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LOS IMPULSOS
Los impulsos son acciones que se desencadenan como respuesta a una necesidad de la
persona. Se distinguen dos tipos:
LA IMPULSIBIDAD
La impulsividad es actuar de forma rápida y sin pensar en las posibles consecuencias negativas
de actuar así.
En el primer año de vida, los impulsos primarios permiten la supervivencia. Con el desarrollo
intelectual y la educación, el niño va aprendiendo mecanismos de autocontrol o de freno a
esos impulsos de forma consciente.
DEFINE
existen evidencias de estudios clínicos sobre la agresividad impulsiva que podría estar asociada
a causas biológicas, ambientales, farmacológicas o psicológicas.
Los estudios sugieren que el trastorno tiene un carácter parcialmente hereditario. Uno de
estos estudios, por ejemplo, encontró que un poco más del 30% de los sujetos y sus familiares
tenían síntomas y características del trastorno. Encontrando que la mayor parte de los sujetos
tienen rasgos marcados de actitud hostil y una tendencia a utilizar mecanismos de defensa
inmaduros.
Por lo que el autor considera que una conducta violenta es aquella que involucra tres
componentes:
a) un afecto: la ira,
c) una característica: ser dañina, es decir, con la capacidad de producir daño sobre dicha
persona
Somatizacion
Kirmayer y Robbins
La somatización se referirse a aquellas situaciones en las cuales las personas se presentan con
síntomas somáticos a pesar de existir a la vez problemas psicológicos o estrés emocional
demostrable.
Por lo que el trastorno de somatización implica formas de patología que tienen implicaciones
psicológicas y psiquiátricas.
Estos dos autores concuerdan con que la somatización es un fenómeno de la persona que
tendría como causas básicas lo emocional, lo social y lo psiquiátrico
Expertos en el tema refieren que en la somatización por lo general los síntomas no
se producen de manera consciente. Sin embargo, en niños y adolescentes es
particularmente difícil establecer este nivel de control psíquico; las dificultades para
comunicar sus sentimientos y emociones a través del lenguaje ocasionan que el
dolor psicológico pueda expresarse como síntomas físicos, somáticos. Para llamar la
atención y lograr una posible actitud de preocupación en los padres, los menores
estructuran estas “tácticas” que los ayudan a aprender a enfrentar a los factores
estresantes cotidianos.