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Licenciatura en Soldadura
Diciembre 2021
Resumen de los capítulos 6 y 7
Análisis de datos duros y blandos, creatividad e innovación
Esta parte del método de evaluación de proyectos mide el riesgo de la inversión. Tal vez
el riesgo más evidente sea que las cosas no salgan tal y como fueron planeadas, pero
sucede que dentro de las cuatro partes que conforman el estudio de la evaluación de un
proyecto se identifican cuatro tipos de riesgo. El primero es el riesgo de mercado, que
consiste en que la demanda potencial insatisfecha calculada no sea de esa magnitud o
que sea mucho más difícil de penetrar en el mercado de lo que se pensó en un
principio, a pesar de las estrategias adoptadas. El segundo riesgo evidente es que la
tecnología en uso no haya sido realmente optimizada, por lo que se pueden encontrar
equipos subutilizados o cuellos de botella en algunos procesos.
Este método utiliza las distribuciones, que pueden ser empíricas o teóricas, para generar
resultados aleatorios, los cuales, a su vez, se combinan con los resultados técnico-
económicos de un estudio de factibilidad para tomar decisiones respecto al proyecto. El
método de árboles de decisión es otro enfoque por medio del cual es posible realizar un
análisis de cómo las decisiones tomadas en el presente afectan o pueden afectar las
decisiones en un futuro, ya que muchas decisiones tomadas en el presente no consideran las
consecuencias a largo plazo, por lo que se utiliza cuando es importante considerar las
secuencias de decisión y se conocen las probabilidades de que sucedan en el futuro los
eventos bajo análisis. Estos árboles de decisión se construyen, por ejemplo, a partir de tres
situaciones u opciones mutuamente excluyentes a seleccionar. De cada una de estas
opciones se generan, a su vez, otras dos o tres opciones.
Se obtendrán tres valores esperados, uno por cada tamaño de planta y se construirá la planta
con aquel tamaño que haya dado el mayor valor esperado. El método puede complicarse si
de cada punto de decisión o nodo se generan nuevas ramificaciones y hasta se han
desarrollado técnicas, como el rolling back que, obedeciendo ciertas reglas, logran tomar la
decisión óptima, a pesar de lo complicado que pueda ser un árbol.
Probabilidades, por lo que los métodos descritos reducen su aplicación a casos prácticos
en situaciones muy limitadas. Como en este caso se trabaja con probabilidades
conocidas, a esta situación se le llama toma de decisiones con certidumbre y bajo
riesgo, a diferencia de métodos que no manejan probabilidades. Cuando se utilizan
métodos que no manejan probabilidades a la situación se le llama toma de decisiones con
incertidumbre y bajo riesgo. Algunos de tales métodos se mencionan a continuación.
Cuando por falta de datos no se desea asignar un valor a las probabilidades de ocurrencia
de los eventos bajo estudio, se puede razonar o deducir que cada uno de los posibles
eventos tiene la misma probabilidad de ocurrir que los demás o que no hay por qué
suponer que un evento es más probable que otro.
Ante esta situación poco halagadora de abordar la certidumbre con datos sin base y con
riesgo y la incertidumbre con riesgo en proyectos de inversión, es que se pensó en
desarrollar un nuevo enfoque con una filosofía totalmente distinta para abordar el
problema. Se considera que la causa principal por la que todos los métodos mencionados
tratan de resolver el problema del riesgo e incertidumbre en proyectos de inversión, es
que las variables que afectan la rentabilidad de una inversión son, en gran
medida, incontrolables, por tanto, es impredecible su comportamiento. Suponga dos
situaciones muy distintas respecto del tipo de inversionista y lugar donde se puede
realizar la inversión. El primer caso es una corporación trasnacional que normalmente
tiene disponible un portafolio de inversiones, es decir, tiene una serie de opciones de
inversión que varían no sólo en monto, sino en tipo de producto y país dónde invertir.
Para este tipo de corporaciones puede ser útil, en cierta medida, la teoría expuesta sobre
el riesgo, ya que para inversiones en países desarrollados y de economía estable es más
fácil que los pronósticos que se hagan sean certeros en el futuro, con sólo pequeñas
desviaciones. Pero si esa misma corporación desea invertir en algún país en vías de
desarrollo, en específico en Latinoamérica, la situación cambia radicalmente. Ante este
panorama se aprecia que no es fácil desarrollar y emplear una teoría del riesgo de
aplicación general. Para este tipo de inversionistas, con una sola opción de
inversión, normalmente no funcionan los enfoques expuestos sobre el riesgo, pues de
nada le serviría obtener un valor monetario esperado o una desviación estándar, si estos
valores nada dicen por sí mismos.
Por tanto, la filosofía del nuevo enfoque es llevar a cabo el proyecto siempre que las
condiciones actuales y conocidas tanto de mercado como tecnológicas y económicas, lo
hagan económicamente rentable.
Conviene recordar que estas proyecciones se realizaron con una curva ajustada por
regresión, entre la demanda como variable dependiente y el tiempo y la inflación como
variables independientes. El escenario pesimista es el que interesa para analizar el riesgo
de mercado, ya que en el optimista el mercado no es preocupación para la nueva
empresa. En el escenario pesimista, mientras más se incremente la inflación en el
país, mayor será el descenso en la demanda de mermeladas de todo tipo. La certeza que
se tiene de la reacción de la demanda respecto a una variación en la tasa de inflación
tiene un 95.78% de certeza, de acuerdo con el coeficiente de correlación obtenido en el
ajuste estadístico de la regresión elaborada.
Con un 95.78% de certeza se pronostica cómo se verán afectadas las ventas con un
incremento de la inflación. Se sabe que las ventas disminuirán, pero ahora el problema
consiste en determinar si al subir la inflación y disminuir las ventas, éstas podrían llegar a
un nivel tal que se acerque o aun que se rebase el nivel mínimo de producción en que la
empresa aún es rentable. El nivel de rentabilidad mínima es de 780 toneladas
anuales, como se muestra en el «Caso práctico», página 216, que es aproximadamente
75% de la producción de un turno, lo cual significa que si se lleva esta medida a un
turno, donde se producen 3.5 toneladas, significará que la venta de un día nunca deberá
ser menor a 2.62 toneladas, porque cuando así sea, la empresa no estará ganando lo
suficiente para ser rentable. De las 61 548 toneladas que se venden en un escenario
optimista con una inflación en la economía de 15.3% y de las 58 906 toneladas que se
venden bajo un escenario pesimista con una inflación en la economía de 25%, se observa
que la disminución de las ventas es de 4.3% al pasar de un nivel de inflación optimista a
otro nivel de inflación pesimista .
Si éste fuera el caso, la hipótesis sería que las ventas bajarían de 1 050 a 1 005
toneladas, lo cual no implicaría riesgo para la empresa. Las empresas que se van a la
quiebra simplemente no saben manejar el riesgo no sistemático o riesgo de mercado.
Riesgo financiero
Los investigadores financieros ya se dieron cuenta que medir el riesgo no es una tarea
sencilla. El enfoque que aquí se describe no mide, sino califica el riesgo, y sólo da una
idea apreciativa del mismo. En los mercados financieros este método se aplica sobre las
acciones que emiten las empresas, pero en realidad es una medida indirecta del riesgo de
la propia empresa emisora. Primero, la calificación del riesgo de una empresa sólo la
puede realizar una empresa autorizada por la Comisión Nacional de Valores en México y
por la Securities and Exchange Commission en Estados Unidos.
Hay que conocer con detalle los espacios disponibles en la planta actual y analizar las
capacidades disponibles en el mercado de los equipos o de la tecnología que al presente
está en uso dentro de la empresa, e incluso investigar si se han desarrollado nuevas
tecnologías de producción, o al menos más flexibles. Tampoco se trata de desechar todo
lo que se tiene y comprar nuevos equipos con mayor capacidad pues, aunque es el
camino más sencillo, seguramente también es el más costoso.
Partes principales del método
Al igual que el método normalmente utilizado para evaluar el proyecto de una empresa
productiva de nueva creación, el método para evaluar la expansión de la capacidad
instalada debe contener los mismos aspectos, esto es, debe contener un aspecto de
análisis del mercado, un aspecto técnico, un aspecto de análisis económico y finalmente
el aspecto de la evaluación económica, ya que incrementar la capacidad instalada
siempre va a requerir de una inversión económica adicional.
Una empresa que observe cualquiera de los tres tipos de patrones de crecimiento de su
demanda, o cualquier comportamiento intermedio a estas tres curvas, tiene
aproximadamente un año para tomar una decisión para incrementar su capacidad
instalada, de lo contrario empezará a perder muchos clientes y, sobre todo, empezará a
perder imagen. Observe cómo en este caso la demanda ya ha rebasado la capacidad
instalada, pero seguramente el propietario o director general de la misma no tiene interés
en hacer una inversión para incrementar la capacidad instalada, ya que la demanda crece
muy lentamente.
Determinar si es posible elaborar el producto faltante comprando una o varias máquinas
adicionales, o bien desechar el equipo actual y comprar uno nuevo con mayor
capacidad. El análisis deberá centrarse en que si hay certeza de que la demanda seguirá
creciendo a la misma tasa, entonces será conveniente considerar una fuerte inversión
para ampliar la capacidad instalada, pensando tal vez no en el presente sino en el
crecimiento futuro de la demanda, que de seguir la empresa con la misma
capacidad, perdería muchos clientes y una oportunidad real de crecer. Muchas empresas
pequeñas cuya demanda de sus productos ha crecido hasta saturar su capacidad
instalada y que han intentado crecer, han fracasado precisamente porque incrementar la
capacidad instalada no es sólo comprar más equipos y volver a repetir los errores que ya
se están cometiendo actualmente, en caso de que el uso de la tecnología no sea
óptimo. Las alternativas que se pueden generar para tomar una decisión de incremento
de la capacidad instalada son múltiples, y el tomar cualquiera de ellas dependerá de la
rentabilidad económica que presente cada una de ellas, suponiendo que en todas hay un
uso óptimo de la tecnología.
Análisis económico
Dotar a las nuevas instalaciones de suficiente flexibilidad, de forma que si fuera necesario
incrementar aún más la capacidad instalada se pueda lograr con la menor cantidad de
esfuerzo y de inversión. Esto significa que cualquier empresa que realice un estudio para
ampliar su capacidad instalada debe obtener una gráfica similar a la fi gura 7.3 con datos
históricos propios y realizando una regresión con al menos tres variables, la primera
variable sería el tiempo, la segunda la serie histórica de ventas de la empresa y la tercera
una variable macroeconómica cuyo comportamiento histórico determine en buena medida
el comportamiento de las ventas de la empresa, esto es, hay que realizar un análisis
similar al mostrado en el caso práctico del capítulo dos. La decisión a la cual se enfrenta
la empresa es incrementar la capacidad de acuerdo al pronóstico pesimista o de acuerdo
al pronóstico optimista de ventas, aunque lo ideal sería instalar una capacidad adicional
de acuerdo al pronóstico pesimista y tener la suficiente flexibilidad para incrementar con
rapidez la capacidad y alcanzar a cubrir en muy poco tiempo la demanda optimista de
ventas.
La tabla 7.1 es muy importante para tomar decisiones, declara los límites máximo y
mínimo entre los cuales se deberá incrementar la capacidad instalada y esto determina
directamente la cantidad y capacidad de equipos adicionales necesarios. Suponga que la
empresa al llegar a los tres turnos de trabajo continuo se da cuenta de que no es posible
producir siempre al mismo ritmo de 7 000 frascos por turno, esto es, 21 000 frascos/día
por lo que en vez de producir esa cantidad, ha determinado que sólo puede producir 20
000 frascos/día, lo que arroja un total de 3 000 ton/año, lo cual es de las 3 150 ton/año
teóricamente calculadas, y da un margen en la capacidad productiva que pueda absorber
los imprevistos normales en la operación de una empresa de manufactura, que equivale a
una tasa de procesamiento promedio de 1 042 frascos/h.
Es evidente que va a ser necesario adquirir más tanques e incluso instalar una nueva
línea de producción si el espacio disponible y la demanda en el futuro lo permiten. Se
puede observar que tanto la llenadora como la etiquetadora tienen la misma capacidad, lo
cual es obvio pues son fabricados para que una adhiera etiquetas a los frascos que la otra
recién ha envasado, formando una línea sin cuellos de botella. La tabla 7.2 muestra el
incremento de la demanda y de la producción de acuerdo al número de turnos trabajados
y al número y capacidades necesarias de los equipos a adquirir.
Se considera que se pueden elaborar 7 lotes en el turno 1, 7 lotes en el turno 2 y 6 lotes
en el turno 3. La segunda columna está bajo el supuesto de que se elaboran 7 lotes de
producción por turno, que es la misma suposición hecha en el estudio
técnico. Evidentemente la planta ya está saturada en su capacidad productiva, si la
demanda se elevara a tan sólo 3 500 ton/año , ahora deberá producir 1 114 frascos por
lote, en vez de los 1 000 actuales, pero como la capacidad de la esterilizadora ya es
insuficiente, la columna de m3 dice que ahora es necesario contar, ya sea con dos
esterilizadoras de 1 m3 o con una de 2 m3, esto es, se deberá contar con un mínimo de 2
m3 de capacidad de esterilización, la cual sería suficiente incluso si se llegara a una
demanda de 6 000 ton/año, pero trabajando siempre 3 turnos. La misma interpretación de
los datos del resto de las columnas se hace cuando se trabajan 2 y 1 turno, esto es, si se
trabajan sólo dos turnos para producir la misma cantidad de producto, se deberá contar
en equipo de mayor capacidad.
Alternativa 1
Alternativa 2
Si bien es cierto que en 189 m2 no hay espacio para otra línea completa de producción
que sea exactamente igual en capacidad a la línea de producción original, tal vez sea
posible operar una línea de producción de menor capacidad que la original. En esta
alternativa habría que mover de su sitio original la tapadora de frascos, la esterilizadora y
la etiquetadora, pero es posible no detener el funcionamiento de la planta si antes de
mover este equipo se instalan sus similares en la nueva línea productiva, de forma que
cuando los nuevos equipos ya estén instalados y funcionando, se puedan mover los
equipos originales a su nueva ubicación. También es importante que en esta nueva
distribución se considere un incremento a la capacidad productiva de la nueva línea, de
manera que si se instala equipo adicional, ya no exista necesidad de mover lo que ya ha
sido instalado, y la distribución mostrada en la fi gura tiene esta característica. El siguiente
cálculo es determinar la cantidad que se incrementa la producción con esta línea.
Alternativa 3
Esta alternativa se muestra en la fi gura 7.8. La enorme ventaja que tendría la alternativa
3 es que para incrementar sustancialmente su capacidad productiva, basta instalar un
tanque de escaldado adicional y un tanque de concentración adicional, y no hay
necesidad de cambiar de lugar ningún equipo que ya está instalado en esta nueva
línea. Como ahora hay dos tanques de mezcla y dos tanques de
concentración, prácticamente se está duplicando la capacidad de la alternativa 2. El
aumento de la capacidad de la alternativa 3 trabajando 1, 2 y 3 turnos se muestra en la
tabla 7.6.
Costos incrementales La tabla 7.26 se construye bajo las mismas suposiciones que las
anteriores tablas referidas a los costos totales de las alternativas 2 y 3.
En el estudio técnico del ejemplo de esta parte se puede observar que la alternativa 4
consiste de una línea de producción de idéntica capacidad a la línea original, por tanto, sus
costos también se considerarán una réplica de los costos de la línea original.