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Anexo 4

Jurisprudencia

Autos: CE c / American Airlines Inc.


País: Italia

Tribunal: Tribunal Supremo de Casación


Fecha: 22-04-2015
Cita: IJ-VC-835

Tribunal Supremo de Casación


CONSIDERADO DE HECHO

1.- CE, para su luna de miel en Venezuela con su cónyuge DS Simone, había comprado
dos pasajes aéreos para la ruta Roma / Nueva York / Caracas con salida el (OMISSIS);
una vez que llegó a Caracas se enteró de la pérdida de su equipaje entregado a la
aerolínea American Airlines, que luego fue devuelto solo después de dos semanas.

Por lo tanto, el C. acordó con American Airlines Inc. en el tribunal escucharlo condenado
a pagar una indemnización por los daños sufridos, a la propiedad (por valor de 1.000,00
euros) y no a la propiedad.

La solicitud fue aceptada por el Juez de Paz de Sorrento con sentencia de 15 de marzo de
2006, con la cual se ordenó a la aerolínea demandada pagar al demandante la suma de
1.970,00 euros, más intereses legales y costas judiciales.

2.- El recurso de apelación interpuesto por American Airlines Inc. contra esta decisión
fue acogido en parte por el Juzgado de Torre Annunziata, sección separada de Sorrento,
con sentencia hecha pública el 28 de junio de 2010, en la que: se ordenó a la aerolínea
recurrente que pagar la cantidad reducida de 682,00 euros, más los intereses legales y
la mitad de las costas judiciales de primer grado; mientras que, C. fue condenado, a su
vez, a la restitución a favor de American Airlines de la suma de 1286,80 euros y al pago
íntegro de las costas del litigio del grado de apelación (como infructuoso en el grado),
así como la Defensor de la misma apeló a la restitución, a favor de la referida aerolínea,
de la suma de 847,75 euros, más intereses legales, en concepto de la mitad de las costas
judiciales desviadas a su favor.
2.1.- El juez de segunda instancia sostuvo que, de conformidad con el Convenio de
Montreal sobre transporte aéreo internacional (artículos 19, 22 y 23), ratificado por la
Ley núm. 12, la responsabilidad del transportista por los daños y perjuicios derivados de
la pérdida del equipaje, en el entendimiento de bienes y bienes no patrimoniales, se
limitaba a 1.000 derechos especiales de giro, correspondientes a 1.164,00 euros.

2.2.- En cuanto al daño material, se comprobó con base en el testimonio del cónyuge de
la C. y las facturas pagadas en escrituras, indicando un gasto total de "1.600.000", para
entenderse "presuntamente expresado en moneda nacional". (bolívar) "; por lo que, ante
la falta de prueba del "equivalente en euros de la cantidad en cuestión", se debió abonar
al demandante la cantidad de 682,00 euros, como desembolso que la aerolínea había
reconocido como pertinente a la citada documentación.

2.3.- En cuanto al daño moral, la Corte excluyó que pudiera referirse al llamado daño
por vacaciones arruinadas de conformidad con el Decreto Legislativo núm. 111 de 1995,
que implementa la directiva núm. 90/314 / CEE, de la cual la compañía aérea no era
responsable, pero el operador turístico que había vendido los servicios turísticos,
consideró que no se debía nada de conformidad con el art. 2059 cod. civ., ante la falta
de prueba sobre la vulneración de los derechos inviolables de la persona, sujeta a
amparo constitucional y, en particular, en relación con la efectividad del presunto
perjuicio y sobre "su vinculación etiológica con el hecho (retraso en la entrega de
equipaje)".

A tal efecto, el juez de apelación observó que la declaración del esposo de C., respecto
a la no participación de este último en excursiones y veladas de gala, fue "absolutamente
genérica y sin ningún tipo de retroalimentación" ("como, por ejemplo, una invitación por
escrito , postal publicitaria de un evento en un hotel o discoteca, testimonio de un
familiar o amigo a quien se referían tales circunstancias ").

De ahí las referidas determinaciones consecuentes en el punto de restitución de la mayor


cantidad pagada a C. en primera instancia y regulación de costas judiciales (habiendo
aceptado sólo parcialmente la solicitud del demandante en primera instancia y la propia
C. perdiendo en apelación).

3.- Para la casación de esta sentencia la CE apela por tres motivos.

La supuesta American Airlines Inc .. no realizó actividad defensiva aquí.

CONSIDERADO EN DERECHO

1.- Con la primera presentación, de conformidad con el art. 360 cpc, párrafo 1, n. 3,
violación y / o aplicación falsa del art. 22 del Convenio de Montreal.

El juez de apelación se equivocó al considerar que el límite de indemnización de 1.000


derechos especiales de giro, señalado por el citado art. 22, era válida tanto para daño
material como moral, concerniéndole únicamente el primer tipo de daño, como se
desprende de la referencia, presente en la norma convencional, a la "declaración
especial de interés en la entrega" del pasajero y a la correspondiente responsabilidad
del porteador "hasta el monto declarado"; esto implica la indicación, ex ante, de un
"mayor valor", que, en cambio, por el daño moral -especialmente por "vacaciones,
arruinado" - no es posible apreciar y valorar a priori.

Además, esta interpretación estaría en armonía con el derecho de subrogación que le


atribuye el Decreto Legislativo núm. 111 de 1995, art. 18, al organizador del viaje
también contra el transportista (tercero responsable), de lo contrario no ejercitable por
el daño moral que el organizador está obligado a indemnizar al consumidor.

1. 1.- La razón es infundada.

1.1.1.- El Convenio de Montreal del 28 de mayo de 1999 ratificó y ejecutó la Ley 10 de


enero de 2004, n. 12, pero ya implementado en el contexto de la eurounificación con el
Reglamento del Consejo (CE) de 9 de octubre de 1997, n. 2027 y, luego, firmado por la
Comunidad Europea el 9 de diciembre de 1999 y entró en vigor el 28 de junio de 2004,
con el objetivo de unificar algunas normas sobre transporte aéreo internacional, en
sustitución del anterior Convenio de Varsovia del 12 de octubre de 1929 y los Protocolos
de modificación relacionados. - en el "Capítulo III", regula la "responsabilidad del
porteador" y el "monto de la indemnización por daños".

A tal efecto, las hipótesis de "muerte y lesiones de los pasajeros" y "daños al equipaje"
(art. 17), la de "daños a las mercancías" (art. 18) y la de "demora" (art. 19) , este último,
que es especialmente relevante en el presente caso, se refiere al transporte aéreo tanto
de pasajeros como de equipaje o de carga.

En particular, de conformidad con el art. 19, el "transportista es responsable de los


daños resultantes de la demora en el transporte de pasajeros, equipaje o mercancías
por vía aérea". No obstante, se excluye la responsabilidad por los daños causados por la
demora si el transportista "prueba que él mismo y sus empleados y agentes han tomado
todas las medidas necesarias y posibles, de acuerdo con la diligencia normal, para evitar
el daño o que les fue imposible tomarlas". ".

Se trata de un caso de responsabilidad contractual de la compañía aérea, que realiza el


transporte internacional "tras un acuerdo entre las partes" (art. 1, no. 2).

1.1.1.1.- La infracción denunciada judicialmente fue reincorporada al ámbito de


aplicación de la citada Convención Internacional por el juez de apelación (y ya por el
juez de primera instancia) en base a la subsunción del hecho, consistente en la Los viajes
aéreos tratan Roma (Italia) / Nueva York (Estados Unidos de América) / Caracas
(Venezuela), en la disciplina de referencia, es decir, la disposición del art. 1 del mismo
Convenio, según el cual se considera "transporte internacional" aquel en el que (entre
otras cosas) "el lugar de salida y el lugar de llegada, haya o no una interrupción del
transporte o transbordo, se encuentran o en el territorio de dos Estados Partes "(Italia y
Venezuela).

En consecuencia, se afirmó la responsabilidad de la aerolínea demandada de


conformidad con el art. 19 de la Convención, por el "retraso" en la entrega del equipaje
del demandante.
Sobre este epígrafe autónomo de la resolución, ante la falta de recurso conexo (de
hecho, identificado por la propia recurrente como premisa compartida de la denuncia
aquí formulada), se formó por tanto un juicio interno.

Con la aclaración de que la valoración con la efectividad de cosa juzgada cubre, si bien
a falta de explicaciones al respecto, pero como premisa lógica clara, también la calidad
de aerolínea extracomunitaria de American Airlines Inc. amerita aplicar directamente
el Convenio de Montreal de 1999 y no a través de la mencionada regulación CE n.

1.1.2.- Art. 22 del Convenio de Montreal rige las "limitaciones de responsabilidad por
demoras, equipaje y mercancías", lo que establece en el (párrafo) núm. 2 que, en el
caso del transporte de equipaje, "la responsabilidad del transportista en caso de
destrucción, pérdida, daño o retraso se limita a la suma de 1.000 derechos especiales
de giro por pasajero". Esto, "a excepción de una declaración especial de interés en la
entrega a destino hecha por el pasajero al momento de la entrega al transportista del
equipaje, previo pago de cualquier tarifa adicional"; en tal caso, "el porteador deberá
pagar una indemnización hasta el monto declarado, a menos que demuestre que este
monto es mayor que el

Además, las disposiciones del (párrafo) no. 2 no se aplica "si se prueba que el daño se
deriva de un acto u omisión del transportista, sus empleados o agentes, realizado con la
intención de causar daño o imprudentemente y con el conocimiento de que
probablemente se producirá un daño, siempre que, en caso de acto u omisión de
empleados o agentes, también se acredite que han actuado en el ejercicio de sus
funciones ”(párrafo) núm. 5.

Sin embargo, en el presente caso, como ya se ha mencionado, la responsabilidad de


American Airlines Inc. ya no se cuestiona, sólo la cuestión - transmitida por la denuncia
a ser examinada - de la noción global de daño (en este caso, derivada de la demora)
contra la cual opera la limitación de la obligación de compensación de la compañía aérea
por el transporte de equipaje, dentro del monto indicado en el (párrafo) núm. 2, del
art. 22.

1.1.3.- El Tribunal de Justicia de la Unión Europea, con sentencia de 6 de mayo de 2010,


en el C-63/09 (Walz c. Clickair SA), al interpretar el art. 22, n. 2, del Convenio de
Montreal de 1999, declaró que la noción de "daño" subyacente al mismo, con el fin de
limitar la responsabilidad del transportista aéreo (en particular, en el caso señalado a
la atención de la Corte, en el caso de pérdida de equipaje), debe entenderse "en el
sentido de que incluye tanto los daños materiales como los morales" (p. 39 y parte
resolutiva).

Se trata de una exégesis realizada a la luz del arte. 31 de la Convención sobre el Derecho
de los Tratados, firmada en Viena el 23 de mayo de 1969, y, por tanto, "de buena fe,
según el sentido común que se atribuya a sus términos en su contexto y a la luz de su
objeto y fin "; de modo que los términos "prèjudice" y "dommage" - que aparecen, en
francés, en las diversas disposiciones del Capítulo III - deben remontarse a una "noción
de daño, de origen no convencional, común a todos los sistemas de derecho
internacional "y como para sugerir que" incluyen daños materiales y morales ".
Arte. 22, n. 2, - "que también forma parte de ese Capítulo III y por lo tanto del contexto
pertinente" - que "limita la responsabilidad del transportista en caso de destrucción,
pérdida, deterioro o demora, lo que implica que la naturaleza del daño sufrido por el
pasajero es en este sentido indiferente ".

1.1.3.1.- El resultado de la interpretación también se considera consistente con los


objetivos que llevaron a la adopción del Convenio de Montreal, componiéndolos en un
"justo equilibrio".

Por un lado, se establece un "régimen de responsabilidad objetiva de los transportistas


aéreos", en vista de la protección del "interés de los usuarios del transporte aéreo
internacional" y la "necesidad de asegurar una compensación justa según el principio de
reparación"; por otro lado, de acuerdo con los intereses de las compañías aéreas, existe
una limitación de la compensación "por pasajero", en particular, en caso de destrucción,
pérdida, daño o retraso del equipaje.

Por lo tanto, "el justo equilibrio de intereses r requiere, en los diversos casos en los que
el transportista es responsable en virtud del Capítulo III del Convenio de Montreal, la
existencia de límites claros de compensación referidos a la totalidad del daño sufrido
por cada pasajero en cada de las hipótesis mencionadas, independientemente de la
naturaleza del daño causado a estas últimas ".

1.1.4.- Es evidente que la interpretación proporcionada por el Tribunal de Luxemburgo,


aunque realizada en una decisión prejudicial relativa al caso de pérdida de equipaje, se
calibra sobre la base de la disciplina general del Capítulo III de la Convención, por lo
que exhibir una fuerza expansiva tal como para ser valorada en relación con cualquier
hipótesis contemplada por el art. 22, n. 2, y, por tanto, también en referencia a lo que,
en este caso, relevante de retraso en la entrega de equipaje.

Y, además, como se mencionó, como las demás disposiciones del Capítulo III, también
en el del art. 19, que contempla la hipótesis en cuestión, el término utilizado para
indicar el daño sufrido por el pasajero sigue siendo "dommage".

1.1.5.- Por lo tanto, la Junta tiene la intención de adherirse a la exégesis contundente


antes mencionada (sin cuestionar su carácter vinculante como se señaló anteriormente
en relación con la naturaleza de la compañía aérea parte en esta controversia),
observando también que el art. 22, n. 2, del Convenio de Montreal identifica, dentro de
un cierto "límite absoluto" de reparación, sólo el alcance general del área de
indemnización por daños, que debe asumirse de acuerdo con una noción genérica y,
como tal, que abarca de manera abstracta tanto las daño infligido al ámbito puramente
patrimonial del pasajero (el daño "material"), tanto el perteneciente al ámbito "no
patrimonial" (el daño "moral"), dejando, sin embargo,

En el presente caso (en el que no se cuestiona la aplicación de nuestra legislación


nacional), en referencia al daño "moral", es necesario, por tanto, remitirse a la disciplina
que dicta el art. 2059 cod. civ., a la luz del "derecho vivo" consolidado a partir de las
sentencias de las Secciones Civiles Unidas de noviembre de 2008 (ver Cass., sección uno,
11 de noviembre de 2008, no. 26972), es decir, según la interpretación
constitucionalmente orientada de dicha norma que permite la indemnización del daño
moral sólo en los casos "previstos por la ley", es decir, en la hipótesis de un acto ilícito
abstractamente configurable como delito, de los casos en los que la ley permite
expresamente el reembolso de - daño pecuniario incluso fuera de una hipótesis de delito
y, finalmente, de hecho, un delito que lesione gravemente los derechos inviolables de
la persona, como tal sujeta a amparo constitucional. Con la aclaración adicional de que
en este último caso (como en el de la disposición legislativa expresa), el daño moral será
resarcible aunque derive del incumplimiento contractual (ya que, precisamente,
devuelto por el actual "derecho vital" a la de conformidad con el artículo 2059 del código
civil, y no dentro de la órbita de la disciplina contractual a que se refieren los artículos
1174, 1218, 1223, 1225 y 1227 del código civil). precisamente, devuelto por la actual
"ley viva" a la regla del art. 2059 del Código Civil italiano, y no dentro de la órbita de la
disciplina contractual a que se refieren los artículos 1174, 1218, 1223, 1225 y 1227 cc).
precisamente, devuelto por la actual "ley viva" a la norma del art. 2059 del Código Civil
italiano, y no dentro de la órbita de la disciplina contractual a que se refieren los
artículos 1174, 1218, 1223, 1225 y 1227 cc).

Como se mencionó, el Convenio de Montreal de 1999, ratificó y ejecutó la Ley núm. 12


de 2014, no establece por sí misma indemnizar el daño moral, sino que -utilizando una
noción genérica de daño- limita su monto a un límite absoluto (salvo declaración especial
de interés) dentro del cual cualquier tipo o manifestación del mismo , cuya ruptura, en
razón del tipo de prejuicio (material o "moral"), puede o no producirse sobre la base de
las normas establecidas por los ordenamientos jurídicos individuales de los Estados
miembros.

Además, precisamente desde el punto de vista recién esbozado, el propio Convenio se


limita a establecer cuál es la conducta del incumplimiento decisivo de la responsabilidad
contractual del transportista aéreo (el retraso en la entrega de los equipajes), pero no
selección de intereses no económicos de la persona del pasajero (como hacer emerger
su figura y consistencia) ya que son susceptibles de verse afectados por la conducta
antes mencionada y, por tanto, no permite (lo que hubiera sido) lo incluso plausible
Inferencia que, precisamente en virtud de lo prescrito por la misma disciplina
convencional, el daño que debe reparar el transportista aéreo (siendo esta la función
exclusiva que la propia Convención asigna a la indemnización: según el "reconocer" y el
art. 29) es (también) "no material"(es decir, daño moral).

Por tanto, dado que no existe una disposición regulatoria expresa para la indemnización
del daño moral como tal, los mismos intereses de la persona cuya lesión, resultante del
incumplimiento de contrato por parte de la compañía aérea internacional (por retraso
en la entrega del equipaje), es susceptible de reparación, incluyendo 'no están
tipificados positivamente ex ante de otra manera, deben ser identificados por el juez
entre los derechos inviolables de la persona, como tales sujetos a protección
constitucional'.

1.1.6.- Finalmente, cabe señalar que, respecto del caso en el que se centró y examinó
la acción de indemnización de C. en el fondo (con cosa juzgada), es decir, la
responsabilidad del transportista aéreo. por retraso en la entrega de equipaje, en virtud
del Convenio de Montreal de 1999 - la referencia y comparación con el caso de los
llamados "daños por vacaciones arruinadas" a que se refiere el Decreto Legislativo núm.
111 de 1995 (vigente ratione temporis respecto de los hechos del caso), que en cambio
se refiere al ámbito diferente - no reclamado por el demandante - de la responsabilidad
del organizador y del vendedor por las "obligaciones asumidas con la venta del paquete
turístico ".

Además, en este último caso y a diferencia de lo que es objeto de la presente


controversia, se destaca, como lo demuestra la jurisprudencia de esta Corte (entre
otros, Cass., 4 de marzo de 2010, núm. 5189; Cass., 20 de marzo de 2010). , 2012, n.
4372; Cass., 11 de mayo de 2012, n. 7256), un caso de daño moral "tipificado" -por tanto,
con preselección regulatoria del interés resarcible- que tiene su origen en el mismo
disposición (artículos 13 y 14 del citado decreto legislativo n. III, luego transfundido al
"Código del Consumidor" a que se refiere el decreto legislativo n. 206 de 2005), en uno
con la disciplina de base comunitaria (de la cual la interna es aplicación), según la
interpretación del Tribunal de Justicia (véase en particular la sentencia de 12 de marzo
de 2002, C-168/00, Leitnsr c. TUI Deutschland GmbH. & Co. KG).

Este caso, que, finalmente, fue regulado en virtud del art. 47 del "Código de Turismo"
mencionado en el Decreto Legislativo n. 79 de 2011, que se refiere específicamente a
la "indemnización por daños relacionados con las vacaciones innecesariamente gastadas
y la irrepetibilidad de la oportunidad perdida", adecuándose sustancialmente a los
resultados interpretativos de la citada sentencia del Tribunal de Justicia, que, en lo que
respecta a la interés lesionado por indemnización, indicó el "incumplimiento de las
vacaciones" (p. 22).

También se deduce que, cuando se cumplen las condiciones, el derecho de subrogación,


de conformidad con el Decreto Legislativo no. 111 de 1995, art. 18, del
organizadorvendedor en los derechos del consumidor-pasajero frente al transportista
aéreo por daños por demora en la entrega del equipaje, posiblemente operará de la
misma forma que los propios mecanismos de la institución, es decir, debido a la
existencia y consistencia de un derecho del consumidor-pasajero respecto del cual
pueda efectivamente ejercitarse dicha subrogación (como, por ejemplo, en el caso de
los paquetes turísticos "todo incluido"; véanse también Cass., 29 de febrero de 2008,
núm. 5531 y Cass. ., 13 de noviembre de 2009, no 24044).

se aplica la legislación nacional) de conformidad con el art. 2059 del Código Civil
italiano, como consecuencia grave de la grave vulneración de los derechos inviolables
de la persona, amparada constitucionalmente ”.

2.- Con el segundo escrito, de conformidad con el art. 360 cpc, párrafo 1, n. 3, violación
y / o aplicación falsa de los arts. 2059 y 2727 del código civil y siguientes, así como
deducidos, de conformidad con el art. 360 cpc, párrafo 1, n. 5, defecto de motivación.

El Tribunal se habría equivocado al descartar el reembolso de conformidad con el art.


2059 cod. civ. el "daño por vacaciones arruinadas", reconocido en cambio por la misma
jurisprudencia de legitimidad (Cas. n. 24044 de 2009), por ser determinante del daño a
intereses constitucionalmente protegidos.

Si, entonces, la sentencia impugnada se refiriera únicamente al asunto recurrente, el


razonamiento sobre la falta de prueba del "daño vacacional arruinado" sería insuficiente
y contradictorio, ya que, una vez que el testimonio del cónyuge de DS (quien tuvo la
incapacidad de la esposa a participar en excursiones y veladas de gala por falta de la
indumentaria necesaria, con el consiguiente estrés y malestar psicológico), la afirmación
sobre la inadecuación de la confirmación del controvertido hecho resultaría apodíctica.

Además, el juez de gravamen habría violado, en todo caso, el art. 2727 cc et seq., Por
no considerar el daño presuntamente probado por la prueba de los "hechos denunciados
(estrés, molestias e imposibilidad de participar en excursiones y veladas de gala por
falta de vestimenta adecuada)".

2.1.- La razón es infundada.

El juez de apelación, trabajando en el nivel de concreción del caso en el punto de su


conocimiento, excluyó que, en el caso en cuestión, la prueba de la "vulneración de los
derechos inviolables de la persona, objeto de protección constitucional". En particular,
la Corte negó que existiera evidencia sobre la relación de causalidad entre la demora
en la entrega de equipajes y el alegado daño moral, es decir, el "estrés" y las
"incomodidades psicológicas" derivadas de la indisponibilidad de los artículos personales,
señalando al respecto la insuficiente confirmación de los testimonios recogidos durante
el juicio (efectuados por el marido de C. y considerados admisibles, aunque se evaluó
con prudencia por la implicación emocional del testigo y sus vínculos emocionales con
la misma actriz; cf. también p.2.3. del "Considerado de hecho") respecto al impedimento
del "recurrente para participar en excursiones y veladas de gala", por quedarse sin la
vestimenta necesaria.

Esta motivación general escapa a las denuncias del recurrente, ya que, en su alcance
efectivo, se ubica en el contexto del principio de subsistencia necesaria, a los efectos
de la indemnización del daño moral de conformidad con el art. 2059 del Código Civil
italiano, (donde, como en el presente caso, no hay evidencia de un delito, ni, en
particular, un caso específico de indemnización tipificado por la ley), de una violación
de los derechos inviolables de la persona, constitucionalmente protegido, que a su vez,
se injerta en el paradigma estructural del delito aquiliano, cuyos elementos
constitutivos, con base en el art. 2043 del Código Civil italiano, (y las demás reglas que
prevén la hipótesis de responsabilidad objetiva), "consisten en la conducta, en el nexo
causal entre conducta y hecho de daño, este último caracterizado por

En el caso en cuestión, la Corte - juzgando también en consonancia con las reglas sobre
presunciones, a que se refiere el art. 2727 cc - de hecho, ha descartado, incluso antes
de la constatación de la existencia, o no, de una real lesión calificada de los derechos
inviolables de la persona (de hecho, no habiendo sido por C., ni siquiera aquí,
identificado cuáles eran en concreto los derechos inviolables efectivamente
perjudicados, ya que éstos no pueden confundirse con el "estrés" y las "incomodidades
psicológicas" adjuntas, ni, además, con los tipificados por el legislador, por "vacaciones
arruinadas", según lo ya señalado anteriormente. anotado en este punto), la existencia
de prueba de los hechos que podrían haber determinado tal perjuicio (es decir, prueba
de no participación en excursiones y veladas de gala,

3.- Con el tercer escrito, de conformidad con el art. 360 cpc, párrafo 1, n. 3, violación
y / o aplicación falsa del art. 91 cpc.
La Corte habría violado el principio de regulación unitaria y global de los costos de todo
el proceso, considerándolo C., por un lado, vencedor, aunque parcialmente, en primera
instancia, y, por otro, totalmente. sin éxito en la apelación.

3.1.- La razón está bien fundada.

La decisión adoptada por el juez de la carga de indemnización parcial de las costas de


primera instancia, por el resto a cargo de la demandada American Airlines, y de la
condena del demandante C. a pagar las de apelación, como infructuosas en el grado -
contrasta con el principio, reiteradamente enunciado por esta Corte, de que "cuando el
juez de apelación reforma total o parcialmente la sentencia impugnada, debe proceder
de oficio, como consecuencia de la decisión de fondo adoptada, a un nuevo reglamento
de gastos procesales, cuya carga debe ser imputada y distribuida teniendo en cuenta el
resultado global del litigio ya que opera la valoración del siniestro, a los efectos de la
liquidación de gastos, sobre la base de un criterio unitario y global, por lo que que viola
el principio a que se refiere el art. 91 cpc, el juez de primera instancia que considera a
la parte perdedora en un grado de juicio y, en cambio, al ganador en otro grado "(Cass.,
18 de marzo de 2014, no. 6259; ver también Cass., 23 de agosto de 2011, no. 17523) .

4.- Por tanto, procede desestimar los dos primeros motivos de casación y estimar el
tercero.

Por lo tanto, la sentencia impugnada debe ser anulada en relación y, dado que no son
necesarias más investigaciones fácticas, el caso puede resolverse sobre el fondo, de
conformidad con el art. 384 cpc, párrafo 2.

5.- La C. sólo resultó parcialmente victoriosa, en cuanto al fondo, ya que se aceptó el


reclamo de indemnización (por la indemnización del daño material e inmaterial)
únicamente por el componente pecuniario del daño; incluso ante este Tribunal, el
demandante logró sólo una aceptación limitada de la apelación propuesta.

De ello se desprende que tal desenlace del litigio integra la hipótesis de mutuo fracaso
(ver Cass., 23 de septiembre de 2013, n. 21684), que justifica la indemnización íntegra
de las costas judiciales de fondo, mientras que para las de esta sentencia de legitimidad
que ni siquiera hay un lugar que dar, para que la aerolínea intimidada no lleve a cabo
una actividad defensiva aquí.

PQM

EL TRIBUNAL rechaza los dos primeros motivos de casación y acepta el tercero; efectivo
en relación con la sentencia impugnada y, resolviendo el fondo, indemniza íntegramente
las costas judiciales de primera y segunda instancia.

Así lo decidió en Roma, en la Sala del Consejo de la Tercera Sección Civil del Tribunal
Supremo de Casación, el 22 de abril de 2015.

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