Está en la página 1de 32

Enforyes p sicoanalÍticos :

[emas contemp 0ra,ne0s


El moviniento neoanalÍtico
Represión e investigación contemporánea sobre la memoria
Opiniones contemporáneás sobre el inconsciente

Psicolo$a delyo
Las ocho etapas del desarrollo de Erikson
Karcn Homey y una inlerprelación feminisra del psicoanálisis
Énlasis en el yo y la noción de narcisismo

TeorÍa de las niaciones objetales


Primer apego inlantil
Relaciones adultas
Divorcio de los padres: ¿tiene un impacto en las relaciones postedores de los hijos?

Rrsmtrll r [YAnut;rót\r
TnRruuos crlu

& I

301
llil

ii

I
1

Er D0[,rrNr0 TNTRAPSiSUIC0

Gary Ramona, ízquierda, y


su abogado se ilirigen aI
Tibunal Supertor del
a siguiente información fue extraída de un caso juzgado en un tribunal de Ca-
Condndo de Napa el 24 ile
lifomia en 1994 (Ramona v. Isabella, California Superior Court, Napa, C61898). El ca-
mqrzo de 1994, para el
so se describe con detalle en Johnston (1999).
Holly Ramona era una mujer de 23 años de edad que estaba siendo tratada por inicio de un juício en el que

medio de terapia por bulimia. Uno de sus consejeros, Marche Isabella, reconoce ha- acusó a la terapeuta de su
ber dicho a Holly Ramona que una abrumadora mayoría de mujeres con bulimia ha- hija ile implantarle
bían sufrido abuso sexual durante la infancia. Durante el curso de la terapia, la cual recuerdos ile acoso usando
incluía sesiones donde se administró un fármaco hipnótico (amital sódico), Holly Ra- sugestiones impropias y
mona comenzó a recordar incidentes de abuso sexual que le habían ocurrido durante
flírmacos.
la infancia. De manera más específica, en respuesta a preguntas tendenciosas de sus
terapeutas, Holly comenzó a"recuperar" recuerdos de su padre violándola en repeti-
das ocasiones entre 1os cinco y los ocho años de edad. La terapeuta admitió haberle
dicho a Holly que, en vista de que el amital sódico es un "suero de la verdad", si ella
recordaba abuso sexual mientras estaba bajo su influencia, entonces debía-haber ocu- .

rrido en realidad.
El padre de Holly, Gary Ramona, fue afectado en forma grave por las acusacio-
nes de su hija. Cuando Holly hizo públicos los alegatos de incesto, su esposa se divor-
ció de el resto de su familia lo abandonó, perdió su bien pagado empleo como
é1,
ejecutivo su reputación en la comunidad quedó amrinada. El señor Ramona declaró
y
que era inocente y acusó a los terapeutas de su hija de implantar recuerdos falsos de in-
cesto en su mente.
En un caso legal sin precedentes, Gary Ramona decidió demandar a los terapeu-
tas por el daño que le habían causado a ély a su familia. Los acusó de que los recuer-
dos recuperados de su hija de haber sido violada por él fueron, de hecho, creados por
los terapeutas por medio de sugerencias repetidas de que ésta era la causa de su bulimia
y que no mejoraría hasta que recordara en realidad haber sufrido abuso. El señor Ramo-
na sostuvo que implantar estos recuerdos falsos era una forma de negligencia de parte
de los terapeutas, así que presentó una demanda por mal praxis contra ellos.

,
Pum1tn llldominio int

Los terapeutas declararon que Gary Ramona no tenía motivos


legales para demandar
por mal praxis, ya que é1 no era su paciente. En una
decisión importante que marcó un hito en
la historia' sin embargo, el juez sostuvo que, como un miembro
de la iamilia del paciente, y
en especial como uno que había sido afectado en forma
considerable por ia supuesia *al p.u-
xis de los terapeutas, el señor Ramona tenía el derecho
de presentar una demanda por tal mo-
tivo contra los acusados.
Durante el juicio, el cual duró siete semanas, el señor
Ramona negó haber abusado de
su hija, mientras Holly repetía sus acrLsaciones
de que la había violado muchas veces durante
su infancia" Parecía ser Lln caso clásico de la palabia
de una persona contra la de otra. Como
sucede con frecuencia en estos casos, fueron llamaelos
testigos expertos para tratar de aclarar
el asunto' La psicóloga Elizabeth Loftus, una prominente
investijadora de la memoria, ates-
tiguó durante eljuicio que "no hay apoyo para la idea
de qr" p.r"á.. ser violado... durante un
periodo de años y olvidarlo por completo". un psiquiatra
especializado en asuntos legales,
Park Dietz, atestiguó que, aunque Holly Ramona recordaba
haber sufrido abuso, no podía re-
cordar al principio quién lo había cometido. sólo
después de la sesión con amital sódico, du-
rante la cual los terapeutas le sugirieron a Holly quá
quien había cometido el abuso era su
padre, fue que ella "recorcró" que era ér. Martin
orn", un psiquiatra, psicórogo y autoridad en
hipnosis, también atestiguó que las entrevistas con amital
sódico .,no son dignas de confianza
y son poco confiables en_forma inherente" y que "la
memoria de Holly Ramona estaba tan dis-
torsionada que ya no sabía cuár era, ta veida¿,,. por
último, er psiqüatra y prof.esor de Har_
vard, Harrison Pope, ofreció su opinión de que
Holry Ra,mona había sido ,,tratada en forma
descuidada y negligente, con resultados catastróficos,,.
EI .iurado decidió que los terapeutas eran culpables
<ie mal praxis y concedieron al se-
ñor Ramona 475 000 dólares en daños. El vocero
del jurado fue citado en ios medios masivos
cle comunicación por haber dicho que el veredicto
pretendía "enviar un mensaje acerca de los
recuerdos falsos de abuso infantil". EI abogado
del señor Ramona vio el veredicto como una
advertencia para otros terapeutas, en especial para
aquellos que creen que los problemas psi-
cológicos adultos son el resultado de traumas infantiles
reprimidos. una de los acusados, la
terapeuta Marche Isabella, describió el veredicto
como un golpe a la protesión de la salud
mental, aferrándose a la posición de qr-re "los recuerdos
reprimiáos son una realidad,,.
¿Por qué este caso resultó tan diferente del caso del profesor Cheit, descrito
al inicio del ca-
pítulo 9? La diferencia principat entre los dos casos
es que Ross Cheit proporcionó evidencia
conoborativa considerable en apoyo de su recuerdo
recuperado. A diferencia de Holly Ramo-
na' el fragmento de memoria de Ross Cheit fue coroborado
por muchas otras personas e in-
cluso por una confesión grabada del mismo que
cometió el abuso.
¿Pero qué nos dicen estos casos acerca de la idea psicoanalítica del inconsciente
vado, la idea de que la mente puede enter:rar recuerdos
moti-
de eventos desagradables y luego, dé-
cadas después, recllpera con precisión esos recuerdos?
Por sí solos, los casos aislados no
prueban nada a favol o en contra de la ropresión
motivada inconsciente. Las personas olvidan
toda clase de cosas. ¿Puede recordar qué cenó
el martes pasado? Sin embargo, con las claves
corectas' podría ser conducido a recordar con precisión.
Con otras claves, ¿podría ser lleva-
do a recordar en forma imprecisa lo que cenó
el martes pasado?
¿,Cuál es ia diferencia entre el olvido ordinario y Ia represión
motivada? ¿Hay una bue-
na evidencia científica para la represión motivada?
¿Las peisonas pueden ser motivadas para
"recorda¡" eventos que no sucedieron en
realidad, ul p*"."ifr. el caso con Holly Ra-
mona? Para responder estas preguntas examinaremos "o-orevisiones
contemporáneas del psico-
análisis clásico. conocidas en forma colectiva
como el movimiento neoanarítico.

$i$ r,lrr¡r'rlmi {:}fr& fl{} ffffii{,Í}ffifl ytÁrq}


Como lo propuso Freud, el psicoanálisis clásico
es una teoría detalrada y exhaustiva, erabora-
da a principios del siglo xx, de la totalidad
de la naturaleza humana. triuchas de las ideas de

I
(iunulo Duz lÍtirls:leuus t{)§ ;i0;

Freud son anticuadas: sin embargo, el psicoanalista contemporáneo Drew Westen (1998) afir-
ma que deberíatt estar anticuadas; después de todo, Freud murió en 1939 y '"él había sido len-
to para emprendel revisiones posteriores" (p. 333) de su teoría. Westen continúa señalando
con humor que "Freud, como E1vis, ha estado muerto varios años pero continúa siendo cita-
cio con alguna regularidad" (p. 333). Mientras muchas de las ideas cle Freud no han resistido
la prueba del tiempo, otras sí y han sido incorporadas en una versión contemporánea del psi-
coanálisis. En la actualidad, es probable que sea mejor considerar al psicoanálisis como una
teoría que contiene ideas inspiradas en diversos modos por Sigmund Freud, pero modificadas
y aumentadas por otros.
Westen (por ejemplo,1990, 1998) es uno de los clefensores más activos del psicoaná-
lisis contemporáneo. Al escribir sobre el legado científico de Freud, Westen señaia que los
psicoanaiistas contemporáneos ya no escriben mucho sobre ellos, superyós y sexualidad re-
primida; ni comparan el tratamiento con una expedición arqueológica en busca de recuerdos
olvidaclos. En su luga¡ la mayoría de ios psicoanalistas contemporáneos enfocan su atención
en las relaciones infantiles y en los conflictos adultos con otros, como dificuitades al intimar
o hacerlo con mucha facilidad con la clase equivocada de personas (Greenberg y Mitchell,
1983). Westen (1998) define que el psicoanálisis contemporáneo se basa en los siguientes cin-
co postulados:

1. El inconsciente todavía desempeña una función importante en la vida, aunque puede no


s5mñomnipresente que Freud sostenía que era.
2. El comportamiento con frecuencia refleja compromisos en los conflictos entre los pro-
ceso§Effitffiffi mo emociones, motivacionei y pensamien to§:-
3. La infancia desempeña una parte importante en el desarrollo de la personalidad, en par-
ticular en el moldeamiento de los estilos de relación entre adultos.
4. mentales del y las relaciones guían nuestras interacciones con
otros
5. El desarrollo de la personalidad no sólo implica regular los sentimientos sexuales y
también pasar de una forma de relacionarr" .onñifr»Tñ*ál*lffien-
-g$lyg§-sino
diente en lo social a un estilo de relación inclependiente y maduro.

Este punto de vista ireoanalítico tiene un uso corriente más amplio y un mejor apoyo empíri-
co, en algunos casos, que las ideas originales de Freud. Para comenzar nuestra cober-tura de
los temas conternporáneos en el psicoanálisis, comenzaremos con una exposición de la repre-
sión 1 la memoria.

ll
tiepresión e inr-esti$ción conternporáne¿ sohrrl la meilroriir
Es fácil encontrar opiniones en conflicto entre psicólogos respetados en el tema de la repre-
sión motivada. Una revisión de la literatura clínica sobre la represión motivada concluyó que
"la evidencia para la represión es abrumadora y obvia" (Erdelyi y Goldberg, tolo, p,. zz+¡.
Otra revisión de 1a misma literatura concluyó "el concepto de represión no se ha validado con
investigación experimental" (Holmes, 1990, p. 9l ).
Elizabeth Lottus, profesora de psicología e investigadora de 1a mernoria de renombre
mundial, quizáha realizado la mayor cantidad de investigación sobre la autenticidad de los
recuerdos recuperados. En su artículo titulado "The Reality of Repressed Mernories,, (Lof-
tus, 1993), expone muchos casos de individuos que en forma repentina recuperan recuerdos
de sucesos importantes: algunos de éstos resultan ser recuerdos verdaderos, mientras otros
son relatos falsos o imprecisos, de los cuales se retract¿ln más tarde. Sin ernbargo, afirma
que no concluiría que todos los recuerdos recuperados son recuerdos falsos, sólo porque
ai-
gunos, como los cie Holly Ramona, han resultado ser aparentemente falsos. Del mismo
mo-
do, no asumiríamos que todos los recuerdos recuperados son verdaderos, sólo porque
algunos, como los de Ross Cheit que se exploraron en ei capítulo 9, han resultado ser ver-
PrmnTr¡s illdo,¡Up
I

daderos. Loftus cree que lo importante es percatarse


de los procesos que pueden contribuir a la posible
creación de recuerdos imprecisos o falsos. Loftus
(1992,1993) sugiere que muchas variables contribu-
yen a la construcción de recuerdos falsos.
Un factor que podía influir para que las perso-
nas tengan recuerdos falsos es la prensa popular. En la
actualidad hay muchos libros en el mercado que pre-
tenden ser guías para sobrevivientes de abuso; éstos
sin duda son algún consuelo para las personas que han
vivido con recuerdos dolorosos de abuso. Para aquellas
personas que no tienen tales recuerdos, con frecuencia
La profesora Elizabeth Loftus atestiguó estos libros proporcionan sugestiones intensas de que
el abuso pudo haber sucedido, aun si no hay recuerdo
en el juicio Ramona y ha contribuid.a
del abuso. Por ejemplo, un libro popular en esta cate-
can mucha información científica al
goría es The Courage to Heal (Bass y Davis, 1988), el
debate sobre los recuerdos reprimidos. cual afirma:

usted puede pensar que no tiene recuerdos... Para decir "sufrí abuso" no necesita la
clase de recuerdo que se requeriría en un tribunal de justicia. Confrecuencia el cono-
cimiento de que se ha sufrido abuso comienza con un sentimiento diminuto, una intui-
ción... Asuma que sus sentimientos son vdlidos... si piensa que sufrió abuso y su vida
muestra los síntomas, entonces sucedió. (p. 22)

Esta cita es una poderosa sugestién que puede llevar a algunas personas a conciuir en forma
falsa que deben haber sufrido abuso. Una persona que empieza con esta idea puede adornar
esta sugestión llenándola de detailes para hacer una historia convincente o consistente de abu-
so. Si a la persona 1a conduce un terapeuta interrogador, sus recuerdos falsos pueden volver-
se cada vez más conr¡incentes. Loftus (1993) ha demostrado en el laboratorio que los sujetos
ouestionados en una manera tendenciosa después de ver un video de un accidente automovi-
lístico pueden ser llevados a concluir que un automóvil se pasó una señal de alto, aun cuando
no haya ninguna señal de alto en el video. Y, con más cuestionamiento tendencioso, los suje-
tos incrementaron su confianza de que un automóvil es culpable porque se pasó una señal de
a1to. La cita de The Courage to Heal puede actuar como una sugestión poderosa para que la
persona concluya que los síntomas psicológicos son el resultado de recuerdos de abuso que se
habían olvidado.
¿Cuáles son alguros de los síntomas que The Courage to Heal sugiere que indican que
es probable que una persona haya sufrido un abuso? Ei libro enumera-, entre otras cosas, au-
toestima baja, pensamientos autodestructivos, depresión y disfunción sexual. Este libro, y
otros como é1, proporciona un mensaje sólido de que, aun en ausencia de un recuerdo especí-
fico, muchas personas deberían concluir que han sufrido un abuso. Sin embargo, hay muchas
causas de autoestima baja, depresión y disfunción sexual. Además, estos síntomas se asocian
con muchos otros trastornos psicológicos, corno fobias y ansieclades, y estos trastornos por su-
puesto que pueden ocurrir sin una historia de abuso"
Otro factor que puede contribuir a los recuerdos falsos es el comportamiento de algunos
terapeutas. Loftus habla de una mujer que Ie escribió después de que su terapeuta había con-
cluido que su depresión era causada por abuso sexual en la infancia. La paciente afirmó que
su terapeuta estaba seguro de ese diagnóstico, aun cuando ésta no recordaba el abuso. Lapa-
ciente declaró además que no podía entender cómo pudo suceder algo tan terrible sin que ella
fueta capaz de recordarlo. Loftus menciona otro caso de un hombre que fue con un terapeuta
porque estaba muy turbado por el suicidio de su padre. El paciente habló sobre sucesos dolo-
rosos en su vida, pero el terapeuta se mantuvo sugiriendo que debía haber algo rnás. Sin sa-
ber que era este "a1go más", el paciente se deprimió aún más. Durante una sesión de terapia,
Clpntlm Diu Eiluuues osicoanalllicos, lcn¿s curlertruonltcor ;i0!)
r-r

el terapeuta afirmó "usted exhibe la misma clase de características que algunos de mis pacien-
tes que son víctimas de... abuso ritualista" (citado en Loftus, L993, p. 528).
Se usan una variedad de técnicas en la terapia que animan a los pacientes a reflexionar
sobre su infancia. La hipnosis es una técnica usada para conseguir que los pacientes recuer-
den en forma libre experiencias infantiles dentro de la protección de un estado de ffance rela-
jado inducido por sugestión. Sin embargo, una extensa literatura científica muestra que la
hipnosis no mejora la memoria (Nash, 1987, 1988). Esto explica por qué no se permite hip-
notizat a los testigos en los tribunales; los testigos hipnotizados no recuerdan hechos con ma-
yor precisión que los testigos no hipnotizados (Wagstaff, Vella y Perfect, 1992). De hecho, la
hipnosis puede asociarse con un aumento en las distorsiones de la memoria (Spanos y
Mclean, 1986). En un caso, un hombre muy sugestionable fue conducido bajo hipnosis a de-
sarrollar "recuerdos" de címenes que nunca había cometido (Ofshe, 1992). Bajo hipnosis,
con frecuencia 1as personas son más imaginativas, más espontáneas y más emocionales y a
menudo reportan sensaciones corporales inusuales (Nash, 1988). Después de hacerlas retro-
ceder hasta la infancia por medio de la hipnosis, se ha sabido que las personas recuerdan ha-
ber sido secuestradas por criaturas extraterrestres con naves espaciales fantásticas (Loffus,
1993). No se sabe en qué grado la hipnosis permite que la fantasía y la imaginación se desli-
cen a la conciencia y sean interpretadas como recuerdos.
Loftus y sus colegas han señalado en fechas recientes técnicas específicas en la psi-
coterapia que pueden contribuir a la creación de recuerdos falsos (Loftus, 2000; Lynn et al.,
2003). Ésas incluyen el uso de hipnosis, enffevistas sugestivas, la inteqpretación de síntomas
como señales de traumas pasados, presión de una figura de autoridad para recordar traumas y
la interpretación de los sueños. Tales prácticas pueden usarse para fomefitar el recuerdo de
eventos que no sucedieron en realidad (Tsai, Loftus y Polage, 2000). En estudios de labo-
ratorio, Loftus y sus colegas han mostrado que hacer que las personas imaginen varios eYen-
tos puede conducirlos a experimentar luego esos eventos como más familiares, llevando a
los sujetos a tener una representación más elaborada en la memoria, lo cual a su vez los 11e-
va a estimar que es probable que esos eventos imaginados hayan sucedido (Thomas, Bule-
vich y Loftus, 2003). Este efecto se llama efecto de inflación de la imaginación, y ocurre
cuando un recuerdo es elaborado por medio de la imaginación, llevando a la persona a con-
fundir el evento imaginado con sucesos que ocurrieron en realidad. Por ejemplo, al mostrar
a las personas un anuircio que sugiere que le dieron un apretón de manos a Mickey Mouse
cuando eran niños, más tarde esas personas tenían una mayor confianza de que habían sa-
ludado de mano a Mickey en persona cuando eran niños. Otro estudio hizo que personas
imaginaran haber saludado a Bugs Bunny y produjo un efecto similar (Braun, Ellis y Lof-
tus, 2002). Hacer que las personas imaginen algo, incluso algo tan inusual como saludar de
mano a Bugs Bunny, puede llevarlos a tener una confianza falsa de que en realidad pudo ha-
ber sucedido. Loftus y otros han señalado las implicaciones de esta investigación para la ad-
misibilidad de los supuestos recuerdos reprimidos en los tribunales (Hyman y Loftus, 2002;
Loftus, 2003).
¿Por qué algunos terapeutas sugerirían recuerdos falsos a sus pacientes? Muchos tera-
peutas creen que el tratamiento efectivo debe lograr que un paciente supere 1os recuerdos re-
primidos y reclame un pasado traumático. Creen que el camino para e1 bienestar requiere
traer los recuerdos traumáticos a 1a conciencia y hacer que el paciente 1os reconozca y los su-
pere o al menos los enfrente de una manera madura y adulta. Los terapeutas, como muchas
otras personas, también pueden sufrir de un prejuicio confirmatorio, la tendencia a sólo
buscar evidencias que confirmen su corazonada previa y no buscan evidencia que podría
contradecir su creencia. Si un terapeuta cree que el trauma infantil es la causa de la mayor
parte de los traumas adultos, será más probable que evalúe en busca de recuerdos de trauma
infantil. Los pacientes dóciles y sugestionables con frecuencia son inducidos a pasar perio-
dos largos tratando de imaginar qué eventos deben haber sucedido en su infancia para pro-
ducir sus dificultades actuales. Mientras, el terapeuta relata historias de otros pacientes con
problemas parecidos que fueron ayudados a recordar y afrontar sus recuerdos de abuso in-
Prm¡ Tnls donmio

Un acBrramientn detalladn Así que desea tener un reruerdo falsn


rragine que es un sujeto en un experi- doctor se asocia con enfermera en ia me- mente cuando escuchan otra palabra {por
¡e¡t0 de psieología en el que se le asignó moria de la mayoría de las personas, debi- ejemplc, camal. De hecho, los psicólogos
escuchar con atención una lista de 15 pa- do a la conexión cercana o semejanza
rabras, sabiendo que más han determinado iistas de asociados comu-
tarde será exa- entre estos conceptos. La asociación nes para una gran variedarl de palabras,y
.nrnado sobre estas palabras. Las palabras
mental entre estos dos conceptos oLrede la suma de la fuerza de la asociación de
sa\ cama, descansar, despierto, cansada, demostrarse con facilidad; la velocidad de los elementos enumeraelos con e! elemen-
sueñ0, desperta¡ dormita¡ manta, cabeza- decidir que una cadena de Ietras ldactorl to erÍtico es lo que cietermina la probabili-
da, rancar, siesta, paz, bostezary somno- es una palabra 0 n0 es más rápida si es dad del recuerdt¡ falso iRr¡edige r et a!., en
ttento. Ahora cubra la lista de palabras e precedida po!'un c0ncepto aseciado (en- pre nsa ).
:ndrque si cada una de las siguientes pala- fermeral con relación a una palabra no re-
¿Cómo se relaciona este material
bras estaba en la lista o no: lacionada lmesal.La explicación es que la con la iCea psicoanalítica de los recuer-
activación de enfermera en su memoria se dos falsos? Primero, este material resalta
¿En la lista? disemina a través de una red de asocia- cómo la mayoría de los psicélog0s c0g-
clón y activa otros c0nceptos relaciona- noscitivos, aun aquellos con valores cien-
c abezada dos, eomo docto¡ permitiándoles ser tíficos só!idcs, creen que pueden ocurrir
madre
reconocidos más rápido. los recuerdos falsos. Se acepta c0mo un
cana ¿Cómo explica esto el recuerdo fal- hecho que ir:s hunlanos tienen una memo-
so de dormir en el ejercicio? Como cual- ria constructiva; es decir, la
televisión quier concepto, dornir es almacenado en tribuye o influye en varias
dormir su menloria en una red de asociaciones resta, etc") en lo qu
s illa con otras palabras, como cama, descan- que referirse a
sar, desp¡erta, cansada, sueñ0, despertar, objetiva d
S usted es como la mayoría de las perso- cabezada, manta y dormitar. Esta r"ed rle
:as. marcó sí en Ia palabra dormir. De he- asociaciones se describe en ia fiqura 10.1,
:hc, muchas personas están tan sequras La activación de las múltiples pala- ción es probable que
te que dormir estaba en la primera lista bras en la prirnera lista disemina o i elementos con
:ue discuten con el experimentador cuan- el concepto crítico en Ia lista sr c0nvergen en
l: se ies dice que, de hecho, no estaba. ldormir)en la red cle
Pcrtanto, si marcó sí indicando que dormir na que estudia
esiaba en la lista durante la fase de re- das las
cuerdo de la rarea, y en verdad recuerda (por ejemplo,
'abe: visto la palabra dornil, entonces
acaba de tener un recuerdo fal el concepto
madamente 80% de los s conocido
son inducidos a tener este l¿bra real
es decir, creen que Ia origin¿1.' ,

ba incluida en la
Balota y Watson,
Dermott y Robi
El procedimiento
completar fue
Hoedi

modelo de activacién
memoria. Este modelo
(],tpÍtulo Drttz nrÍoquespsicoan¿lítirlos: le,rna"i conleuporÍuteos 3ll
I

Boncar
I

Somnoliento Manta

Cansado

D esc ansar

Bosteza r

f¿rntil. Ei terapeuta. como rin¿l "¿rutoridad" scibre cómo mejorar. está listo para ar-rtentificar
cualquier recuerdo posible c1e trauma qr-re pudiera proriucir el paciente. É,stas snt las condi-
ciones ideales para construir i.rna realidarl compartida qlle. aun cna.ndo amhas partes e-qtén se-
guras de sti auteutieridacl, no es verdadera.
Sin ernbargo, esta posición debe equilibt'arse con algunos hectros c,onocidt¡s acerca de
los ínclices de varias fbrllas cle abuso infantil. Ene uestas recientes sugieren qlle una canticlad
notable de t¡auma se inflige a los niños. Por ejemplo, en 1998 hubo aproximadamente 903 000
víctimas infantiles de lnaltrafo en Est¿rdos Unidos. I)e éstos, 547o fueron por negligenciii.
23olo implicaron abuso físico, 12c/o fueron casos de abuso sexnal y alredeclor de 5.570 inlpli-
c--aron abuso lrsicoltlgico y otrc 5.5clc negligencia rnédica. En el año cle este intorme, Llna es-
tin-r¿rción de 1 100 niños rnurieron de at¡riso y negligencia. De estos decesos. i719b erit menor
de cinco años de edatl! ltodas las estaciísticas son de1 U. S. Departnlent of Flealth and Hnman
Serr icc:, 2o0t-t).
Cualesquiera clue sean sus desacuerclos sobre la represión motivada, los psicólogos son
uníinimes en sn evaluaci(rn de que el abuso infantil es per-judiciai desde el punto de vista psi-
qol¡i-eico. La Asociacitin Psicoiógicii Estadounidense ha adoptado una posición scilicla contr¿r
el ¿rbusc infantil, en especial el abuso sexnal (Martin. 1999). Es evidente que cuando se ha
iclentificado el abuso en rin paciente que ingresa a terapia se voivería un tema de atención te-
rapéutica. ¿Pero cónro sahe un terapeuta (o un jurado. de hecho) con algr-rna certeza que el
abuso en efecto ha ocurriclo? En la actualiclad, ei único medio preciso para distinguir en tor-
ma cc.nfiable los recuerdos re¿ries de los falsos es por rnedio de la corroboración, como en el
caso de Rr-;ss Cheit en el capítulo 9" Saivo esto, por supuesto que los terapeutas, investigado-
res policiacos y abo-{arlo,s Ceberí¡n ser cuiel¿rclclsos en ia fbrma en que sondean en busca de re-

I E
P,ttrtthn [1rlorninioLltrarlsÍorúco

cuerdos. Los terapeutas e investigadores deberían ser cuidadosos para evitar explorar de ma-
nera sugestiva. 1, luego aceptar en fbrma poco crítica, "recuerdos" que se recuperan de pron-
to. Siempre que sea posibie, debe buscarse evidencia corroborativa independiente para
justificar, de un modo objetivo, los recuerdos del trauma. E,sto es impofiante en especiai si se
está contemplando una demanda legal contra el sr.rpr"resto perpetrador. Uno de los peores peli-
gros, advierte Loftus (1993), es la posibilidad de que l¿r sociedad sea atiborada con casos de
recuerdos falsos y luego no tome en serio los casos genuinos de abuso infantil record¿rdo. los
cuales en verdad merecen atención.

0piniones contemporaneas sobre el inconsciente


La idea de un inconsciente motivado estír en el núcleo de la teorí¿r psicoanalítica cl¿1sica. La
mayoría de los psicó1ogos contemporáneos también creen en el inconscienie, aullque es una
versión dif'erente del inconsciente que Ia que se encuentra en Ia teoría psicoanalítica clásica.
Considere la opinión del psicólogo Liirry Jacoby. un científicc'r cognoscitivo cuyo trabajo so-
bre procesos inconscientes ha tenido Lrn gran in.rpactc'r en la psicología cognoscitiva: "Las in-
fluencias inconscientes son omnipresentes. Es claro que las personas en oc¿rsiones planean y
actúan en forma consciente. Sin embargo, con más tiecuencia el comportarniento es influidct
por procesos inconscientes... ActLramos y luego, si somos crLestionados, hacernos nuestras
excLrs¿is" (Jacoby et a|.,1992, p. 802). Aunque la mayoría de los psicólogos. como Jacoby y
sus colegas, creen en el inconsciente, no todos ellos están de acuerdo en que los elementos
en el inconsciente sean motivados, auklnt¡mos o capaces de influir en fbrma arnplia en el
comportamiento.
A estas dos opiniones diferentes sobre e1 inconsciente se les puede denominar perspec-
tiva del inconsciente cognoscitivo v perspectiva del inconsciente motivado. Aquellos con la
perspectiva del inconsciente cognoscitivr¡ r'econocen con facilidad que la infonlación puede
entrar en nllestras rnemolias sin que nos percatemos siquiera de la intormación (Kihlstrom,
1999). Por e.jemplo, en ei fenómeno de percepción subliminal. algrina informncicin, como
la frase "Compra una Coca", es presentada en Llna pantallii en destellos tan rápidos que no
se reconocen las palabras reales. Es decir. usted diría clue ha visto un destello pero no sería
capaz de distinguil io que estaba escrito. De hecl.ro, no podría ni siquier:a adivinar que la pa-
labra Crlcct fue presentada mejor que el azar en comparación con adir,inar aiguna otra pala-
bra no presentada, digamos C¿rsa. Sin embargo. sj se ie pidiera que juzgara si una cadena
de letras es una palabr¿i o no, y la variable dependier.rte fuera el tier.r.rpo cle reacción (qué tan
rápido puede hacer este juicio). entonces juzgaría Cocr¿ como una palabra mírs rápido que
las palabras no relacionacl¿ts con la Coca o con los refl'escos en generai. Por tanto, la infor-
mación subliminal imprirna el rnaterial ¿lsociado en la rlemoria. La imprimación hace que
el material asocia<lo sea más accesible a la conciencia qtie ei material que no es imprirna-
do. Resultaclos como éste, usando imprimaciones sublirninaies, demuestran con claridad
que 1a ir.rformación puede entrar en la lnente y tener alguna influencia" sin pasar por unil ex-
periencia consciente.
Si a alguien se le diera el mensaje subliminal "Compra una Coca". ¿sería más proba-
ble que de manera espontánen saliera y lo hiciera? Después de todo, esto es consistente eon
la idea psicoanalítica de1 inconsciente motivado, que algo en el inconsciente puecle motivar
el comportamiento. ¿,Los publicistas pueden r-rsar mensajes subliminales para motivar de
manera inconsciente a 1os consurnidores? Surgen preguntas similares respecto a Ia influen-
cia de los mensajes subliminales en la música rock que se supone abo-{iin por el suicidio o
la violencia. La mayoría de 1a investigación sobre Ia percepcién subiiminal, sin embargo.
sugiere que la infbnnación inconsciente no influve en 1as motivaciones de las personas. Es
decir, es poco prcbable que ei adolescente prornedio expuesto a mensajes subliminales de
violencia en una canción salga y cometa un ¿rcto violento. Del rnismo rnodo, es poco pro-
bable que la persona promeclio expLrest¿r en forma subiimir.ral a 1a frase "Compra una Coca"
lo haga.
(]rpiuo l)ru ttt\ sko¿l¿lÍlirros: teur¿"s tll ilt(il il3
i

En la campaña para la elección presidencial de 2A00 en. Estados Unidos, un equ.ipo republicano

transmitió un comercial que describía algunos de los esJuerzos cuestionables para recaudar fondos
de Al Gore, el oponente demócrata. Durante eI comercial, se presentaba la palabra ratas en.forma
subl.imütal,.junto con ínformucíón de Gore. Cuandct el equipct de la compoña de Gore descubrió
esto, respondió con uLtraje y una denuncia ptiblica de este intento sLtblíntinal para inJluir en la

opinión de los votantes de parte de Ia campaña de llush. La campaña de Bush retiró rtipido el cr¡mer- {t
cial, y el mísmo Bush negó que hubiera tenidt¡ algo que ver en Ia ortlen pora la propaganda sublimi-

nal. EI hecho que ambos equipos de campaña creyeran que dichos mensajes subliminales tendrían
un impacto umplio en Ia motivación de los votantes m.uestro t¡rc muchas personos creetT en Ia moti-
vación. inconsciente. 1.os int,esti.gadores, sín embargo, han encontrado poca evirlencio paro eI poder

rle los mensajes subliminales en la publit'idad.

II
lll

E,n ia perspectiva cognoscitiva clel inconsciente. se asume que el contenido de 1a mente


inconsciente opera clel mismo modo quc los pcnsamientos en el consciente. Los pensamien-
tos son inconscientes porque no estírn en la conciencia, no porqlle hayan sido rcprimidos o li ¡
porqLre representen impulsos o deseos inaceptables. Por ejemplo, podríamos decir clue aboto-
narse una camisa es inconsciente pol:que podemos hacerlo sin entbcar ninguna atención cons-
ciente en el acto. Mecanografiar también puede ser inconsciente para la persona que es buena
en elio. Otras clases de contenido mental, como 1¿rs creencias y ios valores, también podrían
ser inconscientes. Tales elementos no están en nuestro inconsciente debido a que sean amena-
zadores: ni estíin ahí parzr ejercer influencia en mrL'stlo comportirmiento. Y, aunque e1 material
incon.scjente pueda influir en pensrrmientos () comportamientos subsiguientes, como en los
ejemplos cle irnprir.r.urción, estas influenci¿rs no son consistentes con el inconsciente motivado
de la teor'ía psrcoanaiítica clásica (Kihlsü:om,2003: Nash. 1999). Como tal, el inconsciente
cognosciti\o risto por los psicólogos contemporáneos es muy dif'erente del propuesto por
Freud hace cien años. De acuerdo con Freud, el inconsciente er¿r Lrn calclero tói-rido y humean-
te de ira y erotisllo. Operatia de acuerdo con sus propias reglas primitivas e irracionales, y te-
.::===-,**==*==,.=,.==="-=='====:,,=..,,,".",.*,,=..,.--..,"" .,.,.l+qq,I{ns . Il do,.tinig'1',&p.'}q"'!-
I
I

nla ttna ittflueneia umplia ¡ rtrroiladoru sobrc nrresln,\ contportanlienros. pcnsamienlus y \ün-
tirnientcls conscientes. E,n la psicología coniemporánea, el inconsciente es pacífico, gentil y
mucho más racional clue la versión de Freud. E,s rnás, aLlnqlle todar¡ía se considera que el in-
consciente tiene influencia en el comportamiento. Ios pe[samientos y los sentimientos, esta
influencia se ve más dirigida y específica, gobernada por reglas, como en la imprirnación in-
consciente, de lo que Freud pensaba (Greenwald, 1992).

IU
ff)slflqti{} {}fi{
Otra modificación importante al psicoanálisis tiene que ver con Lln cambio de enfoque del ello
al yo. La versión de Freud del psicoanálisis se enfocaba en el ello. en especial en los instintos
gernelos del sexo y la agresión, y en la forma en que el yo y el superyó responden a las de-
mandas del el1o. Podríalnos caracterizar al psicoanálisis fieudiano como la psicología del etlo.
Psicoanalistas posteriores sintieron qr-re el yo merecía más atención. que ejecr-rtzrba much¿rs
funciones constructivas. De hecho, la propia hija de Freud. Anna Freud. se enfocó en ias fuer-
zas del yo cuando def'enclía a la persona contra la ¿insiedad. Un estudiante prominente cle
Freud, Erik Erikson, enfatizó al yo como una parte poderosa e independierrte de la personali-
dad. Más aútn, Erikson notó que el yo estaba implicado en el dominio del ambiente, el logro
de nuestras metas y, por tanto, en el establecimiento de nuestra identidad. No es sorprenclen-
te. entonces, que el enfoque del psicoanálisis comenáado por Anna Freutl y continuado por
Erikson sea llamado psicología del yo.
Establecer una identidad segura se ve corno la función primaria del yo. La irlentidad
puede consiclerarse con'io un sentido interno de quiénes somos. de lo que nos hace rinicos y un
sertido c1e coirtinuidad en e[ tiempo v un sentimiento de integridad. Es prcibable que haya es-
cuchado el térrtino erisis de identidad. Este término proviene del rabajo de Erikson y se re-
fiere a la desesperación y confusión que siente una pei'sona cuancio no ha clesarrollado un
sentido de identidad mi"rs solido. Quizá incluso haya senticlo t¿rles sentimientos cuando está in-
segllro de sí nlismo. inseguro ac;erca de quién es o de 1a lorma en que desea que otros 1o veatr,
de Io que valoraba y deseabii en la vida y de hacia donde va er cuanto a la dirección de su vi-
da. {Jn periodo de crisis de identidad es una experiencia común durante la aclolescencia, pero
para algunas personas ocurre inás tarde en la vitla o dura un perioclo más largo. f,a tiamada
crisis de la mitad de la vida. que se expone con detalle en el capítulo 11, con fiecuencia co-
mienza con una crisis de identidacl (Shelclon ¡, Kzrsser. 2001).
Una de las contribuciones periiurables de Erikson fue ela"borar ia noción de irtentidad
ccmo un logro in'rportante del desan'ollo en la personalirlad de rocios. La identidad se ha con-
siderado colno Llila iristolia que la persona desarroila acerca de sí inisina (McAdams, 1999).
La historia responde las siguientes preguntas: ¿Quién soy?.Cuá1 es mi iugar en el mundo
adulto'l ¿CLiáles sr¡n los temas unilicadores de rni vicla'l ¿Cuál es el propósito cle mi existen-
cia? McAdams (por ejemplo, 1999) r,e la identidad como una historia nan'eti\ll que crrnsúu-
ye una persona. Aunque una persona puede reacomodar y reconstr-uir el argumento de la
historia de su r"ida. no obstante adqiriere importancia corno la historia única de la persona. Se-
gírn N4cAdams, un¿t vez que ha evolucionado la historia para tenel tenras coherentes. la per-
sona puede hacer muy pocos cambios a su historia. Sin embargo, ciertos acontecimientos
pueden causar cambios grandes a la identidad, y son incorporad«¡s en la narrativa. como la gra-
dr-racién, el r¡atrimonio, ei nacimiento de un hijo, cumplir- ¿10 años o .jubilarse. Los sucesos
inesperados tarnbién pueden volverse parte de la historia, como l¿r muerte de un cónyuge, la
pérdida de un empleo o la riqueza inesperada. En una cita ih¡min¡tdora. Erikson describe có-
mo todos nosotros construimos una historia de vicla, y qlle pai-te de volt,erse adulto es tomar
control de esta historia:

ser u.n aihtlto signiJícct, entre otros (:osa"\, rer lu propicL viila en Lut{L per,\peLrit,o
t tttttittttct, tttnto erL retrosltactit'Lt Conto €tl ¡tei 5¡t¿¿¡iy,¡¡, Al aceptar al.gultt clefirLic:ión
I
I
i

i
:

(],tItuLo Dttiz _ iJnfogues psicoanalÍticos: [einas conleruporfuiool

re.\peci{) iL quién es, por lo generul con base en tmaJunción en una econ.otmía, un
lugur eri lcL.secuenciu tle gertti',rciones y tutLt posición en lct esfructttra de la sociedad,
e! ¿tdulkt es capaz cle reconstruir de tnanera sel.ectitct ,su pasado en tal forma que,
poso a paso, parezca luLber sido ptloneackt pura é1, o mejor atin, parezco que él lo
plcmeó. En este sentido, clescle el pLtnto cle visia psicológico tlosotros eleginrcs a
ttue'\tros pttd.res, nLtestra itístoriafamiliar l, la historia de nu.estros re¡,es, héroes y
tlioses" Al hacet-ios ¡trctpios, nruniobratnos en la posición inierrLo de pro¡sietarios, cle
crectdores. (Erikson, 1978, pp. ÍIl-112.)

l,rs otho tltllptlt dcl desitnullo de lirilistin


Mientras Freud enseñaba que nuestras personalidacles se formaban alrededor de los cinco años
de edad, Erikson est¿rba en desacuerdcl y sintió que ocurrían periodos importantes de desarro-
llo a 1o largo de toda la vida. Por ejelnplo, Freuci ilamó al periodo entre los seis años de edad
y la pubertad el periodo de latencia porque creía que no sucedía muchcl desde el punto de vis-
ta psicológico. Sin embargo, éste es un periodo en que ios niños empiezan a ir a la escuela;
aprenden a traba.far y a obtener satisfacción del éxito y c1e los logros; aprenden a ser sociabies,
a compartir y a cooperar cort sus sentejantes: y aprenden sobre las estructuras sociales, como
el hecho de qr-Le los maestros están a cargo y representan a las autoridades. Erikson (1963,
I968) afirmó que gran parte del desamollo ocurría durante los años que Freud pensaba que
eran tranquilos. De hecho, Erikson creía que el desarrollo de la personalidacl duraba hasta bien
entrada la aduitez e incluso hasta Ia vejez (Erikson, 1975). Esbozó ocho etapas de desarro-
llo, por las que pasamos todos (figura 10.2).
No sólo estaba Erikson en desacuerdo con Freud sobre el tiempo que duraba e1 desar:ro-
1lo, sino que también estaba en desacuerdo con Freud sobre el cont-licto. o crisis, que ocurre
etl cada etapa. Nlientras Freud sentía que las crisis eran sexuales en fbrma inherente, Erikson
creía que la crisis era de naturalez¿r scrcial. Después de toclo. afirmaba. las personas con quie-
nes tenemos nuestras primeras rel¿rciones sociales son nuestros padres. Por tanto, podría haber
crisis de aprender a cr:nfiar en nuestros padres. aprender a ser autónomos de ellos, aprencler
de ellos cómo actuar como atluitos. É1 ion ltramó conflictos psicosociales en lugar de ios con-
flictos psicosexuaies que fbrmiiban las etapas de desarrollo de Freuci.
Aunque Erikson estab¿ en desacuerdo con Freud en estos dos temas del clesarrollo. coin-
cidía con Frer-ld en otros dit,erscrs puntos. Primero, como Freud. Erikson conservó un modelo
de desarroll«l en etapas, el cual implicaba que ias personas pasabarl por ias etapas en un de-
terminado orden y que había un tema específico que caracterizaba a cada etapa. Segundo,
Erikson creía qne cada etapa representaba un conflicto, o quizá una crisis de desarrollo. el
cual era necesario resolver. Tercero, Eriksoi.r sostenía la idea de ñjación, lo que significa que,
si ia crisis no era resuelta en Íbrma exitosa y adaptativa, entonces ei desarrollo de la persona-
Iidad podría fienarse y la persona continilaría preocupándose por esa crisis en el clesarroilo.
Ahora se describirá en forma breve cada una de las ocho etapa-(.

Confianza J'rente a desconfianza


Cuando los niños nacen dependen por cornpleto de los que los rodean. Lo más probable es que
sris pl'irneras pregrintas sean "¿Quién va a cuidar de nrí y harán un buen trabajo? ¿Puedo con-
fiar en qtre rric aiimentarán cuando tenga hambre, me vestirán cuando tenga fiío, me consola-
t'án cuando llole y me cuidarán en general?" Si los niños son cuidados bien, si sus necesidades
básicas son satisfechas, entonces desarroliarán un sentido de confianza en sus cuidadores. Es-
te sentido cie confianza, de acuerdo con Erikson. fbnna la base de relaciones f'uturas, en la que
los rrir'ii'r: crecell con la crcencia tle que otras personas son abordables, confiables y en gene-
ra1 bueno: \ ¿irlorosos. Sin enibargo. algunos bebés no están bien cuidados, por varias razo-
nes. v llLllt.¿l re ciben el amor y la atención que necesitan. Estos bebés pueden desarollar un
sentido de que no pr-reden confiar en los dernás y desarrollar durante toda Ia vida un patrón de
desconfianza en 1os dem¿i-q. suspicacia y sentinientos de alejamiento, aislamiento o sólo una
incomoclidaci scicial srmple cuando hay otros a su alrededor.

ú
]Ilu'llt,s iilrlrrulrrio

Resolu c ion es
desadaptativas

Figura 10.2
Las ocho etapas del desarrollo de Erikson.

Autonomía frente a vergüenza y duda


Alrededor del segundo año, la mayoría de los niños ya caminan. Ésta
es la etapa que mu-
chos padres llaman los "terribles dos". Los niños comienzan
a experimentar con sus nuevas
capacidades, incluyendo corter cuando los padres les dicen que
caminen, gritar cuando los
padres les dicen que se callen y en general probar sus poderes.
Están tratando de responder
la pregunta "¿Cuánto del mundo controlo?" Un buen resultado
es cuando un niño tiene un
sentido de control y dominio sobre las cosas y desarrolla seguridad
en sí mismo y un senti-
do de autonomía que les permite explorar y aprender. Si los padres
inhiben dicha autono-
mía, tal vez siendo estrictos, restrictivos o castigando el niño es independiente,
entonces el niño puede sentir vergüenza y duda respecto"rluráo
a las metas que está contemplan-
do' Los padres sobreprotectores también pueden causar problemas, ya
que obstaculizan el
impulso natural del niño de explorar y encontrar una amplia variedad
de eventos y experien-
cias de la vida. Por ejempro, ros padres que impiden qu"
,u hijo juegue en forma ruda con
otros niños pueden causar que su hijo crezca con duáas sobrá
su cápacidad para llevarse
bien con otros.

Iniciatíva frente a culpa


Los niños en esta etapa, airededor de los tres años de edad,
con tiecuencia i,ritan a los adul-
ti¡r' i'istiéndose con ropa de adulto, jugando ¿r ser aduitos y actuanclo
como adultos. Los ni-
,')¡"
Clpnll.o Dltz Enforlres nsicuanalÍlicos: leurrs conlennoráLrcos ,)ll
I

ños en esta etapa reciben su primera práclica en tareas adultas durante eljuego. Como adul-
tos, debemos aprender atrabalar juntos, a seguir líderes y a resolver disputas. Cuando los
niños juegan, practican estas habilidades al organizarjuegos, elegir líderes y establecer me-
tas. Luego, durante las actividades escolares también toman la iniciativa para lograr rnetas
y trabajar con un propósito distinto en mente. Si todo va bien, los niños en esta etapa desa-
rrollan un sentido de iniciativa, 1o cual se traduce en ambición y búsqueda de metas. Si las
cosas no van bien, los niños pueden resignarse al fracaso o ni siquiera tomar la iniciativa
para perseguir metas.

Inboriosidad frente a inferioridad


Es bueno tener experiencias de éxito, pero todos tenemos límites, y hay mucha competencia.
Con inicio alrededor de los cuatro años de edad, los niños comienzat a cofirpararse entre sí,
en especial con offos de su misma edad, y muchos (aunque no todos) desarrollan un sentido
de competencia y logro. Si 1as personas tienen suficientes experiencias de éxito, entonces
creen en su fuerza y capacidades y asumen que, si tan sólo trabajan Io bastante duro, pueden
hacer la mayor parte de 1as cosas que deseen hacer. Este sentido de laboriosidad, sentir que
pueden trabajar para lograr 1o que desean, coloca a los niños en su camino de ser miembros
productivos de la sociedad. Sin embargo, con suficientes experiencias de fracaso, los niños
podrían desarrollar un sentido de inferioridad, sintiendo que no tienen el talento o capacidad
para progresar en la vida.

Identidad frente a conÍusión de roles


Durante la adolescencia, las personas pasan por una serie cle cambios físicos drásticos. Ésta
puede ser una época de la vida en especial difícil, en la que la gente pasa de la infancia a la
adultez, estén listos o no. Erikson le puso una atención especial a este periodo en su trabajo,
refiriéndose al logro cle la identidad como una de las metas más importantes del desarrollo.
En esta etapa, los adolescentes comienzan a preguntarse "¿,Quién soy?" y "¿Otros me
reconocen por quien pienso que soy?" Algunas personas experimentan mucho durante esta
etapa, probando varias identidades diferentes. Un semestre. un estudiante de bachillerato po-
dría probar el rol de atleta; el siguiente semestre, el rol de roquero punk; el siguiente semes-
tre, cristiano renacido; y el siguiente semestre, vándalo. Experimentar con identidades es
común en este momento de Ia vida, en que los adolescentes buscan su identidad en toda cla-
se de fbrmas y lugares. Un estudiante dijo que iba a H¿rwai para "encontrarse a sí mismo". En
realidad, no importa a donde vaya, ahí estarár usted, así que la búsqueda de identidad en rea-
lidad no tiene un lugar especial. Pero muchas personas en esta etapa se unen a grupos, vagan
por el país, se comprometen con diversas causas o ideales, o experimentan con drogas, polí-
tica o religión, todo en un esfuerzo por encontrar al verdadero "mí". Al final, la mayoría de la
gente toma algunas decisiones acerca de 1o que es impofiante y de 1o que valoran y desean de
la vida, y adquieren un sentido de "quiénes son", Iogrando algún grado de autocomprensión
consistente. Las personas que fáilan en esta etapa desarrollan confusión de roles y entran en
la adultez sin un sentido sóiido de quiénes son o cuál piensan que es el significado de sus vi-
das. Estas personas rebotan entre toda clase de roles, y por lo general son inestables en sus re-
laciones, en sus empleos y en sus metas y valores.
Las personas difieren entre sí en el grado en que se comprometen con sus valores, ca-
rreras. relaciones e ideologías (Marcia, 2002). La mayoría de las personas pasarán por un pe-
riodo de confusión de la identidad, la cual se refiere a no tener un sentido sólido de quién
es uno en realidad. Algunas culturas instituyen un rito de paso, por 1o general alrededor de
la adolescencia. el c¡,ral de manera típica es un¿r ceremoniii que inicia a un niño en la adultez.
Por ejempio. al-sunos rnciios americanos de1 sudoeste envían a los hombres adolescentes a es-
tar solos en e1 desierto. ar unando. hasta que tienen una visión. Después de tales rituales, en
ocasiones se le d¿r un 11lre \ o nombre ai adolescente, 1o que le confiere una identidad adulla
nueva. La cultura estaclouniclense secuiar no proporciona ritos de paso cornunes. aunque cier-
Prnrnlhrs Xl{qUUrqg[¿p¡lqurq

tas religione-s 1o hacen. como el ritual de la conllrrnación en el catolicismo rorlano o el Bar-


/Bat Mitzvah en el judaísrno.
Al resolver la crisis de identidad, aigurras persünas desarrollan una identidad negativa,
¡-rna identidad encontrada en roles sociales indeseables, como integrante de una pandilia caile-
iera. Por desgracia, la cultura moderna proporciona muchos modelos de roles indeseables. De-
bido a que ésta es una época en que ios jórrenes están buscando modelos, la mayoría son muy
impresionables. Ésta es una de las razones por las que la uiayor parte de los estados mantie-
nen su sistema de tribunales juveniles separadtr del sistema juciicial ¿rdulto, a fin de clue los jó-
venes no entren en contaoto con crimitiales adultos.
La identidad es algo que debe lograrse. Si una persona 5e uompromete con una identi-
dad que no firnciona para ella o la cual le f¡-re tr¿insmitida. entonces es probabie que esa iden-
tidad sea superficial o rnudable (Marcia, 1966). De hecho, Nlarcia (2002) sostiene que el
desarrollo de la identitlad madura implica pasar por una clisis y ernerser con un sentido flr-
me de compromiso con los valores. relaciones o carrera de uno. Si rina persona no tieire unl
crisis, o si fonria una iclentidad sin explorar aiternatir as, üolno aceptar los valores de sus pa-
dres, entonces esto se llama exclusión de identidad. Las personas con exclusión de identi-
dad con liecuencia son rnoralistas y convencionales, pero cilando se les pide que respalden
sus posiciones, con frecuencia no pueden proporcionar un buen fundamento para sus creen,
cias y opiniones.
Un concepto tinal relei,ante para el des¿rrrollo de ia identidad, en especial para estudiair-
tes universitarios. se refiere a 1a noción de una moratoria. -Esto se refiere en Io básico ¿r to-

, '.ilr

-' . ' l:: ." .L ,h-n lluharnrnad fueron arrestados por asesinor a nrias personus como Jiancotirutlores en el drea de Washington, DC, en

- - -.,'.-'.r:r,. ¡iti¿ntenía17cñcsdeedadenelmomentodeloscrímenes,alegóqueestababajolainfluenc:iadelhombremayo4 lohn


.: ' ,- ' ,, : - :'..r' ,;!. Lee lfalvo, no debía considerarse responsable de ninguno de los tiroteas"
jt
C,riÍru,oDI¡r Enfonres osicoan¿[licos: leuas collpnuorá,neos li
I

mar ticttipo para expiorar opciones antes de comprometerse con una identidad. En algunas fbr-
mas. la unir ersidad puede cor.rsiderarse corlo un periodo con aprobación social en que una
persolta jor.en puede exploi:ar una variedad de roles y responsabilidades, antes de tomar algu-
no "e11 r'erdad". Uno puede cambiar de especialidades, cambiar de grupos sociales, explorar
diterentes relaciones. conocer personas de dil'erentes antecedentes, dedicar un semestre a es-
tudiar en el extranjero y aprender sobre una variedad de campos de estudio antes de tener que
fijar cLralesquier ideales y valores para comprometerse con ellos. El mismo Erikson enfatizó
la exploración de alternativas antes de hacer un compromiso con una identidad particular
(19681. Sostenía que, sólo después de considerar las altemativas, y dedicar tiempo a "ir de
compras", una persona estaba lista para hacer compromisos y dedicar el resto de su vida hon-
rando clichos compromisos. Esto es a Io que se refieren cuando se dice que e1 desarrollo de
una identiciad requiere trabajo (Neu,man y Newman, 1988).

Intimidud frente a aislamiento


Ci¡nectarse con otros, tanto por Io que se refiere a amistades como a relaciones íntimas, se
vuelve una preocup¿rción primordial hacia la irltirna mitad de los años de adolescencia. Las
personas en esta etapa parecen tener una necesidad de formar relaciones que sean mutuamente
satisfactorias e íntimas. En tales relaciones, las personas maduran en 1o emocional y se desa-
rrollan como adultos que brindan cuidados, at"ecto y son proveedores. Para muchas personas,
esto adopta la fbrma de hacer un compromiso con una persona a través del matrimonio. Pero
muchos otros encuentran la intirnidad sin el contrato social del matrimonio. Y, por supuesto,
el matrir¡ronio no es garantía de intimidad, ya que de seguro es posible tener un matrimonio
desprovisto de sentimientos íntimos.
El aislamiento es el resultado de un fracaso en encontrar o mantener la intimidad. En
Estados Unidos. el porcentaje de personas casadas ha disminuido, de J2o/c en 1970 a 627o et
2000. EI níimero total de personas divorciadas en Estados Unidos era de 4.3 miilones en 1970,
pero ese nitmero se había elevado a 20 rnillones para 2000. Aproximadam erlte 49c/o de los ma-
trimonios en Estados Unidos en 1a actualidad terminan en divorcio. E,s evidente que, para mu-
chas personas, 1a lucha primaria en su vida es la crisis de encontrar intimidad frente a
aislamiento. Por sr-rpuesto, ser soltero tiene sus beneficios; sin embargo, la mayoría de las per-
sonas reportan que una relación íntima satisfactoria es algo que desean. Fallar en lograr este
nivel de relación con frecuencia es un deterioro grave para la felicidad y la satist'acción en la
vida personal.

Generatividad frente a estüncamiento


En esta etapa. qne ocupa ia mayor parte de los años adultos, la pregunta principal se reflere a
si la persona ha generado o no algo que ie interesaba en la vida. Con frecuencia esto adopta
la forma de una carrera que le interesa a uno. Otras veces, es una familia que ha generado hi-
jos en los qr-re el padre está interesado. En ocasiones esto se logra con un pasatieútpo o una
actividad voluntaria que es generadora en parliculzLr y que le proporciona a la persona algo en
qué interesarse. La crisis en esta etapa es que, cuando las personas se detienen y ven sus años
adultt¡s, podrían tener la sensación de que tan sólo están girando sus ruedas, estancados. En
otras palabras, sin algo que en realidad les interese, las personas pueden sentir que sus vidas
no importan, que ¡an sólo "la van pasando" y que en realidad no les interesa cómo resulte to-
do. Las personas que no se interesan en realidad en lo qne están haciendo, que tan sólo ejecu-
tan los movimientos, son vistas con facilidad como farsantes. Por ejemplo, fal vez haya tenido
un prot-esor al que eir reaiidad no le imporla el material del curso. que sólo llega, da la clase en
forma in,sr-risa y se va. Es probable que también haya tenido profesores que se interesaban
en foma prolunda en su tefira, cuyas clases eran animaclas por su interés y entusiasmo, y que en
forma obvia obtenían satisfacción y significado cle su papel como maestro o profesor. Ésta es
la diferencia entre la generatividad y el estancamienro.
l\nm'lllls llldorninioirlmpsÍr¡rriro

Integridad frente a desesperación


Ésta es la última etapa de desarrollo, que ocuffe
hacia el final de la vida, y aun esta etapa contie-
ne una crisis, un problema que enfrentar. E,sto
ocu1re cuando dejamos el rol generador; tal vez
nos retiremos de los empleos que amamos, o tal
vez los pasatiempos o actividades voluntarias
que encontramos tan significativas ya no son po-
sibles para nosotros. Comenzamos el proceso de
retirarnos de la vida, dejar atrás nuestros roles
adultos y prepararnos para enfrentar la muerte.
En esta etapa, repasamos nuestra vida y la juzga-
mos: "¿Valió lapena?" "¿Logré la mayor parte
de 1o que deseaba hacer en la vida?" Si podemos
obtener alguna satisfacción en nuestras vidas,
entonces podemos enfrentar lo inevitable de
nuestra muerte con una medida de integridad.
Sin embargo, si estamos insatisfechos con nues-
Al final de la vida aún hay una etapa de tra vida, si deseamos haber tenido más tiempo
para hacer cambios, reparar relaciones y corregir
desarrollo, un conjunto mds de interrogantes
errores, eñtonces experimentamos desespera-
que deben enfrentarse: " ¿Valió la pena todo?
ción. Las personas que tienen muchos affepen-
¿Logré la mayor parte ile b que d.eseaba en la timientos al final de su vida se vuelven vieios
vida?" Ittforma en que uno responde estas amargados con mucho desdén e irritación. Por
preguntas determina si eI tiempo restante estd otra parte, si las personas sienten que su paso
Ileno de amargura y desesperación o si por la vida fue aceptable, que mucho de lo que
enfrenta su situación con integridnil.
hicieron estuvo bien y no tienen arrepentimien-
tos, entonces enfrentan su fin con integridad.
Friedrich Nietzsche, un fi1ósofo alemán, escribió una historia en su libro Así hablaba
Zaratustra acerca de una persona que caminaba por un sendero en la montaña. Por el camino,
de pronto salió un gnomo y mató a la persona. Sin embargo, la persona renace de inmediato de
los mismos padres, se le pone el mismo nombre y vive la misma vida que.antes. Entonces
un día, de nuevo la persona camina por el sendero en la montaña y de pronto sale un gno-
mo y mata a la persona, quien renace de sus mismos padres, se le pone el mismo nombre
que antes y vive la misma vida. Y una vez más la persona camina por un sendero en la mon-
taña cuando sale un gnomo y mata a la persona. Unavez más la persona renace y así en for-
ma sucesiva. El punto, dice Nietzsche, se refiere a 1o que pensaría una persona sobre este
regreso eterno de nuestras vidas. Si no desearía vivir su vida una y ol'ra vez, entonces qui-
zá debería hacer algunos cambios en ella ahora, mientras la está viviendo. La persona que
dice "Sí, no me importaría pasar otrayez por mi vida, aunque fuera todo igual", es alguien
que pasaría por la última etapa de Erikson y lograría la integridad. Es decir, si una persona
está satisfecha con su vida en conjunto, entonces puede aproximarse al final de su vida con
integridad.

Karen Horney y una inlerpretación feminista del psicoanálisis


Karen Horney fue offa de las primeras proponentes de la psicología del yo. Era médica y psi-
coanalista en una época en que la mayoría de los médicos y casi todos 1os psicoanalistas eran
hombres, que practicó desde la década de los treinta hasta alrededor de los cincuenta. Cues-
tionó algunas de las nociones más paternalistas del psicoanálisis freudiano y ieformuló algu-
nas de 1as ideas para generar una perspectiva más feminista sobre el desarrollo de la
personalidad. Por ejemplo, reaccionó contra la noción de Freud de la envidia del pene. Recor-
dará que Freud interpretó la etapa fálica para las mujeres como un conflicto sexual que em-

I
t,
(,.tpnl]lo Dtgz Enfornres nsicoana[licos,lnnmconlllmnoráneos {
l

pieza cuando una niña pequeña se da cuenta de que no tiene pene. Culpa a su madre por este
estado de cosas deficiente y desea ser como su padre y tener un pene, según Freud. Horney
enseñó que el pene era un símbolo de poder social, más que un órgano qüe las mujeres de-
searan en realidad. Horney escribió que las niñas se dan cuenta, a una edad temprana, de que
se les está negando el poder social debido a su género. Afirmaba que las niñas en realidad no
tienen un deseo secreto de volverse niños. Más bien, enseñaba, las niñas desean el poder so-
cial y las preferencias que se les daban a los niños en la cultura de esa época. La cultura es
un conjunto de normas compartidas para muchos comportamientos. Por ejemplo, el que una
persona se sienta avergonzada por el comportamiento sexual promiscuo es determinado por
una noffna cultural. Es más, la cultura podría contener nornas diferentes para hombres y mu-
jeres, como que las niñas debeían avergonzarse si tienen sexo promiscuo, mientras que los
niños debería¡ estar orgullosos por dicho comportamiento, ya que es aceptable desde el pun-
to de vista cultural que fanfaroneen sobre ese comportamiento.
Lateoría original de Freud era severa hacia las mujeres. Debido a que las niñas se dan
cuenta de que no tienen pene, afirmaba, están destinadas a volverse dependientes, sumisas,
sensibles y vanas. En la posición de Freud sobre el papel de las mujeres, la biología determi-
naba el resultado. Horney señaló que no era tanto la biología, sino la cultura, la que influía en
resultados diferentes en la vida para hombres y mujeres. Por ejemplo, en la época de Horney,
era común o incluso se esperaba que una mujer sacrificara su caffera, si es que tenía una, por
la carrera de su esposo, aun si la esposa tenía más talento y potencial que el esposo.
Homey estaba entre los primeros psicoanalistas que enfatizaron'los determinantes cul-
furales e históricos de la personalidad, los cuales se explorarán con más detalle en los capítu-
los 16 y 17. Horney seña1ó que muchos papeles de género estaban definidos por la cultura.
Por ejemplo, acuñó 1a frase temor al éxito para resaltar una diferencia de género en respues-
ta a situaciones de competencia y logro. Muchas mujeres, afirmaba, sentían que para tener éxi-
to debían perder a sus amigos. En consecuencia muchas mujeres, pensaba el1a, abrigaban un
temor inconsciente al éxito. Sostenía que los hombres, por otra parte, creían que en realidad
ganaian amigos al ser exitosos, y, por tanto, no temían en absoluto luchar por conseguir lo- I
I
gros. Esto señala una influencia cultural importante en el comportamiento. I
Horney enfafizó el punto que, aunque la biología determina el sexo, se usan normas cul- 1

turales para determinar 1o que es aceptable para un hombre y una mujer típicos en esa cultu- I
ra. En parte debido a Horney, en la actualidad usamos los términos masculino y femenino
i
para referirnos a rasgos o roles asociados de manera típica con ser hombre o mujer en una
I
cultura particular, y nos referimos a las diferencias en esos roles y rasgos atribuidos en for-
ma cultural como diferencias de género, no diftrencias sexuales. Esta distinción, tan impor- 1

tante para el feminismo moderno, puede remontarse hasta Karen Horney. Es desafortunado lI
que Horney muriera en 1952 y no viera el progreso logrado por el movimiento de las muje-
res, del cual en verdad puede incluirse como una de sus primeras líderes. t
Horney tenía un conocimiento muy personal de las fuerzas sociales y culturales que I

oprimían a las mujeres en su época. Los colegas en la profesión del psicoanálisis dominada I
por hombres desaprobaban su§ actitudes escépticas hacia las ideas freudianas clásicas. En
1941, los miembros del Instituto Psicoanalítico de Nueva York votaron para quitar a Horney
del puesto de instructora que ocupaba ahí. Horney se fue de inmediato y estableció su propio
Instituto Estadounidense para el Psicoanálisis, el cual fue muy exitoso. De hecho, hizo una re-
conceptualización importante del psicoanálisis, la cual enfatizaba las influencias sociales so-
bre la biología y la cual daba atención especial a los procesos interpersonales en la creación y
mantenimiento de trastornos mentales y otros problemas con la vida. Sus intrigantes teorías I

fueron plasmadas en una serie de libros muy amenos (Horney, 1937, 1939,1945, 1950).

Enfasis en elyo y Ia noción de narcisismo


La psicología del yo por lo general er$atiza el ro1 de la identidad, la cual es experimentada
por la persona como un sentido del yo. Los psicoanalistas contemporá¡eos Otto Kernberg

I
Plmn thns fl dominio

(1975) y Heinz Kohut (1977) son contribuyentes importantes a la concepción psicoanalítica


de1 rol del yo en el funcionamiento normai de la personalidad y en los trastornos. En el flrn-
cionamiento normal de la personalidad, la mayoría cle las personas desarrolla un nivel esta-
ble y relativamente alto de autoestima, tiene algún orgullo por lo que han logrado hasta el
momento, tiene ambiciones reaiistas para el futuro y siente que está obteniendo 1a atención
y el afecto que merece de otros. La mayoría de nosotros tenemos un nivel sano de autoesti-
ma; nos consideramos valiosos, nos agradamos y creemos que ies agradamos a otros tafi]-
bién. Y la mayoría de nosotros tiene prejuicios de autr¡servicio. los cuales se refieren a la
tendencia común a que las personas tomen el crédito por los éxitos. pero nieguen la respon-
sabilidad por los fracasos.
Sin embargo. algunos llevan 1a autoestima demasiado lejos, tratando cle incrementar su
valía en varias formas problemáticas. Por ejempio. a menudo pueden tratar de parecer más
poderosos que otros, más independientes o más queridos por otros. Este estiio de autoadrni-
ración inflada e intentos constantes de atraer la atención hacia sí y de mantener a otros enfb-
cados en uno mismo se liama narcisismo. En ocasiones el narcisismo es llevado a extremos
y se vuelve un trastorno de personalidad narcisista (véase el capítulo 19). Sin embargo, las ten-
dencias narcisistas pueden encontrarse en niveles de rango normal, caracterizadas como un
enfoque extremo en sí mismo. una -sensación de ser especial. sentimientos de tener derecho
(que uno merece Ia adrniración y la atención sin gar.rársela) y r.rna búsqueda constante de otros
que servirán como el club de fanáticos privado de uno,.
Sin embargo, hay una paradoja, llamada por 1o común paradoja narcisista: aunque un
narcisista parece tener una autoestima alta, en realidad tiene cludas sobre su valor como per-
sona. Aunque el narcisista parece confiado y segrlro de sí rnist.no, 1a persona necesita elcrgit-rs.
palabras tranquilizadoras y atención constantes de otros. Aunque el narcisisfa ptlece tener un
sentido grandioso de t,anidad. no obstante es muv vulnerable a los golpes n su autoestilnc y
no priede manejar muy bien la crítica. En e1 psicoanálisis contemlroráneo, el narcisismo es vis-
to como una perturbación en el sentido dei ¡,o que tiene rnuchas implicaciones en la creación
de problemas paravivir y reiacionarse con otros.
Un ejemplo de un problema asociado con el narcisismc¡ e-q que. cuando lo-s narcisist¿is
son criticados o desafiados, pueder.r comportarse en l'orm¿r agresir,a, tratando de lograr algún
respeto al menospreciar a sus críticos. El Mo¡tual tlia-gnóstico t'eslcLdísticr¡ "IVsugiere que las
personas con trastorno de personalidad narcisista pueden estar en riesgo de violencia después
de golpes a su autoestima" como ser regañados en el trabajo o haber sido ab¿rndonados por un
cónyuge. Esta tendencia haci¿r la violencia en respllesta a la crítica fue ilustrada en un estudio
de iaboratorio llevado a cabo por los psicólogos Brad Bushrnan 1' Roy Baumeister (1998). Los
sujetos acudieron al laboratorio y escribieron un ensa-yo corlo sobre un tema que se les asig-
nó. Otra pe1'sona hizo comentarios después sobre los ensayos que acababan de escribir, ha-
ciendo críticas fuertes a las opiniones de los sujetos. Más adeiante en el experimento, a los
sujetos se les dio la oportunidad de participar en unjuego de computarlora con su crítico y se
les permitió "aturdir" ¿r su oponente con ráfagas fuertes de ruido clurante el -iuego; es decir, lo-s
sujetos podían distraer a sus oponentes con expiosiones irritantes de ruitlo dilrante la compe-
tencia. Los sujetos uarcisistas que habían siclo insultados aturdieron al crítico en fortna mucho
más agresiva de lo que Io hicieron las personas no narcisistas o 1as personas narcisistus que
no habían recibido críticas. E,ste haliazgo sugiere que el narcisismo puede conducir a la agre-
sión cuando el narcisista es provocado o criticado. Las personas con niveles de autoestima se-
guros y altos en forma normal. sin embargo. no se perturbaron nj fueron agresivos cuando
fleron agredidos (Rhodenwalt y Mori. 1998).
En un esturlio interesante del narcisisrno se encontró que el número de pronombres de
primera persona que usaba Llna persona en un ensayo {)',:¡, ntíe¡, ¡ní) se correlacionó en forrla
positiva con las puntuaciones de narcisismo (Emmons, 1987). En otro estudio se encontró que
cuando se les daba la oportunidad de observarse a sí mismos en una videocinta u observar una
cinta de alguien más. los narcisistas pasaban mírs tiempo viendo la cinta de sí n-rismos (Robins
C,rphuto Dtm Enfooues nsrcoa¡alil icos: lemas conlelnooráneos ,)_,)

I{r-Pil;e,,

to ci falso
""'\/eralad
.':.,,'Verdadero o falso
, ,: ,r,Verdaderg 'b falso
:.'i.l¡.li: 1 r,; . lr:

,,,o . falso
, ,o-, falso

¡z John. 1997). Este estudio también mostró que los narcisistas califican su desempeño en la
videocinta en fbrma mucho más positiva de 1o que e,s calificada por otros, 1o que implica un
sentido inflado de sus propias capaciclades.
En resumen, aunque un interés en el narcisismo comenzó en ia psicología cieI yo corno
un estilo de defenderse contra una autoestir¡a deficiente. los estudios han confirmado 1as no-
ciones teóricas de que los narcisistas esfán preocupados con ei yo, son vulner¿rbles a las crí-
ticas y a los golpes a su valía y responden a tales desafíos con ira y a§resión. Aunque ios
narcisistas parecen tener una autoestima aita, sr-is representaciones internas o privadas del yo
son tiágiles y vuineratrles. Es clarc¡ que une noción importante dei perrsamiento psicoanalíti-
co contemporáneo es que ia represe ntación interna Ce1 1,o clesempeña una función irnportan-
te en ia forma en que uno interactúa ccrn el ambiente social y reacciona ante éste. En la
sección "Teoría de ias relaciones objetales" veremos cómo el psicoanálisis contemporáneo
también se enfoca en la representación interna de otras personas y cómo influye esto en las
interacciones sociales.

{ilr¡ i {}fl$ ffih *tnfirls


Otros cambios a las ideas originales cle Freud han sido tan arrolladores que un enfoque nuevo
eliminó el término "analítico" por completo: la teoría de las relaciones objetales. Recordará
que Freud enfatizó la sexr"ralidad en el desamolk-¡ de la personaiidad. Veía a la persclr.ralidad
adulta como el resulftrdo de la fonna en que las personas acomodaban los conflictos inevita-
bles entre sus deseos de placer sexual de varias partes del cuerpo y ias restricciones de los pa-
dres, instituciones soci¿iles y la sociedad civilizada. El énfasis de Freucl eti 1a sexualidad ha
sido replanteado por completo por generaciones recientes de psicoanalistas. Este nllevo mo-
virniento, la teoría cle las relaciones objetales, enfatiza ias relaciones sociale-s ¡, sus orÍgenes
en l¿r infancia.
Considere la fase edípica del desarroilo. Freud enfhtizó la atracción sexual por el padre
del sexo opuesto. r' e1 miedo, rabia, ira y celos hacia el padre del mismo sexo. Los psicoana-
listas posteriores a Freud observarol.r la misma situación infantil y vieron, en camLrio. ia im-
portancia de formar relaciones sociales para desarrollar la personalidad. Analistas posteriores
enfatizaron que no era la serualiclad sino, en cambio, el desarrollo cle relaciones sociales sig-
nificativas Ia t¿rrea qlre ocLrrre en esta etapa del desan-ollo. Después de todr¡, las primeras per-
sonas con quienes tenemos una relación significativa son nuestros padres.
Los psicoanalistas rnodel'nos LrLrnlo Erikson y Horney fueron importantes a[ enfhtizar las
tarcas sociales del niño e n clccimie nto. De hecho, mrichos problemas en la adultez se refle-
ren a problemas o falias en lur relaciones (por ejemplo. problemas matrimoniales. dificulta-
des con las personas en e1 trabaii, ;. cle n¡oclo c¡Lre los analistas comenzaron a ver las primeras
-: :-="..,",
I

relaciones en la infancia como los prototipos para las relaciones adultas. Los analistas moder-
nos sostienen que la personalidad adulta es determinada por experiencias en la infancia, pero
enfatizan las primeras relaciones sociales, más que 1a sexualidad per se. La forma en que no§
relacionamos con otros, porque nuestras relaciones fallan o tienen éxito, y los temas comunes
en nuestras vidas interpersonales tienen sus raíces en nuestras primeras relaciones infantiles,
en particular aquellas que desarrollamos con nuestros padres. Éste es el tema de la teoría de
las relaciones objetales.
Aunque la teoría de las relaciones objetales tiene varias versiones, las cuales difieren en-
tre sí en su énfasis, todas las versiones tienen en su centro un conjunto de suposiciones bási-
cas. Una suposición es que los deseos, inclinaciones e impulsos internos del niño no son tan
importantes como sus relaciones en desarrollo con otras personas extemas significativas, en
padcular los padres. Una segunda suposición es que los otros, en particular la madre, son in-
ternalizados por el niño en forma de objetos mentales. El niño crea una representación men-
tal inconsciente de la madre. El niño, por tanto, tiene una "madre" inconsciente adentro, con
quien puede relacionarse. Esto le permite al niño tener una relación con este objeto internali-
zado, aun en ausencia de la madre real; de aquí el término teoría de las relaciones objetales.
La relación con el objeto que el niño intemaliza se basa en su relación de desarrollo con
la madre. Si las cosas van bien entre la madre y el bebé, éste internaliza un objeto de 1a ma-
dre cariñoso, que lo nutre y es confiable. Esta imagen forma entonces los fundamentos de la
forma en que los niños llegan aver a otros con quienes desamollan relaciones subsiguientes.
Si el niño internaliza un objeto de la madre que no es confiable, quizá debido a que la madre
real ha dejado al niño solo con demasiada frecuencia o no ha alimentado al niño en forma re-
gular, entonces podría tener dificultad para aprender a confiar en otras personas más adelante
en la vida. Los primeros apegos sociales que desarrolla el bebé forman las plantillas pata to-
das las relaciones significativas en el futuro. Esto es consistente con la idea psicoanalítica clá-
sica de que "el niño es padre del hombre", en el sentido de que lo que se desarrolla en Ia
infancia deterrnina los resultados en 1a adultez. Sin embargo, en el caso neoanalítico, es la pri-
mera experiencia infantil con los cuidadores, en especial el apego con el cuidador primario,
lo que determina la personalidad adulta.

Pnmer apego infantil


El trabajo sobre el primer apego infantilhatrazado un par de líneas de investigación en la psi-
cología del desarrollo. La primera línea de investigación fue el trabajo de Harry Harlow y
otros en monos bebé. Los experimentos bien conocidos de Harlow implicaban retirar a los
monos bebé de sus madres reales y criarlos con modelos de monos madre hechos de alambre

El fuerte vínculo entre el bebé y el cuidador primario, ll.amadr¡

apego, es importante en el desarrollo de todos los primates,

incluyendo los humanos.


rl

ltl

,,

lii I)lt'l l',r,Iu¡lli ¡»irrrlrrlrlÍlilcl: llltilt¡ r.,rrllr,rrrlrollirtlrir


,)i;l E
,i.t'ttl

o paño Estlls tnaclre,s fal"cas i.to propcrcionabau e1 acicalalniento. acurrucamiento. asimiento o


I
contacto sc¡r:i¿rl i1e las madres reales. l-os rnr¡nos bebés criacios cc¡n las m¿iclres f¿rlsas rjesarro-
llaron problc$uls en la adolescencia f, i¿1 ,r,1r1r.r. r,lrlviénr.lose a¡fit]tos que eran inseguros des_
cle e1 punto cle vista social. clue en sener¡rl ei:¿rn ¿¡nsi<tsos y que no desarollaban rel¿rciones
sexuales nr,.rniales cu:rnclo eran adLrlto.q (Harlou.. 19,5g: Harlow y Sr-rouri. 197 l; Harlow y Zifn_
merman- 1959). Es más. los monos bebé preferían a sus rnadres reales c1r.re a las n.iadres fal-
sris. 1' pref'er'ían a la madre de paño qr-re a la ma<lre ile al¿rmbre cLrando se les daba ii
elegir.
Harlow concln¡ró que ei apego entre el bebé v el cuidador prinlario reqnería contacto físico
con Ltna nraclre af-ectuosa v sensible y que es cle irnportancia vital para el ciesatr-ollo psicoió_qi-
co del bchti.
E1 apego a la Inactrre durante los prir.neros sr:is meses cie i'icla parece cruci¿l p¿ra
todos
los prirnates. incltrvenclo hurttanos. E,l apego en el bebé huilano c<¡mienza cuanr.lo desarrolla
una preferencia por ias personas sotrre los ob.ietos. Por ejerlplo. el niño prefiere ver una
cara
humana en l'¡sar de un.jr-rguete. Luego la prerf'erencia ccimienza a reducirse a persontrs fhmi-
liares, de nrodo clue el niño prefiere ver:1 personas que ha visto antes. en comparacióp
con los
extraños. Ypcr últirno iii preferencia sc reduce aírn más, de rnoilo qrLe el niño prefiere a la rna-
dre o ctridador ¡rrinrario sobre cualquier otro.
Las fol'nras en qlle los niños peqtreño-s desarrt¡llan apesos a sus paclres y cuiclaciores fúe
eltem¿rprincipaldeinvestigaciónparael psicólogoinglésJohnBowiby(1969a. 1g69b, 19g0,
l988). Bolvlby se entbcír en ia rel¿rción de apego con la macire y cómo esa relación satisface
las necesidades clei bebé de protección. nutricirin apoyo. Bowlby estuclió io que sucede
i/
cuando esta rel;.rción cle aoego se rompe en f-orma tempornl. como cuanclo la maclre tiene qr-re
dejar: solo al bebé por un corto tiempo. Not<i que al-eunos bebés parecen confi¿ir que iii
maclre
regresará 1' ploporcionará un cuidado ininterrnmDiclo; estos bel¡és están f'elices cn¿rndo la ma-
clre re-{resa' Otros en contraste. reaccionan en forr¡a negatir,,a a la separación y
se agitan y per-
turb¿rll cuando la madre se vr. Sólo prtctlen eulrnarse con e1 regreso de ésta. Bowlby
decía que
estos bebés experinlentalran ansiedad de separaciírn. Bowlb¡, también obsen,ó un tercer
tipg
de bebés, clue parecían deprili'rirse cuando sus madres se iban. Aun cuando la rnaclre ,"g..io,
estos bebés parecen permanecer distantes cle sus maclres, o enojados con elias.
I-a psicóloga Mary Ainsu,orth v sus cole,uas elaboraron un proceclimie¡tc¡ de 20 minu-
tos par¿r esttldi¿u 1a ansieciad cle separación: un plocedinriento también usadg para iclentificar
diferencias entre los niños en la fbrma en que reaccionan a la se¡paración cle sus madres. Éste
se llaura procedimiento de situación extraiia. H,n cs¡e proceclimiento, nnei maclre y su bebé
entran al cu¿lrto de laborator:io. el cual e s como un¿r sala cómoda. La maclre se sienta y el ni-
ño es iibre de explorar los ingueres j-ott.ls c()sils que hay en el cuarto. Después de unos cuan-
tos tninutos, un extraño, un adulto clesconocick¡ pero ar.rrigable. entr¿l al cuarto. Entonces 1a
m¿rdre se levanta ,v de.ia a1 bebé solo con cste ¿rclulro clescor.rociclo. Después de irnos
cuantos
minutos. la maclre regresa al cttal'to y el extrañri se va. I-a nt¿rdre está sola con el bebé por ya-
rios min'¡tos rnás. Mientras tanto. e I bebé es videograb¿rclo. de moclo quc slls reucciones pue-
dan analizarse luegcr.
A 1o largo de muchos estudios. Ain,qr,vortlr ,v sus coleras (por ejernpio. Ainsrvorth ¿¡ r¡l..
1972 197t)) encontr¿iron en esencia 1os misrnos tres patrones cie comportamiento señalados por
Bowlby. {Jn grupo cle bebés. llam¿ido con apego seguro. soportó con cstoicismo la separación
y continlló explorando el cttailo. esperando con paciencia o incluso acercándo-qe al extraño y
en ocasirllles deseanclo ser sostenido por el extlaño. Cuando las madrcs regresaron, estgs
bebés
estaban contenlos cle ."erlas, cle manera típica interacti,raban con ellas por Lrn rato. lue-so volvían
a explol'ar cl ¡rllbiente nuevo. Parecí¿In se-suros de c¡ue las rnadres regre serrí¿n. cle
ahí e1 tél-mi-
no,seguro. Este gllrpo de bebés fue el míis cle los lres (.66c/a ctrst(t en este
-urancle -trupo).
El segnnrlo trLrpo" Ilamiido grupo con apego evitativo, consistía en bebés que evitaban
a las madres cttallclo resl'esaban. Los bebés cle este
-qrupo por ltl senel-a1 pal"ecían irnper-t¡rba-
bles cuando las mad¡es sc iban y c1c manera tíirica ncr les prestaban rnncha atención cuanclg
r.e-
gresahan, como si est'.trieran,.lislantes de ellas. Aprorirnadarnentc 207c cle lcs bebés
cil\,ó en
esta categoría.

-
Prntt hts Eldornilio intrapsÍqúco

Ainsu'orth llamó a la tercera categr;ría cle respriesta de los bebés a la sep;rración grupo
de apego arnt¡ivalente. Los bebés en este grupo estilban n-iuy ansiosos crrando se iban ias ma-
dres. Muchos comenzaron a llorar y a protestar con vigor antes de que éstas salieran siquiera
del cuarto. L-uando las madres se habían ido. era difícil que se ualmarat los bebés. Sin embar-
go, al regreso de las ma,dres. los bebés se cc.rrrprlrtaban en tbrma ambir,alente. Si.r comporta-
miento mostraba tanto enojo como deseo de estar cerca de las madres: se acercaban a ellas
pero luegtl se resistían retorcióndose ¡r luchando para que no los sostuvieran.
L¿rs madres de los bebés en estos tres parecen comportarse en tbrma diferente.
-qrupos
De acuerdo con la investigación subsiguiente, revisada por Ainsrvorth v Bowlby (1991), las
m¿iclres de los bebés con apeqc seeLLlo prcpolcionan rníts aÍ-ecto y estimulación a sus bebés, y
por io general son más sensitrles que li.rs madres de los bebés en los otros grupos. Estos estu-
dios han proporcionado una evidencia clara de que la sensibilidad dei cLridatlor a ios bebés 11e-
va a una relac-ión más armoniosa má-s adelante en la vida entre el niño y sus paclres. Pcrr
ejemplo, en un estndio. la sensibilidad al llanto del bebé en ios priineros meses de r.ida se aso-
ció con menos (no más) llanto c¡"lani.lo tenían un año de edail. Aunclue este resllltado file reci-
bido con incredulidad al principrio, en especial pol los teóricos del aprendizaje. con el tiempo
influyó en las recornendaciones para las prácticas de crianza (Bretherton y il{ain, 2000).
I-as madres de los bebés en los grupos anrbivalente y evitativo tendieron a,qer menos aten-
tas con sus niños, menos sensibies a sus necesidades. Estas madres parecen est¿u menos sinto-
nizadas o inr,ql11q¡¿¡se menos con sus bebés. Aigrinos niños reaccionan a estas m¿rdres menos
sensibles enojándose con ellas (los bebés ¿imbivalentes) o tratanilo de distanciarse en lo emo-
cional (los bebés evitativos).
Estas printeras expeliencirrs y reuceiirrres del betré a 1os p:rdres, en particular a la ma-
dre, se vuelt,en 1o que .llowlby ilamó rnodelos de traba.io para ias relaciones adultas futuras.
Estos modelos de trabajo son internalizaclos en ia fbrma de expectativas inconscientes sobre
las relaciones. Si los niños experimentan que no son deseados, o que no pueden confiar en
sus madres para qlle los cuiden, entonces pr-reden intern¿rlizar la expectativa de que es proba-
ble que nadie rnás los quiera, Por otra parte. si se satisfhcen las necesidades de los niños, y
están seguros que sus padres en verclad los aman. entonces esperarán que otros también ios
enclrentreiladorables(Bowiby" 1988).Sepiensaquecsta{c\pectativr.rsacercadelasrelacio-
nes, Ias crtales se desarrollan en nuestros prinreros cr:intactos con nlresfros cnidadores, se
vuelveu parie de nuestro inconsciente y. por tarrto. e.jerc:en un¿r inf-luencia poderosa en nues-
tras relaciones aclullas.
Podríarros pensar que el paradigma de la "situación extraña" sólo es írtil para pensar
acerca de la forina en qlre ios niños afrontan la separación temporal de sus cuidadores. Sin em-
bargo, algunos irivestigadores esfán estlldiando un análogo adulto Ce este paradigma, donde
las parejas casadas scn separadas en forma temporal por circLrnstancias de la vida (Cafferty er
al.. 1994'¡. Estos investigadores realizaron un estudio iongitr-rciinal con miembros de Ia Guar-
dia Nacional y otras unidades de reserva militar que fueron sep¿il'ados de sus cónyuges y des-
plegados en riltramar durante la operación lbrmenta del Desierto. Encontraron que 1os estilos
cle apego predijerol dif-erencias indivicluales en las re¿rcciones emocionales ante la separación
(las personas con apego seguro no se rngllstiaron) y a los ajustes matrimoniales posteriores a
la reunión (las personas con apego ambivalente trrvieron la mayor dificultad). Cuando las re-
laciones matrimoniales adultas son inlerrumpidas de manera temporal. puede ser que las per-
sonas en esas relaciones reaccionen y se adapten en form¿is que asemejan la forma en que
afrontaron sus primeras separaciones, 1as cuales pueden ser intluidas por el estilo de apego
que desarroilaron al principio de la vida con su cuidador prirnario.

ii ri;rliorres lrll¡ I tirs


La inr''-,ctigación sobre apego ha probado las ideas de las relaciones con los objetos al exa-
min¿r si ei estiio i'le ape-9o desarrollado en la infancia se relaciona con la clase de lelacio-
nes acinita.s po-cteriores. {-os psicólogos Cindy Hazan y Philip Shaver (1987) han mttstrado
C.tpÍtutoDmz Edrronesnsicn@+_qr=*=pre

que hay patroiles de relaciones adultas que son similares a los patrones
de apego infantil se-
gnro, evitativo y amhivalente. E,n el estilo rle relación ,"gtrru adulta, la per_rona
trrn" po- ,/
cos problernas para desarrollar amistades y relaciones s¿rtisfactorias. Las personas
segruas
confían en ofras ¡r clesarrollan r,íncrilos con ellas. H,l estilo de relación evitativa
adulta se /
caracteriza por: dificultad en aprender a confiar en otros. Los adultos er.itativos permilneeen
sr-rspicaces de los motivos de otros, y temen hacer compromisos. Tienen
nriedo de depencler
de otros porque anticipan que los clecepcionarán, los atrandon¿rrán o se separarán. por
últi-
mo. el estilo de relación ambivalente adult¿r se caracteriza por vnlnelabilid¡rcl e incerti-
dumbre acerca de las relaciones. Los aelultos ambiv;rlentes se vuelver cleperidientes y
denrandantes en exceso con sus llarejas y amigos. Exhiben niveles altos cle necesid¡rrj
en su.s
relaciones. 'i'ienen un mantenimiento alto. en el sentido que necesitan atención y palabras
tranqLri I izadoras constantes.

,.. .:"
rJ0rclcto
¡it+
persona al hacer que informen

a mt.

mls aml-

trl psicólogo Philip Shat'er ysus colegas han mostr¡-clo que hay nna correl¿rción positi-
v¿i entre estilo de apego padre-trebé y el estilo de relación posterior cles¿rn:ollario en ia aclui-
el-
tez' En Lrn estudio. por ejeraplo, los arlultos con Lrn estilo de relación evilatiro reportaron
qlre
sus padres tenían matrimonios inf-elices con niás frecuencia en cornparación
con ad¡ltos con
un estilo cle relación seglira (Brennan y Shaver, 1993). i_os aclultos con un estilo
cle relación
segura. por otr¿l parte, tendieron a report¿ir que venían de una l-alrilia confiable y
solidaria, con
padres qtre tenían un matrirnonio leliz. Aquellos con un eslilo de relación
evitativa tenclierr¡n
a reportar qi:e tros nliembros de su familia eran reserr,adr¡s
v distantesl y que no sentían n'ru-
cho af'ectcr t, confianza de sus paclres o haci¿r elios.
Un tenta clr¡minanle cle ia teoría del apego es que los ¿rpegos rr:mánticos ile una perso_
na en la adultez serán ttn reÍie.jo de sr-rs parrones de apego en el pasado,
en especial con sLrs
¡»'imeras relacir-rnc's. Las representaciones de l;is primeras relaciores pueden servir-colno

J
Puu Ttin illdolrinio intr r(0

Los teóricos de las relaciones objetcles creen que las


características y la calidad de las relaciones adultas son

determinadas, en p(trte, por las relaciones experimentadas

en la ínfancia.

prototipos para relaciones posteriores, con las primeras experiencias reteniendo e1 papel in-
fluyente en los comportamientos de apego a 1o largo cle toda Ia vida. El psicólogo Chris Fra-
ley ha publicado en fechas recientes metaanálisis de estudios que examinan la influencia a
largo plazo de los estilos de apego (Fraley, 20A2a,2A02b). Después de revisal una gran can-
tidad de investigaciones, y de evaluar diferentes modelos de cambio y estabilidad, Fraley
concluye que los datos son consistentes con un grado moderado de estabilidad en la segu-
ridad del apego de ia infancia a la adultez. Su mejor estimación de la correlación entre la
seguridad del primer apego y la seguridad del apego en cualquier punto posterior en ei tiern-
po es aproximadamente .39, la cual puede describirse como significativamente mayor que
cero, pero de magnitud moderada.
, Los estilos de relación adulta pueden ser más importanles para entender las relaciones
románticas. ¿Qué buscan las personas en una reiación romántica? ¿Qué esperan las personas
de sus parejas románticas? ¿Cómo afrontan las personas el abandono y la separación de sus
parejas románticas ya sea reales o imaginados? La investigación sugiere que los individuos
con estilos de apego diferentes responderán estas preguntas en forma muy diferente (por ejem-
plo, Hazan y Shaver, 1987). Aqueilos con un estilo de apego evitativo tienden a rehuir el ro-
mance, creyendo que el amor real es raro y nunca dura. Temen 1a intimidad y rcÍa yez
desarrollan compromisos emocionales profundos. Tienden a no apoyar mucho a sus parejas,
al menos no desde el punto de vista emocionai.
Los adultos con un estilo de apego ambivalente tienden a tener relaciones románticas
frecuentes, pero cortas. Se enamoran y desenamoran con facilidad pero rara vez dicen que son
felices con sus relaciones. Desarrollan una especie de desesperación en sus reiaciones adultas
y muestran temor de perder a sus parejas. Con frecuencia se enfocan en mantener feliz al otro
y, de este modo, son rápidos para comprometerse, para cambiarse a sí mismos para evitar el
conflicto con el otro. Como podría adivinar, los adultos ambivalentes repofian que ser sepa-
rados de sus parejas 1es produce mucho estrés.
Los adultos con un estilo de apego seguro pueden ser separados de sus parejas sin es-
trés, del mismo modo en que 1os niños con apego seguro pueden peñnanecer calmados cuan-
do sus madres dejan el cuarto. Los adultos seguros por 1o general son más afectuosos y
solidarios en sus relaciones románticas, y sus parejas reportan más satisfacción con Ia relación
que las parejas de adultos evitativos o ambivalentes (Hazan y Shaver, 1994). También es más
probable que Ios adultos seguros den apoyo emocional a sus parejas cuando es necesario. Los
adultos seguros buscan apoyo cuando lo necesitan más que los adultos ambivalentes o evita-
(ilÍLriLo Dr¡z leritts ii29

tivos. En general, los adultos seguros hacen un buen trabajo al navegar por las aguas traicio-
neras de las reiaciones románticas adultas.
Un estudio interesante del psicólogo Jeff Simpson ilustra el funcionamiento de los esti-
los de apego en las relaciones adultas (Simpson et al.,2OA2). En este estudio hicieron que pa-
rejas heterosexuales que tenían citas sirvieran como sujetos. Se le dijo a la pareja que el
hombre tendría una experiencia desagradable y de estrés como parte del experimento. Fueron
separados y el hombre fue llevado a una habitación donde un experimentador registró su pu1-
so mienlras decíu lo siguiente:

En los siguientes minutos vú a ser expuesto a una situación ,"- un conjunto de


procedimientos ex¡terimentales que producen considerable ansiedad y angustia en la
mayoría de las ¡tersot'tas. Debido a la nattLraleza de estos procedimientos, no puedo
decirle mds en este momento. Por supuesto, re,sponderé cualquier pregunta o dutla
qLre tenga después de que termine el experimento.

El propósito de esta decl¿uación era poner ansioso al sujeto varón. Es más, era llevado
a una habitación oscura, sin ventanas. que contenía algunos polígrafos. Ei experimentador co-
mentaba que el equipo "todavía no estaba listo" y que el sujeto tendría que esperar unos cuan-
tos minutos antes de que pudiera comenzar la "fase de estrés". Mientras, a la mujer se le decía
que su pareja iba a participai' en unc "sesión de estrés y desempeño", la cual comenzaría en
cinco o diez minutos" La pareja era reunida para que esperaran, y durante'este tiempo fueron
videograbados sin que se dieran cuenta por cinco minutos. Después de cinco minutos el ex-
perimentador entraba a la habitación y les decía a los sujetos que el experimento había termi-
nado, expiicaba el propósito del mismo y les decía a ios sujetos que podían borrar la grabación
si así 1o deseaban(ninguno 1o hizo).
Los experimentadores codificaron la videocinta según diversos comportamientos. En su
mayor pafie estaban interesados en el grado en que las mujeres ofrecían apoyo a sus parejas,
y el grado en que los hombres pedían apoyo de sus parejas. Antes del inicio del experimento,
los experimentadores usaron un método de entrevista para evaluar los recuerdos infantiles de
experiencias con los padres y otras figuras de apego. A partir de estas entrevistas los experi-
mentadores calificaron el grado en que cada sujeto estaba apegado en forma evitativa o segu-
ra a slrs cuidadores primarios en la infancia.
Los resultados mostraron que las mujeres que habían tenido experiencias de apego evi-
tativo con sus padres tuvieron una probabilidad significativamente menor de ofrecer apoyo y
aliento a sus parejas varones, aun si éstos la pedían. Las mujeres con un apego seguro propor-
cionaron apoyo si la pareja la pedía, pero proporcionaban menos si no la pedían. Éste es un
patrón contingente de apoyo, el cual algunos investigadores consideran icleal en las relaciones
(George y Salomon, 1996). Respecto a la búsqueda de ayuda por parte de los hombres, nin,
guna de las variables del estilo de apego predijo este comportamiento en este estudio. Sin em-
bargo, éste no era un factor generador de estrés muy intenso o duradero. Los estudios de estrés
reai, intenso y crónico (personas bajo ataques con proyectiles, personas bajo entrenamiento en
combate) han encontrado que los estilos de apego se relacionan con la búsqueda de ayuda
(Mikulincer, Florian y Weller, 1993; Mikulincer y Florian, 1995). De manera especítica, los
hombres y las mujeres seguros buscan apoyo de otros cuando están angustiados, mientras las
personas con un apego evitativo tratan de distanciarse de otros, desean pasar tiempo solos
cuando están bajo estrés y se distraen de los factores generadores de estrés. Cuando el estrés
es severo o crónico, parece que el estilo de apego de una persona podría relacionarse con su
patrón de bírsqLreda de apoyo.
Las diferencias individuales en el estilo de apego pueden tener implicaciones más allá
de las relaciones. Cualquier área de la vida que implique cercanía, llevarse bien con los de-
más, confiar en otros y explorar ias relaciones podría ser negociado en forma diferente por
personas con estilos de apego diferentes (Elliot y Reis, 2003). Un estudio de adultos examinó
los estilos de apego con relación a la satisfacción con el trabajo, con la famiiia, con la vida so-
Piiitnlh¡s Eldouirio

ciai de Ltno y con los 1'actores generador'es <je estrés en ia vitla (\'asquez, Durik y Hyde. 20011.
Eslos investig¿ldores encotttraron que aqui:llas personas con el estilo ile apego seguro mostra-
ron la mejor aclaptación en estas esferas. Las persr>rr;is con estilos de apego evitativo/teme¡6-
so leportaroÉ dific¡"rltacles en n'iuehas de las esferas de la vid¿r fhuriliar, y en var"ios carupos cie
ia vicla labora]. Otra investigacióli ha mcstrado ejlre, entre los hornbres, el estilo cie apego evi-
tativo/temeroso se relacionó ct¡n una colección de rasgos que se.relacionan con el ¿rbuso ha-
cia las rnujeres (l)Lrtton et u|.., 1994¡.
Si un;i persona desarrolla uu estiicr de apego infantil particular,
¿esrá ilestinad¿¡ ¿r vivir la
versión adulta de ese estilo? E,sta ir-nportante pregunfa ha sido el tema c1e mucho rlebate teóri:
co e investigación empírica (Classidy y Shaver, 1999; Simpson y Rholes. 1998). Los teóricos
del apego creen qLle inclr-rso las experiencias infantiles más cleflcientes con las relaciones p¡e-
den superarse. Ainsworth y Bowlby (199 1) aÍirrnan c¡ue los niñcls no necesariamente son da-
ñaclos para siempre debido a las experiericias adversas cr¡n los padres en ia infhncia. Creen que
las experiencias positivas sutrsiguientes podrían cümpensar las primeras relaciones negativas.
A pesar de un lnal inicio en la vida. uila person¿r expuesta a uLn¿r relación amorosa ni:triente
I
como adulto puede revisar su mr¡delo de tlabajo de las reiaciones objetales. Si la relación es
lo b¿rstante positiva y solidaria" afirman Ainswortir y Bowlbv, la persona podría intern¿lizar
Llna nue\¡a versión menlal de las relaciones, un¿r que fuera ntás segura y confiada, con expec-
tativas positivas acelca de la forma en que ia genre se relacionaría con la persona.

l)irrrrtiti rle |rrs irirrlrrs: ,.liertt tlrr ittt¡rlrr,lt r.ll ht¡ relrrr,inllls
llu\l('t'i(it'0s rll lrrr lr iitr',)
Cada año en Estailos Liniclo, alrcde,.Irr t.te un milión «Je niños cambian cle sitr-r¿rción: sris pa-
dres se divorcian ¡, ellos se vuelven "hijos de un mairimonio fl.acasaclo,'. para los niños. éste
es e[ comierlzo de ttn periodo de alteración e incertirlumbre. Se preguntan dóncle van a vivir.
si veráll de nuevcl a sus amigos, si les agrailarán las nuevas parejas que errcorrlrarán sns ma-
dres y sus padres, si los nuer,'os novi.s de sus macires se irán también si sus padres pelearán
¡r
coll sus llllevas novias etl ia form¿r en que 1o hacían con sus rnailres. Si las representaciones in-
ternas de ios niños rie las relaciones se fbrman por [a exposición a i¿rs relaciones de sus padres,
entonL:es c¡uizá los hijos de clir,orciados tengali un r¡ral ejemplo, una imagen de que las relacio-
nes no dttran, están llenas de dolor y discusiones y que pr-reden desecharse cuanclo las cosas se
ponen diÍíciles.
La teoría de l¿Ls relaciones objetales preclice consecuencias específicas para ios hijos de
dil'orciatios, en particular si el divolcio ocLrre pronto en las vidas cle los niños, cuando se es- I
tán formando las representaciones internas cle las figulas tle apego y cle las relaciones. La teo,
ría de ias relaciones objetales sclstiene clue los nrrit¡s cle clivorciaclos podrían tener dificultades
para formar sus propias relaciones íntirlas rrás ¡icleiante en su vida. Aunque por supuesto las
representaciones internas pueden actr-ralizarse y rnoditicalse, ios teóric¡s cle ias relaciones ob-
jetaies sostienen que, si el panorama menial cie una persona de las relaciones carece
ile recuer-
dos buenos acet:ca de la forma en que las rnujeres y krs hombres se comportan en una relación
amorosa y durader:a, entonces esa persona carece de una plantilla apropiada para sris propias
relaciones adiiltas. Los niñt¡s tienen literalnrente miles cie imágenes de sus paclr.es inteáctuan-
do y' de acuerdo con la teoría de las relaciones objetales, internalizan estas iiriágenes y las
usan para fbrma[ una piantilla para eníender- córno funcionan en general l¿rs relaciones. La
plantilla no sóio se aplica a la fornra en clue los hombres y las mujeres se rratan entre sí sino
también a la forma eil que los patlres se relacionan con los hijos, la fbrma en que los herma-
nos se relaciorlan cotl las herrnanas y la forma en que los niños se llevan con otros niños.
En la década de lc¡s setent¿r huiro un enorúre incresiento en el úrclice de clivorcit¡s en Es-
t:iclos l-lnidos, un au¡nento que ha permanecido con un índice anr-ial alto dur¿rnte las tres
tléca-
.1-r- pas;idas. En la figura 10..3 pueden verse las est¿rciísticas iie divor.cio. l,os hijos de
.i:' ''¡¡1¡1¡,i¡¡5 de la décarla de los setenta ahora son adulbs y tiefien sus propios rnatrimoirios, y
f i¡ ¡ r, lt,'7 . . ., ;,.i,,',rrr:,ltl.irrlr: llll:rr r,0llr'iltlilrt;iIr,i ;13 I

Í Distribución del porcentaje de divorcios


{ \
f
$
§ I por núrnero de años de matrimonio
I
índice anual por 1 000 hab¡tantes
\
f

iii:rl,i;a

I t'l:, ' ,'


c) Alrededor del mundo d) Datos de divorcío

tigura 10.3
Estadísticas sobre divorcio. Fuente: Ariaptado de Time, septienrbre 25, 2000, Copyright O 2000 Time, Inc. Reimpreso con autorización.

sus propios divorcir¡s. Varios investigadores tran entrevistado a adultos que son hijos de divor-
ciados a fin de responder alguuas preguntas sobre 1os efectos de1 divorcio en los resuirados a
largo plazo para ios niños.
Jttdith Wallerstein y sus colegas (2t100) escril¡ieron un conttovertido libro sobre los hijos
de divorciados. \4,/allerstein había dado seguimiento a Lln grupo de 13i niños cuyos padres se
habían divorciacio hacía tres décadas, y éste es el tercer libro que escribe con base en est¿1
mliestra. En los primeros dos libros de Wallerstein, se enibcó sobre todo en los efectos duran-
te 1a infancia" En general, conch-ryó que el divorcio es difícil para los uiños; con fiecuenci¡i
sueñan con que sus padres vuelvan a reunirse 1, padecen depresión, dificultades de ap,rendiza-
je y otros problemas con índices mayores que los niños de f-arnilias intactas.
Ahora estos 131 sujetos son décadas mayores, y Wallerstein ha repor-tado su adaptación
social como adultos. [-,as noticias no son nru¡'positivas: a 1a ma]'oría le tomó n-iucho tiempo
superar el divorcio de sus padres. Y ahora el efecto más profundo parece lto\rrarsc jr.rsto enan-
do estos aclultos estítn luchando por formar sus propias rel¿rciones y matrimonios. "Es en ia
adultez qlre los hijos de divorciados sLrtien más. EI impacto clel clivorcio los golpea con más
crueldacl cuando s¿ilen en bLrsca clel amor, la intimidad sexual y el compromiso. Su c¿rrenci¿r
c1e irnágenes internas de un hotnbre \ Lrna mujer en una relación estable obstacriliz¿r
en gran
rncdida su búsqueda, lo c}re los l1er ¡ ¿ 1a corigoja e inciuso a la clesesperación. No tienen bue_
nos nrcrclelos sobre Ios citales constlLrir sLrs e\DL'ranlas" (Wrllerstein et a|.,2AA0,p.299).
La perspectir,¡i teót'ica de \\hiiersteirr c-s la tcoríir c1e ias lel:rr:iones objetale s. Su respues-
ta a pol- qué los liijos de iiii,orciados tienen plobienr¿rs coi! sris plopias relacit¡nes es qle Ios
fantasrnas del pasado sln'gen.iusto clr¿rndo cntran err sus propias rel¡rciones íntirnas. Con fan-
tasm¿Is Wallerstein quiere decir las imá-tenes de los rnatrimonios tiacasaclos cie,sus paclres y
los temores intensos, cttn liecuencia inconscientes. de repetir los errores tle -<us paclres, aLtna-
do con el deseo intenso, con frecuencia incor.isciente, de clue pueden hacerli¡ nrejor que sus pa-
clres. Por tanto, tienen una itnagen interna muy ambivalente cle las relaciones. E,sta imagen, y
las cmocitlnes v deseos asociados. ocupa el centro del escenario cr¡¡rndo estos indir,icluos eu-
tr¿ln en la adultez y se ¿tcerc¿ut a sus propias relaciones aclultas.
Wallerstein et al. (20AQ relatan la historia de Karen. quien clesc-ribió su relación con Lrn
novio con quien vivía como "uu terrible error: bebe cerveza. no tiene ambiciones. no tiene me-
tas en I¿ vida, no tiene educación, no tiene Lrn trabajo regi:lar. Cuancio lle-eo a casa después del
trabajo, tan sóio está sentado fi'enre al televisor, y ahí se la pasa todo el día,' (p. 29). Cuanclo
se le preguntó por qué se mudó con é1. respondió: "No estov segur¿1. Sé clue no lo amg. Sé que
no qi-riero c¿lsarfte. Pero también lne aten'a estar sola..Ten-ro miedo cle eniejecer y no tcner
otra oportuniciad. No cleio de pensar qr-te terminaré sol¿r cor.no uri papír y mi rnamír'' (p. 30). Es f
fácil ver cólno este caso refleja un estilo cle :rpego ¿tnlbiv¿rlente: Karen a l¿i l,ez es atraícla ha-
cia stt novio y teme estar sola. No desea casarse con é1 pero. al rnismo tienrpo. no desea de-
.jiulo. En verdad es ambivalente, jaladi,r en dos iiirecciones por esta relaci(rn.
Walierstein cree qlle los hijos de divorciados se contienen de las rel¿iciones debiclo a que
sus visiones de l¿is relaciones adult¿rs son muy atemorizantes. Aunqr-re no nceesari¿unentc es-
tán condenadas ¿r fracasar. sostiene Wallerstein, a los hijos de divorciaclos les tom¿r más tiem-
po entrar en la adultez matlrtra. Afinna rlue debi:n sLrperar y revisar los rnt¡clelos mentales de
las relaciones cltte desarrollaron en la infancia. Tienen que rechazar a sus piiclres cr¡mo mr¡cie-
los a segr-rir y leinventar r-rn modelo de trabajo cle la vida aclult¿.. Lrno .ilre inch-ry;r rel¿rciones
positivas, construciivas y amorosas.
Como podrír imaginar, las opiniones de W¿rllerstein sobre los problemas enfrentaclos por-
ios hijos adultos cle divc»'ciados son controverticlas. Uri¿.. cr-ítica es que la inuesira de \l,allers-
tein es pequeña y no es represcntativa; un grupo es stilo cle I 3 I personas. toclas las cuales son
blancas 1' del opulento condado Marin en el nr,.rte cle Calilorni¿i. Oh'o problenla con el estuclio
de W¿rllersteitt, sosticnen sus crítieos. es que flo irizo e1 seq¡-ri¡ltiento cle un grupo control, un
grtrpo dc- personas sin'rilrres. extrititio de arrlececlentcs similares" pero cuyos padres no se hu-
bieran divorci¿rdo. Ai-snnos eruditos han alirmado que Whllerstein r-lemuestrl r-rn pr.e jr-ricio eon-
fitmatorio: cs decir" busca evidencia cle que e1 tlivorcic¡ perjuclica a los niños" así que busca
hasta que la encuentra. Un argumento relacionaclt) es clue los sujetos están prcjriiciaclos para
dar: la infbrmación c¡ue W¿rllerstein estír buscando. Después de toclo. sostienen ios críticos. los
su.ietos son parte de un f¿Lmoso estudio en curso sobre los ef-ectos clel divorcio. Es pr:obable
que tnuchos de los su.jetos hayan leíitro 1os libros anteriores cle Wallerstein. o ¿tl menos han vis-
to 1¿r cobeltula de ellos en los rnedios de comunicación y, así. son in1'luidos por los hallazgos.
C)tra crítica es qr-re Wallerstein no estuclió a hrjos de ruatrimonios tallidos que
lrer.manee iertrn
.iiLntos. Etl otr¿rs palablas, ¿c1ué pasa si rnaniá y papír se clesprecian pero pemtrneciertrn juntos
"por el bien de los hijos"? i,SLrs hijos son r.nejores o peores que los hrjos cle ili.,,orciaclos'l
Una selie de artículos de los psicókrgos Amato y Keith clescribe los result¿rcl<¡s cle aná-
lisis a -urtLn cscala de las consecriencias a largo plazo ciei ciivorcio de los paclies en ei bienes-
tal adr-rlto c1e los niños implicaclos. En un artículo (Amaro i,Keith. 199 la), clescribieron los
:¿¡'Ltit¡tiitls de Ltn uleta¿Inálisis de J7 estudios. que inch-rían a más cte 81 000 inciividuos. mos-
.r'.tr.rt:ti rilr. los cféctos dei ilivorc:io cie los padres fueron necativos para todas las variables
de

I
fi.rpÍrrrLo l)ru lenils ltirt '),),)

resultado evaiuadas. Es decir, los adultos que experimentaron un divorcio de los padres cuan-
do eran niños, comparados con adultos cuyos padres continuaron casados, mostraron una ma-
yor probabilidad de tener una familia de un solo padre, tener una adaptación psicoiógica más
deficiente, tendieron a tener problemas de comportamiento o trastomos de conducta, o ambos,
en sus familias y lograron un menor nivel educativo. De manera interesante, este efecto nega-
tivo del divorcio de los padres fue peor en aquellos estudios llevados a cabo hace muchos
años, y menor para los estudios realizados en fechas más recientes. Este hallazgo sugiere que
el divorcio de los padres, el cual era menos común en las décadas anteriores, puede haber si-
do peor, en función de los resuliados para los niños, de 1o que es en la actualidad. Con la mi-
tad de los matrimonios en la actualidad que terminan en divorcio, se está volviendo casi
normativo ser un hijo de padres divorciados.
En otro estudio de Amato y Keith (199lb) se enfocaron de manera específica en los re-
sultados financieros asociados con ia separación de los padres en la infancia. Para la mayor
parte de los grupos estudiados, la separación de uno o de ambos padres se asoció con niveles
inferiores de bienestar socioeconómico, en su mayor parle debido a un nivel educativo menor.
Por último, en un metaanálisis a gran escala de 92 estudios, Amato y Keith (199lc) es[imaron
el tamaño del efecto de ser un hijo de divorciados. A 1o largo de varias medidas de resultado el
tamaño del efecto promedio fue pequeño pero significativo (d = .14), 1o que indica que ios hi-
jos de padres divorciados tendieron a tener resultados de la vida algo peores comparados con
los hijos adultos de familias intactas. Una vez más, sin embargo, los estudios realizados en fe-
chas más recientes encontraron efectos más débiles, 1o que sugiere que, conforme el divorcio
se vuelve más normativo, es menos probable que se asocie con resultados de la vida más de-
ficientes.

RE SIIT,IEI{ Y EVAI,UA(]I()I{
En este capítulo se exploraron versiones alternativas, de algunas de las ideas originales

este
Ios recnerdos reprin'ridos. Aunque

La perspectiva de los recuerdos reprimidos también resaita una verston


ranea dei inconsciente. Aunque la mayoría de 1os psicó1ogos cognoscitivos
el inconsciente. no cfeen en la versiólr rnotiv¿rda del inconsciente propuest¿r por Freud. Por su-
pLlesto. el material puecle entrar en la mente sin experienciu eonscii-ntc. corno. a través de la
percepción subiiminal. pero ese material no tiene la clase de efectos motivacionales determi-
nistas sugeiicios por Freucl.
Otl'a reconstrucciírn de 1a tet¡ría de Freud se refiere al énf¿rsis en el rol del yo con relación
ai el1o. Los teór'icos modernos h¿rn enfatizacio la importancia psicológica de 1as I'unciones de1 yo.
las cuale: rr.ie lur,:n planeación. elaboraciór de estrateg-ias para iograr metas, clesanollo de una
identiciacl estable r io-elar el clominir¡ sobre e1 ambiente. Esto tiene un maLerdo contrasie con
el énfasis dc FrcLril cn ios irnptrisos irgresivos y sexuales clel ello colno los motu'es gernelos
que inrpulsan ll p:iclLrier. Expusimos a dos proponentes de 1a psicolo-uía clel yo. El pri-
"i.i¡
mero, Erik El.ik:t¡n. iLte nrLir e onoe;dc¡ por sr-l teoría alternativa deL clesan:ollo de 1a petsonali-

t,
$l l)tlltllllls liliiorlinro iulr';r1rirr1rii,'ir

dad, la cual difería de la de Freud en vai"ias fbrmas importantes, incluyendo un énfasis en las
tareas sociales y una extensión del desarrollo ¿r toda la vida. tlna segunda figura importante
en la psicología de1 yo fne Kalen Horney, quien estlrvo entre los primeros psicoanalistas que
considerarot.r el rol de la cultura y los roles sociales como car¿lcter"ísticas centrales en el desa-
rrollo de la personalidad. Horney también empezó una reinterpretación f'eminista de las teo-
rías de Freud, la cual continúa hasta nuestros días. La psicología del yo también generó un
interés en el desarrollo del sentido del yo y la protección del yo por rnedio de varias estrate-
gias. El narcisisr¡o es una ftrrma problerrrática en que algunas personas se defienden a sí mis-
mas. La paradoja narcisistu sugiere que. aunque ios narcisistas parezcan tirertes y segLlros, son
dependientes de los elogios y admiración de otros.
La teoría de las relaciones objetales es otro nuevo e irr-rportante clesarrollo en esta íirea,
que ha sido considerado el avance teórico más importante en el psicoanálisis desde la mlrerte
de Freud. El término relat'iones ob.jetcLles se usa para ret-erirse a patrones perdurables de com-
portamiento en las relaciones íntimas con otros, al igual que a los procesos emocionales, cog-
noscitivos y motivacionales que generan esos patrones de comportamiento. La teoría se refiere
a la forma en que los compofiamientos de reiación son determinados por representaciones rnen-
tales establecidas en la infancia por medio de las experiencias con los cuidadores. Esta teoría
comenzó con estudios del apego entre ios niños ¡r sus cuidadores primarios; de manera típica,
las rnadres. Este lazo puecle establecer un patrón que continúa en ia adultez. También son im-
pofiantes las experiencias que tiene el niño en crecimiento con la relación que otrserva entre
sus padres. Esto también se internaliza en 1¿r forma der una representación mental de cómo se
lievan entre sí las personas y cuál es el ctrmportamiento apropiado en una relación.
Los teóricos de las relaciones objetales se centran en el desarrollo y mantenimiento de
las relaciones como la meta psicolósica clave en 1a vida. Señalan que la mayor parte de los
problemas y trastornos mentales inrplican una pefiurbación en las relaciones. Las personas
que tiencn dilictrltad con lrs rt'luciones a ¡nenudo ticncn unü imugen pesinristLr cn su\ mentes.
con frecuencia esperando rnaltratos y abuso como parte de lo que implica una relación. Es co-
mún también que estas personas tengan dificLrltad para mantener una represer:itación constan-
te, corro manteirer en sus mentes la opinión positiv¿t de las personas que amatl, aun durante
los desacuerdos inevitables qlle ocurren como parte de 1as relaciones normales. En consecuen-
cia, por lo general estas personas reaccionan en forma excesiva y dañan o incluso rompen re-
laciones importantes cuando están enojaclos en forma temporal.
Se estudió con detalle el divorcio, y se tomó en cuenta cómo podría influir en el desa-
rrolio de las relaciones objetales de los niños. La teoría de las relaciones objetales propondría
que los niños expuestos a una paternidad deficiente, inconsistente o tensa internalizarían un
modelo de trabajo desadaptativo de las relaciones. Este nrodeio desadaptativo puede perma-
necer dormido por décadas, sólo para despertar en sus primeros años adultos e influir su pro-
pio comportamiento de relación adulto. Algunas evidencias parecen apoyar la idea de que los
hijos de divorciados tienen más dificultades con las relaciones de las que se esperan. Sin em-
bargo, la mayoría desarrolla una vida satisf-actoria, como 1o sugiere una encuesta de investi-
gación a gran e-scala.
Hay partes y versiones de la teoría psicoanalítica de Freud que están vivas y gozan de
buena salud. Sin embargo, en lugar de enfocarse en los contlictos inconscientes por los im-
pulsos del ello, es más probable que los psicoanalistas contemporáneos se enfbquen en los pa-
trones de comportamiento interpersonales y en las emociones )¡ motivos que los acompañan.
En lugar de ver la personalidad como el resultado de una secuencia de conflictos sexuales con
Ios padres, es más probable que los psicoanalistas contemporáneos vean 1a personalidad co-
mo el resultado de la solución de una serie de crisis sociales y el n.rot,imiento consiguiente ha-
cia formas cada vez más maduras de relacionarse con otlos. Y, por último" a diferencia de gran
parte de la teoría psicoanalítica clásica, la cual se basaba en las opiniones de nn solo hombre,
gran parte de la teoría psicoanalítica contemporánea está conectada con estudios empíricos y
observaciones corroboradas de muchas personas que trabajan para mejorar y expandir algu-
na.s de 1as contribuciones duraderas de Freud.

n
ü
C,iptmLo Dlez [nloquesosicoanah'licos: lenras(0ltuutloruleos
'-s
1

TERMINOS CIAVE
Recue¡clos falsos 307 Crisis de dcsarrollo 315 Paradoja narcisista 322
Et-ccto de inflación de Ia imaginación 309 Fijación 315 Teor'ía de las relaciones objetales 323
Pre.j Lricio confirmatorio 309 Conftsión de la identidad 317 Internalizados 324
Activación diserninacla 3 10 Rito dc paso 317 Apego 325
l\{emoria constructiva 3 1 0 Identidacl negativa 3 1 8 Ansiedad de separación 325
Inconsciente cognoscitivo 3 I 2 Exclusión dc identidad 3l 8 Procedimiento de situación extraña 325
lnconsciente motivado 3 l 2 Moral.olia 318 Apego seguro 325
Perccpción subliminal 3l 2 Poder sociai 321 Apego evitativo 325
Imprirnación 312 Cultura 321 Apego ambivalente 326
Psicología del ello 314 Temor al éxito 321 Modelos de trabajo 326
Psicología de1 yo 3 I 4 Masculino 321 Estilo de ¡elación segura 327
Crisis de identidad 314 Femenino 321 Estilo de lelación evirativa 327
Ocho etapas del desarollo de Erikson 3I5 Diferenoias de géncro 321 Estilo de relación ambivalente 327
Contlictos psicosociales 3 I 5 Prejuicio de autoservicio 322
Modelr de dcsalrollo cn etapas.315 Narcisismo 322

También podría gustarte