Está en la página 1de 6

El Dogmatismo: Es una corriente filosófica opuesta al escepticismo y al

idealismo, que haciendo derivar el pensamiento del ser, objeto respecto al sujeto,
de la realidad de las ideas, de la naturaleza del espíritu. Dios mismo es concebido
eminentemente en la naturaleza, e identificado por tanto como un todo que
contiene hasta lo último (panteísmo). No se trata de un simple materialismo,
puesto que Dios es naturaleza, por tanto, unidad indisoluble, también visto como
una unidad complementaria: la naturaleza soltando manifestación concreta y
tangible del Dios, que sin embargo vive exclusivamente en ella, siendo esencial
para conforme a objeto convertido de si igual, que está al objeto. El tema en hecho
se forma solamente como tales la conexión con un objeto. Y el objeto en su vuelta
es siempre solo objeto de un tema. De él alcanza la correspondencia entre las
estructuras íntimas de la verdad, y eso del intelecto. El mayor exponente del
dogmatismo se considera Spinoza.
El Escepticismo: Es una corriente filosófica basada en la duda, representada en
la escuela por el filósofo griego Pirrón, quien decía que "no afirmaba nada, solo
opinaba”. El escepticismo se diferencia del negacionismo por exigir evidencia
objetiva a las afirmaciones, y en caso de haber tal evidencia aceptarla, en tanto
que el negacionismo cuestiona o rechaza las evidencias.
El relativismo: Sostiene que los puntos de vista no tienen, ni pueden llegar a
tener, verdad ni validez universal, sino que solo poseen una validez subjetiva
encuadrada en los diferentes marcos de referencia. Afirma que todos los
conceptos, actitudes y valores de una cultura no pueden ser entendidos ni ser
interpretados fuera de su contexto cultural, porque son parte de un sistema
simbólico amplio, complejo y específico. Nace como un axioma antropológico con
Franz Boas. Hoy en día, es un término mucho más complejo que defiende la
diversidad cultural, afirmando la inexistencia de jerarquías culturales, o sea, que
no existe superioridad ni inferioridad cultural, que todo punto de vista es válido y
debe ser interpretado según su contexto.
El criticismo: Afirma que se puede alcanzar el conocimiento, pero para ello se
requiere de análisis exhaustivos. Establece la existencia de ciertas estructuras en
los sujetos que hacen posible el conocimiento, éstas son previas a toda
experiencia y son iguales en todos los sujetos, afirma que el error de la metafísica
está en buscar lo incondicionado usando las categorías más allá de la experiencia.
El pragmatismo: Es una tradición filosófica centrada en la vinculación de la
práctica y la teoría. Describe un proceso en el que la teoría se extrae de la práctica
y se aplica de nuevo a la práctica para formar lo que se denomina práctica
inteligente. Las características del pragmatismo incluyen el instrumentalismo, el
empirismo radical, el verificacionismo, la relatividad conceptual y el falibilismo.
Existe un consenso general entre los pragmatistas de que la filosofía debe tener
en cuenta los métodos y los conocimientos de la ciencia moderna. La piedra
angular del pragmatismo es la redención de la idea de verdad (y otras nociones
como el bien y la belleza) en la filosofía post-kantiana. Aunque según los
pragmatistas el conocimiento objetivo podría ser imposible, se puede redefinir la
verdad como aquello que funciona desde nuestra limitada forma de experimentar
la realidad.
El Racionalismo: Expone que el único medio de alcanzar el verdadero
conocimiento es mediante el uso de la razón y la lógica. El Racionalismo sostiene
que el conocimiento tiene su origen en la razón, afirma que un conocimiento sólo
es realmente tal, cuando posee necesidad lógica y validez universal. En tal sentido
se afirma que la razón es capaz de captar principios evidentes de los cuales luego
deduce otras verdades. Se afirma que existen ideas innatas, es decir que
nacemos con ciertos contenidos, estructuras que son comunes en todos los
hombres. El racionalismo tiene sus principales exponentes en Platón, Descartes,
Spinoza, Leibnitz y Popper.
El Empirismo: Afirma que la única manera de acceder al conocimiento es
mediante la experiencia. Sostiene que la única causa del conocimiento humano es
la experiencia, bajo tal supuesto el espíritu humano, por naturaleza, está
desprovisto de todo conocimiento, por lo tanto, no existe ningún tipo de
conocimiento innato. Una de las corrientes filosóficas procedentes del empirismo,
que destaca por su importancia, es el Positivismo (y el Positivismo Lógico), que
indica que la ciencia es el conocimiento de los hechos, de los sucesos
observables y medibles. El empirismo y el positivismo tienen sus principales
representantes en Bacon, Locke, Hume, Berkeley, Comte y el Círculo de Viena.
El Intelectualismo: Es una corriente epistemológica que sostiene que la base del
conocimiento la forman conjuntamente la experiencia y el pensamiento, el
intelectualismo sostiene que hay juicios lógicamente necesarios y universalmente
válidos no sólo sobre objetos ideales sino también sobre los objetos reales,
derivados de la experiencia. En la filosofía que hay detrás del intelectualismo hay
4 tipos de ellos:
 Intelectualismo psicológico: Afirma que lo que prima, es el entendimiento
por sobre la voluntad del hombre.
 Intelectualismo metafísico: Contrasta el pensamiento de lo que es real con
una creencia ciega.
 Intelectualismo teológico: Se basa en justificar o defender las situaciones
con la supremacía del entendimiento divino sobre todas las otras posibles
formas de justificación de los hechos.
 Intelectualismo ético: Defiende el entendimiento desde la moral, haciendo
que la moral forme la sabiduría o ignorancia que se adquiere.
Finalmente tenemos a dos grandes representantes de esta corriente filosófica, en
el aspecto del conocimiento, Santo Tomas de Aquino y Aristóteles.
El apriorismo: Es una doctrina epistemológica que afirma que el valor del
conocimiento depende tanto de su elemento sensible como del inteligible, y que
este elemento inteligible es a priori, es decir, independiente del valor de la
experiencia. Método en que se emplea sistemáticamente el razonamiento a priori;
se fundamenta en ideas preconcebidas y prescinde de los hechos de la
experiencia.
El objetivismo: Es un sistema filosófico desarrollado por la escritora y filósofa
ruso-estadounidense de origen judío Ayn Rand que presenta posturas propias en
metafísica, epistemología, ética, política y estética. Sostiene que existe una
realidad independiente de la mente del ser humano, que este está en contacto con
dicha realidad a través de la percepción de los sentidos y que adquiere
conocimiento procesando los datos de dicha percepción por medio de la razón (o
la identificación no-contradictoria). Afirma que a la realidad (naturaleza de las
cosas) solo se le domina obedeciéndola, que el propósito moral de la vida es la
búsqueda de la propia felicidad o el interés propio racional; que el único sistema
social acorde con este fin es el capitalismo puro y que el papel del arte en la vida
humana es la transformación de las ideas metafísicas en una forma física que se
pueda comprender y a la que se pueda responder emocionalmente.
Rand presenta ésta como una filosofía «para vivir en la Tierra», enraizada en la
realidad y orientada al alcance del conocimiento del mundo natural, para lo cual se
rechaza la religión y se busca una interacción armoniosa y mutuamente
beneficiosa entre los seres humanos.
El realismo: Permite identificar a la manera de contar, presentar, considerar o
percibir lo que ocurre tal como sucede. A raíz de esto se puede decir que la
postura realista tiene la particularidad de evitar exageraciones: sólo narra los
acontecimientos concretos. El realismo también identifica una doctrina filosófica
que se caracteriza por resaltar la existencia objetiva de los conceptos de carácter
universal. Desde la perspectiva de la filosofía moderna, el realismo constituye un
saber basado en la idea de que los objetos que pueden percibirse a través de los
sentidos poseen una existencia que resulta independiente respecto de ellos
mismos.
El idealismo: Es la familia de teorías filosóficas que afirman la primacía de las
ideas o incluso su existencia independiente. Afirman que la realidad, o la realidad
que podemos conocer, es fundamentalmente un constructor de la mente o
inmaterial. El idealismo supone que los objetos no pueden tener existencia sin que
haya una mente que esté consciente de ellos. Para poder conocer las cosas, se
debe tomar en cuenta la conciencia, las ideas, el sujeto y el pensamiento. Se
manifiesta como un escepticismo sobre la posibilidad de saber cualquier cosa
independiente de nuestra mente.
La fenomenología: Parece replantear los principios del empirismo dándoles
nueva vida y significado, el conocimiento no es producto de la simple
experimentación ni es el resultado de las impresiones sensoriales, el conocimiento
es el resultado de la vivencia, de la participación en el objeto de estudio, ya el
observador no será un ente pasivo, dedicado a la simple medición y recolección
de datos, ahora es parte del objeto de estudio y la vivencia de éste es parte del
proceso de comprensión del fenómeno. La fenomenología tiene en Husserl su
fundador y principal exponente, otro filósofo destacado fue Heidegger, quien fue
discípulo de Husserl y quien lo sustituyo en su cátedra de la Universidad de
Friburgo.
El materialismo: Es la idea que postula que la materia es lo primario y que la
conciencia existe como consecuencia de un estado altamente organizado de ésta,
lo que produce un cambio cualitativo. En cuanto a la relación del pensamiento
humano y el mundo que nos rodea y la cognoscibilidad de ese mundo, el
materialismo afirma que el mundo es material y que existe objetivamente,
independientemente de la conciencia. Según esta concepción, la conciencia y el
pensamiento se desarrollan a partir de un nivel superior de organización de la
materia, en un proceso de reflejo de la realidad objetiva.
También sostiene que la materia no ha sido creada de la nada, sino que existe en
la eternidad y que el mundo y sus regularidades son cognoscibles por el humano,
ya que es posible demostrar la exactitud de ese modo de concebir un proceso
natural, reproduciéndolo nosotros mismos, creándolo como resultado de sus
mismas condiciones y además poniéndolo al servicio de nuestros propios fines,
dando al traste con la “cosa en sí, inasequible”.
La hermenéutica: Si bien en algunas fuentes es concebida como una técnica o
método de análisis de textos, aquí es descrita desde la óptica del acceso al
conocimiento a través del “estudio” de las construcciones discursivas de un autor,
una ciencia, una cultura, etc., con el propósito de comprender su significado
(sentido), en tal sentido, la hermenéutica sostiene la no existencia de un saber
objetivo, transparente ni desinteresado sobre el mundo. Tampoco el ser humano
es un espectador imparcial de los fenómenos. Antes bien, cualquier conocimiento
de las cosas viene mediado por una serie de prejuicios, expectativas y
presupuestos recibidos de la tradición que determinan, orientan y limitan nuestra
comprensión. La hermenéutica acepta la finitud de la voluntad y la cognición
humana, pretende recuperar el juicio reflexivo como forma de conocer, para ello
tiene al discurso como objeto de estudio. Tiene su principal exponente a Gadamer.
La ontología: Es el estudio del ente en cuanto a tal. Por ello es llamada la teoría
del ser, es decir, el estudio de las cosas: ¿qué es?, ¿cómo es? y ¿cómo es
posible? La ontología se ocupa de establecer las categorías fundamentales o
modos generales de ser de las cosas. Entonces, supuestos ontológicos son
supuestos acerca de la realidad o del ser esencial de las cosas. Sobre el concepto
de epistemología ya se discutió y se aclaró con anterioridad. Basado en esa
información, se puede afirmar que un supuesto epistemológico implica el cómo se
conoce la realidad, desde un paradigma en particular.
El paradigma: Este es un término que pareciera estar de moda, y quizás su
utilización se realiza un poco a la ligera, ya que, en la mayoría de los casos no se
conoce su verdadero sentido. Un paradigma es una estructura conceptual, de
creencias metodológicas y teorías entrelazadas que abre el campo de visión, de
una comunidad científica específica, formando su concepción del mundo
(cosmovisión), a la vez que la construye como tal (Kunh 1975).
En otras palabras, un paradigma vendría a ser una estructura coherente
constituida por una red de conceptos a través de los cuales ven su campo los
científicos, constituida por creencias metodológicas y teóricas entrelazadas que
permiten la selección, evaluación y crítica de temas, problemas y métodos.
Involucra el compromiso entre los miembros de una comunidad científica, todo lo
cual implica una definición específica del campo de la ciencia correspondiente, y
se expresa en una tradición orgánica de investigación.
La meta científica: Es una reflexión sobre las ciencias, que ya han sido
construidas o inventadas, llegando a una superioridad del saber científico como el
único conocimiento valido, posee un carácter descriptivo y normativo, conlleva a
conceptos de ciencia básica, aplicada, técnica y de relaciones reciprocas. la
clasificación de las ciencias (formales y factibles), la hipótesis y la teoría, la
clasificación de la hipótesis, la concepción sináptica y la visión de nuevas teorías.
La paracientífica: Estas no reflexionan, sino que se esfuerzan en partir de un
análisis, ante todo es un limitante para fundamentar el margen de sus fronteras, es
un conocimiento de diferente forma, se originan en una crítica fuerte del
conocimiento científico a su método y a la pretensión de ser único tipo de
conocimiento valido y objetivo, estableciendo métodos diferentes para llegar a la
adquisición de un conocimiento.
La científica: su fundamento es la explicación del conocimiento científico y no
pretenden el conocimiento general nace sobre la reflexión de las ciencias explican
el conocimiento científico, sus problemas internos, que tienden hacia una
especialización del conocimiento antes que la generalización de una teoría.
Las internas y regionales: son construidas de acuerdo con las características y
necesidades de cada ciencia o campo del conocimiento.

También podría gustarte