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Importancia de la Gestión de la

Calidad en la Empresa
La gestión de la calidad se traduce en una búsqueda permanente de la
mejora con el objetivo de situarnos en una posición ventajosa, adquiriendo un
posicionamiento estratégico en nuestro sector. Hoy en día buscamos productos
certificados por sellos de calidad. Esperamos que lo que pagamos por ello vaya en
proporción a su durabilidad, a su usabilidad e incluso a la satisfacción que nos
proporcione lo que hemos comprado. A veces asumimos que la calidad es cara.
Pero ¿no es más caro comprar algo que luego no me sirva o me satisfaga menos
de lo esperado? Muchas veces culpamos a los sistemas de calidad de generar más
trabajo, más trámites y más problemas en el funcionamiento de una empresa. Pero
un sistema bien gestionado, en continuo funcionamiento y revisión evita multitud
de fallos a la empresa y posibles reclamaciones de clientes. Un sistema de
gestión es una obra eternamente inacabada. Este debe estar abierto a que todos
los trabajadores participen del mismo, e incluso los proveedores y clientes. Si ese
sistema que controla un producto, bien o servicio es de calidad, satisfará a la
empresa, a los trabajadores, a los proveedores y por supuesto al cliente, que al fin y
al cabo es el jefe en la sombra de cualquier empresa. Un sistema de gestión, por
tanto, nos permite:

 Dar al cliente lo que necesita, escuchando lo que el mercado pide.


 Ir más allá de la satisfacción del cliente, detectando nuevos nichos de
mercado a través de nuevas necesidades que tendrán los clientes.
 Media entre las reclamaciones del cliente y las posibilidades de reparar esa
insatisfacción.
 Si bien muchas veces no es un tema legal, el disponer de un sistema de
gestión por procesos permite cumplir mejor con los requisitos legislativos.

Debemos entender, por tanto, que la calidad es una cultura. Esta debe impregnar
y permitir la participación de toda la empresa, desde la alta dirección hasta los
escalafones más bajos, sin olvidar los ejecutivos, mandos intermedios, personal
especialista, RRHH, etc.

La calidad es cosa de todos


Es parte inherente del proceso productivo, como también debe ser la prevención
de riesgos o la protección del medioambiente. Es más, la política de calidad
acaba exigiendo a proveedores de productos y servicios o colaboradores
externos, su homologación y posterior evaluación (continua o periódica), según
los requisitos exigidos por el sistema implantado en cada organización. El enfoque
de la calidad implica que el cliente lo es todo. Recordemos que un cliente
satisfecho es la mejor publicidad. Sobre todo, teniendo en cuenta del auge de las
redes sociales e internet donde se pueden encontrar fácilmente las opiniones y
testimonios de los consumidores. Evidentemente la calidad tuvo unos precursores,
a mediados de siglo pasado, que fueron Deming, Crosby, Juran e Ishikawa. Ellos
sentaron las bases de la orientación al cliente, los procesos de mejora continua, los
resultados a largo plazo, el cero defecto, la importancia del compromiso de la
dirección, derrotar el miedo al cambio, la adecuación a las necesidades del cliente,
la estadística aplicada al control de calidad, etc. Así pues, practicar el control de
calidad es desarrollar, diseñar, manufacturar y mantener un producto o servicio de
calidad que sea el más económico, el más útil y siempre satisfactorio para el
consumidor. 

La calidad en la empresa
La empresa, por lo tanto, debe tener unos cimientos sólidos basados en:

 La satisfacción total del cliente es el objetivo prioritario de todos los


miembros de la organización.
 La única manera de hacer el trabajo es bien.
 Corregir fallos no es una opción, deben preverse para evitarse. No es cuestión
de arreglar, es cuestión de evitar.
 La no calidad siempre es más cara que la calidad.

Estos cimientos se consiguen gracias a un Sistema de Gestión de la Calidad, el


cual debe incluir:

 La política en la que se va a basar el sistema y como se va a alcanzar.


 Cuáles son los objetivos y que herramientas se dispondrán para su
consecución.
 Organigrama de la entidad donde será aplicado el sistema.
 Reparto de responsabilidades entre el personal implicado.
 Procedimientos y procesos que se definen.
 Requisitos de formación.
 Normas de actuación.

Una empresa que pretenda tener éxito debe entender la calidad como un cambio
cultural, a largo plazo y en continua revisión, en el que todas las acciones de la
organización se enfocan a la satisfacción total del cliente. Esta satisfacción será
el alfa y el omega de todo lo que acontezca en la empresa. El coste inicial que
puede entrever el empresario en las fases iniciales de implantación, se reduce a
corto y medio plazo.  Se reducen los errores y costes por la no calidad, se
optimizan los recursos y se reducen las pérdidas de tiempo.

El cliente es lo primero
La calidad ayuda a conservar o fidelizar los clientes, favorece que sean
“escuchados” y que podamos captar nuevos clientes. Además, consigue que
clientes y consumidores, al hablar bien de los productos de la empresa, se
conviertan en la publicidad positiva más barata y más eficaz. Un cliente contento
es la mejor publicidad pues el verdadero “jefe” de la empresa es el cliente
satisfecho. Sin embargo, un cliente insatisfecho puede “revolucionar” a otros a
través de redes sociales y dar al traste con las ventas de la empresa. Sobre todo en
estos tiempos de crecimiento de las redes sociales y de la presencia de usuarios
conocidos como “influencers”, que pueden favorecer o dañar la imagen de una
empresa.

La calidad ayuda a conservar y fidelizar a los clientes

¿Qué puede afectar a la implantación de la calidad?


A veces, la implantación de la calidad se ve entorpecida por algunos enemigos,
pudiendo destacar:

 La ignorancia. El desconocimiento o la falta de formación adecuada a la hora


de hacer una tarea puede generar graves deficiencias de calidad. No vale la
máxima de “toda la vida lo he hecho así. Muchas veces hay que salir de la
zona de confort y aprender cosas nuevas.
 La competencia entre prioridades. Frase como “esto es para ayer” o “el
trabajo hay que hacerlo” suelen entorpecer la calidad. Cuando los tiempos de
entrega están próximos se tiende a apurar y, por lo tanto, se descuida el trabajo
bien hecho. A veces, hay que aprender a descomponer las tareas y marcar
“prioridades” entre las prioridades. Un claro ejemplo es el cumplimiento de las
fechas de entrega, sobre todo cuando se ha planificado mal la tarea.
 La suboptimización. El logro de la calidad se cruza en el camino de la calidad
total.
 Los mitos culturales. El miedo al cambio, la monotonía de las tareas, la
calidad de “papel”. Es decir, la creencia de no necesitar actualizar o aprender
conocimientos.

Herramientas y metodologías utilizadas en la gestión de la calidad


La calidad no tiene que ser complicada en su ejecución. Esto lo demuestran
algunas de las herramientas básicas que son aplicables a la gestión de la
calidad:

 Diagrama de causa efecto o de Ishikawa.


 Estratificación.
 Hoja de verificación y de recogida de datos.
 Histograma.
 Gráfico de Pareto.
 Diagrama de dispersión o correlación.
 Gráficos de control.

Todas estas herramientas se caracterizan por ser visuales y utilizar métodos


estadísticos sencillos, lo que facilita su comprensión y aplicación. De hecho
pueden ser aplicables a cualquier organización y por cualquier empleado.
Además, las empresas deben aplicar el benchmarking (comparación referencial).
También conocido con el nombre de “estudios de desempeño comparativo”. Nació a
partir de la necesidad de saber cómo se están desarrollando otras
empresas para tener información que sirva para mejorar los procesos y entrar en
un amplio nivel de competitividad. De esta manera, una empresa debe seguir un
proceso continuo de medir y comparar sus productos, servicios y prácticas con
los de las empresas líderes que ofertan un producto, bien o servicio análogo. Es,
por tanto, una metodología de calidad que busca los mejor de lo mejor,
estudiando el mercado, a los clientes y a la competencia más destacada. El
benchmarking se podría desgranar en nueve pasos:

 Obtener el compromiso por parte de la dirección y los empleados.


 Determinar en qué procesos va a recaer el Benchmarking.
 Determinar los factores a medir.
 Identificar la organización que cuenta con el proceso más competitivo.
 Desarrollar un plan de implantación del modelo seleccionado.
 Poner en práctica el plan y chequear sus resultados.
 Revisar continuamente los indicadores tanto del modelo seleccionado como
de otros posibles modelos.

Los procesos de análisis necesarios


Por supuesto el alimento del sistema de calidad y de sus herramientas son datos e
indicadores del propio sistema. Son los que nos ayudarán a valorar su correcto
desempeño. Para esto, debemos diseñar procesos que nos permitan identificar y
analizar los datos procedentes de diferentes mediciones relativas a los principales
elementos y factores. El fin es evaluar planes, objetivos, e identificar posibles
áreas de mejora y facilitar la toma de decisiones. Estos procesos de
análisis deben abarcar el sistema de gestión en sí mismo (documentación, grado
de implantación y seguimiento, etc.); el grado de compromiso de la alta dirección
y de todo el personal (logro de los objetivos, política de calidad,…); los procesos
operativos midiendo su grado de cumplimiento y las desviaciones que sobre ellos
se produzcan; las mediciones de satisfacción del cliente, teniendo en cuenta las
reclamaciones, felicitaciones y comunicaciones formales o no con los mismos.
También debe tener en cuenta los datos proporcionados por los resultados de las
auditorías (externas e internas) realizadas. Así como las desviaciones y acciones
que se deriven de su resultado y cualquier otro elemento que sea necesario para la
toma de decisiones. De todas formas, la calidad bien entendida para una
empresa debe ser a un nivel cultural interno. Es decir, si los miembros de la
organización no creen en ella, solo será un lavado de cara. Y, por lo tanto, no tendrá
el resultado esperado de satisfacer al cliente. Una manera de implantar la
calidad a todos los niveles en la empresa es los llamados círculos de calidad.
Estos crean conciencia de calidad y productividad en todos y cada uno de los
miembros de una organización, a través del trabajo en equipo y el intercambio
de experiencias y conocimientos. Así como, el apoyo recíproco para buscar
soluciones a problemas detectados en sus respectivas áreas de desempeño laboral,
o para mejorar algún aspecto que caracteriza su puesto de trabajo. Es decir, la
calidad bien entendida empieza por uno mismo.
Sistemas de Gestión de la Calidad
Los Sistemas de Gestión de la Calidad se basan en un conjunto de normas y
estándares emitidos por un organismo internacional no gubernamental
llamado ISO (Organización Internacional de Normalización). Estos estándares
establecen los requisitos para una adecuada implementación de la Calidad en la
empresa. Los distintos Sistemas de Gestión se interrelacionan entre sí para hacer
cumplir los requisitos de calidad necesarios para que la empresa logre la máxima
calidad en los productos y servicios que ofrece. Entre estas normas y estándares
internacionales cabe destacar:

 Normas ISO 9000: relacionadas con la implementación de Sistemas de


Gestión de la Calidad eficaces.
 Norma ISO 14001: define los requerimientos de un Sistema de Gestión
Ambiental.
 OHSAS 18001: aplicable a las áreas de seguridad y salud ocupacional.
 ISO/IEC 27001: requisitos en cuestiones de seguridad informática,
requerimientos para el control de riesgos, ataques, vulnerabilidades e impactos
en los sistemas.

Todas estas normas se interrelacionan entre si para hacer cumplir los requisitos


de calidad. El objetivo es satisfacer los requerimientos acordados con los clientes a
través de la mejora continua.  

Beneficios de implementar un sistema de gestión de la calidad

Implementar un sistema de gestión de la calidad basado en la Norma ISO 9001


aporta a las organizaciones múltiples beneficios que con el tiempo se traducen en
empresas más sólidas y rentables.

Si se pregunta por qué es importante contar con un sistema de gestión de calidad,


entre los numerosos beneficios que se pueden obtener podemos mencionar:

1. Comprender las necesidades y demandas del entorno.


2. Mejorar el desempeño general de la organización.
3. Mejorar la capacidad para suministrar productos y servicios competitivos.
4. Aumentar la satisfacción de los clientes.
5. Identificar oportunidades de mejora en todos los procesos y mejorar su
eficiencia.
6. Mejorar la eficiencia.
7. Reducir costos de operación.
8. Mejorar las relaciones laborales.
9. Potenciar las capacidades del capital humano.
10. Lograr una buena reputación en los mercados nacionales e internacionales.
11. Mejorar la relación con las comunidades vecinas.
12. Garantizar el cumplimiento de los requisitos legales aplicables a la
organización.
13. Asegurar la continuidad de las operaciones.

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