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Los girasoles – Vincent Van Gogh

Arlés, Agosto de 1888

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A Martina,
que con su llegada cumplió
mi gran deseo de ser bisabuela.

A la Biblioteca Bartolomé Mitre,


en el Centenario de su fundación.
(1922-2022)

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“Quisiera pintar cuadros que dentro de cien años
aparezcan como una revelación. Pero no me gustaría
conseguirlo con fidelidad fotográfica, sino a través de mi
manera apasionada de ver las cosas, con ayuda de
nuestro conocimiento y nuestro gusto actual del color como
medio de expresión y profundización del carácter.”
Vincent Van Gogh

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Prólogo

Lidia en la voz Elena y sus diarios


Tratar referirme al libro Elena de cartas y
girasoles sin platear antes el concepto de trilogía y
lo que ello implica es imposible. La razón de esta
afirmación se basa en que esta historia, cuya
lectura han elegido iniciar es, mis amigos, el tercer
eslabón de una atinada y bien pensada cadena
construida por dos eslabones anteriores, el
primero de ellos, Elena, cuestión de piel; el
segundo, Elena, un diario, un año.
El concepto de trilogía se aplica, en
Literatura, a una serie compuesta por tres textos
de un mismo autor - en este caso, Lidia Sánchez-
que, por alguna particularidad, se considera como
una unidad. En algunos casos, los textos que
integran la trilogía presentan cierta continuidad del
argumento; en otros casos, en cambio, la trilogía
no se vincula tanto a lo temático, sino que
depende de la permanencia de ciertos personajes
centrales. Trilogías que han logrado gran
repercusión en la Literatura y el cine son, por
mencionar algunos ejemplos, “Los juegos del
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hambre” novelas de ventura y ciencia ficción
escritas por Suzanne Collins, “El señor de los
anillos” de Tolkien, “Cincuenta sombras de Grey”,
realizada por E.L. James.
Pero, dejando de lado los ejemplos
afamados, quiero centrarme en lo
asombrosamente grato que es encontrar, en el
ámbito local de Libertador General San Martín,
nuestra “gran patria chica”, a una escritora afanosa
y productiva como Lidia Sánchez. Ella ha dado vida
a Elena, una protagonista que no sólo otorga
unidad a los tres libros mencionados sino que
logra, con un lenguaje coloquial, introducir al lector
en la historia del primitivo Pueblo Nuevo, a nivel
local, y en paralelo, hacerlo pasear por las
biografías de grandes hacedores del arte y la
cultura tales como, el Perito Francisco Moreno,
cuya historia de vida se refiere en Elena, cuestión
de piel; el arquitecto Antoni Gaudí, referido en
Elena, un diario, un año y el famoso pintor Vincent
Van Gogh, referido en este último libro, Elena de
cartas y girasoles.
Tres libros, tres protagonistas culturales, tres
historias que relatan a modo de diario personal los
hechos de tres tiempos que se entrecruzan en la
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sencillez del relato y el diálogo cotidiano. ¿Cuáles
son esos tres tiempos? ¿Cuál es su importancia?
Empezaré respondiendo al segundo
interrogante porque el tiempo, las fechas, rigen la
vida de Elena, de un modo trascendente, como en
la vida de todos; pero, en la de ella las fechas
marcan hitos de escritura. Las biografías de
Moreno, Gaudi y Van Gogh no fueron elegidas al
azar, sino que tienen estrecha vinculación con
fechas importantes de la vida de Elena, quien
funciona como el velo delicado y protector de la
vida de la propia autora, Lidia Sánchez.
Extrañaba eso de abstraerse en su
mundo, fantasear, pensar en grande con
un fin determinado. Pensamientos que
inevitablemente termina rían plasmados
en el papel ¿y ahora qué? Se preguntaba.
Primero había escrito sobre la vida del
perito Moreno, explorador y científico
considerado un héroe civil”, después
sobre Antoni Gaudí, para todos “un
arquitecto genial”. Esta vez motivada por
las charlas con Mirna sobre pintura, quiso
buscar entre famosos pintores idéntica
coincidencia, alguno que hubiese nacido,
al igual que Moreno y Gaudí en el año
1852, cien años antes que ella. Fatigada
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ante la infructuosa búsqueda y
percibiendo como una necesidad el
reencontrarse con lo suyo, optó por
Vincent Van Goth, quien había nacido en
1853, sólo un año de diferencia.i

Los diarios de Elena son en realidad los


registros literarios de la vida de la autora y de la
vida de tres elegidos famosos por su arte que han
nacido cien años antes que la protagonista y la
misma aurora. Son, a mi criterio, el legado que
Lidia Sánchez, pretende dejar a sus hijos, a sus
nietos y a los jóvenes, en general. Un legado
literariamente didáctico.
Entre las páginas, encontrarán que mucho
de lo escrito surge a partir de las experiencias
didácticas que Lidia Sánchez, ex directora de la
escuela Enrique Wolman puso en práctica. En la
trilogía, hay una declaración. La escritura está
dirigida a los niños y a los adolescentes que a
criterio de su hacedora se encuadraría dentro de la
Literatura infantil y juvenil. Tal vez, se pueda
disentir con esto, pero tal declaración hecha por la
protagonista vale por cuanto descubre las

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intenciones didácticas de la autora que nunca deja
de ser “Maestra” en el arte de enseñar.
Es el momento de responder al primer
interrogante. La definición de cada tiempo.
El primer tiempo es el presente de la
protagonista. Elena situada en su departamento
con una soledad asumida u obligada, buscada,
disfrutada o no tanto, nos pinta el Libertador
contemporáneo con sus cambios para bien y para
mal. Es más, en el último eslabón de la cadena, o
sea en Elena de cartas y girasoles, el encierro a
causa de la pandemia por covid 19 sumerge a la
Elena, al igual que a todos los habitantes del
planeta, en un letargo y entristecimiento que, en
su caso particular, logra superar aferrándose a la
escritura.
En las charlas sucesivas con sus amigas,
surge el segundo tiempo, el más remoto quizás,
guardado y atesorado en la memoria de la
narradora, es decir, el tiempo del primigenio
Pueblo Nuevo. El origen de Libertador Gral. San
Martín con sus escasas nueve manzanas, sus lotes
baldíos, sus callecitas empedradas y el floreciente
Ingenio Ledesma, con los personajes que le dieron
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vida al pueblo, muchas veces, dando su propia
vida, le da contenido al segundo tiempo narrativo,
el pasado. Es el tiempo del racconto, de la infancia
añorada de la escritora. Los fragmentos de este
tiempo de un pasado no tan remoto debieran ser
rescatado en los manuales de historia regional
contemporánea.
Finalmente, distingo el tiempo de vida de
Perito Moreno, Antoni Gaudi y Vincent Van Gogh
como el tercero de los tiempos narrativos, el
pasado remoto, es decir, la segunda mitad del siglo
XIX. Costumbres y cultura de 1852/3
contextualizan el relato de las biografías y
contribuyen a dar unidad a la trilogía.
Tal unidad, también está lograda por el
aspecto gráfico con el cual se ilustra la vida y la
obra de los artistas escogidos. En el caso del
presente libro, a lo largo de las tres partes que
estructuran la historia de Elena, podrán descubrir
imágenes de pinturas famosas, especialmente, de
Vincet Van Goth.
Elena de cartas y girasoles consta de tres
partes, Re-inventarse, Re-intentando, re-
descubrirlo. Cada uno de estos títulos sintetizan el
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contenido de un momento particular registrado en
el diario y levemente dejan entrever el estado
anímico de su autora.
Si bien muchos fragmentos de los diarios de
Elena, en particular los que refieren las biografías y
los movimientos artísticos, son datos tomados de
manuales de historia de arte y libros de ciencia,
hay que rescatar el modo tan particular de recrear
sin plagiar. El plagio literario entendido como un
ejercicio de reinterpretación de lo sustancial en
una historia puede llegar a ser muy creativo y
transformarse en una nueva historia. Es decir, dejar
de ser plagio, convertirse en un nuevo texto que
alude o recrea al texto original. Esto es lo que veo
en el estilo epistolar que se adopta con criteriosa
creatividad al reinventar las cartas de Van Goth.
Estrategia que es declarada por la misma
narradora.
Emplearía la carta tan utilizada por
Van Goth para dar a conocer su vida. Pero,
¿A quién más podría escribir Vincent?
Puesto que se había pasado la vida
escribiendo cartas a su hermano Theo, a
sus amigos Gauguín y Bernard, entre otros
tantos. […] Debía elegir cuidadosamente
personas mayores con las cuales no habría
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mantenido correspondencia, de este
modo evitaría que esta idea se
interpretase como plagio.ii

Finalmente, debo destacar que la intención


didáctica no sólo se vislumbra en los tres textos
que integran la trilogía, sino que es explicitada
cuando se expresa que el motivo de la elección del
estilo epistolar se basa en que el mismo sería más
atractivo para dar a conocer la obra de Van Goth a
niños y jóvenes.
Pero, quiero decirles, mis amigos, que las
historias que Elena nos cuenta en sus tres diarios,
en especial en Elena de cartas y girasoles, no sólo
atraparán a los más jóvenes, seguro que serán de
gran interés de todos los que valoramos la
escritura creativa y lo que a través de ella un buen
escritor nos puede regalar.
El legado de Lidia Sánchez, a través de la voz
de Elena, es de un exquisito valor. Queridos
lectores, los invito a descubrirlo.

Nancy Olivera
Libertador Gral. San Martín, Ledesma, Jujuy, durante el otoño
de 2022

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PRIMERA PARTE

RE- INVENTARSE

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Se levantó temprano y como es habitual en
ella, después de unos cuántos mates comenzó con
la rutina de cada mañana: abrir ventanas y puertas,
concluida la tarea de limpieza volverlas a cerrar;
entornar cortinas que filtren los furibundos haces
de luz hasta que el sol caiga; para luego, en esa
auspiciada atmósfera que llama al sosiego, donde
se percibe pulcritud, se huele aire renovado y
aromatizado, dar rienda suelta a su imaginación
rodeada de libros y papeles.
En ese preludio rutinario Elena se
encontraba, habiendo ya saciado la mente con
pensamientos proactivos de los cuales se nutre
cada día al despertar. Procurando además en este
caso, evadir aquellos oscuros que por las
circunstancias pujaban en aflorar, cuando al salir al
balcón, la fresca brisa otoñal del mes de marzo la
incitó a detenerse en contemplación por un
instante.
Apoyada con los brazos en la barandilla pudo
distinguir las casas, todas a puertas cerradas;

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veredas desiertas; calles silenciosas. Sintió que un
estremecimiento le recorría el cuerpo. A su pueblo
nunca lo había visto así. Aún, siendo un pueblito
pequeño, Elena lo recordaba alegre y bullicioso:
pocos vehículos con ruidosos motores transitaban
sus calles de tierra; carros de reparto que
producían un incesante repiqueteo de piedras al
pasar; cuchicheo de mujeres; chillidos de niños;
hombres, vecinos que a viva voz comentaban,
discutían y reían a carcajadas, a veces de una
vereda a otra, sin ningún tipo de privacidad ni
objeción alguna.
Incrédula todavía, Elena estiró el cuerpo un
poco más, con la esperanza de percibir un cambio
en aquella fantasmal visión. Y no. Solo eso:
mutismo que aturde; perturbador silencio; soledad
abrumadora.
Días antes había llegado Ivana a colaborar
con la mudanza de su hermana. Al año de fallecer
su esposo, Mirna decidió tomar en alquiler un
departamento en el mismo edificio que habita
Elena, emprender una vida a solas con la
contención que, por cercanía, su amiga podría
brindarle. Los preparativos del traslado las
mantuvo entretenidas un par de meses. Cuando

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llegó el esperado momento la presencia de Ivana
facilitó las cosas. Mujer joven, dinámica, decidida,
tomó las riendas en estos avatares.
Entre las tres acondicionaron espacios con
gran entusiasmo, matizaban la tarea con
interminables charlas, aunque, el avance de la
Pandemia las mantenía en constante vilo. Ivana,
con su hijo radicado en Italia, recibía preocupantes
mensajes diarios. Lo que parecía algo lejano de
pronto tocó de cerca. Ella no pudo regresar a
Tucumán, debió permanecer más de un mes junto
a su hermana, situación que a Mirna le permitió
adaptarse a su nuevo hogar, sintiéndose
acompañada al emprender una nueva etapa de su
vida.
Ese día, primero de cuarentena, Elena
despegó el cuerpo de la barandilla, abandonó el
balcón para continuar con sus quehaceres. Cerró
ventanas y puertas, entornó cortinas, pero por
mucho tiempo, no volvió a escribir.

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En esa primera silenciosa noche, Elena
recapacitaba sobre la angustiante situación que les
tocó vivir: peligrosidad latente, aislamiento,
debacle económica; lo peor, para ella, reconocer
que la expectativa de un nuevo encuentro con
Alberto, repentinamente quedaba hecha trizas.
En Carnaval, y por esos días también su
cumpleaños, lo habían pasado juntos, en familia,
con amigos. En cada despedida quedaba siempre
como flotando en el aire, una próxima fecha de
celebración o aniversario que actuaba como
disparador de su regreso. Una sensación de
angustia, de vacío, a Elena le impedía dormir.
Recordó entonces que siendo niña ya se
escuchaban predicciones sobre fatalidades en el
mundo hacia el año 2.020, aunque, en ese tiempo,
con un poco de alivio, ella decía: “Para entonces,
ya estaré muerta”. Pero no, estaba viva. Por lo
tanto, debía afrontar, sacar fuerzas, buscar la
forma, aferrarse a lo que le hacía bien. Claudicar
¡Jamás! No se lo podía permitir. Una agradecida de
la vida, como su padre lo había sido, no debía
dejarse llevar por el desaliento.

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Voluntad tenía, la cuestión era como
lograrlo, la ausencia de Alberto, ¡Vaya a saber
hasta cuándo!… la preocupaba, le dolía mucho.
De pronto una brillante idea resplandeció en
la penumbra: - ¡La mente! – Exclamó – El poder de
la mente – dijo reafirmando su pensamiento.
Debería una vez más apelar a ella, ya que siempre
la consideró su mejor aliada: cuándo fantaseando
viaja sin salir de su casa; retrocede en el tiempo y
vivencia su infancia; avizora futuros promisorios o
disfruta de instantáneas comunicaciones
telepáticas con Alberto.
A ese poder de la mente al que recurre con
tal ahínco, tanto, que mucho de lo deseado se le
cumple.
Eso sí, también a su aliada favorita debería
darle la orden de no ilusionarse con lo imposible,
no crear falsas expectativas que la llenaran de
inútil ansiedad. Para así, en sosiego, dejar
transcurrir el año hasta que en el venidero se
vislumbre una pequeña esperanza.
Esa misma noche Elena se propuso:
reinventar su agenda diaria acorde a las
circunstancias; que sería a la vez, como
reinventarse en el intento de no sucumbir.

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A la mañana siguiente salió al balcón. Se


asomó para mirar un poco más a lo lejos. El pueblo
ofrecía el mismo panorama desolador del día
anterior, sin embargo, ella se sentía con ánimos
renovados.
Puso atención en su balcón, angosto y
alargado, espacio único del que disponía de
contacto con el afuera. En su imaginario lo concibió
como un “salir de casa”. Por meses sería calle,
vereda, patio… ¡Confitería y restaurante también!
¿Por qué no? Ya en su mente elucubraba además
asignarle esa funcionalidad.
Después de preparar un magro almuerzo,
comenzó a rebuscar en alacenas, freezer y
heladera para saber con qué ingredientes contaba.
Con lo que pudo encontrar preparó un esmerado
menú deseosa de sorprender a sus amigas del

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primero A. Cuando todo estuvo listo, tomó el
celular y las llamó:
Hola, esta tarde a las 7 en punto las espero a
cenar.
¡Qué bien! ¿Qué preparaste? – le preguntó
Mirna.
¡Sorpresa! – le respondió
Bueno, algo rico seguramente, pero ¿por qué
tan temprano?
Para charlar un poco antes que comience el
noticioso.
De acuerdo, ahí estaremos.
Elena tomó un reconfortante baño, coloreó
un poco mejillas y labios, sujetó su largo cabello
con una traba y se colocó un pijama que lucía
mejor que el de entrecasa que había llevado
puesto todo el día.
Las invitadas llegaron justo a la hora
acordada, bañadas, cabellos atados, a cara lavada
y… las dos también en pijama. Al verse vestidas
iguales ¡de tan malas trazas! las tres muy divertidas
echaron a reír con ganas.

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Elena tuvo que reconocer que el celular,


aparato que mucho detestaba cuando en
reuniones era utilizado, en este tiempo y dada la
circunstancia se había convertido en algo
imprescindible para ella, único modo de
mantenerse comunicada con los demás.
Los mensajes que recibía la ponían al tanto
de la realidad que se estaba viviendo: angustias,
pronósticos desalentadores, dudas, certezas,
canciones de aliento, cadenas de oración y hasta
ocurrentes humoradas.
Con sus amigas solo podían comentar
pequeñeces del quehacer diario y alguna que otra
noticia que desde el encierro podían recabar.
La comunicación con Gladys le resultaba
amena y le producía gran expectativa. Ella y su
marido se habían abocado a la remodelación del
jardín. Diagramaron el espacio con sectores de
plantas ornamentales y de huerta. Trazaron
senderos y mejoraron el aspecto de muros

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perimetrales. Conocía de los avances por fotos y
comentarios que su amiga le hacía.
Carolina también la llamaba con frecuencia.
En esta ocasión para contarle de un proyecto que
con otras arquitectas habían emprendido. Se
trataba de la producción, promoción y venta de
artículos de blanquería, tales como manteles,
caminos de mesa, paneras, almohadones y demás,
para los cuales empleaban telas teñidas por ellas
mismas, aplicando en forma artesanal la técnica de
Shibori. Le explicó que con el bloqueo de la tintura
mediante la realización de nudos y plegados o
utilizando hilos y pinzas lograban generar
decorativas figuras.
Después de extensos comentarios al
respecto, Carolina le dijo:
¡Ah tía! Ya me olvidaba contarte. Descubrí
algo que en el acto me hizo pensar en vos, ya que
en tu diario personal incluyes recortes de revista,
fotos y mil cosas más.
¡Qué bueno! Decime entonces de qué se
trata- respondió Elena muy intrigada.
El “Bullet Journal” es un método que te
ayuda a organizar todo lo que desees registrar en
un cuaderno o algo similar – le aclaró Carolina.

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Gracias por la información querida.
Investigo y después te cuento si me parece práctico
para organizar lo mío.

Esa misma tarde con celular en mano


comenzó a indagar sobre el “Bullet Journal”. Supo
entonces que el creador del método, Ryder Carrol,
diseñador, nacido en Austria, es actualmente
director de una empresa de diseño en Nueva York.
Quién sugiere organizar la agenda en forma
personalizada, donde todo vale: índice, recortes,
pegatinas, formato y decoración a gusto.
Recomienda utilizar símbolos para identificar
diferentes categorías de registros: notas,
cumpleaños, ideas, libros leídos, tareas,
investigaciones…
Entusiasmada con esto, Elena dejó de leer,
llamó inmediatamente a una de sus nietas para
que le hiciese algunas compras de librería.

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Desde esa noche en la cual Elena invitó a sus


amigas del primero A, las tres siguieron cenando
juntas durante varias semanas. Habían acordado
reunirse todos los días alternando departamento.
La anfitriona debía oficiar de cocinera, aunque en
el caso de las vecinas, Mirna con total
complacencia le cedió esta función a su hermana.
Ivana y Elena se esmeraban en la
preparación de sabrosos platillos intentando que la
comida fuese el principal atractivo de la reunión
puesto que, además de datos sobre el avance de la
pandemia los temas de conversación eran escasos.
A las veinte horas transmitían el noticioso y
seguidamente el informe del COE, el estar atentas
a ese horario era el segundo paso programado
para cada encuentro. A continuación, disfrutaban
viendo alguna película de Netflix o en nochecitas

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tibias, salían al balcón portando en la mano un
vaso con algo apetecible de beber.
Estas ocasiones daban pie a que Elena, quién
a las “hermanitas” las superaba ampliamente en
años, tomara la palabra para explayarse contando
anécdotas y experiencias acumuladas en el largo
camino transitado. Les comentaba de su carrera en
la docencia, de su afición por leer y escribir, de
viajes, de su niñez, pero la temática recurrente de
un interminable repertorio era hablar del pueblo
que la vio nacer y de la expansión del mismo a
través del tiempo.
Cierta vez Ivana le preguntó:
Entonces, Pueblo Nuevo como decís
que se llamaba Libertador ¿fue la primera
población en este lugar?
No, no. Como siempre digo “primero
las cañas”. El Pueblo Ingenio Ledesma precede a
Libertador. Te imaginas que ya en 1830 se
fabricaba azúcar, las cañas y la gente que se
ocupaba de ellas estuvieron desde mucho antes.
Pero la capital del departamento es
Libertador ¿no?
Así es, como aquella era una población
privada, el gobierno de Jujuy fundó Pueblo Nuevo

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con sus nueve manzanas en 1889, en tierras
donadas por el Ingenio.
Ahora entiendo – respondió Ivana.
Lo que yo no entiendo – acotó Mirna
preguntado a continuación - ¿por qué decís que la
escuela del ingenio tiene más de 150 años si la
Empresa Ledesma apenas tiene un poco más de
100?
Porque la Compañía Azucarera con su
población, fábrica y escuela que pertenecían a las
familias Ovejero y Zerda, recién se conforma como
Empresa Ledesma en 1908 y en 1911 es adquirida
por Enrique Wollmann y Carlos Delcase. Los nuevos
propietarios en 1942 inauguraron un flamante local
para la escuela pre-existente, donaron el edificio a
la provincia solicitando a su vez el cambio de
nombre. El 9 de julio de ese mismo año estrenaron
edificio y nombre, pero la escuela Nº3 sigue siendo
la misma fundada en 1861.
¡Ah! Ahora si me queda claro.
Decime Elena ¿Cómo aprendiste tantas cosas
de este lugar? – volvió Ivana a preguntar.
Tengo casi la mitad de años que tiene el
pueblo, nací cuando solo eran nueve manzanas, en
mis siete décadas fui testigo de su desarrollo y

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expansión. Lo anterior a mí lo sé por mis padres y
abuelos. Me interesaba en saber, preguntaba
mucho, imaginaba el ayer y es lo que ahora me
encanta compartir.
Con razón che, con tantos años ya pareces
un pergamino parlante – muy divertida dijo Mirna
bromeando.
Y sí, por eso no paso por el museo, mira si
me retienen como reliquia viviente – le respondió
Elena riendo a carcajadas.

Organizar el cuaderno que oficiaba de diario


y agenda personal, según el método “Bullet
Journal”, a Elena la mantuvo entretenida varios
días.
Había optado cambiar de formato, esta vez
prefirió utilizar un gran carpetón con anillos, esto le
facilitaría traspasar a la carpeta hojas del cuaderno
que deseaba conservar. Valiéndose de un

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perforador no solo colocaría aquellas páginas sino
también imágenes y artículos impresos en la
computadora.
No le pareció necesario emplear símbolos ni
colocar fecha alguna. Decoró hojas de cartulina de
distintos colores que cumplirían la función de
carátula y separador.
Elaboró un índice incluyendo apartados que
consideró útiles para identificar con rapidez lo
guardado.
Se deshizo de papeles innecesarios y como
en otras oportunidades, los redujo a cenizas.
Cuando tuvo todo listo y comenzó a utilizarlo
se sintió satisfecha con su tarea, por haber logrado
mayor orden, funcionalidad y por haber aplicado
su creatividad decorativa en el diseño de las
carátulas.
Según sus objetivos de escritura y guardado,
organizó los apartados de la siguiente manera:

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INDICE
1. AMARILLO Ayuda memoria.
2. VERDE Recetas de cocina.
3. CELESTE Notas de interés.
4. ANARANJADO Investigaciones.
5. ROSADO Mis escritos.
6. ROJO Imágenes y fotografías.

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Cuando Ivana tuvo la posibilidad regresó a
Tucumán, a su casa. La agenda de Elena se
desacomodó totalmente. Mirna no se atrevía a
asumir el rol de cocinera que había ocupado su
hermana. La nueva situación ameritaba un urgente
cambio en la misma.
Reemplazaron entonces la “alta cocina” por
delivery para dar solución a improvisados
almuerzos y cenas. Habilitaron el balcón de Elena,
único espacio soleado en invierno, para acortar las
siestas charlando mientras comían mandarinas: sol
y mandarinas, dupla que les hacía evocar
reminiscencias de la infancia. En ocasiones también
allí merendaban, eso sí, muñidas cada una de su
propia bombilla y mate.
Deseosas de compartir un almuerzo con sus
amigas, las vecinas decidieron encargar comida
árabe. Tras mucho insistir, tomando mil
precauciones y recaudos, Vivi y Susana se hicieron
presentes a mediodía.
Hacia muchos meses que no se veían. Al
comienzo todo les resultaba muy extraño: ese
“hola”, saludo a secas después de tanto tiempo;
eso de mantener distancia sentadas a la mesa; el
sentir poco acogedor el ambiente con puertas y

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ventas abiertas a pesar del frío; ese incesante
frotado de manos con alcohol; el intenso olor a
lavandina que reemplazaba la sutil fragancia de
aromatizantes y lo peor, la dificultad para entender
lo que se decía con los barbijos tapando las bocas.
Pasado un rato pudo más la felicidad de
reencontrarse y la conversación comenzó a fluir
con la euforia y cordialidad de siempre.
En un momento Vivi preguntó a Elena:
¿Estás escribiendo?
No― le respondió.
Qué lástima, hoy hubiera aprovechado para
leer tus escritos.
Tal vez, era ese el incentivo que me faltaba,
el saber que podía contar con vos para
comentarlos. Veré si en algún momento lo intento
nuevamente.
Y de Alberto ¿qué sabes?
Está bien, nos hablamos con frecuencia.
¿Te diste cuenta que no podrá venir por
mucho tiempo?
Sí, claro. Como sé que este año será
imposible, deposito mis ilusiones en el próximo.
Por el momento me conformo sólo con escucharlo.
¡Sos fuerte amiga!

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¿Fuerte o realista?
¿Realista? Una voladora como vos
¡Imposible! ― respondió Vivi riendo.
Vuelo toda vez que puedo, pero volar
cuando la realidad atrapa de esta manera, me
obligaría a replegar, a padecer un aterrizaje
forzoso.

En horas próximas al mediodía, Elena se


encontraba sentada en el sofá del living rodeada de
revistas. Unos suaves golpecitos en la puerta le
anticiparon la imprevista visita de Mirna, quién
llegó vestida también como ella estaba, de pijama,
pantuflas y bata.
Subí sin avisarte porque me sentía triste ―
dijo disculpándose y agregó―Esa sirena de la
fábrica anunciando más muertes me pone mal.
A mí también―le respondió. Con una seña le
indicó sentarse en el sofá contiguo al que había

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estado ocupando ― Por eso, quise distraerme
mirando cosas lindas ―agregó señalando, esta vez,
una pila de revistas.
Eso veo, la señora muy entretenida y yo
interrumpiendo ―dijo riendo ― ¡Qué páginas más
coloridas! ¿De qué se tratan? ―preguntó
finalmente demostrando interés en el contenido
de las mismas.
De pintura. Una de mis tantas colecciones.
Echales un vistazo así yo preparo café. Un
Nespresso a esta hora nos vendrá de diez.
Mientras su amiga las hojeaba, el
inconfundible aroma a café recién hecho pronto
invadió el ambiente. Mirna, compenetrada en las
imágenes como estaba levantó la vista
exclamando: ― ¡Qué rico!
Elena dispuso sobre la mesa baja los pocillos
ya servidos y unos pequeños cuencos con
almendras tostadas, dando inicio de este modo a
lo que resultaría ser una prolongada charla. Y fue
justamente ella la primera en tomar la palabra –
Te decía que a mí me ocurre lo mismo. Escuchar la
sirena me entristece y a la vez me emociona, un
merecido reconocimiento de la Empresa a sus
obreros y empleados fallecidos.

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Sí, por supuesto pero cada vez que la
escucho me hace caer en cuenta de la situación
espantosa por la que estamos pasando.
Pensar que, ese ulular del pito o la sirena de
la fábrica, para los que somos de aquí, siempre fue
un placer escucharlos. Al comienzo y en la
finalización de la zafra, costumbre que
afortunadamente se mantiene; en el recambio de
trabajadores, horas pico de movimiento en las
calles y que para los demás funcionaba como
ordenador de nuestros tiempos: despertar y
levantarse, volver a casa para almorzar, dar por
terminado el descanso de la siesta, arreglarse para
salir un rato a la tarde y regresar puntualmente a la
hora de la cena. Un sonido incorporado a nuestras
vidas, actualmente acallado cuán ruido molesto
fuese, y que, en tan lamentable situación, podamos
tener la oportunidad de volver a escucharlos.
Mejor cambiemos de tema – sugirió Mirna –
Miremos las revistas y hablemos de pintura.
¡Genial! De lo que has visto ¿cuáles te
agradan más?
Todas me parecen maravillosas pero estas de
santos y ángeles no me atraen tanto – dijo Mirna

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señalando “El entierro del Señor de Orgaz”1 de El
Greco – Prefiero ésta – aclaró mostrándole “El
Grito”2 de Edvard Munch.
Claro, lo que pasa es que, tres siglos las
separan. La primera digna de ser admirada en un
museo, la otra más moderna nos gustaría tenerla
en casa ¿no?
¡Ay sí! Aunque sea en una buena
reproducción – exclamó Mirna.
Elena continuó comentando Cuando visité el
Museo del Prado, con “El caballero de la mano en
el pecho”3 de El Greco me quedé impactada, un
verdadero arte haber logrado a pincel, el efecto de
plegado y transparencia de la tela en cuello y puño
del caballero. Según los que saben, además este
pintor de finales del Renacimiento, doscientos
años después influyó con sus producciones en la
abstracción pictórica de las vanguardias del siglo
XX.
¿Cuál estilo de pintura aparece después del
Renacimiento?
El Manierismo inmediatamente y después el
Barroco, pero es mejor que comencemos con la
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pintura de la Edad Media y continuemos con
Renacimiento, Manierismo, Barroco… ―le
propuso.
Dale – le respondió Mirna
Déjame que busque así te muestro –
mientras ojeaba la revista Elena fue explicando – La
pintura de la Edad Media es sobre todo religiosa,
se la reconoce además porque la representación
del fondo es plana, sin profundidad. Fíjate en ésta.
“La Virgen de Ognissanti”4 de Giotto – leyó
Mirna en voz alta.
Es témpera sobre madera, otra característica
de la época. La tempera disuelta con agua y
mezclada con grasa, huevo, glicerina o goma es el
temple, la técnica que empleaban.
Entiendo, óleo y lienzo habrán sido utilizados
después.
Exactamente.
Mirá, este fresco Románico “Maestro de
5
Taüll” de autor anónimo es muy colorido y de
líneas marcadas. Las figuras aparecen en primer
plano ubicadas horizontal o verticalmente. Se las
ve inmóviles, rígidas, con falta de expresividad. La

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solemnidad y sobriedad de las figuras sagradas dan
cuenta la idealización de las mismas.
Ésta dice Primitivos Flamencos ¿también es
de la Edad Media? – preguntó Mirna ante “El juicio
final”6 de Hans Memling que Elena le mostraba.
Sí, este pintor nacido en Alemania se
trasladó a Bélgica. Fue miembro de la corporación
de pintores en Bruselas. Es considerado uno de los
más grandes autores de la pintura flamenca. Se lo
recuerda por el refinamiento y elegancia de sus
pinturas y por la armonía de sus numerosos
retratos que ya para entonces se empezaron a
pintar.
¡Por suerte! Porque ya la misma temática
resulta cansadora.
Lo más representativo de Arte Bizantino son
los mosaicos. La pintura bizantina se caracteriza
por la suntuosidad y el empleo del dorado que
influyó en la pintura Gótica.
¿Después de esto sigue ya el Renacimiento?
¡Pará! ¡Todavía falta el Gótico!
¿El Gótico? O sea que a la Edad Media
pertenecen: El Románico, el de los Primitivos
Flamencos, el Bizantino y también el Gótico.

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40
Así es alumna, muy bien, diez – respondió
Elena riendo.
¿El Gótico de las catedrales?
Sí, en realidad el arte Gótico que nace en
Francia y se expande por todo occidente surge
como movimiento arquitectónico y escultórico, la
pintura gótica aparece treinta años después. Fijate
en ésta – Elena señalaba una imagen en particular
y Mirna deslizaba la vista por las demás
correspondientes al mismo estilo – de Lippo
Memmi “Virgen de la Misericordia”7 ¿Encuentras
algunas diferencias con las anteriores?
Sí, las figuras no se las ve tan quietas, tienen
más movimiento y los rostros más expresivos.
Tampoco se ve tan plano el fondo – agregó.
¡Perfecto! En este estilo las representaciones
figurativas aparecen menos idealizadas, más reales
y naturales, los rostros muestran emociones, los
personajes religiosos más humanos que divinos.
Hubo lentos avances en la perspectiva, buscaban la
tercera dimensión, el volumen, el sombreado.
Muchos avances entonces – comentó Mirna.
Así es. Hablar de pintura gótica es hacer
referencia directa a la pintura de la Edad Media en

7
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41
su última etapa. Con todos estos adelantos y
técnicas más complejas, la imitación de la
naturaleza y la representación del paisaje
marcaron precedentes del Renacimiento.
Agotada ya de tantas explicaciones Elena
propuso – Tengo hambre, quedate a comer, hice
tortillas de espinacas para acompañar con ensalada
y buen vino.
Acepto, se hizo tarde y yo no tengo nada
previsto para el almuerzo.
Ves, sin pensar encontramos otro modo de
no aburrirnos. Cuando quieras podemos continuar
con esto.

¡Buen día Profe! –fue el primer saludo que


Elena recibió esa mañana.
Era Mirna que le hablaba anunciándole: -
Esta vez con tiempo le aviso que después de
almorzar voy a continuar con lo de pintura.

42
¡Buenísimo! Pero eso de profe… si apenas te
transmito lo que sola aprendí, en años de
observación y lectura de algo que tanto me gusta.
Motivada con esto, se avocó de forma
inmediata a la tarea de organizar el encuentro,
seleccionando imágenes para evitar otra fatigosa
improvisación.
Al ver llegar a Mirna en horas tempranas de
la tarde, con cuaderno y lapicera en mano Elena
echó a reír a carcajadas – Por lo que veo, te lo
tomaste en serio amiga – le dijo.
Es que, si no, me olvido de todo. Primero
repetí lo de pintura de la Edad Media, lo apunto y
después continuamos con lo que sigue.
Hecho esto Elena le comentó – Tengo
separadas estas imágenes del Renacimiento –
mientras las ordenaba le explicó – Surge la pintura
al óleo, el uso del lienzo, se afianzaron estudios y la
aplicación de la perspectiva, el volumen, esfumado,
claroscuro, realismo en el paisaje…
¡Ufa! – Al echar una mirada a las revistas
Mirna la interrumpió protestando – ¡Seguimos con
temas religiosos! Bueno, por fin un retrato, el de la
Gioconda – agregó.

43
Sí, el retrato surge con la idea de trascender
más allá del tiempo. Con este fin los pintores, que
la mayoría eran contratados, no solo intentaron
plasmar el rostro y la expresión sino también el
carácter, estado de ánimo, valores, personalidad
de los retratados.
Lo bueno es que estos son pintores más
conocidos que los anteriores – comentó Mirna y
comenzó a nombrar a aquellos que figuraban
acompañando las imágenes – Fra Angélico8, Miguel
Ángel9, Botticelli10, Tiziano11, Leonardo Da Vinci.12
Elena continuó explicando – La ideología del
humanismo puso al hombre como centro de todo.
Se realizaron estudios de anatomía humana y hasta
autopsias para obtener mayor conocimiento en la
representación de la figura humana.
Con razón aquí veo desnudos – comentó
Mirna.
Pero no aparecía plasmado como desnudo
en sí, generalmente estaba relacionado a la
mitología – le respondió Elena señalando “El

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nacimiento de Venus”. Pensá que, si pretendían
una vuelta a la antigüedad clásica, haciendo
renacer monumentos y templos de los cuales la
mayoría eran iglesias y que sus mecenas eran las
cortes, la burguesía y también la iglesia…
Entiendo, la oposición de los curas hubiera
sido grande y les habrían quitado apoyo – opinó
Mirna.
Para terminar “la clase” de hoy – dijo Elena
riendo – A finales del Renacimiento y antes del
Barroco surge el Manierismo que nace en Roma y
luego se expande. Fue considerado un movimiento
intelectual y elitista. Los pintores pretendían
escapar de la imitación servil de la realidad para
dar mayor autonomía al arte. Pintar a su gusto, a
su manera, “alla sua maniera”, tendiendo a la
irrealidad y a la abstracción.
¡Chaaa! De nuevo practicando italiano –
exclamó Mirna riendo por la ocurrencia.
Y claro, para que no se me olvide – le
contestó riendo también ella y continuó explicando
– Observá esta pintura de el Greco “El entierro del
Señor de Orgaz” que vimos la primera vez, las
figuras estilizadas, poco naturales, algo

45
deformadas, caprichosas, son las características del
manierismo.
Dijiste que, por hoy, con esto terminábamos
¿no? – decretó Mirna dando por finalizado el
encuentro, al cerrar su cuaderno y ponerse de pie
sin esperar respuesta alguna.

Pasado un tiempo de exclusiva dedicación a


tareas domésticas, limpieza, manipuleo de
cacerolas y sartenes… La inquieta mente de Elena,
más liberada de iniciales temores, comenzó a
sentir a tales menesteres como vacíos de
contenido.
Extrañaba eso de abstraerse en su mundo,
fantasear, pensar en grande con un fin
determinado. Pensamientos que invariablemente
quedarían plasmados en el papel ¿y ahora qué? Se
preguntaba. Primero había escrito sobre vida y
obra del Perito Moreno, explorador y científico

46
considerado “Un héroe Civil”, después sobre
Antoni Gaudí, para todos “Un Arquitecto Genial”.
Esta vez, motivada por las charlas con Mirna sobre
pintura, quiso buscar entre famosos pintores
idéntica coincidencia, alguno que hubiese nacido al
igual que Moreno y Gaudí en el año 1852, 100 años
antes que ella. Varios días de consulta sin obtener
el resultado esperado. Fatigada ante la infructuosa
búsqueda y percibiendo como una necesidad el
reencontrarse con lo suyo, hizo que optara por
Vincent Van Gogh, el que más se aproximaba al
año de nacimiento que ella buscaba, quién había
nacido en 1853, solo un año de diferencia con los
anteriores personajes. Con todo, la inexactitud
numérica le ocasionaba cierta duda que le impedía
embarcarse de lleno en su nuevo proyecto.
Recurrió a Cora para comentarle sobre su
desconcierto.
Sí Elena, que sea él, me encantan sus obras,
total, en qué puede influir un año más o un año
menos – le dijo alentándola.
A mí también me encanta Van Gogh, fue uno
de los pintores que se incluyó en el Proyecto
Institucional de la escuela. Aprovechamos su
afición a comunicarse por medio de cartas para

47
que los alumnos practiquen redacción,
intercambiando correspondencia entre
compañeros de distintas secciones de grados
paralelos.
Qué lindo, interesante modo de articular
áreas – opinó Cora.
Sí, además a fin de año se exponían trabajos
que los alumnos realizaban, con la guía de las
profesoras de Expresión Plástica y Expresión
Práctica: reproducción de pinturas o de elementos
que aparecen en las mismas empleando diferentes
técnicas.
¡Famosas Exposiciones las de tu Escuela!
Recuerdo que a cada pintor le asignaban un
espacio en el salón de actos.
Un stand para cada uno ornamentado
adecuadamente. Los alumnos expositores daban a
conocer la vida del pintor luciendo la vestimenta
pica de su país de origen comentó Elena y siguió
hablando con mucho entusiasmo – En el stand de
Van Gogh recuerdo muy bien, aquellos molinos de
viento de gran tamaño, jarrones con ramilletes de
girasoles hechos en tela o papel que imitaban los
de sus cuadros, niñas vestidas de holandesas y lo
más hermoso, la representación en real de la obra

48
“La habitación de Van Gogh en Arles” con la cama,
las sillas, la mesita, los cuadros, la ventana…
¡Ves Elena! No lo pienses más, que sea él –
insistió Cora – Esta vez tienes que escribir sobre
pintura, ya que a las dos nos gusta tanto – agregó.
Tenés razón, con una diferencia, nos gusta a
las dos, pero vos, además, lo sabes hacer con
pintura y pinceles. Yo solo me atrevo a pintar con
palabras.

Una de esas tantas noches a solas y en casa,


Elena reflexionaba sobre lo mucho que la
cuarentena había modificado su rutina. Varias
veces tuvo que reinventar su agenda adaptándola a
las posibilidades que se le presentaban. En esa
nueva organización de su día tras día, primero
pensó que, ocupándose con calma y esmero de los
quehaceres diarios podía dilatar el tiempo,
evitando de este modo enfrentarse a insostenibles

49
vacíos. El segundo pensamiento firme que tuvo fue
ingeniarse en promover amenizados encuentros
con Mirna, amiga y vecina, única persona con la
cual podía relacionarse sin poner un pie en la
vereda.
Al principio, con esta finalidad desplegó su
arte en la cocina. Posteriormente se entusiasmó en
elegir y saborear la variedad de comida que
ofrecían a domicilio, como también en encontrar
diferentes horarios y espacios que propiciaran
entre ambas mujeres, una charla alegre y
distendida.
Hasta aquí Elena Había logrado con éxito
cubrir sus horas. En lo personal, comenzó a sentir
un vacío. Sentir el volver a escribir como una
imperiosa necesidad.
En el lapso que permitieron abrir
restaurantes y confiterías, Elena pudo ver
nuevamente rostros amigos o conocidos.
Lamentablemente duró poco. Volver al encierro le
costó bastante puesto que lo que más extrañaba
era cada noche, cenar fuera de casa. La comida que
ordenaba habitualmente se limitaba a pollo o
carne magra a la parrilla con ensalada. Pensó
entonces que disponiendo de una parrilla eléctrica

50
podría reemplazar en parte su diaria salida
nocturna. Inmediatamente llamó a su hija y le pidió
que se la comprase.
Adecuó de forma funcional el balcón interno
del departamento. Con Mirna y eventualmente Vivi
o Susana disfrutaron no solo de cenas sino también
de algunos folclóricos almuerzos.

A Elena le hizo mucho bien la conversación


mantenida con Cora, sus palabras le dieron el
aliento que necesitaba y además, al hablar con ella
tuvo la oportunidad de recordar aspectos de su
gestión como directora de escuela que atesora con
cariño, que la llenan de optimismo, por ese saber
que se puede. Que todo se puede cuando se
cuenta con iniciativa, ideas claras y consensuadas,
voluntad, entusiasmo…
Más convencida de lo que pensaba hacer se
ubicó sentada frente a la ventana en procura de luz

51
natural, tapizó la mesa con bibliografía pertinente y
comenzó a leer. Rato después exclamó con
satisfacción - ¡Listo! ¡El dato que me faltaba!
Elena había descubierto que el primer hijo
de Theodorus Van Gogh y Anna Cornelia Carbentus
falleció al nacer el 30 de marzo de 1852. Al año
siguiente, justo el mismo día, 30 de marzo, nace el
segundo hijo a quién sus padres llamaron Vincent,
el mismo nombre del que fuera primogénito de la
familia.
Con este sorprendente dato, Elena sintió que
sus pálpitos numerológicos le cerraban por
completo. La extraña coincidencia de haber nacido
un año después, en idéntico mes, día y además
portar el mismo nombre, lo vincula estrechamente
a su hermano nacido en 1852, año que Elena tanto
buscaba.

52
Habían pasado varias semanas desde
aquellas conversaciones sobre pintura que con
Mirna mantenían. Elena se había olvidado de aquel
asunto puesto que su amiga no lo volvió a
mencionar. Sorpresivamente un día ella le anunció
su interés por continuar con aquello.
Me parece muy bien pero te anticipo que
será la última la clase – le respondió Elena riendo.
¿Por qué? ¿Acaso no falta un montón? –
preguntó Mirna sorprendida.
Sí, pero… lo siento amiga, para saber lo que
sigue tendrás que esperar y leer mi próximo libro.
Cuándo esa tarde Mirna llegó, antes de
desplegar el material ilustrativo la puso al tanto de
su nuevo proyecto.
Disfruté mucho de estas charlas pero cuando
me enfrasco en la escritura, dedico mis ratos libres
a volcar en el papel todo lo que bulle en mi
pensamiento – le dijo justificándose.
Sí, te entiendo – le respondió y agregó –
Mejor dejemos esto y charlemos de otra cosa.
De ninguna manera, hoy continuaremos. Ya
he seleccionado pinturas del Barroco. Para hacer
lo de Van Gogh tengo que posicionarme en el siglo
XIX, cada vez que vengas comentaremos lo que

53
vaya investigando, otro modo de continuar con
esto – le aclaró.
Dale. Pasame esas revistas entonces.
Elena las ordenó frente a ella sobre la mesita
del living. Mirna comenzó con detenimiento a
observar cada una de las ilustraciones, finalmente
exclamó:
¡Qué lindas! ¡“Las meninas”!13
Sí, una de las tantas bellezas expuestas en el
Museo del Prado – le respondió Elena y agregó –
Velázquez es el más célebre pintor del barroco
español. Siendo miembro de la corte del Rey Felipe
IV, pudo plasmar tanto la psicología de quiénes
posaron para él, como las contradicciones de la
sociedad española en el siglo XVII.
Ésta dice “Ronda de noche”14 de Rembrandt,
ésta otra del mismo pintor y ésta “El desembarco
de María de Médicis en Marsella”15 de Rubens –
dijo Mirna señalando las demás láminas.
¿Qué similitud encuentras en ellas?
A ver, a ver… que está todo lleno, todo
pintado con algo. Mucho de todo, personajes,

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edificaciones, cuadros y hasta perros – respondió
Mirna riendo.
Eso es lo propio del barroco: representación
realista, anecdótica, recargada de figuraciones y
gran exuberancia ornamental. Si bien el barroco es
una prolongación del Renacimiento, mantiene los
mismos temas, pero tratados con pesimismo y
desengaños debido a la enorme crisis económica y
social de la época. Además, por la profusión de
adornos que aquí aparecen, se opone al estilo
sobrio del Renacimiento.
¿Y ésta niña tan bella? – preguntó Mirna al
observar otra lámina que en ese momento Elena le
mostraba.
“La joven de la perla”16 de Vermeer. También
barroco, de la Edad de Oro de la pintura holandesa.
Este artista fue admirado por su maestría en la
recreación de atmósferas en interiores y
distinguido como el “maestro de la luz” siendo esta
otra característica del barroco: profusión de
ilusiones y efectos ópticos; precisión en la
distribución de luces y sombras.

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55
Hermoso retrato éste de la joven y su perla –
comentó Mirna que continuaba mirando los
detalles.
Como ves, también en el barroco aparecen
retratos; semidesnudos como en las robustas
figuras femeninas que a Rubens lo hicieran famoso
o en “Lección de anatomía del doctor Tulp”17 de
Rembrandt.
¿Con esto terminamos? – preguntó Mirna.
Casi, antes quiero aclarar algo. En los siglos
XVII y XVIII, entre los años 1600 a 1750, aparece
primero en Italia el Naturalismo de Caravaggio, una
imitación de la realidad natural con cierto gusto
por el claroscuro y tenebrismo; iluminación
artificial de efecto teatral para hacer resaltar
gestos y actitudes de los personajes. Todo esto en
oposición a otra tendencia en boga, el Clasicismo
de los hermanos Carracci, un realismo intelectual e
idealizado inspirado en el arte clásico
grecorromano y el arte renacentista. Por último, en
un tercer período aparece el “pleno barroco” con
su decorativismo ampuloso, recargado de efectos
ilusionistas.
Ok, entendí todo, última clase dijiste, ¿no?

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56
No te irás sin que primero veas esto – le
respondió Elena mientras le mostraba una lámina
más que había seleccionado.
¿Neoclasicismo también ahora? – protestó
impaciente.
Último dato. Ya te dije, si después querés
saber más de pintura tendrás que leer mi próximo
libro que, aunque escrito para adolescentes, de
algo te servirá.
Bueno, por lo menos es atractivo de ver una
mujer al desnudo, de este tal… Dominique Ingres
“La bañista de Valpinçon”18 – comentó Mirna al
observar la lámina.
El Neoclasicismo, movimiento estético que
reflejaba los principios intelectuales de la
ilustración, intentaba utilizar la razón en todos los
aspectos de la vida para la construcción de la
modernidad. Surge en oposición al Barroco,
rechazaba su exceso decorativo y todo lo
superfluo. Este nuevo estilo transmitía cierta
frialdad al suprimir el afectivismo, la gestualidad,
alegría, dolor o las emociones. Su principal
representante fue Jacques Louis David – con ésto
último, Elena dio por concluida sus explicaciones y

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gesticulando con movimientos de manos exclamó -
¡Listo señora!... Ahora sí, cuando guste puede
retirarse – le dijo, a la vez que riendo y con un
gentil ademán le señalaba la puerta.

Antes de tomar ciertas decisiones Elena


necesita que Alberto tenga la última palabra. Llamó
y lo puso al tanto.
Hacelo – le respondió – Van Gogh me trae
gratos recuerdos de un profesor de la universidad
que pintaba paredes de la casa con sus obras.
¿Un profesor pintor? ¿En qué cátedra?
No, no era pintor – le contestó riendo – Otto
Barenbreuker, ingeniero civil, enseñaba Mecánica
de Suelos y Puentes de Hormigón – agregó.
¿Y sus pinturas entonces? ¿Cómo era eso?
Además de su especialidad en la materia, era
un gran dibujante. A los que hacía en la pizarra

58
acompañando sus explicaciones, después nos
parecía un crimen pasarles el borrador.
¿Y lo de las pinturas en su casa?
A veces nos llamaba para completar
trabajos. En una pared de cada cuarto, trazaba una
cuadricula, dibujaba y pintaba murales
reproduciendo obras de Van Gogh.
¡Qué maravilla!
Hace poco me enteré que un puente sobre la
ruta que va a Tafí del Valle lleva su nombre,
merecido reconocimiento, era un grande. Siempre
pienso qué habrá sido de esa casa, que suerte
habrán corrido esos hermosos murales.
Si en Elena persistía alguna duda en retomar
la escritura, después de esta charla con Alberto,
quedó completamente disipada.

59
Pasaban los meses. Las amigas se mantenían
comunicadas solo a través de mensajitos o alguna
que otra conversación telefónica.
Vivi tuvo la idea de que mediante una video
llamada pudiesen charlar y verse nuevamente cara
a cara. A ellas que poco comulgan con las
novedades tecnológicas, esta forma tan utilizada,
les pareció innovadora y divertida. Establecieron
día y hora. Un miércoles a las siete de la tarde. La
consigna fue vestirse y maquillarse como si de salir
se tratara y sentarse a la mesa con algo para beber.
De este modo harían de cuenta que se
encontraban en una confitería, como
habitualmente tiempo atrás lo hacían.
Desde horas tempranas los preparativos las
mantuvo ocupadas, cuando llegó el momento,
según iban conectándose, se saludaban con alegría
y, mujeres al fin, ponderaban el look elegido por
cada una para la ocasión.
Elena había optado por el color negro,
sweater y pantalón. Para iluminar el atuendo se
colocó una larga cadena de plata y el sombrero
rojo de “Llama Negra”, regalo de cumpleaños que
en ese carnaval Alberto le hiciera.

60
Las demás de azul, blanco o colorado, lucían
pañuelos al cuello, chalinas, collares… eso sí, todas
con la boquita bien pintada.
Durante más de una hora charlaron de todo
un poco. De rato en rato, suavizaban la garganta
dando sorbos a la bebida elegida.
Habían resuelto no tocar el angustiante tema
tan en boga y sólo hablar de trivialidades.
Tanto hace que no salgo de casa, que no
sabía que ponerme – dijo una.
Como las demás habían pasado por el
mismo inconveniente, todas aportaron
comentarios similares.
Con eso que la chica que limpia no debe
venir, me paso todo el día fregando – acotó otra.
¡Yo también! – gritó el resto a coro.
Por suerte hijos y nietos me hacen las
compras – comentó alguna.
Esto dio pie para que detallen pormenores
sobre el particular modo empleado para
abastecerse de los artículos esenciales.
¿Qué serie están viendo en Netflix?
Desde que alguien formuló esta pregunta,
entre comentarios y recomendaciones, los minutos

61
fueron transcurriendo sin que se hable de otra
cosa.
Mientras se despedían, felicitaron a Vivi por
la brillante idea. Realmente lo habían pasado muy
bien. Linda manera de romper la monotonía del
día tras día. Para ellas fue casi, como un “jugar a
las visitas”.

62
En este día Elena se propuso elaborar una
lista e identificar las imágenes correspondientes a
los estilos de pintura que con Mirna tenían vistos,
con la idea de luego entregarle fotocopias que ella
pudiese conservar. Recurrió para esto a su diario
personal.

BULLET JOURNAL

Apartado 4: Investigaciones

Pintura de la Edad Media


Románico
Primitivo flamencos
Gótico

Renacimiento
Manierismo

Naturalismo
Clasicismo
Barroco

Neoclasicismo

63
Apartado 6: imágenes y fotografías

Edad Media

La Virgen de Ognissanti – El maestro Taüll –


Giotto Anónimo
1309 – Edad Media 1123 - Románico

64
Renacimiento

El Juicio Final –
Hans Memling
1466 – 1473 Primitivos
Flamencos La Virgen de la
Misericordia –
Lippo Memmi
Hacia 1320 - Gótico

La Anunciación –
Fra Angélico La creación de Adán –
1428 - Renacimiento Miguel Ángel
1510 - Renacimiento

65
El nacimiento de Venus – La Venus de Urbino –
Sandro Botticelli Tiziano
1485 - Renacimiento 1538 - Renacimiento

La Gioconda – El entierro del Señor de


Leonardo Da Vinci Orgaz – El Greco
1506 - Renacimiento 1588 - Manierismo

66
El caballero de la mano en el pecho –
El Greco
1580 – Renacimiento Fase Manierismo

La meninas – El desembarco de María


Diego Velázquez de Médicis en Marsella -
1656 - Barroco Rubens
1622 – 1625 - Barroco

67
Barroco

Lección de anatomía
Ronda de noche – del doctor Tulp –
Rembrandt Rembrandt
1642 - Barroco 1632 - Barroco

La joven de la perla -
Vermeer La bañista de Valpinçon –
1665 - Barroco Dominique Ingres
1808 - Neoclasicismo

68
SEGUNDA PARTE

RE- INTENTANDO

69
70
La decisión ya la había tomado. Días pasados
antes de cortar la video- llamada Vivi preguntó: - Y
vos Elena ¿estás escribiendo?
Estoy reintentando.
Y ahora ¿sobre quién?
Vincent Van Gogh
Sin embargo, cuando se vio con lapicera en
mano frente a aquellos papeles en blanco para dar
inicio al nuevo proyecto de escritura, algunos
cuestionamientos le vinieron a la mente, sin dudas
les daría solución porque de lo que sí estaba
segura, es de querer abocarse nuevamente a esto.
Elena tenía la intención de completar la
trilogía, textos de literatura infanto - juvenil de los
cuales dos, tiempo atrás había publicado. Debería
prestar mucha atención al título y formato de
manera que despierte interés en los destinatarios.
Con los anteriores “Panchito. Explorador y
mucho más”; “Antoni. Sus lagartos, torres y
dragones” había logrado la repercusión esperada, a

71
éste, el tercero, sin mucho pensar lo tituló
“Vincent. De cartas y girasoles”.
El título elegido le permitió a su vez resolver
en un instante otro aspecto que se cuestionaba, el
cómo transmitir tan amplia información sin aburrir
a los jóvenes lectores.
Emplearía la carta, tan utilizada por Van
Gogh para dar a conocer su vida. Pero ¿A quién
más podría escribir Vincent? puesto que se había
pasado la vida escribiendo cartas a su hermano
Theo, a sus amigos Gauguín y Bernard entre otros
tantos.
Consultando los libros descubrió que, en
1886, Theo le presenta a Monet, Renoir, Sisley,
Pissarro, Degás, Signac y Seurat. Debería elegir
cuidadosamente, personas mayores con los cuales
posiblemente no habría mantenido
correspondencia, de este modo evitaría que esta
idea se interpretase como un plagio.
Elena volvió a consultar los libros. Dos años
después de haber sido presentado por Theo a
dichos famosos pintores del impresionismo, Vicent,
abandona París radicándose en Arlés.
Dispuso entonces que desde este lugar y a
partir del año 1888, sería cuando supuestamente

72
Van Gogh mantuvo correspondencia con alguno de
ellos.
El situar a Van Gogh como narrador
protagonista, empleando la primera persona
gramatical que agiliza la lectura, resultaría un
modo más atractivo de dar a conocer su vida y
obra a niños y jóvenes.
Finalmente decidió elegir a Monet y Renoir
como destinatarios de la correspondencia que con
ansias Elena deseaba comenzar a redactar, en las
cuales Vincent además de contar lo suyo haría
referencia a las obras de dichos pintores, un modo
de hacer extensiva la información de quiénes lo
precedieron y del movimiento pictórico sobre el
cuál sentó las bases de su genial despliegue en el
arte de la pintura.
Al día siguiente después de tantas
cavilaciones, Elena tomó asiento rodeada de un
amplio material de consulta para dar por iniciada la
recopilación de datos. Consideró necesario
también recabar información sobre los
movimientos pictóricos del siglo XX que
precedieron al neoliberalismo.

73
BULLET JOURNAL

Apartado 4: investigaciones

LA PINTURA DEL SIGLO XIX

El siglo XIX comienza con una transición en el


arte de la pintura entre el Neoclasicismo y el
Romanticismo.

Romanticismo

El Romanticismo, movimiento social y


espiritual se opone al neoclasicismo y promueve el
corazón, la pasión, lo irracional, lo imaginario, el
desorden, la exaltación, el color, la pincelada, el
culto a la Edad Media y a las mitologías de la
Europa del Norte.
Características propias de Romanticismo:
El sentimentalismo, el misticismo, la
expresión de los sueños, el individualismo.
Busca pintar ideas y sentimientos
personales, paisajes, naturaleza, la figura humana,
iglesias en ruinas, naufragios, masacres, locura,
temas folclóricos, costumbristas y populares.
74
Expresa estados de ánimo, sentimientos, la
intensidad emocional.

Eugène Delacrois
(Francia 1798 – Francia, 1863)

Desde los 16 años alumno del Neoclásico


Guérin, sin embargo fue luego el más emblemático
pintor del movimiento romántico, cuya influencia
se extendió hasta los impresionistas.
Sus obras manifiestan una gran maestría en
la utilización del color.
Reivindicaba la libertad de creación para el
artista y la liberación de los pueblos oprimidos por
las tiranías.

Entre sus obras:


La Libertad guiando al pueblo
La barca de Dante
Huérfana en el cementerio
Mujeres de Ángel
Colón y su hijo en la rábida

Francisco de Goya
(Fuendetodos, 1746 – Burdeos, 1828)

75
Considerado como uno de los mayores
genios de la pintura española y mundial, inició una
era de modernismo en la cual la pintura conquistó
autonomía.
Formado bajo los preceptos del
neoclasicismo, a mitad de su carrera, la sordera y el
cruel rumbo de los acontecimientos históricos
(Invasión napoleónica de España) influyeron en
que el pintor modificara radicalmente el estilo.
La pintura costumbrista le permitió realizar
una investigación pictórica sobre el color, la luz y la
atmósfera que contrastaba con el academicismo de
sus retratos y de su pintura religiosa.
Goya despliega su maestría logrando
pinceladas sueltas pero muy precisas, sus nuevos y
ágiles trazos, poco cargados, apenas se detienen en
los detalles imprescindibles logrando acusada
expresividad.
Goya se adelantó en el tiempo y ejerció una
profunda influencia en los movimientos del siglo
XIX como el realismo, el impresionismo y en el siglo
XX el expresionismo y el surrealismo.

76
Entre sus obras:
La Maja vestida
La Maja desnuda
El pelele
El Coloso
La serie de los desastres de la guerra (1808 - 1813)
Los frescos conocidos como las “pinturas negras”
(1820 - 1823)
El perro

Realismo

El Realismo surge a mediados del siglo XIX en


marcada reacción contra las emociones exageradas
del romanticismo, su idealización preconizada y lo
pintoresco. Optando por la búsqueda de la verdad
en temas de la vida cotidiana y conflictos propios
de la revolución industrial y la sociedad de clases,
resaltando lo feo, sórdido y marginal para
denunciarlo.
Tiende a representar personajes, situaciones
de forma verosímil, a destacar los temas heroicos
en favor de aquellos más pegados a la tierra. Todos

77
los temas considerados vulgares o banales eran
dignos de ser representados.

Jean François Millet


(Francia 1814 – Francia 1875)

Uno de los máximos representantes del


realismo pictórico. Hijo de campesinos, tras años
de observación, pudo plasmar con exactitud el
trabajo, las tristezas y penurias de los trabajadores
rurales.
Siempre será recordado por la sencillez con
la que recreó la vida, incluso cuando mostraba la
dureza del trabajo en el campo.

Entre sus obras:


El sembrador
Las espigadoras
El ángel

Impresionismo

El impresionismo es un movimiento pictórico


que surge en Francia a finales del siglo XIX en

78
contra de las fórmulas artísticas impuestas por la
Academia Francesa de Bellas Artes, que en ese
tiempo fijaba los modelos a seguir.
En 1873 se funda la sociedad anónima
cooperativa y de capital variable de los artistas
pintores, escultores, grabadores, etc. Al año
siguiente 1874 se lleva a cabo la primera
exposición que reunió a 30 participantes entre los
cuales estaban Boudín, Cézane, Degás, Pissarro,
Renoir, Sisley y Claude Monet, cuyo lienzo
“Impresión, Sol naciente” concentró la atención y
fue el que dio el nombre al movimiento.
En total la sociedad anónima realizó ocho
exposiciones, la última en el año 1886. Aunque
cercanos a los impresionistas no se alinearon
formalmente a la sociedad anónima, ni Edouard
Manet, ni Toulouse-Lautrec, ni Van Gogh.
El impresionismo fue un movimiento sin
fundamentos teóricos, conformando un grupo con
marcado individualismo: Monet se sintió atraído
por la erosión de las formas, ya fuera por el efecto
de la intensa luminosidad solar o por el difuminado
producido por la bruma; Renoir tradujo la
sensualidad de las carnes, donde el color y el
dibujo buscaban el equilibrio; Degás escrutó el

79
dinamismo disciplinado y relajado en los cuerpos
de las bailarinas.
Los rasgos generales del impresionismo son
luz, color y pinceladas. La impresión visual y el
instante. Pintaban el momento de luz más allá de
las formas.
Este movimiento fue clave para el desarrollo
del arte posterior: post-impresionismo y
vanguardias.

Claude Oscar Monet


(Paris 1840 – Giverny 1926)

Pintor francés cuya obra “Impresión, sol


naciente” dio nombre al movimiento:
impresionismo.
Monet sentó las bases de la pintura
moderna, su pincel no buscaba comunicar una
historia ni dar una instrucción moral, sino que
ponía en el lienzo impresiones en función de las
sensaciones experimentadas por el ojo.
Pintó como vivió: con pasión, con entrega,
apurando experiencias y conocimientos con gran
energía creadora.

80
Entre sus obras:
Impresión, sol naciente
Campo de amapolas
Jardín de Giverny
Crepúsculo de Venecia

Pierre Auguste Renoir


(Limoges 1841 – Cagnes Sur Mer 1919)

Fue un pintor francés impresionista. En sus


creaciones muestra la alegría de vivir, posee una
vibrante y luminosa paleta, ofrece una
interpretación sensual inclinada a lo ornamental y
a la belleza.
Renoir disfrutaba pintando, incluso en las
últimas etapas de su vida, cuando la enfermedad
había hecho mella en su cuerpo. Él seguía gozando
con su trabajo.

Entre sus obras:


Baile en el Mouline de la Gallete
Almuerzo de remeros
En la terraza
El palco

81
Neoimpresionismo
Movimiento artístico de fines del siglo XIX
liderado por Georges Seurat y Paul Signac quienes
pusieron de manifiesto su revisión del
impresionismo, al cual criticaban intentando
volverlo más sabio, más científico.
Las técnicas del impresionismo, como la
famosa pincelada en forma de coma que daba
ritmo al lienzo, la mezcla óptica en la que primaba
el instinto sobre la teoría y la búsqueda de la
impresión de lo fugaz, ya no satisfacía a los jóvenes
pintores influidos por el cientificismo de la época.
El puntillismo y el divisionismo fueron las
técnicas de pintura del neoimpresionismo, basadas
en investigaciones sobre las leyes de la óptica y
propiedades físicas de luz, color y espacio. Un
enfoque subjetivo que buscaba evocar emociones
a través de la pintura, una manera progresiva de
pasar a pinceladas cada vez más amplias, a
divisiones de los tonos cada vez más marcados y a
colores cada vez más francos que alcanzaron
resultados cada vez más expresivos, esbozando las
bases de las vanguardias venideras.

82
George Pierre Seurat
(1859 - 1891)

Pintor francés que en base a investigaciones


científicas experimentó una nueva técnica pictórica
llamada puntillismo, consiste en hace una obra
mediante el uso de diminutos puntos que al ser
vistos desde cierta distancia componen figuras y
paisajes bien definidos.

Entre sus obras:


Una tarde
Baño de Asmières
El desfile del circo
Las modelos

Paul Signac
(1863 - 1935)

Pintor francés famoso por la técnica


divisionista, uno de los principales representantes
de la liberación del color con respecto al objeto.
El divisionismo es la técnica pictórica según
la cual los tonos y matices se obtienen mediante la
aplicación de pequeñas zonas de color sin

83
mezclaren el lienzo, pero que se combinan
ópticamente en la visión del espectador, cuyo
principio general es la separación del color,
diferenciándose del puntillismo que se refiere
específicamente a la utilización de puntos.

Entre sus obras:


Las modistas
El puerto de Saint-Tropez

Vincent Van Gogh


(Holanda 30 de marzo de 1853 – Francia 29 de Julio
de 1890)

Van Gogh llevó la herencia impresionista a


una intensidad dramática, inédita e inauguró una
de las corrientes más importantes del siglo XX: el
expresionismo.
Después de haber sufrido diferentes fracasos
en su vida personal, a los 27 años tomó la decisión
de dedicarse a la pintura. Había adquirido un
profundo conocimiento de los movimientos
artísticos, clásicos y contemporáneos. Estudió a los
maestros holandeses: Rembrant y Frans Hals. Se
inspiró en el realismo plasmado en las obras de

84
Millet. Aclaró su paleta influido por los
impresionistas, experimentó con técnicas de la
estampa japonesa de contornos nítidos. Incorporó
el puntillismo y el divisionismo.
En su estancia en París quiso asimilar todo,
fue la etapa más importante de aprendizaje,
logrando en el sur de Francia la culminación de un
proceso pictórico. Muestra de ello es la intensidad
lumínica y la expresividad del color y del trazo,
desarrollando de este modo la más apasionante
aventura humana de la historia del arte
contemporáneo.
Exploró todas las posibilidades de los
derivados del color. A los girasoles de la conocida
serie los pintó en la gama de un solo color, el
amarillo: una gradación de sutiles matices con
algunas finas líneas rojas y azules.
Para el pintor los girasoles tenían un
significado especial: el amarillo representaba la
amistad y la esperanza, mientras la forma de
abrirse simbolizaba la gratitud.
Anteriormente los había pintado en “Camino
con girasoles en Montmartre”; “Jardín con
girasoles” y en “Cuatro girasoles”: enormes flores
marchitas, tallos resecos, pequeñas hojas

85
extendidas hacia afuera, como lenguas de fuego
que parecían revelarse contra la inminente
descomposición. Un motivo corriente que de la
mano de Van Gogh adquiere una fuerza de
expresión casi existencial.
En Arlés pintó dos nocturnos extraordinarios:
“Terraza del café” y “Noche estrellada sobre el
Ródano”, nueve meses después durante su
internación en el sanatorio de Saint-Remy pintó “La
noche estrellada”, el cuadro acusa un vertiginoso
dinamismo. Más que describir objetos, paisajes,
manifiesta un estado de ánimo. Pese a la
sinuosidad de las líneas en ese remolino general,
hace una referencia de estabilidad, de eternidad
“Tengo la terrible necesidad de una religión.
Entonces voy de noche afuera a pintar las
estrellas”. La energía que transmite esta obra
quizás nunca había aparecido en toda la historia de
la pintura.
Atormentado por sus ideales, sacrificó toda
su vida por querer dar a través de la pintura el
caudal de su pasión y de su ternura, esforzándose
en consolar a los demás con su obra, cuando era él,
el que más necesitaba consuelo.

86
Creador de un estilo único, vibrante,
inquietante, lleno de color y de movimiento.
“Campo de trigo con cuervos volando” uno de sus
últimos cuadros, es considerado como la más
impactante autobiografía pictórica de sus
sentimientos.

Entre sus obras:


Los girasoles
La noche estrellada
Campo de trigo con cuervos volando
Retrato del doctor Gachet
Carretera con ciprés bajo el cielo estrellado

Simbolismo

Surge a fines del siglo XIX. Se caracteriza por


la utilización de códigos pictóricos, clásicos en los
que el símbolo desempeñaba un papel esencial.
No mantenía relación directa con la realidad.
Valorizaba las individualidades. Los artistas
atribuían significado a las cosas mediante la
aplicación de símbolos propios. Utilización de
elementos icónicos del mundo de los sueños y de

87
los mitos que abrió el campo a la investigación
surrealista.

Gustav Klimt
(Austria 1862 - 1918)

Fue un pintor simbolista austríaco. Lo


caracteriza su estilo moderno y la manera que
logró capturar y transmitir emociones a una
intensidad elevada.
Empleó técnicas muy variadas: hoja de oro,
revoques, texturas, temple, óleo, etc.
Los personajes de sus obras han sido
descriptos como de apariencia flotante. Dicha
sensación se debía a que sus modelos posaban
acostados en una cama.

Entre sus obras:


Palas atenea
Friso Beethoven
El beso

88
Con entusiasmo Elena comenzó a redactar
las cartas y a seleccionar frases dichas por el pintor.

BULLET JOURNAL

Apartado 5: Mis escritos

“Mi juventud fue triste, fría y estéril”


Vincent Van Gogh
“Pero tengo que atenerme al camino que he elegido.
Si no hago nada si no estudio ni busco, estoy perdido,
y entonces, ¡Pobre de mí!”
Vincent Van Gogh

Arlés, abril de 1888


Al Sr.
Claude Oscar Monet
S / D:

Estimado Señor:
En febrero de este año me he
trasladado a Arlés en busca de la luz clara
meridional y de los colores cálidos que tanto me

89
atraen. Debo reconocer que cuando en París mi
hermano Theo me presentó a Usted, a Renoir,
Sisley, Pissarro, Degás, Signac y Seurat, en ese
ambiente de pintores impresionistas, mi escala
cromática se volvió más clara.
Al contemplar su magnífica
obra “Impresión, sol naciente”19 quedé maravillado
por la intensidad de luz y color con el que plasma el
efímero instante en que el sol, con total
protagonismo emerge entre la bruma al ras del
agua y sus rayos impregnan cielo y agua de
amarillo sobre naranja. Admirable también
aquellas pinceladas gruesas, sueltas, horizontales
que sugieren la presencia humana, de fábricas y
barcas envueltas de espesa bruma en grises y
malva, de la cual se salva la barca situada en el
centro del cuadro creando la perspectiva
necesaria. Ha logrado usted captar el instante y
transmitir al espectador la impresión que buscaba
producir.
Quiero confesarle que en este
oficio de pintor me inicié recién a los 27 años. Mi
vida siempre ha sido triste y complicada desde un
comienzo. Eso de haber nacido el mismo día y mes

19
Pág. 144
90
que mi hermano, el primero de la familia que había
nacido muerto un año antes y que me bautizaran
con su mismo nombre, creo fue lo que me marcó
un camino de infortunio.
Abandoné la escuela a los 15
años. Un tío por parte de mi madre, fundador de la
galería de Arte Goupil de París que Usted conoce,
me tomó como aprendiz en la sucursal de La Haya
y luego en la de Bruselas. En ese tiempo leía mucho
y visitaba museos. Cuando me enviaron a la de
Londres, de paso por París conocí el Louvre.
Estando en Londres comencé
con mis primeros dibujos que luego tiré. Me había
enamorado de la hija de mi patrona, el sentirme
rechazado me ocasionó una crisis. Perdí interés por
mi trabajo, vivía aislado leyendo obras religiosas.
Me trasladaron a la sucursal de
París, primero en forma transitoria y
definitivamente después. Mi estado anímico no
mejoraba. El trato con mis compañeros de trabajo
y con los clientes me irritaba mucho. Sin
autorización de la Empresa decidí pasar Navidad
con mis padres, como era de esperar, me
despidieron.

91
Me mudé nuevamente a
Inglaterra, trabajé como ayudante de predicador y
maestro, sin recibir a cambio más que techo y
comida. Mi estado de salud era deplorable.
De regreso a Holanda, por
medio de mi tío conseguí un puesto de ayudante
en una librería. Posteriormente me inscribí en la
Facultad de Teología, estudios que también
abandoné.
Me sentía muy solo, iba mucho
a la iglesia, traducía pasajes de la Biblia a diferentes
idiomas y en los ratos libres dibujaba.
Como habrá apreciado a través
de mi relato, iba de fracaso en fracaso. Fracasé al
enamorarme; fracasé en mis estudios cuando creí
sentir el llamado de la vocación religiosa heredada
de mi padre; fracasé como comerciante de arte,
prometedora carrera que me brindaba mi familia
materna. Y ahora me encuentro aquí, en Arlés, con
más optimismo, bañado de la luz radiante de un
cálido sol. Alquilo una habitación en la buhardilla
de un restaurante, es tan pequeña que no me sirve
de estudio. Como no conozco a nadie, tampoco
tengo quién me pose de modelo.

92
Me agrada el contacto con la
naturaleza. Recorro los alrededores buscando
pintar sus árboles, puentes, colinas, trigales y
viñedos, de paso recupero un poco mi salud tan
maltratada por el alcohol, el tabaco y mala
alimentación.
He pintado el puente de
Lauglois en dos versiones. Por el colorido limitado
con abundante mezcla de blanco y la
representación de las personas como mera
sombra, se asemejan al impresionismo.
Sin más, hasta otra
oportunidad si me la concede.

Lo saludo atentamente,
Vincent

93
94
“Cuando me encontraba en el púlpito me sentía como
quién de una cueva subterránea vuelve a salir a la
plena luz, y es maravilloso pensar que desde ahora
predicaré el evangelio por todo el mundo”
Vincent Van Gogh

Arlés, mayo de 1888


Al Sr.
Claude Oscar Monet
S / D:

Estimado Señor:
Contesto en forma inmediata por
encontrarme agradablemente sorprendido ante la
pronta respuesta recibida en estos días.
La verdad, mucho me complace el
interés que usted demuestra en conocer la
continuidad de mi penosa trayectoria.
Como ya le habré contado, iba
por la vida de fracaso en fracaso y todavía me
faltaba relatarle sobre el largo camino recorrido
hasta que creo haber encontrado el rumbo
acertado.
Insistí en lo de mi vocación
religiosa pero la escuela en la que me inscribí no

95
me consideró apto para la profesión de predicador
seglar.
Me trasladé entonces a Boringe,
una cuenca carbonífera belga cerca de Francia. Viví
en la extrema pobreza. Visitaba a los enfermos y
leía la Biblia a los mineros. Me conmovía la
condición de vida de esta gente, aunque también
yo durmiese sobre la paja en una barranca. Con
todo, leía mucho, a Dickens, Hugo, Shakespeare y
seguía dibujando.
Mi hermano Theo, molesto
conmigo por la vida que llevaba dejó de escribirme.
Fui yo el que reinicié la comunicación para contarle
que estaba dibujando escenas del ambiente
minero y copiando obras de Millet. Contento con
esto me alentó a estudiar y a que me dedicase de
lleno a la pintura. A partir de aquí fue mi hermano
el que me solventó todos los gastos.
Es así que a los 27 años cumplidos
comencé estudios en la Academia de Arte de
Bruselas. Después de haber sufrido un nuevo
fracaso sentimental me refugié en la pintura como
único medio de expresar mis sentimientos en un
mundo que no lograba comprender.

96
Contaba con el apoyo de mi
hermano Theo y de mi primo el pintor Anton
Mauve, además a través de mi trabajo en Goupil,
había adquirido conocimiento sobre movimientos
artísticos clásicos y contemporáneos. Por mi propia
experiencia como predicador conocía también la
problemática social de los campesinos.
La tonalidad oscura de mis
primeras pinturas refleja mi triste estado de ánimo
y mi constante preocupación social.
En La Haya, bajo la dirección de
Mauve, comienzo a experimentar con oleos y el
tratamiento de los colores tan en boga en ese
momento.
Rompo relaciones con Mauve, de
quién había recibido demasiadas críticas sobre la
chica que me acompañaba, además su arte
académico sujeto a normas rigurosas que impedían
la expresión individual y por ende el tratamiento
de la problemática social del momento, ya no me
agradaba.
Cuando conocí a Sien, ella estaba
embarazada y yo la cuidaba. Me quería casar, pero
familiares y amigos se oponían, a pesar de esto,

97
cuando el parto se aproximaba nos instalamos en
Leiden, donde nació su niño.
Por ese tiempo pintaba paisajes,
estudiaba a fondo los problemas del color y como
siempre, Theo me enviaba dinero para el material
que necesitaba. El único trabajo por encargo fue el
que me hiciera mi tío Cornelis: veinte dibujos a
pluma con vistas de la ciudad. Después de haber
vivido un año con Sien, de acuerdo con mi
hermano me separo de ella y me marcho solo al
norte de los Países Bajos a la provincia de Drente.
Y fíjese Usted como son las cosas,
apenas llegado aquí, a Arlés, me entero de la
muerte de Mauve, a quién a pesar de nuestras
desavenencias, lo seguía admirando. Me había
dedicado a pintar muchos cuadros con flores y
árboles en flor que recuerdan los paisajes
japoneses, a “Melocotonero en flor”20 se lo
dedique a él.
Mantenerme comunicado con
usted siempre para mí, será un placer.
Lo saludo atentamente,
Vincent

20
Pág. 145
98
“He puesto mi mayor empeño en que, al contemplar
el cuadro, se piense que esa gente bajo la lámpara,
que come sus patatas metiendo las manos en el plato,
ha trabajado también con esas manos la tierra; mi
cuadro exalta, pues, el trabajo manual y el alimento
que ellos mismos se han ganado con toda
honestidad… Pero el que prefiera ver aldeanos
almibarados, allá él con sus pensamientos.”
Vincent Van Gogh

Arlés, junio de 1888


Al Sr.
Claude Oscar Monet
S / D:

Estimado Señor:
A poco de responder a la suya me
di cuenta que había omitido contarle que
finalmente pude alquilar cuatro habitaciones que
forman el ala derecha de una propiedad frente a la
Places Lamartine, concretando con esto mi sueño
de crear una comunidad de artistas. Como la
vivienda aún no está lista duermo en el café de L´
Alcazar y almuerzo en el café de la estación de
Madame Ginoux. Espero que cuando disponga de
99
las instalaciones y convoque a pintores amigos, vea
cumplido mi sueño.
En la anterior le había contado
que separado de Sien me trasladé sólo a Drente.
Allí daba largas caminatas, el paisaje con los
oscuros campos de turba me causaban una
profunda emoción. Dibujaba y pintaba a los
campesinos en su duro trabajo.
La soledad se me hizo
insoportable a los tres meses volví a Nuenen con
mis padres. Como ya me había acostumbrado a la
vida bohemia, me instalaron un estudio en una
casa cercana a la parroquia. Para ellos no era de su
agrado mi excéntrica vestimenta como tampoco mi
comportamiento.
En los dos años de estadía en
Nuenen pinté unos doscientos cuadros de
tonalidad oscura y terrosa. Tomé lecciones de
canto y piano.
Daba clases de pintura a algunos
aficionados. Pinté seis cuadros muy decorativos
para el comedor de un orfebre.
Cuidé con mucho cariño a mi
madre que debió permanecer bastante tiempo
postrada por quebrarse una pierna. Tuve una corta

100
relación con una vecina, Margot Begemann, ambas
familias se oponían, ella intentó matarse. Además,
la muerte de mi padre me afectó muchísimo.
Por ese tiempo pinté “Los
comedores de patatas”21 inspirado en los cuadros
de Millet. Las figuras centrales de la obra son seres
anónimos del pueblo: labriegos y obreros dignos de
protagonismo. Gente que merece vivir en una
sociedad libre de dominadores. Se los ve a ellos,
que, agotados del trabajo, comparten la frugal
comida en un ambiente de compañerismo y
pobreza.
Con la ayuda de mi hermano
pude imprimir veinte litografías que la gente de los
alrededores pudo comprar por su bajo costo.
He admirado siempre las obras de
Millet, en especial “Las espigadoras”22. Esas tres
mujeres en primer plano con los cuerpos doblados
en la dura tarea de arañar el suelo en busca de
espigas, denota años de observación de quién
como él lo fuera, hijo de campesinos, conocedor de
las penurias y tristezas de los trabajadores rurales.

21
Pág. 145
22
Pág. 143
101
También yo he conocido la
miseria de los trabajadores. Por mi convicción
socialista, campesinos, tejedores y mineros fueron
mis figuras predilectas. Diferenciándome del
Naturalismo tan de moda en esa época que se
limitaba a exponer la vida mísera de esa gente, sin
tomar partido ni criticarla activamente.
He realizado algunos viajes a la
costa mediterránea y así pude pintar “Barcas de
Saintes Maries”, volviendo de este modo a temas
tratados en mis primeros tiempos. La autonomía la
logro en el color, no así en la forma de los objetos
que conservan estrecha relación con la realidad.
Con el color consigo el efecto que quiero producir
en el cuadro.

Me despido de Ud. hasta otra


oportunidad.

Lo saludo atentamente,
Vincent

102
“Prefiero mil veces pintar ojos de la gente que pintar
catedrales, ya que hay algo en los ojos que no está en
las catedrales, no importa lo solemne e imponentes
que estas puedan ser. El alma de un hombre así sea la
de un pobre vagabundo es más interesante para mí”
Vincent Van Gogh

Arlés, agosto de 1888


Al Sr.
Pierre Auguste Renoir
S / D:

Estimado Señor:
Le escribo deseando que al recibir
la presente se encuentre disfrutando de buena
salud. Actualmente vivo en Arlés, lugar donde no
me falta la luz y la calidez del sol que necesito para
mejorar mi estado de ánimo y la producción
pictórica.
Anteriormente a que fuésemos
presentados por mi hermano Theo en París, viví un
lapso muy corto en Amberes, fue allí donde
renuncié a la pintura oscura, a los temas

103
melancólicos que daban cuenta de la injusta vida
de campesinos y mineros.
Me había dejado tentar por el
colorido de xilografías japonesas que adquiría en
sitios aledaños al puerto. Con ellas tapicé las
paredes de mi cuarto, fuente inspiradora de la
utilización del color en mis actuales trabajos. Y en
París, al contemplar las obras de ustedes, los
impresionistas, me aficioné aún más a la claridad,
color y luz como elementos primordiales.
“Bodegón con caballas, limones y
tomates” uno de mis primeros cuadros parisinos,
en el cual empleo colores puros: el rojo vivo de los
tomates contrastando con el verde de la jarra se
debe a la admiración que sentí por el Arte Barroco
de Rubens, contemplando en las obras que se
conservan en el estudio que este famoso pintor
había tenido en Amberes.
En cambio, lo nebuloso del
ambiente, la falta de perspectiva, se remonta a la
influencia de los grabados japoneses que también
tanto me motivaron estando en esa ciudad.
De sus obras, señor Renoir, “Baile
en el Moulín de la Galette”23 es mi preferido: ese

23
Pág. 144
104
baile al aire libre, la luminosidad de una tarde
soleada, los movimientos ondulados de la
muchedumbre, las emociones que se reflejan en
los rostros y la alegría de todos en esa fiesta
popular.
He observado esas pinceladas de
color que cubren todos los elementos del cuadro y
toques de luz que modelan las formas. Motas de
luz que se reparten sobre chaquetas, sombreros,
rostro y más intensas, como un potente foco, hace
que una pareja se destaque del resto. Líneas
diagonales que determinan distintos planos y otra
horizontal de globos blancos de las lámparas
determinando el fondo. Confieso que de ustedes
los impresionistas he aprendido mucho, como
también durante los tres meses que acudí a la
academia de dibujo y pintura de Fernand Cormon.
Además, mi amistad con Toulouse – Lautrec, Émile
Bernard, Camille Pissarro y Paul Gauguin con
quienes nos reuníamos en cafés y restaurantes en
Montmartre, me hizo soñar con formar una
comunidad de artistas, de aprendizaje y trabajo
compartido.
En mis obras “Montmartre” y
“Merendero La Guillette en Montmartre” se

105
advierten mis experimentos con el Impresionismo:
las pinceladas, la luz, lo instantáneo.
Desde que vivo aquí, hace casi
medio año, no había logrado establecer relación
con la gente, por ser yo parco en palabras y por mi
aspecto de pelirrojo excéntrico que a ellos parecía
no agradar. Así es que solo pintaba paisajes,
puentes y barcas hasta que por fin un joven
africano de vacaciones en Arlés me sirvió de
modelo del retrato que titulé “Zuavo Sentado”24.
Zuavo Milliet además me acompañaba en largas
caminatas y yo a él, le impartía clases de pintura.
Por suerte posteriormente pude
retratar a una jovencita “La Mousmé”25, sentada
en un sillón que parece muy grande para la niña y
por mi amistad con él “El cartero Joseph Roulín”26
también se prestó a que lo retratara, en el mismo
sillón que había pintado a la niña.
Allí en París, había retratado a la
italiana Agostina Segatori “La mujer en el café du
tambourin”, quien había actuado como modelo de
Camille Corot y Edgar Degas, propietaria del café y
con la cual tuve relaciones un corto tiempo. Luego
24
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25
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26
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106
retraté a Julien Tanguy, conocido por todos por
Pere Tanguy y a quién en su tienda compraba los
útiles de pintura.
Desde aquí por medio de Zuavo
Milliet, pude enviarle 35 cuadros a mi hermano
Theo.
Espero se encuentre bien y
pronto reciba respuesta suya.

Lo saludo atentamente,
Vincent

107
108
“Me he pasado una noche a orillas del mar, por una
playa desierta. No era alegre pero tampoco triste. Era
bello”
Vincent Van Gogh

Arlés, 2 de octubre de 1888


Al Sr.
Pierre Auguste Renoir
S / D:

Estimado Señor:
Me alegra saber que a pesar de
sus dolencias Ud. Pueda decir que no pasa sin
pintar ni un solo día de su vida.
Después de haber tenido la
satisfacción de volver a encontrar gente para
retratar, algo que siempre tanto me ha gustado,
me avoqué durante el verano a la ardua tarea de
poder representar la oscuridad, las tinieblas.
Observaba la noche desde la playa, dormía de día
para acostumbrarme a trabajar y ver los efectos
que proyecta la luz artificial.

109
El mes pasado pinté “Interior de
27
Café nocturno” , un cuadro en el que se percibe
esa infernal atmósfera en la que muchos nos
refugiamos de tristezas, soledad y que tanto
arruinan la vida.
Seguidamente compuse “Terraza
de café nocturno”28, en este caso pinté al aire libre
un cielo estrellado, un gran farol ilumina dando
claridad a la noche. Representar los objetos a
media luz estimula la fantasía y eso me agrada.
También en septiembre pude
ocupar la casa que había alquilado. Por mucho
tiempo estuvo vacía hasta que finalmente mi
hermano Theo me envió dinero y pude amueblarla
y decorarla modestamente, con la idea de
convertirla en una comunidad de artistas, he
convocado a mis amigos, espero pueda lograrlo.
Por el momento solo me
acompaña Boch, poeta y pintor belga de quién me
hice amigo y que interesado en la propuesta se
trasladó a vivir en la casa.
Hice revocar la fachada de
amarillo, color considerado por mí como un

27
Pág. 146
28
Pág. 147
110
símbolo. Pinté entonces “La casa amarilla”29 a
plena luz del día. Contento de estar en esta casa,
en el cuadro no sólo a ella la pinté de amarillo sino
a todas las aledañas, como expresión de la felicidad
que sentía.
La serie “Los girasoles”30 en la
que puse tanto empeño, la realice para la
decoración de la casa. Pinté también “El jardín del
poeta”31 destinado a la habitación de Gauguín que
desde hace tiempo promete venir y por uno u otro
motivo posterga su llegada. A veces pienso que mi
humilde domicilio no le resulta atractivo, por eso
he dotado su habitación con muebles buenos y
confortables mientras yo me conformo con tener
una cama modesta en un pequeño cuarto.

Lo saludo atentamente,
Vincent

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“En mi trabajo arriesgo mi vida y por su causa mi
razón se ha hundido a medias…”
Vincent Van Gogh

Saint-Remy-de-Provence, 2 de junio de 1889


Al Sr.
Pierre Auguste Renoir
S / D:

Estimado Señor:
En primer lugar, agradezco las
palabras de aliento que usted me depara sobre lo
que hago con tanto empeño. Agradezco además el
interés demostrado en saber si finalmente,
Gauguín ocupó la habitación que le tenía
preparada. La respuesta es sí. La ocupó, pero lo
que voy a relatarle es bastante tormentoso.
En la mañana del 23 de octubre
Gauguín llegó a Arlés. Trabajamos juntos,
comentamos experiencias y discutimos ideas. En
muchos aspectos me dejaba llevar por él como si
fuese su alumno. El orgullo de ambos pudo más, no
supimos salvar diferencias defendiendo cada uno
su identidad.
113
Cuando me decía de marcharse
yo me ponía histérico. Ante esta amenaza sentía
que mi idea de conformar una comunidad de
artistas se desvanecía.
Mientras duró su compañía pinté
algunos cuadros, entre ellos “Escalera del puente
de Trinquetaille”32 y “El sembrador”33.
Una noche que Gauguín me vio
ofuscado se asustó de tal manera que decidió
dormir en un hotel. Y aquí viene lo peor. A la
mañana siguiente cuando él regresa a la “casa
amarilla”, todo era un alboroto, yo estaba dolorido
y ensangrentado. Una vez repuesto de la
hemorragia coloqué el cortado pedazo de mi oreja
en un pañuelo y se lo entregué a la prostituta de
un burdel. Gauguín aprovechó para marcharse sin
siquiera despedirse. A mi hermano Theo lo puso al
tanto del episodio, quién en forma inmediata viajó
hacia aquí.
Este acto de locura me costó 14
días de internación en el hospital. Cuando regresé
a casa pinté dos autorretratos con la oreja
vendada.

32
Pág. 147
33
Pág.148
114
Varias veces debí regresar al
hospital por sufrir de insomnio y alucinaciones, no
obstante, siempre que mi enfermedad me lo
permitía seguía pintando.
Ante la soledad que me sobrevino
después de la partida de Gauguín pinté “La silla de
Van Gogh en Arlés”34 y “La silla de Gauguín en
Arlés”35. Puede usted imaginar cuán distinta es una
de la otra, lujosa la de él y la mía sencilla, pero las
dos vacías.
La gente de Arlés me temía, y yo
temía perder la facultad de trabajar. Por mi
tranquilidad y la de los demás decidí ingresar al
sanatorio de enfermos mentales, cerca de Saint-
Remy-de-Provence, a 27 kilómetros de Arlés.
Ninguno de los internados
recibimos cuidados especiales. Me permiten leer,
pintar y salir de la clínica siempre que lo haga
acompañado de alguien.
Me diagnosticaron epilepsia.
Entre ataque y ataque sigo con lo mío. A poco de
llegar pinté “Los lirios”36.

34
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35
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36
Pág. 149
115
Antes de venir aquí, le entregué a
mi hermano Theo dos cajas repletas con obras que
había acumulado hasta ese momento… y sigo
pintando.

Lo saludo atentamente,
Vincent

116
“Debo prevenirte desde el principio de que todo el
mundo va a encontrar que trabajo demasiado rápido.
No lo creas ¿No es la emoción y si la sinceridad del
sentimiento por la naturaleza lo que nos impulsa? Y
cuando esa emoción a veces es tan fuerte que se
trabaja sin sentir, cuando las pinceladas se suceden a
toda velocidad, relacionándose unas con otras como
las palabras de una conversación o de una carta,
entonces no hay que olvidar que no siempre ha sido
así y que también en el futuro vendrán días opresivos,
sin la menor inspiración”
Vincent Van Gogh

Auvers-Sur-Oise, 28 de mayo de 1890


Al Sr.
Claude Monet
S / D:

Estimado Señor:
Transcurrido mucho tiempo sin
comunicarnos, al sentirme aliviado de mi
enfermedad y con más energías, hoy me dispongo
a hacerlo.

117
Por la epilepsia que me diagnosticaron pasé
largos períodos recluido en hospitales, con todo,
nunca dejé de pintar.
En este mes he llegado a este hermoso lugar
y aquí pienso quedarme el resto de mis días. Está
muy cerca de París donde vive mi hermano Theo,
su esposa y mi pequeño sobrino recién nacido, que
además es ahijado y tocayo, a quién le he dedicado
“Ramas de almendro en flor”37. Este cuadro que
pinté durante mi internación en el hospital de
Saint-Remy me pareció el más apropiado como
símbolo de una vida que se inicia. Sobre un cielo
claro, luminoso de fondo, estampé con mucha
paciencia y calma, relucientes flores blancas que
anuncian la primavera.
Mientras permanecía en dicho hospital, me
sentí atraído por los cipreses, esos árboles
perpetuamente verdes que se elevan como
lenguas llameantes hacia el cielo. Ellos aparecen en
varios cuadros que pinté en ese tiempo,
observándolos en la naturaleza, sintiéndolos
protagonistas del paisaje.
Posteriormente he padecido de ataques y
alucinaciones con tendencias suicidas que me

37
Pág. 148
118
llevaron a una profunda depresión. Sentía una gran
soledad y temor de salir a recorrer los alrededores.
Volví a pintar los cipreses en “Noche
estrellada”38 pero ya no observándolos en la
naturaleza sino salidos de mi fantasía. El cielo es de
un azul profundo, la luna de un color irreal, once
enormes estrellas entre nebulosas con
movimientos circulares. He pintado un
autorretrato sobre un fondo también con
movimiento rítmico, espirales azules, verdes y
grises en forma de remolino.
Como ya no quería salir, aunque leía mucho
me aburría bastante. Me dediqué a hacer copias de
mis propios trabajos, entre ellas “La Habitación de
Van Gogh en Arlés”39. La hice de memoria porque
la anterior se había dañado durante el traslado.
Reproducía obras de otros pintores
transformándolas con abundante colorido. De
Millet realicé más de treinta cuadros. Me agrada
mucho como quedó “Campesinos durmiendo la
siesta”40.
Por suerte Anna Boch, hermana del poeta
Eugène Boch, compró uno de mis cuadros.
38
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39
Pág. 149
40
Pág. 150
119
Aquí en Auvers he vuelto a enamorarme de
los cipreses. Pinté “Carretera con ciprés bajo el
cielo estrellado”41. Dos árboles casi unidos se
elevan hacia el cielo entre la luna y el sol. Un cielo
un poco extraño, en el que imprimí pinceladas con
enorme fuerza que dan idea de movimiento, donde
la energía de las líneas supera la energía del color.

Lo saludo atentamente,
Vincent

41
Pág. 150
120
“Experimento una increíble claridad en los momentos
en que la naturaleza es tan hermosa. Pierdo la
conciencia de mí mismo y las imágenes vienen como
en un sueño.”
Vincent Van Gogh

Auvers-Sur-Oise, 30 de junio de 1890

Al Arquitecto
Antonio Gaudí
S / D:

Exitoso Arquitecto:
Al sentir admiración por la
genialidad de tu arte, aún sin conocernos, me tomo
la licencia de escribirte. Justifico el tuteo por
considerarme de tu misma edad. Aunque nacido
un año más tarde, en 1853, a ese año de diferencia
lo tengo fatídicamente incorporado a mi vida, por
haber sido sucesor de mi hermano, el primogénito
de la familia que en 1852 nació muerto. Y yo nací el
próximo año igual día y mes, me bautizaron con su
mismo nombre: Vincent Willien Van Gogh, lo que

121
me hizo sentir como obligación cargar sobre mis
hombros su lamentable destino.
Aunque me dedico a pintar,
seguramente no sabes de mí ni de mis obras. Yo sin
embargo me enteré por revistas que llegaban a
Arlés, situadas al sur-oeste de Francia y donde yo
vivía en 1888, cuando se inauguró en Barcelona el
Palacio Güell, como parte de la celebración por la
Exposición Universal realizada allí en ese año. Los
artículos y fotografías daban cuenta de tu
maravilloso, extravagante y lujoso proyecto; de
una obra maestra en hierro forjado; de la riqueza
de detalles decorativos y modernistas; de
ingeniosas soluciones técnicas, de ventilación,
iluminación y aislamiento acústico; de los
sorprendentes acabados artesanales y
revestimientos de tréncadis.
Después de pasar por
infortunios relacionados a mi salud, desde el mes
de mayo me he trasladado a Auvers, muy cerca de
París. Aquí conocí a varios pintores entre ellos al
español Nicolás Martínez Valdivieso. Hablando con
él comentamos del empeño catalán en revalorizar
la arquitectura y su lengua. Cuando te nombró
como destacado referente de este movimiento

122
recordé lo de aquellos artículos. Ante tantas
ponderaciones sobre tu persona y sobre tu trabajo,
sentí deseos de establecer correspondencia
contigo, intercambiar sensaciones que nos
impulsan a eso de intentar crear un arte propio.
A mí el trabajo me hace olvidar
la enfermedad, es mi terapia, es mi vida. He
perdido la cuenta de la enorme cantidad de
cuadros que hice desde que estoy aquí, pinté
lugares, paisajes que me inspiran al caminar por los
alrededores, temas religiosos, motivos bíblicos y
retratos
A “La Iglesia de Auvers”42 le
pinté un cielo azul cobalto, un color nocturno que
da sensación de oscuridad.
Para los temas religiosos o
bíblicos me serví de modelos de antiguos maestros
de la pintura, tratando de actualizar el lenguaje
pictórico en las traducciones. Todas son sufrientes
figuras que esperan la futura redención, en algunas
estampé mi propio rostro.
Me fascina el retrato moderno,
pintar seres sencillos no por su belleza, sino por su

42
Pág. 150
123
carácter humano. En “Joven aldeana”43 la tímida
muchacha campesina está sentada entre el trigo,
resplandecen sus mejillas con el mismo color que
pinté las amapolas.
Entablé gran amistad con un
médico de este lugar que además es aficionado a la
pintura. Alguien que comprende mi trabajo y con
quien puedo hablar de ello. En “Retrato del Dr.
Gachet”44 que lo hice a su pedido, imprimí en el
rostro de este hombre viudo desde hace poco, un
halo de melancolía propia de un ser sensible y
desalentado, plasmé en sus ojos azules una mirada
afligida cubierta de un velo de tristeza. Es lo que de
él percibo.

Un saludo afectuoso,
Vincent

43
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44
Pág. 151
124
“Yo no tengo la culpa de que mis cuadros no se
vendan. Pero llegará el día en que la gente reconozca
que valen más que el dinero que costaron los colores
para pintarlos.”
Vincent Van Gogh

Auvers-Sur-Oise, 12 de octubre de 1890

Al Arquitecto
Antonio Gaudí
S /_ D:

Distinguido Señor:
Me dirijo a Usted a fin de
reenviar a sobre cerrado, la presente
correspondencia al remitente. Dado a la
imposibilidad de que la misma, recepcionada en
este domicilio, pueda ser entregada al destinatario.
Lo hago a pedido de mi padre,
quién sentado aquí a mi lado mientras le escribo,
desea que por mi intermedio sea informado de la
circunstancia que nos obliga a efectuar la
devolución.

125
El pintor holandés, Vincent
Willien Van Gogh que residía en nuestra casa, ha
fallecido el 29 del pasado mes de Julio y ha sido
enterrado al día siguiente en el cementerio de esta
localidad.
También a pedido de mi padre
me tomo el atrevimiento de relatarle cómo fueron
sus últimos 70 días vividos aquí en Auvers, en los
cuales llegó a pintar más de 80 cuadros.
Su pedido obedece al hecho de
haber sido confidente del pintor, sobre el
contenido de la carta que a usted le enviase.
Testigo además de la expectativa manifiesta por el
señor Vincent en recibir respuesta de su parte.
En el mes de mayo a pocos días
de llegar a Auvers, quiso trasladarse a la pensión
Ravoux de mi familia, se instaló en una habitación
pequeña en el ático, el número 5. Al no contar con
espacio suficiente debió utilizar el cobertizo
situado atrás de la casa para guardar pinturas y
cuadros.
Se lo veía complacido de
alojarse aquí, donde también lo hacen pintores
estadounidenses y holandeses como él. A la hora
de la comida compartía mesa con el artista español

126
Nicolás Martinez Valdiviezo que se hospedaba en
las cercanías.
Estaba encantado con el
pueblo. Parecía bien de salud puesto que salía muy
temprano, caminaba largas distancias cargando su
equipo de pintura y pintaba todo lo que veía en los
alrededores.
El señor Theo había elegido
para su hermano este lugar cercano a París donde
él se encuentra. Pensando también en el doctor
Gachet que aquí reside y que, al ser pintor
aficionado, amigo de los impresionistas, podía
cuidar al señor Vincent. Por compartir ambos el
gusto por la pintura pudieron entablar una gran
amistad y más aún cuando el señor Van Gogh hizo
el retrato que el doctor le encargara. Le gustó
tanto que le pidió una segunda versión.
En el mes de junio con mucha
cortesía me pidió que posara para él. Soy una
jovencita tímida y retraída, me pintó de perfil para
no incomodarme. Azul el vestido, azul el fondo,
solo resalta el amarillo de mis cabellos y pudo
plasmar hasta la inquietud de mis manos. Lo hizo
en una tarde, me agradeció el haberme mantenido

127
quieta y al “Retrato de Adeline Ravoux”45 se lo
regaló a mi padre. Así como a una segunda versión
se la envió a su hermano Theo. Después realizó
otro idealizando mi persona. Me imaginó de más
edad, al estar de frente se ven mis ojos celestes.
Pintó flores blancas a mi derecha, tal vez
simbolizando pureza, inocencia.
A comienzo del mes de julio
viajó a París. A su regreso, antes de lo previsto, lo
notamos muy preocupado, intranquilo. Según nos
contó, a su hermano Theo las cosas no le iban bien
y se sentía enfermo. Su sobrino enfermo también y
la madre del niño agotada por tantas dificultades.
Creemos que, con esta situación familiar, sintió
perder la protección espiritual y económica que
tanto necesitaba.
Tuvo desavenencias, además,
con el doctor Gachet. Al suspender sus cotidianas
visitas, volvió a quedar en soledad. Pintaba como
un desaforado, a veces hasta dos cuadros por día.
Una de sus últimas obras “Campo de trigo con
cuervos volando”46 denota la tristeza y la extrema
soledad en que vivía. Mi padre le confiesa que

45
Pág. 151
46
Pág. 151
128
cuando vio esa bandada de cuervos negros que en
el cuadro estampó volando, él lo intuyó como un
mal presagio.
Pocos días antes de morir
escribe una última carta a su hermano Theo. El día
27 de julio sale a la tarde y vuelve al anochecer
para encerrase en su habitación. Yo lo ví pasar por
el vestíbulo agarrándose el estómago y subir las
escaleras. Mi padre fue inmediatamente, entró a
su cuarto y lo vio en la cama encogido de dolor. El
señor Vincent le dijo que se había pegado un tiro
en el corazón para quitarse la vida. Hasta ahora
seguimos pensando, si habrá sido así o quizás
habrá querido proteger al que le disparó.
El doctor Gachet llamó a su
hermano. El día 29 lo pasó fumando en pipa
sentado en la cama. Esa noche falleció.
Lo enterraron al día siguiente
en el cementerio de esta localidad. Estaba su
hermano Theo, el doctor Gachet y algunos amigos,
entre ellos Bernard, Pere Tanguy y Pissarro quienes
cubrieron el ataúd con una tela blanca y flores
amarillas, dalias y girasoles, sus preferidas. Al
frente ubicaron el caballete y las pinturas.

129
Nosotros lamentamos mucho
su partida. Fue un buen inquilino, de pocas
palabras, pero discreto y respetuoso. Entregó su
vida a la pintura, único modo de expresar lo que
pensaba y sentía.
Encontró en usted la
posibilidad de comunicarse con alguien que como a
él, le tocó transitar un difícil camino y que sin
embargo ambos habían apostado a la creación de
un arte genuino, trascendental.
Con el mayor respeto, en
nombre de mi padre y en el mío propio.

Lo saludo atentamente.

Adeline Ravoux

130
Al terminar la redacción de las cartas Elena
tuvo la idea de elaborar una cronología sobre la
vida del pintor para luego ser incorporada al texto.

Apartado número 5: Mis escritos

Cronología

1853: Vicent Willem Van Gogh, nace el 30 de


Marzo en Groot- Zundert, Holanda.
1857: Nace su hermano Theodorus, llamado Theo.
1861: Comienza la escuela.
1868: Abandona los estudios.
1869: En La Haya trabaja en una sucursal de la
galería parisina de arte: Goupil, fundada por su tío
Vicent, vende reproducciones. Lee mucho y visita
museos.
1871: Su padre es nombrado pastor de Helvoirt, a
donde se traslada su familia.
1873: En enero, Vicent pasa a la sucursal de Goupil
en Bruselas.
En mayo es destinado a la sucursal de
Londres. Conoce París, visita el Museo de Louvre.
1874: Octubre – Diciembre es destinado
provisoriamente a la sucursal de París.
131
1875: Mayo, es trasladado definitivamente a París.
Su familia se traslada a Breda.
1876: Se despide de Goupil yendo a Ramsgate,
cerca de Londres. Trabaja como maestro auxiliar,
continúa luego con este trabajo en Isieworth.
Decide dedicar su vida a evangelizar a los pobres
como ayudante y predicador metodista. Sigue
manteniendo su interés por la pintura, visita
galerías de arte.
En navidad visita a sus padres en Etten,
quienes por el deplorable estado de salud le
impiden regresar a Londres.
1877: Trabaja como ayudante en una librería de
Dordrecht.
Mayo. En Ámsterdam se prepara para el
ingreso en la facultad de teología. Toma clases de
latín griego y matemáticas. Visita museos y dibuja.
Abandona los estudios.
1878: En la escuela evangelista de Laeken, cerca de
Bruselas, lo consideran no apto para la profesión
de predicador.
Diciembre. Tratando de seguir con su
vocación religiosa se traslada a Borinage. En la
cuenca carbonífera belga vive en la extrema
pobreza.

132
1879: en Borinage trabaja seis meses como
predicador. Vive en la pobreza. Sigue dibujando y
mantiene interés por la pintura. Interrumpe la
correspondencia con su hermano, quién está en
desacuerdo con la vida que lleva.
1880: Julio. Vuelve a escribir a su hermano
Agosto – Setiembre. Dibuja escenas del
ambiente minero. Copia obras de Millet. Su
hermano Theo lo alienta.
Octubre. Se traslada a Bruselas donde
permanece hasta abril del siguiente año. Estudia en
la Academia de Arte. Entabla amistad con el pintor
holandés Rappard.
1881: Regresa a Eppen a casa de sus padres. Lo
visita su amigo Rappard. Dibuja paisajes.
Se enamora sin esperanza de su prima Kate,
al ésta rechazar su propuesta de matrimonio, él en
una ofuscada reacción pone la mano en la llama de
una lámpara.
Visita a su primo, el pintor Mauve en La
Haya, pinta allí su primera naturaleza muerta al
óleo y algunas acuarelas. La relación con sus
padres empeora en Navidad, abandona Etten.

133
1882: Se traslada a La Haya. Mauve le da clases de
pintura y le presta dinero. Su hermano Theo
mensualmente le envía dinero.
Vicent se niega a trabajar con modelos de
yeso, la relación con Mauve se enfría.
Conoce a Sien, alcohólica, prostituta y
modelo. Estaba embarazada y él la cuida.
Marzo. Rompe relación con Mauve. Dibuja
mucho la naturaleza. Sus modelos son Sien y gente
de los barrios pobres. Su tío Cornelis le encarga
algunas pinturas.
Junio. Se cura de gonorrea en el hospital
municipal. Su padre lo visita. Quiere casarse con
Sien, la familia se opone. Para el parto se traslada
con ella a Leiden.
Verano. Estudia a fondo los problemas del
color como preparación a la pintura al óleo.
Theo le presta dinero para las pinturas. Pinta
paisajes.
Su familia se traslada a Nuenen.
Otoño. Permanece en La Haya. Pinta paisajes
y dibuja del natural. Los ancianos del asilo, Sien y el
recién nacido posan para él.
1883: De acuerdo con Theo con mucho dolor
se separa de Sien, después de haber vivido un año

134
con ella. Se marcha a la provincia de Drente. Pinta
y dibuja a los campesinos durante su duro trabajo.
Regresa a Nuenen donde vivían sus padres.
1884: En Nuenen cuida a su madre postrada. Tiene
una corta relación con una vecina, las familias se
oponen. Da clases de pintura. Pinta retratos.
1885: Muere su padre lo cual lo afecta mucho.
Pinta “Los comedores de patatas”. Pasa un tiempo
en Ámsterdam en Amberes. Visita museos, se
interesa y compra xilografías japonesas.
1886: en Ámsterdam asiste a cursos de pintura y
dibujo en la escuela de Bellas Artes. Cae enfermo
durante un mes. Se muda a París, se aloja en la
casa de su hermano Theo. Toma clases con
Cormon, se conoce allí con Bernard, Rüssel y
Tolouse-Lautrec. Theo que dirige una galería de
Goupil, le presenta a Monet, Renoir, Sisley,
Pissarro, Degás, Signac y Seurat. En ese ambiente
su escala cromática se vuelve más clara. Su madre
se va de Nuenen. Vende a poco precio unos
cuantos cuadros y quema los demás. Instala un
estudio en el barrio de Montmartre. Pinta vistas de
París al estilo de los puntillistas. Se hace amigo de
Gauguin. La convivencia con su hermano Theo es
casi insoportable. Tiene una corta relación con

135
Agostina Segatori, dueña del “Café du Tambourín”,
expone allí xilografías japonesas.
1888: Abandona París dónde en dos años ha
pintado más de doscientos cuadros y se instala en
Arlés. Pinta cuadros de flores y árboles que se
asemejan a paisajes japoneses. Al enterarse de la
muerte de Mauve le dedica uno de estos. Sueña
con formar una comunidad de pintores. Alquila “La
casa amarilla”, como no está todavía
acondicionada, en tanto vive en el café L´Alcazar y
come en el café de Madame Ginoux. Pinta puentes,
barcos y retratos por su reciente amistad con
Zuavo Milliet y con el cartero Roulín. Pinta la serie
de los girasoles. Comienza a pintar de noche al aire
libre para lo cual se coloca velas en el ala de su
sombrero y sobre el caballete. Conoce al pintor
belga Boch quien se traslada a vivir en “La casa
amarilla”. En octubre después de mucho insistir
llega Gauguín a Arlés. En diciembre comienzan las
discusiones. El día 23 Vincent tras un ataque
mental se corta la parte inferior de la oreja
izquierda. Gauguín se marcha a París.
1889: Sale del hospital, continúa pintando en “La
casa amarilla”. Vuelve al hospital por insomnio y
alucinaciones. Los ciudadanos de Arlés piden que

136
permanezca internado. Lo visita Signac. Theo se
casa con Johanna Bogner. Sigue pintando, le envía
a Theo dos cajas con sus obras.
En mayo por decisión propia se interna en el
asilo para enfermos mentales en Saint-Remy. Pinta
paisajes y cipreses.
En julio de vuelta a Arlés sufre un ataque
perdiendo mucho tiempo el sentido.
En agosto – noviembre vuelve a pintar. Hace
copias libres sobre temas de Millet y Delacroix.
Envía a Theo seis cuadros para la exposición “Les
XX”.
En diciembre envía a Theo tres paquetes con
cuadros. Sufre un nuevo ataque, intenta comerse
la pintura. Le escribe a Theo para decirle que desea
volver al norte de Francia.
1890: Se exponen cuadros de Vincent en
Bruselas. Anne Boch compra “La viña roja”.
Primera crítica entusiasta en el Mercure de France.
El 11 de enero nace el hijo de Theo, lo bautizan con
el nombre de Vincent Willem como su tío y
padrino. Le dedica el cuadro “Ramas de almendro
en flor”.

137
En febrero sufre un nuevo ataque, guarda
reposo por un mes. En el “Salón Les Artistes
Independants” expone diez cuadros.
En mayo visita a Theo y su familia en París,
luego se establece en Auvers-Sur-Oise. Vive
primero en la posada Saint-Aubin mudándose
después al café del matrimonio Ravoux. Se hace
amigo del doctor Gachet.
En julio va a París, visita a su familia. Se
encuentra con Toulouse-Lautrec, regresa pronto
preocupado porque la situación familiar no es
buena.
En su estadía en Auvers pinta más de
ochenta obras.
El 23 de julio escribe su última carta a Theo.
El día 27 sale tarde volviendo al anochecer.
La familia Ravoux se da cuenta de su estado.
Vincent confiesa que se disparó una bala en el
pecho. El doctor Gachet le pone una venda e
informa a su hermano.
El día 29 pasa el día sentado en la cama y
fumando pipa. Muere esa noche. Se lo entierra al
día siguiente en el cementerio de Auvers.
Estuvieron Theo, Gachet, Bernard, Pissarro, Pere
Tanguy entre otros.

138
1891: El 25 de enero muere su hermano Theo. En
1914 Su viuda hace exhumar sus cenizas para
trasladarlas a Auvers junto a la tumba de Vincent.

139
140
Elena fue seleccionando y colocando en su
diario las imágenes necesarias para ilustrar el texto
escrito

BULLET JOURNAL

Apartado 6: imágenes y fotografías

Museo Van Gogh – Ámsterdam – Holanda

Fotos de Carolina

141
Fotos de la escuela

142
Obras de pintores famosos

La libertad guiando al pueblo –


Eugène Delacroix
1830 - Romanticismo

La maja desnuda – Los espigadores –


Francisco de Goya Jean F. Millet
1800 -Romanticismo 1857 - Realismo

mMillet mMillet
143
Impresión, sol naciente – Baile en el Mouline de la
Claude Monet Gallete –
1872 - Impresionismo Pierre Renoir
1876 - Impresionismo

El beso –
Gustav Klimt
1908 - Simbolismo
144
mMillet
NEOIMPRESIONISMO

Obras de Van Gogh

Los comedores de
patatas
Nuenen, abril de 1885

Melocotonero en flor
Arlés, marzo de 1888

La Mousmé
Zuavo sentado Arlés, junio de
Arlés, junio de 1888 1888
145
Interior de café nocturno
Arlés, setiembre de 1888

El cartero Joseph Roulín


Arlés, agosto de 1888

Terraza de café nocturno La casa amarilla


Arlés, setiembre de 1888 Arlés, setiembre de 1888

146
El jardín del poeta Escalera del puente de
Arlés, octubre de 1888 Trinquetaille
Arlés, octubre de 1888

La silla de Van Gogh en


El sembrador
Arlés
Arlés, noviembre de 1888
Arlés, diciembre de 1888

147
Los Lirios La habitación de
Saint-Remy, mayo de 1889 Vincent en Arlés
Saint-Remy,
septiembre 1889

Ramas de almendro en
flor
La silla de Gauguín en Arlés Saint Remy, febrero de
Saint-Remy, septiembre de 1890
1889

148
Campesinos durmiendo
la siesta
Saint Remy, enero 1890

Carretera de Ciprés bajo


el cielo estrellado
Auvers Sur-Oise, mayo
1890

La Iglesia de Auvers
Joven aldeana
Auvers-sur-Oise, junio
Auvers-sur-Oise, junio
1890
1890
149
Retrato del doctor Retrato de Adeline
Gachet Ravoux
Auvers-Sur-Oise, Auvers-Sur-Oise,
junio 1890 junio 1890

Campo de trigo con cuervos volando


Auvers-Sur-Oise, Julio 1890

150
La noche estrellada
Saint-Remy, junio 1889

151
152
TERCERA PARTE

RE - DESCUBRIRLO

153
154
Mientras se encontraba abocada a la tarea
de escritura, a veces sentía la necesidad de hacer
un corte, tomarse un pequeño recreo y dedicarse a
la lectura de un libro interesante para luego más
distendida, retomar lo que hasta entonces venía
haciendo.
En una de esas ocasiones recordó que
disponía de aquel que Lucy le había prestado: “El
alma de las flores” de Viviana Rivero. De la misma
autora había leído “Lo que no se dice”. Sabía que
con esta u otras escritoras de novelas como Gloria
Casañas, Florencia Bonelli, Graciela Ramos… si
comenzaba a leer no podría detenerse hasta llegar
al final y por esos días su proyecto de escritura le
demandaba horas y más horas de trabajo.
Lo mismo le ocurría con Almudena Grandes y
María Dueñas quiénes la pusieron al tanto del
padecimiento de sus compatriotas durante la
Guerra Civil Española, temática que, con la
intensión de no dilatar demasiado el tiempo,
meses atrás por enésima vez Elena se dispuso
abordar según la versión de Viviana Rivero.
Tiempo después, en una de esas tardes de
fines de agosto, preparó sobre la bandeja una taza
de té y un plato con tostadas recién hechas,

155
untadas con queso crema y mermelada de
arándanos, sentada a la mesa disfrutando de una
reparadora merienda fue cuando evocó aquellos
momentos de placentera lectura que concluían
irremediablemente, cumpliendo ella el rol de
experta narradora.
Con total avidez, en menos de una semana
había devorado las setecientas ochenta páginas
que componen el libro. Tan entretenida estaba que
los días se pasaron volando y por las noches, Mirna
la esperaba ansiosa para que la pusiera al tanto de
los capítulos de la novela que cada jornada había
alcanzado leer.
De este modo las vecinas amenizaron las
rutinarias cenas de a dos, con relato, escucha y
renovados comentarios, en tiempos que los temas
reiterados de conversación ya resultaban
asfixiantes.
En este sentido, su hermana Rebeca tuvo
más suerte que Mirna. El día que Rebeca la llamó
por el teléfono fijo, Elena ya había finalizado la
lectura de la novela. A través del tubo, ubicadas
cómodamente en sillones, cada una en su casa, se
la pudo contar de comienzo a fin sin tediosos
intervalos.

156
Al terminar el relato su hermana comentó:
Habrás sentido lo mismo cuándo fuiste a
España ¿no?
Tal cual. De regreso al hotel, después de un
recorrido por el pueblo de la abuela, tuve la
necesidad de acostarme. Cerré los ojos para lograr
mayor nitidez al imaginarla: de niña jugando en la
vereda de su casa, de jovencita asomada a la
ventana, entrando a la iglesia vestida de novia,
caminando por esas callejas con sus hijitos
tomados de la mano…
Evocaciones fuertes en sentimientos, como
los tuvo el protagonista de la novela.
Sí, la diferencia es que pude imaginarlos allí
en buenos tiempos. Los nuestros, al venir mucho
antes a este país, no sufrieron como esa gente las
penurias de la Guerra Civil.

157
Elena había terminado la redacción del libro
“Vincent, de cartas y girasoles” completando así la
trilogía de literatura infanto juvenil con el
tratamiento de vida y obra de famosos personajes.
Solo quedaban pendientes detalles concernientes a
la edición del mismo.
En esos días Cora la llamó y entre otras cosas
le preguntó:
¿Cómo va lo del libro?
Terminado. Bueno, terminado es un decir.
Faltan algunas correcciones, maquillaje que
finalmente se le imprime.
¿Listo entonces? ¡Rapidísimo!
Sí, tiempo record. Ves, en algo favorece el
encierro – le respondió Elena riendo.
Y, además, como esta temática te gusta, el
trabajo no habrá sido para nada fatigoso.
Así es. La verdad que, hacerle conocer a los
pequeños la vida del pintor, contada por él mismo
a través de cartas, fue una tarea linda, entretenida.
Lo mismo me pasó con la Introducción, espacio
donde pude explayarme en destacar su brillante
trayectoria artística, resaltando virtudes
personales, minimizando debilidades.

158
Entonces ¿resolver otros aspectos te resultó
problemático?
Sí. Encontré mayor dificultad en simplificar y
adaptar la extensa cronología, también tuve que
ingeniarme para que pudiesen distinguir en las
ilustraciones, particularidades de su obra en las
distintas etapas; similitudes y diferencias con los
demás movimientos artísticos. Para esto último
elaboré juegos visuales, acertijos, instrumentos
sencillos de aprendizaje que permitieran
interpretar y asimilar conocimientos. Fue todo un
desafío. Tarea bastante complicada pero no por
eso, menos interesante de realizar.
¡Qué deseos de leerlo! ¿Incluye las obras que
vimos en el Museo Reina Sofía de Madrid?
No, no. Sólo pintura del siglo XIX.
¡Qué lástima! Me ilusioné pensando en
rememorar aquellas obras de Picasso, Dalí, Miró…
Mira, para no desilusionarte, te ofrezco algo
a cambio – le propuso Elena y comenzó a explicarle
– Cuando comenzó la cuarentena había dejado de
escribir. Para llenar horas vacuas, a Mirna la puse
al tanto sobre pintura anterior al siglo XIX, no pude
continuar porque retomé la escritura. En un
apartado de mi diario, imprimí ilustraciones de lo

159
tratado con ella, saqué fotocopias y se las entregué
a manera de ayuda memoria.
Yo también quisiera tener esas fotocopias,
sabes que todo lo relativo a pintura me encanta.
Sí, claro, te las daré también, pero, además,
en mi diario elaboraré una síntesis de los
principales movimientos de pintura de la primera
mitad del siglo XX que es lo que vos quieres,
refrendada con las ilustraciones correspondientes,
por supuesto.
Gracias Elena, me gustó la idea – le
respondió Cora con entusiasmo.
Con lo de Mirna, lo que haga para vos y lo
que leas en mi nuevo libro tendrás un resumen casi
completo de los movimientos pictóricos a través
del tiempo.
¡Excelente!
Bueno, bueno… Hecho por mí, tal vez la
calificación de excelente sea demasiado, pero… la
intensión vale ¿no?

Días siguientes a la conversación mantenida


con Cora, en su diario personal Elena comenzó a
elaborar el trabajo prometido, tarea que le

160
resultaba sumamente placentera. Consultando
diversa bibliografía apuntó lo siguiente:

BOULLET JOURNAL

Apartado 4: Investigaciones

LA PINTURA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX


(1901 - 1939)

Las vanguardias:

Conjunto de movimientos artísticos


formados al comienzo del siglo XX, que rompieron
con la tradición académica y buscaron la
innovación permanente. Revolucionaron el
lenguaje de las artes plásticas, la libertad de
expresión, originalidad, experimentación,
disconformidad con la realidad, evasión de la
realidad, rechazo al concepto de la belleza clásica,
rechazo a la imitación de la naturaleza.

Los principales movimientos son:

Fauvismo
161
Expresionismo
Primitivismo
Cubismo
Futurismo
Surrealismo

Fauvismo

Utilización de colores puros, violentos,


dispuestos sobre figuras planas encerradas por
gruesas líneas de contorno negro.
Los artistas pretendían expresar a través de
los colores los sentimientos como la alegría,
angustia o pena.

Expresionismo

Los artistas, inspirados en Vincent Van Gogh


y Edvar Munch, consideraban el color y la forma
como un todo que expresaba emociones, el dolor,
las pasiones humanas y las propias.
A diferencia de los fauvistas, el color no
expresaba júbilo, sino una angustia existencial.
Se caracteriza por la simplificación de las
líneas y el trazo acentuado.

162
Primitivismo

Se distingue por una inclinación exótica hacia


lo “salvaje”. Privilegia las formas ingenuas,
primitivas del arte, la imaginería popular, los
íconos, los objetos y colores de la cultura
campesina. Una reconsideración de lo primitivo a
través de colores vivos, originalidad, simplicidad,
tosquedad, rudeza.

Cubismo

Creado por Pablo Picasso y Georges Brauque


(1917). Trata las formas de la naturaleza por medio
de figuras geométricas. Fragmenta líneas y
superficies (perspectiva múltiple).
Representación de las partes en un mismo
plano. No hay punto de vista único ni sensación de
profundidad. Se suprimen los detalles. Emplean
tonos apagados: Grises, verdes y marrones.

Futurismo

163
Exaltación de la modernidad y originalidad.
Temáticas del mundo moderno, las ciudades, los
automóviles y dinamismo. Utilización de formas y
colores para generar ritmos-
Principal representante Humberto Boccioni.

Surrealismo

Representaciones del inconsciente de


fantasías, de sueños y de la irracionalidad. La
imaginación se usaba como lógica olvidándose de
la razón. Creación de imágenes erróneas que
pueden ser interpretadas de diversas maneras. Se
divide en surrealismo figurativo y abstracto.

164
Apartado 6: Imágenes y fotografías

L`estanque –
Andre Derain
1905 - Fauvismo

La raya verde -
Henri Matisse
1905 - Fauvismo

El grito – Los potros azules –


Edvard Munch Franz Marc
1893 - Expresionismo 1913 - Expresionismo
165
Divertimento –
Paul Gauguín
1892 - Primitivismo
Violín y guitarra –
Juan Gris
1913 - Cubismo

El Guernica –
Pablo Picasso
1937 - Cubismo

166
Dinamismo de un ciclista – El carnaval del arlequín –
Umberto Boccioni Joan Miró
1913 - Futurismo 1925 - Surrealismo

La persistencia de la memoria –
Salvador Dalí
1931 - Surrealismo

167
168
Cuando se aproxima una nueva temporada,
Elena organiza el vestidor con ropa que pronto
deberá usar. Traslada las demás prendas en sus
correspondientes perchas al placar del otro cuarto.
Mientras hacía esto, riendo pensó en la tarea que
de vicio se había tomado en los primeros días de
marzo, puesto que en este otoño – invierno nada
de tal ropaje pudo utilizar. Sin embargo, con
entusiasmo las transportaba de un lado para otro.
La incipiente temperatura cálida la había
movilizado en hacer el cambio y las breves
exposiciones al sol, soportable todavía, le cargaron
las pilas otorgándole la energía que necesitaba
para salir con renovados bríos de un asfixiante
letargo.
En ese ir y venir de un cuarto al otro, con
manos ocupadas, pero con el pensamiento en
libertad, Elena admitió que desde un mes atrás su
estado de ánimo había mejorado.
En ese tiempo tomó por costumbre
instalarse en el balcón en horas tempranas de la
mañana, a disfrutar del espectáculo que en los
alrededores produce la salida del sol:
serpenteantes lomadas de un azul intenso, oscuro,
169
uniforme; en instantes más, salpicadas por chispas
de claridad; haces de luz que se agigantan
formando manchones; y como en un lento correr
de telón, aparece en el luminoso escenario la
exuberante vegetación que ostenta variados
matices de verdes.
A sus pies, cubriendo el suelo, una alfombra
verde de cañas recién cortadas. Más allá, dónde la
serranía crece en altura, el Mesilla y el Hermoso
que en días de cielo despejado luce su amado
perfil. Estimulantes amaneceres para quiénes
crecieron en este maravilloso lugar, acunados de
verdes.
Con optimismo recordó entonces aquella
tarde cuando hablando por teléfono con su hija le
contó que a los lapachos en flor que desde su
balcón se divisan, les había tomado fotos con el
celular para tenerlos más cerca de ella.
Al día siguiente su hija le habló:
Alistate madre, daremos una vuelta en auto
para que puedas ver los lapachos florecidos.
Recordó también que en silencio recorrieron
las calles, ambas admirando aquella belleza. De
pronto ella habló diciendo:

170
“Ledesma te tengo en mis brazos/ lapacho
sol/ lapacho niña/ Lapacho nieve”1. Y que al
escucharla su hija le había preguntado:
¿Y eso madre?
Estrofa de una poesía. De mi amiga Deye, la
que pinta con palabras, la que como Van Gogh, ve
de color amarillo las cosas buenas de la vida.
¿Los ves?... soles amarillos; grandes copos
blancos de nieve; rosas redondas: rosa chicle, rosa
frambuesa, rosa de niña...
Con todo esto en la mente Elena quiso
tomarse un descanso. Al sentarse y encender un
cigarrillo la estrofa de otra poesía le vino a la
mente: “Agosto en Ledesma/ es preludio de
lapacho llorando a mares” 2.
Visualizando la imagen sugerida pensó:
coloridas lágrimas que tapizan el suelo; alegre
preludio de una nueva primavera que felizmente
ya se palpita.

1. Yedelmira Viltes. “Entre la bruma y el cielo”.


2. Yedelmira Viltes. “ES un jardín”

171

La agradable temperatura que anuncia la


pronta llegada de la primavera y que cada año se
presenta como una muy esperada invitación a salir,
hizo despertar en Elena la añoranza de ocupar
mesas dispuestas en las veredas, disfrutar de
cervezas heladas en las tardes y de carne a la
parrilla por las noches. Pensó entonces en el mejor
sitio para desplegar la idea que venía gestando: el
alargado balcón que da a la calle.
En el afán de satisfacer todos sus anhelos:
aire libre, cerveza y parrilla, compaginó un mix que
complaciera la totalidad de lo que tanto deseaba.
Fue en busca de una receta que tiempo atrás
había visto preparar en la televisión y que la tenía
anotada en el apartado número dos de su diario.
En el apartado número uno elaboró la lista
de los pocos ingredientes necesarios pedir que se
los trajesen a domicilio.
Invitó a Mirna y a una de las nietas con el
novio, parejita que con sus años jóvenes matizarían
la charla.

172
Contra la barandilla del balcón colocó dos
mesas chicas alineadas como trencito, las decoró
con largos y coloridos pañuelos de gasa que anudó
en los extremos a modo de caminos de mesa.
Improvisó los centros de adorno con dos
relucientes zapallitos verdes que, al ahuecarlos un
poco en la parte superior, le permitió introducir en
cada uno, velas blancas que por suerte tenía
guardadas en algún lugar.
Valiéndose de una mesita rodante aproximó
la parrilla eléctrica y sobre otra auxiliar colocó
platos, vasos, servilletas… todo lo necesario para
un autoservicio.
Esa noche en horas tempranas, llegaron los
invitados. Entre todos prepararon el chucrut a la
parrilla, después asaron las rodajas gruesas de
mortadela y por último tostaron el pan.
Armaron los sándwiches untados con
mostaza ¡una delicia!
Un encuentro al aire libre en el que no faltó
ningún detalle: música, velas encendidas, cervezas,
rica comida… y la tibieza de la noche que
gratamente acompañaba.

173

Se aproximaba el cumpleaños de Alberto,


Elena deseaba ese día dedicarse solo a él, intentar
que aún a la distancia se sintiese acompañado por
ella.
Una de sus nietas le sugirió reunir la familia y
hacer una video llamada. Elena planificó todo:
mensajitos de saludo temprano a la mañana; video
llamada durante el almuerzo a mediodía; cena y
brindis con amigos a la noche.
Por ese tiempo con algunas restricciones, ya
funcionaban nuevamente restaurantes y
confiterías. Convocó a sus hijos y nietos a uno de
esos sitios que cuenta con un inmenso salón
privado. A la hora acordada previamente con
Alberto, fueron los jóvenes los que establecieron la
comunicación, puesto que Elena poco entiende de
esas cosas.
En un primer momento todos lo saludaron
agitando globos celestes que sostenían en las
174
manos. Después de entonar a coro la tradicional
canción, refrendada de fuertes aplausos, cada uno
quiso saludarlo en forma personal. Cuando a Elena
le tocó el turno y lo vió, tan de cerca como si
estuviese a su lado, sentado en un sillón al aire
libre, en su casa quinta, rodeado de árboles y
floridas plantas, solo pudo articular un “hola” y
desearle felicidades.
- Qué lindo se ve todo, el césped, las flores,
las plantas… - pudo agregar con la voz entrecortada
y dejó que el celular siguiera pasando de mano en
mano.
Se había concientizado de tal manera que
por este año no volvería a verlo, que tenerlo
frente a ella la dejó sin palabras. Al retirarse del
lugar, los chicos hicieron un gran ramillete con los
globos celestes que quedaban y se lo entregaron.
Ella lo colocó bien a la vista en su casa, como
soporte visual que le permitiese por unos días
revivir aquel momento de tanta emoción.
Alberto a su vez, antes de regresar a su
departamento, le tomó una foto al jazmín de novia
cubierto de flores blancas y esa misma tarde se la
envió.

175

Momentos antes Cora la había llamado para


agradecerle lo que sobre pintura le había hecho
llegar. Tras extensos comentarios al respecto,
acordaron un encuentro en los próximos días para
continuar con la charla.
Esa mañana, por segunda vez, Elena debió
interrumpir lo que estaba haciendo porque el
celular volvió a sonar.
Hola tía. Ví tu mensaje ¿querías preguntarme
algo?
Hola Caro. Sí querida, quiero que me cuentes
exactamente, cual fue la sensación que
experimentaste al recorrer el Museo Van Gogh en
Ámsterdam.
¿Es para tu libro?
No, al libro para jovencitos ya lo terminé,
pero sigo pensando en Vincent. Siento la necesidad
176
de conocer algo más que la biografía del pintor.
Deseo adentrarme en su alma, que me ayudes a
interpretar los sentimientos que quedaron
plasmados en sus obras que tanto me impactan.
Vos lo dijiste tía. Sus obras impactan, te
conmueven, porque más que describir lo que él
veía, expresan su estado de ánimo.
Eso me faltó decirte, que no solo me
impactan, sino que también me conmueven: por
saber de la necesidad que él sentía de ser
comprendido, que los demás supieran de los
tiernos, profundos sentimientos que su corazón
albergaba.
Por suerte lo logró. Pudo expresar lo que
sentía y que la gente, aunque tarde, llegase a
interpretarlo, a valorarlo.
Admiro en él, tan sufrido, el empeño que
puso en encontrar algo que le diera sentido a su
vida, que le diera consuelo y a su vez, con ello
consolar a los demás. Como admiro también, la
tenacidad que puso en observar, estudiar
diferentes estilos, en experimentar variadas
técnicas hasta lograr un estilo propio, único, donde
los sentimientos se sobreponen a las técnicas.

177
Te cuento que en el recorrido por el museo
se advierte en sus obras, ese proceso de
aprendizaje, evolución y crecimiento al que te
refieres, hasta que llega a una etapa de increíble
autonomía que hace de su arte algo distinto,
vibrante, inquietante, nunca visto.
Y en esa última etapa ¿qué características
marcan la diferencia con sus anteriores pinturas?
Te lo pregunto porque justamente sus últimas
obras no estaban expuestas en una muestra
temporaria que vi en el Museo Reina Sofía de
Madrid.
La mayor diferencia es el caudal de
expresividad alcanzado como también las
pinceladas que se vuelven chorreantes de color y el
vigor, la fuerza con las que están estampadas. En
“Noche estrellada” por ejemplo, obra que no
estaba expuesta en Ámsterdam pero que era la
que más conocía y admiraba de Van Gogh, esa
energía me daba a la vez sensación de dinamismo,
de movimiento. El vértigo que produce ese
remolino general de espirales luminosos se
contrapone a la sensación de estabilidad que
transmiten las siluetas oscuras de los cipreses –
después de una breve pausa, Carolina finalizó

178
explicando – Un detalle más, en la iglesia que se
erige hacia lo alto, percibía la necesidad de religión
que él tenía, con ella pareciera expresar la unión
del hombre, de lo mundano, con el cielo, lo
espiritual. Lloré de emoción cuando una amiga que
viajó a Estados Unidos lo describía. Sin embargo,
mi preferido será para siempre uno que vi en mi
recorrido.
Edificante charla. Después de tanto, la
necesitaba para equilibrar pensamientos,
sentimientos, y para eso, el intercambio de
opiniones es lo mejor.
Así es tía, pero, no cortes todavía. Dejame
que te cuente una anécdota de ese día.
Soy toda oídos – le dijo Elena riendo.
El recorrido finaliza en “Campo de trigo con
cuervos volando”, uno de sus últimos cuadros
¡Impresionante! Un espacio que parece
interminable, que expresa soledad, tristeza.
Caminos sin rumbos que se pierden en el amarillo
trigal, bandadas de cuervos que, volando, sientes
con temor que se aproximan, y ese cielo… ese azul
intenso de un cielo del que no se puede apartar la
vista. Pocos colores predominantes, pocos
elementos, pero una brillante composición llena de

179
significados, de sentimientos – Carolina concluyó
diciendo – Ya nos retirábamos, pedí me esperaran
y escaleras arriba, nuevamente me planté en
contemplación frente al cuadro: una solitaria vida,
un pasaje a la eternidad.
Esos minutos fueron para mí, una
experiencia religiosa.

En los últimos meses del año los casos de


Covid en la provincia fueron disminuyendo.
Negocios y confiterías reabrieron sus puertas. Por
fin se percibía una semi normalidad alentadora.
En conversación telefónica con Alberto,
Elena le hizo una sugerencia:
 ¿Por qué no vienes? aquí estamos mejor que
por esos lados.
 Estuve averiguando – le respondió – Los
vuelos muy caros, en febrero bajan un poco –
aclaró después.

180
Febrero estaba lejos todavía, pero Elena fue
acondicionando la casa como si esperara una
pronta visita: retoques de pintura, mantenimiento
de equipos, que, de muebles, que de plantas…
Los primeros días de diciembre sintió
especial entusiasmo en dotar el ambiente de un
alegre espíritu navideño. Recurrió a los simples
adornos de siempre: cintas rojas con las cuales
amarra pilas de libros y gruesas ramas de canela.
Con mucho cariño ubicó sobre la mesa escritorio al
Niñito de piel morena, cuerpito de caracol, pero
además esta vez, tuvo deseos de improvisar el
tradicional árbol. Para ello tomó una enorme
planta de romero y la vistió con pequeños moños
de seda colorada.

En esos días llegó Gladys, una corta visita


antes de viajar a Buenos Aires. Uno de sus hijos

181
que allí vive, por mayores cuidados prefirió venir
en su vehículo particular en busca de sus padres.
Gladys traía consigo una bolsita de regalo. Al
ver lo que el paquete contenía, Elena exclamó:
 ¡Qué ingeniosa mi amiga! ¡Me encanta!
 Mañana nos vamos, no quería irme sin pasar
a saludarte, tampoco quería que se desaproveche
nada de mi huerta – comentó Gladys riendo.
 ¡Excelente idea! – dijo Elena ponderando
nuevamente el regalo – Mira, aquí queda perfecto
– agregó mientras lo colocaba sobre la mesada de
la cocina.
 Bueno, me alegro que te haya gustado y que
lo exhibas como tarjeta de Navidad, pero después
no te olvides de comerlo – le advirtió Gladys riendo
nuevamente.
 Por supuesto, me servirá para el almuerzo de
tres días – le respondió Elena también riendo.
 Recolecté los que quedaban de la
producción, los decoré así antes de entregarlos: a
mis hermanas, a tu hermana y éste para vos –
concluyó explicando.
Se trataba de coreanitos, esos zapallos
largos, dulzones, en forma de pera. Sobre la

182
cáscara amarillenta, con marcador indeleble había
escrito:

Dear friends
Merry Christmas and
Happy New Year!

Con su amiga, Elena había compartido


muchas cosas: juegos de niñas, estudios y
posteriormente la docencia. Ahora las dos
jubiladas por mantener el cerebro activo, una
estudió algo de italiano, la otra de inglés. Les
resultaba gracioso y a manera de práctica
intercambiar mensajes, cada una en lo suyo.

Víspera de año Nuevo. Elena se alistaba para


bajar a cenar en el restaurante aledaño al
departamento en el cual habita. Bañada y
maquillada tomó una prenda de la percha,

183
inmediatamente la volvió a colgar. Sin más titubeos
se vistió de colorado. Un impulso repentino la
había llevado a efectuar el cambio, como si un
mandato interior le hubiese ordenado poner el
espíritu en alza.
Ubicada ya en una mesa al aire libre, echó
una mirada a su alrededor. Estaba sola, no había
llegado nadie todavía. Aunque era temprano
sonriendo pensó que la situación esa noche,
mucho no iba a variar. Con seguridad los demás
posibles clientes estarían reservando el estómago
para el atracón del día siguiente.
De muy buen humor intercambió unas
palabras con Claudia mientras ésta le servía la
bebida. Apagó la sed con unos tragos de vino y
encendió un cigarrillo que en esos momentos
sostenía en la mano. Al escuchar una llamada, con
la otra sacó el celular de la cartera. Era él ¡Era
Alberto el que le hablaba!
Por el tono eufórico de su voz Elena creyó
que, anticipándose a los festejos, se encontraba de
brindis con amigos. Todavía un poco perpleja le
preguntó:
 ¿Dónde estás?
 Yendo para ahí.

184
 ¡Qué!
 Sí, llego mañana a medio día.
 ¿Cómo? ¿En qué vienes?
 En el auto.
 ¿Con quién?
 Solo.
 ¿Solo? ¡Manejando tantos kilómetros!
La sorpresa fue tan grande que Elena no
lograba recomponerse. Abandonó el plato de
comida sin haberlo tocado siquiera. Un nudo le
aprisionaba la garganta y los ojos le brillaban
acuosos de lágrimas.
 ¿Qué te pasa madre? – preocupada le
preguntó su hija que recién llegaba.
 ¿Qué me pasa? ¡Algo increíble! – le
respondió riendo mientras con disimulo se pasaba
una servilleta de papel por las humedecidas
mejillas.
 ¿Viene Alberto? ¡Seguro eso es! – exclamó la
hija con alivio y alegría.
 Sí, llega mañana a mediodía.
Conocedora de las premoniciones de su
madre le volvió a preguntar - ¿Lo habías
imaginado?

185
 No - le respondió con un “no” de la boca
para afuera. Esa tarde mientras se vestía, sin tener
mayores certezas Elena presintió que el destino
algo bueno le deparaba. Una dulce sensación que
desde un par de meses atrás la embriagaba y que,
por evitar una posible desilusión, ni siquiera a sí
misma se atrevía a confesarlo.
Bebió unos sorbos de vino y se retiró
presurosa a casa. Necesitaba hacerlo para a solas
pensar. Debía cuánto antes controlar la emoción y
aclarar la mente perturbada por el impacto del
anuncio.
De Alberto a estas alturas, hombre formal y
estructurado, algo casual, improvisado, con sabor a
aventura nunca hubiese esperado, y menos aun
replicando aquella actitud de muchachito
impetuoso que ella tanto había admirado y que
todavía con nitidez recordaba.
Para Elena, Alberto con esta hazaña había
recuperado un contagioso soplo de jovialidad. Una
remozada brisa la envolvía.
Fue como redescubrirlo. Intrepidez y arrojo,
facetas que, en él, Elena creyó perdidas y que sin
embargo volvieron a aflorar.

186
Buscando tranquilizarse se sirvió un whisky,
encendió un cigarrillo y ya recostada en el sofá, dió
rienda suelta a sus pensamientos.
Por cierta similitud con el momento actual
que estaba viviendo, lo primero que le vino a la
cabeza fue aquella novela “Misión Olvido” de
María Dueñas, con un desenlace que tiempo atrás
la había llevado a desear intensamente, disfrutar
de igual situación romántica en su propia vida.
Cuando al leer aquello que, en un fin de año
y ante una despedida definitiva, el hombre
maduro, reservado, pudo expresar a la mujer
sentimientos acumulados y silenciados hasta
entonces, de la siguiente manera: - “No quiero que
empieces sola el año (…) No quiero que te sientes
sola a la mesa en noche vieja…”
A lo que ella, sola ya en su casa y en vísperas
de las fiestas, con desesperación le llama y le dice:
 “Ven ya”
Elena, sensibilizada totalmente al evocar
aquellos párrafos, abrió los ojos que los mantenía
entrecerrados y deslizó la mirada sobre los objetos
surcados de rojo que la rodeaban. Pudo comprobar
entonces, después de tanto desearlo, que era ella
esta vez, la que un fin de año se encontraba en un

187
entorno similar, que transmitía el espíritu
navideño… y en idéntica espera.
Recordó también las opiniones de sus
amistades cuando después de muchos años
volvieron a verlos juntos: que el destino los había
vuelto a unir; que estaban atados con el hilo rojo;
que eran almas gemelas…
Por el contrario, en su romántico ideario:
desde aquel flechazo que de niña sintió al
conocerlo; ese tierno amor adolescente que
después de seis años la distancia logró separar; y
que transcurridos cuarenta años alejados, hoy a la
distancia se mantienen unidos…

Para ella… ¡Era cosa de novela!


Novela que merecía ser escrita.
Novela que Elena siempre quiso escribir.

188
“Y entonces sentí latir por doquiera un corazón, el
alma de aquel que había hecho todo esto, quien con aquella
visión se daba una respuesta para liberarse del espasmo
mortal de una duda terrible, podía sentir y saber, podía
entrever y disfrutar el abismo y la cima, lo exterior y lo
interior, todo ello en la diezmilésima parte del tiempo en el
que yo escribo estas palabras”

Hugo Von Hofmannsthal


“Carta de Lord Chandos”
26 de Mayo 1901

189
190
Nota de la autora
Agradecimientos

Cuándo años atrás descubrí la interesante


vida y obra del Perito Moreno, inmediatamente
sentí deseos de compartir con otros su historia. Por
suerte esa oportunidad la tuve en lo que entonces
era mi ámbito, la escuela. Sin embargo, no me
resignaba a guardar tan rica información. Continué
ideando el modo de hacerla extensiva a los demás.
Pasado un tiempo, apareció Elena por primera vez.
Con el arquitecto Antoni Gaudí me ocurrió lo
mismo, ese deseo incontenible de dar a conocer,
de difundir las maravillas de su arte. Fue así que,
por segunda vez, recurrí a Elena.
Pero… como bien se dice “no hay dos sin
tres”. Con la intención de completar la serie ya
comenzada, tratando además de no sucumbir en la
penumbra de una larga pandemia, reaparece Elena
y de su mano, Vincent Van Gogh, que con
enérgicas pinceladas de color intenso, ilumina la
vida de quienes tanto lo admiramos.

191
Es el momento de expresar gratitud por el
respaldo que de muchas personas tuve en el
camino transitado por Elena.
Ese mundo soñador y romántico de Elena,
hilo que enhebra el relato, no hubiese salido a luz
sin el consentimiento de Carlos; la contención de
mis hijos, siempre atentos allanando dificultades;
el empuje de mis nietos; los interesantes aportes
de Carolina; el acompañamiento de Deye en estas
andanzas; la predisposición de mis amigas en
participar de esta aventura: Gilda, Nelly, Vivi,
Gladys, Cora, Ivana y Celia, mi hermana. Como
también aquellas que anteriormente estuvieron
con Elena: Silvia, Lucy, Susana Vidal, Ceci, Mane,
Gladys Zanatta, Nena, Valle, Delia, Queca. Y
algunas más, a las que les envío besos al cielo:
Liliana Canseco, Pirucha Wallberg, Marité Nani,
Mirtha Lemme.
A los tantos desafíos que con mis chicas de la
Wollmann juntas emprendimos, tantos, que
todavía me queda letra; al aguante de Betina y de
Lian, complacientes en mis caprichos de tipeo y
edición; a la certera intervención de Josefina
Caorlín que de otro modo no hubiese podido
continuar con esto.

192
Quiero agradecer también al grupo GRADA,
al Centro de Visitantes Ledesma y a la Biblioteca
Bartolomé Mitre, felicitar a la vez a la comisión
directiva en el centenario de su fundación.
Institución a la que voluntariamente me asocié
siendo niña. Funcionaba en un local del municipio
frente a la plaza. La señora María Ester Norry, en
esos años encargada de la sala y a quién yo quería
mucho, fue justamente la que me inscribió como
socia, tal vez la socia más pequeña, facilitándome
de este modo el llevar libros en préstamo a casa
para que los leyera de la única forma que me era
posible, con los anteojos puestos y a plena luz del
día.
A los que me dieron letra, a los que me leen,
mil gracias. Gracias a todos.

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Lidia Sanchez – Docente – Escritora Ledesmense

Publicaciones de la autora:
Don Carlos Sanchez – Creador de afectos (2010)
Cuna Verde (2013)
Como decía mi abuela (2015)
Elena. Cuestión de piel (2018)
Elena. Un diario – un año (2020)
Elena de cartas y girasoles (2022)

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Bibliografía

 Ingo F. Walther. Van Gogh. Editorial Taschen,


Slovaquia, 2003.
 Historia visual del Arte. Ediciones Lorousse,
2001-2004.
 100 obras maestras de la pintura universal.
Editorial Arte gráfico. editorial argentino,
2016.
 Grandes maestros de la pintura. Van Gogh.
Editorial Sol 90, 2006.
 Yedelmira Rosario Viltes. Entre la piel y la
luz. Artes gráficas Crivelli, 2015.

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Índice

PRIMERA PARTE
RE – INVENTARSE

Pintura de la Edad Media. Románico. Primitivos


flamencos. Gótico………………………………. Pág. 35
Renacimiento. Manierismo…………..……. Pág. 43
Barroco. Naturalismo.
Clasicismo.Neoclasicismo………………...... Pág. 46
Ilustraciones…………………………………..….. Pág. 63

SEGUNDA PARTE
RE- INTENTANDO

Pintura del siglo XIX


Romanticismo. Realismo. Impresionismo.
Neoimpresionismo (Vincent Van Gogh).
Simbolismo……………………..…………….….…. Pág. 69
La vida de Van Gogh.Cartas……..…..…..…. Pág. 85
Cronología……..………….…………………………. Pág. 131
Ilustraciones….……..……….…………………..... Pág. 141

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TERCERA PARTE
RE – DESCUBRIRLO

La pintura en la primera mitad del siglo XX (1901-


1939)
Las vanguardias: Fauvismo. Expresionismo.
Primitivismo. Cubismo.
Futurismo. Surrealismo…….…………….…. Pág. 163
Ilustraciones…………….………………….…….. Pág. 167

Notas de la autora. Agradecimiento…... Pág. 193


Datos de la autora.……….……………….…... Pág. 195
Bibliografía……………………………….………… Pág. 197
Índice……………….……….………….………..…. Pág. 199

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Elena – De cartas y girasoles
de Lidia Sanchez
se terminó de imprimir en febrero de 2022
en centro de copiado Nico
Av. Libertad 380
L.G.S.M. - Jujuy

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