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Teorías psicodinámicas
Sigmund Freud
Para Freud, el fundador del psicoanálisis, nuestra personalidad está arraigada en la dinámica del
inconsciente, constituido por todas las ideas, pensamientos y sentimientos de los que
normalmente no tenemos conciencia. Freud identificó a los instintos sexuales y agresivos como las
principales pulsiones inconscientes que determinan la conducta humana.
Estructuras de la personalidad
El ello, la única estructura de la personalidad que está presente al nacer, opera en el inconsciente
de acuerdo con el principio de placer, pues trata de obtener placer inmediato y de evitar el dolor.
El yo, el vínculo del ello con el mundo real, controla todas las actividades de pensamiento y
razonamiento consciente y opera de acuerdo con el principio de realidad. Trata de postergar la
satisfacción de los deseos del ello hasta que puedan satisfacerse de manera segura y efectiva en el
mundo real.
En opinión de Freud, cuando el yo es incapaz de controlar los impulsos del ello de forma que sea
aceptable para el superyó, experimenta ansiedad y recurre al uso de mecanismos de defensa para
reducir la incomodidad causada por la ansiedad.
Esas técnicas de autoengaño para reducir la ansiedad incluyen:
Proyección: que consiste en atribuir a otros los propios motivos o sentimientos reprimidos.
Identificación: mediante la cual se adoptan las características de alguien más para evitar sentirse
incompetente.
Libido
Freud llamó libido a la energía generada por el instinto sexual. Conforme el bebé va madurando,
su libido se concentra en diferentes partes sensibles del cuerpo. Una fijación ocurre si se priva de
placer, o bien, se permite que el niño experimente demasiado placer de la parte del cuerpo que
domina una de las cinco etapas del desarrollo (oral, anal, fálica, de latencia y genital) y entonces
hay energía sexual que permanece vinculada a esa parte del cuerpo.
Se denomina complejo de Edipo o de Electra al fuerte apego hacia el padre del sexo opuesto y los
celos al padre del mismo sexo; ambos complejos se desarrollan durante la etapa fálica.