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UNIDAD VII

CONTRATO ESTIMATORIO O CONSIGNACIÒN

Un contrato que suele ser de gran utilidad en la vida del comercio es el de Consignación, que al igual que el anterior,
es de los llamados atípicos, de ahí que el alumno debe identificarlo y distinguirlo de entre otros similares.

ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE

Previa lectura:
− Justifique la instauración del contrato estimatorio o consignación y defínalo.
− Realice un cuadro sinóptico que ejemplifique los elementos personales.
− Elabore un cuadro comparativo de los derechos y obligaciones de las partes en el contrato estimatorio.
− Liste y ejemplifique las características y clasificación del contrato estimatorio o consignación.
− Explique la terminación del contrato.

OBJETIVO PARTICULAR

Determinar los elementos, mercantilizad y características del contrato estimatorio o consignación, el cual no se
encuentra regulado en la ley.

CONTENIDOS

7.1. Generalidades.
7.2. Concepto.
7.3. Elementos personales.
7.3.1. Derechos y obligaciones de las partes.
7.4. Naturaleza jurídica.
7.5. Características y clasificación.
7.6. Terminación del contrato.
Fichas bibliográficas de los documentos.

Documento Ficha
7.A. DÍAZ Bravo, Arturo,
Contratos Mercantiles,
6ª Edición, México, Harla, 1997,
Págs. 102.
7.B. ARCE Gargollo, JAVIER,
Contratos Mercantiles Atípicos,
4ª Edición, México, Porrúa, 1997,
Págs. 163 y 164, 166-170.
7.C. DÍAZ Bravo, Arturo,
Contratos Mercantiles,
6ª. Edición, México, Harla, 1997,
Pág. 104.
7.D. ARCE Gargollo, JAVIER
Contratos Mercantiles Atípicos,
4ª. Edición, México, Porrúa, 1997,
Pág. 162-163.
7.E. GARRIGUES, Joaquín,
Curso de Derecho Mercantil,
7ª Edición, México, Porrúa, 1987,
Pág. 97.
7.1. Generalidades.
7.2. Concepto.

7.A. DÍAZ Bravo, Arturo,


Contratos Mercantiles,
6ª, Edición, México, Harla, 1997,
Pág. 102.

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82 GENERALIDADES Y CONCEPTO

[...]...Ignorado también por nuestras leyes, y menos difundido que los anteriores, este contrato debe su nombre,
indudablemente, a la suma de dinero que ambas partes estiman que, llegado el caso, el consignatario de la cosa objeto del
contrato pagará al consignante, quien, a su vez, la entrega para su eventual venta o devolución.

Otras legislaciones, en cambio, ya lo regulan: C. Com. colombiano, arts. 1377 y ss.; C. Com salvadoreño, arts. 1051 y
ss.; C. Com guatemalteco, arts. 713 y ss.; C. Com hondureño, arts. 826 y siguientes.
Al lado de un sencillo mecanismo, esta convención ofrece, empero, serias complicaciones jurídicas; me referiré al
primero: el enajenante, eventual vendedor o tradens -según expresión tan cara a los tratadistas- entrega un bien mueble al
consignatario, eventual revendedor o accipiens, quien asume la libre disposición del bien, con total exclusión del tradens, y se
obliga a pagar a éste el precio estipulado o devolverle dicho bien, dentro del plazo convenido. La libre disposición incluye, por
supuesto, la facultad de vender a un tercero la cosa en el precio y condiciones que libremente convengan el accipiens y el
tercero adquirente; por último, tales actos de disposición los realiza el accipiens en nombre y por cuenta propios.

Se trata, pues, de un contrato propio de comerciantes detallistas, particularmente traficantes en automóviles, piezas artísticas,
joyas, libros usados y en otras muchas mercaderías de no fácil venta directa por parte de su propietario.

Tengo por innecesario, en este caso, el vertir un concepto propio del contrato, si el que suministra el C. Civ. italiano
(art. 1556) me parece adecuado: "Con el contrato estimatorio una parte entrega una o más cosas muebles a la otra y
ésta se obliga a pagar el precio, salvo que restituya las cosas en el plazo establecido. "..[...]

7.3. Elementos personales.


7.3.1 Derechos y obligaciones de las partes.

7.B. ARCE, Gargollo JAVIER,


Contratos Mercantiles Atípicos,
4ª Edición, México, Porrúa, 1997,
Pág. 163 y 164, 166-170.

6. ELEMENTOS

Personales

[...]...a) Nombre de las partes. La parte que entrega o consigna el bien objeto de este contrato, se llama tradens,
tradente, consignante o propietario. La otra parte se llama accipiens o consignatario, que es la parte que recibe el bien o
bienes para su enajenación o, eventualmente, su devolución al consignante.

b) Capacidad y representación. El tradens debe ser propietario del bien que consigna y, si es representante, tener
facultades de disposición, debido a que la celebración de este contrato tiene como resultado final el disponer de la cosa. Si se
trata del representante de una empresa o negociación mercantil o de una persona moral que es titular de aquella, son
suficientes las facultades de administración si los bienes objeto del contrato forman parte de las mercancías que constituyen
su giro, es, decir, del activo circulante. En este orden de ideas, los gerentes, factores y dependientes que tienen facultades de
disposición sobre la mercancía de la negociación pueden celebrar este contrato como representantes del consignante.

Puede darse el caso de que el tradente no sea propietario, pero que llegue a serio antes de que el consignatario venda.
Esta modalidad sujeta al acto a una condición suspensiva; por ejemplo, un prominente comprador, un fiduciario en espera de
instrucciones, un comprador con reserva de dominio, un acreedor prendario, pueden ser partes de un contrato estimatorio,
siempre que el contrato esté sujeto a la situación precaria de dominio que el tradens tiene de la cosa.

El accipiens o consignatario no requiere de capacidad especial alguna para contratar y es, generalmente, un
comerciante.[...]

7. OBLIGACIONES DEL CONSIGNANTE (TRADENS)

[...]...a) Entregar la cosa. Esta es la obligación más importante del consignan te y la que da origen al contrato.
Estrictamente hablando, esta obligación no surge del contrato, sino que le da nacimiento al mismo y es anterior en tiempo a

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las' obligaciones propiamente contractuales.
En términos de la legislación civil vigente, la entrega puede revestir las formas de entrega material, virtual o jurídica (art.
2284 del C.c.), siempre que el accipiens pueda, disponer de la cosa para su enajenación, pues este es el fin del contrato
estimatorio. En ocasiones, la cosa puede estar ya en poder del accipiens bajo otro título de posesión derivada (por ejemplo,
en prenda, arrendamiento, comodato) y sólo cambiar el título de la posesión. Uría apunta que "la entrega de la cosa no
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genera la trasmisión de la propiedad, sino la atribución de un poder exclusivo de disposición sobre la cosa que se recibe".

b) Recibir la cosa llegado el plazo pactado. Si a la llegada del término del contrato el consignatario decidió devolverla
en lugar de pagar el precio estimado, el consignante está obligado a recibirla. El incumplimiento de esta obligación puede
representar para el tradens una responsabilidad por la mora de recibir
c) Indemnizar daños y perjuicios. Esta obligación del consignante es eventual, no se da en todos los contratos
estimatorios que se celebran, sino excepcionalmente en aquellos en los que el consignante pueda causar daños y perjuicios
al consignatario (art. 2532 del C.c.). Esto si se aplica, por analogía, el C.c. en una disposición relativa al depósito. El C. de c.
nada dispone sobre esta responsabilidad del depositante en el depósito mercantil que es, como el civil, naturalmente
retribuido (art. 333). Por la obligación general de reparar un daño considero que esta responsabilidad la tiene todo
consignante, salvo que demuestre culpa o negligencia del consignatario.
d) Pagar una retribución al consignatario. Si el tradens pactó una retribución o comisión, para el accipiens, por ejemplo
un porcentaje del precio de venta al tercero, está obligado a pagarla al consignatario. Este deber deriva siempre de los
términos en que se celebró el contrato. Sin embargo, en estos casos quizá no se esté frente a un contrato estimatorio sino
ante una comisión de venta.

Puede pactarse, en estos casos, que el accipiens retenga del precio la parte que le corresponde como retribución.

8. OBLIGACIONES DEL CONSIGNATARIO (ACCIPIENS)

a) Recibir la cosa. La primera' obligación del consignatario es la de recibir la cosa como deber correlativo al deber del
tradente de entregar. Si no recibe el bien, el contrato no se perfecciona y no nace el resto de las obligaciones contractuales.
Esta entrega puede ser real, virtual o jurídica. Lo que importa es que el consignatario tenga la posibilidad de disponer de los
bienes muebles materia de la consignación.
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"El tradens no pierde la propiedad de las cosas, ni el accipiens la adquiere, mientras no haya pagado el precio." Sin
embargo, el consignatario tiene facultades pata disponer de las cosas, aun cuando no sean suyas, "es un caso de
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autorización para disponer de cosa ajena". El tradente está, temporalmente, privado de la facultad de disposición de dichos
bienes.
b) Pagar el precio o devolver la cosa. La obligación facultativa que caracteriza al contrato estimatorio, la tiene el
consignatario quien debe pagar el precio o devolver la cosa a la llegada del plazo. Como en el C.c. no se regula a las
obligaciones facultativas, debe acudirse, por analogía en lo que resulte aplicable, a las normas de las alternativas (arts. 1962
y sigs. del C.c.).

La obligación alternativa existe cuando en la obligación han sido previstas o proyectadas diferentes prestaciones, pero
en forma disyuntiva, de manera que el deudor deberá cumplir sólo una de ellas.25
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La obligación facultativa "tiene' un solo objeto, pero el deudor puede liberarse con un objeto diverso"; sólo existe una
prestación de la obligación y uno o varios medios por los cuales el deudor puede liberarse de ella. Hay una sola prestación in
obligatione y otra u otras prestaciones in solutione. La diferencia práctica entre uno y otro tipo de obligaciones -alternativa y
facultativa- radica en que:

Tratándose de obligaciones facultativas, si el objeto debido se vuelve imposible, la obligación se extingue sin
responsabilidad para el deudor, aunque siguiera siendo posible el objeto con el cual el deudor tuviera la facultad de
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liberarse.

21 Muñoz Planas ha revisado la doctrina tradicional que califica al contrato estimatorio como contrato real y concluye que "si las partes han consentido en recíprocas prestaciones, no hay base
alguna para negar al consentimiento su natural eficacia vinculativa." (Op. cit. (71). pág 307). Aunque la tesis no deja de ser sugerente y con argumentos bien fundamentados, yo me adhiero a la
doctrina tradicional de considerar a este contrato como un contrato real, no consensual.
22 Uría (90), núm. 685.
23 Messineo (69). tomo V, pág. 158
24 Messineo (69), tomo V, pág. 158.
25 Díez Picazo (41), pág. 490.
26 De la Peza (35), pág. 15.
27 De la Peza (35), pág. 16.

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En el contrato estimatorio, la prestación debida por el consignatario es pagar el precio; pero, para liberarse de ella, tiene
la facultad de devolver la cosa. Si la cosa se pierde, el consignatario no tiene ya la posibilidad de liberarse de su obligación de
pagar el precio mediante la devolución de la cosa, por lo que debe pagar el precio del contrato. Otro efecto que deriva de la
aplicación de este principio de las obligaciones facultativas es que la obligación de pagar el precio puede dejar de existir por
alguna de las causas de extinción de las obligaciones como la prescripción, la compensación o la novación. Si el
consignatario conserva en su poder la cosa estará obligado a devolverla al consignante, quien es el propietario, por alguna
otra razón jurídica, pero se le deberá compensar o indemnizar. Si la obligación fuese alternativa, no facultativa, las dos
prestaciones estarían en la obligación y si una se extingue, subsiste la otra.

Las reglas de esta obligación facultativa del contrato estimatorio son las siguientes:

i) Si no se ha pactado otra cosa, la elección del cumplimiento corresponde al deudor (art. 1963 del C.c.). A la llegada
del plazo, aunque la cosa consignada no haya sido enajenada a un tercero, el accipiens puede pagar el precio y adquirir el
bien. "La enajenación a terceros no constituye elemento indefectible del contrato." 28
ii) La elección debe notificarse al tradens a la llegada del plazo o dentro de la vigencia del contrato.
iii) En este contrato puede pactarse que existan plazos periódicos, en los cuales el accipiens se libere parcialmente de
su obligación mediante pagos parciales de la parte de los bienes que fueron enajenados durante el transcurso de dichos
plazos. En estos casos, el contrato estimatorio subsiste aunque el contenido de la prestación disminuya por los pagos
parciales efectuados. Por ejemplo, un contrato en el que el consignatario recibe diez mil libros, y cada seis meses el tradens y
el accipiens acuerdan hacer un inventario y determinar qué libros se han enajenado; de los libros vendidos, el accipiens debe
pagar el precio al tradens y ese pago parcial libera en ese monto al consignatario.

Hay dos cuestiones de interés respecto a esta obligación.

i) Si no hay plazo, ¿cuándo debe cumplir el consignatario? En mi opinión se puede acudir, como orientación, a dos
normas supletorias: las del depósito o las generales de las obligaciones mercantiles. El contrato de depósito ordena que,
cuando no hay plazo, el depositario debe devolver el objeto cuando lo solicite el depositante (arts. 335 del C. de c. y 2522 del
C.c.). Por otro lado, la norma mercantil general para las obligaciones sin plazo señala el término de diez días (art. 85 del C. de
c). Estimo que resulta aplicable la norma especial del contrato de depósito, pues el consignatario puede considerarse
depositario de la cosa desde que la recibe hasta que la enajena o devuelve.
ii) ¿Puede el tradens solicitar la devolución de la cosa antes de la llegada del plazo, cuando éste ha sido convenido? El
depósito civil (art. 2522 del C.c.) sí otorga esta facultad al depositante, no así el mercantil (art. 335 del C. de c.). Por la
naturaleza del contrato estimatorio, como acto de comercio, el accipiens no está obligado a devolver antes del plazo, aunque
lo pida el tradens. El plazo se entiende pactado en beneficio del deudor, o sea del consignatario. Si no se fija un plazo, el
consignatario puede devolver en cualquier momento, por aplicación supletoria del artículo 2531 del C.c.

c) Custodiar la cosa. El accipiens tiene obligación de custodiar la cosa como un depositario, pues su facultad para
disponer de la misma no implica la posibilidad de usarla. Tiene, por tanto, la obligación (negativa) de no usar la cosa y
responsabilidad por daños y perjuicios causados por malicia o negligencia y por el deterioro que sufra el bien consignado, por
lo que resulta aplicable, supletoriamente, el artículo 335 del C. de c.
d) Riesgo de pérdida. Aunque no es propiamente una obligación del accipiens, sino una responsabilidad que deriva del
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contrato, la pérdida de la cosa es a su riesgo. Si la cosa se pierde, el consignatario ya no tiene la facultad de liberarse de la
obligación de pagar el precio mediante la devolución de lo consignado, a menos que en la pérdida de la cosa exista culpa del
tradente. Además, para efectos prácticos esto significa que si la cosa se pierde, el consignatario debe pagar el precio en el
plazo pactado y no antes.
e) Facultad de vender. Aunque el resultado natural del contrato es que las mercancías se enajenen a un tercero, esto
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no supone que el accipiens tenga una obligación de procurar la venta de las cosas objeto del contrato. Esta clase de
obligación pertenece a un contrato distinto al estimatorio, que sería, quizá, un contrato semejante a la comisión de venta, en la
que el comisionista sí tiene dicha obligación....[...]

7.4 Naturaleza Jurídica.

7.C. DÍAZ Bravo, Arturo,


Contratos Mercantiles,
6ª Edición, México, Harla, 1997,
Pág. 104.

28 Messineo (69), tomo V, pág. 158.


29 Cfr. Uría (90). núm. 685.
30 Cfr. Uría (90), núm. 685.

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[...]... c) Configura un contrato atípico, pero autónomo: lo primero, por no estar previsto en nuestros textos legales; lo
segundo, por cuanto participa de elementos y características que obligan a no confundirlo con ninguno otro, ni siquiera con la
compraventa, a pesar de su parentesco filial, ya no atribuirle el simplista carácter de combinación de contratos. Puesto que
así lo he afirmado en anteriores ediciones de este libro, no tiene razón Arce Gargollo3 cuando apunta que le atribuyo el
carácter de gestión oficiosa, pues, como se ha visto, sólo califico de ese modo la actuación del accipiens:

1) No es promesa de compraventa, porque el accipiens no promete comprar;


2) No es promesa unilateral de venta, porque en ésta no se da, como en el contrato estimatorio, la forzosa pérdida de
disponibilidad del uso y disfrute del bien; la promesa, además, es consensual, al paso que nuestro contrato es real;
3) Tampoco se trata de una compraventa con condición suspensiva opinión que, según informé antes, sustenta
Garrigues, pues, como se ha visto, el accipiens no compra, ni promete comprar el bien, ni se obliga a prometerlo en venta o
venderlo a terceros; hay que insistir, además, en que la compraventa, aun sujeta a condición suspensiva, es consensual y no
implica la pérdida de la disposición del bien por parte del vendedor, lo que en cambio es requisito para la existencia del
contrato estimatorio, y ... [...]

7.5. Características y clasificación.

7.D. ARCE, Gargollo JAVIER,


Contratos Mercantiles Atípicos,
4ª Edición, México, Porrúa, 1997,
Pág. 162-163.

4. CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS

[...]...En el C.c. ital. este contrato está regulado como típico y autónomo en un capítulo incluido dentro de los contratos
traslativos de dominio. En general, este contrato no está disciplinado en las legislaciones europeas que influyeron en nuestras
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leyes. Así, es contrato atípico en Francia, España y Alemania; está regulado en el Código Civil Austriaco y en los Códigos de
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Comercio de Honduras, el Salvador y Guatemala, con disposiciones inspiradas en el C.c. ital.

El C.c. ital. (art. 1556) lo define así:


Con el contrato estimatorio una parte consigna una o más cosas muebles a la otra y ésta se obliga a pagar el precio,
salvo que restituya la cosa en el término establecido.

En la doctrina se han formulado definiciones que coinciden en los elementos que apunta la ley italiana.

En virtud de este contrato una persona (tradens) entrega otro (consignatario o accipiens) una cosa con el encargo de
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venderla y, en la época pactada el consignatario tiene la obligación de entregar el precio señalado o de restituir la cosa.
Del concepto de este contrato se destacan las siguientes características:
a) "Da origen a una relación compleja, que resulta de la unión de un contrato de depósito, de una autorización y de una
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venta."
b) Se trata de un contrato real que se perfecciona con la entrega de la cosa. "La entrega de las cosas es elemento
esencial para la formación del contrato."13
c) El contrato tiene por objeto bienes muebles
d) La obligación principal del accipiens, pagar el precio o devolver la cosa, es facultativa (a la que se le aplican, por
analogía, las normas de las obligaciones alternativas, en nuestra legislación).
e) Generalmente el contrato tiene un plazo.
f) El consignatario asume el riesgo de pérdida de la cosa mientras está en su poder

5. CLASIFICACIÓN

3 ARCE GARGOLLO. Javier, Contratos mercantiles atípicos, 2a. ed.. México, 1989, p. 84, nota 13 al pie.
9 Cfr. MUÑOZ Planas (71), pág. 155.
10 Cfr. Díaz Bravo (38), núm. 82.
11 Sánchez Calero (83), pág. 484.
12 Trabucchi (89), tomo 11, pág. 393. Uría (89) señala que "presenta analogías con el depósito. la comisión de venta y, especialmente; con la venta bajo condición suspensiva" (núm. 542).
13 Messineo (69), tomo V, pág. 156.

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El contrato estimatorio puede clasificarse como sigue:

a) Es un contrato mercantil, pues se celebra generalmente entre comerciantes y lleva implícito el fin de lucro. Puede
encuadrarse en los artículos 75 fracción I y 371 del C. de c.
b) Es un contrato real, en cuanto se perfecciona con la entrega -consignación-de la cosa. "Para que surja, el contrato
tiene necesidad de la entrega (de una o varias cosas muebles); por lo que la mayor parte de los autores considera que se
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trata de un contrato real."
c) Es bilateral, como contrato que produce derechos y obligaciones para ambas partes.
d) Es un contrato oneroso, ya que existen provechos y gravámenes recíprocos.
e) Es traslativo de dominio cuando se configura la enajenación de la cosa a un tercero, que es de ordinario su resultado
natural.
f) Antes de la venta del bien consignado se puede considerar como un contrato de custodia respecto a las facultades
del consignatario sobre la cosa.
g) Es un contrato principal, puesto que su existencia no depende de otra relación. Sin embargo, como contrato previo
para que el consignatario venda al tercero, puede clasificarse como preparatorio (similar a la comisión o al de agencia).
h) Se trata de un contrato de cambio ("do ut des"), aunque por el carácter de intermediario comercial que tiene el
consignatario, puede considerarse también un contrato de colaboración.
i) Es un contrato atípico, aunque se le mencione en la legislación (nominado)...[...]

7.6. Terminación del contrato.

7.E. GARRIGUES, Joaquín,


Curso de Derecho Mercantil,
7ª Edición, México, Porrúa, 1987,
Pág. 97.

[...]...Se trata, en suma, de una venta con condición suspensiva y eventualmente ligada a un término. La condición se
cumple cuando el comprador declara dar curso al negocio, convirtiéndose en deudor del precio fijado en la
estimación. Esto puede realizarse automáticamente con el simple transcurso del término cuando se pacte así
expresamente...[...]

GUÍA DE AUTOEVALUACIÓN

Instrucciones: Contesta brevemente lo que se te pide a continuación.

I. PREGUNTAS ABIERTAS

1.- Anota el concepto del contrato de consignación.


2.- ¿Por qué se le conoce a éste contrato también con el nombre de “estimatorio”?
3.- Enumera las causas de terminación de éste contrato.
4.- ¿Porqué se recomienda que éste contrato conste por escrito?
5.- ¿Que significado tiene la frase “salvo pacto en contrario”en los múltiples preceptos que aparece?

II. ESCRIBE SOBRE LA LÍNEA UNA “V” SI CONSIDERAS VERDADERA LA ORACIÓN Y UNA “F” SI LA CONSIDERAS
FALSA.

_______ El contrato de consignación es atípico.


_______ La consignación es un contrato de intermediación.
_______ Los efectos consignados no podrán ser embargados por los acreedores del consignatario.
_______ El consignante podrá disponer de los bienes antes del vencimiento del contrato.
_______ Si no hay venta del bien objeto del contrato, no hay retribución.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA

CASTRILLÓN y Luna, Víctor M., Contratos Mercantiles, 2ª. Edición, México, Porrúa, 2003.
GARRIGUES Joaquín, Curso de Derecho Mercantil. 7ª Edición. México, Porrúa, 1987.
VÁSQUEZ del Mercado, Óscar, Contratos Mercantiles, 7º. Edición, México, Porrúa, 1997.

14 Messineo (69), tomo V, pág. 156.

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