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MEMORIAS
FILOSOFÍA Y EPISTEMOLOGÍA
TOMO 3
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
1
AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA
Decana
Prof. Lic. Nélida C. Cervone
Vicedecana
Prof. Dra. Lucía A. Rossi
Secretaria Académica
Prof. Lic. Nora Graciela Rosenfeld
Secretario de Investigaciones
Prof. Mg. Martín J. Etchevers
Secretaria de Posgrado
Prof. Dra. Isabel M. Mikulic
Secretario de Coordinación Administrativa
Cdor. Gastón Mariano Valle
Secretaria de Extensión, Cultura y Bienestar Universitario
Prof. Lic. Nora Beatriz Vitale
Secretario de Consejo Directivo
Prof. Dr. Osvaldo H. Varela
CONSEJO DIRECTIVO
Claustro de Profesores
Titulares Suplentes
Rossi, Lucía Arminda Kufa, María Del Pilar
Michel Fariña, Juan Jorge Stasiesjko, Halina
Laznik, David Alberto Metz, Miriam Isabel
Sarmiento, Alfredo José Azaretto, Clara
Grassi, Adrián Claudio Cardenas Rivarola, Horacio
Peker, Graciela Mónica Nuñez, Ana María
Donghi, Alicia Inés
Lombardi, Gabriel Herberto
Claustro de Graduados
Titulares Suplentes
Quattrocchi, Paula Raquel Gartland, Cristina
Rojas, María Alejandra Korman, Guido Pablo
Llull Casado, Verónica Gabriela Jaume, Luis Carlos
Rey, Mariano Gustavo Macha, Mónica Fernanda
Claustro de Estudiantes
Titulares Suplentes
Duek, Dalila Mara Peña, Camila
Gutierrez, Ezequiel Doyel Perez Mereles, Martín
Gottardo, Mariana Lia Maurente, Carolina Lourdes
Arienti, Luciano Orlando Brat, Nehuen Diego
Representante de APUBA
Cabral, Sergio
Presidente Honoraria
Decana Prof. Cervone, Nélida
Presidente
Prof. Etchevers, Martín
Coordinador
Prof. Dr. Wainstein, Martín
COMITÉ CIENTÍFICO
El contenido, opiniones y el estilo de los trabajos publicados, previamente aprobados por el Comité Científico son exclusiva responsabilidad de los autores, y no debe considerarse
que refleja la opinión de la Facultad de Psicología de UBA. 3
INDICE
FILOSOFÍA Y EPISTEMOLOGÍA
TRABAJOS LIBRES
CUERPO PROPIO, MOTIVACIÓN Y TEMPORALIDAD
Buscarini, Carlos Antonio ................................................................................................................................................................... 6
RESUMENES
LA NOCION DE SUJETO Y MICROPOLITICA EN EL PENSAMIENTO DE EDUARDO PAVLOVSKY
Cossi, Eduardo; Percia, Marcelo ....................................................................................................................................................... 38
¿EXISTE UNA CRISIS EN LA PSICOLOGÍA ACTUAL? CONTRIBUCIONES FILOSÓFICAS, SOCIALES Y POLITICAS PARA SU ANÁLISIS
Y SOLUCIÓN
Robles López, Nicolás Leonardo ....................................................................................................................................................... 41
4
TRABAJOS LIBRES
5
CUERPO PROPIO, MOTIVACIÓN Y TEMPORALIDAD
Buscarini, Carlos Antonio
UBACyT, Universidad de Buenos Aires. Argentina
6
Como es notorio, aparece la noción de cuerpo propio cuando se tra- considere lo histórico según la generalidad o la singularidad de las
tan las vivencias emocionales. Basándonos en la obra de Husserl, secuencias temporales”[18].
podemos decir que el cuerpo vivido (Leib) o cuerpo propio es una Ricoeur entiende que en una situación dada, hay una cierta revelación
totalidad aislable; el cuerpo que yo muevo, con el cual percibo, por emocional de los valores. En el nivel de abstracción adoptado en sus
el cual me expreso; “el único en el que yo mando y gobierno (schal- investigaciones, puede decir que “es motivando un proyecto (este
te und walte) de modo inmediato, gobernando particularmente en proyecto que es él mismo un momento en una conciencia militante)
cada uno de sus órganos”[10]. El único del que dispongo cinesté- que yo reencuentro valores”[19]. Al abordar la relación de motivación,
sicamente y por el cual actúo sobre la realidad y padezco la acción determinación por sí y proyecto, Ricoeur afirma que “todo motivo que
del mundo exterior. Este cuerpo sirve como polo de referencia para ‘historializa’ un valor es motivo de… y toda decisión que ‘consagra’
todos los cuerpos físicos (Körper) que, bajo la segunda reducción, el querer a un valor es decisión a causa de… Este circulo, a su vez,
o epojé abstractiva, ya no constituye un mundo objetivo sino una se enraíza en la más elemental de las reciprocidades, la de lo invo-
naturaleza propia. El concepto ‘cuerpo físico’ (Körper), indica el luntario y de lo voluntario, lo involuntario corporal que es la fuente
aspecto de ‘cosa espacial’ que presenta el cuerpo; el ‘cuerpo or- existencial de la primera capa de valores y el resonador afectivo de
gánico’ (Leib), alude al cuerpo vivido como el propio organismo, todos los valores asimismo los más finos”[20].
como ‘cuerpo propio’. En tanto ambos conceptos hacen referencia Se evalúa la vida en el querer y al oponer otros valores a la propia
al mismo cuerpo, Husserl puede hablar de ‘cuerpo físico-orgánico’ vida se abren las posibilidades de la motivación. El cuerpo está
(Leib-Körper). Pero Ricoeur considera que Husserl no ha logrado implicado en la aprehensión de todos los motivos y a través de
apresar la existencia como cuerpo; afirmación digna de ser desta- ellos de todos los valores. “Es el médium afectivo de todos los valo-
cada. Considera que “mi cuerpo no es ni constituido en el sentido res”[21]. Además, se accede a todo valor a través de la vibración de
de la objetividad, ni constituyente en el sentido del sujeto trascen- un afecto. “Abrir el abanico de valores es al mismo tiempo desple-
dental; escapa a esta pareja de contrarios. Él es mi existente”[11]. gar la afectividad según su más grande envergadura”[22].
El concepto de ‘existente’ es decisivo en dichas afirmaciones, ya La constitución de una toma de conciencia, se desarrolla en una
que son el núcleo del matiz propio que Ricoeur imprime a su ex- cierta meditación sobre la historia, y es esta “reflexión la que sin
posición. Ricoeur ha logrado acceder a una experiencia integral del cesar nos asegura que el objeto de la historia es el sujeto huma-
Cogito, el cual, como común subjetividad, funda la homogeneidad no mismo”[23]. Una doble aproximación a los aspectos objetivos y
de las estructuras voluntarias e involuntarias. En el seno mismo del subjetivos del tiempo histórico tiene su equivalente en el estudio del
Cogito reencontramos el cuerpo y lo involuntario que él alimenta. tiempo psíquico. Por ello debemos tratar acerca de la temporalidad.
“La experiencia integral del Cogito envuelve el yo deseo, yo puedo, Los aportes de Heidegger a la vida afectiva son pertinentes en este
yo vivo y, de manera general, la existencia como cuerpo”[12]. La contexto. “El hecho de que los sentimientos puedan trastocarse y
intencionalidad es la referencia a un yo que vive en cada vivencia. enturbiarse sólo dice que el ‘ser ahí’ (Dasein) es en cada caso ya
“El ‘yo soy’ o ‘yo existo’ desborda infinitamente el ‘yo pienso’”[13]. siempre en un estado de ánimo”[24]. El análisis del aburrimiento,
De este modo queda fijada la noción de cuerpo propio, tal como la como lo ha desarrollado Heidegger, muestra que la afectividad re-
utiliza Ricoeur. “El cuerpo propio es el cuerpo de alguien, el cuerpo vela el tiempo en su estructura fundamental, haciendo abstracción
de un sujeto, mi cuerpo y tu cuerpo”[14]. Si la introspección puede de todo contenido perceptivo. “El aburrimiento (Langeweile) pro-
ser naturalizada, el conocimiento externo puede ser personalizado. fundo va rodando por las simas de la existencia como una silencio-
Las relaciones comprendidas entre motivo y proyecto aclaran la sa niebla y nivela todas las cosas, a los hombres, y a uno mismo
relación de lo involuntario corporal y la voluntad. Mis necesidades en una extraña in-diferencia”[25]. Ante la impaciencia debido a lo
corporales, mis temores, mis deseos, mis simpatías, se refieren a irresoluto del tiempo, el tiempo se hace largo. El cuerpo propio des-
mí querer, bajo forma de motivos. “La relación circular de moti- pliega la dimensión longitudinal del flujo existencial; éste se abre
vo al proyecto exige que mi cuerpo sea reconocido como cuerpo- al pasado y al porvenir por el juego circular de la retención y de la
para-mi querer y mi querer como proyecto-que-se-funda (en parte) protención. Todo se trasciende allí en el proyecto del existir como
sobre-mi-cuerpo. Lo involuntario es para la voluntad y la voluntad “ser-en-el-mundo”.
es en razón de lo involuntario”[15]. Cuando Heidegger se refiere a la disposición de ánimo (Stimmung),
Aunque Ricoeur no utilice el término ‘corazón’ en este contexto, señala que fundamentalmente ella revela la originariedad del mundo:
como lo hace Natalie Depraz, considera no obstante que así como el “ahí” del “ser-ahí” (Dasein). Nosotros somos siempre en el mundo
hay que considerar juntos motivo y decisión, lo mismo vale para alegres o tristes o así mismo indiferentes. Pero este modo de ser
proyecto y vida afectiva. “La mayor parte de nuestros motivos no afectado, es ambivalente, pues es a la vez abertura y cierre al mundo.
están hechos de otra materia que nuestra vida afectiva”[16]. Esta El análisis del sentimiento de la situación hace aparecer la angustia
relación circular de motivos y de la decisión, es considerada por (Angst) como el temple de ánimo fundamental (Grundstimmung). Por
Ricoeur como la medida eidética de toda observación empírica. la nada a la cual se opone la angustia, a diferencia del temor, que es
Aparece otro matiz en la elaboración de Ricoeur, que es el relacio- siempre de un ente intramundano, la angustia revela la estructura
nado con la noción de historia. “Un motivo figura y, si se puede de- total del mundo. Y otra disposición de ánimo fundamental revela la
cir, ‘historializa’ un valor y una relación de valores”[17]. Señalamos estructura total del tiempo, que no es otra que el aburrimiento (Lan-
que en su libro sobre Freud, Ricoeur plantea el problema epistemo- geweile). A través del análisis del tiempo, Heidegger deduce que “el
lógico del psicoanálsis, y allí entiende que los procesos psíquicos aburrimiento (Langeweile) es el afecto fundamental de nuestra socie-
exigen por igual un estudio de causas y de los motivos; se refiere dad. No obstante este afecto está oculto a los individuos devenidos
a la distinción que habían establecido Brentano, Dilthey y Husserl indiferentes a su propia existencia”[26].
cuando contraponían la comprensión de lo psíquico o lo histórico La cuestión del aburrimiento conduce a la estructura del tiempo
a la explicación de la naturaleza. Aclara nuestro autor: “En nuestro y, por ello, a los temas fundamentales de la metafísica: el mundo
caso, el motivo está del lado de lo histórico, entendido como re- dura en el tiempo, la finitud implica nuestro ser temporal, el indi-
gión del ser diferente de la ‘región’ Naturaleza, no importa que se viduo solitario ocupa una posición singular en el tiempo. Ghislai-
7
ne Florival utiliza para este tema un texto de Heidegger elaborado principio de alienación y de dispersión”[35].
a partir de notas de un curso dado en 1929-1930 e incorporado Como lo había comprendido Husserl, lo retoma Ricoeur: “Mi vida es
a Los conceptos fundamentales de la metafísica, publicados en naturalmente desordenada; sin la unidad de una tarea, de una vo-
1983. Heidegger observa que “eso” no es fastidioso ni por mí ni cación suficientemente amplia para reunirla, ella se dispersa en la
por nosotros, ni por nadie, sino que uno se aburre o eso aburre. “Es absurdidad”[36]. Se trata de la búsqueda del sentido, que como el
langeweilt”, el aburrimiento en neutro. No se trata de objeto ni de motivo, combina las nociones de fundamento o de origen con la de
situación. Un ejemplo ilustrativo, común en nuestro tiempo, afirma fin. Según Husserl, sólo puede haber historicidad en sentido propio
que alguien se pasea en una gran ciudad una tarde de domingo; para un hombre que ha prediseñado el sentido unificado de su vida;
es el aburrimiento: eso aburre. “El “ser-ahí” (Dasein) percibe que permaneciendo fiel a él mismo, lleva en la historia de su misión una
es vano querer oponerse a esta potencia total (Uebermächtigkeit) vida unificada plena de sentido[37].
del aburrimiento. El invade todo, todo objeto, todo comportamiento. En un párrafo de una actitud crítica sin ambages, Ricoeur se refiere
(…) Por eso mismo vuelve manifiesta la manera en que nos afecta. a las formas que en nuestro tiempo asumen la tristeza y el aburri-
Obligado a percibirlo, el “ser-ahí” se deja interpretar por él en su miento, formas que entendemos conllevan la falta de motivación.
existencia”[27]. Florival observa con justa razón que en realidad el ¿Cómo podría haber proyecto sin motivación? El maleficio de la ‘ob-
ejemplo utilizado es analógico, porque no hay hablando propiamen- jetivación’ se reencuentra en todas las formas de organización. En
te, ejemplo de aburrimiento universal. la división del trabajo, toma la forma sutil de esta tristeza, de este
Desde la fatiga de vivir, en la antigüedad, pasando por la acedia aburrimiento que, progresivamente invade las tareas más ‘fracasa-
medieval, la melancolía y el aburrimiento en la modernidad, el pe- das’, las más monótonas del trabajo industrial, cuando es muy es-
simismo y el nihilismo del siglo romántico, se llega a la angustia pecializado. “En el corazón de las instituciones más pacíficas y más
existencial de nuestro tiempo. La nausea, tema fundamental de la anodinas, pudren la necedad, la obstinación, el gusto de tiranizar
filosofía existencialista, no es otra cosa que la toma de conciencia al público y esta injusticia abstracta de las administraciones”[38].
de la existencia y de la ausencia de razón de existir; ser sin saber Todo ello conlleva ese ‘mal de vivir’ tan propio de nuestra época.
por qué y sin poder no ser. El mundo moderno ha glorificado la li-
bertad y esta libertad provoca ahora su angustia[28]. Angustia, abu-
rrimiento, falta de motivación; mezcla de sentimientos variados en NOTAS
el flujo de conciencia como pensaba Husserl; trastorno y turbiedad [1] Fernández Beites, P. (2014). Tipos de motivación y vida moral. La pro-
de los sentimientos, como decía Heidegger. puesta de E. Husserl, Investigaciones Fenomenológicas, nº 11, p. 82.
Pareciera extraño buscar alguna negación en el hecho de ser o de [2] Husserl, E. (1973). Zur Phänomenologie der Intersubjektivität. 1905-
tener un carácter, una naturaleza singular; pero porque tengo un 1920. Den Haag: Nijhoff, p. 96.
carácter soy algo determinado y no nada; “o más bien soy alguien [3] Ricoeur, P. (1967). Le volontaire et l’involontaire. Paris: Aubier-Montaig-
que aporta en la medida de los valores y en la aplicación de su ne, p. 65.
esfuerzo una originalidad primordial que lo distingue de todo otro [4] Id.
y le da la primera consistencia de un ser incomparable”[29]. Y sin [5] Id., p. 67.
embargo ello produce un sufrimiento: “sufro de ser una perspectiva [6] Schutz, A. (1972). Fenomenología del mundo social. Buenos Aires: Pai-
finita y parcial sobre el mundo y sobre los valores; soy condenado dos, p. 117.
a ser la ‘excepción’”[30]. [7] Id., p. 123.
¿A quién no le ha surgido alguna vez la pregunta ‘por qué soy tal’? [8] Husserl, E. Manuscritos del grupo M, 30, en Depraz, N. (2012). Deli-
“El hecho original, ‘l’Urfaktum’ de ser así me coloca delante de la mitación de la emoción. Acercamiento a una fenomenología del corazón.
tristeza de lo absurdo, que es jamás sin remedio teórico. El ‘por qué’ Investigaciones Fenomenológicas, n. 9, p. 15.
nace de la negación en la cual baña mi naturaleza finita”[31]. La [9] Depraz, N. Id, p. 25.
pregunta ¿por qué hay algo más bien que nada? permanece “so- [10] Husserl, E. (1973) Cartesianische Meditationen und Pariser Vorträge.
brentendida en el malestar que sienten ciertas naturalezas vulnera- Den Haag: Nijhoff, p. 128.
bles (…) y que se prueban ellas mismas como una carga insopor- [11] Ricoeur, P. Id p. 19.
table: algo parece perdido desde el comienzo, porque algo ha sido [12] Id., p. 13.
decidido sobre mi, o peor, algo está decidido sin haber sido decidido [13] Id., p. 82.
por alguien”[32]. El inconsciente, que la literatura del romanticismo [14] Id., p. 14.
conocía muy bien, es el lado nocturno de las cosas; la ‘Nachtseite’, [15] Id. p. 82.
el presentimiento, el sueño, la extraña trabazón del destino cós- [16] Id., p. 68.
mico con el destino individual, lo misterioso. “El inconsciente, es [17] Id., pp. 69-70.
por una parte, lo oscuro, por otra lo espontáneo; de una o de otra [18] Ricoeur, P. (1975). Freud: una interpretación de la cultura, México, Siglo
manera, el se da como negación”[33]. ¿Por qué el sufrimiento se XXI Editores, p. 317.
da como negativo? “El sufrimiento es el no-ser sentido antes de ser [19] Ricoeur, P. (1967). Le volontaire et l’involontaire. Cit., p. 73.
pensado; […] sufriendo, la conciencia se separa, se concentra y se [20] Id., p. 75.
conoce negada. Ahora bien en el dolor padezco como teniendo ex- [21] Id., p. 117.
tensión; el dolor revela el defecto de ser y la amenaza inclusa en la [22] Id.
extensión”[34]. Es la tristeza de la contingencia. También en el cre- [23] Ricoeur, P. (1964). Objectivité et subjectivité en histoire. Histoire et
cimiento el tiempo se muestra como negatividad y como amenaza; vérité, Paris, Éditions du Seuil, p. 44.
ello es así mismo revelado por la afectividad. El envejecimiento es [24] Heidegger, M. (1993). Sein und Zeit. Tübingen: Max Niemeyer, p. 124.
la sombra que acompaña al crecimiento, por ello crecer es enveje- [25] Heidegger, M. (1998). Was ist Metaphysik? Frankfurt am Main: Vittorio
cer. “Del nacimiento a la muerte, el envejecimiento es la tonalidad Klostermann, p. 33.
menor, la tristeza de la duración” (…) “El tiempo es vivido como un [26] Florival, G. (1987). Vie affective et temporalité. Revue Philosophique
8
de Louvain, p. 204. Depraz, N. (2012). Delimitación de la emoción. Acercamiento a una feno-
[27] Id., pp. 208-209. menología del corazón. Investigaciones Fenomenológicas, n. 9 (39-68).
[28] Minois, G. (2003). Histoire du mal de vivre, De la mélancolie à la de- Florival, G. (1987). Vie affective et temporalité. Revue Philosophique de
pression, Paris, Éditions de La Martinière, pp. 367-68. Louvain. (198-225).
[29] Ricoeur, P. (1967). Le volontaire et l’involontaire. Cit., p. 420. Heidegger, M. (1993). Sein und Zeit. Tübingen: Max Niemeyer.
[30] Id. Heidegger, M. (1998). Was ist Metaphysik? Frankfurt am Main: Vittorio Klos-
[31] Id., p. 421. termann.
[32] Id. Husserl, E. (1973). Zur Phänomenologie der Intersubjektivität. 1905-1920.
[33] Id. Den Haag: Nijhoff.
[34] Id., p. 423. Husserl, E. (1973). Cartesianische Meditationen und Pariser Vorträge. Den
[35] Id., pp. 424-25. Haag: Nijhoff.
[36] Id., p. 426. Minois, G. (2003). Histoire du mal de vivre, De la mélancolie à la dépression,
[37] Husserl, E., Manuscrito KIII3 78, citado en René Toulemont, (1962). Paris, Éditions de La Martinière.
L’essence de la société selon Husserl. Paris, Presses Universitaires de Ricoeur, P. (1964). Histoire et vérité. Paris : Éditions du Seuil (99-111).
France, p. 137. Ricoeur, P. (1967). Le volontaire et l’involontaire. Paris: Aubier-Montaigne.
[38] Ricoeur, P. (1964). Le Socius et le prochain. Histoire et vérité, Paris, Ricoeur, P. (1975). Freud: una interpretación de la cultura. México: Siglo
Éditions du Seuil, p. 108. XXI Editores
Schutz, A. (1972). Fenomenología del mundo social. Introducción a la socio-
BIBLIOGRAFÍA logía comprensiva. Buenos Aires: Paidos.
Fernández Beites, P. (2014). Tipos de motivación y vida moral. La propuesta Toulemont, R. (1962). L’essence de la société selon Husserl. Paris : Presses
de E. Husserl, Investigaciones Fenomenológicas, nº 11 (81-97). Universitaires de France.
9
DEL CALVARIO EMOCIONAL AL CALVARIO FILOSÓFICO.
SESGOS EPISTÉMICOS EN EL ESTUDIO DE LA VIOLENCIA
Christiansen, María Luján
Universidad de Guanajuato. México
RESUMEN Introducción
El abordaje de la violencia social constituye uno de los más predi- En el contexto del presente trabajo, le llamaremos “vicio epistémi-
lectos temas de exploración académica (además de serlo también co” al hábito de repetir compulsivamente modalidades de investi-
en el ámbito de los programas de políticas públicas y en los medios gación no examinadas. Las disciplinas que se han ocupado del pro-
de comunicación que versan sobre la noticia del día). Sin embargo, blema de la violencia de pareja han sido una de las tantas áreas del
existe un relativo vacío de reflexión sobre los supuestos epistemo- conocimiento donde las teorizaciones se encuentran afectadas por
lógicos que subyacen a ciertas teorías y prácticas profesionales esas dinámicas sesgadas. Por supuesto que resulta por demás gra-
abocadas al problema de la violencia en sus distintos niveles. En ve que se trate de entender el fenómeno de la violencia por medio
esta ponencia, se enunciarán algunos vicios recurrentemente per- de un dispositivo epistemológico contaminado por vicios cognosci-
petrados por quienes investigan sobre un tipo de violencia en parti- tivos que, como veremos, conducen a situaciones incongruentes.
cular, a la que se ha denominado popularmente como “violencia de En tal sentido, hablaremos aquí de una “violencia epistemológica”
género”. Como se aducirá a lo largo de la trama argumental, tales que es asiduamente ejercida por los mismos profesionales que se
vicios (esencialización, generalización, apriorismo y dicotomización) ocupan de la violencia (Christiansen, 2014).
funcionan como sesgos epistémicos que, en lugar de abonar a la El acercamiento que proponemos es deudor de algunos enfoques
comprensión y transformación de las relaciones violentas, más bien ya existentes sobre el tema, y que han sido genuinamente inspira-
las facilita. Finalmente se propondrán ciertos señalamientos críticos dores de estas ideas, como es el caso de los aportes de la episte-
sobre este tipo de paradojas y se indicarán posibles direcciones en móloga argentina Denise Najmanovich (2005) y de varios autores
la continuación de la investigación filosófica sobre el tópico. de tradición Batesoniana mencionados en trabajos vinculados con
la actual exposición.
Palabras clave Ciertamente, la mayoría de nosotros nos hemos referido a la vio-
Epistemología, Violencia, Esencialización, Generalización, Apriorismo lencia de pareja, tanto en conversaciones académicas como no
académicas; y además impera una sofocante sensación de que
ABSTRACT el fenómeno de la agresión, maltrato y homicidio de mujeres va
FROM THE EMOTIONAL PAIN TO THE PHILOSOPHICAL PAIN. EPISTE- en aumento descontrolado, a pesar de los innegables avances
MOLOGICAL BIAS IN THE STUDY OF VIOLENCE legislativos en materia de feminicidios. Frente a esto, adviene el
Social violence is one of the most popular area of academic explo- insoslayable compromiso de repensar esta cuestión, y en especial
ration (besides being one of the favorite in the field of programs of de preguntarnos incisivamente cómo está influyendo la propia in-
public policy and media that deal with the news of the day). Howe- vestigación del tema en el desconcertante rumbo que tal realidad
ver, there is a relative vacuum of reflection on the epistemological sigue. Será particularmente pertinente cuestionar la epistemología
assumptions underlying certain theories and professional practices objetivista que ha dado aliento a muchas de las creencias hoy pre-
concerning to the problem of violence at different levels. In this pa- gonadas en torno a la denominada “violencia de género”. Quizás
per, some prejudices recurrently perpetrated by those who investi- sea momento de suspender provisionalmente la observación de la
gate on a type of violence in particular, which is typically known as violencia perpetrada por “los otros” (los observados) y autoexami-
“gender violence”, must be spelled out. As adduce along this work, nar nuestra propia “mirada violenta”, esa que a veces ejercemos
such vices (essentialization, generalization, apriorism and dichoto- en tanto observadores profesionales que portan –sin saberlo- una
mization) function as epistemological biases that feedback violent epistemología violentogénica inocente de sí misma.
relationships (rather than understand and change them). Finally,
some critical remarks about such paradoxes are proposed and pos- La violencia en los discursos esencializadores
sible directions are indicated in the continuation of philosophical Esencializar es una práctica que lleva a conferir un estatus de
inquiry on the topic. realidad intrínseca, subyacente, última, inexorable, fundamental
y necesaria a una cierta entidad, conducta o proceso (por lo cual
Key words una determinación se considera como inherente auna naturaleza
Epistemology, Violence, Essentialization, Generalization, A Priori originaria). Lo que es esencial, lo es de manera “absoluta”, no ac-
Reasoning cidental (Abbagnano, 2004). Al ser “esencializado”, eso de lo cual
se habla remite a una forma sustancial, por lo cual sus relaciones
con el entorno pierden relevancia (es decir, aquello que lo esencial
es, lo es con independencia de las circunstancias). El uso esencia-
lista del lenguaje está estrechamente ligado con una concepción
correspondentista de la verdad (“una teoría es verdadera si y sólo
si describe adecuadamente un estado de cosas”) y con una postura
realista según la cual el conocimiento es correcto cuando nos per-
10
mite acceder al mundo de manera objetiva. Los problemas gnoseo- factores. Como sostiene Jáuregui, cuanto más morboso, macabro y
lógicos respecto a estos supuestos son innumerables; uno de ellos esencializado resulta un episodio violento, más extraño, improbable
está vinculado al hecho de no reconocer que el purismo epistémico y alejado parece de nuestro devenir cotidiano. El punto relevante
que tal objetivismo pretende abona a una idealización del conoci- aquí es que, a través de estas condensaciones que buscan ven-
miento que omite el ineludible papel del observador como sujeto der mediante la morbosidad noticiosa, nos vamos olvidando que la
activo y creativo de sus observaciones (autorreferencia). práctica de sobrepatologización de la condición humana conlleva
Ahora bien, en el ámbito de los estudios de la violencia, se ostenta actos de estigmatización, distanciación y degradación que, contra-
un uso esencialista /referencialista del lenguaje cuando, por ejem- producentemente, abonan a un revanchismo social que eleva los
plo, se ontologiza (cosifica, reifica) un fenómeno que admitiría otro riesgos de un incremento de la violencia.
tipo de explicaciones. Un caso puntual es el de las descripciones
medicalizantes que psiquiatrizan la conducta violenta en términos Monopolizaciones explicativas a través de las generalizaciones
de categorías mentales deficitarias (en el sentido de Kenneth Ger- Generalización implica “subsunción”: una idea, cuando es gene-
gen, 1996). Múltiples formas de nombrar se van enmarcando en ralizada, engloba un conjunto de casos o situaciones de los cuales
una mística cientificista que contribuirá a que veamos como “natu- abstrae lo accidental. Desde tal marco, lo sutilmente diferente, lo
ral” e “inevitable” la existencia de padecimientos psiquiátricos en irregular, lo ambiguo o lo inesperado de cada situación particular,
tales “especímenes violentos”. Una idea tan abrumadora como, por es borrado para hacerlo encajar dentro de un corset argumental no
ejemplo, la de “Personalidad Antisocial” es usualmente invocada asequible a las excepciones o los matices.
para hablar de cómo ciertos individuos “SON” (en lugar de cómo En los diversificados discursos acerca de la violencia, podemos en-
“DEVIENEN”). Dada la aplastante autoridad epistémica que las cla- contrar incontables generalizaciones no inspeccionadas. Un ejem-
sificaciones psiquiátricas han ganado en el mercado actual de la plo claro es la típica generalización enquistada en múltiples medios
salud pública, tendemos a asumir que, allí donde existe la maldad, de expresión popular que hacen equivaler la “violencia doméstica”
debe tener una causa psicopatológica o psiquiátrica ya descubierta con la “violencia de género”, y esta última con la “violencia contra
o por descubrirse. En la base de lo que “todo el mundo sabe” (y la las mujeres”. Tales reduccionismos disimulan un prejuicio central
ciencia convalida), pareceríamos no dudar de que, violencia, tras- según el cual “los hombres siempre son más violentos que las mu-
torno mental ypeligrosidad, son como aristas del mismo fenómeno. jeres” (así como otras ideas engarzadas, como la que llevaría a
Dentro de las muchas implicaciones que se siguen de considerar asumir que, “cuando son las mujeres las que perpetran la violencia,
la violencia desde tales principios epistémicos, caben subrayar las lo hacen de modo meramente defensivo”). Generalizaciones de ese
siguientes: tenor hunden en la oscuridad a otras clases de víctimas (como lo
Ø Se minimiza, ignora o desacredita la posibilidad de observar a la sería la violencia entre mujeres, la violencia entre hombres, la vio-
violencia como un emergente (en lugar de tratarla como una reali- lencia de adultos a niños o de niños hacia adultos, la violencia entre
dad esencial). hermanos, entre otros).
Ø Se revigoriza una individualización forzada, ya que “todo que- Por otra parte, las generalizaciones no revisadas podrían exhortar a
da dentro del individuo, sea a través del conflicto psicológico o de la consecución de actos que se realizan con la intención de frenar
los neurotransmisores” (Ibíd.:45). La noción de “individuo violento” la violencia existente y que, sin embargo, lo que hacen es inten-
devora la factibilidad de pensar en términos de “ecologías relacio- sificarlos. Un ejemplo de arrasantegeneralización en el ámbito de
nales violentas”. la violencia de pareja se impone con el repetido cliché que alega
Ø Se maquilla el estatus consensual que los constructos psiquiátri- que la forma más adecuada de neutralización de la violencia física
cos tienen (porque nacen a partir de los acuerdos obtenidos en co- es la comunicación objetiva, razonada. Derivada del inconfundible
munidades de expertos, por lo cual no son “descubrimientos” sino logocentrismo de nuestra cultura, se intenta persuadir de que la
resultantes de procesos de negociación de significados no ajenos a conversación argumentativa en todos los casos resulta la mejor sa-
las luchas de poder que se desatan en cualquier práctica cultural). lida para dirimir los conflictos. Sin embargo, tal asunción envuelve
Ø Se retroalimenta el realismo mental a través de la “viralización situaciones potencialmente explosivas si se tiene en cuenta que la
mediática” orquestada en los canales de comunicación que operan pretensión de objetividad es intrínsecamente violenta (ya que, por
como receptores y a la vez reproductores de tales esencializaciones ley de tercero excluido, induce a creer que, si sólo una forma de ver
psiquiátricas. No es extraño que la presentación de la noticia dé las cosas puede ser la correcta, y ésa forma es la propia, entonces
por sentada la asociación entre agresión y patología. Por ejemplo, el otro tiene que estar necesariamente equivocado). Por ello mismo
acerca de un homicidio de pareja, la crónica puede ostentar un tí- la comunicación argumentativa que se esgrime con fines de neu-
tulo que sólo gana sentido si de admite que el sustrato explicativo tralización de la violencia a través de un instrumento tan “benévolo”
de la noticia es la patología psiquiátrica directa o indirecta en el como el lenguaje puede constituirse en un arma de doble filo. Por
agresor. Jáuregui Lobera (2007) ofrece algunos casos ilustrativos: la misma razón resulta altamente arriesgado suponer que en todos
“Un adicto al alcohol asesina a su pareja el día de su cumpleaños” los casos el efecto será el optimistamente esperado. En el meollo
(La Nación, 27-06-1997); “Acuchilla siete veces a su novia y trata del asunto, no debería confundirse la comunicación argumentativa
de matarse con otras siete puñaladas… (ABC, 22-08-2005); “Es- con la comunicación asertiva. La primera está atravesada por cier-
trangula a su mujer por “chatear” con otros hombres. El detenido tas características que, de no ser reconocidas, podrían alentar a
padece problemas psiquiátricos” (El Mundo, 27-08-2005); “Fue ne- una conversación sumamente violenta. Carlos Pereda (1998) se ha
cesario sedar al presunto agresor para poder detenerle” (El Mundo, ocupado de reflexionar sobre esto, haciendo ver que, cuando argu-
29-08-2005). Un efecto irradiado de esta aceitada parafernalia que mentamos, lo hacemos bajo ciertos constreñimientos (o “parciali-
espectaculariza la violencia en clave psiquiátrica es la expansión dades”) que raramente advertimos. Por ejemplo, el que argumenta
de la peligrosísima creencia de que la violencia sólo reverdece en apela con frecuencia a información incompleta o errónea acerca
aquellos submundos infectados por las enfermedades mentales, del interlocutor (aunque asume dicha información como si fuese
las toxicomanías, los trastornos del ánimo, las adicciones u otros completa y correcta). Por otra parte, quien argumenta arma un re-
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lato organizado desde un cierto estilo narrativo (al que no percibe tación de fenómenos que más tarde se conectarán causalmente.
como “estilo” sino como única forma posible del relato, “apegada a Tal forma de pensamiento ha incentivado nuestras habilidades para
los hechos”). Finalmente, al argumentar, el sujeto también focaliza la descomposición de lo que queremos conocer (de compuesto a
su atención sobre lo que considera relevante, dejando en la penum- simple, según indica el método analítico); sin embargo, hemos ido
bra lo que tiene por no-relevante (aunque tal relevancia la concibe mermando, paralelamente, nuestra aptitud para observar fenóme-
como “obvia”, y no como producto de una selección). nos coordinados, “secuencias de secuencias”, sistemas complejos,
En consecuencia, durante la práctica argumental misma, el argu- ecosistemas sociales. Así, tendemos a encandilarnos con lo epi-
mentador se arriesga a tener que completar o corregir su informa- sódico (cuanto más brutal, más enceguecedor), recortándolo de la
ción sobre sí mismo o el interlocutor, así como también a tener que secuencia de la cual es sólo una parte. Se genera, entonces, la
explicitar su estilo narrativo y a aceptar que su selección atencional apariencia de que esa violencia episódica (el sarcasmo, la mirada
sea cuestionada como inoperante, tendenciosa o injusta. El ma- amenazante, el insulto, la cachetada, el empujón, la paliza, el homi-
yor riesgo adviene cuando, al pretender argumentar para combatir cidio) fuese como un estallido emocional instintivo, descontrolado,
tales parcialidades, el argumentador pudiera volver a caer en un sin historia ni trama, ni contexto ni coprotagonistas, ni testigos, ni
aumento de la parcialidad, arrojándose, junto con los interactuan- recursiones. Es decir, la insistente observación de la “parte” obnu-
tes, en un “vértigo argumental” (situación en la cual, imperceptible- bila la observación más amplia de la “danza mortal” cuyo episodio
mente, el argumentador inmuniza su punto de vista sin escuchar ni fatal es el desenlace de un conjunto de secuencias internamente
aceptar opciones alternativas). En consecuencia, el hecho de apa- organizadas en el sistema relacional violento. Dentro de éste nicho
drinar generalizaciones asentadas sobre el acto de “dar razones” relacional en el que las interacciones violentas han podido no sólo
adquiere un perfil dramático. Deslumbrarse con la creencia de que, ocurrir, sino escalar e intensificarse en el tiempo, el poder no es
donde hay argumentación no hay violencia y donde hay violencia algo estático; representa más bien un campo de fuerzas que cir-
no hay argumentación, nos condenaría a no comprender una enor- culan, cambian, se frenan, se potencian, mutan, se desvían, viran
me diversidad de relaciones en las que esta “violencia argumental” de un actor a otro, y desencadenan mecanismos de contrapoder y
acompaña a otras violencias más visibles. Carlos Sluzky (1994, p. resistencia. Quienes participan en esas coreografías violentas están
360) lo establece con elocuencia cuando muestra que es preci- sujetos a influencias recíprocas, que los llevan a un intermodelaje
samente el uso argumentativo del lenguaje el que muchas veces de sus reacciones (recursividades).
coadyuva a justificar actos violentos: En tal esquema complejizante, la comprensión del puntual episo-
La violencia adquiere características devastadoras cuando el acto dio violento no admitiría las típicas preguntas causales (“¿Quién
violento es re-rotulado (“Esto no es violencia, sino educación”), agredió a quién?”); tampoco daría cabida a las dicotomizaciones
cuando su efecto es negado (“No te duele tanto”), cuando el corola- que dividen el mundo desde una apriorística lógica binaria (cul-
rio de valores es redefinido (“Lo hago por tu propio bien”, “Lo hago pables/inocentes; héroes/villanos; vencedores/vencidos; ganado-
porque te lo mereces”), cuando los roles son mistificados (“Lo hago res/perdedores; buenos/malos). El campo de la violencia no está
porque te quiero”), o cuando la posición de agente es re dirigida configurado por lugares fijos (esenciales, inmutables, dados, defi-
(“Tú eres quien me obliga a hacerlo”). nitivos), sino más bien por rolesdinámicos y flexibles (que cambian
Ahora bien, que se hable de la violencia en términos que la esencia- de acuerdo con la posición ocupada en las laberínticas redes de
lizan y que se emitan, en torno a ella, tantísimas generalizaciones relaciones de poder donde un mismo individuo puede actuar a ve-
reduccionistas, no conforma el peor de los escenarios. Hay más: se ces como ‘sujeto dominante´ y otras veces como ‘sujeto resistente’
ha asumido, a priori, que ella se agota en lo episódico y que, por tanto, según la relación o aspecto a que se refiera). Incluso es en esos
el pensamiento polarizante permite entender tal episodio en función mismos tejidos relacionales donde pueden advenir posiciones in-
de dicotomías rígidas (víctima / victimario; sumiso / dominante). termedias, polivalentes, confusas y contradictorias, por lo cual la
pregunta dicotomizante acerca de si alguien es sumiso o poderoso
La simplificación de la violencia mediante el apriorismo lineal siempre nos lleva a otra pregunta: “respecto a quién”, e incluso “en
polarizante qué relación, en qué momento y en qué contexto” (Calveiro, 2005;
La noción de “a priori” alude a la estrategia de justificar una creen- Christiansen, 2012).
cia mediante el razonamiento, con independencia de la evidencia
empírica. En la investigación, los apriorismos son como una especie Reflexiones finales
de predefiniciones cuya validez se da por sentada. Pues bien, un La revisión crítica a la cual se han sometido los sesgos episte-
rastrillaje profundo por los intersticios de los estudios sobre la vio- mológicos esgrimidos a lo largo de este trabajo no tiene la pueril
lencia deja ver las emanaciones del poderosísimo apriorismo cau- intención de pretender su reemplazo por una epistemología libre
sal enclavado en los esquemas explicativos de las interacciones de los prejuicios del observador (por la sencilla razón de que toda
humanas. El mismo se apega a la noción de causalidad eficiente observación se realiza desde la ineludible perspectiva del obser-
que ordena los fenómenos en términos de la relación “mismas cau- vador). Lo lamentable respecto a los sesgos de la investigación no
sas – mismos efectos”, y se asocia con el típico modelo de “bola de reside en tenerlos, sino en no reconocerlos o no identificarlos. De
billar” que sirve para predecir el comportamiento del mundo mate- los corolarios que se siguen de tales omisiones, hay uno especial-
rial de acuerdo a las leyes de Newton. La estructura básica de una mente drástico como obstáculo de investigación, y tiene que ver
explicación causal se expresa en un lenguaje “objeto” (o lenguaje- con el hecho de que, lo que se gana en simplicidad epistémica
cosa) que, primeramente, clasifica el mundo en “partes” (o marca- con esta práctica viciada, se pierde en oportunidad de captar los
dores lineales) que luego se correlacionan siguiendo un orden que extraños bucles paradójicos y procesos de reatrapamiento a los que
avanza en progresión cerrada: A, utilizando B, actuó sobre C, para están sometidos nuestros esfuerzos por entender la violencia de
efectuar D (Hoffman, 1992). Indudablemente las bondades de tal pareja. De ellos caben mencionar aquí sólo algunos, cuya explo-
modelo tienen que ver con la capacidad predictiva que asegura. ración quedará pendiente para trabajos posteriores: por un lado,
Así, un análisis lineal se vuelve realizable a partir de la fragmen- se esgrime frecuentemente que los medios de comunicación y las
12
redes sociales han fungido como dispositivos facilitadores de una BIBLIOGRAFÍA
creciente sensibilidad hacia la violencia de género. El bombardeo Abbagnano, N. (2004). Diccionario de Filosofía. México: FCE.
periodístico que invade la noticia con su aggiornada presentación Calveiro, P. (2005). Familia y Poder. Buenos Aires: Libros de la Araucaria.
emotiva de los horrores de un feminicidio en particular (repetidos Christiansen, M. L. (2012). Las relaciones de poder desde una epistemolo-
uno tras otro) pareciera colaborar con el bienintencionado objetivo gía sistémica. European Scientific Journal, 8(20), pp. 141-162.
social de “crear consciencia”. Sin embargo, al mismo tiempo que Christiansen, M. (2014). Sobre la violencia y ciertos vicios epistemológicos.
les confiere realidad a los fenómenos (al no dejar que pasen des- El crimen pasional como ejercicio crítico reflexivo. Revista Vanguardia
apercibidos), va perpetuando el estilo psiquiatrizante de “describir Psicológica, 4(2), pp. 130-146.
los hechos”, recurriendo a los artilugios epistémicos del esencia- Christiansen, M. (2016) ¿Narcoinfierno O Narcolandia? Una Epistemología
lismo, la generalización y la linealidad causal. Por otra parte, en la Intempestiva sobre el Relato oficial de la violencia en México. European
medida en que busca cautivar la atención del espectador, convierte Scientific Journal , 12(11). pp. 129-155
a la violencia en un entretenimiento (que, por supuesto, no conside- Gergen, K. (1996). Realidades y relaciones. Aproximaciones a la construc-
rará como tal, sino como diáfana transmisión “objetiva” digna de un ción social, Paidós.
periodismo responsable). Como advierte Segato (2014), la violencia Hoffman, L.. (1992). Fundamentos de la Terapia Familiar. Un marco concep-
mediática (que mata a la víctima cada vez que repite la noticia) tual para el cambio de sistemas. Mexico, DF: FCE.
impele a una “pedagogía de la crueldad” en la medida en que no Jáuregui-Lobera, I. (2007). Psiquiatrización de la violencia de género: el
repara en despojar como ave de rapiña cuanto pueda aprovecharse papel de los Medios de Comunicación. Espéculo. Revista de estudios
de la imagen del cuerpo destrozado como objeto de consumo pe- literarios. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.
riodístico, aunque ello banalice el sufrimiento humano. La naturali- Najmanovich, D. (2005). El saber de la violencia y la violencia del saber.
zación del horror aumenta la desensibilización hacia el dolor ajeno, Campo Grupal, 8(69).
en detrimento de la empatía que regula las formas de convivencia. Nietzsche, F. (1881) Aurora. Editorial Biblioteca Nueva. Madrid. 2000.
Resta decir que, no sólo el periodismo noticioso queda entrampa- Pereda, C. (1998). Argumentación y violencia. El mundo de la violencia.
do en este mareador interjuego comunicacional, sino todo aquel Editado por Adolfo Sánchez Vázquez. México: UNAM, FCE.
producto de la denominada industria recreativa que, pretendiendo Segato, R. (2014). “Entrevista a Rita Segato”. Revista Maíz, 4. Facultad de
únicamente fungir de “distractores”, contribuyen a darle cotidia- Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.
neidad y “naturalidad” a las (editadas y reeditadas) formas de vida Sluzki, C. (1994). Violencia familiar y violencia política: Implicaciones te-
violenta. La potente industria del narcocine, las narconovelas y los rapéuticas de un modelo general. En D. F. Schnitman (Ed.), Nuevos
pirotécnicos narcocorridos son buenos ejemplos de este otro lado paradigmas, cultura y subjetividad. Barcelona: Paidós.
del mercado que trafica con la máxima visualización de la violencia Žižek, S. (2009). Sobre la violencia. Seis reflexiones marginales, Buenos
convertida en espectáculo audiovisual (Christiansen, 2016). Aires: Paidós.
Ante la perplejidad que nos genera el mar de contradicciones cultu-
rales bajo el cual buceamos, bien valdría la pena revisar no sólo la
violencia observada sino nuestra forma de observarla. Debiéramos
preguntarnos, por ejemplo, si esos sesgados modos epistemoló-
gicos de abordar el problema de la violencia de pareja han tenido
algo que ver en el aumento de la tensión de esas paradojas cultu-
rales. Nos hemos venido convenciendo, por ejemplo, de que el acto
de denunciar y resistir a las prácticas de dominación promoverá
formas de empoderamiento encaminadas a frenar la violencia. Sin
embargo, ¿No será justamente al revés? ¿No ocurrirá que, a mayor
simetrización en el empoderamiento social, mayor será la ferocidad
de las confrontaciones?
Ciertamente hay un llamado a la acción fundado en el apremio de
la alarma social sobre el tema de la violencia de género, y muchas
veces ese llamado va de la mano con la convicción de que no hay
tiempo para reflexionar. No obstante, como dice Zizek (2009), hay
veces en que lo más práctico es dejar de hacer y ponerse a re-
flexionar. Quizás, en la prisa por resolver, hemos dejado de mirar
aquellos bucles que revelan las múltiples formas en que la episte-
mología resbala y se vuelve contra sí misma (tornándose errática
y capciosa). Como bien aducía Nietzsche (1881/2000), en tanto
observadores “estamos en nuestra telaraña, y sea lo que sea que
cacemos, no podrá ser nunca más que aquello que se deje enredar
en la tela” (Aforismo 117). Y si bien no nos es dado despojarnos de
esos sesgos que nos hacen ver lo que vemos, podemos en cambio
revisarnos autocríticamente. Un posicionamiento austero en nues-
tras pretensiones epistemológicas podría ser inspirador de expli-
caciones que promuevan (en lugar de eludir) la corresponsabilidad
por los efectos indeseados que la misma investigación pueda tener
sobre el fenómeno de la violencia que estudiamos.
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MIRADA CLÍNICA Y DISCURSO PSIQUIÁTRICO
Coleclough, Elba Marta
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Luis XIV es quien propone el “gran encierro”, en donde se expresa y hay una reestructuración sintáctica de la enfermedad. Para que
el bien por medio de una pobreza sumisa al orden propuesto; pero esto fuese posible se debió también reorganizar el campo hospita-
por otro lado la pobreza no sometida y que intenta escapar a ese or- lario, las concepciones del enfermo y de la sociedad y establecer
den es considerada la “región del mal”. Esta escisión entre pobres una nueva relación entre experiencia y saber.
buenos y pobres malos es esencial para la estructura y significación El enfermo se inserta ahora en un espacio colectivo. El discurso
de la internación. Todo interno es tratado como objeto moral y la científico funda y constituye la experiencia al decir lo que se ve.
locura se reparte según esta dicotomía. El lenguaje del médico describe y descubre, es la manifestación
La locura es así desacralizada y se la coloca junto a los pobres, en de la verdad frente al “espacio discursivo del cadáver” que revela
el hospital. Aún a fines del siglo XVIII está ahí. El loco aparece como el interior. Surge el método anatómico - clínico donde se integran
un problema policial ya que altera el orden de los individuos en la espacio, lenguaje y muerte. No hay enfermedad relacionada con la
sociedad. Ocupa un lugar entre los pobres, los miserables y los va- metafísica del mal sino que se manifiesta plenamente en la visibi-
gabundos. La hospitalización los oculta y no hay preocupación por lidad de la muerte.
su curación sino que se trata de hacerlos trabajar condenando su La mirada médica es ahora una percepción de las diferencias y
ociosidad. El desocupado no será castigado ni expulsado sino ence- variaciones de un caso a otro, de los excesos o efectos; se trata
rrado y sostenido por el Estado. La internación masiva del siglo XVII de descifrar la enfermedad en sus caracteres específicos y el indi-
es una respuesta a la crisis económica de Occidente con desem- viduo reaparece como el apoyo de todos los fenómenos cualitati-
pleo, descenso de salarios y escasez de moneda. Durante mucho vos que se articulan en el organismo en la enfermedad; el enfermo
tiempo el Hospital General sirvió para ocultar a los desocupados y es único e irremplazable. Se produce el pasaje de la medicina de
vagabundos cada vez que se producía una crisis económica, pero las especies, con percepciones generalizadas en series y grupos y
fuera de la época de crisis el confinamiento adquiere otro sentido: distorsionada por elementos teórico filosóficos, a un conocimiento
se trata de hacer trabajar a los encerrados para hacerlos útiles a la detallado del individuo. Se considera que la práctica del hospital
sociedad. El trabajo es considerado la panacea de todos los males atenta contra las cualidades de la observación ya que el hospital es
de la sociedad y adquiere una connotación moral de penitencia y un considerado un lugar artificial que desconoce los rasgos esenciales
poder de redención. Es así donde la locura comienza a ser percibida de la enfermedad y que aun la complica y deforma por la “fiebre
en el mundo de las formas de la inutilidad social, es el horizonte de los hospitales” al entrar en contacto con otras enfermedades y
social de la pobreza, de la capacidad de trabajar y de integrarse al patologías. El lugar natural de la enfermedad es el de la familia, el
grupo social. La locura se liga así en el confinamiento a la razón y médico del hospital ve enfermedades deformadas, el que atiende
a las reglas de la moral. La internación hace posible los remedios a domicilio en cambio adquiere una experiencia genuina. Pero esta
morales (castigos y terapéuticos) que será la actividad principal de medicina de la asistencia familiar deberá apoyarse en una estruc-
los primeros asilos del siglo XIX. Ser tratado como insensato signi- tura controlada colectivamente en la que está integrado el espacio
fica someterse a un régimen de coacción y castigos para lograr un social en su totalidad. Medicina, Política y Estado deben relacio-
“sano arrepentimiento”. narse y organizar tareas de información, control y sujeción; es así
Además, la experiencia de la locura en la época clásica adquie- como se origina la Real Sociedad de Medicina (Versalles, 1776) con
re dos perspectivas diferentes: el loco reconocido como sujeto del tareas de investigación, elaboración, control y prescripción.
Derecho con su responsabilidad e incapacidad, por decretos de En el siglo XVIII el acto fundamental del conocimiento médico era
interdicción y por la definición de la enfermedad. En realidad, en situar un síntoma en una enfermedad y a ésta en una patología. En
la jurisprudencia de esta época aparecen las primeras diferencia- el siglo XIX el conocimiento fisiológico se instala en el núcleo de
ciones psicopatológicas (entre “tontos”. “imbéciles” y “estúpidos”). la reflexión médica: la bipolaridad entre lo normal y lo patológico.
El sujeto queda desprovisto de su libertad por su locura y la ju- Asimismo surgen nuevas instituciones reorganizando la medicina
risprudencia; además, hay una toma de conciencia por la cual se alrededor de la clínica conjuntamente con una enseñanza teórica.
lo excluye de la sociedad y se les asigna una culpabilidad moral. Además se proyecta la creación de nuevas escuelas de medicina
Recién en el siglo XIX se internará el hombre sin razón pero con un en las cuales la ideología toma una parte determinante en la res-
sentido terapéutico, destinado a curar a un enfermo. tructuración política y social y en las que se delimita el ámbito de
La medicina moderna nace hacia fines del siglo XVIII cuando cam- la profesión médica. El principio de elección y control se establece
bia la relación entre lo visible y lo invisible, la estructura de relacio- sobre la noción de competencia, es decir sobre el saber y la expe-
nes subyacentes a la enunciación de los discursos que posibilita la riencia del médico. Se diferencian “doctores” y “oficiales de salud”
aparición de una nueva mirada, una nueva percepción y un nuevo basándose en la cantidad de años de experiencia y formación teó-
lenguaje. El ojo del médico es la fuente de toda claridad, recorre y rica. Esto trae aparejada también una reforma en los hospitales; el
se adueña del objeto captando la irreductibilidad del individuo. Es enfermo es curado en dichos establecimientos lo que implica una
posible entonces el surgimiento de un nuevo discurso, hay una re- nueva relación entra la riqueza y la pobreza en la organización de
organización profunda y se abandonan las viejas teorías y sistemas la experiencia climita ya que el hospital se ofrece como posibilidad
de clasificación. Existe otra experiencia de la enfermedad fundada de inversión y reconocimiento al rico, haciéndolo rentable para la
en una percepción histórica y crítica. En el siglo XVIII se produce en- iniciativa privada y el pobre busca en dicha institución un alivio para
tonces un cambio esencial en el saber médico. Con un nuevo perfil su sufrimiento.
de lo perceptible y enunciable, reorganizando los elementos que La clínica es el intento de formar una ciencia únicamente sobre el
constituyen el fenómeno patológico. Se observan los signos pato- campo perceptivo y una práctica sólo sobre el ejercicio de la mira-
lógicos y se articula la enfermedad con el organismo. El empirismo da, que es la que descubre la enfermedad que se presenta bajo sig-
de la clínica permite observar las cosas tal como son, sin algún nos y síntomas. El signo anuncia, pronostica lo que va a ocurrir, la
discurso previo. Se abandona la filosofía, se rechazan las teorías enfermedad se manifiesta fenoménicamente. En la realidad natural
que entorpecen el mirar. Se produce una articulación nueva entre el signo se identifica con el síntoma pero lo que constituye al signo
lo que se ve y lo que se dice; cambian las formas de la visibilidad como tal son las operaciones que se refieren a la totalidad del cam-
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po de la experiencia, totalizando por comparación, rememorando el singularidad somática, el sujeto y el individuo”. El sistema discipli-
funcionamiento normal de un órgano, registrando la simultaneidad nario puede funcionar por sí solo ya que hay funciones y no indi-
y/o sucesión de tales signos y remitiéndose al examen de los cadá- viduos, y la disciplina es la forma capilar del poder que constituye
veres que hacen visible la enfermedad. al individuo como contracara de su ejercicio. Las ciencias del hom-
La clínica relaciona el acto perceptivo y el lenguaje; se describen bre resultan de esta serie de procedimientos y técnicas del poder,
las enfermedades por la relación material entre la conciencia y el que integran al individuo jurídico con el disciplinario, posibilitando
signo. La totalidad del ser de la enfermedad se agota en sus ma- el surgimiento de un nuevo discurso humanístico al descubrir la
nifestaciones, entre el significante – significado, lo percibido y lo alineación del sujeto enfrentándolo al discurso científico aceptado.
perceptible y el lenguaje. La tarea es percibir los acontecimientos En síntesis, la relación terapéutica detenta el poder en el psiquiatra
de un dominio abierto. y Foucault advierte los riesgos de manipulación y de deshumaniza-
Por otro lado, la pureza de la mirada está vinculada al silencio que ción al considerar al paciente como un “objeto”, no como persona.
permite escuchar, no sólo entiende un lenguaje sino que percibe el En la psiquiatría actual se considera que el encuentro terapéutico
espectáculo que se manifiesta, lo que implica una lógica de ope- implica responsabilidad y solidaridad humanas, un compromiso
raciones y una articulación en la génesis de la composición, basa- ético e insoslayable para el terapeuta en relación a su paciente, ya
da en el silencio originario de las cosas mismas. La disección de que debe ayudarlo a vivir su propia vida y a plenificar su existencia
los cadáveres fundamenta la anatomía patológica y permite una realizando su proyecto personal.
descripción de las enfermedades. Vida, enfermedad y muerte se
articulan y se integran técnica y conceptualmente.
Es en esta época que la anatomía patológica prescribe al médi- BIBLIOGRAFÍA
co las formas de interrogación al cuerpo; se impone la necesidad Díaz E. A. (1995). La filosofía de Michel Foucault. Buenos Aires: Biblos.
de acceder al interior del cuerpo vivo y para ellos se recurre a un Foucault, M. (1993). Las redes del poder. Buenos Aires: Almagesto.
conjunto de técnicas en que la vista es ayudada por el oído y el Foucault, M. (1994). El orden del discurso. Buenos Aires: Tusquets.
tacto y además a instrumentos como el estetoscopio. La faceta Foucault, M. (2001). La hermenéutica del sujeto. México: Fondo de Cultura
semiológica no sólo es una lectura sino que ofrece la posibilidad Económica.
de establecer una anatomía patológica proyectiva. Se produce un Foucault, M. (2001). Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones (M.
uso nuevo del discurso científico: decir lo que se ve, lo que implica Morey, Trad.). Madrid: Alianza.
fidelidad a la experiencia pero a la vez la fundación y constitución Foucault, M. (2004). Historia de la locura en la época clásica, I. Buenos
de dicha experiencia: “dar haber al decir lo que se ve”; la fórmula Aires: Fondo de Cultura Económica.
de descripción es al mismo tiempo descubrimiento que manifiesta Foucault, M. (2005). La arqueología del saber (A. G. Camino, Trad.). Buenos
el interior revelado del cadáver. Aires: Siglo Veintiuno.
Se inaugura la medicina positiva al despojar la enfermedad de toda Foucault, M. (2007). El nacimiento de la clínica: una arqueología de la mi-
connotación metafísica y al percibirla en relación con la muerte que rada médica. Madrid: Siglo Veintiuno.
se constituye en un a priori concreto de la experiencia médica. De Foucault, M. (2007). Historia de la locura en la época clásica, II. Buenos
esta forma, la medicina al develar la estructura antropológica de la Aires: Fondo de Cultura Económica.
finitud se constituye en el sostén de las ciencias del hombre, conte- Foucault, M. (2008). El poder psiquiátrico. Buenos Aires: Fondo de Cultura
niendo asimismo los gérmenes de las filosofías y planteos posterio- Económica.
res como la actitud fenomenológica que restituye la finitud concreta
y existencial del ser humano en relación con el mundo de la cultura,
del trabajo y del lenguaje, gérmenes que se han ido desarrollando
durante el siglo XX y continúan en nuestros días.
Con respecto al saber psiquiátrico, recién a principios del siglo XIX
la locura comienza a ser percibida como un trastorno de conduc-
ta. Las técnicas asilares u hospitalarias de este siglo (aislamiento,
interrogatorios, castigos corporales, duchas heladas, relaciones de
vasallaje, etc) configuran al médico como el “amo de la locura”,
que tanto la descubre como la apacigua. Durante 1860 a 1890 se
constituye en un eje central de la investigación el problema del
diagnóstico diferencial entre la enfermedad orgánica y enfermedad
psicológica, al describir la sintomatología específica de la epilepsia,
lo que permite reconocerla en su especificidad incluyendo al saber
psiquiátrico en el científico. También la histeria aparece como la
enfermedad “perfecta” que le permite al médico ejerce su poder
y conocimiento en relación a los pacientes dóciles. La locura se
transforma en objeto de conocimiento médico científico y el enfer-
mo es despojado de todo poder y saber respecto de su enfermedad,
es el último de los residuos inasimilables a cualquier disciplina. En
la práctica asilar y hospitalaria la escritura, el registro de lo que
acontece en la organización, se constituye en el instrumento y so-
porte del poder panóptico, que tiene la propiedad de exponer la
anomia, lo irreductible, y es a la vez normalizador, creando sistemas
de recuperación. Es decir que se modifican las relaciones entre “la
16
UNA LECTURA DEL SENTIDO DE LA VIDA
DESDE NIETZSCHE Y FRANKL
Eldahuk, Daniela
Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires. Argentina
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libertad por encima de las cosas que espera de nosotros nuestro es infinitamente más arriesgado, somos de cristal. ¡Pobres de noso-
ideal.”(Nietzsche, F., 2007, p 104) Este fragmento se lo puede pen- tros si apenas chocamos! Una caída, ¡y todo se acabo!” (Nietzsche,
sar con un ejemplo del texto del psiquiatra Viktor Frankl cuando F., 2007, p 133)En este fragmento, con un tono irónico, realiza una
expresa que más allá de que él y sus compañeros estén sufriendo crítica a los que tienen miedo de vivir, a los que prefieren no vivir
ser prisioneros, tenían momentos de arte, una especie de cabaret, por miedo a morir; lo que ellos ignoran es que al negarse a vivir, ya
en donde se estaba permitido este espacio y que actuaba como un están muertos. Dicha pasividad se refleja también en el parágrafo
velo para negar la realidad que estaban viviendo, aunque sea por 164: “Quien quiere dormir deja a oscuras su habitación o se mete
un momento (Frankl,1946). Más allá de este arte improvisado, el en una cueva. ¡Esto va para los que ignoran lo que buscan con
psiquiatra se da cuenta de que, teniendo ciertas actitudes en ese más empeño y les gustaría saberlo!” (Nietzsche, F., 2007, p 134)
lugar supuestamente de libertad, se lo favorecían dentro del campo Esta frase pareciera tener tintes platónicos, el conformismo de los
porque festejaba los chistes de forma exagerada (Frankl,1946). Ese prisioneros a los que refiere Platón en la alegoría de la caverna,
pequeño espacio para tener esta libertad, seguía siendo observado, sujetos no dispuestos a abandonar las comodidades de la caverna
evaluado, premiado. Esa expresión de arte, de libertad, de risa, ter- por ir en búsqueda de objetivos más elevados o no buscar otras
minó cayendo ante esta imagen externa del súper yo representada alternativas posibles a su existencia. A su vez, esta situación de
en los guardias. A partir de esto dejó de tener un fin en sí mismo el comodidad se la puede pensar con el hecho de que si el sentido de
arte de reír, se convirtió en una herramienta para satisfacer el deseo la vida es impuesto, en este caso, diría Nietzsche, por una religión,
ajeno y silenciar ciertos miedos dentro del campo. uno se queda cómodamente con ese sentido que le impusieron, no
El concepto de interioridad, que venimos desarrollando con el hará falta arriesgarse porque ya se le está dando a los hombres eso
nombre de “vía láctea” también se representa en el parágrafo 9 que actúa como una ley, como una meta que al estar impuesta has-
de La Gaya Ciencia con el nombre de “jardines secretos” (Nietzs- ta deja de tener un sentido, el sentido de la vida debería entenderse
che, 1882), la interioridad expresada nuevamente en metáfora, como algo propio y para uno mismo, no debería ser de otro para mí.
como explosión primaveral, belleza desconocida que al manifestar- Nuevamente entra en juego la creatividad, ya que sin ella sería im-
se causa sorpresa hasta en su propietario. Esto se ve claramente posible lograr salirse de una perspectiva determinada y encontrar
en algunas situaciones que describe Viktor Frankl en el campo de algo diferente, algo genuino, Nietzsche lo expresa del siguiente
concentración, en esa gente que creía que nunca iba a hacer de- modo en el parágrafo 196: “Solo oímos aquellas preguntas a las
terminadas cosas, y que, en esa situación, actuaba de formas aun, que podemos encontrar respuesta” (Nietzsche, F., 2007, p 139) Pa-
desconocidas para ellos. reciera que nuestra “capacidad auditiva” estaría acotada a ciertas
Podemos observar, algo de lo anteriormente mencionado en el pa- condiciones, ni siquiera estaría permitido escuchar lo que está por
rágrafo 58, donde Nietzsche habla sobre cómo podemos aniquilar fuera de nuestro campo auditivo; por eso es necesaria la voluntad
siendo creadores, de cómo las explosiones internas no destruyen, de crear, ya que nos permite flexibilizar y ampliar nuestro campo.
sino que crean. Nietzsche critica el hecho de que los hombres ha- Podemos observar también lo que nos dice Nietzsche en el pará-
yan creado a Dios, pero al mismo tiempo está a favor de todo lo que grafo 232: “Hay que aprender a estar despierto igual, a no estar
es creación (arte). ¿Dios podría ser arte? Creemos que solo para despierto si no es de un modo interesante” (Nietzsche, F., 2007,
su creador original, para el resto es dogma, arte que impone una p 143) Creo que esto se relaciona nuevamente con el tema de la
voluntad, no debería llamarse arte, el arte es libertad. creatividad, el estar abierto a diferentes perspectivas nos estimula
En referencia a que podemos aniquilar siendo creadores se en- la creatividad, lo que crea lo “interesante”, al poner en juego nues-
cuentra también es su texto Así hablo Zaratustra (1883) en donde tra interioridad para encontrar ese sentido.
la trasformación del hombre pasa por tres estadios, uno que carga El estar “despierto” tiene que ver con el tener la capacidad de ver
con pensamientos impuestos y esclavizantes (el hombre como ca- las oportunidades que da la vida y de las que somos capaces de
mello); otro en el que se rebela contra estos dogmas, destruyéndo- elegir por cual quisiéramos ir, estar atento a esos pequeños cam-
los con la fuerza de su voluntad (representado en la figura del león) bios; Frankl nos dice en su texto que “A diario, a todas horas, se
y el tercero y último, que muestra al hombre como un niño, en el ofrecía la oportunidad de tomar una decisión, decisión que deter-
cual la creatividad y el arte afloran del interior al exterior; el hom- minaba si uno se sometería o no a las fuerzas que amenazaban con
bre pasa del sometimiento, a la destrucción y la creación. En este arrebatarle su yo más íntimo, la libertad interna; que determinaban
caso, sería la creación del propio sentido de la vida, destruyendo los si uno iba o no iba a ser el juguete de las circunstancias, renun-
sentidos impuestos desde el exterior. Desde Frankl podemos decir ciando a la libertad y a la dignidad, para dejarse moldear hasta
que no es creación y búsqueda errática e incoherente, uno tiene la convertirse en un recluso típico.” (Frankl, V. 1991, p. 40)
responsabilidad de crear su propio sentido de la vida, porque no Una especie de consejo que nos da Nietzsche respecto de cómo
sería un objetivo igual para todos, no tendría relación con los fines vivir lo encontramos en el parágrafo 26: “Vivir quiere decir arro-
impuestos por alguna institución; él propone que los objetivos para jar todo el tiempo lejos de uno aquello que tiende a morir (…)”
el sentido de la vida sean diferentes para todos, y ni siquiera, tal (Nietzsche, F., 2007, p. 49) Si nos guiamos a rajatabla por este con-
vez, haya que crearlo sino descubrirlo, y descubrir también es arte, sejo, también habría que alejar al deseo, porque el deseo, no tiene
es el artes de des- cubrir lo oculto de nuestro jardín secreto. un objeto fijo, es cambiante a medida que cambian los ánimos de
En la búsqueda-creación el dolor es inevitable. Nietzsche cree que hombre; entonces tienen un fin, pero al mismo tiempo si el hombre
los que sufren este dolor siguen intactos gracias a su borrachera aleja el deseo, aleja el mismo sentido de la vida. Este sería un dile-
(Nietzsche, 1882), la alegría de estar vivos nos hace fuertes ante ma existencial al que Nietzsche solo nos arroja a la duda.
la adversidad. A lo largo del trabajo dimos cuenta de varios conceptos que sirvie-
Dicho autor no nos da recetas para ser felices, es una actitud, que ron para puntualizar el tema principal; tales como, el sentido de la
no se enseña, pero que se puede aprender a partir de uno mismo vida, el dolor, el placer, la felicidad, la libertad, la responsabilidad,
como introspección solitaria; a través de esto el miedo a vivir se irá el decidir, etc.
disipando por la fortaleza interna que vayamos ganando, “(…) vivir Podría decirse que se vieron varios puntos de coincidencia entre la
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concepción de vida nietzscheana de La Gaya Ciencia y los princi- BIBLIOGRAFÍA
pios básicos que propone Frankl que darán inicio a la creación de Frankl, V. El hombre en busca de sentido. Ed. Herder, Barcelona, 1991
la Logoterapia. Freud, S. El chiste y su relación con el inconsciente. Ed. Biblioteca Nueva,
Principalmente se vieron estas coincidencias en el papel prepon- Buenos Aires, 2006
derante que se le asigna al dolor, no como prueba de vida, sino Nietzsche, F. La Gaya Ciencia. Ed. Gradifco, Buenos Aires, 2007
como oportunidad de abrirse camino hacia nuevos horizontes, tanto Nietzsche, F. Así hablo Zaratustra. Ed. Centro Editor de Cultura, Buenos Ai-
como posibilitador de toma de decisiones, como favorecedor del res, 2011
reencuentro con uno mismo. Stolkiner, A. “Teórico N° IV. El concepto de salud de la OMS. Cátedra II
No quisimos dar a entender que el dolor es un sentimiento agrada- Salud Publica/ Salud mental, Facultad de Psicología, Universidad de
ble, claro que no, no creemos que el señor Frankl haya disfrutado Buenos Aires. Buenos Aires, 2003. Disponible en: http://www.psi.uba.
su estadía en el campo de concentración por varios años. Tratamos ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/obligato-
simplemente, de encontrar un sentido positivo a ese “sin-sentido” rias/066_salud2/material/unidad1/subunidad_1_1/stolkiner_teori-
que pareciera tener el dolor; como dijimos, todos nos preguntamos co_4_concepto_salud_oms.pdf. 01 de Noviembre de 2014
por las causas del dolor, y si necesitamos respuestas es porque
crea un corte en la subjetividad que necesitamos tapar, aunque sea
con religiones e imperativos.
La pregunta es agujero de la existencia, imposible de llenar (¡por
suerte!), pregunta que no pretendemos responder sino resignificar
desde lo más humano que tenemos: la razón, expresada en palabra
y los sentimientos.
El sentido de la vida, finalmente, se encontrara en la aceptación
de la vida tal cual es, no es una aceptación conformista, todo lo
contrario; gracias a nuestra posibilidad creadora podemos aceptar
activamente, buscando en nosotros la felicidad mas allá de no tener
el control sobre todo lo que nos rodea.
19
ACERCA DE LA IMAGINACIÓN: EL PROBLEMA DE
LA REPRESENTACIÓN EN CASTORIADIS Y FREUD
Ferme, Federico
Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. Argentina
20
siones o evitarlo en otras. Cada vez que el alma piensa, afirma en el sobre los dos principios del acaecer psíquico» (1911) Freud plantea
capítulo 8, es necesario que contemple a la vez algún phantasma, la existencia de un momento anterior a la instauración del principio
alguna forma o figura. Como para Aristóteles siempre hay pensa- de realidad en el que la actividad del pensamiento era el puro fan-
miento entonces habrá que suponer que siempre hay imaginación. tasear sometido al principio del placer. Es decir: imaginación libre.
Por consiguiente, tampoco es, como decía en un primer momento Cuando Castoriadis afirma que no hay una sola página en la obra de
Aristóteles, «un movimiento engendrado por la sensación en acto», Freud que no esté referida a la imaginación y a la capacidad crea-
puesto que siempre imaginamos. dora de la psique, aún cuando por momentos se la intente reducir
Desde las Cartas a Fliess (1987) y en los Manuscritos de 1897 u ocultar, evidentemente no está pensando sólo en las fantasías
se habla de la Phantasie y las Phantasien, aunque sin mencionar originarias (Urphantasie) ni en la «realidad psíquica». Se trata, al
ninguna clase de trabajo creativo dentro del conjunto de sus ope- fin de cuentas de la noción de representación (Vorstellung), que
raciones. Su actividad se reduce a recombinar pensamientos ya «Freud utiliza tantas veces como páginas tienen sus obras»[ix]. La
realizados y cosas percibidas anteriormente. En la fantasía no hay centralidad de esta noción la hace de suma complejidad. En primer
nada, puede leerse en el «Manuscrito L», que no haya sido ya perci- lugar, el abordaje de Freud se realiza conforme al pensamiento filo-
bido antes, su trabajo es de reproducción. Referencias semejantes sófico y la acepción de este concepto, más allá del uso original, no
pueden encontrarse en otros textos como «El creador literario y el es modificada, según afirman Laplanche y Pontalis. En este sentido
fantaseo» (1907-1908) en el que se opone el mundo de fantasía —y del mismo modo en que ocurría con la imaginación– la con-
a la «realidad efectiva». Laplanche y Pontalis en su artículo sobre cepción de la representación también está presa de la metafísica
las fantasías originarias (1964) han destacado esta encerrona en tradicional que privilegia el orden de la determinación como condi-
el pensamiento de Freud: «el mundo de las fantasías parece si- ción ontológica suprema. Por tal motivo, comienza por distinguirse
tuarse enteramente en el marco de la oposición entre lo subjetivo de la percepción, encargada de dar cuenta del mundo exterior, y por
y lo objetivo, entre un mundo interior que tiende a la satisfacción reproducir sus contenidos. Para André Green, en un principio toda
por la ilusión, y un mundo exterior que progresivamente impone la obra de Freud se encuentra atravesada por la distinción entre la
al sujeto, por la mediación del sistema perceptivo, el principio de percepción como garantía objetiva de la realidad y la representa-
realidad»[v]. Aquellos primeros tiempos de la obra de Freud estaban ción como efecto de engaño y amenaza al aparato psíquico[x]; «se
fuertemente marcados por el ambiente positivista que dominaba el presenta ante nosotros bajo la forma de un redoblamiento; en sí
campo científico de fines del siglo XIX y principios del XX. Las deri- misma, la representación de cosa es un redoblamiento con respec-
vas epistemológicas e incluso ontológicas, dependientes de modo to al acontecimiento “impresión de los sentidos”»[xi], sobre el que
directo de la metafísica tradicional para la que el ser es y sólo pue- se volverá en un momento. Aunque luego de 1911 y de los trabajos
de ser algo determinado, se manifiestan claramente en la distinción de Metapsicología (1915) la distinción representación-percepción
entre el orden imaginario de las fantasías y el peso de la realidad es dejada de lado. Freud se ve llevado a introducir la «prueba de
concreta y efectiva. De hecho, en su teoría de la seducción Freud realidad» como un criterio de distinción entre los estímulos prove-
hacía hincapié en la búsqueda de un acontecimiento fundante, una nientes del exterior de aquellos con origen interno. Hay que recor-
escena real de seducción del niño por parte de un adulto, que sería dar que ya en el Proyecto de psicología (1895) se planteaba la im-
origen, tiempo después, de defensas patológicas, principalmente la posibilidad del aparato psíquico para distinguir una representación
histéria, y de fantasías de seducción y recuerdos traumáticos liga- fuertemente investida de una percepción. La necesidad de incluir
dos a aquel acontecimiento primero. Sin embargo, aquella conocida la «prueba de realidad» pone en cuestión la distinción formal entre
frase de la «Carta 69» a Fliess de 1897 sentencia, por así decirlo, su las percepciones y representaciones y prepara el terreno para la
abandono de estas ideas. La confesión con la que Freud inicia esa posición más radical –aquella que rescata Castoriadis–en cuanto a
correspondencia —«ya no creo más en mi neurótica»[vi]– marcaría la relación entre pulsión y representación en Freud.
un giro, nunca aceptado del todo, en relación al lugar de las fan- Las mismas dificultades para distinguir la percepción de la repre-
tasías en la vida psíquica y, en consecuencia, también en la teoría sentación ya se encuentran en Aristóteles en sus intentos por des-
psicoanalítica. Las dificultades para creer en las historias relatadas cribir la relación entre sensación e imaginación (phantasía). Cuando
por sus pacientes, junto con un dato de orden estadístico irrefutable se refiere a esa imaginación segunda,según la denominación de
—si la seducción era un hecho real debía haber un adulto perverso Castoriadis, opone los productos de la sensación, siempre verdade-
por cada histérica, cuestión absurda e indemostrable– lo conduje- ros, a los de la imaginación, en su mayor parte falsos. En rigor sólo
ron a considerar la independencia de las fantasías respecto de un serían verdaderos los sensibles «propios» –«aquellos objetos que
orden material real. no pueden ser percibidos por ninguna otra sensación y en torno a
La búsqueda infructuosa de un fundamento real del contenido de las los cuales no es posible sufrir error, la visión del color, la audición
fantasías le permitió a Freud la introducción de dos nociones clave. del sonido»[xii]–, no los sensibles «comunes» (movimiento, tama-
Por un lado, la noción de «realidad psíquica» como característica ño, etcétera) ni tampoco los «accidentales» o «concomitantes», que
esencial de la vida subjetiva y como factor central de las neurosis, y pueden confundirse con la imaginación, e incluso llegan a ser indis-
por el otro, la idea de las fantasías originarias (Urphantasien) como cernibles de ella. En ese capítulo 3 del Libro III del De Anima Aris-
aquellas cuya estructura se funda sobre algo distinto al aconteci- tóteles afirma rotundamente que «la imaginación es, a su vez, algo
miento vivido[vii]. Podría afirmarse que la explicación filogenética distinto tanto de la sensación como del pensamiento»[xiii]. Luego
del origen de los contenidos de esas fantasías demuestra en parte agrega que no hay imaginación sin sensación, «la imaginación pa-
las vacilaciones de Freud respecto de renunciar completamente a rece consistir en un movimiento que no se produce si no existe
un intento de verificación positivista–. Es recién con este viraje en sensación»[xiv], del mismo modo en que se planteaba con Freud
su pensamiento que puede encontrarse aquella capacidad que para que la representación es un redoblamiento de la percepción.
Castoriadis tiene la psique, en tanto que imaginación radical, de El hecho de que se hable de representación en la obra de Freud es
organizar y presentar imágenes y escenas originariamente y con claramente una operación del traductor, cuestión que no debería
independencia de toda realidad[viii]. De hecho en «Formulaciones olvidarse. Este es el término utilizado por José Luis Etcheverry para
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la traducción directa del alemán. En cambio, López Ballesteros ha justamente a esta capacidad de la psique de crear representaciones
optado por la palabra «idea» para traducir la noción de Vorstellung (Vorstellungen) que sólo pueden formarse en y por la psique, ya que
de Freud. De acuerdo con las notas de Etcheverry en «Sobre la ella es «emergencia de representaciones acompañadas de un afecto
versión castellana» de las Obras Completas de la Standard Edition, e insertas en un proceso intencional»[xx]. Pero esto forma parte de
la elección del término representación responde al uso dado por un problema mayor con el que el psicoanálisis se enfrenta del mismo
Kant en la Crítica de la Razón Pura en donde se la distingue de modo en que lo ha hecho la Filosofía sin éxito. Se trata del clásico
la presentación de algo a la conciencia a través de la sensación. problema abordado por Descartes entre la extensión corporal y el
Así, la representación (Vorstellung) parecería tener un grado mayor pensamiento y del pasaje de uno a otro. Se trata, al fin de cuentas,
de mediatez respecto de la sensacón. En la versión inglesa, por de otra manera de plantear la relacion entre la cantidad y la cualidad,
el contrario, James Strachey no sostiene tal distinción y opta por problema que ya no es tan ajeno al pensamiento de Freud.
presentation para el término alemán Vorstellung, no haciendo di- Como es sabido en el dualismo cartesiano se distinguen por su
ferencias entre pensamiento y sensación, pero tampoco respecto naturaleza y sustancia el alma, en tanto que res cogitans, de las
de la imaginación: según consignamos, afirma Etcheverry, «esta dimensiones y propiedades de la materia de las que se compone el
última expresión valdría para la sensación o para los productos de cuerpo, en su condición de res extensa. De este carácter inextenso
la fantasía»[xv]—respecto a esto es pertinente recordar el estatuto de la sustancia pensante, y por lo tanto de su existencia incorpórea
similar que Descartes le daba a la imaginación y a la sensibilidad o desencarnada, se deriva como uno de los problemas de mayor
como facultades híbridas en la «Segunda Meditación»—. Como se- insistencia el modo en que ésta interacciona con el cuerpo material.
ñala Etcheverry, en Freud resuena la tradición kantiana para la cual Las dificultades para resolver este problema surgen de la diferencia
la representación (Vorstellung) es síntesis pues supone algo dado a de atributos entre el alma y el cuerpo y de su incompatibilidad sus-
la sensación y ligado por la actividad del entendimiento. Sin embar- tancial. Está claro que hay un flujo entre ambos: por un lado el pen-
go, es precisamente en este punto que debe abrirse una conside- samiento se transforma en movimiento cuando uno decide iniciar
ración respecto al giro propuesto por Castoriadis respecto del lugar una actividad, por el otro, un estado del cuerpo, un dolor producido
de la imaginación en Kant, y que por lo tanto podría ser extendido por un objeto punzante, por ejemplo, genera unas modificaciones
también a Freud, por lo menos en este punto. En «La Estética Tras- en el alma que la llevarán a mover al cuerpo de esa situación. Por
cendental» de la primera Crítica Kant afirma que nuestro conoci- lo tanto, comprender cómo el cuerpo es movido por el alma y cómo
miento surge de dos fuentes. La primera de ellas es la «receptividad ésta es afectada por él, teniendo ambos una naturaleza diferente es
de las impresiones», como la capacidad de ser afectado en la sen- justamente el problema con el que se enfrenta Descartes. Si bien
sibilidad; la segunda, la «espontaneidad de los conceptos», como la en el Las pasiones del alma afirma que el alma parece estar unida
facultad de conocer un objeto a través de sus representaciones. El a todas las partes del cuerpo en su conjunto, en rigor sus funcio-
carácter pasivo de la sensibilidad garantizaría que la aprehensión nes más específicas se ejercerían en un lugar determinado, que
de los datos materiales sea conforme al ser real de las cosas. De en suma es el que permitiría el pasaje de la cantidad a la cualidad
modo que la garantía del conocimiento verdadero descansaba para y viceversa. Se trata de la «glándula pineal» o conarion–«principal
Kant en esa pasividad receptiva, opuesta a aquella «espontaneidad asiento del alma en el cuerpo»—. Claro que apelar a esta idea junto
de los conceptos». Castoriadis, en cambio, afirma que la esponta- a aquella otra de los «espíritus animales» que recorren las cavida-
neidad de la imaginación ya opera en el orden sensible y que las des no parece una respuesta satisfactoria hoy día. Se la verá inclu-
impresiones están desde un primer momento «formadas» por esa so como irrisoria, aunque es testimonio del esfuerzo por elucidar
facultad de imaginar. Dicho de otro modo, en tanto la sensibilidad semejante problemática.
presenta algo organizado a la conciencia ella es parte de la imagi- Tal vez el mayor intento de Freud por resolver esta cuestión se
nación y no a la inversa, como podría pensarse[xvi]. Por estos moti- haya desarrollado sin mayores avances en el Proyecto de psicolo-
vos, cabe señalar que en tanto la imaginación «pone en forma» algo gía de 1895 en el que se buscaban establecer las condiciones del
que en sí mismo no tiene forma, sino que es tan sólo organizable, pasaje de un orden fisiológico y cuantitativo al orden cualitativo
no puede decirse que en rigor re-presente algo –es decir, que doble y psíquico de la representación y del sentido. Freud aborda este
o reproduzca una forma que ya es dada y no constituida—, se trata asunto particularmente en dos fragmentos específicos de aquel
más bien de una «presentación». trabajo. A decir verdad, dedicado a construir un aparato psíquico
Castoriadis considera a la noción de Vorstellung en Freud como pre- compuesto de neuronas y energías que circulan a través de «fa-
sentación en el sentido de «poner-colocar-por-delante»; «por delante cilitaciones», fiel al positivismo cientifico de la época, se topa con
que no es “ante” o “delante” de otra cosa, que no es ubicar-algo- una serie de interrogantes de importancia central. Bajo el subtítu-
delante-de-alguien, sino aquello mediante y en lo cual todo ubicar lo «El problema de la cualidad» Freud se pregunta precisamente
y todo lugar existen, colocar originario a partir del cual toda posi- dónde es que éstas se generan. En tanto que, como planteaba la
ción (…) tiene ser y sentido»[xvii]. Sobre este aspecto hace hincapié ciencia natural –a la que según Freud la psicología debía estar so-
Serge Leclaire en «Notas sobre el objeto del psicoanálisis» (1966). metida– en el mundo exterior «sólo existen masas en movimiento
Para la lengua francesa el término representación evocaría la di- y nada más» la psique debería contar con unos dispositivos que
mensión de un retorno en tiempo presente mientras que el término permitan «mudar la cantidad externa en cualidad»[xxi]. Es que
alemán Vorstellung acentuaría el espacio delante del cual la repre- el intento por construir una «psicología cuantitativa» –tal era la
sentación se coloca[xviii]. Una referencia a La interpretación de los intención de Freud en aquel momento– debe tener que poder dar
sueños de Freud permite encontrar un sentido similar a partir de la cuenta también de los fenómenos de la conciencia, cuya natura-
vinculación del término «posición» con el de representación. Así, el leza es eminentemente cualitativa. La conciencia, puede leerse en
devenir conciente, afirma Freud en ese texto, «es para nosotros un ese fragmento del Proyecto, «nos da lo que se llama cualidades,
acto psíquico particular, diverso e independiente del devenir-puesto sensaciones […]; cantidades, no las hay aquí en verdad»[xxii].
o devenir-representado»[xix]. Cuando Castoriadis afirma que Freud Las «masas en movimiento», que provienen del exterior y estimu-
ha descubierto el elemento imaginario del aparato anímico se refiere lan los sistemas neuronales y y j deben transformarse en cuali-
22
dades para que haya conciencia no sólo del mundo sino también epistemológico porque pone a la noción de representación en un
de las experiencias propias, éstas serían por consiguiente «el lugar radicalmente diferente. Lo cierto es que en la relación de de-
lado subjetivo de una parte de los procesos físicos del sistema de legación entre pulsión y representación ésta última no tiene ningún
neuronas»[xxiii]. Llegado a este punto Freud presenta el sistema modelo, «nada que cum-pla un papel de objeto con respecto a su
de neuronas w (omega) que, como la «glándula pineal» de Des- imagen»[xxvi]. La representación (Vorstellung) tiene un «referente»
cartes, se encarga de transformar esas cantidades encualidades. que paradójicamente no tiene forma ni contenido –condenada al
Aunque el modo en que esto se produce sigue siendo un misterio. mutismo ya que es energía y empuje— no tiene de hecho cualidad
El problema de las relaciones entre el alma y el cuerpo que atra- alguna, «nos hallamos ante una concepción de la representación –y
viesa el pensamiento filosófico es retomado por la teoría psicoana- aquí el pensamiento de Freud es revolucionario– sin ninguna refe-
lítica. Lo hace, ciertamente con las mismas dificultades. Aquellas rencia a lo representado»[xxvii]. ¿Pero si la pulsión no tiene nada
«masas de materia y energía» del Proyecto y el problema de la cua- que la representación pueda copiar más o menos fielmente —se-
lidad reaparecerían en los trabajos de metapsicología como proble- gún la definición clásica de lo que una representación es– de dónde
ma entre lo somático y lo psíquico a través de la noción de pulsión. salen esos elementos y el modo en que son organizados? La psi-
Más allá de las diferentes definiciones dadas por Freud, y luego que, en tanto que imaginación, tiene la capacidad de hacer surgir
desarrolladas por otros, se sabe que la pulsión es un «concepto una representación, una forma o imagen, «a partir de una nada de
límite» entre lo somático y lo psíquico, una «exigencia de trabajo» representación, es decir, a partir de nada»[xxviii]. La representación
cuya fuente corporal se asemeja a un proceso fisiológico, a una mo- podría ser pensada al fin de cuentas como una «presentación» o
dificación somática determinada que debe ser impuesta a la psique «posición» original, como la colocación de una figura, es decir, la
para poder apaciguarse o satisfacerse. Por momentos, en «Pulsio- cualificación y «puesta en forma» de la pulsión, que no tiene cua-
nes y destinos de pulsión» (1915) por ejemplo, parecería que es la lidad, a la psique, como modo de acceso a ella y como condición
pulsión la que representaría en la psique al estímulo proveniente de necesaria para su satisfacción. La pulsión es representada en la
la fuente corporal. En otras ocasiones, aún en el mismo año –como psique por medio de su presentación como forma –una forma que
en «La represión» y «Lo inconciente»– es en cambio la pulsión la es creada en su lugar– del mismo modo en que en los capítulos fi-
que teniendo una proveniencia somática debe ser representada nales del De Anima de Aristóteles podía leerse que la imaginación o
en el psiquismo. Laplanche habla de «relación de representacia» fantasía como poder separador presenta al pensamiento las formas
para esta función de delegación que Freud introduce con el término en los phantasmata. La relación entre la moción pulsional y sus
Repräsentanz, o bien con «representante» (Repräsentant) o incluso representantes psíquicos es indeterminada, no hay una represen-
con el verbo «representar» (repräsentieren). Evidentemente la len- tación canónica para la pulsión que sea siempre la misma: allí es
gua alemana no presenta las mismas dificultades que el castellano donde se encuentra el trabajo creador de la imaginación
para su comprensión. La serie de palabras expuesta no tiene nada
en común con el término Vorstellung, cuya raíz es otra. En el primer NOTAS
caso la representación y el representar se asocian con la figura del [i] Castoriadis, C., “El descubrimiento de la imaginación”, en Los dominios
embajador, del lugar-teniente o del enviado especial, del manda- el hombre, Ed. Gedisa, Barcelona, 1998, p. 150
tario o portavoz. Podría decirse que es más bien éste el conjunto [ii] Ibid., p. 159
de términos que debería someterse a la crítica –la realizada por [iii] Aristóteles, De Anima, Libro III Cap 7 431ª 15
Heidegger por ejemplo– que fue dirigida a la representación en tan- [iv] Castoriadis, C., El descubrimiento de la imaginación “, Op. Cit., p. 162
toVorstellung. A lo que refieren justamente es a la función de estar [v] Laplanche, J., Pontalis, J. B., “Fantasía originaria, fantasías de los oríge-
en el lugar de otro y ser su delegado, y ser tomado por otro. Por este nes, origen de la fantasía”, en El inconsciente freudeano y el psicoanálisis
motivo la representación como «delegación» no debe confundirse francés contemporáneo, Nueva Visión, Bs. As., 1976, p. 106
con la representación como «presentación» o «posición». A esta re- [vi] Freud, S., “Carta 69”, O.C., Vol 1, Amorrortu editores, Bs. As., 2004, p. 301
lación se refiere Freud con la enigmática ex-presión Vorstellungsre- [vii] Laplanche, J., Pontalis, J. B., “Fantasía originaria, fantasía de los oríge-
präsentanz des Triebes, «agencia representante-representación de nes, orígen de la fantasía”, en El inconsciente freudiano y el psicoanálisis
la pulsión»[xxiv]. La pulsión debe actuar sobre el psiquismo sin te- francés contemporáneo, Nueva Visión, Bs. As., 1976, p. 123.
ner cualidad psíquica, pues su origen es somático. El modo en que [viii] Castoriadis, C., “Imaginación, imaginario y reflexión” en Hecho y por
deviene presente a la psique –que deviene puesta (Gesetzwerden)– hacer, Eudeba, Bs. As., 1998 p. 297
es entonces a través de una representación (Vorstellung) como su [ix] Castoriadis, C., La institución imaginaria de la sociedad, Tusquets, Bs.
delegada o portavoz ante ella. Castoriadis sostiene que la pulsión As., 2007, p.. 430
«tiene que encontrar una representación, una Vorstellung para ser [x] Green, A., “Reflexiones libres sobre la representación del afecto”, en
representada –vertritt– en la psique»[xxv]. La representación como Una metapsicología revisitada, Eudeba, Bs. As., p. 120
Vorstellung, como «presentación» o «posición» es la representante, [xi] Ibid., p. 119
en tantoRepräsentant, de la pulsión, que en sí misma es muda, a [xii] Aristóteles, De Anima Libro III 6 10
la vida psíquica. [xiii] Ibid. III 428ª 15
El núcleo del pasaje del orden corporal al anímico se juega en esta [xiv] Ibid. III 428b 10
relación de representacia y representación en la que Castoriadis [xv] Etcheverry, J. L., Obras completas Freud: Sobre la versión castellana,
hace intervenir a la imaginación. Ésta debe crear una representa- O.C., Amorrortu editores, Bs. As., 2004, p. 24
ción (Vorstellung), con carácter psíquico, para que la pulsión cor- [xvi] El lugar de la imaginación en la Crítica de la Razón Pura es confusa.
poral tenga lugar en la vida anímica. La idea de creación debe ser Por momentos Kant la integra al orden de la sensibilidad y en otro forma
tomada en su justa medida. A pesar de que no se la encuentre en parte del entendimiento. Incluso en la primera edición de la crítica tiene
Freud, por lo menos de manera explícita, está claro que la psique un lugar privilegiado como «imaginación trascendental» en el proceso de
debe poder formar una representación, pues ella es representa- la «triple síntesis», que no volverá a aparecer en las siguientes ediciones.
ción. Este punto es para Green de suma importancia en el terreno [xvii] Castoriadis, C., Hecho y por Hacer, Op. Cit., p. 198.
23
[xviii] Leclaire, S., p. 150 BIBLIOGRAFÍA
[xix] Freud, S., La interpretación de los sueños, O.C., IV (1900), Amorrortu Aristóteles, De Anima, Gredos. Traducción Tomás Calvo Martínez.
Editores, Bs As., 2005, p.162. Castoriadis, C., “El descubrimiento de la imaginación”, en Los dominios el
[xx] Castoriadis, C., La institución imaginaria de la sociedad, Op. Cit., p. 442 hombre, Ed. Gedisa, Barcelona, 1998,
[xxi] Freud, S., Proyecto de psicología, O.C., Vol. I (1886-1899), Amorrortu Castoriadis, C., “Imaginación, imaginario y reflexión” en Hecho y por hacer,
editores, Bs. As., 2004, p. 353 Eudeba, Bs. As., 1998 p. 297
[xxii] Ibid., p. 352 Castoriadis, C., La institución imaginaria de la sociedad, Tusquets, Bs. As.,
[xxiii] Ibid., p. 355 2007, p.. 430
[xxiv] Freud, S., Lo inconciente, O.C., Vol. XIV (1915), Amorrortu Editorea, Etcheverry, J. L., Obras completas Freud: Sobre la versión castellana, O.C.,
Bs. As., 2005, p. 143 Amorrortu editores, Bs. As., 2004, p
[xxv] Castoriadis, C., Hecho y por hacer, Op. Cit., p. 189 Freud, S., “Carta 69”, O.C., Vol 1, Amorrortu editores, Bs. As., 2004, p. 301
[xxvi] Green, A., “Reflexiones libres sobre la representación del afecto” p. Freud, S., La interpretación de los sueños, O.C., IV (1900), Amorrortu Edi-
125 tores, Bs As., 2005, p.
[xxvii] Ibid. Freud, S., Proyecto de psicología, O.C., Vol. I (1886-1899), Amorrortu edi-
[xxviii] Castoriadis. C., La institución imaginaria de la sociedad, Op. Cit., tores, Bs. As., 2004
p. 444 Freud, S., Lo inconciente, O.C., Vol. XIV (1915), Amorrortu Editorea, Bs. As.,
2005
Green, A., “Reflexiones libres sobre la representación del afecto”, en Una
metapsicología revisitada, Eudeba, Bs. As.,
Laplanche, J., Pontalis, J. B., “Fantasía originaria, fantasías de los orígenes,
origen de la fantasía”, en El inconsciente freudeano y el psicoanálisis
francés contemporáneo, Nueva Visión, Bs. As., 1976, p. 106
24
REFLEXIONES EN TORNO A LA DIFERENCIA:
CONFLUENCIAS DESDE EL PARADIGMA DE LA
COMPLEJIDAD, TEORÍA SISTÉMICA, PSICOLOGÍA
HUMANISTA-EXISTENCIAL
Pajkuric Bustos, Elías Daniel
25
2013). Esto nos lleva a concebir ese entre, y a nosotros mismos falta para ser-como-yo. Digo que no-veo-en-el-otro, porque si así
como sistemas complejos. lo hiciera, me enriquecería de “ese otro” ya que lo vería como es,
Con respecto a esto, es necesario aclarar las propiedades de un sis- no-veo-al-otro veo lo que le falta para ser como yo, es decir, el
tema. Como bien lo explica Morin “un sistema es una interrelación otro ES en negativa.
de elementos que constituyen una entidad global o unidad global”
(1993, pp. 123-124). Esta definición nos señala dos ejes principales Me gustaría mencionar dos conceptos más que se van relacio-
a poner atención, a saber, “la INTERRELACIÓN de los elementos, y nando a lo antes dicho. En toda praxis es necesario, a la vez que
la unidad global que se constituye por esos elementos en INTERAC- se ejerce, pensar en el ejercicio la misma. Si como mencionamos
CIÓN” (Idem, la mayúscula es mía). Ampliando estos puntos men- anteriormente, para modificarnos debemos abrirnos a ese entre al
cionados, Ramírez nos señala que los sistemas complejos “pueden mismo tiempo que nos donamos, es necesario pensar sobre lo que
modificar sus estados internos como producto de tales interaccio- acontece, lo que nos sucede internamente, lo que se genera en esa
nes” (2014, pp. 83). Es decir, la interrelación y la interacción nos interacción. Es decir, debemos tener conciencia reflexiva o meta-
modifican, internamente; relacionarnos con otro, reflexionar sobre cognición. La propuesta que planteo tiene que ver con eso. Pensar
ese entre, que ocurre, entender que la diferencia radica en términos al mismo tiempo que hacemos. Relacionarnos con otro, un sujeto,
de interacción, de interrelación. re-valorarlo como sujeto más allá de la diferencia, es justamente
Para abrirse a esto es necesario, sin embargo, comprender empáti- producto del hecho de “pensar sobre el pensar-actuar”. “Metacog-
camente al otro (Feixas y Miró, 1994), es decir, no sólo “ponerme en nición significa el conocimiento de uno mismo concerniente a los
sus zapatos”, sino también, poder comprender los sistemas senso- propios procesos cognitivos o a todo lo relacionado con ellos… la
perceptuales con que ese otro se abre al mundo a la vez que se metacognición indica… el examen activo y consiguiente regulación
dona a ese mundo. Es decir de como siente, percibe, interpreta, y organización de estos procesos en relación…” (Nisber y Shuck-
construye, significa, y ve al mundo, y desde aquí cómo se rela- smith, 1986,pp. 54).
ciona con el mundo. Y ¿qué relación con la diferencia tiene esto? El otro concepto que lo trae Norma Filidoro (2009) se refiere a lo
Frente a otro, debemos abrirnos, a la vez que nos donamos, a ese que ella denomina “pensamiento sindrómico” y tiene que ver con
entre. Evitar en ese proceso dual, cortar al otro en pedazos, evitar el el etiquetamiento que se da, en especial en sobre las personas
reduccionismo al que tan acostumbrado están nuestras maneras, con discapacidad. El “pensamiento sindrómico” muy común en los
científicas o no, de conocer al mundo. Es entender que ese otro se ámbitos clínicos y terapéuticos, mucho más común en lo social,
estructura como tal por la confluencia de múltiples factores. Ya no opera imponiéndose sobre el sujeto, que impide que se generen
es pensar en términos lineales, se causalidad, o de un origen y un preguntas sobre el mismo, “es down”, “es pc”, “es ciego”… como
final, es pensar en términos de la complejidad, en múltiples dimen- si aquella etiqueta englobara una serie de representaciones socia-
siones, no buscando muchas veces el porqué, como un proceso en les o imaginarios colectivos en torno a lo que significa tener y ser.
continua estructuración y a la vez en continua desestructuración. Filidoro invita a pensar en términos de sujetos, no de síndromes.
Contextualizando a ese otro, entendiendo que a nivel intrasujeto En mi práctica he podido constatar esto. En el momento en que co-
hay múltiples confluencias que se dan, pero que se dan y se dejan mienzas a reflexionar sobre la praxis clínico-terapétucio empiezas
de dar. Que a nivel intersujeto con su entorno cercano, estas di- a comprender a ese otro, se produce una apertura a sentir la dife-
mensiones se vuelven a dar. A nivel más lejano, es decir a nivel de rencia, y ella te cambia, se comienza a apreciar que aquel sujeto
lo social, lo cultural, lo simbólico transmitido por ellos, se vuelven se relaciona con la terapia, con la práctica del “arte de curar” por
a dar. Es lo que es llamado “patrones espaciales” por la ciencia de una historia personal de singificaciones tanto de su círculo como de
la complejidad. su propia vivencia. Ya no se trata de “curar” o rehabilitar”, se trata
Debemos por ello, analizar el camino que como grupo social hemos de re-humanizarlo. En la educación sucede lo mismo, cuando uno
recorrido frente a algunos conceptos, camino en el que confluye lo mismo permite abrirse y donarse, reflexionar activamente a ese
conceptual y también aquel simbolismo mítico que se le van agre- mundo interno y relacional al mismo tiempo, se entiende que “esa
gando a esas definiciones. Cuando hablamos de otro, lo hablamos niña inteligente down” ha sido significada toda su vida como otra,
desde una “idelología del ser que es… una ideología de la sepa- una diferente, ella no es, ella es ese síndrome, ella es ese diagnósti-
ración de la exclusión de la expulsión centrípeta” (Skiliar, 2015, s/ co. Re-humanizar implica aceptarlo, aceptarla como es, como llega
pp.) y a su vez lo hablamos desde el otro extremo, es decir de la ex- con todas su particularidades, aceptar, para luego re-significar, re-
cesiva inclusión, asimilación o como dice Skiliar (ídem) centrífuga- dignificar, todo enmarcado en esa relación, en ese entre.
mente, es decir, marcando aquellos periféricos y aquellos centrales. Entender que la diferencia es una acción y que por medio de ella
‘Otro’ es sólo una palabra, no más que una palabra, de acuerdo, puedo re-humanizar, si en ese proceso dual de abrirse a recibir
pero no cualquier palabra. En realidad ninguna palabra es cualquier y donarse, se establece un vínculo que modifica la estructura in-
palabra. Pero, en el caso de la palabra ‘otro’, parece irremediable terna de ese sistema complejo “otro”. Ya deja de ser, para mí, un
que la pronunciación se cargue de toda su historia filosófica, cul- “sujeto sindrómico” pasa a ser un sujeto. La igualdad de opor-
tural, política, psicológica y pedagógica. Es decir: quisiéramos que tunidades, por ende, se establece una vez que se establece la
fuese apenas una palabra, pero por alguna razón es imposible y diferencia como vínculo.
cada vez que se escribe o se dice ‘otro’, reaccionan inmediata-
mente las filosofías del ser, las psicologías del ‘yo’, las políticas de
la confrontación vacía, las pedagogías que pretenden a toda costa
hacer equivalente la diversidad a la alteridad. (Skiliar, 2015, s/pp.)
La diferencia no pasa por “lo que el otro es”, pasa por aquello
que yo-soy y lo que yo-no-soy, pasa por aquello que (no-veo-
del-otro)-que-proyecto-en-el-otro y que considero que al-otro-le-
26
BIBLIOGRAFÍA Morin E (1993): El Método I: la naturaleza de la naturaleza. Madrid: Cátedra.
Feixas G y Miró M (1994): Aproximaciones a la psicoterapia: Capítulo III: la Nisbet J. y Shucksmith J (1986): Learning Strategies, Londres: Routiedge &
aproximación teórica: modelos humanísticos-existenciales. Barcelona: Kegan Paul. Trad. cast. de BERMEJO, A. (1987): Estrategias de aprendi-
Paidós. zaje Madrid: Santillana/Aula XXI.
Filidoro N (2009): cuando las etiquetas se tornan invisibles. III Simposio Ramírez S coordinador (2014): Perspectivas en teorías de sistemas. Ciudad
Internacional sobre Patologización de la Infancia. En “Niños o Síndro- de México: Biblioteca Aprender a aprender
mes?” DUEÑAS G coopiladora (2011) Buenos Aires: Noveduc. Skiliar C (2015): Acerca de la alteridad, la normalidad, la anormalidad, la
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Jablonka E y Lamb M (2013): Evolución en cuatro dimensiones: genética, cativo. Gestos mínimos para una pedagogía de las diferencias. Clase
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Lacan J (1964): Seminario XI: los cuatro conceptos fundamentales del psi-
coanálisis: Clase 18: del sujeto al que se supone saber, de la primera
diada, y del bien. Buenos Aires: Editorial Paidós.
27
ABURRIMIENTO, ANTEPROYECTO DE ACEDIA
Pallares, Martin
UBACyT, Universidad de Buenos Aires. Argentina
RESUMEN de ser del Dasein es la existencia, la relación de ser en la cual a este
Desde Ser y Tiempo, Heidegger distingue, que no se podría estable- ente le va su ser por y con su ser, entonces indefectiblemente la
cer una ubicación interna, ni tampoco externa del temple; siquiera comprensión (por su ser) tendrá que ser pensada a partir de la dis-
hace una psicología de los estados de ánimo. Lo que muestra, con posición afectiva (con su ser). Esta enfatización señala que ambos
el término disposición afectiva [Befindlichkeit] es que se abre un modos de apertura son formas constitutivas y co-originarias[iii].
espacio, una atmosfera en la que nos sumergimos y por la que que- Será pues que Befindlichkeit debe entenderse como un existencial
damos determinados. La Befindlichkeit debe entenderse como un fundamental que manifiesta el modo «“cómo uno está y cómo a uno
existencial fundamental que manifiesta el modo «“cómo uno está y le va”, poniendo al Dasein en su “Ahí”»[iv]. Lo remarcable y puesto
cómo a uno le va”, poniendo al Dasein en su “Ahí”». Lo remarcable a descubierto es que el Dasein se encuentra consigo mismo en sus
y puesto a descubierto es que el Dasein se encuentra consigo mis- estados de ánimo [Stimmung], dando un estar abierto al ser de las
mo en sus estados de ánimo [Stimmung], dando un estar abierto al cosas, a los otros y así mismo.
ser de las cosas, a los otros y así mismo.
Estructura de la Befindlichkeit:
Palabras clave Puntualizando lo anterior, y siguiendo la obra capital de Martin Hei-
Aburrimiento, Befindlichkeit, Acedia, Mundo degger, se pueden identificar tres caracteres ontológicos esenciales
que definen la estructura de la disposición afectiva:
ABSTRACT
BOREDOM, DRAFT ACEDIA I) «(...) la disposición afectiva abre al Dasein en su condición de
From Being and Time, Heidegger distinguishes, which could esta- arrojado, y lo hace inmediata y regularmente en la forma de una
blish an internal location, nor outside the temple; even makes a aversión esquivadora.»[v]
psychology of moods. What it shows, with the term affective dispo- En este primer resorte de la estructura de la Befindlichkeit se puede
sition [Befindlichkeit] is that a space, an atmosphere in which we anotar que la determinación existencial del Dasein, su condición
immerse ourselves and were determined that opens. The Befind- de arrojado, es abierta en la disposición afectiva. Por otro lado, el
lichkeit be understood as a fundamental existential which shows cambio constante de un estado anímico a otro, o sea, la “indetermi-
how «“how one is and how one would go”, putting Dasein in its nación afectiva”[vi], que puede ser persistente, monótona y desco-
“there”». What is remarkable is discovered and made Dasein finds lorida, hace que el ser del ahí [Das Sein des Da] se vuelva tedioso
himself in his moods [Stimmung], giving a being open to being of y se manifieste como carga. Asimismo, el Dasein es el ahí [Da] del
things, others and himself. ser [sein], por lo tanto el carácter de ser del Dasein que se presenta
como carga es el que es, la condición de arrojado [Geworfenheit] de
Key words este ente en su ahí. De este modo, en el cómo uno está, se revela
Boredom, Befindlichkeit, Acedia, World el carácter de carga del Dasein, o sea, revela que el hombre está
entregado, transpropiado al ex-sistir [Da-sein].
Desde el punto de vista ontológico, el estado de ánimo es un origi-
Introducción: nario modo de ser del Dasein, en el que éste queda abierto, antes
En el intento de fundamentar que la filosofía descansa y se impul- de todo conocer y querer. Ésta anticipación del estado de ánimo
sa desde un temple, Heidegger en Los conceptos fundamentales sobreviene al Dasein, irrumpe, emerge como forma-de-estar-en-
de la metafísica. Mundo, finitud, soledad enuncia, que la capta- el-mundo, no ya desde un adentro o un afuera.
ción de los conceptos y su rigor conceptual no es tal, si antes Para conceptualizar: la aperturidad que se trabaja en este punto,
no nos encontramos arrebatados por lo que ellos deben captar. tiene como particularidad que el Dasein siempre se encuentra con-
Explicita que este arrebato, su suscitar y sembrar, es la ocupación sigo mismo en sus estados de ánimo. Sin embargo ése encontrarse,
fundamental de la filosofía y procede de un temple de ánimo fun- el encontrarse afectivamente dispuesto, no en la forma de autoper-
damental y pertenece a él. cepción, sino como ente que está entregado a su ser, permite que
«La filosofía sucede en cada caso en un temple de ánimo funda- el Dasein queda entregado también al factum de que ya siempre ha
mental» [i] debido encontrarse. Entonces, la ambigüedad del encontrarse ya
Primeramente desde Ser y Tiempo, Heidegger distingue, que no siempre sido, incluye la responsabilidad y por ende una carga. Será
se podría establecer una ubicación interna, ni tampoco externa del pues, que el Dasein quede abierto por la disposición afectiva para
temple; siquiera hace una psicología de los estados de ánimo. Lo sí mismo, para su condición de arrojado, al modo de un huir; de una
que muestra, con el término disposición afectiva [Befindlichkeit][ii] aversión que intenta esquivar dicha condición.
es que se abre un espacio, una atmosfera en la que nos sumergi- Ya en esto se puede observar que la disposición afectiva lejos está
mos y por la que quedamos determinados. de poder concebirse como un examen de un estado psicológico.
Tanto la disposición afectiva, el comprender y el discurso carac- Inclusive, el carácter de aprehensión reflexiva, la constatación de
terizan, para el alemán, la actividad del Dasein en el estar-en-el- las vivencias, sólo es posible porque el Ahí ya ha sido abierto por la
mundo, donde la existencia implica la medida de un ser de posibi- disposición afectiva (apertura de la condición de arrojado).
lidades abierto al acontecer. Si se mantiene la vista en que el modo De esta manera se puede dar por lugar al segundo carácter esencial.
28
II) «La disposición afectiva es un modo existencial fundamental de la Temple de ánimo fundamental (el aburrimiento)
aperturidad cooriginaria del mundo, la coexistencia y la existencia, Desde el análisis de la estructura de la Befindlichkeit expuesta en
ya que esta misma es esencialmente un estar-en-el-mundo»[vii] Ser y tiempo, se pudo establecer la afectación que acontece al Da-
En éste, es el estado de ánimo el que abre el Ahí de modo originario sein, su apertura al mundo, a partir del vivenciar un estado afecti-
o lo cierra de manera obstinada. El abandono o la entrega al mundo vo. Ahora, se intentará contrastar la idea del temple, como estado
de las ocupaciones, será un ejemplo que marca el acaecer de una de la mencionada aperturidad co-originaria del mundo, a partir de
indisposición afectiva (Verstimmung, mal humo) que sobreviene al otro texto del maestro alemán. Se tomará entonces como brújula
Dasein y lo extravía de su ocuparse (Besorgen). hermenéutica, el curso del semestre invernal de 1929/1930, edita-
De esta manera queda conformado el segundo carácter enunciado; do bajo el título de Los conceptos fundamentales de la metafísica:
la apertura o el cierre del Ahí del Dasein está íntimamente ligado a mundo, finitud, soledad.
un estado de ánimo. Que el estado de ánimo sobrevenga significará En el mencionado curso, se retoma el problema de la disposición
que el Dasein en cuanto estado de ánimo es una forma del estar- afectiva, desde la comprensión del estado de ánimo (Stimmung).
en-el-mundo y emerge desde éste mismo. El estado de ánimo abre Allí se presenta la cuestión de que si es correcto constatar un tem-
el estar-en-el-mundo en su totalidad y hace posible un tender ha- ple de ánimo[xi].
cia… descartando la idea de que la Befindlichkeit sea un estado Ya se había comentado más arriba, que la disposición afectiva esta-
interior que se exterioriza maquillando el entorno circundante. ba lejos de ser el examen de un estado psicológico. En esta ocasión,
Heidegger hace una distinción entre un temple de ánimo superficial
III) «En la disposición afectiva se da existencialmente un aperiente y de otro fundamental. En el primer nivel puede mencionarse aque-
estar consignado al mundo desde el cual puede comparecer lo que llos sentimientos susceptibles de alguna oscura y peculiar mane-
nos concierne.»[viii] ra de constatación por parte del sujeto. Un ejemplo será aquellos
Para el último carácter, el autor explica que esta tercera determi- momentos donde se puede establecer algún sentimiento de gozo,
nación esencial contribuye a una comprensión más honda de la tristeza, enojo, etc. Por ejemplo, aquí puede ubicarse el estado pa-
mundaneidad del mundo. sajero frente a una situación determinada, donde la alegría surge, y
Pasando revista de lo anteriormente dicho, se puede advertir que puede ciertamente haber, una constatación objetiva del temple de
los entes comparecen en el mundo y el cual ya se presenta antici- ánimo. En ese momento y no otro; en tales circunstancias y no otras
padamente abierto, donde la co-constitución de aquél, se posibilita que el sentimiento es así. De esta manera, se puede decir momen-
por la acción de la disposición afectiva. Se agrega ahora que el táneamente que existe algo así como una constatación bastante
dejar comparecer de los entes mantiene vinculación primaria con peculiar de los temples de ánimo que no se mueve al mismo nivel
la circunspección (Umsicht). Este término para Heidegger, indica de los objetos dados.
el hecho de mirar alrededor, de abarcar con la mirada el horizonte En el segundo nivel, el escenario es otro; aquello que quiere es-
inmediato, de moverse en un ámbito de acción próximo y familiar tablecerse como temple de ánimo fundamental carece de la par-
y, por supuesto, de mostrar cierto interés por ese horizonte en que ticularidad de poseer la característica de lo que llama Heidegger,
el Dasein se ocupa de las cosas y se preocupa por los otros que constatación objetiva, ya que él la considera una empresa dudosa;
comparecen en él[ix]. más aún, imposible.
Será entonces que, al denominar circunspección, se ponen de re- Esta constatabilidad imposible de los temples de ánimo fundamenta-
lieve dos acepciones que confluyen: por un lado, se establecería un les marca que el registro que se presenta en este nivel de profundiza-
contacto con el mundo circundante desde un modo intuitivo (ante- ción no puede equipararse al análisis de un objeto. En otras palabras,
predicativo) y por el otro, de modo práctico (el de ser de cuidado). sería entonces imposible, hacer coincidir a los temples de ánimo
Porque una cosa es estar inmerso en las diferentes actividades del fundamentales al nivel de un objeto. Ya no serán pues, equiparables
mundo (Hingabe) y otra contemplarlas desde la mirada distante y a entes subsistentes observables susceptibles de constatación; más
distanciadora de la reflexión (Hinsicht). La disposición afectiva de- allá de que de alguna extraña manera, exista algo así como una cons-
signa el modo primario de existencia del ser, en el que el Dasein tatabilidad de ciertos temples de ánimo no profundos.
se entrega constantemente al mundo y se deja afectar por él y en Debido a este suelo resbaladizo de la comprobación objetiva, no
cierta forma se esquiva a sí mismo. se podría acertar a los rasgos esenciales de los estados afectivos
Por otro lado, el desarrollo en este punto puede prolongarse si se fundamentales. Será por ello oportuno, seguir el análisis propuesto
tiene en cuenta la noción de estar a la mano (Zuhandenheit)[x], por Heidegger, esquivar éste problema y abrir el interrogante sobre
que es el modo de ser del útil (Zeug) que comparece en el mun- el despertar un temple de ánimo fundamental, que lo define como
do circundante del que se ocupa el Dasein. De tal manera, dirá un hacer que se despierte lo que se duerme.
Heidegger, que lo útil o lo posiblemente a la mano, puede mos-
trar su inservibilidad, su resistencia y amenaza, ya que el estar-en Despertar lo que se duerme
se halla previamente determinado en su estructura existencial. La El despertar temples de ánimo es un modo de aprehender el Da-
afectación por lo que comparece dentro del mundo se funda en la sein, y la posibilidad de encuentro con la existencia solo será posi-
disposición afectiva y por lo tanto, abierto el mundo, de manera ble en medio de cierto temple fundamental. La disposición afectiva
amenazante. Lo que se llama aquí afectación, lo que acompaña brindará la posibilidad de la captación a-temática del ser. En otras
al trato con las cosas cotidianas, no es un sentir por el efecto del palabras, el trato del ente con su comprensión, ocurriría de modo
útil, más bien, debe entenderse la afectación, como un vivenciar permanente en el Dasein, ya que no es posible la captación de ma-
que está primeramente bosquejado por el estar-en-el-mundo en nera absoluta de la totalidad de lo ente, sino que, lo más cotidiano
disposición afectiva. es encontrarse en medio de ello[xii].
Siguiendo el texto trabajado en este punto, el filósofo, caracteriza lo
que considera un temple de ánimo fundamental. Es decir, que toma
al tedio o aburrimiento como temple para marcar las coordenadas
29
de su análisis. Pero lo que se encuentra en primer orden expli- muestra a la acedia en su completa dimensión, a saber: Como una
citado, es que no parte del aburrimento, sino de la aburribilidad, experiencia negativa de Dios. Esta experiencia se fundamenta en la
como aquello que constituye a lo aburrido en lo que es cuando está libertad del hombre como consecuencia de una autoculpable su-
aburriendo[xiii]. perficialidad respecto a la interpretación de Dios.
Cuando Heidegger ubica el uno se aburre (es ist einem langweilig), En esta concepción de la acedia, expuesta por el aquinate, se ob-
nos acerca al aburrimiento más profundo[xiv], el más esencial, el serva una tristeza específica y contradictoria, puesto que se dirige
cual tiene en sí mismo el carácter de que revela qué sucede con el hacia un objeto que tendría que ser motivo de absoluta alegría. Así
Dasein, tiene un el carácter de hacer manifiesto algo. la acedia no se mostraría como fenómeno negativo puro, sino como
«(…) ahora tenemos el estar forzados a un escuchar, un estar for- experiencia comprensora de la realidad, otorgando que el peso de
zados en el sentido de la coerción que todo lo auténtico tiene en la su tristeza abra la realidad previa de Dios y el mundo.
existencia (…) »[xv] Dentro de este panorama, el autor, corresponde lo mencionado con
Este aburrimiento, no sorprende súbitamente sin que alguna situa- lo que Heidegger entiende acerca del pesado carácter de la exis-
ción concreta lo movilice. Entonces, lo que nos rodea deviene indi- tencia. En ella se experimenta como pesada la propia existencia, el
ferente, tanto más cuando nos sentimos incapaces de hacer nada: propio peso del ser mismo. Entiéndase, que Heidegger dejará de
no el ente en particular -un objeto-, sino el ente en su totalidad -el lado a Dios y atribuirá todo el peso al mundo, hacia el cual el hom-
ser- se nos muestra rehusándose, y de golpe, adviene indiferente. bre se siente arrojado. De este modo, para Theunissen, la función
En efecto, ahora la posibilidad de experimentar el ser, se presenta de los estados afectivos continúa con la tradición de la acedia.
negativamente: al Dasein queda colocado ante el ser que le rehúsa, Ahora bien, llevando este concepto a la salud mental, Charbonneau
al que sin embargo no puede dejar de referirse pues tiene que pro- y Legrand[xix] ubican una constelación de síntomas que denominan
yectar su propia existencia. paradepresiones, tomando como figura tutelar a la acedia.
En el es ist einem langeweiling (uno se aburre) no hay pasatiempo Estos autores, revelan una labilidad sintomática en las parade-
correspondiente, es más, no es que el pasatiempo falta, sino que no presiones, pero caracterizan el hastío y pérdida de sentido de las
es autorizado en absoluto. Esto supone comprender la supremacía cosas. En estos sujetos, la relativa adaptación desfavorece un pro-
de este aburrimiento y consecuentemente, guarda relación con la fundo compromiso con el entorno, confiriéndoles un contacto su-
libertad, porque, el uno se aburre ubica en medio de un ámbito perficial con el mundo. Justamente, las situaciones, estimulantes o
donde ya no tiene poder el sujeto. excitantes, pueden ser considerados al mismo tiempo con despre-
Resumiendo hasta aquí, el aburrimiento simplemente sobreviene cio (alteración del sentido de valor).
de golpe: no hay pasatiempo, el mundo se ha vuelto indiferente y Se trataría de un vagabundeo en la acción que impide investir con
el sujeto desaparece en ese «uno» haciéndose un nadie indiferente. suficiente determinación las acciones. A su vez, la acedia tiene un
Del mismo modo, el tiempo nos es indiferente, ya no hay un pasado, carácter multipolar, ya que oscila entre la languidez, la torpeza, el
presente, futuro, sino una unidad temporal inarticulada. taedium vitae, la indiferencia y el aburrimiento.
En este aburrimiento, el tiempo, empuja a la existencia a su anula- Se le suman, sentimientos psíquicos y corporales de lasitud, quejas
miento. Así pues, esta fuerza anuladora propia del tiempo, que nos somáticas y desaliento.
es indiferente es lo que deniega, pero a su vez, apelando a lo que
manifiesta, es indispensable para que la existencia, conforme a sus Contemporaneidad tecnológica y aburrimiento
posibilidades, ha de ser aquello que puede ser y en el modo como Con el auxilio de Heidegger se había observado, que el aburrimiento
puede serlo. trasciende un mero estado psicológico. Más bien, se puede esta-
Habiendo incluido la noción temporal, se puede establecer un ter- blecer que el aburrimiento profundo alcanza al ser en su enraiza-
cer movimiento y dar un significado más esencial a la palabra miento corporal.
aburrimiento: Literalmente es largo rato (lange Weile), donde el Por otro lado, el acercamiento de la noción de acedia haría pensar
rato se hace más largo y se anuncian posibilidades que yacen las implicancias del aburrimiento en una constitución aparejada a
adormecidas. Precisamente en ese alargamiento del tiempo, se lo psicopatológico.
pierde la agudeza del instante a la vez que aumenta las opciones Pero se deberá demorar un poco esta inclinación, al puntualizar que
de lo posible. entiende Heidegger acerca del filosofar y su disposición afectiva.
Porque a la existencia, tiene que serle eminente el instante, ya que Al inicio de este trabajo se postuló que la filosofía sucede en un
es allí donde puede conseguirse la posibilidad propia y asumirse temple de ánimo fundamental, así continuando esta ilación, en
en cuanto tal. Este anulamiento sólo puede ser quebrado por el ¿Qué es filosofía?[xx] el maestro alemán traerá la idea de asombro.
instante en la medida que es una posibilidad propia del tiempo: un De este modo, dirá que el asombro más que una operación inicial
instante que no es un simple ahora, sino un destello de la mirada desde donde partir, sostiene y domina la filosofía de principio a fin.
en las tres dimensiones temporales. A su vez, se planteará, que los griegos se asombraron y que consi-
Heidegger, ante el escamoteo del aburrimiento propio de la épo- guieron hacerlo en un determinado momento. Su asombro no sería
ca moderna, contrapone una verdadera inmersión en ese vacío a de cualquiera manifestación de la naturaleza, sino que presta aten-
través del aburrimiento. Dado que hombre «(…) tiene que echarse ción a la llamada de lo ente, por lo cual, sin haber sido impulsado
en cada caso la existencia a las espaldas (…) el hombre tiene que por el asombro, estos hombres, no hubieran podido acceder a la
asumir [la existencia] expresamente.»[xvi] correspondencia con el ser del ente.
Sin embargo, no bien la filosofía se puso en marcha, el asombro, en
Acedia[xvii], estados afectivos y paradepresiones. tanto impulso, se volvió superfluo y desapareció.
Michael Theunissen[xviii] en su trabajo histórico-filosófico encuen- En consecuencia, otro estado de ánimo llevó a plantear la pregunta
tra, a partir de la acedia medieval y la melancolía antigua, antepro- sobre el ente en cuanto que es. La duda cartesiana puede compren-
yectos de modernidad. En el recorrido arqueológico que empren- derse, como un nuevo modo de disposición.
de, ubicará a la figura de Santo Tomás de Aquino, como aquel que Para Descartes la duda se convierte en aquel temple de ánimo
30
(Stimmung) en el que vibra la disposición afectiva para el ente [que las diferentes disposiciones afectivas se experimente el mundo y
es] con certeza[xxi]. Ésta certeza[xxii] igualará la forma en que se se manifiesta el ser en toda su plenitud, como una atmósfera que
determinará la verdad. a todo envuelve. Dado que los estados de ánimo fijan las condicio-
Dicho de otra manera, la duda como estado afectivo que otorga la nes de posibilidad de nuestras acciones (incluso de nuestros actos
confianza en la certeza del cogito ergo sum, continúa como una reflexivos), se reconoce abiertamente la función de apertura del
radicalización del asombro siendo el fundamento de la filosofía mo- mundo inherente a la disposición afectiva.
derna. La carta que se juega entonces, a partir de la modernidad, es El carácter antepredicativo de los estados de ánimo, el énfasis que
la certeza del proceso de control y dominio de la naturaleza, some- Heidegger le otorga al utilizar el término Stimmung por Befindli-
tiendo a ésta última a principios mecanicistas. El hombre, instalado chkeit, pone en relieve la dimensión de corporalidad que implica
en un mundo de certeza absoluta y, entregado a la eficacia de la el comprender. El estar de un modo u otro determina el ser-en-el-
técnica, queda subsumido a deambular alejado de lo más próximo mundo, el encontrarse.
y originario: su anclaje afectivo en el mundo. A su vez, el incluir la noción de mundo técnico propio de la moderni-
Ahora bien, si se puede sostener entonces que el ser se da, que dad y su hiper-tecnologización en la cultura contemporánea, puede
acontece, también se podrá decir, que cada época histórica deter- hacer limitar el mencionado anclaje afectivo en el mundo, por el
mina ese darse, estipula el tipo de relación que el hombre guarda interés[xxv] en el mundo[xxvi].
con el ser. Así lo que urge, es preguntarnos como puede ser posible Para finalizar, la inmersión en una experiencia de la existencia que
esa comprensión del ser en una contemporaneidad arrastrada a un se vivencia como carga, donde el mundo se ha vuelto indiferente,
aparente desdoblamiento del ser-en-el-mundo (In-der-Welt-sein): brinda el fundamento de un conocer desde coordenadas de un
un mundo de lo humano y paralelamente, un mundo virtual de la no-sentido.
tecno-ciencia. Siendo que, el sufijo no- que se antepone aquí, intenta remarcar la
Entonces, el asombro, como motor de la filosofía, o en nuestro caso dimensión ambigua de denegación-anuncio (aburrimiento), el al-
la llamada del ser, pone sobre el tapete, la necesidad de vislumbrar cance oscuro de demora-apertura (asombro).
que el horizonte de la cultura que brota bajo las narices, adquiere Entonces, la acedia, como estado directriz de las paradepresiones,
un matiz peculiar que se trastoca en lo interesante. dispone una atmósfera de caída de sentido, de afectación anesté-
La velocidad y la fugacidad de las comunicaciones y del encuen- sica en el estar-en-el-mundo. La lasitud, el desaliento, las quejas
tro[xxiii]; promueven una colonización de la tecnología y por lo tan- corporales propias de esta constelación de síntomas, pueden dar
to, una dilución del asombro a un mero errar por fluidos caminos en el clavo, de esa corporalidad que se rehúsa en la tecnologización
de fibra óptica. El espacio intangible, objetivo, impropio, al alcan- del mundo.
ce, puede poseer un costado que pueda llegar a fracturar nuestra Y así, a la luz de lo expuesto, se podría proyectar un pensar a éste
esencial armonía con el ser. no-sentido como diferente de un sin-sentido (entendiéndose a éste
último como un estado fatalista e impotente propio de la depresión).
Conclusión:
La manifestación de las paradepresiones en la cultura actual acom-
paña la necesidad de profundizar en lo que hoy se puede concebir NOTAS
como acedia o tedio. [i] HEIDEGGER, M., Los conceptos fundamentales de la metafísica: mundo,
Haciendo hablar a lo afirmado por Heidegger acerca del aburrimien- finitud, soledad, Madrid: Alianza, 2007, p. 30.
to se podría adentrar en la concepción que se propone este trabajo. [ii] El término Befindlichkeit que traduce el español J. Gaos como encon-
«Preguntar por este temple de ánimo fundamental significa pregun- trarse, es tomado por J. E. Rivera como disposición afectiva. Por otra parte,
tar por aquello que da a preguntar el temple de ánimo fundamental Stimmung fue traducido por este último, como estados de ánimo; Ges-
en cuanto tal»[xxiv] timmtsein como temple anímico y Gestimmtheit como temple de ánimo.
Esta cita permite introducir la diferencia de tratamiento que Heide- J. Gaos utiliza la traducción de temple para Stimmung, sentimientos para
gger, mantiene con la disposición afectiva. Stimmungen y estados de ánimo para Gestimmsein o Gestimmheit.
Se puede mencionar primeramente que en Ser y Tiempo existe una [iii] HEIDEGGER, M., Ser y Tiempo, Santiago de Chile: Universitaria, 2005,
ponderación del comprender por sobre la disposición afectiva, don- p. 157
de el vínculo entre el Dasein y el ser lo establece éste comprender. [iv] Ídem, p. 159.
De manera opuesta, el desplazamiento en el pensamiento de Hei- [v] Ídem, p. 160.
degger en Los conceptos fundamentales de la metafísica, puede [vi] Según traduce J. E. Rivera en HEIDEGGER, M., Ser y Tiempo, Santiago
observarse al valorizar un existencial como el temple de ánimo, de Chile: Universitaria, 2005, p. 117.
frente al comprender que había primado en su obra de 1927. [vii] Ídem, p. 161.
Otra evidencia que sustenta la tesis de éste trabajo, puede enten- [viii] Ídem, p. 162.
derse al observar la sustitución de la palabra Stimmung por Befind- [ix] El término Umsicht se distingue así de Hinsicht o Hinsehen: Éstos últi-
lichkeit para designar a la disposición afectiva. Frente al privilegio mos remiten principalmente a la mirada contemplativa, al modo teorético y
que la tradición filosófica concede a la racionalidad científica, el abstracto que se tiene al ver una cosa para fijar su contenido
filósofo alemán, reivindica la peculiar capacidad de apertura de los [x] «Heidegger crea el neologismo Zuhandenheit para expresar el modo de
estados de ánimo. Si el ser se sustrae a cualquier intento de repre- ser de aquello con lo cual nos las habemos en el uso cotidiano, un modo de
sentación, si se oculta cuando queremos aprehenderlo conceptual- ser que se caracteriza particularmente por no llamar la atención y por no
mente, sólo queda la posibilidad de un acceso afectivo al espacio mostrarse como enfrentado a nuestro propio ser. Lo Zuhandenes es lo que
de juego y al horizonte de sentido abierto por el ser mismo. “traemos entre manos”, casi sin advertirlo y sin ninguna objetivación.» RI-
El acontecimiento del ser se manifiesta básicamente a partir de VERA, J., “Notas del traductor”, En HEIDEGGER, M., Ser y Tiempo, Santiago
diferentes estados de ánimo, como en el aburrimiento profundo de Chile: Universitaria, 2005, p. Nota * de la pág. 97. pp. 467.
(Langeweile). Esto acerca a la idea que sólo desde el trasfondo de [xi] «Lo que en el orden ontológico designamos con el término de disposi-
31
ción afectiva [Befindlichkeit] es ónticamente lo más conocido y cotidiano: [xxi] Ídem, p. 62.
el estado de ánimo, el temple anímico.» HEIDEGGER, M., Ser y Tiempo, [xxii] Del latín certitudo. «En la Edad Media, certitudo no significaba certe-
Santiago de Chile: Universitaria, 2005, p. 158. za, sino la firme delimitación de un ente en aquello que es. Aquí certitudo
[xii] «…los temples de ánimo son el “presupuesto” y el “medio” del pensar todavía es sinónimo de essentia. En cambio, Descartes mide aquello que
y el actuar. Eso significa que se remontan más originalmente en nuestra verdaderamente es de una manera diferente.» ídem, pp. 61-62.
esencia, que sólo en ellos nos alcanzamos a nosotros mismos: como un [xxiii] Se podrá poner como ejemplo paradigmático el universo virtual que
ser-ahí.» HEIDEGGER, M., Los conceptos fundamentales de la metafísica: provee internet.
mundo, finitud, soledad, Madrid: Alianza, 2007, p. 99. [xxiv] HEIDEGGER, M., Los conceptos fundamentales de la metafísica: mun-
[xiii] Se distingue en la traducción, la diferencia entre Langeweile (aburri- do, finitud, soledad. Madrid: Alianza, 2007, p. 212.
miento) y Langweiligkeit (aburribilidad). RIVERA, J., “Notas del traductor”, [xxv] El termino interés (inter-esse) significa estar mezclado y entre las
en HEIDEGGER, M., Los conceptos fundamentales de la metafísica: mundo, cosas, y quedarse con ella. Lo interesante es aquello que de momento a
finitud, soledad. Madrid: Alianza, 2007, nota 2, p. 116. otro, puede ser indiferente y ser suplantado por otra cosa.
[xiv] En los conceptos fundamentales de la metafísica, Heidegger, plan- [xxvi] « (…) en tal ser aburrido por algo, el hombre aburrido, sin que sepa
tea tres modos de aburrimiento. El primero atañe a que algo aburra (Das expresamente de ello, quiere escapar de aquél ?es ist einem langweilig’,
Gelangtweiltwerden von etwas) y el segundo a aburrirse por algo (Das Si- es decir, tal como ahora lo vemos más claramente, quiere alejarse de la
chlangweilen bei etwas). Estas dos primeras formas, aclara, que son sólo posibilidad de que en él la existencia se manifieste y empiece a vibrar en
variaciones. Por tanto, a los fines de este trabajo, se incluyo en el cuerpo la forma caracterizada del tercer aburrimiento, es decir, en la amplitud y el
del texto solo el análisis de la tercera forma. agudizamiento» HEIDEGGER, M., Los conceptos fundamentales de la meta-
HEIDEGGER, M., Los conceptos fundamentales de la metafísica: mundo, física: mundo, finitud, soledad. Madrid: Alianza, 2007, p. 201.
finitud, soledad, Madrid: Alianza, 2007, p. 178.
[xv] HEIDEGGER, M., Los conceptos fundamentales de la metafísica: mun- BIBLIOGRAFÍA
do, finitud, soledad, Madrid: Alianza, 2007, p. 178. Charbonneau, G. y Legrand, J.M., Dépressions et paradépressions. Paris:
[xvi] Ídem, p. 211. Le Cercle Herméneutique, 2003.
[xvii] El término “acedia” (demonio del mediodía) constituye una versión Escudero, J., El lenguaje de Heidegger. Barcelona: Herder, 2009.
latinizada de la palabra griega akédia (a-kédia), es decir la negación de Lesmas González, D., “Uno se aburre: Heidegger y la filosofía del tedio”, en
kêdos (cuidado), descuido o falta de cuidado. Bajo palabra, revista de filosofía, núm. 4, pp.167-172.
[xviii] THEUNISSEN, M., Anteproyecto de modernidad: antigua melancolía y Heidegger, M., ¿Qué es filosofía?. Barcelona: Herder, 2004. Ser y Tiempo,
acedia de la Edad Media. Valencia: Colección Náyade, 2005. Santiago de Chile: Universitaria, 2005. Los conceptos fundamentales
[xix] CHARBONNEAU, G. y LEGRAND, J.M., Dépressions et paradépressions. de la metafísica: mundo, finitud, soledad. Madrid: Alianza, 2007.
Paris: Le Cercle Herméneutique, 2003. Theunissen, M., Anteproyecto de modernidad: antigua melancolía y acedia
[xx] HEIDEGGER, M., ¿Qué es filosofía?. Barcelona: Herder, 2004. de la Edad Media. Valencia: Colección Náyade, 2005.
32
UNA RESPUESTA PLURAL ANTE UN MUNDO COMPLEJO
Rovaletti, María Lucrecia
Universidad de Buenos Aires - Agencia Nacionla de Promoción Científica y Tecnológica. Argentina
33
masivas y mezclas de tradiciones y culturas, a la vez que movili- vulneración en áreas laboral, educacional y sanitaria, con escasa
za una preocupación por las diferencias. Por eso, la necesidad de consideración de su dignidad y sus derechos.
pensar esta relaciones interculturales en tanto componentes de la Algunas de estas nuevas subjetividades como las migrantes, plan-
convivencia y de la gestión social y política dentro de los estados tean desafíos particulares a las sociedades receptoras, no sólo
democráticos contemporáneos. respecto de la realización plena de los Derechos Humanos sino a
Si bien pareciera proyectarse a futuro la existencia de una sociedad su realización diferenciada. Son las nuevas “ciudadanías intercul-
planetaria, la variedad de prácticas culturales - sean asociativas turales emergentes” (Bonilla, 2011) que surgen de la interacción
o comunicativas- confluyen en identidades monádicas, híbridas y -libre o más o menos forzada- entre los grupos y las personas en
miméticas. “Diversificación y fragmentación aparecen como dos el marco de la pluralidad de nuestras sociedades a la vez globa-
caras de la misma moneda” (Hopenhayn). lizadas, trashumantes y fragmentarias. A esto debe añadirse que,
Ahora bien, frente a un etnocentrismo que pretende suprimir todo a menudo las políticas y las prácticas sociales dirigidas a estas
tipo de conflicto, ha surgido una lucha por la autoafirmación cultu- minorías, provienen de modelos de dominación e intentos de ho-
ral, por el reconocimiento de la diversidad y la competitividad entre mogeneización cultural.
los intereses de cada grupo. Se plantean de este modo y no sin Por eso, es necesario plantear una ética para un mundo globaliza-
dificultades, la búsqueda de reivindicaciones por los derechos de do, una ética intercultural que supere el monoculturalismo y sea
la minoría a la vez que el compromiso de reconocimiento de estos consecuente con la diversidad de valores a fin de lograr una convi-
nuevos actores sociales: derechos de la diferencia y visibilidad po- vencia social, requisito fundamental en una democracia pluralista.
lítica del campo de la afirmación cultural. En este sentido, el ciudadano cosmopolita es aquel capaz de hacer
Se trata entonces de analizar en el marco de los estados democrá- su propia vida pero con sus iguales (Cortina, 2003), que puede ofre-
ticos contemporáneos y de los espacios de relaciones globales en cer y construir nuevas alternativas al actual proceso de globaliza-
general, las relaciones conocidas como interculturales, multicultu- ción visto desde la ideología neoliberal. No solo trata de solucionar
rales, plurales[ii] en tanto componentes de la problemática de la los conflictos, sino de resolverlos con justicia, teniendo en cuenta
convivencia y de la gestión social y política. a todos los involucrados, a sus necesidades e intereses, sobre todo
a los más vulnerables. Sin una ética de unos mínimos de justicia,
Ciudadanía y diversidad cultural libertad y responsabilidad, no es posible una convivencia social pa-
Los múltiples cambios que se han venido generando a nivel mun- cífica, digna y plenamente humana, donde “el otro” desde su dife-
dial, nos obligan a reflexionar el concepto de ciudadanía, y con ello rencia sea considerado un interlocutor válido.
repensar una ética para un mundo globalizado que responda a los De este modo, se proyecta un panorama que obliga aún más a
desafíos de estos tiempos. En un mismo espacio público, coexis- profundizar el giro ético (Bonilla, 2006) iniciado en el siglo XX: la
te una diversidad cultural con sus interrelaciones conflictivas pero ética se obliga así a salir de la pura teoría y a enfrentar respuestas
también inclusivas. inmediatas.
Por eso, se postula una nueva comprensión de la universalidad
“como praxis de solidaridad entre las culturas” (Fornet, 2004: 3), Pluralismo y justificación de las normas morales
que revalorice las identidades étnico-nacionales en nombre del plu- La necesidad de justificar racionalmente las opciones morales, ante
ralismo, de la complejidad y de la diferenciación cultural. la propia conciencia y ante los demás, es el fundamento de la ética
Se trata de instaurar una globalización que se instituya desde la so- teórica[iii]. Esta exigencia se hace más acuciante en situaciones de
lidaridad, desde la ampliación de derechos, que socialice la demo- conflicto, cuando pareciera imposible cumplir con todas las exigen-
cracia como valor universal, que se encamine hacia el ideal de una cias de la moralidad, o cuando las propias convicciones morales se
ciudadanía cosmopolita, hacia un mundo en que todas las personas confrontan con convicciones distintas y hasta contradictorias. En-
se sepan y se sientan tratadas como ciudadanas (Cortina); una glo- tonces, la razón moral se ve forzada a convertirse en razón teórica
balización que además, controle los capitales especulativos, cuide porque se topa en la realidad con la existencia de conflictos y des-
la Tierra y preserve los ecosistemas. Pero para ello, se deben refor- acuerdos morales. Éstos exigen que se pueda dar cuenta ponde-
mar las instituciones internacionales, crear otras nuevas y asegurar rada, racional y justificadamente de las propias opciones morales.
comunidades transnacionales que se unan mediante acuerdos. «De acuerdo con esto, entenderemos el problema central de la éti-
Los múltiples cambios a nivel mundial, obligan a repensar el con- ca como la fundamentación de normas legítimas de convivencia
cepto de ciudadanía en términos de la ética intercultural, esa ética para la acción y para la interacción entre seres humanos, aunque
imprescindible para un mundo globalizado y a la vez diverso. Para sus morales sean diversas». «Por ‘normas éticamente justificadas’
Cortina (2004), educar para elcosmopolitismo implica no sólo que entenderemos normas de convivencia que los diversos sectores de
los ciudadanos sean bien informados y prudentes en sus elecciones la sociedad, probablemente con morales positivas distintas, consi-
de vida buena, sino también que tengan un profundo sentido de la deran legítimas, porque cada uno de ellos encuentra razones para
justicia y la solidaridad. La educación en su sentido más amplio ha aceptarlas, incluyendo razones morales, aunque esas razones, por
de jugar un papel fundamental ante los cambios de estilos de vida depender de morales diferentes, no sean las mismas para todos los
y comportamientos que caracteriza la sociedad actual, a fin de que sectores ni para todos los ciudadanos.» (Olivé, 135)
pueda enfrentar su complejidad creciente. Precisamente, una ciu- Sin embargo, el mundo actual asiste a la pérdida de homogeneidad
dadanía bien informada adquiere mayor capacidad para aprovechar cultural y credencial: se ha pasado de un sistema basado en la
sus recursos, y es menos permeable a las captaciones engañosas. hegemonía a otro de pluralidad de valores. Se trata de un fenómeno
Los debates sobre la ciudadanía insisten en la necesidad del reco- se da también a nivel religioso, moral, político, pasando del código
nocimiento activo a sectores de la población que tradicionalmen- único al código múltiple, del monoteísmo axiológico al politeísmo
te han sido excluidos de la sociedad política y, en muchos casos, axiológico (Weber) A menudo, esta situación es experimentada
hasta de la sociedad civil, como es el caso de las minorías étnicas como pérdida y otras veces como nostalgia. Se añora la situación
y/o de origen migrante, entre otras. Son grupos sometidos a una pasada, donde se daba una homogeneidad que permitía ver clara-
34
mente de la verdad separada del error (Gracia Guillén, 2000). muy violentos, que el “pluralismo” suponía otrora haber superado.
Por eso, “este heterogéneo abanico de visiones morales, exige Este contexto provoca una doble tensión en las democracias actua-
como abanico moral aglutinante el compromiso de una ética se- les. Por un lado, se busca apoyar y promover la diversidad cultural,
cular y pluralista, incluso una bioética secular. La moralidad de una el pluralismo en valores y mayor autonomía de los sujetos como
bioética secular.... es mas bien una moralidad capaz de vincular actores sociales, sin que ello se convierta en discriminación y ex-
extraños morales que se encuentran y colaboran pacíficamente” clusión. Por otro lado, se trata de asegurar la igualdad y equidad, sin
(Engelhardt, 1995: 452). De este modo, uno se ve compelido a vivir que ello conlleve una homogeneidad cultural y de estilos de vida.
la vida en dos dimensiones morales. Por una lado, al pertenecer Se requiere entonces, “una integración-sin-subordinación” que
a una comunidad real y concreta, uno tiene un compromiso con pase “por el doble eje de los derechos sociales y los culturales”
determinadas concepciones morales. Pero en la medida que no se donde una mejor distribución de activos materiales vaya asociada a
pertenece a otras comunidades morales, se requiere acercarse a un acceso más igualitario a los activos simbólicos (información, co-
éstas y dentro de los límites de la una moral secular y pluralista. De municación y conocimientos). A esto debe sumarse “una presencia
este modo, es posible la pluralidad moral por la limitación de cada más equitativa de los múltiples actores socioculturales en la deli-
una de ellas (Engelhardt, 1995: 453). beración pública”, y “un pluralismo cultural encarnado en normas e
Las respuestas no pueden ser sino plurales, dada la diversidad cul- instituciones” (Hopenhayn).
tural que se acrecienta cada vez mas por la globalización del mer- En esta lucha por la hegemonía y la apuesta por la democracia
cado y de los medios de comunicación masivos, por la migración, y cultural, la globalización, la interculturalidad se hace presente tanto
por el afianzamiento de la autonomía de los actores sociales, bajo la forma del conflicto como de promesa de mayor riqueza cul-
En el marco de la teoría cultural contemporánea, el razonamiento tural. ¿Cómo convivir entonces, en un mundo plural?
moral funciona como una acción mediada por herramientas discur-
sivas. Haste & Abraham (2008) postulan un modelo de la variación El pluralismo como concepción ética y política
cultural comprensiva (modelo of understanding cultural variation) El pluralismo se presenta desde esta perspectiva, como una con-
de los sistemas éticos, donde los individuos operan razonando y se cepción ética y política que favorece la apertura de sociedades
desarrollan en el contexto social. Este self dialogante desafía al in- compuestas por individuos y grupos libres que no participan de las
dividualismo kantiano. “La aceptación de la diferencia es el primer mismas convicciones culturales, morales, políticas, religiosas y fi-
paso para la comprensión” (Geertz, 1973). losóficas, pero por ello mismo intentan vivir juntos acordando en
un conjunto de reglas que aseguren la convivencia. No se trata de
Entre el pluralismo y los monismos tradicionales relativizar las propias convicciones, valores y presuposiciones, sino
Desde los inicios del tercer milenio, “la idea pluralista permanece... poder poner distancias de éstas para estar dispuestos a explicitar-
en el centro de las dificultades no solucionadas/superadas” señala las, a aceptar objeciones e inferir en consecuencia a fin de lograr
Hottois ( 2001: 646). como conclusión la mejor solución posible.
A este problema, se añade otro mayor, como es el equilibrio precario Sin embargo este pluralismo debe evitar dos riesgos simétricos.
entre las fuerzas de integración y de dislocación social. A la pérdida Por un lado, el “disenso perezoso” que deja de lado la discusión y
relativa de una identidad estable, se le suma una angustia de desin- la escucha del otro, y lleva a cada uno a cerrarse en sus propias
tegración psicológica y social percibida tanto por los individuos como convicciones: sólo hay una “yuxtaposición” de monólogos”. Por otro
por las colectividades. La negación del otro se encarna en el rostro lado, el “consenso forzoso”, donde se descartan los puntos de di-
más visible de la exclusión social que no hace sino perpetuarla. vergencia, llegando a acuerdos a nivel meramente pragmáticos, lo
Por otra parte, la mayor afluencia de migrantes internacionales y cual impide un esclarecimiento de los problemas tratados a nivel
fronterizos generan –o reviven- la xenofobia y los prejuicios racia- ético. (Hottois, 2001)
les en los países receptores, sobre todo de Europa Occidental. Este Al contrario, la práctica de la discusión pluralista postula una suerte
fenómeno se exacerba, con el aumento del desempleo y la retirada de distancia/escisión de la conciencia moral[iv] respecto a las pro-
del Estado de los servicios sociales básicos que se hacen cada vez pias convicciones, no para renunciar a sus valores y presupuestos
más deficitarios. sino para argumentar por ellos. Esto implica tomar conciencia que
Europa se ve hoy atravesada por dinámicas contrapuestas. Por un no hay valores en si, o absolutos, es decir fuera de la discusión o
lado, una integración política, económica, laboral y cultural que ins- del contexto de una época. Todo valor es histórico y social, consti-
cribe a sus habitantes en un marco ampliado de pertenencia. Por tuyéndose y comunicándose de generación en generación. Por eso,
otro y al mismo tiempo, las migraciones internas y externas y su una verdadera práctica pluralista supone tanto convicciones fuertes
impacto sobre sociedades golpeadas por el desempleo, así como la como una capacidad de distanciarse de ellas o relativizarlas.
fuerza de los regionalismos y sus identidades, interrogan y cuestio- Pero además, esta práctica pluralista se encuentra a su vez aso-
nan tanto al proyecto de integración europea como a la convivencia ciada a una sensibilidad tolerante y respetuosa, y a un sentido de
entre identidades heterogéneas. apertura que permite la confrontación de distintos puntos de vista
En América Latina y el Caribe la xenofobia hunde sus raíces histó- pero siempre dirigida a lograr como conclusión una solución la más
ricas en la discriminación étnico-racial, asociada a los pueblos de prudente y óptima. La discusión pluralista es, o debería ser una
origen, a los migrantes y a los pobres invisibilizados. experiencia al término de la cual las partes se encuentran más o
Ahora bien, como extensión del pluralismo aliado a la globalización, menos cambiadas.
se asiste ahora a un nuevo fenómeno: el surgimiento de diversos Pietro Prini, en Discurso y Situación, insistía que todo discurso se da
monismos tradicionales como el integrismo religioso, los naciona- en una situación. No es posible un monólogo, porque aún en la inti-
lismos, los movimientos de purificación étnica, los repliegues de las midad siempre hay un escenario imaginario. Hablando del discurso
diversas comunidades hacia solidaridades selectivas y exclusivas, social, insiste en dos elementos constitutivos: que el discurso sea
el surgimiento de identidades simbólicamente cerradas. Estos mo- representativo del grupo y sea además co-posible con los demás,
vimientos reactivan sin cesar, tensiones y conflictos eventualmente tomando una vieja noción de Leibnitz. De este modo, el pluralis-
35
mo nos invita a reconocer la legitimidad de las reivindicaciones, la Ciencias Humanas y Tecnológicas para la integración en el Conosur.
validez de los “extraños morales” y nos apela a una confrontación Internacional del Conocimiento: Diálogos en nuestra América”. Pelo-
pacífica. Desde las actitudes y las conductas propias, se requiere tas, Brasil, 5 a 07-05-2011.
“pasar a la convivencia en la diversidad, de manera que se haga Bonilla, A.: “¿Quién es el Sujeto de la Bioética? Reflexiones sobre la vulne-
posible este requisito tan esencial a la democracia pluralista. (Bil- rabilidad” en Losoviz A., Vidal, D. y Bonilla, A. (comp.): Bioética y Salud
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beny, 2002:119).
Calderon, F.: Hopenhayn, M. y Ottone, E. (1996): Esa esquiva modernidad:
Mas aún, el ejercicio de la ciudadanía consiste en cooperar en la desarrollo, ciudadanía y cultura en América Latina y el Caribe, Caracas,
construcción democrática de una sociedad más justa. Se trata de UNESCO-Nueva Sociedad, 1996.
plantear modos plurales, equitativos de articular la post- moder- Colom González, F. : “ Justicia Intercultural: una reflexión práctica sobre la
nidad para las minorías y las poblaciones vulneradas, para que transitividad de los principios morales”. Interculturalidad Nº 3, 2006
puedan empoderarse críticamente como actores capaces de ser (Perú) http://interculturalidad.org/numero03/2_093.htm
sujetos de diálogo, superando situaciones de marginalidad y dis- Cortina, A. (1998) Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudada-
criminación, y evitando sentimientos y vivencias de autonegación nía. Madrid: Alianza Editorial
como “otro cultural” respecto a los sistemas predominantes. Pero Cortina, A. (2004) Educar para una ciudadanía cosmopolita. Disponible el
estas apropiaciones, no deben ser una mera adscripción externa 10-06-2016: http://www.noucicle.org/acortina.htm
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diatez de la necesidad. Fornet Betancourt, R.: “Interculturalidad o barbarie. 11 tesis provisionales
para el mejoramiento de las teorías y prácticas de la interculturalidad
Como propone el pueblo de Bolivia,
como alternativa de otra humanidad”. Comunicación nº 4, 2006: pp.
“Vivir Bien o Buen Vivir” es: llegar a acuerdos en consenso, sin
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sometimientos; Fornet Betancourt, R. (2000) Tesis para la comprensión y práctica de la
respetar las diferencias, sin discriminar; vivir en complemen- interculturalidad como alternativa a la globalización. Disponible el 15-
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es saber comunicarse; es tener una sociedad con equidad y sin Fornet Betancourt, R. (2004) “Supuestos filosóficos del dialogo intercultural”.
exclusión; es defender, valorar y recuperar la identidad; es reto- Disponible el 10-06-2016: www.file://A:/Raul Fornet Betancourt.htm
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promover que los pueblos se unan en una gran familia; es priori- tura y las Artes.
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en reciprocidad, y como una forma de crecimiento; es no robar Gracia Guillén, D. (2000) Fundamentación y enseñanza de la Bioética. Bo-
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es recuperar recursos; es ejercer la soberanía; es aprovechar Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia: Propuesta modelo “Vivir
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indígenas, ya por la aculturación o el exterminio. López Soria, J.I.: “ Filosofía e interculturalidad”. Interculturalidad Nº 3, 2006
[ii] No se tienen en cuenta acá, las distinciones semánticas entre estos (Perú) http://interculturalidad.org/numero03/2_093.htm
conceptos. Lorenzo. Cl.: “La bioética Clínica desde una Perspectiva Inter-étnica”. Re-
[iii] La palabra castellana “moral” viene del latín mos, y puede significar vista Redbioética/UNeSCO, año 2, 1(3), 124-129, enero-junio 2011
tanto costumbre como carácter o género de vida. Aquí se incluyen los siste- Olivé, L. (199) Multiculturalismo y pluralismo. México: Paidós- Facultad de
mas morales concretos o conjuntos de normas y valores presentes en una Filosofía y Letras de la UNAM.
determinada sociedad que orientan y prescriben las conductas de modo Hopenhayn, M.: “El reto de las identidades y la multiculturalidad”, Pensar
inmediato. Aunque etimológicamente ética y moral tienen similar contenido Iberoamérica. Revista de Cultura (OEI, Organización de Estados Ameri-
semántico, se entiende por “ética” el estudio filosófico de los fundamentos, canos) Nº 0, Febrero 2002. Disponible el 05-06-2016: http://www.oei.
principios, deberes y demás elementos de la vida moral. Se trata de la es/pensariberoamerica/ric00a01.htm
teoría filosófica sobre la moralidad. El término “moral” por el contrario, se Rossi, E.: “Liberal Democracy and the Challenge of Ethical Diversity”,
aplica a la consideración práctica de los casos concretos. Human Affairs, A post disciplinary Journal for Humanities and Social
[iv] ¿ La epojé en Husserl, el velo de la ignorancia en Rawls? Sciences, 2008, 18(1), pp. 10-22..
Rossi, E.: “Liberal Democracy and the Challenge of Ethical Diversity”,
BIBLIOGRAFÍA Human Affairs, A post disciplinary Journal for Humanities and Social
Bertomeu, M.J., Gaeta, R., Vidiella, Gr. Guariglia, O.N. (2002) Universalismo Sciences, , 2008 18 (1), pp. 10-22.
y Multiculturalismo. Bs As.: Eudeba. Rovaletti, M. L.: “El otro como extranjero”, Schutzian Research (6) 2014,
Bilbeny, N. (2002) Por una causa común. Ética para la diversidad. Barcelo- pp. 139-149.
na: Gedisa, 2002. Tubino Arias-Schreiber, F: “La formación de la razón pública en las de-
Bilbeny, N. (2004) En busca de una ética intercultural. Disponible el 08-05- mocracias multiculturales”. Interculturalidad Nº 3, 2006 (Perú) http://
2016: www.pcb.ub.es/eticaintercultural/esp/articles.htm. 2004. interculturalidad.org/numero03/2_093.htm
Bonilla, A. (2011): “Ciudadanías interculturales emergentes en contextos
migratorios latinoamericanos”. Actas. CD-Rom. “Encuentro de las
36
RESÚMENES
LA NOCIÓN DE SUJETO Y MICROPOLÍTICA EN
EL PENSAMIENTO DE EDUARDO PAVLOVSKY
Cossi, Eduardo; Percia, Marcelo
UBACyT, Universidad de Buenos Aires. Argentina
RESUMEN BIBLIOGRAFÍA
Sobre la hipótesis general de que la indagación exploratoria, y aná- De Brasi, J.C., Pavlovsky, E. Kesselman H;(1996) Escenas Multiplicidad (Es-
lisis crítico de las formulaciones conceptuales y presupuestos teó- tética y micropolítica) Ed. Búsqueda de Ayllú. Entre Ríos. 1996.
ricos, políticos y filosóficos presentes en la publicación “Lo Grupal”, De Brasi, J. C.; Pavlovsky. E. (Comps.) (2000) Lo Grupal Devenires Historias.
permite visualizar las implicaciones institucionales de este movi- Ed. Galerna- Búsqueda de Ayllu. Bs. As. 2000.
miento y su vinculación con prácticas institucionales, contextos Pavlovsky E.; Dubatti J. (1999). Micropolítica de la Resistencia. Buenos Ai-
políticos y horizontes conceptuales hegemónicos de la psicología res: Eudeba.
en la argentina, abordaremos en particular la obra y pensamiento Pavlovsky E.; Dubatti J. (2004). “La Etica del Cuerpo: notas sobre teatro,
Eduardo Pavlovsky. En particular sus presupuestos filosóficos y po- política y subjetividad” Buenos Aires: Astralib.
líticos. Se presentan los principales características del pensamiento
de Eduardo Pavolvsky a la altura de su tercer etapa dramaturgia
(Dubatti) y a la luz de los giros expresados en sus colaboraciones
con la publicación Lo Grupal. (LG) . En este trabajo presentamos
su tratamiento de la noción de micropolítica, principalmente desa-
rrollada en “Micropolítica de la resistencia” y “La Ética del Cuerpo:
notas sobre teatro, política y subjetividad”. Se presenta su relación
con el teatro de Bertolt Brecht y la transformación de su noción de
sujeto y subjetividad, con sus respectivos presupuestos políticos y
filosóficos. Metodología: El modelo de análisis es Crítico hermenéu-
tico o, eexegético hermenéutico sobre relevamiento Bibliográfico.
Palabras clave
Pavlovsky, Micropolitca, Resistencia, Cuerpo
ABSTRACT
MICROPOLITICS AND SUBJECT’S NOTIONS IN EDUARDO PAVLOVSKY’S
THOUGHT
On the general hypothesis that the exploratory inquiry, and criti-
cal analysis of the conceptual formulations and theoretical, politi-
cal and philosophical assumptions present in the publication “The
Group”, to visualize the institutional implications of this movement
and its links with institutional practices, political contexts and he-
gemonic conceptual horizons of psychology in Argentina, we will
address in particular the work and thought Eduardo Pavlovsky. In
particular philosophical and political assumptions. The main featu-
res of the thought of Eduardo Pavolvsky up to his third stage dra-
maturgy (Dubatti) and in the light of the orders denominated in their
collaborations with the publication The Group are presented. (LG).
We present treatment of the notion of micropolitics, mainly deve-
loped in “Micropolitics of resistance” and “The Ethics of the Body:
Notes on theater, policy and subjectivity.” their relationship with the
theater of Bertolt Brecht and the transformation of his notion of sub-
ject and subjectivity, with their respective political and philosophical
assumptions presented. Methodology: The analysis model is Critical
hermeneutical or eexegético hermeneutical on Bibliographic survey.
Key words
Pavlovsky, Micropolitic, Resistance, Body
38
HERMENÉUTICA COMO SISTEMA COMPLEJOS
Helman, Ana Clara
Universidad de Buenos Aires. Argentina
RESUMEN BIBLIOGRAFÍA
Este trabajo se inscribe en las temáticas que la cátedra de Metodo- Bertalanffy, L. (1974). Robots, hombres y mentes: la psicología en el mundo
logía de la Investigación Psicológica II, vinculadas al aprestamiento moderno. Madrid: Guadarrama.
de metodologías para la investigación interpretativa. Conforme con Morin, E. (1992). El Método IV: Las ideas. (Vol. 4), (Trad. del fr. por Ana Sán-
ello, lo que se propone aquí es un análisis de la hermenéutica des- chez). Madrid: Cátedra.
de la epistemología de la complejidad, Se decide avanzar por esta Morin, E. (1993). El Método I: La naturaleza de la naturaleza. Madrid: Càtedra
línea, a partir de la creencia de que la hermenéutica remite cierta- Morin, E. (1994). Introducción al pensamiento complejo. (Trad. del fr. por
mente a un interpretar, a un re-significar. Pero considerando que Marcelo Pakman). Barcelona: Gedisa.
este re-significar no implica limitarse a un único sentido genuino, Ynoub, R. Cuestión de método. Aportes para una metodología crítica. 1a. Ed.
sino tomándolo como un logro nunca acabado, como un proceso
con un devenir en sí mismo con el que se invita al investigador
a adoptar una nueva postura en relación a la práctica investiga-
tiva. Lo interesante de “arrimar” los conceptos de hermenéutica
y sistemas complejos es que permite pensar en la hermenéutica
como algo complejo. Pensar en complejidad sugiere algo que es
difícil de entender o explicar, especialmente porque se compone
de muchos elementos o partes y esto podría suponer el encuentro
con un problema, y posicionándonos desde la Metodología de la
Investigación con el nudo argumental” de la investigación, con un
motor de búsqueda.
Palabras clave
Hermeneutica, Sistema complejo, Incertidumbre, Metodologia de la
investigacion
ABSTRACT
HERMENEUTICS AS A COMPLEX SYSTEM
This work is part of the themes that Professor of methodology of
psychological research II, linked to the readiness of the interpretive
research methodologies. Consistent with this, what is being propo-
sed here is an analysis of hermeneutics from the epistemology of
complexity, it was decided to advance along this line, from the belief
that the hermeneutic forwards certainly to a play, to a re-signified.
Considering that this re-signified does not imply just one genuine
direction, but taking it as an achievement never finished, as a pro-
cess with an evolution in itself that invites the researcher to take
a new position in relation to the research practice. The interesting
thing about “pull up” the concepts of hermeneutics and complex
systems is that it allows thinking about the hermeneutics as so-
mething complex. Thinking about complexity suggests something
that is difficult to understand or explain, especially because it is
composed of many elements
Key words
Hermeneutics, Complex system, Uncertainty, Research methodology
39
EL PSICOANÁLISIS COMO MÉTODO DE INVESTIGACIÓN
Mayer, Maria Beatriz
Universidad de Lanús. Argentina
RESUMEN BIBLIOGRAFÍA
Desde la filosofía de la ciencia neopositivistas como la que repre- Díaz, E.(2000). La posciencia. Buenos Aires. Biblos.
senta Mario Bunge que nombra al psicoanálisis como pseudocien- Díaz, E. (2008) . Epistemologías y Psicoanálisis recuperada el 6/1/2015
cia o desde el discurso de algunos psicoanalistas que consideran al etherdiaz.com/textos/epistemologías-psicoanalisis.htm
psicoanálisis como un saber extraterritorial alejado del discurso de Díaz, E.(2010). Las grietas del control. Buenos Aires. Biblos.
la ciencia vemos una relación de tensión y exclusión mutua entre Díaz ,E. (2006). Hermenéutica calificada. Inédito
ciencia y psicoanálisis. En este trabajo se sostiene una reflexión Galende,E.(1997).La interpretación. Buenos Aires. Lugar
epistemológica que propone una posición diferente y convoca a la Lacan, J. (2014). Escritos 1. Buenos Aires. Siglo XXl
conversación. Posciencia y Hermeneútica calificada son aportes de
Esther Díaz que consideramos útiles para pensar al psicoanálisis
como método de investigación y escuchar al malestar de la cultura
de nuestra época con la marca del inconsciente y la pulsión de
muerte. Se intenta hacer una reflexión epistemológica ensamblada
en una filosofía de la cultura, relacionada con el poder, la ética,
el deseo y se considera que tanto lo micro como lo macro están
atravesados por las mismas intensidades epocales. “Solo porque
el malestar se hace conflicto se plantea como inexplicable, solo
porque la historia tensiona sobre el presente reclama la teoría y
según creo, es solo en la complejidad de ese malestar y su espacio
histórico que es posible intervenir con la crítica actuar con la inter-
pretación”. (Galende,1997, p.39)
Palabras clave
Posciencia, Hermeneutica calificada, Metodo, Psicoanálisis
ABSTRACT
PSYCHOANALYSIS AS A METHOD OF RESEARCH
From the philosophy of neopositivists as representing Mario Bun-
ge naming psychoanalysis as a pseudoscience or from the speech
of some psychoanalysts who consider psychoanalysis as a remote
extraterritorial know the discourse of science we see a relations-
hip of tension and mutual exclusion between science science and
psychoanalysis. This paper proposes an epistemological reflection
that a different position and calls the conversation is held. Posts-
cience and Hermeneutics are qualified contributions of Esther Diaz
we consider useful to think of psychoanalysis as a method of re-
search and listening to the malaise of the culture of our time with
the mark of the unconscious and the death pulsion . It tries to make
an epistemological reflection assembled in a philosophy of culture,
related to power, ethics , desire and considered that both the micro
and macro are traversed by the same epochal intensities.
Key words
Postsciencie, Hermeneutics qualified, Method, Psychoanalysis
40
¿EXISTE UNA CRISIS EN LA PSICOLOGÍA ACTUAL?
CONTRIBUCIONES FILOSÓFICAS, SOCIALES Y
POLÍTICAS PARA SU ANÁLISIS Y SOLUCIÓN
Robles López, Nicolás Leonardo
Universidad de Buenos Aires - CONICET. Argentina
RESUMEN BIBLIOGRAFÍA
A lo largo de la historia de la psicología como disciplina indepen- Althusser, L. (1974/1985). Curso de filosofía para científicos. Barcelona:
diente de la filosofía distintos autores han planteado la existencia Planeta-De Agostini.
de un estado de crisis en el campo disciplinar debido a la prolifera- Blanck, G. (1987). Teoría y método para una ciencia psicológica unificada.
ción de teorías que no se relacionaban entre sí. Este diagnóstico de En Siguán, M. (ed.). Actualidad de Lev S. Vigotski. Barcelona: Anthropos.
una crisis en la disciplina fue recientemente puesto de manifiesto Bühler, K. (1927/1966). Crisis de la psicología. Madrid: Morata.
en un debate desarrollado entre psicólogos provenientes de distin- Caparrós, A. (1978). La psicología, ciencia multiparadigmática. Anuario de
tas escuelas de la psicología y ubicaciones geográficas. Asimismo, Psicología, 19, 79-109.
últimamente se ha planteado una discusión referente a la crisis de Caparrós, A. (1991). Crisis de la psicología: ¿singular o plural? Aproxima-
reproducibilidad dentro de la ciencia psicológica. En este trabajo se ción a algo más que un concepto historiográfico. Anuario de Psicología,
realizará un análisis en profundidad de ese debate con el objetivo 51, 5-20.
de elaborar tesis relativas a la problemática en discusión. Asimis- Doria, N. G. (2009). No more than conjectures: Popper and the ethics of
mo, se planteará un marco de análisis diferente para la problemá- scientific enterprise. Integrative psychological and behavioral science,
tica, que incluya los análisis empíricos de las condiciones sociales 43(2), 116-125.
de construcción de conocimiento científico y también que permita Earp, B. D. & Trafimow, D. (2015). Replication, falsification, and the crisis of
delinear una política o guía para la solución de esta problemática confidence in social psychology. Frontiers in Psychology, 6: 621.
que aqueja a la psicología. García Barceló, A. (1988). Filosofía y ciencias psicológicas. En AA. VV.
(1988). Psicología y nuevos tiempos. Buenos Aires: Cartago.
Palabras clave Nordbeck, P. (2013). Cognitive Psychology in Crisis: Amelorating the
Crisis, Actual, Psicología, Filosofía, Política Shortcomings of Representationalism. M. Sc. Thesis, Lund University,
Department of Psychology.
ABSTRACT Parker, I. (2014). Psychology after the crisis. Scientific paradigms and poli-
IS THERE A CRISIS IN CONTEMPORARY PSYCHOLOGY? PHILOSO- tical debate. East Sussex: Routledge.
PHICAL, SOCIAL AND POLITICAL CONTRIBUTIONS FOR ITS ANALY- Piaget, J. (1965/1970). Sabiduría e ilusiones de la filosofía. Barcelona:
SIS AND SOLUTION Península.
Throughout the history of psychology as a discipline independent of Yurevich, A. V. (2009). Cognitive frames in Psychology: Demarcations and rup-
philosophy, different authors have proposed the existence of a state tures. Integrative psychological and behavioral science, 43(2), 89-103.
of crisis in the disciplinary field due to the proliferation of theories Zittoun, T., Gillespie, A. & Cornish, F. (2009). Fragmentation or differentia-
that were not related to each other. This diagnosis of a crisis in the tion: questioning the crisis in psychology. Integrative psychological and
discipline was recently highlighted in a debate developed among behavioral science, 43(2), 104-115.
psychologists from different schools of psychology and geographic
locations. Also, lately it has raised a debate concerning the replica-
bility crisis within psychological science. In this paper we will con-
duct an in-depth analysis of this debate in order to elaborate thesis
on the problems under discussion. Also, we will suggest a different
framework for this problem, which includes empirical analyzes of
social conditions of construction of scientific knowledge and allows
to delineate a policy or guideline for the solution of this problem that
afflicts psychology.
Key words
Crisis, Contemporary, Psychology, Philosophy, Politics
41
VIII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología
Se terminó de editar en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires en el mes de octubre de 2016
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