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CHRISTOPHER A.

BAYLY

EL NACIMIENTO
DEL MUNDO MODERNO
1780-1914

CONEXIONES Y COMPARACIONES
GLOBALES

SIGLO

:>I<I
SIGLO

)J(<J
España
México
Argentina

Este libro está dedicado a Eljreda M. Bayly,


que ha vivido las consecuencias de estos
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©De esta edición, abril de 2010


SIGLO XXI DE ESPAÑA EDITORES, S. A.
Menéndez Pidal, 3 bis. 28036 Madrid
www.sigloxxieditores.com

© C. A Bayly, 2004

Tra ducción de C. A. Bayly, The Birth of the Modern World, 1780-1914, l.a ed., 2004
Primera edición en inglés: Blackwell Publishing, 2004

Esta edición se ha publicado con el acuerdo de Blackwell Publishing Ltd, Oxford, y ha sido tradu­
cida por Siglo XXI de España Editores a partir de la versión original en inglés. El rigor de la traducción
es responsabilidad única de Siglo XXI de España Editores, no de Blackwe!l Publishing Ltd.

©De la traducción: Richard Garda Nye, 2007


Revisión de la traducción: Mónica Palacios , 2009

Diseño de cubierta: Miller Craig and Cocking


Ilustración de cubierta: Retrato de Jean-Baptúte Be!ley, por Anne-Louise Cirodet, 1797,
óleo sobre lienzo. Ch:lteau de Versailles et Je Trianon, foto RMN

ISBN: 978-84-323-1325-7

Depósito Legal: S. 58-2010


Imprime: Gráficas VARONA, S .A.
37008 Salamanca
CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACICJN, c. 1890- 1 9 1 4

13
violenta redistribución de los recursos mundiales. La mayoría de los
socialistas abandonaron la hermandad de la clase obrera en 1914 para
LERACIÓN, c. 1890-1
CONCLUSIÓN: LA GRAN ACE
914 alistarse con los estados europeos y sus objetivos bélicos.
Muchos liberales y conservadores también sufrieron una especie de
pánico milenarista alrededor de 1900, atisbando «las cosas por venir>>
que les aterrorizaban. El liberal británico J. A. Hobson temía que una
malévola alianza del poder estatal y la rapiña comercial en las colonias
llevaría a la distorsión y la destrucción de la Constitución. Otros profe­
tas europeos vieron cosas peores. Sus pesadillas preveían el declive
Este ?!timo capitulo vuelve a los grandes eugenésico de la <<raza blanca» y el dominio de una cábala judía; el
''"""raJe
temas del libro · la
policentnca de los cambios en la . . colapso de la civilización occidental frente a la amenaza amarilla;
.

historia mund¡'al, el crecume nto


· ·¡; .
discull da unJ orm¡ dad y la funciona el auge de una subclase mestiza y anarquista y, en el caso de H. G.
l complejidad en todo el
la rapJdez de las comu111cacwnes Wells, hasta una ínvasión extraterrestre. Uno de los novelistas íngleses
d_c>miinlt>]�
ínternacionales el auge del
occldental y la resistencia a ese dom
mero la aceleración en los cambios

inio. Pero el apítulo examm
a
más populares de la época, Arthur Conan Doyle, escribía relatos cuya
trama estaba llena de amenazas exóticas, de orientales malvados, agen­
> .
po]J>ll·cos y econom1
. cos que
ron en los vemte años anteriore tes alemanes y supercerebros criminales. Como ya comentamos en el
s a la Primera Guerra Mnndial
mdustnalismo, la democracia y . capítulo anterior, el floreciente arte modernista expuesto en la Exhibi­
el nacionalismo no europeo
haber dado, p r fm,. un paso ción de París de 1900 estaba lleno de temas violentos, perversos y deca­
� adelante, largo tiempo anunciado
era de modermdad autoconsciente. ' en dentes. En Calcula, Rabíndranath Tagore se preocupaba por la masacre
ocurrida en Chína durante la Rebelión de los Bóxers y por la muerte de
c iviles durante la Guerra de los Bóers, que había estallado en 1899.
Escribió acerca del apocalipsis que se avecinaba: <<El sol del siglo se
PREDECIR «LAS COSAS POR VENIR,, pone entre nubes de sangre. Hoy, en el festival del odio, las armas sue­
nan con el enloquecedor y terrible canto de la muerte>}.

V I. enin y sus contemporáneos revo Hasta la década de 1960, la mayoría de los historiadores se limita­
�� o tenores a 1890 habían sido testi
lucionarios creían que los
gos de una aceleración en el
ban a seguir a los contemporáneos y a resaltar la espiral inexorable de
e os cambws soclales y económic los conflictos políticos y sociales en estos años prebélicos. Los historia­
os y que esto era la señal de
socJe_ dad capJ dores del trabajo comentaban la escalada de la actividad síndica! y de
talista entraba en su fase termínaL
Los socialistas
ban que las constantes huelgas en
el mundo índustrialízado y 1a sene . las huelgas en las industrias de casi todos los países y suponian que esto
crisis díploma" . índicaba el auge de la clase obrera. Los historiadores de la diplomada
� tJcas que tuvJeron lugar a partir de
e . Muchas de estas crisis fuer
1890 eran p
on conflictos entre las potenc
bas
7::
�"pc•-
de pedigrí estrictamente conservador también describían un mundo
ti sta por mant e dividido en dos bloques y hablaban de la escalada de la crisis. Escribían
� � � sus zonas de influencia en el rnnndo
p o, asJ que el cap!talismo y el impe sobre la creciente beligerancia y sobre la carrera armamentística ínter­

comphces del cnmen. Lenin cam
rialísmo fínales fueron
•..
! nacional en cuanto a buques de guerra y proyectiles de artillería con
bió de opínio'n en 1916,en su ora
·
zmp �� ¡·arzs oÍ fiase superzor del capitalismo, que
. b
trataba de explicar
carga química. Entre 1898 y 1907, quedaron encajadas las últimas píe­
esta o � a Pnmera Guerra MundiaL zas de las alianzas militares que devastarían el mundo en 1914 y que
Desarrolló el argumento
que, a parllr de 1890, el capitalism matarían a 20 millones de jóvenes. La alianza de Gran Bretaña con
o había entrado en una nueva
termJnal de monopolío e lmperíalís Japón (1902) y su entente con Francia (1904) se complementaron con el
mo. Pero se vio oblígado a admitir
que antes habJ_ a sobornado a la clase acuerdo anglo-ruso de 1907 por el que se repartían Persía. En 1905,
obrera para que participara en la
el káiser visitó Tánger y amenazó a Francia en «su» zona de influencia

532
533
%de la población trabajando en actividades no agrlcolas

111 Misde181%

1111111 51-81%
D 31,5t%

O Menosdel31%

MAPA 13.1 El mundo industrial, c. 1900-1930


CAi'vlBIO, DECADENCIA Y CRISIS CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACIÓN, c. 1890-1914

norteafricana. Mientras tanto, la carrera armamentística por «largo siglo XVIJJ»


mar algún cambio a partir de 1890, Price mantiene que el
Alen1anía y Gran Bretaña y, por tierra, entre Alemania y Rusia , Gran Eretan _ a fue
' duró hasta finales del XIX. Durante este penado .
maba el ominoso incremento de la beligerancia.
· mpre w1a sociedad localista y de poco gobierno en la que la polit1ca
que 1a po1'1t1ca de e1ases.
sJe
En las décadas de 1970 y 1980, el consenso historiográfico
de ]a deferencia siguió siendo más impmtante
.

La obra de Arno Mayer, que insistía en que el Antiguo �.egr'mc:n


..

perdurado hasta 1914, coincidió con unos estudios que descJ


'ibíian
estallido de la Primera Guerra Mundial como un acontecimiento
to, no como la culminación de una generación de alianzas y arrte
nal DEPRESIÓN AGRARIA, INTERNACIONALISMO Y NUEVO IMPERIALISMO
Este cambio de enfoque coincidió con otro parecido en la nJs:tm·i
o�
fía imperiaL El imperialismo de finales del siglo XIX, que tanto de hablar de cambios
Estos bandazos de los historiadores que pasan
a los liberales, pero que dio esperanzas a Lenin, empezó a pare n a su extremo �n la
c:et drásticos a postular un inmovilismo relativo llegaro .
juego de sombras. Según Ronald Robinson y John Gallagher, los bastante contmm­
década de 1990. El capítulo 11 aceptó que sí hubo
tivos británicos en ultramar eran más o menos los mismos en 1800 desde una perspec­
dad económica y política en el siglo XIX, sobre todo
en 19142. Lo único que pasó a finales del siglo XIX fue que cMau:>rq do�de y cuando
tiva global. Esta continuidad, sin embargo, tuvo lugar
una serie de «crisis locales». Los estadistas europeos las m,tlintte as soCJeda-
J:pr•et ¡as m 'stituciones ' las economías y las ideologías de las distmt
auge de 1a na�wn- "
des se habían adaptado o eran compatibles con e]
ron y precipitaron una serie de anexiones territoriales. Más adelante
'
intereses del capital de la metrópoli volvieron a centrarse en la creclente d;'�SJdad
estado, el comercio internacional en expansión y la
sión imperial bajo la apariencia del <<capitalismo de caballeros>> cional. Los campe smos y las V1e)as ehtes de
de la comunicación interna
to por Peter Cain y A. G. Hopkins. Pero estos historiadores a perdur aron a 1 largo del S!glo. Algunos
Asia, África y el sur de Europ �
parecen mantener que hubo pocos cambios dramáticos en los objetive dos al v1e¡o orden. Sm embargo,
sistemas de gobierno eran muy pareci
y estructura del capitalismo imperial de finales del siglo XIX3. La en la relacw nes de poder Y
a nivel global, hubo cambios in1portantes �
Londres y otros centros financieros aliados seguían con la misma amient o suelen m1n1m1zar.
en el comercio, que los defensores del estanc .
tica de mantener el mundo seguro para el capitalismo que tenían en
Sobre todo, las condiciones comerciales ü_:-terna donale s se v� lv1eron
principios del siglo XIX. a partlt d 1820,
contra de las sociedades importantes de Africa y Asia �
El nacionalismo colonial previo a la Primera Guerra Mundial te aventa jaron a los produ ctores de materw_s pn­
si bien tempo ralmen
bién se convirtió en un <<tigre de papel>>. Según Anil Sea] y algunos las1a. La mver­
mas de Latinoamérica, el sur de Estados Unidos y Austra
sus discípulos, el nacionalismo de la India antes de 1914 no era más aron una nueva
sión de capital y la construcción del ferrocarril impuls
una demanda de empleo y de cargos de una <<minoría m:icr·oS<:Ó¡>ic:a»' rialización sól�
economía a partir de la década de 1840, aunque la indust - unl­
Elie Kedourie se negó a aceptar que el nacionalismo árabe tli'C'ierra Los model os de Estado eran cada vez mas
tuvo efectos localizados.
guna historia previa a la Primera Guerra Mundial'. Fue una cn,acíórt d<''··' zación crea­
formes, mientras que la aparición de profesiones y la urbani
las cancillerías europeas durante la guerra. Este tipo de argumento ejos y análog os, aunqu e los efectos de
ron grupos sociales más compl
tinúa. Para la siguiente generación de historiadores indios de JZarui<"· prmc1p 10 a unas pocas c1udades
estos cambios se vieron limitados en un
y sus alrededores. El concepto de los derech
das, la ideología del nacionalismo indio no era más que una <<deri·ea­ os del ciudad ano se glob�­
ción», una imitación de Occidenté, opinión que se vería reflejada predic aron la autode te;ml­
lizó, y los nuevos líderes de todo el mundo
obra de historiadores japoneses y chinos. El escepticismo de los histo­
nación nacional. También los cambios fuera de Europ
a y Nortea mem ;a
riadores económicos acerca del impacto de la industrialización, incluso
influyeron cada vez más politica y econ micamente � en lo que se habla
en 1914, llegó a proponer que la Primera Guerra Mundial fue una gue­
convertido en <<el núcleo» de la econom1a mund1al. .
rra librada sobre todo con recursos agrarios, por lo menos durante los la cont;nutdad
.

Incluso aunque los debates entre historiadores sobre


tres primeros años. Más adelante, Richard Price elaboró aún más la idea wn hasta
y el cambio parecen equilibrados en lo que respecta a la evoluc
del continuismo en el caso de Gran Bretaña7. Aunque acepta que hubo ganar el camb10.
el año 1890, a partir de esta feclla parece claro que debe

536 537
CAMBIO, DECADENCIA Y C:RTSTS
CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACIÓN , c. 1890-1914

y de
Mucha gente de la época, viendo la velocidad del
cambio entre 1890 sus empleos políticos y militares, aunque la política agraria protec­
1914, estaba convencida de que estos años eran el crisol
dad, y así lo reflejaron en sus discursos políticos, en
de la modern
el arte y en la
� cionista del imperio les proporcionaba más seguridad que la que tenían
lite­ sus equivalentes ingleses. Los empresarios y banqueros incrementaron
ratura. Un disolvente del viejo orden que le hizo much
o daño fueron su poder político respeto a los terratenientes en casi toda Europa. En
consecuencias sociales de la gran recesión agrari las
a de 1870-18 90. Rusia, los nobles salieron muy mal parados. En Italia, a mediados de la
L
expansión a mediados de siglo de la producción
cas, Australasia y Sudáfrica provocó una fuerte caída
agraria en las Améti� década de 1890, una grave crisis agraria se mezcló con la inestabilidad


gr� no y e otros produ tos básicos. Hacia la últim
';
en el precio del
a década del siglo,
política, pero fue justo en esta fecha cuando la industria italiana empe­
zó a crecer muy rápidamente, cambiando la clase dirigente del país. De
qumce anos de depres1on en el preciO de los
productos agrícolas se forma parecida, la expansión de la agricultura en el Nuevo Mundo
empezó a notar en cambios importantes en las
jerarquías sociales de había dejado enormes fortunas en manos de los financieros urbanos y
todo el mundo. Las fortunas de los terratenien
tes europeos estaban en
horas bajas y se vieron obligados a aliarse con la nueva los agentes de bolsa de Chicago y otras ciudades de la costa este esta­
prosperidad. En dounidense. Otra recesión importante en la economía de Estados Unidos
Gran Bretaña, ochenta de las cien familias más ricas
de 1910 debían su
riqueza a las manufacturas y no a la tenencia de entre 1893-1897 había unido a un grupo dispar de oponentes de las
tierras. Ésta fue la época
en que los descendientes de los nobles de la reina grandes empresas y las grandes agriculturas. Abrieron la política ameri­
Isabel I empezaron a
cana e impulsaron las pretensiones del gobierno federal en lo que se
as y, en casos muy
casarse con las hijas de banqueros, dueños de fábric
desesperados) de norteamericanos. En Alem llamó la Era del Progreso.
ania) las clases terratenien�
tes dependían cada vez más de sus inversiones La naturaleza misma del poder comercial estaba cambiando rápida­
en acciones industriales
mente a principios de la Primera Guerra Mundial. La innovación técni­
ca invadía el mundo. En 1900 se fundó la compañía cinematográfica
Pathé Films. Marconi terminó sus experimentos radiofónicos en 1902
(véase ilustración 13.1). Blériot cruzó el Canal de la Mancha en avión
en 1909. Comenzaron a verse automóviles en las carreteras del mundo.
Según aparecían estos iconos de la modernidad, la estructura industri�l
se adaptó a ellos. El viejo capitalismo británico de caballeros se v1o
modificado por una nueva cultura empresarial, especialmente en Esta­
dos Unidos y Alemania, que separaba al dueño cada vez más de la direc­
ción. Además, mucbas de las mayores fortunas familiares del siglo XX se
consolidaron entre 1890 y principios del nuevo siglo: Ford, Carnegie,
Getty y, en Europa, Krupp, Gulbenkian y Nobel. Sobre todo en Alema­
nia, la aplicación de la ciencia avanzada a la producción industrial pro­
gresó a grandes zancadas en las industrias química) electrónica, e �
defensa y, más adelante, automovilística. En Japón, el gran empresario
minero y de altos hornos Furul<awa Ichibe se convirtió en el hombre
más rico del imperio. Incluso en India, donde la élite terrateniente
aguantó a base de forzar la demanda de los campesinos y de buscar apo­
yos oficiales, hubo algunos cambios. Magnates industriales como Tatas
y G. D. Birla empezaron a acumular sus fortunas textiles y a competir
con las empresas británicas. La base científica de la industria había
cambiado. La aplicación de la investigación científica a la industtia
13.1 Transmitiendo la modernidad: Guille
rmo Marconi transmite un mensaje
radiofónico trasatlántico, 1902.
abría nuevas posibilidades para la innovación. En 1892 se fundó la

538
539
CANffiTO, DECADENCIA Y CRISIS CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACIÓN, c. 1890-1914

empresa americana General Electric y empezó a fabricar dinam


os d Cuando Lenin escribió acerca del imperialismo diciendo que era
vi�bilidad comercial. En 1900 estableció un laboratorio de
investiga � «el útl imo estadio del capitalismo», se refería a la redistribución de la
cron al estilo aleman, como luego, dos años después, haría Du
Pon t la riqueza y de los recursos tanto en el continente con1o en las colonias
empresa quúnica8• A su vez, el mercado de capitales pareció
habe s � europeas9 . En ese contexto, su argumento es más convincente, sobre
integrado y haberse vuelto más especulativo. Masivos flujos
se dirigieron a dudosas inversiones, corno las minas de oro del
diner ario � todo si mirarnos las grandes empresas que comenzaron su actividad
� oeste de entre las décadas de 1890 y 1900. El proyecto del tren transiberiano de
Africa y el monopolio de la copra en el Pacífico. Las industrias
del norte Francia o el ferrocarril Berlín-Bagdad de Alemania son ejemplos del
de Europa y de Norteamérica progresaron gracias al increment
o de la capital internacional funcionando a gran escala. A partir de 1890, las
formación científico-técnica en sus universidades y al flujo
de n uevos potencias occidentales y sus banqueros empezaron a intervenir más en
inmigrantes corno mano de obra.
el Imperio Otomano. El sultán, como sus virre�es egipcios, había acu­
mulado enormes deudas con los occidentales. Estos empezaron a asu­
mir y controlar territorios otomanos para asegurarse sus intereses. Los
CUADRO 13.1 Número de universidades en dzferentes grandes planes de Rhodes en Sudáfrica y las batallas entre las grandes
partes del mundo (ct/ras aproximadas). empresas europeas, respaldadas por sus respectivos gobiernos, en Per­
1875 1913
Región sia, China y el Imperio Otomano, hacen pensar que los conflictos polí­
ticos se agudizaban por rivalidad económica. De una manera más siste­
Norteamérica 360 500 mática que a mediados de siglo, los consulados vigilaban y trataban de
Sudarnérica 30 40 adelantarse a los tratados comerciales de sus rivales. En 1895, por ejem­
Europa 110 150 plo, las potencias europeas y Japón empezaron a asfixiar a China, debi­
Asia 5 20 litada tras la guerra con Japón. Algw1os años después, el embajador
África o 5 francés interpeló directamente a lord Salisbury, el primer ministro bri­
Australasia 2 5 tánico, por los rumores de que Gran Bretaña iba a ofrecer a China un
Fuente: Hobsbawm , Age o/ Empire, página 345. enorme préstamo a crunbío de concesiones económicas unilaterales10•
¿Los capitalistas seguían al Estado o el Estado seguía a los capitalistas?
Donde los historiadores modernos discrepan de Lenin es en que resal­
tan los orígenes políticos e incluso culturales de estos conflictos aparen­
temente econón1icos. Alemania no contaba con un plan magistral para
el dominio del mundo, pero la política exterior alemana estaba empa­
CuADRO 13.2 Incremento de la inmigración desde Europa
a otra,- parte,- del mundo, 1871-1911 (en millones).
pada de un sentimiento de su misión internacional, que era reemplazar
a los avariciosos y explotadores imperios anglosajones con una paz ale­
Fechas Inmigración A Estados A Canadá A Argentina A Australia mana supuestamente más cultural u.
total desde Unidos y Brasil y Nueva El mapa político se dibujaba de nuevo según surgían los nuevos
Europa Zelanda centros de poder. La política exterior cautelosa y consistente de Bis·
1871-1880 4 marck fue sustituida en 1890 por la estrategia global y ambiciosa del
2,8 0,2 0,5 0,2
káiser Guillermo II. Alemania empezó su carrera como potencia naval
y desafió la posición de Gran Bretaña en el Imperio Otomano. Dispu­
1881-1890 7) 5,2 0,4 1,4 0,3
1891-1900 6 ,4 3,7 0,2 1,8 0,4
so una pequeña flota en el mar de la China y buscó puertos y carbón en
1900-1911 14 ,9 8,8 1,1 2,45
la costa de China. Más adelante, en 1905, el káiser intentó intervenir
en la política del norte de Africa y también amenazó la influencia �de más
1871-1911 32,9 20,5 1,9 6,15

Fuente: Hobsbawm , Age ofEmpire, tomado de A. M. Carr-Saunders, de un siglo de trayectoria� de Gran Bretaña en Estambul. La creciente
Londres, 1936. influencia política alemana se vio reflejada en su capacidad de vender

540 541
CAMBIO, DECADENCIA Y CRISIS

más que Gran Bretaña en muchos de sus viejos 1nercados de ultramar _y


coloniales, sobre todo en Sudamérica, China y Oriente Medio. No ha de
sorprender que .incluso los británicos empezaran a cuestionar la doctti�
na del libre comercio que tan bien les había servido desde 1815 y que el
Partido Conservador hablara de preferencia imperial. El declive relativo
de Gran Bretafía quedó patente no sólo en las humillaciones de la gu(;'­
rra en Sudáfrica, en la que una pequefía población de granjeros armados
empezó derrotándola, sino también en el campo de la industria pesada.
Hacia 1890, la producción de híerro y acero de Estados Unidos y Ale­
mania era mayor que la de Gran Bretafía. Francia, la otra gran poten cia
europea a mediados de siglo, también parecía flaquear. En la décad a de
1890, el conflicto entre católicos y seculares, el ejército y la izquie rda,
pareció aguclizarse. Los franceses se preocupaban por su baja tasa de
natalidad y porque veían a una Alemania beligerante en su frontera.
Estados Unidos -temporalmente- empezó a tener más influencia
internacional. En 1898 entró en guerra con Espafía, expulsándola de
Cuba y Puerto Rico, y convirtiendo Filipinas en una colonia norteame,
rícana. Theodore Roosevelt, elogiando los objetivos estadounidenses eh
Cuba en 1902, definió las grandes contradicciones de Estados Unidos
respecto a la influencia en el extranjero que se mantendrían a lo largo
del siglo XX. Reclamó un tratado que favoreciera los intereses de Esta­
dos Unidos en Cuba:

No sólo porque es de gran interés para nosotros controlar el mercado cubano


para fomentar nuestra supremacía en las tierras y aguas tropicales al sur de
nuestra nación.. sino también porque debemos demostrar a todas nuestras
naciones hermanas del continente americano que somos, en realidad, sus desiti�
teresados amigos12 .

Los acontecimientos de China en 1900, tras la llamada Rebelión


Bóxer, también seiialaban el nacimiento de este mundo más multina­
cional, pero más peligroso. Cuando Gran Bretafía tuvo que afrontar el
auge del nacionalismo egipcio en 1882, ocupó la provincia otomana e
impuso sus derechos como potencia dominante. En 1 900, sin embar­
go, la derrota del Imperio Chino condujo a lo que los norteamericanos
llamaron <<una política de puertas abiertas». Las potencias europeas y
Japón podían exigir concesiones a China y los norteamericanos trata­
ron de utilizar su nuevo poder para evitar la partición del imperio entre
los europeos. En todo el mundo, misioneros, publicistas y periodistas 13.2 El panislamismo en acción; los líderes indo-musulmanes Mehmet y Shaukat
norteamericanos empezaban a expresar una opinión pública norteame� Alí embarcan para defender el califato Otomano y los lugares santos, c. 1911.
rlcana cada vez más enérgica en cuanto a política internacional se refiere.

542
c.
CAlvfBIO, DECADENCIA Y CRISIS CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACIÓN, 1890-1914

El auge de Japón, que derr ;'tó a China en 1894-1895 y humill ó irlandeses empezaron a encontrar similitudes entre su situación y la de
Impeno Ruso en 1905, fue lo mas sorprendente de los cambios del otras naciones. E1npezaron a reunirse en congresos en Londres, París y
Chicago, como los socialistas, los panafrlcanistas, los estudiantes y los
guo consenso. M1entras tanto, Japón, establecida como poten cia
nial en Taiwán, ocupó Corea, donde estableció un sistema1
vo imperial parecido al Imperio Británico". No debemos u
��;:;�:�:!:�· - · · · �
·:.><·•••:.-<•
periodistas. Los ministerios y los funcionarios se vieron bombardea­
dos por protestas telegráficas y, por lo menos al principio, no les quedó
más remedio que tomar medidas. El lenguaje contemporáneo de guerra
importancia psic �lógica del auge de Japón y su capacidad para com¡;¡;;
racial y conflicto entre especies empeoró la tensión internacionaL Los re­
tir con las potencras europeas. En todo el mm1do no europeo los
r�s n�cíonalistas, los directores de periódicos e, incluso, la g�nte
portajes de los corresponsales de guerra enviados a cubrir pequeños
conflictos y rebeliones locales se proyectaban directamente a las salas de
pre vieron de repente que el dominio occidental no era ni mevi.taJ ! ]e
estar y a las mesas de desayuno de Europa y Estados Unidos.
eterno. En las aldeas de India, lejos de Mukden y Tsushima, donde
ron derrotados los rusos, la gente ponía el nombre de ahnirantes
neses a sus bebés. L�� artistas nacionalistas de Calcula empezaron a
_
usar tecmcas y sensibilidades Japonesas para desmarcarse de la influen­
cra :uropea. En la Indomina francesa, Phan Boi Chau inauguró el EL NUEVO NACIONALISMO

mov11n1ento «Mlrada a Or1ente», que envió a muchos jóvenes a Tokio-;


El nacionalismo ya estaba en auge en 1860. Pero el periodo 1890-1940
donde se unieron con estudiantes chinos, coreanos e indios14.
iba a ser de nacionalísmo hiperactivo. En las provincias más desarrolla­
en la lejana Abisinia, anin1ada por su victoria contra los italianos
Ado ;va en 1896, el primer sociólogo del país animó a sus paisanos
das económicamente de Rusia y Austria-Hungría, el nacionalismo de
lenguas minoritarias empezó a tener una amplia base antes de finales
segmr el eJemplo de modernidad japonés. Por otra parte, contr·astaba el
paulatino rechazo a Japón en Estados Unidos y sus territorios del Pací­
del siglo. En Irlanda, el Sinn Fein, que surgió como un partido político
populista, supo aprovechar la pobreza y el conflicto social rurales, pero
fico. Se aprobó m1a ley racial contra la inmigración japonesa. Hacía
1914, la retórica de la autoconfianza y el expansionismo japoneses había
también la expansión de la enseñanza y la autoconfianza católicas, que
adoptado 1111 tono amargo. venían creciendo desde la década de 188015 También se desarrolló rápi­
damente un sentin1iento nacional en las colonias británicas pobladas
También la revolución en los medios de comnnicación fue un fac­
por blancos, en parte debido a la decepción del liderazgo británico
tor clave para multiplicar y amplificar la sensación de cambio y conflicto.
durante la guerra en Sudáfrica. Hasta la Primera Guerra Mnndial, el
El mundo estaba conectado por el nuevo telégrafo y esto permitía a los
gobrernos, los radicales y los grupos de presión actuar a un nivel global. nacionalismo de las colonias y semícolonias asiáticas y africanas no
Entre 1900 y 1909, el vol11111en de tráfico de prensa por los telégrafos se blancas se lin1itó, mayoritariamente, a las élites urbanas educadas y a al­
triplicó. Al mismo tiempo, la edición masiva empezaba a funcionar. gunos empresarios. Pero, incluso en ello, hubo cambios ímpo�antes a
Annque es dudoso que el «nuevo in1perialismo>> y los conflictos nado" partir de 1890. Una enseñanza algo más desarrollada y las mejoras en
n�es d;' ultramar fueran productos de 1111 populismo creciente, la opi­ los sistemas de comunicación habían reforzado las ideologías de libera­
mon publrca orgamzada empezó a tener peso político gracias a su mani­ ción y desarrollo. En las Indias Orientales Holandesas, la «política étni­
pulación por medio de la prensa. The Túnes despertó la opinión pública ca>> de desarrollo indígena, proclamada por la reina Guillermina en 1900,
contra los bóers en todo el Imperio Británico, mientras que los periódi­ anin1ó a los chinos y, más adelante, a los musulmanes liberales a recla­
cos de William Randolph Hearst movilizaban a Estados Unidos contra mar el autogobierno local. Cierto número de asociaciones para la mejo­
España. Su famoso telegrama a su corresponsal en Cuba res11111e la ra, de corta duración, fueron sustituidas en 1912 por la Sarekat Islam
nuev a rela�ión entre la política y la prensa: «Tú envía las fotos y yo pro­ (la Unión islámica), que se convertiría en el principal vehículo del
_ nacionalismo anticolonial y del proteccionismo económico contra
China hasta la década de 193016•
porcwnare la guerra».
El auge del nacionalismo radical en gran parte del mundo no euro­
peo entre 1900 y 1910 reflejaba también la rapidez de las nuevas comu­ En Egipto e India, los nacionalistas empezaron a reclamar la indepen­
nicaciones internacionales. Los chinos, indios, egipcios, indochinos e dencia inmediata y, en ambos territorios, los autoritarios gobernadores

545
544
CAMBIO, DECADENCIA y CRIS
c.
IS
CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACIÓN , 1890-1914

británicos crearon un clima en el que pequeños ru


s d , nes
lectuales emplearon la violenci
tuada en 1905 por lord Curzona'terroris ta. La pa:rici�� dee�ove extranjero y jóvenes descontentos de las ciudades costeras, donde habían
. ses de laeng
_,.

ala sido educados por cristianos, se aliaron para poner fin a la «barbarie
lidad ,h'md'u de Calcuta, de losqueterr
Y
dan�o• ¡os tntere lll�e.lecl:ua::.{i, manchú>>. Pero ya antes de 1911 había tenido lugar un cambio intelec­
desato ]� .rra e?. una provincia que habíaatesido nientes del este1 de tlc:nga]a"
. a , tual que marcó una época. El edicto de reforma imperial de 1901, tras
economra polittca naciona]l7· En Egrp. to, una pio nera de a rde
masacre de c:an1p,,.b1o,;:.a d e uriaJ.<i'. la Rebelión de los Bóxers, concluía que ciertos principios morales eran
manos de tropas br�tánicas en 1906 marcó el fina inmutables, mientras que los sistemas de gobierno siempre habían sido
Cromer como proconsul y el principio de manifesltad de la arrera de
e
mutables. Para mejorar esos sistemas de gobierno era necesario estudiar
tra la ocupación británica. En el norte de A'ftlca fran . one� mastvas tanto los métodos chinos como los occidentales. Ésta fue una concesión
generacwn de radicales panislamistas reclamaron la nacces' un
,
a
, '1u:eírif sorprendente a los «conocimientos de los bárbaros».
franceses y pusieron la revolución turca de 1908 com� io��tdad
_,.

.f. j En Estambul, la presión inexorable de Rusia y Austria en los Balca­


Los nobles de la Indochma fran1cesa desposeído1s mo e o a seo.,.;� ' nes impulsó a los jóvenes líderes militares a emprender una serie de re­
mfluen1 cta, también optaron por a vto . ' 1 encra. revo uct e su honor y formas radicales para fortalecer la nación19• Dado que el mtento de
�ue a ba1; de un extremista serbio acabara con la vrona na An es transformar un imperio universal en un estado moderno había fracasa­
eredero e1 Impeno AustrÍaco, muchos funcionarios ·da� dd,�� :;¡t: � ��� do, decían los radicales, no quedaba más opción que una moderniza­
peas muner , on de forma similar �� o� � euro�-- ción rápida y violenta. Los nuevos líderes que rechazaron al sultán eran,
En el sur del contille afri�ano, las antiguas diferen por lo general, turcohablantes de origen balcánico oriental, y no árabes.
y rehglOsas entre los colonte nos brit áni cos cias ulrurales. '
e Al principio, algunos empezaron a insistir en el idioma turco. Esto pro­
y 1os b.oers se vieron agud
por el intento de Gran Bretaña de unponer su c �tr izad�s vocó que surgiera la importante cuestión de qué significaba ser árabe,
.
década de 1890' el sep ismo boer se conv1rt?1o en ol en 188 1. En l.a sirio o egipcio. Estos dos golpes de Estado fueron illlportantísimos sim­
naclO. nalismo colonial intraratans igen te mo v1'd o por e
1
1erv
nna . esp ecr · e ..d.. e bólicamente. Los Qing habían reinado en Beijmg como monarcas abso­
una sensacton de lo dife te del idioma afrilcaans p or
r reli gi oso Y Püt lutos desde la década de 1640, y los otomanos en Estambul desde 1453.
st'dente de 1a provmcia derenTra au l Kru
. _,.

nsvaal'que 1 uchana .contra los brit' el-" pre. ger A la dillastía Qmg la sustituyó un régimen republicano, y el sultán oto­
�r ;� n d¡"
� �� vez en 1899: res�tó la importancia del idioma y la re= mano) antaño déspota) se convirtió en una especie de monarca consti­

r: «St olvtdáis vuestro idioma, o1 'd''�als�


·

d ¡o a unos mn tucional. Muchos observadores de dentro y de fuera de China y Turquía


tambren a vuestros antepaossadboe V1 pensaban que la modernidad había conquistado, por fm, a dos estados
Entre los acontecimientososmás y 1a B'b1 l'1a»''.
.

sor obs illadamente conservadores. El movimiento panislámico, que había


las dos revoluciones que acercar a1 pre o d
ndentes' sin. embargo, estan ido tcreciendo en todas las sociedades musulmanas bajo control colo­
de educación occidental en los r�;eri�s c�::opr�estom
_,.

wnales y milita:�s nial, recibió una gran myección de moral gracias a este ejemplo de que
Y
mas en el capitulo 10 es f'act·¡ exagerar el retraso de ano. Como dt¡r­ los musulmanes también podían modernizarse. Cuando Estambul entró
nes Qillg Otom a ' las admmistrado- en guerra con los Balcanes en 1913, jóvenes activistas islámicos de todo
e fácil exag
fuera de l:s grand:� �i��:���:�la revolucron de los mbios ocurridos
�rar los ca el mundo, desde Indonesia a Argelia, acudieron en su ayuda.
de 1908 y de la revolución china 911, per «jóvenes turcos>>
puesta a la aparenteme . nte inexor a�l! expanston � ambas
eco .
nom
fueron una res­
de Euro A ��r�; �or ¡"] mundo La clase profesi tca y política
ona l chin a abando·

nó fínai!:�e s e a a os manchues cuando par .

ecí 'b
LA EXTRAÑA MUERTE DEL LIBERALIS MO INTERNACIONAL

n r le �arialMaa las .comp�1�: }e:��¡���:�


���i������;, ;�:s:��� � e �tra�errit t astr Incluso cuando volvemos la mirada hacia la política nacional interna y
deber de proteger el país � e:ar e sus esfunch

erzo
u había incumplido su
s de pulsar cambios hacia los cambios sociales en el mundo de 1900, queda patente que
tras la Rebelión Tatpm . . g.' ¿'as com un
hubo una aceleración en el ritmo y un incremento de la tensión a partir de
umdades comerciales chil las en el 1890. En la mayoría de los países europeos, el anterior dommio ejercido
546
547
CAMBIO, DECADENCIA Y CRISIS
CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACIÓN , c. 1890-1914

fracasó, pero despertó una violenta reacción de la derecha y sentó pre­


ceden tes para la izquierda. Otras sociedades europeas y americanas
presionadas fueron testigos de algo parecido . Un estudio hecho en
Milán demuestra que los pequeños tenderos, presionados por un cre­
ciente movllniento socialista en un periodo de dificultades económicas,
buscaron a su defensor en la derecha a partir de 190522. En México, la
tensión agraria y una sensación de traición nacional provocaron una de
las revoluciones rurales más violentas del siglo. La nueva élite progre­
sista que asumió el poder en 1910 llegó a un acuerdo con los caciques
rurales, que consiguieron mantener su poder. El miedo que sacudió al
rrllmdo hispanomnericano sería a partir de entonces permanentd3,
No es de sorprender, pues, que los marxistas contemporáneos y sus
seguidores entre los historiadores modernos vieran en estos aconteci­
mientos un ejercicio de calentamiento muscular de la clase obrera orga­
nizada y, también, una preocupante reacción de la clase media-baja con­
tra los trabajadores, los impuestos y los extranjeros. Está claro que hubo
una aceleración de la industrialización y de la urbanización a finales del
siglo XIX. Estos cambios sociales y económicos coincidieron con un
periodo de inestabilidad en el orden político internacional. Hemos de
ser cautos, sin embargo, a la hora de pensar que estos acontecimientos
condujeran directamente a un conflicto social más intenso, y de ahí a la
guerra internacional. Es lícito pensar que la clase obrera y la clase
media-baja lucharan por establecer su posición como <<partes interesa­
das» en la nueva distribución global de la riqueza. La inminente revo­
lución mundial, como y a comentamos en otros capítulos, era una pode­
rosa arma ideológica más que una realidad histórica.
También hay pruebas de que hacia 1908 la situación internacional
empezaba a estabilizarse y de que sólo una serie de graves errores de las
potencias condujo a la confrontación de 1914. Es posible, incluso, que
sin el impacto de la Primera Guerra Mundial, los zares y los imperios
europeos hubiesen logrado poner de su lado a los suficientes súbditos co­
merciales y educados para poder seguir adelante. Si el Imperio Otoma­
no no hubiera elegido el bando equivocado en la guerra, quizás no se
hubiese colapsado. En 1914 todavía no dominaba el nacionalismo sepa­
ratista entre los árabes y los griegos de Asia Menor. Pero dudar de que
las tendencias sociales y políticas de la década de 1900 condujeran
inexorablemente a la Primera Guerra Mundial y al nacionalismo colo­
nial masivo no significa que tengamos que negar la realidad de los con­
flictos sociales y el ritmo acelerado del cambio social.

548
549
A y CRISIS
CAMBIO, DECADENCI
CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACIÓN , c. 1890-1914

. En1900 , la política y la sociedad también tecran est


nzadas en el mundo no occidental En 186J'a ar

muchas sociedades tanto col . e


.

eluso
m en
co mpetición entre el socialismo radical y étnico y el renacimiento reli­
gioso para hacerse con las masas, algo que marcó gran parte del siglo
naban.versiOnes indigenas delonlibe'alresalismo.
. ' I .como semr-rndependien te XX
s, y que parece haber concluido con la victoria de la etnicidad, la religión y
va hacta e1 terrorismo y el «extremtsmo>> enyaEghemos cotnenta•do lad, el nacionalismo sobre la izquierda .
srg. lo XIX. Pero esto refleja un cambio sociopolitipto e India a
·

Tampoco esto significa que la llegada del nacionalismo de masas y


do, que tmpltcaba también el retroceso de!lib ico mucho mas el colapso del viejo orden fuera inevitable . En 1912 y 1913 algunos de
{��o;;: llenaba d dd eas raciales y de guerras r:�al'

oxers en China de1900 y en el apo o de lia��s ��n la . ]os mayores problemas de nacionalismo en los Balcanes, Europa occi­
dental e Irán parecieron haberse solucionado temporalmente. También
neses a�os valores indigenas <<puros>> de 1:décad� �o ador es posible que los grupos gobernantes de la ciudad y del campo se
un rec azo mucho más totundo de Occi.d d t;;� .. es hubieran reformado ante los rápidos cambios sociales y políticos para
Aur_ �bindo Ghose : el predicador budista A��t: J;� vtstonario revitalizar los elementos de continuidad del «largo siglo XIX>>. En Gran
Ceilan y los polemrsta islámicos del mund g r urrarrnaJpal¡ Bretaña, el gobierno de Asquith estuvo a punto de resolver el proble­
en drferentes grados els pan lib era lism o n ac10
¡
. na ·tsta mAusulm
o .an ma irlandés. Y, a medio plazo, la administración británica parecía a
�Jo· ¡emo, pero no defendian los derechos individualpoyab.an ¡"¡ punto de derrotar al <<extremismO>> en India y Egipto . También el
e Dws y los impu s de la sangre. Estos tem a gobierno ruso podría haber enterrado la insurrección de la izquierda y
cada vez mas_ tnqmelso as re:�:=n la reacción de la derecha con otra fase de industrialización creadora de
da a trabaja_ r en contosdiccam
ion
pesinos y una alienada clase ra,
es riqueza. Sin embargo, lo que se puede afirmar es que el ritmo de los
co ¡ontales y semtcolontales. miserables en las ciudadev suH: , cambios sociopolíticos desequilibraba a los gobiernos cada vez más.
El viejo estilo de liberalismo cortés pudo hab La caída de los otomanos, qayaríes (1909) y qing, y el casi derrumbe de
�ero¡ aparecteron movimiemos radicales en tod er emrado en los regímenes zarista y austro-húngaro, todos en un periodo de tiempo
a� os derechos de los trabajadores, los <<na o el mundo qu� muy corto, parecen insignificantes comparados con los cataclismos de
mejoras en comunicación y los frutos de 1a exptivos>> y 1as mu¡eres. 1917-1919 .
parttr· de1870 parecen haber sido los estímulosanswn de ]
.

La idea de Lenin de que lo que aquí hemos llamado <<la gran acele­
sos pa�. afncanos proliferaron a partir de 190 originale:
0 . · . Los , ración>> inmediatamente posterior a 1890 se enraizaba en el desarrollo
abohcwn del trabaj régimen de servidmn . El �ovuruento desigual del capitalismo global todavía tiene valor, aunque algunas de
peas se radicalizó. Eno en N ueva Zelan da, asocia
bre en os sus predicciones a largo plazo parezcan fallidas. Los alemanes temían la
cio
. nes de maoríes
·

ron cada vez mas compen


. ·

. sac amenaza politica de una enorme Rusia de desarrollo desigual. Los bri­

. ión : aunque al mts


en el. ejército.del Impeno Brttamco para la gue tiempo. se. mo
recreron movtmten . tos similares rra de Sud-�fnca24 tánicos recelaban del creciente poder económico de Alemania. Una
enorme fisura politica y económica en el núcleo económico mundial

en Ca nad
��:�s :�a�!��taf;n prime�o en el ámbito cu�tt�ltd� Ue� á y E .

��';. -Gran Bretaña, Francia, Alemania y Estados Unidos- se generalizó a


t causa de las tensiones en sus zonas limítrofes -Rusia, los Balcanes y el
generalizad�, per� la1e��::��r %�e co había conseguido el vot
;o d� los dt;re�hos dyeel
o Imperio Otomano�. La mecanización agraria en las «nuevas Europas»
greso económico generalizado la la zo�cep americana, sudafricana y australoasiática había alterado el equilibrio de
Sarah Bernhardt era �personaje. pub ? a a es era pubhca. La .. las clases domésticas y había dado lugar a <<una era de ansiedad>>. Las
tuyó a su difT: u¡m . o mart o co':' o catedrhco átic a
en París. Marie Curie . •·
•. nuevas formas de producción capitalista a gran escala y de organización
1906". En o no, la publ.tcacto. n de la sen.e de física en la Sorbona . .

de recursos presentaban graves problemas a los gobiernos y a la socie­


.mctplOS nathiuranales>The Journal of
e
_
_

ral Principles (<<El diario de dad en cuanto a las prestaciones sociales o a acabar con la exclusividad
lo S
último asalto a Jos antiguos reg enes que pr >) proclamó que e]
·.

quedab an social. El despliegue mundial de la tecnología armamentística y de los


luchas de los campesinos, los o�reros y las muJere se aliaría conlas capitales coincidió con un mayor entendimiento entre los pueblos no eu­
s26. Así empezó -lá ropeos de la realidad de su explotación económica en el sistema político
550
551
CA!vlliiO, DECADENCIA Y CRIS
c.
IS CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACIÓN, 1890-1914

fijar se en la contribución a la economía británica en los siglos XV!l a XIX


del tráfico de esclavos y del colonialismo, aunque hay desacuerdo en la
cua ntificación de esas contribuciones. La profesión historiográfica
inglesa, siempre lnuy introspectiva, cambió su for �a de entender ra
.
identidad inglesa al fijarse también en Irlanda, Escocia, Gales y los bn­
tán icos de ultramar. Los historiadores reconsideraron la forma en que
la experiencia imperial, el modelo norteamericano de lucha contra la
escla vitud y la cercanía de la Francia revolucionaria y «dictatorial>> die­
ron forma al «carácter nacional» británico. La nueva historia británica

pensaba en Gran Bretaña no como una entida orgánic a antigua, sino
.
como una estructura de fuerzas globales, ademas de regionales.
Los historiadores del mundo extraeuropeo también empezaron a
«rescatar a la historia de manos de la nación», como dijo Prasenjit
Duara27 y, en consecuencia, a resaltar los vínculos globales que existían
GLOBALIZACIÓN Y CB!SIS,
RECAPITULACIÓN FINAL
1780-1914 en los primeros periodos. Los historiadores de China, por ejemplo, se
Es hora de volve a algunos de dieron cuenta de que el cierre del país por los Qing a comienzos del
;: los temas generales de los que
en la mtroducc10n. En prm1er halblamc>s< periodo moderno no significaba que hubiera que ignorar la importan­
' ad t'leneq¡ _¡
. lugar, é·qué valor y qué utilid
aprox1n1ac10 cia de las fronteras <<de estilo norteamericano>> del sudeste y d centro
" n glo bal a los cambios hist
óricos que propone este de Asia. En estas fronteras y en los emporios de la costa, las guerras, la
La h1stona d sde una erspecti libro.?
forma dé
� ? va mundial no es más que otra
ver la hts ona. Pero ulttmame creación de riqueza y los nuevos contactos culturales contribuyeron a
ado U11
: nte, por varias razones, ha
.
mayor relieve. A partir de 197 tom formar la sociedad doméstica de China a principios de la Edad Moder­
na y durante el siglo XIX. El Imperio Qing era un imperio manchú, ade­
0, los cursos universitarios de
europea 1n1part1'dos en Norteam
·
civi lizac r'on
'•
érica y Australasia empezaron
caduc s a los educadores de las a pare cer más de chino . Las clases comerciales chinas construyeron el Estado en
ntes de
� sociedades cada vez más conscie
su ongenes muluculturales. gran parte del sudeste asiático.
�lo
� En Europa, las historias imp
mas parecido que había a una eria les A un nivel más amplio, escritores como R. Bin Wong y Keneth
.a
_ historia global� también emp
ezar
.
pare�er anacrontcas. Por eso, los on Pomeranz han reescrito la historia de la excepcionalidad económica
occidental utilizando nuevos datos y argumentos de Ch ma". s·I, en ter-
historiadores trataron de rein .
su asignatura para presentarla ventatse
minos de crecimiento económico, la única diferencia entre Europa Y
como una historia social inte
dd poder, de las razas, de las rnacional
itos de la
clases y de la cultura. Los erud
htstorta nactonal Y regional se China antes de 1800 fue el uso del carbón y la posesión de los enormes
convirtieron en historiadores
nales. La profesión historiográf inte rnacio­ territorios norteamericanos, parece que podemos desechar gran parte
ica necesitaba una nueva man
hacer analogías Y comparacion era de del bagaje cultural sobre la inherente superioridad política europea. Un
profes res s diera� cuenta de
� �
es y de hallar vinculas, puesto
que era necesario explicar su asig
que los resultado importante de este planteamiento ha sido que la globalizaci n ?
a un mvel mas a plio que la hist natura se ha reanalizado desde un punto de vista centrado en Chma y, tambien,
n_> oria nacional o, incluso, que la
de las relaciones Internacionales. hist oria en el islam.
E�tos ca nbios institucionales Uno de los objetivos de una historia global como la de este libro
;: se vieron reforzados por cambios
1� _ actitud pubhca manifestados en un en debe ser explicar y analizar los vinculas y las analogías entre la � histo­
nuevo interés por la «globallza· rias de las diferentes partes del mundo". Esto urge, dado que los historia­
CIO�», que desbancó a las viej
as historias nacionales y a los
reg:onales. El ambio registrado estudios dores regionales y nacionalistas han empezado a incorporar estudios de
� fue en sí mismo muy amplio. Los
tonadores bmamcos de la hist his­ historia comparativa en sus obras. El mejor tipo de historia mundial no
oria doméstica, por ejemplo, volv
ieron a se limita a contar una historia generalizada y menos eurocéntrica que las

552
553
CAi\tlBTO, DECADENCIA y CRTS
c.
IS
·Q CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACTÓN, 1890-1914

viej as historiografías occidentales


,

. También corn.ge las


na1es y regwna1es revisadas. Es . histor·las juicio individual no hiciera de Estados Unidos una nación <<excepcio­
.

. una disciplin a heun,stlca


e ue ocurre si e¡Imtnamo en el siglo XIX. La excepcionalidad estadounidense ha sido el man­
· s los compartimentos que
los fundacional del cuerpo de historiadores norteamericanos, todavía
han creado para cada región o
para cada subdisciplin h' , .
.

tona global nos indica los víncu lsto a


los más runplios y anahza nc ? :.ai1;lac:J01Ust:a. Sin embargo, hay que estudiar la historia de Estados Uni­
de las h'!St ona· s regw · na¡es. Hoy en día' todos los histona los de forma comparativa. Muchas de sus características supuestamen­
toriadores mund'al . dores
1 es, aunque algunos no se hay
an dado cuenta te únicas se pueden ver en la Gran Bretaña del siglo XIX y más todavía
Por supuesto al mantener aler . sus colonias blancas. Estados Unidos siguió recibiendo y remodelan­
: ta a los historiadores
vmculos y analogws globales do ideologías y sensibilidades europeas durante este periodo. La histo­

e internacionales , no debe
tma
· gen homogenea . No debemos mos
eludir todas las diferen . ría de su colonización interna y su trato a los indios y a los esclavos afri­

zar co resaludó todas las tend tas


canos nos muestra que su clase dirigente eligió un camino muy parecido
� �
las soctedades. Sm duda el mun
encias importantes en la �
do de los sig1os XVIII y XIX
y Jmiá
ecc•nO
de los imperios europeos y al de sus expatriados de ultramar, y por
, . '
nmcho_mas mterconectado de parec:10:1S razones, tanto intelectuales como prácticas.
lo que los historiadores han <} <: t:lacle
st habta dtferenctas realmen cocue<>.
te irreductibles. Muchas Éstas son conclusiones historiográficas generales . Este libro tam­
s ie
�uch?s estados eran, hasta cierto punto, «excepcion bién tiene el objetivo más concreto de analizar la historia del mundo en
tdea� mtelectuales eran específi al es>>
cas de una sociedad y de
un p-erio•do
el siglo XIX. La historia, básicamente, considera los cambios a lo largo
partlcular. Debemos investig del tiempo. Este libro ha tratado de aislar y analizar momentos impor­
ar por qué existían estas
ctrcmlst:anc
espec a�es y no basar nuestra
� s ideas acerca de estas ex . tantes a una escala mundial durante el largo siglo XIX. Los primeros
supos1c10nes o prejuicios. cepctones
cuatro capítulos demostraron cómo ciertas series de acontecimientos mun­
diales que se produjeron en determinados periodos históricos estaban
relacionados por su origen y cómo influían los unos en los otros a lo
largo del tiempo . Se da por hecho hoy en día que acontecimientos leja­
COMPARACIONES y VÍN
CULOS GLOBALES, 1780-191
4: CONCLUSIÓN nos a los centros de la economía mundial pueden tener un impacto muy
fuerte en la economía y la política de esos mismos centros. Las regiones
Este libro ha discutido la exc
epcionalidad occidental, pero . que parecen periféricas en la sociedad tnundial contemporánea, como
relatlvtsmo total. Ha llegado a '"'n
. bién él
. la conclusión de que, en a1gu la orilla oeste del río Jordán, los altos valles de Afganistán y Cachemira
to_s l'_llportantes, e1 noroeste de no s asr•eé;<,<
Europa era más dinámico polí o las plantaciones de droga de Colombia pueden, temporalmente, con­
nomtca y soctah�ente que el rest tica
«gran dJVergerr CJa» de Asia y Áfr
o del mundo a finales del siglo
ica a partir de esa fecha no fue
xv{¡¡ vertirse en epicentros de nuevos y potentes cambios históricos. Sin
�eSllltado del <<�racaso de los el • embargo, en lo poco que se ha escrito sobre la historia de la moderniza­
demás», ni tampoco de su acce
-
on y � las Amencas. Residía tam so al ción global, el enfoque siempre ha sido el <<auge de Occidente».
bién en una producción e oíst
cu.m . _:
. a En este libro he seguido a los pocos historiadores que han insistido
filos�f¡� la mvenuva, el debate
cta a a ora de matar a otros sere
público y, lamentablemente
s humanos. Este argwnen�o se
n �su en la naturaleza policéntrica de la globalización del mundo moderno y
.
constderar a Europa en el con basa su perduración en el siglo XIX bajo la superficie de la hegemonía de
texto de <<los demás». Sólo se
expresar tras sopesar las form Occidente, historiadores como Jack Goldstone30, John E. Wills II y
as de debate público, v¡·s1on corn
·
resiist�nieta patn·ouca que eran erc1' al y especialistas en el mundo musuhnán. Puede que en 1750 Europa y sus
comunes en Asia y África incl
� . "

te e _stg o XVIII y que luego se ' uso duran colonias americanas ya tuvieran una ventaja competitiva en ciertos
utili'zaron para 1a creación de su
-

. prop ia ámbitos. Puede que supieran explotar más efectivamente las revolucio­
nacton y sus mo ' d ernidades intelectuales .
. nes industriosas propias y ajenas en las producciones y el consumo loca­
Tomando otro eJ'emplo, es difle
il dud ar de que el libre
.
acceso a tie-
rras y mano de obra y la constitu les. Pero esto no significa que todos los cambios importantes se inicia­
ción descentralizada que promulga
ba ran allí. Los orígenes de los cambios de la historia global siempre fueron

554
555
CAMBIO, DECADENCIA Y CRISIS CONCLUSTÓN: LA GRAN ACELERACiÓN, c. 1890-1914

Estos filósofos también pon·


polícéntricos. No necesitarn os tanto reorientar la historia gl<>b'tl
,,¡, la modernidad global común de la época.
descentralizada. el problema de la corrupción administrativa, la pérdida de la
El capítulo 3 sugería que los primeros seísmos del sistema legitimidad de los reyes, la decadencia de la comunidad y el colapso
2 , el
ca y político mundial, que anunciaron la <<era de las re
•mlucion repentino de los medios de vida. Como sugerimos en el capítulo
tuvieron lugar en la India mogol y en el Irán de los safawíes, no reformador atlántico Benjamín Franldi.J.1 y el crítico social y religioso
s reli·
cta n1 �n las colonias an1ericanas. Y los acontecimientos de Asia indio Sha Wali-Allah utilizaban métodos filosóficos y tradicione
ca tuvreron un papel protagónico, no subsidiario, en impulsar bien distintas, pero los dos afrontaba n una serie de modernid a­
giosas .
frag10 de las naciOnes» global y los tipos de Estado que en1er¡gie des vinculada s. No !lene senudo de¡ar a Walt-Alla h en las filas de los
t(
la época revolucionaria. La derrota francesa en Egipto en «revisionistas religiosos» y ascender a Franklin al grupo de los moder·
li;nitó las opciones imperiales de Napoleón e, indirectamente, nizadores seculares. Ninguna de las dos categorías funciona muy bien.
yo a su derrota en Europa quince años después. Por el coJnt
radcJ Este tipo de análisis interactivo global de las coyunturas politicas y
rebeliones de esclavos ocurridas en el Caribe en 1790-1800 económicas es una herramienta histórica muy útil incluso para el si­
ron el ímpetu de las revoluciones europeas al consurrúr enormes glo XIX, un periodo en el que Europa dominaba el mundo. En la déca·
dades de dinero y de tropas británicas. Esto permitió que la da de 1990-2000, los historiadores empezaron a investigar las canse·
-
_i cuencias de la rebelión de 1848. Pero este libro argumenta que los
-

conflicto revolucionario se expandiera no sólo por Europa,


todo el mundo extraeuropeo, desde el cabo de Buena Esperanza impulsos generados en Europa por «la primavera de los pueblos», se
encontraron y se mezclaron con las consecuencias de otros dos aconte­
· ·

Java y la costa de China.


Los orígenes extraeuropeos de los mundos modernos de üc· _, cimientos globales extraeuropeos. La Rebelión Taiping y sus conse­
cuencias para el este asiático fue un acontecimiento histórico tan dra­
...

y «Norteamérica» también se ven en el ámbito económico. La


tencia a nivel mundial de la industria textil india fue uno de los mático como la Guerra de Secesión norteamericana, cuyo impacto más
nantes de la Revolución Industrial británica. La demanda y el general ha recibido muy poca atención incluso de los historiadores nor­
consumtsta afncanos la mantuvieron. Los conocimientos y las teamericanos. La combinación de estas crisis mundiales tuvo efectos
extraeuropeos desempeñaron un papel importante en el desarrolle profundos en el nuevo nacionalismo emergente europeo, además de
la ciencia, la filosofía y el cambio industrial de la Europa decin>orlónit reconstruir la naturaleza del dominio europeo en Asia y Africa.
Este libro mantiene que ahora es posible escribir una historia Otro ejemplo importante de los orígenes múltiples y vinculados de
ideas, una historia que reúna los orígenes policéntricos de la los cambios globales lo vemos en el caso del llamado nuevo imperialis·
ción ideológica. Los que participaron en los acontecimientos mo de la segunda mitad del siglo XIX . El capítulo 5 acepta el argumen·
1820 los entendieron dentro de un contexto de tradiciones to de que la rivalidad más intensa entre las grandes potencias europeas,
muy diferentes entre sí, o por lo menos en un principio. Pero armadas tecnológicamente, fue una razón critica para el salto hacía
muchas cosas en común, muchos vínculos. Los radicales delante de los imperios europeos a partir de 1870. El nuevo nacionalis­
· ·

jacobinos franceses y haitianos e, incluso, los «libertadores» holatldc,se! mo y el <<nuevo imperialismo» de la década de 1870 eran dos caras de
del cabo de Buena Esperanza se apropiaron del lenguaje de los la misma moneda. Las fuerzas más potentes de la globalización se inter­
chos del hombre y lo adaptaron a sus luchas particulares. El corJce¡'¡{; ! nacionalizaron. Las naciones-estado uniformes se convirtieron en los
to contemporáneo de «revolución>> del sudeste asiático, la idea grandes actores mundiales, subordinando bienes, pueblos e ideas a su
wahhabí de «renovación» y la idea china del fin del «mandato divinc�i ; control.
parecen originarse en tradiciones filosóficas muy diferentes. Pero inc:lnS;<l' x Sin embargo, el nuevo imperialismo también fue un fenómeno
en estos casos no deberíamos contrastar el secularismo radical occic!enta1 coyuntural. Nació de la colisión de diferentes tipos de causas. Hace
con el periodo religioso y supuestamente cíclico de Oriente y de runca• < tiempo, Robinson y Gallagher arguyeron que la gran expansión territo·
En el siglo XVIII, los pensadores de El Cairo, Delhi, Beijing, Edo y Soko•
..

rial europea en África y otras partes fue causada por la erupción de «cri­
to también trataban los problemas filosóficos y éticos provocados por sis locales». Su análisis se quedó corto al no ver que estas anexiones no

556 557
CAMBIO, DECADENCIA Y CRlSlS CONCLUSIÓN• LA GRAN ACELERACIÓN, c. 1890-1914

fueron el resultado de la debilidad y los fallos de «gobiernos co.rruptcts¡, cuestión de poder: ¿quién ostentaba el poder en el siglo XJX, cómo lo
nativos. Eso era simplemente repetir la idea victoriana. Más utilizaba y cómo afectaba a los pueblos?
patriotismo de Egipto, India y partes del sur y el oeste de África Incluso desde los mismos últimos años del siglo XVIII, los historia­
fue.la
causa, no sólo la consecuencia, de intervenciones y anexiones dores y teóricos llevan debatiendo sobre los orígenes de los dramáticos
más
directas por parte de las potencias imperiales en el siglo XIX. La cr•ed.enc cambios, una serie de cambios que consideran el carnina hacia la
te sofisticación y coherencia de los movimientos de resistencia modernidad. Algunos contemporáneos pensaban que los cambios eran

'">S:/•/.
dominación occidental en el mundo extraeuropeo creó una nueva el resultado inevitable de las fuerzas profundas de la sociedad y la
.
�;����fa ���;
de contenciosos en la historia europea. En buena parte,,, queda a mente humanas. Según Hegel y, a su propia manera, Comte, represen­
que los cambios lejanos de los centros aparentes de la e, taban la culminación de un proceso histórico mundial por el cual la
diat en la supuesta «periferia» africana y asiática, impulsaron a conciencia humana se volvería libre y soberana. Ernest Gellner31 vio el
metrópolis a la acción, a la modernización y al conflicto. periodo como el de irrupción de la modernidad, señalando a su vez una
Por último, esta perspectiva encaja bien con las interpretaciones de nueva concienciación de la relación entre el hombre y su historia. Según
la Primera Guerra Mundial. La «gran aceleración>> -el in•crem<onto los diferentes tipos de historiadores socialistas, desde Karl Marx hasta
dramático del ritmo de los cambios globales económicos, so·ciales .•·¡, Immanuel Wallerstein y Eric J. Hobsbawm32, ésta fue la época en la que
·
intelectuales a partir de 1890- desató una serie de conflictos en' rctrtn el capitalismo se liberó de las cadenas de las reglas arcaicas sobre la pro­
el mundo que, de repente, y no irremediablemente, se desc<Jnt:rolarori. ' piedad y las personas, para por fin sojuzgar a la mano de obra del pla­
en 1913-1914. No hay duda de que fue una gran guerra europea, neta. Otra perspectiva, muy popular desde la década de 1980, dice que
también fue una guerra mundial, sobre todo, una confrontación fue el dominio agresivo y racionalista del intelecto occidental, manifies­
dial entre Gran Bretaña y Alemania. Como muchos contemporáneos to en el proyecto calculador y clasificador del Estado moderno, lo que
admitieron, fue una guerra cuyos orígenes estaban en Mesopotamia . : .jt' ·
impulsó los cambios sociales en todo el mundo colonizado.
Argelia, en Tanganika y en el Cáucaso, además de en las fronteras Todos estos argumentos parecen ser válidos para algunas partes del
ca-alemana y ruso-alemana. En cierto sentido, Lenín tenía razón mundo en algún periodo de tiempo del largo siglo XJX. Este libro man­
do dijo que la Primera Guerra Mundial era una <<guerra b ' mf•eriali:stao•R tiene que, por su propia naturaleza, estas fuerzas del cambio tienen que
La rivalidad económica, política y cultural en los Balcanes, haber interactuado. No es útil distinguir el capital, el Estado o la ideo­
ca fue una causa importante de un conflicto de carácter i'nt<,rnaciional*' logía racionalista, como primum mobile. La industrialización sólo pare­
Pero no se trató de una simple acumulación de crisis diplomáticas ce haber tenido una importancia crítica para impulsar el cambio a par­
las potencias europeas. Más bien, estas luchas representaban los tir de 1850. Pero el ferrocarril y el barco a vapor ya habían creado una
flictos sin resolver de más de cien años de cambios sociales desiguales ' poderosa convergencia económica en todo el mundo antes de esta
durante los que los líderes de los estados multiétnicos, tanto de de:ntr•�.....� fecha. Un aspecto importante, si bien no el único de la <<era de la acele­
como de fuera de Europa, trataban de reorganizarse ante el decli1ié % ración>> que se abrió a partir de 1890, fue la presión generada por el rá­
político y económico y la aparición de la política de masas. pido crecimiento industrial de Europa, Norteamérica y, más tarde,
Rusia y Japón. Antes de esta fecha, las raíces del cambio socioeconómi­
co se encontraban en otro tipo de desarrollos. Fueron el auge y el decli­
ve de las <<revoluciones industriosas>> mundiales, los efectos de la <<gran
¿CUÁLES FUERON LOS MOTORES DEL CAMBIO? domesticación>> o la forma en que se adaptó el mundo a la producción
campesina y la gran expansión del comercio por mar lo que conectó
Nos faltan ciertos elementos en nuestra historia policéntrica y global de estos cambios discretos a lo largo y ancho de los océanos.
los vínculos y conexiones que llevaron a oleadas de acontecimientos El libro argumenta que las «revoluciones industriosas» euroameri­
caóticos. Primero hemos de considerar los orígenes. ¿Cuáles fueron las canas y sus equivalentes extraeuropeas se produjeron a pequeña escala,
causas básicas del cambio? El segundo elemento que nos falta es una pero fueron capaces de impulsar cambios persistentes que actuaban

558 559
c.
CAtvlBIO, DECADENCIA Y CRISIS CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACIÓN, 1890-1914

estados intervenían constantemente


bajo las superficies de la guerra y de la formación de estados La· centralizados y autónomos . Estos
a veces interrumpían. Muy a menudo a lo
ganización social del trabajo, la producción y el consumo ib ac,1."1íítfi en los cambios sociales, que
XIX, el principio del poder pareció haberse sol­
ñada de na vida cotidiana más asentada, una disciplina horaria y. largo de los siglos XVIll y

-
exp 1otac10n de 1os pequeños avances en la industria artesanal y tado de sus anclajes. Nader Sha,
los dos Napoleones , los grandes reyes
los conquistadores europeos de Africa a
de los recursos. Internamente, estos cambios fueron testigos de zulúes, el rey Jorge de Tonga y
taciones de poder y del deseo de
rición de bancos y usureros locales, cadenas comerciales en los partir de 1870 er�n meras 1;ranifes
que hay que constderarlos dentro
dos locales y un sector de servicios instruido. Externamente, dominar. Pero el libro trunbten aduce
es, tecnológicos e ideológicos. Los
el ritmo del comercio interregional e internacional. Los nenetlcJiariío: de un contexto de cambios social
ctos de la segunda fase de la
las revoluciones industriosas europeas consumían los productos constructores de estados fueron produ
respondieron a situaciones en las
tados por empresas que comerciaban con Asia o con las pümtaci< «revolución militar». Explotaron y
tropas superaba la capacidad esta­
que el coste del armamento y de las
y usaron el lenguaje de la confrontacton Y
esclavistas de azúcar y tabaco. Una población equivalente en _
potenció el comercio exterior chino, no sólo en sándalo y babosas tal de financiarlo. Adaptaron
nacional, agudizado por la guerra.
nas, sino también en té, algodón y opio. la exclusión religiosa, étnica y
rciales establecidas por las
Esta reordenación social fue, básicamente, un cambio de Expandieron su dominio por las rutas come
indus triales que marcaron el nuevo
vida y de valores, además de un cambio económico. revoluciones industriosas y, luego ,
rucció del Estado desarrollaron
n
jerarquia local y permitió que la gente de clase media conv<en<:ier:a a comercio global. La gnerra y la const
redistribución brutal de los recursos
pobres para que adoptaran su estilo de vida. Las élites locales su propio impulso al propiciar una
colonial y del europeo, que
recieron querían impulsar un estilo de vida más puro y re,guJlariiza< mundiales. La «elefantiasis» del Estado
posterior a 1780, reapareció
Esto fomentó una especie de «metodismo global» en el serrticlo había sido característica de la generación
amplio de la expresión. Además del metodismo en Gran Bretañ' en la de 1914 .
ta buscar una sola causa
Estados Unidos, esta búsqueda de la respetabilidad religiosa in<:lujlti• Por estas razones es demasiado reduccionis
crunbios globales del siglo XIX.
el pietismo alemán, el neocatolicismo español, el anglicanismo kr:to:<:lf!l1 -ni siquiera una causa principal- de los
«[>el:>etesx¡•.:(j, y el capitalismo, como htcre­
oeste de Africa, el nuevo budismo de sectas chino los Si empezanJos desde la industrialización
de finales del siglo XX, des­
Faraizi, movimiento surgido entre los granjeros mdo-mus•ulrarules::i!,il!.i ron los historiadores marxistas y socialistas
los cambios . .Si miramos el
productivo delta de Bengala oriental. Can1bios de este tipo cubriremos inevitablemente que impulsaron
a, como hacen, irónicamen­
contribuyeron al crecimiento de la gubernamentalidad a nivel Estado occidental , exclusivista y racionalist
causa principal de los cambios.
Estas gentes metódicas y trabajadoras querían utilizar las formas te, los «fragmentistas», nos parecerá la
de los can1bios producidos por
de las leyes y de la autoridad estatal para controlar a los va¡,abundo¡ En realidad, la clave es la concatenación
micos e ideológicos a distin­
nómadas y pastores y para asentar sus derechos a tierras y su ae<:esóYo la interacción de cambios políticos, econó
mercado. Querían agua corriente, alcantarillado, enseñanza y cotltrt)l a entre Europa y el resto
tos niveles. Ésta explica la gran divergenci
la gran aceleración del conflicto
sanitario. Esto impulsó el lento crecimiento del «estadismo» o gnlbettmí.� del mundo a principios del siglo XIX y
mentalidad. Fue la <<tercera revolución>> que mencionan1os en el ca¡>ml'. y del cambio social a finales.
lo 3 , muy poderosa en Europa y en el mundo anglohablante, pero
réplicas y conexiones globales. San1uel Smiles, el apóstol victoriano
la autoayuda, se convirtió en un «noble comerciante» y en un «n<)bJe<.<:
campesino» al disfrazarse de japonés y recordar sus más perdurables EL PODER EN LAS REDES GLOBALES E INTERNACIONALES

éxitos en ese país.


Mientras que las revoluciones piadosas e industriosas establecieron Como implica el anterior epígrafe, uno de los problemas de una histo­
un nivel básico de cambios, El Nacimiento del Mundo Moderno ha d s . e• ria que trate de explicar los vinculas globales y los orígenes múltiples
crito el papel desempeñado por los estados nacionales e imperiales más del cambio es lo difícil que es integrar el poder. Poner el énfasis en las

560 561
CAi'vlBIO, DECADENCIA y
CRISIS
CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACfÓN, c. 1890-1914
redes y las interconex
pueblos puede pareceriontratesarentdereocu las diferentes culturas y s
inio del o� a desmoronarse en el mundo _ colonial. En India y China, no ocurrió
raclsta , de los europeos y norteamericaltarnosel, ladom car hasta la década de 1930; en Africa, entre 1950 y 1970; en el mundo
tante del periodo para los pueblos extraeuropacte eos
rísti�a me:�as lffit:>ac�; soviético, en la década de 1980, y también en el mundo latinoamerica­
muebos hístonadores. Las interconexiones y redes y ambten 1 ., no cuando los grupos nativos e indígenas hicieron su aparición. Las
la ogo y compromiso, no de clommío. Por contra lasparecen na n!arl'le.
d"l ·

enormes diferencias de renta per cápita y de satisfacción vital entre el


del penado que se centran en el poder y el dmn i�IO mt:er_p_retacione� «Norte» y el «Sur» persistieron en el mundo contemporáneo, empeora­
con frecuencia umdÍ!l1ension ales ta�breo p arec:en das por la guerra y las enfermedades. Sin embargo, el dominio político
Est
· o p aso• con 1as teonas del
mundo de las década de 1960 y 1980, que a veces par srstterril!. y la hegemonía ideológica de Occidente eran muy inestables. Incluso en
�etra;ar fl �uge del ssrst eCi an su apogeo del últÍI11o tercio del siglo parecían vulnerables y frágiles.
XIX
emas a a asura concepem a caprtalista mundial, relegando rt:>rse:á : llnl

la «periferia>> o de la < S<,n;:i"pe;:�:::�,:;;;.' En parte, esto se debió a que se sucedieron constantes rebeliones popu­
Tambren_ . ocurre con. algunastuahistl de lares menores contra la explotación que pusieron permanentemente a
�ue susu;uyen el rn;perialismo oria eco
s culturales poseo1oru"al'es del
prueba las formas más débiles de dominación política y económica, Los
egemoma racronalista blanca, a lanóm rco occidental por lael aug"'&'u e d·"'�"'
·

e grupos dominantes no podían mantener el poder cuando la resistencia


que acu san de rele gar e s
lo no occrdental -los
perifena conceptual. Elvaloduareslrsm comunrtarios y de la diferenc�. a-t:nc"Ja a
d� popular se aliaba con las críticas externas por parte de grupos disiden­
o <<Occidente». y <<no Occidente» se tes o de las clases medias. Incluso durante el apogeo del nuevo Estado,
expresa
. cultural en vez de económ del Íll1perio europeo y del dominio del capital, el mito de la resistencia
d escnpc10n y no un análisrs históricicam
. �

o.
ente. Baslcamente' esto es
Exp lica algunas cosas, pero popular se extendió por el mundo, Acabaría siendo una Í111portante
muchas. fuerza política.
Este libro ha demostrado que es posible describir el Sin embargo, había otras razones de la vulnerabilidad de la domi­
mononlco como una com
tras que, a su vez, se acepta pleja telaraña de conexiones lobmualendo de .t .­
Cl� nación occidental y del triunvirato de la monarquía, el capital y las de­
eras en Europa. Las redes de influencia que aseguraron la cooperación
ella. �e sugeirdo que, en parte,la vas ta diferencia de pod:r inhe:�nm eu
la capacidad de las empre o la aquiescencia de los grupos subordinados bien pudieron haber sido
sas los �n capaces de mantener a medio plazo el dominio y la hegemonía intelec­
� e r
��::r�� ::.�e���::! ��:;�J� ���:sfe�t::�:i�: �ut a d
te srg o. No es lilla teoría de colaboración sino
W1 : �
� � � �an�e� tual de los nuevos grupos gobernantes, Pero también posibilitaron el
goteo y la transferencia de poder y de habilidades intelectuales de las
������� �:�soldados de caballería afganos t �abaja:::,� p ::�l ���'!; s b.

élites a los pueblos sin poder. Irónicamente, las doctrinas del poder y de
as 0nen ales porque era la única opc10n que teman ;: la resistencia y las técnicas europeas para la movilización de recursos se
mantener su honor su tfam y su vid N fu r e��endie:anparnia combinaron fuera del núcleo económico desarrollado del mundo con
·

ap�obaran l�s acti�idades ilia


· '

de los avar��ios�s :u�� ��: las ideologías locales y crearon poderosos híbridos que empezaron a
�hint" �rabaJaron bajo protecc holandesa en la; Indias ��:�::s subvertir el dominio europeo.
o .o lcter�n porqu� se <<venión Este tipo de transferencia ocurrió por varías razones distintas en
�:s smclus� srglos, tuvreron muydiepocrana >>ideala col de
onialismo. Durante déca� diferentes dominios, En el ámbito económico, la misma naturaleza de
aJÍ mo. e vteron Incorporados a un vastolosrsque . temasigndific aba el . -
comercial por la disponibilidad de p1ata,, b'renes y pro e_ _ exp . 1otaccolorón la contabilidad capitalista y la racionalidad económica buscaban cons­
tantemente <<desplazar» los costes a las zonas más pobres del mundo,
da el pode r ho1a�des, �tlue la naturaleza parasitaria y <<en teccron que ofre­ Era más barato emplear a sicilianos, corsos, irlandeses, argelinos, indo­
. ,
domi nacron occr ent o que le otorgaba tanta fuer redada» de la chinos o filipinos en las fuerzas armadas y en las estructuras administra­
explotar un enorme conjunto de redes y aspiraciones za al unificar y tivas de los territorios coloniales que contratar a franceses o norteame­
Con la excepcroo ' de Japon, hasta algunos años desvia pué
bles
s del final del ricanos, por ejemplo, Se reclutaron asiáticos y africanos para los
pen,odo en que se centra este libro, la dominación
·

órganos gubernamentales, donde adquirieron nuevas habilidades, En el


europea no empezó ámbito político, los conflictos domésticos de Europa y Estados Unidos
562
563
CAMBIO, DECADENCIA Y CRISIS CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACIÓN, c. 1890- 1 9 1 4

rompían constantemente la hegemonía y el dominio. Abrían peq


ueñas REPASO A LA DISCUTIDA UNIFORMIDAD
pero importantes oportunidades para que los nacionalistas colo y A LA COMPLEJIDAD UNIVERSALES
niales
de élite se pronunciaran y, más adelante, para que también lo
hicieran
los portavoces de los pueblos marginados. Por ejemplo, las
batallas Además de analizar el origen del cambio global. en el siglo XIX, este libro
mantenidas en Francia por la derecha católica y la izquierda repu
blica­ ha tratado de demostrar cómo afectó el cambw a la manera de vivir Y
na, o por los liberales y los conservadores en Gran Bretaña, o
por los organizarse del ser hwnano. Uno de los temas claves de e� te libro es

protestantes y los católicos en todo el cristianismo creaban posib
ilida, com0 ' a lo largo de un corto espac10 de Clento cuarenta anos, la gran
des retóricas y contradicciones ideológicas. Los activistas in variedad de sistemas sociales, económicos e 1'deo1�" g1cos de1 mundo se
dígenas .
rápidamente las explotaban, denunciando a los misioneros por ign vio limitada por una rampante w1iformidad. Al mismo tlempo y para­
tes y a la administración, por hipócrita.
oran­

dójicamente, la mayoría de las socieda es hwnanas mostraron una
En el mundo de las ideas, las consecuencias no intencionadas mayor complejidad dentro de esa hmnacwn.
de la
expansión imperial fueron patentes. Si estos vínculos hadan que
los
intelectuales de las colonias crearan mansos «discursos deriva
dos>>
también les ofrecían la oportunidad de diseccionar las ideologías
ocd:
El Estado unz/orme
dentales y descubrir sus incongruencias) para después crear nuevas
ideas híbridas que atraían a la gente local y al mundo. Los profesores Esto quedó patente en el caso de la naturale�a del Estado. Muchas
de las formas complejas de soberanía que habian existldo en 1780 se
un
panislamistas Jama! al-dio al Afgani y Muhammad Abduh crearon
híbrido de mucho éxito. La mezcla que hizo Gandhi de la estética habían amalgamado, habían desaparecido o se habían converudo en
de
Ruskín y el comunitarismo de Tolstói con los discursos indígenas sobre meras ceremonias. Los príncipes alemanes o malayos, por . eJ�mplo,
la swadnhi (<<industria doméstica>>) y el «artesano bueno>>, produjo un todavía existían en 1914, pero la administración los había as1n1ilado a
potente híbrido que relegó moralmente a los británicos a un segundo

federaciones 0 entidades regionales. También habían trata o de estable­
plano, hasta que se logró la independencia en 1947. La inserción en el cer con claridad cómo afectaban los poderes de esos prmctpes a sus
sistema imperial creaba nuevas conexiones. Antes del comienzo del vecinos y a las autoridades de rango superior. L �s histonadores siempre
siglo XX, irlandeses relativamente privilegiados y sin prejuicios raciales han pensado que este cambio se produjo de arnba-aba¡o ' con el Estado
.
habían contratado a portavoces indios y egipcios para sus campañas a imperial 0 nacional tratando de eliminar el sistema antenor po; ;azones
favor del autogobierno . Esto <<internacionalizó>> estos nacionalismos y de eficacia militar y estatal. Pero más importante, como dma Ma."
permitió a sus ideólogos conocer nuevos ejemplos y nuevas analogías. Weber, fue el espíritu racional que imbuía estas nuevas estru;:turas poh­
ticas. Daba igual que el gobierno rep;esentatlv� o la Ideologia hberal se
hubieran arraigado; siempre prevalecian los ob¡euvos del contable Y del
De w1a manera más dura y dramática, los conflictos entre las poten­
cias europeas crearon «oportunidades» militares y polítiCas gracias a las
administrador.
cuales los líderes asiáticos, africanos y latinoamericanos pudieron
En 1780, la mayoría de las sociedades eran gober nadas por grupos
ponerse en acción. El nuevo Japón, por ejemplo, se aprovechó del pro­ ;
de nobles, clérigos o jueces formados a la manera ;:Iasica. HaCia 1914,
longado duelo mantenido por Gran Bretaña y Rusia. Al mismo tiempo, .
varias ciudades chinas tenían cuentas y contables pubhcos En el Impe­
la idea de «Asia para los asiáticos>> animó a la armada japonesa a buscar Y
rio Otomano había sistemas de policía y auditorías mumcipales, las
apoyo entre los pueblos asiáticos colonizados para su lucha contra el
ciudades sudamericanas eran regidas por juntas de abogados en vez de
ejército imperiaL i?
por gobernadores reales o por sus sucesores, los caud os. Todos l�
s
Un entendimiento adecuado de las redes globales políticas, comer­
países, incluido Afganistán, habían censado a la poblacion y la mayon.a
ciales e ideológicas puede explicarnos tanto el ejercicio de la dominación
intentaba recaudar impuestos directos sobre la renta en vez d� las antl­
imperial occidental como los principios de la fragmentación, que se hi­
guas tributaciones sobre las tierras. Pero ahor.a la gente tambien espe­
,
cieron ya patentes antes de 1914. raba recibir del Estado algo más que proteccion y hc>nor, que eran lo
que habían ofrecido los gobernantes ciento cuarenta anos antes. Ahora,

564 565
c.
CAMBIO, DECADENCIA Y CRISIS
CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACIÓN, 1890-1914

privilegi�­
normas comunes, sobre todo entre los
incluso los territorios coloniales, en los que millones de personas n a blaíl:t ,o; lentamente haci a unas attl­
muerto de hambre en el siglo XIX, tenían sus <<protocolos esperanza de la intervención divina son
dos. Por supuesto, la fe y la nues ­
n una gran dive rsida d. A lo largo de
nas>> para salvar vidas, por muy ineficaces que fueran en la prácflea, El butos hwnanos que presenta eroso s
., . . en vísperas del 1900 , flore ciero n num
concepto de educac10n pnmana y secundaria nacionales había arra1gac ·
tro periodo, y sobre todo en
.
do en to das partes, s1 b'1en la mayoría de los agricultores no podl'an per. ultos local izados y cree ncia s místicas descentrahzadas, mcluso
de un cham án tra­
eociedades de larga tradición
ición
mitirse que sus h IJOS cristiana. La apar
.

. fueran a la escuela todos los días .


· ·

un
la Rusia ortodoxa moderna es sólo
.
Desde la década de 1980, un tema constante en los estudios h'lsto- , � icional, el mon je Rasp utín , en
adoptar u� racio nalis mo agn_ ó tico,
·
ncos y antropo¡og1cos ha si do la resistencia al Estado, sobre todo a ejemplo sorprendente. En vez de

. Ame nca adoptaron relig10nes
.

iosos de Euro pa y de
controlados por extranJeros. La mayoría de estos textos insisten en los líderes antirrelig del
popular e influyó en el desarrollo
persistencia de las identidades múltiples, en la resistencia diaria alternativas. La teosofía era muy cost a
iana tuvo mucha influenci a en la
el terrateniente o la administración y en las numerosas rebelioneS arte abstracto. La ciencia crist ucía en
en el momento en el que se prod
aun' ha b'la en 1914 contra nuevos impuestos o levas que se co11si•Jer·aba11 este de Estados Unidos, justo es teo­
científica. Flore�ieron las a�ocíacion
v10lac10nes de la economía moral. Desde luego, los sargentos reclutado.. el país la segunda revolución , ­
uso en socredades ng1damente regu
res de 1914-1916 se encontraron con resistencia y revueltas en Africa, sóficas y las logias masónicas. Incl d e
ron prácticas esotéricas y formas .
Egipto e Indochina. Incluso en la guerra europea, los hombres no ladas como las islámicas, aparecie ­
ar que con la llegada de la moderni
sacrifkaban ante los rifles y las bayonetas con la alegría que describ =� adivinación mágicas. Se suele pens
do en textos triunfó sobre el sufis
mo eso­
las antrguas h1stonas patrióticas. No obstante, el hecho de poder movi­ dad el islamismo austero basa las rutas
mo siguió avan zand o por
hzar a 50 m11lones de hombres jóvenes de todas partes del mundo con. térico. Pero, en realidad, el sufis insta ló
' y del sudeste asiát ico, don de se
tarlos, equipados, alimentarlos y desplegarlos en el campo de b atall migratorias del norte de Africa ades
umd
durante cuatro años es una poderosa prueba del alcance de las comunj � con fuerza en las escuelas trad
icionales de las nuev as com
ahariana, el auge del cristianismo
se
cac10nes y de la fuerza moral y material del Estado moderno. musulmanas. En el Africa subs
med iaba entr e los
En la década de 1780, la «resistencia» había sido una especie de taba a las jerarquías y
debía precisamente a que se ajus des­
ador ación, por así decirlo, estaba muy
gallinita ciega que se jugaba contra los gobernmtes, un asunto de nego· cultos locales existentes. La
ciar, luchar y perder o ganar el favor de la corte. Incluso las revueltas de centralizada. to
la fe religiosos se h�bieran vuel
campesinos no eran unilaterales, ya que los nobles necesitaban a los cam­ No quiero decir que el culto y
sí que incluso estas manife�tac10 nes de
pesinos para cultivar sus tierras. La <<deserción>> o la huelga de campe� rígidamente homogéneos. Pero
que confront�r y pos�cwnarse ante
sinos solía conseguir una reducción de renta o de trabajo tanto como la religión descentralizadas tuvieron vez
debra ser la rehg10n, unas rdeas cada
,
quema de aldeas y las ejecuciones. Hacia 1914, el patrón de agitación una serie de ideas sobre lo que oner os
de élíte, las escu elas y los misi
campesma y todavía más de la agitación de la clase obrera venía marca­ más uniformes. Los creyentes ahor a se
de conducta y de cree nci que
do por las reglas abstractas y por las estructuras del Estado . Florecieron habían ido proclamando reglas �
a1sla das
es. Incluso las pob lac1o nes
partidos nacionales de campesinos cuyos líderes politizaron protestas fueron difundiendo por todas part las
amé rica, que acab aban de entrar en contacto con
que antenormente se habím resuelto gracias a la generosidad de los de Melanesia y Sud les q e
gos de mo�imientos espi ritua �
nobles, o a base de castigos salvajes. religiones mundiales, fueron testi _ s del cns­
ales y los nruales umf orm
adoptaron los cultos congregacion �
gran des siste mas rehg 1oso s tamb1en estaban
tianismo y el islam. Los y tam­
«Fes» a discusión más autoritarios con sus fieles,
más claramente definidos, eran s porq ue
o, parecían estados o imperio
bién más burocráticos. De hech L El
si se tratara de un dogr;'a espiritua
Otro proceso social relacionado, que malizamos en capítulos mteriores imponían la fe patriótica como s de
C tólica Rom�na saho de la cns1
fue la consolidación del concepto de religión. Este proceso signific Ó capítulo 9 sugirió que la Iglesia �
qura mterna mas fuerte. A med
1da que
que las teorías y las prácticas religiosas de todo el mundo convergieron mediados de siglo con una ¡erar

567
566
c.
CAMBIO, DECADENCIA Y CRISIS
CONCLUSIÓN : LA GRAN ACELERACIÓN, 1890- 1914

el radicalismo, el socialismo y ese híbrido tan sospechoso, el socialismo de las herramientas intelectuales y burocráticas de la masacre ya estaban
cristiano, se fueron revigorizando en vísperas de la Primera Guerra forjadas en 1914.
Mundial, el Vaticano y las jerarquías nacionales se reunieron para cen"
surar y suprimir las desviaciones que no aprobaban. Hubo problemas
graves con las autoridades seculares de Sudamérica, Francia y Alemania
La economía global y el capital internacional
entre 1900 y 1920. En Polonia, el catolicismo revitalizado fue determi­ midad en los pro:e·
nante para el avance del nacionalismo que acabaría con la separación Este libro también ha descrito una creciente unifor
a sus medíos deproduccwn,
del país respecto del Imperio Ruso y de Alemania después de la guerra; sos sociales delinlllldo económico. En cuanto
les, que prevalec1an en _1780,
Los nacionalismos coloniales y el resurgimiento chino también uti' las sociedades agrarias, nómadas y foresta
nes de produccron ,;o·
habían sido uniformes. Sin embargo, las relacw
!izaron la religión en su lucha contra los extranjeros y esto hizo que el multltud de pequenas
ciales, la variedad de lo que se producía y la
islamismo, el hinduismo y el budismo se volvieran más coherentes y rado esta umformrdad
zonas ecológicas semi-autónomas habían fractu
combativos en opinión de sus fieles. En India, los años prebélicos vivie­ parte de esta vanedad ha·
en un enorme mosaico. Hacia 1914, la mayor
ron un acercamiento entre el hinduismo modernizado de la Asociación cazadores y trashwnantes
bía desaparecido. Los pueblos recolectores,
Aria y el hinduismo neotradicional de las Asociaciones de la Religión de las grand es regron es. En algunos casos,
habían sido desalojados
Ancestral. Ambas tradiciones habían creado textos más normalizados Amér icas, los puebl os había1 1 sido masacr�dos
como en el Pacífico y las
para competir con la Biblia y el Corán. Pero basaron sus objetivos en el fermedades en una repli­
por los invasores blancos o diezmados por e� _ ola del srglo XVI
símbolo común panhindú de la Madre Vaca. El panislamismo sería pro­ cada por la conqw sta espan
ca de la devastación provo
movido por el Imperio Otomano durante sus últimos ru1os, 1907-1917. y el_ este de Asra y en
en Latinoamérica. En otras regiones, como el sur _
Los herederos predicadores del jeque Jama! al-din al-Afghani también y nomadas se hablan
zonas de África , los antiguos pueblos «tribales>>
ofrecían una fe más resuelta, militante y proselitista. El nacionalismo segreg�rse, hasta c�n:er­
visto obligados a asentarse como aparceros o a
que despertó la llegada de la guerra al norte de Europa y a la Nortea, de ma11o de obra emigrante. La úluma
tirse a la fuerza en una bolsa
mérica protestantes fue testigo de una vuelta a la religión por parte de de los puebl os nativo s tuvo lugar entre
serie de guerras de resistencia
la clase gobernante. Y, a partir de la década de 1 880, hubo un renaci­ la, los siux, los maorí es, los ndebele Y
1850 y 1880: los santals de Benga
miento cristiano en las grandes ciudades obreras. El proselitismo inter" contr a el invaso r blanc o, un l�vasor
los métis de Ca11adá batallaron . . p10 del
no y externo fueron de la mano. En Gran Bretaña, el nuevo movimien· arril. Sin embar go, a prmc1
armado con un arma letal: el ferroc �
siglo xx, todavía ardían las ascuas de la resiste
to antiesclavista de 1890 contra los abusos en el Congo belga fue ncia, hasta que la silvrcul­
golpe de gracra. En. 1899
promovido por las iglesias metodista y baptista de las clases media-baja tura científica y la policía racial administraron el
y obrera. Se convirtió en el mayor movimiento de reforma moral de tribal en el centro de la Indra, un
se produjo una importante rebelión
finales del siglo, comparable con el movimiento abolicionista origin al. califa en Omdu rman, Sudán. En la
año después de la última batalla del .
aron la revuel ta del Rif y los alema·
La creciente uniformidad de la religión como doctrina y como árbi­ década de 1900, los franceses afront
luego, los elementos de
tro de las prácticas morales entraba a veces en conflicto con las creen­ nes la Rebelión Maji Maji en Tanganil<a. Desde
cias sobrenaturales desorganizadas y desestructuradas. La mezcla de las o que les represent�ba, por un
equilibrio entre los campesinos y el Estad
da , por otro, hahran cambra·
imposiciones estatales y religiosas sobre el cuerpo y la mente perjudicó lado, y los recolectores, cazadores y nóma ;
Los úlum os se vreron relegados
a los grupos minoritarios. Así, el periodo prebélico fue testigo de una do a favor de los primeros hacia 1914.
presión inexorable sobre las minorías judias de Rusia y el este de Euro­ al cuidado de antropólogos y coleccionist as.
a la de 1780. Las
pa, aunque los cambios sociales trataban de asimilarlas. Antes de 1914, La sociedad campesina también era muy diferente
pobre za. Sin embargo, hasta
las relaciones sociales armoniosas entre los armenios musulmanes, judíos únicas constantes eran la hambruna y la
la
y cristianos también se rompieron. Los pogromos y ge11ocidios de los éstas habían cambiado, al sustituir a los desast res � :rales como
at'
tos arufic ral, creada por
años treinta no fueron consecuencia inevitable de estos acontecimien­ sequía y las inundaciones, la escasez de alimen
las áreas del mundo
tos; la guerra y la recesión también tuvieron mucho que ver. Pero algunas un mercado dominado por el dinero. Hacia 1914,

568 569
CAlviBIO, DECADENCIA Y CRISIS CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACIÓN, c. 1890-1914

un mundo aparentemente más uniforme a principios del siglo XX. Por


campesino dominadas por los cultivos comerciales y por
anr,
la cría de
males que importaban su propia comida habían crecido '

de modo o otra parte, las sociedades eran más complejas y más variadas dentro de
c c
siderable. La expansión del ferrocarril entre 1860 y 1880
fue seguid �e
los limites de la uniformidad. En 1780, un pequeño grupo de nobles ,
una consolidación de los grandes compradores de producto
En los primeros años del siglo XX se incorporaron enorme

s agríe ] sacerdotes e intelectuales dominaba a un enonne número de campesinos
s áreas �· y artesanos. Hacia 1914, la situación era mucho más compleja. Unos 100
de Estad e
producción de grano de Rusia, Argentina y el medio oeste millones de personas de todo el mundo eran trabajadores industriales
Unidos. Los terratenientes habían pasado de ser unos nobles
dales con derechos y tributos extralegales a convertirse en
semife �: "" "'
· '"""''
que hacían uso de diferentes tipos de habilidades que eran más comple­
mentarias las unas con las otras que genéricamente comparables. Había
líderes de · · ·
enorme comercio agrario, justo cuando la economía salía de surgido un enorme número de cuerpos y colegios profesionales de espe­
la re<:esión_
de las décadas de 1870 y 1880. Además, la expansión del
telégrafo y cialistas. Éstos eran parecidos en todo el mundo, aunque con variantes. En
la marma mercante tras 1900 ajustó los precios en todo el China, los descendientes de los antiguos mandarines eran abogados, con­
mundo .
La uniformidad se expresó con más fuerza en el mundo tables, editores de periódicos, cirujanos, farmacéuticos y profesores uni­
industrialic
zado. En las décadas de 1890 y 1910 hubo un incremento en
la produce versitarios. Las nobles cunas ahora tenían que complementarse con una
Unidos y Ale­ profesión especializada y el acceso reglado a W1 colegio de especialistas.
ción industrial. Reflejaba la transformación de Estados

s y .el
mania en las primeras sociedades capitalistas corporativista
La gente segtúa leyendo los dichos del Profeta, las Analectas de Confu­
aumento de la producción de acero y hierro y de productos
textiles etí cio y los clásicos en griego y latín, pero su profesión les obligaba a
» en la
los países pobres. La Rusia del conde Witte empezó a «despegar
aprender nuevos corpus de conocimientos, supuestamente objetivos, en
y Siberia
década de 1890 cuando los productos baratos de Ucrania
numerosos subcampos.
empezaron a alimentar su industria. Como parte de su
proyecto de Si el Estado y la nación habían crecido enormemente en sus reivin­
industrialización militar, la producción industrial de Japón
sobrepasó el dicaciones y aspiraciones durante este periodo, los medios para desple­
1 % de la producción industrial mundial por primera vez en
1897. Los gar el poder se habían vuelto más complejos y más con<licionales. Los
regímenes del siglo XVIII contaban con me<lios sutiles para influir en la
en;.presarios asiáticos de Bombay, Shangai y Alejandría empeza
ron, pqr
textiles que
pnmera vez, a recuperar parte de los mercados internos
opinión de sus súb<litos más importantes. Se habían inmortalizado a sí
habían perdido a manos de los extranj eros. Londres y Nueva
York, los mismos como monarcas universales, protectores de la fe, encarnaciones
grandes centros financieros del mundo, recibían enormes cantida
des de del país o promotores del saber. En Europa occidental y las colonias de
fuen­
capital especulativo a medida que los inversores buscaban nuevas
Norteamérica, donde los medios impresos se utilizaban a gran escala,
tes de beneficios. A me<lida que se acentuaba la rivalidad diplomá
tica los aristócratas competían por el poder dentro de las administraciones
les e
entre las grandes potencias a partir de 1898, los gobiernos naciona
reales y se servían de las herramientas de la crítica pública, las burlas, la
imperiales intentaron fervientemente fomentar el interés de los
bancos sátira o el rumor para anular a sus enemigos. Pero incluso en los reinos
icos. El
nacionales, las empresas industriales y los emigrantes económ
de África y Asia, las muy probadas formas de debate entre la clase diri­
hecho de que Gran Bretaña y Francia empezaran a perder progres
iva­ gente podían legitimar o derribar a los gobernantes. Los déspotas, tanto
mente sus esferas de influencia económica en favor de Aleman
ia Esta· ilustrados como orientales, nunca fueron tan absolutistas como han
dos Unidos y Japón contribuyó a que aumentara la tensión en
S�dáfri­ sugerido sus caricaturas. Hada 1914, sin embargo, había cien veces más
ca, el Lejano Oriente y Oriente Medio.
periódicos que en 1780, y en una enorme variedad de i<liomas. También
había florecido una industria editorial de libros de tiradas masivas que
derrotaba incluso al más riguroso de los censores.
Las nuevas profesiones y la opinión pública internacional La aparición del público a finales del siglo XVIII y principios del XIX
interesó mucho al sociólogo alemán Jürgen Habermas. Los historiado­
y
El auge del Estado, la generalización de los conceptos de religión na­
res emplean el concepto del público desde la década de 1960. La última
ción y la paulatina expansión de la economía capitalista habían
creado generación ha sido algo escéptica con el «gran relato>> de la aparición de

570 571
CAMBIO, DECADENCIA Y CRISIS CONCLUSIÓN: LA GRAN ACELERACIÓN, c. 1890-1914

pero
una 111asa de comentarios críticos «entre» el Estado y la sociedad, Esta mayor complejidad, dentro de las limitaciones de la uniformi­
han hablado de ambos. Para algunos autores, lo más importante dad global, parece típica de la vida intelectual de comienzos del si­
era
quién quedaba excluido del público: las mujeres, los pobres, las mino glo XX. En 1870, las ideas se integraban en un cuerpo de conocin1ientos
.
rías étnicas. Para éstos, el público ha resultado ser poco más que un tér­ tradicionales. Los sabios y los administradores de China que trataban
mino verborréico creado por la élite burguesa para ocultar y reflejar de renovar los sistemas de observación empírica se vieron obligados a
su
poder. Las críticas aparentes no eran más que un truco. Otros histor demostrar que sus ideas eran sólo aspectos reínventados del pensamien­
ía�­
dores afirman que el público nunca existió. Todo lo más era un ruido to confuciano clásico. Cuando los científicos islámicos trataron de asi­
cacofónico de diferentes discursos mutuamente incomprensibles. De milar las nuevas teorías cosmológicas europeas, tuvieron que validar los
hecho, cuando hubo debate, dicen, sólo sirvió para acallar y sojuzgar. cambios con la excusa de que la «ciencia griega» siempre había estado
más a los que no tenían poder. Este truco político se utilizó al máximo presente en el pensamiento islámico. Durante la última generación, los
en las llamadas democracias, donde los poderosos intereses creados historiadores han sugerido que el avance hacia la modernidad fue par­
aparecían sólo para limitar su poder en respuesta a los deseos del elec' cial y ambiguo, incluso en Occidente. A pesar de la revolución filosófi­
rorado. Uno de los problemas más ampliamente reconocidos con las ca de la Tiustración, la mayoría de los pensadores de Europa y América
formulaciones de Habermas y sus discípulos es que analiza el concepto creían que revivían la época clásica o que hadan avanzar el uso del don
del público como el de nacionalismo, como si se extendiera de Occidente de la razón que Dios había concedido al hombre. Por decirlo de otra
a Oriente y sur. Lo presenta como otro de esos grandes regalos que hí­ manera, los pensadores seguían buscando la perfección de la tradición.
cíeron Europa y Norteamérica a los demás. Como ha reiterado John Pocock, la filosofía que nutrió a los padres fun­
Sea cual sea el problema de conceptos como opinión pública y pú· dadores de Estados Unidos, con todas sus consecuencias revoluciona­
blico movilizado, la aparición de una representación articulada de lo rias, era una versión aumentada del rechazo wbig del Estado grande y
que los políticos consideraban la opinión <<pública>> o <<nacional>> fue de la corte corrupta, un odio que todavía acechaba en Gran Bretaña.
sin duda, una característica del siglo XIX. Los déspotas nunca fuero � Irónicamente, el descubrimiento de la historia como método esen­
absolutos. Siempre estaban sujetos a la opinión de los religiosos y los cial para explicar cualquier fenómeno, tanto natural como humano, fue
funcionarios públicos y a los rumores en los mercados y bazares. Pero el cambio más revolucionario del siglo XIX. Las ideologías contemporá­
ahora era posible articular una enorme cantidad de rumores e intereses neas eran generaLnente historicistas y cada vez más evolucionistas. Al
especiales a través de periódicos, libros y debates públicos, en todas las vincular el mtmdo con el concepto de la historia, los historiadores
sociedades importantes del mundo. Incluso en los paises donde las elec• pudieron también pensar en una historia futura, en el progreso de las
dones eran plebiscitos controlados por el Estado, el zar y el káiser, se especies, de la humanidad, de la raza, de la nación, de la religión. Los
tenía que controlar y manipular lo que se entendía como «opinión pensadores ajenos a las academias filosóficas y científicas europeas no
pública>> de una manera que no había hecho falta en tiempos de sus tuvieron ningún problema a la hora de crear una leyenda histórica para
antepasados. Incluso los gobiernos coloniales, al proclamar las virtudes sus propias culturas. Para los hindúes, Rama, una presencia luminosa
de su ayuda a los pueblos sojuzgados, de vez en cuando tenían que en los escritos sagrados, se convirtió en un personaje histórico real. De
hacer caso a la «opinión nativa>>. Hacia 1916, el virrey de la India había igual modo, para los etíopes, la legendaria figura del rey Salomón se
abandonado el comercio del opio y había modificado el sistema de tra­ convirtió en el padre fundador de su pasado histórico. Pujantes escue­
bajo obligatorio en respuesta a las demandas de intelectuales chinos e las indígenas de exégesis de los textos sagrados, de arqueología dinásti­
indios, además de a las de los liberales europeos. En la misma época el ca y de medicina impusieron métodos occidentales de representación a
káiser Guillermo de Alemania tuvo que apaciguar a los periódicos libe• las tradiciones no occidentales, tanto vivas como inventadas. A finales
rales y socialdemócratas que atacaban su política exterior. Más que un de siglo, la teoría histórico-racial tuvo su apogeo. Muchos teóricos pre­
tirano inestable, parece, en las últimas historiografías, un gobernante dijeron que habría una «guerra racial» y no todos preveían una victoria
que tratara desesperadamente de mantenerse a flote entre las corrientes de los arios blancos. Los filósofos indios dieron la vuelta a la teoría dar­
de una poderosa opinión pública. winiana, prediciendo que sobrevivirían los más espirituales.

572 573
c.
CAMElO, DECADENCIA Y CRISIS
CONCLUS!ON: LA GRAN ACELERACION, 1890-1914

fecha temprana, pero en 1900


Sin embargo, ya había síntomas de que el consenso que había nihilistas teológicos en la India en una
eses lloraban la destrucción de la
do a lo largo del siglo de clasificar a la humanidad y a la naturaleza a bus­ había indios ateos. Los maestros japon
ecolo gistas y conservacionistas
car sus genealogtas _ estaba comenzando a romperse. Es sabido
que a Nr, naturaleza en 1780, pero en 1900 había
s ron en 17 80 por lo que lla­
· de avances, tanto en la cien cia cotn�
· de l a d'eca d. a de 1890 una sene
tlr japoneses . Algunos norteamericanos se intere �
habla bahat s norteamencanos.
en las hwnantdades, crearon nuevas incertidwnbres, allllque las conse ;;/.';,.< /.' maron religiones orientales, pero en 1900
· s?cla · le: no se d�Jaron En cambio, esta gran variedad de movim
ientos, ideologías y sensibilida­
,_

cuenc1as · notar h asta después de la guerra de 1914:�


normas internacionales sobre
1918. El liberahs�o se VIo acorralado por tendencias socialistas revoln, des se ajustaba cada vez más a una serie de
y presentación de ideas.
c10nar1as que pedian la guerra de clases inmediata, incluso antes de reuniones, votos, financiación, comunicación
se hubieran dado las condiciones racionales y objetivas. Friedr i�h Incluso entre los pobres y los más alejados
de las fuentes del mundo capi­
s de debate se habían visto
_
Nretzsche mantenia que la voluntad individual podia romper las conven:. talista occidental, los modelos tradicionale
, a las que se an1oldaron.
dones del crecimiento y cambio orgánicos de la sociedad. influidos por las actividades de la clase media
Freud <<descubrió» el inconsciente humano. La idea de lo incierto se
infiltrando en la parte matemática de las ciencias. Estos cambios se vie,
ron sobre todo en el arte, donde la música atonal, el cubismo y el impre­
sromsmo estaban subvirtiendo la tradición figurativa de la pintura y el AGOSTO DE 1914
dominio de la armónica en la música. Gauguin, Klimt y Picasso empeza,
bao a deshacer la herencia clásica de la pintura occidental. . Este libro ha dado mucha importancia al desarrollo del Estado nacio­
Fuera de Europa, la reacción ante el pensamiento histórico y evolu­ nal y a la aparición de una economía vinculada globahnente a lo largo
cionista solía ser de rechazo a lo que Occidente decía representar y una del siglo XIX. Sin embargo, esta uniformidad, como hemos vrsto, produ­
vuelta por parte de los políticos e intelectuales a tradiciones políticas y jo, paradójicamente, su propia complejidad. Los mismos vínculos que
religrosas remventadas: el nto bushido de los aristócratas de Japón, el crearon estas entidades ínvasivas también permitieron a la gente de
culto a la terrible diosa Kali en India y el espiritualismo paneslavo de todo el mundo dirigir, limitar u oponerse a ellas. Muchas de estas per­
Rusia. Superficialmente, muchos de estos cultos parecían tradicionales sonas estaban vinculadas a la izquierda o al movimiento sindical, pero
e indígenas -el renacimiento de los espíritus dormidos de Oriente.y no todas. Aún antes de 1914 se convocaron reuniones internacionales
África, como decían algunos occidentales-, En realidad, mostraban el en un vano intento de limitar la carrera armamentística. Entre los inte­
impacto de la modernidad desatada por el Estado unificado y la indus.· lectuales de finales de siglo surgieron movimientos pacifistas y la Cruz
trialización. Muchos percibieron «la decadencia de Occidente>> mucho Roja llevaba trabajando internacionahnente desde la década de 1870
antes de que el profesor Oswald Spengler empezara su libro sobre el para aliviar el sufrimiento de las víctimas de las guerras. Hasta los esta­
tema. El resultado era una increíble complejidad de posturas ideológi, distas nacionales empezaron a darse cuenta de que hacía falta una coo­
cas. Mientras que en 1750 los intelectuales podian encasillarse en unas peración más allá de las fronteras nacionales simplemente para asegurar
pocas escuelas que reflejaban el pasado de formas diferentes pero sus propios intereses. A partir de la década de 1900, el derecho mterna­
mutuamente inteligibles, en 1900 esto ya no era cierto. Defensores de cional se desarrolló rápidamente y se firmaron varios tratados para con­
las antiguas religiones que rechazaban la modernidad se codeaban con trolar el acceso a los océanos y a la Antártida. Se aceptó el meridiano de
neoconservadores que reconocían la ln1portancia de lo moderno, pero Greenwich como pw1to de referencia horaria del mundo a pesar de las
que habían reformado su tradición para poder asimilarlo. En el bando protestas de Francia, que proponía París. Le:es internacionales cont:o­
modernista existía una amplia gama de opiniones políticas y religiosas, laban los movimientos de barcos por los nos que atravesaban vanos
desde revolucionarios y ateos hasta líberales y pragmáticos teológicos. territorios nacionales. Unos brotes tardíos de peste bubónica y de cóle­
Por otra parte, la gran variedad de posturas ideológicas adoptadas y ra y algunas enfermedades zoológicas, habían obligado a los médicos
defendidas a ultranza por la prensa y en los mítines públicos en 1900 es del mundo a unirse para establecer reglas mternact?nales de samdad
lo que más sorprende en comparación con 1780. Puede que hubiera pública. Y en medio de la masacre de animales en Africa del periodo

575
574
CAMBIO, DECADENCIA Y CRISIS

ÍNDICE DE ILUSTRACIONES

INTRODUCCIÓN

1. Uniformidad en el vestir: mujer japonesa vestida a lo


occidental ante una máquína de coser Sínger. Litografía
japonesa del siglo XIX . . . . . . . . . .: · · · · · · · · · · XXXVIII
2. Formalidad e índívidualísmo: Tomika Te Mutu, ¡efe de
....... . ... ..... ... ...... .... . ....

la tribu ngaiterangi, de la bahía de Plenty, Nueva Zelan·


da. Cuadro de Gottfried Líndauer, c. 1880. Biblioteca
13.3 La tormenta acecha: una avioneta en el río Nilo, 1914. Nacional de Australia, Canberra/BAT ........................... . XL
3. Personificación de los valores: amerindía vestida a lo
occidental. Fotografiada por los Royal Engíneers en el
paralelo 49, c. 1870. Colección privada 1 The Stapleton
Collection 1 BAT XLII
imperial, aparecieron algunas
............................................................. .

organizaciones dedicadas a la
de los animales y del medio pr>atecci&
ambiente, aunque por regla gene
lograron algo las agencias oficiales ral
que disponían de dinero. 1. LOS ANTIGUOS REGÍMENES Y LA «GLOBAL!·
La tragedia fue que los vínculos ZACIÓN ARCAICA>>
internacionales que podrían
. ado la com
evit petencia destructiva y, en últim
a instancia, la guerra, '-:--, 1.1 Conservar las diferencias: el emperador chíno Qian·
fueron lo bastante fuertes para
de
resistir la coyuntura catastrófica
to de 1914 . En cuanto los gran · long ínspecciona a sus tropas, por Giuseppe Castiglío·
des cañones comenzaron a disp
rante ese mes la gente de muc arar ne. Museo del Palado, Beijíng ...................................... . 14
hos países empezó a experim
nes smu. lares entar oatr6:1¡ 1.2 Un imperio multiétnico: el emperador Sha Jahan red·
de escasez de alimentos, reclutam
muerte. De la mata za se d
iento, en:ter1meda,des: 'Y be al general persa Alí Mardan Kan, 1638. Miniatura
rivarían nuevas y feroces ideo
proclamana _ n con � � logías mogoL Ousley Add. MS 173, folio 1 3 . The ArtArchive
mas energw la uniformidad de
Este libro ha examínado varios
clase raza o na<:ÍÓrt: 1 Bodleian Library, Oxford ........ ................................... . 15
v10lencw orgamzada en la crea

temas claves, sobre tod el pap
el 1.3 Sacro, romano, emperador y empelucado: el empera·
ción de vínculos globales e mte
l s, la naturaleza multícéntrica rntac iona' dor del Sacro Imperio Romano Carlos VI, estatua de
? del origen de las tendencias en
:1a illtu1d1a1 Y la manera en que las crisis y las respuestas a
la histO ' Matthias Bernhard Braun, sita en el castillo de Loxen·
mterco ectan a nivel mundiaL esas crisis sé berg, Niederoterreich, Austria. Bundesdenkmalamt,
� La Primera Guerra Mundial y
mostranan estos temas en la prác su legado Viena. Foto de E. Beranek ............................................ . 17
tica de un modo mucho más dram
ático. 1.4 Castas en el Viejo Mundo: matrimonio mixto. Un
español, su esposa índía mexicana y su hijo. Cuadro de
Miguel Cabrera. Museo de América, Madrid 1 BAT.... 29

576
577
ÍNDICE D E TLUS'rn.AClONES
ÍNDICE DE ILUSTRACIONES

ACELERACIÓN,
10.6 Grupo malayo de gamelán, década de 1880. Royal 13 . CONCLUSIÓN: LA GRAN
Commonwealth Society Collection, Cambridge Uni- c. 1890 -1914
versity Library, BAM 1/3 8 .................... . . . . . . . . . . . . . . ........ .
459 1 3 . 1 Transmitiendo la modernidad: Guil ';'
ler o Marconi
tlanuco, 1902 .
transmite un mensaje radiofómco trasa
538
1 1 . LA RECONSTITUCIÓN DE LAS JERARQUÍAS Foto AKG Lond res . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
es indo-musul-
SOCIALES 13 .2 El panislamismo en acción: los líder
manes Mehmet y Shaukat Alí emb
arcan para defen­
1 1 . 1 ¿Nuevo sistema de esclavitud? Mano de obra culí de santos, c. 191 1 .
der el califato otomano y los lugares
etnia tamil en una plantación de caucho de Malasia, ...................... 54 3
Nehru Memorial Museum and Library
principios del siglo XX. Centre of South Asian Stu- en e1 no Ni! o,

13 .3 La tormenta acecha: una avioneta


dies, Cambridge University. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 479 1914 . Museum of Archeology and Anth
ropology,
1 1 .2 Campesinos británicos supervivientes: arando con ........ ........ ........ .. 576
Cambridge University, P 1344 3 ........
.

camellos a orillas del río Nilo, c. 1902. Fotografía de


Donald MacLeish. Royal Commonwealth Society
Collection, Cambridge University Library, Y3041C/7 .. 485
1 1 .3 El último mandarín: un graduado del sistema de opo­
siciones chino hacia el momento de su abolición, Wei
Hai Wei, 1909. Fotografía de A. H. Fisher. Royal
Commonwealth Society Collection, Cambridge Uni-
versity Library, Fisher 1714125F ................................ . 498
1 1 .4 Apogeo del imperio: el emperador y la emperatriz en
el Fuerte Rojo de Delhi, 1911. Royal Commonwealth
Society Collection, Cambridge University Library,
QM 20/170 506
Antes del diluvio: el zar Nicolás II y la zarina Alejan-
. . . . . ..............................................................

1 1 .5
dra, 1913. Foto AKG Londres . . . . . . . . . . . . . . . .................... . 508

12. LA DESTRUCCIÓN DE LOS PUEBLOS NATIVOS


Y LA DEPREDACIÓN ECOLÓGICA
12.1 Unos shilluks reparan su barca en el Nilo Blanco,
principios del siglo XX. Museum of Archeology and
Anthropology, Cambridge University, P6856 ............ . 522
12.2 Baile del antílope eland macho: bosquimanos del
Kalahari (de etnia san o ko), principios del siglo XX.
Museum of Archeology and Anthropology, Cambrid-
ge University, P 7289 .................... ............................... . 5 29
12.3 Exterminio de la naturaleza: un funcionario colonial
con unos cohnillos, 1905. Fotografía de Ernst Had­
don. Museum of Archeology and Anthropology,
Cambridge University, N 59174 ................................. . 530

582 583
NOTAS NOTAS

12. LA DESTRUCCIÓN DE LOS PUEBLOS NATNOS Y LA DEPREDAC 1, Partha Chattcríee, Nationalist 1'hought and the Colonial Wlorld: A Derivative Discourse ?
IÓN
ECOLÓGICA (Londres, 1986).

Oliver Zunz ' 1Vhy tbe American Centtuy? (Chicago, l 9?R), pp. 7 - 1 O.
Price Bnús h Soáety.
1
'


Philip D. Margan, «Encounters between Bfitish and "indigenous"
peoples
c. 1500-1800», en Martin Daunton y Riele Halpern (eds.), Empire and Others: Eric Stokes, «Late-nineteenth-century coloni ex�ans10n: �he attack on Lhc thcory
Encounters with Indigenous Peoples, 1600-1850 (Londres, 1999), pp. 42-78. of economic ímperialism: a case of mistaken 1dcnt1ty?», 1-l!stmy Joumal, 12 {1969),
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2
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1 Agradezco a Deep Kanta Lahiri-Choudhury su traducción; véase también «Sheli­


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