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EL PROCESO COMPETENCIAL

Entre las tensiones con algunos otros procesos constitucionales

La ley n.º 31307 regula el Nuevo Código Procesal Constitucional, que en su


artículo 108 prescribe el Proceso Competencial de la siguiente manera: “El Tribunal
Constitucional conoce de los conflictos que se susciten sobre las competencias o
atribuciones asignadas directamente por la Constitución o las leyes orgánicas entre el
Poder Ejecutivo con uno o más gobiernos regionales o municipales; dos o más
gobiernos regionales, municipales o de ellos entre sí; o los poderes del Estado entre sí o
con cualquiera de los demás órganos constitucionales, o a estos entre sí”.

En relación a nuestro denominado Proceso Competencial, a nuestro entender, el


Tribunal Constitucional peruano ha establecido que es procedente la demanda cuando
ésta reúne, en suma, dos requisitos indispensables: a) legitimidad de las partes, y b)
existencia de un conflicto de competencias constitucionales ciertos 1, sobre éste último
requisito se entiende que existe un conflicto competencial cuando, por ejemplo, dos
órganos constitucionales se consideran competentes para ejercer una misma función
(conflicto positivo), o cuando ambos órganos constitucionales se consideran
incompetentes para tales efectos (conflicto negativo)2.

Del mismo criterio es el Tribunal Constitucional, pero, a través de su


jurisprudencia ha señalado que existen otros casos que se constituyen en conflictos
competenciales. De ese modo, en la STC Nº 0005-2005-PC/TC, establece que existe
conflicto competencial cuando un órgano constitucional omite llevar a cabo una
actuación, desconociendo las competencias constitucionales atribuidas a otro órgano
constitucional (conflictos por omisión en cumplimiento de acto obligatorio).

Una vez definido el proceso competencial, corresponde analizar las tensiones o


relaciones que podrían surgir con algunos otros procesos constitucionales, como por
ejemplo, con los procesos de control normativo, como lo es, el proceso de
inconstitucionalidad e inclusivo con los procesos de tutela de derechos, tales como, el
proceso de cumplimiento y amparo.

Respecto a las tensiones o relaciones con los procesos de control normativo-


proceso de inconstitucionalidad-, se tiene cuando, por ejemplo, una persona demanda un
conflicto de competencia o de atribuciones que tenga como sustento una norma con
rango ley, no se dilucidará en el proceso competencial, sino por el proceso de
inconstitucional- véase el art. 109 parte infine del Nuevo Código Procesal

1
Al respecto, vid. la STC Nº 00003-2005-PC/TC y STC N° 00013-2003-PC/TC.
2
Vid. Alfonso Herrera García: La controversia constitucional mexicana y el proceso competencial peruano. (Breves notas
comparativas sobre sus reglas generales), en El Derecho Procesal Constitucional peruano. Estudios en Homenaje a Domingo García
Belaunde, José F. Palomino Manchego (Coordinador), tomo II, Biblioteca Peruana de Derecho Constitucional, Lima, 2005, págs.
1053-1090.
Constitucional-, por lo que, dicha tensión o relación ha quedado definida ya por el
Código en mención.

En relación al otro aspecto, se advierte a modo de verbigracia, cuando una


entidad del estado- Mincetur- demanda por conflicto competencial la decisión de una
instancia Judicial, por cuanto, cree que dicha decisión interrumpe su competencia,
conforme se analizó en la ssentencia n.º 006-2006-PC/TC- que por cierto resulta un
precedente incorrecto-. Es incorrecto, porque una instancia del Poder Judicial no es un
poder del estado menos un órgano constituido, razón por la cual, no podría haberse
ventilado dicha controversia en dicho proceso- situación que ha pasado, por ello resulta
desatinado-, sino por el contrario, se debió analizarse en un proceso de amparo por
defecto de motivación de la sentencia- es una opción-.

Asimismo, puede surgir el caso en el que un funcionario a consecuencia del


pedido de un administrado de dar cumplimiento a una ley, se considere incompetente y
la deriva a otro funcionario, siendo que, también alega incompetencia y recurren vía
proceso competencial-entiéndase como un caso hipotético-, lo que debe hacer el
Tribunal Constitucional es rechazar liminarmente, por cuanto, existen los mecanismos
propios para solucionar dichos casos y porque además los que recurrentes no son sujetos
legitimados- poderes del estado, órganos constitucionales, gobiernos regionales y
municipales-, que por cierto, pueden trabajar o formar parte de un sujeto legitimado,
sin embargo ello no otorga dicha legitimidad procesal sino cuando se haya cumplido
con el procedimiento establecido por el Código Procesal Constitucional.

Es pertinente mencionar la sentencia del Tribunal Constitucional español (STC


47/1986, de fecha 17 de abril, F.J. 5º), citada por el constitucionalista Javier García
Roca, cuando explica aspectos sobre la innecesaria confusión del conflicto competencial
con los conflictos de jurisdicción3 : los órganos en que se expresa el Poder Judicial..., no
tienen acceso al conflicto de atribuciones, pues los órganos judiciales en sí mismos
considerados no son órganos constitucionales a los efectos de plantear conflicto de
atribuciones según el Art. 59.3 LOTC y los conflictos posibles entre juzgados y
Tribunales y otros órganos del Estado tienen previstos otros cauces procedimentales en
los que no tiene cabida el propio Consejo.

Lo mismo ocurre en nuestro sistema jurídico, puesto que determinar la


competencia de los órganos jurisdiccionales en cuanto a la materia, tiene su propio
procedimiento establecido tanto en la Ley Orgánica del Poder Judicial, como en los
respectivos códigos adjetivos y de ninguna manera puede ser dilucidada mediante el
Proceso Competencial.

3
Vid. F. Javier García Roca: El conflicto entre órganos constitucionales, op. cit., págs. 58-62.

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