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El estudio sociocognitivo
de la personalidad.
El estudio sociocognitivo de la
personalidad.
1. Introducción
2. Conceptualizando “Personalidad”
3. Características de las situaciones
4. Explicación de la conducta
5. Intentando la integración: ¿hacia dónde
vamos?
1. Introducción
• Este enfoque es un marco teórico
complementario a los planteamientos basados en
el concepto de rasgo de personalidad.
• Parece un acuerdo “universal” que las conductas
tienen un carácter interactivo y contextualizado.
• Sería una necesidad tener en cuenta el contexto,
las características particulares de cada sitaución a
la hora de describir, explicar y predecir la
conducta.
1.1. Críticas al estudio de la personalidad basado
exclusivamente en el concepto de rasgo.
a) Una paradoja: la conducta de las personas no
es tan consistente, como se predice desde el
concepto de rasgo. Nuestra conducta varía
de una situación a otra en función de las
demandas específicas que cada situación
plantea. Al mismo tiempo, pese a la
variabilidad situacional que muestra nuestro
comportamiento, seguimos reconociéndonos
como la misa persona, y lo mismo sucede a
quienes nos observan.
1.1. Críticas al estudio de la personalidad basado
exclusivamente en el concepto de rasgo.
b) Utilización de unidades globales (rasgos) que
son abstracciones elaboradas a partir de
promedios que no responden a ningún caso
concreto.
c) El rasgo permite hacer predicciones
promediadas (aplicables a distintas
situaciones), pero no permite predecir el
comportamiento de un individuo en una
situación específica.
1.1. Críticas al estudio de la personalidad basado
exclusivamente en el concepto de rasgo.
d) El rasgo tiene gran utilidad clasificatoria pero
muchas limitaciones para predecir el
comportamiento de individuos concretos.
1.1. Críticas al estudio de la personalidad basado
exclusivamente en el concepto de rasgo.
• Los planteamientos sociocognitivos intentan
dar una respuesta a estos aspectos.
• Sugieren una conceptualización distinta de los
elementos que integran la personalidad y de
las interrelaciones existntes entre los mismo,
que permitan hablar de la personalidad como
un sistema.
1.1. Críticas al estudio de la personalidad basado
exclusivamente en el concepto de rasgo.
• Estos planteamientos delimitan el papel de la
sitaución en la explicación de la conducta
• Y ofrecen el marco de referencia desde el que
explicar y predecir la conducta individual.
• En definitiva, pretenden conjugar la evidencia
de “coherencia-regularidad- predectibilidad”
de la conducta, con, al mismo tiempo, la
“variabilidad y discriminabilidad” de la misma.
1.1. Críticas al estudio de la personalidad basado
exclusivamente en el concepto de rasgo.
• Mischel (1981):
– “… la discriminabilidad de la conducta y la
complejidad de las interacciones entre el
individuo y la situación ,sugieren la conveniencia
de focalizarse más específicamente en el modo en
que la persona elabora y maneja cada situación
particular, en vez de intentar inferir los rasgos que
tiene generalmente”
2. Conceptualizando “personalidad”
2.1. Elementos y unidades básicas integrantes de la
personalidad.
P S
C
4.2. El proceso de interacción
B. Interacción se da entre todos los elementos
del sistema que se relaiconan entre sí en un
constante feedback multidireccional.
Interacción recíproca.
P S
C
4.2 El proceso de interacción
• Pervin (1968), plantea el concepto de
transacción. Propiedades:
a. Cada parte del sistema no tiene independencia, al
margen de las otras partes del sistema, o del
sistema como totalidad.
b. Entre las partes del sistema existe una relación
recíproca constante. No hay relaciones causa-
efecto, sino transacciones, en las que cada elemento
del sistema influye y es influenciado por los demás.
c. La actividad de cualquier parte del sistema tiene
consecuencias para las otras partes del mismo.
4.3. Regularidad y discriminabilidad de
la conducta.
• La observación del patrón de relaciones de
contingencia situación-conducta que
caracteriza el estilo peculiar con que cada
persona discrimina las demandas que cada
situación le plantea y pone en marcha la
respuesta que cree más adaptativa en tales
circunstancias, nos permitirá conocer la
dinámica de interrelaciones entre proceoss
cognitivos, afectivos y motivacionales, que
configura su personalidad.
4.3. Regularidad y discriminabilidad de
la conducta.
• Parámetros a tener en cuenta:
1. Modo en el que el sujeto percibe la situación.
2. Valoración que hace de los recursos para hacerle
frente.
3. Ponderación de las consecuencias esperables de las
distintas alternativas de respuesta con las que
cuenta.
4. Decisión acerca del tipo específico de conducta que
espera le proporcionará el mayor ajuste posible
entre sus competencias, necesidades, valores y
proyectos, por una parte, y las demandas de la
situación por otra.
4.3. Regularidad y discriminabilidad de
la conducta.
• Implicaciones para el conocimiento de la
personalidad.
– La observación sistemática del patrón de
estabilidad y cambio que caracteriza la conducta
de una persona, nos permite conocer más
profundamente el sistema de interrelaciones
entre procesos psicológicos que define su
personalidad, que si nos basásemos exclusiva o
fundamentalmente en la tendencia media de
conducta mostrada por la persona en una
muestra de situaciones.
¿Inconsistencia o facilidad
discriminativa?
• El análisis de la conducta, como esfuerzo
adaptativo en respuesta a las cambiantes
demandas de la situación, nos permite, dar
una respuesta a la aparente contradicción
existente entre, por una parte, la variabilidad
observable en la conducta individualy por
otra, la sensación de que, por encima de la
variabilidad, el estilo de comportamiento que
nos caracteriza a cada uno tiene coherencia
interna.
¿Inconsistencia o facilidad
discriminativa?
• Esta discrepancia desaparece si entendemos la
conducta como reflejo del estilo peculiar con el
que las personas hacen frente a las distintas
situaciones.
• Lo que define y caracteriza a una persona, es un
sistema organizado de competencias, potencial
de conducta y procesos psicológicos
estrechamente interrelacionados, que se activan
diferencialmente según los requerimientos
específicos de la situación a la que uno se
enfrenta en cada momento.
¿Inconsistencia o facilidad
discriminativa?
• ¿Cómo explicar que, al mismo tiempo, tengamos
la sensación de que existe coherencia en nuestra
conducta? Algunas consideraciones:
1. El sistema de interrelaciones existente entre los
distintos elementos que configuran la personalidad,
se va estabilizando en el curso del desarrollo vital de
cada persona, de forma que se van estableciendo
patrones cada vez más estables de activación e
inhibición entre estos elementos, facilitando así la
creciente estabilidad con que percibimos y
reaccionamos a las situaciones y problemas que
encontramos en nuestra vida cotidiana.
¿Inconsistencia o facilidad
discriminativa?
• ¿Cómo explicar que, al mismo tiempo,
tengamos la sensación de que existe
coherencia en nuestra conducta? Algunas
consideraciones:
2. Analizamos la situación empleando una serie
limitada de criterios que determinan que diversas
situaciones compartan alguno o varios de estos
criterios, convirtiéndose de esta forma en
funcionalmente equivalentes.
¿Inconsistencia o facilidad
discriminativa?
• La progresiva estabilización del sistema que
conforma la personalidad y la presencia de
equivalencia funcional entre las situaciones, la
observación del perfil que presenta nuestra
conducta a medida que vamos encarando
situaciones distintas, nos permitirá detectar que
nuestra conducta ciertamente cambia, a veces
drásticamente, de manera insignificante en otras
ocasiones, de una situación a otra, pero que, al
mismo tiempo, estos cambios no se producen de
manera errática o aleatoria.
5. Intentando la integración, ¿hacia
dónde vamos?
• Dos marcos de referencia teóricos
hegemónicos:
1. Por un lado, aquel en el que la personalidad se
define esencialmente como el conjunto de
predisposiciones de conducta existentes en el
individuo, que se manifiestan en conducta
estable y consistente (hablamos comúnmente
en este contexto de teorías de rasgos, teorías
disposicionales, estructurales o centradas en la
variable)
5. Intentando la integración, ¿hacia
dónde vamos?
• Dos marcos de referencia teóricos hegemónicos:
2. En el que la personalidad se define como un sistema
integrado por variables y procesos psicológicos que , en
constante y recíproca interacción con la situación en
que se desarrolla la conducta, genera patrones
discriminativos de conducta coherentes y predecibles
(se hace referencia en este caso a teorías
sociocognitivas, o socio-cognitivo-afectivas,
acercamientos interaccionistas, teorías basadas en el
análisis de los procesos de interrelación dinámica que
tienen lugar a nivel intraindividual y los que se
desarrollan entre la persona y la situación.
5. Intentando la integración, ¿hacia
dónde vamos?
• La integración entre estos dos marcos teóricos
es aún escasa.
• Existen algunas propuestas interesantes:
5.1. El acercamiento tipológico
5.2. Interacción rasgos – procesos psicológicos.
5.1. El acercamiento tipológico
• Shoda y Mischel (1993): “ … cada individuo se
caracteriza por una configuración única de las variables
personales”
• Este análisis idiográfico no impide necesariamente que
se puedan elaborar tipologías a partir de la agrupación
de aquellos individuos que comparten una misma o
muy similar, configuración de variables personales, que
, a su vez, en interacción con el contexto, se traduciría
en similares perfiles de conducta discriminativa. Dee
esta forma se identificarían categorías o grupos de
individuos que comparten similares perfiles de
personalidad y conducta.
5.2. Interacción rasgos-procesos
psicológicos.
• Estudio de la interacción recíproca existente
entre elementos estructurales, como los rasgos, y
la dinámica de interrelaciones entre
competencias, procesos psicológicos variables
contextuales.
• En el curso del desarrollo, los procesos
psicológicos, inicialmente activados en contextos
específicos, se van consolidando y estabilizando ,
dando lugar a elementos estructurales de la
personalidad, que posteriormente, servirán para
activar tales procesos.