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La Constitución Nacional es la norma fundamental que rige en nuestro Estado. En virtud de ello, todas las demás normas deben adaptarse a lo
establecido por ella.
En esta lectura analizaremos de dónde surgen las constituciones, su importancia y los principios y mecanismos que resguardan su jerarquía ante todo el
ordenamiento jurídico, como así también, las herramientas institucionales que nos brindan para hacer valer dicha jerarquía.
Referencias
LECCIÓN 1 de 2
Poder constituyente
Antes de desarrollar el tema del poder constituyente, deberíamos elaborar un concepto de constitución.
“Una constitución, es el fruto del ejercicio del poder constituyente, cuyo objetivo es darse su norma fundamental, que contenga los derechos y garantías
reconocidos a los ciudadanos y la división del poder estatal, en diferentes funciones”.
[1] Ley N° 24. 430 (1853). Constitución de la Nación Argentina. El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina.
El ejercicio del poder constituyente se vincula íntimamente con los conceptos de Estado y derecho, ya que cada vez que hubo que organizar jurídicamente una
sociedad, fue necesario el ejercicio del poder constituyente para establecer las normas fundamentales.
La teoría del poder constituyente surge en la época de la Revolución francesa, justamente en el momento en que hubo que organizar políticamente el Estado y
estructurar a la sociedad a través de una constitución.
En Argentina el ejercicio del poder constituyente originario se manifestó en 1853/60 con la sanción de la Constitución Nacional, y el poder constituyente derivado se
llevó a cabo con la reformas constitucionales de 1866, 1898, 1949, 1957 y 1994.
Ahora debemos preguntarnos, ¿quién ejerce ese poder? O, mejor dicho, ¿quién es titular de ese poder?
El titular del poder constituyente es el pueblo. En él reside la voluntad de constituirse como nación a través de una Constitución. Solo un pueblo puede
originariamente sancionar una Constitución y también solo el pueblo puede reformarla, a través de sus representantes, que son los encargados de ejercer el poder
constituyente, por medio del principio republicano de representación.
Poderes constituidos
El poder constituyente es el que le da nacimiento a la constitución, y a su vez, ella crea los diferentes órganos en los que se dividen las funciones de gobierno.
Esta distinción también aparece en la época de la Revolución francesa, a partir del principio republicano, en donde comienza a hablarse de la división de poderes.
Supremacía constitucional
Caso de estudio
Te presentamos una noticia periodística deberás extraer de ella las palabras claves para luego analizar su contenido y de qué manera se relaciona directamente
con el tema que vamos a desarrollar.
En el año 2018, se presentó en el Congreso de la Nación Argentina un proyecto de ley que tiene como finalidad legalizar la interrupción del embarazo.
Como pudimos observar en la nota periodística, el proyecto fue atacado por inconstitucional, alegando que vulneraba el principio de supremacía constitucional.
Pero ¿qué entendemos por supremacía constitucional? ¿Por qué estos abogados manifiestan que esa ley viola dicho principio?
Nuestra Constitución Nacional es la norma fundamental de nuestro Estado republicano. Así lo establece el artículo 31 cuando nos dice:
Artículo 31- Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se dicten por el Congreso y los tratados con las potencias
extranjeras son la ley suprema de la Nación; y las autoridades de cada provincia están obligadas a conformarse a ella, no obstante cualquiera
disposición en contrario que contengan las leyes o Constituciones provinciales, salvo para la Provincia de Buenos Aires, los tratados ratificados
[2] Art. 31, Ley N° 24. 430 (1853). Constitución de la Nación Argentina. El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina.
¿Y qué significado tiene esta afirmación? Que sea la norma fundamental implica que es la ley suprema del Estado. Hace referencia directamente al principio de
supremacía constitucional.
Este principio es un principio de derecho constitucional que establece que la Constitución de un Estado es su ley suprema y que todas las demás leyes que se
dicten deben estar en conformidad con lo establecido por ella.
A su vez, en virtud de este principio, se considera que la Constitución Nacional le otorga validez a todas las normas que se dictan con posterioridad a ella.
En nuestro país, a partir de la reforma constitucional del año 1994, se incorporaron los principales tratados de derechos humanos, los que se encuentran
mencionados en el artículo 75, inciso 22, a los cuales se les otorgó jerarquía constitucional, es decir que se encuentran en pie de igualdad con la Constitución
Nacional.
la Constitución Nacional;
Representamos el principio de supremacía constitucional de la siguiente manera, en donde podremos visualizar la jerarquía de las diferentes normas.
Volviendo al caso del artículo periodístico, en él vemos que se planteó la inconstitucionalidad de la ley de interrupción del embarazo con fundamento en este
principio, ya que, esencialmente, una ley nacional estaría contradiciendo lo establecido por los tratados de derechos humanos, y ellos son ley fundamental, y por
ende, están por encima de cualquier ley nacional. Aún es un tema debatido y dependerá de las interpretaciones que se hagan de las diferentes normativas la
conclusión final a la que se llegará en este tema.
Control de constitucionalidad
Retomando el caso anterior de la ley de interrupción de embarazo, supongamos que la ley se hubiese sancionado en el Congreso y comenzara a aplicarse, ¿qué
pasaría si algún individuo considerara que esa ley viola un derecho que se encuentra protegido por la Constitucional Nacional o algún tratado de derechos
humanos? Este individuo ¿tendría alguna herramienta para hacer valer ese derecho?
De nada sirve establecer un principio de supremacía constitucional si no existe un mecanismo para proteger dicho principio.
Ese mecanismo jurídico se denomina control de constitucionalidad y se utiliza para revisar la conformidad de una norma con la Constitución Nacional o los tratados
de derechos humanos que tienen jerarquía constitucional, garantizando de esta manera su vigencia.
En otras palabras, para que el principio de supremacía constitucional tenga operatividad, es necesario contar con una herramienta adecuada que lo haga posible,
que frente al dictado de algún acto de gobierno que contradiga las normas de rango superior, impere el orden de prelación normativo impuesto por la Constitución
(Sabsay, 2015).
1 Control por órgano político: el control es llevado a cabo por el mismo órgano que ha creado la ley, a través de la creación de una comisión
emanada de su propio seno.
2 Control por órgano jurisdiccional: el control está a cargo de los jueces en cada juicio o caso concreto en el cual se plantea la cuestión. A su vez,
este tipo de control se subdivide en dos clases:
Control difuso: todos los jueces de todas las instancias y de todos los fueros tienen competencia para revisar
la compatibilidad de una norma o de un acto con la Constitución. El juez, al dictar sentencia, se pronuncia
sobre la cuestión en particular, y si media declaración de inconstitucionalidad, sus efectos se limitan al caso
concreto. Es decir que la norma continúa vigente. En todos aquellos casos en que esté en discusión la
constitucionalidad de una norma, se puede llegar por vía de recurso extraordinario a la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, la cual decide en definitiva sobre la cuestión (Sabsay, 2015).
Control concentrado: el control es ejercido por tribunales especiales que resuelven causas exclusivamente
sobre constitucionalidad.
El sistema argentino
El control de constitucionalidad tiene efectos en ese solo juicio y con respecto a los interesados, pero nada obsta a que beneficie a quienes se encuentran en la
misma situación.
LECCIÓN 2 de 2
Referencias
Ley N° 24.430 (1853). Constitución de la Nación Argentina (1853-1994). Artículo 31. El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina.