Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las diferencias en las capacidades de los alumnos no deben representar una barrera,
sino una fuente de aprendizaje. En cambio, existen condiciones organizacionales,
normativas, administrativas, pedagógicas, físicas y actitudinales en el sistema
educativo que se erigen como barreras e impiden el aprendizaje y la participación de todos
los alumnos. La educación inclusiva se propone actuar sobre las condiciones tanto
internas como externas al sistema educativo que, al limitar o privar a ciertas personas y
colectivos sociales del ejercicio del derecho a la educación, generan brechas de
desigualdad.
• La presencia se refiere a que cada niña, niño, adolescente y joven acceda y permanezca en la escuela, transite por
ella, contando con la infraestructura, materiales y métodos que le permita alcanzar los aprendizajes
esperados y concluir oportunamente los ciclos de la educación obligatoria. Implica también que obtengan de la escuela
una respuesta adecuada a sus necesidades, expectativas y modos de aprender.
• La participación significa ofrecer oportunidades para que los educandos participen activamente en su propio
proceso de aprendizaje y para que desarrollen competencias que los preparen para involucrarse activa y
responsablemente en los asuntos públicos, al tiempo que los habiliten para responder creativamente a los desafíos de su
entorno.
• El aprendizaje entraña que cada niña, niño, adolescente y joven aprenda lo que le es pertinente y relevante,
desarrolle actitudes y habilidades para seguir aprendiendo a lo largo de su vida y participe plenamente en la sociedad.
También implica asegurar resultados de aprendizaje equiparables entre ellos a fin de no reproducir las
desigualdades presentes en la sociedad.
• La inclusión social hace referencia a la oportunidad de establecer relaciones con los otros en un ambiente de
respeto a la diversidad, desarrollando así una ciudadanía y un modelo de convivencia democráticos.
Asegurar lo anterior a todos los educandos, sin importar su origen, capacidades y circunstancias, implica un replanteamiento
general y de fondo del sentido y funcionamiento de la escuela como institución. En ese sentido, la educación inclusiva puede ser el
punto de partida que impulse una transformación general del Sistema Educativo Nacional.
Dimensiones de la educación inclusiva: políticas, culturas y prácticas
Transformar las escuelas y el conjunto del sistema educativo bajo el paradigma de la inclusión requiere
de nuevas políticas, referentes culturales y prácticas pedagógicas.
Las dimensiones de la educación inclusiva, retomadas del Índice de inclusión de Ainscow y Booth2 (2000 y
2015), están relacionadas entre sí y constituyen el núcleo del quehacer de la escuela en el proceso
de avanzar hacia comunidades más inclusivas. Se trata de políticas, culturas y prácticas que para ser
genuinamente inclusivas deben ser reconocidas y apreciadas por todos los actores y ser producto de la
participación reflexiva y crítica del conjunto de los actores vinculados con la comunidad educativa.