Está en la página 1de 10

El embarazo empieza con la fecundación, que es la unión de las células sexuales femenina

y masculina: el óvulo y el espermatozoide. En este proceso podemos encontrar los


siguientes etapas fecundación, segmentación, formación del blastocisto y la implantación.
En este momento da comienzo el periodo embrionario hasta la octava semana de embarazo.

Fecundación
Para que se produzca la fecundación la mujer ha de estar en el periodo de ovulación.
La ovulación ocurre cuando un óvulo se desprende de uno de los ovarios, hacia la mitad
del ciclo menstrual. Si en este preciso momento, un espermatozoide se encuentra con el
óvulo en las trompas de Falopio, se puede producir la fecundación. El cigoto es la célula
resultante de la unión del espermatozoide con el óvulo. Es una estructura celular que posee
toda la información genética necesaria para desarrollarse y convertirse en un bebé.
En la fecundación ya queda determinado el sexo del bebé.  El óvulo solo tiene cromosoma
X  pero el espermatozoide tiene cromosoma X o Y. Dependiendo del cromosoma que
aporte el espermatozoide, el bebé será niño o niña:
 Cromosoma X (óvulo) + Cromosoma X (espermatozoide) = NIÑA
 Cromosoma X (óvulo) + Cromosoma Y (espermatozoide) = NIÑO
Cada bebé es único, con su propio ADN, que lo forman 46 cromosomas que determinarán
la herencia genética del bebé.

Capacitación del espermatozoide


La capacitación del espermatozoide es un requisito indispensable para que ocurra la
fecundación; dicho proceso es muy complejo e incluye cambios metabólicos y
modificación en la permeabilidad de la membrana plasmática del espermatozoide. Esto
ocurre mientras el espermatozoide recorre la cavidad uterina y la luz de la trompa de
Falopio.
Desde que se deposita el semen en la vagina se inicia la carrera en la que se capacitarán los
espermatozoides, y el más apto es el que podrá fertilizar al ovocito. De los millones de
espermatozoides que se depositan durante el coito (100 millones por mililitro
aproximadamente), la mayoría muere debido a la acidez propia de la vagina. De hecho, la
alcalinidad del semen neutraliza este medio. Más tarde, los espermatozoides sobrevivientes
atraviesan el conducto cervical ocluido por moco en el que quedan atrapados muchos otros,
algunos se almacenan entre los pliegues de mucosa cervical y después se liberan lentamente
desde ese lugar.
Los espermatozoides que logran atravesar el cuello uterino continúan su ascenso a través
del cuerpo del útero, donde inician su capacitación. Durante este proceso, la cabeza del
espermatozoide pierde su cubierta de proteínas, se modifica la permeabilidad de la
membrana plasmática a los electrólitos de calcio y potasio; esto le confiere la capacidad de
responder a estímulos externos como los que produce la zona pelúcida, la cual desencadena
otro fenómeno: la reacción acrosómica.

Inicio de la fecundación
La fecundación comienza desde el momento en que el espermatozoide se abre paso a través
de las barreras del ovocito: corona radiada, zona pelúcida y membrana plasmática, así como
los eventos que suceden en el interior del ovocito en respuesta a la penetración.

Dispersión de la corona radiada


Al encuentro del ovocito sólo llegan los espermatozoides más aptos (alrededor de 200), los
cuales siguen mecanismos quimiotácticos que producen las células foliculares del cúmulo
oóforo, entre ellos la progesterona.
Durante la fecundación, los espermatozoides se enfrentan a la primera barrera, la corona
radiada, la cual eliminan principalmente por el movimiento de sus colas, aunque se ha
mencionado también como responsable a la hialuronidasa fija a su membrana plasmática.

Reacción acrosómica y penetración de la zona pelúcida


Cuando el espermatozoide alcanza la zona pelúcida se inicia la reacción acrosómica; en los
mamíferos el factor inductor de esta reacción es la glucoproteína Zp3 localizada en la zona
pelúcida. Como respuesta a este estímulo, la membrana plasmática que rodea al acrosoma
se une a la membrana acrosómica externa formando perforaciones que permiten la
liberación de las enzimas como hialuronidasa, acrosina, colagenasa, tripsina, estearasas, etc.
Estas enzimas se sintetizan en la membrana acrosómica interna. Al finalizar la reacción
acrosómica el espermatozoide penetra la zona pelúcida, en parte por la unión a la Zp3 así
como por el impulso mecánico proporcionado por el flagelo y las enzimas hidrolíticas
secretadas por el acrosoma, las cuales causan la interrupción de la continuidad de la zona
pelúcida.

Etapa de cigoto
Después de la fase de pronúcleos, éstos pierden su cubierta nuclear y replican su DNA, se
aproximan entre sí y se fusionan intercambiando su material genético en un fenómeno que
se denomina anfimixis; en este momento se establece el genoma del nuevo ser, se
determina el sexo del embrión y ocurre la variación de la especie. Si el espermatozoide que
fecunda tiene un cromosoma X, al unirse con el del ovocito se determinará el género
femenino (XX); si es Y el género será masculino (XY).
Una vez completado lo anterior se establece la etapa de cigoto, 24 a 36 horas después de la
fecundación. El cigoto es diploide como resultado de la unión de los pronúcleos haploides
de ambos gametos. El cigoto es una célula completa desde el punto de vista estructural y
adquiere su característica totipotente. En esta etapa ocurre la activación del huevo,
mecanismo necesario para iniciar su primera división de segmentación.

Penetración de la membrana plasmática


Cuando llega el espermatozoide hasta la membrana plasmática del ovocito, ya carece de un
segmento de membrana plasmática que cubría el tercio anterior de su cabeza y sólo persiste
en la región posterior, a ésta se le conoce como membrana posacrosomal. En dicha
membrana se localiza una molécula llamada fertilina, cuya unión con las integrinas de la
membrana plasmática del ovocito permite la fusión de ambas membranas. Debido a lo
anterior, penetra hacia el citoplasma del ovocito el contenido del espermatozoide como el
núcleo, el cuerpo pericentriolar (centriolo proximal) y el filamento axial o axonema, este
último degenera después.

Respuesta inmediata a la penetración


Tan pronto como es penetrado, el ovocito secundario termina rápido la segunda división
meiótica liberándose el segundo cuerpo polar alcanzando la condición haploide (23
cromosomas), uno de los cuales es el cromosoma sexual X; este núcleo representa el
pronúcleo femenino.
Mientras sucede lo anterior, el núcleo del espermatozoide se descondensa y se forma el
pronúcleo masculino (haploide), de esta manera termina la maduración del ovocito que
ahora es un óvulo.

Como resultado de la penetración se presentan cambios que protegen al ovocito de la


entrada de otros gametos, como son la reacción de zona, en la que se modifica la zona
pelúcida provocando la inmovilización y expulsión de los espermatozoides atrapados en
ella; también se cambia la configuración de sus receptores de tal manera que no puedan
unirse otros espermatozoides. El ovocito se retrae y su plasmalema se separa de la zona
pelúcida para formar el espacio perivitelino, al mismo tiempo se presenta la reacción
cortical en la que el ovocito libera proteínas hacia el espacio perivitelino; el objetivo de
ambos procesos es proteger al ovocito de la polispermia (entrada de dos o más
espermatozoides).
Fase bicelular
Una vez que se establece el cigoto, se reactiva e inicia la primera división mitótica llamada
división de segmentación, que da origen a dos células hijas idénticas conocidas como
blastómeras, con la misma carga genética que el cigoto y conservan la totipotencia; esta
etapa se conoce como fase bicelular. Si por alguna razón estas blastómeras se independizan,
cada una formaría un nuevo ser; éste es uno de los mecanismos de formación de gemelos
idénticos. Siguiendo el curso natural, la división celular continúe en forma asincrónica, ya
que una de las blastómeras inicia primero la división y la termina antes que la otra, de tal
manera que es posible observar un conceptus en fase tricelular, dicha fase es muy corta, ya
que pronto la otra blastómera se divide y pasa a la etapa de cuatro células.
De la tercera división de segmentación resultan ocho células que aún conservan la
totipotencia; sin embargo, a partir de esto se inicia la restricción, reduciéndose la potencia
de las blastómeras en las siguientes divisiones para continuar como células pluripotentes,
capaces de formar diferentes tipos de tejidos pero no a un individuo completo.

Etapa de mórula
De 3 a 4 días después de la fertilización se establece la mórula, caracterizada por una gran
cantidad de blastómeras (entre 16 y 32 células) más pequeñas, aún cubiertas por la zona
pelúcida. En esta etapa se inicia la compactación, en la cual se expresan moléculas de
cadherina-E, que les permite agruparse en forma estrecha y mantiene en contacto a las
células más internas del embrión. En esta etapa la mórula abandona la trompa de Falopio.

Etapa de blastocisto
Durante el recorrido del conceptus a través de la trompa de Falopio, la multiplicación
celular continúa muy activa, la zona pelúcida se hace permeable a líquidos y electrólitos
que la atraviesan separando las blastómeras que tienen uniones intercelulares más laxas, de
esta manera se forma la cavidad del blastocisto. Las blastómeras centrales que tienen
uniones más firmes quedan hacia un polo de dicha cavidad formando el embrioblasto o
macizo celular interno. Las blastómeras que delimitan la cavidad del blastocisto cambian de
forma y dan origen al trofoblasto o macizo celular externo que originará parte de los tejidos
de la placenta. Debido a la gran cantidad de blastómeras que se están multiplicando y al
crecimiento de la cavidad del blastocisto, la zona pelúcida se rompe y se pierde junto con
los cuerpos polares.
Al finalizar la primera semana posfertilización (6 a 7 días) se inicia la implantación, el
blastocisto posee sus características típicas y se puede reconocer el polo embrionario en
donde se localiza el embrioblasto, mientras que en el extremo contrario está el polo
abembrionario.
Formación del disco embrionario bilaminar
Al comienzo de la segunda semana, en el embrioblasto las blastómeras se reacomodan a
través de un proceso conocido como delaminación para dar origen a la cavidad amniótica.
En la periferia de ésta las células se aplanan diferenciándose en amniocitos que forman la
membrana amniótica. Durante esta etapa, la membrana amniótica, así como el filtrado de
sangre materna que pasa a través de ella forman el líquido amniótico. En el piso de la
cavidad amniótica las blastómeras se diferencian a una capa de células cilíndricas, el
epiblasto.
Ventralmente, las blastómeras organizan el hipoblasto integrado por células cúbicas que
constituyen el techo del saco vitelino primario, cuya cavidad exocelómica está revestida por
células aplanadas que migran desde el hipoblasto.
Las características mencionadas corresponden a un embrión plano bilaminar que se
establece al final de la segunda semana posfertilización. La cavidad que fue el blastocele, se
reorganiza para constituir el celoma extraembrionario delimitado por el trofoblasto que
comienza a diferenciarse en dos tipos celulares: citotrofoblasto y sincitiotrofoblasto, como
se analiza más adelante.

Gastrulación
Formación de la línea primitiva

La tercera semana se caracteriza por una complejidad de eventos inductivos y movimientos


morfogenéticos que marcan el inicio de la gastrulación al formar la línea primitiva y el
nódulo primitivo, los cuales son las primeras estructura que se distinguen en el disco
embrionario al principio de la tercera semana.
En el dorso del embrión, bajo la expresión del gen nodal, las células del epiblasto presentan
movimientos de convergencia y se mueven hacia la línea media para formar la línea
primitiva, una elevación longitudinal localizada en la mitad caudal del disco embrionario.
Cefálicamente a la línea primitiva se agrupan células que se originan en el epiblasto y
forman el nódulo primitivo, esencial para los procesos de inducción sobre las células que
formarán al mesodermo y endodermo. Entre el nódulo primitivo y la línea primitiva se
localiza la fosa primitiva, estas tres estructuras son indispensables para la morfogénesis
correcta del embrión.
Al inicio de la gastrulación se establecen los ejes del embrión: anteroposterior, dorso-
ventral e izquierda y derecha (figura 6-6), que son dirigidos por una gran cantidad de genes,
entre los que se encuentran OTX2, LIM1 así como el factor de crecimiento fibroblástico
(FGF).
Formación de las capas germinales
Al comienzo de la tercera semana, un grupo de células epiblásticas son inducidas por el
nódulo primitivo y pasan a través de la línea primitiva diferenciándose en células
mesodérmicas, las cuales forman una capa que se sitúa entre el epiblasto e hipoblasto. Otro
grupo de células se diferencian a células de endodermo, que sustituyen a la mayor parte del
hipoblasto. El resto de las células epiblásticas se transforman en ectodermo; de esta manera
se establece el embrión plano trilaminar presomítico.
Mientras se constituyen las tres capas germinales se establece el saco vitelino secundario
más pequeño, delimitado por células planas que migran desde el endodermo. El saco
vitelino durante la tercera semana es el primer centro hematopoyético extraembrionario
(formador de sangre).
Por la fosa primitiva pasan células mesenquimáticas que se dirigen cranealmente y forman
un cordón longitudinal, la notocorda a la que se considera como un organizador cefálico. El
mesénquima craneal a la notocorda forma la placa precordal, la cual tiene un papel
inductivo importante durante la formación del cerebro anterior.
En los extremos craneal y caudal del disco embrionario se forman las membranas
bucofaríngea y cloacal, respectivamente, estas dos estructuras están constituidas por
ectodermo y endodermo.
Caudalmente al embrión, el saco vitelino forma una evaginación llamada alantoides,
cercana a ésta se sitúa las células germinales primordiales cerca de una evaginación del
saco vitelino llamada alantoides, que crece hacia el tejido mesenquimático para formar
parte del pedículo de fijación. Durante la gastrulación también ocurren otros fenómenos
importantes para el embrión plano trilaminar: segmentación del mesodermo y la
neurulación.

Segmentación del mesodermo


El mesodermo intraembrionario que se sitúa entre el ectodermo y el endodermo, durante su
migración prolifera y expresa moléculas de unión del tipo cadherinas y se segmenta para
posicionarse en las regiones en las que formará los diversos tejidos de sostén del embrión.
El mesodermo situado a los lados de la notocorda prolifera longitudinalmente y forma el
mesodermo somítico o paraxil, el cual a su vez se divide en pequeños segmentos
denominados somitas, estructuras de forma triangular que darán origen a tejido muscular,
óseo y dermis. Cuando aparecen los somitas, al conceptus suele llamársele embrión
trilaminar somítico. Lateralmente al mesodermo somítico, el mesodermo se aplana
formando una hoja longitudinal y delgada llamada mesodermo intermedio, que participará
en la morfogénesis del aparato urogenital. Del mesodermo intermedio salen a nivel del
borde del embrión dos hojas que corresponden al mesodermo extraembrionario, el cual
delimita una cavidad longitudinal, el celoma intraembrionario.
El mesodermo esplácnico que reviste al saco vitelino se une con el endodermo y forma una
hoja doble: la esplacnopleura; mientras que la unión de la hoja de mesodermo somático con
el ectodermo da origen a la somatopleura. El cual se forma el sistema nervioso central.
Antes de iniciar la neurulación, todo el ectodermo está bajo la expresión de la proteína
morfogénica ósea (BMP-4) que lo mantiene reprimido para que no se diferencie a tejido
nervioso.
Cuando comienza la neurulación, la notocorda y el mesodermo subyacente inducen al
ectodermo superficial de la región craneal. En dicha región del ectodermo inducido, se
expresan las moléculas de noggin y cordina, las cuales inhiben a BMP-4 y se diferencia el
ectodermo a neuroectodermo. Estas últimas células proliferan activamente y forman una
estructura alargada: la placa neural.
Una vez terminado el proceso inductivo, la placa neural se alarga caudalmente, crece en
mayor proporción en sus bordes llamados pliegues neurales, los cuales se elevan
delimitando al surco neural, estos pliegues están constituidos por un tejido llamado
neuroepitelio. En el borde de los pliegues se diferencian las células de la cresta neural, las
cuales los abandonarán para formar otros tejidos. Primero forman los ganglios raquídeos
situados a los lados del tubo neural; otras células migran a diversos lugares para formar
tejido óseo de la cara, melanocitos, etc. Al final de la tercera semana, los bordes crecen
dorsal y medial hasta que se fusionan a nivel del quinto somita formando el tubo neural que
se sitúa dentro del embrión. Debido a que la fusión de los pliegues no es simultánea, la luz
del tubo neural comunica en forma transitoria en ambos extremos con la cavidad amniótica
a través de dos orificios en los extremos llamados neuroporos, craneal y caudal,
respectivamente. El cierre de los neuroporos ocurre alrededor del día 25, el primero que se
cierra es el craneal y dos días después el caudal. En este momento el embrión está cursando
la cuarta semana, durante la cual el tubo neural se cierra y termina la neurulación, pero el
desarrollo del sistema nervioso continúa.

Fecundación
Día 0
Entre 16 y 18 horas después de la FIV y entre 16 y 20 horas tras ICSI se observa la
fecundación normal (2 pronúcleos y 2 corpúsculos polares). En ese caso, se observará un
cigoto o zigoto, un óvulo recién fecundado.
Día1
Entre 25 y 27 horas en algunos embriones se produce la primera división mitótica,
observándose 2 células. Si no es así, el embrión debe tener 2 células a las 30 horas de la
FIV o ICSI. Entre 40 y 44 horas después de la fecundación se espera que el embrión de
buena calidad se haya dividido en 4 células.
Día 2: cuatro células
Se producen las dos primeras divisiones, por lo que el embrión debe tener 4 células
Día 3: ocho células 
Para analizar la calidad embrionaria en el tercer día se valoran los embriones después de 68
horas tras la fecundación. Es muy importante el ritmo de la división. En este estadio ya se
podrían transferir los embriones al útero materno. Si se mantienen en laboratorio, aún habrá
que esperar dos o tres días para poder transferirlos o vitrificarlos ya en estadio de
blastocisto para mejorar la selección embrionaria.
Día 4: Las divisiones continúan aumentando el número de células y al mismo tiempo se
unen entre ellas para formar lo que denominamos mórula (llamado así por su parecido con
una mora). Este proceso se denomina compactación celular y es fundamental para que las
células, que hasta ahora se han dividido sin relacionarse entre sí, comiencen a establecer
conexiones entre ellas y les permita el siguiente paso fundamental en la evolución
embrionaria: la formación del blastocisto.
Días 5 y 6: Si el desarrollo es correcto, entre el día 5 y el día 6 el embrión debe alcanzar el
estadio de blastocisto. Una vez que se forma la mórula en día 4, las células empiezan a
tener conexión entre ellas y esto les permite no solo seguir dividiéndose aumentando el
número de células hasta unas 100, sino que se redistribuyan en dos grupos. Un grupo de
células se reparte por toda la periferia formando una esfera denominada trofoectodermo y
otras forman una masa muy compacta unida al trofoectodermo denominada Masa Celular
Interna, que dará lugar al futuro embrión.
El trofoectodermo tiene un papel fundamental durante el proceso de implantación en el
endometio uterino.
“Aunque la mayoría de las transferencias se realizan en día 3 de desarrollo embrionario,
cada vez en más casos se realiza lo que se denomina cultivo secuencial o cultivo a
blastocisto, en cuyo caso la transferencia se pospone a día 5 o día 6. El objetivo de estos
cultivos es asegurarnos la formación del blastocisto, paso fundamental para la siguiente
fase que es la implantación en el útero materno tras la transferencia embrionaria”, explica la
bióloga.
Día 7 a 12: Gracias a las enzimas que segrega el trofoesctodermo, el endometrio estará más
receptivo, por lo que el blastocisto podrá implantar quedando adherido a las paredes del
útero. El endometrio comenzará a segregar la hormona hCG que permite la producción
continua de progesterona. En consecuencia, el ciclo menstrual se interrumpe y la matriz se
preparará para el embarazo.
A partir de este momento, el saco amniótico se empezará a formar y el embrión, implantado
en el endometrio, irá creciendo poco a poco.

Semanas
A partir de las 2 semanas de embarazo se desarrolla lo que llamamos embrión, que
básicamente una cabeza, un tronco y una cola rizada. En las primeras semanas del
embarazo el embrión empieza a desarrollar los cimientos de los órganos, los rasgos propios
y el sistema nervioso. En esta semana aparecen dos pequeñas cavidades oculares, mientras
la formación de sus orejas y sus ojos entran en una fase primaria. Además, se va haciendo
hueco para huesos, músculos, riñones, pulmones, intestinos y sistema digestivo. También se
comienza a desarrollar el tubo neural, un tubo al descubierto sin piel ni huesos que se
convertirá en el cerebro, la medula espinal, el sistema nervioso y la columna vertebral del
bebe.
Segunda semana
Se empieza a formar el embrión que mide 0.2 milímetros. En esta etapa, el embrión tiene
una forma redondeada y está formado por dos capas: el endodermo y el ectodermo. Las
células se van multiplicando muy rápidamente y van adquiriendo una función específica.
 Del endodermo se formarán: piel, el revestimiento interno del aparato respiratorio y
digestivo, la vejiga, tímpano, tiroides, páncreas e hígado.
 Del ectodermo: sistema nervioso, piel, órganos de los sentidos (ojos, oído, nariz),
uñas, esmalte dentario, hipófisis, pelo, glándulas mamarias y sudoríparas.
Tercera semana
Al embrión le aparece una tercera capa, el mesodermo, de este tejido derivará:
 El aparato locomotor (huesos, músculos y cartílagos)
 El sistema vascular (corazón, venas y arterias)
 Las células de la sangre
 El sistema genital y urinario (excepto la vejiga)
 El bazo y glándulas suprarrenales
Se forman las vellosidades coriónicas que conectarán con los vasos sanguíneos de la madre.
De este modo, el embrión obtiene el alimento y el oxígeno necesario para crecer. Por otro
lado, en el tronco del embrión se va haciendo hueco a órganos como el intestino, hígado,
riñones y pulmones.
Cuarta semana
El embrión crece un milímetro cada día (mide unos 5 milímetros) y se inicia el desarrollo
de:
 Las extremidades (brazos, piernas, músculos y hueso)
 El corazón del embrión (amasijo de células musculares alargadas) empieza a latir a
los 22 días aproximadamente. Este rudimentario corazón será el encargado de
distribuir el alimento y el oxígeno a todas las partes del embrión para que pueda
crecer. El corazón embrionario late a unas 150 pulsaciones por minuto.
 El aparato digestivo se va diferenciando en sus diferentes partes (esófago, estómago
e intestino).
 Aparecen los órganos de los sentidos, es decir, se forman las cavidades oculares y
las orejas.
 Se empieza a desarrollar el tubo neural, que se convertirá en el sistema nervioso del
bebé (cerebro y médula espinal) y la columna vertebral.
Quinta y sexta semana
El embrión va adquiriendo forma humana o de bebé. Crece muy deprisa y ahora tiene el
tamaño de un garbanzo (5-6 milímetros). Su cabeza es muy grande respecto al resto del
cuerpo y las extremidades muy cortas:
 En el rostro se distinguen perfectamente los ojos, la nariz, boca y orejas.
 Los dedos no se distinguen todavía
 Los brazos y las piernas pueden empezar a moverse al final de la sexta semana.
Séptima semana
El embrión mide unos 22 milímetros. Los tejidos y los órganos formados en la fase
embrionaria maduran:
 El corazón ya tiene cuatro cavidades
 Se empiezan a formar el paladar y la lengua
 La placenta aumenta de tamaño para nutrir bien al bebé
 El cordón umbilical crece mucho y se ensancha
 Se forman los pezones y los folículos pilosos
 Los codos y los dedos ya se pueden ver
 El sistema digestivo y el aparato urinario del feto (que eran una misma estructura)
se separan
 Se produce la neurogénesis o producción de neuronas.
Al finalizar esta semana el embrión mide ya 1 centímetro y son las semanas más delicadas
del bebé porque le pueden afectar algunos medicamentos, alcohol, nicotina, cafeína o
radiaciones (como las radiografías).
Octava semana
Oficialmente termina el periodo embrionario y el  el embrión pasa a llamarse feto. Se ha
formado el esbozo de todos los órganos del futuro bebé y ya empieza a tener forma
humana.
 El rostro del bebé ya está más definido y tiene párpados, nariz incipiente y labio
superior.
 El cuerpo se va alargando, cada vez con más forma humana y la piel es translúcida,
por lo que se puede ver el esqueleto. Pero los huesos no están calcificados, están
formados de cartílago, es decir, son blandos.
El embrión mide entre 4 y 5 centímetros y pesa 9 gramos. La circulación a través del
cordón umbilical está muy bien desarrollada.

También podría gustarte