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La memoria tiene mala prensa y es, sin embargo, una gran aliada del aprendizaje.
Su mala fama se debe a que muchas veces confundimos aprendizaje con
memorización o con aprendizaje memorístico. Sin embargo, todo depende de
cómo definamos la memoria.
“Las corrientes más clásicas -entre ellas el conductismo- interpretaban a la memoria como un
reflejo, como una representación textual de algo que había sido percibido o vivido”. [Por el
contrario, para el constructivismo,] “cuando uno percibe ya está interpretando y cuando
interpreta, asimila lo nuevo en la memoria en función de esquemas que posee en su estructura
de conocimiento. Por lo tanto, cuando un alumno fija un concepto en la memoria lo está
haciendo en función de sus estructuras previas de conocimiento y de interpretación. La
memoria es siempre activa y actúa asimilando los datos que recoge de la realidad en
estructuras de conocimiento que el sujeto posee.” (Camilloni, 1996; p.7)
Mi memoria, señor, es como un vaciadero de basuras’ [...] Funes era incapaz de ideas
generales. No sólo le costaba comprender que el símbolo genérico perro abarcara tantos
individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres
y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de
frente). Su propia cara en el espejo, sus propias manos, sorprendían cada vez. [...] Había
aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín. Sospecho, sin embargo, que
no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el
abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos.” (Borges, J.L., 1944).
En síntesis, desde un punto de visita constructivista, memoria y aprendizaje son aliados, ya que se
potencian mutuamente. Como señala Pozo (1996), aprender permite construir redes de memoria
más complejas y mejor organizadas. A la vez, nuestros conocimientos almacenados nos permiten
aprender mejor la información nueva. Al relacionar el nuevo conocimiento con representaciones ya
contenidas en la memoria en lugar de adquirirlo como un elemento de información independiente,
se favorece no solo el aprendizaje de ese material sino también la reorganización de las propias
estructuras de memoria.
Inteligencia en la adolescencia
La inteligencia del adolescente es diferente de la inteligencia del adulto:
recordemos que la capacidad de pensamiento abstracto está en proceso de
constitución y la escuela juega un papel central en su desarrollo (ver clase 7).
Hemos señalado la importancia de respetar este momento evolutivo, brindando
conocimientos en un nivel accesible al alumno, y también de estimularlo a través
de actividades escolares desafiantes. Recordemos que los adolescentes se hallan
en una transición hacia el pensamiento abstracto, por lo que este tipo de
pensamiento no debe darse por sentado. También hemos analizado que el
desarrollo del pensamiento abstracto es dependiente de las posibilidades que
tiene el sujeto de interacción con lenguajes abstractos.
Inteligencia y dotación biológica
Todas las personas tienen la misma dotación biológica y todas las personas tienen
la posibilidad de desarrollar las mismas capacidades intelectuales. El biólogo
Alberto Kornblihtt comenta esta cuestión:
Inteligencia y socialización
La inteligencia se puede aprender, podemos aprender a usar mejor nuestros
recursos cognitivos. La manera en que usamos nuestra mente es algo aprendido
durante el proceso de socialización. Podríamos decir que aprendemos buenos o
malos hábitos para usar nuestros recursos cognitivos.
¿Por qué nadie considera que, por ejemplo, los buenos o malos modales
son congénitos, y, sin embargo, cuesta tanto no atribuir un origen biol
modos de usar la mente?
Lauren Resnick (1999) afirma que la inteligencia es una práctica social relacionada
con cómo manejamos y controlamos nuestros recursos cognitivos. La gente que
es inteligente en la práctica:
Cuando la gente piensa en su inteligencia como algo que crece, tiende a invertir e
poder aprender algo nuevo, para mejorar su comprensión y dominio de las activida
paradoja es que los niños se hacen inteligentes cuando se los trata como si ya
(Resnick, L., 1999, p.26)
http://www.propuestaeducativa.flacso.org.ar/archivos/libros/17.pdf
La teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner (1987; 2003) también
sostiene que poseemos diferentes tipos de inteligencia, relacionados con zonas
diferenciadas del cerebro: ciertas zonas estarían mejor capacitadas que las otras
para procesar cierto tipo de información. Entre los tipos de inteligencia, distingue la
inteligencia lógico-matemática, lingüística, espacial, musical, cinestésico-corporal,
intrapersonal, interpersonal, pictórica, naturalista.
Al igual que la inteligencia y la memoria, estos dos procesos psicológicos forman
parte del aprendizaje, pero podemos diferenciarlos para su análisis. Cada uno de
ellos son investigados en la psicología educacional, lo que redunda en valiosos
aportes para comprender el aprendizaje.
Motivación
La motivación es el proceso psicológico interno por el cual se inicia y orienta la
acción por parte de un sujeto. Veamos algunas de sus particularidades. Los
invitamos a relacionarlas con los contenidos de clases anteriores.
http://vamoscreciendo.com/wp-content/uploads/2014/01/Pautas-de-acci%C3%
docente-con-repercusiones-motivacionales_Alonso-Tapia.pdf
Metacognición
La metacognición es el conocimiento sobre la propia cognición, es decir, la
capacidad de reflexionar sobre los propios procesos de pensamiento en el
aprendizaje, a fin de regularlos y controlarlos. Se considera una capacidad de
pensamiento de orden superior, ya que permite gestionar otros procesos
cognitivos más simples. Se caracteriza por un alto nivel de conciencia y de control
voluntario, dado que implica que el sujeto:
Consigna
Orientaciones y sugerencias:
A los efectos de este trabajo práctico, entenderemos la noción de práctica
pedagógica en un sentido amplio, pudiendo incluirse como tales clases,
actividades u otras situaciones áulicas o prácticas docentes que involucren el
trabajo de un docente con sus alumnos. (Como ejemplo Ud. puede elegir mejorar
una clase en particular o una secuencia didáctica; pero también podría elegir
mejorar el modo de dirigirse a sus alumnos, el modo de preguntar o responder, el
modo de actuar ante los errores, etcétera) En cualquier caso lo importante es que
Ud. refiera a las acciones concretas que deberían modificarse.
Al explicar por qué Ud. considera que debería mejorarse, identifique los puntos
problemáticos que surjan de analizar esta práctica a partir de los contenidos de las
clases. Por ejemplo, si el desarrollo de esa práctica pedagógica no tiene en cuenta
alguna de estas cuestiones: cómo se desarrolla el proceso cognitivo del
aprendizaje, cómo funciona la disposición emocional para aprender, cuáles son los
rasgos particulares de los adolescentes, cómo encarar una buena relación
educativa con los adolescentes, qué características asume el aprendizaje en el
contexto escolar, cómo inciden en el aprendizaje las particularidades del vínculo
pedagógico u otras consideraciones que se desprendan de los contenidos de la
materia.
Al utilizar los conceptos teóricos y citas textuales, tenga en cuenta que estos
tienen que estar al servicio de fundamentar las acciones que Ud. analiza o
propone; es decir, es importante explicitar cómo entiende Ud. la vinculación entre
las ideas teóricas y la práctica.
Criterios de evaluación
Los trabajos deberán ser producciones originales de las cursantes, realizadas
específicamente para la resolución de los trabajos requeridos en esta materia.
Criterios de contenido
Adecuación a la consigna
Estructuración del texto, claridad en la redacción y en el uso de la terminología
específica.
Manejo, apropiación y comprensión de los conceptos estudiados en la materia.
Claridad y suficiencia en la descripción de la práctica pedagógica escogida, de sus
puntos problemáticos y de la propuesta de modificación.
Análisis de la práctica escogida e identificación y desarrollo de sus puntos
problemáticos a partir de los contenidos de la materia
Coherencia entre los puntos problemáticos señalados y la propuesta de
modificación.
Pertinencia de los conceptos utilizados para fundamentar la necesidad de
modificación y la propuesta de modificación.
Criterios de forma
Material de lectura
Nespereira, V. y Camilloni A. (s/f). La planificación y la programación en la
enseñanza. Dirección General de Cultura y Educación, Gobierno de la
Provincia de Buenos Aires, Argentina. Apartados: El proceso de aprender
(p. 15 a 23), La programación didáctica y el desarrollo de habilidades del
pensamiento (p.25 a 28), La adquisición de estrategias para estudiar y
aprender. (p.37 a 40). Recuperado
de: http://servicios2.abc.gov.ar/recursoseducativos/editorial/catalogodepubli
caciones/descargas/docapoyo/planificacion_programacion.pdf
Bibliografía de referencia
Introducción
Este cuadro nos permite apreciar algunas diferencias básicas entre estos dos
grandes tipos de conocimiento, con implicancias para el aprendizaje. Sin embargo,
el propio autor advierte que este resumen puede resultar demasiado dicotómico y
simplificado, ya que, en un análisis más profundo, sería necesario matizar las
diferencias presentadas. Esta advertencia nos indica tomar con cautela los
criterios que utilizamos para comparar tipos de conocimiento y ponderar su
facilidad o dificultad. Un mismo elemento puede significar, a la vez, una ayuda y
un obstáculo.
…es fundamental que los alumnos comprendan que cualquier sistema de conocimientos surge
y se desarrolla en un determinado marco histórico caracterizado por inquietudes precisas y
controversias propias de enfrentar entre sí puntos de vista diferentes acerca de lo que es la
realidad. Por eso, en lugar de presentar el conocimiento tal como ha sido sistematizado a
posteriori, se trata de procurar una discusión de aquellos principios que han puesto en juego,
y que se hallan en la base de cada teoría. También se debe atender a las ideas que no han
logrado imponerse –a veces altamente coincidentes con las de los propios alumnos– para
determinar qué factores internos y externos participan en la elaboración de cada saber. En
síntesis, mediante la recuperación de los escenarios naturales de la construcción del
conocimiento es posible explicitar cuál es el interés (histórico) en abordar un asunto
particular y cuál es su relevancia. (Cols y otros, 2006, p.60).
En la bibliografía que acompaña esta clase, el trabajo de Bruner (1997), “Narraciones de
la ciencia”, desarrolla esta última idea.
Al estudiar un proceso histórico, nos explican que una de las consecuencias de ese
proceso fue la sanción de una ley determinada. Se nos propone estudiar sus principios
más importantes, que se nos ofrecen ya seleccionados y resumidos.
Al iniciar el estudio de la noción de ley, recibimos una definición de la palabra ley y
nos explican los términos más significativos de esa definición; participamos en ese
análisis y luego nos solicitan ejemplos de leyes que conocemos.
Al iniciar el estudio de la noción de ley, se nos plantea una situación problemática.
Nos dan una somera ejemplificación de un conjunto de normas dirigidas a organizar
diferentes aspectos de las relaciones en una sociedad determinada y nos solicitan
analizar ese conjunto de normas y perfeccionarlo, e ir adecuándolo, según resulte
necesario, a partir de un estudio cada vez más profundo de la situación. Se nos orienta
luego para llegar a una conceptualización de la noción de ley.
son comprensibles y resolubles por parte de los alumnos (en función de sus
conocimientos y habilidades actuales), ya que les posibilitan usar
eficazmente sus propios saberes y de este modo comprobar que sus ideas
son potentes y valiosas.
Como actividad de síntesis y repaso, les proponemos analizar estos diversos criterio
para el diseño de actividades de aprendizaje. Para ello, sugerimos el ejercicio de fund
través de los contenidos de nuestra materia y examinar sus potencialidades par
Asimismo, los invitamos a revisar las clases y elaborar otros criterios y principios,
profundizar, ampliar o complementar los presentados.
Por eso, para cerrar nuestro recorrido, vamos a dedicarnos al mejor recurso que
tenemos los docentes para crear buenos climas de aula, para generar ambientes
de aprendizaje a la vez confiables, respetuosos y desafiantes, para edificar
buenos andamiajes y efectuar buenas presentaciones del conocimiento, para
activar, sostener y direccionar la actividad constructiva del alumno. Un recurso que
es gratis, que está al alcance de todos, y que no depende de permisos de
autoridades ni del tipo de escuela: el lenguaje.
La marcación de las actitudes en el lenguaje de los demás nos da un indicio para usar nuestra
mente. Recuerdo a una profesora, la señorita Orcutt, que hizo esta afirmación en clase:
“Resulta muy curioso, no que el agua se congele a los 32 grados Fahrenheit, sino que pase de
un estado líquido a uno sólido”. Luego, siguió dándonos una explicación… expresando un
sentido de maravilla igual, incluso mejor, que el sentido de maravilla que yo sentía a esa edad
por todas las cosas a las que dirigía mi atención, incluso asuntos como el de la luz de las
estrellas extinguidas que sigue viajando hacia nosotros aunque su fuente ya se haya apagado.
En efecto, ella me invitaba a ampliar mi mundo de maravilla para abarcar el de ella. No
estaba tan sólo dándome información. En cambio, estaba negociando el mundo de la
maravilla y de la posibilidad. Las moléculas, los sólidos, los líquidos, el movimiento, no eran
hechos; habían de usarse para reflexionar e imaginar. La señorita Orcutt era la excepción. Era
un acontecimiento humano, no un mecanismo de transmisión. No se trata de que mis otras
maestras no marcaran sus actitudes. Se trata, en cambio, de que sus actitudes eran inútilmente
informativas.
El uso del lenguaje en clase es fundamental para crear climas de aprendizaje
positivos. La idea de clima del aula, caída en desuso quizás debido a lecturas
ingenuas y tecnicistas, está siendo reconsiderada al entender al aprendizaje como
un proceso situado, inseparable del contexto en que ocurre.
En síntesis, hemos iniciado el recorrido de esta materia examinando los rasgos del
aprendizaje escolar y del vínculo pedagógico (clases 2 y 3) Más adelante, hemos
analizado las características de las buenas situaciones de aprendizaje (clases 4, 5 y 6)
Por último, hemos abordado los desafíos de una escuela para los adolescentes (clases
7, 8 y 9) Si ahora retomamos estas diversas ideas podemos apreciar cómo el manejo
del lenguaje tiene que ver con todas ellas. Veamos algunas ideas.
No es casualidad que elijamos cerrar esta materia hablando del lenguaje del
enseñante: el lenguaje con el que hablamos a nuestros alumnos y el lenguaje
con que hablamos acerca de ellos. Ambos usos del lenguaje reflejan cómo los
vemos, cómo los consideramos. Y fue esto lo que apuntaba a movilizar esta
materia. Recordemos que en los materiales de Presentación hemos señalado:
“creemos que la Psicología debe permitir a las y los docentes mejorar su
capacidad de observar y escuchar a sus alumnos y alumnas… Saber observar y
escuchar a veces resulta más importante porque nos permite comprender al otro.”
(Fairstein, 2017)
Por eso es que elegimos cerrar la materia con una invitación a reflexionar acerca
del lenguaje de la enseñanza. Hacemos nuestras las palabras de Bruner:
[…]
El lenguaje no sólo transmite, sino que crea o constituye el conocimiento o “realidad”. Una
parte de esta realidad es la postura que el lenguaje implica hacia el conocimiento y la
reflexión, y el conjunto generalizado de posturas que uno negocia crea con el tiempo un
sentido del propio yo. La reflexión y el “distanciamiento” son aspectos cruciales para lograr
una visión de la gama de posturas posibles —un paso metacognitivo de gran importancia. El
lenguaje de la educación es el lenguaje de la creación de cultura, no únicamente del consumo
o adquisición del conocimiento. En una época en la que nuestras instituciones educativas han
dado lugar a la marginación dentro del proceso de educación, nada podría ser más práctico
que observar de nuevo, a la luz de las modernas ideas en lingüística y en filosofía del
lenguaje, las consecuencias de nuestro modo actual de hablar en la escuela y sus posibles
transformaciones. (Bruner, 1984: 197- 209)
Material de lectura
Recuperado de: https://vdocuments.mx/download/bruner-jerome-la-educacion-
puerta-de-la-culturapdf
Recuperado de: http://investigacionenlaescuela.es/index.php/revista-investigacion-
en-la-escuela/630-entrevista_con_derdk_edwards
Bibliografía de referencia
Videos
Video acerca de los procesos intervinientes en el aprendizaje de conceptos: