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UNIVERSIDAD DE PANAMÁ

FACULTAD DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


ESCUELA DE ADUANA
LICENCIATURA EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA ADUANERA

TEMA:
PRESUPUESTO PÚBLICO
ENSAYO
PRESUPUESTO PÚBLICO DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN

MATERIA:
PRESUPUESTO PÚBLICO 2070.

INTEGRANTES:
IZKEL TORDECILLA 8-862-33
ORISTELA SÁENZ 8-959-1159
ROSA LÓPEZ 8-963-1755
NAHIETH PÉREZ 8-959-96
EIGNAR RIVAS 8-956-1877
THAISKENIA ALVARADO 8-964-715
RUBI GONZALEZ 9-760-1037

FACILTADORA:
AMINTA ARROYO
Izkel Tordecilla 8-862-33
Educar además de un deber moral es también la mejor inversión que pueda hacerse en
favor de un país y sus ciudadanos para lograr el desarrollo. En el caso de Panamá, si
bien puede y debe aumentarse el gasto e inversión en educación, requiere hacerse
cumpliendo ciertos principios como el de la eficacia y la eficiencia. Veamos estos
conceptos y otros datos relevantes sobre la educación en Panamá. Según cifras del
Banco Mundial, en general durante el periodo comprendido entre el 2009 y el 2012
Panamá invirtió en educación una suma equivalente al 4.1% de su Producto Interno
Bruto (PIB). Este monto se asemeja al promedio de la región de 4.8% (Sur y Centro
América). Contrasta evidentemente con el porcentaje que invierte Cuba (caso extremo)
que asigna casi 13% y con la Republica Dominicana que asigna solo 2.2%. Más aun,
visto en términos relativos al presupuesto general del Estado, Panamá ha invertido 14.8
% lo cual está levemente por debajo del promedio regional (18.9%). El país que más
invierte es Nicaragua con aproximadamente 26%, y el que menos, Paraguay con un
10.6%. Lo anterior indica que Panamá debe reforzar los presupuestos que asignan al
sector, sin embargo, tómese en cuenta que Chile, en ambos casos (tanto en términos
relativo al PIB como al presupuesto estatal), asigna sumas muy similares a Panamá --a
pesar de lo cual ese país obtiene resultados más óptimos. De allí que haya espacio
para aumentar la inversión en educación en Panamá, pero de cara a dos principios
cuales son la eficacia y la eficiencia. Eficacia se refiere a dirigir los recursos a objetivos
fundamentales como reducir la pobreza y mejorar la equidad en cuyo caso se deben
enfocar los fondos en brindar educación a quienes menos ingresos tienen. Eficiencia a
su vez tiene que ver con que el uso de los recursos cumpla el criterio de mayor
beneficio y menor costo (invertir con el menor costo posible para generar un servicio de
la mayor calidad y cobertura posible en este caso). Uno de los grandes escollos que ha
enfrentado nuestra educación es precisamente en materia de calidad. Veamos algunos
indicadores del periodo señalado. De los niños en edad de cursar primaria en Panamá
había 97 inscritos por cada 100, lo cual refleja una alta participación, solo por debajo de
Uruguay, Argentina y Ecuador. Pero, como se ha dicho, el elemento clave en Panamá
más que la cobertura es la calidad. De hecho, el rendimiento escolar de nuestros
estudiantes es muy deficiente, casi entre los más bajos del mundo. Por ejemplo, los
resultados de los estudiantes panameños en exámenes de PISA en el año 2009
arrojaron un balance preocupante: de los 65 países que participaron Panamá obtuvo el
puesto 62 en lectura, 63 en ciencias y 64 en matemáticas. Precisamente en el marco
de la Octava Conferencia Nacional para la Competitividad, la Mesa de Educación
recomendó ampliar la jornada diaria de clases (ahora es de ocho horas), así como
crear un programa de vinculación familia/escuela coordinada por MEDUCA para
potenciar la participación de los padres. Igualmente recomendaron destinar una porción
mayor del presupuesto a educación para mejorar la infraestructura de los planteles y
reforzar la dotación de equipos, e invertir en la capacitación de docentes. Sin embargo,
debe diseñarse paralelamente un mecanismo que prevenga los daños y saqueos de
materiales y equipos que ocurren en muchos centros educativos públicos de Panamá,
principalmente entre periodos o años escolares, los cuales generan altos costos a las
finanzas del Estado. Países como Chile y Brasil han hecho grandes avances en
materia educativa lo que les ha permitido mayor crecimiento y mejores indicadores
sociales. Chile incrementó el número de horas de estudio, creó programas especiales
para maestros y alumnos, e implementó sistemas de becas tanto a nivel de primaria
como secundaria. Brasil ha hecho otro tanto, estableciendo estándares de educación a
través de una estrategia de largo plazo que incluye formación de docentes y nuevas
herramientas metodológicas. Otros países lo han logrado y nada impide que Panamá
pueda hacer lo propio a través del consenso y un uso más óptimo de los recursos.

La ministra de Educación, Maruja Gorday de Villalobos, sustentó ante los diputados de


la Comisión de Presupuesto de la Asamblea Nacional la vista fiscal del período 2021,
que asciende a $1,821.9 millones. Si se compara con el presupuesto designado para
2020, el presupuesto recomendado para el 2021 se incrementó en $21.9 millones con
respecto al que se dio para el presente año, que fue por $1,797 millones.
La ministra de Educación, Maruja de Gorday, durante la sustentación del presupuesto
ante la Comisión de Presupuesto de la Asamblea Nacional Cedida

De los $1,821.9 millones de presupuesto, $1,641.1 millones se destinarán para gastos


de funcionamiento, es decir un 88.6% de los recursos, que serán distribuidos en
servicios personales (pagar salarios de docentes y funcionarios administrativos)
$1,506.9 millones; para servicios básicos (agua, electricidad, telecomunicaciones)
$40.7 millones; adquisición de materiales y suministros $4.8 millones; transferencias
corrientes $31.6 millones y para asignaciones globales $30.2 millones. El Meduca
asignó el restante 11.4% para inversión, es decir, 207.8 millones de dólares, divididos
en mantenimiento preventivo de centros educativos $5.5 millones; construcción y
rehabilitación de escuelas $45.2 millones; en equipos para colegios 1.3 millón de
dólares; proyecto de desarrollo educativo Meduca-BID $27.5 millones; nutrición y salud
escolar 21.3 millones de dólares; educación básica $3 millones; para fortalecer la
tecnología educativa $35.2 millones y para mantenimiento, equipo y construcción $68.9
millones. Entre los programas establecidos que el Meduca planea ejecutar para 2021,
están la Academia Panamá para el Futuro, implementar bachilleratos para educación
de jóvenes y adultos, mejorar la formación inicial del educador en el Instituto
Pedagógico Superior Juan Demóstenes Arosemena y otros proyectos.

Eignar Rivas 8-956-18777


El objetivo final de este trabajo radica en profundizar en el conocimiento de la situación
educativa en la República de Panamá para sentar las bases del estado de la cuestión.
En total es de B/.3 mil 600 millones el monto asignado en el Presupuesto General del
Estado al sector educativo, en sus distintas modalidades, es el porcentaje más grande
después de salud en este presupuesto.
En el presupuesto de 2021, al MEDUCA y al Ministerio de Cultura se le asignó la suma
de B/. 207.7 millones para sus proyectos de inversión institucional, que incluyen
proyectos tales como: construcción y rehabilitación de escuelas por B/.31.4 millones,
fortalecimiento de tecnologías educativas por B/. 48.7 millones.
El sistema educativo panameño, se basa en la Ley orgánica de educación, promulgada
en 1946.156 El sistema educativo panameño está estructurado en cuatro niveles de
enseñanza: preescolar, primaria, secundaria y terciaria o universitaria. Los niños de 4 a
5 años de edad pueden acceder a la educación preescolar.
Los resultados sobre la educación en Panamá y su evolución durante la primera
década del siglo XXI evidencian grandes mejoras educativas. Todo ello surge como
fruto del importante esfuerzo realizado por el gobierno durante el periodo analizado, en
el que se ha producido un incremento del gasto en educación de un 83.34 por ciento y
se ha aumentado el número de escuelas abiertas en un 47.36 por ciento. A su vez,
estas mejoras han conllevado un incremento en los años promedio de estudio de la
población ocupada, pasando de 8.2 años en 2001 a 9.2 años en 2009, una reducción
en la erradicación del analfabetismo de 2.5 puntos porcentuales y un crecimiento de 8 y
5 puntos porcentuales en la población con estudios secundarios y universitarios,
respectivamente.
No obstante lo anterior, el análisis permite observar que, a pesar del incremento del
gasto realizado por el gobierno en educación, persiste una distribución desigual donde
las oportunidades escolares, sobre todo en el caso de las poblaciones más
desfavorecidas como, por ejemplo, la población indígena, siguen mostrando
desequilibrios. Su limitado avance en materia educativa en relación con el de la
población de las áreas urbanas y las etnias dominantes conlleva a que los resultados
no sean los esperados. Cabe mencionar como dato alarmante la diferencia existente en
el promedio de años de escolarización entre la población indígena y la no indígena de
cinco años. En lo que respecta al análisis por sexo, es muy significativa la situación de
desventaja de las mujeres indígenas, ya que 62.6 por ciento son analfabetas, frente a
35.77 por ciento de los hombres.
Aunque las inversiones adicionales en educación son importantes, con base en los
datos disponibles se puede afirmar que el incremento de los recursos no constituye una
medida suficiente por sí misma. Los actuales procesos educativos se enfrentan al
importante desafío de superar la idea de que la equidad está asociada al logro de una
mayor cobertura educativa. La realidad de la población indígena panameña evidencia
la necesidad de políticas de desarrollo adaptadas a estos colectivos; esto es, el
desarrollo de una planificación estratégica a largo plazo que tenga en cuenta la
vigencia del analfabetismo entre las mujeres y por grupos de edad, de forma que se
generalicen los procesos hacia todas las cohortes de edad, concretamente hacia los
estratos más pobres de la sociedad, ayudándoles a que se promueva la tan necesaria
movilidad social, especialmente en las poblaciones indígenas .

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