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Revista Austral de Ciencias Sociales 29: 49-69, 2015

ISSN 0718-1795

ontologizados y naturalizados). En ese


variopinto mosaico, la craneología (una forma
específica del aún elogiado “cerebralismo”) fue
uno de los proyectos explicativos y predictivos
de mayor envergadura durante el siglo XIX.
Partió de supuestos materialistas, deterministas
e individualistas, y validó una densa visión
lineal del comportamiento. Su marco
El “eterno retorno” conceptual hizo del “indicio” un eje central
de investigación, detección, interpretación y
de los esencialismos anticipación de las reacciones humanas. No
psicológicos: Los obstante ocupar un lugar marginal en la historia
oficial de la psicología científica, la craneología
“indicios” del carácter satisfizo funciones epistémicas pero también
necesidades culturales dentro del nicho de
creencias, prácticas y valores en el cual floreció
(lo cual problematiza el recorte empobrecedor
The “eternal return” of psychological
que resulta de narrar el pasado disciplinar
essentialism: “Clues” to character
desde un presentismo que minimiza, simplifica
o ignora lo “pseudocientífico”).

MARÍA CHRISTIANSEN* Palabras clave: esencialismo, conducta,


GRACIELA VELÁZQUEZ DELGADO** craneología, indicio, individualismo.

Resumen Abstract

La historia de la psicología está saturada de The history of psychology is full of essentialist


concepciones esencialistas sobre la conducta conceptions about human behavior, built from
humana, edificadas a partir de nociones como notions such as temperament, physiognomy,
las de temperamento, fisiognomía, carácter y character and personality (representing
personalidad (que representan constructos ontologized and naturalized constructs). In
this motley mosaic, craniology (a specific form
of yet acclaimed “cerebralism”) was one of
* Departamento de Filosofía, División de Ciencias Sociales y Hu- the explanatory and predictive larger projects
manidades, Universidad de Guanajuato, Guanajuato, México. during the nineteenth century. It embraced
Correo electrónico: mariachr@ugto.mx
materialistic, deterministic and individualistic
** Departamento de Historia, División de Ciencias Sociales y Hu- assumptions and validated a dense linear view
manidades, Universidad de Guanajuato, Guanajuato, México.
Correo electrónico: gracevd@gmail.com of behavior. Its conceptual framework was
based on “clues” as central pivot for research, 49
detection, interpretation and anticipation of
Fecha de recepción: 18/07/14
Fecha de aceptación: 30/04/15 ARTÍCULO
Revista Austral de Ciencias Sociales 29: 49-69, 2015

human reactions. Even though it occupied a naturales) o incorrectas, en el caso de que tal
marginal place in the official history of scientific correspondencia fracase).
psychology, craniology satisfied epistemic
functions but also cultural needs within the A lo largo del tiempo, múltiples concepciones
niche of beliefs, practices and values ​​where esencialistas han permeado las formas de
it flourished. This position problematizes the pensamiento acerca de la conducta humana,
impoverishing cut that results from narrating dando lugar a la aparición, desaparición y
the disciplinary past from a perspective reaparición de ideas, teorías, valores y prácticas
that minimizes, simplifies or ignores the diversificadas. El común denominador que
“pseudoscience”. dichos esencialismos comparten radica en
conferirle importancia a rasgos que, a pesar
Key words: essentialism, behavior, craniology , de mostrarse como insustanciales, reúnen
clue, individualism. la mayor relevancia como indicadores de
una realidad subyacente invariable, la cual
permanecería oculta para los métodos de
indagación inmediata. En tal marco, han
1. Introducción concentrado un gran interés las amalgamadas
nociones de “huella, rastro, síntoma, trazo,
De manera general, el término “esencialismo” vestigio y señal”, sobre todo porque el
se refiere al hecho de adjudicarle a las denominado “paradigma indiciario” las ha
entidades una esencia o una naturaleza organizado conceptual y explicativamente. De
subyacente que las hace ser lo que son (Medin acuerdo a los planteamientos de su máximo
1989: 1476). Si dicha entidad perdiera esas representante, el afamado historiador italiano
propiedades fundamentales, dejaría de ser C. Ginzburg, el tipo de saber obtenido a partir
tal. Así, desde una perspectiva semejante, se de “indicios mínimos” puede conducir al
asume que, tras lo accidental y contingente, desvelamiento de fenómenos humanos más
reside lo sustancial y necesario. La postura generales e incluso más ricos que cualquier
esencialista adquiere alta relevancia para la codificación escrita (1999: 163). En realidad,
comprensión de las clasificaciones, ya que, este saber indicial, que las ciencias humanas
al momento de categorizar, las similitudes comenzaron a afirmar recién en la década de
de superficie son tratadas como indicadores 1870-1880, tenía, según Ginzburg, raíces muy
heurísticos que permiten conocer los atributos antiguas:
recónditos y determinantes (Estrada y Oyarzún
Durante milenios el hombre fue cazador. La
2007). Por ello tal posicionamiento está acumulación de innumerables actos de persecución
estrechamente vinculado con el denominado de la presa le permitió aprender a reconstruir las
“realismo taxonómico” (visión que afirma que formas y los movimientos de piezas de caza
los objetos que hallamos en el mundo están no visibles, por medio de huellas en el barro,
ordenados en grupos “naturales” o clases que ramas quebradas, estiércol, mechones de pelo,
plumas, concentraciones de olores. Aprendió a
existen antes de (a priori) cualquier intento de olfatear, registrar, interpretar y clasificar rastros
50 clasificación, y que dichas taxonomías pueden infinitesimales como, por ejemplo, los hilillos de
ser correctas (si se corresponden con las clases baba (1999: 144).
El “eterno retorno” de los esencialismos psicológicos: Los “indicios” del carácter

Siendo conjetural y basándose en datos trayectorias vocacionales distintas, desde el


secundarios o “bajos”, el indicio pasó a verse cazador, el carpintero, el marinero y el alfarero,
como la puerta de entrada a misteriosas realiza- hasta el médico, el juez, el detective, el político,
ciones humanas, aún cuando no se transmitiera el psicoanalista y el historiador. Por el hecho
por medio de libros, sino de viva voz, mediante de tener una fuente eminentemente práctica, el
gestos o miradas. Como bien aclara Ginzburg, saber indiciario anida más en la cultura popular
los indicios “se fundaban en sutilezas que por y en las clases subalternas que en la cultura
cierto no eran susceptibles de formalización, hegemónica. Como advierte Aguirre:
que muy a menudo, ni siquiera eran traducibles
verbalmente” (1999: 155). ¿Quién conoce mejor a la naturaleza, en sus
dimensiones concretas y singulares, que el
campesino que convive con ella a diario?, ¿y quién
En su exhaustivo análisis del paradigma sabe más sobre los modos y comportamientos
indiciario, Aguirre propone la definición de singulares del material y de los objetos fabricados,
“indicio” como: que sus propios creadores, los obreros de las
fábricas?. ¿Y quién conoce mejor la ciudad que sus
[un] signo, o elemento, que siendo el resultado clases populares, que la viven, la sufren, la gozan,
involuntario, o del despliegue y existencia de un y la crean y recrean cada día sin cesar? Lo que no
cierto proceso o de una cierta realidad, o a veces impide, naturalmente, que ese conocimiento de la
de una creación inconsciente de su propio autor, naturaleza, de los productos o de la ciudad pueda
se constituye en un dato que solo aparentemente ser parcial, incompleto y hasta en parte erróneo,
es marginal o intrascendente, pero que analizado pero igualmente legítimo y fundamental para, como
con más cuidado, se muestra como dato revelador dice Norbert Elias, “orientarse de manera funcional
de una realidad oculta, más profunda y esencial, y práctica dentro del mundo”, por parte de esas
realidad que no siendo accesible de un modo directo mismas clases subalternas (2007: 35).
y evidente, y que poseyendo un comportamiento
histórico que es incierto, no previsible y no deducible Este último punto, que enfatiza la condición
a partir de su propio pasado, sólo se revela mediante no deductiva del saber indicial (siempre
esos datos singulares y privilegiados, mediante
esos “indicios”, a aquellas miradas especialmente
falible y corregible), ha sido especialmente
entrenadas y educadas para descifrar y escudriñar destacado por Ginzburg, al admitir que, más
estos mismos datos reveladores (2007: 33). allá de que una pieza de evidencia histórica sea
involuntaria (un cráneo, una huella, un vestigio
Desde ese modelo de investigación, se supone de comida) o voluntaria (una crónica, un acta
que el conocimiento basado en la detección y notarial, un tenedor), de cualquier manera
desciframiento de “indicios” requiere de una requiere de “un marco interpretativo específico
experiencia práctica recurrente, puesto que que debe estar relacionado con un código
la habilidad del observador adviene por una específico de acuerdo al cual la evidencia ha
agudizada domesticación de la percepción, sido construida” (1991: 84). Atinadamente
la intuición, la asociación, y otras destrezas compara la evidencia de ambos casos con un
similares (y no únicamente por la mediación cristal distorsionado: sin un análisis profundo
primordial de teorías, abstracciones o de sus distorsiones inherentes (los códigos
generalizaciones). Por esta razón, el abordaje según los cuales se han construido y deben
indiciario de la realidad social resulta practicado ser percibidos) una reconstrucción histórica 51
por un amplio rango de personas con del sonido es imposible (Ginzburg 1991: 84).
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A la luz de cambios interpretativos, “códigos acerca de la explicación/predicción de la


que parecían impenetrables pueden ser conducta humana, imponiendo parámetros de
eventualmente descifrados” (Davidson 2001: comprensión asequibles únicamente desde
152), emergiendo posibilidades hermenéuticas una epistemología lineal, individualista y
en principio insospechadas. esencializadora.

Otro aspecto que debe ser similarmente


sopesado tiene que ver con que, a diferencia de 2. La conducta humana: Cuestión
la investigación del mundo natural, las realidades individual, mapeable y clasificatoria
subterráneas que se desencubren mediante la
guía del indicio albergan una ineludible carga La intriga acerca de la conducta humana rebasa
de incertidumbre. Aguirre (2007: 36) advierte por mucho las fronteras del saber académico, y
que el indicio abre la probabilidad de dar genera hipótesis explicativas que van desde las
respuestas acertadas respecto a situaciones creencias más teorizadas y abstractas hasta las
enigmáticas, como cuando el médico se más rudimentarias e inocentes. No obstante, en
pregunta cómo reaccionará el cuerpo ante un ambos planos predominan relatos que invocan
nuevo tratamiento, o cuando el líder popular se entidades cuya existencia permitiría entender
pregunta cómo reaccionarán las masas frente por qué uno mismo o los demás actúan como
a una nueva medida represiva del poder, o lo hacen. Dos ejemplos clásicos lo representan:
cuando el pescador se pregunta cómo estará los conceptos de carácter y de personalidad,
la pesca ese día, o cuando el carpintero y el a partir de lo cual adquieren significatividad
alfarero se preguntan cómo responderán la aquellos rasgos o “indicios” que conducen a
madera y el barro a su trabajo, o cuando el determinar qué clase caracterológica o tipo de
juez o el historiador se preguntan cómo juzgar personalidad se halla en cada individuo. Las
el nuevo caso o la nueva experiencia histórica dos nociones son individualizantes y lineales
bajo examen. en el sentido de que consideran que la base
explicativa de la conducta humana reside
Ahora bien, a este interesante desplegado de efectivamente en el individuo, y que es éste quien
ejemplos se agrega, sin duda, una pregunta que modela las relaciones e interacciones (y no a la
acecha no sólo al experto sino a la humanidad inversa). En gran medida esta cosmovisión se ha
entera, a saber: ¿cómo reaccionará un individuo consolidado a raíz del peso aplastante que en
ante una determinada circunstancia? nuestra cultura ha tenido (y tiene) la concepción
sustancialista del ser humano como un “homo
El presente artículo se propone hacer una clausus” (Elias 1987: 34). Como parte del legado
revisión crítico-reflexiva acerca de cómo, esencializador occidental, la filosofía moderna
en el pensamiento científico social, han edificó la noción de “persona” en términos de
prevalecido ciertos supuestos epistémicos al un sí-mismo, un individuo cerrado dentro de
intentar responder dicha pregunta. El objetivo su invisible y almidonada muralla identitaria.
principal es dar cuenta, desde el ejercicio Dicho de otra manera, la capacidad para el
52 filosófico e historiográfico, del poder de ciertas pensamiento relacional, conector y recursivo se
premisas para enquistarse en diferentes teorías ha ido atrofiando bajo el poderosísimo influjo de
El “eterno retorno” de los esencialismos psicológicos: Los “indicios” del carácter

la imperante epistemología lineal e individualista, psíquico del individuo respondía a un “consenso


arraigada tanto en las hegemónicas posturas no argumentado”, como tantas creencias que
filosóficas (el ego cartesiano, la mónada hacen época y que raramente son revisadas
leibniziana, el ego solipsista kantiano), como en con filo crítico y cuestionadas.
las definiciones cristianas de “persona” como
“sustancia racional, indivisible e individual” El deseo y la necesidad de someter a
(Cassiodorus Cit. en Jimeno 2002: 3). En contrastación la pericia del experto en la
consecuencia, el hecho de considerar que la detección de “indicios” fomentó el interés en
conducta de un individuo queda definida por los espacios que reclutaban, por diferentes
su “carácter” o por su “personalidad” suena motivos, personas de muy diversa índole. En
“natural” y consistente con la creencia de sentido ese sentido, las grandes ciudades facilitaban
común de que “cada persona es un mundo”. mezclas de caracteres que las convertía en un
laboratorio ideal (ya que el sujeto observado se
A la luz de la combinación de un vasto conjunto hallaba en una situación natural, no controlada y
de premisas escasamente reflexionadas, fue por lo tanto no contaminada por la presencia del
posible que germinara la creencia de que el observador). Cuanto más demográficamente
“examen indiciario” podía fungir como un mezclado fuese un lugar, más poder de
recurso útil para adivinar la constitución psíquica seducción ejercía para el observador
de un individuo. En dicho marco, la topografía entrenado. Por ejemplo, una de las urbes más
corporal se constituyó como un referente reconocidas en el mundo occidental del siglo
idóneo. Abundan, en el registro histórico de XIX era Londres, una ciudad admirada por su
las ideas, los escritos de quienes pretendían gigantismo, su heterogeneidad poblacional,
demostrar que el carácter, las posibles reaccio- su cosmopolitismo y sus contrastantes estilos
nes conductuales e incluso el destino de un de vida. Los analistas sociales se referían a
individuo podían inferirse a partir de un conjunto ella en términos de una “síntesis del mundo”,
de signos o huellas a descubrir e interpretar. un observatorio desde el cual se podía
De manera que la noción de una “cartografía percibir “una enorme variedad física, mental y
del cuerpo” gozaba de un importante atractivo ocupacional sin igual en el resto del planeta”
que alcanzó un momento de esplendor en el (Patterson 1854). El adulado cronista de The
último cuarto del siglo XIX. Como bien señala Morning Chronicle, H. Mayhew, describía
Perazzi (2009), esa fue la época de las grandes a Londres como un “vivarium”, un universo
investigaciones de la morfología humana y de la racial coexistiendo dentro de los límites
consagración de las técnicas de observación y metropolitanos, y comparaba un paseo por sus
desciframiento. Lo que guiaba las multiplicadas calles con “una excursión geográfica a través
indagaciones en tal dirección era el principio de las múltiples regiones del globo” (Mayhew
según el cual “cada individuo, aunque sujeto y Binny 1862: 59)1. Una desconcertante
a normas de clasificación estandarizadas, era variedad de caracteres humanos ahora se
portador de “signos característicos” (señas
particulares) que lo tornaban una entidad 1
Sobre Londres y otras ciudades victorianas, se recomienda
consultar Kingsley (1859), Brabazon (1881), Beaver (1970), James
psicofísica única e indivisa” (2009: 122). Que (1978), Watkin (1982), Olsen (1986), Elliot (1986), Fuller (1989),
53
los “signos exteriores” expresaban el estado Carré (1989), King (1995).
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reunía en lugares comunes y las diferencias gustos, sus creencias, sus temores, sus
individuales comenzaban a ser objeto de expectativas, etcétera. ¿Por qué los seres
curiosidad antropológica, de ordenamiento, de humanos eran tan distintos entre sí? ¿Ocupaba
codificación y de clasificación de los habitantes cada quién un rol predeterminado? ¿Era la
(una versión “localizada” de lo que el etnólogo y educación recibida lo que los diferenciaba?
el antropólogo hacían a gran escala). En enero ¿Se modificaban sus conductas tras vivir largo
de 1866, el Popular Magazine of Anthropology tiempo en la ciudad? ¿Existía una relación entre
hacía su primera aparición advirtiendo al lector sus comportamientos y su apariencia física
sobre el hecho de que: (color de piel, rasgos faciales y craneales)? ¿De
qué dependía el futuro de cada uno de ellos?
Nuestras propias islas, nuestras grandes ciudades
y distritos, le dan al antropólogo un importante
Todas estas preguntas implicaban el estudio
campo de estudio (...) La naturaleza compuesta
de nuestras poblaciones (...) constituye un tópico comparativo de conductas, actitudes y patrones
de importancia capital. Hay, entre nosotros, tipos de reacción observados pacientemente a lo
humanos que contrastan tanto como los que largo del tiempo. Numerosos microespacios
podrían ser observados en cualquier rincón de la citadinos se convirtieron, así, en nidos de
Tierra. El escandinavo, el sajón, el celta, el romano,
el bretón, a quienes nos esforzamos por clasificar y
práctica indiciaria compartida por varias
ordenar, viven entre nosotros y expresan mejor que disciplinas, y estructurada en función de una
nunca sus cualidades morales y mentales (...) Hay doble comparación: de los seres humanos
cualidades naturales tan inherentes al hombre de entre sí y de éstos con los animales.
las islas británicas como aquellas del habitante de Usualmente, las marcadas diferencias entre
Caffre, Málaga o la Patagonia2.
los individuos eran explicadas en función
de 1) desigualdades naturales, innatas; 2)
Nótese aquí que la industrialización y la desigualdades ambientales, suscitadas por
concomitante urbanización habían traído exposición a un medio particular (polémica
consigo la constante exposición de la diversidad conocida en la historia de la ciencia por su
humana, abriendo un gran abanico de expresión inglesa: “Nature Versus Nurture”).
interrogantes acerca del carácter, la conducta Además, se suponía que la doctrina que podía
y el lugar “natural” de cada sujeto que formaba explicar las diferencias entre los caracteres
parte de las multitudes. El hecho de mezclar individuales servía también para entender las
individuos de clases sociales diferentes en diferencias entre los “caracteres nacionales”.
sitios estratégicos (la estación del ferrocarril, las
áreas de esparcimiento, la taberna, el mercado, Entre las posiciones que daban cuenta de
las calles comerciales, los espacios deportivos, las diferencias individuales en términos de
entre otros) facilitaba las contrastaciones, y una desigualdad innata, se hallaba la antigua
permitía cotejar cuánto diferían en sus rasgos doctrina de los temperamentos (basada en la
físicos, en sus formas de hablar y de gesticular, concepción galénica de los humores), según
en sus posturas, sus formas de vestir, sus la cual los rasgos psicológicos y físicos de un
hábitos de consumo, sus preferencias, sus individuo se debían a un tipo temperamental
54

2
(1866) “Anthropology: A Practical Science”, Popular Magazine of
definido, determinado por la predominancia
Anthropology I: 7-8. de un fluido específico (sanguíneo, flemático,
El “eterno retorno” de los esencialismos psicológicos: Los “indicios” del carácter

melancólico y colérico). A lo largo del siglo de clasificación daban cuenta de que


XIX esta teoría conservó, en algunos casos, las características físicas, psicológicas y
su tipología original (por ejemplo, en el trabajo emocionales de los miembros de una cierta
de J. Elliotson (1835)), mientras que otros la clase social estaban, “por supuesto”, asociadas
modificaron de acuerdo a nuevos conocimientos con su fisiognomía y que ésta podía explicarse
sobre el sistema nervioso (como fue el caso de en términos de su origen racial (que, para
A. Bain (1861) y H. Maudsley (1867) 3. algunos como J. Murray (1870: 24), explicaba
la constitución temperamental). Por ejemplo,
La clásica concepción temperamental favoreció se hablaba de las clases gobernantes como
el desarrollo de una gran variedad de métodos portadoras de rasgos heredados de los
“inductivos”, a partir de los cuales se pretendía normandos invasores, de la clase media como
discernir y predecir el carácter y la trayectoria representando un híbrido entre los teutones
vital de una persona. La “fisiognomía” era, y los sajones, y de las clases bajas como
probablemente, la práctica más popular y se descendientes de los celtas.
basaba en la idea de que los rasgos faciales, así
como la forma de la cabeza y el cuerpo eran, Estas prácticas de lectura del carácter no eran
en un sujeto, reveladores de su carácter. Tanto simplemente descriptivas. Por el contrario,
la fisiognomía como otras prácticas afines (la imponían parámetros de desarrollo con los
patonomía, la metospocopia, la quiromancia) cuales determinar el grado de evolución
pretendían ser la “llave maestra con la cual abrir de un individuo, raza o nación. Las formas
el místico tesoro del alma” (Jackson 1863: 131), y proporciones de la cabeza y la cara eran
una “herramienta útil en la traducción de las consideradas como las marcas más distintivas
disposiciones, capacidades y temperamento de un entre animales y humanos. Una fisiognomía
sujeto” (Carson 1868: 24). La patonomía consistía “correcta” implicaba una cabeza en la cual
en la lectura de las emociones en las expresiones el cráneo estaba bien formado, y la frente y
faciales; la quiromancia leía el carácter a través de el mentón trazaban una línea perpendicular
las líneas de la mano y la metospocopia lo hacía (“ortognatismo”). Inversamente, los rasgos
por medio de las líneas del rostro. físicos de una fisiognomía “incorrecta”
(“prognatismo”) eran, principalmente, una
Varias de las ideas temperamentales y mandíbula grande y proyectada, y una frente
fisiognómicas tradicionales fueron absorbidas, pequeña y retroyectada, lo cual (dada la
en la década de 1860, por las teorías raciales semejanza con la fisiognomía animal) indicaba
desarrolladas en el seno de la etnología y un bajo rango en la escala de perfección.
la naciente antropología4. Sus categorías Aquellos considerados como inferiores en la
jerarquía social (criminales, mujeres, niños,

3
Ver una descripción de cada uno de los temperamentos en Elliotson páuperos, delincuentes, insanos, campesinos,
(1835), Castiglioni (1947), Singer y Underwood (1962), Haley (1978).
e irlandeses, entre otros) eran metafóricamente

4
De hecho, J. Hunter (presidente de la Sociedad de Antropología,
fundada en 1863 al separarse de la Sociedad Etnológica de
igualados con las razas menos desarrolladas,
Londres, presentaba a la antropología como “la fusión entre la “primitivas” y “salvajes”. La superioridad
anatomía, la fisiología, la patología, la psicología y la fisiognomía”
(1867: VI, 329). Ver también Stocker (1900), Stocking (1987),
evolutiva era ejemplificada con la fisiognomía de 55
Curtis (1971), Gould (1982), Cowling (1989). la raza caucásica, mientras que la inferioridad
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tenía como referente a la fisiognomía de la de las conductas observables de un sujeto).


raza Negra5. En el marco de la teoría racial y Tras ser exportada desde Austria (donde la
del evolucionismo darwiniano, estos supuestos había fundado, en el siglo XVIII, el médico
fisiognómicos recuperaron gran popularidad vienés Franz Gall (1825), quien originalmente la
(como lo sugieren las múltiples ilustraciones llamó “organología” o “fisiología cerebral”), la
de algunas revistas de gran circulación entre frenología entró en Inglaterra con gran ímpetu,
la clase media elevada6, así como las novelas siendo a veces nombrada como “psicología
victorianas y las obras artísticas). Formas, de las facultades” o “ciencia de la mente”. A
tamaños y proporciones de la nariz, de la boca, continuación, se expondrán sus principales
de las manos, de los pies, del tórax, y hasta de premisas y su intersección con otras disciplinas
la forma de caminar, se suponían “reveladores indiciarias afines, de las cuales (y a las cuales)
de carácter”. retroalimentó.

No obstante la existencia multifacética de


posiciones esencializadoras, existía una 3. Frenología: Una psicología de las
coincidencia muy extendida sobre la idea diferencias individuales
de que el órgano caracterológicamente más
“informativo” era el cráneo (parte fundamental Los principios frenológicos básicos se pueden
del esqueleto), conformado por la cara enumerar como siguen:
(“fisiognomía”) y por el cerebro (“cápsula”).
De ahí que la doctrina más representativa por 1. El cerebro es el órgano de la mente.
mucho tiempo fuera la craneología (Perazzi
2009: 130). El cerebro era tan importante 2. La mente está compuesta de facultades
como el tamaño, forma y proporción de la innatas, múltiples y distintas.
cara y la cabeza. Este aspecto fue subrayado
por la más emblemática de las teorías 3. Dado que son distintas, cada facultad debe
clasificatorias de los tipos humanos durante residir en una región cerebral separada.
la primera mitad del siglo XIX: la frenología,
una doctrina del carácter basada en la ya 4. El tamaño de un órgano es una medida de
existente craneología, y que, al igual que ésta, su poder.
tomaba la forma y tamaño del cráneo como
indicio caracterológico (independientemente 5. La forma del cerebro está determinada por el
desarrollo de varios órganos.

5
Para cotejar comparaciones, se puede consultar Elliotson (1835:
II), Prichard (1843: I), Morton (1854). Acerca de las analogías entre
la población inglesa y las razas, ver Spencer (1855: II), Davis y 6. Puesto que el cráneo toma su forma del
Thurman (1856), Mayhew y Binny (1862), Mac Lennan (1865), cerebro, la superficie craneal puede ser
Lubbock (1870). Sobre la etnología y la antropología de la época,
ver, por ejemplo, Napier (1867, 1870), Irvine (1955), Lubbock leída como un índice exacto de tendencias y
(1865), Curtis (1971), Heuman (1981), Gould (1982), Mac Dougal aptitudes psicológicas7.
(1982), Baucom (1999).
Las revistas londineneses más famosas eran Punch, Fun y
6

7
Una explicación detallada e ilustrada sobre estas tesis se puede
56
London Illustrated News. Sobre ‘fisiognomía de clases’ ver Wells encontrar en Waller (2001), asimismo en Van Wyhe (2002, 2003) y
(1866) y Curtis (1971). Hilts (1982).
El “eterno retorno” de los esencialismos psicológicos: Los “indicios” del carácter

El conjunto de estos principios implicaba que, llegando a asumir, en algunos casos, posturas
al examinar, por tacto frenológico, la forma e ultrarradicales. Esto le dio a la frenología
irregularidades de una cabeza o cráneo, uno inglesa un aspecto peculiar con respecto a sus
podría descubrir el desarrollo de órganos equivalentes europeas, ya que mientras estas
cerebrales responsables de diferentes rasgos últimas eran marcadamente deterministas, la
del carácter. Por ejemplo, una protuberancia primera se presentaba como un conocimiento
en la frente en la posición atribuida al órgano de la naturaleza humana que, además de
de la benevolencia supuestamente revelaba exponer la verdadera doctrina acerca de
que el individuo tenía bien desarrollado dicho la conducta, era el medio adecuado para
órgano, y que, por tanto, su conducta sería modelar y transformar el comportamiento, y
manifiestamente benevolente. para mejorar las condiciones de la vida moral,
laboral, afectiva, marital, profesional, política,
Vista como una ciencia que postulaba la etcétera. Se suponía que el tacto o masaje
localización cerebral de los rasgos del carácter, craneológico (especialmente en la infancia
la frenología fue ganando espacio en la sociedad más temprana) podía llegar a moldear y alterar
inglesa cuando un discípulo de Gall, llamado el desarrollo craneal y mitigar el intransigente
J. Spurzheim, la introdujo en Edimburgo, materialismo determinista que, doctrinalmente,
alrededor de 1815. La recepción de su doctrina la caracterizaba. En la época en que tuvo su
fue ambivalente, pero en términos generales mayor auge (desde 1820 a 1840), el frenólogo
sus escritos (1821, 1825) desataron un gran era consultado por personas que pretendían
entusiasmo entre sectores de la clase media estimular o inhibir ciertas capacidades en
conformados por quienes no hallaban lugar sus hijos, o por familias de parejas que
en los espacios académicos dominados por el iban a contraer nupcias y se interesaban en
elitismo intelectual. Entre ellos se destacó G. conocer el carácter de sus futuros cónyuges
Combe, quien publicó diversos escritos (1825, y descendientes, o por los empleadores que
1827, 1836, 1840), entre los cuales se hallaba deseaban conocer el perfil de algún potencial
uno de los libros mejor ponderado y vendido empleado, o por políticos que usaban su mapa
en la época: Constitution of man. En poco frenológico para hacer proselitismo, o por
tiempo, los frenólogos difundieron su ciencia defensores de la reforma del sistema penal
a lo largo de Inglaterra, fundaron sociedades que se valían de la explicación frenológica
frenológicas, lograron incluso la adhesión de la conducta criminal, entre muchas otras
enérgica de algunos médicos muy prestigiosos, ocurrentes aplicaciones.
como fue el caso de J. Elliotson, y contaron con
el apoyo de órganos editoriales que servían de Sin embargo, la frenología también atrajo a
vehículo para difundir sus teorías y consolidar quienes compartían ideas más conservadoras.
sus prácticas (Phrenological Journal, Medicho- Numerosos sectores evangélicos recurrían al
Quirurgical Review, entre otros). discurso de las facultades frenológicas para
aumentar la evidencia a favor del creacionismo
Desde el punto de vista ideológico, los (por ejemplo, la existencia y el desarrollo
frenólogos reunían las típicas características de la facultad de veneración). Sin embargo, 57
de los reformadores políticos y sociales, sería posible generalizar este fenómeno, ya
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que hay que decir que una gran cantidad de de los “ecosistemas” que los mantienen
frenólogos eran promotores de doctrinas vigentes. En tal sentido, las aludidas prácticas
desacralizadoras que cimentaron las bases caracterológicas de corte indiciario que se han
tanto para el advenimiento de la incipiente venido revisando no podrían ser justamente
filosofía de la autoayuda como también del valoradas fuera de su particular y único
naturalismo científico, tendencias distintivas andamiaje simbólico e interactivo.
del pensamiento inglés secularizador.

Ahora bien, ¿qué tan popular era la frenología? 4. El conocimiento frenológico en su con-
¿Cómo se situaba con respecto a los texto histórico indicial
sistemas de pensamiento que los victorianos
consideraban como válidos y razonables? En primer lugar, es preciso tener presente que
¿Consistía únicamente en un esbozo explicativo la frenología, lejos de ser un saber aislado,
y predictivo de la conducta humana, o era, estaba inmersa en una nutridísima fuente de
más bien, una cosmovisión a través de la cual métodos caracterológicos de larga data (entre
se organizaba, se percibía y se ordenaba una ellos los antes mencionados: la patonomía, la
inmensa variedad de tipos humanos y clases quiromancia, la metospocopia, como también
sociales? otros menos divulgados pero igualmente
importantes, tal como la osfresiología (o
Cuando la lupa historiográfica es colocada sobre clasificación odorífica)8.
un dominio más amplio que el comprendido por
las obras magistrales de aquellos intelectuales Dada la naturalización de muchas creencias
científicos que varios historiadores ortodoxos atrincheradas en la tradición fisiognómica (sobre
han estimado como únicos merecedores de un todo en torno a las nociones de ortognatismo
lugar en la historia de la psiquiatría, y cuando y prognatismo, traducidos en términos de
dicha lupa se sitúa más allá de los márgenes superioridad o inferioridad en la escala de
de la ciencia “oficial” y enfoca dominios la naturaleza), las publicaciones de la época
culturales menos expuestos, es posible ver reflejaban (y a la vez reforzaban) la idea de la
que las creencias frenológicas impregnaban apariencia física como “mapa” del carácter y
los procesos de codificación y clasificación de del comportamiento. Por ejemplo, en Types
los seres humanos, dentro y fuera de la ciencia. of humanity (1854), S. Morton comparaba las
Pero, para recuperar el sentido que la frenología cabezas y cráneos de Apolo (representando
tuvo en el mundo victoriano, es preciso volver al “mejor tipo” de la raza caucásica), con las
al pasado evitando transitar por los caminos cabezas y cráneos de un negro y un chimpancé.
normativistas habituales que tienden a observar Asimismo, proliferaban las ilustraciones
el corpus frenológico desde la estrechez de la cotejando los perfiles de reconocidas figuras
dicotomía “ciencia - pseudociencia”. Evaluar la históricas con los de “razas inferiores” y
validez de la frenología recurriendo a cánones animales. Luego de que Darwin popularizó (en
epistémicos actuales (“presentismo”) implica
58 entender que la relevancia y la fundamentación
8
Para detalles sobre la osfresiología, consultar (Corbin 1987 Cit.
de los conocimientos no son independientes en Perazzi 2009: 134).
El “eterno retorno” de los esencialismos psicológicos: Los “indicios” del carácter

1859, 1871, 1872) la idea de que los humanos desarrollo ideal era expuesto por los perfiles
descienden de los monos, el prognatismo devino aquilinos, agregaba intensidad de carácter. Un
–en tanto indicador de bajo desarrollo- una puente nasal prominente, nariz “romana”, era
característica de primitivismo que las revistas un rasgo inherente a caracteres dominantes
ilustradas de mayor prestigio, como Punch y (casos señalados como “típicos” eran los de
Fun, se encargaban de poner en circulación. A Julio César y el Duque de Wellington), aptos
modo de ejemplo, cabe mencionar que en 1866 para liderar un ejército, o para dirigir los asuntos
el famoso fisiognomista S. Wells comparaba la públicos. En cambio, la refinada y delicada
fisiognomía de importantes teólogos británicos nariz “griega” (aquella que continuaba en una
(Emmanuel Swedenborg, John Wesley, Thomas línea ininterrumpida desde la frente) indicaba
Chalmers, entre muchos otros) con la de un temperamento poético o artístico. La nariz
destacados boxeadores como Bob Travers, “racionalista”, amplia en su base, reflejaba
Tom Sayers y Tom King. En dicha ilustración los importantes poderes de meditación. Pero,
clérigos aparecían con una frente expandida y curiosamente, la nariz chata y respingona no
un ápice craneal elevado, rasgos propios de un era clasificada ya que no indicaba presencia
alto desarrollo moral. La cabeza del boxeador, en sino ausencia de capacidad para el raciocinio.
cambio, era más amplia en la base (región de las Una nariz poco prominente contribuía a un perfil
tendencias animales, tales como la combatividad desdibujado, que “evidenciaba” un escaso
y la destructibilidad), con un deficiente desarrollo desarrollo evolutivo asociado a individuos “poco
de las cualidades morales e intelectuales dignos” y ubicados en los estratos sociales
(bajo ápice craneal, frente retroyectada). En inferiores (tal clase de nariz era más tolerable
el caso de grandes líderes de la vida nacional en las mujeres, consideradas como seres sub-
(especialmente los de prestigiosa carrera militar) desarrollados). Los despreciados irlandeses
se señalaban otros atributos, además de las eran vistos como portadores prototípicos de
constantes expectativas de cabezas grandes y esta clase de nariz, y la prensa solía mofarse de
bien proporcionadas (mostrando buen desarrollo las derivaciones comportamentales que esto
cerebral); por ejemplo, un amplio desarrollo supuestamente acarreaba.
pectoral era revelador de fuerza tanto corporal
como mental, así como de inigualable energía y Otro rasgo facial de gran importancia
determinación. caracterológica era la boca, capaz de
representar un carácter “refinado” o, por el
Es pertinente insistir en que la clave de la perfec- contrario, “apetitoso”. Como sostenía un
ción fisiognómica residía en el distanciamiento distinguido médico victoriano, en los dos labios
que ciertos rasgos imponían entre el reino se repetía la oposición de la mitad superior y la
humano y el reino animal. Aunque los aspectos mitad inferior de la cara. En el labio superior se
faciales y craneales eran los más reconocidos, resumían las propiedades del carácter psíquico
otros rasgos físicos eran igualmente tenidos en superior; en el labio inferior, aquellas de la
alta estima como “indicios” caracterológicos. Tal naturaleza corporal; así, era esencial para una
era el caso de la clase de perfil de un individuo, cara “noble” que el labio superior gobernara
a partir de lo cual podía descifrarse su fuerza al inferior (es decir, que no lo sobrepasara en 59
de carácter (Warwick 1864). La nariz, cuyo tamaño). Desde el punto de vista fisiognómico,
Revista Austral de Ciencias Sociales 29: 49-69, 2015

los labios gruesos eran propios de una persona subsumidos por la teoría racial incubada en
entregada a la sensualidad y a la indolencia, la embrionaria antropología victoriana? Para
manifestadas en el hábito de consumir responder a este interrogante es preciso insistir
demasiado tabaco, beber desmesuradamente, en que la fisiognomía (en todas sus variantes,
y vivir una vida viciosa. incluida la frenología) no era únicamente
un molde perceptual que configuraba las
Ahora bien, la práctica de las clasificaciones observaciones e interpretaciones que los
fisiognómicas, apoyada en las analogías tanto etnólogos hacían en otras culturas diferentes
como en la anatomía comparativa, no se a la europea, sino que era, ante todo, una
reducía al examen de la cabeza y de los rasgos constelación de esquemas conceptuales
faciales, sino que se extendía al cuerpo, tanto desde los que se definía, se explicaba y se
en sus formas como en su expresión. Desde predecía el carácter, la conducta y el destino
el estilo con el que alguien caminaba hasta la incluso de la misma sociedad inglesa. Dicho
forma, tamaño y proporciones de la mano, eran de otra forma, la fisiognomía y la frenología
objeto de discusión científica del carácter. Por lograban explicar las diferencias de carácter a
ejemplo, en la década de 1860, circulaban varios través de una infraestructura teórica y práctica
escritos que renovaban las apelmazadas teorías que ontologizaba a dicha entidad (esto es, le
quirománticas. En 1865, se había reeditado confería al carácter un estatus de “realidad”).
un escrito de M. D’Arpentigny y Desbarrolles, Los vívidos discursos sobre su conformación y
traducido al inglés por R. Beamish en 1843, la progresista retórica clasificatoria a la que daba
con el nombre de Psychonomy of the hand, or lugar facilitaba asimismo su “naturalización”
the hand: An index to mental development. La (es decir, devino posible pensar y hablar del
distinción principal entre una mano ideal y una carácter como algo originalmente “dado”).
mano fisiognómicamente indeseable se trazaba, Esta cosmovisión permitía, además, proponer
nuevamente, sobre una base anatómica. un marco de inteligibilidad para sustentar la
Cuanto más dominante (en tamaño) fuese la creencia de que cada individuo, cada familia,
palma de la mano con respecto a los dedos, cada estrato social, cada nación, cada raza,
mayor sería la aproximación a la brutalidad, a llevaban “inscrito” su destino. Sólo era
los bajos instintos y a la degradación moral. Se cuestión de explicitar aquello que los indicios
asumía que los dedos eran la herramienta de tímidamente anunciaban.
la vida intelectual, mientras que la palma lo era
de la vida animal. El pie recibía un tratamiento La razón de la fecundidad que estos
similar. La pequeñez y la delicadeza de la conocimientos adquirieron en Inglaterra
mano y el pie se estimaban como signos de responde más a las necesidades culturales
un desarrollo y un refinamiento superior, a la del momento que a razones epistémicas.
vez que sugerían una posición avanzada en la O, en todo caso, valdría decir que hay entre
cadena evolutiva (Craig 1867, 1884). sendos aspectos una interesante relación
de reciprocidad y retroalimentación. Cabe
¿Qué alcance tenían las clasificaciones de los preguntarse si las prejuiciosas ideas sobre
60 seres humanos de acuerdo con estos sistemas la conducta humana que fermentaron en la
de conocimiento que, como ya se dijo, serían Inglaterra decimonónica hubieran visto la luz en
El “eterno retorno” de los esencialismos psicológicos: Los “indicios” del carácter

un mundo rural9. Está claro que, dentro de los en Europa, bajo el “régimen moderno de la
límites metropolitanos, era posible encontrar opinión pública”, hace que Europa marche
la heterogeneidad humana que los etnólogos, decididamente hacia el ideal Chino de hacer
antropólogos y viajeros hallaban alrededor a todo el mundo parecido”10. Tratándose del
del mundo. También está claro que, ante la carácter, lo que se estaba poniendo en boga
inexorable demanda de ordenamiento impuesta era, según Mill, “no tener carácter alguno”.
por la vida moderna, lo real y lo imaginario se
volvían prácticamente indiscernibles, y que Ahora bien, no hay que perder de vista que
los métodos de clasificación y distinción de la opinión de Mill, como fiel adherente al
individuos, grupos y clases adquirían un sentido asociacionismo anti-frenológico, no represen-
prioritariamente instrumental. Toda acción, taba la de la mayoría de sus contemporáneos
actividad o evento que reuniera aglomeraciones notablemente convencidos de que la mezcla
(y que, en consecuencia, propiciara la mezcla eventual de clases sociales y caracteres no
de caracteres de diferentes grupos humanos) suponía una confusión del lugar que cada quien
generaba, en el análisis cultural, una similar ocupaba en la jerarquía social. Si el carácter
necesidad de determinar si tal aglutinación estaba impreso en la fisiognomía de cada
implicaba riesgos de homogeneización o individuo, ninguna mezcolanza podría alterar
nivelación de caracteres. El fenómeno de las notoriamente el trabajo de la naturaleza. En su
“muchedumbres” (la fábrica, el transporte, el influyente London Characters (1849), Mayhew
mercado, las escuelas, las manifestaciones, dejaba constancia de su reconocimiento
los parques públicos y muchos otros eventos simple y espontáneo de las diferentes clases de
impensables en el viejo estilo de vida agraria caracteres que poblaban los espacios urbanos.
o pueblerina) provocaba gran confusión Cualquier persona entrenada para la destreza
acerca de la cuestión de cómo afectaría tal fisiognómica podría identificar rápidamente
exposición al carácter de cada individuo. En a los individuos “indeseables” y “peligrosos”,
On liberty (1859b), John Stuart Mill refleja el independientemente de la densidad numérica
tipo de preocupación que varios intelectuales de una multitud
se hacían ante el inexorable advenimiento
de esta sociedad de masas. Mill advertía de De estos supuestos esencialistas no quedaron
los potenciales efectos de mediocrización inmunes ni siquiera la literatura y el arte de
y “achatamiento” del carácter del individuo la cultura victoriana. La novela (Ch. Dickens,
perdido entre un gran número y esclavizado por E. Gaskell, J. Kanvanagh, W. Collins, G. Eliot
la opinión pública. Al respecto, decía Mill (1859b:
137): “La creciente tendencia a la uniformidad 10
Es preciso aclarar que, si bien Mill lamentaba el poder nivelador
de la sociedad de masas y su concomitante degradación de las
diferencias individuales, sin embargo, no abogaba por un enfoque
Acerca de las características de las ciudades inglesas, en
9
frenológico de la naturaleza humana (Mill 1859a). Por el contrario,
especial de Londres, y sobre el estilo de vida impuesto por la tanto él como su discípulo Alexander Bain seguían adheridos
industrialización, es orientador consultar la siguiente bibliografía: enérgicamente al ambientalismo tradicionalmente defendido por
Mayhew (1849, 1874), Youmans (1867), Richardson (1876), el asociacionismo inglés. Para tener una idea cabal de la postura
Rasmussen (1934), Houghton (1957), Woodward (1962), Reader que los asociacionistas asumieron frente a las tendencias
(1964), Briggs (1970), Best (1971), Seeley (1971), Stedman Jones frenológicas es necesario consultar la –poco conocida- obra de
61
(1971), Dyos y Wolf (1973), Dyos (1982), Dennis (1984), Olsen Bain de 1861. Un enfoque integral sobre el tema se encuentra en
(1986), Thompson (1988), Carré (1989), Baucom (1999). Christiansen (2009).
Revista Austral de Ciencias Sociales 29: 49-69, 2015

y Ch. Kingsley, entre otros), la caricatura adquirió protagonismo, pero no sin la influencia
(J. Leech), las ilustraciones en las revistas de ciertas ideas, métodos y técnicas frenológicas
(Punch, Fun, London Illustrated News), y fisiognómicas. Aquellos estereotipos de los
las pinturas (especialmente W. Frith) y irlandeses, de los obreros, de los criminales, de los
prácticamente toda manifestación artística insanos y de los campesinos, resaltando el hecho
de la naturaleza humana expresaba un cierto de su involucionada fisiognomía prognatista,
compromiso con alguna de tales premisas11. recibía, en el contexto de la descollante antro-
En las representaciones visuales, ciertas pología, una interpretación racial que la asociaba
asociaciones perceptuales eran constantes, con la naturaleza aborigen y la complexión oscura
como por ejemplo las clases bajas irlandesas (cabello-ojos) usualmente atribuida a los celtas.
evidenciando su anticipada fisiognomía J. Beddoe, por ejemplo, había inventado una
prognatista, indicadora de su “desafortunado escala para medir el grado de negritud de las razas
desarrollo” (lo cual se expresaba frecuentemente de Gran Bretaña, y correlacionaba el mayor nivel
en términos del grotesco “tipo bull dog”, de oscuridad con un tipo “africanoide”/prognatista
clásica en la fisiognomía criminal). Aludiendo de celta. Por otra parte, las explicaciones raciales
a su escasa evolución, acotado refinamiento incorporaban no sólo elementos de la antigua
y atrofiada sensibilidad, St. James Chronicle teoría temperamental hipocrático-galénica, sino
se refería a ellos como “demacrados”, con un también de la teoría del ángulo facial de Peter
rostro “tosco e inanimado, indicativo de una Camper (la cual había sido esbozada desde fines
naturaleza bruta”. El St. James se animaba del siglo XVIII, y que explicada las diferencias
incluso a predecir el background social de raciales a partir de los ángulos faciales obtenidos
esos sujetos, así como sus malos hábitos y de trazar dos líneas: una desde el orificio de la
sus probables carreras en la criminalidad y oreja hasta la mandíbula superior, y la otra desde
la vagancia, concluyendo que había “pocas la frente hasta la mandíbula superior). Este mé-
esperanzas para su recuperación, dado su dico argüía supuesta evidencia anatómica para
aspecto y degradación” (17 de abril 1862: 8). “comprobar” que el ángulo facial de los negros
El Art Journal los identificaba como “individuos se alejaba del característico en el hombre blanco.
cuyo semblante los ha marcado como eternos Según Camper, los europeos presentaban un
reprobados” (3 de mayo 1862: 123). ángulo de 80º (sumamente deseable), mientras
que los africanos presentaban un ángulo de 70º
El medio siglo victoriano estuvo, así, repleto de y el orangután de 58º. Un adecuado ángulo facial
teorías clasificatorias acerca de la naturaleza (como el europeo) era “indicador” de cualidades
humana, anticuadas o nuevas, desgastadas morales e intelectuales socialmente respetables
o renovadas, pero todas ellas aunadas bajo (Urteaga 1993).
una compartida pretensión de cientificidad.
Ciertamente la concepción racial fue la que Sin duda alguna la teoría evolucionista
contribuyó significativamente a sancionar
11
Sobre el acato a las reglas fisonómicas en las novelas, ver Tytler
(1982), donde analiza la obra de los escritores mencionados.
biológicamente estas preconcepciones, ya
Un análisis de la incorporación de las reglas fisonómicas que en dicha teoría la subestimada fisiognomía
en las pinturas victorianas se halla en Cowling (1989). Ver
62
comparaciones ilustradas sobre fisiognomía humana y animal en
prognatista tenía una importancia central.
Paget (1856), Warwick (1864), Beamish (1865), Wells (1866). Lo mismo se constata con respecto al
El “eterno retorno” de los esencialismos psicológicos: Los “indicios” del carácter

evolucionismo social de pensadores como frenología basado en la apreciación retroactiva


Mac Lennan (1865), en quienes el concepto de de ingenuidad ante lo innegablemente falso
“primitivismo” remitía al prognatismo y a otras menoscaba la posibilidad de entender cómo
ideas de origen fisiognómico-frenológico. Más una cultura construye, fundamenta y usa el
aún, un estudio minucioso de los trabajos del conocimiento “científico” como instrumento de
primo de Darwin, F. Galton (1865, 1869), deja legitimación de sus prácticas (las cuales, a su
ver cómo su defendido hereditarismo mental vez, retroalimentan a dichas ideas y teorías).
requería de la asimilación de muchos de los Como se ha intentado sugerir en este artículo,
métodos y técnicas procedentes de estas los métodos de codificación y clasificación
concepciones que, no obstante su descrédito de los seres humanos de acuerdo a los
por parte de la academia, seguían latiendo en “indicios” fisiognómicos y frenológicos ilustran
los laberintos explicativos de los victorianos12. la tenacidad de los prejuicios no conscientes
(la terquedad de lo latente) y la sorprendente
maleabilidad de los datos cuantitativos que
5. Conclusión se suponían “objetivos” bajo los intereses de
una idea preconcebida. Como han sugerido
¿Es epistémicamente fértil presentar a la S. Gould (1982), G. Stocking (1987) y otros,
frenología y a la fisiognomía como sistemas los condicionantes culturales parecen ser
de creencias y prácticas que debían perecer inevitables a la hora de observar y organizar la
en el curso del progreso inexorable de una experiencia perceptual, por más alegadamente
ciencia más objetiva y más racional? ¿Es imparcial que el científico pueda declararse. La
historiográficamente prudente estimar a los exposición que hace Stocking de la reacción
ingleses victorianos como pueriles y crédulos horrorizada de Darwin ante los fueguinos
ante la circulación de un conocimiento tan sudamericanos ilustra cómo la noción de un
alevosamente cargado de prejuicios? ¿Pueden tipo humano particular se imponía sobre la
jactarse las ciencias sociales (psicología, evidencia que se le presentaba y la modelaba
psiquiatría, criminología, antropología de una manera determinada. Pero este caso de
forense, entre otras) de haber abandonado Darwin es quizás extremo, porque ejemplifica el
definitivamente el terreno de los esencialismos? fenómeno de la carga teórica de la observación
Cada uno de estos interrogantes ha de ser en la percepción de dos culturas muy diferentes
tratado con cautela. Conviene, al respecto, entre sí. ¿Necesitamos ir tan lejos? No
tener en cuenta varios aspectos, de los cuales necesariamente. La reacción darwiniana era,
se mencionarán los más importantes. principalmente, una práctica que reproducía
la clase de estereotipificación practicada por
En primera instancia, hay que decir que los ingleses en su misma sociedad londinense.
el trato despectivo de la fisiognomía y la La clasificación de la población británica en
tipos sociales y raciales acometida tanto por
Un examen muy rico de la incorporación de supuestos fisiognómi-
12 antropólogos profesionales como amateurs,
cos y frenológicos en las teorías hereditaristas de fines del siglo seguía exactamente el mismo método
XIX se encuentra en la tesis doctoral de John Waller: The social
and intellectual origins of Sir Francis Galton’s (1822-1911). Ideas on
darwiniano, que no era sino una imitación del 63
heredity and eugenics. London: University College of London. procedimiento del historiador natural que se
Revista Austral de Ciencias Sociales 29: 49-69, 2015

servía de los rasgos físicos y conductuales para Canguilhem (1952: 43)). Como bien señala este
distinguir una variedad animal o “raza”13. En historiador francés, ahora nos causa humor y
consecuencia, cabe decir que el análisis de este poco respeto una idea como la defendida por
condicionamiento perceptual desencadenado el neurofisiólogo alemán Paul-Jules Möbius,
por ciencias populares y académicas en el que en 1907 exaltaba, reviviendo a Gall, la
siglo XIX puede arrojar luz sobre el modo de “protuberancia de las matemáticas” (a la cual
examinar el papel jugado por otros métodos de situaba arriba de la órbita izquierda, en el lado
ordenamiento y clasificación que han dominado externo). Sin embargo, “parecemos menos
a lo largo de la historia, y, en especial, los que dispuestos, en estos tiempos, a reírnos de
dominan nuestra propia época (la psicometría los cromosomas de los “superdotados” o de
puede ser considerada como caso destacado, la herencia genética del cociente intelectual”
pues no hay que olvidar que los frenólogos (Canguilhem 1980: 82). Dicho en otras palabras,
también estaban muy preocupados por “medir” la frenología puso hábilmente en la palestra un
el grado de inteligencia de cada individuo)14. tema que hoy reviste la más alta relevancia, y
es el de la relación entre mente/cerebro (el cual
Por otra parte, el abordaje displicente de estos remite a un problema filosófico de aún mayor
cuerpos de conocimientos craneológicos envergadura: la relación mente/cuerpo, y la
(ridiculizados, sobajados o incluso ignorados en candente controversia de si existe (o no) un gap
las historias oficiales de la psicología científica)15 ontológico entre ambos).
pudiera hacer pensar (erróneamente) que tales
sesgos han sido erradicados, y que se ha Así, tratar de determinar la incidencia que la
abandonado irreversiblemente el camino de frenología tuvo sobre el desarrollo de la ciencia
la pseudociencia en vías del correctivo plan adoptando como criterio la dicotomía verdad/
de viaje que sigue el conocimiento racional. falsedad refleja una miopía epistemológica
Pero este estilo de presentación de los e historiográfica muy alentada por el vicio
“hechos” es nuevamente capcioso, ya que de observar el pasado de la ciencia desde
esa clásica desestimación está sustentada la constrictiva óptica positivista (que impele
en el equivocado principio según el cual “la a idealizar las teorías como si fuesen puras
anterioridad cronológica es una inferioridad e impermeables a la mimetización cultural).
lógica” (de acuerdo a la atinada expresión de Como acertadamente indica R. Young (1968),
un efecto epistémico semejante tiene la
Sobre esta analogía, ver Pratt (1992). Acerca de la actitud de
13
intención de distraer nuestra atención respecto
Darwin ante los fueguinos, consultar Stocking (1987).
a la cuestión realmente importante, que es la de
Es preciso establecer que, dentro del terreno psicológico en el
14

cual fermentaron las investigaciones psicométricas, no todas las preguntarnos e investigar cómo las fuerzas de
posiciones representan formas de esencialismos. En un abordaje la sociedad evocan una cierta teoría científica
que profundice su excavación en dicha área sería menester
considerar, por ejemplo, la importantísima contribución de W.
y cómo ésta llega a enquistarse en los debates
Mischel (1968, 1979) acerca de la noción de rasgo, así como culturales, políticos e ideológicos. Cabe recordar
el amplio abanico de posturas adoptadas en respuesta a él.
Desde la psicología cognitiva, no puede dejar de mencionarse
que, apenas 50 años después de que algunos
las clásicas contribuciones de Beck (1996, 1999). médicos definieran a la frenología como “un
64
Historias oficiales de la psiquiatría son, por ejemplo, Zillboorg
15 sistema fisiológico-psicológico al que sólo le
(1945) y Alexander y Selesnick (1970). resta completarse” (Lélut 1836: 239), arribaron
El “eterno retorno” de los esencialismos psicológicos: Los “indicios” del carácter

con paso heroico “las investigaciones de Ferrier, tecnología de la neuroimagen (resonancias


Fritsch, Hitzig y Flechsig para inaugurar “la magnéticas, electroencefalografía, tomografía
edad de oro de las localizaciones cerebrales”, axial computada, entre otras innovaciones) así
y con ello dibujar la primera carta topográfica como la promocionada industria de los tests
del cerebro” (Canguilhem 1980: 82). neuropsicológicos. Por amplio y vanguardista
que parezca este escenario, el foco de interés
Aquel envión que la craneología disparó estuvo para entender la conducta humana sigue
lejos de desvanecerse con el paso del tiempo. estando intacto: es el mismo sujeto individual
Por el contrario, desde 1891 esos conocimientos de la fantasmática craneología. Las teorías
topográficos se convertirían más tarde en explicativas dominantes han cambiado su
técnica de psicocirugía (acción llamada, desde constructo para poder dar cuenta de por qué
entonces, lobotomía). A propósito de estas un sujeto hace lo que hace (y se invoca a su
repercusiones, Canguilhem nota, con su típica carácter, su personalidad, su inconsciente
agudeza, “la rapidez con la cual el supuesto automático, su inconsciente afectivo, su cerebro,
conocimiento de las funciones del cerebro se sus neurotransmisores, sus genes o alguna otra
ha invertido en técnicas de intervención, como entidad dotada de capacidad explicativa). En ese
si la marcha teórica estuviese congénitamente contexto pletórico de vertientes individualistas
suscitada por un interés práctico” (1980: 83). (cada una impregnada de sus peculiares
Como “ciencia de la mente”, la craneología prácticas indiciarias) proliferan distintas formas
motivó el desarrollo del localizacionismo que de intervención de la conducta, la mayoría
estructuró gran parte de la neurología cerebral, de ellas asumiendo con “naturalidad” que la
y como una “frenología aplicada” funcionó a la conducta humana es abordable, entendible y
manera de un instrumento de orientación y de modificable con independencia de las relaciones
selección tan exitoso como lo pudiera ser hoy y de las ecologías interaccionales dentro de las
cualquier forma de psicoterapia que pretenda que el sujeto vive. La explicación esencialista de
echar a andar su vocación pragmática en la conducta humana pone en jaque la capacidad
el terreno del diagnóstico de aptitudes, de elección y cambio, de la misma forma que la
de la prevención de la delincuencia, de la explicación individualista inhibe la posibilidad de
salud mental e incluso de la psicopatología. observar la conducta humana como un resultado
Sus implicaciones materialistas, fatalistas de los procesos interaccionales que los sujetos
y reduccionistas siguen presentes en otras construyen y reconstruyen permanentemente
formas de cosmovisiones intelectuales que la en sus cambiantes relaciones. Un abultado
denuncian de “ficticia mitología cerebral” pero conglomerado de disciplinas sociales tironean
que carecen, ellas mismas, de una reflexión nuevamente al ser humano hacia el cerebralismo
epistemológica que les permita elucidar sus (piénsese en el caso de las neurociencias o de la
propios esencialismos rigidizantes. sociobiología), alimentando la dura advertencia
de Canguilhem cuando sostenía que “a lo largo
Aún hoy existe la marcada tendencia a creer del siglo XIX, el “Yo pienso” ha sido, en muchos
que la explicación de la conducta humana comentarios, rechazado o refutado en provecho
depende de la exploración del individuo, y al de un pensar sin sujeto personal responsable” 65
servicio de tal objetivo trabaja la impresionante (1980: 85).
Revista Austral de Ciencias Sociales 29: 49-69, 2015

Dada la hegemónica presencia de dicha Mientras tanto, será una vez más la filosofía
obsesión esencializadora (y su “eterno retorno”), quien asuma el compromiso de deconstruir y
parece improbable que se revierta la abrumante desenmascarar los intrincados mecanismos y
epidemia clasificatoria de los individuos en procesos por los cuales llegan a instaurarse
nombre de una ciencia progresiva, racional nuevas configuraciones conceptuales, nuevas
y objetiva. Será en los escasos espacios de expectativas “visuales” y nuevos imaginarios
reflexión crítica donde podrá brotar algún acerca de “lo natural” en la conducta humana.
entendimiento alternativo de la conducta
humana, tal y como sucede, por ejemplo,
con las contribuciones de la epistemología
sistémico-relacional16.

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