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BLOQUE 8. Pervivencias y transformaciones económicas en el siglo XIX: un desarrollo insuficiente.

8.2. La Revolución Industrial en la España del siglo XIX. El sistema de comunicaciones: el ferrocarril.
Proteccionismo y librecambismo. La aparición de la banca moderna.

1.- LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XIX.


1.1. Factores que explican el retraso de la industrialización española
Durante el siglo XIX España realiza su proceso de modernización económica y de industrialización con
cierto retraso con respecto a los países europeos más desarrollados, además se hizo de manera
polarizada y desigual para su territorio. Y se configuraron dos realidades contrapuestas: una urbana
que se asomaba a la modernidad, y otra rural, más atrasada, donde apenas llegaron estos cambios.
La industrialización anterior a 1850 apenas fue significativa. Esto se debió a los siguientes factores:
• Demográficos. El cambio de modelo demográfico del Antiguo Régimen a un modelo
demográfico moderno se retrasó al último tercio del siglo. Por lo que en España no se produjo
un revolución demográfica, la población apenas creció, y no aportó ni la demanda ni la mano
de obra necesaria. Además la población española carecía de poder adquisitivo.
• Económicos. Ausencia de una burguesía emprendedora ni de los capitales necesarios. Muchos
burgueses preferían invertir en tierras. La inversión industrial en España corrió a cargo del
Estado o de capitales extranjeros.
• Técnicos. En España la extracción de carbón era costosa. Además la falta de técnicos y de
innovaciones técnicas hizo que dependiéramos de técnicos y de empresas extranjeras.
1.2. Cataluña primera región industrial española
Cataluña se convertirá en el siglo XIX en la principal región industrial española. Este despegue arranca
desde finales del siglo XVIII (mejoras agrarias, demanda interior, comercio con la América española).
Entre 1835-1861 se produjo el despegue algodonero catalán.
• Sector textil del algodón (fábricas a base de máquinas d vapor) que hizo nacer una primera
burguesía industrial.
• Legislación proteccionista, favoreció esta expansión. Protegida de la competencia británica.
Después de la independencia de las colonias se garantizó el mercado interior español. Esto
hizo que la burguesía catalana se aliara con los moderados españoles.
1.3. La industria siderúrgica
Al amparo del sector textil nació también una industria metalúrgica y mecánica que daba servicio a
este. Esta industria puso de manifiesto las insuficiencias y las dificultades españolas, tanto
energéticas como tecnológicas.
Tres focos se desarrollaron en el siglo XIX:
• Málaga. Entre 1830-1874 fue la pionera en altos hornos gracias a los capitales del puerto de
Málaga, la riqueza mineral y el carbón vegetal. Pero desde mediados del siglo comenzó a
decaer.
• Asturias. Sustituyó a Málaga a partir de 1850 gracias a sus yacimientos hulleros del Nalón. En
1868 se encontraba en pleno desarrollo el eje Mieres-La Felguera, con la mitad de la
producción nacional.
• País Vasco. Su despegue industrial fue tardío, en el último tercio del siglo XIX. Y fue clave la
colaboración británica. Con los avances tecnológicos de la 2ª revolución industrial, el mineral
de hierro vasco se revalorizaron. Así intercambiaron hierro por carbón de coque británico
para desarrollar la siderurgia vasca.
1.4. Otras industrias
En el resto de España los antiguos talleres artesanales convivieron con las fábricas. En La Mancha o
Andalucía se desarrolló una industria agroalimentaria (harina, aceite). En Valencia, se desarrolló una
agricultura para la exportación. En Aragón, también una industria harinera que abastecía a Cataluña

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En Madrid, se desarrollaron sectores como el tipográfico y el editorial y el gran taller vinculado al
consumo de lujo o la manufactura protegida (fábrica de tabacos). También una industria de
maquinaria (talleres del ferrocarril, etc.)

2.- EL SISTEMA DE COMUNICACIONES. EL FERROCARRIL


2.1. Causas que explican el retraso español. La necesaria modernización.
A mediados del siglo XIX, España era un inmenso país con una complicada orografía y una deficiente
red viaria, lo que hacía que sus comunicaciones fueran muy precarias y contribuyeran al atraso
español. Era muy necesaria una modernización de las infraestructuras.
La construcción el Estado liberal durante el siglo XIX y su vocación centralizadora requería articular
un mercado nacional y unas comunicaciones eficientes.
El retraso de la implantación del ferrocarril en España se debió sobre todo a: las guerras carlistas, las
dificultades políticas del Estado liberal, la falta de tecnología, la escasez de empresarios
emprendedores y de capitales interiores.
La primera línea férrea se inauguró en 1848 entre Barcelona y Mataró. Y en 1851 entre Madrid y
Aranjuez.
2.2. El impulso del bienio progresista.
Pero el impulso definitivo se llevó a cabo durante el Bienio Progresista 1854-56.
• La ley de ferrocarriles de 1855 estableció el clima ideal (sobre todo un sistema de
subvenciones estatales).
• La Ley de Sociedades de Crédito (1856) animó la entrada de capital extranjero, sobre todo
francés (Sociedad de Crédito Mobiliario 1856, filial francesa). La Compañía de Hierro del
Norte de España se encargó de unir Madrid con Francia en 1858. También la Sociedad
Española Mercantil e Industrial perteneciente al grupo financiero de los Rothschild y creó la
compañía Madrid-Zaragoza-Alicante (1856). Y también en 1856 la Compañía General de
Crédito para los ferrocarriles andaluces, con capital francés.
La red de ferrocarril optó por una estructura radial con centro en Madrid a imagen de la idea
centralista del Estado liberal.
Después se crearon otras líneas transversales.
Un dato técnico clave: se estableció un ancho de vía de 1,67 metros, diferente al de los ferrocarriles
europeos. La explicación de la elección se debe a motivos de seguridad nacional y a la orografía con
el fin de dar mayor seguridad a los trenes. Pero fue una decisión nefasta pues acrecentó la
incomunicación con Europa.
2.3. Nuevas comunicaciones.
Paralelamente al ferrocarril se desarrolló un sistema de comunicaciones basado en el correo y el
telégrafo, que contribuyó a articular el Estado Liberal, facilitó las transacciones, incorporó la
economía española al sistema mundial y posibilitó el nacimiento de la prensa.
El correo se modernizó en el siglo XIX. Con la aparición del sello en 1850, las tarifas se abarataron.
El telégrafo óptico fue el primero que se desarrolló a partir de 1844, pero con un uso solo político y
militar. El telégrafo eléctrico fue la verdadera revolución. Entre 1853 y 1863 se desarrolló la primera
red de telegrafía española y tenía un diseño radial centralista como el ferrocarril y luego transversal.
En 1900 alcanzaba los 32.500 Km.

3.- PROTECCIONISMO Y LIBRECAMBISMO


Durante la Restauración acabó por imponerse el modelo económico proteccionista, al que se
denominó Vía Nacionalista del Capitalismo Español, y que llegará hasta el franquismo.
Este modelo económico nos distanció de los modelos económicos predominantes en otros países.
Este modelo coincide con una economía española recesiva y en crisis a nivel internacional. Esto llevó
a implantar medidas proteccionistas para proteger los productos españoles de otras economías más
desarrolladas. Motivos:
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• Crisis Triguera. Por la competencia creciente de los países ultramarinos y la deficiente
producción española. Así se aplicaron aranceles al grano americano por exigencia de los
grandes terratenientes.
• Dificultades de la industria textil algodonera. Los fabricantes catalanes pidieron medidas
proteccionistas.
• Problemas de la siderurgia vasca. Se vio amenazada por sus excesivos costes y a los
problemas de transporte. También exigieron protección.
• Dificultades de la minería asturiana. También incapacidad para competir con el carbón
británico, por los problemas de comunicación y transporte. Intervención del Estado
• Crisis del cambio exterior de la peseta. El déficit crónico de la Hacienda Pública, las
inversiones extranjeras y la falta de planificación hicieron que el Banco de España tuviera que
comprar deuda pública y emitiera más billetes, lo que provocó depreciación de la moneda e
inflación.
Así, un intento de promover la política librecambista fue el Arancel Figuerola (1869), pero fue
revisado y sustituido por el Arancel de 1891 que volvió al proteccionismo. La pérdida de las colonias
agravó más la situación, y se crearon asociaciones de defensa de los intereses nacionales, como la
Liga Marítima Española o la Liga Hullera Nacional.

4.- LA APARICIÓN DE LA BANCA MODERNA


Durante el siglo XIX se desarrollará el proceso de creación de instituciones financieras en España, si
bien de una manera lenta y desigual.
Anteriormente solo existía una entidad bancaria, el Banco Nacional de San Carlos, creado en 1782
por Carlos III, pero la Guerra de independencia y la mala gestión posterior lo arruinaron.
En 1829, el ministro López Ballesteros crea el Banco Español de San Fernando, al mismo tiempo que
se publicaba el Código de Comercio (que permitía crear sociedades anónimas)
En 1831 se creó la Bolsa de Comercio de Madrid. Ya en esta época fue fundamental la presencia de
capital extranjero (los Rothschild y los Laffite), que invirtieron en deuda pública.
La banca privada se desarrolló a partir de la Década Moderada (nacen el Banco de Barcelona y el
Banco de Isabel II en Madrid)
El Bienio Progresista fue un momento especialmente intenso en el crecimiento capitalista. En 1856 el
Banco de Isabel II se convierte en el Banco de España, tras su fusión con el de San Fernando. En 1855
se creó el Banco de Bilbao, en 1857 el Banco de Santander.
Pero no será hasta finales del siglo XIX cuando se fortalezca el sector con la aparición de grandes
bancos debido a la repatriación de capitales por la pérdida de la últimas colonias en el 98. Surgen el
Banco Hispano Americano (1900), el Banco de Vizcaya (1901), o el Banco Español de Crédito (1902)
Además durante el siglo XIX se llevará a cabo una reforma monetaria. El primer intento será en 1848
cuando la Ley de Reforma Monetaria adopte el Real como unidad monetaria. En 1864 se implantó el
Escudo, o medio duro, pero los problemas no se solucionaron hasta que en 1869, el ministro
Laureano Figuerola ponga como moneda oficial la Peseta, vigente hasta el 2002.

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Síntesis

BLOQUE 8. Pervivencias y transformaciones económicas en el siglo XIX: un desarrollo


insuficiente.

8.2. La Revolución Industrial en la España del siglo XIX. El sistema de comunicaciones:


el ferrocarril. Proteccionismo y librecambismo. La aparición de la banca moderna.

❶ La Revolución Industrial en la España del siglo XIX.


La economía del siglo XIX se caracterizó por un crecimiento lento y un atraso respecto
a países europeos. Hasta 1840 estuvo estancada; comenzando una recuperación que
llevó a un lento crecimiento en el último tercio del siglo.
En todos los países avanzados de Europa, la Revolución industrial requirió
previamente una revolución agrícola, que en España no se produjo: los excedentes de
la agricultura eran insuficientes para garantizar un crecimiento elevado de la
población, la demanda campesina de bienes industriales fue muy reducida, y la
transferencia de población de la agricultura a la industria fue insignificante.
España pretendió impulsar, como otros países europeos, el proceso de Revolución
industrial, para transformar la vieja estructura económica, esencialmente agrícola, en
otra nueva, basada en el desarrollo de la industria y el comercio. Pero el resultado
final quedó lejos de lo que se pretendía.
La industrialización española fue tardía e incompleta, hasta mediados del XIX era
artesanal y local. El despegue comenzó en la Década moderada, en los cincuenta tuvo
un periodo de crisis (desamortizaciones y subida del algodón) y en el último cuarto
inició la recuperación hasta 1898.
Hacia 1839 la industria textil catalana era el único sector que había iniciado la
industrialización, gracias al proteccionismo e innovaciones tecnológicas (máquinas de
hilar, telares mecánicos a vapor y después selfactinas). La Ley de Relaciones
Comerciales con las Antillas (1822) le favoreció; el 98 la frenó hasta 1906.
La industria siderúrgica inició su desarrollo en Málaga (1830-1850), a mediados de
siglo se desarrolló en Asturias (La Felguera;) en 1880 se desplazó a Vizcaya (capital
mixto y sistema Bessemer), donde aparecieron dos empresas: Altos Hornos de Vizcaya
y de Bilbao (fusionadas en 1902), teniendo la primacía del acero.
Otras industrias: agroalimentaria, química, papelera y minera. Esta última se impulsó
a través de la Ley de Minas (1868) liberalizando el sector, desde 1870 creció
enormemente: La Carolina, Riotinto, Almadén…
Un sector deficiente fue la energía. Con la Revolución industrial el carbón se empleó
masivamente, pero el español era escaso, de mala calidad y caro. Comenzó el
desarrollo de nuevas fuentes de energía (petróleo y electricidad), aunque con escasos
efectos sobre la economía española al ser explotados por sociedades extranjeras y
exportadas.
España quedó relegada a uno de los últimos puestos europeos debido a: inexistencia
de un mercado nacional y escasez de capitales españoles. Las consecuencias:
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predominio de capital extranjero, limitada a la industria periférica (catalana y vasca) y
poco competitiva, lo que obligaba al proteccionismo.

❷ El sistema de comunicaciones: el ferrocarril.


Era necesario modernizar los transportes y comunicaciones para impulsar la
economía. Hasta finales del XVIII el transporte era caro y lento. Durante el Bienio
progresista se impulsó el ferrocarril, con la Ley General de Ferrocarriles-1855,
apoyado con la Desamortización de Madoz y la Ley de Bancos y Sociedades de
Crédito; posibilitando la entrada de capital extranjero (francés), desgravando la
importación de materiales y dando subvenciones. Las consecuencias de la ley:
concesiones a compañías extranjeras, el escaso capital privado invirtió en ferrocarril y
no en industria, al final había ferrocarril y pocos productos que transportar,
acarreando una crisis que paralizó el avance hasta 1876.
Como efectos negativos del ferrocarril, se pueden señalar el diferente ancho de vía y
el estar centrado en Miadrd.
Otros avances en el sector: extensión de la navegación a vapor y modernización de
correos y telégrafos.

❸ Proteccionismo y librecambismo
En el comercio, el mercado interior, hasta mediados de siglo, hacía frente a
obstáculos geográficos y trabas legales (gremios, portazgos, pontazgos y peajes), su
abolición y mejora en los transportes, facilitó la unificación del mercado nacional. El
comercio exterior, a pesar de la pérdida de la América continental, aumentó; pero la
balanza comercial fue deficitaria (exportaban materias primas y productos
semielaborados e importaban industriales).
Frente a la primacía industrial británica, los países europeos trataron de proteger sus
nacientes industrias. España practicó una política proteccionista (fabricantes de
algodón catalanes, cerealistas castellanos e industriales siderúrgicos vascos). Pero los
defensores del librecambismo, querían reducir la intervención del Estado, dejando al
mercado libre. España pasó de un alto proteccionismo (Arancel de 1826), a una
reducción a mediados de siglo, a una política relativamente librecambista (Arancel
Figuerola-1869), volviendo al proteccionismo en la Restauración.

❹ La aparición de la banca moderna.


El sector financiero jugó un papel básico en la industrialización y economía. Con
Fernando VII se creó el Banco de San Fernando (1829) y la Bolsa de Madrid (1831). La
Ley de Bancos y Sociedades de Crédito (1856) inició la modernización del sistema
bancario; nace el Banco de España (1856) y entidades como el Banco de Santander
(1857), Banco de Bilbao (1857) y Banco Hipotecario (1872). Pero hasta los años treinta
circulaban monedas distintas obstaculizando el comercio. En 1868 se instauró la
peseta como moneda oficial, logrando la unidad monetaria.

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