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El documento describe la obra del arquitecto barroco Gian Lorenzo Bernini en Roma durante el siglo XVII. Algunos de sus proyectos más importantes incluyen la Capilla Cornaro en Santa Maria della Vittoria, donde diseñó un fresco ilusionista y su escultura Éxtasis de Santa Teresa; la iglesia de Sant'Andrea del Quirinale con su cúpula ovalada y altares; y la Plaza de San Pedro, donde resolvió el problema espacial mediante una forma ovalada rodeada de columnatas curvas. Bernini conceptualizó las column
El documento describe la obra del arquitecto barroco Gian Lorenzo Bernini en Roma durante el siglo XVII. Algunos de sus proyectos más importantes incluyen la Capilla Cornaro en Santa Maria della Vittoria, donde diseñó un fresco ilusionista y su escultura Éxtasis de Santa Teresa; la iglesia de Sant'Andrea del Quirinale con su cúpula ovalada y altares; y la Plaza de San Pedro, donde resolvió el problema espacial mediante una forma ovalada rodeada de columnatas curvas. Bernini conceptualizó las column
El documento describe la obra del arquitecto barroco Gian Lorenzo Bernini en Roma durante el siglo XVII. Algunos de sus proyectos más importantes incluyen la Capilla Cornaro en Santa Maria della Vittoria, donde diseñó un fresco ilusionista y su escultura Éxtasis de Santa Teresa; la iglesia de Sant'Andrea del Quirinale con su cúpula ovalada y altares; y la Plaza de San Pedro, donde resolvió el problema espacial mediante una forma ovalada rodeada de columnatas curvas. Bernini conceptualizó las column
TEÓRICA 1b Historia y Crítica de la Arquitectura y el Urbanismo II - 2020 Gianlorenzo BERNINI (1598-1680)
“Podemos centrar el espíritu del Barroco en la ciudad de
Roma, y en dos artistas: Bernini y Borromini. La totalidad de la ciudad es el objeto de proyecto en este humanismo eminentemente urbano en que todos y cada uno de los elementos de la antigüedad se adaptan al cristianismo y se ambientan magistralmente en la Roma de los papas. Gian Lorenzo Bernini, Francesco Borromini, Pietro Da Cortona, Carlo Rinaldi, Carlo Fontana, representan a modo de deuteragonistas la llamada escuela romana que –en su equilibrio entre clasicismo y experimentalismo- acaba de definir y construir la Roma barroca como modelo arquitectónico y urbano. Bernini en 1625 eleva como manifiesto del nuevo estilo el baldaquino en el crucero de San Pedro Vaticano. (…) A modo de una de arte total, en su rica arquitectura se integran la escultura, el lujo y textura de los materiales y las artes menores, dentro del principio barroco de subordinación de las partes al todo”. “En 1645 Bernini empezó a trabajar en la capilla Cornaro, para el cardenal Federico Cornaro de Venecia, construida en el transepto de Santa Maria della Vittoria (esta iglesia, una de las tantas de Roma que siguieron el modelo de la del Gesu, fue proyectada por Carlo Maderna, también llamado Maderno, y edificada entre 1608 y 1620, aunque la fachada la terminaría J.B.Soria más adelante). En la parte superior de la capilla, Bernini diseño un fantástico fresco ilusionista alrededor de la ventana, con ángeles y un cielo de abombadas nubes, algunas de ellas de estuco labrado en alto relieve y cubriendo partes de las molduras arquitectónicas. (…) Bernini recreó ese momento en su famosa escultura El éxtasis de Santa Teresa, transmitiéndolo en términos físicos, de manera que el observador pudiera captar fácilmente esa experiencia espiritual a través de su equivalente físico.” “En 1645 Bernini empezó a trabajar en la capilla Cornaro, para el cardenal Federico Cornaro de Venecia, construida en el transepto de Santa Maria della Vittoria (esta iglesia, una de las tantas de Roma que siguieron el modelo de la del Gesu, fue proyectada por Carlo Maderna, también llamado Maderno, y edificada entre 1608 y 1620, aunque la fachada la terminaría J.B.Soria más adelante). En la parte superior de la capilla, Bernini diseño un fantástico fresco ilusionista alrededor de la ventana, con ángeles y un cielo de abombadas nubes, algunas de ellas de estuco labrado en alto relieve y cubriendo partes de las molduras arquitectónicas. (…) Bernini recreó ese momento en su famosa escultura El éxtasis de Santa Teresa, transmitiéndolo en términos físicos, de manera que el observador pudiera captar fácilmente esa experiencia espiritual a través de su equivalente físico.” Iglesia de Sant’ Andrea del Quirinale, Roma, 1658-1670 El pórtico de entrada está enmarcado por un orden corintio gigante, rematado por un frontón triangular. Al pasar al interior se descubre con sorpresa que el eje de circulación coincide con el eje corto de la elipse, y no con el largo, como es lo habitual. En realidad, no existe un verdadero eje perpendicular, ya que, al haber cuatro capillas a cada lado, un eje realmente perpendicular debería cortar a los machones divisorios de las capillas por sus mismos centros y no a través de los nichos.
ROTH, Leland; Entender la arquitectura, sus elementos,
historia y significados, editorial Gustavo Gili, Madrid, 2016 El altar principal, que ocupa el extremo del eje corto, está contenido en un nicho precedido por un pórtico sostenido por dos pares de columnas corintias de mármol rojo veteado; detrás del altar hay una pintura del martirio de san Andrés, iluminada por una fuente de luz oculta. Las columnas corintias están rematadas por un frontón hendido en su centro para alojar una figura ascendente de San Andrés. Sobre el conjunto se eleva una cúpula ovalada, amenizada con figuritas angélicas de yeso que revolotean entre los elementos arquitectónicos.”
ROTH, Leland; Entender la arquitectura, sus elementos,
historia y significados, editorial Gustavo Gili, Madrid, 2016 Plaza de San Pedro, Roma, 1657
Se precisaba de un amplísimo espacio donde se pudieran congregar las muchedumbres que
acudían a recibir la bendición papal en pascua. El problema que tuvo que afrontar Bernini es que los edificios del palacio Vaticano existente interferían por el lado norte, de modo que imposibilitaban la creación de un gran recinto de forma geométrica simple. Su solución consistió en dividir la plaza en dos partes: la porción inmediatamente adyacente a la fachada tendría forma trapezoidal, mientras que, con la porción más alejada de la basílica, se formaría una amplísima plaza de forma ovalada, rodeándola de dos columnatas toscano dóricas curvas, y emplazando sendas fuentes en los focos de la elipse entre ellas, ocupando el centro geométrico de la elipse, quedaba un obelisco que había sido erigido por orden del papa Sixto V como parte de sus obras de embellecimiento de Roma, en 1585-1590.” “Bernini también empleó la forma ovalada para resolver su proyecto arquitectónico más ambicioso, la gran plaza que da frente a la basílica romana de San Pedro y que supondría, por fin, en 1667, la terminación de la obra iniciada por Bramante un siglo y medio antes. Antes de que Bernini recibiera este encargo, Carlos Maderna ya había cerrado la basílica y construido la fachada principal. En efecto, tras incesantes vacilaciones entre las opciones de planta central y de planta longitudinal, la decisión final de la congregación de cardenales fue la de prolongar la nave, para aproximarse más a la planta de cruz latina, y ensanchar la fachada prevista por Miguel Ángel, dándose por concluidas las obras de prolongación de la nave en 1605 y las de la fachada en 1612.” “Para Bernini, las columnatas perimetrales representaban los brazos maternales de la Iglesia, que, según sus propias palabras, ‘abrazan a los católicos para reforzar su fe, a los herejes para devolverles al seno de la santa madre Iglesia y a los ateos para iluminarles con la luz de la verdadera fe’.”