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Fecundación
Para que se produzca la fecundación la mujer ha de estar en el periodo de ovulación.
La ovulación ocurre cuando un óvulo se desprende de uno de los ovarios, hacia la mitad
del ciclo menstrual. Si en este preciso momento, un espermatozoide se encuentra con el
óvulo en las trompas de Falopio, se puede producir la fecundación. El cigoto es la célula
resultante de la unión del espermatozoide con el óvulo. Es una estructura celular que posee
toda la información genética necesaria para desarrollarse y convertirse en un bebé.
En la fecundación ya queda determinado el sexo del bebé. El óvulo solo tiene cromosoma
X pero el espermatozoide tiene cromosoma X o Y. Dependiendo del cromosoma que
aporte el espermatozoide, el bebé será niño o niña:
Cromosoma X (óvulo) + Cromosoma X (espermatozoide) = NIÑA
Cromosoma X (óvulo) + Cromosoma Y (espermatozoide) = NIÑO
Cada bebé es único, con su propio ADN, que lo forman 46 cromosomas que determinarán
la herencia genética del bebé.
Inicio de la fecundación
La fecundación comienza desde el momento en que el espermatozoide se abre paso a través
de las barreras del ovocito: corona radiada, zona pelúcida y membrana plasmática, así como
los eventos que suceden en el interior del ovocito en respuesta a la penetración.
Etapa de cigoto
Después de la fase de pronúcleos, éstos pierden su cubierta nuclear y replican su DNA, se
aproximan entre sí y se fusionan intercambiando su material genético en un fenómeno que
se denomina anfimixis; en este momento se establece el genoma del nuevo ser, se
determina el sexo del embrión y ocurre la variación de la especie. Si el espermatozoide que
fecunda tiene un cromosoma X, al unirse con el del ovocito se determinará el género
femenino (XX); si es Y el género será masculino (XY).
Una vez completado lo anterior se establece la etapa de cigoto, 24 a 36 horas después de la
fecundación. El cigoto es diploide como resultado de la unión de los pronúcleos haploides
de ambos gametos. El cigoto es una célula completa desde el punto de vista estructural y
adquiere su característica totipotente. En esta etapa ocurre la activación del huevo,
mecanismo necesario para iniciar su primera división de segmentación.
Etapa de mórula
De 3 a 4 días después de la fertilización se establece la mórula, caracterizada por una gran
cantidad de blastómeras (entre 16 y 32 células) más pequeñas, aún cubiertas por la zona
pelúcida. En esta etapa se inicia la compactación, en la cual se expresan moléculas de
cadherina-E, que les permite agruparse en forma estrecha y mantiene en contacto a las
células más internas del embrión. En esta etapa la mórula abandona la trompa de Falopio.
Etapa de blastocisto
Durante el recorrido del conceptus a través de la trompa de Falopio, la multiplicación
celular continúa muy activa, la zona pelúcida se hace permeable a líquidos y electrólitos
que la atraviesan separando las blastómeras que tienen uniones intercelulares más laxas, de
esta manera se forma la cavidad del blastocisto. Las blastómeras centrales que tienen
uniones más firmes quedan hacia un polo de dicha cavidad formando el embrioblasto o
macizo celular interno. Las blastómeras que delimitan la cavidad del blastocisto cambian de
forma y dan origen al trofoblasto o macizo celular externo que originará parte de los tejidos
de la placenta. Debido a la gran cantidad de blastómeras que se están multiplicando y al
crecimiento de la cavidad del blastocisto, la zona pelúcida se rompe y se pierde junto con
los cuerpos polares.
Al finalizar la primera semana posfertilización (6 a 7 días) se inicia la implantación, el
blastocisto posee sus características típicas y se puede reconocer el polo embrionario en
donde se localiza el embrioblasto, mientras que en el extremo contrario está el polo
abembrionario.
Formación del disco embrionario bilaminar
Al comienzo de la segunda semana, en el embrioblasto las blastómeras se reacomodan a
través de un proceso conocido como delaminación para dar origen a la cavidad amniótica.
En la periferia de ésta las células se aplanan diferenciándose en amniocitos que forman la
membrana amniótica. Durante esta etapa, la membrana amniótica, así como el filtrado de
sangre materna que pasa a través de ella forman el líquido amniótico. En el piso de la
cavidad amniótica las blastómeras se diferencian a una capa de células cilíndricas, el
epiblasto.
Ventralmente, las blastómeras organizan el hipoblasto integrado por células cúbicas que
constituyen el techo del saco vitelino primario, cuya cavidad exocelómica está revestida por
células aplanadas que migran desde el hipoblasto.
Las características mencionadas corresponden a un embrión plano bilaminar que se
establece al final de la segunda semana posfertilización. La cavidad que fue el blastocele, se
reorganiza para constituir el celoma extraembrionario delimitado por el trofoblasto que
comienza a diferenciarse en dos tipos celulares: citotrofoblasto y sincitiotrofoblasto, como
se analiza más adelante.
Gastrulación
Formación de la línea primitiva
Fecundación
Día 0
Entre 16 y 18 horas después de la FIV y entre 16 y 20 horas tras ICSI se observa la
fecundación normal (2 pronúcleos y 2 corpúsculos polares). En ese caso, se observará un
cigoto o zigoto, un óvulo recién fecundado.
Día1
Entre 25 y 27 horas en algunos embriones se produce la primera división mitótica,
observándose 2 células. Si no es así, el embrión debe tener 2 células a las 30 horas de la
FIV o ICSI. Entre 40 y 44 horas después de la fecundación se espera que el embrión de
buena calidad se haya dividido en 4 células.
Día 2: cuatro células
Se producen las dos primeras divisiones, por lo que el embrión debe tener 4 células
Día 3: ocho células
Para analizar la calidad embrionaria en el tercer día se valoran los embriones después de 68
horas tras la fecundación. Es muy importante el ritmo de la división. En este estadio ya se
podrían transferir los embriones al útero materno. Si se mantienen en laboratorio, aún habrá
que esperar dos o tres días para poder transferirlos o vitrificarlos ya en estadio de
blastocisto para mejorar la selección embrionaria.
Día 4: Las divisiones continúan aumentando el número de células y al mismo tiempo se
unen entre ellas para formar lo que denominamos mórula (llamado así por su parecido con
una mora). Este proceso se denomina compactación celular y es fundamental para que las
células, que hasta ahora se han dividido sin relacionarse entre sí, comiencen a establecer
conexiones entre ellas y les permita el siguiente paso fundamental en la evolución
embrionaria: la formación del blastocisto.
Días 5 y 6: Si el desarrollo es correcto, entre el día 5 y el día 6 el embrión debe alcanzar el
estadio de blastocisto. Una vez que se forma la mórula en día 4, las células empiezan a
tener conexión entre ellas y esto les permite no solo seguir dividiéndose aumentando el
número de células hasta unas 100, sino que se redistribuyan en dos grupos. Un grupo de
células se reparte por toda la periferia formando una esfera denominada trofoectodermo y
otras forman una masa muy compacta unida al trofoectodermo denominada Masa Celular
Interna, que dará lugar al futuro embrión.
El trofoectodermo tiene un papel fundamental durante el proceso de implantación en el
endometio uterino.
“Aunque la mayoría de las transferencias se realizan en día 3 de desarrollo embrionario,
cada vez en más casos se realiza lo que se denomina cultivo secuencial o cultivo a
blastocisto, en cuyo caso la transferencia se pospone a día 5 o día 6. El objetivo de estos
cultivos es asegurarnos la formación del blastocisto, paso fundamental para la siguiente
fase que es la implantación en el útero materno tras la transferencia embrionaria”, explica la
bióloga.
Día 7 a 12: Gracias a las enzimas que segrega el trofoesctodermo, el endometrio estará más
receptivo, por lo que el blastocisto podrá implantar quedando adherido a las paredes del
útero. El endometrio comenzará a segregar la hormona hCG que permite la producción
continua de progesterona. En consecuencia, el ciclo menstrual se interrumpe y la matriz se
preparará para el embarazo.
A partir de este momento, el saco amniótico se empezará a formar y el embrión, implantado
en el endometrio, irá creciendo poco a poco.
Semanas
A partir de las 2 semanas de embarazo se desarrolla lo que llamamos embrión, que
básicamente una cabeza, un tronco y una cola rizada. En las primeras semanas del
embarazo el embrión empieza a desarrollar los cimientos de los órganos, los rasgos propios
y el sistema nervioso. En esta semana aparecen dos pequeñas cavidades oculares, mientras
la formación de sus orejas y sus ojos entran en una fase primaria. Además, se va haciendo
hueco para huesos, músculos, riñones, pulmones, intestinos y sistema digestivo. También se
comienza a desarrollar el tubo neural, un tubo al descubierto sin piel ni huesos que se
convertirá en el cerebro, la medula espinal, el sistema nervioso y la columna vertebral del
bebe.
Segunda semana
Se empieza a formar el embrión que mide 0.2 milímetros. En esta etapa, el embrión tiene
una forma redondeada y está formado por dos capas: el endodermo y el ectodermo. Las
células se van multiplicando muy rápidamente y van adquiriendo una función específica.
Del endodermo se formarán: piel, el revestimiento interno del aparato respiratorio y
digestivo, la vejiga, tímpano, tiroides, páncreas e hígado.
Del ectodermo: sistema nervioso, piel, órganos de los sentidos (ojos, oído, nariz),
uñas, esmalte dentario, hipófisis, pelo, glándulas mamarias y sudoríparas.
Tercera semana
Al embrión le aparece una tercera capa, el mesodermo, de este tejido derivará:
El aparato locomotor (huesos, músculos y cartílagos)
El sistema vascular (corazón, venas y arterias)
Las células de la sangre
El sistema genital y urinario (excepto la vejiga)
El bazo y glándulas suprarrenales
Se forman las vellosidades coriónicas que conectarán con los vasos sanguíneos de la madre.
De este modo, el embrión obtiene el alimento y el oxígeno necesario para crecer. Por otro
lado, en el tronco del embrión se va haciendo hueco a órganos como el intestino, hígado,
riñones y pulmones.
Cuarta semana
El embrión crece un milímetro cada día (mide unos 5 milímetros) y se inicia el desarrollo
de:
Las extremidades (brazos, piernas, músculos y hueso)
El corazón del embrión (amasijo de células musculares alargadas) empieza a latir a
los 22 días aproximadamente. Este rudimentario corazón será el encargado de
distribuir el alimento y el oxígeno a todas las partes del embrión para que pueda
crecer. El corazón embrionario late a unas 150 pulsaciones por minuto.
El aparato digestivo se va diferenciando en sus diferentes partes (esófago, estómago
e intestino).
Aparecen los órganos de los sentidos, es decir, se forman las cavidades oculares y
las orejas.
Se empieza a desarrollar el tubo neural, que se convertirá en el sistema nervioso del
bebé (cerebro y médula espinal) y la columna vertebral.
Quinta y sexta semana
El embrión va adquiriendo forma humana o de bebé. Crece muy deprisa y ahora tiene el
tamaño de un garbanzo (5-6 milímetros). Su cabeza es muy grande respecto al resto del
cuerpo y las extremidades muy cortas:
En el rostro se distinguen perfectamente los ojos, la nariz, boca y orejas.
Los dedos no se distinguen todavía
Los brazos y las piernas pueden empezar a moverse al final de la sexta semana.
Séptima semana
El embrión mide unos 22 milímetros. Los tejidos y los órganos formados en la fase
embrionaria maduran:
El corazón ya tiene cuatro cavidades
Se empiezan a formar el paladar y la lengua
La placenta aumenta de tamaño para nutrir bien al bebé
El cordón umbilical crece mucho y se ensancha
Se forman los pezones y los folículos pilosos
Los codos y los dedos ya se pueden ver
El sistema digestivo y el aparato urinario del feto (que eran una misma estructura)
se separan
Se produce la neurogénesis o producción de neuronas.
Al finalizar esta semana el embrión mide ya 1 centímetro y son las semanas más delicadas
del bebé porque le pueden afectar algunos medicamentos, alcohol, nicotina, cafeína o
radiaciones (como las radiografías).
Octava semana
Oficialmente termina el periodo embrionario y el el embrión pasa a llamarse feto. Se ha
formado el esbozo de todos los órganos del futuro bebé y ya empieza a tener forma
humana.
El rostro del bebé ya está más definido y tiene párpados, nariz incipiente y labio
superior.
El cuerpo se va alargando, cada vez con más forma humana y la piel es translúcida,
por lo que se puede ver el esqueleto. Pero los huesos no están calcificados, están
formados de cartílago, es decir, son blandos.
El embrión mide entre 4 y 5 centímetros y pesa 9 gramos. La circulación a través del
cordón umbilical está muy bien desarrollada.