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Venezuela, comenzó el siglo XX con una dictadura, que finaliza con la muerte de su
tirano Gómez en 1935. Luego vinieron gobiernos militares y derrocamientos de
presidentes. Se eligió democráticamente a Rómulo Gallegos, depuesto también. Más Juntas
Militares, de Gobierno y otra dictadura: la de Pérez Jiménez, que duró hasta 1958, cuando
una asonada cívico-militar la depone. Recobrándose la libertad, el rescate de la dignidad y
la garantía de los derechos fundamentales.
Roto así el hilo institucional, es necesario instalar en el país una Junta de Gobierno,
con legitimidad para mantener el orden social y el Estado sobre los cuales se levante la
obediencia y la responsabilidad del ciudadano. Se recomienza el país un ciclo constituyente
designándose una Comisión que tuviese como función sustancial redactar el Estatuto
Electoral para regular la elección de los miembros que compondrían las Cámaras
Legislativas reemplazando así el ilegítimo Congreso apartado por efectos del movimiento
del 23 de Enero. as elecciones se realizaron en diciembre de 1958 y el Bicameral Congreso
Nacional, instalado en 1959 con el cometido de sancionar una nueva Constitución, a más de
las propias como Cuerpo Legislativo. Abrogada la Constitución de 1953 no tenían por qué
seguirse las pautas para la enmienda o reforma sino que era ineludible sancionar una nueva
constitución y fue lo que hizo aquel Congreso, quien actuando como Constituyente
Originario la promulga el 23 de Enero de 1961. Hasta ahora la de más larga data.
La Venezuela de finales del siglo pasado requiere cambios: hay crisis; carencias; se
anhela un aparato estatal que esté a la altura de las necesidades del mundo actual; unos
partidos políticos que deben renovarse para que el pueblo vuelva a crecer en ellos y en sus
líderes; una justicia imparcial y no politizada y un conjunto normativo, dinámico y fluido
adecuado a la realidad política, económica y social del momento histórico.
La gran interrogante de la década del noventa no era más que dilucidar si la
Constitución se enmendaba o se reformaba. Y esta revisión, tantas veces sugerida, no se
realizó, tal vez no hubo voluntad política para ello. Es así como a la llegada al poder del
mandatario militar, aprovechándose de la situación política reinante, convoca una
Asamblea Nacional Constituyente para que elabore una nueva Constitución.
Se modifica una vez más, una Constitución en Venezuela sin acatar los preceptos que
el mismo Texto estableciera para ello, igual que en casi todos los procesos de reforma o de
enmienda anteriores, no sólo del país sino de América Latina. Recientemente el actal
Presidente de Venezuela anunció la revisión del vigente Texto Constitucional, pero el
pueblo no la aceptó en el referéndum del 2 de diciembre de 2007. Lo que si es claro es que
las reformas constitucionales no han servido para solventar los graves problemas que
aquejan a la sociedad en un momento determinado.
Lógico - deductiva: Este tipo de supremacía expone las leyes a modos y formas de
razonamiento humano conforme a las reglas de la lógica y de la razón, partiendo de
principios universales para su ejecución.
Supremacía formal
Supremacía material
Orden Jerárquico.
La palabra Orden tiene varios significados, pero el más importante viene de colocar
cada cosa en su lugar de acuerdo a una jerarquía lógica. En este sentido, el Orden
Jerárquico implica dar una estructuración de acuerdo a la importancia de cada elemento. Es
decir, siempre en primer lugar de ese Orden Jerárquico va a estar aquel elemento que es de
total relevancia para la continuación del mismo.
Subordinación: Dependencia de una persona o una cosa respecto de otra o de otras, por las
que está regida o a las que está sometida: en el trabajo hay siempre una subordinación de
los empleados respecto a su jefe.
La pirámide de Kelsen
Leyes Orgánicas
Una Ley Orgánica es aquella que se requiere constitucionalmente para regular ciertas
materias. Se oponen o distinguen de la ley ordinaria a nivel de competencias.
Habitualmente para la aprobación de leyes orgánicas son necesarios requisitos
extraordinarios como por ejemplo, mayoría absoluta o cualificada.
En los países en donde existe este escalón intermedio entre la Leyes ordinarias o comunes y
la Constitución, es normal que se limite la aplicación de las leyes orgánicas a una serie de
materias concretas (a este también se le denomina “reserva de Ley orgánica”). El
fundamento de esta limitación es doble:
• Evitar esa regulación, que es mucho más difícil de modificar, en otro tipo de materias más
cambiantes y que necesitan de mayor flexibilidad en su regulación.
Se conoce como Ley Orgánica a la ley que se necesita desde el punto de vista
constitucional para regular algún aspecto de la vida social. Las leyes orgánicas tienen una
competencia diferente a las leyes ordinarias y requieren de algunos requisitos
extraordinarios, como la mayoría absoluta a la hora de su aprobación.
Algunas de las Leyes Orgánicas que podemos nombrar dentro del Sistema Jurídico
Venezolano; son: Ley Orgánica de Educación, Ley Orgánica del Trabajo, Ley Orgánica de
Protección al Niño Niña y Adolescente, entre otras.
“Son leyes orgánicas las que así denomina esta Constitución; las que se dicten para
organizar los Poderes Públicos o para desarrollar los Derechos Constitucionales y las que
sirvan de marco normativo de otras leyes…”
“… Todo proyecto de Ley Orgánica, salvo aquel que esta Constitución califique como tal,
será previamente admitido por la Asamblea Nacional, por el voto de las dos terceras partes
de los o las integrantes presentes antes de iniciarse la discusión del respectivo proyecto de
ley. Esta votación calificada se aplicará también para la modificación de las leyes
Orgánicas.
Las Leyes que la Asamblea Nacional haya calificado de Orgánicas serán remitidas antes de
su promulgación a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, para que
pronuncie acerca de la Constitucional del Carácter Orgánico. La Sala Constitucional
decidirá en el término de diez días contados a partir de la fecha de recibo de la
comunicación…”
La Ley ordinaria
“La ley es el acto sancionado por la Asamblea Nacional como cuerpo legislador. Las Leyes
que reúnan sistemáticamente las normas relativas a determinada materia se podrán
denominar códigos”.
Algunas son:
Ley Habilitante
Decreto – Ley
Un decreto ley, en general, es una norma con rango de ley, emanada del poder ejecutivo,
sin que medie intervención o autorización previa de un Congreso o Parlamento.1
Este tipo de norma puede estar contemplada en el propio ordenamiento jurídico para ser
dictada en determinados casos, en virtud de razones de urgencia —que impiden, por
ejemplo, obtener la autorización para un decreto legislativo o la dictación de una ley
propiamente tal—, aunque requieren de convalidación por parte del poder legislativo,
habitualmente en un plazo breve. En los países cuya forma de gobierno es la monarquía
parlamentaria esta norma se denomina Real Decreto Ley, debido a que la norma
reglamentaria de mayor rango emitido por el poder ejecutivo en esos sistemas recibe el
nombre de Real decreto; así ocurre, por ejemplo en España.
Igualmente, se denomina decreto ley a las normas con rango legal, dictadas por un gobierno
de facto.
“Son leyes habilitantes las sancionadas por la Asamblea Nacional por las tres quintas partes
de sus integrantes, a fin de establecer las directrices, propósitos y marco de las materias que
se delegan del Presidente o Presidenta de la República, con rango y valor de ley. Las leyes
habilitantes deben fijar el plazo de su ejercicio.”
8° Dictar, previa autorización por una ley habilitante, decretos con fuerza de ley…”
Reglamento
Por lo tanto, según la mayoría de la doctrina jurídica, se trata de una de las fuentes del
Derecho, formando pues parte del ordenamiento jurídico. La titularidad de la potestad
reglamentaria viene recogida en la Constitución Española. También se le conoce como
reglamento a la colección ordenada de reglas o preceptos.
10° Reglamentar total o parcialmente las leyes, sin alterar su espíritu, propósito y razón…”
-Reglamento de interconexión
Los Actos de Gobierno, son dictados por el Presidente de la República en ejercicio sólo de
atribuciones constitucionales, razón por la cual no pueden estar regulados o limitados por la
Asamblea Nacional mediante leyes. Tienen el mismo rango que la ley, y por ello, el control
judicial sobre ellos es un control de constitucionalidad.
En general los actos de Gobierno son aquellos que el Gobierno puede hacer sin necesidad
no de contar con la aprobación del Parlamento.
Los Actos parlamentarios son los que salen del Parlamento. Básicamente las leyes., Los
presupuestos: La cifra anual con la que cuenta el Gobierno para hacer entre otras cosas las
carreteras.
Se discute en el parlamento y si tiene más votos a favor que en contra se aprueba. Eso es un
acto parlamentario.
Decretos Ordinarios
Los Decretos, sin más, son emanados del Respectivo Ministerio o Ministerios que lo haya
confeccionado. En ningún caso tienen que ser aprobados por las Cortes, pero si pueden ser
considerados inconstitucionales por cualquier elector, por lo que puede poner recurso de
inconstitucionalidad, y entonces el Tribunal Supremo de Justicia ha de decidir si son o no
constitucionales y aplicables.
Un decreto es un tipo de acto administrativo emanado habitualmente del poder ejecutivo y
que, generalmente, posee un contenido normativo reglamentario, por lo que su rango es
jerárquicamente inferior a las leyes.
Esta regla general tiene sus excepciones en casi todas las legislaciones, normalmente para
situaciones de urgente necesidad, y algunas otras específicamente tasadas.
Tratados
Del latín tractatus, un tratado es la conclusión de una negociación, materia o negocio, tras
haberse debatido y conferido. La noción de tratado se utiliza para nombrar al documento en
que consta dicha conclusión y, en una sentido más amplio, al escrito o discurso sobre una
materia determinada.
Uno de los tratados más famosos es el Tratado de Versalles, que se firmó en 1919 al
finalizar la Primera Guerra Mundial. Una de sus principales consecuencias fue la
imposición a Alemania y sus aliados de aceptar la responsabilidad material de la guerra.
Lo más común es que tales acuerdos se realicen entre Estados, aunque pueden celebrarse
entre Estados y organizaciones internacionales. Los primeros están regulados por la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969; los segundos, por la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados celebrados entre Estados y
Organizaciones Internacionales de 1986.
Los acuerdos entre empresas públicas de un Estado y Estados no son tratados
internacionales. La Corte Internacional de Justicia tuvo la oportunidad de pronunciarse
acerca de esta cuestión en el caso “Anglo-Iranian Oil” (1952). Irán había firmado un
acuerdo con la empresa “Anglo-Iranian Oil” para la explotación de los recursos
petrolíferos. Este acuerdo tenía dos caras: era un acuerdo de concesión y al mismo tiempo
tenía la naturaleza de un Tratado entre Irán y el Reino Unido. Esta tesis no fue aceptada por
la Corte Internacional de Justicia porque los Tratados internacionales solo pueden tener
lugar entre estados y porque los acuerdos con empresas se rigen por las normas del Derecho
internacional privado.
Los Tratados internacionales deben realizarse por escrito aunque pueden ser verbales. En
este último caso no se regirían por la Convención de Viena de 1969.
Sentencia
Sentencia, del latín sententia, es un dictamen que alguien tiene o sigue. El término es
utilizado para hacer referencia a la declaración de un juicio y a la resolución de un juez. En
este sentido, una sentencia es una resolución judicial que pone fin a un litigio.
La sentencia judicial, por lo tanto, reconoce la razón o el derecho de una de las partes. En el
marco del derecho penal, la sentencia absuelve o condena al acusado. Si la sentencia es una
condena, estipula la pena correspondiente al delito en cuestión.
La sentencia consta de una parte expositiva (donde se mencionan las partes que intervienen,
sus abogados, los antecedentes, entre otras.), una parte considerativa (que expresa los
fundamentos de hecho y de derecho) y una parte resolutiva (la propia decisión del juez o
tribunal).
Existen diversas clasificaciones de las sentencias. Una sentencia absolutoria es aquella que
da la razón al acusado o demandado. La sentencia condenatoria, en cambio, acoge las
pretensiones del demandante o acusador.
La sentencia puede ser firme (no cabe la interposición de ningún recurso), recurrible (es
posible la interposición de recursos) o inhibitoria (no resuelve el litigio por problemas con
los requisitos del proceso).
La sentencia es una resolución judicial dictada por un juez o tribunal que pone fin a la litis
(civil, de familia, mercantil, laboral, contencioso-administrativo, etc.) o causa penal.
La sentencia declara o reconoce el derecho o razón de una de las partes, obligando a la otra
a pasar por tal declaración y cumplirla. En derecho penal, la sentencia absuelve o condena
al acusado, imponiéndole la pena correspondiente.
Las políticas públicas desplegadas por el Estado venezolano, desde 1999, se orientan a
garantizar los derechos humanos y lograr la inclusión plena de los venezolanos y las
venezolanas, haciendo posible su realización y disfrute de manera integral y, especialmente,
los derechos colectivos económicos, sociales y culturales.
El Título III del Texto Fundamental desarrolla el articulado de derechos consagrados para
la construcción del nuevo modelo de nación, basado en el respeto de los derechos humanos.
El artículo 19, garantiza el respeto de los derechos humanos conforme al principio de
progresividad y sin discriminación, siendo obligatoria para los órganos del Poder Público,
de conformidad con la Constitución, con los tratados sobre derechos humanos suscritos y
ratificados por la República.
En Venezuela el artículo 23 de la constitución establece: “Los tratados, pactos y
convenciones relativos a derechos humanos, suscritos y ratificados por Venezuela, tienen
jerarquía constitucional y prevalecen en el orden interno, en la medida en que contengan
normas sobre su goce y ejercicio más favorables a las establecidas en esta Constitución y en
las leyes de la República, y son de aplicación inmediata y directa por los tribunales y demás
órganos del Poder Público”.
Preámbulo
Principios constitucionales
TÍTULO I
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
En este primer artículo se establecen una serie de derechos que parecen olvidar los
oposicionistas al Gobierno Nacional, quienes claman públicamente por la intervención
extranjera y sostienen que preferirían tener como Presidente a un General de una fuerza
invasora, en lugar del Presidente que la mayoría de los venezolanos hemos electo. Se
transforman en traidores a su propio país y en caso de presentarse la situación que tanto
desean seguramente colaboraría con los enemigos de la patria como sucedió recientemente
en Libia, con los resultados que aún están por verse para ese país norteafricano.
Artículo 3: “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y
el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de
una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del
pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y
consagrados en esta Constitución.
La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines”.
Por último, el principio menos entendido por los venezolanos, quizás por ser novedoso en
nuestra Constitución es el de la CORRESPONSABILIDAD, esto quiere decir que todos,
absolutamente todos, debemos y tenemos la obligación de colaborar en la medida de
nuestras posibilidades en la solución de los problemas que nos aquejan. Ese concepto de
que sólo el Gobierno debe resolver los problemas debe ser desterrado de nuestras mentes,
ya que la Constitución nos obliga a tomar en nuestras propias manos la solución de los
problemas que nos atañen. La colaboración puede ejercerse mediante el aporte de ideas, la
colaboración en facilitar la realización de una obra, el acopio de materiales, nuestro trabajo
voluntario, en fin cualquier aporte que sirva para resolver el problema que tengamos
nosotros o nuestra comunidad. Es imprescindible que entendamos que no se trata de una
concesión graciosa de nuestra parte, sino un deber que nos impone la Constitución que
todos debemos cumplir.
Este es otro de los principios que generalmente se olvida puesto que debe recordarse que la
llamada “Potentia” o Poder originario reside exclusivamente en el pueblo y sólo lo ejercen
como Poder delegado o “Potestas” quienes son electos por este mediante el sufragio
universal. Este puede ser ejercido de una manera positiva en lo que ha llamado “Poder
obedencial” o negativamente en el denominado “Poder fetichizado”. En el caso del Poder
fetichizado se aprecia que luego de ser electo por sufragio universal el personaje se
transforma en una especie de dictador y utiliza el poder delegado para esclavizar al
otorgante de dicho poder y en lugar de servirlo como es su obligación aprovecha esta
posición privilegiada que le ha sido conferida para su propio beneficio o el de sus
allegados, instaurando un cerco a su alrededor para disfrutar de aquellos privilegios que
proporciona el detentar el poder político para generalmente transformarlo en poder
económico que a su vez le permite conservar y perpetuar el poder político. Se olvidan que
este poder emana de la soberanía popular y que por tanto puede ser revocado en cualquier
instante, si existen los mecanismos apropiados como en nuestra constitución.
Artículo 8: “La bandera nacional con los colores amarillo, azul y rojo; el himno nacional
Gloria al Bravo Pueblo y el Escudo de Armas de la República son los símbolos de la patria.
Este artículo constitucional también se ha olvidado en varias ocasiones, puesto que hemos
visto desfilar a personas portando banderas con siete estrellas, luego de haber sido
decretada la colocación de la octava estrella en homenaje a la Provincia de Guayana que
tanto contribuyó en la etapa final de la Revolución independentista para la liberación de
nuestra patria. De la misma manera hemos visto desfilar con banderas negras y otros
adefesios para mostrar su antinacionalismo en las manifestaciones del oposicionismo
proyanqui.
Artículo 9: “El idioma oficial es el castellano. Los idiomas indígenas también son de uso
oficial para los pueblos indígenas y deben ser respetados en todo el territorio de la
República, por constituir patrimonio cultural de la Nación y de la humanidad”.
Se podría decir que el principio de legalidad es la regla de oro del Derecho público y en tal
carácter actúa como parámetro para decir que un Estado es un Estado de Derecho, pues en
él poder tiene su fundamento y límite en las normas jurídicas.
En íntima conexión con este principio, la institución de la reserva de Ley obliga a regular la
materia concreta con normas que posean rango de Ley, particularmente aquellas materias
que tienen que ver la intervención del poder público en la esfera de derechos del individuo.
Por lo tanto, son materias vedadas al reglamento y a la normativa emanada por el Poder
Ejecutivo. La reserva de ley, al resguardar la afectación de derechos al Poder legislativo,
refleja la doctrina liberal de la separación de poderes.
Algunos autores concuerdan en afirmar que fue Otto Mayer el primero que tuvo ocasión de
abundar en la importancia que para el derecho administrativo posee el principio bajo
análisis, según el citado autor, los pilares que lo sustentan son la idea de la moderación en
el ejercicio del poder y de la separación de los poderes. Así, Mayer exaltaba la concepción
estática de la división de poderes. Su función era la de disciplinar la actuación
administrativa siguiendo el modelo, en lo posible, de las formas de actuaciones judiciales.
De todo lo anterior se tiene que en razón del principio de separación de poderes en Francia,
fue que se fortaleció la administración y permitió el surgimiento del derecho
administrativo.
Finalmente, puede decirse en relación con este principio que el mismo es un elemento
característico y fundamental en los Estados de Derecho. Se refiere a la independencia que
debe mantener cada uno de los poderes, como garantía del respeto debido a los derechos
individuales y públicos.
El autor Moya Millán, explica este principio exponiendo las siguientes consideraciones:
Dado el sistema flexible de separación orgánica de poderes que la nueva Constitución
establece en su artículo 136, conforme al cual todos los órganos del Poder Público
colaborarán entre sí en la realización de los fines del Estado y el ejercicio de las funciones
propias de los órganos de cada una de las ramas del Poder Público (Legislativo, Ejecutivo,
Judicial, Ciudadano y Electoral) no es exclusivo ni excluyente, pudiendo excepcionalmente
haber, en dicho ejercicio, intercambio de funciones entre las distintas ramas del Poder
Público. Hay sin embargo funciones que se ejercen por cada una de ellas en forma
privativa, y en estos casos no puede haber interferencia, ya que habría entonces usurpación.
De allí que la incompetencia de orden constitucional o legal, sea uno de los vicios que
afecta la validez de los actos emanados del Poder Público, por cuyo motivo la función
pública debe desplegarse dentro de los limites o prescripciones, formas y procedimientos
señalados en la Constitución y en las leyes, en la oportunidad y para los fines previstos en
las mismas.
Puede puntualizarse sobre este principio, que si bien es cierto la Constitución de 1999
consagra una división de funciones que corresponden a cada rama del Poder Público, tanto
en sentido vertical como horizontal, se acepta la especialidad de la tarea asignada a cada
una de ellas, también es cierto que se establece un régimen de colaboración entre los
órganos que van a desarrollarlas para la mejor consecución de los fines generales del
Estado.
Como individuos (personas físicas) podemos hacer todo aquello que la ley no nos prohíba;
y como persona moral solo pueden hacer lo que la ley les permite, lo anterior se relaciona
con En un citado constitucional encontramos que la reserva legal. No es más que un
precepto de rango constitucional el cual dice que determinadas materias no podrán ser
regidas por decreto, sino por ley.
La reserva legal puede ser comprendida a partir de una definición en sentido negativo: “la
figura de la reserva legal viene dada por la consagración a nivel constitucional de
determinadas materias que, debido a la importancia jurídica y política que tienen asignadas,
sólo pueden ser reguladas mediante ley, desde el punto de vista formal, y ello excluye la
posibilidad de que tales materias sean desarrolladas mediante reglamentos o cualquier otro
instrumento normativo que no goce de dicho rango legal”
El control de la constitucionalidad
Se dice, igualmente, que el control de la constitucionalidad de las leyes, no es más, que los
mecanismos destinados a asegurar la eficacia de la norma constitucional, los cuales
suponen modalidades distintas de solución de la cuestión de inconstitucionalidad.
En derecho comparado, existen dos sistemas claramente diferenciados tendientes a
establecer el control, el sistema europeo y el sistema americano. En el sistema europeo la
declaratoria de inconstitucionalidad sólo puede porvenir de una Corte especializada a esos
fines, denominado “control concentrado”; mientras que en el sistema americano el juez
goza de amplios poderes en la interpretación y en la aplicación de la ley, llamado “control
difuso o descentralizado”.
· El Modelo Múltiple: Es aquél que realiza una yuxtaposición del control difuso, a
cargo de todos los jueces y del control concentrado en un órgano especializado
Control concentrado.
Este sistema de control constitucional es encargado a todos los tribunales del orden judicial,
incluyendo la Suprema Corte de Justicia, a la que corresponde ejercer el control
concentrado, en tanto ejerce funciones jurisdiccionales y ha de aplicar e interpretar la
Constitución, tanto cuando actúa excepcionalmente como jurisdicción.
Halla su fundamento en la realidad de que un juez no puede verse obligado a aplicar una
norma que entiende contraria a la Constitución.
La parte interesada o acción popular se concretiza en una acción que por disposición del
artículo 67 inciso 1ro., de nuestra Constitución, permite a toda parte interesa acusar de
inconstitucional una ley, decreto, reglamento, resolución o acto que pretenda ser contrario a
la Constitución de la República. Como se ve, la expresión parte interesada, es la ventana
por la que cualquier ciudadano puede intervenir y participar en el control constitucional de
los actos y normas de los poderes públicos, siempre que la denuncia realizada por la parte
interesada sea serie y grave.
En la puesta en obra de esta acción, por la parte interesada, no existen las posiciones de
demandantes ni de sujetos demandados que defiendan sus intereses personales. No hay
emplazamiento contra una persona pública o privada, se circunscribe a la petición de que
sea declarada la nulidad de pleno derecho que afecta el acto de uno de los poderes del
Estado.
Como es dirigida contra un acto estatal, obviamente debe ser notificada al representante del
Ministerio Público, quien conforme a la ley, tiene de pleno derecho, la obligación de
defender los intereses del Estado, que ante el más alto tribunal es el Procurador General de
la República, quien deberá asumir la defensa de la acción, como también podrá hacerlo
cualquier persona física o moral que tenga algún interés de la misma naturaleza que el
interés del demandado para que sea mantenida la constitucionalidad el acto incriminado.
Procede igualmente poner en causa a cualquier persona conocida que tenga interés en la
solución del caso en razón de relaciones procesales precedentes, por ejemplo cuando la
acción principal es ejercida en el curso de un litigio entre partes, cuya solución dependa del
acto de los poderes públicos que se ataca.
Los requisitos de forma para introducir la acción son simples, basta el depósito de un
memorial en el que se expone la voluntad inequívoca de recurrir contra un acto claramente
individualizado con la precisión de las razones que fundamentan el recurso, esto es de que
manera son violadas las normas constitucionales.
Resulta obvio que la persona no tiene que justificar un interés legítimo y directo según el
criterio sentado por nuestro más alto tribunal, recientemente, lo cual se explica en el
fundamento de que su acción no está destinada a la protección de un derecho o interés
personal, se trata pues, de un interés inabstracto.