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Introducción
Definición de fecundación
Para que pueda ocurrir el fenómeno de la fecundación, el hombre debe eyacular en el interior de
la vagina de la mujer. En este momento, los espermatozoides podrán ascender por el tracto
genital femenino y llegar hasta las trompas de Falopio, lugar donde se encontrarán con el óvulo.
Sabias que, De los millones de espermatozoides liberados en la eyaculación, tan solo unos
doscientos conseguirán llegar a su destino en la trompa. Finalmente, solo un espermatozoide
interaccionará con el óvulo y tendrá lugar la fecundación del embrión.
Una vez los espermatozoides llegan a las trompas de Falopio después del coito, solamente podrán
encontrarse con el óvulo si la mujer se encuentra en sus días fértiles y ha habido ovulación. En ese
caso, los espermatozoides se colocarán alrededor del óvulo e intentarán fecundarlo.
Se define como capacitación espermática al proceso por el que pasa el esperma tras la eyaculación
y que permite a los espermatozoides liberados adquirir la capacidad de fecundar el óvulo. Se trata
de una serie de modificaciones en su estructura y movilidad que hacen que el espermatozoide
pueda penetrar la gruesa membrana que recubre el ovocito para poder fusionarse con él y dar
lugar al embrión.
Desde que se deposita el semen en la vagina se inicia la carrera en la que se capacitarán los
espermatozoides, y el más apto es el que podrá fertilizar al ovocito. De los millones de
espermatozoides que se depositan durante el coito (100 millones por mililitro aproximadamente),
la mayoría muere debido a la acidez propia de la vagina. De hecho, la alcalinidad del semen
neutraliza este medio. Más tarde, los espermatozoides sobrevivientes atraviesan el conducto
cervical ocluido por moco en el que quedan atrapados muchos otros, algunos se almacenan entre
los pliegues de mucosa cervical y después se liberan lentamente desde ese lugar.
Los espermatozoides que logran atravesar el cuello uterino continúan su ascenso a través del
cuerpo del útero, donde inician su capacitación. Durante este proceso, la cabeza del
espermatozoide pierde su cubierta de proteínas, se modifica la permeabilidad de la membrana
plasmática a los electrólitos de calcio y potasio; esto le confiere la capacidad de responder a
estímulos externos como los que produce la zona pelúcida, la cual desencadena otro fenómeno: la
reacción acrosómica.
Una vez atraviesan esta capa, los espermatozoides se encuentran con una segunda barrera: la
zona pelúcida, la capa externa que rodea al óvulo.
Se necesita más de un espermatozoide para lograr degradar la zona pelúcida, aunque finalmente
solo uno de ellos podrá entrar en el óvulo.
Para poder atravesar esta segunda barrera, la cabeza del espermatozoide establece contacto con
el receptor ZP3 de la zona pelúcida del óvulo. Esto desencadena la reacción acrosómica, que
consiste en la liberación de enzimas hidrolíticas denominadas espermiolisinas. Dichas enzimas
disuelven la zona pelúcida para permitir el paso del espermatozoide.
La zona pelúcida es la membrana más externa que envuelve al óvulo. Por tanto, es la primera de
las membranas que debe penetrar el espermatozoide para poder fusionarse con el óvulo y
permitir la fecundación.
Fusión de membranas
Con la entrada del espermatozoide, el óvulo se activa para terminar la meiosis, proceso que
permite la reducción del número de cromosomas. Así, se libera el segundo corpúsculo polar y los
cromosomas se colocan formando una estructura denominada pronúcleo femenino.
Sabias que, Los pronúcleos son los núcleos de los gametos, los cuales tienen la particularidad de
disponer de la mitad de cromosomas con respecto al resto de células del cuerpo, esto es, 23
cromosomas.
Por su parte, el espermatozoide avanza hasta que su cabeza, que contiene el núcleo del
espermatozoide, queda junto al pronúcleo femenino. La cola se desprende para terminar
degenerando y el núcleo se hincha para formar el pronúcleo masculino.
Una vez ambos pronúcleos se encuentran uno junto al otro, ocurre la fusión de ambos.
Esto supone que las membranas de ambos pronúcleos desaparezcan para que sus cromosomas
puedan juntarse y que la célula restablezca su dotación cromosómica, es decir, 46 cromosomas en
total.
Todo este proceso de la fecundación culmina con la formación del cigoto humano: primera célula
del organismo fruto de la unión del óvulo y el espermatozoide.
La última etapa de la fecundación humana consiste en que los núcleos masculino y femenino se
unan para dar lugar a una única célula, formada por 46 cromosomas: 23 procedentes de cada uno
de los progenitores.
Además de todo esto, en la fecundación queda establecido si el futuro bebé será un niño o una
niña en función de sus cromosomas sexuales:
Cigoto masculino: sus cromosomas sexuales son XY y el futuro bebé será un niño.
Cigoto femenino: sus cromosomas sexuales son XX y el futuro bebé será una niña.
El óvulo siempre es portador del cromosoma X. Por tanto, el sexo del embrión se definirá según si
el espermatozoide es portador de un cromosoma X o un cromosoma Y.
Aunque hemos visto cada una de las etapas de la fecundación de forma detenida, en la siguiente
imagen puedes ver un esquema del proceso completo.