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'^ M ¿POLÍTICA

FORMANDO LA NIDADA
Y la r a z ó n es m u y s i m p l e . Usted quizás no t u v o el c u i d a d o
de elegir el m e j o r de los l u b r i f i c a n t e s para su coche... y
lo que a p r i m e r a vista parecía un buen aceite, ha ido
d a ñ a n d o poco a poco su m o t o r ; todo el p i q u e , toda la
aceleración que t e n i a c u a n d o nuevo, no están ya presen-
• * ir
t e s ; su coche ha envejecido p r e m a t u r a m e n t e , sin que usted
se diera c u e n t a . T o d a la felicidad de u n a h e r m o s a noche
TÉCNICAMENTE HABLANDO:
El valor de los lubrificante»
de automóvil se mide por l u
1
de p r i m a v e r a se ve ahora e m p a ñ a d a p o r q u e u s t e d no usó " c u e r p o " , y nada hay que
pueda sustituirlo. El " c u e r p o "
en su a u t o m ó v i l los mejores l u b r i f i c a n t e s , los que son ex- es superior en los lubrificantet
de automóvil que, como ocu-
t r a í d o s de los petróleos crudos m á s f i n o s q u e el m u n d o rro en los de PAN-AM, pro-
produce. No corra otra vez ese riesgo. Su buen sentido le vienen de los petróleos crudos
más finos que el mundo pro-
aconseja P A N - A M . duce'. Compro " c u e r p o " - com-
pro PAN-AM.

LUBRIFICANTES D A M AkA
para cárter, caja de velocidades y diferencial • # m l ^ W % • • I

T I D E W A T E R O I L E X P O R T C O R P O R A T I O N
F;sí{»'"s-PíK'-;,iríSr

RECUERDOS DE LA VIDA LITERARIA


V ALMAFUERTE •
Y Po*- MA7SÍUEL CALVEZ y
ACE treinta años, había nos de ellos en "Los Raros", y él y Gómez '
en nuestro pequeño Carrillo hacían conocer en diarios y revistas a
mundo literario dos o los ases de aquella literatura de fin de siglo,
tres escritores que po- ya por entonces moribunda, si no muerta. Nos-
drían haber sido verda- otros contábamos con dos raros, Almafuerte
deros maestros de los y Sicardi, y hacia ellos iban nuestras apasio-
jóvenes. Eran Groussac, nadas simpatías.
Joaquín González y Ra- Se referían cosas extraordinarias de Alma-
fael Obligado. Pero a fuerte, a quien veíamos como a un santo laico.
Groussac lo considerába- Daba sus sueldos y hasta su ropa y sus cobijas
mos inaccesible, y Obli- a los pobres. Una noche de invierno, cuando
gado y González no nos interesaban mucho. era maestro en una escuela de la provincia de
Los dos eran hombres normales, y a nosotros, Buenos Aires, había tenido que envolverse, para
hijos del decadentismo, nos interesaban los dormir, con la bandera argentina de la escuelita;
raros. Los escritores franceses que pertenecieron y así lo encontraron a la mañana siguiente,
al decadentismo — denominación que abarca- aterido de frío. Además, Almafuerte era un
ba a distintas tendencias — habian sido, o rebelde, como casi todos nofotros. Le considc-
eran todavía, una curiosa colección de extra- rábamos un anarquista espiritual. Y por a|ir:!
vagantes. Rubén Darío había retratado a algu- amor a los pobres, a los caídos y a "la ciii.i.-;;ua",
C A R A J " Y CARETAJ"
le encontrábamos un cierto parentesco con San que en alguna ocasión fui con Emilio Bcchcr.
Francisco de Asís — santo simpático a los No olvidaré jamás las lecturas que nos hacia
literatos — y con Tolstoi, que era uno de los a los visitantes. Me parece verlo. Tenia la ca-
grandes hombres de aquella época a quien más beza grande y redonda; la frente muy ampiii
amábamos. y despejada; la nariz gruesa y más bien larga;
Conocer a Almafuerte, el autor del poema los bigotes de considerable espesor y largura;
"Jesús", el rebelde de las "Milongas clásicas" la boca, ancha y de gruesos labios. Ya enton-
era, para cualquiera de nosotros, poco menos ces — andaba cerca de los cincuenta años — era
que tocar algo de la gloria y de la felicidad. calvo, pero tenía una franja de cabellos crespos
Y así, no quise creer a mi dicha, cuando Alber- a cada lado, los que se revolvían sobre las pe-
to Gerchunoff me contó que era amigo suyo y queñas orejas; y un poco de melena hacia la
rae ofreció presentármelo. ¿De dónde lo cono- nuca. Era muy moreno, picado de viruelas, y dt
cía Gerchunoff? No lo sé. Almafuerte había estatura mediana. Usaba grandes anteojos. Te-
vivido largos años en La Plata, y debía hacer nía un hablar simpático, entusiasta, y una voz
muy poco tiempo que estuviera instalado en llena y vigorosa. Gesticulaba mucho con el
Buenos Aires. Pero yo no me sorprendí de cita brazo derecho. Cuando se exaltaba, cosa muy
amistad de Gerch, como apocopábamos el ape- frecuente en él, hablaba torrcncialmente y co-
llido de nuestro camarada. ¿No era, acaso, poco mo si estuviese en pleno furor.
menos que un íntimo del viejo y glorioso poe- Nos recibía en la pieza que era su dormitorio y
ta Guido Spano? su escritorio. No había en ella sino un catre,
Fué una mañana cuando Gerchunoff me pre- una mesa de pino y dos sillas. El mismo traía
sentó a Almafuerte. Vivía el poeta en la en- otra silla si éramos más de uno los visitantes,
tonces calle Cuyo, en una casa que merecia y nos ofrecía mate.
ser descrita por Dickcns. La entrada era la de Sentado casi al borde de la silla, junto a la
un fondín inmundo. Había que pasar por alií mesita de pino, el poeta leía sus cuartillas. Es-
para llegar a un cuarto sin luz, en dos de cu- cribía en papeles pequeños, del tamaño de una
yos rincones tenebrosos se advertían sendas página de libro de mi.sa. Su letra era menuda,
camas. No me atrevería a afirmar que fuesen muy igual y muy clara. Mientras tanto, no
camas, precisamente. Algo me dice que eran cesaba de accionar con el brazo derecho. Leia
dos pobres catres. Uno de aquellos lechos con lentitud y energía, en tono imprecatorio y
pertenecía al poeta, y no había en el cuaito levantado, marcando con el movimiento del bra-
otros muebles que un par de sillas. Almafuerte zo el compás de los versos y formando una o
estaba acostado . con el índice y el pulgar. Tratábanse de versas
Nos recibió con la clásica amabilidad del inéditos, de fragmentos de sus "Milongas clá-
criollo. Almafuerte, cuyo nombre era Pedro B. sicas". A nosotros nos impresionaba enorme-
Palacios, pertenecía a una familia distinguida mente aquella lectura, y al terminar lo abrazá-
y en sus modales se advertía su buen origen. bamos.
Trató a mi compañero con cariño, y hasta Pero no en todas las visitas nos leía. Muchas
como a un colega. No había en él ninguna veces hablábamos de otros escritores. Es decir,
petulancia y me produjo, por su sencillez y hablaba él, sobre todo si se trataba de un tema
por cuanto habló, una impresión formidable. que le apasionase. Odiaba a los "literatos". Al-
En mi casa, en la Facultad de Derecho, en mafuerte era de una ignorancia asombrosa,
todas partes, no hablé sino de Almafuerte, corno luego lo demostraré. No podía ser consi-
durante varios días, obsesionado por aquel derado de ninguna manera como un hombre de
espíritu a quien veía como a un profeta de ia letras. Esto no quiere decir que no trabajase
Biblia, como a un Isaías, como a un Jeremías, sus versos. Al contrario, vivía dedicado a ellos,
y a la vez como a un hermano del Poverello. corrigiéndolos, perfeccionándolos. No escribía
Creo que no volví a aquel tugurio. Almafuer- con claridad ni sencillez. Pero el retorcimiento
te se había instalado en una casita, allá por d de sus frases no era un resultado de su cultura
arroyo Maldonado. En el barrio había unas literaria sino de su singular conceptismo.
cuantas casas, y las partes pobladas de la ciu- — ¿Por qué vive tan lejos? — recuerdo que
dad quedaban lejos. Hoy ese barrio está coui- le pregunté. — Es una lástima no poder verlo
pletanicnte edificado, pero entonces era pi'ísio más seguido.
cai'.po. Se llegaba en tranvía hasta las inme- Almafuerte me contestó, más o menos:
diaciones de la casa del poeta, pero había que — Porque no quiero que vengan a verme
hacer un buen trecho a pie. Almafuerte "o los literatos, esos estúpidos, esos viles, esos
disponía de más rentas que las de un cargo miserables perros inmundos...
en el Correo y el producto de la publicación Nosotros bajamos la cabeza, medio cortados,
de sus poesías en algún gran diario o en al- creyendo que nos aludía. El advirtió el mal
guna revista. El cargo en e! Correo no lo des efecto que nos habían producido sus palabras,
empeñaba, limitándose a cobrar el sueldo. Esta y agregó que no diria eso ni todos fueran bue-
singular anomalía era frecuente en los felices nos muchachos como Gerchunoff y como yo.
tiempos del "régimen". Almafuerte no oculta- Lo decía por los otros, por los pedantes mise-
ba este proceder, que, a su juicio, no pare-.-ia rables. . .
constituir una incorrección. Sospecho que él Nos refirió que una vez fué uno de ellos a
consideraba al Estado en el deber de darle un visitarlo. El lo recibió gentilmente, y después
sueldo, sobre todo cuando el producto del suel- el "muy estúpido", creyendo elogiarlo, publicó
do iba a parar, casi íntegramente, a manos de un artículo en el cual decía que él era un raro,
los necesitados. El vrvia con nada. No gastaba un anormal, un loco de genio.
ni en libros, porque no leia, y era harto raro Recuerdo sus violentas expresiones para juz-
que hiciera una excursión a la ciiidad. gar a Max Nordau, a D'Annunzio, a José In-
Le visité en aquelh, casita del Maldona- genieros y a otros. Una vez se despachó contra
do mucha- veces, casi siempre con alguno Tolstoi, lo cual nos asombró. Odiaba a los
de mis compañeros. Cuando no- me acompa- socialistas, a los que consideraba unos farsantes,
ñaba Gerchunoff era Alfredo López. Creo que engañaban al pueblo. En aquellos años.
CARAT- Y C A R E T A S
til que todavía no circulaba la palabra "naciona- m e n o r grado, del mismo mal que el poeta. Me
Hsmo", los socialistas eran de un antipatriotismo parece que si se citó a sí mismo debió ser por
agresivo; y Almafuerte, un gran patriota. E n no recordar algún soneto célebre.
sus invectivas tremendas, dichas a gritos, en P e r o Almafuerte se enfureció. No estoy se-
tono un tanto oratorio, barajaba sin pestañear guro de que le manifestase a López su indigna-
los epítetos "estúpido", "cretino", "miferable", ción, pero sí de que quedó enojado. Recuerdo
"vil" y otros análogos. A veces calificaba a al- que por aquellos días yo fui a visitarle. Como
gún colega como a un hijo de tal. E r a apocalíp- era habitual en él, calificó injuriosamente a L ó -
tico y mal hablado. pez, en un tono iracundo y violentísimo que im-
N o se crea que fuese por esto un h o m b r e posibilitaba de mi parte toda defensa, lo mis-
malo, ni siquiera agriado. Nadie más compasi- m o que ocurrió en el caso de Gerchunoff. Yo
vo que él, nadie con más ternura hacia los que temía que el poeta me insultase a mi vez y me
sufrían. P o r él supimos que había alojado en echara a puntapiés de su casa. E n t r e la sarta
su casa a dos familias pobres y que repartía de improperios que .aplicó a López hubo una
todas sus ganancias entre la gente necesitada frase que me hizo gracia. L ó p e z era muy m o -
de las inmediaciones. P a r a nosotros, como reno y delgado. Almafuerte dijo que tenía el
dije, era un santo; pero los santos no refieren a aspecto de un "chino cebador de m a t e s " . . .
los demás sus buenas obras. Una vez nos con- T a m b i é n este enojo se le pasó. Almafuerte
ló que llegalia de la ciudad y que, en una calle, era un h o m b r e bueno, sin odios verdaderos. Y
había visto morir a un caballo, a consecuencia le complacía que lo visitasen los m u c h a c h o s
de un accidente. Nos describió la agonía del escritores. Nosotros le r e s p e t á b a m o s y le te-
animal, y cómo él sufría viéndolo, i Hasta se míamos. J.amás le llevábamos la contraria, de
le cayeron las lágrimas I m o d o que él, aislado en aquellas soledades en
Gustaba hablar de Jesús. No sé sí Almafuerte donde vivía, podía desquitarse con nosotros de
era creyente o no. Me parece que alguna vez su silencio y ejercer su magisterio.
habló mal de los sacerdotes, acusándoles de Magisterio moral, entiéndase. No literario.
no comprender a Jesús. Afirjuaba que él lo com- Y no porque nos predicase o aconstjase —
prendía, que él era cristiano y que él amaba y j a m á s incurrió en esto — sino porque delante
sentia a Jesús. Sus frases vigorosas, ritmicas, te- de nosotros podía juzgar con su violencia de
nían una extraña elocuencia. Porque Almafuerte áspero censor a los h o m b r e s y a las cosas
era, antes que nada, un estupendo orador. Su del país. Más de una vez le oí decir que él no
misma poesía no es sino oratoria en verso. El era un literato sino un hombre, un h o m b r e
lirismo suyo, que en aquellos años me entusias- que gritaba la verdad a sus compatriotas. Afir-
maba, ahora me parece de un valor muy secun- m a b a que el país estaba corrompido y que pro.i-
dario. Almafuerte no pa,«aba, en realidad, de un to llegaría el m o m e n t o en que saliese de su
moralista, de un predicador violento que gritaba soledad. Anunciaba, en tono profético, que en-
a la sociedad sus crímenes y sus vicios. tonces iría a Buenos Aires, para hablar en los
H e conocido pocos m e g a l ó m a n o s como él, teatros y en las calles, para increpar a los
a pesar de que el género abunda entre los es- hombres, sobre todo a los jóvenes, e incitarlos
critores. No solamente hablaba sin cesar de a ser puros y a ser cristianos. La pureza era
sí mismo, sino que no admitía que se le discu- una de sus preocupaciones. Nada le era tan odio-
tiese, y menos que se juzgaran sus versos desfa- so como el libertinaje, y no tenía simpatía p o r
vorablemente. Por unas palabras de Gerchunoff, las mujeres.
que lo admiraba y lo quería, dijo horrores de Tan poco literato era que no daba importancia
mi amigo. Almafuerte había publicado en un a la literatura. Ni siquiera a la propia, aunque
diario unos sonetos muy malos, y Gerchunoff le sublevasen las críticas desfavorables. N o
así los había juzgado conversando con alguien. admitía que sus versos fuesen estimados con
N o sé guien fué el chismóse que llevó el cuen- criterio retórico. Creo que les atribuía un valor
to al poeta. Y cuando yo fui a visitarlo, me más moral que artístico. Y si era a,sí, no se
recibió con una ristra de improperios contra equivocaba. El poco aprecio que hacía de sus
Gerchunoff. P e r o la reconciliación no tardó versos evidenciábase en lo mal que cuidaba
en realizarse, con un buen cambio de abrazos. sus manuscritos. Nos contó una vez cómo se
Esos sonetos fueron causa de otro disgusto. le habían perdido muchos de sus versos. U n a
Voy a contarlo porque revela muy bien el es- chica de la casa los había utilizado para hacer
píritu de aquel hombre violento. fuego, i Suerte que él los sabía de memoria,
Alfredo López Prieto era un m u c h a c h o muy auníjue no recordaba las correcciones! A h o r a
inteligente, que tenia bastante cultura y escribía debía pasarse las horas corrigiéndolos de nue-
con elegancia, Hace dos o tres años se quitó vo. Recuerdo que al contar el suceso, lejos de
la vida en Constantinopla, siendo allí cónsul revelar indignación, reía como si la chica hu-
argentino. L o mismo que yo y que Gerchunoff, biese hecho una g r a c i a . . .
admiraba y quería a Almafuerte. Una vez que E n 1904 Almafuerte pronunció una conferen-
lo visitaba, Almafuerte le p r e g u n t ó : cia política en el edificio que entonces se lla-
— ¿ C ó m o se hace un soneto? maba del Bon Marché. La conferencia era en
Tenía deseos de escribir sonetos, pero no apoyo de la candidatura presidencial de don
sabía en qué consistiese esta forma lírica. Le Marco Avellaneda. Yo era también partidario
dijo a López que él podia ir a averiguarlo en de esta candidatura y formaba parte de un
cualquier texto de literatura; pero no tenia comité de la juventud. Almafuerte habló poco
ganas, y prefería que López le^ enseñase. Mi de política. Dijo algo de lo que yo esperaba que
amigo le dio una breve explicación y, a titulo dijese. P e r o estuvo moderado. Su palabra no
de ejemplo, le recitó un sO' repercutió m a y o r m e n t e en
neto suvo,
suyo, queque acanana
acababa ae
de « n ÍJ ' la ciudad distraída. Ni sus
esccrib'ir. ¿ L o hizo López U J o Q u u ^ ^ÚJ censuras de m o d e r n o
por egotismo? No lo V t ^ Isaías, ni sus palabras
creo, si bien L ó p e z proféticas impresio-
padecía, aunque en DIBUJO DE ALVAREZ naron a nadie.
CAR^v/" Y CARETAJ-

Por N E L L I E
SIMMONS
MEIER
UNCA es dema- mente, se interrumpió el

N siado tarde para


a p r e n d e r algo
útil que pueden
decirle sus propias ma- I In (JV ' I-
baile.
Después de ese éxito
me vi solicitada cada vez
más en reuniones familia-
nos. Creo que fenpo cier- cmk, res o de l>eneficencÍ3, a
ta autoridad para sentar causa de esa habilidad.
esta afirmación, pues du- Me dediqué a estudiar to-
rante treinta y cinco años , ni <los los libros sobre quiro-
he "leido" de veinte a ; ' ' '/tí? u mancia que pude encon-
veinticinco mi! parfs de í . trar. Pero licitaron a ser
manos. ^^ ^:,_._, , , ,..-.;.,v5..5.,i,,> tantas las per.sonas que me
Créase o no en ella, la ' ^'' asediaron para que les di-
quiromancia es siempre jese "la buena ventura"',
atrayentc. No conozco su mano, pero puedo decir que, como nn recurso de defensa propia, resolví
que sé mucho sobre usted mismo porque lo he cobrar ese servicio. Todo el dinero que he ganado
aprendido en las manos de personas conocidas, ta- en tal forma lo he destinado a instituciones de ca-
les como Amelia Earhart, Al Smith, Raymond ridad. Mi interés en la quiromancía sigue siendo
Difmars, Ruth Bryan Owen, Walt Disney, Mary puramente científico y humanitario.
Pickford y otras, cuyas impresiones palmares for- La quiromancia no pretende — aunque parezca
man parte de mi colección de autógrafos. contradictorio — predecir el futuro. Simplemente
Mi carrera como quiromántica coinenzó en una afirma que lo que [)ensamos y sentimos, lo que
reunión social. Poco tiempo antes había llegado a hacemos y lo que somos, dejan sus huellas en nues-
mis manos un libro sobre quiromancia que me in- tras manos. Interpretadas científicamente, esas se-
teresó intensamente. Una noche, durante una fies- ñales indican talentos que merecen ser cultivados
la, se me ocurrió examinar las manos de algunos o debilidades y defectos que deben ser eliminados.
de los presentes, simplemente por ver si encontraba ^ Me interesa sobre todo leer las manos de los
en ellas las señales de que había leído y si éstas niños, a fin de poder ayudar a los padres a descu-
concordaban con el carácter de ¡as personas. Mis brir defectos y a corregir tendencias que pueden
aciertos fueron en esa ocasión tan frecuentes y entorpecer el desarrollo de las mejores aptitude.s
exactos que nos llenaron de sorpresa, a mí y a los latentes en e! niño. Un beneficio semejante para
circunstantes, al punto de que, incidental- ios adultos puede ser expresado con aquello de
\v
CARA.r Y CARETAS

p,yiite "honi')r€ prevenido vnk por dos". Un hombre


* ' cuyas manos señalan a la vez brillante facultad
intelectual, pero voluntad débil, comprenderá que
imra progresar en la vida le es indisi>ensable des-
arrollar la voluntad. He visto numerosos casos en
'os que las lincas de la palma derecha indican con-
diciones sobresalientes, mientras que las de la iz-
quierda revelan ((ue esas personas tienen en su
naturaleza serios obstáculos para el triunfo.
La mano izquierda muestra las dotes naturales
y la derecha lo que uno ha realizado con esas de-
les. O viceversa, si la i>ersona es zurda. Es im-
posible interpretar el carácter por los signos de
nna mano solamente; hay que considerar las dos.
Hace algunos meses examiné las manos de un
hombre de treinta y tres años, completamente des-
conocido para mí. Su mano izquierda, con e! largo
liulgar flexible en ambas articulaciones — de doble
coyuntura, como decimos nosotros, — revelaba
marcada inclinación hacia el arte dramático. La
prominencia o "monte" bien desarrollado, en la
base del índice, indicaba un deseo innato de brillar
^'^ las tablas; pero c! índice más bien corto y la
estrecha juntura de las líneas de la cabeza y de Walt Disney.
'a vida, debajo de él, denotaban falta de iniciativa al sostén de la madre y la hermana. Esc sentido
y disgusto de la rcsp<,>nsabilidad. Su "línea de ca- del deber lo condujo a aprender y dominar deta-
beza" era muy marca<la, ix;ro se extinguía en el lles de un trabajo que detestaba y a aceptar obli-
Monte de la í.una, que es la prominencia situada gaciones que le eran innatamente desagradables.
^'^\ la base de la palma y opuesta al pulgar. Sig- Hoy es socio de la empresa y se le considera co-
'••nfcaba esto que era un soñador más que un hom- mo hábil dirigente. Venció, sobre su debilidad.
'^'"c de acción. Sm embargo, las largas falanges Nunca olvidaré la primera vez que estreché las
w las uñas — el espacio entre la punta del dedo y manos de Al Smith» Se hallaba en su despaciio de
'* primera articulación — probaba que po-seía un la torre de] Empire Bui'ding, de Nueva York. Lo
••mentido del delKM- extraordinariamente firme. En encontré fatigado a cau,sa de las muchas entrevis-
''U mano derecha observé un aspecto muy diferen- tas que habían precedido la mía. Su apretón de
te. El pulgar era recio, casi rígido. El extremo del manos fué cálido, vital, cordial.
índice se presentaba romo, no aguzado, y la línea — Me agrada su manera de dar la mano, señor
"'-' la cabeza cruzaba francamente la palma, en Sniith •— le dije.
•^ez de perderse abajo, como en los soñadores. En LTna sonrisa iluminó su rostro, al responderme:
'•csumen, esta mano denotaba que era mi hombre — Es una de las cosas que delxi hacer bien por-
"C acción que .se había enseñado penosamente a que tengo práctica sobrada. No olvide que soy e!
convertir la fantasía en realidad. individuo que en 1928 estrechó la mano de todo
Hace poco tiemi» conocí a la hermana de ese hombre, mujer y niño de los Estados L^nidos...
nombre. Me dijo que cuando su hermano se halla- Una mirada a las manos de A! Smith basta pa-
ba en el colegio, entreteniéndose en Ixirronear cuar- ra que uno se da cuenta ¡wr qué lo quieren y tiener.
tillas de obrejas de teatro y, en realidad, perdien- confianza en él millares de ¡Xírsonas. Sus palmas
do el tiempo y las ocasiones, su padre murió sú- dicen que la audacia, más que la sagacidad, gobier-
bitamente, y la familia quedó en una situación cco- na su vida. En ninguna otra mano he visto, como
iioniica angustiosa. Un amigo del padre ofreció al en la suya, el pulgar tan apartado de los deinás
•nuchacho un empleo modesto y aburrido en ima dedos y éstos entre sí. Hay signos de impuisividad
iniportantc empresa de contabilidad. El mozo acep- y de generosidad dominados por un razonamiento
tó porque comprendía que era su delx;r contribuir
frío. Un ancho espacio se extiende limitado por las
líneas de la cabeza y de la vida entre el pulgar y
el índice. Denota más impulsividad. Nada de cau-
telosa consideración de motivos ulteriores.
E\ pulgar izíjuierdo de místcr Smith es perfec-
tamente firme: indica que ha nacido con lo que se
suele llamar figuradamente "espina dorsal", es
decir, con voluntad prr)pia. Pero el hecho de que
su pulgar derecho es más flexible que el izquierdo,
demuestra que ha adquirido, deliljeradamcnte, ha-
bilidad para tratar con soltura a la gente en todas
las situaciones de la vida. Se ha educado para ha-
cerse adaptable. El largo de las falanges de las
uñas indica que tratará todos los asuntos con hon-
rada franqueza y que no está dispuesto a sacrifi-
car a viejos amigos o a vínculos antiguos por ra-
zones de ventajas personales. IJC halaga la apro-
bación como lo demuesra el abultado "cojín" o
"monte" en la base del índice pero por obtener
aplau.so no se apartará de lo que su juicio le dice
que es el sendero recto. Si como los de Smith los
(ledos de usted son lisos, sin nudosidades en las
Mary Picktatd. articulaciones, y no se encuentran las lineas de la
C A R A / Y CARETA/
Earhart. Me cuenta que subió en un aeroplano por
casualidad y que le agradó. Continuó efectuando
vuelos ixjrque le agradaba. Y un buen día, casi sin
darse cuenta, voló sobre el océano y de ia noche a
la mañana se convirtió en una celebridad mund'al.
El acaso le puso delante una oportunidad y ella
poseía cualidades para convertirla en triunfo.
Casi todas las manos tienen un "monte" predo-
minante. Esos "montes" o "cojines" son siete. Cua-
tro de ellos aparecen inmediatos a la base de los
cuatro dedos, (sin contar el pulgar). Debajo del
índice se encuentra el Monte de Júpiter; debajo
del dedo del miedo el Monte de Saturno; debajo
del dedo anular o del corazón, el Monte de Apolo
y debajo del meñique el de Mercurio. El Monte
de Venus es, en realidad, la tercera falange del
pulgar. El Monte de la Luna está en la base de
la palma opuesto al de Venus, y poco más arriba
se encuentra el Monte de Marte.
Si el Monte de Júpiter es enteramente Heno,
con el dedo correspondiente largo y bien desarro-
llado, se dice que la persona pertenece al t;po de
Júpiter.- Y de igual manera con los demás montes.
Pero rara vez se encuentra un tipo puro, luy casi
siempre líneas u otros rasgos que lo modifican.
Alfred Smith. Si es u.- '1 del tipo de Júpiter, un "jupi'.erino",
será ambicioso y si a la vez posee fuerte volun-
cabeza y de la vida, como Al Smith deberá usted, tad, llegará, probablemente, a erigirse en jefe. Su
para progresar, confiar más en su personalidad que amor por el manso puede inducirle a tratar de ser
en su habilidad para el análisis y el razonamiento. caudillo político, dignatario de !a iglesia, jeíe mi-
La punta alargada del índice es señal de sagaci- litar o magnate industrial. El jupiterino es, como
dad instintiva que permite llegar de golpe a una regla, muy confiado en sí, a veces vanidoso y
conclusión que otros consiguen sólo después de la- siempre de corazón resuelto.
borioso análisis y larga deducción. Si sus manos Si el segundo dedo es largo — tengase presente
son similares a las de Al Smith, en forma y ras- que no se cuenta el pulgar — y los otros se incli-
gos, existen muchas probabilidades de que sea us- nan hacia él con ligera curvatura, la persona per-
ted un hombre de corazón resuelto y de un gran tenece al grupo de Saturno, especialmente si el
orgullo en su propia habilidad. monte correspondiente es abultado. Esa per.sona
Cuando examiné las manos de la aviadora Ame- se inclinará a considerar a los otros y a sí mis-
lia Earhart me sorprendió sobremanera no encon- mo demasiado seriamente.
trar ninguna de las señales significativas de auda- Los de tipo saturnino definido se rebelan contra
cia que había visto en las manos del temerario y to<las las ataduras. Si se casan será después del
caballeresco marino alemán von Luckner. Es la primer entusiasmo de la juventud. .Sin embargo,
suya la mano fría, equilibrada, de quien sabe exac- serán esposos fteles. En los negocios, el saturnino
tamente qué del)e hacer con las cosas buenas que progresa con lentitud pero con seguridad. Por lo
el destino deposita en ella. Pero en modo alguno general es un trabajador constante.
la mano de un cruzado o de un "pioneer". Ixi re- El tipo apolíneo es sano, vigoroso, versátil y a
vela la angosta y prolongada junción de las líneas menudo de inteligencia brillante, con viva incli-
de la cabeza y de la vida en la base del índice, nación para lo bello y lo artístico. Si además de
que son indicación de cautela y de refrenamiento un monte de Apolo abultado y del tercer dedo, el
de si mismo. Si sus manos presentan esos signos, anular, largo y bien desarrollado (un poco más
no hay duda de que usted piensa dos veces antes largo que el índice), se posee una linca b¡-=n de-
de hacer una cosa. Miss Earhart tiene un pulgar finida que parte de la base de la palma y termina
"entallado" — dícese así del dedo cuyo espacio en-
tre la primera y la segunda articulación es nota-
blemente más delgado — signo de inteligencia na-
turalmente vivaz; pero los dedos relativamente
cortos sugieren que no es persona inclinada a bus-
car conocimiento en los libros sino en el ambiente
que la rodea y en las personas con quienes trata.
El Monte de Júpiter bien desarrollado, en la base
del índice, demuestra que, como a Al Smith, le
agradan la aprobación y e! elogio. La primer fa-
lange del pulgar, extraordinariamente fuerte, se-
ñal de determinación, indica que conseguirá lo
que se proponga conseguir y el ancho espacio en-
tre el anular y el meñique revela que sabe obtener
que otras personas ayuden a sus planes.
Otro signo sorprendente en la mano de miss
Earhart es la profunda línea del destino que parte
de la base' de la palma y se dirige hacia arriba ca-
si sin interrupción hasta la base del segundo dedo
Significa que el destino intervendrá muy a menu-
do en la vida de uno y casi siempre para mejo-
rar la suerte. Es lo que ha ocurrido con miss Rutb Bryan Owen,
C A R A / Y CARETA/
<'ii una estrella en el monte <,1c Apolo, se tendrá
el sello inequívoco del genio.
Itl tipo mercuriano es frcciientemente bajo, mo-
leno, física y mentalmente activo y, por lo común,
nervioso e inquieto. Reclama viajes y cambios. Se
casa joven y getieralmentc elige para cónyuge a
una persona de su misma edad y de su mismo ti]».
Si es hombre, prefiere las mujeres llenas de vida,
de fuertes seutimientos y de figura elegante. Sue-
le ser^ orgulloso de su esposa y quiere mucbo a
sus hijos. Posee ingenio para idear y adoptar nue-
vos medios de ganar dinero. Y lo gana rápidamen-
te, pero si a la vez no posee suficiente dominio de
s'. indicado por una exacta junción de las líneas
de la cabeza y de la vid.i, gastará el dinero con la
niisnia facilidad con que lo adquiere. Tiene perspi-
cacia y diplomacia v la habilidad de conseguir que
oíros trabajen para' él.
Si uno ]x)see bien desarrollado el Mo:itc de Ve-
nus (la base carnosa del pulgar), necesitará una
Imea de vida bien marcada para estar dotado de
«Portuno dominio de si, y un pulgar grande y íir-
"le que denotará resolución. Esa persona combina- Raymond Ditmars.
''' V'\^. R'"<icia atrayente con una extremada sus-
('cptibilidad a los encantos y los halagos del sexo Pertenece sin duda a esa clase óe mortales de
"puesto. El "flirteo" será su .segunda naturaleza quienes se dice que tienen personalidad sugestiva.
^' su dedo del medio es muy apuntado, lo que in- La .señora Ruth Bryan Owen, ministro de Estados
dica volubilidad amorosa. Muchos genios, sobre Unidos en Dinamarca, es un ejemplo excelente de
todo en la música, pertenecieron al grupo de Venus. ese tipo. Su palma presenta itu Monte de la Luna
El Monte de Marte bien lleno, es indicio de va- de abultamiento poco común. Nótese el largo y la
01' y de serenidad en el peligro. Se destaca en forma del índice. Revela habilidad en la práctica,
'as manos de casi todos los hombres que tratan con iniciativa y ambición, pero esta ambición no es
animales salvajes. En las del doctor Raymond Dit- egoísta; según lo índica la amplitud del espacio
niars, encargado de los reptiles del Zoológico entre e! pulgar y los demás dedos. Denota más
i^roiix, de Nueva York, aparece un Monte de bien una tendencia a ser pródigo de tiempo, dine-
Marte alto en combinación con un pulgar recio ro y energía en fa\'or de los demás. En el dedo del
<lue nidica la resolución unida a la .serenidad fren- medio de la señora Ruth Bryan Owen e! extremo
te al peligro. Los dedos del doctor Ditmars están romo, casi cuadrado, indica aguda apreciación de
insertos en las palmas a nivel uniforme: revela un la originalidad de los demás, siempre que esta ori-
'«mperamento bien eciuilibrado. Esto y la inde- ginalidad sea práctica y no visionaria. En general
pendencia de pensamiento, evidenciada ix)r la .se- los extremos cuadrados de los dedos son indicio de
paración entre el índice y el dedo del medio, son espíritu práctico. Un meñique que acaba en punta
indicio de su.s actividades científicas. La mano de como el de la señora Owen es señal de tacto de-
este ti]» señala a quien la posee como persor.a que licado y hábil en las relaciones con las personas.
ama las aventuras, siempre que tengan un fin útil. No se preocupe si sus pulgares son muy flexi-
Observe en su inano el Monte de Venus, inme- bles con ]a falange de la uña corta, cosas que sig-
diatamente debajo del de Marte. Si es alto, posee nifican voluntad espasmódica y caprichosa. Walt
usted gran imaginación y comprensión simpática. Disney, e! creador de Mickey y de Minnie Mouse
tiene pulgares de ese tipo, y a pesar de que indi-
can carácter un tanto da<lo a! abandono y a "de-
jar pasar", más que lemi>cramento enérgico, Dis-
ney ha triunfado, pues las facultades de su ima-
ginación, que se aproximan al genio, lo esitnulan
a] esfuerzo. Como se ve, la fuerza de una carac-
terística puede compensar las fallas de otra.
Si como en Mai-y Pickford sus dos pulgares son
muy largos y no cxcesivaniene flexibles y si ade-
más tiene una buena línea de la cabeza, como la
suya, posí* usted excelente inteligencia y vohni-
lad, para conseguir lo que .se propone. En efecto,
Mary Pickford, suave y generosa como es, puede
ser también reciamente obstinada cuantb está se-
gura de que la razón está de su parte. Observe las
falanges de las uñas de sus pulgares: .son extra-
ordinariamente largas. Señal de firmeza de carác-
ter. La persona que tenga una mano como la de
Mary no será nunca impulsiva ni inclinada a arries-
gar todo irreflexivamente, en particular, si, también
como Mary Pickford, su mano demuestra cautela
y dominio de sí en la estrecha junción de las líneas
de la cabeza y de la vida, en la base del índice
largo.

Auelia Earhart.
w J\¡dlic Simmons T^eier
CARAy Y CARETAy- CARAy Y CARETA/

C UANDO conocí a
Amelia, yo tenía
v e i n t i t r é s años.
Una aventura más bien
tranquila, experimentaba
ciertas inquietudes y sen-
tía en mi un remordimien-
to anticipado. En la corres-
simple. Yo estudiaba pondencia que había pre-
medicina y Amelia no cedido a nuestra unión, yo
hacía otra cosa que bus- había deslizado alguna pa-
car una buena ocasión labra solemne y había avan-
para dejar la casa de zado algunas promesas. La
comercio donde estaba comedia de siempre. Ha-
empleada. Nuestras dos bía hablado de amor eter-
calles nos conducían el no, de amor para toda la vi-
uno hacia el otro y unie- da, de amor hasta la muerte.
ron nuestros destinos a Pero como soy, a mi
lo largo de las pequeñas modo, un hombre honesto,
vilezas inevitables. To- en seguida le había dicho
do esto, bien entendido, con dulzura y con precau-
sin formalidad alguna. ción, que los amores eter-
Yo no le pedia a Ame- nos más a u t é n t i c o s del
lia que obtuviéramos el mundo no pueden durar,
consentimiento de sus en ningún caso, más de
padres. Dudo, por otra cuatro años: es decir, aque-
parte, de que sus padres llos cuatro años que aun
s> nos hubieran dado su faltaban a mi destino de
consentimicntci y dudo, estudiante para ser laurea-
finalmente, de que ha- do. Cuatro años, exacta-
yan existido ios verda- mente. Cuentas claras con-
deros progenitores de servan amistades.
A m e l i a . Simplifica- — Veremos — me había
ciones. ••espondido Amelia con una
Amelia era una mujer sonrisa dulce y lejana.
calmosa y reflexiva que
nunca preguntaba nada
Nuestro perfecto amor se
deslizó como un automóvil
J
y que vivía en . mi pe- sobre una calle llana, sin
queño departamento de '"cidentes.
estudiante, c o m o si Pero más tarde, cuando
nuestra unión debiera estaba por obtener mi títu-
durar toda la vida. Al 'Oi se presentó a mi desti-
verla tan suavemente no aquello que se presenta
al menos una vez en la vida
de todos: una hermosa
\. ocasión. Me fué ofrecido
\ v: desde Rouen, en condicio-
nes muy ventajosas, un con-
sultorio con cierta clientela,
que prometía ser excelente.
Lo compré en seguida de
recibirme y postergué, has-
*3 el último momento, la
necesidad de informarle a /
Amelia del asunto. Siem-
pre había temido esta cere-
monia que, según los casos,
se llama separación amis-
tosa, o adiós, o ruptura de-
finitiva, y que, según el ca- /
} rácter de los personajes, vie-
ne seguida de sonrisas, de lá-
grimas o de tiros de revólver.
^y
CARA^ Y CARETAJ"

Haciendo proceder las cosas desde muy le- perfectamente de acuerdo. Por otra parte, me
jos, le expliqué a Amelia que Rouen era una apresuro a declararlo en mi honor, no obstante
tiequeña ciudad espantosamente provinciana, haber nacido pobre, jamás he sentido la atrac-
que mi situación de joven médico sería muy ción del dinero.
delicada, al menos en los primeros tiempos y Terminé por casarme con mi amiga de la
que, por lo demás, ya habíamos vivido juntos infancia.
tantos años de inolvidable ternura, que podía Amelia me escribía cada vez más rarauiciite.
jurarle que conservaría toda la vida un dulce e Una vez casado, le escribí la acostumbrada car-
imborrable recuerdo. En suma, recité ante ella ta hipócrita de circunstancias. Le decía que me
el acostumbrado romance de dolor que es el había casado, sin amor y sin alegría, con una
mismo a través de los siglos, tanto que me nuijer que no era muy hermosa, pero que, en
asombra el que aun haya hombres dispuestos cambio, era muy rica. Siendo yo mismo más
a pronunciarlo y mujeres dispuestas a escu- bien pobre, había debido resignarme, pero mi
cliarlo y, lo que es peor todavía, a creerlo, sin corazón permanecía fiel a su recuerdo. En su-
romper en carcajadas. ma, las acostumbradas cosas.
Amelia se manifestó mucho menos sorpren- Mi bienestar con Susana fué sin nubes. Con-
dida y apenada de lo que yo me había imagi- trariamente a cuanto habia escrito a Amelia,
nado. Su tristeza fué una cosa muy razonable. mi mujer, Susana, no tenía ninguna dote, pero
Hizo apenas un gesto resignado y luego me era muy graciosa y tenía el don de expandir
dijo: en torno suyo la calma y la alegría. Nuestro
— Más tarde, veremos... único dolor fué el de no tener hijos, y como no
— Cierto, veremos en seguida s i . . . — respon- los teníamos, nos entregáliamos a inocentes
dí con un gesto muy vago y lejano. manías. Después de haber comprado, a un en-
No me costó mucho trabajo hacerle aceptar fermo reconocido, por un precio muy razonable,
mi departamentito, del cual habia pagado un una graciosa y pequeña villa ubicada sobre una
semestre adelantado de alquiler, y le hice acep- colina de un verde perfecto, nuestra preocupa-
tar también mis muebles, con los cuales su ción constante fué la de llenar la villa con
gusto, en colaboración con el mío, había llena- viejos muebles. Por entonces los había abundan-
do todos los rincones, pues ya en aquella época tes en Normandia. Con mi automóvil, durante el
tenía yo predilección por los muebles antiguos. día atravesaba toda la región de un extremo il
Amelia aceptó asimismo mis últimos besos con otro. Una vez fui llamado en consulta desde
mucha convicción. Después, en la estación de Andelys. Después de terminar mi visita, paseé
Saint-Lazare, al despedirme, me dijo con los por las calles de la localidad, y en un negocia
ojos un poco vagos y llorosos: de antigüedades, en medio de algunos muebles
— ¡Paciencia! He perdido la partida; pero ha- estilo Luis Felipe, sin valor alguno, noté una
bría podido ganarla si la hubiese jugado con magnífica comodita Luis XVL Inclinado sobre
un caballero. el mueble, yo no habia notado la presencia de
Esta frase exacta me hirió en carne viva. En Amelia. Pues la mujer que se encontraba en e!
el fondo, me la tenía bien merecida, pero, tira- negocio era justamente Amelia, con su aire re-
dos los dados, la había pagado a buen precio. posado, su sonrisa extraña y su ironía a la sor-
dina. Si hubiera sido supersticioso o romántico,
habría leído en ella una sonrisa enigmática del
destino y habría reconocido, en aquel encuentro

E
STABA casi completamente absorbido por una sorpresa de la fatalidad. En cambio, me
mis proyectos y por mi porvenir. Todo dirigí hacia ella con toda cordialidad. Balbu-
se presentaba muy bien. Tenía mi titulo ceé algunas frases bastante teatrales para ex-
y una buena clientela. En resumen, me des- prc^^arle mi alegría inesperada. Amelia me res-
empeñaba muy bien en la vida profesional, en una pondió con aquella fria amabilidad que siempre
época difícil en la cual los médicos eran nume- le había reconocido: una amabilidad de comer-
rosos y los enfermos muy escasos. Amelia me ciante írenle a su cliente. Después de haberme
escribía cada vez que necesitaba dinero: me dado algunas informaciones sobre su salud y
escribía cartas de viuda afligida, pero fácilmen- .sobre su situación, ambas muy buenas, Amelia
te consolable. Yo le respondía escribiéndole las insinuó un gesto resignado e hizo volver mi
mismas palabras que todos los hombres del atención hacia el mueble que me había inducido
mundo de todas las generaciones han escrito a entrar en el negocio. Compré la comodita,
en las mismas circunstancias: jurainentos, pro- naturalmene sin discutir el precio, y le prometí
mesas, bellas frases muy afectuosas y muy es- volver a verla.
tereotipadas, como aquellas que se escriben a
fin de año para expresarles augurios a los pa- Keeomenzó entre Amelia y yo una especie
rientes de provincia. Y, como habia hecho al- de correspondencia regular, en la cual, por cor-
gunas operaciones quirúrgicas bastante acerta- tesía, yo mezclaba el sentimiento a lo* negocios.
das, ganando bastante dinero, le enviaba siempre, Como Amelia, al despedirme, habia dejada esca-
junto con mis sentimientos, algunas pequeñas par un suspiro, yo le aseguré, con la vileza de
sumas, que son un remedio excelente para cica- todos los hombres, que mi vida no era, desde
trizar las heridas espirituales. En resumen, me luego, un lecho de rosas, que mi mujer era
sentía perfectamente en armonía con mi con- celosa como una tigre, y que tal vez, algún día...
ciencia. Después del romanticismo de esta fraseología,
ordenaba la compra de algunos relojes Luis
¥ X I I I o de algunas mesitas Imperio.
Amelia había adquirido en su oficio una cier-

M
IS asuntos prosperaban. Cuando en ci- ta competencia y un excelente olfato, y, en las
rugía se tiene una roano íeüz, se gana casas de los aldeanos, encontraba muchas oca-
bien. Me encontré en Rouen con una siones. Cuando yo me sentía muy contento por
amiga de la infancia. No era rica, pero sus adquisiciones entre esa gente, es decir, por
nuestros gustos y nuestros corazones estaban los buenos negocios que hacia, por una especie
CARAy Y CARETAJ

fie reconocimiento, o mejor aún, para poder resumen, tenía con qué vivir honorablemente.
trine con más facilidad, le decía que tal vez al- Y saboreé así la tranquilidad de los cincuen-
gún día el sueño que habiainos forjado juntos ta años.
se realizaría, y le susurraba frases sentimei'tales
que Amelia aceptaba con una sonrisa muy re-
posada, sabiendo sin embargo que se trataba na I N día plácido y cálido, a la hora del té,
de moneda falsa. •H I una señora muy elegante entró en mi
A decir verdad, cuando mi chalet estuvo su- HB i casa. Era Amelia, más tranquila que
ficientemente lleno de muebles yo empecé a ^ - ^ nunca. Se sentó sobre mi diván y, si bien
distanciar un poco mis visitas al negocio de íntimamente contrariado, yo la saludé con una
Amelia y, sobre todo, hice menos frecuentes voz meliflua y falsa.
mis compras. Sus negocios, por otra pane, eran — Comprendo, querida amiga... Ha venido
tan prósperos como los míos, y su estableci- a consultarme como médico, ¿no es verdad?
miento de antigüedades se babía hecho bastante La escucho.
conocido cu toda la región. Terminé por per- Amelia desgranó su sonrisa plácida, se quitó
derla de vista y por olvidarla, exactaineiite co- los guantes lentamente, abrió su cartera, sacó
mo en la vida nos olvidamos de nuestros anti- un paquete de cartas cuidadosamente atado con
guos proveedores. una cinta rosa y dejó el paquete sobre la mesa.
— He sabido que su mujer ha muerto y he
venido a recordarle las promesas que usted me

X íJSANA y yo habíamos rcaüi-ado una es- ha hecho por escrito.


pecie de felicidad, eslo es, la realización Después de haber reconocido, con algunos
casi egoísta de un sueño, cspeci.límente gestos, mis cartas, y después de haber releído
porque éramos los dos solos, lin verdad, las hipocresías sentimentales que ellas conte-
"p habíamos hecho ninguna economía seria, nían, me puse a reír dulcemente. Habíamos
^ o éramos ricos más (pie en belleza, hnj her- pasado los dos la edad del matrimonio y yo,
mosas plantas de nuestro jardín adornaban personalmente, había resuelto gustar en paz
con su follaje verde una cas? normanda de los años que aun me quedaran por vivir.
solida construcción. En e! interior, en medio Pero Amelia me interumpió:
fie la austeridad rosácea de los muebles anti- — No existe una edad para olvidar las pro-
guos, brillaban el cobre y el esmalte. Algunas pias promesas.
tapicería? llenas de árboles prolongaban en Balbuceé algunas palabras. En verdad, cuan-
fodas nuestras habitaciones el follaje que se do joven, yo la había estimado, pero ya no
inclinaba sobre todas nuestras ventanas. Mi podía, a tantos años de distancia, ofrecerle más
esposa había dispuesto cada cosa con mucho que una buena y leal amistad. Busqué de con-
gusto, tanto, que nuestra casa había adqr.irido vencerla, repitiéndole las habituales fórmulas
un alma precisa. corteses de circunstancias.
Hicimos juntos algunos viajes muy cgrada- Amelia me escuchó con atención y luego, con
hles por Córcega y por Túnez. Durante un una voz más bien comercial, me respondió que
\iaje por España, Susana se enfermó. El des- el tiempo no contaba en mis promesas, que mis
tino se divierte con destrozar la felicidad de cincuenta años eran muy sanos y placenteros
los hombres. Mi pobre esposa debió sufrir una y que, desde el momento que yo la encontraba
operación, y si bien la confié a manos mucho a ella todavía fresca y apetecible...
mas hábiles que las mías, después de haber — Las deudas son deudas — concluyó.
soportado durante algunos meses sus sufrimien- Entre tanto, sus miradas habían ido paseando
tos, me dejó, una noche, completamente solo sobre mis muebles antiguos. Yo me defendía
en la vida. como un deudor que no tiene ninguna prisa
por pagar.
— Desde luego, veremos...
[ B ^ I E llorado mucho a Susana, ante todo por- — Es necesario ver pronto — me respondió
^B~~1 que la quería bastante y luego porque Amelia.
m I Susana, por su parte, me había adorado. Hurgó una vez más en su cartera, como para
Tal vez en medio de su constante ter- sacar un pañuelo o una polverita, y sacó, en
nura había un poco de despotismo, y acaso cambio, un pequeño revólver con la empuñadu-
también el placer que yo hallaba al estar a su ra de nácar: una deliciosa y pequeña joya de
lado se veía algunas veces disminuido y amar- bolsillo.
gado por una absurda nostalgia de la soledad. Me levanté dulcemente, fingiendo no haber
1 ero no tengo e! derecho de hacerme compade- visto, y envolví a Amelia con una especie de
cer, porque, en realidad, durante casi veinti- galante murmurio. Le prometí todo cuanto me
cinco años, había sido feliz con aquella mujer. reclainó y la conduje hasta la puerta, a través
Esta confesión, en la cual he puesto simple- del jardín. Amelia me dijo que el jardín le
mente sinceridad y en la cual, en cambio, no he agradaba muchísimo y yo corté para ella las
puesto ningún cinismo, explicará fácilmente la tres rosas más bellas de mi rosal.
cualidad profunda de mi dolor.
_ Después de algunos meses de viudez me re-
signé, pues, malgrado los acontecimientos, la LGUNAS horas después hice colgar en ia
vida continuaba, obligándome a calcular con puerta de mi chalet, un cartel: "El doc-
egoísmo que acaso me faltaban todavía diez tor está de viaje".
años para vivirlos en la plenitud de mis faculta- Estábamos a fines de julio, hice mis
des y con una ausencia total de preocupaciones, valijas, revisé mi automóvil y al dia siguiente,
es decir, con el privilegio de una buena vejez. con el alba, emprendí viaje hacia Bagnoles.
Alejé dulcemente y poco a poco a toda mi Entre el follaje de Bagnoles, ' e s p i r a b a
clientela. No atendía por las tardes más que mejor.
algunas consultas de clientes muy fieles. En Desde hacía tres días estaba en el estable-
CARAJ" Y C / \ R E T A J '

limiento balneario, cuando una mañana, en de miel en Monte Saint Michei. Paseábamos
el fondo de una calle, vi o creí ver algo... entusiastamente por todos los contornos. Nues-
Me dirigí al garage, salté en mi aulomcvil y tros ojos sonreían sobre las colinas.
ine precipité a gran velocidad hacia Mortain. Esperando que los documentos estuvieran
J^a vecindad de las cascadas me refrescó las listos y que fueran ultimadas las forniaiidatleb,
ideas. Reflexioné en la comicidad trágica de Amelia se encontraba muy bien en el cl'ma
mi situación. Me encontraba como el hom- normando y declaró estar muy contenta coi. ti
1 re perseguido que se ve en los íüms norte- régimen de vida del albergue. Una serenidad
americanos y que corre de albergue en albergue. nueva llenaba su rostro y yo me sentía resigna-
Pasé en Mortain dos días sin incidencias. Deci- do. Amelia era todavía bastante hermosa.
didamente, la sombra que había creído ver en El matrimonio se celebró en la abadía de la
el fondo de la caile del establecimiento de Bag- localidad y bien pronto retornamos a Roixr,
noles era una simple proyección de mi espíritu donde Amelia se instaló como patrona de nv
agitado. Más tranquilo, me dirigí, en pequeñas casa. ¿Debo confesarles que sentía habituarme
etapas sucesivas, hacia el monte Saint Michei, al nuevo estado de cosas?
par? '"espirar el aire fresco y vivo del océano, Amelia tenía cualidades de orden, que son
^ a en la costa del Atlántico perdí mis íncubos mucho más apreciables cuando se tienen cri-
y me abandoné totalmente a los hermosos sue- cuenta años que cuando se tienen veinte soii-
ño.s que sólo el mar, con su inmensidad so- mente. Las comidas eran siempre bien preparri
lemne, sabe inspirar a los hombres. Por pri- das y a la hora precisa.
mera vez, después de tantos días de ansiedad, Una noche, Amelia me hizo notar justamen-
dormí plácidamente. El sol y el aire matutinos te que el día en que yo muriera — día que ei.'n
jugaban, en cada despertar, con los bordes de no deseaba, desde luego, agregó, dándo'nc r.n
las cortinas. Había ordenado chocolate y pan beso — ella correría el riesgo o de verse rcdt.-
con manteca y me sentía con buen apetito. Me cida a la miseria por mis sobrinos, o de vir
disponía a tomar el desayuno, sin moverme de cómo se venderían todas las cosas que a mi
mi lecho, cuando oí golpear la puerta. me habían agradado. Conociendo a inis sci>¡i-
— Pase — le dije al camarero. nos, le hice ante el notario una venta ficrlcia
Pero en vez del camarero entró Amelia con de mis muebles y de mi casa. Su inquietud se
su acostumbrada sonrisa reposada y hermosí- calmó y vivimos juntos algunos meses de ver-
sima. Me tendió la mano y se sentó graciosa- dadera paz.
mente a mi lado. No obstante esto, Amelia, con su acosiun.-
— No se sofoque, querido; he venido sola- brada calma, se entregaba a ciertas tar^Ms:
mente a recordarle su promesa. Sabia que vol- cambiaba de sitio los objetos y rompía asi
vería a encontrarlo aquí. la armonía íntima de la casa, imponiéndoles a
Golpearon de nuevo la puerta y el camarero ¡as cosas su gusto mediocre.
entró con el azafate. Quise ir hacia él para La bajeza y la vulgaridad de su alma ponían
pedirle ayuda; pero habria sido ridículo. Me una tristeza de desierto en aquella que d'i/ía
noté que estaba muy pálido. de haber sido la dulzura de mi sol'rdad. Ter-
— No deseo, por cierto, impedirte que se miné por odiar a Amelia. La compar.Tba '..cái
desayune — me dijo Amelia sonriei;do. mi difunta esposa. Tal vez con su tranviuiiidad
Luego hizo como que se iba. Yo insmué un exasperante y con su frialdad llena de despre-
gesto cortés para detenerla. Cuando el sirviente cio, Amelia alimentaba expresamente mi odio.
se alejó, Amelia me dijo: Había en su silencio una especie de contradic-
— Veo que es usted un caballero... ción perpetua. Una mañana, la discusión, que
Respondí que, en efecto, era un caballero, nos había enconado, estalló y grité, mostrándole
pero que todavía existe la prescripción, aun la puerta del jardín;
para las promesas de amor. — I Vete fuera de mi casa, pronto! ¡No qaiero
— Eso no me resulta — contestó Amelia. verte más nunca! ¡No puedo tolerarte más!
Luego, procediendo como una vieja amiga, — Te toca a ti irte, si no te hallas en condicio-
vino a sentarse junto a mí, a! bordt del lecho. nes de permanecer aquí — respondió ella ccn su
— Pero yo soy libre — prote.'.té con vehe- calma irritante.
mencia. — Y entiendo que permaneceré tal. Ese mismo día hice mis valijas y lo ab-mdonc
— ¿Lo cree? todo.
Con una infinita dulzura, Amelia había colo-
cado cerca de ella, sobre mi acolchado de raso
E alquilado un pequeño dsoartairenio

Bi
azul, como dentro de un cofre, el revólver; un
gran revólver, mucho más elocuente que acuel en el centro de París y, a Ijs cinci.enta
que me había mostrado en su primera visita. y cinco años, he debido rehacerme una
Quedé inmediatamente convencido y me s-ntí clientela, inezquinamente, pe'iosameiile,
perdido. Me puse a bromyr. Le propuse, para en un pequeño consultorio, como un doctoroito
empezar, que tomara el desayuno conmigo, que debuta.
cosa que Amelia aceptó con una carcajada de Amelia, en cambio, vive allá, en mi c.haíet
gran apetito. Yo, individualmente, no tenía normando que, por tantos años, hjbia consti-
más hambre. tuido mi sola razón de ser feliz. He vuelto
El matrimonio quedó resuelto. Mi concie!;cia 3 ejercer mi profesión y estoy contento igual.
hablaba por primera vez y me decía: Por lo menos, soy libre. De mi cisa, no he
— Un caballero tiene una sola palabra» sacado más que algunos libros para consultar
y saborear, por las no-
ches, la irónica y amarga
J edn Qáument
V
iviMOS, a n t e s filosofía,
de la celebración Y he conservado mi
del matrimonio, TRAliVCaoN üE I L. automóvil, para huir en
una agradable luna D I B U J O DE B A T L L B caso de peligro.
CARA^Y El novelista
CARETA./

^ Alberto Insúa...
A los veinte años

A los veinte años, confiesa el novelista, era \m


ignorado estudiante de derecho, en la u n i v e r -
sidad Central de Madrid. Su vocación no era
.dicha carrera, pero, así y todo, un año más
tarde, se doctoró.

Ya liril-)ia escrito algunos arti'culoí;, los que aparecie-


ron en los diarios " E l Liberal" y " E l País", de Madrid.
Ivmpcro, el primer artículo que cobró fué uno aparecido
en la revista "Nuevo Mundo", en el año 1904.

Entonces Blasco Ibáñez, además de novelista con gran


simpatía entre los lectores, era editor. Publicaba una
revista, " L a novela ilustrada'', en la que I n s ú a comenzó
a colaborar con varias traducciones de autores france-
ses, que han sido los que le sirvieron posteriormente
de modelos.

E s t r e n ó la primera l e v i t a . . . porque, entonces, era de


rigurosa iiioda. F u é para un banquete que se le dio a
Valle Inclán. El novelista ha recordado últimamente
el contraste (lue hizo su elegante figura, a la que no
faltó una reluciente galera de felpa, con la humilde indu-
mentaria de don Benito Pérez Gaklós, a! que conoció
en aquella oportunidad y que figuraba entre ¡os invi-
tados de honor.
'liberto Insúa, novelista fecundo y
creador de algunas obra» lan t'«-
T o d o su deseo era hacerse una cabeza de escritor.
tiwables como "En tierra de San-
E s decir: acicalarse, llevar una abundante melena ondu-
'O* > acaba de publicar «na novela
lada, el rostro un sí es no es pálido, la consabida chalina,
^ la que ha titulado "El complejo
todo aquello que entonces venia a constituir algo asi
°c Edipo". Está en esa edad en
como el uniforme del h o m b r e de letras, auniiue el h o m -
<5Ue ya comienza a experiraentarsc
bre de letras, a lo mejor, no hubiera publicado hasta
•^jerta complacencia en rememorar
entonces una sola línea.
«' pasado, en recordar los día» ju-
veniles, los primeros amores, los
primeros fracasos y, naturalmente, Las primeras armas en el periodismo las hizo como
'^8 primeras desilusiones. Esto es repórter de policía y senado. Ñ o percibía sueldo alguno.
'o que ha hecho, precisamente, en E m p e r o , como con algo tenían que recompensarle aqutl
^n periódico madrileiío y es una trabajo, recibía de tarde en tarde algunas butacas para
S'osa de sus palabras las que en- los teatros de segunda c a t e g o r í a . . . porque las de los
"^ontrará el lector en esta página. de m á s íuiportancia se las llevaban los redactores de
otras secciones de mayor responsabilidad.

Como muchos otros escritores célebres, como el mis-


mo Pérez liscrich y Blasco Ibáñez, para obtener algún
dinero debió escribir artículos, poesías, cuentos y hasta
novelas que firmaba un caballero muy conocido. Y, el
escritor, en el curso de la entrevista que le hiciera últi-
m a m e n t e Rafael N a r b o n a — y de la cual e x t r a e m o s aquí
algunos datos, — declaró con ejemplar altivez: " M e mo-
riré sin revelar esc nombre. L o que deploro es que,
algo mejor pagados, no me propusiera hoy el m i s m o
negocio..." . ,

Pero, lo m á s grato de los veinte años, lo <iue perdura


en su corazón y en su memoria, no han sido ni los suce-
sivos triunfos literarios, ni los halagos de la notoriedad,
ni la amplia difusión de sus libros. L o que Alberto
Insúa recuerda y añora es el ya lejano idilio con cierta
modistilla con la cual solía ir los domingos ya al paraíso
del teatro de la Zarzuela, ya a pasear bajo la fronda de
los jardines de Madrid.

C A R I C A T U R A
CAJLAJ" Y CARI-TAy

A I 3 U N T A D E L A I ^ I Z , por VALDIVIA

El álbum

La biblioteca más grande — E s c r i b í en un álbum :


'IJn hombre eleerante aín
del mundo euantes es como un caballo
BÍn herraduras".
— ¡ Qué biblioteca podría -— I Muy orif^inalt
formarse con todos los li- — Pues, ¿querías creer que
bros que no he leído I me mand-iron los i)a'!rino:?
— IY la que podría for- — ¿Quiénes? i Los elegan-
marse con todos los libros tes o los caballos ?
qu« no se escribirán nunca I

Los beneficios de la
lluvia

— Es una fortuna que en


El sostén de la casa
mi pueblo llueva tanto.
-— Hace veinte años que me — ¿Es usted agricultor?
casé. No sospechaba entonces lo Preferencia
Que cuesta sostener una casa. — N o ; soy médico. Y en — Entre un violín y un pia-
— I Dígaselo a los caracoles que mi pueblo casi todo el ve- no, prefiero el violín.
tienen que ir arrastrando la suya — ¿En qué funda su preferen-
constantemente! cindario sufre de reumatis- cia?
— En que es m&s fácil tirar el
mo. vlclfn por el balcón.

El concepto de la lealtad Indignación


— Este año he estudiado muy poco. — ¿No te da vergüenza lo que has hecho?
— ¿Y por qué no ha estudiado más? — No.
— Por compañerismo Mis compañeros tampoco
estudiaban Y yo no podía aprender más que ellos. — I Qué desvergonzado I ¡ Es decir que no te
Hubiese sido una deslealtad. da vergüenza de no tener vergüenza I
:ARA./ Y CARET/^./

A DOS FIRMAS BUEN DATO

U
N periodista londinense pidió una entre-

E
L gerente de un conocido banco de esta pla-
za camina por una calle céntrica en compa- vista a Lloyd George para tratar asun-
ñía de un amigo, con quien sostiene ani- tos de actualidad. Amable y gentil, a pe-
mada conversación. sar del aspecto temible de su revuelta
Unos pasos antes de llegar al cruce de la calle, melena, el gran político gales se prestó sonriente
mi mendigo le sale al encuentro y dirigiéndose con a todas las impertinencias del periodista.
la mano extendida, pide al gerente: Y al final, el hombre de Ja estilográfica, k pre-
— i Una limosna por amor de Dios 1 gunta a boca de jarro:
— No puedo, perdone — contesta el aludido y — ; Cree usted en una próxima guerra ?
sigue su marcha. — Ño...
Pero el mendigo no cede. Se pone al paso de El periodista, satisfecho, se levanta para des-
los dos amigos y sigue su cántico doloroso, siem- pedirse de su entrevistado. Desde las columnas del
pre sin resultado. diario se proponía desvanecer el horrible fantasma
Viendo el andrajoso que nada conseguiría de que se aparecía en el horizonte europeo.
aquel caballero, lanza una última queja dolorosa: Pero Lloyd George añade, mefistofélicament€,
— i Una limosnita, por el amor de Dios y de la antes de la despedida:
Virgen! — Le advierto a usted que tampoco creía en
I-I gerente se da vuelta, como picado por una ella en 1914.
víbora, y exclama:
i Ah, bueno! A dos firmas sí: tome, hermano. CHISTE MALO
^ !« da una moneda...

A
L regreso de un viaje, dice Anacleto a sus
amigos:
EXT RANO ANTOJO — No podéis figuraros lo que he sufrido
en el tren. Estaba sentado junto a la porte-
K discutía con gran calor en una sesión del zuela del vagón, y por más esfuerzos que hice no
Ayuntamiento de cierta importante ciudad pude levantar el cristal y he pasado un frío tre-
catalana. Y el alcalde, dando, de súbito, un mendo.
gran campanillazo, cortó la discusión con — ¿ Y por qué no cambiaste de sitio ?
«stas palabras: — ¡ Con quién iba a hacerlo si venía solo en el
— Señores, pongamos los pies sobre las íes. coche 1

toR lo» camino» dcliiuindd


des presta.rme cinco pesos, hasta mañana?
— ¡ Ah, no, imposible, Salomón ! No puedo pres-

Y o, si me ca.so — le decía al señor Una-


'Huino un otoñal, asiduo concurrente a la
tertulia del mordaz filósofo español, —
ha de ser con una ateneísta,
~- Y eso, ¿por qué? — preguntó don Miguel.
tar ni un centavo.
— 1 Levy: a mí, a tu amigo, a tu casi hermano,
no puedes prestar cinco miserables pesos!
— Jo) siento, Salomón, pero un contrato me lo
impide.
— Porque me case con quien me case, mi muj-;r — ¿Un contrato? ¿Qué contrato?
ha de mandar en mí. Y, naturalmente, prefiero el — Sí, Salomón. Cuando yo me instalé aquí, hice
de.-ipotismo ilustrado. un contrato con el banco que tu ves ahí: ni el ban-
co puede vender cigarrillos, ni yo puedo prestar
CUENTO JUDIO dinero...
ALOMÓN y Levy llegan a Buenos Aires para
trabajar. Salomón, previos los c.'itiKlios del OTRO CHISTE MALO
caso resuelve- ir.sc al campo a tentar for-
tuna. Levy, se queda en la ci\ulad. Compra
un pequeño cajón, lo llena de cigarrillos y se ins-
ta!a_ pacientemente en la puerta de una poderosa
institución de crédito.
Pasa un año. Salomón regresa de la campaña
Y o — decía un padre de la patria en los
pasillos del congreso español — he te-
nido siempre la costumbre de viajar sin
dmero, para evitarme posibles sinsabores
ferroviarios. El día mismo de mi salida, me hago
mas pobre que nunca y desilusionado por comple- un giro al lugar adonde me dirijo, y cobro en
to. En una recorrida por la ciudad, tropieza con cuanto llego.
su amigo Levy al frente de su negocio. Abrazos. — Pues entonces — le dijo el señor Serrano
Confidencias. Lamentaciones. Salomón cuenta .sus Batanero, otro padre de la patria que se las traia,
miserias. — debía usted reclamar en el negociado de pa-
— Y a ti ¿cómo te va? tentes.
— No puedo quejarme. Saco diez jjesos diarios. — ¿Por qué?
Lo suficiente para vivir. — Porque el inventor del autogiro resulta que
— ¡Caramba! i Qué bien! Y dime, Levy, ¿pue- es usted.
CARAT" Y CARETAS

La grandiosa
Exposícíóti de la Industria Argentina
a inaugurarse en diciembre
será uno de los temas
principales del
Número extraordinario
de N a v i d a d , de
Caras y Caretas,
que se pondrá a la venta el
14 de diciembre de este año
C A R A / Y CAREFAy

EL GOLPE TELEFÓNICO DEL MINISTRO DEL INTERIOR

^^¡
V

— ü e a c u e r d o , señor ministro. Al elector lo t r a t a r e m o s


amablemente.
C A R A / Y CARETAJ-

L^ imag^en de Nuestra Señora de los R e m o j o s , llevada en andas por


las enfermeras, es sacada del templo de San B^guet para la procesión.

CRUZO POR LAS CALLES DE BUE

LA IMAGEN DE LA PIEDAD EN
Por R I C A R D O
LA VIRGENCITA

N UESTEA Señora de los Remedios, cuyo


culto constituye una emocionante tradi-
ción porteña, es la divina madre de la
LA PESTE
UERON horas amargas para Buenos Ai-
beneficencia. A su sombra protectora,
surgieron las bellas fundaciones que aun perdu-
ran en Buenos Aires.
Dos veces secular, su imagen fué venerada,
F res, las del año 1727. La peste asoló la
ciudad y, era tal el número de muertos,
que los enterradores trabajaban hasta
de noche, con siniestros candiles. Mas Por falta
porque desde remotos tiempos, presidió como de medios de transporte, enorme cantidad de
un símbolo la acción de los hombres, que no cadáveres, eran llevados en rastras tiradas por
midieron ni limitaron el ejercicio de su obra caballos y bueyes para proceder a darles se-
fraterna. Diminuta y admirable luz, brillando en pultura, mientras otros permanecían hacinados
las send.as del dolor y del abandono. Es el Per- a la espera del trágico turno, y el aire se envi-
dón de lo que ha sido — dentro de la existen- ciaba con la podredumbre de los cuerpos.
cia de los seres — que posa su mano sobre las
frentes heladas, sin calcular, ante la muerte,
quien fué bandido o caballero. LA HERMANDAD
Ante ella se inclinan las cabezas y se unen STAS espantosas escenas — según Bil-
instint¡v,amentc las manos. El amplio vestido
trepa, en sensación de pureza extrema. Sostiene
un brazo al hijo de Dios, cuando éste balbu-
E bao — movieron a don Juan Alonso Gon-
zález a establecer la Hermandad de la
Caridad, que formaron civiles y ecle-
ceaba sus palabras de sentido profundo, y, en siásticos, tomando el iniciador el estado sacer-
una mano, surge el ramo de flores de su pie- dotal para cumplir mejor sus funciones, siendo
dad infinita, mientras los ojos inclínanse hacia el fin de la asocia-
abajo, puesto que ya saben todo del cielo y, ción "dar sepultu- ..y^^ '
en ese instante, sólo se preocupan en advertir ra a los cadáveres ^•''¿^^^^le-* ^^^
y socorrer a los que cayeron sobre la costra de los pobres y de
sucia de la tierra. los a j u s t i c i a d o s " .
CARA.'- Y CARETAJ

Más de mil enfermeras tomaron parte en la gran procesión de Nues-


t r a Señara do los Remedios. A su paso por la avenida de Mayo,

ERA BANDIDO O CABALLERO


UNA TRADICIÓN EMOCIONANTE

G U T I É R R E Z
Andrea, obispo de Temnos. Luego, la misa can-
tada en honor de la Virgencita... Almas al bor-
de de los labios en el aleteo de una oración, que
practicando a la vez obras de beneficencia, fun- fué elevándose hasta la madre de la piedad
dándose la hermandad, de la que fué alma el fi- como suave hilillo de humo que compuso el fue-
lántropo presbítero González, que adquirió en go del amor en los carbones de la reverencia.
200 pesos el terreno que ocupa la iglesia de San
Miguel Arcángel, estableciendo el asiento de la LA PROCESIÓN
institución en la calle Esmeralda, donde se en-
cuentra la Asistencia Pública. Con el permiso
correspondiente, se constituyó la Hermandad,
bajo el alto patrocinio de Nuestra Señora de los
Remedios, no limitándose a sus primeros propó-
sitos, pues su obra se tr,adujo más tarde en la
L AS gentes se apiñaban. Nuestr.a Señora
de los Remedios, aquella que, siendo pa-
trona de la parroquia de S,an Miguel Ar-
cángel y de la maravillosa Hermandad
de la Caridad, permitió que ante la muerte, sin
Casa de Huérfanos y el primer Hospital de Mu- medir la existencia, se diese cristiana sepultura
jeres, hasta que, en 1822, como lo determinara al cadáver del pobre y del ajusticiado, apareció
Rivadavia, pasa tan digna acción a la Socie- en la porcada del templo. Un manso rumor
dad de Beneficencia. pudó escucharse, porque la palabra de la fe mo-
vía las bocas de las grandes damas, de las vie-
E L RECUERDO jecillas mendicantes, de los señores y de les
obreros.

M AS l,a parroquia de San Miguel Arcán-


gel ha recordado. La festividad de
Nuestra Señora de los Remedios se
celebró con idéntica virtud que en la
minúscula villa del
La muchedumbre se puso en marcha, mientras
uniformadas enfermeras — cuya participación
tradicional es prominente — llevaban en andas
a Nuestra Señora.
Arriba, la Virgencita. Abajo, los delantales blan-

A^
siglo XVIIL Ofi- cos, que, como un símbolo, parecían azucenas
ciando, inicia el ho- desprendidas de los jardines del dolor. Luego,
menaje el alto espí- los que formaban con cada corazón las cuentas
ritu de monseñor de de un rosario enorme.
C O N L A S O N R I S A

C H LA
Por A G U S T Í N
europeos, impuestas, principalmente, gracias al
agudo talento de Molnar y Fodor. En Inglate-
rra también tiene ese género un representante
destacado en Lonsdale, quien acaso supera a
sus colegas húngaros por una más alta calidad

tí del dialogado.
— Te refieres a ese género de comedias bri-
llantes, ¿no es así?
LA VtMA V- — En efecto — le confirmo, — a esa clase
de obr^s, que en latitudes escénicas más exi-
n ofvO gentes se llama "brillantes", debido a lo
ocurrente de su argumento y la espiritualidad
de su lenguaje. El mismo calificativo que entre
nosotros se aplica a toda clase de piezas, aun-
que se trate de nefandos sainetones, siempre
que en ellos la primera actriz salga vistiendo
algún piyama...
— ¡Tienes razón, querido!
— ¡Muchas gracias, Lerchundil
— "La dama blanca" — continúa mi amigo
• AL 'Cónico — me interesó también, además de por su
jovial amenidad, a causa de la meritoria inter-
pretación que le dieron los elementos del Có-
mico. Luisa Vehil, García Buhr, Chiola y

A sí como, cuando regañan los novios, lo


primero que hacen es decirse de usted,
tratamiento que a veces también siguen
empleando en los primeros momentos
Petrone se comportaron como buenos. ¿Opina
lo mismo el culto y querido camarada?
— Exactamente, mi talentoso amigazo...
En fin, que la charla de hoy está resultando
de la reconciliación, del mismo modo, después una adulón^ batalla de flores.
de nuestro último encontronazo, a pesar de que
terminamos en buena armonía la charla de la
pasada quincena, noto que iniciamos la con- lAY, PARÍS, COMO TE HAN PUJESTO!
versación de hoy a través de ligeras y recata-
das reticencias. OMO temo que tampoco haya en nosotros
Naturalmente, lo mismo Lerchundi que yo,
tratamos de mostrarnos, exactamente lo mismo
que hacen los enamorados en trances análogos,
en una actitud de amabilidad y cosideración
C la menor discrepancia sobre "Ta bouche",
dada en el Odeón, velando por el in-
terés de estas charlas, a las que una
sostenida coincidencia de opiniones imprimi-
acaso exageradas, con lo que no logramos más ría, naturalmente, un ritmo monótono, aventuro:
que dejar traslucir nuestras mutuas reservas... — El público de la elegante sala pareció dis-
traerse con la asainetada versión de la deli-
ciosa comedia musical parisiense...
¡DE ACUERDO, QUERIDO!

E N tal efusivo y untuoso estado de ánimo


abordamos el tema de los recientes es-
trenos, comenzando por el de "La da-
ma blanca", comedia de Zorzi y De
Benedetti, que en la traducción de Pedro E.
Pico se ha dado a conocer en el Cómico.
— Yo fui al estreno — le expreso — llevado
por el buen recuerdo que tenía de otras obras
(le los autores italianos. Recuerda "La vena de
oro", de Zorzi y "Si me das un beso, te digo
que sí", de su colaborador...
— ¡Cómo no, querido! De acuerdo — se
apresura a manifestarme Lérchundi — Esos
mismos gratos antecedentes me impulsaron al
teatro a mí también. Por otra parte, el que
haya traducido Pico la comedia ya constituía
otra importante garantía, ¿no te parece?
— De acuerdo, querido — le digo yo a mi
vez. Y continúo: — "La dama blanca" es una
de esas graciosas comedias, de fábula ingeniosa
y chispeante diálogo, que desde hace unos
años están de moda en los escenarios centro-
E N L O S L A B I O S

T E A T R A L E
R E M O N
— ¿Cómo puedes decir tal cosa? — me inte-
rrumpe, casi increpándome, Lerchundi. — Los
espectadores que se hayan divertido con la
traducción de "Ta bouche", es que no tienen
oído, ni vista, ni memoria. Porque ni el mal
gusto podría disculparlo, ya que la simpática
pieza fue irreprochablemente representada por
la compañía Volterra en el Cervantes y como
tú has dicho por ahí, la interpretación de "Tu
boca" ha sido mala, pero homogénea.
Agradecido al recuerdo — ¡ya se me cila,
como a los clásicos! — le digo:
— En ese sentido de la detestable uniformi-
dad, Gladys Rizza fue, acaso, el único intér-
prete que tuvo la coquetería de desentonar un
poco, mostrándose atrayente en varios pasajes
de la comedia musical. En cuanto a Marujita
Pibernat, elemento de condiciones positivas,
aunque esta vez no pueda evidenciarlo, debe
cuidar de no mostrarse en trajes vaporosos y
descotados, por lo menos hasta que no aumente
de estatura. Sencilla y de buen gusto la deco-
ración debida al doctor Susini, y acertada la
actuación del maestro Naiztegui al frente de la
esquelética orquesta. — Eo mismo me ocurrió a mí — opino — e
igual cosa aconteció al auditorio. "Tiburones"
se inicia con un episodio saineteresco bastante
CETÁCEOS EN POCA AGUA bien graduado, dejando pendiente un conflicto
que el cuadro siguiente no redondea, por lo
que da la sensación de inferioridad sobre el
D EL estreno del Odeón pasamos al del
Nacional, preguntándome mi amigo:
— ¿Qué te pareció "Tiburones", de Jo-
sé Antonio Saldías?
primero. Total, que la pieza de Saldías no se
tiene en escena, lo que es de lamentar por su
capacidad de escritor teatral.
— Que son unos cetáceos en poca agua, de — Tampoco los intérpretes ayudaron mayor-
laguna, como si dijéramos. Y tengamos en mente al autor.
cuenta que el autor muestra en más de una — Rosa Cata y Carlos Rodríguez le dieron
ocasión su firme pulso escénico, aquella visión una manito. Poca cosa... Los otros le dieron
dramática e idoneidad para reflejarla, que tan- mucho m á s . . . Por desgracia para la o b r a . . .
tas veces proporcionó el éxito al veterano co-
mediógrafo.
— A mi me gustó más el primer cuadro que I ATARAXIA, NARCISIN, EUTRAPELIA!...
el segundo, y éste mucho más que el epílogo.
AS ido — continúo — a la "rentrée" de
H Narcisín en e] Apolo? ¿Viste "El hom-
bre y la bestia"?
— No, porque el médico me prohibió
las emociones fuertes...
— También a mí me las vetó el doctor Buen-
gusto, pero tengo una personal simpatía por
el esforzado actor, y fui a verlo en esa pieza
de tremebunda y escalofriante amenidad.
— ¿Y?
— Que mi médico tenía razón. Pasé un rato
desagradable, viendo a Narcisín, bien caracteri-
zado de feroz mostruo. maltratar a su esposa,
una actriz que, después de todo, no lo hacía
tan mal como para merecer el abusivo castigo...
— Ese muchacho tiene condiciones, pero ne-
cesita un buen
consejo.
—Y o 1 e
aconsej a r i a
ataraxia. Ata-
r a x i a , y un
poco de eutra-
pelia.
CARvV Y CARETA/
de las Obras de la Junta que auspiciaba la fies-
ta, era un detalle coquetamente primaveral en
aquel cuadro lleno de animación y colorido.
No es de extrañar, pues, que la vida senti-
mental hile sus hebras de luz bajo el cielo lumi-
nosamente azul, mientras los circulillos y pe-
queñas "diques" mundanas se aislan bajo el tol-
do de los grandes parasoles listados de colores.
El comentario se refiere — en los días tan
animados del campeonato — al "flirt" de un
excelente polista argentino que lleva el nombre
legendario del guerrero arrogante que conquistó
el título de "Corazón de León" por su valentía.
R EGALO de los ojos era el espectáculo que
ofrecía el Campo Hípico Argentino el Sus amigos abrevian el nombre a la inglesa, re-
día del match decisivi de polo para cordando, seguramente, que "Corazón de León"
conquistar el campeoi'rto. Y esta vez, fué honra y prez de los príncipes de la Gran
Bretaña. Su apellido compuesto une a dos nom-
como en todo acontecimiento deportivo o artís-
tico que tenga la virtud de atiaer a los circuli- bres de gran prestigio en la alta sociedad argen-
llos más brillantes de nuestra alta figuración tina. Alto, moreno y muy buen mozo, asegu-
mundana, el espectáculo era doblemente intere- ran sus amigos que el entusiasmo ferviente por
sante: las inr^'dencias del torneo no pudieron el polo lo ha adelgazado notablemente, pero hay
ofrecer más animación ni más colorido que 1.a quien dice que el "flirt" sentimental es el ré-
numerosa y calificada asistencia, en aquella tar- gimen más eficaz para disminuir de peso. Y,
de, luminosamente diáfana, que permitía des- sobre todo, cuando ese "flirt" sentimental se ha
plegar las galas de la coquetería y del chic insu- mantenido a la distancia...
perable de nuestras ultra-elegantes. Muy rubia y muy linda, la "ch,arnieuse" norte-
A los colores de los "teams" competidores se americana, que visitara hace ya algún tiempo
oponían la nota clara de los trajes de las figu- Buenos Aires, a donde vino acompañando a su
ritas femeninas y la profusión de flores de co- hermano, polista de nota, no rompió el encanto
lores vivos, sobre el fondo negro de las sedas al ausentarse. Las hebras de iuz del sentimiento
estampadas, que son las indicadas para las se- verdadero tejieron la red sutilísima a pesar de
ñoras jóvenes. Los sombreros grandes, casi las horas y los meses transcurridos hasta que
siempre negros, los zorros "argentes" y los abri- llegó el despacho telegráfico, que tanto significó
gos de seda, guarnecidos con franjas de piel de para él en su escueta brevedad: "Arrive to mo-
mono en las mangas, marcaban la diferencia r r o w . . . " El alado mensaje precedía sólo algu-
de edad con las figuritas juveniles, vestidas con nas horas a los viajeros que acaban de cruzar
trajecitos muy sobrios de piqué y de hilo o con la Cordillera... Y los circulillos ultra elegantes,
sedas lisas de colores claros, colocado el pana- reunidos en el campo hípico argentino, comen-
má con t.anta gracia como coquetería sobre las tan cómo se agrupan los allegados de nuestro
airosas cabecitas. La nota de los delantales de excelente polista en derredor de la gentil y
organdí floreado, distintivo de la comisión de simpática pareja.
señoritas encargada de servir el té a beneficio

^
N el marco suntuoso del salón blanco y
E y oro, encendidas las luminarias de fies-
ta para tan grande acontecimiento, celé-
brase la sesión inaugural de la Primera
Conferencia de Asistencia Social en la Repú-
blica. Para ella, ha requerido el Poder Ejecutivo
Nacional la colaboración de las personalidades
de mayor autoridad profesional, como la de las
que han afirmado su categoría espiritual y su
capacidad, en su actuación filantrópica, ya sea
en las activid.ades de instituciones benéficas o
en el ejercicio de la caridad privada.
Altos funcionarios del Estado, prelados ilus-
tres, figuras femeninas que representaban a las
corporaciones más respetables del país, han es-
cuchado la palabra elocuente de los oradores
oficiales, subrayando con aplauso caluroso los
párrafos más brillantes o más profundos en los
discursos pronunciados, y más de una vez pudo
percibirse en la palabra vibrante, el destello de
la emoción íntima y sincera. El más acendrado
p.atriotismo ha inspirado muchos de esos párra-
fos, valientes en su afán de remediar los graves
problemas que afectan a la colectividad, rotun-
dos, en su claridad que ha revelado estadísticas
realmente pavorosas.
Grande, m,agnifico en su amplitud, es el es-
fuerzo que realizan las instituciones de benefi-
cencia y previsión social en la Argentina; mu-
chos son, también, los filántropos que cooperan
CARAJ- Y CARETAS
generosamente en el sostenimiento de tales
obras, o creando a su vez instituciones nuevas;
pero la estadística desolador.a nos revela cuan
limitados resultan tales beneficios. El Estado
debe esperar, y espera seguramente, la palabra
de aquellos multimillonarios que no han cum-
plido aún con el divino precepto de la fraterni-
dad cristiana, con el deber sagrado de la solida-
ridad humana.

7 lleva la encantadora jovencita el mismo nombre

P ARA el mundo juvenil, así como p3ra el


intermedio — clasificación que creo pue-
da ser muy adecuada para los matrimo-
nios jóvenes, — las horas transcurren en
de la bellísima y seductora criolla que llegó a
ocupar el trono de Francia. Su apellido com-
puesto une a dos nombres de gran prestigio en
la aristocracia porteña; ambos tienen por prime-
una serie incesante de diversiones, como si qui- ra letra la primera del abecedario. Inteligente
sieran recuperar, antes de llegar a los últimos y muy culta, acentúa su personalidad el fervor
dí.as del año, los minutos de tregua perdidos religioso que es tradición en su familia, de tan
en el brillante engranaje de la figuración mun- hidalga prosapia.
dana. Reuniones de limitadas proporciones, co- Moreno y buen mozo; alto, de esbelta figura,
midas elegantes o suntuosas, fiestas artísticas el simpático y rendido adorador lleva el mismo
organizadas con fines de beneficencia, el "cock- nombre de un monarca cuyo heroísmo y gallar-
tail party" de rigor; luego el sugestivo encanto día le conquistaran la admiración universal en
de la región costanera, para los almuerzos cam- los años dolorosos de la Gran Guerra, en la que
pestres o las comidas exquisitamente elegantes sufriera su país tan inaudita agresión. Lleva
en las terrazas que dominan el río. L,os paseos apellido de gran arraigo, que ha enaltecido al doc-
en yate o las tardes p,asadas en los "links" de torarse después de brillantísima actuación como
San Isidro, todos son pretextos para que el estudiante. Nacionalista ferviente, lleno de en-
mundo juvenil "flirtee" — no me atrevería a tusiasmo tan propio de su edad, una tragedia
decir lo mismo del mundo intermedio — y que íntimamente dolorosa ha ensombrecido, sin em-
el comentario vaya anotando las siluetas en la bargo, la etapa riente y luminosa de su primera
diáfana luminosidad del p,aisaje, en derredor de juventud; pero, en compensación, vive ahora
la mesa que iluminan con su tenue claridad los los primeros capítulos de su interesante roman-
candelabros de velas o en las salones deslumbra- ce sentimental.
dores de las residencias de la gran ciudad...

E L pais.aje tan luminosamente pintoresco,


allá en los "links", suele ser cómplice,
en estos "flirteos" que se acentúan ya,
como preámbulo de noviazgos oficiales.
Y cuando "ella" es muy linda, y sus ojos negros
tienen un fulgor que apenas atenúan sus arquea-
d.as pestañas; cuando es tan buena como linda,
que su trato — un tanto reservado — es tan
lleno de "charme" por su inteligencia y cultura,
no es de extrañar la admiración ferviente de su
"partner" habitual, de alta y arrogante apostura.
De tipo británico, llev,a el nombre del más des-
confiado de los santos, y apellido de origen ir-
landés, íntimamente vinculado a la aristocracia
porteña. Deportista entusiasta, ha compartido
más de una vez las hazañ,as de uno de sus her-
manos, águila victoriosa en empresa memora-
ble. Se asegura que muy pronto ha de añadir
"ella" a su apellido de origen alemán, que com-
plementa el nombre criollo de tan poético sig-
nificado — como que evoc,a el nombre de la
soberana de las flores — por el del arrogante
y simpático admirador, que la sigue tan devota-
mente allá en el paisaje luminoso de los "links"
de San Isidro.

7
E
N las fiestitas íntimas, en los paseos en
que transcurren las hor.as en pleno en-
cantamiento, el c o m e n t a r i o cariñoso
anota una nueva inclinación sentimental.
Alta, esbelta y muy bonita, ilumin.ada su tez
mate por ojos claros, intensamente luminosos,
CARA^ Y CARETA/

El conde de Guadalhorce,
• Mientras dirige aquí los subterráneos, sus connacionales lo llevan
T candidaturas por Málaga y Sevilla. El sentido de la rehabilitación.

ÓLO después de mucha insistencia Por R A Ú L


de parte de los amigos, de algunos
amigos, accedí — dice el conde de
Guadalhorce — a que se incluyera mi nom-
bre en la lista de candidatos a diputados económica y social. Rechacé el ofrecimien-
que iban a sostener los Agrarios en las to. Propusiéronme luego Málaga y con-
elecciones generales de España realizadas testé también negativamente. Después me
el domingo 19 del corriente y en la cual hablaron de Zaragoza, donde, si bien ten-
figuran también Santiago Guallar y Ra- go relaciones, no cuento con parentela ni
món Serrano. Mi falta de decisión no de- tantos vínculos afectivos. Esa circunstan-
be ser atribuida a poca voluntad para ser- cia me decidió a aceptar, pues pensé que de
vir a mi patria: eso me sobra. , . Y creo afrontar la lucha debía hacerlo buscando la
haberlo probado. . . — añade en seguida más libre y espontánea expresión de la vo-
con un ligero, apenas perceptible dejo de luntad política de mis connacionales. ¿Qué
amargura. podía prometerles desde Buenos Aires este
— Esta elección de ahora — lo inte- candidato a sus electores? Además, ¿qué
rrumpo •— tiene en ese sentido un signifi- pueden esperar ellos personalmente de un
cado claro. Por lo menos así lo creemos hombre a quien casi no conocen? ¿Qué in-
aquí. fluencias podía ejercer, a la distancia, pa-
El ex ministro de Fomento y Obras ra atraer votos en mi favor? Y aparte de
Públicas del reino, que acompañó a Primo todo eso, ¿cómo olvidar que soy yo un
de Rivera durante casi todo su gobierno, exilado político para quién, como para mu-
parece sentirse halagado, no por mi obser- chos otros, no hay todavía amnistía?
vación, sino por el hecho a que ella se
refiere. El triunfo rotundo alcanzado por EL SENTIDO DE LA
su candidatura tiene el valor de una fran- REHABILJTACION
ca rectificación del juicio público que im-
porta desautorizar las apasionadas imputa-
ciones de un pasado reciente.
— Sí — admite el flamante diputado;
— algo de lo que usted dice hay en esta
D ON Rafael Benjumea y Burín, con-
de de Guadalhorce, habla de la po-
lítica española sin apasionarse más
allá de lo que corresponde hacerlo por lo
elección. Su resultado — no sería sincero que él entiende beneficioso para su nación.
si lo negara — me llena de satisfacción. Vale decir que en su palabra no hay acri-
Me complace, aparte del triunfo en sí mis- tud para condenar las injusticias políticas
mo, la espontaneidad del movimiento de que se considera víctima y menos para
electoral que lo sustentó. . recordar a los hombres que adoptaron en
su contra tales medidas. Prescinde de esos
MALAGA Y SEVILLA. NO; aspectos de la lucha y sólo se preocupa de
Z A R A G O Z A , SI las ideas, de los métodos, de los propósi-
tos. . . Por eso piensa que su triunfo en
los comicios de Zaragoza deber ser inter-

Y hay motivos muy especiales para esa


íntima celebración — p r o s i g u e
mientras enciende automáticamente
otro cigarrillo, el tercero o cuarto en el
pretado como uno de los más expresivos
exponentes de la reacción pública contra
los errores y excesos cometidos por el go-
transcurso de la conversación. — Cuando bierno. Su consentimiento para proclamar
me propusieron proclamar mi nombre, su nombre en Zaragoza respondió al de-
mencionaron especialmente Sevilla. En Se- seo de pulsar, en la práctica, hasta donde
villa tengo muchos intereses y estoy vin- es efectivo este movimiento popular de
culado por lazos de parentesco y amistad rectificación de rumbos que entraña, por
a mucha gente de influencia en la vida los resultados conocidos, una dura lección
C A R A / Y CARETA/

d i p u t a d o por Zarag02,a
al triunfo. Un hombre apolítico que ya fué ministro. Rechazo de las V
— Con fueros pero sin amnistía. La perspectiva del regreso. T

D O R I A usted las complicaciones en que lo meten


los acontecimientos a un hombre que no
es político!

para los dirigentes republicanos más exal- MINISTRO Y DIPUTADO SIN SER
tados. A su juicio, se abre un interrogan- POLÍTICO
te sobre el destino insitucional de España.
7^ NTONCES — le digo — usted posee
¿Logrará la República conciliar las fuerzas
un secreto que no conocen los mili-
antagónicas lo necesario para consolidar
tantes activos de la política. . . U n
su existencia sin nuevas perturbaciones de
gobierno lo nombró ministro; ahora un
la vida social y económica:' He ahí la pre-
gran movimiento de opinión popular lo
gunta que no se puede contestar de modo
lleva a usted a las Cortes. ¡Vale más no ser
definitivo y que por eso mismo suscita ex-
político!
plicable inquietud. Por lo pronto, hombres
— No sé. . . No podría decírselo sin
de actuación destacada durante el gobier-
riesgo de equivocarme. Pero sí puedo afir-
no de Primo de Rivera, acaban de ser elec-
marle que cuando desempeñé la cartera de
tos diputados sin buscar ellos la elección,
Fomento puse todas mis energías al servi-
porque no pueden volver a España míen-
cio de lo que consideré útil para mi país.
tras subsistan las acusaciones formuladas
No me cuidé de averiguar si hería o con-
por dirigentes republicanos y pese sobre
formaba intereses partidarios: me bastó la
ellos la amenaza de una condena. Pero he
convicción de trabajar por el bienestar de
aquí que en esas condiciones la voluntad
España. Ahora trabajaré entusiastamente
popular los inviste con un mandato pro-
con la misma inspiración, pero vincularé
tegido por fueros y privilegios. . .
mí acción en cuanto me sea posible al fo-
mento de las relaciones comerciales en-
LA PERSPECTIVA DEL REGRESO
tre esta admirable República Argentina y
mi querida patria. En este orden de cosas
ADA tengo resuelto — prosigue — se han cometido errores imperdonables, en
acerca de mi partida. Hace tres años los que únicamente pudo incurrírse por des-
A^ que no voy a España. Estuve en Pa- conocimiento absoluto de los hechos, lo
rís, después de mi salida de Madrid; pero que es doloroso comprobar en los gober-
no he vuelto a mi patria. Tampoco sé ahora nantes. En fin, ya estos errores van tam-
cuando lo haré. Aparte de la situación es- bién rectificándose... Y de las resoluciones
pecial creada por mi elección que me invis- que actualmente se adoptan, así como de
te de fueros mientras por otro lado, como las venideras, podrá decirse con verdad que
consecuencia de mi actuación en el Reino, revelan como muchos triunfos electorales...
estoy impedido de volver libremente a la
Península, todo lo cual deberá aclararse — El suyo, por ejemplo.
oportunamente, debo contemplar los múl- — Si usted lo quiere. . . Decía que esos
tiples intereses a los cuales estoy vincula- hechos revelan, como muchos triunfos elec-
do en la Argentina, que es para mí una torales, el recto sentido del pueblo, que,
nueva patria. No puedo desprenderme de dentro del sistema democrático o fuera de
ellos de la noche a la mañana. Deberé or- él, no pierde su espíritu de conservación, al
ganizar mis actividades en forma que per- amparo del cual fructifica la tradición de
mita atender el cargo político en las Cor- hidalguía, de tolerancia y de justicia que
tes y la dirección de la gran empresa que constituye uno de los más altos títulos de
aquí presido y cuyos trabajos demandan la raza hispana.
tanta atención. Por un lado los subterrá-
neos de Buenos Aires; por otro, las agita-
ciones de la vida cívica española. . . ¡Vea OAA^ "^¿rx-ít?
C A R X / Y CARETA./

P A N T A L O N E S C O R T O S EN
LOS " C O U R T S " DE T E N I S
• UNA NUEVA MODA QUE SE IMPONE
EN EUROPA Y ESTADOS UNIDOS

1
La s e ñ o r a Fearnley- / ->CA
Whittingstall, tnás co-
nocida por su nombre
de soltera EUIen Ben_
nctt, fué la primera
que usó en Inglaterra 1
! a nueva moda. Apa-
lece en la foto con una
túnica g^riega abrevía-
da« de gran elegancia.

^V ' ^ '^1
El célebre tenista Bun-
ny Austin fué el pio-

B
neer de los pantalones
cortos p a r a hombres: ••'• - --vH
en Wimbledon los usó
con. éxito.

^SJSfS^Kt" f^

•iE
Miss Alice Marbie, de San Francisco, una do
las jugadoras norteamericanas más destacadas»
también usa pantalones de sport.

3 t r a s dos destacadas jugadoras norteamericanas,


¡as señoritas Heeley y Round, convertidas a la
Hclen Jacobs, que derrotó últimamente en los cam„ nueva moda, foto'srrafiadas en el momento de reci-
peonatGs de Wimbledon a la famosa Helen WiiU* bir los trofeos que ganaron en el campeonato del
es una entusiasta de la nueva moda. este d« los Estados Unidos.
C A R A / Y CARETA/

Ilumine
su cerebro
P a r a restablecer el cerebro
cansado o debilitado por el
exceso de trabajo, para evi-
tar la pérdida de la memo-
ria, para levantar el espí-
ritu, para los deprimidos,
p e s i m i s t a s e indiferentes
hemos creado la

Nucleodyne (EL TÓNICO QUE DA FUERZA)

Tomando tan sólo dos botellas se nota un cambio inme-


diato tan rápido que uno mismo se asombra.

La eficacia de la Nucleodyne reside en el fósforo orgá-


nico que contiene, que es considerado como el tónico más
enérgico del cerebro.

Como el rayo de luz, la Nucleodyne iluminará su cerebro.

E^ todas las farmacias y en la

Farmacia Franco-InglesaIiA UATOR DBI. HVHDO


Sarmiento y Florida Buenos Aires
CARAT Y
CARETA/

oríiiejos
por

D a n i e l
Rodríguez

<N?

AMINAN los dos con paso vivo por la calle. — i Evidentemente! Atravesemos pronto, antes
C Uno de ellos es el apremiado. El otro lo
sigue. De vez en vez, éste mira a su com-
pañero y toma alientos para proseguir. El
de que se lance el tráfico. ¡ Evidentemente!... No
sé si resistir a este asedio, pero ¡estoy tan harto
de mi amor! ¡Y es tan estúpido dejarse gobernar
presuroso sigue a grandes trancos, sin fijarse en el por esas cosas sutiles de brujería!... ¡Mira qué
acompañante. Hablan de cualquier cosa. Se devoran buenas masas para llevarle a mi mujer! ¿ No será
cuadras y más cuadras. Sortean peatones por la cosa de la bruja que me está trabajando, fijarme
acera y los vehículos al atravesar las calles. Por fin, en estas cosas?
el remolcado y pregunta tan atropelladamente — No te dejes llevar por esas aprensiones.
cuanto caminaban: — ¡ Qué me voy a llevar I Yo no soy estúpido.
— ¿Se puede saber qué te pasa? ¿Qué te co- i Pero no comprar por aprensiones! Espérame, En-
rre? ¿A dónde vamos a parar así? ¿Qué pre- tro, compro y salgo.
mura tenemos hoy ?
— Escucha y sigue. No puedo detenerme. — Pues es gracioso. Ya voy a casa con el pa-
— Pareces atormentado. ¿Qué te pasa? quete. Si no compraba, resistía al maleficio en qje
— No puedo detenerme. Sigamos. Escúchame. no creo. Comprando, obedezco al sino en que tam-
Tú conoces mi complicación amorosa. Mi mujer, poco creo. ¡ Es asombroso! ¿ Y este deseo de dejar
que sospecha algo, ha ido a ver a una adivina.. mi amor?
Yo lo sé por terceros. Ella lo ignora. La adivina — ¡ Estás loco!
le ha descripto ya mi amor. Y le ha dado el con- — Loco, sí. Es para enloquecerse. Verse perse-
traveneno. Mi mujer, sin que yo lo advierta, ha guido y bloqueado, sin poder ofrecer batalla de
comenzado su exorcismo. Esta mañana encontré frente. ¿Cómo le pregunto yo a mi mujer qué
en casa un plato puesto hacia abajo, cubriendo un es eso? ¿Cómo demuestro preocupación sin de-
pétalo de rosa amarillo. Al almorzar, en mi asiento nunciarme? ¿Qué respuesta doy a mi mujer si
el tenedor estaba colocado a la derecha y con las me replica si tengo algo de qué defenderme? ¿Có-
puntas hacia mí. Esta tarde, buscando cerillas tn un mo defenderme de la hechicería? Mira: yo no
ijolsillo, extraje un trozo de cordón de seda con tres creo en esto. La dejo, pero por mi voluntad, no
nudos. Todas zonceras, como ves. Son inocentes sor- por el hechizo. Me voy pronto a casa, porque hace
tilegios para apartarme de ini amor y reintegrarme tiempo no lo hago. ¡ Voy a darle a mi mujer ex-
al de mi hogar. Así todos los días. Yo callo; no pectante la ilusión de que triunfa el sortilegio!
me doy por aludido. Sé que es el combate miste- ¡ Qué contenta se % a poner, si cree que me re-
rioso y de embrujo para desembrujarme, i Es cupera! Pero lo cierto es que estoy ya decidido a
terrible sentirse combatido por un pétalo de rosa, eliminar mi quebradero de cabeza. ¡Desde mañana
no la veo más!
un tenedor mal colocado o un cordón de seda
que está trabajándote el alma! Yo no sé si co- — i Hasta mañana!
mienzo a rendirme a la brujería. ¡ Pero ya estoy
un poco cansado de mi amor! Apurémonos un
poco más, ¿quieres? Ayer no me importaba lle-
gar a cualquier hora a casa. Hoy me domina un
ansia extraordinaria por estar allá cuanto antes,
— ¡ Evidentemente! DlaUJO DE ALICIA PÉREZ PENALBA
C A R A / Y CARETA/"

lempre
pagué más
por dentífrico
hasta que hallé
el COLGATE..,

y ahora lo uso
por sus buenos
resultados."

o í Vd. no se ha decidido a probar las partículas de alimentos que pue-


Colgate porque cuesta sólo 70 den producir mal aliento y caries.
centavos, recuerde que es de la misma Contiene el mismo ingrediente pu-
calidad y contenido que antes a lidor especial que usan los dentistas,
$ 1.20. Millares de nuevos consu- que blanquea y embellece la den-
midores están encantados con los tadura.
resultados que da el Colgate... ¡y El sabor delicioso del Colgate
con el dinero que economizan! deja el aliento perfumado; la boca
La penetrante espuma del Colgate fresca. ,
limpia perfectamente la dentadura. Compre hoy un tubo grande por
Colgate desaloja, de entre los dientcSj sólo 70 ctvs. ¡y ahorre la diferencial

Tubo GRANDE de 56 g r a m o s
laustüSíSiKm
iX-WVF^Zj-

— Abre !a boca,
luc€ los dientes:
i cómo bosteza!
¿No estará loca?
¿Esos bostezos tan sorprendentes
ÍOTBO
no perjudican a su belleza?
— Creo, mi amigo, que se equivoca.
— ¿ Por qué ese empeño ?
¿Por qué bosteza?
— No es un delito.
— ¿ E s una diosa que tiene sueño?
¿Es una diosa con apetito?
En el invierno, junto a la estufa,
y, en el estío, bajo los sauces,
¿algo le aburre o algo le atufa?
¿ P o r qué Nicasia
muestra las fauces?
¿Qué es lo que obtiene con tal gimnasia?
Hace dos horas
que la rodean varias señoras.
¿Tal vez sus chismes son aburridos?
¿O k fastidian las habladoras?
Una flacucha
habla de asuntos muy divertidos
y, en ocasiones, muy escabrosos.
Pero Nicasia ya no la escucha;
sólo contesta
con sus bostezos mal reprimidos,
con sus bostezos estrepitosos.
¿Son sus bostezos una protesta?
Esa manía poco elegante
no hay en el mundo quien me la explique.
— No la critique.
— Pues yo le juro que es inquietante
ver a una dama que, a cada instante,
abre la boca, de puro vicio,
para mostrarnos ese orificio
tan alarmante.
¿Qué se propone? ¿Piensa ofendernos? •
¿Va a devorarnos?
¿Quiere mordernos?
¿Quiere asustarnos?
Siempre bosteza sin disimulo:
si escribe cartas a sus amigas,
si le refieren líos e intrigas,
si ve una estampa, si se hace un rulo,
si va a la calle, si está en su casa,
si oye a un tenorio que se propasa,
si mira al plato,
si mira al cielo,
si mira al suelo,
si mira a! loro, si mira al gato.
No se corrig-e ni cuando reza.
Siempre bosteza.
— No la censure.
— No la censuro.
Pero, a la postre, ¿quién no la plagia?
Yo le aseguro
que me contagia.
Vamonos pronto, porque me irrita.
— ¿No ha comprendido?
Es que se acuerda la iwbrecita
de los sonetos de su marido.
i^^1v..^Lp

DIBUJO DE ALVAREZ
CARAy Y CARETA/

Sra Je GomM (hablando con una amiga) - Estoy


Sr. Gomtz * Bahi el caíé frío y el misino pan
preocupada por no saber qué preparar para el
todas las mañanas,,, no hay en la casa un p e desayuno.
Amigai - (Porqué n o haces algo sencillo.., como
quito de imaginación para variar.
Panecitos Americanos con Royal ?

Panecitos
Americanoa
(Biscuits)
Lea como se
(Hablando a la cocinera) <- Para mañana vamos Sr. Gomaz - T e f e l i c t o , vieja, un desayuno deli- preparan en el
a preparar estos punecitos. Ya tenemos Royal cioso. V o y a comer una cantidad de estos, asi
libro gratis
I no "i porque es eso que hace los panecitos no me sentiré débil cuando Ueguea las once
tan livianos y digeriblea. en la oficina. Royal. Vea el
cupón.

LEVADURA EN POLVQ Pida su librito de recetas hoy. Se en-


vía gratis a quien remite este cupón.

ROYAL Sr. LIVINGSTON BUNZL


Avda. R. Sáenz Peña 501 - Bs. Aires
* La doble acción de Royal Sírvase mandarme el librilo gratis de
Royctl.
hace a los postres más livianos,
más digeribles. Ella comienza Nombre,
apenas se la pone en contacto
Dirección
con la masa y desarrolla su se-
gunda faz mientras se cocina Ciudad F,C...
en el h o r n o . CC-3íí-n-53-8S
C A R A ^ Y CARETAS

Una interesante exposición del escultor Perlottí

L escultor Luis Per'otti ha dado


E nuevas pruebas de su talento y de
su espíritu laborioso. La exposi-
ción de cerámica americana que acaba
de realizar en las s a l a s de Nordiska
demuestra que el manadero de sus ' in-
quietudes es inagotable. En las veintidós
obras que exhibió, ante un -público creci-
do, y renovado constantemente, y con los
auspicios que significa la presencia de las
autoridades nacionales y de los dirigen-
tes artísticos, Perlottí confirmó el do-
minio que ejerce sobre !a materia y su
La cabeza de la seftora Ju- deseo de exaltar el sentimiento ameri- £1 escultor Perlottí con el mi-
lieta Telles de Menezes, obra canista. Y hermanó a su triunfo al ce- nistro del Interior, doctor Leo-
del escultor Perlottí, donada poldo Meló, que visitó y feli-
por La Peña al Museo de Be- ramista Valentín Cavalieri, que coció :itó al artista por su intere-
llas Artes de Río de Janeiro. con todo celo l a s p i e z a s expuestas. sante exposición.

P e r l o t t í , en su m i i e t t r a ,
compañía de al clausurar-
algunos de los se la misma,
numerosos después del
concurrentes éxito obte-
que visitaron nido.
T DE
IL€ V1IY€
T A IL€
rilL/HA\ID<0

la magnificencia de la fotografía se agrega en esta


A escena el indudable y eficaz efecto praducido por
la fanfarria marcial. Cascos brillantes y vibrantes c'ari-
mes. Nada falta para que el espectáculo sea completo.
El espectador, por la fuerza, se siente arrastrado hasta
el patio de armas del palacio imperial y es un testigo
ínás del relevo de guardia. Pero, a la fantasía la susti-
tuye la realidad. No hay tal nieve. Sólo se trata de un
molesto polvo de mármol. No hay s o l . . . Para compro-
barlo bastará con examinar las varias decenas de reflec-
tores colocados en lo alto. No hay nada del palacio im-
perial. Todo es cartón pintado» simple utilería, deleznable
ficción. Ni más ni menos, como la marcialidad de los
improvisados soldados.

ecil B. De Mille ea uno de Io«


C grandes directores de la cine-
matografía mundial. Prepara ahora
otro film monumental: *'La Juven-
tud manda". Aquí lo vemos, en el
centro de la fotografía, empeñado en
lograr de sus actores la iháxima n a .
turalidad. Verdad es que el elemento
con que cuenta en el trance no ha
de haber sido de los más difíciles
en eso de representar una escena es-
colar. Son todos muchachos; son t o .
dos jóvenes; casi diríamos que están
en su ambiente, Pero, mucho cuida-
do han de poner en no levantar las
miradas hacía \o alto y descubrir
entonces el andamiaje que sirve para
sostener los reflectores y los arte-
factos del simulado alumbrado. Los
grandes salones del cine, las mo-
destas habitaciones, todos los recin-
tos aparentemente cerrados, salvo
muy contadas excepciones, carecen
de techo. Todo lo demás es, ni más
ni menos, como la misma realidad.
Sólo en las alturas, la maraña de
cables, andamios e inestables pasa-
relas, recuerda a los actores que la
vida que están representando no es
más que una ficción; sólo esta tra-
moya es lo que mortifica a los ac-
tores y les vuelve, de pronto, a la
triste realidad, a !a verdad del tra-
bajo que están realizando, al dolor
de ser, —— como en este caso, —
simples fantoches que en edad Ju-
venil remedan la alegría y la des-
preocupación de una juventud que
posiblemente no han conocido.
CARAy Y CARiHA/

JL a s anemias graves
Desde el p u n t o de vista p u r a m e n t e fisiológico, el glóbulo
rojo es, sobre todo, un cuerpo químico, un organito, mientras
que el leucocito se comporta, en la sangre como un elemento
vivo, como una especie de protozoario.
Las anemias graves o intensas, son, en cierto m o d o " a n h e -
m á t i c a s " : el glóbulo rojo no cae de cinco millones por milímetro
cúbico a un miüón, c o m ú n m e n t e no sobreviene la muerte abajo
de 500.000. H o y día, la hematoscopia científica, abandonando
la numeración, se basa sobre todo en los métodos c r o m o m é -
tricos: una escala (que va del rojo vivo al amarillo claro) nos
da la .gama de la tenencia más o menos abundante de la sangre
en hemoglobina, es decir, en fierro. E l c r o m ó m e t r o desciende
de 13 a 5 en ¡os casos graves. Además, en el curso de las ane-
mias perniciosas, se observan microcitos y macrocitos; esto.s
últimos ofrecen siempre un pronóstico m e n o s grave. Se ven
también los hematíes deformarse (poíkílocitosis), se nota la
proliferación de los leucocitos polinucleares, señal habitual de
una reacción de defensa. Cuando la cosinofilia de los glóbulos
es marcada, pensemos en la turberculosis; entre tanto que se
sospechará conocer en caso de una melancmia pigmentaria.
U n cierto n ú m e r o de estados mórbidos pueden denominarse
hemolíticos, porque Uevan a !a disolución del hematíe, a la
destrucción de la hemoglobina, lo que trae siempre como con-
secuencia una anemia grave. .Sin hablar del heraatozoario de
Laveran, que parece literalmente hemófago, no vemos las
toxinas gastro-intestinales y hepáticas, los venenos microbia-
nos de la tuberculosis, de la sífilis, de la influenza, etc., atacar
y destruir poco a poco el hematíe. E s t o nos explica las hipo-
globulias persistentes observadas en estos estados mórbidos;
GANARA MUCHO DINERO las barreras llevadas a la hematois; los trastornos de las oxi-
si estudia, u n a h o r a diaria, una daciones y de los cambios, con todas las complicaciones que
de estas profesiones lucrativas, se derivan para el sistema nervioso y para el tropismo general.
que aprenderá rápida y econó- Desconfiemos también de algunas medicaciones, que son h e -
micamente por correo moh'ticas a dosis masiva (alcohol, morfina, quinina, etc.) y
acentúan generalmente las perturbaciones del metabolismo en
Dibujante las enfermedades. Cuando el organismo vivo se ve amenazado,
Procurador he observado que pequeñas dosis de sulfato de sosa puro,
diariamente repetidas, favorecen ¡a hiperglobulia. L a experiencia
Agricultura
es fácil de hacer.
Electricidad
T e n e d o r de L i b r o s L a intoxicación oxicarbonada por los productos de combus-
Perito Comercial tión incompleta diluidos en la atmósfera se ha vuelto m u y
frecuente en nuestros días, sobre todo desde el empleo de los
Quim'ico Industrial caloríferos, del calentamiento central, y de los aparatos de
Corte y Confección combustión. L a anemia llamada de los blanqueadores (en la
I'dóneo en F a r m a c i a cual el óxido de carbono fijado sobre el glóbulo rojo, hace a
Periodismo y P u b l i c i d a d este último impropio para vehicular el oxígeno) representa,
. Radio - Televisión - Fonofilm. en realidad, una anoxemia, que no siempre es ostensible y afec-
ta las características larvadas de la neurastenia, de las neu-
Mecánico Electricieta de A u t o s ralgias y de las parálisis. Kn caso de duda, el análisis espec-
Constructor de O b r a s y Caminos troscópico de la sangre nos dará la llave del diagnóstico.
I m p a r t i m o s , con g r a n eficacia, Doctor E .
los conocimientos t é c n i c o s y
prácticos que necesitan los que
desean prosperar
La administración de eata revista cer-
tifica la seriedad da sata antigua y
prestigiosa institución argentina de
enseñanza*
Mándenos este cupón, escrito coa
claridad y recibirá un f o l l e t o .
explicativo.
•«•IHIMBiMMMHaiaiMaiWHHMMMBilBI

ESCUELAS SUDAMERICANAS
1059 - Lavalle - 1OS0 Bueno* Aires.

Nombr*

Dirtceiín
El proíesor. — El topo es un animal que come diariamente una
cantidad idéntica a su peso.
Lectdiáed Kt alumno. — Y, dígame, señor, ¿cómo liace el topo para saber
O. O. cuánto pesa? (De Loadoa Opinión, Londres)
Lluvias de estrellas
La estrella fugaz es un aerolito de reducidas proporciones.
Debido a su tamaño, el aerolito, aunque al penetrar en la at-
mósfera de la tierra se inflame por frotación a consecuencia
de su enorme velocidad y se vaya fundiendo conforme avanza,
a veces puede llegar un resto de su masa sólid.a a la corteza
terrestre. En efecto, pueden verse en algunos museos bólidos
que miden varios metros cúbicos.
En cambio, la estrella fugaz es un cuerpo tan pequeño
que se funde apenas se pone en contacto con la atmósfera de la
tierra y nunca puede llegar ni siquiera a acercarse a la corteza
de nuestro globo.
En ciertas regiones del espacio estos corpúsculos que re-
presentan la masa de las estrellas fugaces, son tan numerosos
que forman lo que se llama una nube meteórica, y cuando la
tierra, en su continuo girar alrededor del sol, atraviesa una de
esas nubes, los corpúsculos penetran en gran número en su
atmósfera, produciéndose las llamadas lluvias de estrellas, y
más propiamente aun, lluvias de estrellas fugaces.
Cuando se produce una gran lluvia de estrellas, la mayor
parte de éstas parecen surgir de un punto determinado del
espacio, desde donde se desparraman en todas direcciones.
El astrónomo norteamericano Olmsted estudió esc curioso
fenómeno durante la famosa lluvia de estrellas de 1833 y dió
el nombre de radiante al punto donde emanan los corpúsculos
luminosos durante dichas lluvias astronómicas.
El hecho de que la tierra encuentre periódicamente las
nubes meteóricas y de que el número de estrellas fugaces varíe
hasta el punto de que a veces no se ve en el espacio uno solo
de esos corpúsculos luminosos, en tanto en otras se pueden
contar por millares, originando una magnífica lluvia de estre-
llas, se explica porque al parecer, las nubes meteóricas que dan
lugar al fenómeno, forman anillos dotados de movimientos
de traslación alrededor del sol. Estos anillos no tienen una
densidad proporcionada, sino que en algunas porciones ofrecen
una masa muy compacta de corpúsculos, y en otras en cambio,
la materia meteórica es escasísima o nula; de modo que la ma-
yor o menor intensidad del fenómeno depende de la densidad
del trozo de anillo que la tierra encuentre en su revolución
anual.
Una de las lluvias de estrellas más espléndidas de que se
NUEVA!
tiene noticias es la que se observó en Roma en la noche del
27 de noviembre del año 1872. En ella el astrónomo R. P. Denza
llegó a contar treinta mil estrellas fugaces.
la JANTZEN
Asegura Coulvier que el- número de estrellas fugaces que
anualmente pasan por nuestro cíelo es de S3.000, y la mayoría
"TOPPER"
de éstas se ven en el segundo semestre del año, que es cuando (PANTENTADA)
la tierra va del afelio al perihelio. En el mes de agosto, especial-
mente, el fenómeno se repite a cada momento durante la Esta elegante J A N T Z E N tiene
un cierre relámpago que per-
noche. mite separar de un tirón la
Ha ocurrido algunas veces que el sol, sin que medie nube parte superior de la malla, de- .
jando en 6 segundos solo el cal-
alguna, se obscurece hasta el punto de hacerse visibles las zón. Un modelo ideal: malla
estrellas al mediodía. Humboldt cita uno de estos fenómenos completa o pantalones, ya dise-
ocurridos en el año 1547 que duró tres días. ñados para usarse solos: tiene
suspensor y elegante cinturón.
Los nuevos modelos J A N T Z E N
de lujo están en exhibición por
primera vez este año. Están he-
chos con el nuevo hilado de
goma "lastex" y, si cuestan algo
más bien valen la diferencia

Se let llama ¡a

— I Lob padres son muy r l c o s l . . . Tienen diecibiete v a c a s . . , y


el agua que echan a la leche. de ajuste moldeado.
(De Estampa, Madrid)
L A S D E S V E N T U R A S

l>iE2A,5iPOTilRíftL
<Ú ¿PERO USTED NO SE lOHOHOOYLft ^
PAGÜENTA,DOH eüEHmsipRi-
BRRRIOOEIOCOLI- GlUSEPPE?...^ mHonñEPftGRH.
BRIYO, $E POTE., -^ > . ^
—V-7^

3 ^ :
lEVOYAALQUILftR VEH&O A ALQUILAR AQUÍ TODA^
ÜHA PIEZA ANTES UNA P1EZA.DEME
QUE ESTE LOCO RE- OHAQUESEANIEHA.
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PIEZAS
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5UE DEN

9 10
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D E M A Ñ E
P O R
C O
L . I N A C 3 E :

11 12
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La alteración de los cuadros al ól eo
Los cuadros al óleo modernos, jada en la primera superficie de sus índices de refracción y al mis-
con frecuencia varían considerable- incidencia (después de atravesar mo tiempo según la escala de tonos
mente de tonos en el intervalo de la tenue capa de aceite o barniz), del espectro, de manera que los ar-
pocos años. Sabido es que una de que no sufre alteración cromática tistas puedan con facilidad elegir
las causas de este fenómeno es que y íuele ser blanca como la inci- los tonos más convenientes al ob-
el aceite se va volviendo amarillo dente ; y en segundo término, con- jeto pretendido y que queden me-
gradualmente; pero con el fin de tiene mayor o menor proporción de nos afectados por las dos clases de
averiguar qué otras causas influ- luz transmitida a través de ia ma- • alteraciones que les hace sufrir el
yen en el fenómeno o aceleran su sa del pigmento, donde recibe la co- progresivo cambio que va sufrien-
marcha, se han efectuado diversos loración correspondiente por selec- do el aceite.
estudios e investigaciones. ción de sus diversas longitudes de Estos experimentos han hecho
Según parece, los pigmentos co- onda .La relación entre amlxis cla- ver claros muchos detalles relati-
lorantes pueden ser considerados ses de luz (o mejor dicho entre las vos a la pintura de los siglos XV
como partículas traslúcidas de ín- cantidades que de cada una de ellas y X V I : los artistas de aquéllos
dice de reflexión variable. La luz entra en la luz reflejada tota!) tiempos debieron conocer empíri-
que llega al observador proceden- varía, según una fórmula algo com- camente esas propiedades del acei-
te de su superficie, consta de dos plicada, en función de la diferen- te de linaza y, al fijar las normas
clases de radiaciones: el primer cia entre los índices de refracción de su técnica, tuvieron en cuenta
lugar, contiene aigo de luz refle- del pigmento y de la base con que la influencia de sus alteraciones.
éste se ha empleado: aceite, bar-
niz, etc.
Así es que, si e! índice de re-
fracción de dicha base (que es or-
dinariamente la película de aceite
de linaza desecado) va creciendo
con el tiempo, se tiene por resul-
tado una progresiva alteración del
tono resultante. La experiencia ha
demostrado que, en nueve meses,
el cambio sufrido es suficiente pa-
ra afectar la opacidad del aibaya!-
de y la tonalidad del amarillo de
cadmio. El módico. — Acabo de per-
Como resultado de tales traba- der a tres de mis enfermos...
jos, se ha preparado una tabla nu- La dama. — i Oh, pobrccitosl
¿Murieron?
— i Idiotat I Es la tercera vei mérica, en que figuran los princi- El médico. — No, señora. Cu-
que te equivocas! pales pigmentos colorantes usados raron.
(De Mateo Amelio, Koma) en pintura por los artistas, colo- (De Le Miroir du Monde, París)
cándolos por orden creciente de

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No siga sembrando el mal


Trate su Blenorragia
La blenorragia, conocida desde tiem- Catalogada como enfermedad ver-
pos muy remotos, es una enferme- gonzosa, habitualmente llamada se-
dad infecto contagiosa terrible que, creta, es una enfermedad muy con-
con la sífilis, constituye el azote de tagiosa, o r i g i n a d a por microbios,
todos los tiempos. lo mismo que la gripe, tuberculo-
La blenorragia no es una bagatela, sis, etc.
se hace crónica al poco tiempo de
su iniciación y puede producir la es- Al menor síntoma de Blenorragia debe
terilidad, la ceguera y muchas otras comenzarse el tratamiento y para ello
complicaciones graves. le recomendamos la

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medicamento cuya aplicación consti-
tuye un real y verdadero tratamiento
y delicados. La PROLISINA dismi
nuye los ardores y dolores y reduce
abortivo por lo que la infección es notablemente la secreción a la primera
vencida en un plazo breve. o segunda aplicación.
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acción de la PROLISINA a cuyo preventivo de la infección blenorrági-
contacto muere; gracias a su gran ca y combate las infecciones crónicas
poder de penetración la PROLISINA con marcado éxito haciendo desapa-
llega a las capas s u b m u c o s a s y recer los ardores y la supuración.
combate el g e r m e n en sus mismos
reductos. No siga sembrando el mal, trate su
blenorragia. Recuerde que las 3/4
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tando la marcha ascendente de los nacer.
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CARAy Y CARETAS

Montbars^ el Rxtermtnador^ se hizo


pirata por puro espíritu vengativo
M ONTBARs el Extermi-
nador fué un gentil-
hombre gascón al cual
P oco es lo que se sabe de él
como no sea su ma-avi'losa
esta manera, tendieron una
celada a los españoles. El
choque fué duro y Montbars,
un implacable odio contra los hazaña de Maracaíbo. Era un ban-
saltando sobre un caballo cu-
españoles le impulsó a sen- dido; pero tenía pasta de héroe yo jinete acababa de matar,
tar plaza entre los temibles y el terrible episodio de que fue- cargó con furia contra sus
ra testigo en su juventud es casi
Hermanos de la Costa. Ha- la clave y hasta la excusa de su enemigos. Estos h u y e r o n
bíase enrolado como cadete dedicación a la piratería, más por abandonando muchos indíge-
odio hacía los españolt^s que tan
en un navio del rey de Fran- trágicamente habían provocado la nas esclavos entre las ma-
cia comandado por un tío muerte de su tío, que por amor nos de los bucaneros, los que
a tas riquezas e inclinación a la
suyo, y a su bordo salió en aventura. Personaje de leyenda* regresaron a la costa entu-
un crucero contra la flota nada se sabe de su fin; su nom- siasmados con aquel inespe-
bre se esfumó en el misterio.
española. Montbars, desde el rado triunfo.
primer momento, mostróse Mon'bars fué, entonces,
irresistible y acometedor. consagrado jefe, y su tío,
Fué de los primeros en los que no podía permanecer in-
abordajes y el que más víc- diferente al heroísmo que
timas lograba con su hacha barco francés y pronto se acababa de demostrar, le
o su sable. encontró frente a sus enemi- ofreció el comando de un
Llegado a Santo Domin- gos. Montbars, desde el pri- patacho recién capturado. La
go y enterado de que algu- mer instante, quiso acome- tripulación quedó constitui-
nos bucaneros habían sido ter : "Dulcemente, nuestro da con bucaneros e indígenas
puestos en fuga por los na- querido gentilhombre — di- quienes, por nada del mundo,
vios españoles, acudió en jéronle los bucaneros; — re- quisieron separarse del jo-
busca de ellos y les propuso serva ese ardor para ocasio- ven y valeroso jefe.
colocarse a su frente. Los nes más apremiantes". Los Algunos días más tarde,
bucaneros le aceptaron; re- bucaneros fingieron estable- Montbars con su patacho y
nunció él a su puesto en el cer un campamento y, de su tripulación de filibusteros
-.J

CARA/' Y CARETA/

no pudo impedir que el bar- caneros a iieber. Todos se compañías de desembarco,


co de guerra que comandaba embriagaron, "hasta los ci- protegidas por los fuegos de
su tío fuera rodeado por los rujanos", detalla la crónica. los navios, avanzaron. Nin-
españoles. El marino fran- Alguien, más loco que los guna resistencia encontra
cés, antes que entregarse, lo locos que colmaban la em- ron. Abiertas las puertas, to-
hizo volar, pereciendo él y barcación, se aproximó a la do en silencio, era evidente
su gente a !a vista del impo- santabárbara, prendió fuego que también la ciudad había
tente Montbars. Aquel día a una mecha y la embarca- sido evacuada. Los pocos
el joven filibustero juró ven- ción estalló. En el siniestro prisioneros que encontraron
garse y cumplió a tal punto perecieron más de trescien- les enteraron de que las auto-
con su juramento que, des- tos hombres. ridades y pobladores habían-
de entonces, sus hombres y La expedición, malgrado se retirado, en efecto, a la
los mismos españoles no le esta desgracia, zarpó con ciudad de Gibraltar, un poco
llamaron sino "el Extermi- quince navios y casi mil más a d e n t r o . Hacia ella
nador". hombres, a r r i b a n d o poco avanzaron los piratas, pero
Convertido en filibustero, después a !a costa de Vene- con idéntico resultado: la
pronto se vinculó a hombres zuela, frente al lago de Ma- hallaron abandonada.
como el capitán Laurent y racaibo. La tierra parecía haberse
el holandés Van Horn, do- El llamado lago de Mara- tragado a los pobladores.
tados de cierta educación y caibo no es más que un gol- Enardecidos, los filibusteros
que eran superiores a la ma- fo cuya estrecha entrada es- dedicáronse a mortificar a
yoría de los piratas. La ca- tá, además, cerrada por una los contados hombres que
pacidad de Montbars fué barra poco menos que in- encontraron en el camino,
motivo suficiente para que franqueable. Los españoles, sin obtener ninguna infor-
pronto se le designara como frente a ella, habían levan- mación y luego arrasaron
"jefe de expedición" y así tado un fuerte, el fuerte de las ciudades de Gibraltar y
preparó una que fué famosa la Barra. La escuadra fili- Maracaibo.
en los anales de la filibus- bustera fué recibida a caño- Estaban los p i r a t a s en
tería. nazos por la fortaleza. Des- aquella siniestra tarea cuan-
La empresa fué organiza- pués de mediodía de caño- do los vigías anunciaron que
da en grande escala. Se reu- neo, los españoles cedieron tres fragatas españolas aca-
nió la mayor cantidad de un tanto en intensidad y, baban de presentarse cerran-
hombres, armas, navios y Montbars, ordenando que do la desembocadura del
provisiones. El punto de cita fueran echadas al agua las lago. Montbars acababa de
fué la isla de la Vaca, sobre canoas, se puso al frente de ser encerrado en una verda-
la costa de Santo Domingo. su gente y emprendió el dera trampa. Pero, aquel
Los filibusteros franceses asalto de la fortaleza. Con hombre ten-ible no se arre-
estaban en mayoría, pero gran sorpresa de su parte dró. Con un brulote prendió
Montbars invitó también a comprobó, entonces, que no fuego a una de las naves,
sus colegas ingleses. Se le se le ofrecía ninguna resis- tomó la otra por asalto y vio
proclamó gobernador. Dos tencia. Así, los filibusteros con satisfacción que la ter-
embarcaciones ya estaban pudieron apoderarse de la cera huía mar adentro.
listas cuando se presentó un fortaleza y de las armas y Así finalizó la hazaña de
barco inglés, armado de explosivos que en ella se Maracaibo. La historia, em-
veintidós cañones, cuyo co- guardaban. pero, no nos dice cómo ter-
mandante al principio se re- La flota pirata entró en minó Montbars... ¿Se re-
sistió a reconocer la jefatu- el golfo tomando todas las tiró a su ¡latria después de
ra de Montbars. Empero, la disposiciones para atacar la amasar una fortuna fabulo-
llegada del filibustero Gra- ciudad de Maracaibo. Las sa ? i Se transformó en apa-
mont, con un brick de trein- cible poblador de Santo Do-
ta y seis piezas y trescientos mingo después de enamorar-
hombres de tripulación, le se de una hermosa criolla?
hizo cambiar de opinión... ¿Fué colgrido del palo ma-
La víspera de la partida, yor de un barco de guerra
Montbars reunió en el puen- español?... El almirantazgo
te de su barco a todos los español había puesto precio
comandantes para tratar so- a su cabeza, y es casi proba-
bre la plaza que atacarían, a ble que, para estar de acuer-
la vez que establecer las do con su fama de valiente,
fuerzas y e'amentos con que Montbars haya muerto en
contaban. Luego, entusias- algún encuentro, empuñando
mados, comenzaron los bu- el corvo sable de abordaje.
CAK.^J• Y CARETAS

xperiencias Je la amistad
Sucede a veces que las almas el momento en que esa existencia poco habituada a estar enferma,
solitarias sienten el deseo, con ¡a se hiciera definitiva. La señora no encontraba nada bien... y ter-
edad, de vivir con una amiga, a C. lo deseaba vivamente también, minó por decir: "No me quedaré
fin de romper la monotonía de .?u pues perdió su última hija, y que- aquí. El campo no me conviene y
soledad. Pero la prueba no resul- dó sola en la casa. la vida con usted me será impo-
ta siempre feliz. Veamos un ejem- y llegó el día en que los de- sible".
plo reciente de dos amigas con- seos de las dos amigas pudieron En síntesis: dos amigas que de
vertidas muy pronto en enemigas. realizarse. Todo parecía prometer- lejos, visitándose de vez en cuando
La señorita X. desemiKÚó, du- les una existencia agradable, du- y hasta viviendo juntas algunos
rante treinta años, las funciones rable, perfecta. días, se entendían muy bien. Tan
de directora de clases en un esta- Pero, ¡ ay, no fué así! pronto como quisieron vivir defi-
blecimiento docente. Llegada al lí- Apenas llegada, ¡a señorita X. nitivamente unidas, el afecto se
mite de edad, se jubiló. Todavía cayó enferma. Fué atendida con convirtió en tirria; y hoy son dos
vivaz y alerta, encontrándose muy toda la dedicación posible; pero, enemigas acérrimas.
joven e independiente para ence-
rrarse en una de esas casas de
familia, o pensiones, donde se vi-
ve de recuerdo.;, habia tomado sus
disposiciones desde hacia tiempo a
fia de no ser sorprendida de im-
proviso. Una de sus amigas resi-
día no lejos de la capital, y fué
alli donde resolvió ir a radicarse.
La señora C. ha pasado largas
pruebas: casada y madre de niños,
perdió dos y su marido, súbita-
mente. Hace algunos años su es-
poso, que estaba en los negocios,
vendió su casa de comercio y se
retiró coa su esposa y su última
niña a una linda casa de la que
él mismo había hecho el plano.
Poco después la salud del señor
C. declinaba, y falleció.
Para consolar un poco a su
amiga la señorita X. fué durante
la estación de verano a pa.=ar al- LA FUGA DEL t E O N SENTIMENTAL
gunos días. Muy cómodamente (De Intiansigeant, París)
instalada, se encantó, y esperaba

¿Economía en azul?

Un Cambio Adecuado
dio a su belleza aspecto más natural
¡Cuanto desagradaba a Jos hombres verla con los
labios cargados de "pintura"! Ella, al saberlo, en-
C O M O N O - o Azul Colman es con- sayó Tangee.
centrado y, por lo tanto, azulea más cantidad ¡Sorprendente! Los labios, sin aparecer "pinta-
de agua que otro azul, y permite enjuagar dos", adquieren encantador y natural aspecto de
más ropa blanca, sin contar que la deja lozanía. Tangee varía, color al aplicarse, de cam-
siempre pareja . . . y, además, Juntando las biando al matiz que más armoniza con su rostro.
etiquetas, se ganan útilísimos regalos pa- Además, protege y suaviza. Es permanente y eco-
ra el hogar. nómico. Dura mucfaisifflo.
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blenorragia. Si su mal
progresa, su negligencia
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CÍA P A R A DETE-
N E R L A . HAY UN
PUÑO GIGANTES
CO QUE DA GOL-
PES MORTALES.
ESE PUÑO SE LLA-
MA "BEIZ".
AirUDARA
xo PILDORAS POR DÍA Cottozca V d . l a H I S T O R I A D E B E I Z
Hace 20 años, ninguna imagina- 7 % sanaron con gr. de 2 a 2.B0
Completan su tra- ción soñó las mejoras que hoy la de gonacrina, que equivalen de 8 a
tamiento con la se- ciencia nos depara. Todo se u n e 6 frascos de Pildoras BEIZ.
guridad del reme- para aumentar el confort y prolon. Estos hermosos resultados s o n
dio roas perfecto. gar la vida. Las enfermedades, vie- sólo posibles gracias a las substan-
jos atributos de la ignorancia y de cias recientemente descubiertas, que
Ja superstición, son perseguidas con señalan una conquista más en la
Fórmula precisa y iaa armas de nuestro tiempo hasta lucha contra el mal.
compleja BUS mismas madrigueras. Las afec-
preparada ciones de las vías urinarias, t a n HECHOS Y NO PALABRAS
con los me- antiguas como la humanidad, ven La prueba máxima, es decir, la
dicamcntoB debilitado eu poder frente a los nue- eanación, es positiva, usando las
más finos y vos métodos de curación. Pildoras BEIZ, en un porcentaje
concentra- ORIGEN DE ESTE TRATAMIENTO mucho más alto que cualquier otro
d o s del tratamiento conocido. Esto nos h a
Hace unos 10 años, aproximada- permitido proclamar muy alto que
mundo. mente, el sabio especialista Edwin ofrecemos hechos y no palabras.
Davis hace s u s estudios sobre Ta Al contrario de todos los reme-
gonacrina, que comprende u n a se- dios usados hasta la fecha, la ac-
Trátese con el mejor remedio del lección entre más do 400 productos
mundo y no admita substitutos (una y una comprobación a fondo de sus ción de las Pildoras BEIZ es com-
propiedades químicas y biológicas. pleja, es decir, que se ejerce en
Imitación es mi atentado a su s a l u d ) . muchos sentidos, permitiendo o b t e .
Afios más tarde, los sabios J a u . ner resultados insospechados.
sien y Diot continúan los estudios ACCIÓN COMPLEJA Y M Ú L T I P L E
EL PRESENTE LIBRITO con la misma substancia usada por Acción sedante, acción preventi-
se ]e remitirá Davis. Los resultados, de resonante va, acción desinfectante y acción
con la mayor éxito, fueron presentados en diver- curativa, resumen esta multiplicidad.
reserva, sin sas comunicaciones a la Academia Sin pérdida de tiempo use este
compromiso de Medicina de París, y son hoy remedio en l a :
para usted, día conocidos en todo el mundo. BLENORRAGIA aguda, subaguda
ad j untando Sobre un total de más de 10.000
el presente enfermos de blenorragia aguda y y crónica (gota militar),
cupón. crónica: PEOSTATITIS — CISTITIS (enfer-
16 % sanaron con gr. O.BO de KO- medades de la vejiga) — PIU-
nacrina, que equivale a 1 í4 fras- RÍA — ARDORES DE LA MIC-
co de Pildoras BEIZs CIÓN — FILAMENTOS y demás
80 % sanaron con g r . de 0.60 a TRASTORNOS DE LAS VÍAS
GRATIS 1 de Bonacrina, que equivalen da
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URINARIAS.
I Para qué perder tiempo e n en-
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CARAS Y CARETAS BAUTI Lo pintor esco y romántico
Por A >í G E L

se ocupan de los animales, presentes o pasados, no


piensan del mismo modo, y va.-.r..os a ver por qué.
La humanidad civilizada ha contemplado más
de una vez la conveniencia de adoptar un idioma
universal: el volapuk, el esperanto, el que sea.
Los naturalistas, adelantándose en eso al resto de
los hombres, durante mucho tiempo adoptaron el
latín, y en latín escribieron sus libros y sus opúscu-
los hasta que cayeron en la cuenta de que el
verdadero sabio no sólo debe escribir para infor-
mación de sus colegas, sino también para ilustra-
ción de los demás, y empezaron a escribir en los
idiomas corrientes. Pero entonces se encontraron
con una seria dificultad, y fué que en los idiomas
corrientes no había nombres bastantes para todos
los animales conocidos o que se iban conociendo.
El español Azara pudo hacer la historia natural
"Chrysocyon brachyurus", ei perro dorado de cola corta, de nuestro país sin recurrir al latín, porque sólo
es el nombre sonoro y significativo de nuestro aguará
guazú, se ocupó de los mamíferos y las aves, y no de
todos, y para ésos encontró nombres abundantes
en castellano o en guaraní; pero otra cosa hubiera

J
AMÁS h€ podido comprender por qué razón
el público profano en ciencias naturales, y sido si hubiese tenido que describir los centenares
no ya sólo el público indocto, sino aun la de coleópteros que aquí viven, todos los cuales,
gente con una más que mediana cultura, con- salvo unas pocas excepciones (el bicho candado,
sidera como cosa extravagante o ridicula esos nom- la vaquita de San José), son indistintamente cono.
bres latinos, o latinizados, con que se designan ¡os cidos por el vulgo como escarabajos o cascarudos.
animales en los museos y en los libros de historia Ya al tratar de los murciélagos le faltaron a
natural. Aquel personaje de no recuerdo qué saí- Azara nombres y tuvo que darles números: el
nete de Vital Aza, que se admira regocijadamente murciélago octavo, el murciélago noveno... Indu-
al oír el nombre técnico de las pulgas, expresa dablemente, es mucho más cómodo y más expre-
cuál es el sentir popular ante esa nomenclatura sivo adoptar nombres convencionales, y como ya
científica. Nos parece lo más natural que los quí- los zoólogos habían dado muchos de estos nom-
micos llamen al agua H^O, y que digan "cloruro bres cuando era moda escribir en latín, siguieron
de sodio" en vez de decir "sal", pero nos resulta empleando esta lengua para la nomenclatura. Ade-
absurdo que los zoólogos digan Calopesus elegans más, el latín es idioma que se estudia, o al menos
cuando podrían decir, como cualquier cristiano, Se estudiaba hasta hace poco, en todos los países
"martineta" o "copetona"; aplaudimos al señor gra- cultos, y se presta admirablemente a formar pala-
ve que, para nombrar la universidad, dice alma bras compuestas, que expresan brevemente lo que
itiáter, a lo mejor sin saber siquiera lo que quiere los idiomas vivos, si se exceptúa tal vez el ale-
decir, y en cambio nos resulta lo más divertido mán, exigiría a veces largas frases. Si los para-
oír llamar Cinicx lechdarius a uno de los más sitólogos no dispusieran, por ejemplo, del nombre
molestos insectos importados por la colonización D¡¡>ylidium camnitm, se verían obligados a decir:
europea. "la lombriz con doble poro, propia del perro". La
Para quien no se ha consagrado al estudio de elección, como se ve, no es dudosa.
la zoología, sería mucho más natural designar a Pero no se crea que los nombres zoológicos
los animales, digamos con los nombres que les dio latinos se inventan y se aplican así no más, como
Adán, según se cuenta, en el Paraíso, porque esos a cada cual se le antoja. El famoso naturalista
por antiguos ya se olvidaron, pero sí con los que sueco Linné, que fué quien, en 1758, implantó este
usa todo el mundo. Sin embargo, los zoólogos y sistema de nomenclatura, dictó reglas o leyes para
los paleontólogos, que son las gentes que más Su uso, y después otros hombres de ciencia han
ido añadiendo nuevas reglas o leyes, hasta cons-
tituir un verdadero código. Un nombre que no se
ajuste a este código no es admitido por la ciencia.
De la observancia de las leyes, así como de su
modificación o perfeccionamiento, cuida una co-
misión inteniacional, formada por especialistas en
todas las ramas de la zoología, y cuya sede está
en la Institución Smithsoniana de Washington,
que corre con los gastos ocasionados por sus ta-
rcas. El sistema objeto de dicho código suele de-
nominarse "nomenclatura binaria", por haberse
establecido que cada especie animal .se designe con
dos palabras, una para indicar el género, y otra
que expresa la especie.
De este modo, el nombre .J'T^'-;?^
Estog lindos roedores de nuestra cordiilcra han sido Ua. viene a ser una descrip-
niados, en h o m e n a j e al ilustre Derwin, Phyllotis ción abreviada. Todos ios
darwini". Jefe de la sección palcotilolS-
A ANÍMALE
en la nomenclatura zoológica
CARETA/

B R R

animales de un mismo género llevan un primer


nombre igual, y se distinguen entre sí por el se-
gundo nombre. El caballo, por ejemplo, en len-
guaje zoológico es Equns cabciUus, y el burro
Equus asiniís. Pero si en una especie se pueden
distinguir varias razas, se añade, para referirse
a cada una de éstas, un tercer nombre, y así, al
zorro colorado de Patagonia le llaman los natura-
listas Psetuhüopcx culpacns magcllanicus, y al
2orro colorado de la Tierra del Fuego, Pseudalo-
pcx magcllanicus lycoidcs. Amlxis son de la misma
especie, pero representan razas ligeramente dis-
tintas en tamaño y en pelaje.
La ley fundamental de todo el código de no- "Equus grevyi", es el nombre de una cebra, asi desig-
menclatura zoológica es la llamada ley de la prio- nada en homenaje al presidente Grevy de la República
ridad, en virtud de la cual el nombre que cada Francesa,
especie del>e llevar es el más antiguo que recibió
a partir de 1758, fecha de la creación del sistema. signar animales acuáticos: Tritón, Nevéis, Ve-
Porque ocurre con harta frecuencia que un natu- nus... También resultan lógicos los nombres que
ralista, al ocuparse de un animal, ignora que otros aluden a la patria del animal. Un género de dino-
lo hicieron antes que él, y creyéndose descubridor saurios cuyos restos se hallan en nuestro país, se
de una nueva especie, se apresura a bautizarla; y denomina Argyrosaurus, es decir, "lagarto de pla-
también suele suceder que lo que se describe y ta", lo que equivale a "lagarto argentino", y mu-
bautiza como animal desconocido .sea una hembra, chas especies de diversos grupos, propios de nues-
un ejemplar joven o una ligera variedad de una tra fauna, llevan los nombres de patagónica, tm-
especie ya conocida. Hay un pequeño mamífero gellanica o platensis.
europeo, de los llamados vulgarmente musarañas, Hay, en fin, nombres de animales que se toman
que ha sido descripto y vuelto a describir así lo de apellidos de hombres célebres en la historia
menos treinta veces, recibiendo otros tantos nom- de la ciencia, o bien de exploradores que recogie-
bres. Naturalmente, el primero de éstos es el que ron ejemplares de faunas remotas, o de jefes de
vale, y nadie puede mudarlo a no ser que se ave- estados que contribuyeron al progreso de la zoo-
rigüe que el mismo nombre se le dio antes a otro logía. Así, en Norte América hay un venado que
animal. Hay, en efecto, una ley según la cual dos se llama Ccrvus rooscvelti, y un ratón coludo de
géneros no pueden tener un mismo nombre dentro la región cordillerana se denomina Phyllotis dar-
de todo el reino animal, y dentro de un mismo tvini. Es un modo de rendir homenaje a los que
género tampoco puede haber dos especies homó- han hecho algo por las ciencias naturales, y hasta
nimas. sirve para quedar bien con los millonarios que
costean grandes ex.pediciones científicas, en los
La mayoría de esos nombres que los zoólogos países donde los millonarios se preocupan de se-
emplean, y que al profano k parecen tan raros, mejante cosa. En ocasiones, se prefiere rendir e!
significan algún carácter o propiedad saliente de! homenaje, que entonces es de cortesía, cuando no
animal. Nuestro aguará aguazú, que de todos los prenda de amor, a una dama. Numerosas especief
cánidos sudamericanos es el de pelaje más brillante de animales, y entre ellas uno de los más bellos
y menos cola, se llama muy apropiadamente Chry- antílopes (el Kobus mariae), llevan nombres de
socyon brachyurus, lo que quiere decir "perro esposas de naturalistas o de grandes viajeros. El
dorado con cola corta.". Pero no siempre son los antílope en cuestión fué así llamado por el zoólogo
sabios tan justos en sus inglés Gray en honor de su esposa, bello gesto
apreciaciones. Mi ante- que tiene algo de romancesco.
cesor en el Museo de La Lo malo es que, en esto de dedicar especies,
Plata, Santiago Roth, fácilmente se cae en la exageración, porque es
designó con el espeluz- más fácil añadir una "i" al apellido de cualquier
nante nombre de Stebos amigo que ponerse a buscar una palabra latina a
tcrrtbilis a un mamífero la vez eufónica y significativa; y así, se empieza
fósil que, juzgando por por el naturalista meritorio o el mecenas ilustre,
sus restos, debió ser un y se llega hasta el ordenanza del laboratorio y
pacifico herbívoro, cu- el tinterillo de la oficina. De ahí que esta prác-
yo parentesco con Sete- tica haya caído en el descrédito y vaya siendo
bos, la deidad patagóni- abandonada jwr los zoólogos que se precien de
ca, no resulta muy claro. serios. GDU todo, cada nombre que con justicia
Es, en cambio, natural se ha tomado de quien lo merecía, es como un pe-
I-a chinche de Castilla os- que los zoólogos se ha- queño monumento que en las páginas del gran
tenta el sonora nombre de yan inspirado en los libro de la ciencia se levanta a sus grandes figu-
"Cimcx lectularins". Asi noniblcs clásicos de nin-
pica mentra. que diría el ras, y es bien que haya en la fauna argentina una
personaje de Vital Aza. fas y de hadas para bau- /l.som labiata, y entre nuestros moluscos fósiles
tizar mariposas, y en una Ostrca amcghinoi, y una Chunga burmeistcri
los de divinidades y se- entre nuestras aves, y un Mcgatheriwn gallardoi
res místicos relaciona- entre las grandes especies propias de la extinguida
eica del Museo de La Plata. dos COU el mar, para d c - fauna pampeana.
C A R A ^ Y CARETAJ-

O " fá$ose de su cutis


jfd^ . y lo mismo para sus manos

C O N una pareja torpe, cualquier baile


es detestable. Con un buen bailarín,
un deleite. Usted arriesga su cutis al
usar productos i n f e r i o r e s . . . pero con
Crema de miel y almendras. Hinds realza
admirablemente su belleza. P a r a el rostro
y el escote, como para las manos, Hinds
suaviza y blanquea. Además, protege el
cutis, conservándole su juvenil y fresca
tersura. N a d i e . . . sólo Hinds — puede
usar la famosa f ó r m u l a H i n d s . . . N o
admita imitaciones. S e a exigente: insista
en la original y genuina:

CREMA
MAYON, Ltda. INTERESANTE OBSEQUIO PARA USTED
(üepio. HintU) "Sociabilidad y Belleza" es un pequeño
Av. d e Mayo 1 2 5 7 Codíljo de la Moderna Etiqueta, y trae
Rii'pnn*; AirpA además - preciosa» recomendaciones para
" " la estética y la bcUoia. PWaIo ¡ ea ffroíú.

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Yo uso ta CREMA HINDS principalmente pañi_
C C.
CARA^ Y CARETAS"

La T u n escritor contemporáneo, tan breve como gráficamente, nos


refiere como conoció al notable ensayista y qué amargas refle-
xiones se hizo a raíz de aquel primer encuentro.

sordera
de T
Emerson
L A intimidad de los grandes
hombres s u e l e desilusionar.
No son en la vida privada lo
que aparecen en sus obras ni co-
mo se presentan en público. De-
f e c t o s , debilidades, pequeneces
restan ese prestigio particular y
atenúan el brillo de esa aureola
siempre ficticia con que el pú-
blico rodea a los grandes artistas
y a los pensadores famosos.
El caso del filósofo Emerson
es uno de ellos. El pensador diá-
fano, preciso, admirable, por lo
menos, en las postrimerías de su
existencia, no fué sino un caba-
llero de aspecto bastante lamen-
table, indiferente a todo proble-
ma. Lo atestigua el recuerdo que
de él hace Frank Harris en su
libro "Mi vida y mis amores'*.
Harris, acompañado por un ca-
marada, acudió a la residencia de
Emerson, deseoso de conocerlo,
anlielante de escuchar su palabra.
"Nos recibió — dice — en la
'orma más amable y cortés. Nos
hizo sentar y se instaló conforta-
blemente para escucharnos. Smith
se lanzó a toda brida; le expresó
cuánto hahian influido en él sus T
escritos filosóficos y cuánto lo
habían animado. El anciano son-
reía con benevolencia, inclinaba la
jabcza y de vez en cuando decía:
6^^>.-^
Sí, s í . . . " Cada vez más entu- ______________________
Blasmado, mi compañero preguntó
al filósofo por qué nunca halíía
expresado sus opiniones sobre el socialismo y sobre las relaciones del
R odolfo Waldo Emer-
son, poeta, ensayis-'
ta y filósofo norteame-
capital con el trabajo. El anciano, con pronunciada insistencia, llevóse ricanOf nació en Bos-
una vez más la mano al oído, sin dejar de decir otra cosa que "Sí, s í . . . tón el 25 de mayo de
En e f e c t o . . . " Todo esto con la misma sonrisa indulgente. Í803. Pertenecía a una
" Desde el primer instante yo me había percatado de su sordera, pero familia de clérigos
Smith parecía no haberse enterado y continuaba preguntando, interrogando protestantes. Gradua-
a Emerson, quien respondía con vaguedades que nada tenían que vei do en Harvard, du-
con el asunto. Observé atentamente al anciano. Tendría unos cinco pies rante algún tiempo se
y nueve o diez pulgadas, un cuerpo delgado, demacrado el rostro, la cabeza dedicó a la enseñartza^
estrecha y alargada y una nariz ganchuda que imprimía al rostro un y más tarde se hizo
aire de pájaro. Parecía tener excelente opinión de sí mismo y una gran pastor, Emperot en
fuerza de voluntad, a juzgar por lo pronunciado de su mentón. No pudí Í833, abandonó la eo'
inferir nada más, sino que sus ojos claros, ojos grises de mitada recta y rrera relisiosa por fto-
abierta, producían una intensa impresión de bondad y — ¿por qué no de- ber comenzado a ob-
cirlo? — hasta de dulzura, como si se tratara de un alma que se remontaba servar una gran dife-
muy alto, muy por encima de las miserias de este mundo. rencia entre e¡ resul-
" Un hombre excelente, sin duda alguna, pero sordo como una tapia, tado de sus estudios
pensé yo. y sus viejas convic-
" Mucho más tarde, su sordera fué para mt el símbolo y la explicación ciones espirituales.
de su genio. Siempre había vivido apartado y se había preservado del Hizo un viafe a Euro-
contacto con el mundo. De allí la estrechez de 8»s simpatías por las pa y trabó estrecha
miserias humanas, y por otra parte, la profundidad de su pensamiento. relación con Carlyle.
El recuerdo de su rostro sonriente acude a mi memoria cada vez que La serie de sus "En-
escucho su nombre. sayas** puede conside-
" P e r o en aquella oportunidad, su sordera me desagradó tanto como rarse magistral. Falle-
la torpeza de mi amigo, que no se daba cuenta de que iba a pura pérdida ció en Concord, el 27
ca el interrogatorio. Cuando nos despedimos, le dije en alta voz: do abril de 1882,
" — l E l infeliz es sordo como una tapial
" — i Ah I — repuso mi compaííero. — Ahora me explico sus sonrisas
y sus barrocas respuestas. Pero ¿cómo lo has adivinado?
" — Pues, 1 no roe fué muy difícil I A cada momento, aunque con disi-
mulo, se llevaba la mano al o í d o . . , " é'^^^-.S»
R 1n c o n e s p i r e n a i c o s
Los turistas suelen a t r a v e s a r el man que la hotelería de la citada N o hay que buscar allí las nie-
departamento de Ariege, en F r a n - región "ha mejorado en los últi- ves, los nevados, alpestres, auste-
cia, y no lo visitan. L o atraviesan mos a ñ o s " . ¡ Q u é así s e a l " S i el ros, salvajes, los Pirineos son hu-
p o r q u e es la puerta hacia Cerdeña hotel de lujo no existe, nos dicen, manos, accesibles a casi todo el
y liacia el museo medioeval de el de segunda categoría es hoy mundo. El viajero se siente recom-
A n d o r r a . Medioeval hasta hace po- m á s limpio que antes, más airea- pensado por una serie infinita de
co, p u e s ya se s a b e que los d o " . E n cuanto a los albergues, descubrimientos.
andorranos andan en plena revo- ofrecen buenas piezas. Aferrada al pasado, la población
lución. Los precios son a ú n accesibles g u a r d a todavía, a la sombra de los
_ N o se visita, pues, aquella r e - a los bolsillos modestos. Q u e el campanarios arcaicos, sus costum-
gión que sigue siendo así poco co- amigo o el fanático de la monta- bres sencillas, sus ideas simples,
nocida. Desde luego, la hotelería ña se a p r e s u r e a visitar esos si- su noción natural de la vida.
tiene la culpa, o gran parte de tios pirenaicos no vulgarizados aún
ella, siendo, como es, algo desas- El Ariego es un poco como Ando-
por el esnobismo. Sitios que ofre- rra, al menos en sus partes mon-
troso. Lo cual sucede en m u c h a s cen ambientes pintorescos, impre-
regiones de Francia, a pesar del tañosas. Como A n d o r r a — ante-
siones felices, soplos sanos. rior a la revolución, que va a mez-
renombre mundial de la "buena En efecto, el Ariego no es gran-
cocina francesa". clarla a la torbellinesca brutalidad
de. N o obstante, es muy variado. del m u n d o moderno. . .
N o obstante, hay quienes afir- Los Pirineos son allí más espesos
que en otras p a r t e s ; se a g r u p a n
más, se j u n t a n con mayor belleza,
y ofrecen valles lindísimos, caídas
de agua musicales, deliciosas al-
deas increíbles. F r e c u e n t e m e n t e ,
del lado de A x o de San Girón,
esas aldeas se agarran, como re-
baños blancos, a las faldas d e la
montaña.
Los riachos torrenciales corren
por las callejas aldeanas, cantan-
do, repartiendo alegrías celestes
que llenan las almas de los niños, VENGANZA
cuya carne quema el buen sol. — ¿Es usted el que me ha
N u n c a aprisionado, sino victo- enviado la cocinera?
rioso del obstáculo, el ojo domina — Sí, señor.
— Oye, dame fuego. — ¡Pues lo invito a comer I
— No puedo ahora. Dentro de el espacio, descubre montañas y
un cuarto de hora te lo daré. montañas y a d m i r a toda la gama (De L'Iairansigeant, París)
del a z u l . . .

ECONOMÍA
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No hay más Blenorragia


NJO D E . S 6 S P E I 3 E . t S* ^a fracasado todo procedimiento,
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doras, lavajes, inyecciones, pomadas, aellos, cachets, recalentamientos eléc-
tricos, etc., etc., SU SALVACIÓN está en el GONOSANOR, nunca m i s barato,
por crónica que sea au enfermedad.
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tado de muclioK años de estudio, mfaliblc donde ae aplique, significa una verdadera
R E V O L U C I Ó N en el tratamiento de las venéreas, urinarias, ote.
Blenorragia, blenorrea, gota militar, leucorrea y sus complicaciones como s e r :
prostatitis, cistitis, poliuria, etc., no existen má» usando el Sistema GONOSANOR,
único patentado en todo á mundo, aprobado por el Dep. Nacional de Higiene.
El enfermo l e cura solo, sin i n t e r r u m p i r sus ocupaciones, «in dolor, sin
molestias y sin que nadie ae entere,

G O N O S A N O R — P A R A N A, «OS
Visítenos o solicite informes^ folleto *'C 33"* y certificadoSf que remitimos en sobre cerrado sin membrete.
C A R A ^ Y CARETAJ-

De * la
inconveniencia
de s e g u i r
o n s e j os
Por J. K. J E R O M E

P
ASEÁBAMOS por la estación de Euston — Se ha equivocado usted de máquina—le insinué.
cierta noclie de invierno, a hora avanzada, — Lx3 sé de sobra — me contestó groseramen-
cuando observé a un liombre C|uc se pe- te, — y si encontrara al idiota que me hizo sacar
leaba con una máquina automática. esto se lo haría tragar.
Dos veces la amenazó con e! puño y yo espe- Empezamos a caminar por el andén, en silencio.
raba que muy pronto la patease. Curioso como — Hay gente así — estalló al dar la vuelta; —
soy, me acerqué despacio, pero, ai verme, el hom- gente que siempre da consejos, y yo, por mi parte,
bre se volvió. temo que esto algún dia vaya a costarme seis
— ¿ Es usted el hombre que hace un momento meses de cárcel. Hace mucho tiempo tuve una
estaba aquí? jaquita galesa, muy hermosa, y un dia, al salir
— i Dónde ? — pregunté yo. de paseo, la até a una calesa; necesitaba ir a Amer-
— Aquí, donde estoy yo ahora — rugió él. — sham, que queda a diez millas de casa. La jaquita
¿Dónde cree usted que es aquí? ¿Allá?... era trotadora, y llegó cubierta de espuma a la ciu-
Parecía un hombre violento. dad. Había un hombre parado en la puerta del
— Puede ser que me haya acercado en mis pa- hotel donde me detuve, que me dijo:
seos, si eso es lo que desea usted saber — le dije " —¡Linda jaquita!
dulcemente, para enseñarle modales. " — Regular — le contesté.
— Quiero decir si es usted el hombre que me " — No conviene cansarlas cuando son jóvenes —
habló hace unos minutos... continuó.
•— ¡ Oh, no, no he hablado antes con usted. "•—He andado solamente diez millas cuesta aba-
Buenas noches. jo y siempre la he tenido que sofrenar; estoy más
— ¿Está usted seguro? — insistió él. cansado yo que ella.
— i Cómo no; no es fácil olvidarlo a usted I — " Entré en el hotel. Cuando salí, el hombre esta-
dije irónicamente, pero el hombre no me entendió ba aún en la puerta.
e insistió de nuevo. " — ¿Se vuelve usted cuesta arriba? — me pre-
•— Tengo necesidad de hallar a la persona que guntó.
me habló hace unos minutos. ¿Realmente, no es " — Sí, no puedo hacer de otro modo, pues tengo
usted ? que ir al otro lado del valle.
— No, no soy yo. ¿Por qué lo necesita? " El hombre ése desde el principio me había sido
— Se lo voy a decir; había echado un penique antipático.
por esta ranura, pues necesitaba fósforos, gasto "Entonces me dijo: :' » , •
muchos, pero la máquina se atascó y no salió na- " — Siga mi consejo y déle una buena copa de
da: estaba sacudiéndola cuando se me acercó un cerveza.
hombre... ¿Está bien seguro que no es usted? "Lo que yo debí hacer era encasquetarle el som-
— No, realmente — afirmé, sonriendo. brero y tirarlo en el primer abrevadero de caba-
— Bueno — me miró y luego me dijo: — Son llos, pero en cambio le hice caso, lo que me obli-
cosas molestas estas máquinas, pero lo principal gó a escuchar un sinfín de bromas.
es entenderlas, a veces se pegan y lo mejor es " — La va a enviciar, Jim — dijo un amigo. ,
echar otro penique, pues éste arrastra el otro, y " — Ahora matará y robará bancos — dijo otro.
caen los dos. Eso me pareció una idiotez, pero el " — Déle un cigarro — dijo un tercero.
hombre hablaba tan convencido, que le hice caso. " Al oír las bromas pensé tomarme yo la cerveza,
Eché algo que creí ser otro jienique, pero que re- lo cual hubiera sido la sensatez misma, pero a pe-
sultó ser una moneda de dos clielines, y vea lo que sar de todo se la di; la jaquita la tomó encantada;
he sacado. yo subí a la calesa, y partimos en medio de un
Me lo alargaba. Miré y vi un paquete de cara- gran pitorreo. Al principio fuimos bastante bien,
melos. pero muy pronto la cerveza empezó a hacer es-
— Dos chelines y un penique para esto — dijo tragos en la cabeza de la jaca. Más de una vez
amargamente. — Se lo vendo por la mitad. he llevado borrachos A SU casa y es difícil; ¡as
CARAJ- Y CARETA/
mujeres son peores, pero las jacas, ¡oh, las jacas!, un grito. Luego partimos a gran velocidad.
es horrible. A i>esar de tener cuatro patas no usa- " En sentido contrario venía una carreta con su
ba más que dos, no daba con la dirección, y en conductor dormido. ¡Maldita costumbre! Raro es
cuanto a que yo la guiara, eso no le daba la gana. que no hayan más accidentes... nos los llevamos
Tan pronto estaba a un lado del camino como a por delante sin que se diese cuenta siquiera do lo
otro, o atravesada en el medio. que pasaba. Yo no volví la cabeza. ¿ Para qué ?
" Bruscamente oí a una bicicleta cerca de mí, A una milla de Chesham nos cruzamos con un
pero no me atreví a volver la cabeza, lo único colegio de niñas. ¡ Pobres, aun deben de estar re-
que hice '' ' -•''^'-¡e a! ciclista rué se detuviera. uniéndolas ! Entre tanto, nosotros seguíamos y se-
" — Quiero pasar — me contestó. guíamos... Al llegar cerca de High Wycombe nos
" — No puede ser — dije yo. encontramos con la diligencia, cuando ya la atro-
" — ¿Cuánta carretera necesita para usted solo? pellábamos la jaca paró en seco, arrojándome al
" — Esta y un poco más — lo cual era cierto. fondo de la calesa. No podía ver más que el cielo,
" Me siguió durante mucho rato, tratando siempre pero oí al conductor que me gritaba:
de pasarme, pero ¡a jaca lo ganaba de mano; pa- " — ¡ Quite a ese maldito circo del camino !
recía hacerlo a propósito. " Si hubiera tenido sentido común, hubiera visto
" — No sirve usted para conducir calesas — me que yo no podía hacer nada.
gritó, y tenía razón. " Oí que sus caballos empezaban a encabritarse,
"Como continuase gritando, yo me enojé: pues cuando ven a uno loco tratan de imitarlo.
" — Venga e insulte a la jaca, si quiere; pero " Una vieja que estaba en la diligencia tuvo im
déjeme tranquilo y, sobre todo, no me sig.a po- ataque de nervios y al oírla la jaca echó a andar
niendo nervioso. nuevamente, luego quiso saltar un cerco, pero co-
" — ¿Qué tiene la jaca? mo le estorbaba la calesa, la rompió a coces, de-
" — Está borracha, ¿ no la ve ? jándome tirado en el suelo.
" Le debió parecer algo muy tonto, pero era de- " Debo decir que quedé encantado de poder des-
masiado cierto por desgracia. cansar un rato. La jaca volvió a casa más tarde,
" — El que está borracho es usted — me dijo, — pero yo pagué por composturas propias más de
y no sé por qué no voy y lo saco de una trom- diez libras. La gente aún se ríe de mí y la Socie-
pada del coche. dad de Templanza dio una conferencia para cri-
" Ojalá lo hubiera hecho, pero en ese mismo ins- ticarme.
tante la jaca se desbocó. Me figuro que debía de "¿Quiere oír algo sensato? ¡Nunca siga con-
estar demasiado cerca, pues oí un gran ruido y sejos !

J. K. J E R O M E
4> Traducción de M. V. de A. 4>

(OMO DESDE QUE VOS


ME WAGLASTE DEL
A Z U L D f i A S Í O LO

BIANQUITA HE USADO C O N T I -
NUAMENTE CON EL
M A Y O R ÉXITO.

81ANQUK) ADEMAS, ES TAN


CONCENTRADO QUE
LO ENCUENTRO MUY

ÍU ECONÓMICO.

I^OPA
Vd. también puede hacer que sus pren-
(ON das ostenten un blanco puro e inma-
culado... sin manchas.
El A i u l Brasso se vende listo para ser

AZUL usado... y Vd. puede ponerlo directa-


mente en el agua de enjuagar, pues
viene envuelto y atado en u n j bolstta
ES MUY CIERTO; Y YO
TAMOIEN ENCUENTRO
Q U E LA ROPA S A L E
de género permeable.
PAREJA Y NO M A N -

BBMO Está hecho con azules ultramarinos


concentrados. Es, en verdad, económico
porque dura más...
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^ L a sociedad actual gusta de las fieso no tener la tez m u y blanca, a u m e n t a n su belleza; y la ale-
diversiones nuevas. N u e v a s . . . es en los brazos y las manos parti- gría en el estado natural de su
una manera de decir, porque nada cularmente. P e r o mi piel es m u y alma. Su espíritu a d o r n a y embe-
es nuevo en el mundo. suave. E n cuanto a mis piernas y llece su persona. Con u n aire libro
La sociedad gusta mucho de los mis muslos, n o pueden t e n e r s e y dulce que se nota e n todos s t a
conciertos, de los cantos y de la por m á s bellos y mejor escul- actos, su palabra es siempre c a -
música moderna. P e r o . . . pidos". riñosa".
E n algunos salones europeos I E s una muestra deliciosa, de Como se ve, este " n u e v o " j u e g o
ha germinado una idea. Se t r a t a encantadora e inocente v a n i d a d ! de salón es interesante y curioso.
d e la renovación de los retratos, M a d a m a de Lafayette escribió el A veces muy divertido. Se com-
cuyo éxito fué enorme en otro retrato de m a d a m a de S a v i ñ é , prende m u y bien que en varios
tiempo. N o nos referimos a la dedicándose sobre todo a lo mo- salones europeos, sobre todo «n
pintura, sino a una definición es- ral : "Ella es vivaz, llena de es- algunos de P a r í s , se haya comen-
crita del carácter, dei espíritu y píritu. El alma y el cuerpo se zado la escritura d e retratos, co-
del corazón. manifiestan a la vez. Su presencia mo si se hiciera u n denorte n o -
E n la corte donde el joven Luis aumenta las diversiones y éstas vedoso. . .
X I V triunfaba, se ocupaban mu-
cho en esos " r e t r a t o s " . Ciertas
damas escribían lindamente el
propio. Se componían así conjun-
tos, colecciones, que luego se edi-
taban ricamente para ofrecer los
Ejemplares a ciertos privilegiados.
P o r otra parte, esos libros se ven-
dían muy bien. E r a iin éxito de
curiosidad. Se " r e t r a t a b a " a los
^roigos y conocidos.
La m á s frondosa de las damas
de la corte referida trazó su re-
trato y al menos cuarenta de sus
amistades.
La duquesa de Chatillón se pin-
taba así : " Y o tengo el talio de los
m á s bellos y de los mejor hechos
<iue se pueden ver. M i s ojos son
obscuros, muy brillantes y propor-
cionados. Mi mirada es muy dul- El prestidigitador va al cine con la familia.
ce y está llena de fuego y sprit. (De Lustige Bláetter, Berlín)
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tificiales, aparato» y • rslds dos ripcriicíorics -íi volunlod. íís la fniiHimn idnl in* i
corsés oriopédicos, espalderas, ven- Mjnliliiil)Ii- tiiitíj Siirof Síildos,
das, medias para várices, fajas de . Trábala sin ruido «I esfuerzo — Su manejo se aprende
en cinco minutos
todas clases, etc.
J. PAÑELLA y PORTA SAN MARTIN 37A- BUENOS AIRES
Bdo, DE ÍRIGOYEN, 2S3 - Bs. Aires.
C A R A y Y CARETAJ

A vegetación de los oath es-


L tá caracterizada típicamente
por la palmera, la reina del
desierto, que, según la poética ima- FLORA
En algunos núcleos de población
asentados junto a los oasis afri-
canos no hay más que un pozo
común para todos los vecinos, en
gen de los árabes, sumerge sus donde se dan cita todas las muje-
raices en e! agua y aureola su res y los niños del poblado, algu-
copa con el fuego del cielo. Desde nas para dar rienda suelta a la
luego que no tienen comparación
en esbeltez, altura, follaje y fe-
cundidad las palrfieras de los oasis
DE murmuración y los otros para en-
tregarse a sus juegos predilectos.
Los alrededores de! pozo son orno
africanos con las que ondean al si dijéramos la plaza mayor de la
viento sus palmeras en las inme-
diaciones de Elche o en el Paseo
de Colón, en Barcelona, por más
LOS aldehuela indígena, adonde acu-
den mañana y tarde las casadas
con enormes botijos redondos, y
que acaso son los únicos puntos las solteras y niñas con menudas
de Europa en donde la benignidad ánforas o bien odres de piel de
del clima consiente este remedo de
los oasis de! desierto.
Los dáti!e.5, frutos sabrosísimos
y sumamente nutritivos de la pal-
OASIS cabra. Al contemplar la escena
parece como si no hubiesen pasado
loi siglos y todavía estuviésemos
en los patriarcales tiempos en que
mera, bastan para satisfacer con el mayordomo Eliecer se acercó a
su aprovechamiento directo a su pedir agua a la gallarda sobrina
comercio exterior casi todas las de Abraham.
necesidades de los indígenas, cuyo El pasaje del Génesis que tan
género de vida no se diferencia admirablemente relata la conmove-
mucho del que un tiempo llevaron ñas han de ir desalojando sin ce- dora entrevista, es fidelísimo tra-
por ascetismo los solitarios de la sar la arena impelida por el vien- sunto de las escenas que diaria-
Tebaida. Por otra parte, el amplio to, para lo cual emplean una es- mente puede presenciar aún -1 tu-
follaje de la palmera, cada una de pecie de cestos, que una vez lle- rista. Dice así dicho pasaje: "E
cuyas ramas es una gigantesca nos, se colocan sobre ¡a cabeza y hizo arrodillar los camellos fuera
sombrilla preserva tutelarmente a se vacían en lo a'to del talud. En de la ciudad, junto a un pozo de
los árboles fiutales y a los culti- algunos oasis se sirven los indíge- agua, a la hora de la tarde, a la
vos hortelanos de los rigores del nas de asnos, que cargan con un hora en que salen las mozas por
sol y de ¡os bruscos cambios de aparejo de doble cesto para apre- agua".
temperatura. Sin la providencial surar el vaciado del hoyo.
pantalla proporcionada por el fo- El más notable oasis arg.-'inc
llaje de las palmeras, que mantiene En c a m b i o , los hortelanos y es el de Tuat, equidistante ('• A -
la humedad indispensable para el agricultores de los oasis no se pre- gel y del Niger, en el cam.uo cí
crecimiento de los vegetales, na ocupan en lo más mínimo del rie- Tumbuctú. Mide algunas ^o.;?-»?
se encontrarían en los oasis más go, pues las raices de las palmaras de millas de kilómetros cu.i,-!i'-..ios
que raquíticos arbustos y escasas absorben por sí mismas de! suelo y en él se cuentan las r nueras
hierbas. cuanta agua necesitan para su cre- poT millones.
cimiento y subsistencia. También son notables los oasis
La palmera está organizada de De trecho en trecho, en los bor- de Kuar y de Kufra. Este último
tal suerte que soporta sin menos- des de las tapias o taludes que en- brota en pleno Sallara y mide más
cabo los más fuertes calores esti- cuadran los hoyos de las palmeras, de 17 000 kilómetros cuadrados.
vales y los fríos hasta 7' sobre suelen encontrarse aunque no con Además de dátiles y naranjas se
ceri>, aunque la matan o cuando mucha frecuencia, pozos naturales, cosechan en él grandes cantidades
iTTcnos la debilitan considerable- de los que se abastecen los indíge- de agróstida, que sirve para fa-
mente las lluvias tropicales. Fuera nas y sirven también de abrevade- bricar papel.
de las áridas comarcas que se di- ro para los animales, así como pa- Por último, compiten en fertili-
latan desde el Eufrates hasta el ra el riego de algunos cultivos se- dad y belleza con ellos, los oasis
mediodía del Atlas y de las Islas cundarios, entre los que se cuen- de la provincia de Constantina y
Canarias, no medra espontánea- tan las cebollas, calabacines, reci- dei sur de Túnez, entre ellos loi
mente la palmera en parte alguno, ño y diversas leguminosas. de Ued Rir, Uargla y Biskra.
excepto la exigua demarcación de
Elche en España. Sin embargo, su
verdadera patria son los oasis del
Sahara.
Para plantar las palmeras exca-
van los árabes la arena hasta cer-
ca de las capas húmedas del sub-
suelo, a fin de que las raíces del
árbol se dirijan por natural ins-
tinto hacia las capas acuíferas don-
de encuentran ei agua necesaria
para su debarrollo. Estas planta-
ciones artificiales dan singular as-
pecto de jardines cercfldos a algu-
nos oasis, como, por ejemplo, los de
Suf, y de Zaf, ai sur de Argelia,
donde las palmeras están planta
das de diez a veinte en el fondo
de unos hoyos abiertos en el suelo
a manera de embudos y cercados
por tapias de tierra o setos espi-
nosos, de suerte que las copas de
las palmeras apenas sobresalgan
al ras de! camino de las caravanas.
Sin embíirgo, dichos hoyos se
van poco a poco llenando de arena
a pesar de las tapias y setos, por-
que ia arena dei desierto es tan
sumamente movediza que la levan-
ta en polvareda el menor soplo del
viento. Por esta causa los indíge- No eietnpre eí desierto es arenoso. También tiene sus montaSaSf como
éstas que rodean el oasis de Djanet.
CARAX Y
CARETA/
O

7^
H^

DE LOS G U I N D O
Por E. A M A D E O
A R T A Y E T A

UNQUE música y olores sean los que más


A recuerdos evotiuen en la memoria nuestra,
la vista de un cesto con guindas trajo a
Í3 mía — aunque no esté seguro si algún
un instante deslumhrado en muda contemplación.
Y, como si fuera la primera vez que la viera, que-
dé atónito de aquel descubrimiento puesto que para
mí era un descubrimiento, de que mi prima era
tenue aroma se desprendiera de ellas que llegara preciosa.
hasta mí — el recuerdo de tiempos pretéritos bo- Abandonando libros y papeles, me levanté de
rrados ya, aunque vividos nuevamente al contem- mi asiento, dirigiéndome hacia donde ella '-.i en-
plarlas. contraba tratando en ese instante de trepar a una
Yo sabía — probablemente en razón de lo que planta de guindo. Cuando llegué a aquél sitio, hr.-
a los demás oía que por juicio propio — que mi bía conseguido escalar las primeras ramas llena >
prima Lelia era muy bonita. Hasta entonces no me de frutas tratando de agarrar las más próximas.
había detenido a considerarlo personalmente. Permanecí algún tiempo al pie de la planta, has-
Mi preocupación en ese momento era la pi;epa- ta que resolví trepar detrás de ella a fin ds ayu-
ración de los estudios que a nada práctico me con- darla en su recolección.
ducirían y lecturas de clásicos; ensayos de tradu- No bien escalé el tronco, la planta comenzó a
ciones de jxKsías y balbuceos de algunas propias, trepidar bajo el impuLso de mi subida y con ello
alternadas con la preparación de algunos caballos las ramas en que mi prima se hallaba enhorquetada
— de aquellos caballitos criollos — que eran los comenzaron a sacudirse en forma alarmante.
únicos con que contábainos entonces para jugar Lelia, que no me había visto aproximarme, al
polo y que tan bien se desempeñaban cuando toda- sentir trepidar la planta recién me descubrió.
vía regía el o// úde de ingrato recuerdo para los En un cimbronazo de las ramas, tratando de
principiantes de entonces. guardar el equilibrio y de acomodar su vestido
Estábamos de vacaciones. M! familia habíase descompuesto por efecto de la trepidación, con
instalado en nuestra propiedad de campo. Con ella aire de agonía:
había ido mi prima Lelia para regalo de mis her- — i Qué haces, Nicanor ?
raanitas. Yo había llegado algo avanzada la es- — Voy a ayudarte a recoger fruta — repliqué.
tación. — Bájate •— ante mi audacia, alarmada, clamó.
Un día, una mañana de estío en que, después Yo seguía trepando. Bajo mi peso, las ramas
de hacer ejecutar algunos ejercicios a los caballos continuaban sacudiéndose. Y la pobre niña insistía
que entrenaba, encontrábame en el parque, sentado en que no continuara en mi subida; en que rom-
en una silla de crimea ensayando alguna traducción l>ería la planta haciéndola caer. Pero, yo me había
de cualquier poesía — mostrándose quizá la rima encaprichado en llegar para ayudarla a recoger
esquiva — alcancé a descubrir entre las plantas de las guindas que ella no alcanzaba.
la quinta, !a silueta grácil de Lelia vestida con tra- ' Llegué próximo a las ramas en que ella se en-
je claro floreado, pasando de la sombra que las contraba enhorquetada, cuando en eso, en otro cim-
plantas proyectaban, a otro sitio iluminado por el bronazo de las ramas a mi impulso por trepar, su
so! en el meridiano, jugueteando las manchas mo- sombrero cayó sobre su cara y, por asirse a una
vedizas de luz y sombra en su persona. Llevaba rama a fin de evitar una caída, la cesta dejó es-
susi>endido al brazo un cesto para recoger fruta capar.
y su cabeza tocada con amplia capota de paja de — 1 Mis guindas i — exclamó Lelia con angustia.
Italia, a la manera de las pastoras de época ro- — No te aflijas — repliqué, — que allí hay
mántica aun en boga. otras más lindas.
Su aparición, ante mis ojos asombrados en me- — I Cuáles ? i Dónde ? — preguntó.
dio de aquella luz deslumbradora, se rae presentó — Aquéllas — respondí.
como una visión, sin detalles precisos. Dejando de Mientras, yo señalaba con ademán impreciso, las
lado el trabajo en que estaba absorbido, quedé por que estaban por encima de mí.
C A R A / Y CARETAS
^im^irf^ *w jK'^WWSpTiííi'ífw-.íwjr^-w;»?^ 'W?7''^~>íí'''«yiTí-*-'í3S ^;««Í;K!WÍÍ'-5I-.-Í-"<™-'

Al fin, conseguí llegar hasta unas ramas más


próximas a las en que ella estaba.
— ¿A cuáles te refieres? — me preguntó.
— A aquéllas — respondí, — que son las más
hermosas de toda la creación.
Y acercándome a ella, con'un Ijeso que le di so-
bre sus labios, que eran los que me llamaban la
atención, sentí como si me hubieran quemado los
míos.
Ruido de ramas que se desgajaban... y en el
suelo me encontré.
Pasado el primer momento de torpeza a causa
4«^
Mí^i de! porrazo, permanecí sentado en el suelo con-
templando a mi prima atareada en poner en orden
su vestido descompuesto.
j^:? — ¿Quieres que vuelva a subir? — audazmente
le pregunté.
— No —• dijo. — Vete o quédate donde estás.
— Volveré a ayudarte — insistí.
— No, por favor — alarmada exclamó. — Ya
bajaré.
— Deja entonces que te ayude a bajar.
— Déjame sola. Vete — contestó.
Como al tratar de bajar de la planta el vestido
la incomodara, hice ademán de ayudarla.
— Vuélvete — me gritó.
— ¿Bajarás sola?
— Sí — dijo. — Déjame sola.
Pero como le costara trabajo y no pudiera al-
EL D E N T O L (agua, pasta y canzar con sus pies el tronco:
polvo) es un dentífrico que, — i Por favor 1 — dijo. — Ayúdame, Nicanor.
Yo, torpemente, por ayudarla, la tomé de un
además de ser un excelente tobillo.
antiséptico, está dotado de un — ¡ Que me harás caer i — gritó.
Urta vez que consiguió llegar al tronco princi-
perfume muy agradable. Fabri- pal, la ayudé más fácilmente hasta llegar al suelo,
cado según los trabajos de tomándola de la cintura.
— ¡ Suéltame! — exclamó, como yo permanecie-
Pasteur, destruye todos los ra ciñéndola con mis brazos, aunque ya no tuviera
microbios nocivos de ¡a boca, necesidad de ayuda.
impide también y cura segura- Una vez en el suelo, recogió su cesta, ponién-
dose a juntar las guindas desparramadas.
mente lascarles délos dientes, Yo la ayudaba en silencio, agachado cerca de
las inflamaciones de las encías ella, cohibido aún por mi audacia, en medio de
mi turbación de principiante.
y de la garganta. En pocos días — ¿Y ésas que dejas? — nuevamente me atreví
da a los dientes una blancura a preguntar.
— ¿Cuáles? — dijo. — Si ya no hay más.
resplandeciente y destruye el — Esas — repliqué, — que son las más lindas.
Mientras, yo señalaba su boca, cuyos labios po-
sarro. B E P R E S E N T ANTES dían competir con las más hermosas guindas.
E X C L U S I V O S — E s a s . . . — con cierta pizca de coquetería,
contestó — podrías llegar a gustarlas s i . . .
CAILLON & HAMONET No alcanzó a terminar. Con mi boca tapé las
palabras que hubo de emitir. Si alguna alcanzó
S. A. Comercial e Industrial.
aún a pronunciar, no lo sé.
Humberto 1° 101 Y aunque borrados por tantos años de la me-
Buenos Aires moria mía, ese fué el recuerdo que despertó en
mí un cesto de guindas que en el mercado vi.

La PASTA
DENTOL se
vende en
cajas de vidrio
París, septiembre de 1933.

" ffíii'i ""^ ity^^ ^g y chico.

S?
CARAJ" Y CA.R£TA^
Evolución femenina
Algunas de las muestras externas del cam-
Qué Martirio!
bio que se está realizando en las mujeres, son
muy notables. La mujer es hoy mucho más
independiente, está mucho más segura de sí
misma y se muestra más indiferente hacia los
convencionalismos — escribe Elinor Glyn, y
agrega: — La emancipación intelectual se ad-
vierte en ambos sexos, pero más principalmen-
te en ¡a mujer. En los hogares en que siempre
reinaron las más rancias ideas, las mujeres de
hoy piensan en ellas mismas antes que en nada.
Y, sin embargo, sólo una pequeña parte de la
población femenina de los países civilizados Muchísimas m u j e -
del mundo se conoce a sí misma, y ve clara-
mente el panorama de su completa emanci- res son v í c t i m a s de
pación. enfermedades causadas por
"Se observa también cómo va cambiando desarreglos y debilidades del organismo
hasta la misma apariencia física femenina. Las femenino, que hacen de su vida un mar-
mujeres de hoy son más altas que las de an-
tes; generalmente, sus pies y sus manos son tirio atroz.
igualmente más grandes y meiios finos; su tez ¡Qué desdichada la mujer que padece
no es tampoco tan suave. Tienen, indudable- de estas dolencias! Dolores de cabeza y de
mente, más fuerza, y es evidente que hay una
mayoría de mujeres bonitas, y, sobre todo, de espalda, Punzadas y pesadez en el vientre,
tipos magníficos que no hubo en pasadas épo- Perturbaciones nerviosas, Incomodidades
cas. Sus ideas son más avanzadas, sus intereses y malestar en todo el cuerpo, Sufrimien-
más amplios. El amor no suele ser hoy para
la mujer la pasión absorbente, mezcla de sen- tos que agotan las fuerzas y el ánimo!
timiento e idealismo, que antes, era; una gran Hasta el genio de la mujer puede cam-
masa de mujeres, que aumenta día a día, pa-
rece tomar el amor desde un punto de vista biar y ella de alegre que era, se vuelve
masculino, como un impulso pasajero, fun- triste y caprichosa, enfadándose por las
dado principalmente en la atracción, que cul- cosas más insignificantes; la menor con-
tive su cerebro — termina diciendo la celebrada trariedad le provoca un ataque nervioso.
escritora, — y amplifique su radio de acción, es
muy fácil que la mujer mire la vida desde el ¡ Qué desgracia 1 ¡ Q u é calamidad para
mismo punto de vista que el hombre, y la inter- ella y para sus familiares!
prete precisamente de modo contrario que hasta
ahora". La mujer que padece así deberá tomar
Regulador Gesteira. Trátese sin demora,
No permita que estas enfermedades des-
truyan su salud y agoten su juventud, su
belleza y su felicidad.
Aun las perturbaciones que al principio
parezcan ligeras, si se descuidan pueden
convertirse en t e m i b l e s enfermedades
crónicas. ¡ Defienda su salud 1 ; Trátese!
Infinidad de mujeres bendicen al Regu-
lador G e s t e i r a por sus maravillosos
resultados.
Regulador GESTEIRA, el famoso re-
medio del eminente especialista Dr. J.
Gesteira, es de brillantes resultados en el
tratamiento de los Desarreglos del P e -
ríodo, Cólicos de los Ovarios, Periodos
excesivos, Períodos escasos, irregulares o
demorados, las Congestiones, Inflama-
ciones y Debilidad del Organismo geni-
tal de la mujer. Es un remedio eficaz
para las Perturbaciones nerviosas produ-
cidas por estas enfermedades.

Use-
— ¿Por qué no quieres tomar la medicina ai no
te la da la abuela?
— Porque la mano de la abuela tiembla y se cae
la mitad.
Regulador G E S T E I R A
(De Gutiérrez, Madrid)
De venta en las farmacias y droguerías
Roque Sáenz Peña, delega- Manuel Quintana, delega- Antonio Bermejo, delega- Joaquín V. González, dele-
do a la p r i m e r a confe- do con Roque Sáenz Peña, do a la segunda confe- gado a la tercera.
rencia. rencia.

El pensamiento argentino a través de


Por A L B í 7\[ O
E
L 5 de dici-erabre quedará solemnemente
inaugurada, en Montevideo, la VII Con-
ferencia Panamericana. La primera de ellas
se constituyó en 1899, en Washington, pre- DE LA I CONFERENCIA
sidida por el ministro de Relaciones Exteriores de L a Argentina, E u r o p a y el Panamericanismo
Estados Unidos, mister James Blaine, y respon-
diendo a los objetivos de la invitación formulada " X T o me faltan afecciones ni amor para la
a los diversos gobiernos de las repúblicas de Cen- PV América,
Amér me faltan desconfianzas e in-
tro y Sud América, entró a considerar distintos 1 > gratitud
gratit para la E u r o p a . . . como el in-
temas tendientes al afianzamiento de la paz en migrante es nuestro amigo, como sus hi-
América, y al desenvolvimiento de las relaciones jos son nuestros conciudadanos, el comercio inter-
comerciales entre las naciones que constituyen este nacional es nuestro aliado en la movimentación de
continente. la riqueza. Amistad, comercio, riqueza, ciudadanía
La II Conferencia Panamericana, reunida en son términos excluyentcs de esos peligros quiméri-
Méjico en el año 1901; la tercera, constituida en cos que hubieran detenido infaustamente el des-
Río de Janeiro en 1906; la cuarta, en Buenos Ai- arrollo de los pueblos de América".
res en 1910; la quinta, en Santiago de Chile en "Sea América para la humanidad". — Roque
1923, y la sexta, en La Habana en 1928, contribu- Sáenz Peña.
yeron directamente, o por medio de los organismos
L a igualdad jurídica de las naciones
que crearon, al desarrollo de esos propósitos inicia-
les y a la cristalización, en normas fijas y pondera-
"Ante el derecho internacional americano no
bles, del derecho internacional, público y privado. existen en el continente naciones grandes y peque-
La República Argentina estuvo representada, ñas ; todas son igualmente soljeranas e indepen-
en todas esas conferencias, por hombres eminentes dientes, todas son igualmente dignas de coniíricra-
que dejaron estampada, en las actas de las delibe- ción y respeto". — Manuel Quintana. _ .
raciones en que intervinieron, la fisonomía moral
de nuestro pueblo plasmada en pensamientos cor- DE LA II CONFERENCIA
diales y de justicia, hacia todos los pueblos de la
E l arbitraje obligatorio
tierra.
Roque Sáenz Peña y Manuel Quintana, delega-

L
AS conferencias panamericanas propusié-
dos a la primera conferencia; Antonio Bermejo, ronse realizar dos fines primordiales: la
a la segunda; Joaquín V. González, a la tercera; adopción de medidas tendientes al afianza-
Estanislao Zeballos, a la cuarta; Manuel Montes de miento de la paz y el desenvolvimiento de
Oca, a la quinta, y Honorio Pueyrredón a la sexta, ¡as relaciones comerciales entre las naciones del
afirmaron inteligentemente que la fe en el dere- nuevo mundo. Al logro del primer fin, y para que
cho, fijó sistemáticamente — a la República Ar- el panamericanismo no sea una tesis discutida, para
que no resulten vanas las recomendaciones y pro-
gentina — el concepto de su civilidad y el rumbo
fesión de principios, es necesario descender de la
de su política. abstracción; trazar las grandes líneas de una polí-
Esos caballeros concretaron ante la opinión pú- tica que se inspire en la justicia, la igualdad, ¡a
blica americana y del mundo, el ideal, amplidmente integridad territorial.
humanitario de nuestro pueblo, llevando a su con- "Esta segunda conferencia, antes de constituirse
vencimiento que no deseamos otras victorias que estaba minada, combatida y amenazada de fraca-
las de la paz, otro territorio que el nuestro, que sar ; la delegación argentina no hubiese asistido a
consideramos la so!>eranía del hermano más débil ella si se hubiese eliminado del programa de la
del más fuerte y que si deseamos aumentar nues- conferencia el tema relacionado con el arbitraje.
con el mismo título para ser respetada como la Ahora nosotros decimos: Cualquiera que sea 'a
tra prosperidad, expandir nuestro comercio, cre- decisión de esta asamblea, nosotros estamos dis-
cer en riqueza, en saber y en espíritu, como dijera puestos a firmar convenios con las naciones de
mister Elhin Root, no es por los caminos de ¡a éste u otro continente, cuyas partes contratantes se
comprometan a la solución pacífica de ¡as dife-
fuerza y de la violencia, sino por las amplias ave-
rencias y a someter en último caso esas diferencias
nidas de la cooperación y ayuda mutua internacio- al arbitraje, para todas las cuestiones actuales y
nal, sin particularismos ni privilegios, regionales o futuras que no afecten la independencia nacional';
aun continentales. estamos también dispuestos a firmar una conven-
Estanislao Zeballos, quo Manuel Montes de Oca, Honorio J. P u e y r r e d ó n , C a r l o s Saavedra Lamas,
representó a la Argentina delegado a la quinta. que tomó parte en la sex- que ha sido designado para
en la cuarta conferencia. ta conferencia. la séptima asamblea.

las seis conferencias panamericanas


^ U G K A LIK taba de introducir una división en el derecho inter-
nacional, creando principios especiales para los
pueblos de América, pero nadie acertará con los
ción que ratifique la declaración sobre arbitraje, verdaderos móviles de estas asambleas si no v«
votada cu la anterior asamblea de Washington y una gran aspiración para alcanzar un ideal común
que proscriljc el principio de conqtdsla del derecho de libertad, civilización y progreso, en beneficio
público americano". — Amonio Bermejo. de toda la humanidad". — Estatiislao Zeballos.

DE LA III CONFERENCIA DE LA V CONFERENCIA


La deuda pública no puede dar El armamentismo en Sud América
lugar a la intervención armada

"T
I
AS deudas públicas son contratos entre es-
tados particulares regidas por la ley del deu-
••—> dor, que no hacen relaciones internacio-
nales porque éstas suponen necesariamente
L A savia de los países jóvenes no debe mal-
gastarse en armamentos excesivos e inúti-
les, y en el intento, acaso irrealizable, de
mantener en nuestra América la paz ar-
mada. Tal es la fe de mí patria en el poder de
vínculos entre estados. En todo caso hay una obli- la justicia; tal es su convicción de que nada es
gación de naturaleza especial y "sui generis": es más letal para el progreso de nuestras naciones
en cierto modo una deuda de honor que un estado que los alardes bélicos cuando no se fundan en las
debe saldar, cuando no c|uiere deshonrarse y ver su exigencias reales de la seguridad nacional... Todo
crédito perdido. Como dijo el doctor Drago, en la lo que sé es que la Argentina tiene la mayor ansie-
pota que dirigió al ministro argentino en Wash- dad de que aquí se trate y se resuelva la cuestión
ington, para que lo pusiese en conocimiento del de los armamentos. Hemos venido preparados para
gobierno de Estados Unidos, cuando la intervención discutir una proposición concreta .sobre la limita-
de varias naciones europeas, en Venezuela, el prin- ción de gastos para armamentos. Si en esta confe-
cipio que quisiera ver reconocido es el de que la rencia no se logran resultados, el pueblo argen-
deuda pública no puede dar lugar a la intervención tino sufrirá un gran desengaño". — Manuel A.
armada, ni menos a la ocupación del suelo de las Montes de Oca.
naciones americanas por ima potencia europea". —
.Joaquín V. Cánsales.
DE LA VI C O N F E R E N C I A
t)E LA IV CONFERENCIA El panamericanismo económico

"T
I
La doctrina Monroe
OS sentimientos de las naciones america-
ñas son comunes, porque coinciden con las
E: N los Últimos cuarenta años han ocurrido
dos manifestaciones de orden económico
'que, a mi juicio, son nocivas al panameri-
canismo económico. Por una parte las al-
1—y mismas aspiraciones, con los mismos idea- tas tarifas aduaneras; por la otra el llamado prin-
les que han plasmado la base integral y cipio de igualdad del costo de protiucción... Creo
uniforme del gobierno democrático, representativo que el pacto que vamos a firmar debiera llevar
republicano en toda la América. El anhelo de to- en una forma u otra estos conceptos q-ae he con-
das y cada una de las naciones es que en ellas signado : que los gobiernos que forman la Unión
brille la luz de la civilización y de la liljertad y Panamericana adopten medidas para suprimir o re-
cjue predominen los sentimientos de igualdad y jus- ducir las barreras aduaneras que afecten la li-
ticia para el bienestar de sus habitantes. bertad del intercambio ínteramcricano; que se su-
"Es un hecho que tanto la iniciativa, como la priman las trabas a la libre circulación y al co-
reunión de los primeros congresos, fueron mirados mercio de producción agrícola, en lodos aquellos
con recelo por las naciones europeas en la suposi- productos en que la supresión no constituye un
ción de que se trataba de concitar intereses y sen- peligro para los intereses del país y de sus traba-
timientos regionales, tendien'^es a crear ciertas ba- jadores, y que en las esferas del ejercicio de la
rreras entre las relaciones comerciales y políticas policía sanitaria, los países signatarios adopten un
de ambos hemisferios, y hasta se creyó ver, entre sistema orgánico que represente una g;;raníía de
sus propósitos, una concomitancia con las tenden- que las medidas que se tomen en ningún caso
cias americanistas de la doctrina Monroe. pueden tener un carácter arbitrario". — Honorio
" Tampoco faltó quien supusiera de que se tra- J. Pueyrredón).
C A R A ^ Y CAR£TAJ-

E1 e s p r 1 t á 1b u m
H u b o lina época en la que el y aun por los trozos rausicaíes es- s i c a l . . . Tampoco e r a r a r o encon-
hombre d e cierta notoriedail lite- critos en honra de la dueña. trar, al lado de firmas de grandes
raria o artística no podía frecuen- A veces, entre el azar de los poetas, novelistas, pensadores, pin-
t a r la sociedad sin exponerse a lo encuentros, los álbumes daban ine- tores, músicos, nombres d e perso-
que íamiliarmente se llegó a lla- tivo a sorpresas más o menos gra- nas completamente ajenas a los
m a r "el asalto del álbum". E n t r e ciosas, más o menos lamentalples divinos ejercicios del a r t e . L a s
señoras de casa se llegó a produ- y ridiculas. N o era r a r o que cier- damas, claro, no se atrevían, a
cir un verdadero torneo para ver tos aficionados a las letras o pre- veces, a negar sus álbumes a suje-
la que poseyera el mejor álbum tendientes a la gloria escribieran tos completamente reñidos con ¡a
con las mejores firmas, o el m á s el mismo verso, ¡a misma prosa, belleza en cualquiera de sus for-
original por el "esprit" contenido en varios álbumes, o pintaran la mas o manifestaciones. Y resulta-
en sus fojas, por los dibujos, por misma mona, el mismo paisaje o ban así esos emplastos. T a m b i é n
los pensamientos en prosa o verso garabatearan la misma frase m u - abundaban los casos en que cual-
quier pobre diablo copiaba versos
de grandes poetas y ¡os firmaba
muy orondo. L o mismo pa«aba
en prosa y en los demás campos
del caso. J u a n de Dios Peza, el
gran bardo mejicano, encontró u n a
vez en La Hal>ana, en el álbum
que una dama le entregara para
que le escribiera una poesía, una
de sus más bellas composiciones...
firmada por uno de tantos bobos
con pretensiones de genio.
Larga seria la enumeración e v o .
cativa de las peripecias causadas
por las dueñas y los álbumes en
aquellas é p o c a s que pudiéramos
llamar de literatura de s a l ó n . . .
I.OS álbumes eran concreciones de
vanidad en todas y cada una d e
sus formas. P a r a los verdaderos
escritores, poetas, a r t i s t a s , e r a n
esos famosos libritos verdaderos
instrumentos de tortura.
Rubén Darío — el mágico im-
provisador castellano — tenía pá-
nico a los álbumes, y "muchas ve-
ces, no pudiendo esquivar com-
promisos, se limitaba a firmar
olímpicamente, con u n a firma e a
letras mayúsculas, como haciendo
Al un esfuerzo por llenar el blanco
Interior
enviamos de la página sin escribir otra co-
sa que su nombre, Pero, ¿ las d u e -
CATÁLOGOS ñ a s de álbum podrían esperar algo
G R A T I S . más glorioso y bello que la firma
del soberano poeta de nuestro
NOTABLE CONJUNTO FUTURISTA COMPUESTO DE: 1 Ampüo idioma ?
ropero 3 cuerpos, 1 Toilette-peinador. 1 Cama dos plazas, 1 Elástico
Z plazas 2 Mesas de luz, 1 Percha tres ganchos, 1 Banqueta, 1 Toalle. A propósito de álbum, vale la
ro-perch'a, 1 Cenicero de pie, 6 Perchas ropero, 1 Gran Aparador, pena recordar lo que escribía en
1 Mesa octosonal con tabla repuesto, y 6 Sillas tapiza- T[ 9 K • ellos Barbey de Aurevilly, el gran
das en cuero * *-* * - «i^» escritor francés, qu eencontró asi
NUEVA CASA CENTRAL: un método terrible d e d e f e n d e r s e :
"Los álbumes son parque de ostras
msoBBSEmmBaasm 1134 • CORRIENTES • 1134 que, todas, se creen de O s t e n d e " .
ANEXO: TALCAHUANO, 490 - BUENOS AIRES

LA TALABARTERÍA DE LOS ESTANCIEROS, OFRECE


821 - J U E G O
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POllíO •
TONOS... FINURA... DURACIÓN... FRACANCIA.
D O S M U E R T O S
CARA/ Y
CARETA/
R O U X Y
Por el Dr. GREGORIO
víctimas de las enfermedades infecciosas, porque
se sabe que dentro de sus muros trabajan afano-
samente, para e! bien de la humanidad, muchos
hombres sabios inspirados en los nobilisimos idea-
les de su genial fundador, siguiendo las normas
científicas y éticas que él trazara, y que son honra
y gloria de Francia.
Por todo ello, y por la acogida generosa que
ha dispensado siempre a los hombres de ciencia
del mundo entero, la Casa de Pasteur es una ins-
titución eminentemente internacional cuya vida y
cuya obra interesan tanto a la humanidad entera
como al pueblo francés. Muchos argentinos haa
ido también allí, en busca de perfeccionamiento
y de métodos, y hace ya muchos años — a fines
del siglo pasado — que, en unión de dos grandes
inteligencias médicas tempranamente malogradas,
Horacio Pinero y Federico Texo — trabajé allá
un tiempo, en el laboratorio del insigne Metchni-
koff, guardando .«iempre para esa casa y para
sus hombres, como todos los que por ella pa-
ROUX. saron, admiración, respeto y simpatía.
Natural es, pues, que en los centros científicos

D EL Instituto Pasteur de París, puede de- nuestros hayase sentido como desgracia propia la
cirse, en estricta justicia, que es, según pérdida, con algunos dias de diferencia, de sus dos
la expresión de que tanto se ha abusado, ilustres directores: Emilio Roux y Alberto Cal-
un "templo augusto de la ciencia". Con- mette. En el mundo entero, el nombre de los dos
vergen con razón hacia esa ilustre casa las mira- era conocido y célebre, rodeado el primero de la
das del mundo entero y, en particular, las de las unánime consagración gloriosa, discutida todavía

JV .
•'; ^' 'j '-•; ~ — ^ . - ~ — - - —-- • •

stcui . _ ,
)9 ^ - .
i ' 1-
A ,
jt Carta dirigida por el pro-
fesor Calmctte al doctor Gre-
gorio Araos Alfaro. Dice
así :
"París, 14 de enero de 1931.
"Muy honorable colega:
"Le agradcsco su carta del
1 22 de diciembre y el interés
que usted se ha dignado dis-
pensar al doctor Arena. Es-
/v; •.•c''.3 v Mcri" 1 •;•. .*.•-: r o t • •, • - • .• •. pero (¡lie le será a usted posi-
ble hacer organizar un buen
laboratorio en su Instituto
u:i*j.1 v o u ¿ 3ei'-i n & : U 5 j . b l : ; .•^: • - ' . - • • Nacional de Bacteriología, pa-
i ra la preparación y la dis-
1 tribución de la B C G, y de
i confiarle la dirección. Serla
muy de desear que este mé-
i todo de vacunación preventi-
va de ¡a tuberculosa pudiese
ser aplicado muy ampliamen-
1 te en la Argentina, en virtud
• • . c •,••: .". i t . de la certidumbre que tene-
1 mos hast'a hoy, de que ella
contribuye a disminuir con-
siderablemente la mortalidad
general infantil y de que es

perfeclament einofensiva.

^u^^ "Quiera aceptar, muy ho-


norable colega, la seguridad
1 de nuestros sentimientos má.t
. distinguidos y afectuosos".
I L U S T R E S CARA/t

C A L M E T T E CARETAJ"

A R A O Z A L F A R O
por algunos la eficacia del principal descubrimien-
to del segundo, pero sin tiue nadie pusiera en du-
da jamás su alto valer científico, su seriedad, sa
altruismo y su honestidad por todos proclamados.
Roux, uno de los discípulos de Pasteur de la
primera hora, conoció las exaltaciones de la apo-
teosis cuando en el Congreso Internacional de
Budapest (1894) presentó los resultados brillan-
tes de su método de preparación del suero anti-
diftérico (que no inventó él, como se cree gene-
ralmente, sino el alemán Behring quien, a su ve^,
aprovechó los estudios anteriores de Roux sobre
la toxina diftérica). Desde entonces, su nombre
estuvo rodeado de una aureola universal de admi-
ración y de gratitud, y los ulteriores trabajos de
su larga vida de estudio no hicieron sino aumen-
tar el respeto de todos los sabios de la tierra. Vi-
vía, monacalmente, en sus humildes "celdas" del
Instituto Pasteur, del que sólo salía muy raras
veces, por lo común algunas horas cada dos se-
manas para asistir a las sesiones de las Academias
de Ciencias y de Medicina. En una de éstas, tuve, CALMETTE.
hace tres años, la satisfacción y el honor de es-
trechar su mano por última vez, después que se daciones, infestaron las poblaciones determinando
huí» él desembarazado del grueso paletot y de la innumerables y mortales accidentes.
gran bufanda con los que se protegía cuidadosa- Vuelto después a Francia, se le confió el Inj-
mente contra las inclemencias del ambiente de tituto Pasteur de Lille donde trabajó muchos años
París. en todas las cuestiones de higiene y sanidad pú-
Intensamente pálido; escuálido, más que descar- blica. Miembro de la Comisión de lucha contra
nado, con los brillantes ojos hundidos en las ór- la tuberculosis, concibió la idea de los dispensa-
bitas excavadas y los pómulos fuertemente promi- rios de higiene social y creó el primero en 1895,
nentes; sencillo y modesto hasta llegar a ser hu- dándole precisamente el nombre de Emilio Roux.
raño y tímido en las relaciones sociales — no en De esa época datan ya sus estudios memorables
los debates científicos, en que se demostraba, al sobre la tuberculosis para penetrar bien en el me-
contrario, ardoroso y fuerte — parecería un prodi- canismo y curso de la infección, y para procurar
gio que hubiera podido sobrellevar durante más de una vacuna capaz de preservar del terrible mal.
medio siglo la tul>erculosis que lo minaba si no Con su colaborador Guérin, llegó, despjés de lar-
hubiera sido conocida la ascética regularidad de gos años de investigaciones, al resultado apeteci-
su vida, que no soportaba, por decir así, desgaste do: lograr transformar el bacilo tuberculoso bo-
físico alguno puesto que sólo ardía en él, con lla- vino en una raza atenuada definitivamente, cuya
absorción por el intestino del niño recién nacida
ma suave pero fija y perenne, su claro espíritu en pudiera hacerse fácilmente determinando en él una
la tarea inextinguible de información y de produc- inmunización, una vacunación duradera.
ción científica.
Alberto Calmctte, a quien la vacuna antituber- En medio de estos trabajos le sorprendió la
culosa que él preparó con su discípulo Guérin. des- guerra, durante la cual tuvo que soportar penurias
pués de largos años de pacientes investigaciones, indecibles. Sospechoso y hasta acusado como espía
le dio tanta celebridad últimamente, tenía ya antes por los alemanes que ocupaban la ciudad, separa-
de ese descubrimiento justos títulos de notoriedad do de su esposa y sometido a una vigilancia cons-
científica. Entrado en el Instituto Pasteur desde tante, no decayó por eso su gran espíritu y perse-
muy joven, había sido favorecido a los 28 años por veró abnegadamente en sus investigaciones cien-
el maestro con un puesto de tanta honra como res- tíficas. Pronto sus experiencias iban a pasar de
ponsabilidad: la dirección de la sucursal del Ins- los animales a! hombre. Después de muchas vaci-
tituto en la Cochinchina. Y en esa lejana posesión laciones y sólo una vez que se hubo asegurado ple-
del Extremo Oriente, había vivido durante años en namente de la inocuidad de su vacuna, consintió
lucha terrible con las plagas mortíferas que pro- en .que se iniciara la experimentación en niños de
ducíají hecatoml>es terribles entre los naturales y pocos días. Con la colaboración de varios médicos
entre los franceses. Vióse así precisado a hacer franceses — y en especial del doctor Weill-Hallé,
frente a las enfermedades más diversas y a la vez a quien cabe en esta obra buena parte de mérito
a atacar y resolver los problemas urgentes de hi- — hiciéronse los primeros centenares de vacuna-
giene — como ser la depuración del agua de be- ciones, y sólo muy lentamente, con una prudencia
y una reserva que muestran la conciencia y el al-
bida — y los peligros constantes de las epidemias truismo de este sabio de corazón tan grande co-
— tan graves en esos climas — como el cólera, la mo su cerebro, la experiencia fué extendiéndose a
disentería, el paludismo, la peste, la lepra, y lo millares y a decenas de millares, y difundiéndose
hizo todo con una sabiduría, una decisión y una en otros países siempre que pudiera la vacuna ser
capacidad excepcionales. AUi modificó el método confiada a manos inteligentes y expertas.
de Pasteur para el tratamiento de la rabia, y creó
el del suero contra las mordeduras de las serpien- Cuando el éxito parecía ya cierto, y los ecos del
tes ponzoñosas que, en momento de grandes inun- triunfo empezaban a resonar por todos lados, vino,
hace algunos años, como se recordará, el terrible
LLEVE VD. contraste de Lübeck. En esa ciudad alemar.a, los
niños de una sala - cuna habían sido vacunados por
ALEGRÍA; el método de Cálmete - Guérin, y a las pocas se-
manas empezaron a caer enfermos y a morir víc-
CONSIGO; timas de una tuberculosis aguda. ¡ Terrible im-
presión en todo el mundo! ¡ Dudas en muchos, con-
l.UJo»a TOiáquiwa vicción de fracaso rotundo en otros, desahogos
malevolentes en los envidiosos y espíritus peque-
til, C«n 2«0^^ ños ! Yo tuve ocasión de conversar en esos días
con Calmette, delante de Roux. Lo encontré sere-
no y tranquilo. "Estoy seguro, me dijo, de que ha
5t> habido una terrible equivocación en el laboratorio de
Lübeck; yo mismo he preparado y entreg.ido la
cepa enviada y no tengo la menor duda de que ella
no podía ser virulenta."
No es éste el sitio para referir las ulteriorida-
des del drama. Básteme decir que la investigación
hecha por orden del gobierno alemán probó aca-
badamente el trágico error cometido al emplear
V Í C T O R , de 2 5 ctms., a $ 2.50 c / u . en vez de la vacuna Calmette, una cepa bacteriana
Cadenas. Tanjío.
37492 •{ Que había sido mañera. Ranchera. especialmente virulenta. En la Conferencia de la
Típica F. Lomnto. unión contra la Tuljerculosis en Oslo, en 1930,
' Cobardía. Tango. el delegado alemán, con loable lealtad y recto es-
87437 \ Entre los tabacales. Rumba.
Típica F. Lomuto. píritu de justicia, hizo la declaración oficial de que
' Si soy así. Tango. en "el drama de LiJbeck", como se le ha llamado,
37433 \ La canción del deporte.irMarcha Canción.
Típica F . Lomuto. la culpa no era de la vacuna enviada de París,
sino de los operadores alemanes; El proceso judi-
Í Mano a mano. Tango. cial tardó algo más en terminar, pero sus resul-
Más o menos. Ranchera. tados fueron igualmente concluyentes: la conde-
Trío Ciríaco Ortiz. nación a penas severas del director del laboratorio y
3 7 4 7 3 - ' ' ' ' ^ qué lagrimear! Tango.
[ Capullito de alelí. Rumba. Orq. A. Carabellí. sus colaboradores, y esto a pesar de ser aquél un
3 7 4 7 5 ! ^ * ° ^ te salve, mi hijo. Tango. sabio de nota, muy respetado en su país y en todo
\ Chiquilina. Ranchera. Orq. Típ. F . Lomuto. el mundo científico.
3V47G / ^""^ r'iBs. daba. Ranchera. En la época de la Conferencia de Oslo, ascen-
( El pibe. Tango. Orq. Típ. Víctor.
dían ya a varios cientos de millares los niños va-
{
24917 Trot.
Acariciándose en el parque. Fox-Trot.
Quiero cantar una canción de amor. Fox-
Rey Noble y su Orq.
Recordando al hombre olvidado. Fox-Trot,
cunados con la vacuna Calmette (o B. C. G., Ba-
cilo Calmette - Guérin, como se dice generalmente
George Hall y su Orq. por abreviación). Hoy son casi dos millones, en
Gracias al cielo por ti. Fox-Trot. diversos países del mundo entero, de entre ellos
Eudy Vallée y su Orq. algunos millares en Sud América. La carta de Cal-
( Eres muy bella. Fox-Trot.
| A y , ay!, soy un andariego. Fox-Trot.
Georges Olsen y su Orq.
mette, cuya copia insertamos como un documento
interesante por provenir de hombre tan ilustre,
N A C I O N A L , de 2 5 clms., a $ 2.50 c/u. muestra que también en nuestro país nos preocu-

( Alegre despertar. Tango.


Bajo los puentes de P a r í s . Vals.
Orq. Roberto Firpo.
, „ , . „ / P a j a r i t o errante. Vals.
pamos de preparar y difundir su vacuna. En el
laboratorio de la Dirección de Salubridad de La
Plata, la preparó primero el doctor Arena, discí-
4875
4¡s/b A.c . •I Mar adentro. Tango. Orq. Típ. F. Canaro. pulo de Calmette. Más tarde, siendo yo Presidente
Bésame. Ranchera. del Departamento Nacional de Higiene, creamos
Mi gloria. Tango. Orq. Típ. Feo. Canaro.
[ La gaucha Petrona. Ranchera. con el doctor Sordelli una sección especial en nues-
4874 B. -¡ Lucecitas de mi pueblo. Tango. tro Instituto Bacteriológico Nacional para la va-
I, Orq. Típ. Feo. Canaro. cuna Calmette, según las normas por él estableci-
iR71 TI '> ''"P'st''ela- Tango. das, y su dirección fué confiada al propio doctor
""* [ A m o r es amar. Vals. Orq. Típ. F . Canaro.
Arena, que continúa preparándola; pero ella ha
{ Bella gitana. Paso Doble.
Si se salva el pibe. Tango.
Orq. Típ. Feo. Canaro.
sido aún poco empleada entre nosotros fuera de
los niños nacidos en la Maternidad del hospital
CONCERTÓLA Tornú, en que el doctor Raimondi la usa sistemá-
ticamente con excelentes resultados. Es de esperar
;\ SUPERFONfCA
que las autoridades sanitarias y los médicos en ge-
'^^\ {xxrtá'tít. Gr^n
neral se interesarán más adelante por difundir es-
\ Nueva, membra'.
te medio de preservación de la más terrible de las
enfermedades sociales, ya que su inocuidad y efi-
n a &«.
cacia parecen indiscutibles.
2rí') , . 1 1 avia Calmette ha muerto, pues, en pleno triunfo. Y
como sus grandes maestros, Pasteur y Roux, ha
Otr'ff» rtlodeios tenido la satisfacción inefable de .sentir en vida
b a s t a $ 199^50 aplausos de los sabios
que consagraron su va-
cuna en la conferenc'a de
Oslo y las bendic-iones
de millares de íam'lias
( AVEKIO» DE M>TO 9 5 9 * BUEHOS ftlBES ) que deben a su cijncia • iY'Kfhky
/ // "i
y a su a!truí.ímo la sal- U ^ /
vación de sus hijos.
El a er oí i l t r o COMPRE DIRECTAMENTE
Charles Richet trata, en una nota a la Aca-
demia de París, de un medio para la purifica- EN LA FABRICA
ción del aire, por medio de un aparato que de-
nomina "aerofiltro". Embatajt y Deapatho
GRATIS
Se trata de un ventilador (movido eléctrica-
mente) que hace circular el aire; se deja caer
sobre las aletas del ventilador una cantidad muy
pequeña de agua que es así proyectada en for-
ma de finísimas gotas en torno de un cilindro.
Basta 1 litro por hora.
Ahora bien_ en estas condiciones, el polvo y
los microbios son arrastrados por el agua (bien Hermoso conjunto "Chippendale": Ropero 8 coer.
sabido es cuan limpia queda la atmósfera des- pos, divisiones y bandeja. Toilette peinador, 2
pués de la lluvia, a causa de haber sido arras- Mesas luz, Cama 2 plazas elástico "Imperial",
percha, tohallero, 6 perchas ropero. Aparador,
tradas por ésta las partículas diseminadas por Mesa ovalada 8-10 cubiertos y 6 sillas ^ C C
el aire). tapizadas en cuero. Todo $ t.3Q-'
Se hizo la experiencia, hace ya muchos^ años, 3 % Solicile Gratis
en una sala de hospital por Leiné, Debré y G. Nuestro Catá-
Simón. logo G e n e
El líquido proyectado era recogido, después
de 6 horas de centrifugación: contenía un se-
millero de microbios. Todas las cobayas a quie-
nes este líquido fué inyectado murieron, pre-
sentando unas los síntomas de difteria y otras
los de estreptococcia.
En esta forma, pues, con el aerofiltro se
purifica el aire de una cámara o de una sala de ^trayente Cama B r o n c e
hospital. "Inglés", codos y adornos Cama de Hierro estilo
Otra aplicación interesante del aerofiltro es tipo florentino. E l á s t i c o " C a t e d r a l " , en todos
'Imperial" cstiradorea, al colores, con e l á s t i c o
la de purgar de mosquitos (parcialmente, por p r e c i o reclame de "Imperial", alCSJ
lo menos) una sala. Si se enciende una_ lampa- pesos :38. pesos ItJ—
rita eléctrica, de noche, cerca de la hélice del • FABfUa NAOONU. DE MUEBLES •
ventilador, los mosquitos acuden atraídos por
la luz; arrastrados por la corriente de aire, su-
fren la pulverización del agua y se ahogan en
LAIMPCIIIAL
el recipiente de la parte inferior. ••i 3044-Corrientes-3058-Bs. As. • •

HOMBRES DÉBILES
AHORA por fin el REMEDIO está en
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la causa o el Krado de su DEBILIDAD
SEXUAL, le interesa conocer las Pildoras
"TITUS", última palabra de la ciencia
alemana del Dr. MAGNUS HIRSCHFELD,
reconocida autoridad mundial. Presiden.
te del Instituto de Ciencias Sexuales de
'//,/ Berlín y fundador de la Liga Mundial de
V/ Heforma Sexual. Certificado N« 0051 del
^Departamento N a c i o n a l de Higiene.
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Suavidad y fragancia
Suavidad de flor y fra-
gancia de Primavera. Dos
cualidades del cutis cuan-
do lo cuida a diario el
H e n o d e P r a v i a . Es
jabón puro, de finísimos
aceites y aroma singular.
El masaje con la espuma,
al lavarse, lleva finura y
perfume a la piel; da o
ios poros lo l i b e r t a d
que necesitan, y f a v o r e -
ce la tersura del cutis.

Jabón
HENO
PRAVIA
PERFUMERÍA GAL.-MADRID.-BUENOS AIRES
BUENOS AIRES, 2 DE DICIEMBRE DE 1933

AÑO XXXVI NUM. 1835

JOSÉ S. ALVAREZ
' Fundador

Scarramuccia OrivuUio
Rafael
3 í l u s e o i>cl Ip r abo
yClabrib
ívIARTÍ\l-7,

Fotos de Bixio y da.


SOLEMNE BENDICIÓN PAPAL
Momento en que S. S. imparte la bendición
apostólica al pueblo desde la logia de la
basílica liberiana, acto que fué presencia-
do p o r u ñ a e n o r m e m u l t i t u d creyente.

I"*» *

1.

rt'^
;#t
/ z-"" H . •^"•m*^

K^^^s ^

•"""""'-'
íi-ff

.,i 1
^ m- - ^ 1
ti
Raúl de Zuviria, Eduardo l o r t c á A&ti- . 1! 11 ti i que p-irliciprn'on en \n f ic:í ta, que
HUeía, Héctor Benavídez y Jorgtí Riva- fué a beneficio del Taller de la 3. Pro-
íola, qtíe se Iiiciei-on en el cuadro de- tectora de Niños POIJICS de la Virgen
nominado "El circo" . de Nueva Ponipeya.
U N I'' K S 1^ I \' A L R 1-: N F. F I C (J
MARAVILLOSOS JUGUETES de NURENBERG^
l.as niñas Lía Villatañe del Solar, Emelina Galli Amelia Sicnz Valiente, María Eslher Lastra, Mary Bell
Villafañc. Martha Noceti Campos y Josefina Argerich, Fernández, Ernestina Monzón Egaña, Sylvina Gowland,
que fueron npl.iiididas en sus resp'jcüvos pipplr--,. Hosa A. Snjo C.impos y Susana Mnri-'o Cuticrrcz.
Du[;^3n en /i ba-
•íJi'íca de Nirsíra
^;a lie ¡a Merced.

S^ñor i t a Susana
Cuculla que can-
Iraio enlace con el
señor Alberto L.
Rosso.

Scntr.td ynfi-' Naz.ir Basualdo. que contrajo culac


con el señor Roberto Caravias Vera.

E N L A C E
CARA/ Y
CARETA/ N € T A Jí

Cerca de Crowberough, Sussex, Inglaterra,


existe un criadero de zorros plateados, per-
teneciente ai reverendo Jarvie, y que puede
considerarse uno de los más importantes
del mundo. La foto ha sorprendido una que-
rella entre doa jóvenes zorros por cuestio-
nes de faldas . . .

Vista del edificio destinado en Mar del Plata a descan-


so de periodistas, que ba sido costeado por el Círculo
de la Prensa y será inaugurado en esta temporada.

Busto del corone; £1 m u n i c i p i o de


Brandsen, ejecuta- Potosí, Bolivia, ha
do por el escultor designado a una de
N. Borda, por en- sus calles con oí
cargo del director nombre del escri-
d e 1 M. Histórico t o r argentino W.
Nacional para ser J a i m e Molins, en
colocado en c! mau- premio a su labor
soleo d e l procer. americanista.
CARA/ V

YAV IR I A S CARETA./"

Dos interesantes fotos tomadas durante los


exámenes de maestros herradores realizados
por mándalo de una ordenanza municipal.
Participaron 300 aspirantes, casi todos de la
escuela de hipolog-ía del Jockey Club.

Los agentes Genaro Galicri y Juan Guillermo Pon-


tiggia, de la comisai^ía 7"?, que fueron premiados
Shri Meycr Baba, el nuevo mosías que la por actos de arrojo por la Asociación Nacionalista
India mandó a Inglaterra. Lo acompaña su Argentina.
fiel di Si-í pula Norma Matchabolli.

N u ' v o tipo de avión Corsario Voughl que la ainiada nmional, en número de doce, adquirió recien-
temente en Norteamérica. Tienen cuatru ametralladoras, un radio de acción de 1.300 kilómetros y una
velocidad de 300 kilómetros por hora.
x

'/Miiin las irr.picsit.r.f'^ d ' i . i es en la Dirección General


díj f*tM í,cnal del Ejército, que tiene a su cargo el reg'istro.

ACIA LA ESTABILIDAD
C A R A / Y CARFTA.r Organización del registro del personal
R j\ u r.

Una mesa de trabajo con empk'a- El movinii:nto en Id rresa de En los !i')iu di It iTics-i (iv- en-
dos de varias reparticiones na- entradas. Atendiendo al pú- tradas Hc anota diariamente un
cionales. biico en la ventanilla. Fromcdio de 500 expedientes.

El general tie
;i ifiada Ediiar-
f'o Fe r n á n d.z
Valdés, Direc-
tor General de
P e r s o n a l del
Ejército, en su
despacho.

Las fichas personales son


encontradas r a p i damente
gracias a! sistema alfabé-
tico de nombre y apellido.
A n á l i s i s (le iiiia íi<li.i d •; < í i i u ;. f cj p ¡ r ;i d e s t i n a d a al
r e g i s t r o íii'I p e r s o n a l civil J<J la a t l m i n i s t r a c i ó n n a c í o n í i L

DEL EMPLEAD© PIJ E. L I C ©


civil de la achninistración nacional i^A Q A . f Y CA ^^-•'^•^ .

D f) R 1 A

El m a y o r Cm los Riccheri, P i v a r r a en la c u a l se r e s i s t í - a el
P t M s o ü a l 0)1 el mom*?!ii:u r-n q u e los jofe de In niei- .i d • « n l i ;f.las, n u i v i m i o n t o g e n e r a l d e los e x p e -
e m p i c a d o s e n t r a n en s u s oficinaí^. inipiM ti n'in O K I Í n . s. dientes.

U n a (¡cha d a c .
t i l o s r ó p i c i i ccii
i n i p r e s i i n c a d¡
I o :Í d e d o s d •
amba» m a n u•
e s o lí s o r v a d ;
p o r u n o díí ! •-
ejtipicadcs.

Señor N i c o l á s Ccitigíia,
'.eíe d: Is r^ c r c i ó n D a c t i -
locopi^.
En la Asociación Entrerriana General Urquiza, durante el acto en honor de su ex pi-esidente doctor
Luis B. Calderón, al cual se ¡e hizo entrega de una medalla de oro en premio a los valiosos servicios
que ha prestado a la prestigiosa entidad.

© T A S DiE LA CAPITAL

Concurrentes al lunch servido en el local de la Asociación Pro Maestros de Escuela con motivo de
haber cumplido la institución su 25" aniversario y de rendirse, por ello, un homenaje a los ex direc-
tores y a su personal.

Escritores asis- Cabecera de la


tentes al banque- demos t ración
te con que fue- ofrecida por nu-
ron obsequiados merosos orlistas,
los primeros en su mayoría de
autores de übros teatro, al doctor
de la c o l eccicn Enrique T. Su-
Cometa.

Cabecera de ia fué celebrado el


mesa en el groLU 5v aniversario de
banquete con qu" Hora Catalana.
ESTRELLAS DEL CINE

N A N C Y
CARROLL
I os tales femeninas f

María Elvira Angélica Martínez


C oeIh o de Hoz

Lila S ar a Via D eIia E Iía


F O T O S D E S C H O N F E L D Y K I T Z L C n
<i>
Una columna del Regimiento 2 de
Infantería se lanza al ataque de una
trinchera, protegidos los soldados
por un "camouflage" de ramas.

El ministro de Guerra, general de


brigada Manuel A. Rodríguez.

UNA • CARTA • ESPONTANEA


DEL- MINISTRO * DE * GUERRA,
GENERAL • MANUEL * A. * RO-
DRÍGUEZ, * AL • DIRECTOR
DE * "CARAS • Y • CARETAS" Ametralladoras sobre ruedas, del
Regimiento 4 de Infantería, pasando
un obstáculo.
El reconocimiento del general Rodríguez a nuestra
labor patriótica constituye un halago y un estímulo
para nuestra revista, cuyos sentimientos de naciona-
lismo, no desmentidos nunca y sí afirmados en todo
momento, han hecho de ella el semanario argentino
por definición. Las palabras del general Rodríguez
— que nos honramos en transcribir — son más elo-
cuentes que todos los comentarios que podamos
forjar acerca de ellas, y, al ofrecerlas a nuestros
lectores, lo hacemos con la convicción de que serán
apreciadas en todo su valor.

Noviembre 20 de 1933.
Señor D. Juan Alonso,
Director de "CARAS Y CARETAS".
S/D.
Soldados del Regimiento 1 de Arti-
De mi mayor consideración: llería haciendo instrucción de rápido
emplazamiento de una pieza.
Me es muy grato dirigirme al Señor
Director expresándole mi viva complacencia por
las crónicas gráficas que, desde un tiempo a esta
parte, inserta en la revista de su digna direc-
ción, propendiendo con ello a un mayor conoci-
miento popular de la labor que, en diversos órde-
nes, realiza el ejército.
La simpatía con que el público lee y
acoge a la vieja y difundida revista contribuye,
sin duda, a mantener y acrecentar el sentimiento
patriótico del pueblo que ve, en su ejército, el
deseo de superarse en su perfeccionamiento para
servir, cada vez mejor, los intereses a él con-
fiados.
Aprovecho l a oportunidad para salu-
dar a l Señor Director con mi más a l t a consi-
deración.

Atletas del Regimieíito 2 de Infante-


ría durante una sesión de esgrima de
escuela.
damas y caballeros, presidida
por el doctor Ortega.

Dos jóvenes parejas en un
descanso del animado baile,
realizado a beneficio de va-
rías universidades.
El p i l o t o t e n i e n t e E d u a r d o T. ChiiP-
ca, que l e c i b i ó h e r i d a s de i m p o r -
tancia.

Impresionante
caída de un avión
militar
D irif^i.lo pi r (1 t c i i i d i t r CluifC^,
rl avK^n. ijue lialun v:,ii,io i\c Kl

ni;i! .'il ücp.-ir ccTca (ir S a n M.-inin. I'I*


¡)i¡"i() intciiJM. <-n \Ti?H'. c^talMli/ n'() >•.

Ci.l. iJlK' (jnciln (Í(K(T o/;ií|n. |-J ,-Ít.¡U )


;i\i,!<ln[- y MI ;irniTr,';iñamc iti-^iUaiMi
i i'ii ¡K r!(i.'i^ de i-oiisidciíiciun.

La inaF.a i n f o r m e del A v r o - G o s p o r , dcstrv>?ado ai c a p o l a r e n Billiiig h u r s l , Suble'iienlc Julio Enrique Silva,


d c s p u ú s de h a b e r i n t e n t a d o el t e n i e n t e C h u c e a recobrar la n o r m a l i - acompañante, que también recibió
dad del v u e l o . graves heridas.

Reaiiz,óse u n lance caballeresco


A K o l n d i i s ])nr lo-i sí.'ñin\--,
i ni o it 1 ílnii | \ (Iri) Kaiiii-
\L7 > m i\ i>i (!nn K i c . i r : l i
M( n i m u / p iilrincis Hf.
^( n n i M m i o (I;- l.f7u-;i,
\ iH>i l o " s^ n o t e s c n p i l á n
I (Uilu 1 nns M i c Hanna-
I ii i! \ díH tin l';iiiiin()
M 1^ iM ]iu) ]jiiirinos de^
iiif iil( (]') I M h t - r t o J.
I' u\{ ni 1 los nifílios con-
' i'i it(n ]i>s ]) iKi •olucionar
t! cnticilKÍio caballeresco
entre su? apadrinados, lie
vóse a cabo el duelo entre
'•-.os úliinins. elidiéndose
(•! "-able como a r m a de
combate. La actuación de
ainbo-; duelistas mereció
la aprobación de sus re-
presen líin les y del direc-
tor del mismo, que dio p ir
terminado el hincc al ad-
\ e r i i r (¡ne los conlendirn •
les, por ¡a'^ heridas reci-
bida^, se encontralian en
c o n d i<- i on c s <k* Í n f e r i o r i -
dad. No se recí'nci'.iaroa.
Tonienlc AlLcrLo J. P Señor Marcelo de Léxica^
Una entrevista con el Conde de Guadalhorce
Lo que nos dice el diputado por Zaragoza, El texto, en las primeras páginas.
El presidente de la Nación, general Justo, y el Conde Don Rafael Benjumea, elocuente orador, pronunciando
de Guadalhorce. llegando al subterráneo de la C. H. A. D. un discurso frerte a! micrófono el día que se iniciaron
O. P. Y. F- G! día ds la inauguración de los íi abajos. las obraí del subterráneo de Constitución a Retiro.
wa
l!il8tf^.w*t»«Jfi!aB3fr.'a«i.*-J>i^'1fc.<i>«»./iMj*. ,

j"rvfn^- : .. V

^í^i''-

Una enoimc concurrencia contempla el globo utilizado


por el tcninnto Scttle para subir a la estratosfera.

Récord de vuelo a la estratosfera


cord de vuelos a la estratosfera. El
E N compañía del mayor Cliéster
r Fordncy, y disponieniio ie un
aeróstato construido con !as exi-
tiempo empleado para ascender y
descender fué de ocho horas y cua-
renta y siete- minutos. Las observa-
gencias que el esfuerzo requería, el
teniente Settle elcanzó ia altura de ciones recogidas constituyen un rico
17.980 metros, marcando así el ré- aporte científico.

El teniente de na- le, que realizó el


vio T. E. W. Sett- magnífico v u e l o .
Pese a! sol car.ic Ln la esqu.na de
iat, l a 5 mujiírc 25 de Mayo y Can-
hacen cola a ga!ln esperan tur-
entrada del Banc-' no los que prefi2-
H¡poí'."Cé'.rio. t til ei rescate.
Por rentésim^ vj7 en iir 3 varios poseedores en q'.té
día, un empicado cxplí^::] c o n s i s t e ta canversiórt.

La conversión de cédulas a través del


• objetivo de "Caras y Caretas" •

¿ D u d a n ? ¿ N o creen en En todos los pupitres,


la eficacia de la con- una o más planillas, y
versión? ¿ O fclogian la ante ellos, pluma en
exitosa medida finan- ristre, los que convier-
ciera ? ten s u s cédulas

Uno de los salones dei


bFinco en un momento do
intensa tarea convcrsio-
nista, realizada con toda
eficacia.
4-
7 odas l a s Dos mano5
mesas, ocu- i zquierdas,
padas. En o sostienen
é s t a , dos el papel, u
ciudadanos ocultan las
que no va- cifras. Una,
cilan y una derecha,
señora que escribe se-
puede equi- rena. D i e z
vocarse en ojos con-
contra. trolan.
De Nicola; Scarctlla y González; BoncUi, Serramia y Gai i afa; Conidaí es, Zito. Fas'íora, Leoncio y Bugueyro:
componentes del equipo máximo de Rácing, que se impuso a San Lorenzo de Almagro por 4 a O en el partido
final por la Copa de Competencia.

Rácing conquista la Copa de Competencia

Un tíiuiiicntu ÜL tij.) ( nao pai a ía v .ila tic San Loreuzo de Almagro. Lema, que trabajó intensamente, salta
ea procur-\ de la pelota, mientras Fossa, Chividini y Bugueyro ob&r-ivan la jugada del arquero del "Ciclón".

' .| ÍLÓn de San Lorenzo, recibe el augurio fio- Garrafa, de Rácingr, ante el micrófono, había presiu-
i i i h partidarios, antes del match, Jugado frente a tiendo la conquista de Sa copa por la "Acai-i^mia ' de
treinta mil personas. Avpllníietia.
C A R A y Y CARETA^-

FESTIVAL ART.
T PATRIÓTICO

Niños que, con todo acierto,


interpretaron el número "En
una aldea rusa", mereciendo
los aplausos de la concurrencia.

Martita Douzón, que se reveló


como una fina intérprete en
sus declamaciones, celebradas
por el numeroso público.

Niñas que actuaron en !a re"pre.Sí'í)tav;ii';n Las damas del minué bailado en " L a
de "La pulpera de Santa Lucía", dando pulpera de Santa Lucía", en e! home-
a ía prosa y al verso de! poeta Héctor naje de la sociedad K. D. T. ai colegio
Pedro Blomberg el vigor y la gracia que G u i d o S p a n o , en su H ^ aniver-
etlos requieren. sario.
C A R A / Y CARETA./"

••) II > I I ' H l i t e


.ou . 11'-, Uu inosas c< •

uKuiuii hiompie i.iiiláslira <U'i SHÍC''i.


, ¡lodría dciii \<,n < Híurs'!,!!'. (iut rada i»'
... ,n ^u '

-ak_fcí«j*fi<.,j»a#^sw%'»***»' ^<«H_!jsB»iS»m»t
E s que por allá no ha m u e r t o aun la fan- "corte", asomarse nuevamente como surgiendo
tasía de otrora. H a y paisanos que le siguen de una cueva, y cada vez con mayor brío".
temiendo cuando lo ven cruzar a la distancia, La misma oración la repite a todos los pasa-
como si fuera cabalgando el horizonte, o cuan- jeros que se asoman a la ventanilla.
do surge fantásticamente del seno de la monta- L a siguiente composición anónima inspirada
ña, después de haber tronchado montes y t r a s - en una catástrofe ferroviaria suele oírse de tar-
puesto rios. Y es un motivo m á s para completar de en tarde al compás de la g u i t a r r a :
las descripciones siempre pródigas de estos " E l rápido de carga
h o m b r e s , que un día vieran a s o m b r a d o s llegar "con rauda velocidad,
la locomotora jadeante. Ya los indios del c' acó "se dirige a la ciudad
Austral la recibieron con sus lanzas prestas. "de Salta, que es su destino;
T o d a la fauna huyó despavorida al oír el silbato "cuando encuentra en su camino,
estridente. "seis vagones desprendidos, etc."
A ñ o s atrás, en la estación L a s Cejas del E l origen de esto sería la "cortada" de un
ferrocarril C. N o r t e Argentino, ocurría el si- tren, cuyo epílogo funesto nadie olvida. Dícese
guiente caso: un tren que llegaba lentamente que en efecto el tren se dirigía a Salta, pero al-
hasta la señal de distancia, y se detenía allí gunos kilómetros antes de llegar, las cadenas
por algunos minutos como hacen los trenes de enganche se cortaron junto al ténder de la
cuando no tienen entrada. Se veía con toda ni- m á q u i n a ; entonces el resto de la carga, como se
tidez al pasaleña que con el mechero en la hallaba en terreno pendiente, emprendió una
mano, descendía de la máquina como a revisar carrera vertiginosa a través de esos cerros.
los " b o g g i e s " ; y tan pronto como se disponían O t r o caso curioso pasa en una estación de la
a recibirlo, el convoy desaparecía del panorr.ma provincia de Santiago del E s t e r o . E n la playa
férreo. misma, noche a noche, hace su aparición una
E n t r e río Piedras y J u r a m e n t o , una sección mujer, de esas que venden amasijos a la llega-
bastante escabrosa de la línea, pasaba algo te- da de los trenes.
rrible. Se dijo que esto originó la "volcada" E s t e fantasma recorre los cambios de p u n t a
de un tren ocurrida allí cerca. a punta. Y hay quienes se privan de cruzar la
A altas horas de la noche el jefe de la esta- estación durante la noche por miedo al "espan-
ción era despertado por fuertes golpes que da- to". Se asegura que una mujercita de éstas fué
ban en la puerta de la oficina. T o d o alarmado, apretada por los paragolpes de los vagones, en
saltaba de la cama para acudir al llamado, circunstancias que un tren maniobraba en la playa.
pero su desesperación aumentaba, cuando al U n a noche acababa de desencadenarse una
salir afuera veía un tren que iba llegando a la terrible tempestad. Tafí Viejo había despacha-
estación, cuya luz iluminaba ya totalmente el do m o m e n t o s antes un tren de carga con direc-
andén. E n t o n c e s el pavor hacía presa de este ción norte. Una hora m á s tarde, el telegrafista
h o m b r e . Corría a bajar las señales, y en el esperaba naturalmente el aviso de llegada de su
m o m e n t o en que alistaba los cambios, para colega de la estación Tapia, la próxima, para
darle entrada; el tren fantasma, como una ex- dejar así la vía expedita, pero éste no confirma-
halación, desaparecía en la ceja de un m o n t e . . . ba tal anuncio.
Aun se recuerda de aquel personaje sombrío — ¿Y el 101?
que corrió varios kilómetros con el propósito — No a p a r e c e . . .
de detener a un tren que acababa de despachar — ¡Cómo, si ya lleva una hora de recorrido!
con vía libre "falsa", en circunstancias que otro I n m e d i a t a m e n t e se envió al cambista a fin
de pasajeros había salido ya de la próxima estación. de que efectuara las indagaciones 'del caso. E l
Éste mismo relato lo he oído en varias partes con tren estaba detenido a un kilómetro y medio de
pequeñas variantes, pero todos rodeados de esa aus- la estación, la línea había sido cortada por la
teridad y misterio que el campesino suele tener creciente a la altura del río Tapia.
para todo lo que no tiene significación real. — ¿Quién dio las señales de peligro?
Desde luego, su carrera fué inútil, pese a la De nuevo en Tafí Viejo, el maquinista hizo
linterna con señal de peligro que llevaba en la labrar un acta en la que hacía constar que una
mano. El choque era inminente. luz de "peligro'' muy viva, agitada reiterada-
Regresó a la estación, despertó a su familia, mente, lo había hecho detener apenas unos m e -
y asi como estaban se internaron en la espesura. tros antes del puente. Cabe notar que al n o
Nadie supo m á s de ellos. haber mediado este "fenómeno", el tren hubiera
Algunos maquinistas refieren igualmente ca- caído integramente al río.
sos increíbles, ocurridos siempre en determi- El que ha contemplado estas visiones, el que
nados puntos de la línea. E n su marcha veloz, ha sentido el m i s m o t e m o r de los pacíficos m o -
se vieron obligados a detenerse bruscamente, radores serranos, viajando por las líneas del
ya p o r distiguir a un tren m a r c h a n d o en senti- norte, embriagándose de paisajes, de luna y de
do contrario, o por gente, que no obstante el cerros; comprenderá fácilmente el aspecto im-
silbato cortado de la locomotora no se hicieron ponente de un tren que corre en la noche. T o d o
a un lado de la vía. remolinea y danza al paso del tren. L o s postes
Se dice que estos últimos son los m u e r t o s del telégrafo semejan espectros tomados de la
por el tren en el mismo punto donde aparecen. mano, van bailando en derredor. L o s puentes
E n una intermedia antes de llegar a Salta y los ríos sesguean en vertiginoso vuelo, la cima
ambulaba un loco visionario. El presenció un y la llanura son telones que se estrujan y pasan...
choque. " Y o vi cómo los trenes se juntaron ¡Maravilloso empujel L a locomotora en su
— decía. — Al verse a la distancia, de la misma ansia de correr parece una fiera embravecida; y
manera como pelean los toros, redoblaron sus como una hidra fosforescente, huye. Traquetean
ímpetus y se desgarraron las ruedas, el convoy se es-
las entrañas. T o d o se con- tira sobre los rieles, mien-
fundió luego en un m o n t ó n tras el reflector va abriendo
de astillas y de huesos". m á s y m á s camino en la re-
" V e n g a n los lunes a la no- gión ignota de la noche.
che y los verán de ese DIBUJO D E CABALLlí / Quién fuera m a q u i n i s t a . . .
S u plemenio
re itiei^ino * d e
"•"Caicas ^y Cai»ei"as"^
Por BIJOU

Los pequeños
detalles de la
"toilette""

Desde las épocas inmemoriales, las joyas han sido el adorno pre-
dilecto de la mujer. En esta página hemos reunido un conjunto
de algunas de esas delicadas piezas que el espíritu femenino pre-
fiere por l a pureza de su ejecución artística y por el discreta
modernismo que las caracteriza.
Así se explica que en la actualidad impere una variada selección
en collares trabajados en metal cromado con jade u ónix, en pul-
seras y en prendedores. De éstos, el que ilustramos en la pre-
sente página, y que sirve para las corbatas femeninas, como
igualmente la peineta con la que forma pendant, y que sujeta par-
cialmente la cabellera, es una muestra perfecta de las preferen-
cias de la mujer en esa clase de adminículos. También han sen-
tado un alto predominio en la hora presente de la moda, las
alhajas de Eibar, que son producidas en la ciudad de este mis-
mo nombre y que han llegado a acreditar un prestigio inconmo-
vible por el delicado trabajo que ostentan y por la admirable
ejecución artística que se advierte en ellas.
Igualmente los guantes de tul adornados con broderíe, y uno
de cuyos estilos registra el grabado respectivo, que es en tono
marrón y ornado de voladitos, constituyen, conjuntamente con
las joyas mencionadas, motivos de gran boga en los gustos fe-
meninos del momento.
C A R A / Y CARETA/
La elegancía prac
' • T S A S A que las mamitas puedan vestir eieRante
'K-^y económicamente a sus niños, hemos ideado
este conjunto de modelos, realizados todos
e!los en telas de fácil y cómodo lavado.
El primero está trabajado en linón color "b!eu"
y acentúa sus encantos un adorno de alforzas y
un moiío de terciopelo en el cinturón y otro en
el hombro.
En piqué color celeste es el trajecito que mues-
tra el segundo de los grabados, I^o adornan unos
cortes y lo complementan un moño y un cinturón
que son de la misma tela, pero en tono más oscu-
ro. Un pequeñísimo volado forma la manga.
En "reps" de algodón es la tercera de las crea-
ciones, cuya sencillez de lineas se ven realzad.is
por ios cortes de la blusa y el tablón anclio que
adorna la falda. Un monograma da la originali-
dad a este modelo.
El trajecito siguiente
es en linón a lunares,
mientras que el cuello,
formando pequeños vo-
lados, como asi también
el cinturón que cierra
en un coqueto moño,
son de !a misma tela y
color que el estampado.
El primer modelo
brinda la riqueza de un
trajecito en tela de al-
godón estampado
cuya blusa cruzada
se ata con un DIO-
ño en la p a r t e
de atrás.
El modelo que
le sigue es de
batista estam-
pa d o . E l
cuello que
forma la
tica y económica CARA7" Y CARETAS

manga está terminado por medio de un volado pli-


sado. El cinturón es de gamuza blanca.
En "fil a fil" formando cuadros pequeños es la
creación que puede observarse al lado de la ante-
rior. Complementan este gracioso modelo un vo-
lado que forma la manga y un pequeño canesú
blanco adornado con botones de nácar.
El último es un trajecito bien estival y está
confeccionado en organdí estampado. El cinturón
es de esta misma tela al igunl que los voladitos
del canesú.
Según puede deducir.se de los detalles que acabo
de ofrecer, asi como de la observa-
ción de los grabados correspondien-
tes, cada uno de estos modelos es
de fácil ejecución y su confección
sólo reclama esc fino y amoroso cui-
dado de qUe son capaces todas 'as
madres que experimentan viva sa-
tisfacción al consagrarse a las agra-
dables tareas de modistas de sus
pequeñas coquetas.
EL AUGE DE
LOS VOLADOS
a hemos hablado en cróni-
cas anteriores del auge de
los volados anchos y an-
gostos, que predominan en la
moda del momento.
El primero de los modelos que
ilustran esta página, que está
realizado en algodón escocés y
al cual lo adorna en ei escote
y al borde de la manga un vo-
lado de organdí plisado, corro-
bora aquella tendencia. Por lo
demás, la o r i g i n a l i d a d de su
corte da un realce singular a es-
te vestido, cuyos botones y el
cinturón son de la misma tela
que la de los voladitos.
La segunda creación es de or-
gandí verde y, como la anterior,
ostenta como ornato unos gra-
ciosos volados que forma la man-
ga- El cuello y los bolsillos son
de la misma tela pero en tono
blanco.
En crep "georgette" estam-
pado, al que lo completa un
saquito^ de la misma tela
que este, pero lisa, está
confeccionado el último
de n u e s t r o s modelos.
Unos v o l a d o s vo-
luminosos f o r m a n
la manga acen-
tuándose así el
atractivo d e
esta elegan-
te creación.
CARA/ Y
CORREO DE BIJOU CARETA/

Jsa JL. -i— A su rtaje de piqué blanco puede colocarle el


E chaleco y el cinlurón en esa misma tela pero en tono
azul o rojo, sí lo prefiere. Es el mejor recurso que en-
cuentro para que pueda transformar su vestido.
Una lectora asidua. Venado Tuerto. — He tenido mucho
gusto en diseñarle esc modelo para que, de acuerdo con sus
características, pueda usted hacerse el tapado que desea. Ya
podrá usted observar que en esa creación, que sirve admira-
blemcnle para los días frescos, he aunado lo sencillo con lo
elegante, procurando asi satisfacerla en la mejor forma posi-
ble. En cuanto a la tela, la que usted posee se presta muy tíien para ese fin.
Totita, Capital. — Consecuente con sus indicaciones le he concebido ese estilo de cuellito que puede
hacerlo en dos tonos de azul o de verde (claro y oscuro) Cualquiera de estos colores le sentará bien
con el traje que posee.
H. Ñ. — No le aconsejo ese cuello que me dice. Le quedará mejor — y confío en que usted ha de
compartir mi criterio — el que mucstia el grabado y que so lo he realizado inspirada en sus deseos
y consultando asimismo los otros pormenores que me brinda en su carta. Adórnelo con vainillas traba-
jadas con hilo. También quedan muy bonitas las vainillas de la misma tela formando las baretas. En
este punto puede optar por lo que más le agrade, en la inteligencia de que, de cualquier modo, el conjunto
reunirá todos los detalles que usted pretende.
Una lectora muy moderna. — De ningún modo, lectora amiga, me resulta a mí tarea pesada la de
satisfacer las consultas que me formulen. Por consiguiente, puede disponer de esta sección en la segu-
ridad que siempre me hallará dispuesta a atenderla con el mayor agrado. Ahora, en lo que se refiere
a BU problema, le aconsejo que para su vestido iiegro, de lana, le coloque ese estilo de cucUito en organdí
que le he ideado a propósito, y el cual lleva, además, como adornos, un pequeño volado plisado y un
moño de terciopelo, que le quedarán monísimos.

Mendocina, J. F. — Para su vestido blanco, puede hacerse ese cuello en linón, piqué o batista. En
las tres telas le quedará muy bien. Estas pueden ser estampadas, escocesas o a lunares. El grabado,
T
diseñado especialmente para usted, le dará una idea más acabada de sus características.
C A R A ^ Y CARETA/
cr e a c i o n e s

nado en tela de algodón estampado. Unos cortes en la blusa,


repetidos en la falda, un cuello, y un moño que termina por
un volado plisado infunden distinción y gracia a esta crea-
ción matinal.
El cuarto modelo es de crep mongol azul marino estampado
a lunares blancos. Lo adornan un bies que forma al mismo
tiempo ia manga y un cuello cruzado que cierra por medio de
botones azules. El ancho del cinturón, que constituye un
e s t i v a 1e s C A R A / Y CARETA/

pequeño canesú en la falda, está ornado también con. botones de este


último color.
Nuestra creación final está confeccionada en piqué de seda, cuyo
corte permite la originalidad de hacer que a un costado forme una
capita y del otro un voluminoso moño de organdí rojo a lunares
blancos, que hace "pendant" con el cinturón que forma un lazo.
Las líneas sencillas de todos estos modelos, propios de la estación, no
les quitan, en modo alguno, la elegancia que es fácil advertir en ellos.
CA.RAJ" Y C A R E T A /

COCINA AMERICANA
• AIJHUECZ€
Bacalao arriero.
Sopa de arroz a la americana.
Sesos veracruzana.
Chanfaina.

• € ñ N A
Sopa de tapioca.
Almejas a la cubana.
Cazuela chilena.
Churrasco nacional.

Almíbar: un kilo en un litro de agua, en cuanto


está a punto se agrega un kilo de guindas
maduras. Enfriar. Agregar un litro de alcohol.
Por CHEF Envasado, déjese tres meses para que tome
color.

CE C E T A / s!iwiU!BHMBiiai9iiiP.i»iiiBnHi!iiniiiinriiiH

B A C A L A O A R R I E R O
Se tiene a remojo desde el día anterior, se
CEP€/TECIA
cuece, se escurre y se coloca en una fuente. MERIENDA D E L DIABLO
Se fríe ajo en aceite, añadiendo pimientos dul- Disuélvanse en una taza de harina 3 yemas de huevos.
ces, igual cantidad de vinagre que de aceite Fórmese una crema batiendo 250 gramos de manteca. Agre-
frito, todo lo cual se echa frío sobre el bacalao
gúense las yemas. Bátase bien. Añádase 2 'A tazas de hari-
al servirse. na mezcladas con tres cucharaditas de polvo de hornear, una
pizca de sal, y al final, 4 cucharadas de chocolate cubertura,
SOPA D E ARROZ A LA AMERICANA deshecho, las 3 claras de huevos batidas a nieve y una cu-
charadita de esencia de vainilla. Póngase esta preparación
Lavado el arroz, déjase escurrir como una en 3 moldes chatos, enmantecados y enharinados y cocínese
hora. Se pone a cocer a fuego fuerte en agua a horno regular durante media hora.
hirviendo y sal, procurando no poner más agua Cocidos, retírelos y déjelos enfriar. Relleno y baño: Pón-
que la doble de su volumen. Se tapa y se deja gase en una caceroHta 250 gramos de azúcar referineria,
cocer. Cuando está cocido, se le agrega mante- remojada con agua, póngase al fuego hasta que llegue a pun-
ca fría de cerdo, se deja secar entre dos fue- to de hilo, retírese batiendo fuertemente. Échese de a poco
goi un rato, y se sirve. sobre 4 yemas, batiendo ligeramente, sígase batiendo has'.a
obtener una crema espumosa, agregándosele de a poco (00
SESOS A LA V E R A C R U Z A N A gramos de manteca fresca. Cuando al levantarse el batidor
no caiga, está a punto, entonces agregúese 4 barritas de
Después de bien limpios se ponen a cocer en chocolate cubertura rallado y desleído a baño de María. Una
agua y sal, se cortan en pequeñas rodajas y vez todo preparado, rocíese la torta con gotas de cognac.
se bañan en un batido de tres huevos, manteca Coloqúense las 3 tortas una sobre otra y separadas entre
derretida, sal, nuez moscada, pimienta y pan sí por una capa de !a crema. Se coloca el resto de crema
rallado. Se van picando poco a poco y cuando en una manga de boquilla rizada y se adorna a gusto la
se ve que están doraditos, se sacan y colocan merienda de! diablo.
en una fuente. Échesele una cucharadita de
salta de tomates clarita y bananas fritan.

C H A N F A I N A
CüEr C€NTEJTA ^
Ai sacar la sangre de on cordero, se re- A XUX LECTCI^CX ^
vuelve con sal y se deja endurecer. Se lavan A lector, Van Proel, F. C. O. — La receta que us-
los ríñones y los menudos con la gordura, se ted solicita salió en el número anterior. Sírvase leerla.
ponen a hervir en agua con sal y se les agre- í^ A vcntanita florida, La Venianita. — Lea reposte-
ga la sangre cortada en trozos. Cuando todo ría de hoy, donde contesto a su primera pregunta. La
está cocido, se deja enfriar y se corta en pe- receta de los panqueques se publicó en el número 1831
queños trozos. Se prepíira una salsa poniendo del 3 de noviembre accediendo a otro pedido.
dos cucharadas de grasa y dos de aceite. Ca- Cocinerita, Tres Arroyos. — Budín de naranjas r
liente, se agregan unas cebollas picadas, toma- Tome una docena de huevos, medio ki-
tes, pimientos, sal, pimienta, pimentón, oré- lo de azúcar, el jugo de 4 naranjas,
gano y perejil. Una vez frito se le agregan mezcle lodo bien y ponga en una budi-
pasas de Corinto, se ponen los menuditos, se nera acaramelada, al horno y a baño de
cubre con caldo, un poco de vinagre y azúcar María. En el número anterior publiqué
a! paladar. Se deja cocer a fuego lento, para la receta para ia preparación de los pan-
espesarlo se agrega harina o miga de pan. queques ; !e agradeceré quiera leería.
CARPA DARÁ
P L ATA .AÍHiBükv
L os varoncitos podrían ocuparse en hacer esta
carpa de !a medida que les indico y así que-
dar bien, obsequiando a sus hermanitas que hoy
confeccionarán el traje de baño para Cochini-
llo, y su señora y próximamente para Chandiín, pues
ya se acerca el tiempo de pasar una temporada junto
al mar o río. Cortad sobre arpillera, lona o género
grueso: tres trapecios alargados que midan de altura
38 centímetros, al lado inferior, 31 centímetros y el
superior 15 centímetros. Cortaréis otro trapecio de
igual medida, pero con una prolongación en el lado
Por M A M A ABUELITA
superior de 15 centímetros de lado, como lo indica
la figura H. Unid entre sí tres trapecios y a su vez
los lados superiores con los tres lados libres J K L M.
En cada ángulo inferior y en^ P R, haréis un aguje-
B € L A DE NIEVE
rito, por el que pasaréis un piolincito. En cruz le co- (CUENTO)
seréis al techo dos palitos. Buscaréis un palito o rama
de árbol, que tenga más o menos 40 centímetros de H r ~ \ OLA de Nieve, yacía en la cúspide de una ele-
largo y le haréis una cuña (figura Z). Enterraréis K - x j vadisima montaña y era un montoncito de cie-
este palito en el lugar que será la playa de veraneo WLJ ve que en aquella altura se había juntado y
y haréis calzar en él, el punto O de la carpa. Luego que de este modo empezó a reflexionar:
extenderéis ésta, y en unas estacas colocadas a conve- — Si permanezco en este sitio tan alto, ¿no s;ré
niente distancia, ataréis los piolines de su base. El juzgada como orgulIo«a, siendo tan poca cosa, cuando
lado suelto de la cari)a, lo levantaréis y lo sujetaréis a mis pies se extienden tantas iguales o más grandes
a dos palitos (de la misma medida que el central) en que yo. Soy tan pequeña que no merezco esta altura
los puntos P y R, como indica la figura S. y bien puedo escarmentar en lo que hizo ayer el Sol
con mis hermanas, que en pocas horas fueron derre-
tidas por él. Eso en castigo por haberse colocado a más
altura de la que, en realidad, les correspondía. Me
apartaré de las iras del Sol y correré a buscar un lu-
gar modesto, adecuado a mi tamaño.
Y diciendo esto Bola de Nieve empezó a rodar des-
de Ja cumbre, por encima de la nieve que encontra-
ba a su paso, aumnetando así de volumen a medida
que avanzaba.
Cuando hubo terminado su carrera, se encontró en
lo alto de otra cumbre tan elevada como la primera
y a la que habla llegado por el impulso del descenso.
r¿-. 3 Imitad a Bola de Nieve, que con tanta humildad co-
r,¿. mo guardaba en su interior llegó a la cumbre.

' • C € C H I N I L L € > ' y XIJ FAMILI


H p ^ USCAD un género jersey, es
H ^ decir, como el de las camise-
I H ^ tas, si es posible de color
oscuro. Recortad sobre papel
la silueta A y colocándolo sobre el
TRAJE Y SALIDA DE BAÑO
PARA COCHINILLO
r
género doble, lo cortaréis. Cosed las
costuras de los costados y de la V...
entrepiernas. Haced los dobladillos
de éstas, del escote, mangas y hom-
bros. En cada hombro delantero
haréis un ojal y en los otros dos """"N \ Y / . /
coseréis un botón en cada uno. Pa-
ra la señora Cochinilla usareis el
mismo molde, agregando las travi-
llas B y C a la altura de la cintu-
ra para pasar por ellas un cinturón.
En el lado izquierdo le bordarán
la letra C, en el color del cinturón. Traje de baHo. Salida de baEo.
Cochinillo también usará cinturón.
Salida do baño. — l'ara hacer la salida de la seño- en E y terminando en F. Dadlas vueltas y terminad
ra buscaréis inia cretona, género escocés o rayado, con unas puntaditas escondidas. Para la señora la sa-
para la del señor un trozo de toalla turca, si es posi- lida deberá tener de largo isolo 32 centimetros, Colo-
ble dibujada. Cortad isobre i>apel, la silueta B y colo- cad los ibolsillos Q una altura conveniente después de
cándola sobre el género, cortadlo. Colocad éste doble haberle cosido la tira de distinto color. Tomando un
y cortad con el nio!<le R, serán los bolsillos. Sobre hilo de bordar grueso que mida 1.50 centimetros de
.género liso, cortad dos tiras que midan 4 centímetros largo, atadle a un lugar donde no se pueda soltar,
cíe ancho por 9 centímetros de largo para los puños tomad el otro extremo y alejaos con él basta que el
y una de! mismo ancho y de largo 55 centímetros hilo esté tirante, entonces retorced este extrema
para las solapas, y dos, de dos centimetros de ancho hacia el lado derecho hasta que esté muy retor-
por 4 centimetros de largo para los bordes de los bol- cido, llevad esta punta junto a la otra y dejad que
sillos. Cosed del revés las tiras a los puños. Haced juntas se enrollen, éste será el cinturón de la sa-
las costuras de los lados y el dobladillo inferior de lida. Hacedle unos nuditos en los extremos y pasad-
3 centímetros. Cosed las solapas de revés empezando lo por las presillas.
CA,RAJ- Y CARETAJ
Í.um €ñ^ifntUW€M»
CAYO EL CHIVO

— Este sinvergüenza de Paloseco le ha hecho una n — Ahora va a ver cuántos pares son tres ta
chanchada al pobre Plumita. ¡Yo lo veng;aré! ^ chuelas divididas por la mitad.

— ¡Oh, qué felicidad: un alfiler! Quiere decir que /» — ¡ O h , qué suerte pistonuda: otro alfiler, otro
voy a encontrar un a m i g o . . . O amigo! ¡Y son dos!

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— Me parece que son muchas a l f i l e r e s , . . ¿No 1 f\ — ¡ O t r o , . . que tire y peguel ¡Aquf hay gato
habrá pasado por aquí algún s a s t r e ? X vi encerrado con guantes y galera!

A LOS NIÑOS LES INTERESA LEER LA PAGINA DE LOS GRANDES SORTEOS SEMANALES
«Ic.^^ Clitiii>cilfi Por PERCr CROSBY
E N E L L A Z O

— Buen día, señor Jiribisas: ¿quiere venderme A -— Voy a sembrar alfileres, que es mejor que
3 un paquete de al Hieres aristocráticos 7 n t sembrar ideas que no cuelan ni a empujones.

- ~ iPor la manzana de Adán! ]Otro alfiler, otro O — ¡Caracoles con s a l s a ! Sigruen los alfileres, I Esto
7 amifiro! Y van t r e s . . . O es una barra de amigrosl

1 ^X — Sí, Paloseco. Aquí estamos los amigas, pero ahora mismo le v a s a devolver el helado que
comiste a Plumita. ¡Vamos, no t e ha;^ás la estrella sonora! |Despachat

GRATUITOS DE JUGUETES PARA LOS PEQUEÑOS LECTORES DE **CARAS Y CARETAS".


CARAX Y CARET/V/

primera vista tier» la Ja obra de la joven escrito-


A seducción de su bille-
za y de sus itianeras
ra pimtana. Juzga con elo-
gios sus libros y señala con
amables. Alta, elegante, su "Mitos Sanluiseños" la im-
cabeza de perfil helénico, portancia de! aporte. Ricar-
sus cabellos blondos y su do Rojas, Ciro Torres Ló-
sonrisa inalterable en que pez, Manuel A. Orozco, Ju-
se mezcla la bondad y la lio Vicuña Cifuentes, Al-
dulzura, esta dama nacida fredo Arancibia Rodríguez,
allá en San Luis, rincón de Julia Bustos, Víctor Saa,
sus adoraciones constantes Arturo Kolt)enheyer, emi-
que la lejanía aumenta, se ten juicios firmados sobre
destaca dondequiera que es- la obra de Berta Elena Vi-
té : en un salonciUo de in- dal. Consignamos otro de-
telectuales o en una re-
unión en que reine la so- talle que en Francia, Espa-
ciabilidad más e x q u i s i t a : ña u otro país del viejo
Berta Elena Vidal, recibió continente no sorprendería,
de las hadas sus mejores pero que es raro entre nos-
dones. Los dejaron ea su otros donde la labor intelec-
cuna junto a las blondas tual pocas veces se valora
que la cubrieron al nacer. Berta Elena Vidal de Battini. para el ascen.so. El Conse-
Y fueron pródigas las bue- jo Nacional de Educación
nas hadas: belleza, distin- presidido por el doctor Luis
ción espiritual, bondad, in- Mujeres de actuación destacada Roque Gondra, en 1925, al
teligencia, y así fué cre- publicarse el libro "Mitos
ciendo la niña entre las Sanluiseños" asciende es-
montañas de su tierra natal B E R T A E L E N A pontáneamentc y como esti-
que semejan un cortejo de mulo a vicedirectora de la
honor en actitud de mudo VIDAL DE BATTINI escuela de niños débiles
y perenne homenaje a los N ' 4, a Berta Elena Vidal,
cielos que se levantan sobre Poetisa, profesora en letras y doctora en autora del mismo. ¡ Hermo-
ellas. La vida provinciana filosofía y letras. — Contribución al estudio so premio que honra por
sin los grandes ruidos del del folklore argentino. — Su actuación lite- igual a quien lo otorga y
mundo predispone mejor el raria y docente. a quien lo recil>e 1
espíritu al recogimiento y Un nuevo libro de ver-
a las cosas nobles que ha- f o t A D E L I A DI G A R L O sos "Agua Serrana" ve la
cen pensar. Ya lo hemos luz en 1931. La maestra
cuyo pensamiento está fijo
dicho en otra ocasión. Pero, llegó un momento en que de continuo en la escuela de sus amores donde prepara
a Berta Elena no le satisfizo ya el limitado marco sus almacigos y los riega con cariño, ¡es da luz y
lugareño y necesitó buscar otros caminos más amplios calor, otros motivos tristes unos, de <imor hecho es-
para sus cultivos y para sus afanes. Había alcanzado peranza otros, como aquel "Yo espero a mi niño",
el título de maestra normal en la escuela de profe- cuando expresa el ansia suprema de la maternidad
soras de la capital puntana. Los estudios que este le satisfecha campean en ese libro.
exigió le hicieron encontrar su veta. Al bucear en sí Esa aspiración tan bella va a cumplirse para feli-
misma para definir su camino, arbitro inteligente de cidad de la joven poetisa. El terruño y otros cantos
su propio destino, descubrió su vocación por las le- de amor completan este hermoso libro escrito con ges-
tras, se complació en ellas y comenzó a producir. Bal- to noble y sentimiento delicado.
buceos al principio, como todo lo que no se improvisa Berta Elena Vidal, señora de Battini, ha terminado
y que se va conquistando paso a paso subiendo los recientemente un nuevo libro de poesías de ambiente
collados de las dificultades que hacen después más
sabrosos los triunfos alcanzados. provinciano que publicará próximamente. Tiene en
preparación otro libro, ya muy adelantado, que refle-
Después de seguir el profesorado en letras, Berta Ele- jará un cuadro completo del folklore de la provincia
na Vidal ingresa en la Universidad de Buenos Aires y de San Luis.
obtiene su diploma de doctora en filosofía y letras.
Justicia es declarar que se destacó como estudiante La señora de Battini obtuvo por concurso el cargo
aventajada y que sus exámenes fueron brillantes. Qui- de directora de la escuela para niños débiles N ' 6 de
so completar la obra de la naturaleza que la hizo bella Villa Devoto, que desempeña o! presente. Ha publi-
procurando embellecerse por dentro gracias al cultivo cado en el diario "La Nación" varios artículos sobre
de su inteligencia y a la perfección que dan los estu- la especialidad de la escuela que dirige y otros traba-
dios. Espíritu disciplinado, metódico, exactitud como jos en colaboración con algunos médicos especialistas,
norma para poseer autoridad que no se alcanzan sin entre ellos el doctor Lucena y la doctora Winocur.
esas condiciones indispensables. Colaborando con dichas facultativos presentó un
Berta Elena Vida! era alumno de la escuela normal trabajo al Primer Congreso de Protección a la Infan-
de San Luis cuando comenzó a publicar sus primeras cia, celebrado en Buenos Aires en 1932.
composiciones. Los motivos regionales la apasionaban. Berta Elena Vidal de Battini, recogerá en un libro
No necesitaba pedir inspiración a lo irreal. Leyendas que publicará oportunamente las observaciones y da-
y costumbres la atraían y sabía reflejarlas dándoles tos relacionados con el funcionamiento de las escue-
color y vida. Se inicia así promisora y fecunda. las al aire libre. Durante la presidencia del doctor
L.as esperanzas que hizo nacer se cumplieron. En Ramón J. Cárcanoen el Consejo Nacional de Educación,
1924, aparece su primer libro de versos intituíado la señora de Battini formó parte de la Junta .'\se5ora
"Alas". A éste siguió "Mitos Sanluiseños", publicado de la revista "El Monitor de la Educación Común",
en 1925. Con este segundo libro la escritora aporia de dicha corporación.
una contribución apreciable al folklore genuinamente La señora de Battini colabora en los principales
nuestro. Enriquece en esa forma el acervo nacional. diarios y revistas de la Capital Federal, figurando en-
Ya la leyenda, la tradición, los usos de aquella región tre otras "Caras y Caretas", "El Hogar", "Nativa",
argentina no va a quedar reducida al límite del relato "La Nación", "La Razón", etc., etc.
que se trasmite de generación en generación y que po- En revistas de Chile, Ecuador y Uruguay se han
cas veces traspone la región. Una mano amorosa e publicado numerosas composiciones de esta joven poe-
inteligente de mujer las ha recogido y circulan en el tisa que nació en San Luis el 10 de julio de 1900, Si
libro cuyas páginas nos las rela- su labor literaria y docente
tan y nos impresionan suscitan- ha merecido excelentes juicioí,
do en nosotros sentimientos di- las exquisiteces de su espíri-
versos. y^¿3íí¿>¿^c-CK. ^ £e:z^t-^
tu merece la simpatía imáuimc
La crítica fija sus miradas en de que disfruta.
CARAJ- Y CARETA/

E L año pasado,
durante las va-
caciones, dia-
rios y revistas habla-
ron hasta el cansancio
cuentra en la piel y se
llama Ergosterine.
Como se verá, es-
tos hechos tienen mu-
cha i m p o r t a n c i a no
de las curas de sol
de líi solamente para los ni-

N4JmE
practicadas con entu- ños sino también pa-
siasmo en las playas ra la mujer en general.
mundanas así c o m o En las Indias, las
en los rincones más m a h o m e t a n a s que
modestos y apartados.
Esta nueva moda
ha sorprendido a to-
[br (DYriano pertenecen a la clase
rica pasan su vida a
la sombra del harén
do el mundo, encon- LAS CURAS DE SOL y en general se ven
trando unos, que la atacadas por una gra-
tal moda era muy I ve y dolorosa enfer-
buena y otros, al con- medad caracterizada
trario han llamado la atención sobre las por el reblandecimiento de los huesos, en-
serias consecuencias que pueden acarrear fermedad que no se desarrolla jamás en
los excesos que pueden producirse en el las mahometanas pobres que se ven obli-
organismo. gadas a ir a lavar al río, a los rayos solares.
Es evidente, que, como siempre, cuando En fin, se sabe que los médicos moder-
se trata de seguir una moda cualquiera, se nos hacen gran uso de los métodos que tie-
llega a veces demasiado lejos. Pero también nen por fin una estimulación de la piel
durante siglos se ha hecho todo lo contra- por medio de los baños salados y de los
rio dejando la piel empobrecerse bajo una rayos ultravioletas para luchar con efica-
vestidura demasiada tupida. cia contra el raquitismo y contra la mayo-
La piel es, en efecto, un órgano con fun- ría de las infecciones crónicas.
ciones absolutamente capitales. Está en- Llamo la atención sobre los rayos ultra-
cargada de protegernos bajo múltiples as- violetas, no importa cuáles sean sus gran-
pectos. En primer lugar ella impide el con- des ventajas, pues no dejan de tener cier-
tacto mecánico de los microbios y que pe- tos inconvenientes. Y no soy yo la que
netren en la intimidad de los tejidos: ade- hablo, sino que traduzco las opiniones de
más, como bien se sabe, la piel fabrica subs- muchos sabios médicos que han pasado
tancias que destruyen los gérmenes nocivos una vida entera estudiando tan arduo pro-
una vez que éstos han asaltado nuestro blema, Y dicen que es mal método aquel
organismo. De aquí, queridas que consiste en no hacer ac-
madrecitas, que cuando des- cionar sobre la piel nada
cuidamos las funciones de
nuestra piel, f a v o r e c e m o s
ZjyjjcartL^ 'T^^ f?"'. ,""^ ^°i^ p"í^ d^
nosotras mismas los micro- r la radiación que nos es trans-
bios haciéndonos más d - ^ mitida por el Sol.
sensibles, más aptas a Para no trastornar
ciertas infecciones, co- el equilibrio fisioló-
mo por ejemplo, la gico, es necesario, sal-
coriza, la angina, la vo ciertas circunstan-
bronquitis, en fin, a cias muy contadas,
todas las afecciones someter nuestra piel
de la mala estación. a todas las radiaciones
A d e m á s , se sabe rojas, así como a las
que una de las vita- amarillas, a z u l e s o
minas, la más impor- ultravioletas. No im-
tante, la vitamina D, porta lo que sea, la
que protege contra el cura de sol practica-
raquitismo y que es da durante el verano,
indispensable d u r a n - hace inútiles las curas
te el crecimiento del de i r r a d i a c i ó n que
n i ñ o , es fabricada el médico pudiera re-
por la luz con otra cetar durante el in-
substancia que se en- Di Bu Jo D E C A B A L L JÍ vierno.
ILiUt* tM jLa€h
a€Í9€f
Por MADOUKA
APA y mamá han prometido lle- gato, los canarios y los pececitos. Tilde recuer-

P var a los niños a pasear a la


Costanera. Tilde ha vestido a
Coca, su muñeca, y preparado
el cochecito de ésta. Lacho, en
da en ese momento que a ellos, a sus pececitos
rojos y dorados, hubiera debido traerlos junto
al río. Así se lo dice a Lacho y éste ríe mucho
con la ocurrencia de su herraanita.
Tilde continúa su paseo, va y viene junto a
cambio, revisa las correas de
sus patines. Los chicos están las chicas que la miran insistentemente y que
nerviosos e inquietos, abren se le aproximan para ver más de cerca a la
V continuamente la ventana para linda muñeca que va tan ufana en su coche.
mirar hacia el cielo, y a pesar Está vestida con un alegre traje rosa y un som-
de que el sol brillante todo lo baña, preguntan brero del mismo color. Los movimientos pro-
insistentemente a mamá, a abuelita y a Carola: ducidos por el andar der cochecito hacen que la
"¿Lloverá?..." muñeca cierre y abra los ojos sombreados por
Almuerzan poco, apenas prueban las sabro- largas pestañas. Parece una nenita de..verdad.
sas frutas que les presentan; les parece que Ca- ¿Cómo no han de mirarla codiciosamente las
rola anda con paso más lento que nunca, pero otras chicuelas?...
felizmente ya tienen permiso de abandonar la mesa Pronto los niños se cansan de estar en un
mientras los "grandes" toman café. Lacho se alisa mismo sitio, y sus padres, que viven compla-
el cabello; Tilde se ha puesto el sombrero. ciéndolos, los acompañan al lugar donde hay
Por fin están en la calle. Papá hace señas al juegos mecánicos de toda especie. Automóviles
conductor de un automóvil, se instalan en él, y que chocan, aeroplanos cautivos, toboganes,
Lacho dice: "¡A la Costanera 1" ¡Qué satisfac- rueda gigantesca, calesitas... Solamente a ell.io
ción tan grande experimenta al haber pronun- les permiten subir. Lacho desearía un aeroplano;
ciado esas palabras mágicas 1 Atraviesan calles Tilde un automóvil; pero deben conformarse con
y más calles, se cruzan con otros automóviles, lo que papá dispone.
carros y tranvías, y deben detenerse en una es- Nunca comprenderán los pequeños por qué a
quina por las exigencias del tráfico. En ese sus papas les agrada todo lo que a ellos no les
momento advierten los chicos que cerca de ellos interesa t a n t o . . .
hay un automóvil grande de excursión, repleto — Quietitos — les recomienda la mamá, y ya
de niños; uno de ellos muestra la lengua a La- Lacho está cabalgando en un caballo amarillo
cho; éste inmediatamente se lo dice a su papa. con manchas azules, mientras Tilde está asida
El automóvil vuelve a ponerse en marcha; ya de las riendas de otro caballo color chocolate
están cerca de la avenida Costanera. El tráfico con ojos de mirada asustada.
se hace cada vez más dificultoso; los peatones Vueltas y más vueltas... Las calesitas giran,
llenan las aceras. En la.s terrazas de las con- mientras una música monótona y cadenciosa se
fiterías se agrupan las gentes en torno de las repite una y mil veces.
pequeñas mesas. Papá, mamá y los niños dejan Los niños dicen adiós a papá y mamá, que
el auto y comienzan a andar por el amplio ve- están esperándolos; a cada instante, a cada se-
redón. Lacho se coloca los patines y Tilde aco- gundo los ven: parece que hubiera muchos pa-
moda a su muñeca en el cochecito. Muchos pas, infinidad de lindas mamas. Las vueltas van
nios juegan también allí; al- haciéndose más lentas, cada
gunos dan de comer a las pa- A vez más lentas, hasta que las
lomas que revolotean a su al-
rededor posándose aquí y allá.
Vendedores ambulantes ofrecen
'^aj/i^A^ calesitas se detienen. Los chicos
abandonan de mal grado a sus
caballos, pero están algo atur-.
su mercancía a los paseantes. didos, mareados; mas no impor-
Globos de formas ra- ta: conservarán por
ras, juguetes de poco algunos días el grato
valor, pastillas y ca- recuerdo de esa tar-
ramelos. Un mucha- de pasada al aire li-
chito lleva una ca- bre, esa tarde encan-
nasta dentro de la tadora cuyos detalles
cual van dos perritos, contaron uno por uno
ante los cuales Tilde a la abuelita, que se
se extasía. ¡Son tan ha quedado en casa
bonitos!... Ella de- con su interminable
searía que papá le labor entre las ma-
comprara uno, pero nos y en los labios un
sabe que no debe pe- ligero temblor co-
dirlo, porque mamá mo si continuamente
no quiere más aninia- estuviera hablando
litos en casa que el en voz baja...
CARAS Y CARETAS

PcA-D-I-O
Nuestros propósitos
a radiotelefonía, el maravilloso resul-
L tado actual del progreso científico, es
uno de Tos más Valiosos medios de es-
parcimiento para las horas tranquilas y apa-
cibles del hogar, por lo cual negarle deter-
minado mérito resulta tan impropio como
reconocerle otros que no posee. Pero, consi-
derando que la rediotelefonía no alcanzó
todavía su grado máximo de perfecciona-
miento, tanto en su parte técnica como en
la artística es, sin duda alguna, digno de
admiración y aplauso el esfuerzo inteligente
de quienes la llevaron a tan alto punto de
adelanto en tiempo relativamente breve.
"Caras y Caretas", consecuente con la in-
variable norma de reflejar en . sus páginas
todo cuanto signifique nuevos ritmos de la
época, no reñidos con las buenas costumbres
ni con la cultura del país, se complace en
presentar a sus lectores radioescuchas esta
nueva sección de radio, que tiene por objeto
dar una de las mejores y más completas in-
formaciones en la materia, y que se propone
mostrar ante los ojos del aficionado a sus
artistas predilectos tales como actúan en el
ambiente radiotelefónico.
"Caras y Caretas" pondrá al servicio de
su nueva sección, iniciada en amplia forma,
todos los poderosos medios de organización
e información periodística que la han colo-
cado dentro de la prensa del país en uno de
los más destacaidos puestos, después de trein-
ta y seis años de lucha.
Artistas, cantantes, conjuntos orquestales,
actores y actrices del radioteatro, personali-
dades de la radiodifusión, actividades y no-
vedades en la construcción de aparatos re-
ceptores y accesorios en el país y en el ex-
tranjero, notas de crítica y de comentarios
donde se aplaudirá generosamente toda ini-
ciativa artística o técnica que signifique un
paso adelante en la cultura y en el mejora-
,miento de las trasmisiones radiotelefónicas;
serán otras tantas materias que trataremos
y divulgaremos con criterio amplio, siguiendo
nuestra ética periodística, ya tradicional y
conocida de la masa de nuestros lectores en
todo el país y en América del Sur.
Nos proponemos, pues, dedicar a la radio-
telefonía toda la atención que se merece
LIBERTAD LAMARQUE como medio de cultura, pero trataremos tam-
bién, sin ahorrar esfuerzos, de encauzarla en
La reina del tango, consagrada defi- rumbos decisivos hacia un nacionalismo am-
nitivamente por todos los públicos, es plio y puro, tal como lo requiere ya impe-
una de las figuras más destacadas y su riosamente el alto grado de civilización alcan-
voz, suave y encantadora, una de las zado por el país en todas sus manifestaciones
más escuchadas por los aficionados. de vida colectiva.
CARAS Y CARETAS - RADIO

Los precursores de la
radiotelefonía en el país
Por Federico E. Bos
AN transcurrido más detre» ""Zimroermann y muchos otros, cuyos nombres no
ce años desde que "Caras recuerdo en' este momento. Dias antes, en el
y Caretas" publicó un in- estudio del doctor Francisco López Lecube, se
teresante artículo de don había resuelto constituir una sociedad de ami-
Juan A. Otero, inteligente" gos con él objeto de continuar unidos los ex-
e incansable investigador perimentos y-divulgación de los estudios radio-
científico. En la primera telefónicos, habiendo adherido a la iniciativa,
parte de esa colaboración, además de las personas nombradas, los señores
aparecida el 7 de agosto de Horacio Gutiérrez Larreta, V. Raúl Christensen,
1920, decía su autor: Luis'Quade, Rodolfo J. Evers, Ángel Berazate-
"Si algunos años atrás nos gui, Roberto y.'Colombo, R. Metzler, Enrique
hubiesen dicho que nuestra L. RepettOj Juán,M. Arechavala, Enrique Su-
vos iba a ser oída a distan- sini, Luis Roníero, Miguel Mujica, César Gue-
cia de algunas cuadras sin comunicación alguna, rrico, José Cañáis, Benjamín Gaché, Federico
nos hubiéramos reído, pero hoy día en que la elec- Lüdke, Manuel C. Evers, P. Passo, Américo
iricidad a cada paso nos brinda una nueva mara- Gatti y A, Arlía. Habla Orlandini, y con pala-
villa nuestro temperamento se ha hecho crédulo; bra serena,' convincente, predice el porvenir de
asi es que no ha mucho el telégrafo nos ammciaba la radio y su rñafavilloso progreso, instándonos
un nuevo portento: la Melba, que cantaba en Lon- a realizar cuanto antes la fundación de la socie-
dres, había sido oída simultáneamente en Roma, dad; Quevedo lo secunda entusiasmado, y los
Madrid, Berlín, Estocolmo, París, La Haya, etc., demás asentimos, contagiados por su optimismo.
y lo creímos. El 21 de octubre de 1921 se reunieron en el
" La impresión que se recibe con una noticia de salón de actos de "La Prensa" más de setenta
esa magnitud es de estupor, pero si se entra a ana- aficionados, constituyendo la asociación deno-
lizar la forma o mecanismo empleado, no sola- minada "Radid.'CIub Argentino", cuyas autori-
mente resulta comprensible, sino hasta sencillo." dades quedaron constituidas asi:
Poco después, en 23 de octubre del citado uño, Presidente, -Capitán de navio Luís F. Orlan-
don Horacio Martínez Seeber, uno de nuestros dini; vicepresidente, Juan Quevedo; vocal y se-
primeros radioexperimentadores y hábil opera- cretario, Guillermo Rojo; vocal y tesorero, Teo-
dor telegráfico, publicaba también en esta re- doro M. Bélíoq; vocales, César J. Guerrico,
vista una nota titulada: "Estaciones radiotelefó- Enrique Susini y Francisco López Lecube.
nicas de aficionados", con esquemas de circuitos Desde el primer momento, debido a la inte-
y fotografías de los a p a r a t o s transmisores- ligente ofientación y ponderable actividad de
receptores de Eduardo Devoto, César Guerfico sus dirigentes, el club logró un vertiginoso pro-
y Miguel Mujica. El principio de esa colabora- greso, refirmado durante la presidencia siguien-
ción revela la infancia de la radiotelefonía argen- te de don Ezequiel P. Paz, que contribuyó ge-
tina, en la forma amena siguiente: »•.•• nerosamente al adelanto de la entidad, secun-
"Para muchas personas será, seguramente, una dado por los demás miembros de la comisión.
novedad el hecho de que diariamente en Buenos y ya contando siempre con nuevos, desintere-
Aires se mantengan conversaciones que se prolon- sados y hábiles propulsores, el "Radio Club
gan por espacio de horas, sin que para ello sea Argentino" siguió tendiendo a la difusión de la
necesario el empleo de ningún conductor. Se tra- radiotelefonía en la forma prodigiosa que hoy
ta simplemente de estaciones de teléfonos sin contemplamos.
hilos instaladas por sus propietarios, según los En 1920, la plana mayor del elemento joven
últimos adelantos de la ciencia, y si al principio radioaficionado estaba formada por la sociedad
el sistema usado no se prestaba para grandes apli- amigable de Susini, Mujica, Guerrico y Rome-
caciones, en la actualidad se ha conseguido, me- ro, más conocida con el nombre cariñoso de
diante un aparato transmisor, instalado en el tea- "los muchachos del Coliseo". Es justo recor-
tro Coliseo, enviar a cierta distancia la música dar también a Ignacio Gómez, consciente in-
V canto de las óperas que diariamente se repre- vestigador en c! campo de la electricidad; a los
sentan en su escenario. Es decir: que cómoda- hermanos Evers, estudiosos y excelentes opera-
mente instalados en sus respectivos domicilios, dores telegráficos, y a Benjamín Gaché, perse-
pueden gozar de un privilegio que seguramente verante y de práctica orientación. Otra socie-
no se lo imaginaron hace unos meses, los mismos dad de amigos muy jóvenes la formaban Gui-
que hoy escuchan la representación como la cosa llermo y Alfredo Guntchc, Jorge Ducloux y
más natural del mundo." Enrique L. Rcpetto, entusiastas de los estudios
Evoco una tarde de septiembre de 1921. Al radioeléctricos.
entrar en un comercio electrotácnico de la calle Constituía entonces la nota exquisita femenina
Talcahuano, me recibe, afectuoso, el ingeniero en el ambiente de la radio la amable señorita
Federico N. del Ponte; a su lado trabajan con Lucy, esposa hoy de Guillermo Guntche. Su
íiran actividad Ramón Ator y Julio Blomberg. colaboración fué valiosa y muy apreciada por
Llega el entonces capitán de navio don Luis los radioescuchas.
F. Orlandini, hoy contraalmirante retirado, y Entre los primeros socios del "Radio Club
minutos después los señores Juan Quevedo, Argentino", asiduos concurrentes al modesto
Guillermo Rojo, Teodoro M. Belloq, Roberto local de la calle Belgrano, que fué cedido en
CARAS Y CARETAS RADIO
condiciones generosas por el antiguo "Club Em- te rogaba a la estación transmisora que ce-
pleados de Compañías de Seguros", recuerdo a: sara de torturarlo. Al escuchar un solo de vio-
Rafael A. Mastropaolo, Eduardo Jacky, Pedro lín rechinaban los dientes, y con tantas de-
Mario Arata, Ovidio Carpinacci, José Roberto ficiencias de transmisores y receptores se
del Rio, Primitivo Padilla, Adrián B. Jones, producían no pocos casos de neurastenia ra-
Fernando Sauze, Carlos Braggio, Federico Gui- diófoba.
llermo Rodríguez, Marcelo Rasse, Manuel To-
rrado, José M. Polledo, Segundo Pío Isaac Acu- • D I B U J O D E V A L D I V I A ^
ña, Carlos Fontana y
Nicanor Arévalo.
j H e olvidado citar
otros nombres? Es muy
posible. Se requiere una
memoria privilegiada pa-
ra retener los detalles de
acontecimientos ocurri-
dos hace muchos años.
Pero si involuntaria-
mente omití algunos,
sirvan estas líneas a ma-
nera de disculpa, y tam-
bién para completar su
intima satisfacción por
no haber estado ausen-
tes en aquella hora se-
ñalada.
Para los que se que-
jan en la actualidad de
los programas de radio,
les detallo el que escu-
chábamos entonces, no-
che a noche, con pocas
variantes:
1» R a d i o t e l e g r a f í a
desde estación oficial
Dársena.
2« Habla Jorge Du-
cloux y comunica a sus
amigos que debido a un
descuido ha quemado de
golpe 4 válvulas france-
sas ($ 60 m|n.).
3» Otra vez Dársena.
4' Quevedo saluda ca-
riñosamente a los ami-
gos y solicita con su
amabilidad característi-
ca que se le indique por
teléfono cómo se le es-
cucha.
S» Silencio. Dársena
transmite la hora oficial.
6» Habla Ignacio Gó-
mez. Nos maravilla la
nitidez y potencia de sus
transmisiones.
7» Una verdadera en-
salada; Dársena, Du-
cloux, Gómez, Quevedo,
todos juntos, cubriendo
una a otra onda.
Naturalmente, en to-
dos los números indica-
dos, excepto en los de
Dársena, se intercalaba
uno que otro disco.
L,as primeras trans-
misiones de piano pa-
recían un redoble sobre
lata vacía, y al cantar
el excelente y conocido
tenor Aldo Rossi, más
de un aficionado oyen-
El contraalmirante (R.) don Luis F. Oriandin!, director de Comu-
uicacioncs de la Armada en 1921, que cou singular acierto y per»
saveranto labor determinó el ¿xito de 1* radio en el pait.
CARAS Y CARETAS
RADIO LO Q U E
J U A N
DE DIOS
FILIBERTO

MERCEDES
C A R N É

OJANCO el notable compositor anunció BU

C
OMENZÓ SU labor artística ante el micró-
fono en el año 1928, por Radio París.
Abundaban en esa época (como abun-
dan también ahora) los candidatos con
C debuto por radio, frente a su orquesta
sinfónica, se produjo entre los radioes-
cuchas un inusitado movimiento de cu-
méritos más o menos aparentes. Pero Mercedes riosidad por escuchar al popular músico que tan-
Carné supo triunfar del montón para destacarse to trabajó por dignificar la canción nacional.
bien pronto gracias a su inteligencia, a su amor Filiberto no escribe un tango todos los me-
al estudio y a un su innato don de simpatía, ses. El mismo nos dice que le sería imposible.
que irradia generosamente de sus parlanchines Apenas si llega a ¡a docena su producción mu-
ojos negros. (Esto último no lo puede gustar sica!. Pero ¡qué espiritualidad, qué fresco sabor
el radioescucha: peor para él. Paciencia y espe- a pampa, qué dulce estremecimiento, qué dolor
rar hasta la televisión). lírico hay en cada una de sus páginas musica-
Mercedes Carné merece el favor que le dis- les I Porque Filiberto, al escribir, no busca los
pensa el publico por el afán que pone en la motivos en hechos ajenos a sí mismo; por e¡
selección de las canciones que interpreta ante contrario, reconcentra su generoso espíritu, lo
el micrófono. Comprende que es necesario no tortura, lo exprime y va volcando en el papel
pervertir el gusto del oyente dándole sin medi- pentagramado todas las expresiones de su rica
da ni tasa todo cuanto se produce por ahí. El sensibilidad.
folklore argentino necesita hoy más que nunca — Después de mucho batallar conseguí un
de esta clase de intérpretes inteligentes y bien sitio para mi orquesta porteña en Radio Excel-
intencionados. El porvenir de la música nacio- sior. No tengo inconveniente en proclamar a
nal será brillante siempre que abunden las todos los vientos que mi orquesta no se parece
Mercedes Carné, guiadas por un propósito cul- a ninguna otra. Sus componentes no son im-
tural firme. provisados: son jóvenes, pero músicos estudio-
La gentil cancionista nos dice: sos de verdad. Me dicen que mi conjunto es
— Mi fuerte son los valses y es en ese género triste y poco sonoro. Puede ser, pero, en cam-
de canción donde he obtenido los triunfos que bio, ¡es criollo, genuinamente criollo I La.s par-
más me-halagan, dándome ánimos para prose- tituras se orquestan como si fuera un conjunto
guir en mi labor artística. Entre mi repertorio, de música clásica. No se hacen improvisacio
recuerdo con especial cariño a los valses titu- nes. Y si usted tiene oído musical y ha escu-
lados "Canción de cuna", "El último vals" y cliado a mi orquesta porteña, habrá advertido
"Clyde", de Héctor Bates, compositor predi- que no hay "pastosidad" en el sonido, que los
lecto. Procuro poner, cuando actúo ante el mi- instrumentos no se combaten unos a otros en
crófono, todos mis sentidos; olvidarme de mí el tono y que, en fin, hay un propósito genera!
misma para entregarme por entero a la melo- de hacer música pura y n o . . . puros ruidos. No
día que ejecuto. Y a propósito de esto, puedo crea que mi tarca de elevar la música nuestra
contarle una anécdota divertida. Me hallaba en ha sido fácil y risueña. He sido combatido ru-
gira por Marcos Juárez. Una noche, en que damente, han querido negarme como artista y
cantaba en el teatro local, llevada por esta cos- como músico y me han hecho desesperar má?
tumbre de olvidarme de mí misma, en un pa- de una vez. Pero, ¡no importal El Arte es la
saje patético de la letra de un tango, adelanto vida, y la vida es eso: ¡lucha, combatel Tengo
Un paso con los ojos cerrados y (pum! desapa- un camino trazado; sé dónde voy, y no habrá
rezco por el sitio del apuntador, que estaba sin fuerza humana capaz de desviarme. ¿ Llegaréf
tapa. No fué nada más que el susto. P e r o . . . Lo ignoro. Sin embargo, una voz secreta me da
aprendí a no cerrar los o j o s . . . sobre todo en fuerzas para atrepellar obstáculos y derribar
escenarios desconocidos, cuyas trampas nos ace- vallas y me dice que el triunfo, como el genio,
chan en la penumbra. en el ochenta por ciento de los casos, no es más
que voluntad, la voluntad de todos los minutos,
Mercedes Carné canta por Radio Fénix y por de todos los instantes de la vida.
Radio Stentor.
NOS DICEN... CARAS Y CARETAS
RADIO

L E Ó N
FONTOVA

SEÑORITA
ALEGRI

N nuestro ambiente musical, el viejo y A escuela de la seííorita Alegría fi:ncío-

E prestigioso maestro es, como él mismo


lo declara, no sin cierto legítimo orgu-
llo, "el más popular dentro de la mú-
sica seria".
L
mente.
na todos los días, por la tarde, y la irra-
dian las prestigiosas estaciones Radio
Splendid y Radio Rivadavia, alternativa-
Comenzó a actuar en radiotelefonía, allá por Entretenimientos para los niños. Casi nada.
el año 1926 ante el micrófono de la radio La La psicología del niño actuaj es casi tan com-
Nación, cuando esta difusora trasmitía desde plicada como la del adulto y aun diríamos que
sus primitivos estudios de la calle Mercedes. El mucho más difícil para captar. El niño de la
principio del auge de la radio encontró a don hora actual ha perdido, no hay duda, esa inge-
León Fontova rodeado ya de un merecido pres- nuidad encantadora y de una "sola cara" que
tigio artístico y su intervención en el micró- tenían los niños del siglo pasado, por ejemplo.
fono fué considerada como una valiosa adquisi- Divertir a uno de esos hombrecitos o mujerci-
ción para el arte que comenzaba. Al año si- tas, crecidos en el siglo del maquinismo, es una
guiente fué llamado a ejercer la asesoría artís- tarea más embrollada de lo que parece. La se-
tica de la Radio París, actuando al mismo tiem- ñorita Alegría lo sabe, y se expresa de la -ei-
po como solista, como director de la orquesta guiente manera:
Fontova y como director del cuarteto Buenos — Mi gran amor a los niños me impulsó a
Aires, que se hallaba compuesto por los seño- servirme de la radiotelefonía para brindarles
res: León Fontova, violín; Carlos F. Felican, trasinisiones adecuadas. Comencé, hace cuatro
violin; Abel San Martín, viola, y Florencio años por Radio Nacional y ahora me tiene us-
Gianneo, violoncelo. En la actualidad, interviene ted con mis tareas duplicadas porque he sabido
en su carácter de solista por Radio Nacional. interesar a todos los niños de la República.
— Si quieren conocer mi opinión acerca de Aquí interviene Nabito, uno de los "escola-
la radiotelefonía — nos dice el prestigioso res" de la señorita Alegría (lOh, Nabito: ja-
maestro — se las voy a dar en pocas palabras. más pensamos que fueras tan interesante "es-
Tiene muchas virtudes, pero también no colar"!):
pocos peligros, y uno de ellos es el que voy a — A todos los niños y a no pocos grandes.
puntualizar en seguida: populariza demasiado a — Es verdad — replica la señorita Alegría;
ciertos elementos sin valor. En los tiempos en — pero ahora, los grandes no nos interesan.
que no había radio, un músico que quisiera des- Nuestra labor se dirige a los pequeños radio-
tacarse y adquirir popularidad, debía, lo diré escuchas y para ellos son nuestros afanes. He
con una frase, criolla y gráfica: cinchar. Ade- recibido muchas satisfacciones y muchas com
más de cinchar, afrontar el peligro del público proba,ciones de que mi empeño no es vano.
en audiciones y conciertos. Ahora, todo eso se
acabó: la radio se encarga de "servir" músicos En efecto, basta recordar la fiesta que en el
al público y a fuerza de difundir el nombre del teatro de la Opera, el mundo infantil dedicó a
interesado, todo el mundo acaba por saber que la" directora de esa escuela que, además de
Fulano es músico o . . . quiere serlo. Como se Alegría, podría denominarse de amor hacia los
comprenderá, es éste un asunto que presenta niños.
muchos peligros para la cultura del pueblo. La — En nuestros programas tienen señalado
selección no es posible y sin selección no hay éxito, y esto les interesa saber a los periodis-
progreso ni mejoramiento. tas, las canciones de cuna, una creación de mi
escuela que no se había hecho aún por radio
Don León Fontova se basa, para emitir estos Además todos los sábados, a invitación nuestra,
acertados juicios, en su propia experiencia. Na- una directora de escuela hace uso del micrófono
die ignora que el conocido violinista no necesitó para dirigirse exclusivamente a sus alumnos,
de la radiodifusión de su nombre para imponer En fin, que mi única preocupación son los ni-
su arte en el corazón del pueblo. Su carrera ños y que a ellos dedico, encantada, lo mejor
fué larga, sin duda penosa, pero al final triunfó. de mí misma.
CARAS y CARETAS — RADIO

Fadings
E L micrófono ha reve-
lado nuevas formas de
la audacia y nuevos
matices del temor. Ante él
la vanidad siente ataques
de microfonomanía, y la
timidez, terrores microfo-
nófobos.

El micrófono se parece
más a un pandero que a
un teléfono. ¡En buenas
manos está el pandero!

Casi todas las chiquili-


nas y las muchachas pare-
cen viejas hablando por el
micrófono.

Demasiadas veces la ra-


dio y el gramófono se com-
plican y nos recuerdan los
espantosos tiempos de la
púa libre en el inquilinato
libre.

Por lo menos, el micró-


fono posee la virtud de
ocultar las amenazadoras
carillas y las feas caras de
los conferenciantes.

¡Qué tragedia filarmóni-


ca e íntima la del aficiona-
do que, luego de comerse
tres platos de "canelones
a la Rossini", se durmió,
a las 13.13, ¡durante una
buena t r a n s m i s i ó n del
"Barbiere"!

COPLAS
CARLOS GARDEL RADIOANDALUZAS
El cantor máximo, que llevó el presti-
gio de la canción criolla más allá de las
Radiomicrofoneadora:
fronteras patrias, t r i u n f a n d o donde el cuando te "radioescucbé"
tango aun no puede hablar al alma del "radioperdí" la cabeza
pueblo. Su arte exquisito ha formado y me radioenamoré".
escuela, pero no ha podido ser imitado.
Dicción clara, voz extensa y bien timbrada
y sentimiento netamente criollo son sus Ayer se murió un "espí-
características más destacadas. [quer"
y hoy lo llevan a enterrar.
Mi niña "yora" de pena,
yo "yoro" por no cantar.
CARAS Y CARETAS RADIO

Las publicaciones argentinas para el


radioescucha y las que interesan al
r adioexper inte nt ador

"Sintonía", d i r i g i d a
por el señor Emilio
Karstulovie.
"Antena", cuyo director, don Raúl
Bordenave, fué un prestigioso cola- "Comedia", cuya dirección artística la
ejerce el señor José P. Villanueva.
borador técnico de radio en "Caras
"Revista TelerréHca", di. y Caretas", donde supo rodeau'Se de
rígida por el seSor Domln. simpatías y amistades. Radio Revista, d i r i g i d a por
go Arbó. el señor Ignacio M. Gomes.
CARAS Y CARETAS — RADIO

La radio y la evocación
P o r J U L I O

curiosidad que despierta


ese tramo de vida ins-
titucional tan discutido y
tan apasionante siempre.
Mansilla, Ramos Mejía,
Saldías, Ibarguren, Grous-
sac, Cárcano, etc., son
nombres que sólo conoce
una minoría, la llamada
de selección, y sus obras,
enaltecedoras de Rosas
unas, contrarias otras y
serenas las menos, no
han escapado aún de los
límites de la crítica culta.
Y si bien Héctor Pedro
B l o m b e r g supo llegar
hasta el pueblo, mediante
sus relatos, sus novelas
cortas y su vasto cancio-
nero, el alma de ese pue-
blo recién aprendió a es-
tremecerse y a conmover-
se con los motivos y las
escenas revelados por los
altoparlantes. Y ello se
explica sin mayores difi-
cultades. La radiotelefo-
nía, como medio educa-
cional y de esparcimien-
to, tiene un poderoso va-
lor de sugestión, más
eficaz que el del libro y
el del teatro. La voz hu-
mana, tal como se des-
prende del aparato mecá-
nico que ha revolucionado
el mundo, prodiga una
sensación de misterio que
excita la imaginación del
oyente, y éste, al escu-
charla, reconstruye men-
talmente los detalles de
la escena que concibe a
través de dicha voz y de
los sonidos que la acom-
pañan y que completan
una exigencia de totali-
dad, sin olvidar — mérito
capital — el delineamien-
to de los perfiles humanos, revelados por sus

E N nuestro país, la poesía, el cuento, la


novela y el drama, además del tratado
histórico y del ensayo, enriquecieron
nuestro caudal literario con temas y personajes
expresiones, cultas o vernaculares.
De ahí que la vasta masa haya llegado a la
comprensión del funesto período de la tiranía
extraídos de ese rico vivero que es la tiranía de Rosas, capítulo de la existencia argentina
rosista. No obstante ello, el pueblo — por pe- en donde se funde la leyenda con la historia
reza o por inconvenientes de carácter econó- dándole a ésta el encanto que requiere para ser
mico — no había sentido hasta hoy la enorme apreciada, captada en sus más imperceptibles
CARAS Y CARETAS — RADIO

de la época rosis ta
1 ?i D A R T E

matices e incorporada a
la cultura popular. El
pueblo tiene hoy una vi-
sión de la ciudad post-
colonial durante la época
de la dictadura de don
Juan Manuel. Por un es-
fuerzo de grata atención
auditiva, ha reconstruido
las calles sombrías de la
vieja Buenos Aires, su
rancherío suburbano, la
ingenua estética funda-
mentadora de su edifica-
ción céntrica, la linea
austera de sus puertas y
sus ventanas, la sobriedad
de sus salas enjalbegadas,
de sus patios floridos y
de los muebles de sencilla
factura; todo ese escena-
rio que fué campo de nu-
merosas tragedias bajo la
rígida mano del Restau-
rador. Y, por esa misma
atención auditiva, ha plas-
mado las siluetas nervio-
sas y ágiles — tanto en
el pensamiento como en
la acción — de los pro-
hombres federales y uni-
tarios, de martirizadores
y mártires, de esclavos y
de libertadores, de seres
viviendo perpetuamente
en un tenso estado de áni-
mo : Rosas, Lavalle, Cui-
tiño. Mármol, Quiroga,
Maza, los Várela, etc.,
que dejaron de ser som-
bras pretéritas para trans-
formarse en hombres de
hoy. Pero no sólo los
que s o b r e n a d a n en el
océano agitado; también
el océano mismo es soni-
do y forma en la imagi- K, .^5^^^
nación : el conjunto abi-
garrado y confuso de los
que defendían el ideal
unitario y de los que se jugaban la vida por el tro, y es que la radio otorga al hombre el
rubio señor de horca y cuchillo; de los que pre- derecho de imaginar, con una generosidad que
gonaban la grandeza de la causa y de los que no dispensa ningún género literario. Y no se
poblaban de ayes y lamentos el ambiente som- nos objete que de la imaginación se deriva más
brío, coloreado en rachas violentas por el sable hacia la leyenda que hacia la historia, porque
y el rojo uniforme del mazorquero... La radio la leyenda, en el ánimo del pueblo, sostiene más
ha realizado el prodigio que nunca pudieron las verdades históricas que la historia misma.
lograr el tratado, la novela, la poesía y el tea- • DIBUJOS DE ALVAREZ T
CARAS Y CARETAS RADIO
saludos a sus familia-

M IENTRAS don
Enrique Del
Ponte, di-
rector artis-
res que se hallaban en
una estancia del Uru-
guay. Muy bien. Pre-
vias las explicaciones
lico de Radio Fénix,
despacha varios asun- del caso, instalo al
tos importantes, el candidato ante el mi-
cronista observa cl crófono, abro la llave
movimiento incesante de comunicación y lo
de la broadcásting. El invito a hablar. Nada.
teléfono de la admi- El estanciero me mira
nistración funciona absorto y no dice es-
sin cesar: voces feme- ta boca es mía. Cierro
ninas p r e g u n t a n : la llave. Nuevas ex-
,; cuándo toca la or- plicaciones. Abro la
questa de Fulano? ¿A llave, "i Hable 1" Si-
qué horas canta Men- lencio. Cierro de nue-
gano? ¿Cómo se lla- vo la llave y lo incito
ma el tango que aca- a hablar, dictándole
ban de tocar? las palabras adecua-
das. Abro la llave:
LxDs artistas entrar ¡ hable I El candidato
y salen rápidamente se acerca al micrófo-
Kl elemento femenino no y grita: "i Perico,
es formidable: ningu- Perico!" E s p e r a un
na de las artistas que rato y luego, alarma-
vemos pasar como vi- do, se dirige a mí, y
siones, tiene nada que me dice: "i No contes-
temer a la televisión y t a ! " . . . Esa era la ra-
algunas saldrán ga- dio de aquellos tiem-
nando un cien por * ». » ' ^ • pos.
ciento de admiradores.
Un joven "chanso- ¿Qué influencia
nnier", de buena pinta cree usted que tiene
y que resguarda su
g a r g a n t a cuidadosa-
Don Enrique Del ronte, la radio en la educa-
ción de los niños?
mente con un blanco — Enorme. Es un
pañuelo de seda (¡el primer director artístico de arma peligrosísima si
clima de Buenos Ai- no se usa con toda
res es tan traicionero broadcásting en la Argentina suerte de precaucio-
nes. En nuestro país
con las cuerdas voca-
les I), se acerca al te- parece que las autori-
léfono, pide un núme- dades no se han dado
ro y con voz arru!la- Recuerdos de los primeros tiempos de la cuenta de ello, pero en
dora entabla una con- radio. — Radio Cultura en el Plaza Hotel. Europa, por ejemplo,
versación. Sólo oigo: el gobierno mantiene
"Canto ahora, ¿me va
— Las primeras trasmisiones del teatro sobre las broadcastings
a escuchar?" La res- Colón. — Anécdotas de aquellos tiempos: una vigilancia incesan-
puesta le satisface, "Perico, Perico... No contesta". El pro- te y extricta. La radio
porque e n t o r n a los es un factor poderosí-
greso de la radiotelefonía. — Misión del simo en la educación
ojos como si estuviera
ante el micrófono. nuevo arte. — La educación infantil por musical de los niños.
Pierdo el final del medio de la radio. Imagínese por un ins-
numero porque don tante que en el último
Enrique Del Ponte me invita a pasar. rancho de Jujuy pudiera haber un cerebro de ni-
Es un hombre joven, a pesar de las hebras de ño maravillosamente conformado para ser un ge-
plata que brillan ya en sus sienes. Supongo que nio musical. ¿Qué medios tiene para escapar del
son canas que le debe al arte radiotelefónico. ambiente que no le habla de música? La radio.
Porque don Enrique Del Ponte es el primer di- Pero si lo que escucha son tangos, rancheras, fox-
rector artístico que tuvo una broadcásting ar- trots y demás "bailables", jamás podrá llegar a
gentina. No sin placer evoca aquellos tiempos: formarse la cultura que necesita: para él, tales
— Han pasado nada más que once años; ¡ pero musiquitas serán lo mejor que haya y no podrá
qué marcha vertiginosa! Radio Cultura transmitía concebir nada más allá. En cambio ¿de qué for-
desde el Plaza Hotel con sólo 25 vatios. Eramos midables sugerencias no es capaz la radio? Pero,
unos pocos entusiastas que no dudamos del porvenir para ello, es menester un programa organizado que
de la radio. ¡ Cuánta lucha, cuántos tropiezos I Sin hasta ahora no se ha puesto ni siquiera en estudio.
embargo, fuimos triunfando, poco a poco, de los — ¿Usted cree que se llegará a una reglamen-
incrédulos y de los escépticos. Y hoy, ya lo ve tación al respecto?
usted, hasta qué punto ha llegado la competencia. — Ya debíamos haber llegado. Cuando las broad-
— ¿ Tiene usted alguna anécdota de entonces ? castings tengan la autoridad de los grandes ór-
— Una muy divertida. En aquel tiempo, las au- ganos de la prensa, y puedan imponer un programa
toridades permitían que se hicieran comunicacio- cultural y decir que fio a ciertas imposiciones; en-
nes particulares desde las broadcastings. Una vez, tonces se habrá dado un gran paso y la radio será
se me presentó un señor estanciero, rico y muy lo que debe ser: vehículo de cultura, manifestación
elegante, recomendado por un de arte y buen gusto llevados
general, y me expuso sus de- C O N T R O L D E T O N O hasta el último confín de la
seos de dirigir por radio unos D I B U J O Q E V A I. o I V I A tierra.
CARAS Y CARETAS RADIO

UANDO llegó al abu-

C so la sonoridad es-
trepitosa de los alto-
parlantes colocados en las
puertas de los comercios,
una sostenida campaña de
la prensa puso fin a una si-
tuación que se tornaba ca-
da vez más insoportable.
Los comerciantes compren-
dieron inteligentemente que
por esa vía se llegaba al
hartazgo radiotelefónico y
con muy buen acuerdo de-
cidieron acallar las voces de
aquellos monstruos incan-
sables de tormento. Pero
ahora, este monstruo ha
surgido en una nueva for-
ma, aunque más atenuada:
Ciertos particulares dan to-
do el poder a su receptor y
mientras se dedican lejos
del sitio a menesteres case-
.. ros, aturden los oídos del
vecino que, da la casuali-
dad, no está en disposición
de oír música. Es necesario
hacer comprender al propie-
tario de un receptor que así
como el ejercicio de sus de-
rechos de dominio no va
más allá de las paredes de
su casa, tampoco puede
usar el aire de la atmósfe-
Én la radio abundan las cancionistas, y
ra para meterse en la pro- puede decirse que es el género más impla-
piedad ajena. Señores pro- cablemente atacado por miles de aficiona-
dos. Destacarse es cosa difícil. Es lo que
pietarios de receptores, un ha hecho Mercedes Simone. Dueña de una
poco más de consideración excelente voz y maestra en el difícil arte
de la canción popular, la conocida artista
con los oídos del vecino y se cotiza entre los valores más firmes de
un poco más de discreción la radiotelefonía.
en el uso y no abuso de su
radio.
CARAS Y CARETAS — RADIO

Receptores modernos
M UEBLE elegante y lujoso, de ro-
ble, con inscrustaciones "de boj-
Equipados con 11 válvulas y 2 alto-
parlantes electrodinámicos gemelos.
Chasis y condensadores variables, flo-
tantes sobre goma. Dial registrador
de estaciones. Control de tono y auto-
mático de volumen. Flecha indicadora
de las estaciones sobre el dial. Nuevo
sistema de sintonización por sombra.
Dispositivo para evitar el ruido de las
interferencias atmosféricas. Control
de distancia. Blindaje especial que
absorbe ¡os ecos que tienden a salir
por la parte posterior de la caja ar-
mónica. Este modelo es para corriente
alterna, pero existen otros parecidos
que funcionan con corriente continua.

rx^ ECEPTOR que prcbcuta un lier-


moso aspecto con su lujosa
caja de nogal, dial micrométrico,
altoparlante electrodinámico, con-
trol de tono y enchufe para "pick-
up". Circuito superinductance de
gran selectividad. Para corriente
continua o alternada, de 220 vol-
T T E aquí un receptor magnífico, eticiente tios. Equipado con cinco válvulas
•*• ^ y de precio económico. Funciona indis- y una rectificadora; para corrien-
tintamente con corriente alternada o continua, te continua tiene una reguladora
de 110 y 220 voltios. Puede recibir ondas de que permite emplear 110 ó 220
voltios. Cambio de onda entre
90 hasta 550 metros. Circuito superheterodino, 200-500 y 500-2000. Uno de los
equipado con cinco válvulas. Ocupa muy poco receptores más modernos y de
espacio y pesa únicamente tres kilos. mayor rendimiento.
CARAS Y CARETAS — RADIO .

La primera carta
Señor Director de la secoión "Radio"
de "Caras y Caretas"
Estimado señor:
Envío a usted mis calurosas felicita-
ciones por la iniciativa de "nuestra" revista
de publicar, en breve, xina sección de "Radio".
Y digo nuestra revista» porque "Caras y Caretas"
pertenece a todos los argentinos, por su moda-
lidad y por su patriotismo.
Guando aparezca su sección, no olvide
usted de recomendar a los radioescxiohas algunos
números sumamente interesantes, que a veces no
figuran en los programas. Uno de éstos, que ocu-
pa con toda justicia el primer puesto, es el de
las sesicnes del Honorable Concejo Deliberante
de la Capital, transmitidas por la bróadcásting
Municipal. Puede sintetizarse su valor en pocos
palabras s elocuencia, erudición, cultura. Bien
dice el proverbios "lo más caro es siempre lo
mejor".
Después de indicarle un número que
equivale a una "fija", paso a otro asunto.
Me pregtintó días pasados un amigo, oyen-
te de radios
— ¿Has escuchado cómo se ríe el querido
actor X, primera figura del conjunto teatral Z,
tan apreciado por el público? ¡Qué lástima!
Mientras tanto, desde tin negocio radio-
eléctrico cercano, el altoparlante difxindía la
voz melodiosa de un cantor. Sus notas intermina-
bles abarcaban "de pecho", toda la escala musi-
,• cal, revelando pulmones y garganta juveniles.
t,, -]Chao!, y que Dios te conserve los
^•^-s^ tímpanos-me dijo mi amigo,
í/V' Hasta otra y disculpe.

«^^^^^

Agradeceremos al autor de esta carta nos


indique su dirección. — (N. de C. y C ) .
CARAS Y CARETAS — RADIO

Interrup'
clones
molestas
P ODER escuchar desde un
cómodo sofá, en pantu-
flas y saco liviano, a su
cantante favorita o los acor-
des ajustados de una excelen-
te orquesta que ataca una
melodía de dulce sabor evo-
cativo, es un placer que ig-
noraban nuestros abuelos y que
nos brinda, en estos tiempos
modernos, el producto inge-
nioso del cerebro humano.
Con ningún esfuerzo, con sólo
dar movimiento a un aparati-
to que se llama dial, nuestra
fatigada mano puede hacer el
milagro de traer al hogar la
mejor música del mundo, las
voces más melodiosas o el hu-
morismo humano capaz de fa-
cilitar las más difíciles diges-
tiones. ¡ Oh, maravilla, que
hubiera vuelto locos a nues-
tros abuelos I ¡ Oh, prodigio-
sa facilidad para sumergir
nuestro espíritu en dulces sue-
ños de prosperidad, mecidos
por notas adormecedoras o
vivaces! Sí, señores, es un
encanto. Pero de pronto, una
voz interrumpe el encanto
que nos ocupa y nos despierta
a la realidad, bruscamente, y
nos arroja del mundo musical
en que vivíamos para recor-
darnos cosas q u e . . . ¡ vamos!...
no son por cierto de pública
utilidad. Somos optimistas y
creemos que tal costumbre se-
guida por algunas broadcas-
tings puede remediarse con
suma facilidad. Con poner di- TOMAS SIMARI
chas comunicaciones interrup-
toras al principio o fin de los Actor v e t e r a n o , de abundantes recur-
sos cómicos, cuyas originales creaciones
números musicales, no se ha- radiotelefónicas le han granjeado las sim-
brá perdido nada, y el oyente, patías y preferencias de un público cada
muy agradecido, seguirá ben- vez más numeroso. Su popularidad au-
diciendo a la radio que le per- mentó en un cíen por cíen, gracias a su
mite digestiones realizadas al labor ante el micrófono.
compás de su música favorita.
CARAS Y CARETAS RADIO

uitice minutos
los actores
asares
Pearsoti'-Walk
T
para probar la calidad de
las voces; cuántos ensa-
yos, cambiando distancias,
lugares para que los to-
nos no aparezcan iguales!
Porque los artistas del ra-
dio teatro sólo tenemos un
medio de expresión: la voz.
Con la voz debemos suplir, el
escenario, las candilejas, la ca-
racterización de los personajes y
hasta el movimiento escénico. En
el teatro, la máscara del actor rea-
liza, casi la mitad de la labor; a ve-
ces, un gesto de sus manos es más
A elocuente que la más afortunada
de las frases. Pero ante el micró-
fono todo eso desaparece y queda
sólo la voz.
^ STos dos artistas, que cultivan el difícil A esta altura del reportaje, interviene doña

1 I
^
género de la. íilta comedia son, sin duda
alguna, los más populares del radio
teatro.
Comenzaron a actuar por Radió Splendid
Olga Casares Pearson, término femenino del
binomio, que está, así, completo:
— Todo eso — dice — sin contar el arreglo de
los textos. El artista radiotelefónico debe su-
gerir al oyente todo lo que no ve. Mire esta
liace cinco años, interpretando diálogos escritos
especialmente para el micrófono con tal éxito comedia, arreglada por mí para el micrófono.
que de inmediato se decidieron a ampliar sus Fíjese en la cantidad de acotaciones: es casi un
actividades artísticas, reclutando una verdadera texto nuevo. Créame que esta tarea de arreglo
compañía radío teatral. es mucho más ingrata que los sacrificios que
Es indudable que existe una enorme diferen- supone para el intérprete el ejercicio de su arte.
cia entre el teatro de escenario y el teatro del —'Una pregunta, ¿qué género gusta más ai
micrófono, diferencia que se hace más visible público: el drainático o el cómico?
en la parte técnica. — El dramático — afirma rotundamente Án-
Montar una obra radiotelefónica, ensayarla gel Walk. — Lo cómico no resulta por radio.
y afrontar luego al público oculto, son cosas Y la explicación es bien sencilla. El oyente no
cuyas modalidades interesan de manera indu- puede "ver" al actor y por consiguiente no hay
dable al espectador que desde su casa se dispone mímica posible, que es el cincuenta por ciento
en los ratos de descanso a saborear los frutos del triunfo en el género cómico. En cambio,
del ingenio humano. lo dramático, tiene un éxito contundente. Cuan-
Para develar el misterio que todavía rodea do transmitimos una comedia amable, jocosa,
al radio teatro, nos propusimos entrevistar a las cartas que recibimos por día alcanzan ape-
la pareja Casares Pearson-Walk, los mejores nas a cien o ciento cincuenta. Cuando "repre-
"técnicos" sin duda alguna, del asunto. Y les sentamos" una obra fuerte, de emoción, de
llamamos técnicos aprovechando que la "tec- angustia, o de ideas vigorosas, las cartas aumen-
nocracia" es una palabra puesta de moda tan hasta seiscientas. Esto de las cartas es el
en la terminología de los que se precian de barómetro fiel que marca el interés del público.
eruditos. Hay algunas cartas de felicitaciones que ya
Don Ángel Walk, el término mascuhno del no son cartas, sino presentaciones o especies
interesante binomio, nos recibe con la cordiali- de álbumes: una, por ejemplo, tiene mil dos-
dad propia del artista criollo. cientas firmas. La correspondencia constituye
— Sí, señor, la técnica del radio teatro es un nuestro orgullo, pero también es nuestro crítico
tema muy interesante. Puedo tratarlo a fondo más severo y ante él debemos inclinarnos como
gracias a mi experiencia de cinco años. El pú- ante un dios todopoderoso. Sin embargo, hasta
blico que nos escucha no se imagina la improba ahora, este crítico de cien mil oídos no hace
labor anónima que significa el montaje radio- más que aplaudir nuestra labor y nuestro re-
telefónico, asi lo llamaremos, de la más insigni- pertorio. No podemos quejarnos, ¿verdad Olga?
ficante de las obras. El micrófono es un ser Y el término femenino del popular binomio,
misterioso que depara crueles sorpresas al que asiente con la más "radiotelefónica" de sus
no lo entiende, i Cuántas experiencias, señor, sonrisas.
C A R L O S O N
CARAS Y CARETAS — RADIO

El NACIONALISMO en la
RADIO
iel a su posición en el pe-
F riodismo del país, " C a r a s
y Caretas" se propone des-
de .esta sección radiotelefónica
bregar sin descanso por lo que
fué siempre su definido propósi-
to cultural: el nacionalismo.
La radio, por su poder de pe-
netración en los hogares de la
República, está en magnífica si-
tuación para desarrollar un am-
plio "programa de nacionalismo
integral, suficiente como para in-
filtrar en el espíritu de cada uno
de los habitantes la confianza
que las fuerzas vivas del país se
merecen por la juventud gene-
rosa de sus impulsos fructíferos.
Hasta ahora son contados los
programas radiodifusores que se
señalan a la consideración públi-
ca por su fin artístico nacionalis-
ta. Prima, por el contrario, una
especie de confusión en la que
se mezcla toda suerte de nú-
meros exóticos, cuyo exotismo,
la mayoría de las veces, no logra
disimular su mediocridad. Mirar
hacia dentro del país y no hacia
afuera, debe ser el lema, sin in-
currir, no obstante, en intransi-
gencias. En fin, haciendo uso de
un criterio amplio y comprensivo
puede variarse completamente el
rumbo impreso^ en la' actualidad
a las actividades radiotelefónicas,
sin llegar a rebajar el nivel de la
calidad de las mismas.
Todo programa, pues, orienta-
do hacia un nacionalismo sano y
IGNACIO CORSINI
puro tendrá de nuestra parte el co-
El timbre melodioso y varonil de sn rrespondiente aplauso y la valiosa
voz y el modo inimitable con que ejecu- ayuda moral y material que supo-
ta sus interpretaciones de la música po-
pular, hacen de este artista un trovero ne el periodismo creador de orien-
de valiosas dotes artisticas. taciones culturales.
CARAS Y CARETAS

FcA-D-1-O
Actuantes en el micrófono

Enrique Delfino. Zita Nelson. Carlos Gardel. Libertad Lamarque. León Fontova.

Lorenzo Olivari. Mercedes Carné. Federico Mansilla. Patrocinio Díaz. Alberto Vila.

Fernando Ochoa. Ada Falcón. Carlos Rodríguez. Azucena Maizani. Alberto Diana Lavalle.

Ignacio Corsini. Virginia Vera. Charlo. Anita Palmero. Tomás Simari.

Paquito busto. Dora Davis. Ernesto Fama. Mercedes Simone. Carlitos Roméu.
'^'^'R^Ááír^^' A C T U A N T E S EN

Samuel Aguayo. O'inda Bozán. Eugenia de Oro. Tita

B. Bailcster. Amanday. Héctor Palacios. Amanda Ledesma. Luis Sandr

Félix Mutarelli. Sofía Bozán. Juan de Dios Amalia Viglione Adolfo R. Aviles.
Filiberto. de Oncto.

Segundo B. Gauna. Susana CalandrelH Brígida F r í a s de Paquita Garzón. Ernesto Dodds.


López Buchardo.

Andrés Chazarreta. Santa Wattle. Juan Mas. Carmcncita Mario Pardo.


Masferrer.

w^

Marta Swanson. Fedora Cabral. A. Silvcira Maclina Mony Hermelo.


de Lenhardsoa.
CARAS Y CARETAS
EL M I C R Ó F O N O RADIO

Emilia Coronado. La Scrranita. Dclia Sacerdote. Celia Louzan. .orcto Darle

Las Tucumanitas. Betiy Blain. Chela Cordero. Adelma Fakón.

Silvio Spaventa. M.iximo Orsi Raquel Notar. Osear Ugarte. Antonio Molina.

C. Nicolás Di Sarli I il.i MIIKHH' Silvia Gueinco Clara Alilani Virgilio Da Cos'.a
(B. Blanca). (Montevideo) (Rosario).

Esmeralda Juanita Lanuaii. Luis Díaz. Juan Patti Nelly Rubens.


Ballesteros, (Montevideo).

Marcelino Lozano. Roberto Bcngoa Lely MoreL Antonio A. T'clipe Logiovine.


(Montevideo). Caggiano.
CARAS Y CARETAS
RADIO C O N J U N T O S

OLGA CASARES PEARSON - ÁNGEL WALK


Señora Olga Casares Pcarson, Delia Martínez, Angeles Mesa, María Cainelli, Ángel Walk, Enrique
Sáf'n7. Améiico Alcorta, Roberto Torres y Miguel Di Cario.

" C H I S P A Z O S DE T R A D I C I Ó N "
Sentados: E. Soler, E. Larrossa, Pilar Pina, A. Maciel, M. A maya, B. Pérez, E. Magol, L. Guzmán,
A. Ferrer, R. D. Gallardo, Tita Galatro, B. Ferrer y C. de Flores. De pie: J. C, Grana, J. Jerez, E.
Calvet, J. Suárez, D. Conté, D, Fernández, B. Ruiz, R, Merlo y C. Zarate.

" B A J O LA S A N T A FEDERACIÓN"
Sentadas Emilia Márquez y Mecha Cano. De pie: Samuel Sande, Máximo Orsi, A. Lara, Alberto
Martínez, Juan M. Velich, Raquel Notar, Raquel Simar i, A. Gordillo y Francisco Mascandrea.
CARAS Y CARETAS
T E A T R A L E S RADIO

" C E N I Z A S D E L F O G Ó N " '


Gladys Maissonavo, Nelly Ornar, Patrocinio Díaz, Roque López, A. CastiUa, B. Fígueroa, G. Fleurquín,
C. Febré, G. Rodríguez, H. R. Wüdc, Don Montiel. H. Rodríguez, C. Caraballa y R. Echezarreta.

¡VA TIENE COMISARIO EL P U E B L O ! "


Emma Martínez, Paco Busto, Elisardo San talla, Antonio Capuano, José Verdr Peña, Carlos Betoldi,
Pepito Petiay, Osvaldo Moreno y Enrique García.

"SAÍNETES PORTEÑOS RADIOTELEFÓNICOS"


Chela Cordero, Aurelia y Blanca Ferrer, Sara Rajas, Liana Meabro, Malvina Pastorino, Josefina
Peña, Félix MutarcUi, Gregorio Cicarelli, Juan Bono, Domingo Conle, Vicente Aloisi, Juan Vidal,
Héctor Marcó y Francisco Abalos.
CARAS Y CARETAS — RADIO

La asociación nacional de broadcasters argentinos

Jaime Yankelevich,
tesorero.

V_) i ' ' ' ^ ^ José Adolfo Zatzkín, , ^


-^ secretario. ^^

• * Broadscasters conocidos • •

Señor Benjamín Gaché, Señor 1 eodoro Prieto, Señor Camiio V. Bcriorini,


Capital Capital Babia Blanca

• • Autores radioteatrales • •

Señor Claudio Martínsz Señor Alberto Señor Héctor Pedro Señor A. González
Payva Vaccareza Blomberg Pulido
c.^K/\.r 'I DIRECTORES ARTÍSTICOS CARFTA./

DE BROADCASTINGS

Enrique Barsolti. Raúl H. Rosales. Federica Domínguez. Adolfo S. Sau2e.


L. R. 5 L. R. 3 L. R. 4 L. S. 1

SPEAKERS Haibin Peteyía. Rodolfo B. Lysle


DESTACADOS
L. R. 2 L. R. 9
Éf^ ^Bk

f^. ^ ^ ^
Fernando F. R. Do P. H. Soubio. Pedro R. Bravo. A, Fernández Cortés.
Paoli. L. S. 10 L. S. 3 L. R. 6
L. R. 10 Carlos Ginés. Roberto Miró.
L. S. 8 L. R. a

Juan L. Corneja Jaime Mas, Osea) Riej a. Leandi o J. Giassi,


Lillia. L. S. 6 C. X. 4e L. T. 3
(Bahía Blanca), T. E. Bidegain, Antonio Perrone. (Montevideo). (Rosari^^,
L. S. 4 L. S. S
CARAS Y CARETAS — HAÜIÜ

L A S O R Q U E S T A S
CARA/- Y CARETA/

ím IHTERESANTEP
1ÉSMÍ9I0NE$ÍBÁDI0
i'ara entieleniínientu y diversión de su enor-
me número de favorecedores, los CIGARRI-
i LLOS CONDAL siguen ofr-ícieodo estas inte-
resantísimas trasmisiones:
Por L. R. 3 Radio Nacional, todos los
días de 18.45 a 19.15 horas, la audición de
"Chispazos de Tradición".
Por L, S. 2 Radio Prieto, todos los sá-
bados, domingos y feriados a las 16.30 horas,
los partidos de íootball hasta su terminación.
Por L. R. 2 Radio Callao, todos los días
de 14 a 17 horas. Los sábados, domingos y fe-
riados cuando hay carreras, su desarrollo com-
pleto directamente de Montevideo, trasmitido
por C. X. 2 Radio Westhinghouse, C. X. 30
Radio Nacional, C. X. 16 Radio Carve y C. X.
22 Radio Fada. Empieza a las 12.30 horas y
dura aproximadamente hasta las 18.30,

CIGARRILLOS CONDAL
los parti- el mejor cigarrillo habano sin nicotina, con
cl o s ti o grandes premios.
foot-ball. I
FERNANDO SANJURJO
USPALLATA, 2180

.:.J
L. R. 4, L. S. 5 y L. S. 3 ,
de Radió Splendid
SISTIMOS a un renacimiento artístico, o me-
Noticias de las
A jor dicho, al desarrollo evolutivo del gusto
artístico en nuestro pueblo. Se oye con fre-
cuencia comentar que los programas ligeros, au- L. R. 9 Radio Fénix
sentes de intención cultura!, son los preferidos,
pero es el error que siempre perturba el avance La dirección artística de L. R. 9, Radio Fénix
cultural de las cosas hacia su perfección. Radio vive preocupada para el mundo de sus numerosos
Splendid ha marcado rumbos decisivos en este oyentes, pues entiende que deben siempre mejorar-
sentido. Otras estaciones siguieron sus huellas y se los programas, y, a tal efecto, dentro de este
se destacan como buenas. La programación tiene gran anhelo, ya comienza a interesarse por su ac-
una importancia que no se puede desconocer. ción para el año próximo. Acaba de firmar con-
Radio Splendid y sus demás estaciones, Rivada- trato con carácter de exclusivo para actuar frente
via y Mayo, han mostrado no sólo el resultado a su micrófono, a los destacados artistas españo-
técnico, en el cual han puesto todos sus esfuerzos les Socorrito González, Tino Rodríguez, Manuel
los señores Benjamín Gaché e ingeniero Antonio Perales, Laura Alcoriza y Antonio Gandía, quie-
C. Devoto — nos referimos a la calidad y modu- nes han partido estos días para España, pero que
lación de! sonido, que permite recibir las cosas se hallarán de vueltapara marzo o abril próximos.
tal cual se escuchan en un salón de perfecta acús- Los -nombrados intérpretes se dedicarán con todo
tica — sino que ha ido más lejos, L. R. 4. ha empeño a preparar allá, especialmente un reperto-
mostrado tenaz empeño en vincular su micrófono rio radio-telefónico de los más prestigiosos autores,
a todas las naciones americanas y europeas^ y así con quienes desde hace tiempo se hallaban en co-
tenemos semanalmente audiciones desde Estados municación, y, entre los que figuran Bcnavente,
Unidos, desde París, desde Alemania. los hermanos Quintero, Carlos Arníches, Muñoz
Seca y otros. Este repertorio será también exclu-
El ingeniero Devoto, verdadero devoto del mi- sivo para Radio Fénix, la que, por otra parte,
crófono, tiene el firme propósito de desarrollar podemos afirmar, que no será la primera novedad
el año entrante una intensa labor en el sentid.^ la expuesta, pues otras de igual significación está
de agrupar en torno al micrófono los valores más manejando para dar a la publicidad en breve.
representativos del arte.
Ante esa manifestación cabe suponer que la
labor de 1934 'será rica en sorpresas, pues no
debemos olvidar que hemos e s t a d o escuchando L. S. 8, Radio Stentor
cuatro conciertos sinfónicos semanales, dirigidos
por el ex director general del teatro Colón de Posee un transmisor "Philips", procedente de
Buenos Aires, maestro Juan José Castro, una de Holanda, con 30 kilovatios en antena. La modu-
las figuras de mayor prestigio en el ambiente lación es perfecta y el alcance de 3500 kilóme-
musical y artistico argentino, que esta estación tros en cualquier estado atmosférico. Control a
también nos ha ofrecido conciertos a cargo de cristal. El mástil-antena mide 126 metros de al-
Manuel Quiroga, e! violini.sta español de más va- tura. Se trata del equipo más moderno y costoso
lía en la actualidad, al maestro Hugo Mariani. instalado hasta hoy en Sud América.
L. R. 4., que posee un equipo transmisor de 13.000 Las transmisiones se destacan por su gran po-
vatios, recuerda con orgullo cuando uno de solo tencia y una nitidez extraordinaria. Los sonidos
3000 representaba una fuerza colosa! y ya va se distinguen con justeza absoluta. El oyente ex-
rumiando el proyecto de sorprender en cualquier perimenta la .sensación de hallarse junto al eje-
cutante u orquesta. Rigurosa selección en el elen-
instante con mayores y asombrosos perfecciona- co y programas. Rechazo de toda expresión bas-
mientos agregados a los conseguidos hasta la fe- tarda. Los directores: uno para programas musi-
cha. La televisión lia preocupado a los dueños de cales, señor Héctor Ruíz Díaz. Otro para progra-
la Splendid, y constantemente se ocupan de hacer mas orales, señor Isidro J. Odena. Director ge-
experimentaciones de utilidad. rente : doctor Alfredo G. Pérez. Variedad y ame-
nidad en los programas. Alternación de números
musicales y hablados. Rapidez y brevedad en el
desarrollo del programa diario. Números para
L. T. 8, Radio Rosario todos los públicos.

Una valiosa opinión periodística decía: ".^nte


el micrófono de L. T. 8, Radio Rosario, desde
el cual se ha hecho auténtica cátedra de literatura L. U. 2, Bahía Blanca
y estética musical, sin descuidar las manifesta-
ciones artísticas populares, han desfilado celebri- Una broadcásting con un transmisor pótenlo
dades mundiales, como líialjcl Marengo y Felipe y con un estudio muy bien instalado, dejaría de
Romito. Ilustres personalidades de! mundo cientí- justificar sus elementos si careciera del comple-
mento indispensable: buenos programas artísticos.
fico y de las letras han ocupado su micrófono". Este detalle, con muy buen criterio, ha sido siem-
Una dirección técnica capaz imprime a la broad- pre tenido en cuenta por L. U. 2. Los elementos
cásting movimiento y eficacia verdaderamente va- más valorables dentro de las distintas especula-
liosos. Hace poco ofreció a ¡os radioescuchas ro- ciones artísticas, susceptibles de hallar aplicación
sarinos números que se oyeron simultáneamen- en el broadcásting, han formado y forman parte
te en todas las e s t a c i o n e s del país: Las repre- de ios programas de esta radiodifusora. Precisa-
sentaciones de la compañía Olga C a s a r e s Peer- mente en la actualidad, con el ánimo de renovar
son - Ángel W a l k . T a m b i é n merece ser ano- los programas e incorporar nuevos elementos, se
tado como signo de alta cultura el homenaje a está realizando un concurso de aficionados que ha
Goethe, en el c e n t e n a r i o de su desaparición hallado un simpático eco tanto de parte de los
oyentes como de la de los participantes del con-
_ L. T. 8 se ofrece a los artistas visitantes. Julio curso. Y a juzgar por la forma como se desarro-
!•". Blomberg, director propietario de la estación, lla el certamen, puede anticiparse que del mismo
Etelfrcdo Ferioli, director artistico, el grupo de .surgirán algunas figuras que se abrirán rápida-
comentaristas, en el que figuran distinguidos inte- mente camino en^ su actuación frente a! micró-
lectuales rosarinos, el conjunto de músicos, can- fono. Aparte el interés que te presta a los nú-
tantes y recitadores que también atraen la'aten- meros consistentes en orquestas, cancionistas, re-
ción y el interés del público, cooperan a dar ma- citadores, conjuntos radioteatrales, etc., la L. U. 2,,
yores impulsos a la obra beneficiosamente espiri- mediante la "cadena", propala cuanto suceso de
tual de la meritoria broadcásting. trascendencia acontece en la metrópoli, en todo el
país o en el extranjero,
L. R. 2 y L. S. 2,
broadcastings de Radio Prieto
Las dos estaciones radiodifusoras, L. R. 2. Radio
Argentina y L. S. 2. Radio Prieto, han sabido
conquistarse una enorme cantidad de oyentes, no
L. R. 5, Radio Excelsior sólo en la Argentina sino también en las repúbli-
cas sudamericanas. Muchos aficionados de Norte-
Radio Excelsior está equipada con ^ uno de los américa y Europa siguen con interés las transmi-
transmisores más modernos hoy en existencia, con siones características y seleccionadas de ambas
una potencia de la onda portátil de 20 - 30 kilo- broacastings, como lo demuestran las numerosas
vatios, modulación del 100 por 100. La frecuencia cartas de los fieles cooperadores desconocidos, que
está controlada por medio de un oscilador a cristal envían sus impresiones y sus plácemes. Los seño-
de cuarzo. El sistema irradiante de esta estación res don Alfredo Schroeder y don Teodoro Prie-
es uno de los más altos del mundo para la trans- to, que dirigen cada uno de esas dos broadcas-
misión de broadcásting, ya que las torres que so- tings, pusieron sianpre toda su pericia y su buen
portan su antena tienen una altura de 210 metros. gusto en la selección de los números a transmitir.
El sistema de conexión a tierra, también es digno De esa manera, el elenco artístico de las acredi-
de ser mencionado, y se halla constituido por 90 tadas estaciones tiene gran valía y abarca todas
km. de alambre de cobre enterrado en la tierra en las manifestaciones de la cultura, destacándose por
forma de malla, para asegurar una toma eficaz. la variedad y la exquisitez de los programas coti-
La orientación de Radio Excelsior está perfec- dianos. Además, puede afirmarse que ante sus
tamente definida; no pretende el éxito de cantidad tnicrófonos han desfilado las más altas persona-
sino el de calidad, es decir, no el público popula- lidades de otros ramos del saber.
chero, sino aquel de medio ambiente: el adquisitivo. Para mejorar aún el vínculo amistoso con los
Sus programas no son la rápida colocación de ar- oyentes, dicha empresa irradiará en el año pró-
tistas de caracteres diversos, sino el producto de ximo por intermedio de un transmisor potente de
un meticuloso estudio el que ha dado como resul- la estación L. S. 2. Radío Prieto. Podemos adelan-
tado el logro pleno del objeto conseguido: aunar tar algunos detalles de este transmisor. Se trata
el mayor número de oyentes en el suelo de Sud- de una construcción netamente nacional, a cargo
américa. de la filial de la S. A. Radio Prieto, B. T. W.
(Bard-Tagliaferro, Windus).
Recientemente se ha inaugurado la estación
L, R. 8, Radio París Z. P. 9. Radio Prieto de Asunción del Paraguay
mediante un transmisor de dicha casa, con resul-
La notable estación ha reforzado «1 elenco ar- tados sumamente halagadores.
tístico que actuará durante ;t'í r,ies de diciembre. El nuevo transmisor de L. S, 2. Radio Prieto tra-
Esta broadcásting dedica especial atención a las bajará con una potencia de 20 a 30 kilovatios en
audiciones de las horas del mediodía (de 12 a 14.30 antena, y una sola válvula en la última etapa de
horas) y puede afirmar, que es una de las que pro- 120 kilovatios. La altura de! mástil tendrá 128
pala los programas más selectos y variados. Pro- metros y será un mástil irradiante, tipo ameri-
seguirá traasmitiendo el espectáculo radioteatral cano. La modulación llegará al 100 X 100. Otra
que se presenta en la sala del Teatro Cine París, característica la constituyen las curva» de los
donde el "sketch" de don Claudio Martínez Pay- amplificadores.
va, "Ya tiene comisario el pueblo", constituye el Como la dirección artística tiene también ya pfe-
éxito teatral del año, y en el cual el festejado paradas muchas novedades para su programa, tto
primer actor cómico Paquito Busto realiza una dudamos que con esta doble evolución los oyente»
formidable creación. Este "skeclit" que se pro- de Radio Prieto y Radio Argentina quedarán cadu
pala diariamente a las 19 y a las 22 horas, será vez^ más satisfechos en sus anhelos de cultura ar-
transmitido simultáneamente con las estaciones tística y científica.
C. X. 26 Radio Uruguay de Montevideo y algu-
nas bradcastings del interior de nuestro país.
En cuanto a la parte técnica, la L. R. 8. anuncia
que para dentro de 10 días la estación sufrirá
importantes reformas en lo que se refiere a po-
tencia y modufación. Debe destacarse que el L. T. 3,
transmisor "es criollo" y está hecho por el inge-
niero Guillermo Guntsdie. Radio Rural de Cerealistas, Rosario
En loa últimos meses del uño 1932 inició las
transmisiones de televisión bajo la dirección del
L. V. 10, Radio de Cuyo, Mendoza doctor Adolfo Elias, las que se realizaron bise-
manalmente durante 6 meses. En la actualidad el
Sus manifestaciones culturales la distinguen de doctor Elias prepara un equipo más moderno y «
las demás difusoras del país, pues sus programas principios de! mes de marzo p r o y e c t a reanudar
no se concretan a la irradiación más o menos esas transmisiones con imágenes animadas.
artística que acusan las estaciones en general, Los artistas de radio de la Capital Federa! que
sino que, por el contrario, ante la dificultad de salen en jira al interior, actúan en su mayoría en
competir con las estaciones metropolitanas en esta estación. Actualmente tiene firmado contra-
cuanto a orquestas, cancionistas, etc. su obra se tos para actuar en el mes de diciembre el dúo
exiwnde a otras expresiones que la hacen aún Sómez - Vila. Durante novienAre lo hizo o<m «1
más simpática, y no permite que el oyente se trío Sureda y Dora Davis.
distraiga en escuchar otras broadcastings, aunque Semanalmente se realiza en L. T. 3 una audición
éstas preseaiten números de mayor calidad. Así de una hora denominada "La hora de todos", que
fué como días pasados y ante la proximidad de
las labores agrícolas y ganaderas en su mayor in- se viene irradiando desde hace dos años y en I»
tensidad, consiguió la colaboración de experimen- mi.5ma participan aficionados que asi lo desean.
tados técnicos en la materia, procedentes del mi- Se han seleccionado alrededor de diez artista?
nisterio de Agricultura de la Nación y F. C. P., discretos, entre ellos: José Cuida, Rene Láinez.
para que sus consejos llegaran a los oyentes inte- Elena Bardare, Nelly Rubens. Esta última ha
resados y estuviesen prevenidos contra to<las las cantado recientemente en Radio Splendid y actual-
contingencias propias de la época y que siempre mente lo hace en Radio Excelsior. Este detalle
perjudican al agricultor o ganadero. Ahora con- alienta a esta dirección artística para proseguir
voca a un interesante concurso, cuyos premios con. irradiando "La hora de todos", porque es una opor-
sisten en pasajes de turismo. tunidad para aficionados de aptitudes.
A LA C O N Q U I S T A
C I E N T Í F I C A DEL
a ANTARTICO •
Dos expediciones van a explorar el he-
lado Sur, para estudiar las condiciones
te Byrd, que ya meteorológicas y los rayos cósmicos. — Lincoln Ellasworth, q u e
1 viaje cientih- también volará sobre las
el polo Sur. Byrd trasmitirá por radio desde el Polo. regiones antarticas.

U NO de los relatos más heroicos de nues-


tros tiempos, es aquel que nos cuenta la
conquista del Antartico, una historia que
está aún muy lejos de su fin. Por lo me-
dos aparatos científicos tendrá una gran impor-
tancia, pero lo que ha despertado mayor expecta-
tiva son los datos meteorológicos. Hay, en efecto,
algo que Antartica produce para el mundo entero.
nos dos expediciones de valientes exploradores, le Esto es el tiempo. Muchos meteorólogos consi-
agregarán nuevos capítulos en la estación próxima. deran que en efecto. Antartica, esto es, el conjun-
No han transcurrido cuarenta años todavía, des- to de regiones del Polo Sur, tienen una importan-
de que los primeros seres humanos — dirigidos cia inmen.5a en la producción y variaciones de las
por el capitán Christensen, del ballenero noruego condiciones del tiempo en el mundo entero. Otro
Svend Foyn — pusieron su pie sobre Antartica. gran misterio científico que puede tal vez ser acla-
En este espacio de tiempo los contornos del inmen- rado por los estudios de la expedición, es el refe-
so e irregular continente, han sido delimitados con rente a la muy discutida cuestión de los rayos cós-
bastante aproximación, lo mismo que algunas ca- micos, que llegan de los grandes espacios interpla-
denas de montañas y diversos picos han sido loca- netarios. La manera como .se comportan cerca de
lizados sobre el mapa antes ignoto. El Polo ha los polos de la tierra, aclarará la discusión .sobre
sido dos veces visitado a pie, y una vez se ha vo- si están formados por partículas de electricidad
lado sobre él. Los terribles inviernos de Antarti- corriendo a gran velocidad o si son ondas como
ca han sido desafiados por exploradores ansiosos las de la luz o los rayos X. Si su naturaleza es
de recoger informaciones científicas. eléctrica, el polo magnético sur, los atraerá o re-
El primer contingente de hombres que va a re- chazará. Si son ondas este fenómeno no se pro-
anudar esta épica conquista durante la entrante ducirá.
estación, ya ha salido de la ciudad del Cabo, en la Ambas expediciones, ya con rumbo al sur, tra-
última etapa de su largo viaje al Antartico. Pa- tarán de repetir el vuelo del almirante Byrd so-
saría allí un año bajo el mando de Lincoln Ells- bre e! Polo, y además tratarán de atravesar el
worth, cuyas exploraciones en las regiones polares continente polar íntegramente, una hazaña que ja-
del Norte y del Sur, han aportado nuevos conoci- más se ha realizado. Si tienen éxito estos vuelos,
mientos a la geografía. La expedición de Ells- se llenarán muciios espacios aún vacíos en el mapa
worth incluye también a Bernt Balchen, el aviador actual de Antartica.
que hace cuatro años voló con el vicealmirante El almirante Byrd va a tratar de volar direc-
Richard E. Byrd sobre el Polo, y a! capitán sir tamente al Polo, desde la pe<jueña América o des-
Hubert Wilkins, uno de los más grandes explora- de una base auxiliar, cerca del Polo y de allí a
dores polares de nuestro tiempo. través del Continente hasta el mar de Weddell,
donde lo esperará uno de sus barcos. Si todo va
A ESTUDIAR LA AURORA bien, el explorador va a trasmitir directa y con-
tinuamente desde su aeroplano todos los aconte-
A segunda expedición que va al Sur, este cimientos.

L , año, partió de Norte América, al mando


del almirante Byrd, para permanecer dos
largos años explorando y efectuando in-
vestigaciones científicas en las proximidades del
Su voz será recogida por la base de Pequeña
América, trasmitida desde allí a Buenos Aires y
de allí al mundo entero.
El comandante Ellsworth acompañado por Bernt
Polo. Acompañan al almirante Byrd, doce hom- Balchen como piloto, ha planeado una hazaña pa-
bres de ciencia, para ayudarle a reunir informa- recida pero sin algunos de los espectaculares ele-
ciones que serán de inmenso interés para el mun- mentos del vuelo de Byrd. Su aeroplano llevará
do científico. Estas actividades van a abarcar desde aparatos capaces de fotografiar el terreno sobre
la fotografía de los colores y la intensidad de la el cual vuele. Estas fotografías podrán luego ser
Aurora, y experimentos con los rayos cósmicos, unidas y empleadas en la preparación de un mapa
hasta la búsqueda y clasificación de la vida bac- exacto de la región.
teriana, vegetal y animal, y el estudio de la con- La travesía del continente no será de ninguna
formación geográfica y geológica. manera una carrera entre exploradores rivales.
El equipo de la expedición incluye dos barcos Una carrera no probaría nada y resultaría wi es-
para llevar las provisiones, cuatro aeroplanos in- fuerzo inútil. La expedición de Ellsworth está prin-
cluso un autogiro, máquinas y repuestos para los cipalmente interesada en descubrimientos y explo-
dos aeroplanos abandonados en la pequeña Améri- raciones ; la de Byrd, en obtener datos científicos.
ca, por Byrd, hace cuatro años, equipo completo Llegando varias semanas antes al Antartico, Ells-
de radio, tan potente que por ese medio podrá worth y Balchen, habrán probablemente termina-
mantenerse continua comunicación con Norte Amé- do su vuelo antes que el almirante Byrd esté listo
rica, por intermedio de Buenos Aires y además para su espectacular travesía, pero esto no va a
llevará diversos aparatos científicos, de un valor privar a los radioescuchas del placer de volar por
¡nayor de 100.000 dólares, para obtener datos sobre sobre un nuevo y lejano continente. La radio y el
el clima polar, radios de temperatura, geología, bio- aeroplano han ayudado grandemente a hacer posi-
logía, irradiaciones, movimientos de la tierra y de ble la exploración del Antartico. Ahora la trans-
hielo, etc., así como la aparición de meteoros. forman en una experiencia en la que puede parti-
Toda la información que darán estos complica- cipar el mundo entero.
C7\.RA/ Y CARETAS

U n período de notable actividad solar


El ciclo undccenal de las manchas solares, manifiesta con la aparición de grandes man-
o período de Schwabe, entendido con la de- chas en los tres primeros días de febrero, con
bida amplitud, parece estar ya sólidamente desaparición del 12 al 15 de febrero, cosa que
comprobado. Que, además, existan en las va- contribuye a elevar conisiderablemente, para
liaciones de los fenómenos solares, y especial- aquella quincena, la curva representativa de la
mente en las de las manchas, otras periodici- media cotidiana normal de las manchas sola-
dades independientes de aquel período, es lo res para un cierto número de años (SO años,
que pretenden probar H. Hemery_ en nota pre- por ejemplo).
sentada a la Academia de Ciencias, de París. El grupo que fué visible este año entre el 31 de
En efecto, según el autor, si se anotan las enero y el 13 de febrero, tuvo una extensión
fechas de la aparición y desaparición de las extraordinaria y pudo observarse a "simple vis-
grandes manchas solares, se observa que, en ta", apareciendo como una mancha doble, en-
años precedentes y por las mismas fechas apro- tre el 4 y el 8 de febrero; constituye una ex-
ximadamente, aparecieron t a m b i é n grandes cepción, ya que el año 1933 se encuentra muy
manchas; parece como si "las manchas solares próximo . al mínimo del período solar actual.
tuviesen tendencia a acumularse en determi- Estas observaciones no pueden menos de
nadas fechas". iiTSpirar cierto recelo y, según el docto direc-
La observación demuestra que la primera' tor del Observatorio de París, Ernesto Esclan-
quincena de febrero es siempre una época de gon (que fué quien presentó a la Academia
gran frecuencia de manchas solares, siendo np- de Ciencias la nota de H. Memery), no deben
table por la aparición de manchas de extensión sin grandes reservas ser admitidas en su tenden-
excepcional. El inmenso grupo de manchas que cia a suponer la existencia de determinada re-
cruzó el disco solar entre el 31 de enero y el lación entre las manchas solares y el período
13 de febrero último parecía formar parte de de revolución anual de nuestro planeta.
una serie periódica de manchas que aparecen Diferentes veces se ha intentado hallar dicha
siempre en los últimos dias de enero. El autor relación, no sóio con el período terrestre, sino
trae como prueba la siguiente estadística: también con el de los demás planetas, sin que
Grandes manchas visibles (que han efectuado una hasta ahora se haya llegado a ningún resultado
travesía del disco solar, o cuya suiJerficie ha al- verdaderamente positivo. Conviene, pues, man-
canzado cuando menos 100 millonésimas dd hemis- tenerse a la expectativa, en espera de que ma-
ferio solar). yor acopio de datos y observaciones permitan
resolver el problema.
1880 . . . del 30 de enero al 11
1880 . . • ), 30 I; tj „ 10
1881 . . " 31 íf ,, „ 11
1883 . . ,, 31 ,, n „ 12
1884 . , ,, 29 >t M „ 10
1884 . . - ,t 30 n „ „ 11
1884 . . . II 31 lí )» „ H
I88S . . )í 30 „ H „ 10
1886 , . • í, 30 tí fl „ 11
1892 . . • í, 31 » ít „ 10
1894 . . • ,,
30 ¡i l> „ 10
1896 . . * t, 31 „ í) „. 8
1897 . . * í, 30 Jf ,, ., 11 'Acorñpafle a la costumbre
1905 . . 20 >l tt „ 11 |dG lomar a diario Vascolet
I-gran e m o c i ó n para su
1907 , . » ,, 29 >) »» „ 8 paladar, pues- tiene sabor
1908 . . • ,t 29 M »» „ 7 e x q u i s i t o y "frnppé'" es
1915 . . • ,1 31 tj t» „ 10 deticioso- la de escuchar
,. 9 otra emoción que el famoso
1916 . . • ,, 31 tí l(

1917 . . ,, 30 M )I ., 9

VASCOLET
1919 . . • ,) 31 ti II „ 8
1919 . . • i> 31 >} tt „ 11
1921 . . • ,1 30 H tt „ 12
1926 . . . ,, 31 fl íi „ 8
1927 . . . ), 29 » „ „ 10 "El Refresco que Alimenta"
1927 . . • >, 29 f) )1 „ 11 ofrece por radio, para regato de sus oidos-
1930 . . 30 ti n ,. 11
Por L. B. S Radio Excelslor: de 2 2 a 2S.1 S. Martes.
1933 . , „ 31 tt )I „ 13 Jueves y Domingos. Por L. R. 2 Radio Prieto:
de 21 a 21.30. días pares. Por L. H. 8.Radto Cine
I.os años que no figuran con nianchas suelen París; Lunes, M i é r c o l e s / V i e r n e s , durante la
transmisión del e s p e c t á c u l o "Ya I/ene Comisario
corresponder a un período de actividad solar mí- el Pueblo", Un día de t a r d e y o U o de noche
nima, por ejemplo: Por L. R. O Radio Fénix: Todos ios dias de 13 a
13.15 horas. Por L. R. 10 Radio Cultura: Todos
De 1887 a 1891 . . (mínimo solar en 1888-1889) los días de 16 a 17 horas, audición de Graciela.
, 1900 a 1904 . . ( „ „ „ 1901-1902) Por t,. S. 6 Radío del Pueblo: Todos ios días de
19,45 a 2 0 horas.
„ 1909 a 1914 . . ( 1912-1913)
„ 1922 a 1925 . . ( „ „ „ 1923 )
Formando parte de esta recrudecencia de acti-
vidad solar de la primera quincena de febrero,
aparece otra serie menos importante, que se
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dotándolas con una libreta de ahorro por valor de $ 1.000 mjn., que se le entregará a su mayoría de edad a
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S, del Estero. Chivilcoy, F. C. O. Lo» Toldos, F.C.O.
C A R A / Y CARETA/

R a f a e 1 , o 1 V d O
L recuerdo de Rafael juicios que se mantienen hoy,
E Sanzio, el gran pintor
italiano, que vivió hace
más de cuatrocientos
años, no es un tema de actua-
hombre que no ignora que los
gustos son susceptibles de
cambiar con las generaciones,
se pregunta, sin embargo, la
según los cuales el genio es
algo esencialmente abrupto y
que se manifiesta por su opo-
sición al medio y por la exal-
causa, y llega a la conclusión
lidad, y aunque sus pinturas, que la medida, la claridad y la tación de la personalidad. Ra-
conservadas en todos los gran- armonía de este pintor no tie- fael confesaba que empezó co-
des museos del mundo, fijan ne nada que corresponda con piando al Perugino y que, ape-
el recuerdo de una época en las inquietudes de n u e s t r o nas vio los cuadros de Leo-
que florecieron los más ex- tiempo. Su genio, que era todo nardo de Vinci, modificó su
traordinarios artistas italianos, agilidad, se formó y enrique- estilo. En Roma, Miguel Án-
la actual generación tiene por ció copiando y asimilando gel provocó en él una reac-
su obra un olvido inexplica- otras escuelas, que es justa- ción idéntica, que io llevó a
ble. Su recuerdo lo trae una mente lo contrario de los pre- convertirse en pintor del Vati-
encuesta realizada hace poco cano. Siendo su fama consa-
en Estados Unidos entre ven- grada al confiarle el Papa Ju-
dedores de libros de arte. In- lio II la decoración de gran
terrogados sobre los gustos de parte del Vaticano. A través
sus clientes, ninguno ha nom- de los años sus figuras con-
brado a Rafael. servan toda la vida y movi-
Hace pocos años se realizó miento que les infundió su
en París otra encuesta con el pincel vigoroso y sutil. La in-
mismo fin, es decir, el de co- fluencia de diferentes escuelas
nocer las preferencias del pú- en que alternó, provocaron en
blico entre los grandes pinto- él cambios bruscos y profun-
res, y, posiblemente, tuvo para dos, que se destacan en su
•Rafa.el el mismo resultado, obra, de una originalidad hui-
porque un crítico de la época diza. Se conservan en algunos
decia que este ilustre artista
era un incomprendido .Compro-
'm^^^^mMséÁA museos dibujos y grabados en
que los contemporáneos admi-
CHANTAJE rarían las deformaciones auda-
bando este alejamiento o des- — Si no me das un chocola-
conocimiento del gran pintor tín, te llamo abuela en la calle...
ces que daba a sus anatomías.
italiano, un escritor francés, (De Fligende Blaetter, Berlín)
con la serena filosofía de un ROSA PORVENIR

Vivimos con Demasiada Prisa


Esta es la característica principal de la vida organismo un esfuerzo extraordinario, aconse-
moderna. El hombre en todos sus actos marcha jamos compensar este desgaste recurriendo a la
hoy con ritmo acelerado, y ese afán constante Bioforina Líquida de Ruxell, reconstituyente
de producir más, de disfrutar más, vale decir, de primer orden, que enriquece la sangre, for-
de vivir más intensamente, es justamente el que tifica los nervios y devuelve al organismo su
le está arruinando su salud. vigor y bienestar.
La naturaleza no permite que la apremien; La Bioforina Líquida de Ruxell se recomieda
en ella todo necesita su tiempo, y el que pre- muy especialmente como alimento del cerebro
tenda apresur,arla sólo lo logra a expensas del y de los nervios; por eso es el producto ideal
bienestar de su organismo. para todos aquellos que por su trabajo intclcc
Lo demuestra el incontable número de perso- tual se sienten fatigados o débiles, como asimis-
nas débiles, enclenques y gastadas, envejecidas mo para los que estudian. Muchos médicos
en plena juventud. aconsejan a los padres que la administren a sus
Es enorme también el número de los que su- hijos para compensar el desgaste a que fuerott
fren trastornos nerviosos caracterizados por in- sometidos en épocas de examen.
somnio, inapetencia, falta de voluntad, persis- Es de hacer notar que la Bioforina Líquida
tentes dolores de cabeza, etc. de Ruxell tiene, a más de su eficacia extraordi-
Y no es menor tampoco el número de aque- naria, la ventaja de ser absolutamente inofen-
llos cuya labor es puramente intelectual y que .siva en cualquier organismo, y además la de
por no tener la mesura necesaria en el uso de ser de sabor muy agradable. La manera más
stis energías, sienten hoy su cerebro como fati-
gado, falto de ideas y con uaa sensación de razonable de tomarla es, antes de cada comida,
vacío que los incapacita para el trabajo. una copita, en reemplazo del vermouth u otros
Deben saber todos que el surmenagc, tanto aperitivos alcohólicos; de este modo se consi-
intelectual como físico, es de funestas conse- gue un aumento extraordinario del apetito y
cuencias para el organismo. Los que quieran una tonificación completa del organismo.
vivir sanos y disfrutar de una larga vida deben La Bioforina Liquida de Ruxell se puede en-
procurar economizar sus energías naturales y contrar hoy en cualquier farmacia de la Repú-
mantenerse fuertes y sanos, mediante un régi- blica a un precio muy acomodado, pues feliz-
men de vida metódico y una alimentación mente es preparada ahora en Buenos Aires en
adecuada. los Laboratorios del Instituto Bioquímico Mo-
A los que trabajan con exceso o exigen de su delo, calle Perú 164S al SS, Buenos Aires.
M/TO> •MOTO^CICLI
Por P E D R O F I O R E
£ / "diablo rojo" nuestra moneda, al cambio del dia. Nada escapó al control de aque-
Se le quitaron los guadabarros, «1 llos jueces, absolutamente nada.
UANDO vino por primera vez parabrisa, la capota, se reforzó al- Ahora bien, h a b e r recorrida
G a Buenos Aires, el corredor
motociclista Frank Varey se
llamaba sencillamente "Boy Frank"
go la dirección y la sus]>en5Íón y
se comenzó con esta pequeña má-
quina a dar vueltas y más vueltas
300.000 kilómetros a casi cien ki-
lómetros de promedio por hora
con una máquina cuyo motor es
y sonreía a todo el mundo. Sus en el autódromo de Montelhery de tan sólo 8 H P demuestra a las
ojos, que echaban chispas por to- hasta cumplir la fantástica cifra clara que los europeos, cuando
das partes, gustaron al público, de trescientos mil kilómetros. quieren, pueden fabricar motores
su alegría nata en él, su arrojo, La cosa duró más de cien días... veloces resistentes y económicos.
su desprecio por la vida, sus fan- como si se tratara de hacer revi- Y en los tiempos en que vivi-
tástloas caíd|as, asombraban. El vir los famosos cien días de Na- mos, lo de económico, veloz y re-
público quería verlo siempre y si poleón al regreso de la isla de sistente, hace pensar a todos 'os
perdía una carrera "speedway", Elba. automovilistas del país, si no ha
tenia listo toda una barra para Hubo — era lógico — quien llegado la hora de ir hacia el co-
echarle la culpa de su derrota a dudó del resultado, pero la Aso- che de este tipo, aun cuando la
Sprout Eider o a Langton. ciación Internacional de los Auto- marca que realizó la hazaña que
En la segunda reunión, una da- móviles Clubs Reconocidos dio a cito, no se importa ya al país, de
ma, elegantísima, y que lucía per- publicidad un comunicado expli- manera que no es esta una propa-
las en su cuello de ámbar, excla- cando la forma en que se había lle- ganda directa a aquél producto.
mó fuerte: "Aquel F r a n k . . . se vado el control de la prueba. Y se Pero el resultado de la "Petite
parece más bien a un diablo rojo". supo que se hacian turnos de tres Rosalíc", hace reflexionar.
"Diablo rojo", gritó otra seño- horas, con equipos de seis jueces,
rita entusiasmada por ¡as piruetas que se llev;vba un control severo Una encuesta interesante
que iba haciendo Frank Varey en de las paradas del coche, de los
la pista de Huracán, "Diablo ro-
jo", gritó el público al unísono...
y "Diablo rojo" quedó como una
cosa consagrada en honor del as
eventuales arreglos que se hicie-
ran en el motor, del consumo de
combustible y finalmente del cam-
bio de conductores.
D E todas las que se han rea-
lizado en los deportes me-
cánicos, la encuesta que pa-
trocina el Comité Pro Gran Pre-
motociclista de Londres. Vistióse mio Nacional, es sin duda, la más
con una cíimiseta roja, con un cas- original y a la vez la que más
co rojo, y con una audacia roja entusiasmo e interés ha desper-
también. Desde aquel dia Frank tado. Se trata de saber quiénes
Varey no pudo ya perder. Se jugó son y cuántos son los socios del
por entero, se peleó con su me- Automóvil Club Argentino que
jor amigo, Sprout Eider, lo desa- desean que se realice — a pesar
fió, lo dominó, y fué a parar al de la resolución tomada en virtud
hospital Británico, por haberse lle- de la prohibición de las carreras
vado por delante la baranda de de automóviles, — la magna prue-
defensa de aquella pista... des- ba nacional.
pués de la llegada de aquel famo-
so "match" que presenciaron vein- ÜL Los votos del interior, a m! en-
tender, tienen en este caso un valor
te mil personas. doble y una significación real c
importante, porque el Gran Pre-
El "Diablo rojo" hizo de las
suyas en todas las pistas "spced-
way" del mundo entero.
SECRETO mio Nacional ha sido siempre el
aporte anual del entusiasmo y pa-
sión automovilista porteña, hacia
De regreso de la Argentina se una o más ciudades del interior.
llevó su título honorífico que le Dirán los automovilistas si con-
que en seguida que supo que se viene que el Gran Premio Nacio-
le inscribiera en las carreras de nal se efectúe en otras rutas que
Inglaterra con ese apodo. Fuese a no sean las de la provincia de
Australia, a Alemania, a Francia, Buenos Aires. Y será sumamente
siempre como el "Diablo rojo" y interesante contar después cst'>»
contó su historia, porque todos votos y saber qué destino se le
deseaban conocerla. dará al gran certamen de fondo.
M,<io8 a u t o m o -
Y tanto quiere a nuestro país,
que en seguida qu esupo que se vilistas que usan nafta
construía una pista "spee<lway" en Equipos ciclistas para 1934
Buenos Aires estas breves pala- Encrgina, obtienen todo
bras:
"Salgo dentro de quince dias"...
y firmaba; "Diablo rojo".
c u a n t o puede rendir
m o t o r e n pique, potencia
el C ONSIGNA "Caras y Caretas",
todos los años cuáles son y
quiénes formarán los princi-
pales equipos ciclistas de la tem-
— ¿Pero quién le contrató? — porada. De acuerdo con esta cos-
se preguntaron los directores del y velocidad. Esto se debe tumbre cabe registrar hoy tam-
"speedway" de Sportivo Palcrmo. bién este dato de rea! interés y
Nadie y todos. Porque Frank a la calidad superior d e saber que el equipo Bianchi estará
Varey es, desde luego, la gran la nafta Energina, cuyo formado por Arredondo, Garcíq,
atracción de la temporada "speed- Barcia, Alessandre y Doldan; el
way" próxima a inaugurarse. secreto está en s u m o d e r - equipo Alcyon por Martínez, Mo-
ras, González, Del Soto, Pertuz-
La "Petite Rotalie" n a refinación. zo y Guriup y Guanea — los tres
últimos corredores libres, — el
equipo Peugert por Remigio Saa-
N ' o se trata de una niña o
de una estrella del varíete,
sino de un coche que ha si-
do denominado en esta forma por
ENEHtíINA vedra, Luis Sánchez y Zarienga; el
equipo Legnano por Palau, Prieto,
Madrón, Maturana y Carbaiiedo
y el equipo "Saavedra" con segu-
su propio constructor, el conocido
ingeniero Andrés Citroen. La "Pe-
la nafta argentina ri<lad estará compuesto por Cosme
tite Ro.salíe" es un coche común de calidad. Saavedra y tres o cuatro jóvenes
que actúan en estos momentos en-
con un motor de 8 H P que cuesta
en Francia unos 3000 pesos de tre los corredores Ubres.
Grupo de niñas que, vestidlas de angelitos, acompa- Otro interesante conjunto de niñas con la indumentaria
Saron la procesión de Nuestra Señora del Milagro. de Hermanas Tercsitas, que desfilaron en la ocasión.
C O N C E P C I Ó N D E L U R U G U A Y

Acto público efectuado en el teatro Cine Avenida, para apoyar las gestiones que realizan la Asociación Traba-
jadores del Estado y la Liga Nacional de Empicados PiibUcos, con motivo de las jubilaciones.
V I L L A E L I S A (Entre Ríos)

El vicario general monseñor N. de Cario, impartiendo Durante la asamblea eucarística ínterparroquial, I.-1 pre-
la bendición del Santísimo a los fieles, en las cere- sidenta de la L. J . F. C , señorita Amada Mendibcrri,
monias religiosas realizadas recientemente. leyendo s u discurso*
Lo s antigfuos p e r u a n o s
Manco Capac y Mnma OcUo en de ella p a r t í a n para Quito y des- hechura exquisita. H a c í a n tam-
señaron a los peruanos c u á n t o les pués para Chile, el u n o por entre bién de estos metales loa vasos y
convenía para pasar la vida cómo- montañas y precipicios, y el otro otros utensilios domésticos, y sus
da. Mama Ocllo les hizo conocer a lo largo de la costa, son, hoy espejos de piedra tenían un puli-
el a r t e de hilar, tejer, etc., y su mismo que se conocen bien la me- mento que asombra. Mediante una
m a r i d o el a r t e de construir habi- cánica y otras artes, obras colo- mezcla de metales obtenían uno
taciones y labrar la tierra. Les hi- sales que llenan el e s p í r i t u de tan d u r o como el fierro, del que
zo abandonar el culto bárbaro y asombro y admiración. A distan- se valían para sus herramientas.
sangriento a que se hallaban h a - cias convenientes había depósito de Escribían por medio d e hilos de
bituados, haciéndoles ver que de- los recursos necesarios para la co- varios colores en los que echaban
bían rendir homenaje al sol, por modidad de los incas, y puentes nudos para escribir alguna cosa o
ser este astro brillante el rey de de cuerdas para atravesar los ríos. liara practicar sus cálculos: estos
la naturaleza, inculcándoles m á x i - Hallábanse los p e r u a n o s a la hilos se llamaban quipos. Arregla-
mas de moralidad y virtud. De es- vanguardia de los otros pueblos ban sus meses a la luna y llama-
te modo con muy pocas leyes, pero americanos en el arte de labrar ban a las semanas cuartos de luna.
llenas de sabiduría y de prudencia, las piedras preciosas y en la mi- Señalaban los solsticios de invier-
logró hacerse obedecer y recono- nería. E n los jardines imperiales no y verano en altas torres que
cer como su monarca, retardando, del Cuzco había adornos, árboles levantaron en el Cuzco hacia el
es verdad, el progreso de los in- y arbustos de oro y plata, de una este y oeste. — M, Paz Soldán.
dios, pues obligaba a l hijo a seguir
el oficio del p a d r e . . .
Rápido y asombroso fué el pro-
greso de la civilización de los pe-
ruanos bajo el imperio de Manco
Capac y de sus s u c e s o r e s ; pero
desgraciadamente no pasó de cier-
t o estado, por convenirles así a los
monarcas. E n n i n g u n a parte de
América llegó la agricultura a un
estado más floreciente. Daban el
ejemplo los mismos incas t r a b a -
j a n d o con sus propias manos un
campo en el C u z c o . . .
El espléndido templo del sol en
Pachacamac, el palacio de los I n - Señor Juan Busca, c u . Señor Francisca Das- Sefior Ángel Ba.duzzi,
cas en el Cuzco, la fortaleza de yo f a l l e c i m i e n t o ha toli, vecino de Bán- aventajado estudianlo
esta ciudad, y los ríos grandes ca- dado lugar a sentidas ficld, cuya muerte h a de bellas artes, falle-
minos de 1500 millas de largo que condolencias, sido m u y lamentada. cido en esta capital.

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Consultorio m é d i c o ^
de"€ai^a« y C o r é e o s
Esta sección es atendida exclusivamente por correspondencia. La> ^«s- . .
'fT puestas a las preguntas que se nos hacen van apareciendo sucesivamente ^
en esta misma página.

r riste de Pigué. — Es imposible opinar en su


caso sin examen previo.
manera de saber cuál de las innumerables enfer-
medades de la matriz le ha tocado en suerte y, por
lo tanto, no es posible opinar si es curable por
métodos médicos o quirúrgicos.
avállense. — Es usted y no él quien clcl>e ha-
L cerse examinar. Y lo malo es que hay que
'\/f oría Elena, Vera. — Le convienen los tóni-
hacerse examinar, pues de otro modo no hay ma-
nera de saber lo que pasa. •^^•í. eos ferroarsenicales, de los cuales hay mu-
chas combinaciones en el comercio.

Epósitosludianle temeroso, Santa Fe. — No se alar-


de la ilustración enciclopédica que trae es- O
me. Esa erupción no es específica. Y a pro- ceüania, Buenos Aires. — 1' Efectivamente,
con el tratamiento adecuado puede impedirse
tas dudas y no las resuelve, recuerde lo del Ecle- la ajiiarición de las placas y demás erupciones cu-
siastés: "Porque en la mucha sabiduría, hay mu- táneas o mucosas; 2? El peligro de contagio, teó-
cha molestia y quien añade ciencia añade dolor". ricamente, subsiste aún en estas condiciones; 3 ' Es-
ta pregunta va involucrada en la anterior y tiene
la misma respuesta; 4' Cuatro años.
/ y y. Z., Buenos Aires. — Las piernas encorva-
-A/.das hacia adentro (actitud de montado a ca-
ballo) se corrigen bien mediante una intervención
quirúrgica. ' t , U dos
na desesperada, Buenos Aires. — Ix>s zumbi-
de oídos forman parte del síndrome de la
menopausa, y su alivio se consigue por la medica-
ción fundamental de la insuficiencia ovárica y
O enbsesionada, Villa Alba. — Las extrasistoles
los mitrales son un síntoma trivial y no
muy poco por la acción de remedios circunstan-
ciales. Lo que sucede con demasiada frecuencia,
agregan por sí mismas ninguna gravedad. Nece- es que las preparaciones ováricas fracasan en casos
sita usted, ante todo, tranquilizarse porque la hi- como el suyo por falta de técnica en la elección,
perexitabilidad nerviosa es un factor concurrente dosificación y uso de los innumerables prepara-
de gran imiJortancia. dos comerciales.

A ssalam, Bolívar. — Las neuralgias del plexo


L • J.,queBuenos Aires. — El resultado del análisis
me adjunta es satisfactorio, pero no basta. -^^ cardioaórtico irradiadas por intermedio de ios
plexos braquial y cervical al brazo y la cabeza,
Hay varias cosas que hacer todavía, entre ellas
el cspermocultivo. pueden ser producidas por el tabaco, independien-
• temente de toda lesión aórtica o mediastínica, y
muchas veces en los mismos aórticos, suprimiendo
y • jinsuficientes
. R., Doblas, — Los datos que usted da son
para establecer el origen de su
el tabaco, se consiguen mejorías notables de los
dolores. Otras veces, aun siendo de origen pura-
depresión nerviosa. Sería preciso, para darle una mente tabáquico, la neuralgia no se alivia inme-
indicación de provecho, hacer un examen clínico diatamente después de abandonar el tóxico, sino
a fondo. poco a poco; las cosas pasan como si los elemen-
tos nocivos fijados en los centros o fibras nervio-
sas necesitaran cierto tiempo para eliminarse. Des-
I Matrero. — Esas cosas raras suyas las tie- de este punto de vista, el tabaco rtibio, llamado in-
nen todos los hombres desde Adán. glés, es por lo menos seis veces más tóxico que
el negro.

r upungato, Capital. — Ensaye las embrocacio-


nes con nitrato de plata en solución al 2 por
ciento, T

onina, Mar del Piala. — Su médico "atrasa la
, hora". Negar que exista una afección cardia-
• ca porque la auscultación sea negativa, es pensar
con el criterio de hace veinte años, y no valía por
A .ñdua lectora de "Caras y Caretas". — Si el cierto la pena (¡ue Mackenzie se tomara tanto tra-
y^ diagnóstico está bien estaijlccido, la única for- íjajo en demostrar lo contrario. Oanclusión prác-
ma de salvar los inconvenientes a que alude en su tica: si subjetivamente el corazón "le falla", exija
carta es una operación (histeroiJcxia) que colo- un examen moderno e integral del órgano para
que al órgano en situación normal. saber a qué atenerse.

T) rovinciamta desesperada. — Lo mejor que


^ puede hacer es indagar al médico que la atien-
de, ya que tal como formula la pregunta no hay
J uancilo, Entre Ríos. — Muy de acuerdo con
la opinión de su médico. Lo de la orina es
normal.
Doctor JUAN A. MASSA
C A R A ^ Y CARETA/

LA
UL T I

C-ONDESA

NOAILLES
T Por
CESAR DUATEK
pesar del tiempo trans-
A currido, cuesta creer a
los que la conocimos que
Ana de Noailles haya
enmudecido para siempre. Que
calle ahora la boca que se
abría para dej.ar brotar un to-
rrente de palabras de un alto
sentido, de una belleza sorpren-
dente.
¿Cuál habrá sido la frase —
pregúntase uno, — cuál la últi-
ma palabra que alcanzó a for-
mular antes de rendir el al-
ma, el alma suya que debió
vivir todavía en su completa plenitud cuan-
do todo lo demás ya estaba muerto, en el Je suis inorte deja puisque je dais mourir.
postrer instante en que se concentra en el es-
píritu de los que conservan su lucidez, todo el
panorama luminoso o sombrío de lo que fueron? La genial poetisa no fijó nunca su pensamien-
Y no es posible dejar de pensar sin enterneci- to en las cosas eternas, no esperó en un más
miento, en el sobresalto que recorrió, sin duda, allá; nada le preocupaba que no perteneciera
ese cuerpo delicado y frágil, cuando, ya venci- a la tierra que amó con tan vivo ardor. ¡ Amaba
do, sintió su fin y tuvo ante sus ojazos atercio- tanto el mundo y todo lo creado, Ana de
pelados de antílope la aparición de Aquella a Noailles!
quien tanto temiera, la cual, al inspirarle el es- Et j'ai tenu l'odeur des saisons dans mes mains.
panto permanente que atormentó sus días, fué Je me suis appttyée a la beauté du monde
asimismo inspiradora de sus versos más inten-
sos, más sublimes y más hondos.
La muerte significaba para ella "le néant", A calidad del amigo ilustre que nos puso
la nada aterradora que se desliza o se planta en
todo lo que escribe desde sus años juveniles;
la desaparición total de su ser; la disolución
de la materia y nada más:
L en contacto, influyó indudablemente en
la exquisita amabilidad de la acogida, en
la afectuosa gentileza de las atenciones
que tuvo con nosotros el último tiempo de
Mais voiis seres dcssous, coeiir eclatant et sombre, nuestra permanencia en Parts, la condesa de
Vous seres l'herbe et l'eau... Noailles.
Rafael Seailles, desaparecido ya también hoy,
era para la juventud estudiosa, entonces, el
De esa propensión negativa de una vida su- Maestro; para los demás, capaces de leer y com-
perior, de la cual ella hablaba con sus amigos prender, una personalidad descollante do una
sin reparo, son testimonio vivo versos admira- profunda cultura, un escritor de extraordinario
bles que no han sido superados: mérito. Sus libros de crítica juzgábanse de un
Je serai ce néant sans volante, sans gestes. valor indiscutible; el que escribió sobre el gran
Ce dormeur incliné que, si l'ou insulte, artista Benoix una obra maestra. Profesor de
Garderai le silcnce absorvé qui lui reste filosofía y psicología en la Sorbona y en la
N'opposant qu'un front qui conscnt et se tait. Universidad, se le había llamado más de una
vez "gloria de las aulas". De una excesiva mo- ¡Oh, no; no estoy con los duques y príncipes I
destia, de gustos y costumbres sencillas, ene- Jaurés había sido asesinado. Sintióse ella siem-
migo del ruido y el exhibicionismo, era incapaz pre atraída y como fascinada por la persona tan
de cultivar su propia fama. alta y vigorosa del gran tribuno a quien pro-
Si bien mucho más joven y de convicciones fesaba ilimitada admiración. Aquel día me dijo:
distintas, había sido amigo predilecto del prín- — Jaurés era el más grande y maravilloso ora-
cipe Brancovau, padre de la condesa de Noailles. dor de este mundo.
El comentario de la hija en cuanto se lo Cuando lo mataron, corrió a visitar su cadá-
nombramos, fué aquel día: "Monsieur Seailles? ver. Lo encontró tendido sobre un pequeñísimo
Come il est bon et grand!" Justo concepto sobre lecho, en un cuarto cuya pobreza la asombró.
un hombre superior. Es conocida la composición que le sugirió aque-
Mi compañero había debido ir a España don- lla visión emocionante:
de me esperaba para regresar a Buenos Aires, Un lit, un corjis sans souffle, une tahU a cote
y un día lluvioso, de una abrumadora tristeza, La forcé qui dormait prés de la pauvreté.
lleno de aprensiones y amenazas que planeaban A quienes no conocían su temperamento ni
sobre la ciudad alarmada, pues no se tenían tenían una idea de su personalidad excepcional,
noticias del frente desde hacía días y se susu- costaría creer que esa mujer tan pálida, tan dé-
rraba que se libraba una batalla indecisa toda- bil, tan delicada, como se las han mostrado sus
vía, fui yo a llamar a la puerta de madama de retratos, que pasaba la mayor parte de su tiem-
Noailles para despedirme de ella. po extendida en un diván y asimismo acostada
Me recibió en su dormitorio porque estaba escribió siempre sus versos magníficos, fuera
enferma. La habitación, pequeña, clara, con es- una temible crítica, una acerba e intolerante
casos muebles, sin nada llamativo, era ni más ni polemista. Implacable con lo mediocre, malo o
menos, el cuarto de dormir de una niña, como imperfecto, intolerante, vulgar y feo, su toleran-
una niña parecía la que desde su cama estrecha cia con sus amigos era infinita. Nadie más fiel
me extendía, sonriente, en un gesto cordial, sus amiga, nadie más arrebatada defensora de ellos
dos manos. Diferente a tantas otras, afanadas si los sabía atacados. Madama de Noailles era
en escotarse, enjoyarse y adornarse como para paloma y águila al mismo tiempo.
un baile para estar en la cama, permanecía ella
en la suj'a con la mayor sencillez. Tenía puesta
una camisa de noche cerrada en el cuello, de
mangas muy largas, y había echado sobre sus
hombros un chai finísimo de lana blanca. Los
cabellos lisos caíanle libre en la espalda; el bu-
cle tupido, característico de ella, daba sombra
I BA yo a partir al día siguiente. Me despedí;
nos estrechamos las manos. Sentíame con-
movida y triste. Abandonaba Francia, cuyas
inquietudes y dolores había compartido, y
, a su frente y a sus ojos. aquella criatura, sentada en su cama de cole-
giala que me miraba con simpatía, era entonces
Llegada recientemente del frente hasta donde su excelso poeta, la Musa de la paz y de la
había ido para visitar a los suyos, volvía im- guerra.
presionadísiiTia de lo que había presenciado en
las ambulancias y en los convoyes de heridos. La dejaba en pleno triunfo, el ¿ual nadie se
Sobre todo, las mutilaciones monstruosas en las atrevía a disputarle. No obstante las preocupa-
caras de miles de soldados le habían producido ciones y pesares del momento, se la adivinaba
horror y no conseguía alejar la visión dolorosa. desbordante de justificado orgullo viéndose ele-
La guerra iba a durar año y medio todavía, vada a las más altas cumbres de la gloria.
pero se peleaba con apresuramiento como si La dejaba yo, sí, en pleno triunfo y nada po-
se creyera que se quemaban los últimos cartu- día hacerle presentir el rápido descenso, la in-
chos. Y nerviosa, enferma, debilitada cual es- mensa decepción de la post-guerra.
taba, no decaía en ella el fervor patriótico. Po- La vertiginosa evolución de ideas, costumbres
seída también por el ardiente entusiasmo en que y gustos que después del armisticio se produjo
se vivía a la espera de una victoria de la cual en Francia, arrastró también a la que había
nadie osaba dudar, ese ardor animaba su pali- sido diosa y brújula de los jóvenes que marcha-
dez, daba brillo a sus ojos realmente impre- ron al frente. La veleidad humana la derrumbaba
sionantes. a la par de los antiguos ídolos.
¿Qué no dijo esa mujer entonces, olvidada Los que volvieron la negaron, apagáronse los
quizás de que hablaba para mí sola? incensarios, la juventud nueva volvióle la es-
A tan amargo tema sucedió otro, capaz siem- palda. Todos la traicionaron.
pre de excitar su rica fantasía, como era el arte, Ella no debió consolarse nunca. La actitud
los autores y sus libros. Y le oí decir nueva- despiadada de las nuevas generaciones que sur-
mente cosas dignas de anotarse, tan herniosas gían, esa defección de todo lo que tenía aprecio
eran. Recuerdo el vivo movimiento de sus ma- para ella en el mundo, indudablemente fué la
nos para exclamar al invocar entre los contem- fuente cuya agua amarga envenenó sus úlrimos
poráneos a Anatole France: "Anatole France? años. La melancólica lasitud convirtióse en la
El primero hoy". coijsunción que hace unos meses la arrastró a
La hija del príncipe Brantovau profesaba ideas la tumba.
muy amplias y muy libres, que nunca temió Igual a ella misma hasta el fin, su última
expresar. Muchos habrán leído, ciertamente, la voluntad ha de enternecer a los más indiferen-
respuesta publicada más de una vez, dada por tes: rogó a sus íntimos que arrancaran de su
ella a un publicista muy conocido que la rcpor- cadáver el corazón — "coeur innombrable" —
teaba, empeñado en conocer su ideología polí- y fueran a depositarlo a orillas de aquel lago
tica: de Suiza donde corrie-
— Señor — le dijo, — ron sus años juveniles y
yo estoy y he estado se sintió poeta. Allí re-
siempre con los que quie- posa ahora, solitario, al
ren para la masa de to- pie de la terraza y de
dos los hombres, más las flores de las monji-
equidad y m á s d i c h a . ' DIBUJO DE ALICIA PitREZ PENALBA tas de Santa Clara,
N E C R O L O G Í A

Señor H o r a c i o Señor Ludovico Señor E n r i q u e Señor Ángel An- S e ñ o r Santiago Señor LUIS i'e-
Rezía» cuyo fa- Rho, que ha {a Cedrón, c u y o tonio E r n e s t o Quaglia, falleci- rrota, cuyo de-
llecimiento ha si llecido en Rosa íallecimiento en Canónica, falle- do en la locali- ceso ocurrió r e -
do muy sentido rio r e c i e n t e - esta capital, cau- c í d o en L a » dad de Inriville, c i e n t e m e n t e en
en Rosario. mente. 8Ó pesar. Flores. F. C. C. A. esta capital.
— Desde que se me ha abando- mos d e aquí es quien tiene la culpa
E L H U É R F A N O nado en la aldea no he comido pan de la sequía. G i d a vez que el cíelo
d e la aldea ; desde que se me ha se ensombrece sale el n i ñ o de su
L a s gentes de otras épocas te- abandonado en la aldea no he be- hueco del árbol y dice a la lluvia
nían la costumbre d e a r r o j a r dei bido agua de la aldea! Ruego, pues, que caiga en todas partes, menos
país a todo niño huérfano. a la Providencia, que llueva por en nuestra aldea y sus campos.
Cierto niño, habiendo perdido a todas partes menos en mi aldea. Sí ustedes^ no arreglan las cosas,
su padre y a su madre, fué así Entonces la lluvia comenzó a nuestro país .% verá arruinado.
echado de la aldea natal. Enton- caer por todas partes, abundante- Entonces salieron varios envia-
ces, el pobre ser desvalido logró mente, menos sobre la aldea y los dos a quienes guiaba el cazador.
esconderse en el hueco formado campos de Dougaonnifin. . El cielo se obscureció ; el niño
por el tronco de u n árbol. Los ha- U n día, mientras el cielo se hu- salió d e su cueva, púsose en pie
bitantes de Dougaonnifin habían bo ensombrecido, un cazador fué y cantó. Los enviados del jefe lo
sembrado t r i g o y éste había c r e - a guarecerse en el hueco de! tron- tomaron preso y lo llevaron a la
cido apenas tan alto como la cola co del árbol. El huerfanito sahó aldea, dándole buenos alimentos y
de un gallo. Entonces vióse que de su escondite, púsose en pie y cubriéndolo con lindas vestiduras.
el cielo comenzó a llenarse d e cantó. Y . d e s d e entonces, la lluvia ha
sombras y de nubarrones. El cazador regresó a la aldea, vuelto a caer en todas partes y na-
E l niño salió de su escondite y reunió a los notables y les d i j o : die volvió a d e s t e r r a r a los huer-
dijo: — E s el h u é r f a n o que arroja- fanítos...

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riencia. Quiere decir, pues,
que nunca se conquista con el
dispendio de trajes o sombre-
no estropear y maltratar los
dedos con anillos, la frescura
y la juventud son joyas que
a la buena suerte, que ha que- ros, de pieles o encajes. valen más.
rido elegir a quien regaló sus Vale más una cultura ex- El encanto personal del es-
dones. quisita que un collar de per- píritu de cada mujer es lo
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rrochan el producto de la la- ojos que solitarios o esmeral- f o c a r l o , marchitarlo, ajarlo
bor del esposo, atenían de das costosos. bajo el peso de los ricos ata-
continuo contra la tranquili- ittiiritiitMiiihiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiliiilitmtmiItliiiiiiiluiiiiMiiiiiiiiiiiiiiiiMiiuii víos.
dad del hogar.
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ben afanarse en el gas prematuras en
incesante cambiar ijiiiiiiiiiiiiirMiiiiiiiiiiiiriii I iiiiiiiitiiiKiKiiiiliiKittiiliiiiiiiiiiitiiiiiii
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envidias ridiculas,
de traje, en el peli- en deudas angustio-
groso vértigo de se- B O D A S DE O R O ¡ sas, en ambiciones
guir a la moda, co- d e s m e d i d a s ; hay
queta apresurada a más bien que bus-
quien nadie puede car el medio de ha-
dar alcance. cer resaltar las cua-
Cuando una mu- lidades personales,
jer es joven el hom- físicas o espiritua-
bre no mirará su les de cada una.
traje, ni su sombre- La elegancia no es-
ro; m i r a la cara, tá en la ropa; está en
la vivacidad, la gra- la forma de mover-
cia, el encanto, los se, de hablar y de
bellos ojos y la son- proceder. Eso que
r i s a . . . Y cuando no se paga con di-
la mujer es vieja... nero ni se adquiere
pues tampoco se en ningún modisto,
detiene a observar ieñora C a m i l a Señor Emilio C. es lo que está al
la i n d u m e n t a r i a ; Trueco, Iturralde. alcance de toda mu-
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ABÍA concluido
H el servicio re-
ligioso y los
fieles, saludándose,
iban saliendo de la
pequeña iglesia de
Greyfriars. El pá-
rroco miró el cielo,
en el que aparecían
negras y penadas
nubes y, como quien
pronuncia una sen-
tencia, declaró:
— Tendremos
lluvia.
No había termi-
nado de proferir la
postrera palabra de
su fácil predicción
cuando estalló la
tempestad. Los sa-
ludos y los cumpli-
mientos de los fie-
les que quedaban
rezagados aún se
interrumpieron. Ba-
jo los enormes y
hasta si se quiere
antiestéticos para-
guas, los más pre-
El primer amor
cavidos, presto res-
tituyéronse a sus
moradas.
Un joven, empe-
de Wálter Scott
ro, aunque provisto
de su c o r r e s p o n -
diente adminículo de protección, permaneció aún bajo el
pórtico de la iglesia como si estuviera ensimismado, contem-
plando la caída de las gotas en los charcos que rápidamente
se formaban; deleitándose, al parecer, con la música que el El primer capttuío de
agua producía. No lejos de él, una muchacha cubierta con una la existencia amorosa
gr^n capa verde, contemplaba el ciclo cada vez más amena- de Wálter Scott se ini-
zador y parecía inquieta por aquella obligada espera. ció bajo un enorme
El soñador advirtió a la muchacha; y, entonces, lo más
galantemente, sin vacilación alguna, se le aproximó y le paraguas y en un día
ofreció el resguardo de su amplio paraguas. de borrasca. El idilio,
La muchacha no vaciló un solo instante. Contempló el como todo primer idi'
agraciado rostro del joven y, sonriendo, aceptó la oportuna lio, quedó en la nada;
invitación. Entonces, ambos, muy juntos bajo la protectora
cúpula de tela, sin cuidarse de la lluvia ni del vendavaj que pero el destino quiso
arreciaban por momentos, enlazados ya en amigable conversa- que sus postreras vibra-
ción, regresaron hasta sus casas. ciones alcanzaran hasta
Hasta dio la casualidad de que sus respectivos domicilios los últimos días de la
estuvieron a escasos pasos uno del otro.
Por estas razones fué que el primer amor de Wálter vida del gran esccitot.
Scott comenzó "bajo un gran paraguas familiar y en medio
de una tempestad".
CAPA,/- Y CARPtA,/
Tenía Walter Scott unos veinticuatro años. El padre de la amada de Wálter recibió la
Hacía cierto tiempo que su carácter liabía su- carta. No le prestó mayor atención. Respondió
frido un verdadero cambio. Adolescente, ha- con unas líneas corteses agradeciendo a su ve-
bíase complacido en permanecer en la soledad cino su "escrupulosa intervención" y conclu-
y en esquivar la compañía de los muchachos yendo que la cosa carecía de toda importancia.
de su edad, más dados a las frivolidades y lo- El severo padre debió retornar a sus preo-
curas que al estudio y la severa meditación. cupaciones judiciales y el enamorado Wálter
Solía vagar solo, errante por los campos, si- consiguió que en nada se atenuara el efecto
guiendo el capricho de sus sueños, indiferente que a la niña le unía. Le escribía cartas con
a todo lo exterior, descuidado en la indumen- alarmante frecuencia y llegó hasta el punto de
taria, complaciéndose en la lectura de Ubros escribir un pequeño volumen de baladas, las
viejos y dilectos, insistiendo en la penetración que, una vez impresas, envióle por intermedio
de las antiquísimas leyendas escocesas. de su confidente Jane Anne Granstoun, El
Pero, he aquí que el carácter de Wálter dio ejemplar, dedicado a su "amada Margarita",
un inesperado cambio. El descuidado y negli- fué recibido con el consiguiente entusiasmo.
gente vagabundo comenzó a reconocer los be- Pero, algo de razón tenía el severo padre de
neficios indudables de la elegancia y, en parti- Wálter. La desilusión estaba próxima. El otoño
cular, se convenció definitivamente del atrac- hacía caer las hojas postreras de los árboles
tivo y de los beneficios espirituales (Jue se pue- cuando fueron oficialmente anunciados los des-
den obtener de una conversación femenina posorios de miss Stuart con William Forbes,
cuando la voz argentina y juvenil relata cosas rico banquero allegado a su familia.
interesantes y unos bellos ojos parecen expresar, Wálter Scott soportó este golpe del destino
un silencio, otras aun más deliciosas. con una aparente tranquilidad. Mucha altivez
Más tarde, su yerno, en una abundante bio- y dominio de sí parecía haber en el lacerado
grafía, nos lo pintaría con estas palabras: "íBe corazón del joven escritor. Un cuarto de siglo
había sobrepuesto a la debilidad de su precaria más tarde, en una de sus novelas, dejaría caer
s,a,lud. Tenía unos colores lozanos y brillantes. algunas gotas de sangre:
Los ojos claros, muy abiertos, miraban frente "El primer amor, el que se experimenta con
a frente. La dentadura era de una admirable mayor violencia, es siempre el que menos pro-
perfección y regularidad. Los párpados levanta- balidades tiene de llegar a un feliz resultado.
dos imprimían atractivo a toda la fisonomía. El_ estado de una sociedad artificial opone a las
Su sonrisa era siempre atrayente y en el rostro uniones entre seres jóvenes, múltiples ci/mpli-
jamás desaparecía cierta expresión de ironía caciones. Son pocos los hombres que, en secre-
y buen humor". to, no se trasladen a los primeros años de su
Diremos, además, que Wálter Scott era alto, juventud cuando un afecto sincero y espontáneo
bien proporcionado y con un rostro de líneas fué contrariado y amordazado. Hay trozos de
clásicas. Pfirecía hallarse siempre satisfecho y historia íntima que dejan en cada corazón un
se animaba extraordinariamente cuando presen- recuerdo novelesco y doloroso, y permiten a
tía una conversación interesante. El mismo lo cada uno de nosotros, aun en los instatites de
llegó a confesar: mayor ocupación y en las más avanzada edad,
"Constituyó para mí un verdadero motivo de escuchar sin hostil indiferencia el relato de un
orgullo cuando por vez primera comprobé que amor verdadero".
una d,ama joven y bonita no vacilaba en sen- Un año después del anuncio que tanto morti-
tarse a mi lado y, en el rincón de un salón, ficara su corazón, en octubre de 1797, Wálter
pasarse largas horas en animada conversación, Scott encontraba a miss Carlotte Margarett
mientras todo el mundo bailaba y se agitaba Carpenter, a la que mucho amó y con la cual
en torno de nosotros". contrajo matrimonio. Pero, ésta es otra historia
Pero, volvamos a seguir a Wálter Scott y de amor y nada tiene que ver con aquella prime-
a su compañera bajo la lluvia... ra que se inició bajo un paraguas...
Aquel paseo imprevisto debióles resultar de- La primera historia no quedó en aquel triste
licioso puesto que se prometieron renovarlo episodio. Cuenta con otros capítulos en los que
cuanto antes. Fué así como tomaron la inocen- lo inesperado y lo novelesco no falta...
te y deliciosa costumbre de encontrarse todos
los domingos en el atrio de la iglesia pars re- Wálter Scott, tras obtener la celebridad, con-
gresar juntos hasta sus casas. quistó la fortuna. Pero luego, por obra y gracia
Con toda franqueza, ambos, informaron a sus de sus malos administradores, todo lo perdió,
padres de los inocentes propósitos que tenían. encontrándose a la vejez más necesitado que
La madre de Wálter, que era una compañera en los días de su iniciación literaria. El destino
para su hijo, no vaciló en darle su aprobación. quiso que quien acudiera en su ayuda fuera nada
Conocía a lady Jane Stuart Belches de Ivernay, menos que sir William Forbes, el acaudalado
antigua compañera de escuela y madre de la banquero, que .se había casado con Margaret
joven que tanto había entusiasmado al futuro Stuart Belches, la niña de la capa verde.
escritor. Pero, el padre, hombre severo y de Y, todavía, otro episodio más, como para de-
costumbres anticuadas, al enterarse de aquelloj mostrarnos que la realidad es siempre superior
frecuentes encuentros, fué de muy distinta a la imaginación de los poetas y escritores.
opinión: En 1827, cinco años antes de su muerte, Wál-
— No quiero que te expongas a experimentar ter Scott se radicó en Edimburgo. En una casa
la decepción que no dejará de producirse cuan- vecina a la suya residía una anciana, tan ape-
do esa niña tenga más edad. La hija de sir sadumbrada por los dolores físicos como por
John Stuart Belches tiene aspiraciones muy los padecimientos morales. Era lady Stuart
superiores a las tuyas. Son ustedes excesivamen- Belches, la madre de su bienamada juvenil, la
te jóvenes. Yo terminaré con esta aventura: niña aquella que acompañó un día con su pa-
inmediatamente escribiré al padre de esa niña... raguas y bajo la lluvia inclemente.

>wvwvjwvjwv^tivwvvjwvvA¡rjv^^
C A R A y Y CARETAJ-

Delf t c 1u dad de p a z
Entre las ciudades holandesas, •una vieja iglesia y una iglesia to que es imperativo que se re-
Delft merece una mención parti- mwva. I La nueva... de! año 1420 I cuerde el nombre de Véncela ha-
cular. Ha dado su nombre, en y los dos templos se encuentran blando de una ciudad así, Delft es
efecto, a una loza apreciada y po- en la gran plaza. La? belias man- una Venecia tranquila, buína mu-
see otras razones de mérito siones de "aquellos tiempos", coa chacha. Su melancolía humilde k
"l Es un Delft 1", dícenos una sus techos angulosos y sus palo- da un tono poético delicado.
persona que nos ve admirar un mares, se suceden incontables. Los En Delft, el viajero de países
vaso de forma sólida, decorado en muelles están sombreados por tilos, sonoros y torbellinescos resuelve
azul sobre fondo blanco, con ara- al borde de los plácidos canales. casi siempre hacer una cura de si-
bescos, flores, animales, perso- Canales, los hay por todas par- lencio, de calma, de p a z . . .
najes. tes, pequeños y grandes. Ellos en- Delft fué la primera capital de
Sin duda la palabra Delft no cuadran el rectángulo en que se Holanda.
evoca en nuestro espíritu sino una dibuja la ciudad y cortan el inte- En cuanto a su industria cerá-
idea de loza... de arte, en tanto rior como un sistema de irriga- mica, sus orígenes remontan al si-
que en la ciudad holandesa que ción. El silencio reina allí. Y pues- glo XVI.
lleva ese nombre fué asesinado,
hace trescientos cincuenta años,
Guillermo de Orange, el Tacitur-
no, tan conocido en la historia.
i Sonríen ustedes ? Ello prueba, no
obstante, que Delft no es una ciu-
dad joven. Asi, su encanto parti-
cular le viene de su antigüedad.
Entre Rotterdam y La Haya —
del puerto activo y sonoro y de la
capital amable — hay una ciudad
muy tranquila, de aspecto de me-
diados del siglo XVI. Sin duda
ella ha sufrido desde entonces mu-
chísimas modificaciones, pero, sal-
vo en sus alrededores, hoy indus-
triales, que han hecho pasar la
población de treinta a cincuenta
mil almas, no hay cambio. Pocos
monumentos. Pero los que hay son
muy interesantes. Es, como en
tantas otras ciudades de Holanda,
una Casa de Ciudad con Museo, El caballero que insistió en tener una pieza con vistas al mar.
es decir: una intendencia. Hay (De Marco Aurelia, Roma)

. CMASYCARETAS
n/Q REVISTA SEMANAL ILUSTRADA
DIRECCIÓN, REDACCIÓN T ADMINISTRACIÓN

151, CHACABUCO, 155 - BUENOS AIRES


TELÉFONOS: UnMn Telefónlcat Admlnistracióni 8080 (Rlvadavia). Dirección: 8081 (Rlvadavla),
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Bunque se publiquen.
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vna ctedeociol, y ae ruega no atender a qoiea ao k presente.
EL ADMINISTRADOR
Regatas a remo en el club náutico de Quílmes

Señor Enrique Elcsgaray y señor Ge- La comisión de regatas, c o m p u e s t a por los señores Merediz, Manzi,
rardo Hollmann, presidente y vicepre- Joghems, Barrabino y Cichcro, que controló las pruebas.
sidente del Club Náutico de Quilmes,
presenciando las rei^fatas.

i3ulL 11.1,].!;.,.do vencedor en las regatas, piloteado por j I IIII < 'ni i in I ifiii di! 60D metiros párii daima
las señoritas E. Borclli, C. Pacheco, E. Voss, H. Balbini (21 puesto), señoiitas Pennington, Halstrey, Jackson,
y A. Otamcndi como timonel. Marrs y Marrs como timonel.

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cuya fórmula compensada es tolerada por los organFsmos más delicados, pues
no afectan para nada el corazón, el estómago y los riñonea.
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Aspecto d e l salón a reun'ón a r t í s t i -
del Centro Región ca y danzante con
Leonesa» con el pú- que fué celebrado
blico que asistió a el Día del Libro.

Conjunto de concurrentes al festival y baile ofreci- Vista parcial de las parejas que participaron en el
dos por el Club Alba, de Villa Urquiza, con motivo reciente baile realizado por la sociedad italiana
de la inauguración de su sede social. Sanginetcse.

Animado aspecto que ofrecía el salón Mariano Moreno durante el baile facnUiar ofrecido m
«ocios pcnr el Club Social y Deportivo Faulista.
C A R A / Y CARETA/-

R U B

Salida durante el Declaración tardía


remate
E
N el caso de que a pesar de haberse ter-
minado el remate, cualquiera de los ad-
I—r~N^ UEnE suceder que durante e! desarro- versarios del contratante hiciera una de-
L ^ lio del remate un jugador cualquiera claración posterior, este jugador puede
^k ) — inadvertidamente o no — juegue imponer el palo que, a su turno, deberá jugar
I — - ^ una carta como salida par3 la inicia- el compañero del contraventor.
— ción de la mano. En este caso el ad-
versario de la izquierda deberá elegir entre una
nueva dada o la prosecusión del reñíate inte-
rrumpido.
Es conveniente, antes de optar, estudiar bien
las cartas y no dejarse llevar por el primer Otras declaraciones
impulso. ' , ,,. incorrectas

E
xisTEN además otras infracciones que se
producen en el transcurso del remate y
que por tener penalidades comunes han
Cartas mostradas sido agrupadas en conjunto.
Estas infracciones son las siguientes:
I un jugador, en vez de jugar una carta a) declarar ocho tricks,
antes de la terminación del remate con b) declarar, doblar o redoblar antirreglamen-
idea de iniciar el juego, como en el caso tarianiente,
/ tratado anteriormente, sólo la mostrase o c) doblar la declaración del compañero,
l,a colocara de manera que pueda ser vista, aun- d) doblar o redoblar una declaración que an-
que sea en parte, la penalidad teriormente había sido ya do-
varía con el valor de dicha carta. blada o redoblada por su com-
Si la carta fuese una carta honor pañero.
o si fueran varias cartas cuales-
quiera, el jugador de la izquier-
[OuL/M'^r^ El jugador de la izquierda
del infractor puede optar entre
da, como en aquel caso, puede exigir una nueva dada o conside-
exigir un,a rar la decla-
nueva dada. ción inco-
Pero sí, en rrecta como
c a m b i o , la un pase. Pue-
carta mostra- Se, además,
da, en vez de con respecto
ser una carta a las decla-
honor, fuera raciones de
una c a r t a los apartados
simple, el jur' a) y b), de-
gador de la j a r l a s sub-
izquierda sistentes con-
puede prohi- sideran d olas
bir al com- como correc-
p a ñ e r o del tas. Si así lo
infractor que resolviera, es
cuando lle- necesario, co-
gue su turno mo se com-
de salir haga prende, nor-
su primera ma 1 i z a r la
salida en el declaración
mismo palo de de ocho tricks
la carta mos- del apartado
trada, a menos a) rebaján-
que prefiera dola a sitie,
tratarla co- - <iue es el má-
mo carta ex- ximo permi-
puesta. JLa señora Juana, nfíibulads. — No BÍ qué jugar. tido.
El esposo, húmedo obsesionado, al oído. — La Dama. Juana.
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Grupo de parejas que asistieron aí festival artístico y danzante, organizado por la comisión cooperadora de la
Escuela N^ 23 de Haedo, a beneficio de esa institución escolar.
RABDOMANTE ARGENTINO A N I V E R S A R I O ALUMNO PREMIADO

Don Francisco Alvarez, zaho- Familias de los asociados de la Unión Ferroviaria, Agustín Recabarren, que ob-
ri que, mediante su don natu- spcción Villa Luro, que asistieron a! luch con que tuvo el p r e m i o del M. de
ral, ha encontrado agua dulce fué celebrado el 11V aniversairo de dicha en- Agricultura do la Nación al
en diversas zonas de la ciu- tidad. mejor alumno de la escuela
dad de Mendoza. del ramo, en San J u a n .

Comisión de la Sociedad Española de Socorros Mutuos, que regirá los destinos de las sociedades fusionadatt
"Emilio Caslelar" y "Nueva", de América, F. C. O*
FILÁNTROPO B E N E F I C I O DESIGNACIÓN

Señor Marcos P a s t u r a , eati- Señoritas que tomaron parte en el festival reali- Señor Benito Torotta, estima*
mado industrial que donó la zado recientemente, a beneficio de la sala de prime- do caballero y filántropo que
suma de $ 10.000, para hoa- ros auxilien de la localidad! de Arroyito, F» C. C. C. ha sido designado presidente
pítalas, en la ciudad de R o ' del Circulo Italiano do San-
sario de S a n t a Fe. ta Fe.
E s indudable que la luna ejer.
ce una grande influencia en
los peces como en otros se-
res de la naturaleza. Unos cientí-
ficos belgas han estudiado la in-
fluencia de la luna en la pesca,
y he aquí los resultados de sus
experienciaiüi, las cmales publico
porque tienen aplicación a nues-
tra situación geográfica:
Luna nueva. — 1er. día: 8 ho-
ras : muy bueno; 2 ' día, 9 horas:
muy bueno; .ler. día: 14 horas:
muy bueno; 4 ' y 5' días, 15 ho-
ras: muy bueno; 6' día, muy ma-
lo; 7» día, excelente, desde las 10
hasta las 15; 8' día, pasable, des-
de las 10 hasta las 16.
Cuarto crccimie. — 1er. día:
bueno en la mañana, regular en
la tarde; 2'> día: bueno en la ma-
ñana, mejor en la tarde; 3', 4 ' y
5' días, regular; 6' día: muy EL CHISTE PAKA LOS PESCADORES
bueno desde las 14 hasta el ano- El visítame, mirando la foto. — ¡ Qué interesante, qué interesante!
checer ; 7» y 8' días, excelente Pero, ese punto negro cerca de la boca del pescado, ¿qué es?
todo el dÍQ. El pescador aficionado, — Soy yo, pues...
Luna llena. — 1er. día: regu- (De Tbe Fisbing Gazette, Londres)
lar todo el día; 2 ' día, malo; 3er,
día, muy malo; 4 ' día, mejorando; cuando le mostraron el dibujo de alto, extremidad norte de la isla.
5' día, bueno en la mañana, re- un plesiosauro, exclamó : ") Eso es Abundan los salmones de diez ki-
gular en la tarde; 6' día, bueno, lo que yo he visto en el lago I" los y los pacús enormes. Los gran-
solamente en la mañana; T> día, Lo cierto es que la presencia del des bagres amarillos forman le-
bueno en la mañana hasta las 14 ; monstruo ha provocado una im- gión y no dejan en paz los anzue-
8' día, muy bueno en la tarde portante corriente de turistas ha- los. Todos estos peces son braví-
hasta la noche. cia Ness, que es, sin duda, lo que simos : una pequeña boga de cua-
Cuarto iiwnguante. ^— 1er. día, quieren los hoteleros del lugar... tro kilos deja satisfecho al más
bueno, después de las 13; 2'> día, apático de los pescadores. En fin:
bueno en la tarde; 3er. día, bue- La pesca en Martín Martín García eí, para los aficio-
no después de las 15; 4' día, re- nados, un verdadero edén, cuyas
gular, después de las 16; 5'' día,
García puertas, ahora clausuradas, es ne-
cesario abrir para bien del depor-
bueno en la tarde; 6' y 7' días,
excelente en la tarde; 8' día, regu-
lar en la mañana, bueno en la tarde.
Los cuartos de luna duran de
E N un barco de poca marcha,
Martín García está a cuatro
horas escasas de Buenos Ai-
res. Sin embargo, son pocos ios
te. Insistiremos en ello otra vez.

Cuando no hay pique


siete a nueve dias. Para el noveno que conocen a aquel pequeño pa- (Contestando preguntas)
día, el pronóstico es igual al oc- raíso. Y no por falta de interés,
tavo de cadíi cuarto. sino porque la isla se halla bajo A Justino Corrarte, Mercedes,
jurisdicción naval y en esas con- Corrientes. — En primer lugar,
diciones las posibilidade.5 del tu- amigo núo, no es salmón lo pes-
El monstruo del lago rismo son nulas. | Qué hermoso, cado por míster Mitchell Henry,
qué apacible y que pintoresco rin- sino un •atún, y de los buenos. En
Ness cón de tierra argentina! Los afi- segundo lugar, la piola usada en
cionados al deporte tienen en esc lance, es una calibrada hasta

L AS publicaciones itiglesas dan


informaciones acerca de la
aparición de un raro mons-
truo marino en el lago Ness, Es-
Martin García horizontes y opor-
tunidades inmensas e insospecha-
bles. El agua es clara (la proxi-
60 kilos, es decir, que aguanta
una tensión de 60 kilos. En ter-
cer lugar, la caña es de las lla-
madas "Palakona", de bambú con
cocia. He aquí cómo lo describen midad del Uruguay), el clima be-
nigno y saludable (algunos pun- elma de acero, muy parecida a la
aquellos que dicen balierlo visto; que se vende aquí para el dorado.
"Tiene un pescuezo largo y del- tos alcanzan a 36 metros de al-
tura). Existen dos pequeños mue- La brazolada es de acero delga-
gado, una cabeza pequeña y cha- do, tiene cuatro metros de exten-
ta, dos o tres jorobas o grandes lles, para los (|ue gustan como-
didades completas. En invierno sión y se encarna con arenque. En
pliegues en la piel y mide de 30 uno de los próximos números de
B 50 pies de largo; marcha en el abunda el pejerrey, cuyo peso,
término medio, ¡«isa de medio kilo. "Caras y Diretas" publicaré un
agua con movimientos de oruga." artículo describiendo esta intere-
Algunos afirman que puede tra- En verano, la boga abunda nota-
blemente: algunos ejemplares se sante pesca con todos los detalles.
tarse de una ballena, marsopa, ti- Se lo recomiendo.
burón gigante o monstruosa an- han sacado de nueve kilos; los co-
guila congrio. Otros, que lo han munes son de cuatro kilos y más.
visto con más calma Csegún ellos) El dorado (hasta de 15 kilo.;) se
dicen que debe de ser algún ejem- puede pescar desde los muelles, o
plar sobreviviente de los tiempos bien cerca de un gran banco pró-
a n t e d i l u v i a n o s . Cierta persona, ximo o en Punt.-i Gañón, con río
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Los dibujos no han de ser copiados, y serán hechos con pluma y tinta negra, y de tamaño df
postal. Deberán tener el título de lo que representan, y al respaldo, el nombre y dirección
del autor. Cada mes se premiarán los dibujos más interesantes con libros especíales para
niños. Los sobres deben dirigirse; "Concurso Infantil de CAAAS y CARETAS, Chacabuco i 5 i " .

450. — El rancho de Don Cantaricio. 45i. — La gauchada. 452. — Tota y Rubén,


Ernestina Anselmo, Lujan (F.C, O.) Gerardo María. Rosa Tuttolomondo, Whielwright
(F. C. C. A.)

453. — Una gran pelea. 454. — Maneco de pasco. 455- — La cscuclita dci campo.
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Lecturas Infantiles Noble benefactor Por Adelía Di Cario


IÑOS: En un día del co- to poseía decía: "Poco tengo y Esto es -un poquito triste, perí>
N mienzo del mes de julio de
1818, nacía en Buenos Aires,
en un hogar patriarcal un niño,
de lo poco que tengo me sobra".
Esto también me lo refirió la
señorita Emma.
es muy lindo, ¿no es cierto, m¡i<
lectorcitos ?
Bueno, ahora viene en realidaíl
cuyo nombre y cuya obra deben El millonario magnánimo que se lo más p r e c i o s o de mi cuento.
recordar todos ustedes. Ustedes ya no pueden más de
Sus padres don Francisco y do- impaciencia y curiosidad por sa-
ña María residían en el centro ber lo que ese filántropo hizo y
mismo de la aldea de entonces, que cómo se llamaba. Ese gran ciu-
hacía apenas ocho años había sa- dadano donó la suma de un millón
cudido el yugo que pesaba sobre de pesos para que se construyera
ella, emancipándose del poderío una escuela graduada para ambos
español. sexos en el partido de Belgrano,
Fué así que ese niño se lo llevó que en esa época pertenecía a la
a ia pila bautismal del temp!o_ de provincia de Buenos Aires. Las
San Nicolás de Barí y el canóni- escuelas llevan el nombre de sa
go doctor Eduardo O'Gorman ro- generoso donante; Casto Munita.
ció su cabecita con el agua bendita. Es la número 1 y 2 del Consejo
Escolar XV. El edificio que está
AI crecer, demostró siempre una dividido derde hace muchos años
generosidad que c u l m i n ó en el en escuela de varones y en la de
año 1881 con una olira a favor niñas, está situado en la calle
de los niños y que será para las Echeverría y Cuba. Por ellas han
generaciones que se sucedan un desfilado durante cincuenta años
monumento perenne a su recuer- numerosas generaciones de niños
do. La posteridad continuará res- argentinos, algunos de los cuales
petando ese nombre y cualquiera han tenido y tienen una actua-
que sean los cambios que se pro- Casto Muníia.
ción destacada.
duzcan no morirá jamás.
I Están ansiosos por saber quién desprendió de su fortuna, en los El señor Casto Munita era tan
es? Tengan paciencia niños, ya lo últimos años de su vida ejemplar e x t r e m a d a m e n t e modesto que
sabrán. Vamos a hablar primero tuvo que refugiarse en la casita cuando visitaba la escuela que él
de sus grandes virtudes. de uno de sus fieles servidores donó — lo que hacia con frecuen-
¿Grandes?... Sí, niñitos, muy quien en unión de su esposa, lo cia— al ser invitado por la direc-
grandes. Yo desearía que las ha- trataron con todo cariño. tora a visitar los salones de clase,
das se las hubieran regalado a ¿Verdad qué esto p a r e c e un él se negaba, manifetando que los
toditos ustedes los que me leen. cuento? El hombre bueno, el hom- minos no necesitaban conocerlo.
Una noble mujer y excelente bre austero que lo dio todo, que Era un ferviente admirador de
maestra me escribió hace poco una la casita donde buscó amixiro en don Bartolomé Mitre. Asistió al
esquela en que me hablaba de él su ancianidad sin afectos y sin los entierro del procer realizado pocos
con admiración. halagos que proporciona el bien- días antes de su muerte, pues pa-
I Quieren ustedes que les repi- estar sin zozobras, la debía don só a la eternidad el 30 de enero
ta su juicio? José Cao y Cao a su generosidad, de 1906.
Helo aquí: exhaló su último suspiro en los Niñitos: Un pensamiento vues-
"Fué bueno, modesto y ausle- brazos de esas nobles gentes, que tro para este noble benefactor.
<o". Fué un San Francisco de han embellecido con la gratitud
ASÍS argentino que en su altruis- y el cariño hacia su bienhechor
mo, después de haber dado cuan- sus modestas vidas.

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CARA/Y B^^TIEMPOS' CARET/i/

N» 1 N? 8
Intercalación, por Mauricio Ruffon (Avellaneda)
Comprimido, por Luciano Masolini (Ciudad)

ANI NOTA M A L FINALDE


AJEDREZ
,v^~«. ^
íl^EM — E + I 100 O
,

N9 2
Adivinanza, por Lola A. Iriarte (Hinojo, F , C. S.)
Ni 9
¿Quien es que va caminando
y no es dueño de s u s píes Comprimido, por Luciano Masolini (Ciudad)
que lleva el cuerpo al revés,
y el espinazo arrastrando,
-
,: que los pasos que va dando
nadie los puede contar,
C A L I D A A D
y si quiere descansar
mete entre su vientre los p i e s ?
N9 8 N» 10
Coraprimido, por "Centauro" (Ernestina, F . C, S.) Frase liecíia, por KOQUO A. Dcluca (Ciudad)

500
N? 11
' ^
Comprimido, por A. Lavinzsa (Ciudad)
0
Nf 4
1

> Comprimido, por G. Loperana


Vernet (Ciudad

( & •

w^ itltUí
N9 B
Refrán «emi-interpretativo, por "Hiño" (Río Santiago, BASES
F . C. Sud)
CARAS Y CARETAS ha establecido u n concurso men-
sual d e juegos de ingenio, para el que se otorgarán
cuatro premios en la siguiente fornia : dos a los lec-
tores q u e remitan mayor número d e soluciones exac-
R O S B T R O tas y otros dos a aquellos a quienes se les publiquen
mayor n ú m e r o de juegos. Dcl>en ajustarse a las si-
VBBOr guientes b a s e s :

N9 6 1 ' E n caso de empate, los premios serán adjudicadas


en la forma m á s equitativa que resuelva la Dirección.
Comprimido, por L. Oriolo (Ciudad)
2» E s requisito indispensable a d j u n t a r a las solucio-
nes el cupón respectivo.
3» Los juegos deben estar acompañados de firma
y domicilio, aunque se publiquen con seudónimo,
como también d e l a s soluciones correspondicntas,
4 ' E i aspirante a premios por colaboraciones puede
optar también a los premios por soluciones.
y ^¿^ n INv T
h!. ie la R. — Toda correspondencia p<ira esta
eccción debe remitirse a la sección " P a s a t i e m p o s " ,
CARAS y CARETAS, Chacabuco N ' 151.
Frase comprimida, por " F a l u c h o " (Ciudad)
Concurso de diciembre. — Se reciben aoluelonea basta
V DO A V DO E el 15 d e enero próximo inclusive.

VI Véanse iag iiasea en cl


CONCURSO DE PASATIEIHPOS
primer número de cada
V DO 0 V DO U DICIEMBRE D E 1833
mes ( c o n premios). CUPÓN Nv 183S
Batalla campal entre bandoleros y policía en Montevideo

María J u r e de Celleriza, que dis- Marcos Calleriza, capitalista de r e - J u a n a C. de J u r e , cuSada de Ca-


paró sobre los asaltantes e hirió doblonas y quinielas. Contra él se Ileriza, que abrió la puerta a ios
a una vecina. Su actitud provocó dirigió el asalto, que fracasó y pi'o- asaltantes y se defendió de uno da
ia huida de los malhechores. vocó el tiroteo. ellos a mordiscos.

U N trágico balance arrojó el ti-


roteo sostenido e n t r e una
banda de nmlhechores y nn n ú -
cleo do policías en la capital de
la república vecina. Habiendo fra-
casado la primera, en su intento
de asaltar y saquear el negocio
de Marcos Cnlleriza, redoblonero
y Quiniolero establecido en una
casa situada en las calles Herrera
y Obes y Aurora, debido a la acti-
tud decidida de la eaposa del dne-
iío del negrocio, sus componentes,
amenazados por la policía, agre-
dieron a ésta a tiros, entablándo-
se un recio combate, de cuyos r e -
sultados informó la prensa mon-
tevideana y argentina, hacicndoBe
eco de la pona producida por el
fallecimiento de los servidores del
orden público.

Virgilio Tomás Denis, su- Armado« convenientemen-


jeto que pertenecía a la te, dos agentes de poli-
banda y que se entregó cía custodian la entrada
después del tiroteo, antes de la quinta en donde se
de ser herido por la po- refugiaron los delincuen-
licía. tes después de! tiroteo.
• •
LoB ocupantes de la casa y que entregaron al cri-
en donde se había refu- minal a las fuerzas poli-
giado Uno de los Ortells ciales.

Agente G e n a r o Raúl Páez, agen- Guardia civil Ga- GuáVdia civil Ro- Agente R. Mal- J u l i á n Fcrrán,
L e i t e s , muerto. te, muerto. marra, muerto. driguez, m u e r t o , donado, matador heridor de José
. de Pérez Delgado. Ortells.

Asaltante Asaltante P . Valdi- Asaltante Gabino Or- Clotilde Gallois, mu- G. Mol fui í v o n r e ,
lells, herido y Uü- vieso Montiel, tells, herido y dete- jer de Valdivie.'io, de- detenida por la pa-
tsnido. muerto. nido. tenida. Hcia.
C A R A / Y CARETA/

LA MALA VIDA LITERARIA

Como en ios
folletines... m
UATRO hermanitos lloraban rodeando a
C una joven de diecisiete años. E! padre
y la madre acababan de fallecer. La
miseria más absoluta era la única pers-
pectiva que aparecía ante los llorosos ojos de
la infeliz muchacha. Nada, absolutamente na-
da, poseían aquellos cinco huérfanos...
¿Nadar... De pie, frente a ellos, cabizbajo
y conmovido, aparecía un joven. No tendría
más de veinte afios. Quizá menos... El rostro
juvenil, pálido y descarnado. Encendida la mi-
rada. Tembloroso el ademán de ambas manos
que intentaban acariciar las cabezas de los ni-
ños, allí aguardaba alguien.
— ¿Qué será de nosotros? — preguntábase,
entre sollozos, la huérfana, rodeada por los
cuatro chiquilines. — ¿Qué será de nosotros?
¿Quién nos ayudará?...
Se escuchó la voz de! joven. Primero, un
liilillo de palabras casi incomprensibles. Luego,
la declaración firme, categórica, casi con acen-
to viril:
— Yo os ayudaré. Yo me casaré con vuestra
hermana. Seréis mis hijos...
— i Ejirique! — exclamó ella.

En la existencia — Ya lo habéis escuchado •— prosiguió él. —


Nos casaremos inmediatamente, y lo que sea
de mí será de vosotros.
_ Enrique Pérez Escrich tenía entonces die-

de Pérez Escrich cinueve años. Carecía de dinero. Allá, en Va-


lencia, en uno que otro periodiquillo, había he-
cho ¡as primeras armas. Nada más. Tenía fe
en su laboriosidad. Gjn fiaba en la fuerza de
hubo argumen- aquel amor, que así se iniciaba con la mayor
de las responsabilidades.

tos para muchas El f o l l e t i n i s t a que


soñaba con el teatro •
novelas * S E casaron. El amor y la conciencia de rea-
lizar una obra de bien fué el acicate que
Enrique tuvo para iniciarse en la lucha
por la vida. Mas en la ciudad provincia-
na, poco o nada era lo que en materia literaria
se podía realizar. Existía, sí, la posibilidad de
ü « el follet'mista Enrique Peres Es- obtener algún puesto en la burocracia. Pero Pé-
•C' crich hubo una acrisolada dignidad rez Escrich, el novelista que ha servido de mo-
profesional. Escritor fácil, hecho a los tivo de burla a muchos literatos de los llamados-
gustos del público, jamás le defraudó ni puros que detenían regaladas posiciones en las
dejó de servirle con la constancia y pul- administraciones públicas, poseía la más pura
critud que eran sus características. En y noble dignidad profesional: quería ser lite-
los comienzos de su dificultosa carrera rato, vivir y triunfar como literato, mas sin
artística, rcchasó los puestos burocráti- el apoyo y sin la ayuda del presupuesto na-
cos y toda ayuda extraña a su profesión cional.
literaria. Nunca pensó en ser más que Por esto, nada más que por esto, abando-
un folletinista y realisó su trabajo des- nó su ciudad natal y se embarcó con ruml;o
pués de ayudar anónimamente a otros a Madrid, decidido a probar fortuna con
escritores cuyo nombre jamás reveló. sus obras dramáticas. Dejó en Valencia a la
esposa y a los huérfanos. Metió en su maleta
artículos, con sus poesías y, sobre todo, con
CARAJ- Y CARETAS

una tragedia de riguroso corte clásico y un puedo hacerle todos los romances que usted quie-
drama caballeresco y romántico muy de acuer- ra. ¿A cuánto los paga usted?
do con la, moda literaria de la época. — Doy diecinueve reales por cada uno y le
La capital mostróle al ilusionado poeta pro- compraré todos los que me traiga.
vinciano toda su hosquedad. Una después de Al siguiente día apareció el poeta con uno de-
otra, las puertas se le cerraban. Contados eran dicado a la guerra de Crimea. Así, por espacio de
los hombres de letars a los que se podía apro- un mes; hasta que el editor, por falta de interés
ximar. Los muy famosos ni siquiera lo recibían. del público, se vio precisado a rogarle que los
Los mediocres le esquivaban, como siempre, vien- suspendiera. Aquello significó para Pérez Escrich
do en él al principiante que puede trocarse en un un verdadero descalabro. Máxime cuando ya te-
peligroso rival. Restábanle los de su categoría, los nía proyectado trasladar a su esposa para que cu
bohemios, los hampones, los que eran literatos na- Madrid viviera de las aleluyas y romances. Fué
da más que de nombre y los que padecían hambre una nueva desilusión, aunque, afortunadamente, el
y vicisitudes mil sin atisbar una sola posibilidad. mismo librero, conocedor ya de su laboriosidad,
Un mundo de descontentos, de desilusionados y llegó a encomendarle la redacción de algunas no-
también de tipos conformes _ con su lamentable velas de tipo folletón que, luego de corregir so-
destino y que se dejan ir viviendo. meramente, firmaba y publicaba un escritor po-
Entre éstos encontró Pérez Escrich al poeta pularísimo. Pérez Escrich, optimista, no puso re-
bohemio Florencio Moreno Godino. Confidente y paros en ejecutar aquel trabajo. Le daba para vi-
protector, diríamos platónico, de los que recién se vir y, sin riesgo alguno para su nombre, le per-
iniciaban. Artista en las artes de multiplicar la mitía realizar una benéfica práctica en «1 gé-
calderilla y consumado maestro en inventar recur- nero. De esta manera escribió varias obras cuyo
sos para acallar el hambre. título y destinatario tuvo él siempre la delicadsza
En los primeros tiempos, Pérez Escrich alquiló de silenciar.
una mala buhardilla, en un caserón de la calle de
Santa Polonia. Pagaba por ella treinta reales men-
suales. Entre los muebles sólo contaba con un ca-
La ayuda de un
tre, una mesilla y una silla de paja. Para comer argentino •
bastábanle unos pocos céntimos. El resto, ilu-
siones . . .

La eterna peregrina- U TIA tarde, la desesperación y la osadía que


la necesidad engendra, llevóle ante don
Ventura de la Vega, el argentino que,
radicado en España, habíase convertido
ción con los originales en una de las más aplaudidas personalidades tea-
trales de su época. Pérez Escrich llegó con un
bajo el brazo • manuscrito bajo el brazo, tal cual entonces se es-
tilaba, y le rogó encarecidamente que se lo dejara
leer. Ventura de la Vega accedió a ello con la

C OMENZÓ la iKregrinación. Una carta de


presentación que le diera cierto ]>ersonaje,
lo llevó hasta la casa de Julián Romea.
Romea era una de las figuras más popu-
misma complacencia con que un escritor famoso
contemporáneo accedería a que un crítico princi-
piante le leyera su estudio encomiástico. Y el re-
sultado fué que
lares del teatro español de aquel entonces. Una
gran figura y un poderoso empresario que adqui- el a p r e n d i z de
ría por un puñado de duros las obras que luego dramaturgo rcci- W W W W
le daban tanta fama como fortuna. La contesta- bió unas confor- T T T T T T T T
ción del astro de la escena casi no merece ser con- tantea p a l a b r a s
signada. Despaclió al pobre poeta con palabras de encomio y un
huecas y promesas remotas. Después de Romea, billete de banco UNA ANÉCDOTA DE
Pérez Escrich descendió la escala. Sus mamotre- que el compla- LOS DÍAS DE
tos con la tragedia y el drama comenzaron a JK)- ciente don Ven- BOHEMIA
ncrse tan amarillentos como pringosos. Los resul- tura le deslizó
tados, nulos.
Moreno Godino, el hombre ingenioso, le ayu-
delicadamente.
— Maestro...
P eres Escrich carecía de
todo. Tenía hambre,
Esto no puede pero se sentía alegre. Intn-
dó entonces. Le brindó un recurso que casi todos tó a cinco o seis amigos y
los poetas desdeñaban con muy altisonante altivez ser — i n s i n u ó ,
casi abochorna- les arrastró hasta un figón
pero escaso sentido práctico: con la halagadora promesa
— jTú quieres triunfar? — le preguntó. do, Pérez Es-
crich. de hacerles comer. Cuando
— Desde luego. todos estuvieron alrededor
— Para triunfar tienes que vivir.., — ¿Cómo Que
no puede ser? — de la mesa, el escritor abrió
— Natural, su cartera y arrojó iodo
— Para vivir, tienes que comer... rei5úsole el poe-
ta argentino, fin- cuanto contenía, diciéndole
— I Claro 1 giendo enojo. — al fondero: "Aquí está to-
— Pues yo tengo un trabajo que te dará para ¿Me va usted a do cuanto tengo. Tráiganos
comer, que te permitirá vivir y, quizá, triunfar. decir ahora que dieciocho cuartos de so-
— ¡ Venga el trabajo 1 — repuso, entusiasmado, un escritor no pas..." Los amigos com-
Pérez Escrich. puede ayudar a prendieron; imitándole,
Ambos bohemios echaron a andar y llegaron un colega y pres- arrojaron a su ves ¡as con-
hasta una imprenta tan mísera como tenebrosa. tarle unos míse- tadas monedas que atesora-
Era la casa de un editor de coplas y aleluyas. Los ros duros? ¡To- ban, y de esta numera dis-
romances, estampados en papel deplorable, llena- me! Ya tendrá frutaron de un sticulenio
ban el ínfimo escaparate. Moreno Godino obligó oportunid a d de festín.
a Pérez Escrich a íeer algunos de ellos. Instantes devolvérmelos
más tarde, el poeta estaba ante el editor. el día que es-
— Yo, como esos que tiene en el escaparate. trene.
C7S.RAy Y CARETA/

Pérez Escrich aceptó aquel dinero que con tan- Pérez Escrich se convirtió en "el novelista del
ta dignidad le ofrendara el poeta criollo, y, salvo hogar". Los moralistas las recomendaban. Algunas
unos pocos céntimos, los remitió a su esposa para de ellas alcanzaron fabulosas tiradas, ediciones que
que inmediatamente y con sus hermanos abando- no han igualado en el presente muchos de los titu-
nara Valencia y se dirigiera a Madrid. lados novelistas populares.
Los editores de folletines acudieron a él. El
folletín era el cinematógrafo de aquellos venturo-
Todavía, antes del sos años. Llegaba todos los días a los hogares, ya
en las amarillentas páginas de los no muy bien
triunfo, un doloroso impresos periódicos; ya en cuadernillos que salían
obstáculo. • de la atiborrada cartera de un repartidor de "en-
tregas". De España la fama de Pérez Escrich pa-
A tenia el poeta a su familia en Madrid; só a América. Los editores repartían los folleti-
VAI ya había logrado algunos recursos gra-
cías al trabajo que le entregaban los edi-
nes de Pérez Escrich por toneladas de papel. Era
un diluvio que llegaba hasta las más pequeñas po-
tores de folletines; y> existia hasta la blaciones de ¡a campaña. Penetraba en forma de
posibilidad de tocar la gloria con un estreno apa- cuadernillos casi impalpables, con contadas pági-
drinado por aquel bondadoso protector que le re- nas, que venían a ser como una gota de agua en
sultó Ventura de la Vega... cuando la fatalidad, boca de sediento. Pero, paulatinamente, aquellos
nuevamente, se abatió sobre él. Una gravísima en- cuadernillos se amontonaban, apilábanse, y cuando
fermedad a la vista dejóle casi ciego por largos el folletín había concluido constituían un volu-
men del tamaño de un misal, al que siempre había
meses. Debió recurrir a la colaboración de su es-
que encuadernar lujosamente...
posa a fin de llenar las cuartillas que le daban
para vivir, y hasta en cierto instante crítico ¡)ensó Pérez Escrich formó, gracias a este constante
en eliminarse, convencido de que, lejos de consti- trabajo suyo, una cuantiosa fortuna. El editor
tuir una ayuda, se trocaría en un obstáculo mo- Guijarro llegó a contratarle una exclusiva por la
lesto. que le entregaba diez mi! duros de derechos de
Algo de ilusiones puso en él el estreno de una autor por ano. Y la serie parecía no tener fin:
comedia que le comprara el actor Osorio por nueve El cura de la aldea, La caridad cristiana. El már-
duros, y que fué la puerta que le permitió ingre- tir del Gólgota, La mujer adúltera, Los matrimo-
sar luego con El cura de la aldea, su primer éxito nios del diablo, La envidia...
de verdad, gracias a cuyos beneficios logró curarse Con el triunfo, el folletinista consiguió la tran-
la vista y estar nuevamente en condiciones de quilidad. Levantó su casa en la población de Pinto,
trabajar con toda la intensidad que le era carac- a escasa distancia de Madrid. Educó a su familia.
terística. Hizo feliz a la esposa. Cumplió con su palabra.
— Aquella comedia malvendida en nueve duros Trabajó ejemplarmente. Fué también una ayuda
— decía años más tarde, — fué la base de mi for- siempre dispuesta y al alcance de los poetas bo-
tuna. Si pido por ella un céntimo más, no la es- hemios, que luego, con el dinero que le habían
trenan y vayase a saber lo que hubiera sido de mi... arrancado, marchábanse haciendo befa del "folle-
Una vez más, el escritor que fué famoso y tinista"...
ganó una fortuna con su pluma, daba una sabia
lección a los que se inician en la vida literaria, Y con la ancianidad,
demostrándoles que, a la vez que ella impone sa-^
crificios materiales, demanda no menos en lo que la p o b r e z a •
al orgullo y la vanidad profesional se refiere.

El t r i u n f o y la P OSEÍA SU hogar, tenia la vejez asegurada.


No necesitaba escribir más... Pero llegó
un amigo, le complicó en un mal negocio
y Pérez Escrich se encontró tan pobre
fortuna • como cuando tenía veinte años. Debió entregar la
propiedad a los acreedores. Debió pensar en ga-
la vez que en el teatro, su fama comenzó
A a cundir en el libro y en los periódicos.
Los editores que hasta entonces le enco-
mendaran trabajos anónimos o para qu€
narse la vida escribiendo, como antaño. Afortu-
nadamente, en su ayuda acudió un amigo. Le pro-
porcionaron un puesto oficial. Lo designaron di-
rector de un asilo... Y él, el escritor altivo, des-
los firmaran otros, optaron por publicarlos con pués de imponerse y de triunfar, debió acceder y
su propio nombre. Las novelas de Pérez Escrich aceptar el empleo que le permitiría concluir sus
se difundieron rápidamente. Eran obras amables, días con dignidad.
sanas, hechas al gusto de las personas de !a épo- — Ahora... ¿Qué importa?... Ya he dejado
ca, sin complicaciones cerebrales, con mucho ro- de ser un escritor. Bien puedo convertirme en
manticismo, no menos lances caballerescos y, sobre burócrata — decía, justificándose.
todo, una pureza y una moralidad a toda prueba. Y, como burócrata, murió en el año 1897.

M A R I O
L.<^ N O V ^ L J % DEL J U B V i C i "
ESPECIAL PARA "CARAS Y CARETAS"

Los o j o s cerrados
ETICULOSAMENTE, coH los gcstos suaves y precisos
Por M bajo los cuales se adivina la destreza profesional,
el profesor Cassandre, ilustre especialista de oftal-
LEÓN mología, colocaba en su estuche de cuero los delicados ins-
trumentos de óptica con los cuales acababa de examinar los
FRACHET ojos del pintor Rene Deville, el artista ya célebre, cuyas be-
llas marinas aureolaban su juventud de una gloria naciente.
C\R.'Sur Y LOS OJOS CERRADOS CARETAS

Después que hubo terminado, cerró el no obstante el terror irracional que le ins-
estuche cuya cerradura golpeó con un rui- piraba la capital (este monstruo de ciudad
d3 seco y, dirigiéndose al pintor que estaba que devora el corazón de los jóvenes) y se
frente suyo tendido en un sofá con la ca- convirtió a la vez en cocinera, en portera
beza hundida en una almohada, que no y gobernanta. Cocinera, lo era, con arte,
dejaba ver más que un rostro pálido ro- no olvidando nada para satisfacer la gula
deado de una venda sobre los ojos, le de- de su "petiot". Portera, defendía celosa-
claró con el tono áspero que le era ha- mente la entrada del pequeño departamen-
bitual: to que él había alquilado en Montmartre,
- ¡Vamos! Esto va bien. Su estado mejo- dirigiendo miradas desconfiadas por la
ra. Dentro de cuatro o cinco meses, usted puerta entreabierta, que ella cubría con to-
habrá recuperado la vista y todo esto no da su imponente persona, a las visitas que
será para usted más que un triste recuer- le parecían demasiado bullangueras, dema-
do. Usted podía haberse quedado ciego. Es siado negligentes, demasiado bohemias, en
un milagro, un verdadero milagro del cual fin, gentes poco serias a quienes ella pre-
yo mismo estoy asombrado, pero, sea usted guntaba con tono seco y con un acento "be-
razonable, ¡qué diablos!... ¡Tenga un po- rrichon" que les hacía reír:
co de paciencia! Yo le enviaré una perso- — ¿Qué quiere usted con el señor? ¿Es
na. A usted le hace falta una compañía a usted a quien espera, tal vez?
más agradable que la de su vieja ama. Gobernanta, ella conducía con autoridad
¡Bien! Hasta luego, mi querido Rene, y — una autoridad que había crecido con la
siga bien mis instrucciones. edad — toda la economía de la casa. Ella
Tendió al pintor su larga mano de hom- era la verdadera dueña de casa, refunfuño-
bre de bien, y, después de haber apretado na, rezongona, siempre descontenta, siem-
vigorosamente los dedos febriles que entre pre llena de recriminaciones. Pero, en el
los suyos abandonó el enfermo, en un ges- fondo, era una gran mujer, un poco maniá-
to de lasitud, tomó el estuche y el sombre- tica y cabeza dura, como esas buenas sir-
ro de sobre la mesa, y, arqueando el alto ta- vientas provincianas que han servido a tres
lle, cuya poderosa estructura marcaba una generaciones sucesivas en la misma casa y
levita, franqueó la puerta de la pieza, mien- a quienes se les perdona con indulgencia
tras que el pintor, con una voz dolorida, sus pequeños errores, pero sensible y bue-
llamaba repetidamente: na, cariñosa y fiel como un perro.
— N a n e . . . N a n e . . . Ven a alumbrar al Ella se retrataba de cuerpo entero en
profesor. Apúrate... esta frase que repetía espontáneamente an-
Desde el otro lado de la pieza se oyó un te quienes se sentían felices de ganar su
ruido de vajillas; luego el rechinar de una confianza para obtener así confidencias
puerta, y un paso pesado que se arrastraba sobre el pintor:
en el vestíbulo. — ¡Mi "petiot"! Yo me partiría el co-
Nane apareció rezongando y secándose razón en pedazos con tal de que él no tu-
las manos en la punta de un gran delantal viera penas...
de tela obscura que le ceñía las anchas Ella había creído que iba a morirse de
caderas. Era una buena anciana de unos se- pesar cuando él fué víctima de un acciden-
senta años, a quien la edad le había dado te automovilístico. Un golpe violento en la
una gordura respetable y . . . un carácter cabeza y, sobre todo, los pedazos de vidrio
execrable. Al servicio de la familia Devi- que le cayeron en los ojos, lo habían de-
lle desde su juventud, había sido a su tur- jado completamente ciego, no obstante los
no y según las épocas y las circunstancias, cuidados inmediatos del profesor Cassan-
una mucama o una cocinera perfecta; des- dre, un viejo amigo de los Deville.
pués, mucho más tarde, al nacimiento del Por suerte para el pintor, a quien el ac-
pequeño Rene, una nodriza cariñosa, que cidente venía a golpearlo en plena gloria
se ligó al niño con una ternura apasionada — pues el último Salón acababa de consa-
que no hizo más que crecer con el tiempo. grar su talento, despertando la envidia y
Poco a poco, ella lo fué considerando co- la crítica, — la ceguera no era definitiva.
mo a su propio hijo, y cuando el joven, to- El profesor, cuyas curas imponían autori-
mando vuelo con sus propias alas, se apar- dad en el más reputado mundo médico, con-
tó de la tutela paterna para ir a instalarse servaba todavía una esperanza de devolver-
en París donde esperaba hacer consagrar le la vista a su enfermo, esperanza que él
su talento naciente de pintor, ella lo siguió mantenía cuidadosamente en el corazón
CARA/ Y LOS OJOS CERRADOS CARETAS

del pintor para luchar contra la desa- una sabia. ¿Qué es eso? Yo he oído bien.
zón que lo debilitaba. Casi todos los días ¡Ya no me quieren más a mí! ¿Qué es lo
venía a examinarlo atentamente no obstan- que hará mejor que yo esa sabia? ¿Acaso
te hallarse lejos la casa de campo donde yo no sé cuidarte y acariciarte bien?
él lo había hecho instalar, lejos de los rui- ¿Quién te amará más que yo, mi "petiot"?
dos de Montmartre, en la soledad y en la Un poco excitado, el pintor hizo un ges-
calma que le eran necesarias en adelante. to y le dijo:
Pero, no obstante todo esto, tal soledad — Vamos, mi buena Juana, no te eno-
afligía duramente al pintor, quien no tenía jes. No tengas cuidado, no quieren reem-
otra compañía que su vieja Nane, más gru- plazarte. Esa persona vendrá solamente
ñona, más agria que nunca. Ella lo cuida- para distraerme con la lectura, pues el pro-
ba, sin embargo, con solicitud y con cariño, fesor dice que con ella se activará mi cu-
pero su conversación vulgar y poco esco- ración.
gida no era la que el ciego necesitaba pa- Luego, empleando el tono más dulce y
ra su descanso y para distraerlo de sus de- un poco infantil que él estaba acostumbra-
primentes pensamientos. do a emplear cuando le hablaba, concluyó:
Fué por esto que el profesor, comproba- — Déjame, N a n e . . . Estoy cansado...
do el progreso de la melancolía profunda Ya te llamaré más tarde.
del joven, había resuelto enviarle una en- La gobernanta sacudió la cabeza y con
fermera, cuya juventud y cuya educación las manos en las caderas adoptó un aire
le harían parecer menos largas las horas suspicaz. Luego, vencida, envolvió a su
y menos cruel la obscuridad a la cual esta- querido "petiot" con una mirada enterne-
ba condenado. cida, y volviendo sus talones se encaminó
Rene Deville había aceptado, en princi- hacia su cocina, no sin murmurar entre
pio, para agradar a su buen amigo, pero él sus dientes amarillos:
no esperaba ningún consuelo de esta com- — ¡Déjala venir a esa joven! Tal vez
pañera a quien no conocía y a quien no yo pueda enseñarle quién es la dueña de
podría ver. Ella no sería para él más que casa.
una extraña asalariada que se burlaría de
su dolor y que no pensaría más que en el
provecho que podría sacar de esta situación
lucrativa.
Distraídamente, oyó decrecer, en el si-
A LGUNOS días después, llegó la "per-
sona". Advertida por el tintineo del
timbre, Nane fué a abrir refunfu-
ñando. Se encontró frente a una joven
lencio de aquella noche de invierno, los
como de veinticinco años, que esperaba, tí-
pasos del doctor que descendía la escalera
mida y miedosa, examinando con una mi-
pesadamente, y los rezongos de Nane que lo
rada el cuadro acogedor donde iba a vivir
guiaba llevando en una mano una lámpara
en adelante por algunos meses.
de petróleo humeante, que constituía todo
el lujo de iluminación de la casa. Su vestimenta simple, aunque denotan-
do una cierta coquetería y un gusto exqui-
Luego, ya abajo, la puerta que daba al sito, revelaba su condición modesta. De
jardín golpeó sordamente, y la buena vie- pequeño talle, con un cuerpo armoniosa-
ja volvió a subir gimiendo y resollando, y mente proporcionado, parecía, a primera
el pintor no pudo evitar una sonrisa, oyén- vista, encantadora, pero este conjunto gra-
dola quejarse en voz alta: cioso estaba desgraciadamente incompleto
— ¡Oh! Esta escalera... ¡me hace pe- y se detenía en los hombros. Su rostro, in-
dazos las piernas! vadido por manchas rojas, estaba, además,
Pronto apareció en el hueco de la puer- afeado por sus facciones irregulares y sin
ta de la habitación que ella cubría comple- expresión, y por una piel débil y seca, don-
tamente con su gordura desbordante, ro- de se buscaba en vano la firmeza y la fres-
ja y congestionada por el esfuerzo. Con cura de la juventud. En verdad, ella no
una voz lastimera, en la que se percibía había sido agraciada por el cielo. Era fea,
cierta angustia maternal, le preguntó al francamente fea. Sin embargo, dos deta-
pintor, mientras oprimía una punta del de- lles aminoraban un poco esta desgracia fí-
lantal entre sus anchas manos: sica: los ojos negros de mirada aterciope-
— ¿Qué es lo que ha dicho el doctor, mi lada, que brillaban bajo los párpados de
"petiot"? ¿Quiere reemplazarme con otra pestañas raras, como dos diamantes colo-
a tu lado? Una inculta, él ha dicho, por cados en un cofre rústico, indigno de su
CARAX Y LOS OJOS CERRADOS CARETAJ

brillo, y una voz dulce y sonora, con ento- por el contrario, vivía enteramente bajo el
naciones acariciantes, que encantaba más encanto de su enfermera, conquistado ca-
allá de todas las expresiones. Aquella mi- da día más por su voz acariciante y por
rada luminosa y esta voz atrayente admira- las cualidades espirituales que él descu-
ban desde luego, pues era sorprendente el bría en ella durante las largas conversa-
contraste entre estos dones de la natura- ciones que reemplazaron agradablemente
leza y la fealdad de su rostro marchito an- a sus delirios solitarios y que acortaron las
tes de tiempo. horas, hasta el extremo de hacerles olvi-
Por la puerta entreabierta, Nane dirigió dar las de las comidas, lo que provocaba
a la visitante una mirada suspicaz con la las protestas de Nane, que iba diez veces
que la observó sin piedad, y luego le pre- a llamarlos, ubicada en el hueco de la
guntó con tono seco: puerta, con las manos en las caderas y en-
— ¿Qué es lo que quiere usted? ¿Es rojecida de cólera contenida:
usted a quien esperan tal vez? — ¿Es que van a venir o no van a
La joven, ruborizada y confusa, contes- v e n i r ? . . . Porque si ustedes vienen pron-
tó dulcemente, bajando los ojos: to, yo los espero, si no, tendrán que irse
— ¿Es ésta la casa del señor Deville, se- luego a comer donde ustedes quieran, tal
ñora? Me manda el doctor Cassandre, y... vez...
Nane la interrumpió bruscamente, con Y se alejaba, exteriorizando su rencor:
un acento más rudo todavía: — ¡Es una desgracia! ¡Es necesario te-
— Está bien. Entre y suba. Está arriba, ner paciencia! Una comida que ni los re-
pasando la escalera. Usted lo encontrará yes se harían llamar dos veces...
tal vez. La señorita Aubert sonreía, habituada
Confundida por este recibimiento gla- ya a la brusquedad y a la franqueza de la
cial, la visitante entró, un poco trémula, y guapa mujer, mientras que el pintor reía
subió la escalera delante de la vieja Nane, francamente.
que la seguía rezongando. Poco a poco, una intimidad más grande
Cuando ella penetró en la habitación, el los aproximaba. Extremadamente molesta
pintor la recibió afablemente y saludándo- al principio por lo delicado de su situación
la le dijo con una voz dulce: cerca del pintor, Genoveva se había adap-
— Buenos días, señorita; sea usted bien- tado rápidamente, ayudada en esto por la
venida. buena disposición del joven, que sabía evi-
Confortada por esta dulzura que borró tar con cuidado todo cuanto pudiera herir
algo la brusquedad de Nane, ella respon- su fealdad.
dió, inclinándose un poco, sin recordar que El primer tema de conversación fué, na-
su interlocutor no la veía: turalmente, la recíproca presentación. Re-
•— Buenos días, señor, muchas gracias. ne Deville le contó el accidente que había
Sorprendido por el acento de su voz ar- tenido para él tan terribles consecuencias.
moniosa, el pintor no pudo contenerse de El le habló de su pasado, de sus triunfos
exclamar: y luego de su porvenir y de sus espe-
— ¡Oh, señorita! ¡Qué voz encantadora ranzas.
posee usted! Será un gran placer para mí La joven, a su vez, le contó su vida, que
tener a una lectora como usted. había transcurrido muy próxima al tormen-
Y sin darle tiempo a que respondiera, to. Hija de un escribano arruinado por una
continuó, elevando más la voz: serie de asuntos desgraciados, logró apenas
— ¡ N a n e . . . N a n e . . . ! Ocúpate de la se- terminar sus estudios en un pensionado:
ñorita. Instálala en la pieza del balcón y huérfana a los dieciséis años, fué reco-
vigila que no le falte nada, como si fuera gida por una parienta lejana, mujer agria
yo, ¿sabes?, como si fuera y o . . . y dura que la había abrumado más de tra-
bajo que de ternura, con el objeto, según
decía ella, de habituarla a la miseria. Bajo
L cabo de ocho días, la señorita Ge- la férula sin piedad de esa mujer debió
A noveva Aubert estaba definitivamen-
te instalada en la casa de campo.
Mientras la vieja gobernanta estaba toda-
ganarse el pan, que le había sido mezqui-
namente proporcionado, desempeñando to-
dos los oficios. Ya como costurera, ya co-
vía celosa y observaba frente a la joven mo modista, o bien dando lecciones aquí y
una actitud hostil y desconfiada, el pintor, allá, bahía logrado hasta entonces confor-
CARA/ Y LOS OJOS CERRADOS CARETA/

mar a la irascible fiera que la atendía, con- el profesor ha sido muy bueno al acordar-
sagrando, sin embargo, los pocos ratos de se de mí y al favorecerme con su protec-
que disponía al estudio y, sobre todo, al ción.
solo placer que ella experimentaba en la El pintor dijo:
tierra: la pintura. — ¡Ah! Es curioso el que hayan vuelto
Este gusto común por dicho arte fué el a encontrarse.
primer lazo de unión entre los dos jóvenes. Después de un minuto de silencio que
Pero Genoveva se empeñó en afirmar, ru- la joven respetó, él continuó, dando curso
borizándose, que ella sólo pintaba para ella, a un pensamiento interior:
para distraerse, y que no tenía ninguna — ¡Cómo me apena el estar ciego! ¡Us-
pretensión. No obstante. Rene Deville le ted debe de ser tan hermosa! ¡Sí! ¡Sí! No
hizo prometer que le mostraría sus obras lo niegue. Con tal voz y con tal espíritu,
más tarde, cuando él volviera a tener la usted debe de ser deliciosamente hermosa.
felicidad de ver. Cuando no hablaban de Lo contrario sería una locura de la natu-
pintura, la joven, dedicada enteramente a raleza.
su rol de enfermera, se ocupaba con ter- Genoveva, confundida de sorpresa, bal-
nura en la atención de los mil pequefios buceó débilmente:
detalles que reclamaba el estado del pin- — P e r o . . . señor... yo le aseguro...
tor, quien no podía dar un paso sin ser No pudo terminar. Quería protestar, gri-
guiado. Ella le leía libros y diarios, comen- tar la verdad, la dolorosa verdad.
tando con una inteligencia despierta todos — No, señor, yo no soy linda. Soy fea,
los hechos del día. Así, fuera por sus lec- bien fea, y sus ojos se apartarían de mí si
turas o por sus conversaciones, lo tenía me vieran.
al corriente de la vida que continuaba al- Pero una fuerza misteriosa la retuvo,
rededor de su noche. Ella veía por él y un miedo irracional e inexplicable.
sabía adivinar tan bien sus menores de- Sin saber por qué ella se inclinó y le
seos, que sus dos pensamientos se confun- besó la cabeza, avergonzada por dejar al
dían, se unían estrechamente. pintor con tales ilusiones y confusamente
Muy pronto el pintor no podía pasar sin feliz, sin embargo, por la admiración que
ella. él le profesaba.
Con una exigencia un poco tiránica, la Al día siguiente, ausente Genoveva Au-
reclamaba cerca suyo constantemente. bert, como lo hacía algunas veces en que
Cuando ella estaba a su lado, él se sentía iba a París de compras, el pintor aprove-
más aliviado y encontraba menos pesada chó para hablar de ella con Nane, que ca-
la obscuridad en que estaba encerrado, co- minaba en torno suyo rezongando, remo-
mo en una tumba. La dulzura de su voz era viendo sillas y pequeños objetos, bajo el
un bálsamo que calmaba su alma lacerada pretexto de que eso era una tarea domés-
de duda, de inquietud y de pena. tica.
Un día él la interrumpió para declararle — Dime, Nane, ¿qué piensas tú de la
con gravedad: señorita Aubert?
— Su voz es una verdadera música, se- Nane, sorprendida, dejó el plumero con
ñorita. No dejaría de escucharla. ¡Y qué el cual sacudía el polvo y respondió con
hermosa inteligencia tiene usted! Yo le embarazo:
aseguro que no me esperaba una compa- — ¿La señorita Genoveva? Bien. Yo es-
ñera tan deliciosa. Yo no quería hacerle toy contenta.
caso al doctor Cassandre. Y ahora no me Después de la llegada de la joven a la
arrepiento de haber seguido su consejo. casa, ella había cambiado de opinión a su
P e r o . . . dígame, señorita, ¿cómo conoció respecto. Al principio la había espiado
usted al profesor? disimuladamente, buscando de sorprender-
Ruborizándose bajo los cumplimientos a la en algún gesto sospechoso, en alguna
los cuales no estaba habituada, Genoveva palabra fuera de lugar que pudiera hacer
respondió con una voz melancólica en la suponer en ella una naturaleza deshonesta
que se percibía un vago recuerdo de un o simplemente egoísta. Estaba furiosa por
pasado feliz: la intromisión de esa extraña en su intimi-
— Su hijita Elisabet era mi amiga ín- dad, y así se lo había dado a entender en
tima en el pensionado. Hemos pasado muy la primera ocasión. Pero luego la descu-
lindos momentos juntas. Ahora Elisabet brió tan sencilla, tan modesta, tan cariñosa
está casada y me olvidó hace tiempo. Pero para con su "petiot", que la rodeó de cui-
LOS OJOS CERRADOS CARETA/
CARA./ Y

dados, en los que ponía mucha paciencia ción. Bien pronto pudo anunciarle con cer-
y un buen humor incomparable, pues no teza el próximo fin de su suplicio.
había tardado en abrigar una viva simpa- — Mi querido Rene, dentro de dos me-
tía hacia aquella pobre señorita "que des- ses, como máximo, podrá quitarse esa ven-
graciadamente estaba obligada, como aho- da y podrá ver. Desde ya estoy seguro
ra, a ir a casas extrañas a ganarse el que volverá a ver.
pan". Cada vez más atormentado por el deseo
A menudo, durante las lecturas que ella de contemplar a Genoveva, de quien él no
le hacía al ciego o durante las conversacio- podía apartar su pensamiento, el joven
nes que ambos tenían sobre el arte, la po- murmuró con un tono de impaciencia que
lítica o la ciencia, Nane escuchaba religio- hizo protestar al oftalmólogo:
— i Dos meses todavía! ¡ Dos meses con
samente, sin comprender, pero deslumbra-
los ojos cerrados!... ¡Dios m í o ! . . . Es
da por las palabras sabias que escuchaba,
mucho tiempo...
y, sobre todo, profundamente encantada,
•—¡Oiga, muchacho! — replicó el pro-
no obstante su natural rústico, por la voz
fesor con rudeza. — ¡Considérese muy fe-
extrañamente musical de la joven. liz de no tenerlos cerrados para la eter-
Bajando la cabeza después de escuchar nidad!
un momento, se iba a cumplir ocupacio- E, irritado por la ingratitud de su enfer-
nes más prosaicas, murmurando para ella mo, cuyas amargas penas no comprendía,
sola: pues no conocía la profunda razón que las
— Habla francamente bien esta mucha- ocasionaba, partió gruñendo:
cha. Es una verdadera sabia, no es mala, es — ¡Es un ingrato!
limpia, es dulce, después de todo. Y luego, Pasó un mes. A medida que se aproxi-
ella cuida tan bien a mi "petiot"... ¡Qué maba el plazo feliz. Rene Deville se mos-
lástima que no sea más linda! ¡Pobre jo- traba más impaciente todavía, hasta sen-
vencita! Es una desgracia. ¡Y decir que hay tirse dominado por una nerviosidad extre-
tantas que no tienen más que una linda ma. Muchas veces, interrumpiendo a la jo-
nariz y nada de inteligencia en cambio! Me ven que leía, a su lado, le tomaba la mano
parece que todo esto se arreglará bien, tal y le decía dulcemente, con un fervor con-
vez... movido :
El pintor insistió en obtener su respues- — Pronto la veré, señorita, y será una
ta y repitió: gran alegría para mí.
— ¿Y cómo la encuentras? ¿Es linda? Genoveva temblaba ante la evocación
Ella se decidió finalmente a responder, de ese día próximo que conduciría al fin
arrollando una punta de su delantal entre del más delicioso de los sueños. Al cabo
los dedos nudosos: de los cuatro meses que ya habían trans-
— Es muy guapa. Seguramente es una currido con rapidez desconcertante, ella
guapa muchacha, inteligente, instruida, des- descubría con horror que amaba al joven
pués de todo. Pero que sea bella, segura- pintor con una fuerza que crecía cada día,
mente no lo es, y ¡es una lástima! no obstante todos sus esfuerzos por resis-
Pero el pintor no la creyó. Un poco fas- tir a esa pasión desgraciada, que no haría
tidiado, mandó a Nane a terminar sus ta- más que ocasionarle — ella lo sabía bien
reas y él se quedó solo con sus sueños. — penas y dolores.
Alzando los hombros, murmuró: Es verdad que estaba contenta por la
— Nane chochea. Desde luego, es bas- próxima curación de aquel a quien ella
tante vieja para poder juzgar las cosas. amaba en silencio. ¡Qué felicidad iba a
Luego suspiró, repentinamente desespe- experimentar él al volver a ver la luz des-
rado : pués de seis meses de vivir en la más te-
— ¡Dios mío! Devuélveme la vista. Yo rrible obscuridad, pero también qué desga-
quiero v e r . . . ¡ A h ! . . . v e r . . . y ¡verla a rramiento para ella al verlo apartarse y
ella!... alejarse al descubrir su fealdad! Desde lue-
go pensaba en huir, en abandonar aquella
casa donde ella había pasado algunos meses
NTRE tanto, con el correr de los días, de felicidad, Y decidió no esperar el mo-
E el pintor mejoraba poco a poco, y a
cada visita el profesor Cassandre
comprobaba una nueva etapa en su cura-
mento en que le fuera arrancada la venda
de los ojos. Se iría un poco antes, humilde-
mente, con un pretexto cualquiera, con el
CARA/ Y LOS OJOS CERRADOS CARETAJ-

corazón destrozado, pero dejando al pintor dejó de latir y, no pudiendo contenerse,


con la inclusión de haber tenido a una be- gimió:
lla amiga y con el dolor de haberla per- •— ¡Dios mío!
dido. La señorita Aubert se inquietó y le pre-
Por su parte, el pintor se sentía irre- guntó solícitamente, ignorando el drama
sistiblemente atraído hacia ella, y si desea- que se desarrollaba delante suyo:
ba violentamente volver a ver el día, era — ¿Qué tiene, señor? ¿Sufre usted?
más bien para poder contemplarla al fin Cerrando los ojos, el pintor hizo un es-
que por la felicidad de vivir como todo el fuerzo para reponerse y respondió, confor-
mundo, después de haber sido el más mise- mándola con un gesto:
rable de los ciegos. Durante sus largas — N o . . . n o . . . no es nada. Es que aca-
horas de recuerdos, durante las noches de bo de recordar de golpe una cosa importan-
insomnio pasadas en constante reflexión, él te que había olvidado.
se había interrogado ansiosamente, y en lo Pero la decepción lo había dejado de-
más profundo de su alma inquieta no ha- solado.
bía encontrado más que un nombre: Geno-
Hasta la noche se distrajo, lejos, pero
veva, y se había sorprendido murmurando
no pudo apartar su pensamiento de la vi-
palabras muy dulces, que hacían latir su
sión que tan brutalmente había destruido
corazón más ligero y más fuerte.
todas sus ilusiones. Turbado, se repetía con
— Yo la a m o . . . la a m o . . . emoción:
Un día antes de la fecha indicada por — ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Qué lástima!
el profesor, experimentó una conmoción ¿Por qué todo esto? ¡Pobre niña! ¡Cómo
que lo trastornó. Bajo la venda que le cu- debe sufrir!
bría los ojos y que se quitaba al cabo del Aquella noche no pudo dormir. Siempre
día, percibió una blancura todavía vaga e veía delante de sus ojos abiertos el triste
imprecisa, pero que le pareció deslumbran- rostro de Genoveva, pero al mismo tiempo
te en la noche que lo rodeaba desde tanto volvía a ver sus ojos magníficos entrevis-
tiempo. ¡Veía! Loco de alegría levantó li- tos un segundo, y se sentía llamar por la
geramente la venda y distinguió confusa- voz encantadora que aun vibraba en sus
mente los objetos que lo rodeaban. Pero oídos. Y repetía con una amargura ahora
bien pronto hubo de volver a cerrar sus menor:
ojos, a los que hería la luz demasiado viva.
— ¡ Ella es f e a . . . f e a . . . sí! Pero ¡ qué
Fué bastante juicioso ese día, para no pro-
lindos ojos y qué voz! ¿Por qué su cara
longar la experiencia más allá de lo pru-
no está hecha a imagen de su espíritu y
dente. Al otro día y en los días siguientes,
de su corazón?
cada vez que se encontraba solo en su
cuarto, levantaba su venda y habituaba gra- A pesar de todo, a pesar del primer mo-
dualmente sus ojos a la luz. No había di- vimiento de repulsión, permanecía aún
cho una palabra del milagro realizado. De- atraído y encantado. Su amor luchaba y
seaba sorprender toda la casita, y, sobre no aceptaba el renunciamiento,
todo, deseaba llenarse el alma con la vi- Al día siguiente repitió la misma opera-
sión de la amada, en silencio, antes de de- ción: la contempló de nuevo en silencio,
clarársele humildemente su esclavo fiel. más largamente, y esta vez ya la encontró
Pronto su vista estuvo suficientemente for- menos fea. Cada vez que él analizaba sus
tificada como para permitirle realizar su imperfecciones físicas, el recuerdo de su
sueño. Latiéndole locamente el corazón, perfección moral surgía para atenuar la
esperó la hora de la lectura para poner mala impresión; además, su mirada tenía
en ejecución su proyecto. Cuando estuvo tal luminosidad que ella alumbraba su po-
instalado en el sillón, como de costumbre, breí fisonomía con un rayo particular y en-
y mientras Genoveva, cerca suyo, hacía oír dulzaba su fealdad.
su voz armoniosa, con un gesto discreto él Así, poco a poco, se iba habituando me-
levantó ligeramente la venda, y con la ca- jor a su rostro ingrato, y al cabo de quince
beza recostada en el respaldo del sillón, días ya había olvidado completamente sus
como para descansar mejor, dirigió bajo la primeras ilusiones y su vano deseo de ha-
tela una mirada que se posó ardientemente llarla hermosa.
en el rostro de la lectora. ¡Hermosa! Ella lo era ahora para sus
ojos, que no la veían sino a través del pris-
Entonces, por un segundo, su corazón ma del amor. Y no obstante su decepción,
CARA7" Y LOS OJOS CERRADOS
CARETAJ'

no la amaba menos ahora que antes. Al — ¡Así que usted v e ! . . . Usted v e . . .


contrario, le parecía que la amaba más to- ahora. ¡Qué feliz me siento!
davía después de este período de inquie- Y, sobresaltada de pronto por un pen-
tud y de lucha consigo mismo, lucha a cuyo samiento que la enloquecía, continuó:
término su amor se elevaba triunfante, más — Pero, ¿cómo me ha reconocido? ¡Us-
puro y más vivo que nunca. ted nunca me había visto antes!
Algunos días antes de aquel en que el El pintor, sonriendo, le tendió la mano
profesor debía de quitarle él mismo la ven- y respondió:
da, el pintor resolvió develarle su secreto — Perdóneme, señorita. Yo veo desde
a la joven y declararle su amor. Aprove- hace un mes ya. He querido darle una sor-
chando una de sus salidas, se hizo condu- presa.
cir por Nane al jardín, con los ojos ven-
dados. Hizo que la vieja sirvienta vol- — ¡Desde hace un mes! — exclamó ella
viera a la cocina; entonces se quitó la asombrada. — Pero entonces... Usted sa-
venda por última vez y la arrojó lejos de bía q u e . . .
él. Se paseaba por la calle arbolada que Ella quería terminar, quería pronunciar
la primavera había adornado con sus mag- las palabras que la aterrorizaban; "que yo
níficas galas, respirando con delicia el dul- soy fea". Pero la voz se le anudó. Empali-
ce perfume que se elevaba en el aire tibio deció bruscamente, se sintió desfallecer, y
y lo enervaba, terminando por turbar su al- unas lágrimas ardientes asomaron a sus
ma ya embriagada de felicidad. Por encima ojos.
de la pared que rodeaba el jardín, espia-
ba el regreso de Genoveva, a quien espe- Y cuando el pintor le ofreció los brazos
raba con una impaciencia febril. Y cuan- en un ademán lleno de ternura, ella es-
do ella apareció en el extremo de la calle, cuchó apenas las palabras de amor que él
él se escondió detrás de un macizo de saú- pronunciaba y que vibraban en sus oídos
co, con el corazón latiéndole. Poco después, como una divina canción.
la pequeña puerta del jardín rechinó y la — Yo la a m o . . . Genoveva... yo la
joven pasó cerca de él, sin verlo, haciendo a m o . . . ¿Quiere usted ser mí esposa?
crujir la arenilla del camino bajo su paso Trémula, extraviada, ella se reclinó so-
suave. bre su hombro sollozando. El la tomó en'-
Entonces él avanzó y le gritó alegre- tre sus brazos y le cubrió los cabellos de
mente: besos apasionados, mientras que un ruido
— Buenos días, señorita Genoveva... de vajilla rota se oyó por sobre sus cabe-
L a n z a n d o un zas. Era Nane que
grito de sorpresa, acababa de verlos
ella se detuvo,
abrazados desde
indecisa, y luego,
la ventana de la
reconociéndolo, lo
miró con estupor cocina, y q u e ,
en sus ojos que asombrada, había
v e í a n , que la dejado caer una
veían. pila de platos, gri-
Con una voz al- tando:
terada por la emo- — ¡ A h, m u y
ción, G e n o v e v a bien!... ¡Ah, muy
murmuró, juntan- bien!... Si yo me
do las manos: esperaba e s t o . . .

L e o Frachet
D I B U J O S DE
BERNABÓ
n r s A v e l l a n e d

ConLuri-entcs a la comida de camaradciia lealizada por Público que animó la clásica verbena andaluza, realiza-
ei Círculo Liniérs, con motivo de la inauguración de su da por la sección A v e l l a n e d a del Automóvil Club
nueva sede social. Argentino.

CIUDADELA
Grupo de seño-
ritas q u e die-
ron realce o la
fiesta realizada
en el club de-
p o r t i v o **La
Razón",conmo-
livo de la inau-
guración de la
cancha de bas-
quetbol.

Fiesta campes-
tre r e a l i z a d a
por el club atló-
tico y s o c i a l
Haedo Júniora,
al quedar inau-
gurada su nue-
va cancha de-
portiva.

l»¿-t lo de los comea: alcíí que asiütiejon al banquete ofrecido por los socios del Cíiculo Urquíza al señor E. Luchetti.
G R A T I S
para los p e q u e ñ o s lectores de
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jear cada T R E S cupones sin premios, desde gastos de franqueo, podrán recortar los cupones,
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el sorteo se realizará el 20 de Diciembre próximo.

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