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nidad

ORIGEN DEL SISTEMA PENITENCIARIO


Orientación de la Unidad VI.
En esta unidad te presento la evolución histórica del sistema penitenciario. En ella
conocerás los diferentes sistemas que ha tenido la humanidad para el cumplimiento de
las penas y el tratamiento de los condenados.

Esta unidad incluye: Competencias de la unidad, esquema de contenidos, desarrollo de


los contenidos, un resumen de los contenidos, actividades, ejercicios de autoevaluación
y la bibliografía en que el lector o participante debe apoyarse para el desarrollo de la
misma.

Competencias concretas Unidad VI

1-Analiza la evolución histórica del Sistema Penitenciario, su forma arquitectónica y


los diferentes tratamientos que se han utilizado para corregir a los delincuentes y lo
compara con la forma actual del sistema penitenciario dominicano.

2-Muestra dominio de los diferentes tratamientos que se han utilizado en la humanidad


para corregir a los infractores de la ley penal, y los relaciona con los que se aplican
actualmente en los centros penitenciarios dominicanos.

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UNIDAD VI: ORIGEN DEL SISTEMA PENITENCIARIO

Esquema de contenidos de la Unidad VI.


1. Evolución arquitectónica penitenciaria
2. Diferentes enfoques sobre la prisión

d) Los reformistas
e) Los reduccioncitas
f) Los abolicionistas:

3. Diferentes procedimientos que se han utilizado para castigar o corregir a los


delincuentes

a) Sistema de comunidad
b) Sistema de clasificación
c) Sistema celular

4. Modelos estructurales

5. El elemento humano de la prisión

6. La prisionalización

e) El rechazo institucional
f) La intransigencia
g) La colonización
h) La conversión

7. La vida institucional

8. La observación de la personalidad como presupuesto necesario para la selección del


tratamiento

9. Necesidad de la observación de la personalidad

10. Tratamiento del recluso en la institución

11. Técnicas y métodos de tratamiento

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Penología y Derecho Penitenciario

d) Consejería de grupo
e) Terapia familiar y conyugal
f) La terapia familiar en el ambiente carcelario.
d) Socioterapia y actividad de grupo

12. Diferentes técnicas socio terapéuticas

d) Ergoterapia o terapia laboral


e)Terapia de contacto
f)Terapia social

13. Métodos médicos y quirúrgicos de tratamiento

14. Medidas sustitutivas a la reclusión

15. Medidas de ejecución penal en libertad

c) Medidas sustitutivas
d) Medidas ejecutivas de progresión

15. Ventajas de las medidas de ejecución penal en libertad

16. La liberación anticipada

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UNIDAD VI: ORIGEN DEL SISTEMA PENITENCIARIO

Desarrollo de contenido Unidad VI.


1. Evolución arquitectónica penitenciaria

Para Resumil (1992) la evolución arquitectónica de la prisión ha estado muy ligada al


desarrollo de la filosofía que se tuviera en relación a la pena, ya que en función de las
concepciones se fueron creando las estructuras para albergar al delincuente. En Grecia
se utilizaban las latomías, los cuales consistían en una profunda cavidad de 625 pies de
largo por 2000 pies de ancho. Las mismas permanecían en un completo abandono.

Lo que importaba era que los presos no pudieran emprender la fuga. En Roma, se
construyó una prisión que consistía en una pequeña rotonda abovedada, baja de techo
y sin luz. Dicha cárcel estaba confiada a un guardián, quien utilizaba grillos, cadenas,
esposas y otros artefactos. Generalmente terminaban con la muerte. Esa prisión que
fue la primera en Roma, se construyó bajo el Rey Anco Marcio

Respecto a las penas eclesiásticas, se dice que la iglesia utilizó como prisiones los
monasterios y luego construyó sus propias prisiones, para castigar a aquellas personas
que no observaban los cánones eclesiásticos

La primera penitenciaría conocida fue la casa de corrección en Bridewell, Inglaterra, la


cual fue construida aproximadamente en el año 1550. Ahí se encerraba a vagabundos
y prostitutas, las cuales se mantenían ocupadas en la prisión para corregirles sus vicios.
Esta institución fue utilizada como modelo por las casas de correcciones de Amsterdan,
ya que el régimen penitenciario holandés se basó en trabajo, disciplina y penas corporales.

Gómez (1998), refiere que la cárcel no nació para aplicar tratamiento a los delincuentes
ni para castigarlos, sino como una medida de asegurar que el imputado se presentara
a todas las fases de juicio. La prisión era un recurso ad custodian y no ad penan, así lo
dijo Alfonso el Sabio, en el hermoso castellano del siglo XIII: Ca la cárcel debe ser para
guardar los presos e non para hacerles enemiga, nin otro mal, ni darles pena en ella...Ca
la cárcel non es dada para escarmentar los yerros, más para que los presos tan solamente
en ella fasta que sean judgados”

Después del siglo XVI, las cosas comenzaron a cambiar. Antes de esa época se prefería
eliminar los presos, en vez de llevarlos a la cárcel. Los cambios históricos y geográficos,
entre ellos el de América: las epidemias, las guerras cruentas como la de los treinta
años, hizo disminuir la fuerza de trabajo en Europa, por eso se prefirió conservar a

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Penología y Derecho Penitenciario

los delincuentes y no ejecutarlos. Incluso al decir de Baratta, al inicio de la sociedad


capitalista la principal función de la cárcel era transformar y hacer producir al individuo.

La pena de privación de libertad reemplazó a las ejecuciones capitales y a los castigos


corporales. La cárcel Work Houses o Correction (Casas de Trabajo y Casas de Corrección)
nacen en Holanda y en la Inglaterra isabelina. Allí se explotaba la mano de obra de los
delincuentes, pero no se contemplaba el tratamiento penitenciario rehabilitador.

En el siglo XVIII se manifiestan en Europa las primeras expresiones de la revolución


industrial. La máquina comienza a sustituir la mano del hombre y las casas de trabajo
y corrección no representan ningún negocio y son cerradas. En el mismo siglo (1704)
se crea en Roma, el Hospicio de San Miguel, fundado por el Papa Clemente XI. Era
también una casa de corrección de inválidos. Allí los reclusos aprendían un oficio para
trabajar en el día y en la noche se suministraba instrucción elemental y religiosa bajo
el silencio absoluto. En las puertas del Hospicio había un mensaje tallado en latín que
traducido al español decía: “Es mejor someter con disciplina a los buenos, que reprimir
con penas a los malos”. A pesar de su éxito inicial, dicho centro fue clausurado a finales
del siglo XVIII.

En el año 1776 en los Estados Unidos, en Filadelfia, bajo el puritarismo protestante


cuáquero, se funda un establecimiento prisional, Walnut Street, el cual impuso un
tratamiento de aislamiento celular continuo diurno y nocturno, bajo el régimen del
silencio absoluto. En este centro el imputado no era explotado, se intentaba que el
recluso fuese un pecador arrepentido. El recluso, en la celda debía leer la Biblia y si salía
de la celda era vendado o encapuchado y así evitaba ser influenciado de manera negativa
por cualquier compañero, pero a los que oponían resistencia se les castigaba.

La experiencia filadelfiana es recogida en Nueva York en la localidad de Auburn, en la


ya legendaria cárcel de Sing-Sing, con una innovación: se mantiene el sistema celular de
aislamiento nocturno y diurno. Pero se permite el trabajo colectivo diurno en silencio.
Por eso se le ha denominado el sistema del silencio.

Los estilos antes mencionados fueron calificados por Ferri como una de las aberraciones
del siglo XIX, verdadera fábrica de locos, imbéciles y suicidas.

A partir del año 1836 el tratamiento penitenciario alcanza una escala diferente en España,
cuando el comandante del presidio de Valencia, Coronel Manuel Montesinos Molina,
dijo que en esa penitenciaría sólo se recibe el hombre porque el delito se queda en la
puerta. Esa era la consigna del penal. Montesinos establece un régimen dividido en tres

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etapas: la de los hierros, la del trabajo y la de la libertad intermedia. Así las cosas, cuando
el recluso llega al penal, ha de llevar el hierro, las cadenas al pie, pero sin aislamiento
celular. Luego le sigue la etapa del trabajo al recluso, le enseñan un oficio. Por último, la
libertad intermedia, el recluso podía pasar un día fuera del penal y regresar en la noche
a dormir.

El camino escogido por Montesinos, para el tratamiento de los delincuentes los


prosiguieron otros penitenciarios, uno de ellos fue Alejandro Maconochie, Capitán
de la Marina Real Inglesa y Director de las Colonias Penales de Australia. El éxito
de Montesinos fue de tal magnitud que en el Penal de Valencia no había fugas y la
reincidencia descendió a niveles muy bajos, del 30 ó el 33% o menos, hasta llegar a la
ausencia de reincidentes, a tal punto que Valencia se convirtió entre 1835 en la tierra
prometida de los penitenciaristas del mundo entero.

Gómez (1998), p.22, siguiendo las directrices de Montesinos Maconochie en 1845, cinco
años después de la hazaña lograda por Montesinos en el tratamiento de los reclusos,
impuso el sistema progresivo con la denominación inglesa “Mark System”. La primera
parte de ese tratamiento era el aislamiento celular continuo, diurno y nocturno, siempre
en silencio absoluto. El tercer ciclo es el más original, es el llamado Ticket of Leave
(Ticket de salida). El recluso se ganaba esos tickets con su trabajo, cuando obtenía el
número requerido, lograba la libertad anticipada o la libertad condicional. Monocochie
sostenía que de ese modo:

“Se colocaba la suerte del preso en sus propias manos, dándole una especie de salario,
imponiéndole un modo de pena penitenciaria por las faltas que cometiera en la prisión,
haciéndole recaer sobre él el peso y la obligación de manutención y despertando hábitos
que después de liberado, la preservaría de caer en el delito.”

El tratamiento de Maconochie se extendió a toda Inglaterra con algunas variantes, pero


había un salto brusco en esta fórmula, el paso de la reclusión silenciosa y semisolitaria
auburniana a la libertad condicional y aún plena. Hacía falta el escalón intermedio. Lo
coloca Sir Walter Grafton, director de prisiones de Irlanda, quien fue un gran admirador
de la obra de Montesinos y creó el llamado régimen inglés introduciendo sencillamente
entre el segundo y el tercer paso establecido por Manocochie, del régimen auburniano
a la libertad intermedia de Montesinos. Esto ocurre en 1856. La escala de Grafton tiene
entonces 4 etapas: Primero, Filadelfia; segundo, Aurbur; tercero, Montesinos; cuarto,
Manocachie; la libertad anticipada.

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La fórmula de Crofton se convirtió en la más extendida por todo el mundo penitenciario,


con la variante de cada país.

El régimen penitenciario iniciado por Montesinos y perfeccionado por Maconochie y


Crofton, fue considerado como el sustituto de la pena de muerte, de la prisión perpetua
y de los castigos corporales, porque se entendió que era el tratamiento adecuado para
lograr la reinserción del condenado a la sociedad; por eso en el siglo XIX fue considerado
como el siglo de la cárcel.

Entre los postulados de la revolución penal y criminología positivista de finales del


siglo XIX, encabezada por César Lombroso, Enrique Ferri y Rafael Garófalo figuró el
fortalecimiento del sistema penitenciario progresivo dirigido a la readaptación social del
recluso.

Si el siglo XIX, fue denominado el siglo de la cárcel, el siglo XIX fue considerado de anti
cárcel, debido a que el tratamiento institucional cualquiera que sea sus características,
arroja cifras de reincidencia verdaderamente impresionante. Además la prisión origina
serios problemas al recluso, porque lo segrega de su estado natural de libertad, de la
familia, sus amigos, sus contactos con el exterior. La prisión agrava sus tendencias
antisociales y crea en el preso un espíritu hostil, agresivo para la sociedad, según Cuello
Calon. El criminólogo escandinavo Olof Kimberg, dice que los presos privados de la
mayoría de sus derechos de expresión, se encuentran en un estado de comprensión
psicológica, como un gas baja presión en un vaso cerrado. El alemán Hernett refiere
que las relaciones del encarcelado son anormales; todos hablan el mismo lenguaje, el
de la desesperación y del empobrecimiento espiritual. Sieverts considera que el recluso
pierde parte de su memoria, en él se despiertan fantasías, quimeras e ilusiones. Barnes y
Tutiers dicen que la vida de los prisioneros es mortal para el hombre medio. Destruye su
vitalidad, su sensibilidad se amortigua, y su espíritu se tuerce. Talft asienta la indiferencia
y la decadencia del poder de atención como característica de la población penal.

En el segundo Congreso Internacional de Criminología celebrado en París en 1950,


se consideraron como rasgos representativos de la Psicología del Preso, la mentira, la
hipocresía, el disimulo, y la simulación, todas consecuencias del ambiente penitenciario.
Tannenbaum sostiene que la cárcel:

“No sólo fracasa en cuanto a mejorar el carácter de los presos, sino que contribuye a
empeorarlo. Si, como se ha reprochado, convierte al malvado en el más endurecido
de los criminales, entonces, la prisión, no sólo ha fracasado en su misión de proteger
a la sociedad, sino que se ha convertido en favorecedora del incremento del delito en

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la comunidad. Enviar un criminal a la prisión añade es darse el trabajo de tener que


recluirlo de nuevo después de su liberación.” Tannenbaum, citado por Gómez, p. 23.

Barners y Teeters sostienen que la cuestión es saber si se quiere castigar a los penados o
reformarlos, ya que castigo y reforma no pueden ser sinónimos.

2. Diferentes enfoques sobre la prisión

En el VIII Congreso Internacional de Criminología celebrado en Lisboa 1978, el


canadiense Pierre Landreville, inspirándose en el pensamiento de G. Hawkins, agrupó
las posiciones en torno a la prisión actual en tres grandes categorías: el reformismo, el
reductivismo y el abolicionismo.

g) Los reformistas: continúan creyendo que la prisión puede cambiar, transformar y


rehabilitar al delincuente. Según ellos es posible convertir las prisiones en centro de
tratamiento de los delincuentes, como lo quieren las Naciones Unidas. Sostienen que si
no han cumplido con sus propósitos, es porque no se le ha proporcionado los medios
necesarios para esos fines. Se debe transformar la prisión, mejorando el personal y
ofreciendo penas adaptadas a las necesidades de los delincuentes. Se sugiere el trabajo,
la formación profesional, la educación escolar y se insiste en la terapia de grupo e
individual.

h) Los reduccioncitas: Estos plantean que la prisión debe ser reducida a su mínima
expresión, ya que como centro de tratamiento de delincuentes su funcionamiento es
discutible. Se debería reducir la cárcel al internamiento de aquellos que merezcan penas
largas, para intimidarlos y neutralizarlos. Esta es la posición de Cuello Calón, cuando
dice aunque la prisión para un número de delincuentes constituye un medio penal
insustituible, por varias razones, por su nocivo influjo sobre el penado, por la marca
infamante que imprime en los que estuvieron presos, por los gastos que su construcción
y mantenimiento origina. Plantea el jurista que la aplicación de la pena puede ser sustituida
para aquellos delitos no graves, cuando los antecedentes y condiciones personales un
eficaz aseguramiento de su persona. Apunta el jurista que no se puede prescindir de la
prisión para los culpables de graves delitos.

i) Los abolicionistas: exigen la abolición total de las prisiones, aduciendo que pretender
aplicar un tratamiento a prisioneros es un tiempo perdido. Muchos abolicionistas
proponen la sustitución de la prisión por hospitales o por detenciones de corta duración
o por medidas privativas de libertad muy distintas a las que se conocen. Barnes y Teeters
sostienen que la única manera de mejorar la prisión es suprimiéndola.

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En Inglaterra, los sociólogos Sydney y Beatrice Webb, rechazan toda posibilidad de


trtamiento rehabilitador en las prisiones y sostienen que la forma más práctica de la
prisión y la más alentadora sería tener la gente fuera de la cárcel.

Muchos especialistas coinciden en que para lograr un tratamiento en prisión, mediante


el cual se rehabilite y readapte al imputado, se requiere de un organismo interdisciplinario
como eje central de la terapia penitenciaria. Todo esto fundamentado sobre el estudio
individualizado de la personalidad del sujeto. Para ello se requiere más que de un juez
jurista y un juez criminólogo.

Sobre la posibilidad o no de un tratamiento penitenciario rehabilitador, cabe mencionar


los pensamientos clásicos de Michel Foucault, Alessanders Baratta y Darío Melossi; en
unión este último de Massimo Paravini.

Foucault, filósofo estructuralista, desaparecido en 1984, dejó una obra, “Vigilar y


Castigar”, que para muchos penitenciaristas representan una verdadera Biblia doctrinal
sobre el área. En dicha obra, Foucault plantea que la condición omnidisciplinaria de la
cárcel se cumple mediante tres prácticas: el asilamiento, el trabajo y la modulación de la
pena.

En lo tocante al trabajo penitenciario, recompensa la habilidad del obrero pero no


enmienda al culpable.

El especialista italiano, Barata, doctrinario del radicalismo criminológico crítico, niega la


posibilidad de un tratamiento penitenciario. Aduce que los centros de detención ejercen
efectos contrarios a la reeducación y a la reinserción del condenado, pero sí favorables a
su estable integración a la población criminal. Sostiene Barata que la cárcel es opuesta a
todo moderno ideal educativo, ya que ésta estimula la individualidad, el auto respeto del
individuo, alimentados por el tratamiento que le da el educador. El criminólogo Italiano
sostiene que exámenes clínicos realizados mediante los clásicos tests de personalidad
han mostrado los efectos negativos del encarcelamiento sobre la psicología de los
condenados y la correlación de estos efectos con la duración de éste. Termina diciendo
que los estudios de ese género demuestran que no es posible transformar un delincuente
violento, asocial, en un individuo adaptable a través de una larga pena carcelaria.

Los criminólogos y penitenciaristas Darío Melossi y Massimo Paravini, sobre la posibilidad


del tratamiento penitenciario, asumen que la reducción penitenciaria lo que trata es de
transformar al sujeto real en sujeto ideal. Alegan los citados pensadores, que en las casas
de corrección, se trataba de transformar al delincuente en un trabajador proletario. En

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esto consiste la verdadera invención penitenciaria. La cárcel como máquina, es capaz de


transformar al criminal violento (sujeto real), en detenido (sujeto ideal) disciplinado y
mecánico. A este proceso ellos le llaman de “Mutación antropológica”, de delincuente
a proletario.

Teresa Mirallas, especialista española, corrobora los planteamientos anteriores. Sostiene


que el tipo de conducta que el proceso de resocialización debe crear en el individuo es
aquella que lo lleve a adaptarse a las normas consensuales capitalistas.

La concepción teórica de la pena, dice el criminólogo Venezolano Elio Gómez, como


instrumento rehabilitador ha sido un fracaso. Según dicho penalista, el tratamiento
rehabilitador se debe aplicar en forma extramural, es decir, no privado de libertad, lo que
se denomina régimen abierto. En ese orden de ideas las Naciones Unidas en el primer
Congreso sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, en resolución
adoptada el 29 de Agosto de 1955, dijo que las prisiones abiertas:

“Se caracteriza por la ausencia de precauciones materiales y físicas contra la evasión


(tales como muros, cerraduras, rejas y guardia armada y otros guardias especiales de
seguridad), así como un régimen fundado en una disciplina aceptada y el sentimiento
de la responsabilidad del recluso respecto a la comunidad en que vive. Ese régimen
alienta al recluso a hacer uso de las libertades que se ofrecen sin abusar de ellas o
estas son características que distinguen al establecimiento abierto de todos los tipos
de establecimientos penitenciarios, algunos de los cuales se inspiran en los mismos
principios, pero sin aplicarlos totalmente”. Gómez, 1998) p.26.

Los ingleses les llaman a la prisión abierta “la cárcel sin rejas”. Aparecen vestigios de ellos
en el penitenciarismo que en el siglo XIX concibieron y realizaron Manuel Montesinos
en España y Walter Crorton en Irlanda y en las colonias Alemanas para vagabundos en
1880, y en la cárcel danesa de Gedhus y en penales ingleses como Wakfield y Maidstone y
en los Borstal para jóvenes y famosos establecimientos penitenciarios suizos de Witswil,
de 1985, considerados modelos.

Es a partir de la segunda guerra mundial cuando nace estas instituciones penitenciarias


abiertas, debido al elevado número de presos políticos que hacinó las prisiones europeas
y entonces se decidió trasladar a muchos a barracas cerradas por alambres de púas y
custodiadas por guardianes. Al terminar la contienda, esos campamentos permanecieron
en una suerte de colonias de trabajos móviles para presos comunes, con una vigilancia
mínima. No hubo motines ni fugas masivas y las readaptaciones a la vida social fueron
significativas.
En el verano de 1949 unos expertos en Criminología reunidos en los Estados Unidos,
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en Lake Succes, recomendaban a las Naciones Unidas implantar estas instituciones


abiertas, conforme a cada legislación nacional.

Suecia es un ejemplo universal de una estructura pedagógica verdaderamente ejemplar.


En 1973, instituye en su reforma pedagógica como postulados básicos estos dos
principios:

1. La custodia extrainstitucional es la forma natural del sistema correctivo.


2. El tratamiento institucional debe funcionar en estrecha colaboración con la
custodia extrainstitucional.

La reforma oficial sueca dice que la privación de libertad como regla no favorece la
readaptación social del individuo a la sociedad. El tratamiento extrainstitucional, desde
el punto de vista preventivo individual, es el sistema que logra mejores resultados y
constituye una actividad menos costosa y más humanizante.

El principio fundamental que rige el sistema penal sueco es evitar en lo posible sanciones
privativas de libertad; puesto que éstas por lo general no mejoran las perspectivas del
individuo de adaptarse a la vida en sociedad. Del 80% de los condenados están sometidos
al régimen de tratamiento extrainstitucional, sólo un 20% se encuentra privados de
libertad, y la prisión allí está destinada básicamente a preparar el recluso para la vida en
libertad.

Entre las medidas extrainstitucionales se encuentran algunas como la condena


condicional, la probación, la libertad condicional, la parole, el servicio a la comunidad,
el trabajo obligatorio, las medidas terapéuticas, el confinamiento, la prohibición de
visitar algunos lugares, la restricción o privación de derechos, el arresto o limitación de
fin de semana, el arresto nocturno, el arresto domiciliario, la vigilancia de la autoridad,
la multa, la libertad juratoria, la amonestación, la reparación del daño y la confiscación.

3. Diferentes procedimientos que se han utilizado para castigar o corregir a los


delincuentes

Resumil (1992), refiere que los sistemas más comunes que ha utilizado la humanidad
para castigar o corregir a los delincuentes son:

a) Sistema de comunidad
En este sistema se recluían a los delincuentes haciendo vida común, pero cayó en
desuso porque resultó ineficaz, por el hacinamiento en que se encontraban los presos.

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Este es el sistema que impera actualmente en República Dominicana, ya que muchas


cárceles sólo tienen el nombre de modelo.

b) Sistema de clasificación

En este sistema se clasifican a los delincuentes tomando como parámetro el delito


cometido, la edad, la personalidad, educación y profesión del recluso.

c) Sistema celular

Este consistió en aislar a cada recluso en celdas individuales. Este sistema supone el
empleo de estrategias individualizadas para la corrección.

El sistema celular conocido también como filadelfiano o sepárate system, por haber sido
puesto en vigor en Pennsylvania en 1786. Una de las razones que se ha argumentado
para la separación de los reclusos es evitar el contagio criminal. Dicho sistema resultó
muy perjudicial para la salud del recluso, razón por la cual fue objeto de fuertes críticas,
ya que el aislamiento conlleva al suicido y a la locura, imbecilidad, pérdidas de hábitos
sociales y produce personas sin cultura e incapaces. También el penal celular sale más
costoso porque ha de suponerse que las celdas deben ser más amplias.

El penal celular, por su deficiencia fue sustituido por el sistema auburniano, el cual tuvo
su origen en Auburn, New York. Dicho sistema fue conocido también como silente
system, porque además de basarse en el trabajo colectivo, dicho trabajo se realizaba en
completo silencio. Este sistema se mostró inapropiado por el régimen disciplinario tan
riguroso y de castigos corporales que más bien creaba en el recluso sentimiento de odio
y venganza, lo que al final lo convertía en reincidente.

Debido a la deficiencia de los sistemas anteriores, surgió en Irlanda en 1887 el sistema


progresivo o flexible por de Sir Walter Crofton, el cual tenía por base una progresiva
emancipación del recluso, que a veces terminaba con la liberación condicional, como
una forma de estimular el recluso para su readaptación social o aun cuando se trataba
de penas de prisión perpetua. En este progresivo se han inspirado la mayoría de los
sistemas penitenciarios modernos.

Ahora bien, la idea de pena con un fin enmendatorio, y que sentó las bases para el
principio de la individualización de la pena fue enunciado por el jurista alemán Walberg
en el año 1869 y fue perpetuado en la obra de Sabilles, La Individualización de la Peina,
1898.

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4. Modelos Estructurales

Resumil (1992), en el año 1971 Bentham propuso un modelo de cárcel, llamado


panóptico. El mismo consistía en un edificio circular o dos edificios encajados uno
en otro, donde las celdas de los presos formaban la circunferencia del edificio con seis
pisos. Una galería en cada piso servía para mantener la comunicación entre una celda
y otra. En el centro, una torre con guardias dominaba todo el recinto, ya que esto
permitía vigilar cada piso. Desde esa torre el guardia podía observar todo el movimiento
de la cárcel, con una sola mirada. Este modelo ha servicio como esquema a muchas
cárceles norteamericanas y europeas.

Resumil, apunta que, en los Estados Unidos existían las llamadas prisiones tipo bastilla.
Estas consistían en edificios fuertes, macizos y sombríos. Luego se construyó la prisión
de Therry Hill conocida como Eastern State Penitenciary en el año 1817, diseñada por
el arquitecto John Haviland. Dicha prisión tenía un sistema radial, en forma de estrella,
el punto se hallaba en el puesto de vigilancia, siete alas de celdas de dos pisos; cada una
contenía doble hilera de celdas exteriores separadas por un corredor. Cada celda tenía
11 pies de ancho con 9 pulgadas de largo, por siete pies con 6 pulgadas de ancho por
17 pies de alto.

La citada pensadora sostiene que en la prisión de Auburn, se aplicó el sistema


penitenciario del mismo nombre, ese edificio tenía una construcción semejante a una
caja con dos grupos o bloques de celdas de piedra interiores, colocadas espalda con
espalda, de cuatro pisos de elevación. Como las celdas estaban ubicadas en el interior
de la prisión se dificultaba la entrada del aire y la luz porque las ventanas estrechas y los
exteriores lo impedían. Las celdas eran muy pequeñas de 6 por 4 por 8 pies.

En París se construyó una prisión, diferente a la planta radiada, constaba con 3 pabellones
celulares unidos por un corredor centra. El edificio de administración se encontraba en
un lado y el de la capilla en otro, lo cual permitía la entrada del sol a cualquier hora del
día, por eso en los Estados Unidos se le dio el nombre de telefone pole, porque tenía
mucho parentesco con un poste de teléfonos.

En los Estados Unidos se construyó la llamada Michigan State Prisión en Jackson


construida en el año 1962 a un costo aproximado de ocho millones de dólares, con una
capacidad para 4,735 reclusos.

Resumil (1992), señala que en New York, se construyó la cárcel conocida como
Greenhaven, una institución de seguridad máxima que combina el sistema de parole

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de teléfono con un campo bastante amplio, rodeada con muros de 10 m de alto por
10 m de profundidad, con 12 torres de guardas, con un espacio tan grande que a los
mensajeros se le dificultaba el traslado a pie en el interior de la prisión.

5. El elemento humano de la prisión

Todo parece indicar que la prisión como mecanismo de reclusión o de reinserción social
ha fallado, por los efectos negativos de la reclusión. Se aduce que la primera reclusión
causa en el individuo el trauma del cautiverio, el cual consiste en que el individuo
pierde todo contacto con el mundo que lo rodea y se siente amenazado por la nueva
situación que tiene que afrontar. También lo conlleva a un estado de abulia, es decir,
una tendencia a la segregación, lo cual puede ser motivado, por la indiferencia que
tienen las autoridades de la prisión por los problemas personales del recluso o interno.

Zaffaroni, refiere que en las cárceles el elemento humano está ausente, debido a que éstas
más que centros de rehabilitación son jaulas o máquinas de deteriorar. Los vejámenes,
maltratos, torturas y las usuales amenazas de los custodias (policías y militares) son
deriorantes de la personalidad del condenado. A ese tipo de institución, Foulcaut, le
ha llamado “instituciones de secuestros”, ya que la prisión genera una patología, cuya
característica más sobre saliente, es la regresión.

En la prisión se lesiona la autoestima del condenado, en todas las formas imaginables.


Allí se pierde la privacidad, se somete al condenado a requisas degradantes. A ello se
agrega la superpoblación, las precariedades de la alimentación y los servicios sanitarios.

Esta práctica no puede ser vista, como una tentativa de reeducación e reinserción
social, sino como un ejercicio arbitrario del control penal.

6. La prisionalización

Glaser, citado por Resumil, p. 169. Sostiene que esta fase consiste en la adaptación del
recluso a la vida del penal, donde ya el sujeto se identifica con los grupos que hacen vida
en la cárcel. Para ello el recluso pasa por diversas etapas, como son:

i) El rechazo institucional

En este aspecto el recluso comienza a mirarse de forma diferente y a veces no cree


que se trata de él mismo, por los nuevos aspectos que no conocía con anterioridad. A
eso se le llama psicosis carcelaria, entendiéndose ésta como la despersonalización del
individuo.
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j) La intransigencia

En esta fase el recluso se niega a cooperar con el penal, lo repudia; se trata, sin embargo
de una fase temporal.

k) La colonización

Ya en esta fase el recluso comienza a ver el penal como algo normal y lo acepta como
su hogar.

l) La conversión

En esta etapa el recluso ya está adaptado al penal e incluso participa en las actividades
comunitarias de la institución y los reclusos.

La adaptación del recluso, depende a veces de la duración de la pena, ya que se ha


demostrado que los condenados a penas largas se adaptan a través del tiempo.

7. La vida institucional

Si el castigo es la única función de la sanción penal, la función de la misma consistirá en


el sometimiento del recluso de manera incondicional a la autoridad administrativa. Por
razonamiento contrario, si la sanción tiene por finalidad la reinserción del recluso a la
sociedad como un ente sano y capaz de respetar la norma, entonces se debe aplicar un
tratamiento individualizado, y tiene que ser así porque cada persona es individual y no
padece de los mismos problemas. No se puede aplicar un mismo tratamiento a todos
los reclusos. La finalidad de la prisión debe ser prevenir y destruir la delincuencia en el
ser humano y no destruir al individuo.

De la misma manera en que al paciente que visita su médico, se le toma en cuenta


la particularidad de su enfermedad, así también si se quiere aplicar un tratamiento
rehabilitador, se deberá tomar en cuenta la personalidad, y la clase de infracción que ha
cometido el condenado.
No es posible aplicar un mismo medicamento para todos los pacientes, porque cada
uno tendrá una enfermedad diferente, y la causa que la ha provocado probablemente
sea diferente. Hay que tomar en consideración la personalidad del condenado y las
causas que hayan motivado la comisión del crimen, porque de otra manera no se podría
hablar de tratamiento, sino de castigo.

176
UNIDAD VI: ORIGEN DEL SISTEMA PENITENCIARIO

8. La observación de la personalidad como presupuesto necesario para la


selección del tratamiento

El primer paso para cumplir con la finalidad de la pena consiste en realizar un diagnóstico
sobre la personalidad del recluso. Este consistirá en una observación científica del
recluso por un período subsiguiente a la intervención de la sentencia, durante el cual
será sometido a análisis de carácter biológico, morfológico, psicológico y social.

Este estudio debería hacerse a todo recluso, porque para saber el tratamiento a aplicar
a un convicto, es necesario saber qué es lo que ha motivado su comportamiento
delictual. Como primer paso propondría ese mismo estudio pero inmediatamente el
individuo llega a la prisión. Esto servirá para conocer la personalidad del recluso, ya
que su personalidad puede ser alterada en la nueva sociedad carcelaria, sobre todo en
algunos países como República Dominicana donde los individuos duran hasta 2 años
en prisión preventiva y cuando finalmente son condenados, la prisión les ha causado
daños irreparables.

Además, ese estudio le serviría al juez para que aplique una sanción, tomando en cuenta
las características de sujeto. Según Resumil, la idea de hacer un diagnóstico de la
personalidad nació en el área de menores en el campo de la justicia criminal, a fines del
siglo XIX, aunque fue en el año 1939 ante el Congreso de Criminología celebrado en
Roma, cuando se dieron las directrices para el tratamiento individualizado, tomándose
en cuenta dos fases en el proceso ejecutivo; una de observación y otra de tratamiento.

Algunos penólogos consideran que no es necesario realizar estudio alguno a la persona


que llega por primera vez a la prisión, que se encuentra en la llamada prisión preventiva.
Parten de que dicha persona está revestida de la presunción de inocencia, y por tanto no
hay nada de anormal en ella. Sin embargo, respetando ese principio se puede realizar un
estudio de la personalidad de todo preso preventivo, el cual apoyaría al juez al momento
de juzgar a ese ciudadano. Además de eso, hay personas que cometen un delito por
primera vez; y no por ello son peligrosas. Su conducta es tan rectilinea que podrían
esperar el juicio en su casa, y continuar su vida más o menos normal, en razón de que a
ciertas personas la cárcel los induce a adoptar una conducta desviada y a adquirir malos
hábitos.
El objetivo de ese tratamiento es prevenir la criminalidad. Se podría determinar qué es
lo que provoca la conducta delictual, siempre que se haga una observación científica en
el estudio de los reclusos. Esto así, porque en la observación empírica sólo se intenta
descubrir la relación, causa y efecto, y generalmente quienes la hacen no son profesionales
especializados, por tanto no pueden hacer una buena evaluación del convicto.

177
Penología y Derecho Penitenciario

En cambio la observación científica se realiza a través de un equipo multidisciplinario,


tales como sociólogos, educadores, endocrinólogos, internistas, neurólogos, psiquiatras
y radiólogos. Aquí se persigue conocer cuáles son sus efectos. Así al concluir el estudio
se estará en posición de poder prevenir y controlar el fenómeno.

9. Necesidad de la observación de la personalidad

Resumil, sostiene que la metodología empleada para la observación varía conforme


a la procedencia de la escuela criminológica. La Escuela Romana de Criminología,
descendiente de la Escuela Positiva, contribuyó al desarrollo de instituciones de
observación de la personalidad. En Roma, Rebiblia operó un centro de diagnóstico y
clasificación científica de convictos. Para la evaluación se tomaron personas de 18-25
años de edad, voluntarios, convictos a pena de reclusión entre 3 y 15 años mediante
sentencia definitiva. El período de examen, de una duración de cuatro a ocho semanas,
consiste en un primer análisis basado en investigación anamsticobiográfico del convicto.
Es decir, una investigación de su vida en familia, pasatiempos, vida religiosa, empleo
del tiempo libre; y también el estudio de su currículum judicial. El segundo análisis
consiste en un estudio médico clínico, con su preponderancia en el examen morfológico
y endocrinológico.

En lo que respecta al examen físico se aduce que éste es importante por el hecho
de que a través de las características morfológicas, funcionales y temperamentales se
puede retroceder a las características somatopsíquicas del sujeto. El examen de tipo
funcional, consiste en exámenes neurológicos y electroencefalográficos con la finalidad
de identificar cualquier tipo de patología orgánica. Además de eso el recluso es sometido
a un número de exámenes de tipo psicológico y psiquiátrico utilizando distintas pruebas
de inteligencia y psicomotoras.

Los resultados de los exámenes anteriores pueden ser de gran utilidad para el examen de
comportamiento, el cual requiere de una observación de la conducta del individuo de la
comunidad carcelaria. Este examen se realiza por los técnicos y el personal de custodia
adiestrado.

Tras todo esto, se reúnen los especialistas para discutir los datos obtenidos y así sugerir
un tratamiento que se adecue al convicto. Para ello se envía al convicto a una institución
especializada para poner en efecto el tratamiento señalado, el cual se hace vía el Ministerio
de Justicia, luego de examinar el expediente de evaluación del sujeto que le es enviado
cuando concluye la observación.

178
UNIDAD VI: ORIGEN DEL SISTEMA PENITENCIARIO

Los componentes de los centros pueden variar dependiendo de las necesidades. Se cita
como ejemplo, el centro de orientación penitenciaria de Bruselas, el cual está compuesto
por tres psiquiatras, tres psicólogos, dos sociólogos, un profesor de educación física que
administra exámenes psicométricos, un asistente social, un funcionario administrativo
y como nota curiosa, un número de estudiantes universitarios que prestan sus servicios
a manera de una colaboración entre la administración penitenciaria y las universidades
belgas. Cada miembro del equipo habrá de someter al recluso a un examen profundo
iniciado con una anamnesis específica por cada especialista además de un examen
del récord judicial de interno. Luego se le somete a estudios de tipo morfológicos
funcional, psíquicos y comportamental. Después de finalizar esos exámenes se celebra
una reunión general, en la cual se trata de hacer una reconstrucción sintética de los
aspectos examinados y de esa manera aplicar un tratamiento conforme a la personalidad
de autor.

Otra institución penitenciaria que utiliza un sistema de observación es el Robert F.


Kennedy Youth Center en Maogantow, West Virginia. A juicio de Resumil, el sistema de
observación que tiene podría catalogarse de semicientífico. En dicho penal se analizan
los conceptos básicos del conocimiento y análisis de la personalidad para la aplicación
de un tratamiento individualizado.

La referida Institución Federal para menores, tiene un diseño arquitectónico que difiere
del penal tradicional, por su estructura sin verjas ni torres ocupadas por agentes de
custodia armados. El tratamiento que se aplica consiste en lograr modificar la conducta
del convicto a través de técnicas de acondicionamiento, un tratamiento individualizado,
según las categorías de comportamiento. Cuando los jóvenes ingresan al establecimiento
no pasan directamente a la cabaña que le será asignada para cumplir la condena impuesta,
sino, que primero se les somete a un período de observación del comportamiento a cargo
de los funcionarios del centro, quienes aplican pruebas psicológicas. Esta observación
es de cierta duración. Se ha dicho que es semicientífico, por limitarse únicamente al
aspecto social y psicológico, culminando con una evaluación conjunta de la personalidad
por los funcionarios que lo han practicado, y de ese modo asignar una cabaña para la
ejecución de la pena, a través de un tratamiento especializado que se corresponda con
la personalidad del condenado.

Según Vermon Fox, citado por Resumil, la clasificación por categorías es como sigue:
distraídos que presentan conducta infantil; neuróticos con conflictos, los cuales son
sujetos ansiosos que reflejan complejos de inferioridad y culpa; antisociales; estos
presentan agresividad o psicopatía, son pocos confiables, agresivos y problemáticos;
también están los inmaduros ligados a subcultura, por lo general estos son desadaptados

179
Penología y Derecho Penitenciario

sociales procedentes de familias desorganizadas que reflejan desconfianza en las


autoridades.

10. Tratamiento del recluso en la institución

La falta de atención a la subcultura carcelaria constituye un obstáculo para lograr la


rehabilitación del detenido. Para que la rehabilitación tenga lugar, según Resumil es
necesario que: a) se reconozcan unos objetivos esenciales al proceso de tratamiento, se
impone darle un sentido verdadero desde la perspectiva de la administración, así como
de la del recluso y de la sociedad que será que va a juzgar el, fracaso o no de la aplicación;
y, b) los programas de rehabilitación se deben desarrollar de manera organizada y no
ocasionalmente.

El tratamiento debe ser sistemático y no esporádico, para que el mismo pueda dar
resultado. Se debe involucrar a la sociedad, para que tenga participación en la política a
seguir en el tratamiento de los reclusos, toda vez que la persona cohibida de su libertad
es un miembro de la sociedad, a quien hay que ayudar y proteger.

En lo tocante a la República Dominicana, los reclusos no reciben el más mínimo


tratamiento. De esa manera no es posible lograr la reeducación del condenado; de ahí
que muchos se enfermen, otros se suicidan y otros comienzan a reincidir en el crimen
desde la misma prisión. No se puede educar para el bien cuando las autoridades del
penal, profesan el mal, el odio, la discordia, el rencor y el irrespeto hacia los condenados.

En conclusión, no se puede esperar que el condenado, al salir del penal obre bien en
libertad, si no ha recibido ningún tratamiento para ello, y sobre todo si no ha disfrutado
de la benevolencia de los que se consideran “los buenos”.

11. Técnicas y métodos de tratamiento

g) Consejería de grupo

Resumil (1992), señala que esta técnica consiste en un servicio que aspira a dar una guía
a las personas que tienen que hacer frente a dificultades en el campo y en el papel que
desempeña. Fue aplicado por vez primera por Norman Fenton en 1950 en la prisión
de San Quintin en California. La consejería de grupo, es como una situación en un
grupo pequeño más o menos de 6 a 8 reclusos se reúne con una custodia de penal
donde se discute un tema cualquiera haciendo referencias a los interlocutores o en
forma impersonal. Esta discusión tiene por objetivo lograr un acercamiento entre los

180
UNIDAD VI: ORIGEN DEL SISTEMA PENITENCIARIO

que dirigen el penal y los reclusos, para así neutralizar las resistencias de los reclusos al
tratamiento al cual se le somete.

La consejería de grupo podría ser beneficiosa, pero no es recomendable que se cuente con
la custodia. Por lo general, los custodias no tienen especialización para ayudar a reeducar
a condenados, y aunque tengan buenas intenciones no cuentan con la preparación
académica necesaria, como para enfrentar tal situación. Lo más recomendable sería
que la susodicha consejería, cuente con un psicólogo, un psiquiatra o una persona
especialista en ciencias penitenciarias en condiciones de comprender la realidad, que es
precisamente lo que necesita el recluso.

h) Terapia familiar y conyugal

La terapia familiar y la conyugal son métodos socios psicológicos dirigidos a personas


que viven en un estado de tensión, que aunque no necesitan ser hospitalizados en un
centro psiquiátrico, requieren de ayuda especializada y de relaciones amigables sociales.
Son personas con problemas en el ambiente familiar, con sus padres, hijos o cónyuges
y han sufrido un desequilibrio en la personalidad debido a la interdependencia estrecha
con ellos. El recluso se encuentra en una situación análoga. Con el método de la
terapia familiar, toda la familia queda involucrada, ya que el paciente es producto de
ese sistema. Además de eso se ha comprobado que el sujeto se identifica mejor con el
grupo en el cual se ha desarrollado, por tanto ejerce influencia sobre él. Así es como
la familia participa sea positiva o negativamente en el tratamiento que se le aplica a
un recluso, porque muchas veces el ambiente del seno familiar es propiciador de la
conducta desviada.

En la terapia familiar participa la unidad completa, ya que el pariente es producto de ese


sistema. En tanto que en la terapia conyugal sólo participa la pareja.

i) La terapia familiar en el ambiente carcelario.

El grupo que se encuentra detrás de las rejas de la prisión debe ser también objeto de
atención, en el entendido de que el hogar al cual deberá regresar el confinado después de
la excarcelación, podrá tener en él una influencia patógena. Se acepta que el tratamiento
educativo aplicado en el penal podrá ser malogrado en poco tiempo, por un ambiente
opuesto a la reeducación, ya que una relación padre madre deficiente, podría constituir
el punto de partida de las reacciones del desvío. Lo mismo sucede con las relaciones
conyugales infuncionales, tales como decepciones en el matrimonio, falta de valores
morales y factores de inseguridad.

181
Penología y Derecho Penitenciario

La inserción de la familia en el tratamiento que se aplica al recluso es de suma importancia,


ya que ésta es el grupo que se supone conoce más la conducta del individuo; y siendo
así el recluso se identifica más con dicha célula.

A pesar de lo expresado, la familia en muchas ocasiones es propiciadora de la conducta


desviada del individuo, por el poco apoyo que éste recibe en el ambiente familiar. De
cualquier modo, si la familia participa en el tratamiento podrá comprender mejor la
situación del condenado, cuando este regrese a su estado natural de libertad.

d) Socioterapia y actividad de grupo

La socioterapia es la base de uno de los modelos más importantes de tratamiento. La


comunidad terapéutica es definida como la combinación de varias técnicas de tratamiento
con miras a la reducción del delincuente y su regreso a ser parte de la sociedad, de forma
que pueda restablecer sus relaciones humanas. La socioterapia de grupo no es lo mismo
que la psicoterapia. En la última el grupo está orientado a reaccionar terapéuticamente
sobre sujetos que necesitan de curación, en tanto que en la primera se aplican metodología
particulares en una organización, sea en un hospital, un penal o en una comunidad libre,
donde básicamente se persigue transformar las estructuras tradicionales de relacionarse
entre los individuos bajo tratamiento, el personal y las estructuras mismas.

12. Diferentes técnicas socioterapéuticas

Resumil (1992), sostiene que entre las diferentes técnicas socioterapéuticas que ayudan
al delincuente a vivir en la sociedad normalmente son:

j) Ergoterapia o terapia laboral

Con esta técnica se pretende poner al recluso en contacto con el trabajo, dándole curso
de capacitación para que se aleje de la actividad delictuosa y así crear en el sujeto un
sentido de responsabilidad. Una de las cosas que podría incentivar la conducta delictiva
es el poco hábito de trabajo en el individuo. Una persona adulta que no tenga un nivel
de responsabilidad en la sociedad fácilmente se ve tentada por el crimen. No quiere
decir que quien se dedica a actividades laborales no cometan crímenes. Pero quien pasa
todo su tiempo libre está más expuesto a verse tentado por las actividades negativas. De
ahí que es importante que a los reclusos se les oriente en relación a la importancia de
capacitarse para la actividad productiva.

182
UNIDAD VI: ORIGEN DEL SISTEMA PENITENCIARIO

k) Terapia de contacto

Con este método el recluso se pone en contacto con varias personas fuera del ambiente
de la prisión. Se persigue que el recluso se sienta aceptado en la sociedad natural. Toda
vez que se pretende que el condenado se reeduque, para que obre bien en libertad, no se
le debería coartar todos sus derechos. Es por eso importante que el individuo se ponga
en contacto con su sociedad natural. Tal vez la misma sociedad lo ha llevado hasta
ahí, dado que las acciones delincuenciales son partes de los problemas que afectan a la
misma sociedad. De ahí el viejo dicho “que las sociedades tienen los delincuentes que
se merecen” .

l) Terapia social

Entre los modelos de sicoterapia se mencionan: la psicoanalítica, sicoterapias hospital


pueblo, denominada de esa manera porque tienen como propósito reestructurar las
relaciones más amplias con la sociedad, como es dar trabajo a los reclusos fuera del penal
y cualquier otra actividad comunitaria donde los reclusos pueden participar. También
está la socioterapia de tipo comunitario, la cual es más abierta que la anterior.

13. Métodos médicos y quirúrgicos de tratamiento

Con el tratamiento médico, se trata de averiguar si existe alguna causa biológica o una
disfunción, que dé lugar a la criminalidad para aplicar el consiguiente tratamiento.

Existen tratamientos que pueden actuar sobre las estructura de carácter, con los
cuales se puede “destruir de raíz la criminalidad de una clase. La cirugía ortopédica y
reparativa (piernas artificiales) plásticas o reconstructiva, neurocirugía (para acabar con
la epilepsia), y psicocirugía como la lobotomía, son ejemplos”.

En el caso de los delincuentes sexuales se aplica el tratamiento quirúrgico, el cual


podrá consistir, como sucede en los países escandinavos, en la castración. Siempre con
autorización por escrita del interesado, y con el consentimiento de su pareja, con esto se
persigue disminuir al apetito sexual. En un estudio realizado por Wille y Bejer intitulado
Castration in Germany, se encontró lo siguiente:

“Se recopila información relacionada con la castración de delincuentes sexuales en


la entonces República Federal Alemana, uno de los pocos países que la acepta y en
el cual se ha aplicado en una media de 5 personas por año. Los datos se obtuvieron
de la observación personal, entrevistas y expedientes penitenciarios de una muestra

183
Penología y Derecho Penitenciario

de 104 delincuentes castrados que comprendía pedóflicos, delincuentes compulsivos,


exhibiciones y homosexuales. El grupo de control en el estudio consintió de 53 personas
que habían solicitado la castración pero no fueron sometidos al proceso. Los resultados
revelaron que el interés sexual, libido, erección y eyaculación disminuyen en un 75%
de los casos en los seis meses siguientes a la operación. La reincidencia postoperatoria
en delitos sexuales fue de un 3% comparada a un 46% en los no castrados. De los
castrados un 70% estaba satisfecho con la operación, 20% ambivalentes y 10% no
estaba satisfecho”. (Resumil, 1992, pp. 184-185).

En los últimos tiempos se ha estado experimentado con fármacos para mejorar la


conducta de convictos por delitos sexuales y adictos al alcohol. Para los primeros
se ha utilizado un fármaco conocido como depoprovera, medicamento que actúa
sobre la producción de la testosterona, y reduce la actividad sexual en lo masculino
o la agresividad. Para los segundos se utiliza el fármaco conocido como Disulfiram,
más corriente se le conoce como Antabuse. Se dice que dicho fármaco causa nausea y
vómitos, dificultad al respirar y baja presión al ingerir alcohol, lo cual disuade al sujeto
de continuar ingiriendo alcohol.

Aunque se habla de la castración como medida para prevenir las acciones criminógenas,
la misma está prohibida por la Convención Interamericana para prevenir y sancionar la
tortura, ya que ese método tiende a disminuir la capacidad física del individuo; y lo que
se ha querido es preservar la vida humana por encima de todo. Así lo han entendido los
países signatarios de dicha Convención, entre ellos República Dominicana, mediante
Resolución del Congreso Nacional No. 60-86-19, publicada en la Gaceta Oficial No.
9698 del 15 de noviembre de 1986.

La Constitución Dominicana en su artículo 42, inciso 1, establece que no podrán aplicarse


en ningún procedimiento vejatorio o que implique la pérdida o la disminución de la
integridad física o la salud del individuo. De modo, que la castración es inconstitucional
y atentatoria contra los principios establecidos en Convenciones Internacionales, toda
vez que la misma cercena principios fundamentales de Derechos Humanos.

14. Medidas sustitutivas a la reclusión

La política moderna en materia penal, tiende a buscar métodos alternos a la prisión. Se


sostiene, que el sistema penitenciario de los países más progresistas se caracteriza por la

184
UNIDAD VI: ORIGEN DEL SISTEMA PENITENCIARIO

humanización del régimen interno y la neutralización de los efectos nocivos de la cárcel


por la tendencia a pasar de la comunidad comunitaria a la terapéutica, de la institución
cerrada a la abierta. (Rico, citado por Resumil, 1992, p. 185).

Se alega que la pena clásica de reclusión ha sido incapaz de asegurar la protección


de la sociedad, lo cual se manifiesta en la reincidencia, por lo que se hace necesario
la implementación de tratamientos individualizados para resolver los problemas del
delincuente. Esto ofrece la ventaja de poder excluir en muchos casos la pena de prisión,
buscando otros medios alternos, sin dejar de proteger a la sociedad, los mismos podrían
adaptarse mejor a la personalidad del convicto y a la acción cometida, así también evitar
algunos problemas que engendran ese tipo de pena, sean estos económicos o sociales.
Se argumenta que una correcta individualización requiere que el juez:

1. Posea una especial preparación criminológica.

2. Disponga antes del juicio de informes válidos sobre la personalidad biopsicológica y


social del delincuente.

3. Pueda encontrar en el Código Penal o en textos análogos una gama variada de medidas
entre las cuales tenga posibilidad de escoger la más adecuada a las circunstancias del
sujeto.

Conozca finalmente las ventajas e inconvenientes de dichas medidas respecto a la pena


privativa de libertad, así como sus modalidades de aplicación. Los resultados obtenidos
en los países que han tenido la ocasión de experimentarlos y la pertinencia de ser puestos
en práctica en el contexto social determinados”.

15. Medidas de ejecución penal en libertad

Resumil (1992), señala que las medidas de tratamiento en libertad, se clasifican tomando
en consideración la naturaleza jurídica. Así distingue las medidas sustitutivas, de los
medidas ejecutivas de progresión:

m) Medidas sustitutivas

La medida alternativa que ordinariamente se ha aplicado ha sido la sentencia suspendida


a su prueba. Es lo que comúnmente se conoce como probativa. Mediante la probativa se
suspende la ejecución de la sentencia, y se le permite al convicto permanecer en libertad,
durante el término fijado con las condiciones impuestas por las cortes y supervisadas

185
Penología y Derecho Penitenciario

además por oficiales probatorios. Si el individuo no cumple con una de las condiciones
impuestas, se le revoca la medida y el tiempo que tuvo en libertad. El objetivo de esta
medida es doble. Por un lado se persigue investigar al autor del acto delictivo con
anterioridad a la selección de la modalidad de ejecución de la sentencia. Así el tribunal
podrá tener los pormenores de ese caso, es decir, historial delictivo del delito, y por el
otro lado conceder un tratamiento individualizado en libertad.

Las medidas alternas a la prisión se fundamentan en la filosofía penitenciaria que postula


la flexibilidad de la ejecución de penas tomando en consideración las características del
individuo y la vertiente moderna de la Criminología, que crítica la modalidad de la pena
como único instrumento de la lucha contra el delito.

Una modalidad de semi detención que señala Resumil es el arresto de fin de semana,
principalmente para penas de corta duración. El convicto debe presentarse el sábado a
la institución más próxima a su residencia o lugar de trabajo. Ahí permanecerá hasta el
lunes siguiente, el día en que reintegrará a sus labores normales. Por cada fin de semana
que el agente pase a prisión se le descontaría dos días del total de la sentencia, de modo
que un mes de prisión, equivale a 15 arrestos de fin de semana. Este sistema de arresto
los fines de semana, es voluntario y existe según Resumil, en Estados Unidos, Francia,
Bélgica, Suiza y Canadá.

Nada impide que en esos arrestos de fines de semana se lleven a cabo acciones
reeducativas en el penal, sobre todo si se trata de personas de difícil adaptación a la
sociedad.

Otra de las medidas alternas a la ejecución de la sentencia que se puede adoptar según
Resumil es el arresto a domicilio, mediante el cual el tribunal asigna un domicilio al
convicto para que cumpla la sentencia, bajo condiciones establecidas por el tribunal. Se
dice que en España, esta medida se aplica en el derecho de menores con restricciones
de libertad con un término no mayor de 30 días. En Austria y en Argentina se aplica
cuando se trata de mujeres honestas o personas mayores de 60 años.

Para que las medidas anteriores tengan efectividad se ha empleado la vigilancia electrónica,
que incluye vigilancia telefónica computarizada que requiere identificación por la voz
y emisión de señales de radio a través de la línea telefónica. También se puede colocar
al convicto un artefacto alrededor del tobillo que envía señales al receptor electrónico.
Estas medidas se han aplicado en Estados Unidos y Canadá.

186
UNIDAD VI: ORIGEN DEL SISTEMA PENITENCIARIO

n) Medidas ejecutivas de progresión

Argumenta Resumil, que es necesario establecer la distinción entre los organismos


llamados a imponer la semi-libertad y semi detención. La primera es concedida por
órganos penitenciarios, la administración correccional en países de tradición anglosajona
o el juez de la ejecución en las jurisdicciones civiles. La segunda por ser una medida
limitativa de la libertad al convicto, la impone el juez sentenciador. La primera depende
del comportamiento del convicto en el penal y la segunda de la credibilidad que el
convicto haya despertado en el juez.

La semi-libertad y la semi- detención han encontrado reacciones favorables en la


doctrina penitenciaria. Como medidas alternas, las penas breves restrictivas de libertad
resultan ser exitosas en cuanto reducen la población carcelaria y no resulta costoso. La
medida de semi-libertad más común es la que se conoce como libertad condicional o
bajo palabra, la cual constituye la última fase del tratamiento penitenciario progresivo.
Con ella se libera al recluso a título de prueba, luego de que éste ha cumplido parte de
la condena impuesta. Al individuo se le pone en libertad bajo ciertas condiciones, que
de no cumplirlas, se le revoca tal medida.

La libertad bajo palabra se originó en Austria con el nombre de ticket o leave system. En
1840 el capitán Alexander Maconochie introdujo dicho sistema en la isla de Norkfold. El
convicto pasaba por diversas etapas en la prisión hasta obtener la libertad condicionada.
En algunos países europeos el principio fundamental de la libertad condicional se acogió
en la primera mitad del siglo XIX. En el 1832 se aplicó en la prisión de Petite Roquete
(Paris) para delincuentes jóvenes. En el año 1835, Montesinos, la implementa en el
presidio de Valencia introduciendo el sistema de reducir a una tercera parte la duración
de la condena como una recompensa por la buena conducta mantenida en el penal.

En los Estados Unidos, donde la libertad condicional ha alcanzado gran desarrollo, se


le conoce como Parole. Se dice que se estableció en el año 1825, Nueva York tuvo la
primera casa de refugio para jóvenes delincuentes.

La libertad bajo palabra, se otorga tomando en cuenta las diferentes legislaciones. En


América se aplica en las llamadas sentencias indeterminadas, en tanto que en Europa se
otorga cuando se ha impuesto una pena fija.

Los argumentos para la libertad condicional, descansan en que si un recluso ha


alcanzado un grado de reeducación que le permita observar un buen comportamiento
en la sociedad, la pena de reclusión ha cumplido su misión y por lo tanto carece de

187
Penología y Derecho Penitenciario

sentido que siga en prisión. Se argumenta también que la libertad condicional permite
la supervisión de recluso y de ese modo se asegura la protección de la sociedad y del
recluso mismo.

Muchos penólogos están de acuerdo en someter a los reclusos próximo a ser libertados,
a un régimen penitenciario especial. En el XII Congreso Penal y Penitenciario
Internacional de la Haya (1950) casi todo el mundo mostró partidario de la organización
en las prisiones de un régimen especial que sirviera de transición en la reclusión y la
libertad. En dicho congreso otros propusieron la creación de instituciones tipo hogares
de semi-libertad diurno según practicado en Argentina.

Como ejemplo de lo expuesto, Resumil refiere que en los Estados Unidos y Puerto
Rico existen los llamados Halfway Houses, hogares de adaptación social, como estadio
previo a la libertad condicional.

Los propulsores de este sistema, argumentan que el hecho de estar privado de su libertad,
con estricta vigilancia y pasar a un estado de libertad, podría producir en el convicto
confusión y estrés, lo que podría llevarlo a la conducta delincuencial.

Aunque lo expresado hasta el momento no tiene un soporte científico, en la realidad


de muchos países es notorio que una persona condenada a cumplir muchos años de
prisión, se les dificulta en ocasiones hasta el consultar con un abogado que le pueda
ayudar a recuperar su estado de libertad. Se recomienda que una persona detenida o
condenada goce de cierta libertad para que se ponga en contacto con su medio natural
que es la sociedad y no la prisión.

15. Ventajas de las medidas de ejecución penal en libertad.

a) Es menos costoso para el Estado por los gastos que tienen las penitenciarías.
b) Se le da oportunidad a la sociedad de revisar su actitud, respecto a los delincuentes.
c) Disminuye el aislamiento del condenado, porque puede realizar trabajo fuera del
penal y llevar las contribuciones de la vida en sociedad.
d) Ofrece la posibilidad de que la sentencia pueda desempeñar un papel más
importante.

La ejecución de la pena en libertad permite también que el condenado, mantenga


o recupere su estado de salud. En República Dominicana y otros países, el preso se
enferma en el penal por la inhabitabilidad del mismo.

188
UNIDAD VI: ORIGEN DEL SISTEMA PENITENCIARIO

Permite además que la familia del condenado se beneficie del afecto que éste le pueda
brindar. En ocasión el condenado es un padre de familia que prácticamente ha dejado
sus hijos en la orfandad, sin la protección moral y material que estos merecen.

16. La liberación anticipada

Este es un mecanismo de semi-libertad, el cual consiste en reducir el período de reclusión,


tomando en cuenta la buena conducta del condenado, o cuando ya ha demostrado
un grado de rehabilitación que le permite reintegrarse a la sociedad como un buen
ciudadano. Los efectos de reducción de la pena, tiene por efecto dar por cumplida la
sentencia impuesta.

189
Penología y Derecho Penitenciario

Resumen Unidad VI
La evolución de la arquitectura de la prisión estuvo muy ligada al desarrollo de la filosofía
relativa a la pena. La concepción de la pena incide en las estructuras para albergar al
delincuente.

La primera penitenciaría conocida fue la casa de corrección en Bridewell, Inglaterra, la


cual fue construida aproximadamente en el año 1550. Ahí se encerraba a vagabundos
y prostitutas, las cuales se mantenían ocupadas en la prisión para corregirles sus vicios.
Esta institución fue utilizada como modelo por las casas de correcciones de Amsterdan.
El régimen penitenciario Holandés se basó en trabajo, disciplina y penas corporales.

Después del siglo XVI, las cosas comenzaron a cambiar. Antes de esa época se prefería
eliminar los presos, en vez de llevarlos a la cárcel. Los cambios históricos y geográficos,
entre ellos el descubrimiento de América, las epidemias, las guerras cruentas como la de
los treinta años, hicieron disminuir la fuerza de trabajo en Europa. Entonces se prefirió
conservar a los delincuentes y no ejecutarlos. Al decir de Baratta, al inicio de la sociedad
capitalista la principal función de la cárcel era transformar y hacer producir al individuo.

En el siglo XVIII se manifiestan en Europa las primeras expresiones de la revolución


industrial. La máquina comienza a sustituir la mano del hombre y las casas de trabajo y
corrección no representan ningún negocio; por lo que son cerradas. En el mismo siglo
(1704) se crea en Roma, el Hospicio de San Miguel, fundado por el Papa Clemente XI.
Era también una casa de corrección de inválidos.

A partir del año 1836 el tratamiento penitenciario alcanza una escala diferente en España,
cuando el comandante del presidio de Valencia, Coronel Manuel Montesinos Molina,
dictaminó que en esa penitenciaría sólo se recibe el hombre porque el delito se queda
RESUMEN

en la puerta. Esa era la consigna del penal. Montesinos establece un régimen dividido en
tres etapas: la de los hierros, la del trabajo y la de la libertad intermedia.

En el VIII Congreso Internacional de Criminología celebrado en Lisboa 1978, el


canadiense Pierre Landreville inspirándose en el pensamiento de G. Hawkins, agrupó
las posiciones en torno a la prisión actual en tres grandes categorías: el reformismo, el
reductivismo y el abolicionismo.

En Inglaterra, los sociólogos Sydney y Beatrice Webb, rechazan toda posibilidad de


tratamiento rehabilitador en las prisiones y dicen que la forma más práctica de las
190
UNIDAD VI: ORIGEN DEL SISTEMA PENITENCIARIO

prisiones y la más alentadora sería tener la gente fuera de la cárcel.


Los sistemas más comunes que se han utilizado en la humanidad para castigar o corregir
a los delincuentes son: sistema de comunidad, clasificación y celular.

En el año 1971 Bentham propuso un modelo de cárcel, llamado panóptico. Consistía


en un edificio circular o dos edificios encajados uno en otro, donde las celdas de los
presos formaban la circunferencia del edificio con seis pisos. Una galería en cada piso
servía para mantener la comunicación entre una celda y otra. En el centro, una torre
con guardias dominaba todo el recinto, ya que esto permitía vigilar cada piso: dos
pisos de celda. Desde esa torre el guardia podía observar todo el movimiento de la
cárcel, con una sola mirada. Este modelo ha servicio como esquema a muchas cárceles
norteamericanas y europeas.

En otro orden de ideas, el primer paso para cumplir con la finalidad de la pena consiste
en realizar un diagnóstico al recluso sobre su personalidad. Este consistirá en una
observación científica del recluso por un período subsiguiente a la intervención de la
sentencia, durante el cual será sometido a análisis de carácter biológico, morfológico,
psicológico y social.

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Penología y Derecho Penitenciario

Actividades Unidad VI
Responde lo que se indica a continuación, dando el fundamento jurídico en
cada respuesta.

1) Asiste a un centro penitenciario y compara las formas de tratamientos que se


han aplicado en la humanidad para corregir a los condenados con los que se aplican
actualmente, y establece ventajas y beneficios de cada uno para las personas privadas de
libertad.

2) Elabora un mapa mental en relación a los modelos reformistas, reduccionistas y


abolicionistas.

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UNIDAD VI: ORIGEN DEL SISTEMA PENITENCIARIO

Ejercicios de autoevaluación Unidad VI.


Completa los espacios en blanco con la palabra que dé sentido de la oración.

1) _________________________________, es una fase donde el recluso se niega


a cooperar con el centro penitenciario, lo repudia, pero es una fase temporal.

2) ______________________________, plantean que la prisión debe ser reducida,


a su más mínima expresión, ya que la cárcel como modelo de tratamiento es discutible.

3) _____________________________, consiste en la aplicación de varias técnicas


de tratamiento, con la finalidad de que el condenado al regresar a la sociedad, pueda
restablecer sus relaciones con sus amigos y familiares.

4) ________________________________, consiste en poner al recluso o interno


en contacto con el trabajo, a través de cursos de capacitación, de tal modo que adquiera
un sentido de responsabilidad.

5) _____________________________, fue un sistema que se puso en vigencia en


Pensylvania en el año 1786, y consistió en aislar a cada recluso en celdas individuales.

Escoje V o F, según que el enunciado sea verdadero o falso.

1) V. F. El modelo de cárcel panóptico, consistía en un edificio circular donde las


celdas de los presos formaban la circunferencia del edificio con 6 pisos.

2) V. F. La terapia familiar es aquella que se aplica a la familia del recluso.

3) V. F. La consejería de grupo aspira a dar una guía a las personas que tienen que hacer
frente en el campo social en el papel que desempeña.

4) V. F. La terapia familiar y conyugal son métodos dirigidos a personas que viven en


un estado de tensión, que requieren ayudas especializadas.

5) V. F. El sistema penitenciario, se puede decir, surgió a principios del siglo XX.

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Penología y Derecho Penitenciario

Bibliografía Básica Unidad VI


Gómez Grillo, Elio, 1998. La Teoría y la Reealidad en el tratamiento de los delincuentes:
revista criminología Universidad UASD, , Volumen 1, No.1 (Primer semestre 1998) pp.
19-20, R. D.

Resumil de Sanfilippo, Olga E., 1992. Criminología General, 2da., Edición Editora
de la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras, Puerto Rico.

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