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Ibero-Amerikanisches Institut PreuBischer Kulturbesitz EXPERIENCIA DEL COMUNISMO EN EL CHACO PARAGUAYO S 2A seguramente sefialada en el futuro como una etapa s gular en la historia del pensamiento la curiosa ofuscacién que se propagé durante la segunda mitad del siglo pasado y comien- 0s del presente, segtin Ia cual numerosos estudiosos de las cien- cias econémicas legaron a creer benéfico, posible en el mundo moderno y hasta seguro, el advenimiento del sistema comunista como régimen econdmico general de los pueblos. Esta ofuscacién se contagié, como es sabido, a muchisimos literatos, politicos, abogados, médicos, ete., etc,, lo mismo que a la inmensa mayoria de las masas obreras, carentes todos éstos, como es natural, de especiales y stificientes conocimientos de Economia. Ha sido realmente una suposicién en la que, por acto mas de fe que de conocimiento experimental y adecuado raciocinio, se ha inct- rrido, no obstante el importante caudal de positive saber dilu- cidado y acopiado por los fundadores de la ciencia econémica, Quesnay, Adam Smith y Ricardo. A pesar de ello y de las significativas experiencias del pa- sado europea sobre los efectos desfavorables de la restricciin a Ja libertad individual en las actividades econémicas (gremialismo mediceval, sistema proteccionista “mercantil”), debido sin duda al santo y ferviente anhelo por redimir a la humanidad de la miseria injustificada, y porque es mis facil y cmodo formarse tuna fe que un conocimiento, las muchedumbres semi-enteradas se fabricaron ese particular ideal mistico e ilusorio (cuyo origen Iejano me parece verlo en las fantasmagorias socioldgicas de los evangelios eristianos) y 1o sintieron con tal yehemencia que leg a ser intentado como sistema prictico de economia social en uno hittp-resolver.iai.spk-berlin.de/IAI000052E 1003E0000 EXPERIENCIA DEL COMUNISMO 333 de los mas extensos paises enropeos, largamente extenditlo hacia Ja incientifiea Asia y no casualmente el pais mis supersticiosa- mente cristiano; pues sin dada es en Rusia donde las directivas del Sermén de la Montafia han sido tomadas més a Io serio, como miximas para hacer y no meramente para disertar. Sin embargo, una mayor atencién critica por parte de quie~ nes, con tan buenas intenciones, asumieron el papel de adactrinar a las masas trabajadoras y explotadas, habriales desengaiiado sobre esa forma de ilusién e inducidoles a escoger mejores de- rrotero: El comunismo no es una doctrina sobre la cual se carezca de suficiente experimentacién como para que pudieran ignorarse en tal grado sus deplorables efectos. No hacia falta la experien- cia del hambre o extrema carencia de que hoy se stfre en Rusia para comprender, siquiera por analogia esencial con experiencias anteriores, (ya que no por principios cientificos generales) que esa es tia consecitencia necesaria del sistema. Hay casos, como €l que voy a exponer, cuyas consecuencias son estrictamente apli- cables a cualquier otra tentativa presente o futura de ese género. Sin remontarse a las lejanas épocas del estado social incaico, | cuyos testimonios son forzosamente incompletos, 0 al ensayo je- | stitico del Paraguay, cuyas condiciones pueden ser tachadas de | artificiales y cireunseritas, tenemos en América ejemplos perfec- tamente asequibles a Ia observacién actual, que muestran con fenémenos consecuentes a la didfano esquema la esencia y los adopcién del principio comunista. Yo no conozco caso mejor documentado que el de los indios fenguas, habitantes del Chaco paraguayo, que ha sido cidadosa- mente investigado y zelatado por el explorador inglés W. Bar- brooke Grubb (*). La obra consta de 300 piginas y TV’ apéndi- ces, acompafiada de fotografias, y de la que existe ejemplar en la Biblioteca del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires, Su autor residié efectivamente durante veinte afios entre (*) W. Bazrsooxy Gauss. — dn Unknown People im an Unk- Hawn Lond, — The Indians’ of ihe Parapoyon Choco, —- dy acount Of the life ‘and customs of the Iengua indians of the poraquayan, Chac ‘with adventures and experiences during twenty years’ pioneering and exploration amongst them, (Londres, Seeley & Co. — 1911), Ibero-Amerikanisches Institut hitp:tesolver.ial spk beilin.de/1AI000052E 1003E0000, PreuBischer Kulturbesitz 334 NOSOTROS los citados indios, cuya vida y costumbres describe, y est repu- tado en el mundo de fos especialistas de la Etnografia como una de las primeras autoridades en 1a materia, y dignas por fo tanto de pleno crédito sus observaciones, segtin referencias que me ciera el también reputado arquedlogo Eric Boman. La obra de Grubb dedica un capitulo, el XIX, titulado “S: i cialismo indigena”, 2 describir el estado econémico en que vivian aquellos indios cuando los conoci “Por lo poco — dice — que he podido reunir de la historia de los indios del Chaco, tengo bastantes razones para creer que en tiempos pasados fueron ellos una raza muy superior a sit esta- Go actual; mejores desde muchos puntos de vista que Io que son ahora; y que su degencracién se debe a su sistema social, que en el estado nativo previo a las influencias de Ja civilizacién europea, Jo hallamos genuinamente socialista” Iuego expone los caracteres del sistema en los siguientes términos: “Ta tierra pertenece al pueblo en general y ningin indio, ni siquiere los caciques, tienen ningiin derecho directo a ninguna parte de ella que sea distinto al de los demas miembros de Ia t bu. Ningiin indio aventaja en posesiones a su vecino. Sus reba- fios viven en campos de pastoreo comunes; solamente pretenden la propiedad de sus huertos mientras los estén cultivando. “Los productos naturales del pais, como ser caza, miel, fru- tas silvestres, pescado y lefia, son propiedad comtin de todos, y la ley indigena establece la hospitalidad en el més lato sentido “Todos tos hombres tienen Ia obligacién de cazar; no hay ninguna clase exenta de trabajar, ni siquiera los caciques “No hay en verdad distinciones sociales, pues los caciques, con fines de bien comin, gobiernan solamente en tiempo de guerra. “No hay ninguna ley para la herencia. Fl clan es en gran parte tan responsable por los nifios como lo son tos padres de ellos mismos; y la educacién y sustento de la nifiez son asuntos concernientes a la tribu mas bien que a los padres. A los nifios se les da tanta libertad como es posible. “Ante la ley indigena hay muy poca restriccién en cuanto al matrimonio. Ibero-Amerikanisches institut http:f/resolver.iai.spk-betlin.de/1A1000052E 10030000 PreuBischer Kulturbesitz XPERIENCIA DEL COMUNISMO “Los ancianos deben ser mantenidos a expensas de la comu- nidad como asi mismo los enfermos 0 invalidos. “Todo intento de un hombre para hacerse superior a los otros, a gobernarlos o a mejorar sus propias condiciones a ex- Pensas de los demés, es contrarrestado en lo posible, y casi no existe”, Afiade que los que por haber estado de viaje, no huber teni- do cosecha 0 por cualquier otro motivo carezcan de subsistencia tienen derecho a reclamarla de 1a comunidad Se ve bien en este bosquejo, claramente caracterizado y en 2ecién un sistema social que establece en sus bases mas concretas as aspiraciones de los modernos comunistas, ya sean de tenden- cia socialista o avarquista, lo mismo que de algunas sectas cri tianas igualmente comunistas. “Pasando de este restimen — prosigue — a datos mis deta- llados, trataré de mostrar los efectos que han tenido sobre los indios del Chaco cuatro siglos de este particular sistema social, “Hay entre ellos tantas clases diferentes de habilidad, fuerza ¥ energia como entre otro pueblo cualquiera; pero el agricultor competente que si quisiera podria adquirir por medio de sus pro- Pios esfuerzos una plantacion grande y productiva, y que con trabajo e industria podria mantener confortablemente a su pro Pia familia, se rehusa, debido a la ley socialista, a trabajar para el sustento de otros que no le interesan. Por consiguiente no pro- duce mis que lo absolutamente necesario para el momento, Nun- ca guarda nada para los dias de adversidad, porque otros no lo hacen y porque si tuviera reservas, los perezosos vendrian a re- Querir su parte en ellas”, Aqui el autor — que no es ni le preocupa ser un especialista de la Keonomia — pone el dedo en el principio eudemdnico esen- cial que mueve la actividad de todo bicho viviente: ef hombre no trabaja sino en el grado que ello puede reportarle provecho; Principio que una yez mds y en gran escala se ha hecho patente en Rusia al limitar los agricultores sus cosechas, dado que les son confiscados por la comunidad los excedentes a sus estrictas ne- cesidades; principio inconmovible y por muchos olvidado, que basta y sobra para echar por tierra ahora 0 mas adelante cual- Ibero-Amerikanisches Institut hittpsresolver ial spk-beilin.de/1AI000052E 1003E0000, PreuBischer Kulturbesitz 335 Ibero-Amerikanisches PreuBischer Kulturbesitz 336 NOSOTROS quier ensayo de celectivizacién general de tas actividades eco- némicas, “El sistema causa ademAs de Ia pobreza crénica — dice — un rebajamiento en Ia moralidad, pues el cazador habil puede traer abundancia de caza, pero no halla ninguna ventaja en can- sarse un tanto més, y se contenta con proveer a sus propias cesidades inmediatas y a las de aquellos a quienes desea ayudar. EI resultado natural es que el indio durante el paso de Ine gene- raciones ha Megado a ser haragin y egoista y ha perdido en gran parte todo sentimiento benévolo para con los que no pertenecen a stt cireulo inmediato”. Aduciendo ejemplos particulares, dice el autor: “Una vez yo incitaba a un indio fuerte y capaz para que usara con mis provecho Ia tierra que cultivaba. El convenia en que el suelo era bueno, y que con poco esfuerzo, comparativa- mente, podria triplicar Ja cantidad de Ia cosecha. Admitia tam- bién que él sabia bien cémo presetvar su maiz y demas productos, y de ese modo asegurarse contra el hambre e igualmente contra las raciones escasas que son causa de grandes penurias para los indios durante una considerable porcién del afio. Pero me argu- ¥6 que, si tal hiciera, no le serviria de provecho. Mencioné va- rios de sus compafieros de tribu y me pidi que mirara sus me: quinas huerias, diciéndome: —Si yo hiciese cultivos mis exten- Sos, e805 hombres los harian mas chicos atin; y de acuerdo con nuestras costumbres, ellos vendrian a ser mis comensales; y el excedente sobre fo que ahora tengo irla a ellos en lugar de ir a mi familia. Si yo guardara mis cosechas y las conservara para tiempos de escasez, estos hombres no harian otro tanto, y sabien- do que yo tuviera una reserva, vendrian a ponerme 2 contri bucién, “Otra vez estuve cazando con unos indios y encontramos tun nido de ayestruz conteniendo muchos huevos, que ellos inme- Giatamente levantaron. Protesté y les dije: —;Por qué no dejan algunos para que se conserve la cria de los avestruces? “No hicieron sino reirse y contestaron: —"Bil lobo, si los hallara, consumiria lo que nostros hubié- ramos dejado, o, si viniera un indio, él los tomaria. “Entonces se sentaron y empezaron a hartarse comiendo una ne httpufresolver.iai spk-betlin.de/Al000052E1003E0000 EXPERIENCIA DEL COMUNISMO 337 cantidad completamente innecesaria, guardando solamente unos Pocos huevos para sus familias. Esto me Ilamé la atencién, por ser prucba del egoismo mis acentuado; pero cuando por la noche legamos a la tolderia, inmediatamente fueron rodeados los ca- zadores por una cantidad de gente que conoci como excepeional- mente haraganes y que en ese dia no hablan hecho ningdn esfuer- 70 para procurarse alimentos, quienes se aprestiraron a pregun- tar a los cazadores qué habian encontrado; y la contestacién fué “huevos de avestrtz”. Con ojos Avidos interrogaron: —*; Cufin- —Solamente unos pocos. No hemos podido traer bastan- tes para una comida de nuestras propias familias”. “Hasta cierto punto esto no era verdad, y asi se lo dije a ellos. Su contestaciin fué que algunos de sus compafieros nunca irian a busear alimentos si hubiese wna posibilidad de conseguir- los de otros, y que ellos no podian comprender que fuese una vir- tud sacrificarse y llevar pesadas cargas bajo el calor, con el ob- jeto de servir a estos hombres, cuando ellos mismos podian con- Seguir el mismo resultado con un poco de trabajo por st parte”. El mismo fundamental principio econémico, o sea, mejor dicho, su infraccién, se hace presente y es causa de igual penuria en lo referente al alojamiento: “Los indios edifican chozas miserables, pequefias, toscas y de insuficiente abrigo. Sin embargo, cuando nosotros les empled- bamos en construir para nosotros mismos una choza de modelo indigena, nos construian facilmente una muy satisfactoria, Cuan- do les critiqué por no hacer para si mismos mejores viviendas me Teplicaron: —Si nosotros construyéramos tna choza grande y amplia, otros yendrian a pedirnos hospitalidad, cuando hiciere mal tiem- Bo. gPorqué, entonces, cansarnos para que ottos no se cansen 2Qué hombre civilizado, — pregunto yo — que no fuera completamente tonto, contestaria de modo diferente al estricta- mente Idgico y justo de aquellos indios? Y del mismo modo que ahora los campesinos rusos procuran ocultar alguna parte de sus cosechas para Hibrarla de la requisa estatal, “un indigena tiene Muchas yeces un depdsito secreto de miel u otra comida y tam- Bién deja echarse a perder esas vituallas, simplemente porque ho quiere dar parte de ellas a quienes no son sus allegados”. Ibero-Amerikanisches Institut bitp:esolver jai spl-betlin.de/MA1000052E 1003€0000 PreuBischer Kulturbesitz Ibero-Amerikanisches Institut PreuBischer Kulturbesitz 338 NOSOTROS “El socialismo ha empequefiecido y deprimido el cardcter de este pueblo. § y su familia Ios bi otros le odiari un hombre se propusiera conservar para si nes ganados por sus propios esfuerzos, los ian y maltratarian’’. Asi advierte también el autor que ni siquiera quieren poseer dos mantas, la una para la muda, Porque otro que no criara ovejas, o cuya mujer fuese una des diosa que no tejiera, le obligaria 2 prestarle Ja segunda manta, que generalmente no le seria devuelta. Observa que los indios son muy amantes de sus hijos y Proveen en cuanto pueden a sus necesidades, y son amables con sus parientes y amigos; y asi un visitante casual que los viera separtir generosamente su comida pensaria que son muy libe- rales y bondadosos; pero esa hospitalidad aparente es dispensada de mala gana y solo porque la ley indigena les obliga a com- partir. “Este sistema no conduce solamente a la pobreza e iner- cia siné también al crimen. Los ancianos son frecuentemente desatendidos, no tanto de propésito como a causa de la extrema pobreza en que han caido, y del egaismo de muchos que pre- fieren entrar a parte de la comida ajena que trabajar para atimentar las provisiones”. Inego trata el autor de las causas que han Ilevado a los indios a practicar y conservar ese sistema, encontrandolas prin- cipalmente en la presién guerrera y vida inestable que les cate saban otras tribus vecinas en antiguos tiempos. “Cada hombre tenia un valor en Ja guerra, aunque fuera indolente ¢ inactivo en tiempo de paz... Y cuando uno ha iniciado la vida comin en los remotos tiempos de peligro, que implicaba la solidaridad de todos, entonces se encuentra dificil hacer cambios de los que pudiera resultar la desintegracion”. Dice que considerando indispensable hacerles cambiar de sistema encontraron en los indios la mejor disposicién, tanto mi a espontineamente se habia marcado alguna tendencia mis individualista, tratando de hacer la vida incémoda para los perezosos. “Conociendo que un hombre no hace cosecha si lo que co- Secha le es sustraido, pusimos empefio en inculcarles Ia necesi- dad de afirmar los derechos de los que honestamente habian adquirido bienes. Encontramos apoyo cordial y en pocos afios que htip:JVresolver.iai spk-betlin.de/1Al000052E 1003E0000 EXPERIENCIA DEL, COMUNISMO 339 se ha efectuado un gran cambio en esta gente. El sistema co- munista desaparece rapidamente y con la misma rapidez se esti clevando el pueblo en Ia escala social. Les hemos inculcado la absoluta necesidad de que los parientes deben ayudarse entre si y que los padres deben sostener por entero a sus hijos sin pedir ayuda a Ja comunidad”. Hace notar que después de Ja completa transformacién soc que alli se produjo durante Jos iiltimos yeinte afios, los indios ya no son comunistas sind trabajadores independientes que acu- mulan bienes por sus propios esfuerzos y atienden a los debi- dos intereses sociales, contribuyendo al sostenimiento de su es- cuela y hospital y de los enfermos y menesterosos que carecen de parientes “Tomemos como ejemplo una pequefia comunidad de 200 almas. Hace 15 afios lo “nico que poselan eran sus armas, al- gunos miserables utensilios domésticos y unas pocas ovejas, ca- bras y caballos, mientras que hoy poseen una fortuna que en conjunto llega casi a mil libras esterlinas, compuesta de rebafios, mercaderias, casas y huertos permanentes, para no citar una suma considerable en un banco de ahorros propio de ellos mis- mos... La regla principal que les hemos ensefiado es que cada hombre y mujer debe luchar su propia lucha por la vida, pero que sin embargo deben contribuir para la caridad generosa y Voltintaria, proveyendo primero a sus propias necesidades. Sin embargo, afortunadamente, la caridad no es muy necesaria, pues su pais es tal que facilmente les sostiene con s6lo trabajar, Es suficiente haber implantado entre ellos los principios generales del bastarse a si mismo y de la independencia de earacter y que s6lo en si mismo debe confiarse para labrar el propio des- tino”, ‘Me parece grandemente instructivo este relato para enten- der por él, de modo objetive y directo, la colosal equivocacién yacente en el fondo de las modernas ideologias colectivistas, que tanto trastorno y obstdculo al progreso social han causado desde mediados del siglo XIX. Estén de antemano retratadas en ese relato las tribulaciones que ha sufrido y suire el yasto expe Ibero-Amerikanisches Institut http://tesolver.iai.spk-berlin.de/AI000052E 1003E0000 PreuBischer Kulturbesitz 340 NOSOTROS mento ruso, pues todas elas giran sobre el pivote de la ignorancia © desconocimiento del principio de que el individuo no produce o restringe al extremo su actividad productiva cuando falta el cto y proporcional al es- a, la miserable con- estimulo de un beneficio personal dir fuerzo. La actual carencia de trigo en Ru dicién de los trabajadores en las granjas soviéticas, Ia escasez y carestia que alli se padece de todo articulo manufacturado, no tiene otro origen; ni tendra otro remedio que la abolicién del vacuo postulado comunista que inspiré la revolucién y que los detentadores del gobierno se empecinan en mantener hasta donde pueden. iCutintas luchas indtiles y dolorosas, cuintos generosos ¢s- fuerzos malogrados por la ignorancia de un principio que es fundamental e inconmovible! Se dir que el sistema econdmico individualista (hasta el grado en que se ha practicado en el mundo moderno) tampoco, ha. obtenido para los trabajadores la justa remuneracion de su ac- tividad, y ello es cierto indudablemente. Pero fué un error mas grande buscar el remedio por caminos extraviados. En efecto, el sistema liberal o individualista conocido se ha mostrado altamente capaz de procurar abundante produccién, aunque falla en cuanto a proveer la equitativa distribucién de los provechos, En cambio el sistema colectivista empieza por demostrarse, en todos los casos, fundamentalmente incapaz de proveer a la produccién misma. No hay lugar siquiera a que se consideren las condiciones del reparto cuando no hay cosa que repartir, La pobreza es mayor en éste que en aquél. Ejem- plos, Rusia de un lado y Estados Unidos por el otro. Justamente ese problema de perfeccionar y completar las sustanciales verdades del clisico y admirable sistema individua- lista es el que ha encarado y resuelto felizmente Ia escuela eco- némica georgista. Entre ésta (1880) y la ciencia econémica clasica, tal como la dejé Ricardo (1830), sélo hallamos un de- solador paréntesis de divagaciones disparatadas, rellenado con Jos romnticos fantaseos de Saint Simon, Fourier, Kropotkine, ‘Tolstoy, etc., y 1as opacas pedanterias de Carlos Marx, Sorel, etc. El moderno desencanto, aplanamiento, confusién, escepticis- mo, desorientacién, y también las reacciones dictatoriales que Ibero-Amerikanisches institut http:sresolver.iai.spk berlin, de/1AI000052€ 10030000 PreuBischer Kulturbesitz EXPERIENCIA DEL COMUNISMO 341 algunos paises sufren, no tienen, en su origen, mayor causa que el fracaso sufrido al experimentarse las falsas ideologias que dichos pensadores imbuyeron en las muchedumbres. Duiero adelantarme a la posible objecién de alguno de mis Iectores que, conociendo mis opiniones en favor del georgismo, Podtia argitir que esa doctrina, en cuanto propende a Ja pro- Piedad colectiva de la tierra, también sale malparada por las Conclusiones del relato que ahora pongo en circulacién para los Tectores de nuestro idioma. A ese supuesto contradictor le responderé que yo conozco desde hace diez afios este relato y nada ha hecho él yariar mi | Conviecién. Hasta realicé en dos ocasiones, desde 1921, infruc- thiosas gestiones ante dos decanos sucesivos de la Facultad de Ki- losotia_y Letras para dar divulgacién, como materia de Bino- Brafia y Sociologia americanas, a las importantes enscfianzas ue contiene. Sea hoy Nosotros mis liberal y eficaz instru- Trento de comunicacién ilustrativa. Y¥ no ha modificado mis ideas, ni las contradice, porque fa Propiedad comin de la tierra (elemento pasivo de la producciém) | et nada estorba, antes al contrario estimula enormemente fa in dividual actividad, siempre que el provecho de lo producido que- de en libre disposicién y propiedad del productor, lo mismo que Sts capitales de todo género y la propia disposicién de su per- Sona y de su tiempo. Barbrooke Grubb, a quien se ve hombre de buen sentido Pero escaso de docirina econémica, no se plantea ni pod Plicarse 1a otra causa indispensable de la prosperidad que -ta Teforma individualista produjo entre los indios. Y es que, ade Ihds de esa libertad de accidn y apropiacién, se encontré cada tao de aquellos indigenas con tierra libre y disponible para trabajarla, i alli, como en el mundo civilizado contemporaneo Heontece, hubiera estado toda cercada y adjudicada y registrada 1 escribanias a nombre de determinadas personas, las reformas {ue el autor y sus compafieros ensefiaron a los indigenas ha- brian dado un resultado muy diferente. Aqui radica la gran di ficuliad; y en diagnosticarla, aislarla y resolverla, es pre sa tbero-Amerikanisches Institut hitp:/resolver.iai.spk-berlin.de/1AI000052E 1003E0000 PreuBischer Kulturbesitz Ibero-Amerikanisches Institut PreuBischer Kulturbesitz 342 NOSOTROS mente en lo que ha brillado la genialidad de Henry George. Pero, de todos modos, Ia utilisima aunque semi-empirica informacién de Grubb es suficiente para deducir con limpidez la importan- tisima conclusién de que la causa del fracaso de los experimen- tos modernos del colectivismo no hay que buscarla en motivos politicos circunstanciales, sino que radica en naturales catisas que, como tales, actian permanentemente, sin distincidn de Iu gar, raza o grado de cultura, Conclusién que, por otra parte, 10 es precisamente pesimista, puesto que, en la investigacién cienti- fica, los experimentos concluyentemente negativos tienen tam bién am gran valor: el de ensefiarnos por dénde no hay que bus car la solucién de un problema; lo cual despeja mucho el camino para hallarle soluciones verdaderas. C. Vittatosos Dowineurz. hittp:stesolver.iaispk-berlin.de/IAI000052E1003E0000

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