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Labilidad emocional
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3 Signos y síntomas
Son lo que podría denominarse reacciones extremas a los eventos diarios. Por ejemplo, un
comentario moderadamente gracioso o sarcástico podría desencadenar un ataque de risa
incontrolable. Un programa de televisión o incluso un anuncio con contenido emocional puede dar
lugar a una respuesta extrema de llanto durante bastante tiempo.
Las personas que padecen este trastorno no son capaces de poner fin a esa emoción durante
varios minutos. Los sentimientos de enojo o las frustraciones también pueden ser una razón para
que el sujeto llore o ría incontrolablemente.
Las principales causas de labilidad emocional son enfermedades neurológicas como la demencia,
un traumatismo craneoencefálico, un accidente vascular cerebral o la esclerosis múltiple.
La labilidad emocional o incontinencia emocional se produce cuando la lesión cerebral daña e
impide:
El trastorno es provocado por la interrupción del circuito intelectual y emocional que existe en el
cerebro. En un cerebro sano hay como una “puerta de enlace” neuronal que controla las
conexiones entre la respuesta intelectual a una circunstancia y la consecuente respuesta
emocional. Las personas sanas son capaces de sentirse tristes sin llorar o sentirse felices sin reírse.
Cuando, por alguna causa, esta puerta neuronal se rompe, la respuesta emocional deja de estar
bajo el control del individuo.
Signos y síntomas
Las personas con labilidad emocional muestran episodios de risa, llanto o gritos sin una motivación
obvia o en respuesta circunstancias que no habrían desencadenado una respuesta tan expresiva.
Los signos de labilidad emocional pueden llegar a ser graves, con episodios constantes y crónicos.
Las características principales son:
El comienzo es abrupto y aleatorio, como si de un ataque se tratara.
Algunos pacientes afirman que reconocen la inadecuación de sus emociones y que éstas se
encuentran fuera de lugar, pero que no son capaces de controlarlas. La influencia de este
trastorno puede ser muy grave, con signos crónicos y duraderos que pueden inmovilizar a los
pacientes e influir considerablemente en la condición de vida de los cuidadores.
A veces, la Labilidad Emocional se diagnostica erróneamente como depresión clínica, pero hay
muchas diferencias que distinguen ambos trastornos.
Las consecuencias para las víctimas de labilidad emocional incluyen pensamientos de cansancio
emocional y, a menudo, aislamiento social. Sin entender que poseen un trastorno neurológico, las
personas con labilidad emocional a menudo cambian sus vidas para mantenerse alejadas de las
cosas que activan las situaciones, incluido el trabajo, los amigos e incluso la familia. Con esta
separación de la vida social todavía sobrevienen emociones más dañinas que pueden llegar a ser
obvias como la depresión mayor.
Desgraciadamente, como hemos podido ver, la labilidad emocional destruye severamente las
relaciones sociales, aislando a quien la padece de forma importante, lo cual puede tener un efecto
nocivo en la condición de vida de las personas afectadas y sus familias.
Enseñar a las personas afectadas, a los cuidadores y as familias de qué se trata este trastorno es
muy importante para que estas personas se sientan más comprendidas y aceptadas por quienes
les rodean.
Por otro lado, los fármacos antidepresivos como la fluoxetina, la sertralina, la nortriptilina, la
amitriptilina o el citalopram, son de bastante utilidad. Sin embargo, el Dextromethorphan, de
nombre comercial es Nuedexta, es el primer medicamento aceptado para tratar la labilidad
emocional. La medicación con dextrometorfano-quinidina disminuye considerablemente las
apariciones de risa y llanto en individuos afectados con ELA, es decir, esclerosis lateral amiotrófica
o EM o esclerosis múltiple.
Los signos de tristeza
June 9 by admin
Muchas personas experimentan tristeza en algún momento de su vida. El conocimiento de los signos y síntomas de
la tristeza puede traer comprensión.
Definición de la tristeza
De acuerdo con The American Heritage Dictionary del Idioma Inglés, la tristeza es cuando una persona está
"afectada con o marcada por la infelicidad." La tristeza y el dolor se definen como dolor emocional que resulta de
una pérdida, melancolía persistente o somberness habitual.
La tristeza es a menudo una respuesta a la pérdida y el dolor. Algunas de las señales emocionales de tristeza son
parte del proceso de duelo. Una persona que está de duelo experimentará sentimientos de choque, una necesidad de
ventilar y obtener los sentimientos, de pánico, soledad y aislamiento. Otros signos emocionales incluyen
sentimientos de ansiedad, vacío o desesperanza, pesimismo, culpa e irritabilidad.
Los cambios en los hábitos de actividad, sueño y alimentación físicos son todos indicadores de tristeza. Los
sentimientos de la energía disminuida y fatiga son síntomas comunes. Otros cambios físicos incluyen insomnio,
despertar temprano por la mañana o exceso de sueño; pérdida de peso o comer en exceso y aumento de peso; y la
inquietud. La tristeza también puede manifestarse físicamente como dolores de cabeza y trastornos digestivos.
La tristeza puede afectar a nuestra forma de pensar, así como nuestro estado de ánimo y el cuerpo. Las indicaciones
de la infelicidad incluyen intereses perder en actividades placenteras y aficiones, y dificultad para concentrarse,
recordar y tomar decisiones.
A pesar de la tristeza y la depresión tienen muchos síntomas similares, que no son lo mismo. Es importante no
confundir los signos de tristeza con síntomas de depresión. Un trastorno depresivo es una enfermedad que puede ser
diagnosticada por ciertos criterios específicos. Como la tristeza, la depresión implica el cuerpo, el estado de ánimo
y pensamientos. Sin embargo, la depresión difiere de tristeza en la gravedad de los síntomas. La tristeza puede ser
experimentada en diferentes momentos a lo largo de un día o semana y es por lo general en respuesta a algún tipo
de pérdida, como la pérdida de un ser querido, un trabajo o el respeto. Los sentimientos de tristeza son una parte
importante y funcional del proceso de duelo. Nos permiten saber que valoramos y llorar lo perdido. Los síntomas de
la depresión pueden durar semanas y meses y se caracterizan por su naturaleza crónica o por su número e
intensidad. La depresión interfiere con su capacidad para funcionar y puede ser incapacitante. Para cumplir con los
criterios para un trastorno depresivo, debe experimentar síntomas múltiples, con el tiempo, con un grado de
severidad.
1. Inseguridad personal
Este es el primer síntoma de baja autoestima y es muy fácil de identificar, pues hace que las
personas necesiten la aprobación de terceros para hacer casi todo lo que implique una toma de
decisiones. La inseguridad personal también lleva a las personas con baja autoestima a convertirse
en complacientes, pues creen que al hacer favores y ayudar a los demás (así no deseen hacerlo)
serán aceptados y valorados socialmente. Otras consecuencias de la inseguridad personal son la
dificultad para decir que “no” y la facilidad para sentirse ofendido y engañado.
2. Autocrítica
Las personas con autoestima baja siempre están buscando algún defecto o error para cuestionar
su comportamiento. Suelen ser negativos, muy duros en la crítica personal, no perdonan sus
errores y pueden lamentarse mucho tiempo por algo que ocurrió años atrás. La baja autoestima
hace que las personas sean hipersensibles, se sientan decepcionadas, culpen a otras personas de
sus problemas y se comparen con los demás.
3. Exigencia desmesurada
Debido a la autocrítica, cuando una persona tiene la autoestima baja es común que intente
defenderse o encontrar consuelo en la búsqueda de la perfección. El hecho de no recibir bien las
críticas de terceros (posiblemente por una mala experiencia del pasado) los lleva a asumir una
insistencia por hacer todo bien para evitar dar de qué hablar o ser lastimados nuevamente.
4. Tristeza
El estado de ánimo suele variar entre tristeza y melancolía. La tristeza la despierta la falta de amor
propio que hace que la persona se sienta sola, no querida y no valorada por quienes la rodean. La
melancolía suele aparecer por recuerdos de una época que consideran era mejor que la actual.
baja autoestima
5. Incompetencia
Cuando existe el sentimiento de que no somos aptos para llevar una tarea a cabo estamos ante la
presencia de un síntoma de baja autoestima. Por lo general esta señal se puede determinar por la
incapacidad de la persona para arriesgarse a asumir nuevos retos, prefiriendo mantenerse al
margen de hechos que necesitan de su autoconfianza y truncando que ésta se desarrolle.
6. Miedos
El miedo puede ser bueno cuando te impulsa a actuar, pero cuando inmoviliza es una emoción
muy negativa. Las personas con baja autoestima suelen ser víctimas del miedo pues experimentan
miedo a fracasar, a equivocarse, a vivir, a mostrarse tal cual son, a ser juzgados, a no gustarle a
alguien, entre otros. En este punto es importante que la persona busque ayuda para superar los
miedos que le agobian, lo cual muchas veces puede contribuir a descubrir cuál es el hecho que
desencadenó la baja de autoestima.
7. Exagerada importancia
La autoestima baja hace que a las personas les importe demasiado lo que dicen de ellas, al punto
que puede creer que todo el tiempo los demás están hablando mal de ella. Asimismo, cuando la
baja de autoestima proviene por un complejo físico la persona tiende a esconderse vistiéndose de
forma discreta para evitar resaltar.
8. En el amor
La baja de autoestima hace que las personas sean celosas por el miedo a ser abandonadas o por
sentir que no merecen ser amadas y que cualquier persona puede ser mejor compañía que ellas.
De igual modo, la baja autoestima también puede ocasionar que una persona no renuncie a estar
con alguien que le hace daño por miedo a no encontrar a alguien más, a quedarse sola para
siempre o, en los casos más graves, por no sentir que merece algo mejor.
Indicadores de ansiedad en niños y adolescentes
Referencias:
De la Barra, F. (2013) Trastorno de estrés post traumático en niños y adolescentes. Revista
chilena pediátrica 84 (1): 7-9
Méndez, F. X., Olivares, J. y Bermejo, R. M. (2001). Características clínicas y tratamiento
de los miedos, fobias y ansiedades específicas. En V. E. Caballo y M. A Simón (dirs.) Manual de
Psicología clínica infantil y del adolescente: Trastornos generales (pp 59-92). Madrid : Pirámide
Sattler, J. y Hoge, R. ( 2008) Evaluación infantil: Aplicaciones conductuales, sociales y
clínicas. Manual Moderno. Mexico . DF