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CONTRACCIONES
Una contracción es cuando los músculos del útero se endurecen como un puño y luego se relajan.
Las contracciones ayudan a empujar al bebé para que nazca. Se hacen más fuertes y más seguidas
con el tiempo. Siente dolor en su abdomen y parte inferior de la espalda. Se tiene una secreción de
mucosidad (amarronada o rojiza) con sangre. El bebé ha crecido en el líquido amniótico del útero.
Cuando se rompe la bolsa, puede sentir un gran chorro de agua o tan solo un hilito de agua.
DILATACIÓN
A lo largo de la fase de dilatación, las contracciones del útero son cada vez más frecuentes y duran
más tiempo. Durante esta fase se produce poco a poco la dilatación del cuello uterino. Al mismo
tiempo, la cabeza del feto “se encaja” en la pelvis y empieza a descender hacia la vulva. El feto
debe atravesar la pelvis de la madre, que forma un canal algo irregular, de pocos centímetros de
largo. Este descenso es lento, y por ello tarda unas horas en atravesar. El canal es estrecho y la
cabeza pasa de forma justa por ese canal.
EXPULSIÓN
Los pujos de la madre son una ayuda muy significativa para ayudar el feto a salir. Es importante
que la cabeza del bebé salga lentamente para evitar una descompresión brusca y para proteger el
periné (espacio entre el ano y la vagina materna). Es normal que la mujer sienta la necesidad de
empujar muy fuerte en el momento en que sale la cabeza, pero es bueno controlar esta fuerza
para asegurar que la salida sea lo más suave posible. Una vez estén fuera cabeza y hombros, el
resto del cuerpo saldrá al exterior sin ninguna dificultad.
La protección del periné es muy importante antes de que salga la cabeza fetal por él. Si se
considera que el periné no se distiende bien, especialmente en las mujeres que están en su primer
parto, se realiza un pequeño corte para reducir el riesgo de que se produzca un desgarro.
ALUMBRAMIENTO
Es el periodo que trascurre entre la salida del feto y la expulsión de la placenta. Tras el nacimiento
del bebé y la separación de la madre mediante el corte del cordón umbilical, se producen unas
contracciones, menos intensas y dolorosas que las del periodo de dilatación, que provocan una
reducción del tamaño del útero y éste, al contraerse, ayuda a que la placenta, las membranas y el
resto del cordón se desprendan de la pared uterina y sean expulsados al exterior.