmente cuando se le ofrece material para manipularlo y clasificarlo, por ejemplo. La comprensión todavía
depende de experiencias concretas con determinados hechos y objetos y no de ideas abstractas o hipotéticas. A
partir de los doce años, se dice que las personas entran a la etapa del pensamiento operativo formal y que a partir
de este
momento tienen capacidad para razonar de manera lógica y formular y probar hipótesis abstractas. (Piaget, 1956,
p. 86)
El desarrollo como una interacción entre la madurez física y la experiencia. Es a través de estas experiencias que los
niños adquieren conocimiento y entienden. De aquí el concepto de constructivismo y el paradigma entre la
pedagogía constructivista y el currículum (p. 78).
Según esta aproximación, el currículum empieza con los intereses de lo aprendiendo que incorpora información y
experiencias nuevas a conocimiento y experiencias previas. La teoría de Piaget sitúa la acción y la resolución
autodirigida de problemas directamente al centro del aprendizaje y el desarrollo. A través de la acción, lo
aprendiendo descubre cómo controlar el mundo.
Teoría Vygotskyana
Según Vigotsky (1924) “El juego surge como necesidad de reproducir el contacto con lo demás. Naturaleza, origen y
fondo del juego son fenómenos de tipo social, y a través del juego se presentan escenas que van más allá de los
instintos y pulsaciones internas individuales”.
Finalmente Vigotsky
El juego es una actividad social, en la cual gracias a la cooperación con otros niños, se logran adquirir papeles o
roles que son complementarios al propio. También este autor se ocupa principalmente del juego simbólico y señala
como el niño transforma algunos objetos y lo convierte en su imaginación en otros que tienen para él un distinto
significado, por ejemplo, cuando corre con la escoba como si ésta fuese un caballo, y con este manejo de las cosas
se contribuye a la capacidad simbólica del niño.
Como una semejanza importante se puede destacar el hecho de que Vygotsky y Piaget mantienen la concepción
constructivista del aprendizaje. Sin embargo, mientras Piaget afirmaba que los niños dan sentido a las cosas
principalmente a través de sus acciones en su entorno, Vygotsky destacó el valor de la cultura y el contexto social,
que veía crecer el niño a la hora de hacerles de guía y ayudarles en el proceso de aprendizaje. Vygotsky, asumía que
el niño tiene la necesidad de actuar de manera eficaz y con independencia y de tener la capacidad para desarrollar
un estado mental de funcionamiento superior cuando interacciona con la cultura (igual que cuando interacciona
con otras personas). El niño tiene un papel activo en el proceso de aprendizaje pero no actúa solo. (Blanco, 2012, p.
1).
La teoría de Piaget trata especialmente el desarrollo por etapas y el egocentrismo del niño; este Teórico hace
énfasis en la incompetencia del niño y al no tratar los aspectos culturales y sociales, generó que otros teóricos
como Vygotsky y Groos demostraran en sus estudios, que Piaget subestimaba las habilidades cognitivas de los
niños en diferentes ámbitos. También es importante resaltar que para Karl Groos, el juego representa etapas
biológicas en el ser humano y que son reacciones y necesidades naturales e innatas que lo preparan para su etapa
adulta; mientras que para Vygotsky indica que los niños en la última etapa de preescolar, realizan
fundamentalmente, el juego protagonizado, de carácter social y cooperativo; pero también reglado, donde se da la
interacción de roles, por tanto la cooperación, que consiste en colocarse en el punto de vista de la otra persona; es
lo que más tarde va a generar el pensamiento operativo que permite la superación del egocentrismo infantil.
(Blanco, 2012, p. 1)