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ESTANDAR HISTORIA BLOQUE 8

La evolución de la industria textil catalana, la siderurgia y la minería a


lo largo del siglo XIX.

1 DE MARZO DE 2022
LUCÍA GUADALUPE BRAVO
2 BACH A
Índice
Contenidos

1. Contextualización
1.1. Los problemas de la revolución industrial en la España del siglo XIX ................. 2
2. Desarrollo del trabajo
2.1. La industria textil catalana en el siglo XIX ............................................................ 3
2.2. La industria siderurgica en la España del siglo XIX ............................................. 4
2.3. Sector minero español ........................................................................................... 6
3. Webgrafía 7

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1. Contextualización

1.1 LOS PROBLEMAS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN LA ESPAÑA DEL XIX

Si analizamos las características del modelo británico de revolución industrial, veremos como la España
del XIX incumple casi todos ellos, produciendo una revolución industrial débil y tardía que será un lastre para
toda la Edad Contemporánea.

- Respecto a la cuestión del capital: La burguesía que se había ido formando en el siglo XVIII, o bien
se arruinó al final de siglo o pasó a formar parte de las filas de la nobleza. Los capitales se refugiaban
en la enorme deuda pública que emite el Estado, y después en las propiedades rústicas que se subastan
con las desamortizaciones. Además de eso, la burguesía española (quizás debido al peso social de la
nobleza que había tenido tradicionalmente en la historia de España), se convierte rápidamente en
rentista, utilizando más el dinero (al igual que hacían los nobles) más como forma de prestigio (y
destinado por tanto al lujo) que como verdadera inversión.
Esta falta de verdadero espíritu buscará habitualmente la salida fácil del mercado interior y la sombra
protectora del Estado. Sólo en algunas regiones, como el País Vasco o Cataluña, existirá una verdadera
burguesía al modo europeo, que afrontará los riesgos de una inversión en industria o ferrocarril.

- Muchas regiones españolas orientaban su comercio hacia


América, que se pierde al ser destruida la flota en Trafalgar
(1805). Los americanos buscan entonces otros proveedores y
después la consiguiente separación de la corona española. El
mercado interior es inexistente debido al pésimo estado de las
comunicaciones, dándose en muchos lugares el autoconsumo.
Es especialmente significativo el divorcio cada vez más
evidente entre un centro apegado a lo tradicional frente a una periferia más emprendedora.

- Las buenas intenciones que estaban detrás de las desamortizaciones que planteaban ilustrados como
Jovellanos, se quedan en una sola herramienta fiscal para el Estado. El proteccionismo (que tiene como
finalidad la protección de la agricultura y la industria de un país mediante el gravamen a las
importaciones de productos extranjeros) y la posibilidad de aumentar la extensión del cultivo con esa
misma desamortización, mantienen unas productividades bajas, una nula acumulación de capital y un
profundo desinterés por la reinversión.

- El campesinado se aferra a los bajos rendimientos al sentirse amparado por el proteccionismo. No


existe una demanda de mano de obra industrial, por lo que no hay apenas salida de población hacia
núcleos urbanos. Además, el crecimiento demográfico es escaso porque las condiciones de vida del
proletariado son penosas. Su escaso nivel de renta generará una escasa demanda interna, muy
dependiente de los ciclos agrícolas.
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- Los tres primeros cuartos del siglo estuvieron marcados por las disputas entre facciones por hacerse
con el poder (absolutistas contra liberales, progresistas contra moderados), lo que hace que las políticas
económicas están relacionadas con favores políticos a determinados grupos y no en relación con las
necesidades reales del país. Las propias guerras carlistas y los numerosos pronunciamientos crearán
una situación muy poco favorable para el desarrollo industrial, tan sólo en algunos momentos del
reinado isabelino y, sobre todo tras la restauración alfonsina de Cánovas.

De esta forma la industrialización en España se hace de manera lenta. Con un retraso considerable frente
a Inglaterra, podemos situar el inicio del despegue industrial durante la década moderada (1844-54),
duplicándose la actividad durante la década 1860-70 y consolidándose en el último tercio de siglo con la
restauración de Cánovas, para frenarse tras el desastre del 98.

La revolución no fue un proceso homogéneo, sino puramente sectorial, ligado especialmente a la industria
textil catalana y la siderurgia, con un fallido intento andaluz.

2. Desarrollo del trabajo


2.1 LA INDUSTRIA TEXTIL CATALANA EN EL SIGLO XIX

Cataluña entró en el siglo XVIII rechazando la monarquía borbónica que acabará liquidando sus Decretos
de Nueva Planta. Esto motivará a que Cataluña pase de ser una de las regiones pobres de la península, a
convertirse en la única que consigue entrar en la revolución industrial sin necesidad de factores externos. La
clave está en el comercio americano (que, junto a cavas y vinos) sirvió para acumular los capitales previos

La pérdida de las colonias actuó como factor desencadenante, al repatriase los capitales. Con ellos,
Cataluña se convierte en una región productora de productos textiles tanto de algodón como de lana, con
familias burguesas innovadoras y emprendedoras (Güell, Muntadas, Batlló...).

Con el objetivo de poder competir cuánto antes con los tejidos comercializados desde Inglaterra, la mayoría
de las fábricas, llamadas por aquél entonces “vapores”, se construyeron en la costa cerca de los puertos que
recibían las materias primas abaratando así los costes de producción derivados del transporte de las mismas.

Fue en el mismo año 1830 cuando Fernando VII puso en marcha una serie de reformas de carácter liberal
que impulsaron la actividad industrial y favorecieron la mecanización de las fábricas. Ejemplo de este hecho
es la fábrica textil Bonaplata de Barcelona, la primera en disponer de una máquina de vapor. Sin embargo, la
evolución se vio ralentizada por la inestabilidad política y social que había provocado la primera Guerra
Carlina, pero ya en la década de 1840 las máquinas de hilar tradicionales (ej. “bergadana”) se sustituyeron por
las “mule-jenny” de origen británico. El proceso de mecanización no se detuvo aquí, ya que una década más
tarde las “mule-jenny” perderían su puesto en beneficio de las “selfactinas” (self-acting en inglés) que
requerían menos mano de obra.

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Foto 1. “mule-jenny” Foto 2. Selfactina

Otra de las coyunturas a las que tuvo que hacer frente la industria catalana fue la pobreza de su
subsuelo. La escasez de carbón unida a las dificultades para su transporte desde Asturias provocó la
dependencia energética del extranjero, especialmente del
Reino Unido, que era de dónde provenía la mayor parte del
carbón consumido en las fábricas catalanas.

Además, la debilidad del mercado interior español


(formado básicamente por agricultores y ganaderos con
poca capacidad adquisitiva) suponía una miserable
demanda y ligada a las fluctuaciones (variaciones) de una
producción agraria atrasada y demasiado expuesta a las
crisis de subsistencia, que por desgracia eran frecuentes.

Al no disponer de recursos suficientes para poner


en marcha fábricas siderúrgicas y/o metalúrgicas, la industria catalana se centró en la producción de bienes de
consumo, terreno en el cual el algodón lideró el desarrollo económico.

Pero para conseguir el auge pleno del textil catalán los empresarios debían hacer frente a las adversidades,
motivo por el cual eran constantes las demandas de medidas de carácter proteccionista a las autoridades
competentes para dar preferencia al producto autóctono frente al extranjero, que tenía unos costes de
producción menores y por lo tanto era más barato.

2.2 LA INDUSTRIA SIDERÚRGICA EN LA ESPAÑA DEL XIX.

Como idea general deberíamos tener en cuenta la baja calidad de carbón español, tal y como
comentábamos anteriormente, escaso y bajo poder calorífico, convirtiéndose en un obstáculo del crecimiento
industrial español. Es por ello por lo que la localización siderúrgica responda más a la cercanía de las minas
de hierro, al contrario de lo que ocurría en Europa (ya que el carbón es más costoso de transportar y se necesita
en más cantidad).
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La primera siderurgia importante nace en el sur, en Málaga, aprovechando los yacimientos ferrosos de
Marbella y Ojén, y con altos hornos alimentados con carbón vegetal y energía hidráulica. Esta hegemonía
durará aproximadamente veinte años, hasta que son desbancados por asturianos y vizcaínos.

En Asturias se inician los altos hornos en 1848, en las


cuencas hulleras de Mieres y Langreo, aprovechando la
abundancia de carbón mineral. Uno de los problemas,
mencionado en aparados anteriores, es la imposibilidad de
llevar el mineral hacia el interior, por lo que es
mayoritariamente embarcado en el puerto de Gijón. La
asturiana se pone a la cabeza de la siderurgia española entre
1862 y 1879, gracias a: la diferencia en los costes de
producción con respecto a Málaga, los problemas de un carbón de menor poder calorífico que el inglés y las
dificultades de comunicación con los mercados.

Los altos hornos de Vizcaya se crean en 1849, teniendo un impulso en 1865 al emplear coque. El despegue
se inicia con la Restauración al reactivarse el comercio debido al fin de la tercera guerra carlista y las
facilidades para la extracción al quedar extinguidos los fueros. En las dos últimas décadas del XIX la
producción se multiplica por siete, gracias al abaratamiento en sus costes, siete veces menores que los
asturianos. Desde este momento se estableció un fructífero comercio (se exporta acero a Inglaterra, volviendo
los mismos barcos con carbón inglés, más barato y con un mayor poder calorífico que el asturiano).

Con los nuevos hornos de 1885


consiguen producir el 80% de todo
el hierro colado español. Las
empresas vizcaínas van a forman un
sindicato tipo cártel, para establecer
precios y producciones, controlando
así la siderurgia española hasta el
inicio de la Gran Guerra.

Sin embargo, la industria


siderúrgica arrastrará un grave
problema. Su principal cliente, el
ferrocarril, además de tardío, se realizará con acero extranjero como se ha visto aquí. Además, hay una escasa
demanda de productos tecnológicos que tuvo la agricultura española, como ya hemos visto muy poco
tecnificada.

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2.3 SECTOR MINERO ESPAÑOL.

En 1868 comenzaron a darse una serie de cambios importantes en relación con los recursos mineros y
energéticos. En ese mismo año se aprobó la Ley de Bases sobre las Minas, que simplificaba la adjudicación de
concesiones y ofrecía seguridades a los concesionarios. Se trató de una evidente liberalización del sector, ya
que las concesiones eran a perpetuidad a cambio del pago de un canon. Al año siguiente se aprobó otra
legislación que permitía la libre creación de sociedades, entre ellas las mineras. Estaríamos hablando, en los
inicios del Sexenio Democrático, de una verdadera desamortización del subsuelo, como antes se había hecho
de las tierras amortizadas. Este momento coincidió con un aumento de la demanda internacional de productos
mineros. España se convirtió en exportadora de materias primas: plomo (Jaén), mercurio (Ciudad Real), cobre
(Huelva) y hierro (Vizcaya). Estas exportaciones, sin embargo, tuvieron escasos efectos en la economía e
industrialización española ya que estaban controladas por el capitalismo extranjero, fundamentalmente,
británico, belga y francés.

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3. Webgrafía
https://profesoremilio.files.wordpress.com/2017/08/estc3a1ndares-bloque-08.pdf
https://academya.es/academyaContent/Historia/Evoluci%C3%B3n%20de%20la%20Industria%20Textil%20
Catalana%2C%20Siderurgia%2C%20Miner%C3%ADa%20y%20Red%20Ferroviaria%20en%20el%20Sigl
o%20XIX.pdf
https://www.studocu.com/es/document/universidad-de-valladolid/historia-2o-bachillerato/56-describe-la-
evolucion-de-la-industria-textil-catalana-la-siderurgia-y-la-mineria-a-lo-largo-del-siglo-xix/18480953
https://biombohistorico.blogspot.com/2014/04/los-problemas-de-la-revolucion.html
https://www.sdelsol.com/glosario/proteccionismo/#:~:text=El%20proteccionismo%20es%20ante%20todo,na
cionales%20mediante%20subsidios%20o%20cr%C3%A9ditos.
https://welcomemrmarshall.wordpress.com/2013/02/11/revolucion-industrial-en-cataluna/
https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/mineria-espana-xix/20150903123726119727.html

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