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‘4. como resolver los conflictos de pareja ips. Mis vale preven que cat A pejor manera de resolver lo confcios een la medi deo penile, previniéndolos. Porque, sung ls confitosson in vy farman parte de la condicén racional human, conocer a fuentes y cauces principales ayuda a manteerosrzonble- mente controlados ya evitar su degeneracin enluchas maligna ‘Suena a topico, pero Ia primera diectrz que convene imple: smentar es favorecer una buena comunicaciin dentro dela pre Tasquejatan frecuente de que enestro probleme que 10560- rmunicamos» es téenicamente incortecta, porque un conocido txioma dice que es imposible no comunicar. Peo la instisicion ‘qe refleja expresa claramente que la comunicacin es inadecad parala resolucin de los confictosexstentes. Un argo periode de silencio entre los dos miembros de una pate em pongaros Por «aso, una tarde de domingo, no significa incomuniastn, sino ‘que puede, indistintamente, suponer una relacion ‘conyugal ma- dura y armoniosa que permite a ambos disfrutar de actividades 4istintas en compania, o un ambiente host presidido por n> ‘comprensiny el rechazo reciprocos. Las gests Spuramen "in relgjados placenteros en el primer cso ¥eHsP4dosY voren el segundo, Com bien uso de wunicarse adecuadamente significa articular bi rales verbales y gestoales,sabiendo qve su rane advil 122 | sobrevivir a la pareja responde a cédigos personales, familiares y culturales mu ae soo. Y div no mas legitimo, en principio, er. sos, pero ningu que otro, Aunque yo sea de indole habladora, spor qué voy a pedi ro/a que charle tanto como yo. tratandose de bien callada? Su cara y sus movimientos me di en mi compaiifa, y eso deberé bastarme como rle a mj cCOmpaiie ana Persona Mas ran Si estd a 8Usto Indicativo de bue. Porque, si Je Veo e] ndera discrimina, si, como me ocurre a mi, esos gestos expresan enfado o sien 2 su caso, manifiestan mds bien concentracién. na comunicacién. Pero no acaban ahi las cosas, cefio fruncido y los labios apretados, debo apre Hay que Tespetar los cédigos y los estilos comunicacionales del otro Y acomodarse atentamente a ellos. Y, desde luego, eso significa saber Mirar y es. cuchar, asi como saber expresar claramente cudles son los gustogs y las necesidades propias: no se puede pretender que el otro seq adivino. «jOtra vez fumando en el cuarto de bafio! Olvidas que no lo soporto» sEs ésa una buena manera de expresar necesidades? De su claridad no cabe dudar, pero incumple otra condicién basica, que es el uso de férmulas positivas, como, por ejemplo: «Me mo- lesta el olor a tabaco en el cuarto de bafio, pero me encanta acom- pafiarte mientras fumas un cigarrillo en la terraza». Las formulas Ppositivas parten del respeto a la legitimidad, tanto de mi aversion al olor de tabaco como de su costumbre de fumar en el bafio. Leopoldo y Charo manifiestan que, aunque llevan mas de veinte afios juntos y tienen dos hijos, no son una pareja. De he- cho no practican sexo desde hace tres afios. Hay, por supuesto, multiples motivos de desacuerdo, pero Charo elige uno como maximo €xponente de los atroces conflictos que azotan 4 la pa- reja. Con ojos chispeantes y voz temblorosa por la indign@- id Sie ne 4 . i c10n, dice: «jEs que a él le gusta ir al lavabo a media noche, y? m1 €so me pone de los nervios!». | "Se ER eRe Como resolver jos, Confiictos de Pareja | Ry Hablar de los problemas es bueno, . siderar la oportunidad del momento on ego, en el fragor del combate no se Pero también conviene elegido para hacerlo. y esta en las Mejores con- para desarrollar una conversacién clarificadora Tampo desde 1 diciones cuando el otro se halla concentrado en una actividad que re. 5 4 ere toda su atencion, tanto de forma positiva como negativa: n huevo, batir una mayonesa, ver futbol o las noticias en te- sencillamente, hacer de vientre. Los habitos higiénicos c qui freir u Jevision O . . son actividades especialmente proclives a mostrar atavismos 0 ras- gos profunda e irracionalmente arraigados que requieren todo el respeto y la comprension ieeipiocos. Bay quien tiene reparos en usar el cepillo de dientes de alguien a quien lleva besando toda una vida y quien no duda en hacerlo si ha olvidado el suyo al preparar el equipaje. Al igual que hay personas capaces de mantener una discusién filosdfica sentadas en la taza del inodoro y otras que se estrinen ante la menor violacién de su intimidad en un momento tan delicado. A veces mejorar la comunicacién pasa por un aprendizaje de asertividad, es decir, de la capacidad de reconocer y defender las propias necesidades y deseos, incluyendo el poder decir «no». Ex- presar los desacuerdos de forma clara y respetuosa ayuda a que el otro sepa a qué atenerse y ahorra malentendidos. Y, en la duda de lo que esta pensando o proponiendo el otro, preguntar: nunca hay que suponer, por muy enamorado que se esté, que el otro quiere lo mismo o tiene las mismas necesidades. 4-2. eQuién lleva la raz6n? Deciamos que las peleas no son un buen momento para pons @ mejorar la comunicacion y, mucho menos atin, para negociar. Y, sin embargo, cudntas parejas hacen de las peleas los momentos Privilegiados y emblemiaticos de su relacién, interactuando con 4 . . a cit- ™as pasion y energia que en cualquier (si, en cualquier) otr 124 | Sobrevivira la pareja cunstancia. ;Qué despilfarro! Con la sangre caliente se est4 légicamente, mas pendiente del propio ombligo que de Ja nes del otro. Es ley natural, en la que nos Mostramos, co restantes animales, focalizados en la defensa Propia y bast » fisig. S Tazo. MO log ante in. Ta todos desde los munes a los razonamientos. Y conste que ello vale pa los estilos de discutir, que también aqui hay diferencias: més acalorados y fogosos hasta los mas frios Y contenidos, Tog, se corresponden con un aumento de las frecuencias c Os : : ardiaca y respiratoria y con un estrechamiento de la pupila: respu . : estas bio. légicas frente al peligro de ataque. ;Y atin hay quien elige esos m ‘ . O- mentos para perseguir al otro intentando convencerle de ‘ que tie- ne razon...! «Yo sé reconocer cuando no Ilevo razén, Pero ella (0 él) no.» jQué frase tan estupida! Pero hay muchas Personas inteligentes que la pronuncian Ilenas de conviccién. Hay que aprender a acep- tar y valorar «las razones» del otro cuando son distintas de las pro- Pias porque «la razén» pura y objetiva no existe. Y el subjetivismo del otro es tan respetable como el propio. «Pero, oiga, cuando mi mujer pierde las llaves yo sé objetiva- mente que es suya la culpa de que salgamos tarde y no llegue- | mos a tiempo al cine.» El caballero se muestra convencido de llevar la raz6n sin caer en la cuenta de que, entre las razones de que su mujer pierda las Iaves, figura su desbordamiento Por unas tareas domésticas que son un pozo sin fondo donde SU propia identidad se Ppierde. E c 3 : : otro siempre tiene razones para hacer lo que hace y sentir lo que siente, ‘ Y conviene tener suficiente interés para meterse ¢P ‘0 . , . : ° ificarse con él, imaginando qué le puede estar Ievand a comportarse de una determina j uno da manera y qué papel tiene €n ese proceso, secuencial: lo que yo hago influye en tj y te hace ren niza de forma ‘ : ACE reac} pera que también me influye a mi, y asi acclonar de ma. puede usted imaginar la que me ha he yer lo que nos hace el otro, « ho mi Marido...» Solemos ero 4 i PEO cuesta mas Percibir lo que no: otros hemos hecho para hacerlo actuar de esa manera Yal i -¥ al otro le ) que es lo contrario: Percibe lo que le hago yo pero ignora la parte activa que le ha cor Tespondido en el juego. ocurre exactamente lo mismo... La cosa no carece de interés practico Porque la mayoria de las parejas en conflicto suelen andar entrampadas intentando que el otro cambie, y €sa es una estrategia perdedora. Si se domina la se- cuencia en su conjunto, se puede ser capaz de imaginarse a uno mismo como protagonista del cambio. «;Qué puedo hacer yo para que el otro sea mas generoso, 0 mas carifioso, o mas sincero, o mds activo?» Empezamos a acercarnos a una estrategia eficaz, porque no tenemos acceso directo a la voluntad del otro y sia la propia: cambiando nosotros podemos desplegar toda nuestra fuerza y ha- cer que el otro cambie. Y, sin embargo, nos empecinamos en un es- fuerzo sobrehumano por doblegar al otro condenado al fracaso. Y menos mal, porque vivir con un enemigo derrotado es, probable- mente, un horizonte atin més siniestro que hacerlo en lucha per- petua. La mayor muestra de inteligencia emocional que se puede dar en pareja es modificar nuestro propio registro de conductas i : ; atisfactoria. para inducir en el otro una respuesta emocional més s | pareja disarménica Un punto crucial en la trayectoria de una P id J», «Quiero lo su- €s lo que podriamos llamar el «balance relaciona! . jnterese © ficiente a esta persona como para que me mien de més, ysis ella?» Si e discurso esta de mas s ante un clasico autoen- ser evaluado y con” 5 entonces no se ontinuar con la respuesta es «no», todo est “NO a cualquier coste», ojo, porque estamo 8afo para evitar una solucién: el coste debe ducir a una decision clara. ¥, si la respuesta & “ 126 | Sobrevivir ala pareja puede actuar como si se rechazara totalmente al ot ro, Habr4 COsag de él/ella que no nos gusten, pero la persona sj no Sg culo es importante de conservar. Hay que redimeng; Usta y og] vin 1Onar e] : enfaq, 0 y reducirlo a sus justos limites, puesto Que no nos la h S Nabem, 98 con un enemigo. Es entonces el momento + de Propiciar un chi Ma de buena voluntad, aunque existan puntos Negros o tem, as Dendj lentes por resolver. Hay que dar por sentado que no significa ninguna h : a illacte ser el primero en dar pasos para inducir a un dite: Umillaciéy lo he intentado bastante. Ahora le toca a él/ella Positive. «Yo ya » {He aqui ot a Ta so- tira la toalla y busca otro nueyo O si te quedan fuerzas i . aS Si: ‘uelo in. tentando. A lo mejor hasta te das cuenta de que, en malian h 0 : 2 » Nas he- oe muy poco. Para hacer las paces nada mejor que ofrecerle al ot, el regalo de un reconocimiento de | i a hasta el punto de que a veces se fntenta uetivgie cor . is Pero las joyas, aun teniendo un valor relacional Sona hambre para mafiana, puesto 6 cer a en 5 que sdélo pueden ser utilizadas en muy contadas ocasiones. Un gesto autocritico es, en cambio, un re- curso de uso ilimitado que tiene la virtud de estimular en el otro una respuesta similar. Pero atencién, que el orgullo, una de Jas mas mezquinas pasiones humanas, puede jugar malas pasadas ayudado de la impaciencia. «Perdona, mi amor, no deberia haberte dicho eso (pausa), pero es que también tu ayer me dijiste... bla, bla, bla...» El encanto de la primera frase queda roto por la perorata que le sigue y, desde luego, sus efectos se neutralizan inmediatamente. secuencias roducirse berana memez! Si te has cansado, frente donde encauzar tu vida, per Hay que ser paciente para esperar a recibir las con Ppositivas de nuestra generosidad, que no dejaran de P aunque, dependiendo de la intensidad del enfado y del car otro, puedan tardar. Y siempre hay que recordar que los 8¢ len tanto como las palabras. A veces, mas, sobre todo P are zar un proceso de deshielo, porque los gestos son evolutiva acter stos Va" empe mente TTT a aa eRe ee 1 C6mo resolver los conftictos de pareja | | a7 A mas primarios Y Megan, por eso, més directos al corazén, Luego, recobrado el bane a puede llegar la hora de hablar, ¢ incluso de «m etacomunicacion»: «Reconozco que he estado un poco borde con lo que te he dicho antes, y encima, mas desafortunado todavia criticando a tu familia. Lo siento». Alguien podra objetar que ha probado con todos estos recur- sos y que no le han funcionado. Generalmente funcionan, pero también puede ocurrir que alguien esté viviendo con un engendro. En tal caso, nuestro consejo es que ponga tierra por medio. Es un mal negocio invertir mucho esfuerzo para salvar la relacién con un engendro. ;Y siel engendro es uno mismo? Entonces, peor atin. 4.3. Bregar con el rencor Pocos sistemas relacionales pueden brindar un marco mis ade- cuado que la pareja para el desarrollo del rencor. El rencor es al odio lo que un aguardiente destilado a un vino fermentado: se acumula gota a gota y alcanza mas estabilidad y graduacién. El odio relampaguea con mayor intensidad pero también puede di- gerirse mds facilmente. El problema es que entre rencor y odio existen multiples bypass que configuran un perfil abrupto y acci- dentado a la orografia de la destructividad conyugal. El rencor se instala en parejas con una mala comunicacion, 4 _ través de un largo proceso de acumulacién de agravios 0 median- : . : a- te una afrenta intensa y repentina pero insuficientemente elabor que permiten la sep: ar que se . ara- da. En unos tiempos como los que corren, ©16n con facilidad, no tiene ninguna justificacion = acumule el rencor. Es una emocion que envilece a ve de trian Pe e trial Menta y que genera una atmésfera malsana me poner Sulaciones d ij i ant el en lo expe : Os hijos. Por eso, qui el objeto de todos los medi ; izarlo: alejarse 4 edios posibles para neutraliza parse por desc” la experi- re : ncor mediante una separacién oportuna 0 esfor ti 6 cout cién. ivarlo en si mismo facilitando un proceso de repara' 128 | Sobrevivir a la pareja «Puedo perdonar pero no olvidar.» Otra f; gonzarse Si se llega a pronunciar. j;Claro que rase de la no confundamos olvido y perdén y, eventu he olvida claridad que no podemos perdonar. Con alle mente, di en marcha una de las dos posibles soluciones, Permitire We aver. Mos! Per 8amos con Mos PoOney : ; las ara i i “Perec paracién reconciliadora. E] «si pero no» es la peo = Tacion o la re. Tr de tod as las 9 p- ciones. . Y perdonar significa ser capaz de pasa i siempre presente la lista de agravios, sheecus perms sener a ee sin cortapisas ni condiciones de tenn a, cumplimiento. . | ea ms a A au vez, Tepacar es reconocer la propia —_ sane eto ae infligido al otro y realizar algun gesto post ; . . . ee es a real o simbdlica, manifieste la intencién in vet. we estar que se le ha sustraido: desde compr e flores hasta sacrificarse renunciando a una relaci ane tat lode abate relacién o cambian- Paco y Marga se . crs eatacs a tmplicaba console toda as deste importantes. Sin embargo, al cab ne ae as decision’s contr6é con que tod go, al cabo de unos anos, Marga se en la familia de Paco. a su economia habia pasado a depend de casa en que dolar para la eal trabajaba éste, incluyendo a miento. El malest ae habia sido hipotecada sin su conocl las tendencias a ar que se instalé durante un tiemp° agravd cer ante la €presivas de Marga, a la vez que Ja hizo apate a prestigiosa familia de Paco como una mujer enfet- miza y caprich r 5 y caprichosa que constituia un obstaculo en Ja carrera de ian su marido ot . Marga acumulé mucho rencor, que su depres e€ permitia exteriori li rod eriorizar, y lleg6 a estar en grave Pe b 4 e rep suicidio. § : u tratamiento exigié un laborioso proceso ™™ ig resitl racién ene el que Paco cancelé la hipoteca de la casa Y adecuadamente ; : haber e a su familia de origen, no sin antes ‘omo rr esolver jos Conflictos de pa rela | 2g habilitado a Marga frente a ellos en el curso d € una reunion con padres y hermanos. Y Marga lo perdoné A veces; Sin embargo, el agraviado puede confundi It Teparacié; nh con penitencia pretender que ésta sea y eterna. Es una di . na dinamica propia dec yes estan igualmente capacitados para jugar sucio. Si se exi S, : . exige una yeparacion que dure el resto de la vida de la pareja, la solucié ’ ucion ricas, en las que a mbos partenai enal- puede ser inviable, y quiza esté indicado revisar la conveniencia d . e mantener el vinculo. El perdén y la reparacién deben estar equili- brados y ser proporcionales a la naturaleza y gravedad del dafio. Si no, estariamos hablando de castigo, que es dificilmente compati- ble con una relacién sana. El castigo y la venganza son recursos de los d den perdonar y, ademas, suministran un falso y provis r viviendo juntos como si se opta por la rar piedras contra el propio teja- hablar del terrible procedi- ismo, llegando incluso da al otro! Un inge- re los tejados de de los hogares que son las ébiles que no pue- ional alivio. Tanto si se pretende segui separacién, vengarse del otro es ti oH y, por tanto, autocastigarse. {Por no miento que consiste en hacerse dafio a sim a la autodestruccién, con tal de amargarle la vi nuo marcianito que se paseara con su nave sob n la intimidad por lo frecuentes sadas en el sufrimiento re- en efecto, la nuestras ciudades curioseando e femme asomibnads y escandalizado one As absurdas de convivencia ba . «Antes muerto que dar mi brazo muert i € acaba llegando... después de un@ ext iva con una mi atorcer!» Y, stencia miser: rada negativa forzarse €9 jerciclo aril. un mons El : los rencor se estimula y cult Peores aspectos del otro y niega los positives: des “ cub | tir o recordar estos tltimos ¢ siempre U" e emparejarse © ied robable. «3 tanta mi Pe Pued eo + 1 currir que una persona decida j tamente o engaiiar 4 ole! truo > per - Sasi, © desengahémonos, es poc? P no i . j mi estupidez, que me he dejad | 130 | Sobrevivira la pareja por un ser monstruoso?» Si aceptamos que también tuvi ™MOs Tazo. nes sensatas para enamorarnos habremos dado un pa sO impor. a ayudar a que desee. tra Mirada tante en la «desmonstruificacién» del otro, Y €So nos va resolver problemas de rencor, sea cual sea la direcci6n mos tomar. Porque conviene tener muy claro que nues también hace o construye al otro. Si lo vemos monstruo y espe Ta- defraudars, y a la venganza es un bumerdn que, apenas arrojado, se gira para golpearnos mos que se comporte como tal, seguramente no nos La sesgada mirada negativa que sustenta al rencor 4.4. Ser expertos en comunicacié6n Si nos pasamos la vida comunicdndonos, épor qué no aspirar ala condicién de expertos en comunicacién? En cualquier caso, inten- tar comunicarnos mejor nos puede ayudar en 4reas importantes de la vida y, muy en particular, en las relaciones de pareja. Y co- municarse mejor no exige aprender idiomas, sino prestar atencién a algunas normas bdsicas como las que aqui se sugieren. Si aparecen dificultades en el trato y la convivencia, siempre es mas probable que se deban a malentendidos que a mala intencién. Ya hemos visto algunas fuentes de malentendidos, que tienen que ver con el manejo de distintos cédigos. Descifrarlos no es s6lo un ejercicio de buena voluntad, sino incluso un placer. «Si mi marido se dedica preferentemente a su familia en las raras ocasiones €" que nos visitan, no es porque los quiera més que a mi, sino porge necesita recuperar intensivamente sus sentimientos de Per ie cia.» «Si mi mujer se deprime cuando pasan varios dias $!? “ hagamos el amor pero es incapaz de pedirmelo ella, es pon necesita sentirse deseada.» Los malentendidos surgen cane ‘e bimos una respuesta que no encaja en nuestras inte pe queriamos hacer dafio u ofender) ni, por tanto, en nuestras € da : . tro ay¥' tativas. Un atento movimiento de identificaci6n con elo a deshacerlos, | Cémo resolver los conflictos de Pareja | 131 También es nefasta la tendencia a atribuir Significados , : . por lo peyorativos, a lo que el otro dice o hace. Interpret general . ‘ar con- ductas ajenas como dirigidas 0 referidas a uno es una Caracteristi- ca de la ideacién paranoide que florece como un terreno abonado en los conflictos de pareja. No tenemos visién de rayos X ni tam- poco la bola magica, pero nos empefiamos en adivinar y, muy a menudo, nos equivocamos. «;De qué te ries?», le espetamos al otro en medio de una tregua en la discusién, seguros de que somos el motivo de su hilaridad, mientras que el otro, pobre, esta relajan- dose recordando una broma que le gasté ayer una compafera del trabajo. Eso no es 6bice para que los gestos puedan decir muchas cosas, pero para interpretarlas tenemos que dominar los cédigos % sobre todo, no dejarnos llevar por la visidn negativa. Pero cuidemos nuestros gestos y procuremos que se adecuen a las palabras para no inducir a confusi6n. «;Qué te pasa?» «Nada», y pemireticranios «nada» con cara de funeral y voz de ultratumba. Nuestro inteslo: cutor, probablemente, se fiard mas de los mensajes analGgices, es decir, del tono, del gesto y de la postura, que de los digitales, 0 sea, del contenido verbal. Y hard bien, porque aquéllos reflejan mas fielmente las emociones, que son mucho mas sinceras y directas. Deducira, por tanto, que estamos alterados y tendra la opo dad de animarnos y estimularnos. Que la aproveche es ya Cuesti6n. rtuni- otra jario . «ac ver el teledi «Siempre haces lo mismo. Nunca me dejas bsolu- eo «nunca», a s ‘tanquilo.» Esas expresiones, como «siempr facilitan el en- ti i : r tanto, ta : 2an lo que, por definicién, es relativo y> PO las retoricas 6rmu Toque en ici i Aunque sean form . POsiciones defensivas. q' crean una atmosfe 6n. No en vano dl lizando giros qv¢ perder Jas que no se Proponen para su aceptacion literal, tad Foetal iaci € radicalismo que no favorecen la negociac en Staje diplomatico evita las rotundidades ut ue Puedan ser aceptables para todo el mundo. No hay 4 132 | Sobrevivir ala pareja formas diplomaticas, que siempre conservan un 1; t ] ot mints di 0 por el otro. €Tespe El conflicto, segtin el Diccionario de uso del esp tol de My atig Moliner, es «una situacién Permanente de ©Posicié n, desa, Cuerd lo o lucha entre personas 0 cosas» y, también, e] «mom, nto en que e| 9 equilibrig de fuer, m . . ue n “ Tralces estrictamente individuales a algo que es 2 z > ciproco y derivado de la relacién. Nunca exis unico del malestar entre dos. Dicho eso. » combate esta indeciso». La idea de igualdad es consustancial a la nocién de conflicto. Q adie b . € Dusque > Pues, Por definicién, Te. é te un T€sponsable Si de lo que se trata es de © UN Poco mas malo que de una concesion Logica separarse, existe licencia para ver al otr uno. Pero que quede claro que se trata Para poderse separar a gusto. Otro axioma de la comunicacié j sentimientos poseen legitimidad. ‘Ne sep a a oe me timientos del otro como si de ar ae ntifcosnetneas i ntos gumentos cientificos se tratara: «El corazon tiene razones que la razon ignora». Si acabas de descubrir que tu pareja no te quiere, resiste la tentaci6én facilona de indig- narte con una reflexién del tipo «No hay derecho». Hay lo que hay, asi que vuélvete a ganar su amor o... haz las maletas. Y, si optas por lo primero, moléstate antes que nada en averiguar qué has hecho tu para provocar su desamor y si la cosa tiene remedio. El principio de reci procidad, que rige la relacién de pareja, dice algo asi como que «Se recibe lo que se da, y viceversa». Siempre Ocurre asi, tanto para lo negativo como para lo positivo, pero ©" la salvedad de que la reactividad frente alo negativo es mucho = yor. De modo que, si le tiras una piedra a tu pareja, te responders rapidamente con otra, mientras que, si le arrojas una flor, tendrés que esperar algo mas, incluso lanzarle unas cuantas antes de que te responda con lo mismo. Es como si, desgraciadamente, i a cionalidad de lo negativo fuera mds evidente, mientras que 0 . Sitivo, sobre todo cuando la situacién esté muy dura, no 7° i co MO resolver los Conflictos de Pareja | 13 3 acabamos de creer: «3Una flor? |Humm!, ide dénde se habra cay. dot. Cuando las cosas este mas tranquilas Y €Xiste Margen de maniobra, S€ puede organizer una especie de «juegos florales», en los que C ada uno confecciona una lista de cosas positivas que el otro puede hacer por él. Funciona, claro estd, si hay reciprocidad, 4.5- Estilos comunicacionales Tradicionalmente se distinguen tres tipos de parejas, segvin la mane- ra en que afrontan los conflictos. Estarfa en primer lugar la Pareja «convalidante», caracterizada por una buena capacidad negociado- ra basada en la aceptacién de la legitimidad de las posiciones reci- procas, asi como por una razonable tolerancia del conflicto como fendmeno interactivo. La pareja «explosiva» muestra tan alto grado de conflictividad que nadie apostaria por su compatibilidad. Pelean continuamente y, aunque parecen moverse en el conflicto como el pez en el agua, manifiestan una incapacidad notable para resolverlo. Por ultimo, la pareja «evitadora» tiene horror al conflicto, lo niega o lo reprime de modo sisteméatico. Jamas discuten y se muestran inca- Paces, no ya de resolver los problemas, sino incluso de reconocerlos. El sentido comun diria que la pareja convalidante esta destin da a durar, mientras que la explosiva y la evitadora corren un BEND Tiesgo de romperse. Y, bueno, llega Gottman,* un sefior que ha in- vestigado toda su vida sobre las parejas, y dice que las cosas son on complejas. Gottman realiza estudios minuciosos de la interaccion conyugal en torno a problemas de la vida cotidiana y a temas espe- cificamente conflictivos, realiza mediciones que recogen laa 1 dad verbal y cambios fisiolégicos en la presién arterial y la ie cia cardiaca, y lo relaciona con la duraci6n del matrimonio. son Conclusiones son que las parejas satisfechas, que NO se separan, gresivi- ee | . . tomas Familiares, Gottman, John, «Por qué fracasan los matrimonios», Sistem (marzo de 1995), pp. 21-34, 134 | Sobrevivir ala pareja las que presentan una proporcién global en gus inte cinco momentos positivos por cada momento negati rT pendencia del tipo de estilo comunicacional ante ¢l Vo, con inde. muestren. Estos, los estilos comunicacionales, infly Conflict que tron de separaciOn, que es a corto plazo ( daecruet yen sobre el pa. afios de matrimonio) para las parejas explosivas de inn, 'meros Siete elorninanitemrenite negativa, y a largo plazo (hacia la Me. ha 'Y Patologia 11 los tres gru- PTO, en cambio, los sent as altos en el * tologia en los hijos, y los de confusién y angustia grupo con patologia propia. En definitiva, e] Perfil mas int, or ens agresivo parece corresponder a los padres que, trianguland . oe ih L 7 mas sus hijos, facilitan que éstos desarrollen sintomas Psicopatolégi . " : BiCcos mientras que un perfil de intensidad media tendente a la angusti ay sos, 2 ‘ la confusién propiciaria sintomas en los propios cényuges. El perf mas sano, correspondiente a simples dificultades relacionales, seria menos intenso y de contenido ligeramente depresivo. Las diferencias de género muestran, dia cuando son ellos mismos y menor cuando no Los sentimientos de sesgo depresivo abundan e pos, de forma que no los diferencian, mientos agresivos y destructivos son m 8TUpoO con pa- Predominan enel en la misma investigacién, que los hombres separados manifiestan mayor intensidad emocio- nal que las mujeres, lo cual los sittia en el polo de mas riesgo psi- copatoldgico pero, a la vez, contradice el mito de una relativa po- breza afectiva masculina. En resumidas cuentas, la separacién constituye un buen ejem- plo de la exquisita sofisticacién que puede alcanzar lo que Watzla- wick” llama «el arte de amargarse la vida». Primero, negandose a Separarse y aferrandose a una convivencia agonizante cuando to- dos los indicativos sefialan la irreversible degradaci6n de la pareja. Luego, buscando desesperadamente una victoria que deje al otro lo mas maltrecho posible, en vez de crear las condiciones que Pe mitan disfrutar la vida. Y, sin embargo, con las ideas aqui desarro- lladas queremos comunicar el mensaje de que cuidar la pareja & Posible y rentable, como también lo es cuidar la separacion cuan- doé : . < sta se vislumbra como la Unica solucién realista. * Watzlawi 4. Watzlawick, Paul, El arte de amargarse la vida, Herder, Bar celona, 198 pd DPS Nek byte nti ss cs crt ate Na NSCS Rl BR SBN AAEM cain Balmain ts 3 } ] { j } 5, Algunos problemas especificos .Fxisten parejas ilustrativas de situaciones especiales? ° Quien, a estas alturas, haya entendido la filosofia de este libro, sabra que, para sus autores, todas las parejas son especiales. Sin em- existen temas a los que la evolucién de la sociedad confiere, bargo, cease actualidad. Y la pareja, como institucién social, coyunturalmente, no es ajena a esos cambios motivados por razones culturales. El sexo, después de haber constituido un tabi, cuyos misterios justificaba que se pudiera incluso teorizar que toda la actividad mental gira en torno a él, ha sufrido alo largo del siglo xx una evo- lucién espectacular. Recordemos la sentencia primorosamente bordada en el estratégico orificio frontal del camis6n del persona- je femenino de Garcia Marquez: «No es por vicio, no es por forni- “10, es por hacer un hijo en tu santo servicio». La situacién no tiene mucho que ver con la naturalidad hoy se diseccionan los més infimos detalles técnicos de la practica del sexo: sCudl es el impacto del preservativo lubrificado sobre el Punto G? sInfluye el control de la eyaculacién sobre la calidad del “rgasmo? El debate publico de semejantes lindezas autoriza a abor- el tema de las disfunciones sexuales, con la intencion ae ayudar eee que experimentan tales dificultades a distinguir lo im- ¢ lo accesorio, no naufragando en menudencias. < La infidelidad ha sido un tema tan épico en la civilizacion OC- Idental que con que > Cuando apenas se pudo empezar a hablar de él, insp)-

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