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Traumatología Forense
Resumen: 4.1. Concepto de traumatología forense. 4.2. Lesiones corporales. 4.2.1. Lesiones corporales menores.
4.2.2. Daños corporales graves. 4.2.2.I. Incapacidad para la ocupación habitual durante más de 30 días. 4.2.2.2.
Peligro de vida. 4.2.23. Debilidad permanente de una extremidad, sentido o función. 4.2.2.4. Aceleración del parto.
4.2.3. Daños corporales graves. 4.23.1. Incapacidad permanente para trabajar. 4.23.2. Enfermedad incurable.
4,233. Pérdida o discapacidad de una extremidad, sentido o función. 4.23.4. Deformidad permanente. 4.23.5.
Aborto. 4.3. Lesiones corporales seguidas de muerte. 4.4. Ley Maria da Penha — Ley n. 11.340, del 7 de agosto de
2006. 4.5. Pericia médico-legal en lesiones corporales. 4.6. Experiencia en sangre.
4.2. Corporal Lesión corporal es cualquier daño causado a la normalidad del cuerpo
humano, ya sea desde el punto de vista anatómico, fisiológico o mental. El delito de
daño corporal está, por tanto, tipificado en el Código Penal como una ofensa a la
integridad corporal oa la salud de los demás, es decir, por la existencia de daño
somático, funcional o psíquico.
Así, la autolesión no es delito, siempre que no atente contra otro bien jurídico (art.
171, § 2, V, del CP), ya que, además de perturbar la normalidad del cuerpo humano, la
lesión debe ser legalmente relevante.
El delito de lesiones corporales leves y lesiones corporales culposas es una acción
penal sujeta a la representación del ofendido o de quien tenga capacidad para
representarlo a él o a otro publicus organum, en los términos del artículo 88 de la Ley
n.9.099/95. En los demás tipos de delitos de lesiones corporales, la acción penal será
plena o pública; Cabe mencionar que el representante del Ministerio Público puede
intentarlo libremente, sin depender de provocación alguna del ofendido o de su
representante legal.
Según la cuantía de los daños, las lesiones corporales se clasifican en:
a) Leve — Son aquellas que no determinan las consecuencias previstas en los §§ 1,
2 y 3 del art. 129 del Código Penal.
b) Serio — Incapacidad para la ocupación habitual por más de 30 días; peligro para
la vida; debilidad permanente de una extremidad, sentido o función; aceleración del
nacimiento.
c) Grave — Incapacidad permanente para el trabajo; enfermedad incurable;
pérdida o desuso de una extremidad, sentido o función; deformidad permanente;
aborto.
Aunque prácticamente en general la pequeñez de las lesiones sugiere una lesión
corporal leve, el tamaño externo no es un criterio seguro para clasificarlas. Lo mismo
puede decirse en ausencia de una lesión anatómica visible a la inspección, si hay una
alteración de la normalidad funcional, física o mental.
4.2.1. Lesiones corporales leves Son las designadas por el caput del art. 129. Ofenden
la integridad corporal o la salud de los demás (elemento positivo), pero no
determinan las consecuencias previstas en los §§ 1, 2 y 3 (elemento negativo) de la
citada disposición.
Las lesiones corporales leves suelen estar representadas por daño superficial, que
afecta solo la piel, el tejido subcutáneo, los músculos superficiales y los vasos arteriales
y venosos de pequeño calibre. Estos son excoriaciones, equimosis, hematomas, heridas
contusas, algunos esguinces, tortícolis traumática, edema y la mayoría de las
luxaciones.
Constituyen, desde el punto de vista forense, alrededor del 80% de las lesiones
corporales.
Es importante saber que el rubor, un simple y fugaz enrojecimiento de la piel
causado por un mayor flujo de sangre, que no compromete la normalidad anatómica,
funcional o mental del cuerpo humano, no constituye una lesión corporal leve. Es un
ligero rubor que puede ser provocado incluso por una simple emoción (ver n.
6.3.1.2.1).
Por otro lado, también hay eritema simple (signo de Christinson), quemaduras de
primer grado, en cuanto a profundidad, enrojecimiento de la epidermis, aunque la piel
permanece intacta, en los que la reacción local desaparece en pocas horas o días, sin
compromiso de la normalidad anatómica, fisiológica o psíquica, no se considera lesión
corporal leve.
El dolor físico, de carácter enteramente subjetivo, implicando reacciones
vegetativas y de defensa, pudiendo adquirir elementos emocionales, que no son,
hoy en día, en la competencia de los peritos para valorar sin el respectivo daño
anatómico o funcional, no tipifica el delito de lesiones corporales; de hecho, sólo
mediante una presunción falible puede reconocerse el dolor como efecto de la violatio
corporis. En ese sentido: RT, 67:261, 392:327, 413:283, 489:366 y 559:341; JTACrimSP,
67:394.
Lo mismo puede decirse de una simple crisis nerviosa, o puro desmayo, sin
comprometer el equilibrio de la salud física o fisiopsicológica. En ese sentido: RT,
394:262, 414:253 y 483:246.
El desmayo episódico no debe confundirse con el síncope. Al desmayarse, el
individuo muestra una frente intensamente pálida y perlada con sudor, y el cuerpo se
ve afectado por una debilidad inconmensurable. El síncope es sinónimo de desmayo o
desmayo más pérdida de conciencia seguida de movimientos convulsivos clónicos, en
algunos casos, de los miembros superiores y muecas faciales, y rara vez generalizadas,
con pulso filiforme, hipotensión arterial y respiración casi imperceptible simulando la
muerte.
El desmayo histérico tampoco es una lesión corporal leve. Forma parte de una
enfermedad psiquiátrica llamada histeria, cuyos síntomas simbolizan deseos sexuales
muchas veces reprimidos. La histeria es un estado mental particular, que altera las
facultades morales, la voluntad, y puede provocar impulsos instintivos.
Contrariamente a lo que suponía Hipócrates, aunque no se debe a la continencia, es
innegable que la histeria suele coincidir con una excitación morbosa de los órganos
sexuales, y un cierto desajuste de la imaginación y de los sentidos. Pero el signo
característicamente predominante de la crisis histérica es la perversión de las
facultades afectivas de la sensibilidad y la necesidad irresistible de proferir mentiras
conscientes, inconscientes, mentiras que en su origen fueron conscientes y se
volvieron inconscientes, falsas interpretaciones del sufrimiento y de hacer ruido
alrededor. de tu persona La crisis de inconsciencia puede manifestarse en cualquier
momento; es común que ocurra, sin embargo, cuando la mujer, generalmente una
adolescente o adulta joven, enferma mental, se encuentra en compañía de amigos o
realizando alguna actividad social. Durante la crisis histérica, el cuerpo puede
permanecer inactivo; sin embargo, es común que la lucha, el gruñido, los movimientos
de resistencia bien dirigidos den a los miembros actitudes grotescas. No se sabe si la
histérica está totalmente inconsciente durante la crisis, ya que los
electroencefalogramas son normales y no hay pérdida de memoria. ¿Es la crisis
histérica, entonces, una simple puesta en escena?
Choque nervioso, convulsiones u otros cambios patológicos, causados por
a expensas de reiteradas amenazas, constituyen lesiones corporales leves.
“Cortar la barba y el cabello constituye (siempre que no sea la remoción o
depilación de una parte insignificante) una lesión corporal simple, pues constituye un
daño, y en ocasiones muy grave, a la integridad corporal” (JTACrimSP, 94:263) .
Las lesiones corporales leves suelen formar parte del cuerpo del delito indirecto
por la fugacidad de las huellas dejadas por la infracción (delicia factis transeuntis), o
como consecuencia de la demora en la realización de la investigación, lo que puede
constituir una dificultad insalvable para el experto. En este caso, a pesar de la ofensa
real a la integridad física o a la salud de otro, Nubia prueba la desaparición material
del delito, y solo en este caso, el examen del cuerpo de un delito indirecto, realizado a
partir de otros elementos o a través de acreditados. testigos, podrá suplir el examen
forense directo que resulte del requerimiento legal; in casu, el juez debe concluir por
lesiones corporales leves.
“Si se ha probado la agresión física, pero no se han encontrado lesiones aparentes,
debe descalificarse el delito de lesiones corporales por los delitos menos graves” (RT,
572:395).
Pueden darse circunstancias especialmente favorables. In exemplis, bofetada
infligida por un carbonero que marca una huella ennegrecida en el rostro de la víctima,
como en un acto al que asistió Jacinto de Barros.
“A pesar de causar revuelo, es reconocible y punible la tentativa de daño corporal
leve” (RT, 475:309 y 452:461) cuando el agente, con la intención de ofender la
integridad corporal o la salud de otro, no lo hace por circunstancias fuera de su control
su voluntad (art. 14, II, del CP). En la misma línea: JTACrimSP, 38:143, 76:312 y 44:184.
“La figura de la tentativa de daño corporal, objeto de controversia en la doctrina,
se ajusta indudablemente a las definiciones de nuestro derecho positivo” (arts. 129 y
14, II, del CP).
“La dificultad de aportar prueba fehaciente de la ocurrencia de los elementos que
la componen nada tiene que ver con el concepto jurídico de la especie” (José Luiz V. de
A. Franceschini y Manoel Pedro Pimentel, Jurisprudencia Penal del Tribunal de Algada
de São Paulo, São Paulo, Ed. Lex, 1968, p. 541).
4.2.2. Daño corporal grave Están representados por los cuatro tipos explicados en el
§ 1 del art. 129 de nuestro diplomado legal.
Las lesiones graves se caracterizan por un elemento positivo, representado por
cualquiera de las consecuencias previstas en el § 1 (incapacidad para realizar las
ocupaciones habituales durante más de 30 días; peligro para la vida; debilidad
permanente de
miembro, sentido o función; aceleración del parto), y un elemento negativo,
indicado por la inexistencia de las lesiones configuradas en el § 2 del art. 129 del
Código Penal.
4.2.2.I. Invalidez para las ocupaciones habituales por más de 30 días Invalidez es la
falta de capacidad, de aptitud; es inhabilitante.
La ley no exige la falta de capacidad absoluta, basta que la lesión caracterice no
imposibilidad, sino peligro o imprudencia en el ejercicio de los oficios habituales, por
más de 30 días.
Las ocupaciones habituales a que se refiere el art. 129, § 1, I, del Código Penal, no
tienen el significado de trabajo diario, ni son de naturaleza lucrativa. Estas son todas y
cada una de las actividades corporales comunes.
La ley le da sentido funcional, en atención a la actividad habitual del individuo en
concreto, independientemente de que sea económicamente improductiva, porque de
lo contrario no se castigarían las lesiones corporales graves a los desempleados, niños,
seniles y jubilados.
Las ocupaciones habituales de la disposición legal incluyen cualquier manifestación
de diligencia lícita, física o mental.
Así, las ocupaciones habituales de la abogacía son verdaderamente genéricas.
Para apreciar la duración de la incapacidad, los peritos volverán a interrogar a la
víctima, si no está en rebeldía, “tan pronto como haya transcurrido el plazo de 30
(treinta) días, contados a partir de la fecha del delito”, conforme lo establecido en el
art. . 168, § 2, del Código de Procedimiento Penal. Es el examen complementario al que
se somete la víctima por segunda vez, un mes después, desde la fecha del hecho
delictivo y no del correspondiente informe de cuerpo del delito, con objeto de
comprobar si la incapacidad excede del trintídio.
“Para acreditar la lesión corporal de carácter grave consistente en incapacidad para
las ocupaciones habituales por más de 30 días, es necesario que el examen
complementario de salud se realice a partir del día 31 del hecho delictivo” (RT,
613:318 ) .
Por cierto, para refrescar la memoria, también es una modalidad de examen
complementario a la investigación pericial realizada en cualquier momento, para
corregir o completar un informe anterior (pericia contradictoria), o poco después de
la vigencia de un año desde la fecha de la ocurrencia del daño, con el fin de investigar
la permanencia de la incapacidad total para el trabajo.
Utilizando el texto legal del término "tan pronto como haya transcurrido el plazo
de 30 (treinta) días, contados a partir de la fecha del delito", se presumirá que el
examen de salud complementario practicado antes del trigésimo día, así como como la
realizada mucho después, es inútil.
tiempo después de su vencimiento, a menos que, en este caso, los peritos
comprobaran que la víctima seguía incapacitada para desempeñar sus ocupaciones
habituales. En este sentido: RT, 426:394. Si no se cumple con esta excepción, el examen
complementario debe ser considerado como una pericia no practicada, imponiéndose,
por tanto, la inhabilitación por lesiones corporales leves. En este sentido: RT, 415:280.
Sin embargo, el rigor legal se obtiene por la aceptación, en teoría, de la prueba
testimonial (art. 168, § 3, del CPP) como idónea para el reconocimiento de incapacidad
para ocupaciones habituales por más de 30 días: “Afirmando el informe, no obstante
formulada con posterioridad a los hechos, la incapacidad tridecendiaria, la falta de
examen complementario no es obstáculo para el reconocimiento de la misma, siempre
que dicha circunstancia se acredite con prueba testimonial idónea” (RT, 576:414).
Todavía en este sentido: RT, 383:214, 496:327 y 652:318.
La prueba complementaria de cordura es también inadecuada, para reconocer una
lesión corporal grave allí enunciada, si los competentes se limitan a responder -lo que,
por desgracia, no es raro- lacónicamente "sí", porque, por grande que sea el prestigio
de profesionales, necesitan fundamentar las bases en que se basan sus declaraciones,
describiendo circunstancialmente los daños, así como las repercusiones en la vida
normal de la víctima, a fin de que las lesiones corporales practicadas por el imputado
no sean descalificadas como leves.
En esta línea de pensamiento, “no se acepta, ni por la doctrina ni por la
jurisprudencia, como calificativo del mismo, la simple declaración pericial, sin otro
elemento que la prueba del transcurso de 30 días desde la fecha del daño” (RT ,
420:270). ). En el sentido del texto: RT, 600:338.
Asimismo, el simple pronóstico de los expertos en el momento del primer examen
es insuficiente para la caracterización de una lesión grave. En este sentido: RT,
523:461.
En el examen complementario, los tekhníkos tendrán presente el informe inicial o
informe, con el fin de suplir la deficiencia o ratificarlo (ver párrafos 1.3.3 y 1.3.7).
Los autores difieren en cuanto a la determinación del tiempo de desaparición de la
discapacidad. La ley habla de más de 30 días. La minoría entiende que ha cesado la
incapacidad para la cicatrización, es decir, para la completa consolidación anatómica
y funcional de la lesión, cualquiera que sea el momento en que se produzca. De este
modo, si el lesionado después de la trinidad no se cura, no tiene relevancia la
existencia del calificativo de haber sido parcial por falta de capacidad, o de haberse
reincorporado al trabajo antes de ser restituido. Nos sumamos a los que piensan que
la incapacidad cesa cuando la víctima, sin imprudencia o mayor daño o peligro de
cura definitiva, puede volver al statu quo ante, es decir, a todas sus ocupaciones
habituales, y no sólo a algunas, en condiciones razonables, independientemente de la
consolidación no completa de la lesión.
4.2.2.2. Peligro para la vida En concreto, no tiene el mismo significado que riesgo
para la vida.
La probabilidad concreta y objetiva de un éxito casi letal se denomina peligro para
la vida.
El peligro para la vida es una situación actual, o que se presenta en el curso de un
proceso patológico, consecuencia del delito, en el cual, por el estado de la víctima,
existe peligro de muerte, si no es asistida adecuadamente en tiempo y forma.
El peligro para la vida puede presentarse en el momento de la lesión o después de
horas o días, en cualquier etapa del curso clínico, antes de los 30 días.
Por tanto, no puede ser supuesta, virtual o potencial, remota o supuesta, sino real,
seria, eficaz, clínicamente comprobada, sea actual o pasada. Siempre que el proceso
patológico resultante de la infracción haya presentado, en un momento fugaz, o en su
curso evolutivo, antes de 30 días, una probabilidad concreta y objetiva de muerte, la
especie está configurada.
A la autoridad le interesa saber si hay o hubo peligro para la vida, lo cual es
diagnóstico, expresado a través de datos objetivos, como por ejemplo temperatura
corporal, pulso, presión arterial, volumen hemorrágico, anemia aguda implantada,
toxemia pronunciada. , estado de coma y otros factores significativos de este estado
peligroso, y no lo habrá, lo cual es predictivo, ya que está sujeto a errores.
"El peligro para la vida, para ser definido, requiere un diagnóstico completo y
donde quede por demostrar que, en relación con las funciones más importantes de la
vida orgánica, se han producido perturbaciones graves, síntomas alarmantes, que, en
realidad y términos concretos, poner en riesgo la vida de la víctima" (RT, 511:403).
“Es imposible extraer el peligro de vida sólo por la localización de las lesiones o
por el mero pronóstico, siendo imprescindible para ello realizar un diagnóstico eficaz
y completo” (RT, 490:308).
“Un informe demasiado sucinto, que no explica la gravedad del peligro para la vida,
no sirve de base para reconocer la gravedad de las lesiones” (JTACrimSP, 33:377).
“La autoridad de los expertos no es suficiente para legitimar sus conclusiones; es
urgente que los sustancien, proporcionando el control del error o corrección de su
razonamiento” (RF, 156:436).
Esta figura jurídica es un hecho irreversible que no requiere nueva verificación y
muchas veces prescinde de un examen adicional. En efecto, el riesgo de vida, cuando
consta en un informe pericial debidamente elaborado señalando los síntomas
verificados por los peritos médicos en el examinado y por la respectiva secuela
natural, no depende de confirmación posterior, precisamente porque existió como un
relámpago. huelga, contemporánea a la producción de la lesión. , y luego ya no se
materializa debido a la atención inmediata y adecuada oa las reacciones orgánicas
naturales de la víctima.
“No necesita probarse mediante peritaje complementario” (RT, 391:343, 415:266
y 415:436).
Si el legislador, por no haber estallado todavía en la víctima síntomas alarmantes,
no diagnosticó, sin embargo, ab initio, peligro de vida, sino que viene a ofrecerse ante
el trintídio, es preceptivo un nuevo informe de examen complementario, posterior,
circunstancialmente detallado. (artículo 168, § 2, del CPP).
Un diagnóstico de peligro para la vida, en vista de los signos y síntomas
presentados, en el momento del evento, por la persona molestada, es irrelevante para
el reconocimiento del segundo calificativo del § 1 del art. 129 del Código Penal, fue
restituido al momento del examen complementario, en este ejemplo, innecesario.
La hemorragia copiosa en un vaso grande, restringida rápidamente para salvar a
la víctima, es legalmente potencialmente mortal.
Lo mismo puede decirse del traumatismo craneoencefálico, con o sin pérdida de
sustancia, heridas penetrantes del abdomen, que requieren intervención quirúrgica
para sutura o ablación de un órgano importante, o del tórax, con perforación de
vísceras nobles, que provocan un sangrado intenso. o incluso resección, lesión
pulmonar, lesión del lóbulo hepático, lesión de la médula espinal con daño de la
médula espinal, daño cerebral, estado comatoso, quemaduras en grandes áreas del
cuerpo, shock, neumotórax, colapso total de un pulmón, etc.
Por lo tanto, cualquier aplastamiento no debe aceptarse como un peligro para la
vida.
La simple referencia a la laparotomía exploratoria, incluso bajo anestesia
inhalatoria, sin descripción de síntomas y criterios objetivos para probar el peligro
real a que estuvo sometida la víctima, no basta para reconocer las especies jurídicas
previstas en el § 1, II, del art. 129 del Código Penal.
La simple localización de una herida en el abdomen, aunque sea penetrante, no
puede ser reconocida como una amenaza para la vida si el informe médico-legal no va
acompañado de una descripción de los elementos que sustentan la realidad del hecho
y capaces de producir la probabilidad de la muerte. A lo sumo, tal lesión puede
justificar un juicio
de pronóstico reservado, pero no el peligro para la vida mencionado en el
calificativo.
No son solo las lesiones graves las que pueden poner en peligro la vida. Pequeñas
heridas infectadas por el virus de la rabia, el bacilo del tétanos o el estafilococo siguen
siendo hoy en día amenazantes para la vida, a pesar del moderno arsenal terapéutico
de que dispone la Medicina, llegando incluso a provocar la muerte. No se trata, por
tanto, de la mera posibilidad de que se produzca una infección como consecuencia de
lesiones producidas por un instrumento no estéril. En este entendimiento, JTACrimSP,
22:192.
Nuestro sistema penal no tiene en cuenta las causas preexistentes (diabetes,
hemofilia, etc.) para eliminar la figura de peligro para la vida, porque de lo contrario,
en este caso, toda lesión de este tipo importaría en la agravante de que se trate, ya que
siempre traen consigo, como simple posibilidad, la zona de una infección o
complicada, representativa, desde este punto de vista, por tanto, de potencial peligro
para la vida. En este sentido: RT, 423:423.
Tampoco impone el peligro anhelado para la vida, hipótesis que transformaría la
lesión grave en tentativa de homicidio, ya que nadie es dado a querer el riesgo sin el
respectivo daño.
Además, la ley no especifica. Deja la aclaración sobre si hay o si hubo peligro para
la vida a los peritos médicos, quienes deben, por tanto y como regla general, en toda
pericia, fundamentar juiciosamente sus aseveraciones, con indicación y descripción
de hechos concretos que conlleven, como conclusión lógica y necesaria, que el juez
corrija su diagnóstico.
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acelerando el
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9. infraorbitario
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15. fosa supraclavicular menor
16. región lateral del cuello
17. Fossasuprad avicular mayor
(triángulo omoclavicular)
18. región posterior del cuello
21
s 3. infraescapular
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rf i UW Tergum prosimal
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Tergum medio > de la
, t 25 _ 9 ■ 0.: 15. Tergum distal cosa
posterior del jceJho 16. Tengo prosimal 1 Región
(fosa poplítea) 17. Tergo radio ^ posterior
18. Tergo distal J de la pierna
19. Hasta el talón
20. empeine
21. deltaid
22. Teng o prosimal 1 Región
k
y 23. Tergum medio \ posterior
24. Tergo dislal J del brago
25. Posterior del codo
,26. Terg la prosimal "I Región
Sierra|27. Teng la media posterior f de
la
SK X' # 1 J 2 B . Teng el antebrazo J distal J
29. El dorso de la mano y los dedos
21 r-"*' --- van—4
Esquema de -
7 lesiones
vaya: 5 ! localizadas en la
todos "¡ superficie
anterior del
Regiftea:
13. Tergum prosimal 1 Región
1. infriadavicular 14 Tengus medio l anterior
2. seno 15. Tengus distal J de la pierna
3. hipocondríaco 16 Dorsal del pie
4. epigástrico 17. deltaid
5. lado del abdomen 18. ¡Tengo ventajas! mal en la
6. Umbilical. región
7. Inguinal 19. Tengo medio ► anterior
8. público 2Q Tengo di slal J do brago
9. Tejg o prosi mal 1 RcgiSo
LO. Tej^omedio ^anterior
:L 21. Anterior del muñón de vellón
22. ¡Tengo ventajas! malo 1
11. Tei;odLilaL R^giSo
diec is é
I escena is 23. Tergum medio > anterior de
12. Anterior de joeitíb
jft/ 24 Tergum distal J antebrazo 25.
Regiones:
1. Frente
2. Parietal
3. Occipital
4. Temporal
5. Nasal
6. Oral
7. M desgarrado (del
meato)
8. Orbital
9. infraorbitario
10. Oral (de la mejilla)
11. cigomático
12. anterior
13. Paro ti deom assetéric a
del cuello
14. esternocalcidomastoideo
15. laterales, cuello
16. posterior del pie
17. Escapulario
1.8. Dcltoide
1.9. Ter^o primitivo ~| gobernado
20. Media posterior L Tci^ de la
21. Brazo en J de tejido distal
22. Proíimal Tci^o ~\ Gobernó
23. tci^t medio anterior de la
24. ¡El tuyo está lejos! brazo J
2 5. Región posterior del codo 26.
Región anterior del codo
27. Te extraño gobernado
28. te entiendo parte
medio posterior
29. alambre distal del
30. Te extraño antebrazo
31. no eres región
promedio anterior del
32. yo YA distal
33. detrás de la
mano
34. Injraelavicular
35. chupar
36. Hipocondríaco
(izquierda)
37. epigástrico
38. lado de abriom
39. Umbilical regla
40. Inguinal posterior de
41. púbico la cosa
42. glúteo anterior
43. Tcp^o regla de la
siguiente!
44. te entiendo
medio
45. tenjo distal
46. Te extraño ? posterior de
47. tecnología
pierna
promedio
54. Cláusula procimal "i Gobernó
55. medio v anterior de la
56. flujo distal pierna j
57. Hasta el talón
58. empeine
Figura 20. Esquema de las lesiones localizadas en el lado izquierdo del cuerpo humano.
Registros:
i 1. Frente
2/1 2. Parietal
3. Occipital
4. Temporal
5. Navidad
6. Oral
7. Meatoniano I del meato)
8. Orbital
9. infraorbitario
I. 0. Oral (de la
mejilla)
II. cigomático
12. parotideomasetehea
13. anterior del pie
14. Esta m«: leidomastoi dea
15. Lateral del pie 1.6.
posterior del pie
17. Escapulario
18. ejeltoides
19.¡Ten el próximo! ~| gobernado
20. Medio red posterior
21. Ter^distaj J del brazo
22. Región Tcr 1 proximal
23. Tener el
promedio antes del
24. Ter^-o lejos! yo presumo
25. regla posterior del codo
26. ¡Próximo
27. Región anterior delposterior
muñón
tercio! del
28. tercio medio antebrazo
29. Distancia tr Región
30. Diez; el anterior de
proximal un lebrato
3 i.. Tere el medio
32. Tcr distal
33. detrás de la
mano
34. Infrie lavicu lar
35. seno
36. hipocondríaco i di rci
la)
37. epigástrico
1
38. lado del abdomen
39. Umbilical musloReg
40. Inguinal ión
41. púbico. anterior
42. glúteo del
43. Tener muslo
siguiente!
44. Tcr^ el
promedio
}
45. tener
51. Distancia tr el región
próximo mal posterior
52. tercio medio de.
}
53. tengo distancia pierna.
región
54. ¡Tengo el anterior
siguiente! de.pema
55. tengo medio
56. tercio distal
57. Calca'n bar
58. parte trasera del pf
59. región axilar
60. región infraescapular
Figura 21. Esquema del Icsás ubicado en el lazo lateral derecho del cuerpo humano.
Regiones: 38. Lado del abdomen
13. Frente de pez J4. 39. Umbilical
Estomocleidomastoideo 15. 40. inguinales
Lateral del pie 41. púbico
34. infraclavicular 4to ¡El siguiente!
35. seno 62. Pene*
36. Hipocondríaco 63. Escroto 4 (bolsa, intestino)
(izquierda) 4 No regionales. pero órganos.
37. epigástrico
Regiones:
1. tenar
2. mar medio
3. hipoteca
4. Superficie palmar de la falange
proximal
5. falange de
Rnodia
6. Face palo mar da falange
dista!
Regido desde:
1. Dorso da mito
2. Face dorsal de falange
proximal
3. Face dorsal de falange
media
4. Face dorsal de falange
distal
Resumen: 5.1. Accidente laboral. 5.2. Arte. 20 de la Ley n. 8.213, del 24 de julio de 1991. 5.2.1. Tipos de culpa. 5.2.2.
Riesgo profesional. 5.2.3. Derecho e indemnizaciones accidentales. 5.2.4. Reglamento de Prestaciones de la
Seguridad Social (Dec. n. 3048, del 5-6-1999). 5.2.5. Comunicación del Resultado del Examen Médico. 5.2.6. Período
de prescripción.