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LICENCIATURA EN DERECHO
MATERIAL DIDÁCTICO
Colaborador:
Javier Máximo Vázquez
2007-I
RECONOCIMIENTOS
Esta publicación electrónica enmarca uno de los objetivos fundamentales de la División del SUAEC de la Facultad de
Estudios Superiores Aragón, así como la elaboración del material didáctico para el Sistema Universidad Abierta de la UNAM.
Responsable institucional
Jefe de la división
Asesoría pedagógica
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PRESENTACIÓN
El Sistema Universidad Abierta ha cumplido 30 años de contribuir a la innovación del proceso enseñanza-aprendizaje
en la Universidad Nacional Autónoma de México y en todo el país. En 1972, a iniciativa del Dr. Pablo González Casanova se
creó el Sistema Universidad Abierta enfocado al aprendizaje y en las necesidades a satisfacer del estudiante, permitiéndole a
éste integrar su educación a las exigencias prácticas de la vida tanto cotidiana como profesional.
La educación abierta es una forma de organización y políticas que tienden a la flexibilización en cuanto a tiempos,
plazos y formas de interacción entre estudiante y asesor.
En este sentido, la División del Sistema Universidad Abierta tiene la responsabilidad de poner al alcance de la mano del
estudiante todos los elementos necesarios para la consecución de los objetivos de aprendizaje. Un elemento básico de este
proceso lo constituye el material didáctico en torno al cual giran las fortalezas del sistema abierto.
Los materiales didácticos más que una antología de lecturas, es una estrategia de trabajo diferente para garantizar su
uso adecuado. En este caso, los materiales didácticos son autoadministrables, es decir, cuentan con los elementos
suficientes para que el estudiante por sí mismo pueda comprender los objetivos de aprendizaje, desarrollar las actividades
que le permitan alcanzarlos y contar con los elementos de evaluación y autoevaluación en el momento en que deben realizar
sus exámenes.
Complementando lo anterior, la labor del asesor es potenciar la utilidad de estos materiales didácticos para hacer que los
elementos básicos que se encuentran en ellos sean ampliados y profundizados a través de la discusión no sólo con un
estudiante en particular sino con el total de participantes en cada asignatura.
El material didáctico y las sesiones de asesorías personalizadas o grupales, a distancia o presenciales son espacios de
análisis donde el estudiante es activo promotor de su aprendizaje y no un pasivo oyente.
En este orden de ideas se cuenta con material didáctico de cuidadosa selección de lecturas que abarca los variados
temas del programa de estudio e incluye de manera clara los objetivos y actividades para conseguirlos, asimismo, se
encuentran en este material didáctico los elementos para medir el avance del aprendizaje.
Como toda actividad universitaria es un material que está sujeto a la crítica bajo la premisa de que todo es perfectible.
Dado el vertiginoso avance de la ciencia en esta era del conocimiento, se considera también que es una obra temporal
constantemente sujeta a revisión y modificación para mantenerla a tono con los cambios que el estudio del Derecho impone.
Finalmente, la División del SUA Aragón destaca el esfuerzo que significó hacer llegar a sus manos este material
didáctico. Para lograrlo se conjugaron muchos esfuerzos tanto académicos como prácticos por parte de los autores en un
trabajo pionero en la más joven de las Facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México.
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INDICE
Introducción.
Objetivo general.
1.1. Concepto.
1.2. El motivo o causa del nacimiento de los contratos.
1.3. Fuentes de las obligaciones mercantiles.
1.4. Naturaleza jurídica.
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IV. COMPRA VENTA DE ACUERDO CON LA LEY FEDERAL DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR
5.1. Concepto.
5.2. Antecedentes históricos.
5.3. Elementos esenciales y de validez.
5.4. Nacionalidad de las partes.
5.5. Naturaleza civil o mercantil de los contratos de compraventa.
5.6. Incoterms 1953.
5.7. La Convención de Viena sobre contratos de compraventa internacional de mercaderías y el Derecho Mexicano.
5.7.1. Regulación interna y externa.
5.7.2. Reglas sobre su formación.
5.7.3. Obligaciones de las partes contratantes.
5.7.4. Efectos del incumplimiento del contrato.
5.7.5. Transmisión del riesgo.
5.7.6. Conservación de las mercancías.
5.8. Definiciones sobre el comercio extranjero americano.
5.9. Formulación del contrato escrito en compraventa internacional.
6.1. Concepto.
6.2. Partes que intervienen en el contrato de suministro.
6.3. Suministro y compraventa.
6.4. Derechos y obligaciones de las partes.
6.5. Mercantilidad del contrato.
6.6. Elementos reales.
6.7. Elemento objetivo.
6.8. Calidad, cantidad y precio.
6.9. Cláusula de exclusividad.
6.10. Incumplimiento del contrato.
6.11. Naturaleza jurídica.
6.12. Características.
6.12.1. Suministro de servicios.
6.12.2. Peculiaridades del contrato.
6.13. Terminación del contrato.
7.1. Generalidades.
7.2. Concepto.
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7.3. Elementos personales.
7.3.1. Derechos y obligaciones de las partes.
7.4. Naturaleza jurídica.
7.5. Características y clasificación.
7.6. Terminación del contrato.
8.1. Concepto.
8.2. Bolsa de valores.
8.3. Intermediarios en la Bolsa de Valores.
8.4. Valores negociables, en la Bolsa de Valores.
8.5. Autoridades que intervienen en el Mercado de Valores.
8.6. El Instituto para el Depósito de Valores "INDEVAL".
8.7. Compra venta en la Bolsa de Valores.
8.7.1. De viva voz.
8.7.2. Órdenes cruzadas.
8.7.3. Contratos u operaciones en firme.
8.7.4. Operaciones en cama.
8.7.5. Contratos u operaciones al contado
8.7.6. Contratos u operaciones a plazo.
8.7.7. Contratos u operaciones con prima.
8.8. Terminación del contrato.
9.1. Concepto.
9.2. Legislación aplicable.
9.3. Mercantilidad del contrato.
9.4. Clasificación.
9.4.1. Diversas clases de transporte terrestre y partes que en el mismo intervienen.
9.4.1.1. Transporte terrestre de cosas.
9.4.1.2. Concepto.
9.4.1.3. Elementos; personales, reales y formales.
9.4.1.3.1. Obligaciones y derechos de los elementos.
9.4.1.4. Peculiaridades del contrato.
9.4.1.5. Extinción por rescisión.
9.4.2. Transporte de personas.
9.4.2.1. Concepto.
9.4.2.2. Elementos: personales y reales.
9.4.2.2.1. Obligaciones y derechos de las partes.
9.4.2.3. Responsabilidad objetiva y el seguro del viajero.
9.4.3. Carta de porte y billete de pasajeros.
9.4.4. Responsabilidad del porteador.
9.5. Terminación del contrato.
9.6. La prescripción en el transporte.
9.7. Comparación con el contrato civil.
X. EL CONTRATO DE SEGURO
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10.9. El principio de buena fe.
10.10. El aviso del siniestro y la exigibilidad del crédito.
10.11. El reaseguro y coaseguro.
10.12. La clasificación del contrato de seguro.
10.12.1. El seguro de cosas o de daños.
10.12.1.1. La cobertura e interés jurídico económico del beneficiario.
10.12.1.2. Interés asegurable.
10.12.1.3. El supraseguro.
10.12.1.4. El infraseguro.
10.12.1.5. El daño parcial.
10.12.1.6. Los seguros de daños regulados por la Ley sobre el Contrato de Seguro.
10.12.1.7. Seguro contra incendio.
10.12.1.8. Seguro de provechos esperados. 10.12.1.9. Seguro de granizo.
10.12.1.10. Seguro de ganado.
10.12.1.11. Seguro de transporte terrestre.
10.12.1.12. Seguro contra la responsabilidad.
10.12.1.13. Subrogación, medidas de conservación y pago de siniestro.
10.12.2. El seguro de personas.
10.12.2.1. Concepto.
10.12.2.2. Elementos personales, reales y formales.
10.12.2.2.1. Obligaciones y derechos de los elementos.
10.12.2.3. La cobertura.
10.12.2.4. El seguro de terceros y menores.
10.12.2.5. La póliza.
10.12.2.6. La reserva matemática.
10.12.2.7. El seguro de enfermedad y de accidentes.
10.12.2.8. El seguro sobre la vida.
10.12.2.8.1. La responsabilidad en caso de suicidio.
10.12.2.9. El seguro de grupo.
10.12.2.10. El seguro dotal.
10.12.2.11. Las principales diferencias con el seguro de cosas.
10.13. La terminación del contrato.
10.14. La prescripción del contrato de seguro.
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11.2.5.3. Elementos reales.
11.2.5.4. Formas de constitución.
11.2.5.5. Requisitos para que surta efectos contra terceros.
11.3. El contrato de fianza.
11.3.1. Concepto.
11.3.2. Elementos personales.
11.3.2.1. Elementos esenciales y de validez
11.3.3. Relaciones entre las partes.
11.3.4. La fianza de empresa.
11.3.4.1. Concepto.
11.3.4.2. Régimen legal.
11.3.4.3. Elementos personales.
11.3.4.3.1. Elementos reales.
113.4.3.2. Elementos formales.
11.3.4.3.3. Obligaciones y derechos de los elementos.
11.3.4.4. Mercantilidad del contrato.
11.3.4.5. La cláusula de recuperación de la empresa afianzadora.
11.3.4.6. Pago de la fianza, efectos.
11.3.4.6.1. La subrogación.
11.3.4.7. Reafianzamiento y coafianzamiento.
11.3.4.7.1. Naturaleza jurídica.
11.3.4.8. Fianza civil y mercantil.
11.3.4.9. Diferencia entre el seguro y la fianza de empresa.
11.3.4.10. Procedimiento de ejecución de la fianza de empresa.
12.1. Concepto.
12.2. Antecedentes históricos.
12.3. Elementos personales.
12.3.1. Elementos esenciales y formales.
12.3.2. Elementos reales.
12.3.3. Obligaciones y derechos de los elementos personales, comitente y comisionista.
12.4. El expedicionario.
12.5. Comisión verbal no ratificada.
12.6. Cláusula de autoentrada o consigo mismo.
12.7. Cláusula del credere.
12.8. Características del contrato.
12.9. Mandato civil y comisión mercantil, sus diferencias.
12.10. La comisión en relación con los contratos de agencia mercantil, mediación y correduría privada.
12.11. Causas de extinción del contrato.
13.1. Concepto.
13.2. Régimen legal del derecho de autor y del contrato de adhesión
13.3. Mercantil del contrato.
13.4. Elementos personales.
13.4.1. Elementos reales.
13.4.2. Elementos formales.
13.5. Derecho y obligaciones de las partes.
13.6. Registro de la obra o contrato.
13.7. Carácter jurídico del contrato de adhesión.
13.8. Características del contrato.
13.9. La obra futura.
13.10. Causas de extinción y terminación del contrato.
14.1. Concepto.
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14.2. Las partes Contratantes.
14.4. Diversas clases de préstamo.
14.5. Diferencias entre el préstamo mercantil, con el civil.
14.6. La tasa de interés mercantil
14.7. El lugar del cumplimiento
14.8. Los intereses moratorios.
14.9. La pena convencional.
14.10. Obligación de restitución y el plazo.
14.11. Terminación del contrato.
16.1. Concepto.
16.2. Elementos.
16.2.1. Elementos personales.
16.2.2. Elementos reales.
16.2.3. Elemento formal.
16.3. Objeto del contrato de tiempo compartido.
16.4. Derechos y obligaciones de los elementos personales.
16.5. Reglamentación del contrato de tiempo compartido.
16.6. Naturaleza jurídica.
16.7. Terminación del contrato.
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18.1. Concepto.
18.2. Elementos personales.
18.3. Elementos reales.
18.4. Derechos y obligaciones de las partes contratantes.
18.5. Naturaleza jurídica.
18.6. Mercantilidad del contrato.
18.7. Importancia del contrato en la práctica.
18.8. Terminación del contrato.
19.1. Concepto.
19.2. Elementos.
19.2.1. Elementos personales.
19.2.2. Elementos reales.
19.3. Derechos y obligaciones de las partes.
19.4. Mediación y corretaje.
19.5. Los corredores públicos titulados, en la Legislación mercantil mexicana.
19.5.1. Intervenciones de los corredores.
19.5.2. Obligaciones derechos y prohibiciones del corredor público en México.
19.6. Terminación del contrato.
20.1. Concepto.
20.2. Partes que intervienen.
20.3. El factor,
20.4. Naturaleza jurídica.
20.5. Características.
20.6. Aplicación práctica del Contrato de Factorage.
20.6.1. Derecho y Obligaciones de la partes.
20.6.2. Facultades del factor.
20.6.3. Contrato a nombre propio.
20.6.4. Crítica del artículo del C6digo de Comercio.
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22.4. Obligaciones Y derechos de las partes.
22.5. Mercantilidad del contrato.
22.6. Terminación del contrato.
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26.6.1. Término de ofrecimiento y desahogo de pruebas.
26.7. Publicación de probanzas y los Alegatos.
26.8. Citación para sentencia definitiva.
26.9. Las costas.
26.9.1. Fundamento de la condena en costos y su liquidación.
INTRODUCCIÓN
La elaboración de la presente antología tiene como propósito dotar de un instrumento al alumno de la carrera de
Derecho del Sistema de Universidad Abierta, en torno a la selección de textos de autores destacados en la materia.
Cabe advertir que detrás de esta antología hay una labor ardua desde la selección de los textos que cubran el temario
como la minuciosa precisión de los que dan cuerpo al presente de la misma.
El programa de derecho mercantil es el último curso sobre un área del conocimiento del derecho que ha representado
en todos los tiempos un campo de la actualidad humana de gran interés, ya que el comercio es el motor económico que
mueve a los pueblos y ahí su importancia relevante tanto en su legislación como en su estudio.
No obstante que para llevar a cabo la selección de los textos que cubrieran el programa, se emplearon a más de una
decena de autores expertos en la materia, no fue posible agotar de manera total, punto por punto el programa; debiéndose
esta circunstancia a la dinámica de cambios ante la materia que se traten, de manera que al abordar los temas y en su
desarrollo, los autores no coincidían en algunos casos con los subtemas indicados en el programa, pero no obstante esta
circunstancia, la antología cubre el programa es su generalidad dotando de elementos al alumno para tener una visión sobre
los contratos mercantiles, la importancia de la Procuraduría Federal del Consumidor y las diversas vías que se tienen para
solucionar los conflictos que se susciten en este materia.
Estimado estudiante si conoces algún material o autor que ayude a enriquecer la presente antología no dudes en
comentar el mismo a tu tutor, tú colaboración es trascendental en el mejoramiento de la misma.
NOMBRE DE LA ASIGNATURA
LICENCIATURA
Derecho
SEMESTRE
Quinto
Ciclo Formativo
Área Mercantil.
SERIACIÓN
Esta asignatura tiene como antecedente a Derecho
CARÁCTER
Obligatorio
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Objetivo general del curso
Analizar las obligaciones mercantiles, así como analizar los procedimientos mercantiles: ordinario, ejecutivo mercantil y
de lo concursal, para elaborar escritos de demanda, contestación y ofrecimiento de pruebas y alegatos.
Criterios de evaluación
El alumno de la asignatura de Derecho Mercantil Civil debe leer los materiales didácticos correspondientes a cada
uno de los temas del programa de asignatura, para que al final resuelva la guía de autoevaluación propuesta por cada unidad
temática, la cual le permitirá apreciar desde tu perspectiva el conocimiento y comprensión de los mismos.
Esta guía es una modalidad dentro del proceso de evaluación del aprendizaje del alumno, que el maestro puede tomar
como parte de tu proceso de evaluación además de los requerimientos individuales que bajo el principio de libertad de cátedra
le otorga la Universidad Nacional Autónoma de México, como lo son los exámenes parciales por unidad, examen final,
trabajos de investigación, controles de lectura, ensayos, etc.
UNIDAD I
LAS OBLIGACIONES MERCANTILES
En esta unidad se estudiara lo relativo a las obligaciones en materia mercantil en su marco general y los contratos
como la primera fuente de las obligaciones mercantiles, de ahí que el subtema 1.2. quede inmerso en el siguiente.
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
Previo estudio:
− Describa lo que son las obligaciones mercantiles.
− Realice un breve ensayo sobre el origen de los contratos.
− Explique la naturaleza jurídica de los contratos.
− Elabore una breve explicación de las fuentes de las obligaciones mercantiles.
OBJETIVOS PARTICULARES
Describir las características de las obligaciones mercantiles, así como sus principios fundamentales.
CONTENIDOS
1.1. Concepto.
1.2. El motivo o causa del nacimiento de los contratos. 1.3.
Fuentes de las obligaciones mercantiles.
1.4. Naturaleza jurídica.
Documento Ficha
1.A. VÁSQUEZ del Mercado, Óscar,
Contratos Mercantiles,
7ª Edición, México, Porrúa, 1997,
Págs. 149-150.
1.B. DÍAZ Bravo, Arturo,
Contratos Mercantiles,
6ª Edición, México, Harla, 1997,
Págs. 4 - 8.
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1.1. Concepto.
OBLIGACIÓN MERCANTIL
[…] No hay un concepto de obligación mercantil distinto del de obligación civil. La obligación, como sabemos, es el
vínculo jurídico por el que una persona está sujeta, respecto de otra, a una prestación, un hecho o una abstención.
Ya quedó escrito, y aún así se entiende, que en cada obligación figuran cuando menos dos personas que se
encuentran una frente a otra en un relación de desigualdad. De una parte la libertad personal del acreedor traspasa sus
confines naturales, transformándose en un poder sobre el deudor; de otra parte, por el contrario, la libertad natural del deudor
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se restringe, de tal manera que se coloca en un estado de sujeción o necesidad.
Podríamos, sin embargo, siguiendo el concepto de obligación civil, considerar que la obligación mercantil constituye el
vínculo jurídico por el cual un sujeto debe cumplir frente a otro una prestación que tiene carácter mercantil, porque el acto que
la origina es de naturaleza mercantil, un contrato mercantil.
En gran parte el derecho mercantil es derecho de las obligaciones. Las obligaciones civiles tienen un carácter estático,
de tranquilidad. Las obligaciones comerciales son un perfecto movimiento. La obligación civil tiende a lograr un bien que por
5 a
lo regular debe servir al acreedor. La obligación comercial es por el contrario un medio de cambio.
Los contratos son la fuente más importante de las obligaciones mercantiles, puesto que la actividad de los
comerciantes consiste esencialmente en contratar. […]
[…] Conforme a nuestro sistema jurídico, son fuentes de las obligaciones mercantiles el contrato, la ley, la declaración
unilateral de voluntad, la responsabilidad objetiva, el enriquecimiento ilegítimo, la gestión de negocios y el acto ilícito.
Jorge Barrera Graf5 ha hecho notar que omito, como fuente de esta obligación, a la costumbre. Y es que no
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comparto su opinión en el sentido de que tal costumbre es fuente autónoma, ya que, al igual que Mantilla Molina,
considero que sólo sería válido reconocerle tal carácter si algún precepto legal así lo proclamara; me parece que,
aunque de modo implícito, el propio Barrera Graf aporta elementos suficientes para llegar a tal conclusión, cuando
expresa que “... si bien el C. Com. No invoca como fuente general a la costumbre, sí lo hacen otras leyes comerciales
respecto a las materias que regulan: LTOC, art. 2º.., frac. III (“usos bancarios y mercantiles”); [la LN, art. 5º.-IV (“los
usos y las costumbres marítimas internacionales”); la LMV, art. 70 (“usos bursátiles y mercantiles”); la LSI (art. 2º.),
que invoca a los usos bursátiles y mercantiles, en fin, la Convención de la Unión de París para la Protección de la
Propiedad Industrial, art. 10 bis, núm. 2 (“Usos honrados en materia industrial o comercial”)]... Que el C. Como no
haya seguido la tradición de los códigos mexicanos anteriores, o de los códigos hispano e ítalo, no debe interpretarse
5 Véase para un estudio completo de las obligaciones, Federico Carlo di Savigni op. cit.; Polanco, op cit.; Giovanni Pacchioni, Trattato delle obligacioni, Torino, 1927 Eugene Gaudemet, op.
cit., y entre nosotros Gutiérrez y González, op. cit.; Borja Soriano, op. cit.; Fernando Sánchez Calero, po. cit., p. 409.
5 aLuigi Lordi, Le Obligacioni commerciali, Milano, 1936, p. 1.
5 Reseña del presente libro en el Boletín Mexicano de Derecho Comparado, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, año XIX, núm. 55, ene.-abr. 1986, México, p. 163.
6 BARRERA GRAF, Jorge, Instituciones. . . op. cit., pp. 57-58.
7 MANTILLA MOLINA, Roberto L., op. cit., núm. 56.
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como un deseo deliberado del legislador de excluir la costumbre como fuente general del derecho mercantil. Si ésa
hubiera sido su intención, lo hubiera expresado; y resultaría incongruente con tal postura, que leyes posteriores,
redactadas con mayor cuidado, como son las tres aludidas antes (LTOC, LN, LMV), sí hayan reconocido a la
costumbre, como fuente general de las materias que regulan".
Por el contrario, me parece que la omisión del legislador no puede por menos que considerarse deliberada, y
que, en cambio, la referencia a dicha costumbre como fuente específica, de ciertas obligaciones configura la mejor
demostración de que no debe atribuírsele la calidad de fuente genérica. Por otra parte, el terminante y claro texto del
arto 14, CPEUM, sólo permite que las sentencias del orden civil se ajusten". . .a la letra o a la interpretación jurídica de
la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales del derecho", texto que, evidentemente, no faculta a los
jueces para apoyar sus sentencias en costumbres que no estén legalmente previstas.
De tal suerte, puedo admitir a la costumbre como fuente mediata de obligaciones mercantiles, pero sólo en la
medida en que así se reconozca por la ley, que, como se ha visto, menciono en cambio como fuente directa o inmediata
de numerosas obligaciones mercantiles.
Lo anterior, por supuesto, no debe entenderse como un desconocimiento o rechazo del secular y decisivo influjo
de la costumbre en el derecho mercantil, que, como es bien sabido, surgió y se conserva sustentado, casi de modo
exclusivo, por las prácticas y usos del comercio. Lo que sostengo es que, en derecho mexicano, sólo es fuente de
obligación la costumbre cuando con tal carácter se le reconozca en algún texto legal, tal como ha venido ocurriendo en
el ámbito internacional: Así, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa Internacional
de Mercaderías, cuando dispone que "Para determinar la intención de una parte o el sentido que habría dado una
persona razonable deberán tenerse debidamente en cuenta. . . , cualesquiera prácticas que las partes hubieran
establecido entre ellas, los usos y el comportamiento ulterior de las partes. Las partes quedarán obligadas por cualquier
uso en que hayan convenido y por cualquier práctica que hayan establecido entre ellas." (arts. 8o.-9o.); así, el proyecto
de Principios para los Contratos Mercantiles Internacionales, elaborado en el seno del Instituto Internacional para la
Unificación del Derecho Privado (UNIDROIT): "Las partes están obligadas por cualquier uso en el que hayan convenido
y por cualesquiera prácticas que hayan establecido entre ellas. Las partes están obligadas por un uso que sea
ampliamente conocido y regularmente observado en el comercio internacional por partes en el respectivo ramo del
comercio, salvo cuando la aplicación de tal uso resulte irrazonable." (Art. 1.9).
Todo ello muestra, en grado de evidencia a mi entender, que incluso el legislador mercantil internacional está
consciente de que es necesario sancionar en textos legales la existencia de la costumbre como fuente de obligaciones
mercantiles.
Ahora bien, son a tal punto escasas las disposiciones generales que en materia de obligaciones contiene el C. Como
que bien podría afirmarse que no existe, en nuestro sistema jurídico, una teoría general de las obligaciones mercantiles; en
consecuencia, y siempre de conformidad con lo dispuesto por los arts. 2o. y 81, y con las pocas salvedades previstas en los
arts. 77 a 88, son aplicables a la materia mercantil las disposiciones generales del C. Civ. en materia de obligaciones y
contratos.
Existen, ciertamente, disposiciones especiales para determinados actos y contratos comerciales, algunas de las
cuales difieren, e incluso son contradictorias, de las civiles; mas, precisamente por su carácter específico, se examinarán en
el lugar oportuno.
Si a lo anterior se añade que la revisión de la teoría general, por lo visto, sólo sería una repetición de la teoría de las
obligaciones civiles, encontrará plena explicación la circunstancia de que aquí no se haga un desarrollo sobre el particular,
pero sí una somera referencia a algunos puntos que considero interesantes.
Aunque en su lugar se harán las explicaciones pertinentes, conviene hacer notar que el antes expresado elenco de
fuentes de las obligaciones mercantiles, que lo son también de las civiles, no coincide con los expuestos, y en ocasiones
insinuados, por modernos autores; así, algunos de ellos apuntan la existencia de una especial forma de acuerdo de
voluntades en el acto constitutivo de una sociedad mercantil que, a su juicio, no es contrato, sino acto colectivo, y que de ese
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modo, a mi juicio quedaría configurado como una especial fuente de obligaciones; otros, por su parte, no mencionan a la ley
9 10
como fuente específica de obligaciones; en nuestro medio, Gutiérrez y González afirma que los contratos de adhesión -que
él prefiere llamar guiones administrativos- no son contratos ni declaraciones unilaterales de voluntad, de manera que los
encuadra, como tales, en una nueva y especial categoría como fuente de obligaciones. […]
8 MESSINEO, Francesco, Manual de derecho civil y comercial, t. IV, Buenos Aires, 1971, pp. 436437; MANTILLA MOLINA, Roberto L., op. cit., núm. 283.
9 BEJARANO SÁNCHEZ, Manuel, Obligaciones civiles, 3a. ed., México, 1984, p. 31.
10 GUTIERREZ Y GONZALEZ, Ernesto, Derecho de las obligaciones, 7ª. Ed., México, 1990, pp. 410-420.
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1 DERECHO POSITIVO DE LAS OBLIGACIONES MERCANTILES
[…] Los regímenes legales con derecho privado diferenciado, como el de México, suelen reconocer al derecho común
como fuente supletoria de las leyes mercantiles (arts. 2o., C. Como y 2o.-IV, LGTOC), por manera que en ellos la teoría
general de las obligaciones civiles cumple el mismo desempeño respecto de las obligaciones mercantiles. Ello no quita el que
existan, a propósito de estas últimas, disposiciones que no sólo se apartan, sino que, en ocasiones, muestran tendencias
opuestas a las del derecho común; los siguientes ejemplos, entre muchos otros citables, pueden servir como demostración de
lo anterior: "La solidaridad -dispone el art. 1988, C. Civ.- no se presume; resulta de la ley o de la voluntad de las partes."; tal
solidaridad se impone, tratándose de letras de cambio, pagarés, cheques y obligaciones, a quienes en tales documentos
aparezcan como suscriptores del mismo acto (arts. 159, 174, 196 Y 228, LGTOC), y se presume en los contratos de crédito
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regulados por la misma Ley (art. 4o); el cedente de un crédito civil (art. 2042, C. Civ.) responde sólo de la existencia y
legitimidad del crédito en el momento de la cesión; por el contrario, el que aporta un crédito al capital de una sociedad
mercantil responde (art. 12, LGSM), además, de la solvencia del deudor. Por otra parte, los contratos civiles entre ausentes se
perfeccionan (art. 1807, C. Civ.) en el momento en que el proponente recibe la aceptación, mientras que los mismos
contratos, cuando son mercantiles, quedan perfeccionados desde que el aceptante conteste en manifestación de
consentimiento (art. 80, C. Com.)
Para un comentario crítico a este último precepto, véase infra núm. 20.
Ahora bien, no es una afirmación perogrullesca la de que una obligación mercantil sólo puede surgir de un acto de
comercio, en razón del amplio campo de los llamados actos mixtos que, por su doble carácter, presentan también una doble
vertiente: la obligación mercantil por parte del que realizó el acto de comercio, y la civil para su contraparte. Ya la doctrina
2
mexicana ha puesto de relieve la ausencia de una clara solución legal sustantiva para estos actos: mientras algunos autores
estiman que, por no existir la posibilidad legal de imponer a ambas partes el carácter que el acto tiene sólo para una de ellas,
en tales casos existe un doble régimen legal, otros apuntan que con ello se crearían situaciones caóticas, sólo evitables
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mediante la aplicación, a tales actos mixtos, del C. Como exclusivamente.
El proy. C. Como proclamaba, en el arto 5o., su aplicabilidad a los actos de que se trata.
Tampoco tengo conocimiento de que los tribunales mexicanos se hayan pronunciado sobre la naturaleza civil o
mercantil de un acto mixto; es la práctica la que ha venido superando muchas de las dificultades que podrían resultar de la
teoría legal bifronte, cuando en los contratos se estipulan con claridad los intereses normales y moratorios, la fecha y las
consecuencias de la mora', e incluso, con frecuencia, las bases para estimar los daños y perjuicios.
Pero además, hay ciertos contratos tradicionalmente regulados sólo por la legislación civil, y quizás por esta razón son
considerados siempre como civiles, no obstante que, por alguno o varios de los elementos que concurren, son
verdaderamente mercantiles, sin que importe su falta de regulación en leyes de esta última naturaleza, pues, al tenor de lo
dispuesto por el arto 2o., C. Com., deberá aplicárseles la ley civil, con carácter supletorio y en lo conducente; así, el
arrendamiento de un inmueble, cuando el arrendador y el arrendatario sean empresarios mercantiles y el local se destine al
funcionamiento de una negociación comercial. En este caso no hay duda sobre el propósito de especulación comercial que
anima a los contratantes, luego, por aplicación analógica del arto 75, frac. I, C. Com., el contrato configura un acto de tal
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naturaleza; de la misma forma, la hipoteca constituida en garantía de pago de un crédito bancario (art. 75-XIV) que, según lo
expuesto, ya pesar de ser actos de comercio, se regulan por las disposiciones del C. Civ., si bien les son aplicables, por
encima de aquéllas, las relativas a la generalidad de los contratos mercantiles, consignadas en los arts. 77 y ss. del C. Com.
El citado criterio erróneo conduce a la no menos equivocada pero invariable práctica de promover, en casos
litigiosos, juicios civiles (ordinarios, hipotecarios), no obstante que, por la naturaleza de tales actos, la acción procesal
es de carácter mercantil y, por ende, mercantiles también deben ser los juicios que se incoen. Así, con toda claridad, lo
dispone el art. 1049 del C. Com.
1 Y por todo ello encuentro serias dificultades para compartir la opinión de áscar VÁSQUEZ DEL MERCADO (Contratos mercantiles, 5a. ed., México, 1994, p. 151) en el sentido de que "en el
derecho mercantil se presume la solidaridad en las obligaciones", afirmación que resulta tanto más extraña cuanto que el propio autor expresa más adelante (p. 152) que "el Código de
Comercio no contiene una declaración general acerca de la solidaridad en las obligaciones mercantiles como el Código Civil la contiene al contrario" (las cursivas son mías), y a continuación
cita varios casos de disposiciones mercantiles específicas en materia de solidaridad, que, a mi juicio, son la mejor demostración de que en ellos sí se da el supuesto de imposición legal de la
solidaridad, ya previsto en el arto 1988, C. Civ., y de que la regla general sobre no presunción de la misma debe observarse en materia mercantil, ante la inobjetable aplicación supletoria de tal
precepto.
2 BARRERA GRAF, Jorge, Instituciones de derecho mercantil, México, 1989, p. 71; MANTILLA MOLINA, Roberto L.. Derecho mercantil, 22a. ed., México, 1982, núm. 90.
3 RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, Joaquín, Curso de derecho mercantil, 4a. ed., t. 1, México, 1960, p. 31.
4 Opinión que no comparten Francisco LOZANO NORIEGA (Contratos, ed. Asociación Nacional del Notariado Mexicano, A. C., México, 1986, p. 281), quien estima que, atento el citado texto
legal, el arrendamiento mercantil sólo puede recaer en bienes muebles, y Jorge BARRERA GRAF (Estudios de derecho mercantil, México 1958, p. 234); en el sentido del texto, en cambio,
Roberto L. MANTILLA MOLINA (Derecho mercantil, 22a. ed., México, 1982, p. 66).
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Otro tanto debe afirmarse de los demás actos y contratos que, aun sin estar previstos por las leyes mercantiles,
adoptan el carácter de actos de comercio por los sujetos que los celebran, por el objeto sobre el que recaen, por su forma o
por su propósito, pues con ello configurarán actos de naturaleza análoga a los expresados en el C. Com. (art. 75-XXIV).[…]
I. PREGUNTAS ABIERTAS
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
BORJA Soriano Teoría de las Obligaciones. Tomo Primero Editorial Porrúa 1974.
GUTIERREZ Y González, Ernesto. Derecho de las Obligaciones. Editorial Cajica S.A Puebla, 1977.
TENA de J. Felipe, Derecho Mercantil Mexicano. Editorial Porrúa México 1999.
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