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GUÍA DE LECTURA UNIDAD 5.

Toda la teoría psicoanalítica se vertebra en dos grandes conceptos: sexualidad e inconsciente; y el concepto de sexualidad es
solidario con el concepto de pulsión e inconsciente. Esto tiene sus orígenes en los inicios del psicoanálisis. Así, en el estudio de
las neurosis, observábamos que el origen de los síntomas nos remite al inconciente, y que estas fonaciones presentan un
carácter sexual. En una primera instancia, en la teoría de la seducción, siendo estos sucesos sexuales vivencias; y a posteriori,
entendiendo que podemos no encontrar vivencias, sino también, fantasías y deseos, que se encuentran desde la infancia. Esto
es lo que lleva a Freud a desarrollar una SEXUALIDAD INFANTIL. Así, los conceptos de sexualidad e inconsciente son
prácticamente inseparables, en la medida que se establece que la sexualidad eficiente es la inconsciente, y que el inconsciente
es mayoritariamente sexual.
La formulación inconsciente se desarrolla a lo largo del tiempo, es progresiva, y forma parte de los escritos de metapsicología,
es decir, que presenta una explicación: tópica, dinámica y económica. El que sea progresiva, implica que Freud fue
desarrollando diferentes modelos para aproximarnos a su explicación. Uno de los más reconocidos se encuentra desarrollado
en la Carta 52 (volumen I). Esta carta es una primera hipótesis sobre la conceptualización del inconsciente, anterior al capítulo
VII de la interpretación de los sueños. El inconsciente se genero a partir de una estratificación sucesiva, de una sedimentación,
acumulación, ordenada en diferentes niveles, de huellas mnémicas

Carta 52 (1896)

La memoria, no entendida como una evocación, sino como el lugar donde se almacenan estas huellas mnémicas, incluye
diferentes trascripciones (traducciones) de esas huellas, que se organizan de forma múltiple.
 Existe un primer polo, “P”, en donde se perciben estímulos, ligadas a la consciencia, pero que no se almacena, debido
a que memoria y percepción se excluyen, debido a que los sistemas presentan legalidades diferentes. ( Son neuronas
donde se generan las percepciones a que se anuda conciencia, pero que en sí no conservan huella alguna de
lo acontecido. Es que conciencia y memoria se excluyen entre si).
 Luego aparece el primer estrato Ps, se ordenan en la primera trascripción de las percepciones, son asociadas por
simultaneidad, y son insusceptible a la consciencia.

 El segundo estrato es la Incc, inconsciencia, las huellas se relacionan a partir de nexos causales, y no pueden
devenir concientes. Las huellas le quizá correspondan a recuerdos de conceptos, de igual modo inasequibles a la
conciencia.Este nivel son las REPRESENTACIONES-COSA.
 Un tercer estrato, Prcc (preconciencia) se encuentra formado por REPRESENTACIONES-PALABRAS,
correspondiente a nuestro yo oficial. Desde esta prcc, las investiduras devienen conscientes de acuerdo con ciertas
reglas, y por cierto que esta conciencia-pensar secundaria es de efecto posterior {nachtraglich} en el orden del tiempo,
probablemente anudada a la reanimación alucinatoria de representaciones-palabra, de suerte que las neuronas-
conciencia serían también neuronas-percepción y en sí carecerían de memoria.

Así, se llega a la conclusión que solo las huellas del tercer estrato devienen conscientes. En otras palabras, solo las
huellas que logran ser trascriptas en el leguaje, deviene conscientes.
Debido a que las representaciones, nos remiten a las diferentes etapas de la vida, existen determinadas huellas que
posiblemente nunca devengan conscientes, debido a que no pueden trascribirse al leguaje. Si bien son inconscientes, no
pierden su eficacia, es decir, su capacidad de producir efectos. La represión, es la que impide que determinadas huellas se
trascriban. Toda vez que la reescritura posterior falta (tal vez por la acción de la represión), la excitación es tramitada según
las leyes psicológicas que valían para el período psíquico anterior, y por los caminos de que entonces se disponía.
La denegación {Versagung) de la traducción es aquello que clínicamente se llama «represión»."''' Motivo de ella es siempre el
desprendimiento de displacer que se generaría por una traducción, como si este displacer convocara una perturbación de pensar
que no consintiera el trabajo de traducción. El suceso sexual en una fase produce entonces efectos como si fuera actual y es,
por tanto, no inhibible en una fase siguiente. La condición de la defensa patológica (represión) es, entonces, la naluraleza
sexual del suceso y su ocurrencia dentro de una jase anterior.

No todas las vivencias sexuales desprenden displacer; en su mayoría desprenden placer. La reproducción de las más de ellas irá
entonces conectada con un placer no inhibible. Un placer así, no inhibible, constituye una compulsión. De este modo se llega a
las siguientes tesis. Cuando una vivencia sexual es recordada con diferencia de fase, a raíz de un des- prendimiento de placer se
genera compulsión, a raíz de un desprendimiento de displacer, represión.
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Ahora bien, la clínica nos anoticia sobre tres grupos de psiconeurosis sexuales: histeria, neurosis obsesiva y para- noia,
y enseña que los recuerdos reprimidos fueron actua- les, en la histeria, a la edad de un año y medio a cuatro, en la
neurosis obsesiva, a la edad de cuatro a ocho años, y en la paranoia, a la edad de ocho a catorce año.
Y en efecto, otra consecuencia de las vivencias sexuales prematuras es la perversión, cuya condición parece ser que la defensa
no sobrevenga antes que el aparato psíquico se haya completado, o que no se produzca defensa alguna.
Hasta aquí la superestructura.
Para elucidar la decisión entre perversión o neurosis, me valgo de la bisexualidad de todos los seres humanos. En un ser
puramente masculino, habría sin duda un excedente de desprendimiento masculino por las dos barreras sexuales,
y por tanto se generaría placer, y en consecuencia perversión; en un ser puramente femenino, un excedente de sustancia de
displacer por esas épocas. En las primeras fases ambos desprendimientos serían paralelos, es decir, darían por resultado un
excedente normal de placer. A ello se rcconduciría la predilección de las mujeres genuinas por las neurosis de defensa.
La histeria se me insinúa cada vez más como consecuencia de una perversión del seductor; y la herencia, cada vez más, como
seducción por el padre. Así se dilucida una alternancia de generaciones:
1ª generación: perversión.
2ª generación: histeria, que luego se vuelve esterilidad.
Entonces la histeria no es en verdad una sexualidad desautorizada [ableh- nen], sino, mejor, una perversión desautorizada.

Subsistirá así un anacronismo, en cierta provincia regirán todavía unos «fueros»; aparecen «relictos». En las psiconeurosis
encontramos relictos, contenidos, materialidades, que aunque no puedan devenir concientes, siguen produciendo efectos, son
eficientes, a partir de las formaciones inconscientes.
Esta carta se enmarca dentro de la teoría de la seducción traumática, por lo que los contenidos que producen efectos nos
remiten a vivencias, sucesos, sexuales infantiles, que provocaron la acción de mecanismos de defensa.
Ya en el capítulo VII de la interpretación de los sueños encontramos desarrollada una hipótesis auxiliar, que nos permite
entender la perspectiva topia del aparto psiquico; que se explica desde lo más simple, modelo del arco reflejo, hasta el
desarrollo de los diferentes sistemas. Lo inconsciente, a partir de aquí, adquiere un sentido tópico, es decir, que presenta
legalidades y contenidos diferentes a los del sistema preconsciente-consciente. Los parágrafos C, D y F se encarga de
desarrollar las legalidades de cada sistema.
Diferencias entre la carta 52 y el parágrafo B
La interpretación de los sueños  - particularmente, el capítulo VII -  sienta las bases de una concepción metapsicológica del
aparato psíquico. A diferencia de la carta 52  - y en continuidad con ellos -  transciende Freud con este texto el ámbito privado
de la correspondencia con Fliess y expone los conceptos públicamente. Ya no escribe para Fliess y los neurólogos, quienes le
demandan una terminología acorde con el supuesto saber científico - natural de la época. Se observa a así el abandona de la
idea de generar una neurología y se pasa a pensar en una psicología. En la CARTA 52 las instancias del esquema del peine en
términos de transcripciones, es decir, traducciones a un lenguaje diferente, lo que permite pensar que un mismo contenido,
escrito con diferentes signos, puede estar presente en dos lugares al mismo tiempo. O hayamos en el ámbito descriptivo.
El parágrafo B, parte de estas transcripciones, y elabora ya una teoría tópica, es decir, una serie de sistemas con legalidades
especificas que los diferencian entre si. Así, encontramos tres grandes modelos teóricos: modelo del arco reflejo, modelo de las
huellas mnémicas y la tópica psiquica.
“En el capítulo VII Freud no describió una mera identidad metafísica, sino que convirtió la entidad metafísica en algo de carne
y hueso. Por primera vez mostró cómo era el inconciente, cómo trabajaba, cómo difería de otras partes de la psique y cuáles
eran sus relaciones recíprocas con ellas. En el artículo que sigue volvió a esos descubrimientos, ampliándolos y
profundizándolos”.

En el texto “Nota sobre el concepto <<el inconsciente>> en psicoanálisis”, Freud intenta dar cuenta de las hipótesis que
fundamente la existencia del inconsciente, y las diferentes acepciones con las cuales se uso el vocablo inconsciente.
Inconsciente no es patrimonio exclusivo del psicoanalisis, sino que había sido utilizado anteriormente en la filosofía y en la
literatura, por lo que, Freud busca explicar la categoría inconciente dentro del psicoanalisis. El inconsciente es multívoco,
presenta múltiples acepciones y sentidos.
El inconciente presenta tres sentidos: dinámico, sistemático y descriptivo.
Una representación puede estar presente en mi consciencia cuando la pienso, pero luego desaparecer. Este contenido puede
estar latente y fuera de la conciencia hasta ser evocado. De aquí se desluce que no todos los contenidos son conscientes
constantemente, y aunque no lo sean, no desaparecen. La consciencia es fugaz, efímera. Por esta razón, el igualar la

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consciencia y lo psiquico es un error, ya que no todo lo psiquico lo es, por ejemplo, el recuerdo, que existe como materialidad
psiquica aunque no este consciente.
En sentido laxo y amplio, todo lo que no consciente, es inconsciente. Esto es lo inconsciente en sentido descriptivo. Así fue
entendido el inconsciente para la filosofía y la literatura. Los contenidos psíquicos están latentes hasta devenir conscientes. No
nos percatamos de ellas, pero tenemos pruebas de que existen por otros indicios.
A partir de la sugestión post-hipnótica (referencia a Charcot y a Berheim), un sujeto puede verse influido por otros elementos,
pero de las cueles él no tiene consciencia. El sujeto no sabe por que la ha realizado. El designio estaba presente en el espíritu
del sujeto de forma latente, y solamente ha devenido consciente de forma parcial, en el momento fijado, ya que el sujeto
solamente recuerda la acción, no la orden, el influjo del otro, el recuerdo del estado hipnótico, etc.
Otra conclusión se extra de este experimento: el inconsciente no solamente lo es de forma descriptiva, sino también dinámica.
El contenido inconsciente produce un efecto, son eficientes.
Los pensamientos inconscientes son insusceptible de devenir conscientes, y son dinamices, debido a que son eficientes,
producen efectos, por más que no puedas devenir conciencia. Estos contenidos son los reprimidos. Los que pueden devenir
conscientes a partir de un esfuerzo de la atención, son llamados preconscientes.

Estábamos acostumbrados a pensar que todo pensamiento latente lo era a consecuencia de su debilidad, y devenía conciente
tan pronto cobraba fuerza. Ahora hemos adquirido la convicción de que hay ciertos pensamientos latentes que no penetran en
la conciencia por intensos que sean (ombligo del sueño). Llamearemos entonces preconscientes a los pensamientos latentes del
primer grupo, mientras que reservaremos el término inconciente (en el sentido propio) para el segundo grupo, que hemos
estudiado en las neurosis.

Levamos la definición <<inconsciente» a un nivel mayor que la mera descripción,ya no solo designa pensamientos latentes en
General,sino particular,pensamientos con un cierto carácter dinámico,a saber, aquellos que cresarde su intensidad y su acción
eficiente se mantienen alejados de la conciencia.

Todo acto psiquico es en un principio inconsciente, y si tropieza o no con una represión, puede devenir preconsciente (adquirir
la palabra). El distingo entre el preconsciente y el inconciente no esta desde los inicios, sino que se desarrolla por la actuación
de la defensa.
Así aprendemos que el pensamiento inconciente es excluido de la conciencia por unas fuerzas vivas (represión) que se
contraponen a su aceptación, mientras que no estorban a otros pensamientos, los preconcientes. El psicoanálisis no deja
ninguna duda de que el rechazo de pensamientos inconscientes es provocado meramente por las tendencias corporizadas en su
contenido.

Es partir de los sueños y los síntomas que se llega a la categoría más importante y propia: “sistemática o típica”, que establece
que los contenidos inconscientes presentan procesos singulares, legalidades especificas que lo componen y los diferencian del
sistema preconsciente-consciente.
Cuando hablamos de “el/lo inconsciente” no aludimos solo a contenidos latentes y eficientes, sino también a un sistema, una
espacialidad al interior de una tópica, que nos remiten a ciertos contenidos específicos (REPRIMIDOS, SEXUALES E
INFANTILES), y a una serie de legalidades, o leyes.
En alemán, el termino [«Unbewusst»}, que es la que se traduce como inconsciente, es neutro, por lo que se estable las siglas
ICC (SIEMPRE CON MAYUSCULA), para referirse a él.

LO INCOSCIENTE:
1915. Es una de las teorizaciones culmines en cuanto al primer ordenamiento metapsicológico.
Freud retoma el concepto de inconsciente introducido en la interpretación de los sueños; así como en pulsiones y destinos de
pulsión se retoma el concepto de pulsión propuesto en tres ensayos.
Textos metapsicológicos:
- pulsiones y destinos de pulsión
- duelo y melancolía
- la represión
- lo inconsciente.
- una explicación metapsicológico del sueño.
El psicoanálisis nos ha enseñado que la esencia del proceso de la represión no consiste en cancelar, en aniquilar una
representación representante de la pulsión, sino que es impedirle que devenga conciente. Decimos entonces que se encuentra
en el estado de lo «inconciente», y podemos ofrecer buenas pruebas de que aun así es capaz de exteriorizar efectos, incluidos
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los que finalmente alcanzan la conciencia. Todo lo reprimido tiene que permanecer inconciente, pero queremos dejar sentado
desde el comienzo que lo reprimido no recubre todo lo inconciente. Lo inconciente abarca el radio más vasto; lo reprimido es
una parte de lo inconciente {lo inconsciente, en sentido descriptivo, abarca lo reprimido (lo que fue expulsado, y lo reprimido
originario) y lo latente.

¿De qué modo podemos llegar a conocer lo inconciente? Desde luego, lo conocemos sólo como conciente, después que ha
experimentado una trasposición o traducción a lo conciente. El trabajo psicoanalítico nos brinda todos los días la experiencia
de que esa traducción es posible. Para ello se requiere que el analizado venza ciertas resistencias, las mismas que en su
momento convirtieron a eso en reprimido por rechazo de lo conciente.

La preocupación de Freud es entender el inconsciente desde el punto de vista tópico. 

I. Justificación del concepto de lo inconciente

1. Desarrollar la justificación freudiana de la necesidad y legitimidad de lo inconciente.

¿Por qué el inconsciente es necesario? porque los datos de la conciencia son en alto grado lagunosos; en sanos y en enfermos
[LO INCOSCIENTE NO ES PATRIMONIO DE LOS NEURÓTICOS, SINO QUE ESTÁ TAMBIEN EN LOS SANOS]
aparecen a menudo actos psíquicos cuya explicación presupone otros actos de los que, empero, la conciencia no es testigo.
Existen actos psíquicos que no se pueden explicar desde la consciencia, sino que si o si nos remiten a un inconsciente. No
conocemos su origen o su funcionamiento, y estos actos conscientes quedarían inconexos e incomprensibles si nos
empeñásemos en sostener que la conciencia por fuerza ha de enterarse de todo cuanto sucede en nosotros en materia de actos
anímicos. Al igualar la consciencia con actos anímicos, estamos estableciendo que estos no son procesos psíquicos, sino
saldos, restos, de un estado psiquico.
El igualar la consciencia con los procesos anímicos, no es más que una convención, una nomenclatura, y suele desgarra las
continuidades psíquicas, nos precipita en las insolubles dificultades del paralelismo psicofísico, está expuesta al reproche de
que sobrestima sin fundamentación visible el papel de la conciencia y nos compele a abandonar antes de tiempo el ámbito de la
indagación psicológica, sin ofrecernos resarcimiento en otros campos. Se abre entonces un debate: el considerar los actos
anímicos como físicos o como inconscientes. En sus caracteres físicos nos resultan por completo inasequibles; ninguna idea
fisiológica, ningún proceso químico pueden hacernos vislumbrar su esencia. Nos decantamos entonces por considerar a los
actos anímicos como procesos inconscientes. Fueron de gran ayuda los experimentos hipnóticos, en particular la sugestión
poshipnótica, ya que pusieron de manifiesto de manera palpable, incluso antes de la época del psicoanálisis, la existencia y el
modo de acción de lo inconciente anímico.
El psicoanálisis surge como un método capaza de estudiar lo inconsciente, en cuanto a sus manifestaciones, este método surge
a partir de la clínica.
Clase: la idea que lo inconciente en necesario y legitimo surge a partir de dos conceptos de la lógica. Primero aparece el
inconsciente, y luego el psicoanálisis. El inconciente no es una suposición, sino que es se tima conocimiento de el por medio
de la observación. Es necesario un supuesto empírico del inconciente, ya que nos permite explicar las patologías con las que
nos encontramos a partir del método.
Lo legitimo remite a que un sujeto es válido dentro de un conjunto de saberes. Se infiere la legitimidad a partir de lo
inconciente.
Legitimo = razonable = justo =legal.
¿Por qué el inconciente es legítimo? Porque para establecerlo no nos apartamos un solo paso de nuestro modo habitual de
pensamiento, que se tiene por correcto (se rige por las leyes de la lógica, sin caer en contradicción con la razón). Para definir
cuáles son nuestros actos anímicos, que otro hombre posee también conciencia (Descartes), he ahí un razonamiento que
extraemos per analogiam sobre la base de las exteriorizaciones y acciones perceptibles de ese otro, y a fin de hacernos
inteligible su conducta. Este razonamiento —o esta identificación— fue extendido antaño por el yo a otros hombres, a
animales, a plantas, a seres inanimados y al mundo como un todo, y resultó aplicable toda vez que la semejanza con el yo-
individuo era abrumadoramente grande, pero se hacía más dudosa en la medida en que lo otro se distanciaba del yo. Sin
embargo, el conocimiento que otro ser humano tiene conciencia no puede provenir de nuestra propia conciencia.
Esto nos lleva a descubrir un inconsciente, sino, en rigor, al supuesto de una conciencia otra, una conciencia segunda que en el
interior de mi persona está unida con la que me es notoria. Solamente aquí encuentra la crítica ocasión justificada para objetar
algo.

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En primer lugar, una conciencia de la que su propio portador nada sabe es algo diverso de una conciencia ajena, y en general es
dudoso que merezca considerarse siquiera una conciencia así, en que se echa de menos su rasgo más importante. El que se
rebeló contra el supuesto de algo psíquico inconciente no puede quedar satisfecho trocándolo por una conciencia
inconciente. En segundo lugar, el análisis apunta que los diversos procesos anímicos latentes que discernimos gozan de un alto
grado de independencia recíproca, como si no tuvieran conexión alguna entre sí y nada supieran unos de otros.
En tercer lugar, entra en la cuenta un argumento más serio: por la investigación analítica llegamos a saber que una parte de
estos procesos latentes poseen caracteres y peculiaridades que nos parecen extraños y aun increíbles, y contrarían directamente
las propiedades de la conciencia que nos son familiares.

El psicoanálisis nos incita a considerar definirnos a partir de nuestra propia persona, y no por una analogía con los demás. A
partir de allí, que todos los actos y exteriorizaciones que yo noto en mí y no sé enlazar con el resto de mi vida psíquica tienen
que juzgarse como si pertenecieran a otra persona y han de esclarecerse atribuyendo a esta una vida anímica. La experiencia
muestra también que esos mismos actos a que no concedemos reconocimiento psíquico en la persona propia, muy bien los
interpretamos en otros, vale decir, nos arreglamos para insertarlos dentro de la concatenación anímica.
Lo inconsciente es algo real, y cognoscible. Es el psicoanálisis, en cuanto método, puede conocerlo.
Se descubre entonces un inconciente. Este no puede ser considerado un sub-conciente, ya que este existe desde antes de la
conciencia, y lo hace por y para si mismo. Y tampoco puede ser considerada una segunda conciencia, debido a que tenemos
que estar abiertos a la posibilidad que existe una tercera, cuarta, y quinta.

NOTAS CARO F.
Necesario: la conciencia es un estado evanescente, muy puntual. Por eso Freud señala que si nosotros solamente
estableciéramos que lo existente es lo consciente, eso sería exiguo, fragmentario, porque hay una cantidad de
cosas que la persona no anoticia, que existen. Esto aparece en sanos y enfermos. Si uno toma como parámetro la
conciencia, eso desgarra la continuidad de los fenómenos psíquicos: por ejemplo que algo esté en la cc, se olvide y
pueda recordar. Hasta en lo más obvio. Si yo pienso que todo es lo consciente, que sucede con aquello que ocupa
la conciencia y luego no está y aparece ¿en que estado estuvo? ¿Qué pasó? Considerar como único principio de la
conciencia supone fragmentar los procesos psíquicos, sin que pueda establecer como un proceso psíquico fluye. 
Legítimo: Freud trata de mostrar que es un concepto razonable, que se justifica en términos científicos. Para
formular el concepto inconsciente, no nos apartamos de los principios lógicos y racionales, sino que seguimos el
mismo tipo de proceso racional que se entiende por correcto, no estamos aportando nada que sea ilógico. Es
legítimo porque se rige por las mismas leyes que rigen lo racional. No es otra conciencia detrás de la conciencia, es
otra cosa, otra realidad psíquica.
II. La multivocidad de lo inconciente y el punto de vista tópico

Lo inconsciente abarca actos que son apenas latentes,inconscientes por algún tiempo pero en lo demás nada se diferencia de los
concientes; y por otro lado, procesos como los reprimidos que si devinieran conscientes contrastarían de la manera llamativa
con los otros procesos conscientes.

Ahora bien, por diversas razones esto es impracticable, y así no podemos escapar a esta ambigüedad: usamos las palabras
conscientes e inconsistente ora en el sentido descriptivo, ora enelsentido sistematico, En cuyo caso significan pertenencia a
sistemas determinados y dotaciones con ciertas

1. ¿Qué sentidos distingue Freud en el uso del término inconciente? Definir cada uno de ellos. En este texto hay un
sentido latente: puede ser descriptivo (contenido susceptible de conciencia, que con un esfuerzo de atención, acceden a
ella); o (un segundo inconsciente como) dinámico o represivo (dinámico = conflicto psiquico- contenidos que hay sido
reprimidos secundariamente; por lo que al devenir consciente contrastan con los contenidos de la conciencia); y un
tercero: sistemático o tópico. Es la represión primaria la que permite formar la dimensión tópica.
El fenómeno del inconciente esta caracterizado por su multivocidad, es decir, no designa uno, sino varios objetos. Así,
podemos hablar de un inconciente en sentido descriptivo y uno tópico.
En sentido descriptivo –inconsciente como cualidad o característica, con minúscula- se hace referencia a un conjunto de actos
psíquicos de muy diversa dignidad que, sin embargo, coinciden en cuanto al carácter de ser inconscientes, inconciente abarca,
por un lado, actos que son apenas latentes. Inconciente por algún tiempo, pero en lo demás en nada se diferencian de los
conscientes; y, por otro lado, procesos como los reprimidos, que, si devinieran conscientes, contrastarían de la manera más
llamativa con los otros procesos conscientes.

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Y del punto de vista tópico {sistema psiquico inconsciente, con mayúscula}, se establece la diferencia entre sistemas: un acto
psíquico en general atraviesa por dos fases de estado, entre las cuales opera como selector una suerte de examen
(censura). En la primera fase él es inconciente (descriptivo) y pertenece al sistema Icc (tópico); si a raíz del examen es
rechazado por la censura, se le deniega el paso a la segunda fase; entonces se llama «reprimido» y tiene que permanecer
inconciente {el aparto se rige por una corriente excitatoria en sentido progrediente}. Pero si sale airoso de este examen entra en
la segunda fase y pasa a pertenecer al segundo sistema, que llamaremos el sistema Cc. Empero, su relación con la conciencia
no es determinada todavía unívocamente por esta pertenencia. No es aún conciente, sino susceptible de conciencia (según la
expresión de J. Breuer), vale decir, ahora puede ser objeto de ella sin una particular resistencia toda vez que se reúnan ciertas
condiciones. En atención a esta susceptibilidad de conciencia llamamos al sistema Cc también el «preconciente». Si se llegara
a averiguar que a su vez el devenir-conciente de lo preconciente es determinado por una cierta censura, deberíamos aislar entre
sí con rigor los sistemas Prcc y Cc. [Cf. pág. 188.] Provisionalmente baste con establecer que el sistema Prcc participa de
las propiedades del sistema Cc, y que la censura rigurosa está en funciones en el paso del Incc al Prcc (o Cc) . La
concepción es tópica porque designa una serie de procesos y legalidades específicas, propias y diferentes de cada sistema.
Estos sistemas psíquicos no designan lugares solamente, sino formas de funcionar de la energía y de lineamiento. Esto os
permite captar la diferenciación entre ser consciente y ser capaz de conciencia, es decir, abre la posibilidad de un
preconsciente. Existe una relación con lo reprimido. Se introduce un tercer sentido: el dinámico.

Con la aceptación de estos dos (o tres) sistemas psíquicos, el psicoanálisis se ha distanciado otro paso de la psicología
descriptiva de la conciencia y se ha procurado un nuevo planteamiento y un nuevo contenido. De la psicología que ha
imperado hasta ahora se distingue, principalmente, por su concepción dinámica de los procesos anímicos (accione de la
censura); y a ello se suma que también quiere tomar en cuenta la tópica psíquica e indicar, para un acto psíquico cualquiera, el
sistema dentro del cual se consuma o los sistemas entre los cuales se juega.

2. ¿De dónde proviene la denominación “psicología de lo profundo” para hacer referencia al psicoanálisis?
Esta denominación proviene de la perspectiva tópica, es decir, del conocimiento “profundo” de cada una de las legalidades,
leyes, reglas, y procesos que conforman los diferentes sistemas que forman parte del aparato psiquico.

Nuestra tópica psíquica provisionalmente nada tiene que ver con la anatomía; se refiere a régiones del aparato psíquico,
dondequiera que estén situadas dentro del cuerpo, y no a localidades anatómicas.
La perspectiva tópica es la característica del psicoanálisis, ya que su objeto de estudio esta en lo inconsciente, en cuanto este
como un sistema diferenciado y existe persé. En cambio, el resto de las psicologías centran su estudio en la conciencia.
El psiquiatra Breuer e quien, por el sentido dinámico y tópico de lo inconciente, denomina psicología de las profundidades.
3. Desarrollar las hipótesis que postula Freud sobre las condiciones del devenir conciente de una representación.
El conocimiento de lo profundo implica el entender que es lo que permite que una representación devenga conciente. Pera
entenderlo, Freud desarrolla dos hipótesis:
A. Los contenidos inconscientes (representaciones) sufren transcripciones que permiten que se ligue una fijación nueva, y por
ende, permitiendo que pueda puede contenerse también en una nueva localidad psíquica subsistiendo, además, la
trascripción originaria, inconciente. Hipótesis tópica.
B. la trasposición consiste en un cambio de estado de la representación (SE RECIBE LA INVESTIDURA
PRECONCONCIENTE) que se cumple en idéntico material y en la misma localidad. Hipótesis funcional.
La primera de las dos posibilidades consideradas, a saber, que la fase Cde la representación significa una trascripción nueva de
ella, situada en otro lugar, es sin duda la más grosera, aunque también la más cómoda. El segundo supuesto, el de un cambio de
estado meramente funcional, es el más verosímil de antemano, pero es menos plástico, de manejo más difícil. Con el primer
supuesto, el supuesto tópico, se enlaza un divorcio tópico entre los sistemas Icc y Cc y la posibilidad de que una representación
esté presente al mismo tiempo en dos lugares del aparato psíquico, y aun de que se traslade regularmente de un lugar a otro si
no está inhibida por la censura, llegado el caso sin perder su primer asentamiento o su primera trascripción.
La representación, en cuento habita en dos lugares del aparato, primero posee el recuerdo de la huella auditiva conciente de la
representación que le hemos comunicado, y en segundo lugar lleva la certeza del recuerdo inconsciente como vivencia. Implica
entonces una diferencia entre lo auditivo y lo conciente, y también, una diferencia entre lo manifiesto y lo consciente.
III. Sentimientos inconscientes
1. ¿Por qué la oposición entre los sistemas conciente e inconciente carece de pertinencia respecto de la pulsión?

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¿El carácter de conciente o inconsciente es aplicable al concepto de pulsión? Pregunta formulada de otra manera. La respuesta
es no, porque la pulsión es un concepto fronterizo entre lo psiquico y lo somático, y solamente tomamos noticia de ella por su
representante. Dicho representante lo encontramos en el inconsciente.
Opino, en verdad, que la oposición entre conciente e inconciente carece de toda pertinencia respecto de la pulsión. Una pulsión
nunca puede pasar a ser objeto de la conciencia; sólo puede serlo la representación que es su representante. Ahora bien,
tampoco en el interior de lo inconciente puede estar representada si no es por la representación. Si la pulsión no se adhiriera a
una representación ni saliera a la luz como un estado afectivo, nada podríamos saber de ella. Entonces, cada vez que pese a eso
hablamos de una moción pulsional inconciente o de una moción pulsional reprimida, no es sino por un inofensivo descuido de
la expresión. No podemos aludir sino a una moción pulsional cuya agencia representante-representación es inconciente, pues
otra cosa no entra en cuenta.
2. ¿Cómo define Freud a los afectos y sentimientos? ¿Cuál es su relación con la conciencia?
Los sentimientos y afectos son, por definición, sentidos, y que sean sentidos implica si o si su pertenencia a la conciencia,
aunque en el lenguaje psicoanalítico se los tiende a considerar como parte del inconsciente. El sentimiento exige que hay un
sujeto, que hay un yo que los sienta, que los cualifique como placentero o displacentero y esto falta en la consciencia. Entonces
planteamos ¿Cuándo un sentimiento es inconsciente? Cuando es percibido por la conciencia de forma errónea, como es el caso
de la neurosis de defensa. El sentimiento sigue siendo displacentero, lo que hay es un desplazamiento de objeto.
Los afectos y sentimientos corresponden a procesos de descarga cuyas exteriorizaciones últimas se perciben como
sensaciones. El hablar de «afecto inconciente» y «sentimiento inconciente>>, nos remite directamente al factor cuantitativo de
un acto psiquico, que fue divorciado de su representación a partir de la represión.
3. ¿Cuáles son los posibles destinos del afecto a consecuencia del mecanismo de la represión?
Represión = divorcio entre representación y afecto. Esa representación es desalojada de la conciencia (lo que se reprime es la
representación - inconsciente en sentido dinámico); y el afecto, que no se puede reprimir, presenta tres destinos:
a. el afecto persiste —en un todo o en parte — como tal: que el afecto se ligue a una representación, y aparezca coloreado (ej.
El miedo al padre se sustituye por miedo al caballo. Mientras que la representación ese reprime, el afecto persiste);
b. el afecto es mudado en un monto de afecto cualitativamente diverso (en particular, en angustia);
c. el afecto es sofocado (inhibición del afecto), es decir, se estorba por completo su desarrollo.
4. Justificar la siguiente afirmación: “no hay afectos inconscientes como hay representaciones inconscientes”.
El objetivo de la represión evitar el displacer, el sufrimiento psiquico, y ¿Cómo lo hace? sofocando los afectos, por lo que,
cuando no se logra, hablamos de que la represión ha fallado, ha quedado inconclusa. Pero, si el afecto ha logrado ser inhibido,
dichos afectos adquieren el nombre de “afectos inconscientes”, ya que, se busca enderezar eso que la represión ha torcido (¿ tal
vez: el divorcio del afecto con la representación?). La representación no sufre el mismo destino que el afecto, ya que mientras
la representación sigue viviendo dentro del sistema inconsciente, el afecto no. Por esta razón, la no existencia de afectos dentro
del inconsciente, se plantea “no hay afectos inconscientes como hay representaciones- “investiduras”- inconscientes”. Toda la
diferencia estriba en que las representaciones son investiduras —en el fondo, de huellas mnémicas—, mientras que los afectos
y sentimientos corresponden a procesos de descarga cuyas exteriorizaciones últimas se perciben como sensaciones.
El que una moción pulsional no pueda transponerse en afecto genera grandes descubrimientos, ya que nos permite conocer que
el estado psiquico de un sujeto es normal cuando la conciencia gobierna la motilidad y la afectividad. Esto se mantiene solo en
la neurosis (y no en la psicosis). También, es importante porque nos permite entender el papel que toca a la representación
sustitutiva en la conformación de la enfermedad. Es posible que el desprendimiento de afecto parta directamente del sistema
Icc y se una a la angustia; pero otra posibilidad es que ese efecto tenga que encontrar una representación sustitutiva dentro del
inconsciente.
No existen los sentimientos inconcientes, porque para que sean sentimientos son sentidos o percibidos, y por ende, son
concientes.

IV. Tópica y dinámica de la represión


1. ¿Qué mecanismos intervienen en la represión secundaria y en la primordial? ¿Por qué el proceso de sustracción de
investidura preconciente no es válido para la represión primordial?
Debido a que los contenidos inconscientes son eficaces, es decir, son capaces de producir efectos, la investidura que se
remueve del acto psiquico no es la inconsciente, sino la preconciente, o lo que es lo mismo, a la representación que le fue
quitada su investidura preconsciente, se le otorga una inconsciente. Así, el paso desde el sistema Ice a uno contiguo no
acontece mediante una trascripción nueva, sino mediante un cambio de estado, una mudanza en la investidura.

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Sin embargo, el proceso de sustracción de investidura preconciente no es válido para la represión primordial porque la
representación que sigue investida o que es provista de investidura desde el Icc haría intentos renovados por penetrar en el
sistema Prcc, valida de su investidura. De igual modo, el aludido mecanismo de sustracción de una investidura preconciente no
funcionaría cuando estuviera en juego la figuración de la represión primordial; es que en ese caso está presente una
representación inconciente que aún no ha recibido investidura alguna del Prcc y, por tanto, ella no puede serle sustraída.
Descripto estos, establecemos que son necesarios dos tipos de represión: una, la secundaria o el esfuerzo de dar casa, que es la
que se encarga de remover la investidura preconsciente, o lo que es lo mismo, a la representación que le fue quitada su
investidura preconsciente, se le otorga una inconsciente; y la otra es la represión primordial, cuya función es, a partir de una
contrainvestidura, proteger al preconsciente de las representaciones provistas de una investidura inconsciente. Dicha contra-
investidura representa {repreiscntiert] el gasto permanente [de energía] de una represión primordial, pero es también
lo que garantiza su permanencia.
Represión primordial: contrainvestidura.
Represión secundaria: defensa del preconciente y contrainvestidura.
2. Definir cómo considera Freud una exposición metapsicológica y aplicarla al mecanismo de la represión.
Lo económico es un modo exposición de ciertos fenómenos psíquicos, que aspira a perseguir los destinos de las magnitudes de
excitación. Busca entender que sucede con las cargas, representaciones e investiduras en los diferentes procesos, por esta
razón, se utilizan los términos de investidura y contra investidura, a la hora de desarrollar los tipos de represión.
Dinámica: en que relaciones de conflicto entra; Económica: modos de circulación de la energía; Tópico: donde se emplaza
Una exposición metapsicológica de un proceso psiquico (represión, síntoma, sueño, acto fallido, etc.) implica el desarrollar
su dimensión económica, tópica y dinámica.
DEBEMOS SER CAPACES DE EXPLICAR DE FORMA METAPSICOLÓGICA LA REPRESIÓN PRIMARIA Y
SECUNDARIA, Y EL TRABAJO DEL SUEÑO.
METAPSICOLOGIA = Ai.: Metapsychologie. — Fr.: métapsychologie. — Ing.: metapsychology. — It.: metapsicología. —
Por.: metapsicología. Término creado por Freud para designar la psicología por él fundada, considerada en su dimensión más
teórica. La metapsicología elabora un conjunto de modelos conceptuales más o menos distantes de la experiencia, tales como
la ficción de un aparato psíquico dividido en instancias, la teoría de las pulsiones, el proceso de la represión, etc. La
metapsicología considera tres puntos de vista: dinámico, tópico y económico.
Por ejemplo: un síntoma, en términos dinámicos, el síntoma es el resultado de un conflicto entre el deseo y la defensa.
Desarrollar desde el punto de vista tópico y económico.
Aplicación de la metapsicología de la represión en la neurosis obsesiva:
En la histeria de angustia se trata de una moción de amor que demandaba transponerse al Prcc, pero la investidura Prcc se le
retiró y la Icc fue descargada como angustia. La investidura Prcc fue volcada a una representación sustitutiva que se entramó
por vía asociativa con la representación rechazada, y se sustrajo de la represión por su distanciamiento (sustituto por
desplazamiento). La representación sustituta es para la conciencia una contrainvestidura asegurándolo contra la emergencia de
la representación reprimida. Es de donde arranca el desprendimiento de afecto (en la fobia cuando ve al animal). Es el lugar de
transmisión desde el Icc al interior del Cc y es una fuente autónoma de desprendimiento de angustia. La contrainvestidura del
sistema Cc ha llevado a la formación sustitutiva. Todo el entorno asociado de la representación sustitutiva es investido con una
sensibilidad particular, y cualquier excitación dará un desarrollo de angustia, que es aprovechado como señal para inhibirse
mediante la huida de la percepción. Este mecanismo no sirve contra la moción pulsional que alcanza a la percepción sustitutiva
con su conexión con la representación reprimida. Solo empiezan a producir efectos cuando el sustituto ha tomado sobre sí la
subrogación de lo reprimido. Cada acrecimiento de la moción pulsional, la muralla protectora que rodea a la representación
debe ser trasladada un tramo más allá. Esa construcción es la fobia.
V. Las propiedades particulares del sistema Icc
1. Elaborar un cuadro comparativo entre las propiedades de los sistemas Icc y Prcc-Cc.
INCONSCIENTE PRECONSCIENTE-CONCIENTE
Formada por representantes pulsionales que quieren Formada por representaciones que se relacionan, influyen,
descargar su investidura (mociones de deseo), que pueden contradicen y niegan mutuamente.
tener una mayor o menor intensidad, y que no se influyen o
contradicen entre si.
Cuando son activadas al mismo tiempo dos mociones de
deseo cuyas metas no podrían menos que parecemos
inconciliables, ellas no se quitan nada ni se cancelan
recíprocamente, sino que confluyen en la formación de una
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meta intermedia, de un compromiso.
No existe negación, duda o certeza Existe la negación, duda y certeza
Proceso primario: formado por la condensación y el Proceso secundario
desplazamiento
Atemporales: no están ordenados con arreglo al tiempo, no Temporales: se ordenan siguiendo el tiempo y se modifican
se modifican por el trascurso de este ni, en general, tienen siguiendo su transcurso.
relación alguna con él
Sustitución de la realidad exterior por la psíquica. Están Se centra en la realidad. Realiza un examen de realidad.
sometidos al principio de placer; su destino sólo depende de Funciona a partir del principio de realidad, que regula el
la fuerza que poseen y de que cumplan los requisitos de la principio de placer.
regulación de placer-displacer
Energía libre, por eso opera la condensación y el Energía ligada
desplazamiento.
Huellas mnémicas, forma de almacenamiento inconsciente. Memoria: se pueden traer a la conciencia las
representaciones preconscientes.

VI. El comercio entre los dos sistemas ¿Qué relaciones de influencia y cooperación puede haber entre ambos?
1. ¿Qué tipo de relaciones mantienen el Icc y el Prcc para Freud?
El Icc es más bien algo vivo, susceptible de desarrollo, y mantiene con el Prcc toda una serie de relaciones la de la
cooperación, la represión, entre otras. A modo de síntesis debe decirse que él se le continúa en los llamados retoños, es
asequible a las vicisitudes de la vida, influye de continuo sobre el Prcc y a su vez está sometido a influencias de parte de este.
2. Definir retoños inconscientes.
Un retoño es la causa de no poder encontrar una separación tajante entre los dos (o tres) sistemas. Presentan notas
contrapuestas. Existen dos tipos de retoños:
- Por una parte presentan una alta organización, están exentos de contradicción, han aprovechado todas las adquisiciones del
sistema Ce y nuestro juicio los distinguiría apenas de las formaciones de este sistema. Por otra parte, son inconscientes e
insusceptible de devenir concientes. Por tanto Por tanto, cualitativamente pertenecen al sistema Prcc, pero, de hecho, al
Icc. Por ejemplo: fantasías de los neuróticos y de los normales. A pesar de su alta organización, que las hace asemejarse a
las representaciones del sistema preconsciente-conciente, por el hecho de estar reprimidas y no poder devenir conscientes,
forman parte del sistema inconsciente.
Metáfora: los retoños son como mestizos entre diversas razas humanas que en líneas generales se han asemejado a los blancos,
pero dejan traslucir su ascendencia de color por uno u otro rasgo llamativo, y por eso permanecen excluidos de la sociedad y
no gozan de ninguno de los privilegios de aquellos. Si bien presentan una organización semejante a las de los contenidos
inconscientes, siguen siendo pertenecientes al inconciente, debido a que están reprimidos.
- Otros tantos retoños del Icc de alta organización son las formaciones sustitutivas, que, no obstante, logran irrumpir en la
conciencia merced a una relación favorable, por ejemplo, en virtud de su coincidencia con una contra-investidura del Prcc
3. ¿Por qué contenidos está compuesto el Prcc y de qué fuentes provienen?
El preconsciente se encuentra formado, por una parte, por los retoños de inconsciente; y por el otro, por contenidos que
advienen conscientes sin tener que atravesar ninguna censura. El contenido del Prcc proviene de la vida pulsional y de la
percepción.
4. Situar los dos tipos de censura que Freud postula con respecto a su localización en el aparato psíquico y a sus efectos.
Freud plantea dos censuras dentro del aparto psiquico: una de ellas, se encuentra entre el icc y el prcc; y la otra entre el prcc y
el Cc. Esta última supone que una nueva censura corresponde a todo paso de un sistema al que le sigue, más alto; vale decir, a
todo progreso hacia una etapa más alta de organización psíquica. Partiendo de que lo conciente no lo es siempre, sino que
temporariamente es también latente, se concluye que mucho de lo que participa de las propiedades del sistema Prcc no deviene
conciente; y todavía llegaremos a saber que ciertas orientaciones de la atención de este sistema son restrictivas del devenir-
conciente. Por tanto, ni con los sistemas ni con la represión mantiene la conciencia un vínculo simple. La verdad es que no sólo
lo reprimido psíquicamente permanece ajeno a la conciencia; también, una parte de las mociones que gobiernan nuestro yo,
vale decir, del más fuerte opuesto funcional a lo reprimido. En la medida en que queramos avanzar hasta una
consideración metapsicológica de la vida anímica, tendremos que aprender a emanciparnos de la significatividad del
síntoma «condición de conciente».
Los retoños del Icc' devienen concientes como formaciones sustitutivas y como síntomas, siempre y cuando hayan sufrido
grandes desfiguraciones respecto de lo inconciente, aunque suelen conservar muchos caracteres que invitan a la represión.

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Lo Icc es rechazado por la censura en la frontera de lo prcc; sus retoños pueden sortear esa censura, organizarse en un nivel
alto, crecer dentro del Prcc hasta una cierta intensidad de investidura, pero después, cuando la han rebasado y quieren
imponerse a la conciencia, pueden ser individualizados como retoños del Icc y reprimidos otra vez en la nueva frontera de
censura situada entre Prcc y Cc. Así, la primera censura funciona contra el Icc mismo; la segunda, contra los retoños prcc de él.
Se diría que la censura fue empujada un tramo hacia adelante en el curso del desarrollo individual.
5. ¿Cómo define la dirección de la cura analítica en este texto?
Consideración metapsicológica de la vida anímica
En la cura psicoanalítica obtenemos la prueba irrecusable de la existencia de la segunda censura, la situada entre los sistemas
prcc y Cc. Exhortamos al enfermo a formar profusión de retoños del Ice y lo comprometemos a vencer las objeciones que la
censura haga al devenir-conscientes de estas formaciones preconcientes; derrotando esta censura nos facilitamos el camino
para cancelar la represión, que es la obra de la censura anterior. Consignemos aquí esta observación; la existencia de la censura
entre prcc y Cc nos advierte que el devenir-conciente no es un mero acto de percepción, sino que probablemente se trate
también de una sobreinvestidura [cf. infra, pág. 198], un ulterior progreso de la organización psíquica.

No obstante, la cura psicoanalítica se edifica sobre la influencia del Ice desde la Ce, y en todo caso muestra que, si bien ella es
ardua, no es imposible. Los retoños del Ice que hacen de mediadores entre los dos sistemas nos facilitan el camino para este
logro, como ya se dijo. Pero todo nos lleva a suponer que una modificación espontánea del Ice por parte de la Ce es un proceso
lento y erizado de dificultades.

6. Describir la situación eventual de cooperación entre una moción prcc. y una icc.
Una cooperación entre una moción preconciente y una inconciente, aun reprimida con intensidad, puede producirse en esta
situación eventual: que la moción inconciente pueda operar en el mismo sentido que una de las aspiraciones dominantes. La
represión queda cancelada para este caso y la actividad reprimida se admite como refuerzo de la que está en la intención del yo.
Para esta última, lo inconciente pasa a ser una constelación acorde con el yo, sin que en lo demás se modifique para nada su
represión. El éxito del Icc en esta cooperación es innegable; las aspiraciones reforzadas, en efecto, se comportan diversamente
que las normales, habilitan para un rendimiento particularmente consumado y exhiben frente a las contradicciones una
resistencia semejante a la que oponen, por ejemplo, los síntomas obsesivos.
VII. El discernimiento de lo inconciente
En este apartado Freud parte del análisis de las psiconeurosis narcisistas, en particular del estudio de la esquizofrenia para
ampliar el conocimiento de lo Inconciente.
1. ¿En qué diferencia a la esquizofrenia de las neurosis de transferencia en lo que concierne a la distribución de la libido
(punto de vista económico) y al carácter conciente e inconciente de las representaciones que intervienen en las
formaciones sustitutivas (punto de vista tópico)?
En las neurosis de trasferencia (histeria de angustia y de conversión, neurosis obsesiva) no existe oposición entre el objeto y el
yo. Por cierto, se sabía que la denegación (frustración) del objeto generaba el estallido de la neurosis y esta envolvía la
renuncia al objeto real, y también que la libido sustraída del objeto real revertía sobre un objeto fantaseado y desde ahí sobre
uno reprimido (introversión). Pero la investidura de objeto misma es retenida en estas neurosis con gran energía, y la
indagación más fina del proceso represivo nos forzó a suponer que la investidura de objeto persiste en el interior del sistema
Ice a pesar de la represión —más bien, a causa de ella—, Y sin duda, la capacidad para la trasferencia, que en estas afecciones
aprovechamos terapéuticamente, presupone una imperturbada investidura de objeto.
En la esquizofrenia, el psicoanálisis no ha logrado establecer un enlace inteligible entre el vínculo yo-objeto y las relaciones de
conciencia. Sin embargo, si se sabe que tras el proceso de la represión la libido quitada no busca un nuevo objeto, sino se
recoge en el yo; por tanto, aquí se resignan las investiduras de objeto y se reproduce un estado de narcisismo primitivo, carente
de objeto. Esta enfermedad no puede ser tratada mediante el método de las neurosis. Su característica de repulsa del mundo
exterior, el surgimiento de signos de una sobreinvestidura del yo propio, la apatía total en que desemboca el proceso, todos
estos caracteres parecen armonizar perfectamente con el supuesto de una resignación de las investiduras de objeto. En cuanto a
los vínculos entre los dos sistemas psíquicos, ningún observador dejó de notar que en la esquizofrenia se exterioriza como
conciente mucho de lo que en las neurosis de trasferencia sólo puede pesquisarse en el Ice por medio del psicoanálisis.
ENFERMEDAD NEUROSIS ESQUIZOFRENIA
PUNTO DE VISTA ECONÓMICO la investidura de objeto misma es La libido quitada no busca un nuevo
retenida en estas neurosis con gran objeto, sino se recoge en el yo; por
energía, y la indagación más fina del tanto, aquí se resignan las investiduras
proceso represivo nos forzó a suponer de objeto y se reproduce un estado de
que la investidura de objeto persiste en narcisismo primitivo, carente de objeto.
el interior del sistema Ice a pesar de la
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represión —más bien, a causa de ella—
PUNTO DE VISTA TÓPICO Representaciones de carácter Representaciones de caracter conciente.
inconsciente

2. Respecto a las alteraciones del lenguaje que se presentan en la esquizofrenia, definir y ejemplificar el “leguaje de
órgano”.
En la esquizofrenia se observa, sobre todo en sus estadios iniciales, tan instructivos, una serie de alteraciones del lenguaje,
algunas de las cuales merecen ser consideradas desde un punto de vista determinado. El modo de expresarse es a menudo
objeto de un cuidado particular, es «rebuscado», «amanerado». Las frases sufren una peculiar desorganización sintáctica que
las vuelve in comprensibles para nosotros, de suerte que juzgamos disparatadas las preferencias de los enfermos. Utilizan un
lenguaje órgano, ya que en el contenido de esas proferencias muchas veces pasa al primer plano una referencia a órganos o a
inervaciones del cuerpo. A esto puede sumarse que en tales síntomas de la esquizofrenia, semejantes a las formaciones
sustitutivas de la histeria o de la neurosis obsesiva, la relación entre el sustituto y lo reprimido exhibe peculiaridades que nos
resultarían sorprendentes en los casos de esas dos neurosis mencionadas.
Por ejemplo (retomado de las investigaciones del doctor Victor Tausk): Una de las enfermas de Tausk, una muchacha que fue
llevada a la clínica después de una querella con su amado, se queja: Los ojos no están derechos, están torcidos
{verdrehen}.Ella misma lo aclara, exponiendo en un lenguaje ordenado una serie de reproches contra el amado. «Ella no puede
entender que a él se lo vea distinto cada vez; es un hipócrita, un torcedor de ojos {Augenverdreher, simulador}, él le ha
torcido los ojos, ahora ella tiene los ojos torcidos, esos ya no son más sus ojos, ella ve el mundo ahora con otros ojos».
3. ¿A qué proceso son sometidas las palabras en la esquizofrenia en comparación al sueño?
En la esquizofrenia las palabras son sometidas al mismo proceso que desde los pensamientos oníricos latentes crea las
imágenes del sueño, y que hemos llamado el proceso psíquico primario. Son condensadas, y por desplazamiento se trasfieren
unas a otras sus investiduras completamente; el proceso puede avanzar hasta el punto en que una sola palabra, idónea para ello
por múltiples referencias, tome sobre sí la subrogación de una cadena íntegra de pensamientos.
4. ¿En qué se diferencian las formaciones de sustituto en la esquizofrenia y en las neurosis de transferencia?
Si nos preguntamos qué es lo que confiere a la formación sustitutiva y al síntoma de la esquizofrenia su carácter extraño,
caemos finalmente en la cuenta de que es el predominio de la referencia a la palabra sobre la referencia a la cosa. Entre el
apretarse un comedón y una eyaculación del pene hay escasísima semejanza en la cosa misma, y ella es todavía menor entre
los innumerables y apenas marcados poros de la piel y la vagina; pero, en el primer caso, las dos veces salta algo, y para el
segundo vale al pie de la letra la frase cínica: «Un agujero es un agujero». El sustituto fue prescrito por la semejanza de la
expresión lingüística, no por el parecido de la cosa designada. Toda vez que ambas —palabra y cosa— no coinciden, la
formación sustitutiva de la esquizofrenia diverge de la que se presenta en el caso de las neurosis de trasferencia.

5. ¿Qué conclusiones extrae Freud del anterior desarrollo para pensar la diferencia entre una representación conciente y
una inconciente?
¿Dónde reside la diferencia entre una representación conciente y una inconciente? Ellas no son, como creíamos, diversas
trascripciones del mismo contenido en lugares psíquicos diferentes, ni diversos estados funcionales de investidura en el mismo
lugar, sino que la representación conciente abarca la representación-cosa más la correspondiente representación-palabra
{Wortvorstellung}, y la inconciente es la representación-cosa {Sachvorstellung} sola. El sistema Ice contiene las investiduras
de cosa de los objetos, que son las investiduras de objeto primeras y genuinas; el sistema Prcc nace cuando esa
representación-cosa es sobreinvestida por el enlace con las representaciones-palabra que le corresponden. Tales
sobreinvestiduras, podemos conjeturar, son las que producen una organización psíquica más alta y posibilitan el relevo del
proceso primario por el proceso secundario que gobierna en el interior del Prcc.
En la represión, a los contenidos le son retirados la investidura inconsciente, es decir, le son retirados la traducción en palabras,
que debieran permanecer enlazadas con el objeto. La representación no aprehendida en palabras, o el acto psíquico no
sobreinvestido, se quedan entonces atrás, en el interior del Ice, como algo reprimido.
El enlace con representaciones-palabra todavía no coincide con el devenir-conciente, sino que meramente brinda la posibilidad
de ello; por tanto, no caracteriza a otro sistema sino al del Prcc. Por esta razón encontramos una diferenciación entre el
preconsciente y conciente.
DICCIONARIO.
REPRESENTACIÓN = Al.: Vorstellung. — Fr.: représentation. — Ing.: idea o presentation. — It.: rappresentazione. — Por.:
representaijáo. Término utilizado clásicamente en filosofía y psicología para designar «lo que uno se representa, lo que forma
el contenido concreto de un acto de pensamiento» y «especialmente la reproducción de una percepción anterior» (1). Freud
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contrapone la representación al afecto, siguiendo cada uno de estos elementos, en los procesos psíquicos, un diferente
destino.
 Los primeros modelos teóricos destinados a explicar las psiconeurosis se centran en la distinción entre quantum de
afecto* y representación. En la neurosis obsesiva, el quantum de afecto se ha desplazado desde la representación
patógena ligada al acontecimiento traumatizante a otra representación que el sujeto considera insignificante. En la
histeria, el quantum de afecto se convierte en energía somática, y la representación reprimida es simbolizada por una
zona o una actividad corporales.
 La representación sería más bien aquello que, del objeto, viene a inscribirse en los «sistemas mnémicos».
 Ahora bien, como es sabido, Freud no concibe la memoria como un simple receptáculo de imágenes, según una
concepción estrictamente empírica, sino que habla de sistemas mnémicos, reduce el recuerdo a diferentes series
asociativas y finalmente designa con el nombre de «huella mnémica»*, más que una «débil impresión» que guarda
una relación de similitud con el objeto, un signo siempre coordinado con otros y que no va ligado a una determinada
cualidad sensorial. Desde esta perspectiva, la Vorstellung de Freud ha podido equipararse al concepto lingüístico de
significante
 Sin embargo, cabe distinguir aquí, con Freud, dos niveles de estas «representaciones»: las «representaciones de
palabra»* y las «representaciones de cosa»*. Esta distinción subraya una diferencia, a la cual, por lo demás, Freud
atribuye un valor tópico fundamental; las representaciones de cosa, que caracterizan el sistema inconsciente, se
hallan en una relación más inmediata con la cosa: en la «alucinación primitiva», la representación de cosa sería
considerada por el niño como equivalente del objeto percibido y catectizadas en la ausencia de éste (véase:
Experiencia de satisfacción).
REPRESENTACIÓN DE COSA, REPRESENTACIÓN DE PALABRA = AL: Sachvorstellung (o DingvorsteUung),
Wortvorstellung. — Fr.: représentation de chose, représentation de mot. — Ing.: thing presentation, word presentation. — It.:
rappresentazione di cosa, rappresentazione di parola. — Por.: representacáo de coisa, representacáo de palavra. Términos
utilizados por Freud en sus textos metapsicológicos para distinguir dos tipos de «representaciones», uno (esencialmente
visual) que deriva de la cosa y otro (esencialmente acústico) que deriva de la palabra. Esta distinción tiene para él un alcance
metapsicológico, caracterizándose el sistema preconsciente-consciente por la ligazón de la representación de cosa a la
representación de palabra correspondiente, a diferencia del sistema inconsciente, que sólo comprende representaciones de
cosa.
La distinción entre representación de cosa y representación de palabra tiene su origen en las investigaciones del joven Freud
acerca de la afasia. La idea de representación de cosa aparece muy pronto en la doctrina freudiana con el término, muy afín,
de «huellas mnémicas»: éstas se depositan en los diferentes sistemas mnémicos.
DIFERENCIA ENTRE HUELLA MNÉMICA Y REPRESENTACIÓN-COSA «La representación de cosa consiste en una catexis,
si no de imágenes mnémicas directas de la cosa, por lo menos de huellas mnémicas más alejadas, derivadas de aquéllas» (2
a). Esta definición requiere dos observaciones: 1.a la representación se distingue aquí claramente de la huella mnémica:
aquélla re-catectizar, reaviva ésta, que no es en sí misma más que la inscripción del acontecimiento; 2.a la representación de
cosa no debe entenderse como un análogo mental del conjunto de la cosa. Ésta se halla presente en diferentes sistemas o
complejos asociativos en atención a uno u otro de sus aspectos.
Las representaciones de palabra se introducen en una concepción que enlaza la verbalización y la toma de conciencia. El
privilegio de la representación de palabra no puede reducirse a una supremacía de lo auditivo sobre lo visual. Lo que aquí
interviene no es sólo la diferencia entre los aparatos sensoriales. Freud mostró que en la esquizofrenia las representaciones
de palabra son tratadas como representaciones de cosa, es decir, según las leyes del proceso primario; tal sucede también en
el sueño, en el que ciertas frases pronunciadas en estado de vigilia se someten a la condensación y al desplazamiento en
igual forma que las representaciones de cosa: «[...] cuando las representaciones de palabra, pertenecientes a los restos
diurnos, constituyen residuos recientes y actuales de percepciones, y no expresión de pensamientos, son tratadas como las
representaciones de cosa» (3). Vemos, pues, que representación de cosa y representación de palabra no designan
simplemente dos tipos de «huellas mnémicas»; tal distinción tiene, para Freud, un alcance tópico fundamental

LA REPRESIÓN.
Trabajos de metapsicología:
- pulsiones y destinos de pulsión
- lo inconciente
- la represión
- complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños
- duelo y melancolía.
La metapsicología es la explicación de cualquier fenómeno psiquico que puede articular tres niveles de análisis: tópico,
dinámico (fuerzas en posición – conflicto entre deseo y defensa) y económico (cargas y su funcionamiento). Todas las

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categorías, conceptos y procesos (pulsión, deseo, sueño, censura, síntoma, acto fallido, represión) deben ser explicados así,
debido a que es la forma más rigurosa y completa de determinar su alcance.
Lo inconsciente es una categoría multívoco. El sentido más propio del psicoanálisis es el tópico, es decir, aquel que alude a un
tipo particular de sistema que se presenta contenidos y legalidades que le son propios y que rigen su funcionamiento. Son sus
legalidades las que lo diferencian del otro sistema.
El termino inconciente no es patrimonio del inconciente, sino que lo que el psicoanálisis establece es su conceptualización en
términos tópicos. Junto a este término, encontramos el termino dinámico (sugestión hipnótica) y descriptivo (arte, literatura).
El sentido sistemático solidario con el mecanismo de la represión, ya que este último es el que la funda. En otras palabras, la
represión permite el clivaje, la división entre sistemas contrapuestos. La barrera que divide a los sistemas es la represión. No
hay sistemas sino hay represión. La represión permite pensar el origen, la organización del aparato; pero a su vez nos permite
pensar que existen contenidos que si bien no son inconscientes en su origen, pueden serlo a partir del mecanismo de la
represión.
La represión emerge con los estudios sobre la histeria (neurosis de defensa, fóbicas y obsesiva), se retoma en recuerdos
encubridores, en los sueños (resistencias, y censura = represión).
Represión (p. 375). Solo se reprimen las representaciones, ya que los sentimientos y percepciones son sentidos, por ende, son
concientes.
La represión se produce en términos económicos, sin embargo, en determinado sistemas produce displacer aunque la meta de
la pulsión sea siempre satisfactoria.
REPRESIÓN = Al.: VerdrÄngung. — Fr.: refoulement. — Ing.: repression. — It.: rimozione. — Por.: recalque o
recalcamento. A) En sentido propio: operación por medio de la cual el sujeto intenta recha zar o mantener en el inconsciente
representaciones (pensamientos, imágenes, re cuerdos) ligados a una pulsión. La represión se produce en aquellos casos en que
la satisfacción de una pulsión (susceptible de procurar por sí misma placer) ofrecería el peligro de provocar displacer en virtud
de otras exigencias. La represión es particularmente manifiesta en la histeria, si bien desempeña también un papel importante
en las restantes afecciones mentales, así como en la psicología normal. Puede considerarse como un proceso psíquico
universal, en cuanto se hallaría en el origen de la constitución del inconsciente como dominio separado del resto del psiquismo.
B) En sentido más vago: el término «represión» es utilizado en ocasiones por Freud en una acepción que lo aproxima al de
«defensa»*, debido, por una parte, a que la operación de la represión en el sentido A, se encuentra, al menos como un tiempo,
en numerosos procesos defensivos complejos (en cuyo caso la parte es tomada por el todo) y, por otra parte, a que el modelo
teórico de la represión es utilizado por Freud como el prototipo de otras operaciones defensivas.
La represión es una de las formas de la defensa.
Tesis fundamentales del texto de la represión.

Uno de los destinos pulsionales es la represión. Esa moción pulsional choca con resistencias que no quiere que alcance su
satisfacción. Diferente a los otros destinos (sublimación, cambio en la meta y cambio en el objeto).
Frente a la pulsión tenemos dos alternativas: se escapa de ella u otra, es la desestimación por el juicio (la conciencia reconoce
la moción pulsional, la admita y resista / decline su realización). La huida esta denegada. Y la segunda el que la conciencia la
admite, y el individuo la desestime concientemente.
Sin embargo, ninguno de estos dos caminos son viables, debido a que la de la pulsión no se puede huir, ya que proviene de una
fuerza interna que actúa de forma contante; y el que se admita la representación a la conciencia es poco común, ya que
generaría un conflicto. Así, la represión es el punto intermedio (lo suele preguntar en exámenes). Tesis fundamentales:
 Su motivo es siempre económico. El placer que acarraría la meta produce más displacer que el placer mismo que la
satisfacción acarrearía. Hay, en términos económicos, más displacer que placer. Solo se entiende cuando se habla de
conflicto. La meta de la pulsión produciría una inconciliabilidad psiquica, por lo que el displacer es mayor al placer.
Por eso actúa la represión.

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 Su condición es que se desarrolla con posterioridad, es decir, que no se encuentra desde el origen. Relación con cap. 7:
la represión se desarrolla en el tercer esquema, ya que encontramos división entre los sistemas.
 Su esencia es el prohibir el ingreso a la conciencia de determinados contenidos. Así, antes de ella, los primeros
destinos pulsionales: vuelta hacia lo contrario y hacia la persona propia, operan defendiendo a lo conciente.
¿Como se desarrolla la represión? Se desarrolla en tres fases.
1) Represión primordial o primaria u originaria: primer tiempo de la operación de la represión. Primaria: primera en el tiempo
tanto en el sentido temporal como lógico (condición necesaria para otros procesos represivos posteriores). Esta represión
primordial funda un núcleo de represiones inconcientes. Es originaria porque da origen al inconsciente. Establece la
división/escisión entre inconsciente y preconsciente-conciente.
A partir de la represión primordial, ya hay tópica psiquica. Ya hay sistema inconciente y se separa al sistema preconciente-
conciente.
REPRESIÓN ORIGINARIA = Al.: Urverdrángung. — Fr.: refoulement originaire. — Ing.: primal repression. — It.: rimozione
originaria o primaria. — Por.: recalque (o recalcamento) primitivo u originario. Proceso hipotético descrito por Freud como
primer tiempo de la operación de la represión. Tiene por efecto la formación de cierto número de representaciones
inconscientes o «reprimido originario». Los núcleos inconscientes así constituidos contribuyen seguidamente a la represión
propiamente dicha, por la atracción que ejercen sobre los contenidos a reprimir, junto con la repulsión proveniente de las
instancias superiores

Texto: “Pues bien; tenemos razones para suponer una represión primordial, una primera fase de la represión que consiste en
que a la agencia representante {Kepresentanz} psíquica (agencia representante-representación) de la pulsión se le deniega la
admisión en lo conciente (no la conciencia, todavía no hay separación). Así se establece una fijación; a partir de ese momento
la agencia representante en cuestión persiste inmutable y la pulsión sigue ligada a ella.”
“tenemos razones para supones…”Cuando se aplica el método psicoanalítico ya aparece el aparato separado. Este tiempo se
supone teóricamente. No es mítico, sino que no se observa cuando se divide, ya lo encontramos dividido. Esa división permite
después el origen del síntoma, el sueño, el acto fallido y el chiste.
En la psicosis fracasa la represión primordial, ya sea que no se instales o se lo haga de forma fallida.
“una primera fase de la represión que consiste en que a la agencia representante {Kepresentanz} psíquica (agencia
representante-representación) de la pulsión se le deniega la admisión en lo conciente.”
Lo que se reprime primordialmente son las agencias representantes de las pulsiones. Se les deniega el paso a lo conciente (no
en la conciencia, porque esta no existe hasta que la represión originaria actúa), por ende nunca lo serán. Se las sepultan antes
que puedan ser percibidos, advertidos. Estas funda un núcleo de representaciones (ombligo del sueño) que fueron sepultadas
antes que se forma la conciencia, por lo que estas nunca podrán devenir concientes.
Kur unseres wesen: carozo o núcleo del ser = núcleo formado por agencias representantes de la represión primordial.
Relación de la representación primordial con otros textos:
 Parágrafo 7 de “lo inconsciente”. Esas representaciones insusceptible de conciencia siempre van a ser representaciones
cosa, nunca podrán organizarse como una representación palabra. El preconciente- conciente esta fundado por
representación objeto, es decir, representación palabra + representación cosa.
 Tres ensayos. Lo que se sepulta son las representaciones ligadas al autoerotismo. Estas quedan sepultadas, y por esta
razón existe la amnesia infantil.
La represión primordial es la primera barreara que permite el sepultamiento y el abandono, los diques anímicos son
exteriorizaciones de la represión primordial. Sobre todo el asco y la vergüenza (la moral y la compasión aparecen
después, y por ende, no forman parte de la representación primordial). La represión primordial es la primera barrera
que se opone a la satisfacción pulsional. Los primeros diques sepultan el autoerotismo, es decir, son la exteriorización
visible de la represión.
“Así se establece una fijación; a partir de ese momento la agencia representante en cuestión persiste inmutable y la pulsión
sigue ligada a ella.”
La represión primordial produce una fijación (sentido tópico) quedan enlazadas al inconcientes, fijación en sentido espacial, no
libidinal. Y no podrán, nunca devenir conscientes.
Explicación metasicológica de la represión primaria:
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 Tópico: separación inconsciente-preconsciente.
 Económico (se desarrolla en el cap. 4 de lo inconsciente): La contra investidura, es decir, una carga contraria, de
sentido opuesto a la pulsión. Impide que la pulsión avance. Es un gasto constante. “Dicha contra-investidura
representa {repreiscntiert] el gasto permanente [de energía] de una represión primordial, pero es también lo
que garantiza su permanencia.” Su permanencia en lo inconsciente.
 Dinámico: conflicto entre dos fuerzas. La moción pulsional vs. La represión primordial que le deniega su acceso a la
conciencia. Lo impide porque ahí se cliva el aparato.

2) Represión secundaria o propiamente dicha. Esta es la que se observa en el sueño, síntoma. Hasta aquí solo hemos hablado
de la secundaria, y hemos dado por supuesto que el aparto ya esta formada. Es secundaria porque es segunda en el tiempo,
y en sentido lógico, es la que ocurre después, ya que actúa sobre los retoños de la agencia representante, y sobre algunas
ilaciones de pensamientos.
Retoño = ramificación, a floración, representación que tópicamente pertenece al preconciente, pero que haya en conexión
asociativa (se encuentra investida con conexiones de lo) con lo reprimido primordial. Por ejemplo: la fantasía. Esta es un
producto mestizo (hunde sus raíces en lo reprimido primordial, pero esta dotado por contenidos preconscientes).
Estos producen en el preconciente un conflicto, por lo que serán reprimidos por la represión secundaria, sufriendo así el mismo
destino que lo reprimido primordialmente. Si han entrado en conexión asociativa, van a producir una inconciliabilidad con
otras representaciones estéticas, éticas y morales del yo, y por ende dicha represión secundaria va divorciar la carga de la
representación.
Los retoños son representaciones palabra, por lo que, por más que sean enviados al inconciente, pueden volver a intentar/ tratar
de ingresar a la conciencia. Este es el retorno de lo reprimido. Si tuvieron una vez estatus de conciente, puede volver a serlo.
Explicación metapsicológica:
 En sentido dinámico: la represión secundaria implica una fuerza que se ejerce desde el preconcientes, que busca
expulsar esa representación. Esto se llama: esfuerzo de repulsión. El inconsciente produce, a su vez, una fuerza de
atracción, que se denomina esfuerzo de dar casa. En la represión secundaria actúan dos fuerzas contrapuestas:
atracción y repulsión. Fuerzas que operan en el aparato en forma de conflicto, opuestas.
 Tópico: la represión se ejerce en la frontera entre el inconsciente y el preconsciente
 Económico: El mecanismo de la represión secundaria es la sustracción de la investidura- es el divorcio, se le retira a la
representación su carga- hay una desinvestidura, así la representación se desaloja. Primero actúa una desinvestidura y
luego una contrainvestidura que mantenga en el inconsciente lo que fue desalojado, impidiendo que vuelta. La
represión secundaria = le quito a la representación su investidura de palabra.
Proceso secundario = carga ligada a representación, toda representación tiene unida una carga. Las palabras adquieren un
significado específico.
Proceso primario = carga y las representaciones estas libres, por eso opera el deslazamiento y la condensación. Las represiones
secundarias permiten que el inconciente usa las palabras como cosas, así las puede condensar, desplazamiento, tal y como lo
hace un esquizofrénico.

El monto de afecto puede sufrir tres destinos:


 Mudarse en angustia: debida a que la carga esta libre, no ligada, esa carga se percibe como angustia, ya que no sabe
cuál es su causa, no se puede articular un objeto, el no saber por que se da por que la carga no esta ligada a la
representación, esta fue desalojada. Este es el destino es el más habitual. La represión crea, es la causa, de la angustia.

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Relación con proceso secundario: debido a que no esta ligado a un objeto, no se sabe la causa, por ende se siente
nomas el afecto displacentero. Solo en la psiconeurosis
En la medida que el preconsciente opera mediante el proceso secundario y no soporta cargas libres, por lo que tendera
a ligar a otra representación preconsciente, que ya tiene una carga, quedara sobre investida, ya que se le agrega una
carga adicional a la que ya tenía. Esta representación sobreinvestida se la llama formación sustitutiva. ¿Por qué?
Porque recibe la carga de la representación reprimida, pasa a ser el sustituto de la representación reprimido. ¿Cómo
llega a ella? Mediante un nexo asociativo. Esta no es un síntoma. Funciones: Sustituye a la representación que esta en
el inconsciente. No es inconciliable. Debido a que queda sobreinvestida, es la que brinda apoyo a la contrainvestidura.
Se opone al retorno de la representación reprimida.
Por ejemplo: una representación sobre satisfacción anal es reprimida, esto entra en conexión con la suciedad, y por
ende con la limpieza. El afecto de la representación reprimida se traspone en angustia e invista la representación sobre
la limpieza, por ende, esta queda sobreinvestida. Así, dicha sobreinvestidura va a prestar auxilio a la contrainvestidura
para que la representación reprimida no retorne al preconsciente.
 El monto de afecto permanece y deviene conciencia como un afecto cualitativamente coloreado. Por ejemplo:
tristeza, enojo, ira. Emerger en la conciencia como cualquier otro afecto
 El afecto es sofocado, y por ende no se expresa, queda inhibido, sofocado. Es lo más parecido a la represión de la
representación.
La represión primordial o secundaria no aniquila el contenido, por lo que no se impide que los representantes de la pulsión se
organicen, produzcan nexos, es eficiente, sigue produciendo efectos. El inconciente esta vivo. “El Ice es más bien algo vivo,
susceptible de desarrollo, y mantiene con el Prcc toda una serie de relaciones; entre otras, la de la cooperación. A modo de
síntesis debe decirse que el lee se continúa en los llamados retoños, es asequible a las vicisitudes de la vida, influye de
continuo sobre el Prcc y a su vez está sometido a influencias de parte de este (cap. 6 “lo inconsciente”). La pulsión no cesa de
pujar, y va a tratar de una forma o de otra.
Es más, “la agencia representante de pulsión se desarrolla con mayor riqueza y menores interferencias cuando la represión la
sustrajo del influjo conciente. Prolifera, por así decir, en las sombras y encuentra formas extremas de expresión que, si le son
traducidas y presentadas al neurótico, no sólo tienen que parecerle ajenas, sino que lo atemorizan provocándole el espejismo de
que poseerían una intensidad pulsional extraordinaria y peligrosa…”.
La vuelta de lo reprimido, es decir, los retoños inconscientes que fueron reprimidos por la represión secundaria, van a tratar de
ingresar a la consciencia a toda costa, por lo que “Si estos se han distanciado lo suficiente del representante reprimido, sea por
las desfiguraciones que adoptaron o por el número de eslabones intermedios que se intercalaron, tienen, sin más, expedito el
acceso a lo conciente. Es como si la resistencia que lo conciente les opone fuese una función de su distanciamiento respecto
de lo originariamente reprimido”.
Nexo con neuropsicosis de defensa: la represión solamente llega hasta la expulsión del contenido del preconsciente, pero no
impide que este siga produciendo efectos, por lo que nada puede hacer frente a los contenidos que van a tender siempre a
intentar btener su descarga en la conciencia.
2 características de la represión:
 Esta trabaja en alto grado de forma individual. No reprime en bloque, opera representación por representación, retoño
por retoño, y agencia representante por agencia representante. Así, algunos contenidos pueden estar reprimidos y otros
no.
 Es móvil: implica un gasto de energía contante, por lo que su intensidad puede variar. En cierto momento se puede
intensificar y en ciertos momentos se puede debilitar, porque es móvil con respecto a su magnitud. Se debe auq ela
pulsión no descansa nunca y no se desactiva jamás, porque es esfuerzo, empuje constante, asi que mantenerla
reprimida debe haber un gasto de represión constante.
[La represión de Emma se produce en la escena 2 ya que a posteriori advierte que la escena anterior había sido
un ataque sexual. Represión, desprendimiento de angustia y formación del síntoma. En Elizabeth, la represión se
produce cuando ella, en el funeral de su hermana, toma conciencia de su deseo].
3) Tercera fase de la represión: retorno de lo reprimido. No es tanto una fase sino su fracaso, ya que esa representación logra
sortear la barrera de la represión y se exterioriza en el preconsciente y consciente en forma de las formaciones del
inconsciente, es decir: sueño, chiste, operación fallida y síntoma.
RETORNO DE LO REPRIMIDO = Ai: Wiederkehr (o Rückkehr) des Verdrángten. — Fr.: retour du refoulé. — Ing.: return (o
breakthrough) of the repressed. — It.: ritomo del rimosso. — Por.: retorno do recalcado. Proceso en virtud del cual los
elementos reprimidos, al no ser nunca aniquilados por la represión, tienden a reaparecer y lo hacen de un modo deformado, en
forma de transacción. Freud insistió siempre en el carácter «indestructible» de los contenidos inconscientes (1). Los elementos
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reprimidos, no sólo no son aniquilados, sino que tienden incesantemente a reaparecer en la conciencia, por caminos más o
menos desviados y por intermedio de formaciones derivadas más o menos difíciles de reconocer: los derivados* del
inconsciente (a).
Un contenido reprimido puede devenir consciente si: “Si estos se han distanciado lo suficiente del representante reprimido,
sea por las desfiguraciones que adoptaron o por el número de eslabones intermedios que se intercalaron, tienen, sin más,
expedito el acceso a lo conciente.”
¿Qué es lo que retorna? Solo lo secundariamente reprimido debido a que solo esto fue preconsciente (tuvo estatuto de
representación palabra). Siempre se desfigura previamente, nunca retorna tal cual, sino que lo hace sometida a los mecanismos
del desplazamiento y condensación.
El síntoma es un retorno de lo reprimido no es una formación sustitutiva. Pero sobre dicha formación sustitutiva puede retornar
lo reprimido. Por ejemplo: en la caminata de Elizabeth con el muchacho. Al llegar de ella se encuentra con su padre mucho
mas enfermo y empieza a sentir un dolor más fuerte, eso es una formación sustitutiva, no un síntoma. Pero, el síntoma aparece
en dicho lugar cuando

Inconsciente, represión y angustia neurótica son términos solidarios. Tesis central: la angustia neurótica es creada por la
represión.
Programa: “Lo inconsciente como das Andere: un pensamiento no destinado a ser pensado por nadie. Carácter para-subjetivo y
no intencional de lo inconsciente. La materialidad del inconsciente como res extensa”.
Lo inconsciente es una realidad psiquica radicalmente ajeno al sujeto. Es inagotable, no se resuelve nunca, nunca lo
inconsciente es cognoscible.
Lo inconsciente como das Andere: das Andere se traduce como “lo otro” y nos remite a lo desconocido, lo que me es ajeno,
extraño. Lo inconsciente es lo otro en mi, que es me es extraño, no cognoscible, pero cuyos efectos, determinaciones sufro. Si
bien es parte de lo psiquico, no es parte del yo (sujeto).
Lo inconsciente puede ser caracterizado como das Ding, es decir, la cosa psiquica, que se opone al sujeto.
Si el inconsciente es lo otro (lo incognoscible) es del orden de la res extensa (materia que no forma parte de la mente, pero que
tiene un lugar), y por ende, no forma parte de la res cogita (lo cognoscible), no forma parte del sujeto pensante. No es parte de
los subjetivo (preconsciente, consciente), es no intencional no tiene voluntad. Es inconsciente es simplemente es, y en la
medida que es, produce efecto. No tiene voluntad, o intensión, por ende no debe ser representada como segunda conciencia.
El inconsciente corresponde a un pensamiento sin sujeto. El inconsciente es materia psiquica, es deseo, es pulsión, es
contenido ideativo, pero no hay allí un sujeto. Esto es lo revolucionario y subversivo en Freud: existen pensamientos que no
son pensados por nadie, o deseos que no son deseados por nadie.
NOTAS DE CLASE: CARO F.
La icc es das andere: lo otro. ¿Qué quiere decir? Que lo icc es algo radicalmente ajeno para el propio sujeto.
Solamente hay sujeto en el campo del yo, y lo inconsciente no está en el campo del sujeto. Lo icc no es subjetivo:
no concierne a contenidos los cuales puede apropiarse y reconocerlo de manera directa. Lo icc tiene un carácter
extraño, desconocido, y en ese sentido ajeno. Es del orden de una alteridad irreductible: es irreductiblemente otro:
lo icc siempre será algo diferente respecto del propio yo. El icc es una realidad en sí, que por definición es
irreductible. Hay contenidos, deseos, representaciones que jamás serán patrimonio del yo. Con esto tmb nos
remitimos al ombligo del sueño: lo inconsciente es lo no conocido y lo incognoscible. Corresponde a un orden de
alteridad absoluta. Es lo otro, lo ajeno, lo diferente de mí, entendiendo por mí el yo, el sujeto, la Cc. Las primeras
huellas mnémicas que se inscriben en el psiquismo y se van a inscribir a posteriori en el núcleo del icc nunca van
a poder ser cognoscible para la Cc. Solamente de lo icc es cognoscible es aquello que consiente fue reprimido.
Nada que no haya sido Cc podría ser Cc. Las primeras inscripciones psíquicas nunca fueron conscientes. Eso
explica el porqué de la amnesia infantil. En ese momento no había conciencia capaz de reconocer esos momentos.
Lo inconsciente es la traducción apropiada, con el empleado del neutro se refuerza porque el determinante no
tiene marca de género, porque se aplica a lo que no tiene género, no remite a nada que sea masculino ni
femenino, porque los contenidos que se emplean al determinante lo se aplican a objetos impersonales. Lo es
neutro porque lleva marca de impersonalidad, no se aplica a nada concreto, se aplica a atributos o a

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abstracciones. Él es determinante y tiene marca personal. Se refuerza aquí la impersonalidad de lo inconsciente,
su carácter impersonal: que el icc no es ninguna instancia subjetiva, no es personal, no remite a ningún sujeto.
En ese sentido lo icc no es subjetivo: no es un sujeto dentro del sujeto, un sujeto detrás de mí yo. Existen
contenidos psíquicos y por tanto pensamientos que llamamos inconscientes porque no son pensados por ningún
sujeto. En ese sentido lo inconsciente no es subjetivo, entendiendo subjetivo perteneciente a mi como sujeto. Lo
icc esta constituido por pensamientos, en el sentido de representaciones, de deseos, que no pertenecen al sujeto
en sentido estricto. Son para subjetivos, están en paralelo al sujeto, pero no son parte del sujeto. El icc no es otro
sujeto, no tiene voluntad, no tiene propósito, intención, nada del orden de lo que podríamos llamar
intencionalidad subjetiva. 
Antes de clivaje tópico no hay sistemas, por lo que no es correcto decir que el icc está en principio, y después se
divide en otros. El icc se funda junto con el sistema prcc-Cc. 
Lo icc es del orden de Das Ding: das Ding lo traducimos como la cosa. Ding quiere decir cosa. No es la cosa en el
sentido de los objetos, sino es lo material, la materialidad por fuera del conocimiento. En alemán no son las cosas
en el sentido de lo que existe, es la cosa en el sentido de la materialidad existente más allá de su conocimiento,
remite a lo real existente con independencia de que sea conocido por un sujeto. Esta es una concepción filosófica
fundamental. 
La diferencia entre fenómeno y noúmeno es que el segundo es la cosa en sí, que no se puede conocer en carácter
existente. La única posibilidad de conocer las cosas reside en que la realidad organice una significación para el
sujeto. Los noúmenos son cognoscibles, solo se puede pensar.
Das Ding es análogo a la cosa en sí, con independencia de que si yo la conozco, porque existe. Que existe es que
produce efectos. Lo icc es de ese orden: una materialidad psíquica en si que produce efectos con independencia si
el yo lo conoce, sabe de qué se trata. Que lo inconsciente sea das Ding significa que en términos cartesianos que
clase de cosa es? Res extensa, que existe materialmente con independencia si alguien la piensa o no la piensa. Lo
inconsciente en sentido freudiano es res extensa no res cogitans (cosa pensable). No es del orden de lo que la
conciencia piensa. Es de otro orden de materialidad que se define por ser irreductible al pensamiento conciencia.
Lo icc no es del orden del sujeto pensante, es de algo que está por fuera del sujeto pensante aun cuando tiene
estructura de pensamiento. Freud descubre que lo icc remite a pensamientos, representaciones, inscripciones,
huellas, que no son pensadas por nadie pero que a su vez producen efecto. Produce efectos sobre el sujeto que
piensa. 
Este concepto es novedoso respecto a cómo se piensa el inconsciente, el trata de delimitar el alcance que tiene la
categoría.

25° CONFERENCIA. LA ANGUSTIA.


1. Caracterizar a la angustia como estado activo displacentero.
Es un estado afectivo displacentero, displacentero (aumento de la anergia psiquica). Y ¿Qué es un afecto? determinadas
inervaciones motrices o descargas; en segundo lugar, ciertas sensaciones, que son, además, de dos clases: las percepciones de
las acciones motrices ocurridas, y las sensaciones directas de placer y displacer que prestan al afecto, como se dice, su tono
dominante} estas son las formas de descarga de esa energía psiquica.
La angustia como afecto se siente, es percibida por el yo; aunque no podemos saber cuál es su objetos, es decir, su porque y
ante que.
2. Diferenciarla de otros afectos displacenteros como el terror y el miedo.
Diferencias entre angustia {Angst}, miedo {Furcht} y terror {Schreck} designan lo mismo o cosas claramente distintas. Creo,
tan sólo, que «angustia» se refiere al estado y prescinde del objeto, mientras que «miedo» dirige la atención justamente al
objeto. En cambio, «terror» parece tener un sentido particular, a saber, pone de resalto el efecto de un peligro que no es
recibido con apronte angustiado. Lo que caracteriza al terror es su estado sorpresa. La angustia en cambio, necesita cierta
preparación ante el peligro. Así, podría decirse que el hombre se protege del horror mediante la angustia.
3. Explicar la afirmación según la cual el afecto de angustia encuentra su fuente y modelo en el acto del nacimiento.
Diferenciar la teoría freudiana de la angustia de nacimiento de la teoría de Otto Rank.
FREUD OTTO RANK
Decimos que es el acto del nacimiento, en el que se produce Todos los trastornos neuróticos tienen su origen en el trauma
ese agrupamiento de sensaciones displacenteras, mociones del nacimiento. El nacimiento origina una angustia primitiva
de descarga y sensaciones corporales que se ha convertido que se incorpora al sujeto y se va eliminando a lo largo de la
en el modelo para los efectos de un peligro mortal y desde vida.
entonces es repetido por nosotros como estado de angustia. El afecto de angustia es una suerte de descarga, frente a un
El enorme incremento de los estímulos sobrevenido al suceso traumático que fue el nacimiento, que incremento la
interrumpirse la renovación de la sangre (la respiración energía psiquica.
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interna) fue en ese momento la causa de la vivencia de
angustia; por tanto, la primera angustia fue una angustia
tóxica. El nombre «angustia» {Angsi) —angustias,
angostamiento {Enge}— destaca el rasgo de la falta de
aliento, que en ese momento fue consecuencia de la
situación real y hoy se reproduce casi regularmente en el
afecto. Admitiremos también como significativo que ese
primer estado de angustia se originara en la separación de la
madre.
Salvedades: el que percibe la angustia es el yo, y en el
nacimiento no hay un yo constituido. Ni siquiera hay
implantación pulsional. Por esta razón, el acto de nacimiento
es un modelo descriptivo.

Primera teoría de la angustia


1) ¿En qué consisten y cuál es la diferenciación entre angustia realista y neurótica?
“A la angustia como tal no necesito presentársela; cada uno de ustedes ha experimentado alguna vez esta sensación o, mejor
dicho, este estado afectivo. Pero creo que no se ha inquirido con suficiente seriedad por qué justamente los neuróticos sienten
una angustia tanto más fuerte que los otros. Quizá se lo juzgue algo obvio; y aun las palabras «neurótico» {ñervos} y
«angustiado» [angstlich} suelen emplearse indistintamente como si significasen lo mismo. Pero no hay ningún derecho a
hacerlo; existen hombres angustiados que por lo demás nada tienen de neuróticos, y hay neuróticos que padecen de muchos
síntomas sin que entre estos se encuentre la inclinación a la angustia. Así se dedigna angustia realista en oposición a angustia
neurótica.
Angustia realista: aparece como algo muy racional y comprensible. De ella diremos que es una reacción frente a la percepción
de un peligro exterior, es decir, de un daño esperado, previsto; va unida al reflejo de la huida, y es lícito ver en ella una
manifestación de la pulsión de autoconservación. Las oportunidades en que se presente la angustia (es decir, frente a qué
objetos y en qué situaciones) dependerán en buena parte, como es natural, del estado de nuestro saber y de nuestro sentimiento
de poder respecto del mundo exterior. Hallamos sumamente comprensible que el salvaje sienta miedo frente a un cañón y se
angustie frente a un eclipse de sol, mientras que el hombre blanco, que maneja aquel instrumento y puede predecir el eclipse,
permanece exento de angustia en esas situaciones. La angustia, porque permite individualizar antes el peligro. En otras
ocasiones, es justamente el mayor saber el que promueve la angustia, porque permite individualizar antes el peligro. Así, el
salvaje se aterrorizará frente a un rastro que descubra en el bosque y que al inexperto nada le dice
2) Identifique la distinción entre apronte angustiado y desarrollo de angustia.
Situación de angustia: lo primero que hallamos en ella es el apronte para el peligro, que se exterioriza en un aumento de la
atención sensorial y en una tensión motriz. Ese apronte expectante debe reconocerse, sin ninguna duda, como ventajoso, y su
falta puede traer serias consecuencias. En él se origina, por un lado, la acción motriz —primero la huida y, en un nivel
superior, la defensa activa—; por el otro, lo que sentimos como estado de angustia. Mientras más se limita el desarrollo de
angustia a un mero amago, a una señal, tanto menores son las perturbaciones en el paso del apronte angustiado a la acción, y
tanto más adecuada la forma que adopta todo el proceso. Por eso, en lo que llamamos angustia, el apronte angustiado me
parece lo más adecuado al fin, y el desarrollo de angustia lo más inadecuado. El apronte nos alerta, y nos prepara para la
huida. El desarrollo, en cambio, impide la huida. Por ejemplo: caso del auto que se queda parado frente al tren.
3) Respecto de la angustia neurótica, distinguir el mecanismo por el cual la libido se trasmuda en angustia tanto en el caso
de la neurosis de angustia como de las psiconeurosis.

Neurosis actual: Tipo de neurosis que Freud distingue de las psiconeurosis: a) el origen de las neurosis actuales no debe
buscarse en los conflictos infantiles, sino en el presente; b) los síntomas no constituyen una expresión simbólica y sobre-
determinada, sino que resultan directamente de la falta o inadecuación de la satisfacción sexual.
La diferenciación entre neurosis actuales y psiconeurosis es fundamentalmente de tipo etiológico y patogenético: la causa es
sexual en ambos tipos de neurosis, pero, en el caso de las neurosis actuales, debe buscarse en «desórdenes de la vida sexual
actual» y no en «acontecimientos importantes de la vida pasada».
Dos tipos de neurosis actuales (los síntomas no presentan un carácter simbólico, sino somático):
 Neurastenia: achaques característicos (presión intracraneana, fatiga, dispepsia, obstrucción intestinal, irritación
espinal, etc.). El factor desencadenante se encuentra en el alivio inadecuado de la excitación sexual (Ej.:
masturbación).
 Neurosis de angustia: se permite discernir un nexo con el síntoma nuclear de la «angustia» (estado de angustia libre,
inquietud, angustia de expectativa, ataques de angustia completos, rudimentarios y suplementarios, vértigo19
locomotor, agorafobia, insomnio, acrecentamiento del dolor, etc.). El factor desencadenante se encuentra en la falta
de o es insuficiente la descarga de la excitación sexual. Generalmente se hallan unos influjos sexuales que tienen en
común el factor de la contención o la satisfacción incompleta (como coitus interruptus, abstinencia existiendo una
La angustia neurótica se produce frente a un peligro interno, que es la libido. Presenta tres grandes manifestaciones:
- Angustia expectante en la neurosis de angustia : la libido insatisfecha, se trasmuda directamente en angustia. Allí la
angustia esta libremente flotante, y se une a cualquier representación no de forma estable. Por ejemplo: Las personas
aquejadas de esta clase de angustia prevén, entre todas las posibilidades, siempre la más terrible, interpretan cada hecho
accidental como indicio de una desgracia, explotan en el peor sentido cualquier incertidumbre. Su mecanismo es un exceso
de libido no aplica que se trasmuda directamente en angustia. No actúa la represión, por lo que la angustia frente a un
peligro libidinal.
- Histeria de angustia. Su síntoma es la fobia: la angustia ya se encuentra ligada a un objeto y lo que se presenta es miedo.
Un caso de ellos es la histeria de angustia (diferente a la neurosis de angustia). Mecanismo: En esta hay un primer
momento la libido aparece como libremente flotante; y un segundo momento actúa la represión frente a un deseo, su
representación es desalojada de la conciencia, y su afecto se trasmuda en angustia. Dicha angustia, se liga a un objeto, y se
presenta como miedo. Solo sufre miedo cuando se encuentra con el objeto de su fobia, en cambio, el que sufre angustia, la
siente en cualquier situación.
- Estados equivalentes de la angustia: son ataques espontáneos en donde se pierde totalmente perdemos totalmente de vista
el nexo entre la angustia y la amenaza de un peligro. Mecanismo: dicha angustia se convierte en un síntoma intensamente
desarrollado: por un temblor, un vértigo, palpitaciones, ahogos; y el sentimiento general que individualizamos como
angustia puede faltar o hacerse borroso.
4) Establecer las diferentes formas de manifestación que adopta la angustia neurótica.
 la angustia expectante o estado de angustia general mantiene estrecha dependencia con determinados procesos de la vida
sexual; queremos decir: con ciertas aplicaciones de la libido. El caso más simple y más instructivo de esta clase se presenta
en personas expuesta a la llamada excitación frustránea, es decir, aquellas en que unas violentas excitaciones sexuales no
experimentan descarga suficiente, no son llevadas a una consumación satisfactoria. A su vez, también lo podemos
encontrar en momentos críticos de la vida, tales como la pubertad o la menopausia, ya que En muchos estados emocionales
es posible observar directamente el entrelazamiento de libido y angustia, y la sustitución final de la primera por la segunda.
 esta afección la angustia aparece a menudo acompañando a los síntomas, pero se exterioriza también, como ataque o como
estado crónico, una angustia no ligada. Los enfermos no saben decir qué es eso ante lo cual se angustian y, mediante una
inequívoca elaboración secundaria, lo enlazan con las fobias que tienen más a mano, como morir, enloquecer, sufrir un
síncope
 Una tercera experiencia nos la proporcionan los enfermos que padecen de acciones obsesivas, notablemente exentos de
angustia, en apariencia. Si intentamos impedirles que ejecuten su acción obsesiva, su lavado o su ceremonial, o si ellos
mismos se aventuran a abandonar una de sus compulsiones, una angustia horrible los fuerza a obedecer a la compulsión.
Caemos en la cuenta de que la angustia estaba encubierta por la acción obsesiva, y esta no se ejecutaba sino para evitar
aquella. En la neurosis obsesiva, por tanto, una formación de síntoma sustituye a la angustia que, de lo contrario,
sobrevendría necesariamente.
5) ¿Qué significa la formulación que caracteriza a la angustia como “la moneda corriente por la cual se cambian o pueden
cambiarse todas las mociones afectivas”?
Para hacerlo de forma completa tenemos que definir angustia, represión, destinos y explicar . Cuando se somete a análisis la
patología del sujeto, y encontramos aquello que fue reprimido, hayamos un afecto, que fue sustituido en cualquiera de los
casos, por angustia. El correlato inconsciente de esa angustia puede ser cualquier estado afectivo, ya que esta es De esta forma,
siempre y cuando haya actuado la represión se establece que la angustia es una moneda de cambio para cualquier efecto.
Frente a la acción de la represión secundaria, la representación fue desalojada al inconsciente; y el afecto presenta tres destinos.
Uno de ellos es la trasmudación del mismo en angustia, la cual es libre y capaz de unirse a cualquier objeto o situación, y por
ende, generar cualquier estado afectivo. Actúa así, como una moneda de cambio
6) ¿Cuál es la relación entre la represión y la angustia en esta primera teoría?
Esta relación vale solamente para las psiconeurosis, la represión crea la angustia, debido a que uno de sus destinos del afecto es
la angustia. El síntoma es un paso mas logrado, ya que liga la angustia a algún objeto. Así encontramos un miedo restringido a
ese objeto. La represión corresponde a un intento de huida del yo frente a la libido sentida como peligro.
7) ¿Qué función cumple la formación de síntomas con relación a la angustia? ¿Cómo se puede advertir esta función en las
fobias?
El enlace (entre la angustia y la angustia neurótica) buscado se establece, por fin, si tomamos como premisa la oposición,
tantas veces aseverada, entre yo y libido. Como sabemos, el desarrollo de angustia es la reacción del yo frente al peligro y la
señal para que se inicie la huida [cf. pág. 359]; esto nos sugiere la siguiente concepción: en el caso de la angustia neurótica, el
yo emprende un idéntico intento de huida frente al reclamo de su libido y trata este peligro interno como si fuera externo. Así
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se cumpliría nuestra expectativa [pág. 365] de que ahí donde aparece angustia tiene que existir algo frente a lo cual uno se
angustia. Ahora bien, la analogía puede proseguirse. Así como el intento de huida frente al peligro exterior es relevado por la
actitud de hacerle frente y adoptar las medidas adecuadas para la defensa, también el desarrollo de la angustia neurótica
cede paso a la formación de síntoma, que produce una ligazón de la angustia.
En criollo: el síntoma vendría a ser esa defensa (acción que releva la huida) frente a la percepción de un peligro externo, que en
realidad, no es más que el desvío de la libido de su aplicación normal.
Decía que la mudanza en angustia o, mejor, la descarga en la forma de la angustia es el destino más inmediato de la libido
afectada por la represión. Tengo que agregar: no el único ni el definitivo. En las neurosis hay en marcha procesos que se
empeñan en ligar este desarrollo de angustia, y que lo logran incluso, por diversas vías. En el caso de las fobias, por ejemplo,
es posible diferenciar nítidamente dos fases del proceso neurótico. La primera tiene a su cargo la represión y el trasporte de la
libido a la angustia, que es ligada a un peligro exterior. La segunda consiste en la edificación de todas aquellas precauciones y
aseguramientos destinados a evitar un contacto con ese peligro considerado como algo externo. La represión corresponde a un
intento de huida del yo frente a la libido sentida como peligro. La fobia puede compararse a un atrincheramiento contra el
peligro externo que subroga ahora a la libido temida. La debilidad del sistema protector en el caso de las fobias reside desde
luego, en que la fortaleza tan afianzada hacia afuera sigue siendo vulnerable desde adentro. Nunca puede conseguirse del todo
la proyección del peligro libidinal hacia afuera.
Sólo quiero agregar algo todavía. Ya les he hablado [pág. 328] de la «contrainvestidura» que el yo gasta a raíz de una represión
y que debe mantener permanentemente para que esta persista. Sobre tal contrainvestidura recae la tarea de ejecutar las diversas
formas de protección contra el desarrollo de angustia tras la represión.
Creo que advierten cuan insuficiente es querer explicar sólo su contenido, interesarse exclusivamente por su proveniencia, por
el hecho de que este o aquel objeto, o una situación cualquiera, pasaron a ser el tema de la fobia. El contenido de una fobia
tiene para esta más o menos la misma importancia que posee para el sueño su fachada manifiesta.
8) ¿Qué conclusiones acerca de la angustia en general se pueden extraer a partir del análisis de la angustia en los niños?
La persistencia del sentimiento de inferioridad (y, con él, de la condición de la angustia y de la formación de síntoma) parece
tan segura que más bien haría falta una explicación para los casos excepcionales en que se produjera lo que conocemos como
salud. Ahora bien, ¿qué podemos averiguar mediante una observación cuidadosa del estado de angustia de los niños? Al
comienzo, el niño pequeño se angustia frente a personas extrañas; las situaciones cobran importancia únicamente si incluyen a
personas, y las cosas sólo más tarde entran en cuenta. El niño se aterroriza frente al rostro extraño porque espera ver a la
persona familiar y amada: en el fondo, a la madre. Son su desengaño y su añoranza las que se trasponen en angustia; vale
decir, en una libido que ha quedado inaplicable, que por el momento no puede mantenerse en suspenso, sino que es
descargada como angustia. Difícilmente será casual que en esta situación arquetípica de la angustia infantil se repita la
condición del primer estado de angustia durante el acto del nacimiento, a saber, la separación de la madre.
Las primeras fobias situacionales de los niños son las fobias a la oscuridad y a la soledad; la primera persiste a menudo durante
toda la vida, y es común a las dos la nostalgia por la persona amada que cuidó al niño, vale decir, la madre. Una vez oí, desde
la habitación vecina, exclamar a un niño que se angustiaba en la oscuridad: «Tía, háblame, tengo miedo». «Pero, ¿de qué te
sirve, si no puedes verme?»; y respondió el niño: «Hay más luz cuando alguien habla». Por tanto, la añoranza en la oscuridad
(el niño en la oscuridad -libido no aplicada-) se trasforma en angustia frente a la oscuridad . Lejos de que la angustia neurótica
sea sólo secundaria y un caso especial de la angustia realista, en el niño pequeño vemos más bien que se comporta como
angustia realista algo que comparte con la angustia neurótica el rasgo esencial de provenir de una libido no aplicada . En cuanto
a la angustia realista en sentido más estricto, el niño parece traerla congénita en escasa medida. En todas las situaciones que
más tarde pueden condicionar fobias (alturas, puentes estrechos sobre el agua, viajes por ferrocarril o por barco), el niño no
muestra angustia alguna, y tanta menos cuanto más ignorante es. Muy deseable sería que se recibieran, en herencia más
instintos de esta clase, protectores de la vida; así se aliviaría mucho la tarea de la vigilancia, destinada a impedir que el niño se
exponga a un peligro tras otro. Pero, en realidad, el niño sobrestima inicialmente sus fuerzas y actúa exento de angustia porque
no conoce los peligros. Correrá por el borde del agua, se trepará al alféizar de las ventanas, jugará con objetos filosos y con
fuego; en suma, hará todo lo que puede causarle daño y preocupar a quienes lo tienen a su cargo. Es por entero obra de la
educación que por fin despierte en él la angustia realista, pues no puede permitírsele que haga por sí mismo la aleccionadora
experiencia.
Y bien; si hay niños que transigen un poco más {«Que transigen un poco más» =: «weit entgegenkommen» = entiéndase: que
presentan mayor complacencia o solicitud somática, o son más proclives a recibir esa educación} con esta educación para la
angustia y después encuentran por sí mismos peligros sobre los cuales no se les había advertido, para explicarlo basta suponer
que era congénita a su constitución una medida mayor de necesidad libidinosa, o que prematuramente se los malcrió con una
satisfacción libidinosa. Y no cabe asombrarse de que entre estos niños se encuentren también los que después serán neuróticos;
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ya sabemos que lo que más favorece la génesis de una neurosis es la incapacidad para soportar por largo tiempo una estasis
libidinal considerable. Notan ustedes que aquí el factor constitucional recupera unos derechos que, por lo demás, nunca
quisimos impugnarle. Sólo nos ponemos en guardia cuando alguien pretende, por sustentar ese derecho, descuidar todo lo
demás e introducir el factor constitucional aun allí donde, según los resultados conjugados de la observación y del análisis, no
es pertinente o debe ser computado en último término.
CLASE: En los niños es común el estado de angustia. En un principio piensa que es resta, porque piensa que se produce frente
a los extraños (peligro exterior). Sin embargo, debido a que no todos se angustian en la misma medida. Se ponen en peligro
porque desconocen de este. La angustia realista surge por educación, porque le enseñan que se pueden quemar, caer, cortar,
etc.
Pág. 370: el niño se angustia cuando ve a un extraño, porque desea ver a su persona amada (la extraña). Ese extrañar es una
libido no aplicada, se trasmuda en angustia.
Los primeros miedos que aparecen en los niños: oscuridad, quedarse solo, es neurótica. ¿Por qué? no se percibe un peligro
exterior, sino que se da por la añoranza a la madre.

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