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DECLARACIÓN CIENTÍFICA DE LA AA

Azúcares añadidos y riesgo de

enfermedades cardiovasculares en
los niños
Una declaración científica de la Asociación
Americana del Corazón

ANTECEDENTES: Los malos hábitos de vida son una de las principales causas RN
de enfermedades prevenibles en todo el mundo. Los azúcares añadidos Linda V. Van Horn, PhD,
contribuyen a una dieta rica en energía pero pobre en nutrientes y RD, FAHA
aumentan el riesgo de desarrollar obesidad, enfermedades Daniel I. Feig, MD, PhD
cardiovasculares, hipertensión, cánceres relacionados con la obesidad y Cheryl A.M. Anderson,
caries dental. Doctorado, MPH, MS,
FAHA
MÉTODOS Y RESULTADOS: Para esta declaración científica de la American Mahesh J. Patel, MD
Heart Association, el grupo de redacción revisó y calificó las pruebas Dra. Jessica Cruz Munos
científicas actuales de los estudios que examinan los efectos de los azúcares Nancy F. Krebs, MD, MS
añadidos sobre la salud cardiovascular de los niños. La literatura disponible Stavra A. Xanthakos, MD,
se subdividió en 5 grandes subáreas: efectos sobre la presión arterial, los MS
lípidos, la resistencia a la insulina y la diabetes mellitus, la enfermedad del Rachel K. Johnson, PhD,
hígado graso no alcohólico y la obesidad. MPH, RD, FAHA
En nombre del Comité de
CONCLUSIONES: Las asociaciones entre los azúcares añadidos y el aumento Nutrición de la
de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares entre los niños Asociación Americana
estadounidenses están presentes a niveles muy inferiores a los niveles de del Corazón del
consumo actuales. Hay pruebas sólidas que apoyan la asociación de los Consejo de Estilo de
azúcares añadidos con el aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular Vida y
en los niños a través del aumento de la ingesta de energía, el aumento de la Salud
adiposidad y la dislipidemia. El comité consideró que es razonable cardiometabólica;
recomendar que los niños consuman ≤25 g (100 cal o ≈6 cucharaditas) de Consejo de la Clínica
azúcares añadidos al día y evitar los azúcares añadidos en los niños <2 años Cardiología; Consejo
de edad. Aunque lo más probable es que los azúcares añadidos puedan de Enfermedades
consumirse de forma segura en cantidades bajas como parte de una dieta Cardiovasculares en
saludable, pocos niños alcanzan esos niveles, lo que hace que este sea un los Jóvenes; Consejo
importante objetivo de salud pública. de Enfermería
Cardiovascular y de
Miriam B. Vos, MD, Accidentes
MSPH, FAHA, Presidente Cerebrovasculares;
Jill L. Kaar, PhD Consejo de
Jean A. Welsh, PhD, MPH, Epidemiología y

Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439 9 de mayo de 2017 e1017

Vos y otros
Prevención; Consejo de Genómica Funcional y Biología Traslacional; y responsables políticos y los
Consejo de consumidores. A
Hipertensión continuación se describen los
términos más utilizados.
Palabras clave: AHA Científica
Declaraciones ◼ niño ◼ dieta
◼ estado nutricional ◼ obesidad
Azúcar
◼ azúcar ◼ edulcorantes Aunque su uso es más
amplio, la Administración
2016 American Heart Association, Inc.
Federal de Medicamentos de
as enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en

A
Norteamérica y generan una enorme carga personal y económica a nivel mundial. Los
esfuerzos por reducir la prevalencia de la ECV y sus afecciones asociadas (obesidad,
hipertensión, diabetes mellitus de tipo II y enfermedad del hígado graso no alcohólico
EE.UU. define el término
azúcar como una sustancia
dulce y cristalina, C12 H22 O11 ,
obtenida principalmente del
[EHGNA]) han centrado la atención en el papel de la dieta y en la creciente evidencia
jugo de la caña de azúcar y de
de que la aterosclerosis comienza en la infancia.1–3 Las pruebas acumuladas implican
la remolacha azucarera.6
a los azúcares de la dieta, en particular los que se añaden a los alimentos procesados
o se utilizan en la preparación de alimentos y bebidas. En parte debido a la falta de
claridad y consenso sobre la cantidad de azúcar que se considera segura para los
Azúcares totales
niños, los azúcares siguen siendo un ingrediente comúnmente añadido a los
alimentos y bebidas, y el consumo general por parte de niños y adultos sigue siendo El término azúcares totales se
elevado. Aunque la ingesta de azúcares añadidos ha disminuido ligeramente en los utiliza convencionalmente
últimos años,4 siguen aportando casi el 16% de las calorías que consumen los niños para describir los
estadounidenses a diario (Tabla 1). monosacáridos glucosa,
galactosa y fructosa, así
Los objetivos de esta declaración son revisar las pruebas disponibles sobre la
como los disacáridos
ingesta de azúcares añadidos y el riesgo de ECV en niños y adolescentes, identificar
sacarosa, lactosa, maltosa y
las lagunas de la investigación y formular recomendaciones sobre el consumo de
trehalosa.7 Los azúcares
azúcares añadidos para reducir el riesgo de ECV.
totales incluyen todos los
azúcares de un alimento o
APROXIMACIÓN bebida de cualquier fuente,
incluidos los que se producen
Los miembros del grupo de redacción realizaron búsquedas bibliográficas para cada
de forma natural (como la
sección utilizando términos de búsqueda relevantes, incluyendo azúcar, fructosa,
fructosa en la fruta y la
azúcares añadidos, dietéticos, bebidas azucaradas, edulcorantes, niños, edulcorantes
lactosa en la leche) y los
no calóricos, edulcorantes artificiales, edulcorantes no nutritivos, diabetes mellitus,
resistencia a la insulina, triglicéridos, lípidos, enfermedades cardiovasculares, riesgo añadidos a los alimentos.6
cardiovascular, ácido úrico, hipertensión, presión arterial, alopurinol, hígado,
esteatohepatitis, enfermedad del hígado graso no alcohólico e inflamación. Las
búsquedas en PubMed se limitaron a investigaciones originales, estudios realizados
Azúcares añadidos
en humanos y revisiones sistemáticas hasta noviembre de 2015. Se revisaron las listas Los azúcares añadidos, tal y
de referencias de los artículos pertinentes en busca de artículos adicionales. Se como los define el
resumieron los artículos, y los resúmenes se discutieron durante conferencias Departamento de
telefónicas entre los expertos en el área temática que formaban parte del grupo de Agricultura de EE.UU.,
redacción. Se utilizó el consenso del grupo para desarrollar las recomendaciones incluyen todos los azúcares
(Tabla 2). utilizados como ingredientes
Para proporcionar las estimaciones más actualizadas del consumo de azúcares en los alimentos procesados
añadidos en Estados Unidos, se analizaron los datos dietéticos de la NHANES y preparados y los azúcares
(National Health and Nutrition Examination Survey) de 2009 a 2012. Los datos de la consumidos por separado o
NHANES son recopilados y puestos a disposición del público por el Centro Nacional añadidos a los alimentos en
de Estadísticas de Salud. Los métodos analíticos utilizados replican 5 los utilizados por la mesa.8 El término se utilizó
Welsh et al en su análisis de los datos de la NHANES de 1999 a 2008.4 por primera vez en las Guías
Alimentarias para los
Estadounidenses del año
TERMINOLOGÍA Y DEFINICIONES 2000 para destacar los
alimentos y bebidas que
Hay varias formas diferentes de azúcares alimentarios, y la terminología utilizada
tenían más calorías pero
para describirlos puede ser una fuente de confusión para los investigadores, los
carecían de otros nutrientes

e1018 9 de mayo de 2017 Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439

 Azúcares añadidos y riesgo de ECV en lo
importantes. Dado que la fructosa es el más dulce de los azúcares que se consumen
9

habitualmente, se suele añadir (o los azúcares que la contienen) a los alimentos y

bebidas para aumentar su palatabilidad. Como resultado, la sacarosa y el jarabe de
maíz de alta fructosa, ambos compuestos por glucosa y fructosa en cantidades
aproximadamente iguales, son los azúcares más comúnmente añadidos en el
suministro de alimentos de los Estados Unidos.

Azúcares de origen natural

Los azúcares naturales incluyen los que son un componente innato de los alimentos
(por ejemplo, la fructosa en las frutas y verduras y la lactosa en la leche y otros
productos lácteos).6

Azúcares extrínsecos e intrínsecos

Los términos azúcares extrínsecos e intrínsecos tienen su origen en el Departamento
de Salud del Reino Unido. Los azúcares intrínsecos se definen como los que están
presentes dentro de las paredes celulares de las plantas (por ejemplo, los azúcares
naturales) y siempre van acompañados de otros nutrientes. Los azúcares extrínsecos
son los que no se encuentran dentro de la estructura celular de un alimento y se
encuentran en el zumo de frutas, la miel y los jarabes y se añaden a los alimentos
procesados. El término azúcares extrínsecos no lácteos se utiliza para diferenciar los
azúcares extrínsecos que contienen lactosa de todos los demás porque

Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439 9 de mayo de 2017 e1019

 Tabla 1. Consumo de azúcares añadidos por fuentes de alimentos y bebidas entre los niños y
Vos y otros
Edad, y
Todos (n=6412) 2-5 (n=1695) 6-11 (n=2300) 12-19 (n=2417)
Media IC DEL Media IC DEL Media IC DEL Media IC DEL
95% 95% 95% 95%
Consumo total de azúcares añadidos

Azúcares añadidos, % de 16.1 15.6- 13.5 13.1- 16.4 15.9-16.8 17.2 16.3-
energía 16.6 13.8 18.1
Azúcares añadidos, g 80.0 77.2- 53.3 51.2- 78.7 76.6-80.8 93.9 89.1-
82.7 55.3 98.8
Azúcares añadidos, 19.0 18.4- 12.7 12.2- 18.7 18.2-19.2 22.4 21.2-
cucharadita 19.7 13.2 23.5
BLU, % de energía 7.9 7.6-8.3 5.2 4.7-5.6 7.3 6.9-7.6 9.8 9.1-10.5
Azúcares añadidos por fuente de alimentación, g
Dulces 43.0 40.5- 21.2 19.2- 37.0 34.9-39.1 58.1 53.5-
45.5 23.2 62.7
Refrescos, normales 17.0 15.3- 4.1 3.4-4.8 12.1 10.6-13.7 26.9 23.7-
18.8 30.2
Bebidas con sabor a fruta y 12.9 12.1- 10.0 8.5-11.4 12.7 11.5-13.9 14.4 12.3-
deportivas 14.6 16.5
Otras bebidas 0.3 0.2-0.4 0.1 0.0-0.2 0.3 0.1-0.6 0.3 0.2-0.5
Azúcares y jarabes 3.3 2.6-4.0 2.6 1.5-3.6 3.4 2.8-4.0 3.6 2.3-4.9
Caramelos y chicles 5.0 4.2-5.7 3.6 3.1-4.1 5.7 4.6-6.7 5.1 3.9-6.4
Café y té 4.0 3.1-4.9 0.9 0.6-1.1 2.8 1.8-3.9 6.4 4.6-8.2
Bebidas con alcohol <0.1 <0.1- 0.0 0.0-0.0 0.0 0.0-0.0 0.1 0.0-0.2
<0.1
Bebidas energéticas 0.5 0.1-1.0 0.0 0.0-0.0 <0.1 <0.1-<0.1 1.2 0.2-2.2
Granos 20.0 19.2- 15.8 14.9- 22.4 20.9-23.9 20.2 18.7-
20.7 16.7 21.7
Pasteles y galletas 10.1 9.6-10.7 8.0 7.3-8.6 11.5 10.4-12.7 10.2 9.1-11.2
Cereales RTE 4.4 4.0-4.8 3.7 3.2-4.2 4.8 4.2-5.5 4.4 3.6-5.1
Panes y panecillos 3.2 2.9-3.5 2.3 1.8-2.9 3.4 2.9-3.9 3.4 3.0-3.9
Otros granos 2.3 2.0-2.5 1.7 1.4-2.1 2.6 2.3-3.0 2.2 1.9-2.6
Productos lácteos 10.2 9.3-11.0 10.5 9.7-11.4 12.3 10.9-13.7 8.5 7.3-9.6
Postres lácteos 4.0 3.3-4.6 2.7 2.0-3.5 4.8 3.6-6.1 4.0 3.3-4.7
Leche azucarada 4.3 3.7-4.8 4.6 3.6-5.5 5.4 4.7-6.1 3.3 2.3-4.2
Yogur 1.3 1.1-1.6 2.5 1.9-3.1 1.5 1.1-1.9 0.7 0.3-1.0
Otros productos lácteos 0.6 0.4-0.7 0.8 0.5-1.0 0.5 0.3-0.7 0.5 0.3-0.7
Frutas y verduras 1.9 1.7-2.1 1.8 1.5-2.1 2.3 1.9-2.7 1.7 1.4-2.1
100% Zumos de frutas 0.0 0.0-0.0 0.0 0.0-0.0 0.0 0.0-0.0 0.0 0.0-0.0
Otras frutas y verduras 1.9 1.7-2.1 1.8 1.5-2.1 2.3 1.9-2.7 1.7 1.4-2.1
Carnes, judías, huevos 1.9 1.7-2.2 1.3 1.0-1.7 1.7 1.4-1.9 2.4 2.0-2.9
Aceite <0.1 <0.1- <0.1 <0.1- <0.1 <0.1-<0.1 <0.1 <0.1-
<0.1 <0.1 <0.1
adolescentes estadounidenses, NHANES 2009 a 2012

e1020 9 de mayo de 2017 Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439

 Azúcares añadidos y riesgo de ECV en lo
SSB, bebida azucarada.

la respuesta metabólica para los 2 tipos de azúcares difiere sustancialmente. 10

Azúcares libres
Azúcares libres es un término utilizado por la Organización Mundial de la Salud que
hace referencia a todos los monosacáridos y disacáridos añadidos a los alimentos por
el fabricante, el cocinero y el consumidor (por ejemplo, azúcares añadidos), además
de los azúcares presentes de forma natural en la miel, los jarabes y los zumos de
frutas11 (por ejemplo, azúcares extrínsecos no lácteos).

Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439 9 de mayo de 2017 e1021

Vos y otros
RETOS DEL ESTUDIO DE LOS AZÚCARES EN LA DIETA determinado. De hecho, los
Los estudios de nutrición son intrínsecamente difíciles porque los seres humanos estudios más reveladores del
tienen actividades, dietas y metabolismo complejos. En los intentos de estudiar un efecto de los azúcares sobre

Tabla 2. Aplicación de la clasificación de las recomendaciones y del nivel de evidencia

Una recomendación con nivel de evidencia B o C no implica que la recomendación sea débil. Muchas preguntas clínicas imp
Las directrices no se prestan a la realización de ensayos clínicos. Aunque no se dispone de ensayos aleatorios, puede haber
una
que prueba
una o terapia concreta sea útil o eficaz.
*Datos disponibles de ensayos clínicos o registros sobre la utilidad/eficacia en diferentes subpoblaciones, como el sexo, la e
dediabetes,
infarto delos
miocardio previo, antecedentes de insuficiencia cardíaca y uso
antecedentes
†Para
previo delas recomendaciones de efectividad comparativa (Clase I y IIa; Nivel de Evidencia A y B solamente), los estudios que
aspirina.
deben incluir comparaciones directas de los tratamientos o estrategias que se
comparadores
evalúan.
solo nutriente, como el azúcar, es imposible aislar completamente sus efectos, la salud son probablemente
especialmente con las limitaciones conocidas en los datos de la dieta autodeclarada los del mundo real. En
por los niños/padres y la corta duración factible con los estudios de alimentación. Por nuestro enfoque, intentamos
ejemplo, la adición de azúcares a la dieta puede dar lugar a la ingesta de un exceso sintetizar el conjunto de la
de calorías. Algunos han propuesto que los estudios se ajusten a estos efectos. Sin literatura bajo cada tema,
embargo, el ajuste no refleja a las personas que viven en libertad, que no suelen incluyendo los artículos que
ajustar su dieta o su nivel de actividad para mantener el total de calorías en un nivel reflejan los efectos del azúcar
e1022 9 de mayo de 2017 Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439
 Azúcares añadidos y riesgo de ECV en lo
en el mundo real y los que intentan discernir los efectos biológicos de la
administración aislada de azúcares añadidos, al tiempo que nos centramos en el
objetivo de hacer recomendaciones de alta calidad para la práctica y la política.

DIRECTRICES DE ADMISIÓN ACTUALES

En 2005, se publicaron ejemplos de dietas para niños de la pirámide alimenticia, que
tradujo las Guías Alimentarias para

Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439 9 de mayo de 2017 e1023

Vos y otros
Las recomendaciones de los estadounidenses en los
consejos basados en los grupos de alimentos para una
dieta saludable, sugirieron un límite que oscila entre el
6% y el 10% de la ingesta total de calorías como calorías
discrecionales en función de la edad, el sexo y el nivel de
actividad física del niño. Las calorías discrecionales son
las que se pueden consumir en forma de azúcares
añadidos y grasas sólidas una vez cubiertas las
necesidades nutricionales diarias del niño. Ese mismo
año, esta recomendación fue respaldada por la
Asociación Americana del Corazón (AHA) en colaboración
con la Academia Americana de Pediatría, que también
especificó que "las bebidas azucaradas y las bebidas
naturalmente dulces, como el zumo de frutas, deben
limitarse a entre 4 y 6 onzas por día para los niños de 1 a
6 años y a entre 8 y 12 onzas por día para los niños de 7 a
18 años".12
Según las Guías Alimentarias para los Estadounidenses
de 2010, la reducción del consumo de azúcares añadidos
disminuiría el contenido energético de la dieta sin
comprometer su adecuación nutricional.13 Las directrices
sugerían que esta estrategia podría desempeñar un papel
importante en la reducción de la elevada prevalencia de
la obesidad en Estados Unidos. Las directrices
aconsejaban sustituir los alimentos y bebidas azucarados
por otros que no tuvieran azúcares añadidos o fueran
bajos en ellos. Por ejemplo, las directrices aconsejan a los
consumidores "beber agua en lugar de bebidas
azucaradas". También en 2010, la AHA aconsejó que, para
alcanzar y mantener un peso saludable y disminuir el
riesgo cardiovascular, al tiempo que se satisfacen las
necesidades nutricionales esenciales, los adultos
reduzcan su consumo de azúcares añadidos.14 La AHA
recomendó un límite máximo de ingesta de azúcares
añadidos de 100 cal/d o 6 cucharaditas para la mayoría
de las mujeres estadounidenses y de 150 cal/d o 9
cucharaditas para la mayoría de los hombres
estadounidenses. La recomendación de la AHA se
centraba en todos los azúcares añadidos, sin destacar
ningún tipo concreto, como el jarabe de maíz de alta
fructosa.14
El Comité Asesor de las Guías Alimentarias de 2015
publicó un informe científico a principios de 2015 en el
que recomendaba limitar los azúcares añadidos. 15 El
informe señalaba que en un patrón de alimentación
saludable, una vez cumplidas las recomendaciones de
grupos de alimentos y nutrientes, solo hay un número
limitado de calorías disponibles para ser consumidas
como azúcares añadidos. En concreto, sólo entre el 3% y
el 9% de las calorías estarían disponibles en forma de
azúcares añadidos para todos los patrones, y dentro de
los patrones más adecuados (1600-2400 cal), el rango es
del 4% al 6% de las calorías procedentes de azúcares
añadidos (o 4,5-9,4 cucharaditas). El comité de expertos
llegó a la conclusión de que existen pruebas sólidas y
consistentes que demuestran que la ingesta de azúcares
e1024 9 de mayo de 2017 Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439
añadidos está asociada a un exceso de peso corporal
compatible con una recomendación de mantener la
ingesta de azúcares añadidos <10% de la ingesta
energética total.
Desde 2003, la Organización Mundial de la Salud ha
recomendado que la ingesta de azúcares libres se limite a
<10% de la ingesta energética diaria total.11 Las directrices
publicadas por la Organización Mundial de la Salud en
2015 aconsejaban que las personas redujeran la cantidad
de azúcares libres a <10% de su ingesta energética
diaria.16 La Organización Mundial de la Salud aconsejó
además que una reducción a <5% de la ingesta energética
total por día tendría beneficios adicionales en la
reducción del riesgo de enfermedades no transmisibles
(específicamente el aumento de peso excesivo y la caries
dental) en adultos y niños.16 El 5% de la ingesta energética
total equivale a ≈25 g (≈6 cucharaditas o ≈100 kcal) de
azúcar al día para un adulto con un índice de masa
corporal (IMC) saludable.
NIVELES ACTUALES DE INGESTA Y
FUENTES PRINCIPALES
Hemos utilizado los datos disponibles públicamente de
los ciclos más recientes de la NHANES (2009-2012) para
estimar los niveles actuales de ingesta de azúcares
añadidos.17 Estas estimaciones pueden ser
conservadoramente bajas porque está bien establecido
que las evaluaciones dietéticas autodeclaradas
subestiman.18,19 Nuestro análisis demuestra que los niños
estadounidenses de 2 a 19 años consumen una media de
80 g de azúcares añadidos al día (Tabla 1). La ingesta
absoluta es mayor entre los niños que entre las niñas (87
frente a 73 g), pero no hubo diferencias cuando la ingesta
se evaluó en relación con la ingesta energética total
(16,1% para ambos). La ingesta de azúcares añadidos
aumenta con la edad (figura). La ingesta de azúcares
libres, la combinación de azúcares añadidos y azúcares
que aparecen de forma natural en la miel, los jarabes y
los zumos, es de 91 g y del 18,5% de la energía total.
Foods and beverages each contribute half of the added
sugars in children’s diets, 40 g each. The top contributors
to added sugars intake include soda, fruitflavored and
sports drinks, and cakes and cookies. The contribution of
added sugars to total energy intake is summarized by
food or beverage source in Table 1. Table 3 illustrates
sugars intake in teaspoons by sex and age group. 20
Previous research has suggested that most added sugars
are consumed at home rather than away from home. 21
AZÚCARES Y RIESGO DE CVD:
MECANISMOS BIOLÓGICOS
Existe un debate en curso sobre si la fructosa y la glucosa
tienen un efecto similar, dado que son calóricamente

iguales pero tienen destinos metabólicos marcadamente
diferentes en el cuerpo humano. Tras el consumo, la
digestión y la absorción, tanto la fructosa como la glucosa
son absorbidas en la circulación portal y llevadas al
hígado.22 El hígado tiene un papel importante en el
control de la cantidad de glucosa que llega a los tejidos
periféricos después de una comida. El aumento de la
glucosa en la sangre portal estimula la secreción de
insulina, lo que provoca un aumento de la captación de
glucosa en el músculo y la adiposidad, un aumento de la
síntesis de glucógeno, un aumento de la síntesis de ácidos
grasos en la adiposidad, un aumento de la captación de
aminoácidos y la inducción de la lipoproteína lipasa en el
músculo y la adiposidad.22 La fructosa no estimula la
secreción de insulina en la misma medida y se absorbe
principalmente en el hígado, donde estimula la
lipogénesis de novo.23 La vía de la lipogénesis de novo
produce ácidos grasos saturados, y aunque no es una vía
importante en los individuos delgados (contribuyendo
sólo al 10% de los ac-
Figura. Media de kilocalorías diarias
procedentes de azúcares añadidos entre
niños y adolescentes de 2 a 19 años, por
sexo y grupo de edad: NHANES (National
Health and Nutrition Examination Survey),
2009 a 2012.
En las personas obesas y resistentes a la insulina, esta vía
adquiere importancia porque los hidratos de carbono
pueden aportar hasta el 50% de los ácidos grasos
saturados de los triglicéridos de las lipoproteínas de muy
baja densidad.24 En 2014, una revisión de estos
mecanismos incluyó la postulación de que debido a este
efecto los azúcares dietéticos pueden ser "tan
aterogénicos como los ácidos grasos saturados de la
dieta."24 Si la fructosa o la glucosa causan efectos
adversos puede ser académicamente discutible, pero es
menos importante desde un punto de vista clínico porque
la mayoría de las fuentes de alimentos y bebidas fuera de
los estudios de investigación incluyen ambos azúcares.
Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439
Azúcares añadidos y riesgo de ECV en los niños
La genética y cómo afecta al riesgo de
ECV
Otro reto para comprender el papel de los azúcares en el
riesgo de ECV en los niños es la variabilidad de la
respuesta entre individuos. Este ejemplo de respuesta
personalizada a un nutriente ha confundido los estudios
anteriores, pero afortunadamente, las investigaciones
recientes están revelando los mecanismos subyacentes.
La genética parece tener una profunda influencia en la
respuesta a los carbohidratos. Davis et al25 lo
demostraron en un estudio del gen PNPLA3 (patatin-like
phospholipase domain containing 3), en el que un
polimorfismo de este gen modificaba el efecto de los
azúcares de la dieta sobre la presencia de grasa hepática.
Por último, pero quizás lo más evidente, es que el
intestino desempeña un papel fundamental en la
absorción, respuesta y modificación de los nutrientes, y
esto es válido para los azúcares alimentarios. En este
momento, se sabe poco sobre la interacción entre el
microbioma y los azúcares añadidos en los seres
humanos; se trata de un área que necesita ser estudiada,
sobre todo teniendo en cuenta los datos que demuestran
la relación entre el microbioma y el riesgo de ECV.26
Respuestas metabólicas y de saciedad a
los líquidos frente a los alimentos
La forma en que se consumen los azúcares añadidos
también puede influir en los efectos metabólicos. Las
bebidas azucaradas (SSB) aportan un gran número de
calorías a la dieta estadounidense, y la mayoría se
componen casi exclusivamente de sólo 2 ingredientes,
azúcares añadidos y agua. Esto las convierte en un buen
vehículo para probar el efecto de los azúcares añadidos
con un riesgo mínimo de confusión por otros nutrientes.
Como resultado, casi todos los ensayos clínicos que
examinan la ingesta de azúcares añadidos se han
realizado utilizando las barras de chocolate como
exposición. Los estudios sobre los alimentos con alto
contenido de carbohidratos totales podrían ayudar a
comprender el efecto del consumo de alimentos
azucarados. Varios estudios a corto plazo han
demostrado que los hidratos de carbono consumidos en
forma de sólidos son más saciantes que los consumidos
en forma de líquidos,27–30 y el subsiguiente equilibrio
calórico parece compensarse con las calorías adicionales,
lo que da lugar a un menor aumento de peso corporal.27,31
9 de mayo de 2017 e1025
Vos y otros

DiMeglio y Mattes27 compararon los efectos de las SSB Los datos sobre el impacto del consumo de azúcares
frente a las gominolas isocalóricas en un estudio cruzado líquidos frente a los sólidos en los niños son escasos. En
entre 15 adultos y demostraron un aumento del peso un estudio longitudinal de 6 años con niños de 8 a 10
corporal años, Olsen et al31 demostraron una mayor asociación
Tabla 3. Azúcares añadidos: Medias, percentiles y errores estándar de la ingesta habitual,
2007 a 2010
Azúcares añadidos,
cucharaditas†
Edad, Media 5% 10% 25% (SE) 50% 75% 90% 95%
y n* (SE)‡ (SE) (SE) (SE) (SE) (SE) (SE)
Chicos 1-3 774 9.4 3.1 4.1 5.9 8.6 12.0 15.7 18.2
(0.31) (0.17) (0.19) (0.24) (0.29) (0.39) (0.51) (0.62)
4-8 1001 15.7 6.5 7.9 10.9 14.8 19.6 24.6 28.1
(0.56) (0.31) (0.34) (0.41) (0.53) (0.70) (0.91) (1.07)
9-13 850 21.5 5.9 8.0 12.5 19.3 27.9 37.9 44.8
(0.46) (0.30) (0.31) (0.36) (0.43) (0.62) (0.91) (1.19)
14-18 808 24.6 7.3 9.7 14.7 22.2 31.9 42.8 50.2
(0.74) (0.39) (0.43) (0.53) (0.69) (0.95) (1.36) (1.73)
Chicas 1-3 715 8.4 2.7 3.5 5.2 7.7 10.8 14.3 16.7
(0.27) (0.17) (0.20) (0.23) (0.28) (0.33) (0.41) (0.45)
4-8 894 14.3 5.7 7.1 9.7 13.4 17.9 22.6 25.9
(0.37) (0.27) (0.30) (0.33) (0.37) (0.44) (0.57) (0.68)
9-13 867 17.8 6.0 7.7 11.2 16.3 22.7 29.8 34.7
(0.44) (0.29) (0.31) (0.35) (0.42) (0.55) (0.77) (0.96)
14-18 727 17.5 5.8 7.5 10.9 16.0 22.4 29.5 34.3
(0.54) (0.34) (0.37) (0.43) (0.52) (0.65) (0.90) (1.10)
*Número de personas en la muestra.
†Una cucharadita de azúcares añadidos equivale a la misma cantidad de azúcares totales que una cucharadita (4 g) de
azúcar de mesa (sacarosa).
‡Errores estándar (df=32).
Datos derivados de Usual Dietary Intakes: Food Intakes, US Population, 2007-2010. 20
a lo largo de 4 semanas durante la condición de bebida, entre el consumo de sacarosa líquida y los indicadores de
pero no con las gominolas. Houchins et al32 realizaron un adiposidad (IMC y perímetro de la cintura) en
estudio aleatorio y cruzado para comparar los efectos a comparación con el consumo de sacarosa sólida. Lee et
corto y largo plazo (8 semanas) de las frutas y verduras al33 utilizaron datos de un estudio de 10 años con
en forma sólida frente a las bebidas sobre el apetito y la seguimiento anual de chicas adolescentes para examinar
ingesta de energía. Descubrieron que la reducción del la asociación entre el consumo de azúcares añadidos y las
hambre era mayor y la ingesta posterior de alimentos era medidas de adiposidad. Antes de ajustar la energía total,
menor con los sólidos en comparación con los líquidos a cada cucharadita adicional de azúcares añadidos
corto plazo, pero no había diferencias significativas consumida en bebidas o alimentos durante el año
después de 8 semanas. En un estudio de seguimiento, anterior se asoció positivamente con el cambio en la
Houchins et al30 proporcionaron formas líquidas y sólidas circunferencia de la cintura (0,18 mm/cucharadita;
de frutas y verduras de energía equivalente a adultos P<0,001) y el cambio en la puntuación z del IMC (0,002
delgados o con sobrepeso/obesidad durante 8 semanas unidades por cucharadita; P=0,003). Tras el ajuste por
cada una. Aunque la compensación dietética incompleta energía total, la asociación siguió siendo significativa sólo
y el aumento de peso se produjeron tanto en los grupos para los azúcares añadidos líquidos y el perímetro de la
delgados como en los de sobrepeso/obesidad durante la cintura (0,16 mm/cucharadita; P=0,02). Esto apoya que la
condición de bebidas, los resultados con la condición de asociación entre los azúcares añadidos consumidos en
alimentos fueron mixtos. En el grupo delgado, la alimentos o bebidas y el aumento de peso está mediada
compensación calórica fue precisa y no hubo aumento de por la ingesta total de energía, pero también sugiere que
peso; sin embargo, en el grupo con sobrepeso/obesidad, los azúcares líquidos pueden afectar de forma exclusiva a
la compensación fue escasa y hubo un aumento de peso la distribución de la grasa corporal. Estos datos apoyan la
significativo. reducción de todos los azúcares añadidos, pero en

e1026 9 de mayo de 2017 Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439


particular de los SSB, como forma de mejorar la salud
cardiovascular a largo plazo.
RESULTADOS DE RIESGO DE CVD
ASOCIADOS A LA INGESTA DE
AZÚCARES AÑADIDOS
Aumento de peso excesivo y obesidad
A preponderance of relevant literature supports a
relationship between dietary sugars, specifically those
found in SSBs, and increased adiposity in children. As
described below, these studies range from large
longitudinal studies to school-based, randomized,
controlled trials with variable methods of dietary
assessment and analyses (eg, not all adjust for total
energy intake). Although evidence from cross-sectional
studies has been mixed, many of these studies support a
positive association between added sugar intakes and
adiposity.34–49
bebidas azucaradas
Un mayor consumo de barras de acero inoxidable se
ha asociado a un mayor riesgo de obesidad en niños de
todas las edades. Una pequeña cantidad de literatura ha
examinado el consumo de barras de acero inoxidable en
bebés y niños muy pequeños. Se ha evaluado la
introducción temprana de las barras de acero inoxidable
(antes de los 12 meses de edad) y se ha encontrado que
está asociada con la obesidad a los 6 años de edad.50 En
los niños pequeños que no consumen barras de acero
inoxidable, en comparación con los que consumen ≥2
barras de acero inoxidable al día, no consumir barras de
acero inoxidable protege contra la obesidad.51
En el grupo de edad preescolar (2-5 años), 3 estudios
longitudinales52–54 y 1 estudio retrospectivo55 concluyeron
que una elevada ingesta de barras de acero inoxidable se
asociaba a una mayor puntuación z del IMC,52 obesidad a
los 5-7 años de edad,53 y riesgo de sobrepeso.54 La ingesta
elevada de barras de acero inoxidable en preescolares a
los que se les diagnosticó sobrepeso u obesidad se asoció
con la permanencia del sobrepeso o la obesidad un año
después.50 En niños de 5 a 12 años, la ingesta de
refrescos56 y la ingesta de barras de acero inoxidable se
han relacionado con el aumento de los valores del IMC y
el riesgo de padecer sobrepeso u obesidad. También se
encontró una relación similar en adolescentes; una
mayor ingesta de SSB se asoció con un mayor IMC, 57,58
aumento de peso excesivo,59 y mayor adiposidad y estado
de peso.60 Otros estudios no han encontrado ninguna
asociación con el aumento de peso o la adiposidad en
todos los grupos de edad, específicamente cuando se
ajustan por energía total. 34,37-39,41,45,61-66 Unos pocos
estudios han mostrado resultados mixtos en los que las
barras de acero inoxidable se asociaron con aumentos del
IMC en su muestra en las chicas66 o en los chicos39 pero no
en ambos.
Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439
Azúcares añadidos y riesgo de ECV en los niños
La asociación entre las barras de acero inoxidable y
varios resultados de adiposidad ha sido más consistente.
La mayor ingesta de bebidas azucaradas se ha
relacionado específicamente con un mayor grosor de los
pliegues de la piel, el perímetro de la cintura 63 ,33,40 y el
exceso de grasa corporal44 en niños y adolescentes, así
como con una disminución de la acumulación de grasa,
cuando las bebidas azucaradas se sustituyeron por una
bebida no calórica.67 El momento de la exposición a las
barras de acero inoxidable puede influir en los efectos.
Por ejemplo, en el estudio longitudinal mencionado
anteriormente, la ingesta de barras de acero inoxidable
durante la infancia (<12 meses de edad) se asoció con la
obesidad a los 6 años de edad.50
Los estudios que evalúan los azúcares añadidos y
totales han sido menos consistentes en sus resultados,
posiblemente como resultado en parte de cuestiones
metodológicas. Los niveles elevados de ingesta de
azúcares añadidos a los 2 años de edad se han
relacionado con las puntuaciones z del IMC a los 7 años
de edad,68 , pero este hallazgo no ha sido consistente. En
un estudio transversal, los azúcares añadidos no
cambiaron significativamente las puntuaciones z del IMC
en niños de 8 a 18 años.44 La ingesta total de azúcares en
la dieta no predijo el IMC en un estudio transversal que
utilizó datos de la NHANES para niños de 1 a 18 años. 49
Sin embargo, los estudios que examinaron el consumo
total de sacarosa a lo largo del tiempo han descubierto
que una mayor ingesta de sacarosa está relacionada con
un aumento del IMC, la puntuación z del IMC de48 ,31 y el
perímetro de la cintura31 en los niños. Se ha observado un
aumento similar de la masa grasa total en niños y
adolescentes con un consumo elevado de azúcares
totales,35 fructosa,47 y zumos.69
En resumen, los niños y adolescentes que tienen una
ingesta elevada de azúcares en la dieta (específicamente
de las bebidas azucaradas y los azúcares añadidos)
tienden a tener una mayor ingesta energética diaria en
comparación con poblaciones similares con una ingesta
menor de azúcares en la dieta. La mayor ingesta de
bebidas azucaradas y azúcares añadidos se ha vinculado
fuertemente con el exceso de peso y un mayor riesgo de
obesidad. Es importante destacar que las asociaciones de
la ingesta de azúcares añadidos y los resultados adversos
en los estudios longitudinales y transversales también
pueden ser impulsados por otros factores como el
entorno del hogar, una dieta poco saludable más amplia,
y los comportamientos de actividad. Además, en los
ensayos aleatorios y controlados en los que los niños y
adolescentes cambiaron las bebidas azucaradas por las
no calóricas, se encontraron reducciones de peso en 67,70 ,
lo que refuerza la probabilidad de que sea la ingesta de
azúcares añadidos (al menos en forma de bebida) la que
impulsa la causalidad de los resultados.
9 de mayo de 2017 e1027
Vos y otros
Presión arterial elevada y niveles de
ácido úrico
Desde hace muchos años se sospecha que existe una
relación epidemiológica entre los edulcorantes y la
hipertensión, pero distinguir los efectos de los de la
obesidad ha sido un reto. Jalal y sus colegas 71 evaluaron
esta cuestión en los datos de la NHANES de 2000 a 2003.
Uno de los puntos fuertes de este conjunto de datos, una
encuesta de una muestra representativa de adultos y
niños de EE.UU., es la inclusión tanto de la medición
directa de la presión arterial como de la ingesta dietética
de fructosa determinada por un cuestionario dietético. El
principal hallazgo fue que existía una fuerte relación
entre la ingesta de fructosa y la presión arterial sistólica
elevada que era independiente de la obesidad. 71 Nguyen
y sus colegas72 también encontraron una relación
independiente entre los refrescos azucarados y la
hipertensión en adolescentes. En un amplio estudio de
adultos asignados aleatoriamente a un breve
asesoramiento sobre la dieta DASH (Dietary Approach to
Stop Hypertension) se observó que la mejora de la
presión arterial durante la modificación del estilo de vida
era mayor con una mayor reducción de los edulcorantes
dietéticos.73
Los ensayos clínicos directos sobre la ingesta de
fructosa proporcionan un apoyo adicional al papel de los
edulcorantes alimentarios en el desarrollo de la
hipertensión. Pérez-Pozo et al74 administraron 200 g de
fructosa al día a varones sanos con sobrepeso. Durante el
periodo de estudio de 2 semanas, los sujetos tuvieron un
aumento medio de 7 mm Hg en la presión arterial
sistólica y de 6 mm Hg en la presión arterial diastólica.
Brymora y sus colegas75 realizaron el experimento
inverso. Sometieron a 28 sujetos a una dieta muy baja en
fructosa en la que redujeron su ingesta media de 59 a 12
g/d. Al cabo de 6 semanas, los sujetos experimentaron un
descenso medio de 6 mm Hg en la presión arterial
sistólica y diastólica.
La relación fisiológica entre la fructosa y el aumento de
la presión arterial es probablemente indirecta, actuando
a través del ácido úrico como intermediario. 76–79 En los
adolescentes, existe una estrecha relación entre el ácido
úrico sérico elevado y la aparición de hipertensión
esencial. El Estudio de Hipertensión Infantil de Moscú
encontró hiperuricemia (>8,0 mg/dL) en el 9,5% de los
niños con presión arterial normal, en el 49% de los niños
con hipertensión límite y en el 73% de los niños con
hipertensión moderada y grave.80 El Estudio de Salud
Infantil de Hungría realizó un seguimiento de los 17.634
niños nacidos en Budapest en 1964 durante más de 13
años y también identificó la hiperuricemia como un factor
de riesgo de hipertensión.81 En un pequeño estudio,
Gruskin82 comparó a adolescentes (de 13 a 18 años) con
hipertensión esencial con sujetos de control sanos y de la
misma edad con presiones sanguíneas normales. Los
niños hipertensos tenían tanto ácido úrico sérico elevado
e1028 9 de mayo de 2017 Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439
(media >6,5 mg/dL) como una mayor actividad de renina
periférica. En una población racialmente diversa remitida
para la evaluación de la hipertensión, Feig y Johnson83
observaron que el nivel medio de ácido úrico sérico era
de 3,6 mg/dL en los niños con hipertensión de bata blanca
o presión arterial normal y significativamente mayor, 6,7
mg/dL, en los niños con hipertensión primaria. Los
resultados de 2 pequeños ensayos clínicos sugieren que
el ácido úrico contribuye directamente al desarrollo de la
hipertensión en los adolescentes.84,85 La reducción del
ácido úrico sérico, ya sea por reducción de la producción
o por aumento de la eliminación, mejoró
significativamente la presión arterial elevada.
En resumen, tanto las pruebas epidemiológicas como
los ensayos clínicos sugieren que la ingesta excesiva de
fructosa provoca un aumento de la presión arterial en
niños y adultos jóvenes. Hay datos que indican que este
efecto puede mitigarse con un tratamiento reductor de la
orina, lo que concuerda con la hipótesis de que el efecto
hipertensivo de los azúcares de la dieta está mediado por
la inducción de la hiperuricemia. Las pruebas actuales
sugieren que los azúcares añadidos son una fuente de
exceso de fructosa y que es probable que la reducción de
la fructosa de los azúcares añadidos disminuya el ácido
úrico, lo que posiblemente mejore la presión arterial en
los niños. Sin embargo, es necesario seguir investigando
sobre este tema para comprobar si una reducción de los
azúcares añadidos se traduce en una mejora de la presión
arterial en los niños.
Dislipidemia
La mayoría de los estudios que evaluaron los marcadores
lipídicos en los niños y las asociaciones con los azúcares,
la sacarosa, la fructosa o las bebidas azucaradas fueron
transversales. De estos estudios, en 2 se obtuvieron
resultados mixtos de aumento de la glucosa o de la
resistencia a la insulina estimada por la evaluación del
modelo de homeostasis (HOMA-IR) y de la presión
arterial sistólica con el aumento de las bebidas
azucaradas, pero no hubo asociación con los niveles de
lipoproteínas de alta densidad (HDL) y triglicéridos. 86,87
Los 9 estudios transversales restantes demostraron
asociaciones positivas entre cantidades crecientes de
azúcares añadidos y niveles más altos de triglicéridos y/o
más bajos de HDL.40,88–95 Como se esperaba, la
lipoproteína de baja densidad y/o el colesterol total
estaban menos relacionados y/o inversamente asociados
con el consumo de azúcares añadidos en algunos
estudios.86,94,95
Uno de los estudios más antiguos, publicado en 1980,
era único porque incluía a niños que consumían
cantidades muy bajas de azúcar, algo poco frecuente en
la cultura actual.94 Morrison et al94 examinaron datos
transversales de 1.669 niños en edad escolar (75%
blancos y 24% negros), incluyendo la sacarosa total

obtenida a partir de los recuerdos de 24 horas y los lípidos
sanguíneos medidos. Los triglicéridos plasmáticos se
correlacionaron positivamente y el colesterol total se
correlacionó negativamente con la sacarosa dietética;
esta asociación se mantuvo después de ajustar por edad,
raza y sexo. Cuando se dividió a los niños en
consumidores bajos (percentil 1-10) frente a
consumidores intermedios y altos de sacarosa, tras
ajustar por datos demográficos, los triglicéridos
aumentaron con el aumento de la sacarosa, el HDL
disminuyó y el colesterol plasmático total se redujo a
medida que aumentaba la ingesta de sacarosa. En
particular, el consumo medio del grupo bajo fue muy
bajo, oscilando entre 8 y 24 g/d (3,5%- 6,8% de las calorías
diarias). El consumo medio de sacarosa del grupo
intermedio se situó entre 42 y 80 g/d (9%-10% de las
calorías al día), y el de los consumidores elevados llegó al
17% de las calorías totales al día. En cuanto a los
triglicéridos, hubo una diferencia significativa entre los
grupos intermedio y alto.
Cuatro estudios longitudinales incluyeron los lípidos
como resultado. Todos los estudios longitudinales
confirmaron una asociación entre el aumento de las
bebidas azucaradas, la sacarosa o los azúcares añadidos y
el aumento de los triglicéridos y la disminución de las
HDL.57,96–98 El estudio de Lee et al98 incluyó un seguimiento
de 10 años de >2000 niños de diversas razas que tenían 9
y 10 años de edad al inicio. En los consumidores bajos de
azúcares añadidos (<10% de las calorías totales) en
comparación con los consumidores altos, hubo un
aumento anual de 0,26 mg/dl (mejora) en los niveles de
HDL durante los 10 años. Esto supuso un aumento de 2,2
mg/dL de HDL en los bajos consumidores de azúcares
añadidos.
Se ha realizado un estudio de intervención en niños
obesos en el que se comparó la dieta habitual con una
dieta sin fructosa proporcionada por el estudio. Tras 9
días de dieta sin fructosa, se observaron reducciones
significativas en los triglicéridos, las lipoproteínas de baja
densidad, la presión arterial y la sensibilidad a la
insulina.99
En resumen, aunque los estudios de intervención son
limitados, la preponderancia de las pruebas de los
estudios transversales y longitudinales disponibles pesa a
favor de la mejora de los triglicéridos y las HDL en los
niños con un bajo consumo de azúcares añadidos.
Aunque tradicionalmente los triglicéridos y las HDL no
han sido un objetivo principal para disminuir el riesgo de
ECV, los datos más recientes demuestran que una
proporción elevada de triglicéridos respecto a las HDL
predice una lipoproteína de baja densidad más pequeña,
un fuerte factor de riesgo cardiovascular.100 Se necesitan
más estudios en este ámbito, sobre todo centrados en las
relaciones del consumo de azúcares añadidos en los niños
y la lipoproteína de baja densidad pequeña, la función de
las HDL, el colesterol no HDL y las mediciones directas de
Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439
Azúcares añadidos y riesgo de ECV en los niños
la salud cardiovascular, como el grosor de la íntima
carotídea y la vasodilatación braquial.
Enfermedad del hígado graso no
alcohólico
NAFLD has increased in the US population at an alarming
rate, particularly among children.101 NAFLD is a disease of
lipid metabolism in which excess triglycerides
accumulates in hepatocytes in the setting of increased
adiposity, hypertriglyceridemia, and increased free fatty
acid flux to the liver caused by insulin resistance. The role
of sugar intakes in NAFLD is only partially understood.
Se disponía de nueve artículos que examinaban la
ingesta de azúcares y su correlación con la esteatosis
hepática en niños. De los 4 estudios transversales, 2
informaron de una asociación entre el aumento de la
ingesta de azúcares y el aumento de la grasa hepática25 o
las mediciones en sangre de la inflamación hepática,102 .
1 estudio tuvo resultados contradictorios,103 y 1 estudio
no mostró una relación entre los azúcares totales o la
fructosa y la esteatosis hepática.104 Un amplio estudio
longitudinal que examinó el consumo de fructosa y la
HGNA en 592 adolescentes, utilizando la ecografía para
identificar la esteatosis hepática, descubrió que la ingesta
de fructosa ajustada a la energía a los 14 años de edad se
asociaba de forma independiente con una mayor
probabilidad de HGNA a los 17 años.105 La reducción de
los azúcares añadidos se ha incluido a menudo como
parte de un enfoque de estilo de vida más saludable para
tratar la NAFLD, y la combinación de un mayor consumo
de fibra, un aumento de las verduras, una mayor
actividad física y la reducción de los azúcares añadidos ha
demostrado ser eficaz para reducir la grasa hepática. 106
Sin embargo, se desconoce el nivel de contribución de la
reducción de los azúcares añadidos a los resultados
positivos en este tipo de intervención.
Se dispone de pocos estudios de intervención dirigidos
específicamente a los azúcares añadidos y a los
resultados hepáticos en niños. Un ensayo clínico
controlado y aleatorizado de 4 semanas de duración
comparó el tipo de azúcar (fructosa frente a glucosa) en
un estudio de bebidas eucalóricas en niños con HGNA y
descubrió que la grasa hepática no cambiaba cuando se
sustituía la glucosa por la fructosa, aunque la resistencia
a la insulina y la inflamación sistémica mejoraban.107 Un
pequeño estudio piloto de 6 meses de duración en el que
se comparó la educación sobre una dieta baja en grasas
con la educación sobre una dieta baja en fructosa
encontró una mejora significativa en la lipoproteína de
baja densidad oxidada y una fuerte tendencia de mejora
en la alanina aminotransferasa tras una intervención
educativa sobre la dieta baja en fructosa.103
En resumen, aunque los datos transversales que
existen hasta la fecha son contradictorios, el único gran
estudio longitudinal disponible sugiere una relación entre
9 de mayo de 2017 e1029
Vos y otros
el consumo de fructosa en los niños y la grasa hepática.
Se necesita más investigación, en particular porque el
HGNA no se produce de forma aislada y casi siempre va
acompañado de 1 o todos los siguientes factores:
obesidad visceral, hipertrigliceridemia, HDL bajo,
colesterol no HDL alto y resistencia a la insulina.108 La
medición de los resultados de este síndrome clínico de
hígado graso tras la reducción de los azúcares añadidos
puede ser un mejor marcador de la mejora en
comparación con el estudio de la grasa hepática o los
niveles de inflamación por sí solos. Las importantes
lagunas de la investigación en este campo son la falta de
estudios longitudinales y aleatorios que prueben la
reducción o la sustitución del azúcar como tratamiento de
la HGNA en los niños, la falta de información sobre el
efecto de la dosis de azúcares añadidos en la HGNA o los
factores de riesgo de ECV asociados, y el papel de la
exposición temprana a los azúcares en la HGNA. Estas
áreas específicas de conocimiento son fundamentales
para orientar la práctica futura y las recomendaciones de
salud pública. Por el momento, parece que una dieta baja
en azúcares añadidos para los niños con sobrepeso y con
HGNA es beneficiosa en base a la evidencia existente
hasta la fecha y puede ser recomendada especialmente
dado el bajo riesgo de daño y la falta de valor nutritivo de
los azúcares añadidos.
Resistencia a la insulina y diabetes
mellitus
Los efectos de los azúcares añadidos sobre la sensibilidad
a la insulina se han medido como resultados primarios o
secundarios en varios estudios pediátricos. Un estudio
longitudinal de 2 años realizado por Wang et al87 estudió
las asociaciones entre los azúcares añadidos y su efecto
en la homeostasis de la glucosa e insulina entre los
jóvenes. La población incluyó a niños de entre 8 y 10 años
de edad con al menos un progenitor biológico obeso. Los
participantes se clasificaron en peso normal, sobrepeso u
obesidad. Se midieron las medidas adiposas, la glucosa
en ayunas, la insulina en ayunas, el HOMA-IR y el índice
de sensibilidad a la insulina de Matsuda. Los datos
mostraron que un mayor consumo (10 g/d) de azúcares
añadidos procedentes de fuentes líquidas se asoció con
un aumento de 0,04 mmol/L de glucosa en ayunas, un
aumento de 2,3 mmol/L de insulina en ayunas, un
aumento de 0,1 unidades del HOMA-IR y un descenso de
0,4 unidades del índice de sensibilidad a la insulina de
Matsuda en todos los participantes. Estos aumentos
observados fueron estadísticamente significativos en los
niños clasificados como con sobrepeso/obesidad, pero
no entre los niños de peso normal. Un estudio transversal
realizado por Welsh et al95 de 2157 adolescentes
estadounidenses en la NHANES entre 1999 y 2004
también mostró una correlación positiva entre los
e1030 9 de mayo de 2017 Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439
azúcares añadidos y el HOMA-IR entre los adolescentes
con sobrepeso, pero no entre los de peso normal.
Heden et al109 demostraron que el consumo de
cantidades moderadas de bebidas endulzadas con
fructosa o glucosa durante 2 semanas no alteraba de
forma diferencial la salud metabólica de los adolescentes
masculinos y femeninos cuando se comparaban las dos
bebidas. El estudio era un estudio contrapesado y a ciegas
con 40 adolescentes de ambos sexos, pero estaba
limitado por su corta duración. A diferencia de este
estudio, Jin et al107 demostraron en un estudio de
intervención doble ciego, aleatorizado y controlado de 4
semanas de duración entre adolescentes hispanos con
sobrepeso y con HGNA que el consumo de bebidas con
fructosa aumentaba la insulina, el HOMA-IR y la
resistencia a la insulina de los adipositos, mientras que el
consumo de bebidas con glucosa se asociaba a una
disminución de la insulina y del HOMA-IR.
En resumen, los estudios en este ámbito no son
concluyentes. Hasta la fecha, los azúcares añadidos
parecen tener una relación con la resistencia a la insulina
en los niños con sobrepeso, pero este hallazgo no se
demostró en los niños de peso normal.
PRUEBAS DE LA RESPUESTA A LA
DOSIS DE LA INGESTA DE
AZÚCARES AÑADIDOS
En nuestra revisión bibliográfica, no hemos encontrado
ningún estudio que pruebe directamente qué dosis de
azúcares añadidos en la dieta de los niños no tendría un
efecto perjudicial sobre el riesgo de ECV. A continuación
se resumen los resultados de los estudios de cada
apartado anterior que indican un nivel por encima del
cual se observó un aumento de ≥1 factores de riesgo
cardiovascular.
Estudios transversales
• Los niños que consumían entre el 3,5% y el 6,8% de
las calorías en forma de sacarosa (el grupo de
menor consumo) tenían menos triglicéridos y más
HDL que los que consumían más.94
• Los niños que no consumían barras de acero
inoxidable, en comparación con los que consumían
una media de 11,8 onzas/día, presentaban una
menor proteína C reactiva, un menor perímetro de
cintura y un mayor colesterol HDL.40
• Cada equivalente adicional de SSB (≈1 taza u 8
onzas) consumido por los niños diariamente se
asoció con un aumento del 5% en el HOMA-IR, un
aumento de 0,16 mm en la presión arterial sistólica,
un aumento de 0,47 cm en la circunferencia de la
cintura, un aumento de 0,90 percentil en el IMC
para la edad y una disminución de 0,48 mg/dl en las

concentraciones de HDL. Los consumidores bajos
de este análisis consumieron una media de 0,1
onzas de barras de acero inoxidable al día.91
• Los adolescentes que consumían más del 10% de su
energía total en forma de azúcares añadidos tenían
niveles más bajos de HDL, más altos de triglicéridos
y más altos de colesterol de lipoproteínas de baja
densidad que los que consumían menos. Los
adolescentes con sobrepeso u obesidad tenían una
mayor resistencia a la insulina (evaluada con el
HOMA-IR).95
Cohorte prospectiva
• Los adolescentes que consumían <10% de sus
calorías totales como azúcares añadidos tenían
niveles de colesterol HDL más altos que los que
consumían más.98
• Los niños que consumían ≈10% de las calorías
procedentes de la sacarosa tenían una peor calidad
de la dieta y una estatura significativamente menor
en comparación con los que consumían menos.48
• Los bebés que bebían ≥3 porciones de bebidas
carbonatadas a la semana tenían el doble de
probabilidades de padecer obesidad a los 6 años de
edad.50
• Los cambios anuales en la puntuación z del IMC y la
circunferencia de la cintura entre las niñas
aumentaron significativamente con cada
cucharadita adicional de azúcar añadido.98
Estudios experimentales
- En un ensayo aleatorizado y controlado realizado en
niños en edad escolar, una bebida SSB diaria aportó
104 cal adicionales procedentes de azúcares
añadidos (≈5% de una dieta de 2000 cal) y aumentó
el peso corporal en comparación con una bebida no
calórica diaria.67
Por tanto, existen pruebas consistentes de que el
riesgo cardiovascular aumenta a medida que se
incrementa el consumo de azúcares añadidos. Un
consumo muy bajo (0,1 onzas de azúcares añadidos al
día) se asocia con indicadores de riesgo de ECV más bajos.
Actualmente se desconoce el "punto óptimo" en el que
se puede disfrutar del nivel de consumo de azúcares
añadidos sin que ello suponga un efecto adverso para la
salud cardiovascular.
Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439
Azúcares añadidos y riesgo de ECV en los niños
CALIDAD DE LA DIETA Y CONSUMO
DE AZÚCARES AÑADIDOS
Disminución de la calidad de la dieta
Pocos estudios han informado de variaciones en la
adecuación de los nutrientes (es decir, disminución de la
calidad de la dieta) en función de la ingesta de azúcares
añadidos; sin embargo, un estudio que examinó esta
variación sugirió el desplazamiento de micronutrientes
con el aumento de la ingesta de azúcares.110 Los
resultados de 10 años de seguimiento en el Estudio
Nacional de Crecimiento y Salud informaron de una baja
ingesta de vitaminas A, D y E, calcio y potasio entre las
adolescentes de los tres rangos de edad (9-13, 14-18 y 19-
20 años).111 Estas adolescentes consumían más del 40%
de la energía total (>750 kcal/d) a partir de grasas sólidas
y azúcares añadidos, en comparación con los límites
recomendados, que van desde 120 kcal/d para las chicas
sedentarias hasta 160 kcal/d para las chicas
moderadamente activas.
La calidad de la dieta también puede verse afectada
por la ingesta total de azúcares y las fuentes de ingesta
de azúcares. Frary y sus colegas112 informaron de los datos
de azúcares añadidos en niños y adolescentes de la base
de datos de la Encuesta Continua sobre la Ingesta de
Alimentos por parte de los Individuos de 1994 a 1996 y
1998 (Departamento de Agricultura de EE.UU.). Mientras
que la ingesta de alimentos lácteos preedulcorados (es
decir, leche o yogures aromatizados), bebidas y cereales
fortificados afectaba favorablemente a los niveles de
micronutrientes, los SSB, los azúcares y dulces y los
cereales azucarados afectaban negativamente a la
calidad de la dieta. Un estudio transversal australiano de
niños de 2 a 16 años de edad basado en dos recordatorios
de 24 horas examinó los carbohidratos de alto índice
glucémico, no los azúcares, y descubrió que los niños que
tenían un mayor índice glucémico de carbohidratos eran
más propensos a no cumplir con ciertos nutrientes
recomendados, incluyendo el calcio, y el yodo. 113 Un
estudio longitudinal de niños finlandeses que recogió
información dietética anualmente desde la infancia hasta
los 9 años de edad descubrió que los mayores
consumidores de sacarosa tendían a recibir menos
vitamina E, niacina, calcio, hierro, zinc y fibra dietética en
comparación con los consumidores medios y bajos de
sacarosa.49 Los consumidores más bajos de sacarosa
también consumían más cereales, verduras y productos
lácteos,49 apoyando así la idea de que los niños que
consumen azúcares añadidos en niveles altos están
consumiendo menos micronutrientes que son
importantes para la salud.
Un análisis transversal de los datos de la NHANES de
2005 a 2008 informó de que la ingesta de sodio en la dieta
entre los niños y adolescentes estadounidenses de 2 a 18
años de edad estaba positivamente asociada al consumo
de SSB.114 La ingesta media de sodio en la dieta era de
9 de mayo de 2017 e1031
Vos y otros
3056 mg/día, muy por encima de los 2300 mg/día
recomendados. Los autores predijeron que con la
reducción de la ingesta de sodio, disminuiría la ingesta de
SSB y, por tanto, de calorías procedentes de los azúcares.
Entre los que consumían SSB, cada 390 mg adicionales de
sodio al día se asoció con un aumento de 32 g de SSB al
día.
Another potential consequence of higher sugars
intake, especially in liquid form (eg, SSBs), is increased
total energy intake that is not compensated for by
reduced energy intake during meals.115 Sugary beverages
were found to conflict in flavor with vegetables, thereby
suggesting that “combo meals” that include SSBs are
typically not served with vegetables, whereas water or
milk is better accepted. Reduction of SSBs could decrease
energy intake in children, as demonstrated in a study by
Briefel et al.116 Briefel and colleagues used diet modeling
and reported that switching from SSBs and flavored milks
to unflavored low-fat milk at meals and water between
meals saved on average 205 kcal/d, an ≈10% reduction in
total energy intake.
Aumento de la calidad de la dieta
Las calorías vacías en la dieta de los niños deben limitarse
a la cantidad que se ajuste a sus necesidades energéticas
y de nutrientes. El Consejo de Salud Escolar y el Comité
de Nutrición de la Academia Americana de Pediatría
aconsejan utilizar la cantidad mínima de azúcares
añadidos necesaria para promover la palatabilidad, el
disfrute y el consumo de alimentos ricos en nutrientes.117
Por lo tanto, es importante ser juicioso a la hora de incluir
azúcares añadidos en la dieta de los niños. Es más
probable que las bebidas azucaradas, los dulces y los
cereales azucarados tengan un impacto negativo en la
calidad de la dieta, mientras que los productos lácteos
azucarados y los cereales preendulzados pueden tener un
impacto positivo.112 Algunos ejemplos de alimentos que
pueden tener un impacto positivo son los productos
lácteos azucarados, como la leche aromatizada sin grasa
o con poca grasa, el yogur azucarado y los cereales de
desayuno con alto contenido en fibra. La ingesta de leche
aromatizada sin grasa se asocia a una mayor ingesta de
nutrientes deficitarios, como el calcio y el potasio, y no se
asocia a efectos adversos en las mediciones del IMC. 118
Además, la leche baja en calorías o sin grasa con menos
azúcares añadidos parece ser aceptable para los niños en
edad escolar.119,120 El consumo de cereales listos para
consumir en el desayuno se asoció a una mejor
adecuación de peso y nutrientes en los niños negros. 121
Sin embargo, en comparación con los cereales con bajo
contenido en azúcar, los cereales con alto contenido en
azúcar aumentan el consumo total de azúcar de los niños
y reducen la calidad nutricional general de su
desayuno.122 De estos estudios se desprende que, cuando
los niños consumen azúcares añadidos, es mejor que los
e1032 9 de mayo de 2017 Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439
azúcares estén en alimentos y bebidas que mejoren, y no
que disminuyan, la calidad nutricional de la dieta.
INTRODUCCIÓN TEMPRANA DE
AZÚCARES AÑADIDOS
Los niños tienen una fuerte preferencia por el sabor
dulce, y la introducción temprana de azúcares añadidos
en la dieta de los bebés y niños pequeños puede
promover la preferencia por el sabor dulce 123 o puede
reflejar otros factores del entorno alimentario. (La
introducción precoz de las bebidas azucaradas [antes de
los 12 meses de edad] se asocia con una mayor
probabilidad de consumir bebidas azucaradas ≥1 vez/día
a la edad de 6 años. 53) Las investigaciones recientes que
demuestran el uso de sacarosa y glucosa, que son más
dulces que la lactosa (el azúcar que se encuentra en la
leche materna), en las fórmulas infantiles124 ponen de
manifiesto la necesidad de investigar en este ámbito. No
hemos encontrado ningún estudio que evalúe los
azúcares añadidos y las fórmulas infantiles. Dada la
importancia de este periodo temprano en el crecimiento
y en el riesgo futuro de obesidad y metabolismo, se trata
de una necesidad crítica de investigación.
ALTERNATIVAS A LOS AZÚCARES
AÑADIDOS
Como parte de esta declaración científica, se llevó a cabo
una revisión de la literatura sobre edulcorantes no
nutritivos (NNSs; edulcorantes artificiales no calóricos)
en niños, ya que los NNSs se consideran a menudo una
herramienta para reemplazar los azúcares añadidos para
ayudar a reducir la ingesta de energía. Se buscaron las
palabras clave edulcorantes no nutritivos, edulcorantes
artificiales, edulcorantes no calóricos y niños, y se
identificaron pocos artículos relevantes.125 Esto pone de
manifiesto una importante laguna de información que
también se ha observado en la literatura para
adultos.126,127 Las bebidas con sabor a edulcorantes no
calóricos se han utilizado como grupos de comparación
en varios ensayos pediátricos sobre los edulcorantes no
calóricos.67,70 Sin embargo, los estudios no estaban
diseñados para examinar los efectos de las NNS y no
incluían un grupo de comparación con agua.
Actualmente, el consumo de NNS es bajo en los niños,
aunque ha aumentado con el tiempo. La posición de la
AHA sobre los ENS para adultos es que, cuando se utilizan
con criterio, los ENS sustituidos por azúcares añadidos en
alimentos y bebidas podrían ayudar a las personas a
reducir su consumo de calorías para alcanzar y mantener
un peso corporal saludable, siempre que la sustitución no
lleve a consumir calorías adicionales como
compensación.127 La Academia Americana de Pediatría
concluyó que los datos sobre los ENS son escasos en

cuanto a los beneficios a largo plazo para el control del
peso en niños y adolescentes o las consecuencias de su
consumo a largo plazo.117 Debido a la falta de
investigación en niños, no se puede hacer una
recomendación a favor o en contra del uso rutinario de
los NNS en las dietas de los niños en este momento.
LAGUNAS EN LA INVESTIGACIÓN
Como se ha comentado anteriormente, existen
importantes lagunas en el conocimiento de los azúcares
en los niños. Se necesitan urgentemente estudios
longitudinales, estudios de intervención y ensayos
aleatorios y controlados para proporcionar datos de alta
calidad para la toma de decisiones políticas. Entre las
cuestiones específicas que quedan por resolver y que
constituyen prioridades de investigación se encuentran
las siguientes:
• ¿Existe un umbral de azúcares añadidos por debajo
del cual no hay efectos negativos para la salud
cardiovascular?
• ¿Existe una relación lineal directa entre el aumento
de los resultados de riesgo cardiovascular y la
ingesta de azúcares añadidos? Por ejemplo, ¿el 1%
es mejor que el 5%, que es mejor que el 10%?
¿Cambia esto según la edad?
• ¿Son menores los riesgos asociados al consumo de
azúcares añadidos si los azúcares se consumen en
alimentos en lugar de en bebidas?
• ¿El uso rutinario de los NNS tiene efectos
metabólicos adversos en los niños?
• ¿Puede la industria alimentaria pasar a reducir
gradualmente la cantidad de azúcares añadidos a
los alimentos y, en caso afirmativo, cuál es el
resultado esperado?
• ¿Tiene el azúcar del zumo 100% efectos biológicos
y cardiovasculares en los niños similares a los de los
azúcares añadidos de las bebidas azucaradas?
RECOMENDACIONES DE LA
COMISIÓN
Sobre la base de la bibliografía existente y en
combinación con la opinión de los expertos, se formulan
las siguientes recomendaciones:
1. En los ensayos aleatorizados y controlados en los
que los niños y adolescentes cambian las bebidas
azucaradas por las no calóricas, se encontraron
reducciones de peso, lo que refuerza la
probabilidad de que sea la ingesta de azúcares
añadidos (al menos en forma de bebida) la que
impulsa la causalidad de los resultados. Por lo
tanto, se recomienda que los niños y adolescentes
limiten su ingesta de bebidas azucaradas a 1 o
menos bebidas de 8 onzas por semana (Clase I;
Nivel de evidencia A).
Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439
Azúcares añadidos y riesgo de ECV en los niños
2. En ausencia de estudios de evaluación de dosis,
sólo podemos extrapolar a partir de estudios
observacionales. Sobre la base de los estudios que
muestran una asociación entre la disminución de
los factores de riesgo de ECV y un bajo consumo de
azúcares añadidos y la elevada relación potencial
entre beneficio y riesgo, es razonable recomendar
que los niños y adolescentes consuman ≤25 g (100
cal o ≈6 cucharaditas) de azúcares añadidos al día
(Clase IIa; Nivel de evidencia C).
3. Dado que el espacio para las calorías sin nutrientes
en la dieta habitual de los niños muy pequeños es
mínimo, los azúcares añadidos deben evitarse en la
dieta de los niños <2 años de edad (Clase III; Nivel
de evidencia C).
CONCLUSIONES
Nuestra revisión exhaustiva de las pruebas disponibles
descubrió que las asociaciones con el aumento de los
factores de riesgo de ECV están presentes a niveles muy
inferiores a los niveles actuales de consumo de azúcares
añadidos de los niños estadounidenses. Las pruebas
actuales apoyan las asociaciones de los azúcares
añadidos con el aumento de la ingesta de energía, el
aumento de la adiposidad, el aumento de la adiposidad
central y el aumento de la dislipidemia, todos los cuales
son factores de riesgo de ECV demostrados. Es
importante destacar que la introducción de azúcares
añadidos durante la infancia parece ser especialmente
perjudicial y debería evitarse. Aunque es muy probable
que los azúcares añadidos se puedan consumir con
seguridad en cantidades bajas como parte de una dieta
saludable, se ha investigado poco para establecer un
umbral entre los efectos adversos y la salud, lo que hace
que este sea un importante tema de investigación en el
futuro.
NOTAS
La American Heart Association hace todo lo posible para evitar
cualquier conflicto de intereses real o potencial que pueda
surgir como resultado de una relación externa o un interés
personal, profesional o comercial de un miembro del grupo de
redacción. En concreto, todos los miembros del grupo de
redacción deben rellenar y presentar un Cuestionario de
Divulgación en el que se indiquen todas las relaciones de este
tipo que puedan percibirse como conflictos de intereses reales
o potenciales.
Esta declaración científica fue aprobada por el Comité Asesor
y Coordinador Científico de la American Heart Association el 22
de febrero de 2016 y por el Comité Ejecutivo de la American
Heart Association el 23 de marzo de 2016. Una copia del
documento está disponible en
http://professional.heart.org/statements utilizando "Search
for Guidelines & Statements" o el área "Browse by Topic". Para
9 de mayo de 2017 e1033
Vos y otros

adquirir más reimpresiones, llame al 843-216-2533 o envíe un
correo electrónico a kelle.ramsay@wolterskluwer.com.
La American Heart Association solicita que se cite este
documento de la siguiente manera: Vos MB, Kaar JL, Welsh JA,
Van Horn LV, Feig DI, Anderson CAM, Patel MJ, Munos JC, Krebs
NF, Xanthakos SA, Johnson RK; en nombre del Comité de
Nutrición de la Asociación Americana del Corazón del Consejo
de Estilo de Vida y Salud Cardiometabólica; Consejo de
Cardiología Clínica; Consejo de Enfermedades Cardiovasculares
en los Jóvenes; Consejo de Cardiovas-
DIVULGACIONES
Divulgación del Grupo de Escritura
cular and Stroke Nursing; Council on Epidemiology and
Prevention; Council on Functional Genomics and Translational
Biology; and Council on Hypertension. Added sugars and
cardiovascular disease risk in children: a scientific statement
from the American Heart Association. Circulation.
2017;135:e1017–e1034. doi: 10.1161/CIR.0000000000000439.
La Oficina de Operaciones Científicas de la AHA se encarga
de la revisión por expertos de las declaraciones científicas de la
AHA. Para obtener más información sobre el desarrollo de las
declaraciones y directrices de la AHA, visite http://professional.
heart.org/statements. Seleccione el menú desplegable
"Guidelines & Statements" y luego haga clic en "Publication
Development".
Permisos: No se permite la realización de copias múltiples, la
modificación, la alteración, la mejora y/o la distribución de este
documento sin el permiso expreso de la American Heart
Association. Las instrucciones para obtener el permiso se
encuentran en http://www.
heart.org/HEARTORG/General/Copyright-Permission-
Guidelines_ UCM_300404_Article.jsp. En la parte derecha de la
página aparece un enlace al "Formulario de solicitud de
autorización de derechos de autor".
La circulación está disponible en http://circ.ahajournals.org.

Grupo de Otros Oficina de Participación Consultor/

Escritura Beca de Investigación Conferenciantes/ en la Junta
Miembro Empleo investigación Soporte Honorarios Perito propiedad Consultiva Otros
Miriam B. Facultad de Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno
Vos Medicina de
la
Universidad
de Emory
Cheryl Escuela de Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno
A.M. Medicina de
Anderson la Universidad
de California
en San Diego
Daniel I. Universidad Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno
Feig de Alabama
en
Birmingham
Rachel K. Universidad Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Programa de Ninguno
Johnson de Vermont formación para
procesadores
de leche*
Jill L. Kaar Universidad Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno
de Colorado
Campus
Médico
Anshutz
Nancy F. Universidad Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno
Krebs de Colorado
Jessica Departamento Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno
Cruz de Pediatría
Munos de la
Universidad
de Emory
Mahesh J. Laboratorios Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno
Patel de

e1034 9 de mayo de 2017 Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439

 Azúcares añadidos y riesgo de ECV en los niños

Investigación
Merck

Linda V. Universidad Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno

Van Horn de
Northwestern
Jean A. Universidad Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Junta del Ninguno
Welsh de Emory Azúcar/
presentación
de las
tendencias
en la ingesta
de azúcares
añadidos entre
los niños
pequeños*.
Stavra A. Centro Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno
Xanthakos Médico del
Hospital
Infantil de
Cincinnati
Esta tabla representa las relaciones de los miembros del grupo de redacción que pueden ser percibidas como conflictos
de intereses reales o razonablemente percibidos, tal como se informa en el Cuestionario de Divulgación, que todos los
miembros del grupo de redacción deben completar y presentar. Se considera que una relación es "significativa" si (a) la
persona recibe 10.000 dólares o más durante cualquier período de 12 meses, o el 5% o más de los ingresos brutos de la
persona; o (b) la persona posee el 5% o más de las acciones con derecho a voto o de la entidad, o posee 10.000 dólares
o más del valor justo de mercado de la entidad. Se considera que una relación es "modesta" si es menos que "significativa"
según la definición anterior. *Modesta.

Circulation. 2017;135:e1017–e1034. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000439 9 de mayo de 2017 e1035

Vos y otros

Divulgación de los revisores

Otros Oficina de Participación Consultor/
Beca de Investigación Conferenciantes/ en la Junta
Reseña Empleo investigación Soporte Honorarios Perito propiedad Consultiva Otros
Christopher Universidad Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno
Gardner de Stanford
Samuel S. Alfred I. NIH (estudio NIH (centro de Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno
Gidding duPont TODAY) lectura de
Hospital centro de ecos
para lectura)† CARDIA)†;
Centro NIH
cardíaco (Centro de
infantil Investigación
Nemours Traslacional)*
Sheela N. Centro Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno Ninguno
Magge Médico
Nacional
Infantil
Esta tabla representa las relaciones de los revisores que pueden ser percibidas como conflictos de intereses reales o
razonablemente percibidos, tal como se informa en el Cuestionario de Divulgación, que todos los revisores deben completar
y presentar. Se considera que una relación es "significativa" si (a) la persona recibe 10.000 dólares o más durante cualquier
período de 12 meses, o el 5% o más de los ingresos brutos de la persona; o (b) la persona posee el 5% o más de las
acciones con derecho a voto o de la entidad, o posee 10.000 dólares o más del valor justo de mercado de la entidad. Se
considera que una relación es "modesta" si es menos que "significativa" según la definición anterior.
*Modesto. 6. Cummings JH, Stephen AM. Terminología y clasificación de los
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127. Gardner C, Wylie-Rosett J, Gidding SS, Steffen LM, Johnson RK,
Reader D, Lichtenstein AH; en nombre del Comité de Nutrición de
 Azúcares añadidos y riesgo de ECV en los niños

la Asociación Americana del Corazón del Consejo de Nutrición,

Actividad Física y Metabolismo, del Consejo de Arteriosclerosis,
Trombosis y Biología Vascular, del Consejo de Enfermedades
Cardiovasculares en los Jóvenes y de la Asociación Americana de
la Diabetes. Edulcorantes no nutritivos: uso actual y perspectivas
de salud: una declaración científica de la Asociación Americana
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