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Yubiry Cruz Escobedo

Análisis: 12 Hombres
sin piedad
Psicología de los grupos
16/08/2022

Tomar decisiones grupales siempre resulta difícil, desde las más sencillas cómo ¿qué
haremos el fin de semana con las amigas? hasta ¿cómo elaboraremos nuestro el proyecto
final?, ahora imaginemos tomar una decisión de la que depende la vida de alguien más,
pues este es el tema central de la película “12 hombres sin piedad”.

Como principio general nos damos cuenta de que la toma de decisiones en un factor clave
en el desarrollo de la historia, el jurado, que es el grupo protagonista en la película, tiene
que dar un veredicto final sobre la culpabilidad o inocencia de un joven, al inicio
podíamos observar a un grupo de hombres que, aunque “consientes” de la importancia de
la toma de su decisión tenían poco compromiso con ella, un grupo que en términos de
Doise y Moscovici, se tornaría uniforme sin pensamiento crítico y conforme con la toma
de una decisión “fácil”, sin un proceso de discusión (Moscovici y Doise, las decisiones
en grupo, 1984)

El inicio del debate comienza con la persona que está encargada de dirigirlo, el jurado no.
1, el cual considero que utiliza una combinación de liderazgo laissez-fire con liderazgo
democrático (Cartwright y Zander, Orígenes de la dinámica de grupo, 1985), ya que solo
interviene cuando en necesario y deja que la mayor parte del trabajo al igual que la toma
de la decisión final sea moderada por el grupo.

En un inicio se busca incentivar la participación de todos los miembros, cediéndoles la


palabra y otorgando su derecho a votar si el acusado era culpable o inocente, al momento
de la votación se piensa que la decisión será unánime desde un principio, que se
condenaría al chico como culpable y se sometería a su condena, todos toman una elección

1
apresurada, normada, que aún tiene un carácter individual por la falta de comunicación
dentro del grupo, pero se llevaron una sorpresa al ver que un miembro del jurado no
estaba de acuerdo con esa decisión y de esta manera comenzaría el proceso de discusión.

Cuando se percatan de la inconformidad del miembro no.8 del jurado empieza el


verdadero proceso grupal y la toma de decisión ¿Por qué votar a favor de su inocencia
cuando tenemos todas las pruebas para culpabilizarlo?, fácil, debemos poner en duda el
carácter inamovible de los juicios y opiniones, de esta manera ya no veremos solo una
solución, sino varias (Moscovici y Doise, op. Cit. 271), así, Henry Fonda expresa las
ideas por las cuales no está de acuerdo en la culpabilidad del acusado, pero de inmediato
todos lo toman como incoherente, la cantidad de prejuicios y estigmas de algunos es
demasiado grande que solo reducen el caso a los orígenes del chico, refiriéndolo cono
salvaje, calaña y resaltando la diferencia de clase social, porque es claro que “los
miembros del jurado son influenciados por su posición social, costumbres e incluso por
los discursos persuasivos de los abogados” (Nemeth, Procesos de grupo y jurados, 1984).

De esta forma, Fonda va persuadiendo y convenciendo con argumentos y ejemplos


aplicados a cada uno de los miembros del jurado, hace ejercicios de reflexión bastante
convincentes de lo que cada uno pone en duda y comienza el proceso de lo que sería, en
palabras de Moscovici y Doise, la polarización, se da inicio a la discusión y
cuestionamiento por parte de todos los que conforman el jurado, así mismo ya se presenta
el intercambio de ideas y se hace notoria la influencia que se está ejerciendo en los otros
miembros.

A este punto entendemos que Henry paso de ser una minoría, uno contra once para ser
exactos, a ser parte de la mayoría, al principio, cuando pidió volver a hacer la votación se
notaba el nerviosismo y la necesidad de ser apoyado por alguien, ya que es lógico que en
presencia de un aliado el individuo aumente sus posibilidades de mantenerse firme en su
concepción personal (Ash, 1955 en Nemeth 1984) así, después de repetir este proceso
2
algunas veces ya tenía a más de la mitad del jurado a favor de la inocencia del chico,
incluso lo llegaron a llamar “el líder de los que están locos” por la capacidad que estaba
teniendo de persuadir a todo un grupo de que lo que decían los abogados, el juez y los
testigos no tenía por qué ser “la verdad”.

Al final, solo el jurado no.3 seguía en desacuerdo con la decisión de inocencia del
acusado, había pasado de ser mayoría a estar solo en su discurso de que el inculpado
merecía ser sentenciado, al no poder “convencer” a los demás de la culpabilidad del chico
se desploma ante la carga emocional que llevaba consigo este caso, todos lo entendieron
de inmediato, la empatía y tristeza fue evidente al final de la película y la que yo
considere, mi parte favorita.

Cierro este pequeño reporte con una cita de Moscovici que estuvo latiente en toda la
película y en procesos que vivimos día a día

“Todos conocemos muy bien ese sentimiento de temor que se apodera de nosotros
cuando tenemos que hablar ante un grupo, pero sobre todo temeos estar en
desacuerdo, ser mal juzgados, decir tonterías. Pero tras un momento, viendo que
nadie pasa por eso, cogemos valor y comenzamos a expresarnos”

Empecemos a hablar y crear discusiones sobre lo que nos parece o no, porque sin
conflicto no hay cambio, y expresémonos como si de eso dependiera que alguien muriera
en una silla eléctrica.

3
Referencias:

 Cartwrigt, Dorwin y Zander, Alvin (1985) Dinámica de grupos. Investigación y


Teoría. México: Editorial Trillas.
Primera Parte. “Introducción a la Dinámica de Grupos. Cap. 1. Orígenes de la
Dinámica de Grupo”, pp. 11–33.

 Moscovici, Serge (1984) Psicología Social I. Influencia y cambio de actitudes.


Individuos y grupos. Barcelona, España: Ediciones Paidós.

 Lumet, S. (Director). (1957). 12 angry men (12 Hombres sin Piedad) [Película].
Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) / Orion-Nova Productions. Disponible en
https://gloria.tv/post/H9d46erhcgRY6a9N7tpyEe3fJ#3675

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