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Psicodinámica

La teoría psicodinámica es un conjunto de teorías psicológicas que se centran


en la importancia de los impulsos en el comportamiento humano, sobre todo los
impulsos inconscientes. En general, la teoría psicodinámica sostiene que las
experiencias de la niñez son la base de la personalidad adulta. La mayoría de
las teorías psicodinámicas surgieron a partir de las teorías de Freud, aunque
también de las de Carl Jung, Erik Erikson y otros.

Entre 1890 y 1930, el neurólogo austríaco Sigmund Freud desarrolló varias


teorías psicológicas basadas en sus propias experiencias con pacientes. Sus
ideas y estudios son la base del psicoanálisis moderno y están plasmados en
sus libros, como La interpretación de los sueños, Psicopatología de la vida
cotidiana y Conferencias de introducción al psicoanálisis, entre otros.

Se cree que el primero en introducir el concepto de psicodinámica fue Ernst


von Brücke, supervisor de Freud, a fines del siglo XIX. Posteriormente, F

reud usaría el término para desarrollar sus teorías basadas en la observación


de pacientes que presentaban síntomas psicológicos sin razones biológicas.
Comos sus síntomas no desaparecían a pesar de sus esfuerzos conscientes,
Freud concluyó que si no se podían evitar mediante la voluntad consciente,
tenían necesariamente que provenir del inconsciente. Por lo tanto, dichos
síntomas eran el resultado de la voluntad inconsciente en vez de la voluntad
consciente. A esta interacción de los impulsos inconscientes y el
comportamiento consciente Freud la denominó «psicodinámica.

En general, la teoría psicodinámica sostiene que las personas a menudo


actúan impulsadas por motivaciones inconscientes, y también que la
personalidad y las relaciones adultas son el resultado de experiencias vividas
en la infancia.

DINÁMICA DE LA PERSONALIDAD
Cada persona tiene su propia personalidad, es algo que no se puede cambiar,
encontrar o adquirir, sino más bien hace referencia a ciertas características
propias, que con el tiempo y con la influencia de diferentes factores se irá
estructurando y modificando.

Esto implica reprimir o canalizar las pulsiones que sentimos nosotros mismos
para poder interactuar o ser aceptados en está, gracias que el ello, el yo y el
superyó forman parte de este proceso. El Superyó es una característica del
aparato psíquico que involucra a todas las normativas sociales, las cuales se
adquieren a medida que el individuo crece y se desarrolla en el medio. El Yo se
desarrolla con posterioridad en el individuo, debido que tiene que aprender a
controlar y a elegir el modo en cómo debe satisfacer sus instintos. Por último, el
Ello es toda la expresión psíquica de los deseos, impulsos e instintos por lo que
su único fin es satisfacerse lo más rápido posible, aunque este no sabe
distinguir entre el mundo externo e interno. Una vez explicado estos tres
sistemas y cómo actúan para el desarrollo de la personalidad, hay otros
elementos que van de la mano.

La energía psíquica es todos aquello que nos rodea o lo que hacemos a diario,
ya sea caminar, dormir, respirar, comer, entre otras actividades. Un aspecto
importante que hace la energía psíquica es el de pensar, percibir y recordar.
Dicha energía se transforma a la parte corporal, uno de estos es el actuar,
pensar, hablar o el oír, por lo que esta se viceversa a energía psíquica.

Para la parte del instinto, se refiere como una necesidad que como una
sensación o una conducta innata que provoca esa necesidad, en pocas
palabras , el instinto es la pulsión con cargas psíquicas, este instinto (pulsión)
requiere una fuente, dicha fuente son las necesidades o impulsos corporales,
su finalidad es el buscar o eliminar esa necesidad corporal , una vez que lo
haya encontrado , desaparece esa tensión que lo ha estado molestando desde
un inicio, llevando al individuo a un estado de reposo (conservador) . Debido
que tiene que ser satisfechas para que puedan culminar y así cancelar el
estado de la estimulación en la fuente de la pulsión. Además, Freud menciona
dos tipos de finalidad, la interna (meta final de un instinto) y externa (metas
subordinarías). Mismo que tendrá una regresión y a su vez será un ciclo de la
excitación a reposo conocido como compulsión de repetición.

Su objetivo del instinto es la búsqueda de un objeto (puede ser variable) no


necesariamente puede ser el objeto real, con el fin de reducir la tensión, por
último, el ímpetu es toda la cantidad de energía que posee.

La distribución de energía psíquica se relaciona con los tres sistemas que


mencionamos desde un inicio. El ello son las acciones reflejadas en forma de
energía que se descargan en las acciones motoras, aquella energía es fluida y
puede ser desviada a lo que se llama desplazamiento, su energía del ello no es
capaz de hacer distinciones entre los objetos reales y no reales. El
pensamiento predicativo hace la comparación de un objeto similar, pero cabe
resaltar que no son iguales. Para el yo y el super yo identifican la energía
direccional por instinto, cuando el yo no encuentra salida alguna, por eso
mismo el ello y el superyo se responsabilizan de dicha energía.

NIVELES DE VIDA MENTAL.

Para él, el inconsciente es la explicación del significado de los sueños, los


lapsus linguae, y cierto tipo de olvidos, denominados represión.

Herencia Filogenética

Parte de nuestro icc procede de las experiencias de nuestros antepasados que


han llegado a nosotros a través de cientos de generaciones de repetición.
Similar al Inconsciente

Colectivo de Carl Jung

Las personas están motivadas por impulsos, de los cuales tienen poca o
ninguna conciencia

Para Freud, la vida mental está dividida en dos niveles, el inconsciente y el


consciente.

El icc a su vez, tiene dos niveles diferentes, inconsciente propiamente dicho y


el preconsciente.

Los niveles de vida mental se usan para designar tanto un proceso como una
ubicación.

El Inconsciente

Los impulsos inconscientes pueden aparecer en la conciencia, pero sólo


después de haber sufrido ciertas transformaciones, así una persona puede
expresar impulsos eróticos u hostiles, provocando o bromeando con otra
persona.

Comprende todos los impulsos o instintos que van más allá de nuestra
conciencia pero que pese a ello, motivan casi todas nuestras palabras,
sentimientos, y actos

El CONSCIENTE

El PRECONCIENCIENTE

Elementos mentales de los que estamos conscientes en cualquier momento.


Dos fuentes:

1 El sistema perceptivo consciente.

2 Interior de la estructura mental, incluyendo ideas no amenazadores


procedentes del preconsciente e imágenes amenazadoras pero camufladas.

Contiene elementos que no son conscientes pero que pueden llegar a serlo, de
manera fácil o con cierta dificultad.

Proceden de dos fuentes:

1 Percepción consciente (Libres de ansiedad)

2 Inconsciente. (De manera camuflada)

Estructura de la personalidad

Freud desarrolla distintos modelos de personalidad para intentar comprender


cómo funcionan las diferencias individuales, entre estas teorías, destacamos el
modelo estructural. Dicho modelo separa nuestra mente en tres conceptos: el
ello, El Yo y el Superyo. Esta teoría de personalidad divide la psique humana
según las funciones que desempeña cada elemento.

El Ello
Definimos el ello como la parte más primaria e instintiva del ser humano, el
objetivo principal del ello es satisfacer los impulsos (también conocidos como
pulsiones). La agresividad, el deseo sexual, la búsqueda de placer…todos
estos sentimientos se gestionan a través del Ello y gracias al principio de
placer. Este elemento de la psique humana nos acompaña desde que nacemos
y tiene por objetivo cubrir nuestras necesidades más básicas.

El Yo

Este elemento es el responsable de conectarnos con la realidad que nos rodea,


entendemos pues que el Yo funciona gracias al principio de realidad. El
objetivo del Yo es satisfacer los deseos del ello utilizando como herramientas la
realidad de la que disponemos. El principio de realidad analiza la situación y
toma decisiones en base a los costes y beneficios de cada acción. El yo regula
los instintos y deseos del ello.

El Superyo

El último elemento del modelo estructural de Freud es el Superyo. Este nivel


comprende las ideas éticas y morales de cada individuo. El Superyo también
controla los impulsos del ello, sin embargo, lo hace a través del ideal del yo y la
conciencia moral. Según Freud, este elemento no nos acompaña desde que
nacemos sino que lo aprendemos a través de los padres y otras figuras de
autoridad.

El yo emplea varias estrategias para resolver el conflicto intrapsíquico. Estos


mecanismos de defensase adoptan si la expresión directa del impulso del ello
es inaceptable para el superyó o es peligrosa en el mundo real. Todos los
mecanismos de defensa empiezan con la represión de los impulsos
inaceptables, esto es, los fuerzan a ser inconscientes.
La negaciónes un mecanismo de defensa primitivo con el cual el individuo no
se da cuen- ta de algunos aspectos de la realidad o del sí mismo dolorosos o
provocadores de ansiedad. Por ejemplo, una persona pudiera negar que el
fumar está contribuyendo a sus problemas de salud a pesar de las claras
afirmaciones de ese efecto por parte de un médico competente. La nega- ción
es un mecanismo normal de defensa en los niños preescolares, pero, conforme
alcanzan los siete, ocho y nueve años de edad, los niños la emplean con
menos frecuencia, y utilizan me- canismos de defensa más maduros en su
lugar tales como la proyección (Cramer, 1997; Cramer y Block, 1998). Cuando
continúa en la adultez, es de mala adaptación, ya que involucra una ma- yor
distorsión de la realidad.

Etapas del desarrollo psicosexual

Etapa oral

Durante la etapa oral, que ocurre entre el momento del nacimiento y el año y
medio de edad, el niño se relaciona con el mundo principalmente a través de su
boca.

Este órgano es fundamental para la supervivencia, por lo que el bebé recibe un


gran placer de actividades como chupar objetos y comer.

Debido también a que el niño necesita de los cuidados de un adulto para


sobrevivir, la estimulación oral es también la principal manera en la que crea
vínculos con sus cuidadores. En concreto, se establece un vínculo muy fuerte
con la madre cuando esta le da el pecho.

El principal conflicto en esta etapa es precisamente la liberación en cierta


medida de la dependencia de los cuidadores.
El niño debe empezar a emprender su camino hacia la autosuficiencia. De lo
contrario, en su vida adulta podría tener problemas como dependencia,
agresividad o adicciones a la comida o la bebida.

Etapa anal

La etapa anal se produce entre el año y medio y los tres años de edad. Durante
esta, la atención del niño se centra en el control de los esfínteres.

La adquisición de la capacidad de ir al baño de manera independiente se


convierte en el primer gran logro del niño, que se acerca de esta manera aún
más a la autonomía personal.

Según Freud, la resolución del conflicto de esta etapa es especialmente


delicada, y depende en gran medida de la manera en la que los padres
enseñen al niño a ir al baño.

Si los cuidadores refuerzan al niño cada vez que consigue usar el baño de
manera adecuada, la persona crecerá sintiéndose competente, productiva y
creativa.

Sin embargo, en el caso de padres que castigan al niño cuando no consiguen ir


solos al baño (o en el caso de accidentes), la persona puede sufrir todo tipo de
consecuencias negativas en su vida.
Por ejemplo, podría convertirse en alguien demasiado rígido, incapaz de
saltarse las normas o de improvisar.

Por otro lado, si el entrenamiento no fue tomado en serio por los padres, la
persona podría volverse alguien desorganizado, apareciendo incluso todo tipo
de comportamientos autodestructivos.

Etapa fálica

La tercera etapa descrita por Freud se centra en los genitales, siendo el


momento en el que la persona descubre las diferencias anatómicas entre
hombres y mujeres.

Aquí es donde se produce el mayor conflicto psicológico del desarrollo: el


complejo de Edipo en los hombres, y el complejo de Electra en las mujeres.

Según el autor, los cambios producidos en esta etapa están estrechamente


relacionados con la sexualidad de las personas y con sus roles de género. La
etapa fálica va desde los tres a los seis años de edad.

Etapa latente

Entre los seis años y la pubertad, la energía sexual del niño entra en un estado
de latencia, siendo suprimida por el Superyó (la parte de la mente que se
encarga de las normas sociales).

Durante este tiempo, la energía reprimida se utiliza para otras tareas, como el
desarrollo de las habilidades sociales.

Etapa genital
Por último, durante la pubertad los deseos sexuales de la persona vuelven a
aparecer, esta vez en su forma más desarrollada.

En esta etapa (que abarca desde la adolescencia hasta la muerte), el deseo se


centra en los genitales y en mantener relaciones sexuales con las personas
que nos resultan atractivas.

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