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TEMA 2. EL LENGUAJE.

I. COMUNICACIÓN Y COMUNICACIÓN HUMANA.

1. DEFINICIÓN Y ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN.


2. CARACTERÍSITICAS ESPECÍFICAS DE LA COMUNICACIÓN HUMANA.

1. DEFINICIÓN Y ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN.

Comunicar (del latín communicare) es formular o intercambiar pensamientos, opiniones o información


de palabra, por escrito o a través de signos.
La comunicación es una función continua y esencial de la vida.
La comunicación no es siempre consciente, ni racional.
Hay comunicación animal y comunicación no verbal.
La teoría de la información de Claude E. Shannon y Warren Weaver establecen los elementos
participantes en cualquier forma de comunicación:

• Fuente de información (emisor).


• Codificación o cifrado.
• Emisión o cifrado.
• Canal transmisor o medio.
• Recepción.
• Decodificación o descifrado
• Destinatario (receptor).
• Ruidos o interferencias.
• Feedback o retroalimentación.

Feed-back o retroalimentación

Canal o medio de
transmisión

Fuente Codificació Decodifica Destinata


n ción rio
de emisión Emisión Recepci
o cifrado ón o Interpret
descifrado ación

Ruidos
o interferencias

El emisor actúa como la fuente de información que selecciona el mensaje deseado entre una serie de
posibles mensajes que transmite mediante señales a través de un canal. La comunicación no es nunca
directa y, por tanto, el mensaje ha de ser cifrado y después descifrado. El cifrado recibe el nombre de
codificación porque el emisor ha de elegir el código más adecuado para el mensaje que se quiere
transmitir, código que debe ser aceptado por los actores de la comunicación. Los lenguajes naturales
(los distintos idiomas) son códigos.
En el curso de la comunicación, el mensaje puede ir cambiando de forma y tales cambios pueden
ejecutarse por los distintos transmisores.
El receptor puede considerarse como el mecanismo inverso del transmisor pues transforma o

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decodifica la señal transmitida convirtiéndola en un mensaje inteligible para el destinatario.
En determinadas formas de comunicación puede producirse un mecanismo de retroalimentación o
feed-back por el que el emisor regula continuamente su mensaje según las señales de comprensión que
manifiesta el destinatario. Con ello el emisor controla las interferencias posibles de los ruidos que
inciden sobre el canal.

2. CARACTERÍSITICAS ESPECÍFICAS DE LA COMUNICACIÓN HUMANA.

La línea divisoria en la evolución de la comunicación se halla entre el hombre y los restantes seres
vivos. Las diferentes especies animales utilizan complejos sistemas de señales que les sirven para
comunicarse. No obstante podemos señalar las siguientes diferencias entre los sistemas de
comunicación animal y la comunicación humana:

• En términos generales puede decirse que mientras los sistemas de comunicación animal son
innatos, el lenguaje humano es adquirido.
• Los lenguajes espontáneamente utilizados por los animales suelen poseer un carácter mímico
mientras que el habla humana posee siempre un carácter articulado. El lenguaje articulado humano
no sólo comporta numerosos fonemas sino también la capacidad de combinar de forma innovadora
dichos fonemas.
• Los estoicos ya señalaron en la antigüedad el carácter concreto y situacional de la
comunicación animal frente al carácter simbólico y abstracto del lenguaje humano. La palabra no es
sólo una señal compleja, sino un símbolo que forma parte de un sistema complejo que abarca desde la
capacidad representacional hasta la proyección hacia el futuro.
• Por último suele destacarse la recursividad heurística (interpretativa) propia de la
comunicación humana frente a la recursividad mecánica que presentan las conductas animales. Como
señala Chomsky cualquier persona puede formar una frase que nadie haya empleado antes; tal
creatividad aparece desde muy temprano como una característica diferenciadora de los seres humanos.

II. COMUNICACIÓN Y LENGUAJE.

1) PRECONDICIONES DE TODA COMUNICACIÓN INTERPERSONAL.


2) LA IDEA DEL LENGUAJE A TRAVÉS DEL ESTUDIO DE SUS FUNCIONES.
3) LA ADQUISICIÓN DE LA LENGUA.
4) LENGUAJE Y PENSAMIENTO.

Un signo es un elemento que sirve para representar o sustituir a otro.


Un signo establece una relación entre significante y significado. El significante es el elemento
concreto que forma el signo, mientras que el significado es aquello que el signo representa.
Existen distintos tipos de signos. Las señales, por ejemplo, son signos naturales en los que la relación
entre significante y significado es una conexión entre el efecto y la causa.
Los signos que no son naturales se denominan convencionales, porque en ellos no se da ninguna
conexión natural entre significante y significado. Los signos convencionales están basados en el
acuerdo. Llamamos iconos a los signos en los que se trata de representar mediante analogías el objeto
representado. En los iconos existe una relación de semejanza entre el significante y el significado.
Muchas indicaciones de tráfico son iconos porque se basan en imágenes que representan lo que se
quiere indicar mediante una analogía.
Los símbolos son signos convencionales no icónicos, en los que la conexión entre significante y
significado es completamente arbitraria. Las palabras son un ejemplo de símbolos porque la
conexión entre el significante y el significado es puramente convencional.

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La ciencia que estudia los signos se denomina semiótica. La semiótica, a su vez se divide a su vez en:

• La sintaxis que estudia la forma en que se combinan y relacionan los signos para formar
secuencias mayores y la función que desempeñan dentro de estas.
• La semántica, por su parte, se centra en los significados, se preocupa por estudiar las
relaciones entre los signos y lo que representan.
• La pragmática, por último, analiza cuáles son los usos de los signos y las relaciones que
existen entre ellos y los usuarios de un sistema de comunicación.

1) PRECONDICIONES DE TODA COMUNICACIÓN INTERPERSONAL.

Los elementos que constituyen toda comunicación entre dos o más personas son:

• Una relación estructurada por parámetros del tipo: superior-subordinado, experto-novato,


marido-mujer, etc. Esta relación supone en cada uno de los comunicantes un modelo conceptual de su
relación con el otro.
• Algún propósito o alguna intención al menos en uno de los comunicantes.
• Un conjunto de normas comúnmente aceptadas de orden psicológico (buena voluntad),
sociológico (roles sociales) y antropológico (cultural).
• La aceptación de un lenguaje como un sistema culturalmente normalizado.

2) LA IDEA DEL LENGUAJE A TRAVÉS DEL ESTUDIO DE SUS FUNCIONES.

▪ La aproximación lingüística de Jakobson.


▪ La semiótica de Morris.
▪ La aproximación de Karl Bühler.

La aproximación lingüística de Roman Jakobson.

Jakobson distingue seis funciones (las tres primeras coinciden con las que señala Bühler):

• Función expresiva.
• Función conativa (apelativa).
• Función denotativa, cognitiva o referencial (parcialmente representativa).
• Función fática o de contacto que asegura en todo momento el buen funcionamiento del contacto
entre el emisor y el receptor.
• Función poética o literaria, mediante la que el lenguaje alcanza la dimensión estética.
• Función metalingüística, mediante la cual se puede hablar del lenguaje mismo.

La semiótica de Charles Morris.

Charles W. Morris concibe el lenguaje como un conjunto de signos cuya consideración global
correspondería a la Semiótica. Señala tres funciones del lenguaje:

 Función o relación semántica, según la cual los signos aparecen vinculados a sus objetos
(significado y referencias). Esta relación puede llamarse, según Morris, “dimensión semántica
de la semiosis”. Designar y denotar son conceptos que pertenecen a esta dimensión. La
principal distinción, dentro de este plano, tiene lugar entre significados y denotados que se
corresponde con la establecida por Gottlob Frege (en su libro “La Conceptografía”) entre
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Sinn (sentido) y Bedeutung (referencia).

 Dimensión pragmática, en la que los signos se estudian en su relación con los sujetos que los
utilizan. Expresar es un concepto pragmático. El contexto pragmático es el más fundamental para
Morris. Todo signo se considera como una entidad perteneciente a una conducta global de un
organismo viviente en la relación que mantiene con su medio natural y social.
 La función sintáctica que trata de las diversas relaciones que los signos mantienen entre sí. La
Sintaxis es la parte de la Semiótica que considera este contexto.

La aproximación de Karl Bühler.

En su famosa obra titulada “Teoría del Lenguaje” parte Bühler de su triángulo semiótico.

Emisión

Representación

S
SIGNO
Apelación
Expresión Codificación o cifrado

Fuente de
Recepción
emisión.

El primer lado nos manifiesta al signo en su condición de síntoma, es decir, nos pone en presencia de
la función expresiva del lenguaje. El segundo lado nos determina el signo como señal, es decir, nos
manifiesta la función apelativa del lenguaje. El lado tercero nos conduce a la función representativa
del lenguaje y en su contexto los signos serán ahora llamados símbolos.

3) LA ADQUISICIÓN DE LA LENGUA.

Cuando hablamos del lenguaje nos estamos refiriendo de forma genérica a la capacidad lingüística que
tenemos los seres humanos.
En cambio llamamos lengua al sistema concreto de símbolos lingüísticos que emplea una persona para
comunicarse.
Existen muchas lenguas distintas o lenguajes naturales (español, francés, inglés…) pero la capacidad
de usar el lenguaje es única y común para todos los seres humanos.
En sus primeros años de vida, los niños comienzan a entender su lengua materna y a comunicarse con
ella de una forma gradual y espontánea.
Existen diferentes teorías acerca de la adquisición del lenguaje en los seres humanos.
Los conductistas, por ejemplo, insisten en la importancia del aprendizaje para la adquisición de un
idioma; dicho aprendizaje se llevaría a cabo mediante un sistema de castigos y recompensas. El
conductismo, sin embargo, ha sido criticado ya que no puede explicar por qué resulta tan importante
que el aprendizaje de la lengua se produzca en los primeros años de vida. La dificultad para aprender

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un idioma por parte de los denominados niños ferinos indica que existe una etapa crítica en el
desarrollo del niño, en la cual el aprendizaje de una lengua resulta fácil y natural. Más allá de ese
momento parece que la capacidad lingüística que se ha desarrollado se pierde de forma irreversible.
Para explicar este hecho, Noam Chomsky propuso la existencia de una capacidad lingüística
innata en las personas. Según Chomsky, la posibilidad de aprender un lenguaje forma parte de
nuestra herencia biológica. Todos los seres humanos nacemos con la capacidad de aprender cualquier
lengua si se nos enseña en las primeras fases de nuestra vida. Según Chomsky esto es posible porque
todas las lenguas humanas se basan en unas mismas reglas básicas de combinación de elementos.
Chomsky creía que existe una gramática generativa que es la base de todas las lenguas del mundo.
De acuerdo con esta teoría, las reglas gramaticales elementales son innatas y comunes a todos los seres
humanos.

4) LENGUAJE Y PENSAMIENTO.

La relación entre el lenguaje y el pensamiento suscita interesantes preguntas filosóficas que han sido
respondidas de muy diversas formas a lo largo del tiempo.
Platón, por ejemplo, creía que el pensamiento era una conversación que cada uno mantiene consigo
mismo. Así necesitaríamos las palabras para poder pensar, porque sin el lenguaje no seríamos capaces
de llevar a cabo ese diálogo interior con nuestra propia conciencia.
Otros filósofos, en contra de Platón, consideran que hay formas del pensamiento que pueden llevarse a
cabo sin la ayuda del lenguaje.
Considerando el destacado papel que el lenguaje desempeña en nuestra vida, los filósofos se han
cuestionado si las palabras que usamos condicionan nuestro modo de ver el mundo. Algunos autores
creen que la lengua que hablamos condiciona decisivamente el modo en que percibimos el mundo que
nos rodea. Esta teoría, denominada relativismo lingüístico, ha sido defendida, entre otros, por los
lingüistas Edward Sapir y Benjamin Lee Whorf. Las cosas que forman parte de nuestro mundo
son aquellas que podemos nombrar y clasificar con palabras. Según estos autores algunos grupos
humanos en la Amazonía disponen de un lenguaje con múltiples palabras distintas para describir
distintas tonalidades del color verde; por ello los nativos viven en una realidad distinta, mucho más
rica y compleja que la que nosotros seríamos capaces de captar. Las interpretaciones más extremas de
esta teoría podrían hacernos pensar que cada lengua refleja una visión única e intransferible y así cada
grupo humano viviría en un mundo distinto, descrito por un lenguaje diferente, que haría muy difícil,
sino imposible, la comunicación entre distintos grupos humanos. Por otro lado, la experiencia
demuestra que los seres humanos pueden comunicarse entre sí aunque hablen distintos idiomas.

III. EL LENGUAJE COMO ESTRUCTURA.

LA LINGUÍSTICA DE FERDINAND DE SAUSSURE.

La teoría estructuralista del lenguaje está estrechamente ligada a la figura del suizo Ferdinand de
Saussure. En 1917 se publicó su “Curso de lingüística general”, una obra en la que se proponía
analizar el lenguaje tratándolo como un sistema. Esta obra permitió establecer por primera vez la
diferencia entre significante y significado en el signo lingüístico.
Durante el siglo XIX y hasta comienzos del siglo XX, los estudios del lenguaje solían interesarse por el
modo en que las palabras habían evolucionado a lo largo de la historia. Este enfoque diacrónico puede
ser muy útil para analizar las relaciones entre los distintos idiomas o la forma en que los términos van
cambiando con el tiempo. Sin embargo Saussure estaba también interesado en una perspectiva
sincrónca del lenguaje, es decir, prestó especial atención al modo en que funciona una lengua en un
momento concreto.
Según Saussure, una lengua está formada por un conjunto de signos que se relacionan entre sí
según ciertas reglas determinadas. Este sistema de elementos y de reglas de combinación es lo
que actualmente denominamos estructura de la lengua. De acuerdo con su teoría, los elementos del

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sistema lingüístico adquieren sentido gracias a la posición que ocupan en esta estructura y a las
relaciones que mantienen con los demás elementos.
Años después de la publicación del “Curso de lingüística general, el enfoque estructuralista de
Saussure empezó a emplearse también en otros campos del saber. Entre las figuras más destacadas del
estructuralismo podemos destacar a Claude Levi-Strauss, en antropología cultural; Jacques Lacan
que lo aplicó al psicoanálisis; a Algirdas Greimas y Roland Barthes, que lo utilizaron en la
semiótica, y a Michel Foucault que lo aplicó en su filosofía.
A mediados del siglo XX, el estructuralismo se convirtió en el enfoque dominante en la mayoría de las
ciencias humanas. La tarea del investigador, según esta escuela, consiste en identificar las estructuras
que nos permiten comprender e interpretar los fenómenos. Para el estructuralismo, la verdadera
realidad está constituida por estas estructuras, ya que funcionan como un sistema que ordena y articula
la totalidad de la realidad y el ser humano, con su lenguaje, su cultura, sus creencias y su inconsciente,
es un producto de las estructuras que lo configuran.
El estructuralismo ha sido criticado porque no presta una atención suficiente al individuo así como por
centrarse sólo en los análisis sincrónicos descuidando el carácter histórico y temporal de todos los
fenómenos humanos. Es por ello que el estructuralismo ya no goza en la actualidad de la importancia
que tuvo a mediados del siglo XX.

IV. EL LENGUAJE COMO REPRESENTACIÓN.

4.1 EL PRIMER WITTGENSTEIN.

Desde una perspectiva distinta a la elegida por Saussure, Ludwig Wittgenstein, uno de los pensadores
más influyentes del siglo XX, abordó el problema de la relación entre el lenguaje, el pensamiento y el
mundo.
En una primera etapa Wittgenstein publicó un libro que tuvo una repercusión enorme, El “Tractatus
lógico-philosophicus”, en el que defendía la idea de que el lenguaje es una especie de imagen de los
hechos que se producen en la realidad. Sin embargo, algunos años después, Wittgenstein elaboró una
teoría del lenguaje completamente diferente en su obra titulada “Investigaciones Filosóficas”. Por este
motivo, al analizar las importantes teorías de este filósofo, se suele hacer una distinción entre el primer
Wittgenstein y el segundo Wittgenstein.
El Tractatus se proponía aclarar los límites del pensamiento estableciendo qué cosas se pueden pensar
con sentido. Según el primer Wittgenstein para que una afirmación tenga sentido han de cumplirse dos
condiciones: no debe ser contradictoria y tiene que respetar las reglas de la lógica. Una afirmación será
verdadera si lo que describe se da en la realidad, y falsa en caso contrario. Así pues, según el Tractatus,
solo tienen significado las afirmaciones cuya verdad o falsedad pueda comprobarse.
El Tractatus establece una distinción entre los hechos y las cosas. Un hecho es un estado de cosas, una
configuración que relaciona varias cosas entre sí. Así, por ejemplo, una mesa o un libro son cosas. En
cambio “el libro está sobre la mesa” es un hecho. Esta distinción sirve a Wittgenstein para afirmar que
“el mundo consiste en el conjunto de todos los hechos”.
Para Wittgenstein existe una única forma lógica de la realidad (“form der Abbildung”) que es idéntica,
común al lenguaje, el pensamiento y el mundo. Ello permite que el lenguaje sea una figura o imagen de
los hechos que sirve para representarlos del mismo modo que un mapa sirve como modelo de un
territorio.
Para que este proceso de figuración pueda funcionar, debe existir una correspondencia entre el mundo
y el lenguaje. Esta relación se basa en que los hechos, el lenguaje y el pensamiento comparten la
misma lógica (la misma “forma lógica”).

4.2. EL LENGUAJE Y LA LÓGICA.

De acuerdo con el Tractatus, el lenguaje está formado por frases que afirman o niegan algo. Las
afirmaciones que se refieren a hechos básicos o simples se denominan proposiciones elementales. Esta

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teoría según la cual existen hechos básicos se llama atomismo lógico y fue adoptada también por el
filósofo británico Bertrand Russell. Según el Tractatus, las proposiciones elementales son verdaderas si
el hecho básico o atómico al que se refieren se da en la realidad, y falsas en caso contrario.
Los hechos atómicos son lógicamente independientes, por lo que sólo podemos saber si son verdaderos
o falsos mediante la experiencia. Analizando un objeto podemos saber qué hechos atómicos son
lógicamente posibles, pero no cuáles son de hecho verdaderos.
Las proposiciones complejas son combinaciones de proposiciones simples. Serán verdaderas o falsas
en función de la verdad o falsedad de las proposiciones elementales que las componen. Además,
Wittgenstein señaló la distinción entre las proposiciones que son siempre verdaderas (las tautologías) y
proposiciones que son siempre falsas (las contradicciones). Las proposiciones que hablan sobre la
realidad no son tautologías, sino que son lógicamente indecidibles. Para saber si son verdaderas o
falsas tenemos que contrastarlas con la realidad de los hechos.
Según Wittgenstein, estas precisiones lógicas sirven para aclarar qué tipos de cosas pueden decirse con
sentido. Esa debe ser precisamente la función de la filosofía, ayudarnos a determinar lo que tiene
sentido decir.
El límite del lenguaje que podemos usar lógicamente marca el límite de la realidad que podemos
expresar.
El resultado de este análisis muestra que las proposiciones de la ciencia tienen sentido y nos informan
acerca de los hechos del mundo. Sin embargo, las proposiciones de la metafísica, la ética o la religión
no tienen sentido, ya que incurren en errores lógicos al emplear el lenguaje de forma confusa. Ahora
bien, que estas proposiciones no tengan sentido no significa que no sean importantes. Lo que sucede es
que para acceder a ese ámbito de lo “místico” será necesario algún otro camino ya que el lenguaje no
basta.

4.3 LA INFLUENCIA DEL TRACTATUS.

La publicación del Tractatus tuvo un impacto extraordinario en la filosofía del siglo XX. La conexión
que ofrece entre lenguaje, pensamiento y realidad a través de la forma lógica influyó decisivamente en
el pensamiento contemporáneo.
En concreto la corriente conocida como neopositivismo se apoyó decididamente en las ideas del
Tractatus, sobre todo en aquellas que trataban de delimitar lo que tiene sentido decir y lo que carece de
significado. El neopositivismo recogió la identificación que realiza Wittgenstein entre ciencia natural y
el conjunto de todas las afirmaciones que tienen significado porque pueden contrastarse empíricamente
Llevando esta teoría hasta sus últimas consecuencias, los neopositivistas sostuvieron que las frases de
ámbitos como la religión o la filosofía no tienen ningún valor porque carecen de significado.

V. EL LENGUAJE COMO “CAJA DE HERRAMIENTAS”.

5.1. EL SEGUNDO WITTGENSTEIN.

Wittgenstein revisaría su teoría del lenguaje haciendo una crítica radical de las ideas expuestas en el
Tractatus. En sus “Investigaciones Filosóficas” explica cuál es el error fundamental del Tractatus. En
esa obra se consideraba que el lenguaje tiene una única función que consiste en representar la realidad.
Pero con el lenguaje hacemos muchas más cosas que designar cosas o hablar de los hechos.
Para el segundo Wittgenstein el lenguaje es un conjunto de actividades con muchos usos distintos. La
pregunta que hay que plantear no es qué significan las palabras, sino cómo las usamos. Por ejemplo, las
podemos usar para saludar, suplicar, agradecer, ordenar etc.

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5.2. LOS JUEGOS DEL LENGUAJE.

Wittgenstein denomina “juegos del lenguaje” a estas distintas actividades. En realidad estos juegos no
tienen entre sí ningún elemento común. Como mucho podemos encontrar entre ellos cierta semejanza,
como un “aire de familia”. Hablar un lenguaje forma parte de nuestra forma de vida, por lo que en la
práctica empleamos estos distintos juegos de lenguaje como una caja de herramientas que usamos de
una manera u otra según las circunstancias.
La idea básica del segundo Wittgenstein es que el significado de las palabras está asociado al uso que
hacemos de ellas.
Una misma palabra puede significar cosas distintas dependiendo del juego de lenguaje en el que la
usemos. Wittgenstein rechazará ahora la teoría atómica del lenguaje. A la luz de este nuevo enfoque no
existen hechos atómicos, porque lo que es básico o complejo depende de la situación.
En las “Investigaciones Filosóficas” Wittgenstein propone asignar un nuevo papel a la filosofía. Su
función ya no será determinar qué es lo que puede o no puede decirse, como se proponía en el
Tractatus, sino analizar cuáles son los usos del lenguaje. Así podremos señalar los malentendidos que
se producen cuando confundimos un juego lingüístico con otro distinto. Esto es lo que sucede tan a
menudo con la metafísica, la ética o la religión. Para el segundo Wittgenstein, en estos campos lo que
ocurre es que alguien emplea el lenguaje propio de un juego lingüístico para desarrollar otro juego
lingüístico completamente distinto. El origen de la confusión que a veces produce la filosofía se debe a
los embrollos causados por malos usos lingüísticos, que debemos esforzarnos en detectar y aclarar.

5.3 LA INFLUENCIA DEL SEGUNDO WITTGENSTEIN.

Las ideas aportadas por el Wittgenstein de las “Investigaciones Filosóficas” tuvieron una enorme
influencia en la filosofía de su tiempo. Basándose en esas ideas un grupo de autores empezó a estudiar
el lenguaje desde un punto de vista pragmático. De este modo surgió una destacada corriente de
pensamiento denominada filosofía analítica.
Los filósofos analíticos prestan especial atención al modo en que usamos el lenguaje en la práctica. Las
aportaciones de la filosofía analítica han sido fundamentales para el desarrollo del pensamiento en la
segunda mitad del siglo XX, y, todavía hoy en día sigue siendo una corriente muy significativa en el
ámbito académico.

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VI. LENGUAJE Y LÓGICA FORMAL.

Todo razonamiento consta de cierto número de oraciones, colocadas de tal modo que podamos decir
que una de ellas –a la que denominamos “conclusión”- se sigue o deriva lógicamente de las demás –a
las que llamamos “premisas”-. Generalmente se trata de proposiciones, es decir, de oraciones enuncia-
tivas que podemos considerar como verdaderas o falsas; pero también puede tratarse de prescripciones,
es decir, oraciones que expresan mandatos o consejos; las proposiciones se utilizan para el llamado ra-
zonamiento teórico y las prescripciones para el razonamiento práctico. Este último tipo de razonamien-
to es propio de la ética y el derecho, mientras que el razonamiento teórico se utiliza en las ciencias en
general. En este tema nos ocuparemos únicamente del razonamiento teórico.
La lógica formal se ocupa únicamente de determinar si la conclusión se sigue necesariamente de las
premisas o no. Desde este punto de vista, un razonamiento es válido sólo cuando su conclusión es
consecuencia lógica de sus premisas. Un razonamiento es inválido cuando la conclusión no se sigue
de las premisas.
Es preciso distinguir claramente entre la verdad de la conclusión, que es cuestión del contenido o
“mensaje” que tiene determinada proposición y la validez del razonamiento, cuestión de la forma o
estructura abstracta del mismo.
Podemos centrarnos en el estudio de las diferentes formas que pueden tener los razonamientos,
prescindiendo totalmente del contenido o materia de que se trate, y éste es, precisamente, el enfoque
que adopta la lógica formal: analiza los distintos esquemas argumentativos y establece cuándo
son válidos o inválidos. La lógica formal es, desde este punto de vista, la teoría que se ocupa de la
forma de la argumentación.

LÓGICA TRADICIONAL Y LÓGICA MODERNA.

La lógica como ciencia dio sus primeros pasos con Aristóteles, que ya la concibió claramente como
saber formal; posteriormente los estoicos la ampliaron en algunos temas fundamentales, y más tarde
los lógicos de la Edad Media y principios de la Edad Moderna sistematizaron la lógica aristotélica y
estoica, culminando así la construcción de la llamada “lógica tradicional” que permaneció práctica-
mente sin novedades hasta mediados del siglo XIX. De hecho Kant escribió en 1787 que la lógica era
una ciencia ya acabada y cerrada. Este tipo de lógica utilizaba ciertas letras con valor simbólico para
representar las partes variables de los esquemas argumentativos, es decir, nombres y otros designado-
res.
Sin embargo, la llamada lógica moderna ha encontrado el modo de simbolizar también las partes
constantes de tales esquemas, como conjunciones, negaciones, partículas condicionales, etc.
La lógica moderna tiene precedentes en las obras de autores como R. Llull y Leibniz, pero su naci-
miento suele situarse en las obras de George Boole y de Gottlob Frege.
La lógica moderna se caracteriza por una mayor simbolización de sus expresiones, de tal modo que,
sin dejar de ser una ciencia formal, se ha convertido además en una ciencia formalizada. Esto signi-
fica que sus distintas ramas se expresan en forma de sistemas formales, es decir, de sistemas de signos
y de reglas exactamente definidos que permiten realizar operaciones de modo riguroso.
Puede decirse que la lógica moderna es consecuencia de una matematización de la lógica tradicional.
De esta manera, la lógica tradicional ha evolucionado hasta quedar definitivamente englobada en la ló-
gica moderna, también llamada lógica simbólica o lógica matemática.

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 EL LENGUAJE FORMAL.

En este apartado nos interesa examinar dos cosas: cómo se construye el lenguaje de la lógica proposi-
cional y cómo se formalizan en él los enunciados de los lenguajes naturales (el español es uno de
ellos).

El lenguaje de la lógica proposicional se caracteriza por:

 Sólo se formalizan aquellas expresiones lingüísticas que expresan un pensamiento completo;


nos limitamos al uso declarativo del lenguaje. El lenguaje formal es más pobre que el lengua-
je natural, quedan sin formalizar las dudas, los chistes, las preguntas o las exclamaciones.
 Lo que antes parecía una desventaja supone ahora una ventaja pues, evita la ambigüedad, es un
lenguaje, preciso, completamente denotativo y, por tanto, inequívoco.
 Es un lenguaje que se ocupa de la relación entre los enunciados. La combinación de enunciados
(proposiciones) simples (atómicos), da lugar a enunciados complejos (moleculares). El valor
de verdad de los enunciados complejos depende del valor de verdad de los enunciados
simples que lo forman. El valor de los conectores se fija de antemano.
 Los enunciados simples, atómicos son aquellos enunciados que no  contienen términos de enla-
ce; por eso no se analizan. Los enunciados simples forman enunciados complejos mediante el
empleo de conectivas o conectores. Los conectores se interpretan como funciones veritati-
vas (funciones de verdad).
 Un enunciado o es verdadero o es falso, se trata de una lógica bivalente.

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¿Cómo se construye un lenguaje formal?
 
Un lenguaje formal consta de un alfabeto básico y de unas reglas precisas de formación de fórmu-
las (R. F. F.).

Tabla de símbolos: 
Los elementos primitivos de la lógica proposicional son:

 Las variables proposicionales: signos que sirven para simbolizar un enunciado cualquiera
y que son las letras minúsculas del abecedario, a partir de la p: “p”, “q”, “r”, “s”, “t”, etc.
 Las constantes enunciativas que designan individuos o nombres propios (a, b, c…).
 En lógica de predicados se utlizan los cuantificadores: el generalizador o universal y el
particularizador o existencial.
 Los conectores o conectivas: que son símbolos que se utilizan para establecer conexiones
entre enunciados, se denominan constantes porque su sentido es fijo. Estos símbolos :

MONÁDICAS ¬ (NEGADOR)
 (CONJUNTOR)
  (DISYUNTOR)
DIÁDICAS   (IMPLICADOR)
 (COIMPLICADOR) o
BICONDICIONAL.

Definición sintáctica de las conectivas:

 Negador: , colocado delante de la variable u operación a la que afecta, se lee “no”, no es el   caso.
 Conjuntor:  , corresponde a la conjunción copulativa del lenguaje ordinario, “y”, se coloca entre dos va -
riables, por ejemplo p q, se lee “p y q”.
 Disyunción:, equivale a la disyunción o del lenguaje ordinario, se coloca entre dos variables, de manera
que p q, se lee “p o q”, “o bien p o bien q”.
 Condicional o implicación:, colocado entre variables, p  q , se lee “si p, entonces q”. En la implicación
podemos diferenciar entre el antecedente y el consecuente.
 Bicondicional o coimplicador: ,  se lee “si y sólo si ...” o “únicamente si... entonces”, y como en los casos
anteriores se coloca entre las variables a las que afecta. Así, p q se leerá “sí y sólo si p, entonces q”.

 Los símbolos auxiliares ( o símbolos no lógicos): son símbolos que permiten agrupar y establecer un orden
dentro de las operaciones. Básicamente utilizan los paréntesis ( ); los corchetes [ ]; las llaves { }.
 
Norma fundamental sobre el uso de paréntesis:
 Se utiliza en los casos que nos interese señalar la dominancia del conector, o bien  porque los conectores po-
sean la misma dominancia (como en el caso del conjuntor y del disyuntor) o bien porque el sentido de la expresión
requiere la alteración de la dominancia de las conectivas fuertes (implicación y coimplicador). Por ejemplo: ante la
imprecisión de  m  n  p

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¿Qué es una fórmula?
 
En el cálculo lógico, una fórmula es toda expresión bien hecha, esto es, formada según reglas bien establecidas.
Ejemplos de fórmulas: "p", "q", "rs", "(p q)r  s)"
 

Reglas para la formación de fórmulas.


I. Una fórmula atómica es una fórmula: cualquier letra enunciativa es una fórmula.
II. Si A es una fórmula, entonces, ¬ A es una formula.
III. Si A y B son fórmulas, entonces A  B, A B, AB, A B son fórmulas.
IV. Ninguna expresión es una fórmula del cálculo proposicional si no lo es en virtud de las reglas anteriores.

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