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EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y CAMBIO SOCIAL. (1833-1875).

Evolución de la población.
Se caracteriza por:
-Lento crecimiento (de 10,5 millones a principios de siglo a 18,5 a finales)
-Se mantienen estructuras del A.R.: alta mortalidad catastrófica e infantil y baja esperanza
de vida
-Mayor incremento durante el reinado de Isabel II por la desaparición de la peste y la
mejora de la dieta.
-Al tiempo, migraciones internas del campo a la ciudad (Madrid, País Vasco y Barcelona
y desde el centro a la periferia (Levante y Sur)
- externas a América sobre todo desde Galicia y Andalucía.

La industria
La industria no se desarrolló apenas debido a las siguientes causas:
o Persistencia de estructuras económicas tradicionales y poca demanda de productos
industriales: mayoría de población agrícola (solo el 9% de la población vive en
ciudades de más de 100.000 habs.), no transferencia de mano de obra a la industria,
ausencia de demanda y producción insuficiente...
o Inexistencia de un mercado nacional unificado por las malas comunicaciones y
transportes.
o Control de recursos básicos por el capital extranjero (minería, ferrocarril)...

- Solo 2 sectores periféricos poco competitivos en el exterior:

o Textil: en Cataluña. Industria del algodón y la lana. Utilización de


maquinaria moderna (selfactinas)
o Siderurgia: retraso por la falta de recursos energéticos y poca demanda.
3 focos:
 Málaga: hierro pero falta de carbón
 Asturias: problemas debidos a las impurezas del carbón
 Bilbao: exporta hierro a G.Bretaña e importa carbón. Se
convierte en el foco siderúrgico más importante

La Hacienda Pública

El déficit constante por los constantes gastos (Guerras de Independencia y Carlistas) y la falta de
ingresos se intentan solucionar mediante las siguientes medidas:
o Reforma Fiscal: Se crean dos tipos de impuestos:
o directos: contribución territorial: inmuebles, cultivo, ganadería, patentes industriales
y comercio y 3 categorías de tributación según volumen de negocio.
o Indirecto: circulación y consumo de bienes (“consumos y puertas”): alimentos
básicos y artículos de consumo. Muy gravoso para las clases populares.
o Emisiones de Deuda pública para cubrir el déficit, sobre todo tras la pérdida de las colonias
(que aportaban el 50% de los ingresos en 1811). Se creó así un grupo de rentistas que
invierte en títulos de la deuda en lugar de actividades productivas.
o Otras medidas de política económica: creación de la peseta como moneda única en 1868,
constitución de un banco central en 1856 (fusión del Banco de S. Fernando y del Banco de
Isabel II), aprobación de la Ley de Sociedades Anónimas.

Desarrollo de los transportes: el ferrocarril


Con la construcción del ferrocarril se pretendía articular el mercado nacional e impulsar la
industria.
Las primeras líneas se construyeron a mediados de siglo (Barcelona-Mataró, Madrid-Aranjuez) pero
el desarrollo de la red ferroviaria tuvo lugar a partir de 1855, con la Ley de Ferrocarriles que
permite la entrada de capital extranjero.
Como consecuencia
- Las concesiones a compañias extranjeras no desarrollan la industria nacional,
porque importan los materiales necesarios
- La inversión de capital privado nacional es escasa
- A medio y largo plazo, la poca actividad económica se traduce en poco beneficio y
quiebras.
Se construye una red de ferrocarril radial, con centro en Madrid, primando los intereses políticos
sobre los económicos y con un ancho de vía distinto al europeo

El Comercio.
El comercio interior se ve muy dificultado por:
- la deficiente red de transportes y comunicaciones.
- las grandes diferencias de precios dentro del país como resultado de lo anterior
En todo caso, no se articuló un mercado nacional.
En el comercio exterior se produjo un aumento, pero es deficitario: se exportan materias primas y
se importan productos elaborados.
La alianza entre cerealistas castellanos e industriales vascos y catalanes condujo a la imposición de
medidas proteccionistas que dificultaron el desarrollo económico.
El proceso de industrialización.
El paso de una economía agraria a otra industrial prosiguió durante los años de la Restauración. Sin
duda, aumentó el grado de industrialización pero España, al cerrarse ese período, no se había
incorporado aún a la lista de países europeos que merecían realmente el nombre de países
industrializados (Reino Unido, Bélgica, Francia, Alemania, Suiza, Austria, Italia, etc.).
La lentitud y debilidad del proceso de industrialización español se ha atribuido, sobre todo, a la
insuficiencia de capital y a las prioridades de los capitalistas, más interesados por la compra de
tierras desamortizadas o títulos de la deuda pública, que por las inversiones en el sector industrial.
A estos factores cabe añadir la ausencia de una revolución agrícola previa, que hubiera convertido el
campo en el mercado natural de los productos industriales.
Tampoco el aumento de población actuó favorablemente, ya que la población española era
predominantemente campesina y pobre, por lo que consumía muy poco y sobrevivía de forma
miserable en el campo o emigraba a América.
En el proceso de industrialización de la época de la Restauración dos coyunturas resultaron
especialmente importantes. Una fue la Crisis del 98 y otra la Primera Guerra Mundial. La primera
en un principio fue negativa para España, ya que la pérdida de las últimas colonias hizo que la
industria textil catalana dejara de recibir el algodón que de las mismas venía. Pero, el lado positivo
fue que los capitales repatriados de las colonias se invirtieron principalmente en la industria.
En cuanto a la situación creada por la Guerra, ésta resultó positiva para la industria española, ya que
nuestro país se convirtió en el mercado Historia de España 12 de los países beligerantes y de esta
forma se impulsaron ciertas industrias nacionales como por ejemplo la química .
Hay que destacar que tan sólo el 22% de la población activa de España en 1923 trabajaba en el
sector secundario, por lo que desde 1891 tanto los fabricantes catalanes y vascos, aliados a los
terratenientes castellanos y andaluces, disponían para sus productos de un mercado nacional
fuertemente protegido frente a la competencia de los productos extranjeros .

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